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HERMANOS, UN MAL NECESARIO De los Marx a los Jonas Brothers, historias sobre un vínculo tan fundacional como conflictivo.

04.04.10

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EL SALTO DEL TIGRE Restós, museos, spas, clubes de remo: cómo disfrutar de la ribera del Delta en otoño.

PERSONAJES MODA DATO SNOB CUCURTO PLATOS TRAGOS

Mujeres, política y vejez

LAS COSAS POR SU NOMBRE

FEDERICO LUPPI

Vitamina C se entrega gratuitamente con el diario Crítica de la Argentina del 4 de abril de 2010. Prohibida su venta por separado. separado

04.04.10

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i las plantas que decoran su ventana están al borde de desfallecer o su incipiente jardín necesita de una urgente intervención para que vuelva a brillar como en las mejores épocas, en las tiendas Starbucks tienen una solución. Desde hace unos días en las 15 sucursales de Buenos Aires se puede retirar gratuitamente una bolsa de tierra, que en realidad no es más que la borra de café que queda en la máquina cada vez que se tira una bebida. Durante ese proceso, en el que queda un excedente de café en grano, los ácidos se remueven dejando un PH neutro de 6,9 y una gran cantidad de nitrógeno que son excelentes para la tierra. Para hacerse de un paquete de borra (de 250 gramos aproximadamente) no hay que hacer ningún trámite ni desembolsar dinero alguno, simplemente hay que detectar un canasto en el que cada tanto se reponen las bolsas, agarrarla y llevarse a casa tierrita que exhuma un profundo olor a café. Marcela Bonomo, gerente de marketing de Starbucks Argentina, recomienda que la borra repose en el packaging en el que se entrega –que es el mismo en el que viene el café en grano–, durante dos o tres semanas para que fermente y sea mucho más nutritiva y después sí, estará lista como complemento nutritivo para desparramar en el jardín o colocar en un maceta del balcón del monoambiente. Bonomo explica que esta propuesta tiene como objetivo minimizar el impacto ambiental y fomentar el cuidado del planeta. En tal sentido, esta marca norteamericana fundada en 1971 por tres amigos en el Mercado de Pike Place en Seattle con el nombre de Starbucks Coffe, Tea and Spices, se propuso como meta para el 2015 que el 100% de sus vasos sean reutilizables o reciclables para disminuir el consumo de agua y de energía. Mientras tanto lanzaron otra propuesta: a los clientes que traigan su propio tumbler o taza les realizan un descuento de $ 0,30 sobre el pedido. Starbucks es el personaje que encarna el primer oficial de marina de la novela Moby Dick de Herman Melville; parece que sus tres fundadores eran amantes de la literatura y no dudaron en recurrir a ella cuando necesitaron un nombre para su primer local, un pequeño puesto ubicado en un mercado comercial de Seattle. Cuando la firma ya estaba consolidada como una empresa tostadora y comercializadora de café molido y en grano, ingresa al negocio el joven empresario Howard Schultz como director de operaciones minoristas y mercadotécnica y quien actualmente es el director ejecutivo de la compañía. Fue Schultz el que introdujo la tradición de la bebida expreso después de un viaje de negocios a Italia. Este café se convierte en el elemento esencial de la visión de negocios del empresario, que en 1987 compra la firma con respaldo de otros inversores norteamericanos. Ese año había 17 locales en los Estados Unidos y hoy tiene unos 16.000 sucursales prácticamente idénticas distribuidas en 50 en países.

Dato snob

Abono con aroma a café

Gratis. El paquete de abono se consigue en los Starbucks sin necesidad de consumir.

buscador

Muestra fotográfica de Gaby Messina

Surrealismo limeño

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iene tiempo de levantarse, darse una ducha, desayunar tranquilo y hasta almorzar en familia, pero guárdese un rato de este domingo para recorrer la muestra Lima, kilómetro 100 de la fotógrafa Gaby Messina, que se exhibe hasta hoy en el Centro Cultural Recoleta. Messina propone una mirada para nada ingenua de los habitantes del pueblo de Lima, ubicado cerca de la central nuclear Atucha y a cien kilómetros de la Capital Federal. Esta artista viajó durante dos años a ese pueblo y de a poco se fue ganando la confianza de los limeños que accedieron de a poco, y después cada vez con más entusiasmo, a posar frente a su cámara. El resultado de este trabajo se ve plasmado en la muestra y en un libro con el mismo nombre, que reúne un conjunto de retratos producidos, algo surrealistas, cotidianos y lejanos, pero casi siempre graciosos y cargados de un humor conmovedor al punto de que logran convencernos de que cada uno de esos personajes anónimos de un pueblo medio olvidado podría convertirse en estrella del cine o la

televisión. Son imágenes sin ningún dejo de cinismo, algunas más divertidas, otras más bizarras, de seres comunes y corrientes a los que la artista logró imprimirles una energía especial que quizás ellos ya tengan por la cercanía de la central eléctrica con la que conviven diariamente, lo que convierte a este pueblo en una especie de Springfield argentino. Una novia de cara al sol de la tarde, en una esquina, mientras dos niños le sostienen el vestido blanco; hombres con los cuerpos pintados; una mujer personificando a una bruja; dos mujeres a punto de besarse; un grupo de muchachos sonriendo después de destripar a una vaca; una viejita sólo vestida con hojas de plantas o un hombre que le canta una balada a una oveja. Momentos únicos, instantes deliciosos, seres irrepetibles que logró captar la mirada de Messina. Lima, kilómetro cero de Gaby Messina en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) hasta el 4 de abril, de 10 a 21 horas. Entrada libre y gratuita. El libro cuesta $ 150 y se consigue en librerías.

Films imprescindibles en el Malba

Los cinéfilos en la gloria

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i le dijéramos que se puede encontrar con Ingmar Bergman, FrançoisTruffaut, Alfred Hitchcock, Woody Allen, Peter Jackson, John Ford o Akira Kurosawa, a todos en el mismo lugar ¿qué sentiría usted, cinéfilo empedernido? Probablemente, se retuerza de satisfacción y salga corriendo para el Malba en el que, durante todo el mes de abril, exhibirán grandes películas de estos reconocidos directores, entre muchos otros films clásicos. Se trata del ciclo Clásicos de estreno, que cumple su octavo año en el Museo, que a partir de abril funciona también como sede del Bafici. Así, las dos actividades se fusionan con música en vivo. La idea de poner en pantalla grandes películas clásicas como Cuéntame tu vida, El amor a los veinte años, Noche de circo, Yojimbo y Greeting, entre otras, es una adoración vintage que intenta rescatar viejas glorias del llamado séptimo arte, esos que todos deberíamos ver en algún momento de nuestras vidas.

“Clásicos de estreno” en el Malba (Avenida Figueroa Alcorta 3415). Entrada general: $ 15. Estudiantes y jubilados: $ 8. De jueves a domingo de abril, a partir de las 14 horas. Excepto del 8 al 18 que hay funciones todos los días, desde el mediodía. Programación completa en: www.malba.org.ar

Historias de Marlowe, el personaje de Chandler

EL MÁS NEGRO DE TODOS

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hilip Marlowe es el detective más famoso de todos los tiempos. Los que vinieron después de él, a partir de los años 40, de alguna manera se le parecen o lo recrean. En un principio funcionó como una especie de alter ego del escritor norteamericano Raymond Chandler, pero después tomó vida propia. Solitario, cínico y escéptico, fue protagonista de siete novelas y dos cuentos que fueron recopilados en un reciente libro publicado: Todo Marlowe, editado por Diana. Este volumen contiene el cuento El confidente (1934); El sueño eterno (1939), en el que el detective investiga el chantaje a un anciano millonario por la deuda de juego de una de sus hijas; Adiós, muñeca (1940), una novela en la que sigue al gigante Moosey Malloy en la búsqueda desesperada de su “pequeña Velma” pero termina enredándose en las turbulencias de un hampón; La ventana alta (1942) en la que persigue el rastro de una moneda valorada en una fortuna para acabar donde suele: en las alcantarillas del engaño, la violencia y el delito; La dama del lago (1943), una historia de corrupción y crimen que se desencadena tras la desaparición de una mujer sin atributos; La hermana pequeña; El largo adiós (1954) obra considerada la cima del género negro y de Chandler; Playback (1954); y el último cuento El lápiz (1961), aparecido póstumamente. Raymond Chandler nació en Chicago en 1888 y murió en 1959. Creció y fue educado en Inglaterra tras el divorcio de sus padres y estudió en Francia y Alemania. Tras participar en la Primera Guerra Mundial regresó a los Estados Unidos, fue empleado de banco, periodista, ejecutivo de cuentas de una petrolera y guionista de Hollywood. A los 51 creó a Marlowe, y casos que se propuso resolver lo convirtieron en uno de los novelistas más famosos de su país y uno de los más adaptados del cine, como por ejemplo Al borde del abismo (Howard Hawks) estuvo basada en El sueño eterno y fue protagonizada por Humphrey Bogart, en el papel del inolvidable detective que ahora se consigue en un solo tomo y que no debería faltar en ninguna biblioteca. Todo Marlowe de Raymond Chandler: $ 131.

La cantante Yusa en Buenos Aires

UN POCO DE MÚSICA CUBANA

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sta cantante nacida en La Habana representa a la nueva ola de músicos cubanos que condensan la tradición de su país, como la rumba, la trova y el son con los sonidos del rock, el jazz, el pop y algo de sonoridad brasileña. En abril regresa al país para presentar el show Descarga con amigos, en el que en cada función invita a un músico local, como parte de su gira por Sudamérica. En Buenos Aires cantará junto a Liliana Herrero, Tonolec, Raly Barrionuevo y Hugo Fattoruso. Yusa tiene grabados tres discos solista: Yusa (2002), Breathe (2004) y Haiku (2008), este último producido por el brasilero Alê Siquiera, también productor de discos de grandes figuras como Tribalistas, Omara Portuondo y Caetano, entre otros. La cantante interpreta sus canciones, de tono introspectivo, y, además, toca la guitarra, el bajo, el tres cubano —especie de guitarrita de doble cuerdas, típica de la isla caribeña— y el piano. Al escenario suele subir acompañada por Mario Gusso en percusión.

Descarga con amigos: viernes 9, 16, 23 y 30 de abril a las 21 horas en Café vinilo, (Gorriti 3780). Localidades desde $ 35 a través de [email protected].

Para la lluvia

UN BORCEGO DE PLÁSTICO

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l borceguí es el calzado de este invierno, un accesorio que no puede faltar en el ropero de ninguna mujer por canchero y rendidor, queda bien con un look informal o con uno más arreglado. La marca Paula Cahen D’Anvers acaba de lanzar el primer borceguí hecho en plástico, una bota para usar los días de lluvia creada por la emblemática firma escocesa Hunter, fundada por el empresario norteamericano Henry Lee Norris, todo un símbolo de la vida en el campo. Hunter fue fundada en 1856, fabricó las botas que usó el ejército británico en la Primera y después en la Segunda Guerra Mundial y también creó un modelo para la realeza británica, modelos hechos siempre en caucho y totalmente impermeables. Las clásicas botas Hunter de caña alta se empezaron a conseguir en la Argentina hace unas temporadas en Paula Cahen D’Anvers, firma que ahora importó este nuevo modelo onda borcego por el que no pasa una gota de agua y que viene en el interior con un detalle curioso, un espacio para poner el nombre y el teléfono de su dueño; por si las pierde.

El modelo Original Lace de Hunter se consigue en los locales de Paula en negro, azul y verde a $ 560.

Maratón con inspiración neoyorquina, pero en Palermo

CARRERA PERFUMADA

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l 212, el famoso perfume de la diseñadora Carolina Herrera, está inspirado en Nueva York,. Justamente 212 es el prefijo telefónico de Manhattan, una ciudad famosa, además de por sus rascacielos, por los maratonistas que corren en los laberintos del Central Park para mantener la figura. Pero ahora y en Buenos Aires, este perfume sirve como motivo de una prueba deportiva con fines sociales: se trata de una carrera de 10 kilómetros y 212 metros, que se realizará en los bosques de Palermo a beneficio de la Asociación Civil Macma dedicada a contener, orientar y acompañar a mujeres que padecen cáncer de mama.

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Cuáles son sus cinco libros de Los libros de cabecera? –En realidad no tengo libros de cabecera; leo mucho y es raro que repita. Pero si pienso en cuáles volvería a leer, o los que más me marcaron, serían: La insoportable levedad del ser, de Lola Berthet* Milan Kundera; La era del vacío, de Gilles Lipovetsky; Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola; El eternauta, de Oesterheld y Solano López; El libro del desasosiego, de Fernando Pessoa, y por último, Sartre y Beauvoir: la historia de una pareja, de Hazel Rowley. Son librazos que me encantaron. –¿El último que leyó? –El último que leí es Peter Capusotto, el libro. En realidad me faltan diez páginas. Pero tengo varios empezados. No tengo un ritual para leer, es un tema de ganas todo el tiempo: leo en la cama, o en los camarines, o donde sea. –¿Cuál fue el mejor libro que le recomendaron? –No soy de fanatizarme con nada, tengo muchos autores que me gustan. El mejor libro que me recomendaron, hay varios, pero si tengo que elegir uno por su significación ideológica, elegiría El eternauta. –¿Lee cuando está nerviosa o cuando está tranquila? –Es más lindo cuando estás tranquila. Pero a veces, si estás con los nervios de punta o discutís con alguien, te sentás a leer para bajar unos cambios. Yo agarro Shakespeare. Tiene otro ritmo, te hace meter en otro tiempo. Me hace olvidar de todo. –¿Algún libro la sacó de algún momento malo? –Cuando murió mi conejo, leí Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Me hizo bien porque sentía que el personaje del conejo Blanco era el mío que recién se había muerto. –¿Cuál es el mejor libro para un actor? ¿Por qué? –No lo sé, creo que es necesario leer todo el tiempo. Pero no sólo cosas que tengan que ver con la profesión. En mi época del conservatorio me sirvió mucho El espacio vacío, de Peter Brook, y El mito del eterno retorno, de Mircea Eliade. –¿Se sintió alguna vez identificada con algún personaje de un libro? –Nunca. Pero sí me siento muy identificada con los textos de Pessoa. –¿Leía de chica? ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas? –Mamé la lectura por parte de mi padre. Él era terriblemente erudito en lo que respecta a literatura. De chica, obvio, leí El principito, de Antoine de Saint Exupéry, y Mujercitas, de Louisa May Alcott. Para empezar. En la secundaria me gustaba mucho leer los apuntes de las materias filosofía y psicología. Disfrutaba de Kant, de Nietzsche y de Sartre. –¿Presta sus libros? ¿Pide prestado? –Antes prestaba más libros, pero los valoro tanto, igual que las películas, que casi no presto, y si presto, pongo un tope de tiempo. Si un amigo me pide un libro, si puedo, prefiero comprárselo y regalárselo. Sólo presto a amigos que valoran la lectura tanto como yo; por ende, sé que devuelven (risas). –¿Tiene algún autor favorito? ¿Algún autor que odia? ¿Algo que la desilusionó o le sorprendió para bien? –No tengo un autor favorito, soy de buscar mucho y leer variado. No odio a ningún autor, porque sé que hay autores que no me interesan leer, entonces no pierdo el tiempo en leerlos para odiarlos (risas). Me parece que los libros no desilusionan nunca, algo te dejan siempre para bien o para mal. Eso es lo bueno de la lectura.

“Cuando estoy nerviosa, leo a Shakespeare”

* Actriz, actualmente trabaja en Botineras (Telefe).

La carrera 212 Urban Run se realizará el domingo 11 de abril a las 10 horas desde Av. Figueroa Alcorta y Av. del Libertador. Costo de inscripción: $80. Más información: www.212urbanrun.com.ar

Vitamina C /3

04.04.10

“Todas mis mujeres fueron francamente irresponsables” Después de diez años, Federico Luppi regresa a un escenario argentino para hacer Por tu padre, una obra que escarba impiadosamente en las relaciones filiales y en la que encarna dos papeles. Los cabildeos con la idea de tener un hijo, su defensa del gobierno K y su encendido enojo con la oposición, los medios y los periodistas. Retrato de un guerrero que acepta el ocaso pero no reposa. Por Josefina Licitra Foto Diego Paruelo

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a nueva etapa empezó hace años. Fue exactamente en 1 9 9 2 , cuando el cineasta Luis César D 'Angiolillo le ofreció a Federico Luppi un papel en la película Matar al abuelito. Luppi recibió el libro y lo leyó con desconcierto: no entendía cuál era su papel en esa historia. Hasta que una mañana temprana –a las seis y cuarto Luppi ya está tomando mate– llamó al director para sacarse la duda: –César, perdoname la hora, en el libro que me mandaste… –empezó a decir y de repente, como si fuera un zepelín atravesando el cielo, Luppi vio lo que tenía que ver: la verdad desnuda; su propia vejez–. No, que quería saber dónde creés que la podemos filmar. Eso. Matar al abuelito –estrenada en 1993– fue la primera película donde Federico Luppi representó otra forma de hombría. La de los tipos viejos, asistidos: menguantes. –Ése fue el primer cimbronazo. Yo estaba acostumbrado a hacer protagonistas. A pelearme, andar a caballo, saltar de los edificios. Pero ahí dije: me llaman para hacer un abuelo. Ya estaba en condiciones de empezar a aceptar el paso del tiempo.

relaciones filiales y que encuentra a Luppi haciendo dos papeles: el del padre (difunto) y el del socio del padre (que va al entierro y se encama con la mujer de su amigo). Hace diez años que no se lo veía haciendo teatro en la Argentina (su última obra fue El vestidor, a fines de la década de 1990) y hace seis meses pudo verse su última aparición en televisión, donde hizo de padre de Cecilia Roth en la serie Tratame bien.

–¿Elige mucho los trabajos? Porque se lo ve poco. –A ver: estoy en una edad donde los protagónicos en cine y televisión son cada vez más escasos. Cada vez que hago una película o un programa de televisión es para intervenciones menores y espaciadas, que por otra parte son bienvenidas. Pero seamos sensatos: los personajes de cierta edad no son glamorosos para armar historias e inventar pasiones atléticas con camas interminables.

–¿Extraña esos años de galán? –Bueno, ¿a quién no le gusta bañarse en agua bendita? Tuvo esposa, novias, mujeres, hijos, nietos. Y en estos últimos

años, tuvo también proezas. Sus últimas parejas conocidas –Emilia Mazer, Cecilia Milone– eran varias décadas más jóvenes que él. Y su actual mujer tiene 34 años de edad.

–¿Cómo explica esas conquistas? –No lo sé –sonríe–. Entiendo que todas ellas han sido francamente irresponsables.

–¿Con los años aprendió algo sobre el amor, sobre el trato con las mujeres? –No creo haber aprendido demasiado. La verdad es que siempre he sido muy dependiente de las mujeres. Medio falderón, sabés. Siempre he caído en amores que matan, con una muy machista predisposición al celo. Es curioso y puede parecer una tontería muchachística, pero nunca vi una mujer, en el sentido posesivo del término, si no me imaginaba casado con ella.

–Ah, usted las conquista diciendo esas cosas. –No… Será que vengo de familias muy numerosas, muy campesinas. Nunca se me ocurrió imaginar la figura del amante. Que me haya ocurrido y haya sido parte

también de eso que uno llama eufemísticamente las “amistades higiénicas”, sí, claro. Pero siempre tuve la fantasía de que esa mujer que estaba conmigo tenía que ser mi esposa. Aunque también es cierto que después, con el paso del tiempo, de los arañones y los incendios, me di cuenta de que esa persona que uno quiere profundamente también tiene una autonomía, y que respetar eso tal vez sea el signo más importante del afecto.

–En Por tu padre justamente se menciona eso. El padre acepta que su esposa lo haya engañado toda la vida. –Ése es uno de los elementos que me gustaron de la obra. Que algunas cosas son llamadas por su nombre. Se habla del amor infiel, del amor profundo. Mucha gente dirá “oh, qué horror, ese tipo es un cornudo”. ¿Y? A mí me pasó una vez con un amigo que estaba muy triste porque se enteró de que su esposa lo engañaba. Le pregunté qué pensaba hacer, suponiendo que cortaría amarras, ¿no? Y me dijo: “No me importa nada, la quiero y punto”. A mí me pareció una muestra de amor tan profundo. Un amor

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Chorros miserables sinvergüenzas Nació en Ramallo. Su padre era matarife y Luppi creció entre vacas, rebenques, caballos. Hasta que se fue a estudiar dibujo y escultura a La Plata, donde en forma paralela se buscó un empleo en el frigorífico Swift. Una mañana en la que había faltado un profesor, una compañera lo invitó a una clase de teatro. Ése fue el comienzo. –Ahí por primera vez viví la falta de trabajo, el hambre. Pero el hambre real, no el literario. El hambre de pasar tres o cuatro días sin comer.

–¿Cuándo pasó eso? –Cuando vine a Buenos Aires la primera vez. Estuve seis meses haciendo bolos en un programa de televisión en Canal 7. Yo era muy joven, me iba muy bien y con un solo día ganaba lo mismo que con una quincena en el frigorífico. Pero de pronto se paró todo y durante casi un año no conseguí nada. La pasé muy mal.

–¿No pensó en trabajar de otra cosa? –Y… ya había renunciado a mi empleo en La Plata para mantener esta cosa del teatro. Preferí quedarme en una pensión rasposa de mierda y apostar a lo que me gusta-

“A muchos políticos habría que lanzarlos al ring y cagarlos a trompadas. los odio”.

–¿Y lo aceptó? –Bueno, es un proceso que tiene siempre la ventaja de la lentitud. Lleva pañuelo al cuello, gabán beige y una carpeta bajo el brazo. La mirada está intacta –derecha– y el cuerpo, izado sobre sí mismo, se mueve en ademanes reposados. Si existe forma alguna de explicar qué significa la “presencia”, acá –en este hombre– hay una síntesis posible. Y es esa presencia la que llena el escenario cuando Luppi, junto al actor Adrián Navarro, hace la obra de teatro Por tu padre, una pieza que escarba impiadosamente en las

absolutamente despojado de la mezquindad genital.

Sobre tablas. Junto a Adrián Navarro, en Por tu padre. Luppi hace de padre, y de socio del padre, al que le roba la mujer.

ba, ir de ronda por los canales todos los días, ir a bares, hacer cola para buscar trabajo de actor. Así apareció esta dinámica interna tan profunda de la profesión, que es la inseguridad, con la que establecés un matrimonio bastante cordial. Desde entonces, bailando al rit-

no soporto más a los Cavallo, De la Rúa, Duhalde, Daniel Marx y toda esa cáfila de mentirosos chorros miserables sinvergüenzas que habría que lanzarlos a un ring y cagarlos a trompadas, para qué te voy a mentir.

–Ni juicio ni cárcel: cagarlos a trompadas. –¿Pero dónde están los juicios? ¡Están libres y reventaron el país! Hubo jubilados suicidados por eso, hubo gente que se colgó de las arañas. Y todo por estos reverendos hijos de puta a los que no solamente no les tengo respeto: les tengo el más profundo, visceral y extenso odio que te puedas imaginar. Toma un trago de Gatorade azul. Se lo acercó su agente de prensa, preocupada –entre otras cosas– por el nivel de sales que Luppi tenga en su organismo. –Me estás mirando con cara de terror, disculpame.

–No, no. Pensaba que usted se fue a España también para cuidarse la salud. Una bronca de éstas al día y… –Qué querés que haga. Es que la impunidad es espantosa. ¿Lo escuchaste a Duhalde hablando de Videla? ¿No te indigna? ¿Cuántos medios salieron a decir algo? Hoy la oposición y los medios son lo mismo.

–¿No está generalizando? –¡Es que son de una hegemonía feroz! Dame un nombre cualquiera. De televisión, de lo que sea: ya.

–María Laura Santillán. –¡Ja! ¡Por favor! ¿Hace falta decir algo más?

–O sea que el problema no es sólo con Mirtha Legrand. –No, no, ya ni siquiera hablo de gente francamente estúpida como Mirtha. Hablo de gente que ha estudiado toda su vida para ser periodista y se ha convertido en portavoz de lo peor de la mentira. ¿Te digo

“CLARO QUE EXTRAÑO LOS PROTAGÓNICOS DE CAMAS ATLÉTICAS E INTERMINABLES. ¿QUIÉN NO?”. Teatro sí, pero no cualquiera. Dice que jamás haría teatro oficial: “No me gusta el teatro político en el sentido mensajero del término, no me gusta la manipulación”. mo de esa delicada sociedad conyugal, Luppi hizo cine (entre otras películas La Patagonia rebelde, Tiempo de revancha, Plata dulce, El arreglo, Matar al abuelito, Un lugar en el mundo y Cuestión de principios); televisión (Hombres de ley, Atreverse, Cosa juzgada, Tratame bien); y teatro (Ha llegado un inspector, Nuestro fin de semana, El gran deschave, El vestidor). Pero hay algo que, dice, no hizo ni hará: teatro oficial. –No me gusta el teatro político en el sentido mensajero del término, no me gusta la manipulación.

–Suena extraño. Usted es un hombre particularmente politizado. –No lo soy yo: el hombre y la política van juntos por definición. La

confusión aparece cuando se trata de darle a la política un carácter puramente partidista.

–Pero usted incluso se ha parado en un lugar partidario, kirchnerista, muy claro. –A ver. No soy, no fui ni seré peronista, y no respaldo al gobierno en tanto representante de un partido político. Yo respaldo la gobernabilidad de un gobierno. Cuando estaba en España, un día vi que Néstor Kirchner estaba en un acto político con mil militares alrededor y le dijo al comandante en jefe: “Ése cuadro me lo baja. Y aquel también”, refiriéndose a los cuadros de Bignone y Videla. Y ahí dije: si en todos los años que he vivido, una vez un presidente argentino tiene

los rotundos huevos de hacer eso, yo lo compro.

–La pregunta es si esos gestos alcanzan.

toquen, siento que se están burlando de mí y que en consecuencia no me tienen en cuenta como integrante de un país.

–Para mí la baja de esos cuadros fue un acto casi fundante de la república. De ahí en más, hubo un gobierno que ha hecho las cosas razonablemente bien, con una oposición de una ferocidad y un panquequismo asombrosos. Cuando veo que este impresentable de Morales o esta otra marmota de la Bullrich eran funcionarios de De la Rúa, de un gobierno corrupto que coimeó un Senado y les bajó el 13 por ciento a los jubilados, y ahora salen a decir que están defendiendo el salario de los trabajadores y por eso quieren que las reservas no se

–No. Me fui por una cuestión concreta: me quedé, como dice el tango, en la puerca vía. Sin un centavo. Me levantaba todos los días a las seis de la mañana para ir a hacer cola durante tres horas frente a los bancos para que me dieran cien dólares MÍOS. Y acá es cuando Luppi empieza a engranar en serio. La piel se recalienta; en algún lado se encendió un motor. –Y eso me pareció un insulto tan agresivo y tan desgastador que dije

–¿Por eso se fue a vivir a España en 2002?

una cosa? Si en este momento, por esas dinámicas propias del mundo y de la vida, aquí hubiese una dictadura, un porcentaje importante de esos periodistas serían delatores.

–Cuando usted habla de portavoces, ¿en qué lugar ubica a los periodistas de 6,7,8? –Pero, mamita, seamos estrategas: ¡es un programa contra doscientos cincuenta medios en contra! ¿Es una batalla justa? Hay cosas que he vivido en carne propia. Para la publicidad de Cuestión de principios hay periódicos que me han levantado tapas sin dar explicación alguna.

–¿Le han hecho alguna demanda por injurias? Mirtha, por ejemplo. –No. Durante muchísimos años respeté a Mirtha. Pero si una perso-

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04.04.10 na se pone a decir cosas ofensivas y gratuitas en un continente como el latinoamericano, donde ella vivió toda su vida, donde hubo décadas de feroces dictaduras con gente que murió luchando para erradicar esas dictaduras, donde la democracia que tenemos hoy ha sido gracias a la lucha de un montón de miles de personas, si una persona dice “a mí qué me importa Honduras”… Qué decir. Se puede ser ignorante, pero ser insensible es un pecado grave. Si no tenés la piel sensible estás jodido, se te acabó el mundo. La salvaje alegría A Luppi le acabaron el mundo, por última vez, en el año 2001. Pero logró inventarse otro. Conoció a Susana Hornos, se casó con ella y desde entonces están juntos. Sólo los separan treinta y siete años de edad. Y, en este momento, los kilómetros. Luppi ha estado yendo y viniendo entre Madrid y Buenos Aires por cuestiones laborales. Cuando está en Buenos Aires se cuida con la comida, hace Pilates, ve televisión. Todo tipo de televisión. –El otro día veía a esta chica, la que siempre está peleándose con el marido por televisión…

–¿Adriana Aguirre? –¡Esa! Estaba haciendo zapping

Entre Madrid y Baires. Por cuestiones laborales, Luppi va y viene. Cuando está en la Argentina, se cuida con la comida, hace Pilates y mira mucha televisión. y pasé por un canal y estaba ella y… ay. Una cosa tan… Ese tema de los liftings, las tetas siliconadas, las colas levantadas. Está bien: que se las haga quien quiera, pero hay un gra-

do de enfermedad, un exceso. Hay cosas espantosas, mujeres que han perdido feminidad y encanto.

–¿Y usted nunca pensó en teñirse?

–No. Y cuando voy a la televisión, si puedo, ni me maquillo. Lo ficticio me parece una traición. Ahí termina de sellarse la demanda del afuera, cuando en

realidad hay que centrarse en lo que uno tiene adentro. Hace un tiempo, viajando de España para acá, escuché a dos médicos que hablaban de una faja muscular

“Jamás pensé en teñirme y cuando voy a la tele, si puedo no me maquillo. Lo ficticio es traición”. para el pene. Te sacaban un pedazo de acá, te envolvían el pene y entonces el hombre tenía otro falo. Yo escuchaba y decía, joder, si fuera así uno corre mañana mismo a hacer eso. Pero lo que más me llamaba la atención era la espectacularidad del acto aparentemente médico, que planteaba eso como la única definición de lo humano.

–¿Siempre tuvo este pensamiento tan claro? –No, es un proceso. Limar mis contradicciones internas me llevó un tiempo. Pero después es más fácil. A ver: así como uno de chico, durante la pubertad, descubre la sexualidad y lo “pecaminoso”, de grande uno va descubriendo, como decía el poeta, el descenso por el lado oscuro de la luna.

–Usted tiene una mujer muy joven, ¿pensaron en hijos? - Estuvimos cabildeando para tener un hijo, pero… Me acuerdo de una poesía de la Pizarnik. Ella recordaba un poco la exuberancia juvenil y se preguntaba entre asombros “dónde fue la salvaje alegría”. ¡Qué definición! La salvaje alegría es la juventud, donde el sexo adquiere una monumentalidad desbordante: interminable. “Dónde fue la salvaje alegría”. Yo entiendo esa pregunta.

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BAMBUCICLETAS: UNA OPCIÓN COOL Y ECOLÓGICA PARA RODAR LA CALLE Por Tamara Smerling

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a primera fue La Bambucicleta. Le siguieron La Grandota, La Canalla, La del Colo, La que testearon en el INTI”, La Social, La que armé en Estados Unidos, La que era bien rockera, La que se llevó El Colo y, una de las últimas, que se llama La cortita y que de tan simple, con su manubrio angosto, vuela esquivando espejos retrovisores de los autos por las calles de Rosario. La idea se le ocurrió a un estudiante de cuarto año de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Nicolás Masuelli, a quien le interesa la investigación de los materiales renovables: pensó que era posible fabricar su propia versión del más ecológico y económico de todos los medios de transporte con cañas de bambú. Ya tiene más de treinta modelos de La Bambucicleta –como la llamó– y un par de socios en el emprendimiento: Leonardo Pellegrin y Hernán Nicci. “Arranqué en 2004. Era sólo un proyecto personal, sin ningún tipo de fines comerciales. Me parecía que las bicicletas comunes, en general, estaban pensadas para andar en las rutas o en las montañas, para el deporte en general, pero no para la comodidad de los ciclistas que la usan en su vida cotidiana. Entonces pensé en fabricar una bicicleta que fuera extremadamente cómoda y que no provocara dolores al andar por la ciudad”, dice el joven. Masuelli pensó primero en una bicicleta de metal, pero desechó la idea rápidamente. La opción de la caña de bambú se le ocurrió después, a partir de las investigaciones que hizo sobre cómo se utilizaba en los edificios y andamiajes de China por su propiedad antisísmica, porque es un material que se renueva muy rápido en los cultivos y porque su estructura es muy similar al acero. “La bicicleta es un medio de transporte muy cómodo, que te da sensación de libertad, mejora la salud del que la utiliza, tiene una infinidad de beneficios. Sólo que las que hay en el mercado son muy molestas. Mi primer pensamiento fue entonces armar un vehículo a pedal que fuera extremadamente cómodo, donde las piernas estén colocadas para darles potencia a los músculos, la espalda esté erguida, la cabeza en alto

Están hechas de caña de bambú con uniones de fibras resistentes en una matriz de resina. Hay modelos para distintos usos, como la de manubrio angosto para transitar por la ciudad esquivando los retrovisores de los autos. Ideadas por un estudiante de la Universidad de Rosario interesado en el uso de materiales renovables, cuestan entre 2.500 y 6.000 pesos. Las uniones entre las cañas son otra historia: un compuesto de fibras resistentes en una matriz de resina aeronáutica, que aparenta un plástico reforzado.

—¿Cuál es la bambucicleta en la que más te gusta andar por la ciudad?

Sustentable. A diferencia de los árboles que tardan 200 años en crecer, la caña se renueva en forma constante.

“LLAMAN MUCHO LA ATENCIÓN. LA GENTE SE ACERCA, LAS TOCA, PREGUNTA SI ES SÍMIL CAÑA”.

para ver el paisaje y no mirar hacia abajo como si se corriera una carrera. Mi idea era que el recorrido sobre ese medio de transporte se hiciera muy disfrutable, que no doliera más la cola, las piernas o la espalda por andar en bicicleta”. El bambú resultó entonces el material ideal para fabricar bicicletas más cómodas, y de las

1.300 especies que existen en la Argentina, el estudiante de la UNR pensó que la que precisaba era justo la que crece sobre los cañaverales del río Paraná, desde Misiones hasta el Río de la Plata: la Phyllostachys aurea. “El bambú es una planta gramínea. Se usa lo que está en la superficie y el entramado de raíces que está bajo tierra permanece vivo

hasta dar nuevos brotes. Lo interesante es que, a diferencia de los árboles, que tardan 200 años en crecer, el bambú permite que uno seleccione las cañas que están maduras, las coseche y ayude, también, de ese modo, a que la planta se renueve. Las propiedades que tiene este tipo de caña, su extrema resistencia y sus características estéticas, porque es un bambú lindo, que además tiene el diámetro apropiado, lo hace extremadamente preciso para este tipo de aplicaciones como las bicicletas”, dice Masuelli, que las consigue en Tigre o San Fernando.

EN GHANA TAMBIÉN SE CONSIGUEN

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as bambucicletas no fueron un invento argentino como la birome o el colectivo. Tienen sus mejores antecedentes en Ghana, África, donde la búsqueda de alternativas para el transporte de pasajeros llevó a la construcción de bicicletas con caña de bambú. Se le ocurrió a Craig Calfee, el pionero en el uso de la fibra de carbono y uno de los mejores constructores de bicicletas de alta gama de los Estados Unidos. El hombre desarrolla en África, junto a un grupo de ingenieros y científicos de la Universidad de Columbia, un programa para enseñar a los campesinos a construir sus propias bicicletas en bambú, incluida una especialmente diseñada para la carga que puede acarrear más de 300 kilos. El Programa de Calidad de Vida y Tecnologías Sostenibles del INTI, por su parte, tomó la idea de Nicolás Masuelli y diseñó un plan para impulsar, investigar y desarrollar formas de transporte “que aseguren la sustentabilidad ecológica, económica y social del modelo territorial de distribución de los usos humanos”.

—La diferencia entre los modelos se da por la geometría y por la posición del pedaleo. Algunas fueron pensadas para viajar erguido, la espalda derecha, enfatizando el paseo y son muy cómodas. Otros modelos, en cambio, son más aerodinámicos, el manubrio es más estrecho y permite viajar muy rápido entre el tráfico de las grandes ciudades. En Buenos Aires prefiero andar con La cortita, porque es como una aguja que pasa entre tantos autos. En Rosario me gusta viajar con una cómoda para ir paseando.

—¿Cuánto cuestan? ¿Son todas por encargo? —Algunas de las bicicletas las hice por encargo y pongo un precio a partir de la complejidad o los detalles que le ponga, le doy un toque artesanal para que sean únicas y no salgan como chorizos. Muchas quedaron entre los familiares y los amigos, otras las vendimos entre 2.500 y 6.000 pesos cada bicicleta.

—¿Qué les dicen en la calle cuando los ven arriba de una bambucicleta? —Llaman mucho la atención. Hay modelos que convocan para que te griten cosas desde muy lejos y otros que pasan más inadvertidos. Los que más nos miran son los nenes, que se copan mucho cuando las tocan con sus propias manos. Los adultos, en cambio, hacen un gesto como diciendo “no, no puede ser” y miran de nuevo para ver si es verdad lo que vieron. Son, en general, comentarios con buena onda, que generan una conversación porque te preguntan si es símil caña o cualquier cosa semejante, se acercan a mirar, todo con mucho asombro. Pero siempre, siempre, lo piensan dos veces. Lo que buscamos nosotros, en todo caso, es que genere un cambio de actitud, que el tipo se vaya pensando, le caiga la ficha y después se compre una bambucicleta para usarla en su vida cotidiana.

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04.04.10

SEAN UNIDOS, PORQUE ESA ES LA LEY PRIMERA Dos películas en cartel –Hermanos, del irlandés Jim Sheridan, y Dos hermanos, la nueva de Daniel Burman– ponen la mirada sobre un vínculo tan fundacional como conflictivo: la relación fraterna. De los Marx a los Jonas Brothers, de los siameses Bunker a los Joyce, historias de duplas famosas que establecieron sociedades inquebrantables o rivalizaron a muerte, según el caso.

¿ Por Cicco

Qué es un hermano, además de una serie de códigos genéticos compartidos? ¿Es un par, un socio, un rival puertas adentro que porta un mismo apellido? Si le preguntás a un especialista en terapias de vidas pasadas, te dirá que uno antes de venir a este mundo elige a su padre y a su madre, y sobre todo, a sus hermanos. No siempre el hermano es un aliado que lo ayudará. Muchas veces puede representar un rol más perverso: someterlo una y otra vez a superar una prueba que, quién sabe, usted ha venido a este mundo a aprender de una buena vez. Si le preguntás a un teólogo, o a un biblista, él te dirá que los textos sagrados abundan en historias de duelos entre hermanos como los de Caín y Abel, el engaño de Jacob y Esaú, el atentado de los hermanos contra José, desafíos donde el hombre saca lo peor de sí mismo y se vuelve contra los de su propia familia. Incluso, si le preguntás a un erudito especializado en mitología romana, te recordará la historia –mitad veterinaria, mitad fantástica– de Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y una sacerdotisa, amamantados por una loba. Hasta ahí, todo muy tierno. Sin embargo, el mito cuenta que, a raíz de una diferencia por ponerle nombre al territorio donde los hermanos levantarían una ciudad, Rómulo acabó con Remo y no hubo loba que lo salvara. Ahora bien, si uno deja de preguntar a los especialistas, a los que toman partido por una u otra teoría, descubrirá que allá donde busque, siempre hallará episodios de hermanos que, cuando se unen en una misma causa, llegan alto y hacen historia. En literatura, los hermanos Grimm. En cine, los Marx, los Cohen

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y los Wachowski –éstos últimoscreadores de la trilogía de Matrix–. En política, los Castro –Fidel y Raúl–. En rock, los metaleros hermanos Young –de AC/DC– y los Jonas Brothers. En el ramo ilícitos, los hermanos Kray –los más famosos criminales de Londres en los años 50–. En producción, los Warner Brothers –Sam, Jack, Harry y Albert, emigrados judíos de Polonia que se convertirían en reyes de la cinematografía–. En el rubro pioneros, los hermanos Wright –primeros en volar un avión en 1903–. La lista continúa. Sin embargo, la humanidad nunca fue testigo de un caso de unión tan intensa como la de Chang y Eng Bunker, allá en Siam en el siglo XIX. No los unía sólo la sangre, el apellido y una misma vocación artística. A Chang y Eng los unía su propio esternón. Además del esternón, tenían un cartílago y un hígado en común, lo cual hacía que en las fotos Chang y Eng siempre aparecieran abrazados –otros hermanos como Giacomo y Giovanni Tocci estuvieron tan hermanados que de la sexta costilla para abajo, lo compartían todo–. Los Bunker viajaron a los Esta-

resignado. En sus obras, años más tarde, Henry les dedicó a los hermanos mayores las peores descripciones y los segundos de la familia, como él, los papeles protagónicos. Fue su forma narrativa, literaria y genial, de hacerle a ese William un corte de manga. El lazo entre Vincent y Theo van Gogh fue, quizás, de los más fuertes entre hermanos: sobrevivió a toda adversidad. Mientras Vincent sufría, se quitaba una oreja como quien pela una naranja, y pintaba los cuadros que marcarían una época, su hermano Theo se ocupaba de mantenerlo, presentar su obra en sociedad, y buscar mecenas y compradores que salvaran a su hermano de la ruina. Las cartas entre ambos -se conservan 600 de Vincent a Theo, y 40 de Theo a Vincent– son un símbolo de la hermandad que todo lo puede, aun frente a la locura y el suicidio. “Puedo ciertamente en la vida y en la pintura privarme de Dios -escri-

Los Hermanos Marx, sociedad cómica.

“ES TERRIBLE TENER UN HERMANO MÁS INTELIGENTE”, DIJO STANISLAUS JOYCE.

Los siameses Bunker y los Castro, Fidel y Raúl.

dos Unidos y se casaron con dos hermanas –las Yates–. Aun cuando ellas acabaron peleadas, los hermanos –como dedo y uña, o mejor aún, como cartílago y esternón– se las ingeniaban para visitar la casa de cada una y tener relaciones, mientras el otro hermano permanecía, respetuosamente, en silencio, discreto y quizás leyendo una revista. Mal no les fue: Chang tuvo 10 hijos y Eng 12. Con el tiempo se convirtieron en los freaks más famosos de Norteamérica.

“ES UNA RELACIÓN QUE PONE FRENO A LA CRUELDAD” Por Luis Kancyper* a relación entre hermanos insta a tomar en cuenta que existe otro, semejante a uno pero diferente; incita a deponer la ilusión de que somos únicos o portadores de todo el poder; circunscribe el terreno de lo propio y de lo ajeno; y, por último, la presencia de lo fraterno inaugura cierta democratización de los vínculos, lo opuesto a la tiranía y al abuso del poder. Esto no significa que los hijos únicos sean tiranos, porque hay muchos hijos únicos que tienen consideración por el otro y muchos que tienen hermanos que son muy narcisistas. Tomar en consideración al otro pone un freno a la crueldad humana, a la avidez del poder totalizador. Los hermanos además se pueden aliar para compensar relaciones con padres que no cumplen funciones estructurantes. Pero sí es cierto que hay relaciones fraternas complejas. Hay hermanos que viven al otro como a un rival, sienten al diferente como enemigo y ahí se crean situaciones fratricidas o se desatan fantasías de robo, como los casos de robo de herencia. Para ellos hay una frase perfecta de Calderón de la Barca: “Para quien aspira a ser rey cada hermano es un estorbo”.

L

* Psicoanalista. Autor de El complejo fraterno.

Chang era enérgico y acabó alcohólico; Eng era pudoroso y reservado, pero se llevaban espléndido. Cuando un médico sugirió la idea de operarlos, ellos declinaron la oferta. Sólo pudieron cortar aquel cartílago que los unió durante más de 60 años después de muertos –con horas de diferencia– y únicamente a los efectos de colocarlos a cada uno en su respectivo ataúd. Chang, con su salud debilitada por el alcohol y una aneurisma, murió de neumonía. Cuando el médico llegó a la casa, a su lado Eng también había muerto. Su diagnóstico: murió de miedo. Así como existen hermanos que, esternón mediante, se repartieron iguales porciones de fama, también hubo hermanos que sacrificaron fama y atención en pos del más favorecido de la familia. Pero a veces, por más esfuerzo que hicieran, los resultados podían ser una patada bajo el cinturón. Como el testimonio que leerá ahora de puño y letra de uno de sus protagonistas. “Es terrible tener un hermano más inteligente”, escribía Stanislaus Joyce, el hermano de James, el autor del Ulises. “No me otorgan casi crédito en materia de originalidad. Sigo a Jim en la mayoría de las opiniones,

Los Jonas Brothers, del palo del rock.

pero no en todas. Creo incluso que Jim toma algunas de mí. En ciertas cosas, nunca lo sigo. En beber, por ejemplo, en frecuentar prostitutas, en hablar mucho… Percibo que me consideran absolutamente vulgar y carente de interés”. Aun para los amantes de Joyce, no está del todo claro hasta dónde James se apoyó en su hermano Stanislaus para consolidar su carrera y hasta dónde, para decirlo livianamente, se inspiró en sus ideas. Stanislaus le prestaba dinero, lo sacaba de los bares cuando James no podía pasar ni un test de alcoholemia a distancia, y lo defendía ante colegas que descreían de su genio. Además, le indicaba títulos para sus obras y lo alentaba cuando las editoriales le rebotaban sus libros –algo que sucedió desde 1906 hasta 1914–. Por otra parte, James no era muy generoso: le quitaba descripciones al propio Stanislaus para sus relatos, se apoderaba de ideas suyas para sus cuentos y, lo que es más grave, hay quienes creen que tomó la idea de Finnegan’s Wake de un diario de Stanislaus, donde jugaba con el monólogo del personaje a punto de dormir, pasaje que a James, según dijo, lo aburrió soberanamente. Pero Stanislaus perdonó esto y mu-

cho más: después de su muerte, se hizo cargo de la obra de James, y en honor a su hermano bautizó con ese nombre a su propio hijo. Lo que se dice, un hermano de honor. Hay casos donde, aun desde profesiones diversas, la sombra del hermano más célebre –junto con una serie de eventos desafortunados– perjudicó al menos famoso. Esto le sucedió a Paul Wittgenstein –hermano del filósofo Ludwig–. Inclinado a la música, participó, al igual que Ludwig, en la Primera

Los Wachowski, creadores de Matrix.

Guerra Mundial. Pero mientras el futuro filósofo salió indemne de la línea de fuego, Paul perdió un brazo, fue prisionero de guerra y sufrió en un campo de concentración. Y si bien siguió componiendo con una sola mano, la izquierda, para Prokófiev y Ravel, su hermano Ludwig se llevó las luces y la historia de Paul quedó en el olvido. Con los James sucedió a la inversa. A pesar de que hoy es más recordado Henry –el escritor– que su hermano William –filósofo y psicó-

logo–, el novelista vivía la presencia de su hermano mayor con cierto temor reverencial. Cuando era chico le preguntó por qué no lo dejaba jugar con él; el futuro psicólogo le explicó: “Yo juego sólo con niños que escupen y putean”. A pesar de que se llevaban pocos años –sólo 16 meses–, William era más rudo y más masculino que el autor de Otra vuelta de tuerca. Era un líder. “Ocupaba un lugar en el mundo que yo ni siquiera podía aspirar a llenarlo”, escribió Henry, más delicado y más

bió el hermano pintor– pero no puedo, en mi sufrimiento, privarme de algo más grande que yo y que es mi vida: la potencia de crear”. No todos tuvieron esa suerte. Muchas veces las colaboraciones, sumadas a una pizca de envidia familiar, sazonadas por un caldo de resentimiento ideológico, pueden empujar toda una obra fuera de la cacerola, como le sucedió a Friedrich Nietzsche. Cuando su salud mental pendía de un hilo –y casualmente ese hilo acababa de cortarse–, su hermana Elisabeth, dos años menor, viuda de un fanático antisemita que se quitó la vida en Sudamérica, se hizo cargo de él y de sus trabajos. Empezó a decir que las cartas que el filósofo escribía a amigos estaban dirigidas a ella, con el fin de probar la confianza intelectual que tenían uno y otro. Cuando Friedrich murió, Elisabeth tomó anotaciones sueltas

inacabadas y publicó La voluntad de poder. Y forzó comparaciones para asociar la obra de su hermano al antisemitismo. Creó el Archivo Nietzsche, financiado por el Führer, quien luego iría a su funeral. Y la confusión de la hermanita nazi llegó a tal punto que se evocó al filósofo durante los juicios a los criminales de guerra en Nuremberg –y no quedó precisamente bien parado–. Todo gracias al trabajo de hormiga de un hermano no con voluntad de poder. Con voluntad de joder. Así como la Biblia abunda en parábolas de hermanos en armas, también el rock posee pequeñas delicias de la vida fraternal en clave de guerra. En los 60, los Kinks en Inglaterra eran casi tan famosos como los Rolling Stones, con temas que encabezaban los rankings de las radios y un futuro artístico excepcional. Eran jóvenes, talentosos y sus discos vendían. Sin embargo, Dave y Ray Davis, hermanos en los papeles, en la práctica se transformaron en enemigos declarados, sus batallas campales estancaron su música y la banda se hundió definitivamente en 1996. “Sí, quizá vuelva a trabajar con mi hermano –dijo Ray, quien estará de gira durante 2010– y llegado el momento indicado, quizá también le vuelva a gritar”. Para este año, esperan editar un disco de los Kinks con viejas grabaciones inédita pero la discográfica todavía no puede disponer su salida pues los hermanos no se ponen de acuerdo en la fecha. Pero en el rock, el duelo entre los Davis suena a viejo. Hoy, la cadena de hermanos enfrentados la lideran Noel y Liam Gallagher, chispeantes y engreídos líderes de Oasis –con 20 millones de copias vendidas sólo con un álbum–, una banda que saca éxitos prácticamente a la par de rumores sobre sus peleas a los puñetazos. Hay anécdotas violentas de los Gallagher que concluyen en brazos y dientes partidos, patrulleros e internaciones en el hospital. Y existe un episodio durante la grabación de su segundo disco que sumó a la disputa un bate de cricket. Al fin de cuentas, no hay nada como un cricket para zanjar las diferencias entre hermanos. Y sentir que aún es posible la dulce fantasía de ser hijo único.

ESPEJO DONDE MIRARSE Leonardo M.D’Espósito o debe de haber relación más compleja y fatal que la de hermanos. Porque los hermanos (estadísticamente entre iguales y opuestos a nosotros, carga genética mediante) no se eligen, pertenecen por lo general a la misma generación y compiten por el afecto de los padres. Uno, encima –salvo monstruos, que los hay y el cine los ha mostrado– los quiere. En dos semanas hermanas, Hermanos y Dos hermanos muestran algunas alternativas al asunto. La primera, dos tipos que son tan diferentes que en algo se parecen: enamorarse de la misma mujer. El triángulo es complicado, porque literalmente desgarra a los tres que participan. Es cierto, hay una guerra en el medio que desata el conflicto, pero también es la fatalidad fraterna la que transforma una fatalidad –recuérdese que “fatum” es “destino”– en tragedia emocional. Dos hermanos parece otra cosa, una comedia –no exactamente, pero digamos– donde dos personas opuestas (hombre y mujer, apegado a la madre-desapegada de la familia, uno puede seguir la serie) aprenden más o menos a reconocer que en ese otro, después de todo, hay algo muy similar a uno. Eso también tienen los hermanos de bueno y malo a la vez: que terminamos viendo en alguien que nos han impuesto como compañía -sin preguntar, claro- que tienen algo de nosotros. Verlos es vernos en lo que tenemos de mejor y de peor: cuando Susana (Graciela Borges) ve a Marcos, ve lo que no quiere ser -un tipo apocado, tibio, que de a poco decide ser él mismo-; cuando Marcos (Antonio Gasalla) ve a Susana, encuentra el reflejo de lo más triste de su madre, adivinamos. Sin embargo, ambos tienen un gesto de generosidad hacia el otro porque, después de todo, son hermanos. Porque es así: incluso cuando los hermanos se matan unos a otros (¿se acuerdan de Adiós, hermano cruel, aquella adaptación sexy e italiana de Lástima que sea una puta, del isabelino John Ford?) nos da mucha tristeza. Después de todo, es como matar algo de nosotros mismos.

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Hermanos. La disputa por una mujer, tema del film.

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04.04.10

el salto del tigre La ribera del delta recobra el esplendor de décadas pasadas: remo, museos, restaurantes y una rambla junto al río para pasear en otoño.

Qué & dónde >Museo del mate. Lavalle 289, tel. 4506-9594. www.elmuseodelmate.com Entrada $ 10. >Museo Naval. Paseo Victorica 602, tel. 4749-0608. >Museo de Arte de Tigre (MAT). Paseo Victorica 972, tel. 4512-4528. www.mat.gov.ar >Club Canottieri Italiani. Mitre 74, tel. 4731-0685. www.clubcanottieri.comuv.com >Buenos Aires Rowing Club. Mitre 266, tel. 4749-0549. www.buenosairesrowing.com.ar >Club de Regatas La Marina. Paseo Victorica y Colón, margen izq. río Luján, tel. 4728-0076. www.clubregataslamarina.com.ar Una lancha con el logo del Club en Lavalle, antes del puesto de prefectura, cruza el río sin cargo. >Tigre Boat Club. Paseo Victorica 156, tel. 4749-0071. www.tigreboatclub.org.ar >Restaurante María Luján. Paseo Victorica 611, tel. 4731-9614. >Villa Julia, hotel y restaurante. Paseo Victorica 800, tel. 4749 0642. >Restaurante & bar Runas. Frente al MAT, hay que llamar para tomar la lancha al 4728-4004. www.runasrestaurant.com.ar >Paseos guiados en kayak. Paseo Victorica 50. Sábados, domingos y feriados salidas a las 10, 14 y 19. Diurnas $ 50 por persona, nocturas $ 100 con picada, fogón y guitarreada. Patricio Redman Tel. 154-164-8921 www.deltaenkayak.com.ar >Delta Eco Spa. Río Carapachay km 6, tel. 5258-7879 www.deltaecospa.com Almuerzos, día de spa y hospedaje desde $ 690 la noche. Almuerzos sólo con reserva previa.

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Por Silvina Pini Fotos Guadalupe gaona

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l Tigre pegó un salto. Desde hace unos años venía acomodándose desde arriba del placard y finalmente desplegó su fuerza. Basta ver los espacios públicos cuidados como jardines privados, la limpieza, las banderas de todos los países que flamean frente a la estación de trenes y que preanuncian que a las visitas se las recibe con la mejor vajilla. Pero la atracción ya no pasa sólo por el Mercado de Frutos, cambalache que hace rato dejó de limitarse a las cañas, mimbres, plantas y otros derivados propios del Delta, sino por la avenida Lavalle y a su continuación, el Paseo Victorica: treinta cuadras para recorrerlas a pie e ir parando a cada rato, donde no hay vendedores ni puestos ni nada que convoque al consumo. Lavalle es la costanera que está del otro lado del río Tigre, cruzando el puente ubicado entre la estación fluvial y la estación Tigre del ferrocarril Mitre. A las diez cuadras Lavalle pega la vuelta, se convierte en Paseo Victorica, y el río que lo bordea ya no es el de Tigre sino el Luján. Caminar por esta rambla verde llena de bancos y pérgolas con flores a cada paso es una invitación a dejarse mecer por el runrún del río y sus remeros. El remo no es sólo una actividad deportiva habitual en El Tigre y el Delta, sino un pilar de su historia. Justo en la vuelta donde Lavalle se convierte en Victorica hay un monumento al remero levantado por todos los clubes. Muchas asociaciones de inmigrantes han abierto aquí su club, la

mayoría durante el siglo pasado, y han competido entre sí desde entonces. Caminando por Lavalle puede verse de la margen opuesta del río el increíble edificio de 1910 que imita un palacio veneciano y que pertenece al Club Canottieri Italiani. Dos cuadras más adelante, también de margen opuesta, está el Buenos Aires Rowing Club, construido en un estilo Tudor en 1916 por los inmigrantes ingleses. Cuenta la historia del club que esa colonia encontró impulso para fundarlo, en 1873, en las palabras del entonces presidente Sarmiento, socio del Club de Botes del Tigre, cuando asistió a una regata y alentó la actividad diciendo “mens sana in corpore sano”. Sobre la margen opuesta del río Luján emerge el fastuoso Club de Regatas La Marina, construido en los años 20 con el esfuerzo de un grupo de españoles. Un edificio que deslumbra con sus escalinatas blancas, sus jardines y su gran rampa al agua para que los socios remeros despunten el vicio. Y si los ingleses tuvieron una importancia clave en el desarrollo del remo como deporte, fueron Eduardo Guerrero, un socio español de La Marina, y Tranquilo Capozzo, un tano de Canottieri, los que compitieron juntos en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952 y regresaron con la medalla de oro. El Tigre Boat Club, “Tibi, cí” –tal como se pronuncia su sigla en inglés– fue fundado en 1888 después de que un grupo de remeros ingleses se separara del Buenos Aires Rowing Club. Durante muchos años, el club estuvo abierto sólo para los ingleses y norteamericanos y sus descendientes. En los años 50, sus socios eran famosos por las peleas que armaban entrada la noche

y el alcohol, sobre todo con el Club de Remo Teutonia. Hoy está abierto al público y se puede almorzar o tomar un drink en su jardín delantero, gran galería y salón. En las nochecitas todavía templadas, el jardín es ambientado con antorchas y velas, hay una barra y toca un DJ. Adentro hay un pub irlandés con chimenea para tomar cerveza. La herencia inglesa sigue presente y se nota en algunos platos de la carta como Sgt. Pepper –unos bifecitos de lomo a la pimienta con milhojas de papas– y en la Bondiola & Hushbrown, una bondiola de cerdo asada con puré y cebollas glaseadas. Otro club donde se puede comer es el Regatas La Marina. Una lancha cruza sin cargo el río Luján y el invitado puede almorzar y permanecer hasta tres horas en el club. La lancha, identificable a simple vista, se toma cerca del puesto de prefectura, justo donde Lavalle se convierte en Victorica. También cruzando el Luján, pero después del Museo de Arte de Tigre, está el Club de Remeros Escandinavos. Su restaurante, Runas, ofrece almuerzos en el salón y deck con buenas vistas. Otras opciones para comer sin tanto glamour histórico son la decena de bolichitos con mesas en la vereda donde preparan el clásico argentino MPP (minuta-pastaparrilla), a lo que se suman las hamburguesas y las pizzas. María Luján, frente al Museo Naval, es el único en ofrecer una cocina más elaborada y mejor ambientación, pero es más caro. Delta Eco Spa, un lujo en el agua Aunque hay que tomarse una lancha privada en la Estación Fluvial y

navegar media hora por el río Carapachay, el recientemente inaugurado Delta Eco Spa es un hotel, restaurante y spa pensado para un público exigente. Se trata de un complejo de veintitrés cabañas y un lobby central donde se concentran el restaurante, dieciséis habitaciones y el spa, comunicados por pasarelas que recorren el verde exuberante. El estilo es una mezcla de Bali con el Delta, lujoso pero cálido. Aquí es posible pasar el día, almorzar en el salón o en el deck con vista al Carapachay, tomar un masaje, nadar en la piscina climatizada, caminar por senderos y pasarelas entre el lago artificial y, obviamente, dormir. No admiten chicos y el silencio es impagable: sólo se escucha el viento de otoño. El chef Marcelo Guidobono ideó una carta liviana y moderna, con tartas, sándwiches, pizzas y picadas sofisticadas, pero también con platos más elaborados como el riquísimo lomo en su jugo sobre crostini de maíz ($ 47). Ofrecen varios programas de día de spa y algunos incluyen un menú light servido dentro del propio spa, para no tentarse en el otro salón. Delta Eco Spa es un oasis verde que logra

que Buenos Aires quede a miles de kilómetros. REMO Y KAYAK PARA PRINCIPIANTES Ninguno de los grandes clubes de remo alquilan botes a los no socios, pero sí muchos de ellos admiten que un socio lleve en el bote a un invitado. Para probar, entonces, basta con conocer a algún habitué y pedirle compartir el esfuerzo. No hay que confundir el remo con el kayak ni el canotaje. El kayak es el bote en el que las piernas quedan fijas y un remo de dos palas se va metiendo en el agua alternadamente. El canotaje se realiza con un solo propulsor que empuja el agua de un lado u otro, según la dirección que se quiera tomar, mientras que el remo, que es disciplina olímpica, es el que se practica con dos palos sentado sobre un asiento que se desliza para potenciar la fuerza. Pueden ir uno o más remeros, pero siempre alguien debe quedar a cargo del timón. Antiguamente este puesto lo ocupaban las damas, que hoy transpiran a la par y lucen sus bíceps. Muchos de quienes han salido a remar invitados se fanatizan y piensan

seriamente en asociarse a pesar de que se trata de una actividad física descomunal que involucra brazos, piernas y abdominales –los callos en las manos aparecen a los tres minutos–, que se practica al rayo del sol y, según la hora, con un intimidante movimiento de barcos, lanchas y jet ski alrededor. Lo que sí se puede hacer con sólo tener ganas es la experiencia del kayak. Los hermanos Redman, junto con otros instructores, organizan salidas diurnas y nocturnas desde el Paseo Victorica. De día los paseos duran cuatro horas en total, con una parada en una isla donde esperan a los paseantes con una picada, bebidas sin alcohol y guitarreada. Los grupos siempre parten con varios instructores y cuentan con todos los permisos y habilitaciones requeridos. Este paseo tiene un costo de 50 pesos por persona. Las salidas nocturnas son más cortas, duran dos horas, y también incluye la parada en la isla: el costo es de 100 pesos por persona. Los botes son de a dos y cada participante lleva su salvavi-

das y su gorro de minero, con luz en la frente. Los Redman recomiendan la travesía nocturna sobre todo en noches de luna llena que anuncian desde la web. Siempre hay que anotarse previamente. UN DÍA EN EL MUSEO En Lavalle y Paseo Victorica hay tres museos que valen la pena. El primero en el recorrido es el Museo del Mate, una casona de dos plantas y siete salas que alberga más dos mil mates, desde uno de porcelana realizado para el centenario hasta otros muy emotivos como el donado por un ex combatiente de Malvinas: media lata de gaseosa y el canuto de una birome Bic fundido en un extremo y con agujeritos. Después de la visita, se puede, cómo no, tomar mate con bizcochitos en el jardín. Los extranjeros lo intentan algo asqueados de compartir la bombilla. Más adelante está el Museo Naval, fundado en 1892, que en sus comienzos fue uno de los primeros talleres de la marina y estación de torpedos. Además de banderas, ma-

pas, cañones, municiones, armas y torpedos, hay una interesante colección de maquetas que muestran la historia de la navegación mundial. Pero sin dudas el museo estrella es el Museo de Arte de Tigre, inaugurado en 2006 con toda la pompa en un edificio impresionante de la Belle Époque construido en 1906. Antiguamente fue el Tigre Club, llegó a tener 25 mesas de ruleta en los años 30 y sus fiestas eran legendarias. Ahora, hecho museo, marca la agenda del arte plástico: el sábado 27 inauguró la muestra Siete imaginarios y una realidad, artistas plásticos solidarios en el mes de la memoria, que reúne obras de Felipe Noé, León Ferrari, Adolfo Nigro y Diana Dowek entre otros. El MAT, como los clubes de remo y otros edificios, son una muestra del glamour que tuvo la zona en la primera mitad del siglo XX cuando la alta sociedad porteña venía a pasar el fin de semana. Hoy es posible espiar aquel pasado y disfrutar de un Tigre anticonsumo del otro lado del río.

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04.04.10 fotos DIEGO SANDSTEDE

Fashion nikkei La cocina peruana fusión tiene su versión más sofisticada en Osaka, un restó de Palermo, donde hay que reservar con varios días de anticipación. Por Silvina Pini

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ace casi cinco años, los restaurantes peruanos salían del estilo de comedor popular con pringosas cartas de hule y tele para vestirse de gala. El primero fue sin dudas Osaka, en la esquina de Soler y Fitz Roy, en Palermo, cuando todavía no se había definido como polo gastronómico. En 2005, Osaka se imponía como un lugar selecto y caro que iba a elegir cuidadosamente su clientela, si no con un morocho en la puerta como hacen las discos, sí con precios altos y un estricto sistema de reservas. Cinco años más tarde, lo ha logrado. Para cenar hay que reservar con una semana de anticipación y los clientes, la mayoría habitués, parecen pertenecer a un grupo homogéneo y selecto. En sus primeros años se negaron a tener tarjetas, como parte del método selectivo. Las plantas de bambú en la puerta dan privacidad a las celebrities que van a comer. Una chica joven y alta, vestida a la oriental, conduce al que reservó hasta su mesa. El salón de la planta baja está sectorizado, hay un sector de boxes, otro de mesas, una importante barra junto a los sushimen y otra de tragos. Paredes y

pisos de cemento, piedra, madera oscura, algunos cuadros modernos y iluminación perfecta. En el primer piso, hay un salón más chico y una terraza también protegida con cañas de bambú. Digamoslo de una vez: es la mejor cocina nikkei de Buenos Aires. La fusión de la cocina peruana con la japonesa no es mezclar la Biblia con el calefón. Tiraditos, ceviches, sushis, rolls, causas, combinan técnicas japonesas y productos peruanos con un pescado fresquísimo y presentaciones estéticas. También hay platos de cocina, woks y de la parrilla, pero en porciones moderadas porque, coherente con la filosofía oriental que no tiene entradaplato-postre, sino simplemente “platos” calientes o fríos, crudos o cocidos, la idea en Osaka es comer hasta decir basta. Es difícil decidirse entre el sushi, los ceviches o tiraditos, pero el carpassion ($ 69) es un tiradito imperdible: salmón rosado, miel de maracuyá, berro y rollitos de masa philo crocante. Otro de pescado blanco es el tiradito nikkei ($ 65), con salsa de soja y wasabi son aji limo y cilantro. Las causas de pulpo ($ 26) son bolitas de puré de papas amarilla con salsa de wasabi y palta con pulpo confitado a la parrilla con ají panca. Riquísimas y muy vistosas –llegan con un centro de

imperdibles

Osaka Público: las cazafortunas deberían sacar un abono: directores creativos, producores de espectáculos, zapateros prodigiosos y petisos, en fin, billetera mata galán. Y se las ve, rubias, sensuales y en la barra. Terraza: puede fumar y vivir la vida loca de los decks palermitanos Delivery: no es lo mismo porque el ambiente y público no entran en el packaging, pero la comida se pide en el 4878-5101. Drinks: la barra de tragos y piqueos es una opción para ir a Osaka sin dejar el sueldo.

fuego– son las Tai scallops ($ 65), vieiras en salsa de curry rojo y puerros. Para seguir con lo caliente, los fashion shrimps ($ 65) son langostinos en salsa de maracuyá y maní, un buen mix de dulce, ácido y crocante. De los platos “principales”, el sakana anticucho ($ 65) es una brochette de pescado, puede ser mero, marinado en sake con crema de rocoto (ají picante) y emulsión de cilantro acompañado de croquetas de causa. Los postres van de la innovación a los clásicos peruanos como el suspiro limeño

Al mostrador.

($ 35), dulcísima crema preparada con leche condensada, leche evaporada y lemmon gras o la moderna espuma de lychee y durazno ($ 35). La carta de tragos es más importante que la de vinos, con muchos drinks preparados con sake y piscos de origen. La atención a cargo de mozos mixtos y jóvenes es eficiente y explican al detalle cada plato con ingredientes desconocidos para el primerizo. La clave en Osaka es mirar el plato, disfrutar cada bocado y olvidar la cuenta.

¿Abrieron para competir con el Starbucks de enfrente?

El restaurante de la familia Schuster ahora ofrece los domingos un brunch imperdible: mesas de fríos, estaciones calientes, platos de la cocina, del horno de barro y una mesa dulce como para olvidar cualquier dieta. Como yapa, preparan un auténtico pastrón judaico, para comer con pepinos y pletzalej y kibbes. El chef peruano, Hugo Zevallos Varas, se luce con la ensaladita de quínoa y cítricos y los shots de rúcula, brie y remolacha. Domingos 11.30 a 16, $ 155 con una copa de espumante y dos de vino por persona. Monroe 890, Bajo Belgrano. Tel. 4787-4848 www.manerorestaurante.com

Sí y no. Sí preparamos cafés fríos saborizados, pero nosotros no apuntamos a un público tan joven y además hacemos todo casero: panes, mermeladas, budines…

¿De qué trabajaste antes? Fui utilero en un teatro, morí en un call center y fui el asistente de un fotógrafo.

Y si los comparás con este trabajo, ¿con cuál te quedás? Por lo general los hoteles buscan brindar a sus huéspedes servicios de relax, entretenimiento y gastronomía. En el Prodeo es al revés: la acción es la protagonista y la posibilidad de hospedarse, secundaria. El Hotel Prodeo parece un restaurante, un lounge, un boliche. El sistema de sonido instalado para que suenen genial los DJs es tan importante como la piscina iluminada de noche, camino obligado hacia la disco, o la barra de tragos, todo en el marco de una arquitectura industrial. El chef holandés Jeroen Van den Bos ideó una primera carta potente para acompañar tragos: batatas bravas a las especias Jerk; pincho de lomo y mollejas a la plancha; chips de ajo, dip de miso, vino tinto y wakame,y bondiola de cerdo a la mostaza de Dijon son algunas de las mini porciones que se comen entre luces, chicas y música. Gorriti 5374, Palermo. Tel. 4831-4471. www.prodeolounge.com

12/ vitamina c

Estado de ánimo al pagar: llorará muchísimo, como si le hubieran arrancado un brazo y le hubieran pegado con él.

Datos Soler 5608, Palermo. Tel. 4775-6964. Reservas de 10.30 a 18. Abierto de lunes a sábado mediodía y noche. Precio promedio por persona $ 190 tres platos y una copa.Sólo American Express.

Tomás Lecuna, 22 años, tres meses en Central Cook

Brunch en Manero

Hotel Prodeo: lounge, tragos y platos

Show off: No se sienta intimidado. Haga como las tías en la peatonal de Mar del Plata y juegue a encontrar famosos.

Con éste, hago más cosas. Un día estoy en el salón, otro hago el café, es más divertido.

¿Fue complicado dominar la bandeja? Los primeros días la agarraba como si fuera mi vida, pero no se me cayó nada.

¿Aceptaste fácil calzarte ese gorrito rojo de pirata? Sí, me copa.

¿Cuántas chicas te anotaron el teléfono en la servilleta? A mí todavía no, a un compañero sí. Además estoy de novio y me novia viene cada tanto. Central Cook, Federico Lacroze 2300, Belgrano. Tel. 4774-0111.

EL SABOR DEL FIN DEL MUNDO Por Elisabeth Checa l proyecto neuquino de San Patricio del Chañar, del empresario uruguayo Julio Viola, transformó el paisaje de la enología argentina. El clima permite una maduración lenta y armoniosa de las uvas, lo que posibilita una óptima relación entre azúcares y acidez, excelente coloración y buena cantidad de sustancias aromáticas. La Bodega del Fin del Mundo, con sus 850 hectáreas, fue pionera. Lo de Viola no ha sido pregonar en el desierto. Si el milagro se hizo posible fue por la tenacidad de un visionario, pero además por las virtudes de un suelo seco y difícil, castigado por los vientos, y por la excepcional amplitud térmica mayor a los 20 grados en la etapa de maduración de la uva. Y el agua, esencial, que se obtiene por el sistema de riego por goteo de origen israelí, proveniente del río Neuquén. El proyecto ya tiene diez años, se nota en la calidad de los vinos. Se sabe que los viñedos jóvenes mejoran año a año; de esos primeros vinos probados en el año 2003 hasta los últimos, son cada vez mejores. La mano del enólogo Marcelo Miras es visible, un mendocino que conoce todo sobre la zona ya que fue el técnico de Canale durante años; también del asesor Michel Rolland, el famoso Monsieur Merlot propietario de varios châteaux en el Pomerol. Tienen un amplia franja de estilos y de precios, desde los Ventus y Postales de Fin del Mundo, varietales sin madera y bivarietales, la línea Newen –recomiendo especialmente el Pinot Noir–, Fin del Mundo Reserva y un fantástico blend elaborado con el trío clásico de los assemblages argentinos: Malbec-Cabernet Sauvignon y Merlot, pero con carácter patagónico. No hace mucho asistí a una cata vertical, del vino top, Special Blend, es decir el mismo vino con diferentes añadas de cosecha, desde 2002 hasta 2006. Según pasan los años se puede apreciar no sólo el paso del tiempo, sino las características de cada cosecha, el cambio de estilo de los vinos y otros inefables. También elaboran un excelente espumante. Como tantas bodegas modernas, desde hace dos años empezaron a sacar una línea de varietales, Single Vineyards, con uvas de un sólo terruño de características particulares. En los viñedos de Bodega de Fin del Mundo se cultivan, además de los cepajes clásicos como Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Semillón, Malbec y Merlot, algunas variedades poco obvias: Cabernet Franc, Petit Verdot, Tannat. En todo caso, si la bodega tuvo un éxito inmediato con sus Pinot Noir, ahora Rolland está asombrando con su Malbec. Es el cepaje que representa a la Argentina en el mundo. Neuquén y sus nuevas bodegas, que for-

man otra ruta del vino, está transformándose. El vino produce milagros en el desierto. También en el desierto gastronómico. Un ejemplo es el flamante restaurante La Toscana, de gente muy joven, que practica una cocina de inspiración rústica, con preparaciones simples en el horno de barro y en la parrilla a la vista. Vinos y comidas son más sensuales que el petróleo. Y este otro Neuquén, lejos

de los lagos, los bosques y las montañas y que promete ser un polo turístico para los amantes del vino en el mundo, acaba de trasladarse a Buenos Aires, exactamente a Palermo. Hace unos meses la familia Viola se asoció con la familia Eurnekian y recientemente se inauguró en el mismo edificio de Aeropuertos 2000 un amplio espacio dedicado a Bodega de Fin del Mundo, con características

arquitectónicas que remiten a la Patagonia. Cuenta no sólo con salones para degustaciones y charlas, tiene una propuesta gastronómica acorde a cargo del inspirado chef Pablo Buzzo del Hotel Paihuén, con delicias del sur: truchas, ahumados, cordero patagónico y frutos rojos. Por el momento está destinado a encuentros especiales y privados, pero en breve será abierto al público en general.

LA BOTELLA BODEGA CAVAS DEL 23 Beviam Tocai Cosecha 2009. ($ 42)

Tocai Friulano es una rara variedad de origen italiano con la que se elaboran muy pocos varietales en la Argentina. Este varietal, con uvas del desierto mendocino, tiene un seductor color amarillo verdoso y un aroma intenso que recuerda a pomelo rosado. En boca se repiten el cítrico y el floral. Un vino muy fresco y con un largo final perfecto para picanteces peruanas, sushi o platos del sudeste asiático. Divino como aperitivo del final del verano.

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moda real . la Falda

04.04.10

Mercedes, 26 años y es de Corrientes. Collar ($ 150) diseñado por ella, remera básica sin marca y la falda está hecha con una pollera vieja. Zapatos viejos de De María. Pañuelo ($ 7) comprados en una galería.

Victoria, 26 años. Remera comprada en Berlín, falda (unos $ 250) de A.Y. Not Dead y bucaneras (alrededor de $ 180) de Chocolate. Zapatos (arriba de $ 400), Mishka.

Luciana, 28 años. Remera ($ 12), falda ($ 8) y botas ($ 10), todo de feria americana. Gafas Bvlgari, regalo de su marido. Cartera de una feria de San Justo.

Candela, 24 años. Remera vieja y falda (unos $ 200) de Como quieres que te quiera. No recuerda marca ni precio de la cartera y zapatos.

Producción: María Fernanda Mainelli Fotos: Diego Paruelo Patricio Pidal

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El fútbol nos ametralla, nos hunde, nos esclaviza a su juego; s evidente, queridos lectores, que muchas cosas a su dinámica pica carne. En el mundo de la pelota hay de en nuestras vidas pasan por la pelota, aunque Realismo atolondrado todo: malas políticas, corrupción, burocracia, estafas, engaños. muchos pretendamos negarlo o restarle Será por eso que nos sentimos tan atraídos por el fóbal. En el importancia al bucólico mundo obsceno de la mundo de la pelota importa todo menos la pelota, pelota. Y nos quejemos en público cada vez que casualmente. vemos en un bar a tres tipos mirando un Sin ir más lejos, faltan apenas unas semanas para que partido y bajándose una birra: “¡Cómo pierden el tiempo estos comience el campeonato del mundo. ¡Otro más! Habrá aparatos mirando fútbol!” fanatismos, venta acelerada de entradas, bares llenos, banderas Aunque muchas mujeres (que en esta ciudad andan por todos lados. La locura del fútbol nos comerá el corazón, las armadas) se nieguen rotundamente a quedar pegadas con Por uñas, la saliva, todo. Un país entero, 50 millones de pelotudos el insoportable mundo de la pelota, lo cierto es que más de Washington Cucurto esperarán que Messi sea el jugador del mundial y gane 50 una admira la belleza del Ogro Fabbiani o de Demichelis millones de euros por mes. Un país entero levantará una falsa para poner dos casos. ¡Hasta he sabido de algunas que les copa símbolo de un aún más falso espectáculo. ¿Qué pasaría si gusta la “facha” de Tevez! Todas las mujeres, más allá de que lo nieguen, en el fondo son peloteras o botineras o se sienten atraídas por la ahora les dijera quién será el campeón del mundo? ¿¡Cómo!? ¿Ya se sabe? El Mundial engrosará cuentas corrientes de empresas de aviones y de turismo. masculinidad griega que emerge de las canchas. O cuál de todas esas caraduras Cuentas corrientes de empresas auspiciantes, de autos, de internet, de cervezas, de me va a negar en la cara que no le gusta la belleza de los jugadores brasileños, ropa deportiva y de todo lo que se les ocurra. Lo que se dice un negocio redondo. que son un puro clishé del culito parado y la pielcita oscura, amarronada, con Seremos los consumidores, estaremos encima de la ola mundialista que nos venderá gusto a playa y olor a mar. ¡Y encima los guachos le agregan un arito de rubíes lo que sea. O lo que se les ocurra. Las empresas de electrodomésticos tienen las de 124 mil euros! mejores ofertas, con hasta cien cuotas sin intereses, por la compra de un televisor. El fútbol es una calamidad. No hay dudas de que el mundo de la pelota, el

La pelota

NICOLÁS CORREA

estúpido fútbol, influye en nuestras vidas más que los astros o una consulta al cardiólogo que, ante nuestra existencia sedentaria nos alerta que “hagamos algún tipo de deportes”. Nos atrae, mal que nos pese, nos gusta. Por supuesto que si vamos a la Bombonera corremos el riesgo de que nos fajen los hinchas o bien la policía. Nos jugamos a que nos afanen, nos roben un hijo si vamos con ellos o que nos aburramos con el partido y terminemos mirando el espectáculo de las tribunas. Es así, el fútbol es pura contradicción. Nuestras vidas también son un puro ramillete de contradicciones, sentimientos encontrados y caprichos. Por eso admiramos a señores tan extraños como Riquelme que, a cada aparición pública, insiste con que siempre dice la verdad y a nosotros nos queda la sensación de que nos está mintiendo. Una casi inmoralidad es el encargo de levantar las banderas de una infrecuente ética deportiva. Por ejemplo, la palabra “códigos” es un invento del fútbol argentino. Códigos, de por sí, no significa nada, pero en boca de pelafustanes del nivel de Diego, Cani, Bati, la Pulga o el propio Román, parece sagrada.

Serán dos meses insoportables, adulando o insultando al dios de este país: Diego Maradona. Si Messi no juega, no rinde, si no hace cabriolas como un mono con la pelota, será el enemigo público número uno. Si triunfa, triunfaremos todos. Esa es la idea del deporte. Por supuesto que, gracias al fútbol, nosotros, los espectadores, los que estamos lejos del negocio, no nos beneficiaremos ni con una alegría. ¡La lista! ¡Lo más importante es la lista que en estos días dará Maradona! La lista de los 23 pelafustanes que irán al Mundial, que tendrán el privilegio histórico de ponerse una camiseta de fútbol y ser fotografiados por cien mil reporteros gráficos. Ellos y sólo ellos cantarán el himno más fuerte que nadie en el primer partido ante Nigeria. ¡La lista! Como redactor de este diario tendría que saber la lista antes que nadie. Ojalá la lista sea inesperada y refleje algo del sentimiento argentino. Ojalá no sean siempre los mismos, sino otros nuevos, distintos, otros de otro palo. Porque, desde ya les digo, con este equipo no vamos a ningún lado.

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