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Departamento de Orientación Psicología
Relaciones Interpersonales.docx
Las Relaciones Interpersonales
ÍNDICE 1
LAS RELACIONES INTERPERSONALES .............................................................. 2
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EL APEGO ..................................................................................................................... 2 2.1 LOS CAMBIOS EN EL APEGO ................................................................................... 3 2.1.1 Apego en la niñez (4 ó 6 años hasta adolescencia) ................................... 4 2.1.2 Apego en la adolescencia .......................................................................... 5 2.1.3 El apego en la vida adulta ......................................................................... 7
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2.2 ESTILOS DE APEGO ................................................................................................ 8 LAS RELACIONES INTERPERSONALES ............................................................ 10 3.1 3.2 3.3 3.4 3.5
EXPERIMENTO DE BRUNER Y GOODMAN ............................................................. 10 EXPERIMENTO DE SNYDER, TANKE Y BERSCHEID ............................................... 11 LA PERCEPCIÓN INTERPERSONAL......................................................................... 11 FORMACIÓN DE IMPRESIONES .............................................................................. 13 FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCEPCIÓN DE LAS PERSONAS ........................ 14 3.5.1 La persona que percibe o perceptor ........................................................ 14 3.5.1.1 3.5.1.2 3.5.1.3
Motivación. .............................................................................................. 15 Expectativas. ............................................................................................ 15 Familiaridad. ............................................................................................ 16
3.5.2 La persona percibida............................................................................... 17
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3.6 ATRACCIÓN INTERPERSONAL .............................................................................. 17 3.7 EL AMOR ............................................................................................................. 18 AUTORIDAD Y OBEDIENCIA ................................................................................ 20
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FRASES PARA EL DEBATE: ................................................................................... 21
Relaciones Interpersonales
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LAS RELACIONES INTERPERSONALES «Los seres humanos de todas las edades son más felices y pueden desarrollar mejor sus capacidades cuando piensan que, tras ellos, hay una o más personas dignas de confianza que acudirán en su ayuda si surgen dificultades.» (John Bowly: Vínculos afectivos. Formación, desarrollo y pérdida,)
«Es una lástima que no estés conmigo...». Así comienza un hermoso poema de Maric Benedetti. Todos sentimos el deseo de estar con las personas que queremos y nos entristece separarnos de ellas. El mundo está lleno de gente, pero sólo nos sentimos acompañados cuando están con nosotros las personas a quienes nos hemos vinculado afectivamente. Queremos a nuestros padres, familiares, compañeros, amigos, pareja.... pero los queremos de distinta forma. El tipo de relaciones que establecemos son diferentes, así como las vivencias que nos reporta cada tipo de relación. ¿Por qué establecemos relaciones afectivas con unas personas y no con otras? ¿Qué es lo que nos atrae de las personas? ¿Por qué es distinto el afecto que sentimos por los padres, del que sentimos por los amigos? ¿Por qué necesitamos estar con las personas que queremos? 2
EL APEGO Se suele decir de algunas personas que están muy «apegadas» (a su tierra. familia, raíces...), en contraposición a otras de quienes se dice «son despegadas». La palabra «apego» tiene resonancias distintas: mientras para algunos significa cariño y afecto, para otros alude a dependencia y falta de autonomía. Es algo deseable para unos y tiene connotaciones negativas para otros. ¿Qué es el apego? Desde el punto de vista de la psicología social, el apego es un vínculo afectivo, un lado emocional que una persona establece con otras y que le impulsa a aproximarse a ellas. Estas personas con las que se establece el vínculo reciben el nombre de «figuras de apego». Todos los seres humanos establecemos relaciones de apego que se inician en la familia y van incorporando a otras personas. Esto nos lleva a plantearnos qué papel desempeña este tipo de vinculación social para que todos los seres humanos lo desarrollen a lo largo de su existencia. Parece que, efectivamente, es una forma de relación que tiene una función adaptativa muy importante: favorece la supervivencia de la especie humana, puesto que mantiene próximos y en contacto a los progenitores y sus descendientes. El apego hace que los padres o cuidadores asuman la protección y la crianza del recién nacido. Posteriormente favorece el mantenimiento de relaciones de parentesco y la
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disposición para la ayuda mutua. Objetivamente, por tanto, tiene una función adaptativa. La persona se vincula con las figuras de apego porque le proporcionan seguridad emocional, le hacen sentirse aceptada, protegida y con los recursos emocionales y sociales necesarios para su bienestar. Por esta razón, la pérdida de figuras de apego es vivida de forma dolorosa, como pérdida irreparable que deja al sujeto desprotegido o desamparado. Así pues, podemos considerar una doble vertiente de la función del apego, que se realiza mediante cuatro manifestaciones básicas: • Buscar y mantener la proximidad de las figuras de apego. • Resistirse a la separación de las figuras de apoyo. • Usar las figuras de apego como base de seguridad para explorar el mundo. • Sentir apoyo emocional. 2.1
LOS CAMBIOS EN EL APEGO
Aunque existe una variedad cada vez mayor de modelos y formas de estructuración familiar, las primeras figuras de apego suelen ser los padres, abuelos y hermanos. En nuestra cultura, la familia se inicia habitualmente a partir de una pareja y puede evolucionar con la incorporación de hijos y/o hijas. En el desarrollo del apego suelen distinguirse varias etapas: inicios, niñez, adolescencia... 2.1.1 INICIOS DEL APEGO (HASTA LOS 4-6 AÑOS) Al principio, el bebé no diferencia a las personas que interactúan con él. Muestra agrado ante los estímulos sociales: madre, voz, contacto...: pero sólo aprecia aspectos parciales, como el rostro o la postura que adopta para mamar, sin reconocer a nadie. En este primer periodo, la relación del niño con otras personas está regulada por los ritmos biológicos a los que tiene que adaptarse la gente del entorno: horas de dormir, comer, baño... Muchos autores consideran que este momento se alarga hasta el tercer mes de vida. Posteriormente, el niño comienza a mostrar que es capaz de reconocer a las personas que pertenecen a su entorno habitual. Muestra claras preferencias por los adultos que le cuidan normalmente. Las interacciones ya no están tan limitadas por los ritmos biológicos. En esta etapa, que los autores suelen situar entre los tres y cinco meses, aunque el niño prefiere a la gente más próxima, no rechaza los cuidados que le ofrecen los desconocidos, es decir, no ha establecido aún unas figuras de apego definidas. 3/22
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En la segunda mitad del primer año de vida, los niños manifiestan una clara escisión entre figuras de apego, por las que muestran preferencia, y personas desconocidas, hacia las cuales muestran rechazo. Es el momento, por tanto, en que se constituyen los sistemas relaciónales: apego, miedo a extraños, afiliación y exploración del entorno. La separación de las figuras de apego provoca reacciones de protesta y ansiedad, mientras que el reencuentro provoca alegría y sosiego. El bebé usa la figura de apego como base desde la que explora el mundo físico y social. A partir del primer año, hasta los 4 ó 6 años, el niño va conquistando cierto grado de autonomía respecto a las figuras de apego. La adquisición de habilidades (como caminar, hablar...) le permite esta progresiva independencia. Es un proceso conflictivo. porque exige readaptaciones continuas con ganancias y pérdidas de ciertos privilegios, lo cual hace que el niño experimente deseos ambivalentes: deseo de avanzar por un lado, pero también de retroceder para evitar la pérdida de esos privilegios. A lo largo de este periodo, las principales figuras de apoyo suelen ser los padres o personas que realicen las funciones parentales y. en segundo lugar, los hermanos o hermanas y otros familiares. Por supuesto, se van produciendo cambios en el apego: el contacto físico se va haciendo menos intenso, se van aceptando separaciones breves, la conducta exploratoria no requiere tanto la presencia física de las figuras de apoyo. Sin embargo, en momentos de crisis como enfermedad, hospitalización, ingreso en la escuela... se activan las conductas de apego, volviendo a las reacciones típicas del inicio de la vida. Los conflictos afectivos más importantes durante este periodo son los producidos por la separación, el deseo de participar en la intimidad de los padres y las rivalidades fraternas. 2.1.2 APEGO EN LA NIÑEZ (4 Ó 6 AÑOS HASTA ADOLESCENCIA) Durante el resto de la niñez, a partir de 4-6 años, lo habitual es que el niño haya adquirido algunos logros (desarrollo de las capacidades de comunicación verbal, ampliación del conocimiento social, mayor autocontrol...). Esto le sitúa en una posición adecuada para realizar cambios importantes como iniciar aprendizajes escolares o establecer relaciones sociales. A lo largo de esta etapa, que concluye en la adolescencia, las relaciones de los niños con sus figuras de apego, suelen ser satisfactorias y armónicas. Han construido la representación de los padres como incondicionales y eficaces («mis padres me quieren", «me aceptan como soy», «saben cómo protegerme y cuidarme»...), han desarrollado sentimientos positivos hacia ellos. Los niños disfrutan jugando con los padres, conversando, viajando... haciendo cosas con ellos. Esta relación hace que acepten el sistema de valores, sus 4/22
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normas y las características del funcionamiento social. Se saben parte de una familia que consideran incuestionable: tienen unos progenitores que les quieren y están a su disposición. Este sistema familiar suele estar enriquecido por los abuelos, que pueden colaborar en los cuidados. Los principales conflictos emocionales suelen provenir de tres fuentes: • Problemas entre la pareja. La ruptura de la pareja es vivida como algo muy amenazante para el niño: deteriora el vínculo que tiene con los padres, hace que surja el miedo a ser abandonado y la percepción de que los vínculos intrafamiliares son poco consistentes. Las figuras de apego tienen un papel fundamental en las situaciones de ruptura para evitar que el proceso sea destructivo para él. Tanto el padre como la madre deben afrontar la separación haciéndole sentir que ambos seguirán siendo sus figuras de afecto, y que la separación es un derecho que están ejerciendo, sin que afecte sus relaciones con él. • La muerte de algún familiar o persona cercana. En torno a los 6 u 8 años se suele pasar una etapa de conciencia y miedo a la muerte, más o menos explícito. Si en este periodo se produce el fallecimiento de alguna persona próxima al niño, se agudiza ese temor. Ante estas situaciones. la forma más adecuada de responder es evitando hacer de la muerte un tema tabú: las figuras de apego deben afrontar con el niño la realidad de la muerte y trasmitirle un sentido positivo de la vida. • El fracaso en la escuela. La escuela se ha convertido para los niños en una institución necesaria e inevitable. El fracaso en el rendimiento e integración escolar se convierte en un factor muy amenazante para su estabilidad. Las figuras de apoyo deben trasmitir al niño que le aceptan incondicionalmente. y que su protección y la seguridad que le ofrecen no dependen del rendimiento en la escuela. Deben hacerle ver que cada persona es única y diferente de las demás, y construir con él un proyecto de vida personal que les ilusione, con o sin buenas calificaciones. En algunos casos, especialmente en niños que no tienen las figuras de apego adultas, los iguales pueden convertirse en figuras de apego, aunque es más frecuente que este tipo de relaciones se produzca en la adolescencia. 2.1.3 APEGO EN LA ADOLESCENCIA Cuando el niño alcanza la pubertad y la adolescencia, frecuentemente han ocurrido cambios importantes en el sistema familiar. Los abuelos han avanzado en edad y, posiblemente, han entrado en la última fase de la vejez, habrán perdido seguramente gran parte de la capacidad de ayuda e interacción con los nietos, pudiendo ocurrir incluso la muerte de alguno de ellos. Ante estos cambios en los sistemas familiares, la relación con las figuras de apego 5/22
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sigue siendo fundamental para los adolescentes. Necesitan de la incondicionalidad y disponibilidad de las figuras de apego para sentirse seguros y abrirse cada vez más y de forma más arriesgada a otras relaciones sociales (con los amigos y las primeras experiencias de pareja). La adolescencia es experimentada de forma muy diversa por cada persona, y las relaciones que se establecen con los padres presentan esta misma diversidad. Lo que parece común a un gran número de procesos de adolescencia es un periodo de crisis ante la conquista de autonomía por parte de! adolescente frente a las figuras de apego. Esta crisis puede ser más o menos conflictiva, pero implica siempre un cambio profundo en el sistema de relaciones familiares, siendo frecuente la ambivalencia en la relación entre adolescentes y padres. Como manifestaciones de esta ambivalencia se puede reseñar: • Deseo de vivir con autonomía la relación con los iguales. Muestran no necesitar de los padres e incluso desean que se alejen, de modo que resulte más fácil estar con los amigos. En cambio, cuando están enfermos o en momentos de aflicción, vuelven a necesitar a las figuras de apego como cuando eran niños. • Pueden confiar incondicionalmente en los padres y reconocer que su pérdida les sería difícil de superar, pero a la vez se distancian de ellos cada vez más tiempo y en más cosas. No necesitan tanto que estén presentes como que estén disponibles para cuando los necesiten. • La relación con los padres puede oscilar entre momentos de armonía (en que la comunicación es fluida) y momentos de conflicto (en que se repliegan y rechazan totalmente la comunicación con ellos). • Algunas actividades con los padres pueden ser deseadas y gratificantes. mientras que otras pueden ser fuertemente rechazadas. • Pueden aparecer sentimientos contradictorios hacia los padres: aceptación y rechazo, orgullo y vergüenza, amor y odio, simpatía y antipatía... Si bien las relaciones de apego son diferentes de la amistad social, una característica de la adolescencia es que se puede llegar a ampliar el número de figuras de apego incluyendo a algún amigo, especialmente cuando se establecen relaciones de pareja. Lo más frecuente es que los vínculos de apego y amistad se complementen y apoyen en las funciones que, hasta entonces, cumplían exclusivamente los padres. En este caso, los amigos no los sustituyen, sino que los complementan. Así, dependiendo de la situación, las funciones de proximidad y apoyo son realizadas mejor por los padres cuando los adolescentes están enfermos o pasan por periodos de abatimiento. En cambio, estas funciones son mejor desarrolladas por los iguales en actividades lúdicas y sociales.
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Durante la adolescencia, también se modifica la representación mental de la relación de apego. En unos casos, este cambio le llevará a tener una visión más realista y madura de sus padres-, en otros, puede llegar a ser negativa y hasta destructiva. Es frecuente que los adolescentes proyecten en sus figuras de apego exigencias y expectativas idealizadas, imposibles de satisfacer. En este periodo es muy importante para su bienestar emocional, ayudarles a mantener una visión positiva de los padres. La vivencia de seguridad en el núcleo de referencia familiar es fundamental para que puedan arriesgarse en los nuevos compromisos y vínculos con los iguales. 2.1.4 EL APEGO EN LA VIDA ADULTA Tras la adolescencia, las personas evolucionan en la forma de sentir I apego pasando por diferentes etapas. Adultos jóvenes: mantienen las figuras de apego que se formaron en la infancia y adolescencia, pero es frecuente que la pareja se convierta en la figura principal de apego. Se transfieren a ella las cuatro funciones propias del sistema de apego: deseo de proximidad y contacto, resistencia a la separación, base de seguridad y sentimiento de bienestar emocional con la presencia del otro. Adultos jóvenes con hijos: a partir del nacimiento del primer hijo, la relación y las funciones de la pareja cambian, para incorporar al nuevo miembro al sistema familiar. En esta etapa, además de ser las principales figuras de apego de su respectiva pareja, se convierten en figuras de apego para los hijos. Desde el punto de vista de los vínculos afectivos, los hijos pueden tener celos de la relación parental. y entre la pareja pueden surgir rivalidades afectivas o discrepancias en cuanto a la dedicación, cuidado y educación que deben proporcionar a los hijos. Adultos de mediana edad y viejos, en esta etapa, los hijos pueden convertirse en las figuras de apego al hacerse mayores y asumir las funciones de cuidado que antes recibieron. Es necesario que los hijos sean relativamente mayores para que puedan cumplir las funciones del sistema de apego. El modo en que se produce varía dependiendo de las características de las personas concretas. de lo que los hijos pueden ofrecer a los padres y del estado de necesidad de éstos. Periodo de la jubilación: el momento de la jubilación entraña dificultades como la llamada «crisis de nido vacío» que se produce al quedar sola la pareja tras independizarse los hijos. Las relaciones de apego con la pareja y con los hijos son especialmente importantes en este momento para disfrutar de bienestar. Si esto se produce, las personas experimentarán un nivel 7/22
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de serenidad que les ayudará a afrontar la parte final de la vida. Es una etapa de madurez en las relaciones de apego entre los miembros de la pareja, sin las perturbaciones y atenciones que anteriormente se les exigía. También puede ocurrir que los conflictos y carencias de la pareja, que pudieron quedar camuflados en etapas anteriores, se pongan ahora de manifiesto al quedarse solos. Última etapa de la vida: en los años finales de la vida es frecuente que un miembro de la pareja se quede solo por el fallecimiento del otro. Todas las personas tienen que enfrentarse al hecho de la muerte. Es habitual que la persona tenga que afrontar soledad emocional, por pérdida o ausencia de figuras de apego, y también soledad social por la pérdida de la mayor parte de la red de relaciones sociales. La soledad emocional es sentida como falta de vínculos con personas a las que se sabe incondicionales. La soledad social hace referencia a la falta de relaciones sociales extrafamiliares. En este periodo, es fundamental, por tanto, mantener la figura de apoyo de la pareja cuando la muerte no frustra su presencia y contar con otras figuras de apego como los propios hijos, hermanos u otras figuras posibles. La red de amigos es también muy importante. Sentir la protección, la seguridad de la presencia disponible y los cuidados incondicionales de una figura de apego es la mayor necesidad emocional de todas las personas. 2.2
ESTILOS DE APEGO
Los investigadores han encontrando que hay tres patrones de apego básicos. Estos patrones son formas de pensar, sentir y comportarse. Responden a la manera en que las personas sienten la relación de apego, al modo en que cuentan con la disponibilidad y ayuda incondicional de la figura de apoyo cuando la necesitan. La vivencia del vínculo es una consecuencia de la multitud de relaciones experimentadas por la persona. En la infancia existen tres formas básicas de experimentar el apego. que permanecen bastante estables: • • •
Apego seguro: el niño muestra seguridad y confianza frente a las figuras de apego. Apego ansioso-ambivalente: el niño manifiesta ansiedad por la presencia de los padres, se muestra inseguro ante ellos. Apego evitativo: no se observa la búsqueda de contacto.
En el periodo adulto, la estabilidad del estilo de apego es aún mayor, haciéndose más difícil de modificar a medida que las personas van avanzando en edad. Después de la adolescencia es muy posible que el apego se convierta en un patrón básico poco modificable. aunque se puede aumentar el 8/22
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conocimiento de las propias características del apego, el control de sus efectos, y el aprendizaje de habilidades sociales para relacionarse de manera eficaz a partir del propio estilo de apego. Los autores clásicos en señalar que el estilo de apego depende de cómo se haya desarrollado en la infancia y la adolescencia. Bartholomew y otros, en diversas publicaciones realizadas en la década de los 90, presentan cuatro tipos de apego a partir de la consideración que se tiene de sí mismo y hacia la figura de apego. • Consideración de sí mismo: puede ser positiva o negativa, según se vea o no digno de atención y amor. • Consideración del otro: también puede ser positiva o negativa, dependiendo de que se le considere disponible y capaz o. por el contrario. persona que le rechaza o se manifiesta distante.
Teniendo en cuenta estas dos dimensiones, los cuatro estilos de apego posible serian los siguientes: Apego seguro: consideración positiva de sí mismo y del otro. Apego huidizo-ausente: consideración positiva de si mismo y negativa del otro. Apego preocupado: consideración negativa de si mismo y positiva del otro. Apego miedoso: consideración negativa de sí mismo y del otro. Podemos preguntarnos por qué las personas desarrollan formas distintas de apego, cuál es la causa de que existan distintos tipos. Las diferencias se deben a muchos factores, pero entre ellos parecen muy importantes las características de las figuras de apego que se han tenido en la infancia, la historia familiar, las características del propio niño y algunos factores transculturales. En todas las culturas aparece como la forma más extendida y adecuada el estilo de apego seguro, pero respecto a los otros tipos de apego 9/22
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existen diferencias. Por ejemplo, en Europa Occidental hay más niños de estilo evitativo, mientras en Japón e Israel hay más niños ansiosos. En todo caso, las diferencias interculturales parecen mucho menos importantes que las diferencias individuales. 3
LAS RELACIONES INTERPERSONALES Uno de los elementos que más influye en nuestra forma de relacionarnos con los demás es la imagen que tenemos de ellos. Supongamos, por ejemplo, que estamos en una estación de autobuses y alguien se acerca a nosotros con el propósito de iniciar una conversación. ¿Cuál será nuestra reacción? ¿Nos sorprenderemos o nos parecerá lo más natural del mundo? ¿nos sentiremos cómodos o incómodos? ¿Cómo interpretaremos la conducta de la otra persona? La respuesta a estas preguntas depende en gran medida de cómo hayamos interpretado lo que hemos visto en ella: su aspecto físico, forma de vestir, tono de su voz. gestos, mirada... A partir de estos elementos tan externos y generales, seguramente nos formaremos una imagen que determinará nuestra respuesta. Y así, dependiendo de que hayamos percibido correcta o incorrectamente, nuestra conducta será adecuada o inadecuada. 3.1
EXPERIMENTO DE BRUNER Y GOODMAN
En 1947. Bruner y Goodman realizaron un experimento sobre cómo los aspectos sociales influyen I en la percepción. La percepción, que aparentemente se puede considerar como un mero registro de estímulos sensoriales, es en realidad un proceso dinámico y activo en el que la persona que percibe pone mucho de sí misma. Bruner y Goodman seleccionaron un grupo de niños de 10 a 12 años. La mitad pertenecía a familias de alto poder adquisitivo y la otra mitad a familias de escasos recursos. La tarea que les encomendaron fue ajustar un círculo al tamaño de diversas monedas. Los niños tenían que reproducir mediante un círculo luminoso el tamaño de monedas de diferente valor. Para controlar la exactitud en la reproducción de tamaños, tomaron a otro grupo de niños iguales a los anteriores y les encomendaron hacer la tarea: pero en lugar de reproducir monedas, utilizaban círculos de cartón. Lo que ocurrió fue que el grupo de niños que utilizaba círculos de cartón reproducía con mayor exactitud el tamaño que los que trabajaban con monedas. Al reproducir monedas se distorsionaba más el tamaño. Además, la distorsión estaba relacionada con el valor de las monedas: las que tenían más valor se dibujaban mucho mayores de lo que eran en realidad, es decir, los tamaños de las monedas más valiosas eran sobreestimados y los de las menos valiosas eran
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infraestimados. Y la distorsión era más fuerte en los niños de familias con menor poder adquisitivo. La conclusión que extrajeron Bruner y Goodman fue que factores sociales, como el valor del dinero, estaban influyendo en la percepción y por eso se cometía más error que cuando se percibían objetos neutros (como los círculos de cartón). También por esta razón, los niños de familias de escasos recursos distorsionaban más el tamaño: la carencia de recursos les hacía considerar aún más valiosas las monedas. Percibir no es entonces un proceso pasivo. Es un proceso muy activo que está determinado por las « necesidades, valores sociales y aprendizajes de las personas. 3.2
EXPERIMENTO DE SNYDER, TANKE Y BERSCHEID
En 1977. Snyder. Tanke y Berscheid pidieron a un grupo de estudiantes de Psicología que colaborara en un estudio que su departamento estaba realizando. Su tarea consistía en conversar por teléfono con una chica para averiguar algo acerca de ella. Snyder y el equipo les mostraban una supuesta foto de una chica muy atractiva, mientras que la foto que mostraban al otro grupo era mucho menos atractiva. Ajenos a la manipulación experimental a que estaban siendo sometidos, los estudiantes hicieron sus llamadas telefónicas y se grabaron las conversaciones. Este material fue entregado a otro grupo de personas: también ajenas al experimento. Sin conocer nada de lo que Snyder y su equipo pretendían estudiar, recibieron el encargo de valorar tanto el comportamiento de los chicos como el de las chicas que aparecían en las grabaciones. Lo que ocurrió es que los chicos eran más sociables, afectuosos y extravertidos cuando creían estar hablando con chicas atractivas. Pero más interesante todavía fue el segundo hallazgo: también encontraron que unas chicas se mostraban más sociables, afectuosas y extravertidas que otras: las chicas. que desconocían el atractivo de los chicos con quienes hablaban, se comportaban atractivamente cuando ellos las consideraban atractivas y no se comportaban así en el caso contrario. Snyder y su equipo interpretaron que la conducta de las personas es una reacción a la conducta de sus interlocutores. Así, la expectativa del chico acababa provocando la conducta esperada en la chica. 3.3
LA PERCEPCIÓN INTERPERSONAL
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Si la percepción de objetos, como muestra el experimento de Bruner y Goodman, es un proceso activo en que los factores sociales influyen enormemente, en la percepción de personas los factores sociales cobran aún mayor importancia. El experimento de Snyder y colaboradores es un ejemplo que muestra la importancia de estos factores. Y esto es así porque la persona percibida no es un objeto inerte e inactivo. Al ser a su vez perceptora, se crea una dinámica entre el observador y el observado. De este modo, el proceso resulta aún mucho más complejo. Aunque la percepción, en general, no es algo simple, como muestran los experimentos anteriores, la percepción de personas presenta peculiaridades que la hacen aún más compleja. Las principales diferencias frente a la percepción de objetos son las siguientes: • Intencionalidad: las personas son percibidas como agentes intencionales: los objetos no. Los seres humanos tenemos intenciones en nuestras conductas: hacemos las cosas por y para algo. Igual que tratamos de aparecer de un modo determinado ante los demás, mostrando u ocultando aspectos según la impresión que queramos causar. tendemos a pensar que los demás hacen lo mismo. Esto hace que el perceptor se implique en un proceso activo, intentando descubrir «cómo es realmente» la persona percibida y cuáles son sus verdaderas intenciones. • Inferencias: las personas son semejantes a nosotros, lo que nos permite realizar inferencias sobre ellas. Esto no podemos hacerlo en el caso de los objetos. Así. todos tenemos una idea de cómo se siente una persona cuando está triste, cuando le suspenden un examen, o cuando le dan un buena noticia. Nosotros mismos hemos vivido esas experiencias o similares e «inferimos» lo que sienten a partir de nuestra experiencia. Sin embargo, a no ser en sentido figurado, no atribuimos nuestras experiencias a los objetos. • Dinamismo: la percepción de personas suele darse en interacciones dinámicas. Generalmente, cuando percibimos a otra persona, somos también percibidos por ella. Nuestra mera presencia puede hacer que la otra persona «maneje la impresión» que quiera causarnos. Además. las expectativas o percepciones respecto a la persona que percibimos influyen en nuestra conducta hacia ella. Esta conducta, a su vez. influye en la respuesta que emite la persona percibida, etc. De esta manera se crea un círculo interactivo como el mostrado en el experimento de Snyder. • Complejidad: las personas tenemos atributos cruciales que no son observables a simple vista, como nuestros intereses, ideas, creencias... Nadie puede «ver» nuestras opiniones o nuestros valores. Además, con un objeto podemos confirmar o rechazar nuestra percepción de sus cualidades (tamaño, peso, dimensiones...) utilizando instrumentos de medida más o menos precisos, mientras que en el caso de las personas no tenemos instrumentos para
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confirmar o rechazar nuestra percepción de su simpatía, de su sociabilidad, amabilidad. sinceridad... 3.4
FORMACIÓN DE IMPRESIONES
La formación de impresiones es un proceso mediante el cual se infieren características psicológicas de la persona observada y se organizan en una imagen coherente. Estos atributos incluyen tanto aspectos físicos como psíquicos. Tendemos a formarnos impresiones muy extensas de los demás a poyándonos en una información muy limitada. Con los objetos que nos interesan, solemos ser mucho más cautos y minuciosos. Así, cuando se trata de comprar un coche o algo que cuesta bastante dinero, las personas suelen estudiar detalladamente pros y contras, comparar marcas y precios, y ornar la decisión que consideran más ventajosa. Con las personas sacamos conclusiones a partir de rasgos muy generales que observamos a primera vista. Evaluamos aspectos de personalidad que realmente no vemos. Por ejemplo, en una primera impresión somos capaces de inferir la inteligencia y cultura de la persona, la edad, ideología o creencias, aspectos ético-morales (como la honradez, honestidad, contabilidad....), etc. Podemos hacernos una idea de todo esto en cinco minutos de conversación. Las primeras impresiones son una generalización muy precipitada y llena de errores. Sin embargo, dejan huellas muy importantes que influyen luego en las relaciones que establecemos con las personas. "Entrar por el ojo derecho" es muy importante. Las características físicas son especialmente importantes en los primeros encuentros o cuando el contacto es superficial. De hecho, que el aspecto nos resulte más o menos agradable puede influir en que haya posteriores contactos que podrían dar lugar a una relación más profunda. Algunos autores creen que, cuando nos encontramos con desconocidos, el primer proceso que realizamos es decidir si dicha persona tiene algún interés para nosotros. Si no lo tiene, la persona es ignorada. Este proceso se denomina «ignorancia cognitiva» y hace que a la persona en cuestión no se le preste más atención y sea olvidada. La forma en que nos formamos primeras impresiones ha sido explica da desde distintas perspectivas. La de mayor relevancia ha sido la propuesta por el grupo de Solomon Asch. Asch explicó este proceso mediante el llamado «modelo de tendencia relacional». El punto central de este modelo es que la imagen que nos formamos de la otra persona no es una suma de las partes que percibimos de ella. La imagen es algo distinto al conjunto de aspectos parciales. Algo así como lo que ocurre al meter en una coctelera diversos componentes. El resultado no depende sólo de los componentes, sino de otros factores como el orden de introducción, proporción tiempos de mezclas. 13/22
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Para el llamado "modelo de tendencia relacional», la información que percibimos de la persona se integra en una imagen única y global, que constituye la impresión que nos formamos de ella. ¿Cómo hacemos para lograr esa impresión relativamente armoniosa? Gran parte del trabajo que realizamos cuando nos formamos impresiones consiste en intentar combinar las diferentes piezas de información, reduciendo las inconsistencias. Cuando la información es contradictoria entre sí, recurrimos a dos estrategias para conseguir resolver la inconsistencia: • Cambiar el significado de la característica que resulta contradictoria, en función del contexto en que aparece. Imaginemos una persona de la que nos dicen que es «feliz». Además de feliz, nos informan de otras características, como ocurre con las personas A y B:
«Feliz» no significa lo mismo cuando va acompañado de «tontorrona» y «tranquila», como en el caso de la persona A. que cuando va acompañado de «afectuosa» y «relajada» como en el caso de la persona B. En el primer caso indica una felicidad conformista, de quien se siente satisfecho sin muchas aspiraciones: en el caso de la persona B, es una felicidad connotada como satisfacción vital, plena emocionalmente. • Inferir nuevos rasgos que permitan reducir las contradicciones. Así, por ejemplo, si sabemos de otra persona que es «inteligente» y «afectuosa»., posiblemente nos resulte contradictorio saber también que es «mentirosa». Una forma de resolver la contradicción es deducir que quizá es un diplomático o un político, obligado a hacer promesas que nunca podrá cumplir, y de ahí el calificativo de «mentirosa». 3.5
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCEPCIÓN DE LAS PERSONAS
Vamos a ver cuáles son los aspectos que resultan más relevantes en relación con la persona que percibe y con la percibida. 3.5.1 LA PERSONA QUE PERCIBE O PERCEPTOR
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El perceptor recibió mucha atención en los primeros estudios sobre percepción de personas, pero toda esta atención se reducía casi exclusivamente al problema de la exactitud de la percepción: ¿cómo determinar si una persona es buena o mala perceptora, si es exacta en su percepción? Posteriormente se dio mucha importancia a las variables que hacían que un perceptor fuera bueno o malo en cada situación. Entre los diversos factores. destacan la motivación y expectativas de la persona que percibe, así como la familiaridad del estimulo. 3.5.1.1 MOTIVACIÓN. Hay una agudización perceptiva para aquellos aspectos en los que el observador está implicado emocionalmente. es decir, esté motivado: "la persona hambrienta ve comida por todas partes». Así. el día que nos compramos un coche de determinada marca, comenzamos a ver coches como el nuestro mucho más frecuentemente de lo que lo veíamos antes. La persona motivada por una causa o un valor percibe mucho más agudamente todo lo relacionado con esa causa: aspectos que para otros pasan desapercibidos, ella es capaz de percibirlos. 3.5.1.2 EXPECTATIVAS. Los objetivos que persiguen los perceptores influyen en la percepción de personas. Es lo que ocurre en el experimento de Snyder. Las metas de quien percibe no sólo influyen en cómo se procesa la información recibida, sino también en el tipo de información que es buscada y estimulada. Este es uno de los hallazgos más célebres de la psicología, y ha recibido varios nombres: «Efecto Pigmalión». «Efecto Rossenthal» o «Profecía Autocumplida». El “efecto Pigmalión” en la educación Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron en los años sesenta un pequeño experimento en una escuela californiana, que produjo lo que ellos bautizaron como el “efecto Pigmalión”, cuyos resultados publicaron en el año 1968. El estudio llegaba a la conclusión de que el desarrollo intelectual de los estudiantes resulta en gran medida una respuesta a las expectativas de sus profesores y la manera en que estas expectativas se transmiten. El experimento llevado a cabo por los autores consistió en proporcionar información falsa a los profesores sobre el potencial de aprendizaje de los alumnos de una escuela de San Francisco, en concreto de estudiantes de entre primer y sexto grado de educación elemental. A los profesores se les dijo que se había realizado un test de inteligencia a los chicos, y que se había comprobado que una serie de estudiantes, los que habían puntuado más alto en el test, se encontraban a punto de entrar en un periodo de rápido crecimiento intelectual. Su potencial de crecimiento era inmenso, aseguraban. Pero, en realidad., los chicos de la lista 15/22
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proporcionada a los profesores habían sido escogidos al azar, sin relación alguna con el resultado del test. El estudio, que tomaba a los profesores como cobayas del experimento, estaba designado para comprobar si aquellos chicos respecto a los que los profesores tenían mayores expectativas terminarían mostrando un mayor crecimiento intelectual que el resto de los chicos del grupo de control cuando se les evaluase aproximadamente a los cinco, ocho y veinte meses posteriores. Al final del período experimental, algunos de los estudiantes señalados como de gran potencial, y en particular los de primer y segundo grado, mostraron unos resultados en los tests de inteligencia evaluativos superiores a los que se hubiese esperado de ellos sin la intervención realizada, y estos resultados fueron superiores a los de otros estudiantes de habilidades similares. El 47 % de los alumnos de los que se esperaba un crecimiento superior al resto ganaron veinte o más puntos en coeficiente de inteligencia, mientras que únicamente el 19% de los estudiantes que no habían entrado en la lista ganaron veinte o más puntos. Estos resultados llevaron a los investigadores a concluir que las expectativas infladas que los profesores tenían sobre determinados estudiantes, y presumiblemente el comportamiento que tuvieron con ellos posteriormente para acompañar estas expectativas, fueron la causa de que los estudiantes experimentaran un crecimiento intelectual acelerado. El estudio sobre el “efecto Pigmalión en el aula” apoyaba el efecto de las “profecías que se autorrealizan”. Merton describió el efecto de estas profecías en el año 1948, señalando que tienen lugar cuando una definición falsa de una situación provoca un nuevo comportamiento que lleva a que la concepción originariamente falsa se haga realidad. La publicación de los resultados del estudio generó mucha atención y controversia, no solamente entre educadores e investigadores, sino también entre los medios de comunicación y el público en general. Se intentaron replicar los resultados del estudio inicial, con desigual éxito. Desde su aparición, el libro tuvo un enorme impacto, dando lugar a un amplio debate sobre las posibilidades educativas de las expectativas positivas. 3.5.1.3 FAMILIARIDAD. La familiaridad produce mayor exactitud en la percepción. La frase «todos los chinos me parecen iguales» hace referencia a este factor. El rostro oriental es una configuración física con la que no estamos familiarizados, por lo que tenemos pocas categorías para aplicarlas a la percepción que hacemos de él. En la categoría «ojos achinados» englobamos los ojos de todos los chinos, cuando, en realidad. hay muchas variedades. Lo mismo ocurre a los orientales respecto al rostro caucasiano. La falta de categorías proviene de la falta de familiaridad. La imagen que nos formamos de una persona es mucho 16/22
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más compleja cuando nos es familiar. Al ser más compleja, también es más precisa, más matizada. Lo mismo ocurre con los rasgos psíquicos. De ahí que. por ejemplo, la falta de contacto con otras etnias hace que cometamos más errores en la percepción. Por último, es muy importante subrayar respecto al perceptor que su papel activo en la formación de impresiones no se limita a construir y encuadrar la información que recibe según su estado emocional, sus motivaciones, sus expectativas... Además de esto, él mismo suscita o crea las condiciones bajo las cuales se genera la información sobre la persona estímulo. La conducta y características de la persona percibida son inseparables de la propia presencia del perceptor. Es un proceso dinámico e interactivo: fenómeno de la "Profecía Autocumplida» o «Efecto Pigmalión». 3.5.2 LA PERSONA PERCIBIDA Cuando percibimos personas hay una variable que no está presente en la percepción de objetos. Esta variable es que la persona percibida puede regular y controlar la información que presenta de sí misma al perceptor. Este fenómeno se conoce como «manejo de la impresión». Con el «manejo de la impresión». las personas podemos obtener la satisfacción de necesidades como la mayor aprobación social posible (caer bien), o los máximos beneficios materiales (que me den trabajo, por ejemplo). 3.6
ATRACCIÓN INTERPERSONAL
Hay personas que nos resultan más atractivas que otras, posiblemente sin que sepamos bien por qué. Los investigadores sociales han tratado de encontrar explicaciones psicológicas a la atracción que producen unas personas y no otras. El modelo conductista parte del axioma ce que nos atraen las personas que nos recompensan, las que nos producen placer, gratificación... Y. cuanto mayor beneficio nos proporcionan mayor es la atracción. A la psicología social le ha interesado estudiar las variables empíricas que influyen en la atracción entre personas. Entre los factores investigados están: Rasgos psíquicos. Un factor estudiado por Aronson en relación con la atracción interpersonal fue el sobresalir intelectualmente. Al estudiar el liderazgo. pone el ejemplo del asesinado presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy. Durante su mandato presidencial en los años 60, invadió Bahía Cochinos (Cuba) y fracasó estrepitosamente. Cuando gozaba de mayor popularidad tomó esta decisión que costó la vida a muchos soldados norteamericanos sin obtener ningún éxito. Sin embargo, este error no sólo no 17/22
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disminuyó su popularidad, sino que la incrementó. Según Aronson. un personaje al que se considera muy inteligente puede aparecer demasiado lejano: en cambio, si comete algún error se le humaniza y resulta mucho más atractivo. Esta sería la explicación del caso Kennedy. Aronson formuló que una misma torpeza aumenta el atractivo de una persona si se la considera inteligente, mientras que lo disminuye si no tiene esa consideración. Cercanía física. Se ha comprobado que si la impresión inicial es neutra o algo positiva, el atractivo aumenta cuando la persona está más próxima físicamente. Existe un fenómeno de «interacción anticipada», en virtud del cual se percibe más favorablemente a quienes van a vivir cerca de nosotros. Investigaciones sobre este concepto han mostrado que una misma persona resultaba más atractiva cuando se hacía creer que iba a instalarse en el vecindario. Semejanza. Parece ser el factor más importante para determinar la atracción interpersonal. Se refiere a la semejanza tanto en aspectos psíquicos como en aspectos sociales. Resultan más atractivas las personas que comparten valores, actitudes o aficiones importantes para uno mismo. 3.7
EL AMOR
Stemberg propuso en 1986 una tipología para el amor, a partir de tres componentes: Intimidad. Pasión y Compromiso: Teoría triangular del amor La teoría triangular del amor del psicólogo estadounidense Robert Sternberg caracteriza el amor en una relación interpersonal según tres componentes diferentes: intimidad, pasión y compromiso: 1. La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo, la conexión y principalmente la autorrevelación. 2. La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades. 3. La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor. Las diferentes etapas o tipos de amor pueden ser explicados con diferentes combinaciones de estos elementos. De acuerdo al autor, una relación basada en un solo elemento es menos probable que se mantenga que una basada en dos o en los tres. Las siete formas del amor 18/22
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Triángulo del amor de Sternberg. Falta de amor: No existe pasión ni intimidad ni compromiso. No es una forma de amor, puesto que no existe amor en ninguna de sus manifestaciones. 1. Cariño: En este caso, no debe tomarse en un sentido trivial. Este es el cariño íntimo que caracteriza las verdaderas amistades, en donde se siente un vínculo y una cercanía con la otra persona, pero no pasión física ni compromiso a largo plazo. 2. Encaprichamiento: Es lo que comúnmente se siente como «amor a primera vista». Sin intimidad ni compromiso, en cualquier momento. 3. Amor vacío: Existe una unión por compromiso, pero la pasión y la intimidad han muerto. No sienten nada uno por el otro, pero hay una sensación de respeto y reciprocidad. En los matrimonios arreglados, las relaciones suelen comenzar con un amor vacío. 4. Amor romántico: Las parejas románticas están unidas emocionalmente (como en el caso del cariño) y físicamente, mediante la pasión. 5. Amor sociable o de compañía: Se encuentra frecuentemente en matrimonios en los que la pasión se ha ido, pero hay un gran cariño y compromiso con el otro. Suele suceder con las personas con las que se comparte la vida, aunque no existe deseo sexual ni físico. Es más fuerte que el cariño, debido al elemento extra que es el compromiso. Se encuentra en la familia y en los amigos profundos, que pasan mucho tiempo juntos en una relación sin deseo sexual. 6. Amor fatuo o loco: Se da en relaciones en las que el compromiso es motivado en su mayor parte por la pasión, sin la estabilizante influencia de la intimidad. 7. Amor consumado: Es la forma completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos alcanzan. 19/22
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Sin embargo, Sternberg señala que mantener un amor consumado puede ser aun más difícil que llegar a él. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del amor en acciones. «Sin expresión —advierte—, hasta el amor más grande puede morir». El amor consumado puede no ser permanente. Por ejemplo, si la pasión se pierde con el tiempo, puede convertirse en un amor sociable. 4
AUTORIDAD Y OBEDIENCIA La historia de la humanidad está llena de guerras. En todas ellas vemos el sometimiento a órdenes aniquiladoras. Esta obediencia, que vamos a llamar destructiva, aparece también en otras situaciones-, dictaduras, acciones ilegales... Testimonios como los del soldado entrevistado por el New York Times en 1969 son, desgraciadamente, frecuentes en los juicios sobre crímenes de guerra, tortura, y violaciones masivas de derechos humanos. La obediencia tiene lugar cuando un individuo modifica su comportamiento a fin de someterse a las órdenes de una autoridad. ¿Qué es lo que lleva a una persona a obedecer órdenes destructivas en contra de sus propias convicciones y creencias? ¿Seríamos nosotros capaces de ejecutar actos semejantes? Stanley Milgram, impresionado por los crímenes cometidos en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, quiso investigar por qué las personas habían obedecido órdenes tan destructivas. La ejecución del plan exterminador requería la colaboración de un gran número de personas: policías, investigadores, testigos falsos... No pudo llevarse a cabo sin la cooperación obediente de miles de personas. Adolf Eichmann, coronel de las SS encargado de eliminar a más de cinco millones de judíos, respondió en el proceso de Nüremberg que no era responsable, puesto que había actuado cumpliendo órdenes. Milgram plantea el interrogante de las causas por las cuales los seres humanos se comportan así. Su hipótesis es que cualquier ser humano podría someterse a un mandato destructivo bajo una autoridad que se imponga. Con los resultados que obtiene, Milgram llega a la conclusión de que en ciertas situaciones los individuos tienden a abandonar sus convicciones éticas y son capaces de hacer daño a los demás bajo mandato autoritario de otro. En el cuestionario aplicado antes del experimento se comprobó que el 100 % de las personas que participaron en el experimento tenía asimilados valores democráticos. Por tanto, su comportamiento en el laboratorio fue contrario a sus convicciones. La tensión nerviosa que les suponía este comportamiento hacia que sudaran, temblaran... algunos llegaron a desmayarse y otros tuvieron crisis histéricas. Fue necesaria la asistencia psicológica para superar la experiencia. El grupo supervisor de psiquiatras y especialistas no daba crédito 20/22
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a sus ojos. La explicación de este fenómeno no puede referirse a las características de personalidad de los sujetos. Todos los participantes eran personas absolutamente normales, con convicciones éticas y democráticas. Milgram denominó a este estado de abandono de las convicciones propias como "reducción al estado agéntico». El individuo puede quedar reducido muchas veces a un estado de mera condición de agente, dispuesto a ser gobernado y regulado por personas de status más elevado que él. En estas circunstancias no se siente responsable de los efectos que pueda tener su obediencia, se considera mero instrumento por el que otros realizan sus deseos. Milgram opina que hay dos estados psicológicos en la persona: • Estado de autonomía: el individuo se siente personalmente responsable de sus actos y utiliza su propia conciencia como guía de comportamiento correcto. • Estado de agente: el individuo cree que forma parte de una estructura jerárquica y siente que las personas situadas por encima en la jerarquía (las autoridades) son responsables de sus actos. Utiliza las órdenes de estas autoridades como guía de acción correcta. 5
FRASES PARA EL DEBATE: «Al parecer, la belleza o fealdad de una persona influye en cómo percibimos su personalidad y hasta su carácter moral, según estudios de Karen Dion y colaboradores. Las personas tendían a considerar que aquellos jóvenes que les parecían atractivos tenían también una personalidad socialmente más deseable que aquellos que les parecían menos atractivos. De hecho, en otro estudio realizado con niños pre-escolares se vio que los más atractivos resultaban ser los más populares entres sus amiguitos y compañeros. Si las investigaciones de Dion y sus colaboradores están en lo cierto, quiere decir que por lo menos en nuestra cultura, la apariencia física de las personas juega un importante papel en la percepción que se tiene de ellas, y por consiguiente, también en este capítulo los pobres (mal alimentados, mal desarrollados y mal vestidos) llevan todas las de perder, no en vano la mera presencia de algún niño o joven pobre suele despertar la inmediata suspicacia en ciertas personas y la sospecha de que está allí para robar o "para sabe Dios qué." (Ignacio Martín Baró) «Aunque normalmente queremos a personas con actitudes semejantes a las nuestras, cuando encontramos a alguien que nos quiere a pesar de diferir de nuestras opiniones, nos sentimos inclinados a suponer la existencia de algo especial y único en nosotros que esa persona considera atractivo. Es decir, las personas propenden a pensar que. allí donde las opiniones difieren, "me quieren por mí mismo, no por mis opiniones". Y como esta convicción es muy gratificadora, tendemos a querer tanto más a esa persona.» (Elliot Aronson) «La semejanza es otro factor que puede explicar la mayor atracción hacia quienes tenemos más cerca. La gente que trabaja junta, convive o comparte su tiempo libre, suele también tener otra cosas en común: ideología, religión, situación económica, aspiraciones, 21/22
Relaciones Interpersonales problemas, etc., ya sea porque se juntaron debido a que eran semejantes o bien porque se hayan ido haciendo semejantes como consecuencia de estar juntos.» (J. Francisco Morales y Miguel Moya) 1. ¿Qué es el apego y para qué sirve a la especie y al individuo? 2. Enumera las etapas del apego y explica cómo se vive en cada una de ellas. 3. Menciona las principales fuentes de conflictos emocionales para el niño. 4. ¿Cómo viven los adolescentes la relación con sus padres? 5. Describe las etapas del apego en la vida adulta. 6. Compara las dos tipologías de apego. 7. ¿Qué circunstancias influyen en nuestra percepción de un desconocido? 8. ¿Qué diferencias hay entre la percepción de objetos y la de personas? 9. ¿Qué dice el modelo de tendencia relacional? 10.Explica los principales factores de la persona que percibe. 11.Enumera los principales factores que influyen en la atracción personal. 12.¿Qué variables modifican el grado de obediencia destructiva?
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