Las palabras del abuelo

Las palabras del abuelo Residencia para mayores “Prádena Salud” Diciembre 2014 Felicitación de Navidad de la Residencia NOS ACERCAMOS A ESTAS FECHA

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Las palabras del abuelo

Residencia para mayores “Prádena Salud” Diciembre 2014

Felicitación de Navidad de la Residencia NOS ACERCAMOS A ESTAS FECHAS TAN SEÑALADAS COMO SON LAS NAVIDADES,EN ESTOS DIAS HACEMOS MUCHAS COMPRAS, DECORAMOS NUESTRAS CASAS CON ADORNOS NAVIDEÑOS, CELEBRAMOS COMIDAS Y CENAS DE EMPRESA, FIESTAS , REGALOS, ETC… PERO LA NAVIDAD ES MUCHO MAS…LA NAVIDAD ES UNA FIESTA QUE CONMEMORA EL DÍA EN QUE NACIÓ JESÚS NUESTRO DIOS HIJO, ES UNA FECHA MUY IMPORTANTE EN LA QUE DEBEMOS ESTAR CONTENTOS Y UNIDOS EN FAMILIA. LA NAVIDAD ES CADA MOMENTO DE GENEROSIDAD QUE COMPARTIMOS CON NUESTROS FAMILIARES, AMIGOS, VECINOS, MOMENTOS DE COMPARTIR NUESTRO AMOR , NUESTRO CARIÑO Y CONTINUAR CON LA ESPERANZA DE SEGUIR ADELANTE. QUE TODAS LAS FAMILIAS DISFRUTEN DE LA NAVIDAD Y QUE LA ALEGRIA DE LAS FIESTAS SE REPITA TODO EL AÑO EN EL REGOCIJO DE NUESTRAS FAMILIAS TERMINAMOS UN AÑO Y COMENZAMOS UN AÑO NUEVO, ESPERAMOS QUE EL 2015 VENGA LLENO DE AMOR, PAZ Y MUCHA FELICIDAD ¡ QUE EL ESPIRITU NAVIDEÑO NOS LLENE DE ILUSIÓN Y ESPERANZA!

¡FELIZ NAVIDAD Y AÑO 2015!

LA DIRECCION

Nuestras ciudades…La Coruña Las rías de A Coruña, Betanzos y Ferrol, están comprendidas en el llamado golfo Artabro, nombre que proviene de los primitivos habitantes de la zona, la tribu de los ártabros, que eran amos absolutos de esta costa hasta la llegada de los romanos. Un pueblo, según el gran escritor gallego Otero Pedrayo, que constituía uno “de los más puros linajes celtas de Galicia”. En esta zona los romanos crearon un gran puerto, Artabrorum Portus, junto a la ciudad de Brigantium. Los historiadores dudan sobre si ese Brigantium latino se corresponde con la actual localidad de Betanzos, donde se inicia la ría del mismo nombre, o era La Coruña, en cuya ciudad vieja se han encontrado indicios arqueológicos importantes que parecen avalar esta segunda hipótesis. El poblado existente en la actual capital herculina dependió de Compostela, hasta la etapa de Xelmírez, primer arzobispo de la diócesis de Santiago. Pero el gran Xelmírez decidió entregarla al Rey y así, el año 1.209, finalizaron las obras de una nueva ciudad que Alfonso IX fundó con el nombre de Crunia. Iba a ser durante muchos años, un bastión de la realeza contra el enérgico poder de la mitra compostelana. Con el paso de los siglos, La Coruña fue ganando en esplendor y fuerza. Carlos I, en 1.520, celebró Cortes en ella y desde su puerto partió para ser coronado emperador de Alemania. En 1.588, salió del puerto de La Coruña la Armada Invencible hacia el inesperado desastre del Canal de la Mancha; un año después la Corona española fracasó en su intento de invadir Inglaterra. Aprovechando las consecuencias de aquel desastre, el pirata Drake, al servicio de su reina, asaltó La Coruña. Pero el pueblo, con la heroína María Pita a la cabeza, se enfrentó al invasor y lo rechazó. Drake destrozó la ciudad pero no pudo conquistarla. Al comienzo de la guerra de la Independencia, La Coruña fue escenario de la batalla de Elviña, en la que murió el general inglés sir John Moore, cuyo

heroísmo fue entonces premiado por la capital gallega; sus restos descansan en un tranquilo rincón de la ciudad vieja, en el jardín de San Carlos. Poco después, en 1.815, el general Porlier, que había acaudillado un levantamiento contra el absolutismo de Fernando VII, es ejecutado en lo que hoy es la Plaza de España, entonces plaza de la Leña. Hoy, la capital coruñesa es una ciudad que presenta un delicado equilibrio entre modernidad e historia, con una nueva y renovada imagen. Ahora más que nunca, La Coruña es la ciudad en la que nadie es forastero, parafraseando un viejo dicho turístico que hizo fortuna hace ya tiempo.

Que Ver El Paseo Marítimo Después de las reformas realizadas en él, hoy es el más largo de Europa. Empieza en el Castillo de San Antón, sigue la línea del puerto, pa sa junto a la Torre de Hércules y llega hasta las playas de Orzán y Riazor. Una vuelta casi completa a la ciudad, que puede darse en algunos de los antiguos y remozados tranvías que funcionan desde hace ya algunos años y que le confieren al paseo un aire de tiempo pasado, que compensan las hermosas y llamativas farolas, de un color rojo vivo. Como curiosidad, en una plaza situada junto al paseo, frente a la ensenada del Orzán, se exhibe un gigantesco reloj de pulsera, que funciona correctamente, como una parte más de la decoración urbana. El Castillo de San Antón fue lazareto (hospital de leprosos) y cárcel, antes de ser el actual Museo Arqueológico, que acoge una interesante muestra de elementos de distintas épocas que nos permiten conocer mejor la historia de la ciudad. Además, en una de las salas del Castillo se proyecta una película que explica al detalle los acontecimientos más importantes de la capital herculina. Frente al Castillo y junto al Paseo Marítimo, está el puerto deportivo y la nueva torre de control marítimo, otro elemento nuevo y ultramoderno, identificador de La Coruña.

Orzán y Riazor Una gran ensenada acoge las dos conocida playas de La Coruña, cuyo perímetro podemos recorrer por el paseo superior. Son playas tan apreciadas por los que buscan el sol como por los amantes del surf. Precisamente, en una plaza situada frente al nuevo y lujoso hotel Tryp María Pita, hay una fuente dedicada a los surfistas. En el frente marítimo de Orzán, está la Domus o la Casa del Hombre, museo interactivo obra del arquitecto japonés Arata Isozaki, diseñador del espectacular palau Sant Jordi, en el parque olímpico de Montjuïc, en Barcelona. En el museo, enfrente del cual se encuentra la estatua de un soldado romano obra de Botero, se pueden hacer cosas tan interesantes como observar el nacimiento de un ser humano, contemplar el trabajo del corazón o admirar la curiosa reproducción de la sempiterna sonriente Gioconda, realizada con 10.062 fotografías de rostros de personas de todo el mundo. Cerca del Domus está la que fuera Escuela de Artes y Oficios, en la que Picasso recibió sus primeras lecciones de pintura, ya que el genial autor del Guernika vivió durante su infancia unos años en La Coruña; las viviendas unifamiliares de la Ciudad Jardín y el remozado estadio de Riazor, donde el Deportivo conquistó la liga española del año 2.000.

Avenida

de la Marina y La Ciudad Vieja

Las galerías acristaladas de la Avenida de la Marina figuran en todas las imágenes tradicionales de La Coruña y en cualquier cartel turístico de la ciudad. Curiosamente, esa imagen no corresponde a las fachadas principales de las casas sino a su parte posterior. Las fachadas están en las calles que durante muchos años fueron eje principal de la ciudad: la calle Riego de Agua y sobre todo la Calle Real.

La Plaza de María Pita es un conjunto geométrico armónico casi cuadrado perfecto, 100 x 102 m, presidido en el centro de la plaza por la estatua de la heroína coruñesa. En ella destaca el neoclásico edificio del Ayuntamiento, construido en 1.917 y coronado por esculturas alegóricas de las cuatro provincias gallegas. En el majestuoso edificio, que puede visitarse, llaman la atención la soberbia escalinata central , un pequeño pero interesante Museo de Relojes que recorre la historia de los relojes desde el siglo XVIII hasta nuestros días e incluye piezas muy interesantes; y el hermoso salón de sesiones.

Plaza del Humor. Desde la Plaza de María Pita, por la parte superior izquierda, se llega a la Iglesia de San Jorge, uno de los mejores conjuntos barrocos de La Coruña, y tras ella, frente al Mercado de San Agustín, la Plaza del Humor. Se trata de un pequeño y curioso rincón cuyo suelo está decorado con caricaturas y obras de los mejores dibujantes humorísticos y de tebeos. En dos bancos de la plaza están sentados los insignes Castelao y Alvaro Cunqueiro, como pétreo homenaje a su grandeza, incluso en el nunca fácil mundo del humor. En las calles de esta zona encontraremos elegantes edificios modernistas, la comercial Calle de San Andrés y más allá, la Plaza de Pontevedra, hasta la que podemos llegar caminando por las estrechas y siempre muy concurridas calles de los vinos: Estrella. Olmos, Barrera y la Franja. Le sorprenderá la cantidad de bares y restaurantes, con una buena oferta gastronómica y precios más que razonables. El Obelisco del Cantón Grande, que está al final de la zona peatonal, es una columna que rinde homenaje a Aureliano Linares Rivas, coronada por un reloj de cuatro esferas. Enfrente está la estatua de Curros Enríquez, obra de Asorey, y los jardines de Méndez Núñez, donde está el edificio modernista de principios de siglo conocido como Kiosko Alfonso que funciona como palacio de exposiciones, el jardín de la rosaleda y el Casino Atlántico Salas dedicadas a muestras de arte y exposiciones sin ánimo de lucro.

- La Ciudad Vieja La historia de La Coruña es la historia de su ciudad vieja, a la que el Rey Alfonso IX, en el siglo XIII, concedió foro y defensa. La Puerta Real, junto a la Plaza de María Pita, sirve de entrada a la historia. En seguida llegamos a la iglesia de Santiago, construida con los sillares de la antigua Torre de Hércules. En su atrio se reunía el Consejo de la ciudad para tomar decisiones, privilegio poco común en la Galicia medieval. Esculpido en el tímpano de la fachada principal, Santiago Matamoros nos recuerda que allí empieza uno de los tramos el Camino Inglés. La vieja Plaza de la Harina se divide en las actuales Plaza de Azcárraga y de la Constitución. Allí está el Palacio de Capitanía que, en el siglo XVIII, fue Real Audiencia. El escudo de Galicia, labrado en piedra en la fachada, es uno de los primeros que se incluyeron en edificios públicos. A la Colegiata de Santa María del Campo, construida fuera de las murallas y pagada por el entonces poderoso Gremio de Mareantes, se llega por la calle de las Damas, la tradición dice que en ella vivieron Doña Dulce y Doña Sancha, hijas de Alfonso IX. En la Plaza de la Colegiata, templo que tiene una curiosa inclinación apreciable desde el interior, está el barroco Pazo de Xose Cornide, un ilustrado que hizo diversas reformas en la ciudad. Y en medio de ambos monumentos, en el centro de la Plaza, un cruceiro elevado sobre una escalinata. Bajando en dirección a la Avenida de la Marina, pasaremos por la casa donde vivió durante algún tiempo Rosalía de Castro, y que hoy es un elegante restaurante que lleva su nombre. Por la calle Herrerías llegamos a la casa de María Pita. La heroína coruñesa, en cuyo honor se celebra durante el mes de agosto un colorista festejo popular, combatió a los piratas de Drake que asaltaron la ciudad en el año 1.589. El convento de Santo Domingo es otra buena muestra del barroco gallego. Fue construido por los Dominicos en el siglo XVII, después de que los ingleses destruyeran su vieja sede durante el citado asalto. Por la calle del Príncipe llegaremos a uno de los más tranquilos y hermosos rincones de La Coruña, el jardín de San Carlos, que había sido antiguamente una poderosa fortaleza. En el centro está la tumba de Sir John Moore, general inglés derrotado y muerto en la batalla de Elviña por los franceses en 1.809, y las placas con las alabanzas del general Wellington a la valentía de los soldados gallegos que tanto le ayudaron a derrotar a las fuerzas napoleónicas.

Torre de Hercules Ubicada entre la ensenada del Orzán y el Golfo Ártabro se yergue la torre de Hércules, el faro más antiguo del mundo aún en funcionamiento. Siglos antes de Cristo, existía en la bahía coruñesa un poblado de origen celta conocido cómo Brigantia en el que habitaban los ártabros. Por su situación estratégica, se construye la torre de Hércules para guiar las embarcaciones que navegaban hacia las Islas Británicas en la busca de estaño, cobre y hierro. Su autor fue el arquitecto Cayo Servio Lupo natural de Coímbra, que dedica su obra al dios de la guerra Marte, tal y como se puede leer en una inscripción al pie de la torre. La torre de Hércules sirve de faro durante los siglos de la romanización, hasta que en el siglo V, los ataques normandos obligan a los habitantes de esa población primitiva llamada Brigantia a su abandono, y a refugiarse en el interior. Es en el siglo XIII cuando Alfonso IX reconstruye y puebla el viejo puerto dándole como nombre Crunia. Comienzan así unos siglos de prosperidad y crecimiento propiciados por el comercio marítimo. Sin embargo la torre de Hércules continua abandonada, utilizándose en el siglo XVI buena parte de sus piedras para construir el castillo de Santo Antón, y las murallas que defenderían la ciudad de los ataques ingleses. Habrá que esperar hasta el siglo XVIII para ver como la torre recupera su protagonismo y función de faro. En esa época, A Coruña vive una intensa actividad comercial con las Indias. Barcos de América y otros puertos europeos y españoles llegan al puerto con preciadas mercancías, surge así la necesidad de dotar al puerto con un faro que guíe y haga más segura la navegación. Aprobada la obra por Carlos III, lleva a cabo a restauración de la Torre de Hércules el arquitecto extremeño Eustaquio Gianini, iniciando los trabajos que le darían el aspecto actual en julio de 1788, para finalizar en 1791.

Hace 2000 años que el faro milenario encendió por primera vez su luz convirtiéndose en punto de referencia para navegantes y visita obligada para viajeros. De ahí que la torre de Hércules haya sido declarada monumento Patrimonio de la Humanidad en 2009.

Monte de San Pedro Lo que ha sido un antiguo punto defensivo, se ha convertido en el mejor mirador de A Coruña. Desde lo alto del Monte de San Pedro se divisa el ir y venir de los barcos guiados por el faro milenario. Te impresionará la presencia de los inmensos cañones. Máquinas de guerra que antes defendían la ciudad y que ahora señalan al horizonte para que nadie se pierda la mejor puesta de sol.

Gastronomia La gastronomía en A Coruña es un arte, así como en el resto de Galicia, el viajero gastronómico tiene aquí un lugar excepcional donde degustar desde los platos más tradicionales a la más alta cocina, siempre con el denominador común de un producto de calidad suprema. Nuestra tierra tiene el don de haber sido agraciada por la naturaleza con el mar, la montaña, el valle y la ría. Para proveernos de una materia prima de excelente calidad que es la envidia de los más selectos restauradores mundiales. La variedad es el atractivo principal y el mismo producto se puede preparar de mil formas distintas, pero siempre de manera pausada, cariñosa y familiar. Productos como el marisco, con su amplio abanico de manjares tales como los percebes, las nécoras, los centollos, los bueyes de mar, lubrigantes, almejas, vieiras, ostras, santiaguiños, etc, etc. Seguidos por el buque insignia de la gastronomía de A Coruña, el pulpo, "a feira" a poder ser o cualquiera de los

pescados como las robalizas, rodaballos, merluzas, meros, lenguados......ya vamos teniendo un buen repertorio gastronómico que podríamos completar con las excelentes carnes, como la ternera gallega, los capones de Vilalba o por qué no un buen cocido, en el que no debe faltar el lacón con grelos para una comida típica en A Coruña Rematamos la faena con un buen postre, tejas, quesos, filloas, tartas de almedra, tartas de queso, etc, etc, etc..... Un buen paseo nos aliviará y haremos la digestión degustando algún licor espirituoso de la zona.

Fiesta de Navidad de la Residencia ( El próximo 22 de Diciembre a las 11:30) Bingo Navideño. Con sorprendentes regalos!! Reparticion de Cotillon Juegos Cante, baile y disfrute con Orquesta Comida de Navidad

Fiesta de los Cumpleaños Como cada miércoles último de mes hemos vuelto a celebrar los cumpleaños, parece mentira, pero ya casi ha pasado un año desde que comenzamos con esta celebración. Como es costumbre, previamente a la fiesta elaboramos un pequeño aperitivo en el taller de cocina, y esta vez también hemos bajado al comercio a comprar alguno de los ingredientes. Preparamos un rico paté de sardinas, una receta muy fácil y resultona, a todos nos gustó mucho el resultado. Paté de sardinas: Una lata grande de sardinas Tres yogures naturales Seis cucharaditas de mayonesa Una cebolleta muy picadita En nuestro caso para suavizar un poco el sabor, le añadimos el equivalente a dos latitas de atún Una gran dosis de cariño y mimo Pero lo mejor es que lo veáis, así que aquí van las fotos…

De camino al comercio y una vez allí eligiendo los mejores productos… Y cuando teníamos todos los ingredientes, manos a la obra…

¡Estrenando gorros de chef, todo es más divertido y más profesional!

En la casita también prepararon otra tanda de paté.

He aquí el resultado final… se unta el paté en el pan y tenemos unos canapés la mar de ricos…

Y aquí las homenajeadas, en este caso, Paquita y Lola, tiene muchas cosas en común, las dos son unas mujeres fuertes y luchadoras, que han vivido mucho y están estupendas y tienen un gran sentido del humor…

Y aquí Paquita, amenizando la fiesta de después, contando anécdotas divertidas. Como siempre fue una mañana entretenida en la que se contaron los chistes que ya están convirtiéndose en tradición, canciones, ocurrencias, dedicatorias…

El desarrollo del Belén Estamos en la recta final de elaboración del belén, los nervios afloran… llegaremos a tiempo?… seguro que sí Como queda poco para que lo veáis no queremos adelantar muchas imágenes porque es más bonito verlo una vez rematado, pero os dejamos un pequeño aperitivo…

Fernando Hace menos de un mes, que nuestro querido colaborador de la revista Fernando Puig dejo de estar de entre nosotros. Aun así, nos dejo el último artículo para la revista, siempre estarás con nosotros.

Un viaje de negocios peligroso y frustrado: Liberia es un país africano creado por el deseo de los americanos de quitarse de encima el problema de los negros, llevados antes como esclavos. En 1822 la Sociedad Americana de Colonización marcó un lugar de África donde enviar a esclavos afroamericanos liberados, al que llamó Liberia. Los afroamericanos emigraron gradualmente a la colonia, formando un grupo del que descienden muchos de los actuales liberianos. El 26 de julio de 1847 los colonos americanos declararon la independencia de la República de Liberia. Los colonos consideraban África su "tierra prometida", pero no se integraron en la sociedad africana. Una vez en África se referían a sí mismos como "americanos" y se les reconocía también así por las autoridades coloniales africanas y británicas de la vecina Sierra Leona. Los símbolos de su estado: su bandera, lema y escudo de armas, y la forma de gobierno que eligieron reflejan su trasfondo estadounidense y la experiencia de la diáspora. La Universidad Lincoln, fundada en 1854, desempeñó un importante papel al formar a los líderes de la nueva nación1. Pero esos colonos americanos fueron antes esclavos y como tales tenían prohibido aprender a leer y a escribir y eran analfabetos e hicieron un flaco servicio a la universidad Lincoln. Liberia está formada por una serie de tribus, mandadas y dirigidas por un jefe, que lo es también religioso. Estos jefes se unen entre sí o guerrean también entre si, según les va y cuando ganan forman gobierno y así les va. Teóricamente el país es una democracia, que vota a sus dirigentes cada cierto número de años. El jefe de tribu decide a que partido hay que votar. Como los votantes son analfabetos las papeletas son de colores, un color para cada partido. El país es demócrata, pero muy demócrata ¡ Faltaría mas! y cada individuo puede votar al partido que prefiera. Lo malo es que a pie de urna está el hechicero de la tribu el día de la votación y si la papeleta metida en la urna no corresponde al color dictado por el feje de tribu, cortan el cuello al individuo disidente. 1

Datos obtenidos de Internet.

No se sabe cuánta gente hay en el país y por consiguiente cuantos son los votantes, ya que no existe ningún censo. Para calcular los habitantes de cada zona, se sacan fotografías aéreas y cuentan el número de cabañas que existen, calculando un determinado número de personas por cabaña. Como puede suponerse siempre ganan las elecciones los políticos señalados por los jefes de tribu que hayan ganado en las últimas guerras (aunque no figuren nunca ellos), repartiéndose la riqueza del país, que es mucha y más ahora, que han encontrado petróleo, pero esa riqueza ya ha dicho que solo la disfrutan unos pocos jefes de tribu. Explico cual era la realidad del país para poder ahora contar las vicisitudes que le ocurrieron a un viajero, que conoció en Málaga al jefe A,,,,, o chef A…., como se llamaba así mismo. El chef A… era el jefe de una de las tribus y era un negro culto, que se había educado en una de las mejores universidades europeas y se había casado con una azafata española, a la que conoció en uno de sus viajes y con la que tenía un niño guapísimo. La azafata era una de sus mujeres, porque en Liberia tenía unas cuantas mas, ya que al parecer era mahometano, motivo por el que su mujer prefería vivir en España. El chef A… se hizo una mansión magnífica, bastante cerca de la costa malagueña, en Mijas y fue su arquitecto quien presentó a nuestro viajero al chef A…. Solía éste invitar a los magnates de Liberia a pasar una temporada en Mijas, pero no en su casa. Ya hemos dicho que en su país era un jefe religioso, una especie de Papa para su gente. Tenía una serie de chalets a varios kilómetros de su mansión para poder invita a estos jerifaltes y luego un día se dignaba recibir en su casa a alguno de ellos, que se encontraban muy honrados por ese gran honor. Para darse un idea de la importancia de este caballero, diremos que la marina de guerra de Liberia era suya, Los barcos de guerra eran suyos y se los alquilaba al país, sin embargo este importante personaje se paseaba tranquilamente con su azafata y con su niño por Fuengirola, cenando en los restoranes, mas o menos caros. Parecía mas bien a un músico de jazz de una orquesta de New Orlans, que un encopetado santón religioso, siempre vestido con un pantalón vaquero y una camisa veraniega a cuadros. Nuestro viajero creyó que era el momento oportuno para hacer alguna obra de infraestructura en Liberia, un aeropuerto, una carretera, un puerto o un hospital, por supuesto con la ayuda y connivencia del chef A,,,, y se trasladó a Liberia para otear el camino. Nunca debiera haberlo hecho. De entrada en el país hay una total corrupción, desde el funcionario mas mediocre hasta el mas alto capitoste. Al bajar del avión el funcionario de la aduana le pidió el impreso verde, el certificado azul, el permiso amarillo, etcétera, etcétera.” --“¿Qué me dice? No tengo nada de eso y no me dijeron nada, cuando me dieron el visado en su consulado”. --““Pues entonces veinte dólares”.

Nuestro viajero le dio veinte dólares y el policía puso un sello en el pasaporte. --“¡Siguiente!”. “Bueno, ya estoy aquí. No ha sido tan difícil”, dijo al salir del cochambroso edificio de la terminal y se metió en una especie de vehículo que se parecía algo a un taxi. --““¿A dónde vamos?”, dijo el taxista? El viajero le dio la dirección del único hotel decente que le habían recomendado en el consulado y en el que previamente había reservado una habitación. --“¿Tiene prisa?” ..”Hombre, me gustaría llegar hoy” --“Es que están las tropas revueltas y no sabemos si nos dejarán pasar ¿Tiene cincuenta dólares, en billetes de uno y cinco dólares?” Afortunadamente los llevaba el viajero y se los entregó al taxista. El aeropuerto de Roberts está a 60 kilómetros de Monrovia y en el trayecto tuvieron que detenerse varias veces ante las barricadas instaladas por diferentes tropas gubernamentales. El taxista conocía bien el paño y en el primer control, según se acercaba un sargento, le largó un dólar y, sin mediar palabra, siguió adelante, en la próxima barricada le dio el alto un teniente, al que tuvo que dar cinco dólares. De esa manera fue sorteando los controles y pudieron llegar al hotel, que afortunadamente pertenecía a una cadena norteamericana de cinco estrellas y funcionaba como tal. Una vez inscrito, dejó su maleta al botones y se dirigió directamente al bar, donde se encontró con un grupo de asiduos, todos europeos o norteamericanos. que le fueron informando de los entresijos del país --“No se le ocurra comer nada, absolutamente nada. como no sea en un restorán de lujo y sobre todo no beba mas que agua mineral en botella de vidrio y exija que la abran delante de usted”. Y hacían mucho hincapié en que solo bebiera agua mineral, pero le dieron además otros consejos: --“No se le ocurra ir a pie a cualquier sitio, sobre todo de noche, Vaya siempre en taxi, aunque se aproveche de usted el taxista y le cobre una fortuna”, que siempre será menos que lo que le cobre después la policía”. --“Pero ¿También me va a cobrar la policía?” --“Usted dirá, blanco y con aspecto de tener pasta y mas si se enteran de que está viviendo en este hotel, que como se descuide dicen que ha sido usted el ladrón y le meten en la cárcel una buena temporada”. --“¡No me joda!” --“Ándese con cuidado, ándese con cuidado”. --“Y ustedes ¿Qué hacen en una ciudad como esta. Cómo se les ocurre vivir aquí?” --“A nosotros, no, a nuestras empresas, que ven que aquí hay dinero con el petróleo y a los jefes, que viven tan ricamente en Londres, nos envían a trabajar”--“Vaya putada”.

--“Nos pagan bien”. -- Por eso aguantan”. --“Por eso”. Ricardo preguntó a uno de los presentes, que tenía aspecto de americano: --“Me imagino que a usted también le pagarán bien, pero no creo que sus jefes estén en Londres, sino mas bien en New York”. --“Y dice bien, pero también se dedican a los asuntos el petróleo”. --“Les pagarán muy bien para soportar toda esta presión y a esta gente”. --“Si, pero esto no es nada con la presión que tenía el anterior empleo que tenía en suramérica”. --“¿Qué empleo tenía?” --“Vendedor en una multinacional farmacéutica”..”He oído de ustedes. Una vida muy ajetreada por las selvas amazónicas2”. --“Entonces verá que esto de ahora es coser y cantar”. --“Desde luego, desde luego”. El viajero recordó entonces lo que le había contado un amigo, director de una pequeña empresa farmacéutica: “Los vendedores de medicinas se dedicaban a ir en canoas motoriza das por los ríos de las selvas amazónicas, llevando una máquina de cine portátil y una panta lla. Al llegar a un poblado se anunciaban, diciendo que aquel que quería ver el cine tenía que entregar como entrada una cajetilla de una de sus medicinas y los indígenas se dedicaban co mo locos a comprarles la medicina que fuera, con tal de poder ir al cine, que consistía en un barracón o una simple empalizada. No sabemos si algún indígena se tomó después la medici na comprada, ni sus consecuencias. Aquellos vendedores ascendían después a jefes de ventas de las empresas multinacionales en los Estados Unidos e incluso a grandes ejecutivos de las mismas y ¿A ver quién era el guapo que se atrevía a decirles que una venta era muy difícil? ¡A ellos, hartos de luchar contra las serpientes venenosas, los mosquitos, la fiebre amarilla, la malaria, el tifus, las flechas, la policía, los cangaceiros3 brasileños y los indígenas!” Ya estaba oscureciendo cuando dejó el bar. El hotel era el único edificio alto de su entorno y desde la terraza se alcanzaba a ver gran parte de Monrovia, llamada así en honor al presidente americano James Monroe, pero se alcanzaba a ver solo de día, porque apenas había alumbrado público en las calles, aunque veremos que no era del todo cierto. Monrovia tiene mas de un millón de habitantes, que mas podría decirse de supervivientes, ya que la ciudad fue severamente dañada durante la una de las guerras que hubo en Liberia, en 1990, entre el gobierno de y las fuerzas

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Hombres que vivían en bandas armadas fuera de la ley, en el nordeste brasileño desde mediados del siglo XIX.. Se dedicaban a robar ganado en las grandes haciendas y al bandidaje,

rebeldes y el posterior asalto al parlamento, en 1992. Como consecuencia de la guerra posee una gran población de niños sin hogar, que normalmente recurren a la delincuencia para sobrevivir y son bastante violentos, claro que las medidas para evitar los robos y los asaltos no son menos violentos. Como la policía es prácticamente inoperante, los vecinos han tenido que organizarse por su cuenta. Cuando atrapan a un ladrón, recogen varios neumáticos viejos y hay muchos abandonados, los prenden fuego en la esquina de una calle cualquiera y arrojan dentro al ladrón, que se quema entre gritos de agonía y gritos de alegría de los espectadores. Desde la terraza del bar se podía ver en la noche infinidad de hogueras ardiendo en las esquinas. --“Pero es horrible”. --“Si, pero al menos tenemos iluminadas las calles”. Nuestro viajero no hizo caso de la recomendaciones recibidas y se dedicó a inspeccionar la zona portuaria y los almacenes. Después quiso inspeccionar las carreteras circundantes y para ello tomó un taxi, pero solo recorrió unos pocos kilómetros, plagados de de baches imposibles, porque el taxista se negó a ir mas lejos. --“Si quiere que le asalten y le maten, continúe usted a pie, porque no pienso exponerme a que me degüellen como a un sancho4”,le dijo el chofer, que era un negro portugués de Angola. “Bueno, ya he visto bastante, que con los baches sufridos, ya se como están las carreteras hacia el interior”. Pese a lo que le habían dicho en el bar del hotel, se dedicó a pasear por el centro de la ciudad, cuidándose mucho de que no sobresaliese ningún bulto en alguno de los bolsillos de su pantalón vaquero, que pudiese llamar la atención de cualquier caco e hizo bien, porque presenció, a dos palmos delante de él, como dos mozalbetes, montados en una moteja, tiraron del bolso y arrastraron por las acera a una rubia turista alemana, que se resistió a soltarle. El viajero intentó ayudar a la rubia, pero oyó una voz, casi a su lado: --“¡Ni se le ocurra!”,le dijo el norteamericano de la multinacional farmacéutica, al tiempo que le agarraba de un brazo. --“¡No sea inhumano!” ¿Qué quiere, que la deje ahí, tirada como un perro?” --“Si la ayuda, la policía dirá que fue usted el que la tiró, y. fíjese, el perro se pone ahora de pie ella sola. Ahora podemos acercarnos a ayudarla”. --“¿Le han hecho mucho daño, señora?” --“¡Mi bolso! Se han llevado mi bolso”. --“Cálmese, podrían haberle roto una cadera, que habría sido mucho peor”. --“Pero se han llevado mi pasaporte y mis documentos y también mis travel cheks y no tengo ahora ninguna documentación. Tengo que ir 4

Cerdo.

inmediatamente a la policía a denunciarlo, que esto no puede quedar así. Si ya se lo advertí a mi marido, que era una locura viajar por esos mundos de negros”. El norteamericano y nuestro viajero se miraron y pensaron al mismo tiempo: “Estás lista, como vayas a la policía” y nuestro viajero pensó mas:”Y encima esta tía nos ha salido nazi”. El norteamericano le dijo: --“Es mejor que vaya a la embajada de su país, que ellos sabrán lo que tiene que hacer ¿De dónde es usted?” --“Alemana”. --“Pues su embajada está aquí cerca, le acompañaremos, si así se siente mejor”. Por el camino la alemana no dejaba de hablar y hablar. Se veía que aun continuaba muy nerviosa. Su dos acompañantes no a hicieron ni caso y se pusieron a hablar entre ellos. --“Ha tenido usted suerte con esos dos de la moto”, --·¿Por qué?” --“Porque iban por usted, pero se le adelantó la alemana y pensaron que era una pieza mas fácil de abordar”. --“Si no llevo nada a mano, ni siquiera una bolsa”. --“Seguro que llevará su pasaporte y su dinero o su tarjeta VISA o algo parecido. Estos individuos le atropellarían con la moto y le partirían una pierna o algo peor y luego, con la excusa de ayudarle le registrarían todos los bolsillos y se darían a la fuga en un santiamén”. --“¿Y la policía, qué hace la policía?” --“Me imagino que cobrar su comisión, que no creo que a estos moteros les dejen trabajar gratis”. Llegaron a la embajada alemana y nuestro viajero aprovechó para hablar con el cónsul, mientras un funcionario tomaba sus datos a la rubia, que le confirmó todo lo que le habían dicho. --“¿Tienen ustedes un buen hospital en la ciudad?” --“Solo hay uno, medianamente decente, que abrieron los americanos, pero es carísimo”. --“Pero la gente no podrá ir”, --“Alguna gente si, los que están arriba. Los otros se tendrán que conformar con algún que otro hechicero”. --“=Y yo, Si me pongo enfermo yo. También tengo que buscarme un hechicero?” --“Si se pone enfermo, lo mejor que puede hacer es no decir nada, no sea una enfermedad contagiosa y coger el primer vuelo que salga para Europa”. Eso fue lo que hizo nuestro viajero, según llegó al hotel, “Aquí no estoy ni un minuto mas, que ya estoy harto de beber botellas de agua mineral y gastarme la pasta en restoranes caros y encima malos. Me cojo el primer

avión que salga de esta ciudad, aunque sea al fin del mundo, que ya sabré salir de allí en un vuelo hacia Europa o hacia América o hacia Asia”. Tu vo suerte y en la agencia que estaba en el hotel le dijeron que: --“Mañana por la mañana tiene un vuelo a Las Palmas, en Canarias”. --“Perfecto, que da ahí sabré ir a Málaga”. Al día siguiente estaba en el aeropuerto, en el mostrador de Iberia. --“¿Tiene la hoja del certificado de divisas?” --“¿De qué hoja me habla?” --“Y ¿el impreso verde y el certificado amarillo?” --“No tengo nada de eso. Yo solo quiero salir de aquí”. --“¿No le pidieron esos impresos al entrar en el país y se los sellaron?” --“No. A mi solo me pidieron veinte dólares y me pusieron este sello en el pasaporte y me Dijeron que podía entrar”. --“Un momento, que voy a preguntar al delegado”. Un poco después apareció el delegado de Iberia, que era español. --·”Buenos días, ya me han contado su problema”. --“Buenos días ¿De qué problema me habla? Yo no tengo ningún problema”. --“Lo tiene y bien gordo, pero no se preocupe”. --“Pero ¿Me quiere decir cual es mi problema?” --“Usted ha entrado en el país sin la debida documentación y no puede demostrar que pagó a un funcionario veinte dólares, aunque sea el mismo funcionario con el que se encuentre ahora”. --“No creo que me lo encuentre ahora y además para mi todos los negros son iguales y no sabría distinguir a uno de otro”. El delegado de Iberia hizo caso omiso a este comentario y siguió. --“Ahora pasa por la policía, le ponen un sello en el pasaporte y teóricamente sale del país, Pero aun le queda pasar por la aduana, que le pedirá el certificado verde, el certificado de divisas, el de vacunación y todos esos impresos que a la entrada no le sellaron y entonces no le permitirán seguir, pero como ha salido del país tampoco le dejarán entrar y se quedará en una especie de tierra de nadie, dentro del aeropuerto. Conozco a gente que ha estado varios meses malviviendo aquí, hasta que su gobierno ha arreglado el asunto”. El delgado vio la cara de susto que ponía el viajero. --“Pero no se preocupe. Antes se retenía a las naves caprichosamente y los aviones salían con un retraso de varias horas e incluso de días, hasta que la AIATA se plantó y dijo al gobierno Liberiano que ya no volaría a este país si seguía este caos y si lo aviones no salían a su hora, que no sabe lo que cuesta un retraso de una hora, no llegar a otro aeropuerto previsto, problemas de conexiones, de cambios de tripulación y todo eso. Desde

entonces los vuelos programados salen a su hora, como espero que ocurra con su avión. Cuando se anuncie su salida en el panel, no haga ni caso y no se mueva de su asiento e igual haga cuando anunciemos por los altavoces la salida inmediata y cuando le llamemos y demos su nombre. Yo saldré después y le diré que se venga conmigo. Sígame y no se pare ni se separe de mi, solamente sígame y deje que yo hable”. Nuestro viajero se sentó en una maltrecha silla y se puso pacientemente a esperar. Poco después anunciaron en el panel la puerta de salida de su vuelo y lo anunciaron nuevamente por los altavoces. Cinco minutos después le llamaron por su nombre: “Última llamada para el viajero……”, El viajero continuó impertérrito sentado, viendo pasar el tiempo, hasta que salió el delegado de Iberia, muy nervioso, como si buscara a alguien. Hizo entonces que le vio, se acercó y le dijo: --“Pero, hombre ¿Qué hace, ahí sentado? ¡Déme su pasaporte y sígame!” Con el viajero pegado a sus talones y el enarbolando pasaporte en una mano, pasó por ventanillas y mas ventanillas, hasta llegar a la escalerilla del avión. --“Lo conseguimos. Suba rápido y buen viaje”. --“Gracias. Al menos la salida no me ha costado veinte dólares”. Ese mismo día aterrizó en Las Palmas y ese mismo día pudo por fin aterrizar en Málaga. Cuando al día siguiente le vieron en su oficina, les extrañó verle tan pronto. --“¿No pensabas quedarte un mes? “ --“Pensaba, pero hora comprendo que la mujer del chef A, no quiera quedarse a vivir aquí”.

Pasatiempos

Adivinanzas Cuando estoy en el campo soy verde y muy alto y si me llevan a casa me adornan que es un encanto Al compás de las campanadas de medianoche, comemos una tras otra hasta llegar a doce. ¿Qué son?

Este mes celebramos el cumpleaños de… Carlota Fierros

1/ Diciembre/2014

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Candida Gil

1/Diciembre/2014

89 años

Valentina Gómez 2/Diciembre/2014

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19/ Diciembre/2014 68 años

Victoria Gómez 21/ Diciembre /2014 85 años

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