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¿Las viejas costumbres nunca mueren? La transición a la adopción uniforme de las ISA’s
Por Rodrigo Pietra Santa Alcalá*
Dentro de los requerimientos que tiene el trabajo de un auditor, las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas (NAGA’s) mencionan en la Norma 1010 (IMCP, 2011) que no solo se requiere de una actividad mecánica para poder llevar a cabo una auditoría, sino que se necesita del juicio profesional sólido y maduro para poder evaluar qué se debe hacer y qué se puede concluir de todo el trabajo realizado. Y si se observa dentro de un nivel más implícito, en el juicio profesional del auditor se encuentran reflejadas de manera casi inconsciente su personalidad y su cultura, que ha sido el resultado de estar en contacto con las costumbres de la sociedad donde él ha crecido y se ha desarrollado. Este concepto de la cultura dentro del trabajo de un auditor, ha sido un tema que ha causado muchos dilemas, ya que recientemente el Comité Internacional de Estándares de Auditoría (el IAASB, por sus siglas en inglés) emitió las Normas Internacionales de Auditoría (ISA) de manera que se pudieran aplicar de forma consistente en todos los países del mundo. Pero al aplicar las normas, ¿la cultura de cada uno de los auditores afectará su universalidad? En este ensayo se muestran algunos ejemplos que afirman este cuestionamiento aplicados a diferentes etapas del proceso de Auditoría, y posteriormente se incluye una analogía con la aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS, por sus siglas en inglés) en varios países del mundo, ya que se ha observado el mismo fenómeno que en el área de la Auditoría. En el 2004, el International Auditing and Assurance Standards Board (IAASB), comenzó un proyecto de revisión y de cambio en las ISA’s, con el objetivo principal de clarificar el contenido de las normas y que esto ayude a su aplicación homologada a lo largo de todo el mundo, finalmente, el 15 de diciembre de 2009, entraron en vigor las nuevas ISA’s clarificadas. (IFAC, 2011) A pesar de que los equipos de auditoría han utilizado en sus trabajos estas normas, se siguen teniendo dudas sobre si efectivamente se pueden aplicar sin considerar el trasfondo cultural de cada país donde se realicen las auditorías. Para analizar esto, muchos investigadores han realizado estudios para poder determinar si se puede separar la cultura personal de la laboral. Philip Cowperthwaite (2010, p.178) citó
dentro de su investigación al antropólogo holandés Geert Hofstede, quien este sostenía que aunque la mayor parte de las veces no es notoria, la cultura influye en todos los ámbitos de una persona, incluyendo el laboral. Esto se debe a que los rasgos culturales en una persona se formaron desde que nació (teniendo algunas características innatas, como el instinto de lucha por sobrevivir) y se fueron adquiriendo mientras esa persona convivía con una sociedad, constituyendo su marco de referencia para actuar ante diferentes situaciones (cómo dirigirse ante diferentes grupos de personas o cómo defenderse ante una injusticia). Y en base a la importancia que tiene el aspecto cultural en todas las personas, Hofstede (Cowperthwaite, 2010, pp. 180-181) identificó cinco variables que están presentes en todas las interacciones personales; estas variables son: - El Índice de Poder a Distancia (PDI): Es el grado en que un grupo social respeta y deja que exista una figura de autoridad, entre más alto sea el índice, más autoridad se permite en esa sociedad. - Aversión a la Incertidumbre (UAI): Es la medida en la cual un grupo puede aceptar poca información, o de igual manera, mucha incertidumbre en un proyecto. Entre más alto sea el índice, la sociedad requiere más información para reducir esa incertidumbre. - Individualismo vs el Colectivismo (IDV): Aquí se mide qué tanto se valora el individualismo en la sociedad, entre más alto es el índice, la sociedad va a apreciar más el éxito a nivel individual. - Masculinidad vs Feminidad: Es el índice que muestra qué tanta importancia se les da a los roles que tradicionalmente llevaban los hombres y las mujeres en un grupo social, si una comunidad tuviera un índice bajo, se podría observar que ya no se preserva la asignación de roles conservadora, sino que ahora el hombre y la mujer pueden tener igualdad de roles y oportunidades. - Objetivos a corto plazo vs objetivos a largo plazo: En la última dimensión, se observa cuál es el grado de prioridad que una sociedad le da a las metas a largo plazo contra las necesidades inmediatas y viceversa. Estas variables pueden ser de mucha utilidad dentro de la Auditoría, ya que sirven como herramienta de diagnóstico que arrojan datos sobre la cultura que caracteriza a cada país e incluso a la firma contable en específico y en base a esto, poder analizar el grado de alineación con las ISA’s. Como ejemplo de este escenario, se podría tomar el índice de Aversión a la Incertidumbre para observar las diferencias entre una firma que se encuentre en un país con un alto nivel de aversión y una firma que se encuentre en una cultura con bajo nivel de aversión. Generalmente en la firma con un alto nivel de aversión, el nivel de confort de Auditoría que ellos requerirían sería muy alto y esto se traduciría en pedir más información y realizar más trabajo para reducir riesgos de error; por el otro lado, una compañía que opere dentro de un país con una aversión a la incertidumbre baja aplicaría los requerimientos de manera más general y con una seguridad razonable, la firma se quedaría tranquila.
Otro ejemplo se podría aplicar al índice de Individualismo vs. Colectivismo, en donde las firmas con un alto nivel de individualismo podrían perder información valiosa de sus propios miembros del equipo, por enfocarse cada uno de ellos a cumplir con sus obligaciones; esto sería diferente en una firma que viva en una cultura más orientada al colectivismo, donde se valoraría mucho el compartir puntos de vista o quizá focos rojos que algún miembro del equipo haya detectado y que sería muy importante para el desarrollo del trabajo de Auditoría. Como se mencionó en los ejemplos, identificar qué tipo de cultura se vive dentro de un grupo es muy importante porque permite detectar las diferencias que existen entre dos firmas similares en estructura, en operaciones y en las ISA’s aplicadas, pero con un entorno cultural distinto. Al igual que el análisis de la firma, esta herramienta también puede ayudar al auditor o al equipo de trabajo en otros aspectos, como el determinar qué tan propensa se encuentra la firma a sucumbir ante las presiones del cliente cuando exista un desacuerdo en la presentación de su información financiera. Ian Fraser y Kenny Lin (2008, p.167), realizaron una investigación con auditores en China y en el Reino Unido, y encontraron que en países con un bajo índice de PDI (que no acepten grandes inequidades de poder, en este caso Reino Unido) son menos vulnerables ante la presión de su cliente que aquellos países con un alto índice de PDI, como China (en este caso China vería más a sus clientes como una autoridad, a la que se le tiene respeto y hasta temor por no cumplir con su compromiso), que podría tener un mayor riesgo de aceptar algo que su cliente está defendiendo pero que podría minar la confiabilidad y la certeza de su trabajo. También, apoyando la postura de Hofstede de que la cultura se encuentra ligada a todo lo que una persona o un grupo realiza, se pueden observar varios ejemplos de cómo los valores representativos de una sociedad impactan el alcance de las pruebas que se van a realizar en la Auditoría. En una encuesta hecha a auditores internos de compañías en Estados Unidos y en Japón, se descubrió que en la cultura japonesa, el valor de la honestidad es imprescindible en todas las actividades que realiza una persona y si acaso un empleado llegará a cometer un acto deshonesto (como robar, distorsionar la información financiera o favorecer a otras personas injustamente), difícilmente conseguiría otro trabajo en una compañía japonesa. Es por esto que, a diferencia de las auditorías en Estados Unidos, se realizan muy pocas pruebas (si no es que ninguna) para comprobar la eficacia de los controles o salvaguardas de activo, ya que confían de primera instancia en la honorabilidad de los empleados. (Burnaby, Powell y Strickland, 1992) De manera análoga a esta aplicación nacional de las ISA’s, Erlend Kvaal y Christopher Nobes (2010, p.173) realizaron una investigación sobre si la aplicación de las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS, por sus siglas en inglés), era consistente en todos los países que se adhirieron a ellas, como resultado obtuvieron que todavía se prefiere aplicar las reglas nacionales pre-IFRS (cuando la IFRS lo permite) a adoptar por completo la normatividad internacional.
Algunas razones que ellos plantean que pudieran ser la causa de esta nacionalización son, (Kvaal y Nobes p.175) el que la gerencia quiera mantener consistencia en sus políticas contables y por eso no quieren adoptar este cambio, o que para preparar los estados financieros individuales se siguiera la reglamentación nacional y al momento de presentar los consolidados bajo IFRS, alguna política nacional se pudiera haber filtrado, y quizás la causa más probable sería, que esta transición implicaría costos adicionales y la empresa quiere evitar lo que más se pueda. De igual manera, los autores mencionan que las empresas prefieren seguir con sus políticas ya que estaban implementadas de manera exitosa. Aquí se podría aplicar el componente cultural de un alto nivel de aversión a la incertidumbre, que se veía al principio del ensayo, ya que estas compañías podrían tener miedo a cambiar y tener todo un sistema de políticas que le genere incertidumbre. Al término de su investigación, Kvaal y Nobes (p. 186) sugieren que el IASB siga sumando esfuerzos para homologar exitosamente la aplicación de las IFRS en todos los países del mundo, ya que las desventajas de tener tendencias nacionales sobrepasan de manera significativa a sus ventajas. Para algunos autores, como Marianne Ojo (2010, p.605), las desventajas de las que hablaron Kvaal y Nobes, de no tener una aplicación exitosa a nivel internacional, incluso son unas de las causas de la crisis financiera del 2008, debido a que la falta de capacidad de comparación y claridad en los estados financieros hizo que los mercados globales tomaran decisiones sin un fundamento confiable y eso, en adición con los factores macroeconómicos que se tuvieron en ese tiempo, condujeron irremediablemente a una inestabilidad financiera. Al oír estas opiniones, se puede pensar que la homologación es un trabajo maratónico y casi imposible; sin embargo, varios organismos internacionales motivan a alcanzar esta meta, ya que es el mejor camino para un entendimiento mundial de la información financiera, y proponen algunas soluciones. La Federación de los Contadores Expertos Europeos (FEE, por sus siglas en francés) sugiere que los representantes de todos los stakeholders de la información que emiten las empresas de todo el mundo, elaboren en conjunto las normas y que vean más allá de los paradigmas que se tenían en cada una de sus legislaciones nacionales. (Ojo, 2010, p.622) Después de haber leído todos estos puntos de vista, se puede remarcar el dilema que existe entre preservar las diferencias que hay entre diferentes sociedades o unificar todo, porque debajo de este escenario se encuentran rasgos culturales que son muy difíciles de cambiar, ya sea aplicado a la profesión contable (con las IFRS y las ISA en Auditoría) o a cualquier disciplina en general. En la utilización de las ISA’s, estas diferencias sí están presentes en diversos países y traen consigo diferentes alcances y maneras de abordar los riesgos que se observan en el proceso de Auditoría. Sin embargo, sería muy recomendable que se luchara por alcanzar una homologación internacional en las Normas Internacionales de Auditoría, ya que de esa manera, los auditores de cualquier país del mundo, partirían de la misma base para hacer su trabajo y podrían, incluso hacer su trabajo más eficiente al no tener que considerar las diferencias que haya en un cliente multinacional. Y solo en el
caso de que en un país se tuvieran necesidades específicas que no estuvieran en el estándar general, se podrían aplicar las pruebas internacionales con un grado más profundo de detalle.
Fuentes de consulta: - Burnaby, Priscilla A.; Powell, Norma; Strickland, Sherree. (1992). Contrasts: Internal Auditing in the U.S. and Japan. The Internal Auditor, 49 (1). Obtenido el 25 de octubre de 2011 de la página web: http://0search.proquest.com.millenium.itesm.mx/abicomplete/docview/202727044/132B1066FB8690F EC3C/1?accountid=11643 -Cowperthwaite, Philip. (2010). Culture Matters: How Our Culture Affects the Audit. Accounting Perspectives, 9 (3), 175-215. Obtenido el 21 de octubre de 2011. DOI: 10.1111/j.1911-3838.2010.00010.x -Instituto Mexicano de Contadores Públicos. (2011). Normas y procedimientos de auditoría y normas para atestiguar. México: IMCP. -International Federation of Accountants. (2011). Clarity Center. IFAC. Obtenido el 21 de octubre de 2011 de la página web: http://www.ifac.org/auditing-assurance/clarity-center. - Kvaal, Erlend., Nobes ,Christopher. (2010). International differences in IFRS policy choice: a research note. Accounting and Business Research, 40 (2), 173-187. Obtenido el 22 de octubre de 2011 de la página web: http://0-web.ebscohost.com.millenium.itesm.mx/bsi/pdf?vid=9&hid=119&sid=65089bbc0ac6-4c41-bfec-7020da3f7dcb%40sessionmgr113 - Lin, Kenny Z., Fraser, Ian A.M. (2008). Auditors’ Ability to Resist Client Pressure and Culture: Perceptions in China and the United Kingdom. Journal of International Financial Management and Accounting, 19 (2), 161-183. Obtenido el 22 de octubre de 2011. DOI: 10.1111/j.1467-646X.2008.01020.x - Ojo, Marianne. (2010). The Role of the IASB and Auditing Standards in the Aftermath of the 2008/2009 Financial Crisis. European Law Journal, 16 (5), 604-623. Obtenido el 25 de octubre de 2011. DOI: 10.1111/j.1468-0386.2010.00525.x
*Rodrigo Pietra Santa Alcalá, estudiante de noveno semestre de la Licenciatura en Contaduría Pública y Finanzas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Estado de México (CEM). Ganador del Noveno lugar del 6° Concurso de Ensayo Universitario “Carlos Pérez del Toro”
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