Las importaciones no salen del contenedor

          Las importaciones no salen del contenedor La figura es dolorosamente perfecta. Un círculo que se reproduce de manera infinita y al que el G

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IMPORTACIONES SUDAFRICA
IMPORTACIONES EN SUDAFRICA David Pérez Ricoy Becario del IDEPA en la Oficina Económica y Comercial de España en Johannesburgo Agosto 2009 1 INDIC

ANALISIS DE LAS EXPORTACIONES E IMPORTACIONES DEL ECUADOR (II PARTE)
ANALISIS DE LAS EXPORTACIONES E IMPORTACIONES DEL ECUADOR (II PARTE) IMPORTACIONES DEL ECUADOR Sector Consumo El sector consumo en el Ecuador ha ido

Históricamente, representan el 80% del volumen de las importaciones nacionales
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Las importaciones no salen del contenedor La figura es dolorosamente perfecta. Un círculo que se reproduce de manera infinita y al que el Gobierno, necesariamente, tendrá que ponerle fin para recuperar la economía en recesión. La falta de dólares es palpable y entonces la administración K opta por recortar las importaciones, buena parte de ellas insumos intermedios utilizados para la fabricación de productos de exportación. Ergo, caen las ventas al exterior e ingresan menos divisas al sistema. Y, nuevamente, deciden ajustar los controles sobre las divisas, caen las impo, merman las expo, se generan menores ingresos... y todo vuelve a empezar. Esto que parece un cuentito de la macroeconomía nacional tiene su impacto directo en lo micro, en los diversos sectores que desde hace largo tiempo han comenzado a sufrir faltantes en sus stocks de insumos, y que a veces logran suplantarlos por una versión nacional, pero en otras no les queda más que aguardar de brazos cruzados a que le den luz verde a sus importaciones. En la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) hacen lo que pueden, tal como explica a FORTUNA su gerente, Miguel Ponce. “Las mayores restricciones a las importaciones se dieron desde el mes de julio, con el agravante de que las condiciones de pago cambiaron y lo que antes se comercializaba a 120 días comenzó a venderse a 30 días. En algunos casos también se exige el pago por anticipado. Esto generó un endurecimiento muy grande”. Los importadores y los empresarios industriales se sienten rehenes de esta estrategia de pinzas que ensaya el Gobierno, que taló a la mitad el monto de autorización de cada Declaración Jurada Anticipada de Importaciones (DJAI): antes era de u$s 300.000 y ahora pasó a ser de u$s 150.000. “Hasta hace un tiempo atrás sólo hacían falta las DJAI, que eran condición necesaria y suficiente para traer bienes o insumos del exterior. Ahora, además, hay que ver si el Banco Central habilita los dólares para cerrar la operación”, subraya Ponce. LO QUE FALTA. El sector automotriz, por el volumen y el monto de sus operaciones, es el que más ha padecido esta política. Las compañías nucleadas en la Asociación de Fabricas de Automotores (ADEFA) han negociado con el Ejecutivo no sólo su continuidad en el programa Pro.Cre.Auto, sino también una apertura más generosa de la boca de importaciones. Algo consiguieron, pero no es suficiente. Por lo pronto, el mecanismo oficial contempla darles u$s 100 millones mensuales, en cómodas cuotas de u$s 25 millones semanales, para la compra de autopartes. “El Gobierno les dio ahora la posibilidad de importar más, otorgándoles un cupo de u$s 100 millones por mes. El problema es que las empresas pensaban que esa suma era para cada una. Imaginen la reacción cuando se enteraron de que el monto era para todas en su conjunto. Es la tercera parte de lo que necesitan las terminales automotrices para operar”, destaca Ponce. En ADEFA, por la tensa pulseada que mantienen con Economía e Industria, prefi eren no hacer pública su postura. Sin embargo, dejaron saber que la estrategia de estirar los plazos de pago, tal como les pidió Axel Kicillof –buscaba que fueran de 90 días promedio–, ya no resiste. “Les pedimos a los proveedores que nos hagan el aguante, pero 180 días de plazo, como está ocurriendo por la falta de divisas, ya es mucho”, murmuran. La demora en el pago ha llevado a que la economía argentina acumule más de u$s 5.500 millones de deuda en importaciones, de los cuales el 50% corresponde al sector automotriz. La calle Warnes es a la mecánica lo que la avenida Corrientes a los teatros y las librerías. Una pasarela flanqueada por variopintos locales de ventas de repuestos, talleres y otras yerbas que, hoy por hoy, padecen el estrangulamiento de las importaciones. Basta preguntar para enterarse. “Renault no trae repuestos hasta el año que viene, está todo cortado –le cuenta un comerciante a esta revista–. Tampoco se consigue nada de BMW. Hay autos que directamente están parados. Hay que pensar que un vehículo tiene un 15% de piezas nacionales, casi el 80% del auto son piezas importadas”. Del monto que Argentina adeuda por importaciones impagas, el 25% corresponde al ramo de la electrónica, donde se destacan las empresas de telecomunicaciones, buena parte de ellas armadurías asentadas en Tierra del Fuego.

       

          Podría entenderse que razones de geopolítica, como mantener poblado el desértico territorio austral, lleven al Gobierno a apuntalar estas multinacionales, pese a la fuga permanente de divisas en importaciones y su nula contrapartida en exportaciones. Pero la escasez de dólares es tal que hasta ellas han comenzado a padecer las consecuencias. “Argentina necesita dos millones de tarjetas Sim por mes debido a la enorme cantidad de celulares que se venden. A este ritmo, a fin de año nos quedamos sin celulares, sin aparatos. Las empresas del sur no tienen dólares para importar los insumos”, confiesa un vocero de Claro a FORTUNA. Pero a las empresas de telecomunicaciones no sólo les preocupa el corto plazo, sino que además tienen la mira puesta en la avanzada licitación para la tecnología 4G. “El progreso de este segmento implicará que las móviles tendremos que hacer una inversión muy fuerte en equipos de acá a cinco años. Es la única manera de concretar el proyecto y satisfacer la demanda. Eso implica más importaciones”, explican en Personal. En Claro remarcan que LTE (Long Term Evolution) sería un gran avance. “Implicaría nuevos chips, U-SIM, pero será clave determinar quién será el proveedor, si se importará o se fabricará acá. Las plantas no tienen dólares para pagar insumos para importar, lo que tienen lo usarán para importar aparatos. Y para LTE hay que inslatar nuevas antenas. Es un proyecto pesado, estamos hablando de alrededor de u$s 2.000 millones”. Y agregan: “La LTE podría tratarse de una inversión de u$s 500 millones de cada empresa (las tres de siempre más alguna nueva). Es decir, más de u$s 1.500 millones para infraestructura, antenas, fibra óptica para conectarse”. El Gobierno aguarda ansioso esa suma, sin embargo las telefónicas ya abrieron el paraguas y pidieron que la oferta económica ganadora pueda abonarse en pesos, al tipo de cambio oficial que muestren las pizarras del Banco Nación. CUESTA ABAJO. La merma de las importaciones y su impacto en el aparato productivo es evidente. De acuerdo a un informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), que conduce Marcelo Elizondo, las compras de insumos y bienes del exterior “en el primer semestre de 2014 fueron de u$s 33.094 millones, mientras habían alcanzado en el primer semestre de 2011 los u$s 34.235 millones, en igual período de 2012 los u$s 32.310 millones, y en similar lapso de 2013 los u$s 35.966 millones”. Y añade: “No sólo las importaciones son más bajas que en 2013 sino aún también más bajas que en 2011, cuando aún no estaban en vigencia los más estrictos controles a las compras desde el exterior”. Pese al derrumbe, aclara, el Gobierno sigue dándole prioridad a los insumos destinados a la producción, con el fin de amortiguar la recesión económica. Otro rubro sensible adonde se ha sentido la carencia de insumos es en la medicina. Los sindicatos han denunciado la falta de jeringas de 5, 10 y 20 centimétros cúbicos. El único fabricante nacional es capaz de abastecer el 30% de la demanda, explican. En general, faltan algunas marcas de alta calidad de origen estadounidense, que han sido reemplazadas por insumos chinos. La Secretaría de Comercio, en su defensa, argumentó que en los primeros 9 meses del año autorizó DJAI para el sector por u$s 715 millones, contra los u$s 667 millones de igual período del año pasado. Pero la nominalidad no tiene porqué respaldar la calidad de los productos comprados. Extrañamente, la cirugía estética parece vivir en un oasis. “Se trabaja todo con insumos importados. En materia de prótesis no existen laboratorios nacionales. Pero por suerte no hay problemas con la importación”, le comenta a FORTUNA un cirujano plástico con nutrida cartera de pacientes. Curiosidades de nuestro comercio exterior, el médico narra sorprendido: “Venden todo a dólar oficial, botox, prótesis, expansores. El otro día tenía que facturarle a un cliente prótesis por u$s 990, y resulta que a mí me lo vendieron con un dólar a $ 7,70”. Otra sería la realidad en el ámbito de la Justicia bonaerense, según publicó el sitio especializado Tinta Judicial, que denunció la falta de reactivos y polímeros necesarios para la realización de pruebas de ADN, fundamentales en el esclarecimiento de algunas causas. DE TODO UN POCO. En el sector agropecuario la estrechez de divisas se siente de manera diversa.

       

          Las firmas elaboradoras de herbicidas, insecticidas, fungicidas y fertilizantes han padecido el impacto por no poder ingresar al país algunos insumos químicos vitales para su producción, lo cual ha repercutido directamente en el nivel de empleo y la posibilidad de abastecer la campaña actual. En cambio, el rubro de la maquinaria agrícola no parece enfrentar mayores problemas, según le remarcó a FORTUNA el empresario Carlos Castellani, director de Apache. “Casi todo lo que producimos tiene origen nacional, salvo algún elemento que puede tener adentro un tractor o una cosechadora”, sostiene. De acuerdo a cifras oficiales, la producción de maquinaria agrícola se incrementó en un 135%, con una suba en el nivel de empleo del 58%. En 2013 se alcanzó el mayor nivel de ventas de cosechadoras y tractores nacionales desde el 2002, y en el segmento de sembradoras, se ratificó la preponderancia de casi el 100% de origen local. Pasarle el peine fino a la economía nacional devela verdades. Todos los sectores padecen algún faltante en sus stocks. Las librerías no tienen cartuchos para impresión y las marcas de Línea Blanca han visto caer sus aparatos más sofisticados. Los insumos de computación son menos y mucho más caros. “Y hay que saber sortear la voracidad de la Aduana”, se quejan. La escasez de dólares dibuja un paisaje hirsuto, pero muy lejos todavía del temido desabastecimiento BARRERA. En muchos casos, la propia Aduana impide el ingreso de los insumos, que quedan varados sin poder entrar al país. TRABAs y sectores El monto autorizado de cada DJAI pasó de u$s 300.000 a u$s 150.000. ■ Cambiaron las condiciones de pago de las importaciones: de 120 días pasaron a 30 días, y en algunos casos se exige el pago adelantado. ■ Los sectores más afectados son el automotriz; los productos electrónicos que se ensamblan en el sur; el de salud; el agropecuario; las marcas de línea blanca, e insumos diversos para computación, entre otros. ANIVERSARIO. En octubre, el cepo cuplió tres años desde que se implantó por presiones de Kicillof. Poco para festejar BERNARDO KOSACOFF Un círculo vicioso en el comercio exterior Los que pugnan por la industrialización argentina lamentan que durante la última década no se haya logrado consolidar un modelo de sustitución de importaciones que le evite al país la zozobra de la falta de dólares. Bernardo Kosacoff, economista y docente de la UBA, es uno de ellos. Fortuna: ¿De qué manera impactan las restricciones a las importaciones sobre el sector productivo? Kosacoff : Muchísimo. Definitivamente, hoy uno de los temas centrales es que la estructura productiva requiere de fuertes contenidos importados, tanto de materias primas como en partes, para elaborar los productos. Esto es una profunda transformación que uno lo puede resumir en un pasaje de una producción integrada en la época de una economía semicerrada a un proceso que ahora tiene contenidos de ensamblaje notablemente mayores. Esto se expresa con mucha claridad en el sector automotriz y en la fabricación de bienes de consumo durables, sobre todo en la parte de electrónica. También es importante en el sector de máquinas y bienes de capital, donde hoy una parte importante del proceso de inversión se hace con equipos importados. También se debe destacar que la poca producción nacional que hay también tiene fuertes contenidos de importaciones. Fortuna: El dilema es que muchos de estos insumos que ahora no se importan se utilizan para la fabricación de bienes que se exportan. ¿Se produce un círculo vicioso en el comercio exterior? Kosacoff : Exacto, no solamente se utilizan para productos destinados al mercado doméstico sino también para las exportaciones. Esto hay que tenerlo claro, es muy bueno que una economía tenga la posibilidad de contar con mayores abastecimientos de productos importados. ¿Dónde está la falencia de Argentina? Que no ha tenido la capacidad de generar

       

          una oferta exportable de bienes industriales que compense estas importaciones y tengamos balances comerciales positivos. Por decirlo en términos muy sencillos: en la industria automotriz hoy sería imposible que la Argentina fabrique un montón de componentes electrónicos que van dentro del auto y donde se requieren grados de sofi sticación y escala que no tenemos, y esto obliga a que se sigan importando, pero lo que llama la atención es que no fabriquemos nuestros propios motores de combustión interna, productos que ya fabricábamos en los años ‘70. Inclusive los exportábamos. Hoy los esquemas de producción del mundo requieren de fuertes con- tenidos importados. ¿Dónde está nuestra asignatura pendiente? En ver cómo nos especializamos en algunas producciones del sector manufacturero en donde podamos tener capacidad de exportación. FORTUNA: ¿Falló la planificación industrial durante la última década? KOSACOFF: Lo que ocurrió fue la ausencia de políticas que apunten más hacia la oferta. Cuando uno quiere aumentar las exportaciones no se hace de un día para el otro, hay que invertir, hay que desarrollar proveedores, hay que generar califi cación de recursos humanos. Creo que la Argentina avanzó en estos años, pero de manera totalmente insufi ciente. Resta todavía un desafío de dinámica de cambio estructural en donde Argentina logre núcleos de especialización industrial que generen un fuerte incremento de exportaciones y de sustitución de importaciones ESCENARIO. Bernardo Kosakoff habla de la necesidad de la especialización industrial. PRODUCCIÓN. Muchas industrias están consumiendo su stock de insumos y ven con preocupación un futuro en el que la escasez sea determinante. TECNOLOGÍA. Uno de los sectores en riesgo: el de productos electrónicos como televisores con tecnología de punta. INDUSTRIA AUTOMOTRIZ. Es una de las más perjudicadas con el cepo cambiario ya que muchos de sus componentes son importados. “Casi todo lo que producimos tiene origen nacional, salvo algún elemento de algún tractor”. Carlos Castellani – Apache Opinión Por Dante Sica* Planificar para un año de caídas A esta altura ya es claro que la restricción de divisas continuará siendo la variable decisiva para determinar la dinámica de la actividad económica, en particular desde la producción. La escasez de dólares y su correlato en la administración del comercio exterior, por el lado de las importaciones, obliga a las empresas a reprogramar sus planes y planificar pensando en sostenerse en lo que será un 2015 de una recesión larga. Y, además de las restricciones a la importación, la Industria se ve complicada por la aceleración del ritmo inflacionario y sus efectos sobre la competitividad, la contracción del ritmo de crecimiento de la economía brasileña que causó una fuerte caída de la demanda externa –en especial del sector automotriz–, la incertidumbre sobre el rumbo económico y la prohibición de remitir utilidades. Aunque el de las importaciones se presenta hoy como el factor más determinante para el nivel de actividad. El control de las compras no se hace sólo a través de las dificultades para obtener la liberación de las DJAI sino, sobre todo, a través de la estricta dosificación de los dólares por parte del BCRA. Desde 2014 se modificó el criterio de restricción, presionando con mayor intensidad sobre los grandes importadores, por lo que comenzaron a ser afectados fuertemente sectores que previamente tenían mayor flexibilidad. Entre los sectores más afectados se encuentran el automotriz y el electrónico, justamente los dos que han acumulado un ingente nivel de endeudamiento con las casas matrices y proveedores del exterior. Ambos tienen una dependencia muy elevada de las importaciones para producir. También se ven afectadas las empresas del sector químico, plástico, maquinaria y equipos, electricidad y caucho. En este marco, las perspectivas para lo que queda del año y para el que viene no son favorables, ya que la falta de divisas seguirá siendo la norma.

       

          *Director de la consultora Abeceb.com 39 EMPRESAS DEJARON EL PAIS Los que hicieron las valijas En los últimos años la inversión extranjera directa (IED) ha mermado en forma sustancial en la Argentina, lo cual se traduce también en un menor ingreso de divisas al sistema. Según datos de la consultora DNI, 39 firmas extranjeras abandonaron el país en los últimos tiempos, por motivos diversos. En general las compañías argumentaron que afectaron su rendimiento temas tales como las regulaciones comerciales en su entorno de negocios, las regulaciones cambiarias, la alta inflación, los límites al comercio exterior, los cambios en las normas jurídicas, la presión tributaria, la conflictividad laboral, las dificultades para obtener financiamiento, y la caída del consumo, entre otros. Según el documento, la mayoría de las empresas que han anunciado su retiro son industriales (15), mientras 5 actúan en las actividades relativas a minería, también 5 en producción de agroalimentos, otras 4 en la producción de energía, 3 en telecomunicaciones, otras 3 en servicios financieros, y el resto pertenece a otros servicios (2), comercio (1), la industria de la construcción (1), y los servicios vinculados con las nuevas tecnologías (1). En cuanto al origen de las mismas, 9 son firmas estadounidenses, 5 españolas, 4 provienen de Brasil, 4 de Canadá, 3 de Italia, 2 de Gran Bretaña, 2 de Holanda y luego están en esta situación una empresa de México, Japón, Sudáfrica, Alemania y Nueva Zelanda. Las compañías estadounidenses han sido las que sufrieron el mayor impacto (27,5% del total). Las que se fueron son: Cartier, ALL América Latina Logística, British Gas, Exxon, Deca Piazza (sanitarios), Jazztel (call centers), Skyes enterprises (call centers), RR Donneley (gráfica), Agropour (lácteos), Sealor (pesquera), Global Exchange Argentina (operaciones cambiarias), Tyson Foods (frigoríficos), Liberty (seguros), Farm Fries (alimentos), Cameco (minería), C&A (indumentaria), Codere (juegos), Gran Tierra Energy (minería y energía), Columbia/ Sony (entretenimientos), Andrade Guitirrez (constructora), Pan American Silver (minera), Visteon (autopartes), Big K (carbón), Repsol (petróleo), Electra (venta de electrodomésticos), Mosaic (fertilizantes), Lancome (cosméticos), Apache (petróleo), Yakult (lácteos), Vale do Rio Doce (minería), Standard Bank (banco), Zymantec (seguridad informática), Armani (indumentaria), Zegna (indumentaria y accesorios), Kalvin Klein (indumentaria y accesorios), y Ralph Laurent (indumentaria y accesorios), entre otras. ELECTRÓNICOS. Nuevos modelos de computadoras o celulares e incluso los insumos para impresoras son productos que corren serio riesgo de desaparecer del mercado local.

       

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