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CONTENIDOS NECESARIOS PARA LA PARTE PRÁCTICA 1. LOS MOVIMIENTOS NATURALES DE POBLACIÓN Por movimientos naturales de población entendemos aquellos que dependen exclusivamente de la natalidad y la mortalidad. El “crecimiento natural o vegetativo” de la población compone, junto con el saldo migratorio, el “crecimiento real” de la población. 1.1 LA MORTALIDAD La Tasa de Bruta de Mortalidad es el número de fallecidos en un año cada mil habitantes. Se considera que es baja cuando está por debajo de 10 ‰ y alta si supera el 15 ‰. El descenso de la mortalidad en España comienza a principios del siglo XX, más tarde que en el resto de los países europeos, y además fue un proceso más lento: en 1952 se dan las primeras cifras de mortalidad baja; a partir de 1980/81 se inicia un ligero crecimiento que se debe al envejecimiento de la población española, y que se frena a comienzos de 2000. Otro índice muy significativo para saber el estado de la mortalidad es la Tasa de Mortalidad Infantil (fallecidos menores de un año cada mil nacidos). La Esperanza de Vida al Nacer es otro índice utilizado. Se realiza mediante operaciones matemáticas que vienen a determinar el promedio de edad al que, si la mortalidad se mantuviese constante, fallecería el nacido, siendo hombre o mujer. Las causas de este descenso de la mortalidad se pueden clasificar en tres grandes grupos: 1. La disponibilidad de mayores recursos, que se traducen en una mayor y mejor alimentación, que evita las hambrunas y las situaciones de desnutrición que posibilitan las pandemias. 2. La aplicación generalizada de los progresos médicos, de especial importancia para la disminución de la mortalidad infantil. 3. El establecimiento de medidas de higiene públicas, como el suministro de agua potable, las redes de alcantarillado, el sistema de recogida de basuras, etc. La mortalidad no afecta a toda la población con la misma intensidad. Se pueden establecer las siguientes diferencias: 1. Diferencias por sexos. La mortalidad es mayor entre los hombres que entre las mujeres, que cuentan con una mayor esperanza de vida. Las causas hay que buscarlas en: a. Factores biológicos que hacen que la mujer sea más longeva que el hombre. b. La división del trabajo que encomienda a los hombres tareas más duras y de mayor desgaste y con un porcentaje de accidentes más alto. c. El consumo de productos nocivos (tabaco, alcohol...) que es mayor entre los hombres. d. Los hábitos alimentarios más desordenados del hombre. No obstante, es preciso señalar que el proceso de igualación del hombre y la mujer en todos los ámbitos antes señalados está provocando un acercamiento en las cifras de esperanza de vida. -1-
2. Diferencias en función de la profesión ejercida. Las profesiones que requieren una menor cualificación y que se dedican a actividades directamente relacionadas con la producción presentan una mortalidad mayor que las suponen un mayor nivel técnico. 3. Diferencias geográficas: Aunque las diferencias son cada vez menores entre las distintas zonas de España, la TBM depende del grado de envejecimiento de las diferentes sociedades, siendo más alta en los lugares donde ha habido una fuerte emigración, más bajas en las zonas que han recibido abundantes inmigrantes o que mantienen unas elevadas tasas de natalidad, aunque tengan emigración. 1.2. LA NATALIDAD Es el segundo factor esencial del Crecimiento Natural, para medirla se utilizan diversos índices o tasas: la Tasa Bruta de Natalidad, el Número de Hijos por Mujer, etc. La Tasa Bruta de Natalidad, muy influenciada por la estructura por edades, al igual que TBM, es el número de nacidos en un año cada mil habitantes. En España es muy baja. Se considera que cifras por encima del 25‰ son altas y por debajo del 15 ‰, son bajas. El descenso de la TBN ha sido un lento y largo proceso, más tardío que en Europa, pero con un final muy brusco. Así, a principios del siglo XX partíamos de cifras en torno al 34‰ y sólo notamos un salto de cierta importancia en el período 1914-17, debido a fuertes corrientes emigratorias hacia el extranjero y a la difusión de nuevos métodos anticonceptivos. La Guerra Civil marca un lógico y nuevo descenso, del que ya no se recuperaran las cifras, que inician una lenta caída, que se hace brusca a partir de 1975, y que nos conducen a una década de los 80 con TBN baja y en disminución. Sólo hay una excepción, los años 1956-1965 que fueron de aumento de la TBN, el período que denominamos “baby boon”, en el que la recuperación económica permitió a una población aún acostumbrada a altas TBN, tener el número de hijos deseados, lo que provocó, junto a una TBM baja, un fuerte crecimiento natural. Desde 1999, originado por la fuerte llegada de inmigrantes extranjeros, jóvenes en edad de trabajar y de procrear (con hábitos de natalidad superiores a los de los españoles), y por un leve aumento del número de hijos por matrimonio (al amparo de las medidas de protección social y a la familia) observamos un leve repunte en nuestra TBN, que se sitúa casi en un 11 ‰. El Índice Anual de Fecundidad o Número de Hijos por Mujer. Las cifras que presenta España en la actualidad (1,373) son bajas, pero se encuentran en la media de las europeas, aunque, de entre los quince países más avanzados social y económicamente de la UE, tan sólo Alemania, Italia y Portugal presentan cifras inferiores a las nuestras. 2,1 hijos por mujer se considera el umbral crítico, puesto que es el número de hijos necesario para asegurar la renovación de las generaciones en las condiciones actuales de mortalidad. Por debajo de esta cifra nos encontramos con sociedades envejecidas, en las que hay muy pocos niños en comparación con el número de ancianos. Las causas del descenso de la natalidad hasta finales del siglo XX han sido y siguen siendo motivo de muchas disputas entre los demógrafos. Destacan tres grandes corrientes:
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a/ Tecnicistas. Para los cuales este descenso es parte del proceso de Transición Demográfica y forma parte de un mecanismo de readaptación a una situación con una TBM baja, que busca una tasa de crecimiento baja. Las situaciones críticas (