Lección 12: Justo y Santo “Porque es necesario que el obispo sea... justo, santo” (Tit. 1:8)

Objetivo El alumno comprenderá la importancia de tener la visión de que no solamente hemos sido justificados por la fe, sino que Dios desea que nuestro ministerio sea un reflejo de su justicia y de su santidad.

Introducción Todos los requisitos de los que quieren ser ancianos podemos dividirlos en dos áreas: los que son atribuibles a la vida personal, y los atribuibles a la vida pública. Cuando pensamos en que sea marido de una sola mujer rápidamente sabemos que se trata de un requisito de la vida personal, pero en cuanto a algunos requisitos como en este caso la justicia y la santidad, la función de los obispos, pastores o ancianos abarca no solo su vida personal, sino también su vida pública. Cuántas veces tenemos la necesidad de tomar decisiones, que no solo afectan nuestra vida, sino que afectan al rebaño de Dios, tú y yo quisiéramos siempre tomar la decisión correcta, accionar siempre verticalmente con rectitud y que esa decisión sea lo más apartado de lo sucio y malo que nos rodea. Dios desea que seamos justos y santos.

I. Justo En el texto griego hay dos palabras que se traducen justo y se refieren a la característica de los obispos en sus tratos y juicios, en hacer lo correcto, con honestidad e imparcialidad en todas las cosas. Veamos estas dos palabras: a) Dikaios. Se usó al principio de personas observantes de costumbre, regla, derecho; especialmente en el cumplimiento de los deberes hacia los dioses y hombres, y de cosas que se ajustaban a derecho. En el Nuevo Testamento, denota rectitud, un estado de ser recto, de conducta recta, sea que se juzgue en base de normas divinas, o humanas, de lo que es recto. Dicho de Dios, designa el perfecto acuerdo entre su naturaleza y sus actos, en lo cual Él es la norma para todos los hombres. Se usa: 1. En sentido amplio, de personas: © 2003 Iglesia Evangélica de Hermanos Congregados en el Nombre del Señor Jesús, A.R.

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a) De Dios (por ejemplo en Jn. 17:25; Ro. 3:26; 1 Jn. 1.9; 2.29; 3.7) b) De Cristo (por ejemplo Hch. 3:14; 7:52; 22:14; 2 Ti. 4:8; 1 P. 3:18; 1 Jn. 2:1) c) De hombres (Mt. 1:19; Lc. 1:6; Ro. 1:17; 2:13; 5:7). 2. De cosas; sangre (metafóricamente, Mt. 23:35); el juicio de Cristo (Jn. 5:30); cualquier circunstancia, hecho o acto (Mt. 24:4, v. 7, en algunos manuscritos; Lc. 12:57; Hch. 4:19; Ef. 6:1; Fil. 1:7; 4:8; Col. 4:1; 2 Ts. 1:6); el mandamiento, o sea, la ley (Ro. 7:12); las obras (1 Jn. 3:12); los caminos de Dios (Ap. 15:3). b) Endikos Justo, recto, derecho. Se dice de la condenación de aquellos que dicen: “Hagamos males para que vengan bienes” (Ro. 3:8); de la recompensa de retribución de las transgresiones bajo la ley (He. 2:2). A continuación quisiera que viésemos doce características en el libro de Proverbios de una persona que es justa: 1. Proverbios 10:21, 32 2. Proverbios 10:30 3. Proverbios 11:5 4. Proverbios 11:23 5. Proverbios 12:10 6. Proverbios 12:26 7. Proverbios 13:5 8. Proverbios 15:28 9. Proverbios 20:7 10. Proverbios 21:25,26 11. Proverbios 28:1 12. Proverbios 29:7

II. Santo Esta es una palabra que repetimos o leemos frecuentemente en las Sagradas Escrituras, y decimos que su significado es “apartado”, pero es mucho más. En la Biblia se usan básicamente dos palabras para “santo”, una es hosios y la otra es hagios. a) Hosios. Significa santamente, esto es, limpio de mala conducta, y observante de la voluntad de Dios. En Tito 1:8 se usa la palabra hosios © 2003 Iglesia Evangélica de Hermanos Congregados en el Nombre del Señor Jesús, A.R.

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lo mismo que en 1 Timoteo 2:8 para enfatizar el carácter de las personas cristianas. “Quiero, pues que los hombres oren en todo lugar levantando manos santas, sin ira ni contienda”. También en 2 Tesalonicenses 2:10 se usa esta misma palabra: “Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuan santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes”. b) Hagios. Significa religiosamente recto, santo, en oposición a lo torcido o contaminado. Está comúnmente asociado con la rectitud. Se utiliza de Dios (Ap. 15:4; 16:5); del cuerpo del Señor Jesús (Hch. 2:27; 13:15, en citas del Sal. 16:10, He. 7:26); y de ciertas promesas hechas a David, que podrían cumplirse solo en la resurrección del Señor Jesús (Hch. 13:34). Por cuanto cada creyente es santificado en Cristo Jesús (1 Co. 1:2, He. 10:10), una designación frecuente en el Nuevo Testamento para todos los creyentes es santos, esto es, santificados. Así la santidad, o santificación, no es un logro, sino el estado al que Dios, en su gracia, llama a los pecadores, y en el que comienzan su curso como cristianos (Col. 3:12; He. 3:1). En muchas ocasiones creemos que la justicia y santidad las obtendremos mediante ciertas actitudes. Para ser justos creemos que debemos hacer a un lado la misericordia. Que debemos ser severos, estrictos, insensibles, duros, y la mayoría de las veces creemos que somos justos por las obras que estamos haciendo. Recordemos que nos somos salvos por obras, (Ef. 2:1-10) y somos justificados por la fe (Ro. 5:1; 1:17; Gá. 3:11; He. 10:38). Así que cuando Pablo dice que el carácter de los que anhelan ser ancianos debe de ser justo nos dice que este hombre debe de ser leal, equitativo, imparcial, derecho. Dios dice que ya somos justificados (1 Co. 1:30) y esta es la razón por la que debemos de ser justos. Recordemos que muchas veces hemos afectado a una oveja por no dedicarle tiempo, por hacer una conjetura antes de escucharle, por alguna frase que hablamos rápidamente, por actuar con parcialidad, por usar nuestra experiencia, por generalizar etc. Hace unos días un hermano muy estimado me comentaba acerca de lo difícil que es a veces tratar con ciertos hermanos, incluso me mencionó que no quería hacer tratos de negocios con los hermanos porque siempre salía mal. Es bastante triste esto, sin embargo lo escuchamos con relativa frecuencia, que el patrón cristiano no le pagó a tal persona su salario correcto o el líder cristiano no cumplió con su parte del trato. Es verdaderamente triste escuchar que las personas prefieren hacer tratos o negocios con otra gente menos con cristianos porque en el pasado han tenido una experiencia negativa con cristianos. El Señor Jesús dice que nosotros somos la luz del mundo, la sal de la tierra (Mt. 5:13-16), a veces creemos que la santidad se consigue haciendo muchas buenas obras, pero la salvación no se consigue por medio de las obras “No por obras para que nadie se gloríe” (Ef. 2:9) creemos que seremos santos si cumplimos ciertas reglas y nos hacemos legalistas, pero Dios dice en su © 2003 Iglesia Evangélica de Hermanos Congregados en el Nombre del Señor Jesús, A.R.

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palabra en Marcos 7:9-13 que esto es incorrecto. Muchas veces somos más religiosos que cristianos. Creemos que seremos más santos si oramos más tiempo, si leemos la Biblia por más horas, si no faltamos a ninguna reunión etc. Pero la Biblia describe como “santo” a un hombre que pone énfasis no solo en su devoción a Dios y en su adoración sino también en su manera de vivir, es un hombre que busca lo bueno y recto. Por ultimo veamos dos pasajes Efesios 4:17-24 y Colosenses 3:5-11. Veamos la figura o ilustración que usa Pablo para describir nuestra situación cuando fuimos rescatados de nuestra vida pecaminosa y cuando entramos a la devoción a Cristo. Contesta las siguientes dos preguntas: 1. ¿Has hecho tal cambio de ropa? (Si/No) Explica cómo.

2. ¿Los demás notan que tienes ropa nueva? Si es si ¿Cómo lo notan?

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Preguntas para discusión 1. ¿Cuál es la diferencia entre justo y santo? 2. La condición de ser justos y santos, ¿es algo que recibimos al ser salvos o es algo que tenemos que esforzarnos en obtener en nuestra vida? Lean 1 Corintios 6:11 y Efesios 4:24. 3. Si es algo que se debe cultivar en la vida del creyente busquen versículos que apoyen esta postura.

Conclusión Dios desea que sus siervos sean hombres enteramente preparados para toda buena obra, es menester que tú y yo aprendamos a vivir de tal manera que reflejemos esta clase de vida. Recuerda una cosa muy importante, nosotros estamos creciendo, y tenemos áreas en donde cada día luchamos por ganar terreno en ellas. Recuerda también que en nuestras fuerzas podemos estar haciendo esfuerzos infructuosos para ser justos y santos delante de Dios, pero la gracia de nuestro Señor Jesucristo es la que nos capacita con el poder del Espíritu Santo para poder entender el conocimiento de Dios. Terminemos con el pasaje de Efesios 3:17-21 “Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos.... el amor de Cristo,... para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas...a El sea la gloria en la Iglesia en Cristo Jesús.”

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