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La actividad turística y los conceptos de hotel frente al mar en la ciudad de Mazatlán de 1940 al 2010 José Luis Lizárraga Valdez* y Miguel Ángel Higuera Muñoz** Dos actividades económicas fueron las que encaminaron a la ciudad de Mazatlán a posicionarse como un destino turístico de primer nivel: el desarrollo de la flota e industria camaroneras y la construcción de hoteles para el descanso de los viajeros. Mazatlán despierta y se incorpora al listado de ciudades que persiguen ser modernas y competitivas, sacudiéndose las vivencias nostálgicas de origen decimonónico. El negocio turístico hotelero se desarrolló en Mazatlán al poner en marcha planes emergentes para promover a la ya entonces conocida como Perla del Pacífico, que consistieron en el diseño y edificación de una novedosa infraestructura hotelera con todo lo necesario para hacer placentera la estancia del visitante. Como resultado se identifican cinco conceptos de hoteles entre 1940 y el 2010: hotel-torre, hotel-lineal, hotel-bloque, hotel-integral y el hotel-resort, que muestran, mediante sus sistemas de relaciones internas espaciales, por correspondencia transitorios, las circunstancias y necesidades inmediatas a satisfacer en cada entorno particular.
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ras la actividad comercial del siglo XIX, que impulsó el desarrollo de Mazatlán, la expansión demográfica y territorial de la primera mitad del siglo XX vino acompañada del surgimiento de nuevas actividades productivas que marcaron una segunda etapa de su crecimiento económico. Para Beraud,1 esta reactivación económica son la pesca del camarón y el turismo, la primera dirigida *Profesor de la licenciatura en arquitectura de la Escuela de Ingeniería de Mazatlán de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Colaborador del Cuerpo Académico “ciudad, patrimonio, turismo y sustentabilidad” de la Facultad de Arquitectura de Culiacán (UAS). Estudios de maestría en arquitectura, (UNAM) y candidato a doctor en arquitectura (UNAM). **Licenciado en arquitectura por la UNAM; licenciado en ciencias de la educación por la UAS; licenciado en derecho por la UAS y candidato a doctor en administración con acentuación en gestión pública por el IMAP. Profesor en la Escuela de Ingeniería y colaborador del Cuerpo Académico “ciudad, patrimonio, turismo y sustentabilidad”.
por empresas japonesas en la segunda década del siglo XX, y la otra que se originó con mayor auge a consecuencia de la búsqueda de bellezas naturales para el descanso de los norteamericanos que participaron en la Segunda Guerra Mundial (1945) y, posteriormente, en la de Corea, provocando un acelerado crecimiento de la población a partir de 1940. Para González Gortázar,2 los planes de modernizar al país tomaron su cauce con mayor énfasis y singularidad al iniciar los años treinta del siglo XX. El ya instalado gobierno posrevolucionario se vio en la necesidad de proveer a la sociedad mexicana de la construcción de edificios para la salud, la educación, para el creciente trabajo administrativo federal, estatal y municipal, así como para el recreo, pero sobre todo a apoyar con infraestructuras a todas las entidades que nutren y retribuyen la obtención de recursos
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económicos para el país. Mazatlán como sitio turístico de sol y playa se inscribe en este renglón. El turismo de sol se ha desarrollado en espacios costeros donde se ubican playas con escenarios climáticos mayormente soleados, con temperaturas agradables que van desde los 24 a los 30°c. Estas condiciones han motivado la edificación de hoteles así como la implantación de actividades para el ocio, el descanso y disfrute del tiempo libre.3 Según la Organización Mundial del Turismo (OMT),4 el turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo consecutivo inferior a un año y mayor a un día, con fines de ocio, por negocio o por otros motivos. La evolución histórica del turismo, tal como lo concebimos hoy, surgió como consecuencia del incremento de las actividades laborales de la Revolución Industrial. El cúmulo de tales diligencias orilló a planear escapes del caos citadino a lugares placenteros donde recobrar el vigor, siendo las playas los lugares más solicitados y recomendados, surgió así en los inicios de la sociedad contemporánea el esquema laboral cíclico con derecho a días de asueto. Para Héctor Ayala, Ramón Martín y Jorge Masiques,5 el turismo comúnmente denominado de sol y de playa ha sido y aún continúa siendo la modalidad que mayores flujos de pasajeros propicia a escala internacional. El poderoso atractivo del mar y, principalmente, las condiciones climáticas subtropicales, e incluso en zonas de menor calor, constituyen una motivación de viajes vacacionales de primer orden. Los autores indican que, desde el siglo XVII, las clases pudientes inglesas empezaron a viajar a balnearios de aguas minerales, debido a consideraciones relacionadas con la salud, situación que fue extendiéndose a toda Europa, incluyendo (entre los servicios prestados) espectáculos diversos y hoteles para garantizar el adecuado refugio de los visitantes. A mediados del siglo XVIII, el agua de mar adquirió la primera preferencia por su supuesto carácter curativo, desde entonces las localidades frente al mar Mediterráneo se difunden como sitios turísticos. A fines del siglo XIX y principios del XX el mayor éxito europeo en la materia correspondía a estaciones situadas en las costas francesa e italiana, convirtiéndose en los lugares favoritos de las élites de varios países de Europa, provocando transformaciones en los frentes de mar, con los paseos marítimos, las primeras carreteras paralelas a la costa y destacadas construcciones de alojamiento frente al mar, señalan Ayala, Martín y Masiques. Esta misma situación de buscar territorios aptos para favorecer la salud, siguiendo el definido modelo europeo y como condición de entretenimiento, se
promovió en el continente americano específicamente con el país de mayor disposición económica: los Estados Unidos. Los ciudadanos norteamericanos viajaban a la Florida, a las Islas del Caribe, Hawái y México, en busca de un mejor clima y de la temperatura más agradable del agua de las playas, con fines de recreo y bienestar físico-mental. Ubicar territorios frente al mar que contribuyan a una mejor salud, con clima agradable, paisajes naturales, eventos de esparcimiento y disposición de edificios para albergue, fueron los factores que determinaron enfáticamente la necesidad de proyectar hoteles para Mazatlán, así como promoverlo como un referente turístico que intentó cubrir las exigencias del mercado estándar ya planteado en Europa y puesto en marcha en los Estados Unidos y en algunos países del Caribe. El negocio turístico hotelero se desarrolló en Mazatlán al poner en marcha planes emergentes para promover a la ya entonces conocida como Perla del Pacífico, que consistieron en el diseño y edificación de una novedosa infraestructura hotelera con todo lo necesario para hacer placentera la estancia del visitante. También se acondicionaron espacios para vehículos de turismo conocidos como trailer park. Acompañado de una intensa divulgación y promoción en el entorno nacional inmediato, pero con énfasis hacia la internacionalización. Con el potencial turístico y económico proyectado, la gestión y el apoyo fue inmediato: construcción de carreteras hacia el Norte, Sur y Este, infraestructura relacionada con las telecomunicaciones; instalaciones para la flota deportiva y las relacionadas con la pesca, entre otras. El resultado por la implantación y desarrollo de estas actividades laborales tuvo una rápida aceptación y participación de la sociedad. Los nuevos hoteles atrajeron un gran número de trabajadores y de personal para su manejo y dirección. Esto produjo un rápido y descontrolado crecimiento urbano de la ciudad, empresarios y trabajadores demandaron espacios habitacionales y servicios. El personal que se contrató para la dirección, manejo y operación de los hoteles que se fueron sumando al momento exitoso del turismo de sol y de playa vinieron, en un buen porcentaje, de los poblados cercanos a la ciudad de Mazatlán. Estos nuevos habitantes de la ciudad, oriundos de pueblos y rancherías, fueron motivados por la oferta laboral que Mazatlán ofrecía, haciendo a un lado las actividades del campo e incursionando en las nuevas dinámicas laborales relacionadas con el turismo. Con la llegada de estos habitantes se fue conformando la ciudad de Mazatlán de la primera mitad del siglo XX. La efectiva creación de la infraestructura para el descanso provocó la expansión urbana sin plan alguno, las autoridades en turno se enfocaron a resolver, en el
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Plano 1: Identificación de los primeros hoteles que se construyeron frente al mar, mismos que van a detonar la expansión urbana frente a la línea de mar, parte Oeste de Mazatlán. Los hoteles se exponen cronológicamente con base en su fecha de apertura. Lo señalado en color blanco es el crecimiento urbano logrado hasta 1918. Reconocido sobre plano actual (2013) (elaboró JLLV).
momento, las demandas urgentes de esa creciente sociedad empresarial y, sobre todo, atender las necesidades de servicios urbanos de los habitantes que llegaron a laborar en esos centros de trabajo masivo. Desde entonces, Mazatlán se ha esforzado para ser competitivo en el creciente mercado turístico. La edificación y puesta en marcha de los hoteles fomentó el crecimiento y desarrollo de la ciudad.
requerimientos de una población en crecimiento acelerado y no calculado a partir de 1940. “En 1940 la ciudad tenía 32 mil habitantes; en 1960, 75 mil…”7 y para 1970 la ciudad alcanzó los 167,616 habitantes.8 Más de cuatro veces en relación a 1940. Es la actividad turística, reflejada en la construcción de infraestructura para el descanso, el detonante para el despegue de un crecimiento urbano que toma como Dice la voz popular pesquera en Mazatlán que los referencia y apego la línea de mar, parte Oeste de primeros hoteles modernos en nuestro puerto se Mazatlán. construyeron gracias a las ganancias pesqueras del Hoteles como el Belmar (1924), Freeman (1944), camarón, ya que éstas quedaron en manos de las La Siesta (1952) –ver plano 1–, conforman un conjunto familias De Cima y Coppel, primeros armadores temprano que se edifican frente al mar, mismos que se (dueños de barcos y almacenes) en los cuarenta.6 caracterizan por ubicarse en los límites de la extensión La anterior cita de Carrillo Rojas e Ibarra Escobar urbana que se logró hasta 1918, el del denominado orienta a identificar que la inversión privada, que va a antiguo o Viejo Mazatlán. dar soporte a algunos de los novedosos establecimientos hoteleros, se desprende de las En estos hoteles (Siesta y Belmar) es de donde se ganancias empresariales relacionadas con los recursos puede gozar las fiestas del carnaval, asombrarse con del mar. la batalla naval con sus juegos artificiales que estallan llenando de colorido a las Olas Altas.9 La participación económica en Mazatlán apuesta, con mayor ímpetu, iniciada la cuarta década del siglo El puerto de Mazatlán inaugura tres sitios para el XX, al éxito y retribución monetaria a partir de los descanso donde el factor relevante consistió en recursos y atractivos naturales del entorno. El recurso natural de las tranquilas aguas del buscar el atractivo del mar y las vistas hacia la playa, Océano Pacífico y las hermosas playas con sus a través de modernas propuestas arquitectónicas, atardeceres en Mazatlán fueron el binomio perfecto mismas que se destacaron y se diferenciaron de los edificios eclécticos circundantes del siglo XIX. para acentuar y consolidar una entidad turística. A continuación se identifican los conceptos de Se asienta entonces una etapa productiva en Mazatlán y con ésta la necesidad de atender los hotel y sus condiciones para establecerlos. Libertades | Invierno 2013
Imagen 1: Izquierda, vista exterior del Hotel Freeman construido en 1944 (fotografía JLLV). Derecha, planta de conjunto del hotel Freeman (elaborada por JLLV).
Diagrama 1: Relación del sistema espacial del hotel Freeman (elaborado por JLLV).
Imagen 2: Izquierda, vista exterior del Hotel Playa Mazatlán construido en 1955 (fotografía exhibida en la recepción del hotel). Derecha, planta de conjunto del hotel Playa Mazatlán (elaborada por JLLV).
Diagrama 2: Relación del sistema espacial del hotel Playa Mazatlán (elaborado por JLLV).
Los hoteles construidos a partir de 1940 en la ciudad de Mazatlán pretendieron seguir las reflexiones y lineamientos de diseño planteados por una arquitectura señalada como moderna, originada en Europa –con mayor acento a inicios del siglo XX–. La difusión universal de tales preceptos constructivos se revela en los nuevos hoteles, con un distintivo propio, que consiste en adaptar y condicionar la propuesta arquitectónica a un contexto y clima singular. Señalar que la arquitectura de los nuevos hoteles aspiró a ser moderna es un referente importante para comprender e identificar sus condiciones de implantación. Para Montaner la teoría de los sistemas contemporáneos es oponerse a todo reduccionismo y mecanicismo, es intentar acercarse a un pensamiento de la complejidad y de las redes, es dar prioridad a una búsqueda para desvelar las estructuras complejas en las escalas urbanas y territoriales, es analizar las capacidades que cada sistema tiene para estructurarse y, al mismo tiempo, para interactuar en su contexto.10 Montaner señala la importancia del valor en las relaciones y los espacios entre los objetos. Se emplea entonces la orientación de valorar al hotel como un pequeño sistema de relaciones el cual contiene una estructura interna en la que interactúa el ser humano entre objetos, y los espacios entre estos mismos cuerpos. El primer concepto de hotel instaurado en el puerto de Mazatlán es el hotel-torre, el que dispone las habitaciones en vertical. El Hotel Freeman fue el
precursor en esta categoría y ejemplo trascendente que abrió sus puertas en el año de 1944. La vista al mar, a la playa, es el referente primero para ubicar el objeto, es decir el bloque-edificio que contiene las habitaciones y otros servicios. El edificio se lleva hasta al frente, hasta el paramento, tentando los límites del terreno ligeramente curvo, motivo por el cual dinámicamente responden la disposición de los balcones. La solución de diseño dentro de este primer concepto de hotel —ver planta de conjunto en la imagen 1 y diagrama 1— es la evidente relación del sistema de interacción espacial interno con el contexto externo, o viceversa, a partir de la búsqueda por correspondencia de los siguientes espacios transitorios: mar, playa, malecón, calle o avenida, ingreso-vestíbulo-recepción, el edificio contenedor de las habitaciones con la ubicación de la alberca-camastros para asolearse en la azotea y el estacionamiento ubicado al lado posterior. El segundo concepto de albergue que se identifica es el hotel-lineal, el que dispone las habitaciones de manera horizontal y extendida, llegando a contener de uno hasta tres niveles máximo. El hotel Playa Mazatlán, que abrió en el año de 1955, fue el ejemplo pertinente en esta categoría de albergue. El sistema de interacción espacial que presentó en su momento fue: calle, amplio estacionamiento para automóviles, ingreso-vestíbulo-recepción, el edificio contenedor de las habitaciones, playa y mar. Disposición directa, básica y operativa sin mayor preámbulo –ver planta de conjunto en la imagen 2 y diagrama 2—.
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73 Imagen 3: Izquierda, vista exterior del hotel De Cima construido en 1957 (fotografía JLLV). Derecha, planta de conjunto del hotel De Cima (elaborada por JLLV).
Diagrama 3: Relación del sistema espacial del hotel De Cima (elaborado por JLLV).
Imagen 4: Izquierda, vista exterior del Hotel Pueblo Bonito construido en 1987 (fotografía JLLV). Derecha, planta de conjunto del hotel Pueblo Bonito (elaborada por JLLV). Diagrama 4: Relación del sistema espacial del hotel Pueblo Bonito (elaborado por JLLV).
El tercer concepto de hospedaje es el hotel-bloque, el que se instala con recia geometría cúbica alcanzando los cuatro niveles o más. El Hotel de Cima, que abrió en el año de 1957, es el caso pertinente que los representa. El sistema de interacción espacial por correspondencia transitorios externo-interno, o a la inversa, al cual recurrió fue: mar, playa, malecón, calle, ingreso-vestíbulorecepción, el edificio contenedor de las habitaciones con servicios internos complementarios, alberca con camastros para asolease y estacionamiento posterior – ver planta de conjunto en la imagen 3 y diagrama 3–. Los tres conceptos de hotel que se identifican entre 1940 y 1969, hotel-torre, hotel-lineal y hotel-bloque, muestran mediante sus sistemas de relaciones internas espaciales por correspondencia transitorios, las circunstancias y necesidades inmediatas a satisfacer. De 1970 al 2010 se revelan otros dos conceptos de albergues en Mazatlán: el hotel-integral y el hotelresort. La noción de ambas categorías de hotel que se detectan en este tiempo, y las notorias cualidades de diseño arquitectónico, orientan a identificarlos como complejos hoteleros de primer orden en la ciudad.
Estos exclusivos conjuntos para el descanso se van a distinguir por la acentuación y proyección internacional, pues ya están incorporados en dinámicas de circuitos y promoción transnacionales. La apertura del aeropuerto, en mayo de 1969, motivó a los empresarios locales a formular nuevas estrategias de impulso hacia otros países del orbe. Este escenario los orilló a elaborar convenios e inversiones con destacadas firmas de cadenas hoteleras de rango internacional, dando cabida a recintos para el ocio que tuvieron la encomienda de ofrecer servicios internos de primera. Al hotel-integral se le puede identificar como un recinto resuelto y estructurado en uno o más cuerpos para las habitaciones, donde alguno de estos mismos bloques se ubica frente o cercanos a la playa, al mar o concebirse orientados hacia vistas internas logradas a través de una integral propuesta de diseño de jardinería en combinación con cuerpos de aguas, albercas, zonas para asolearse, zonas recreativas, restaurantes y bares en interacción. Pueblo Bonito (1987) es el modelo que engloba las particularidades de tan pertinente concepto de hotel.
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El sistema de interacción espacial p o r correspondencia transitorios externo-interno es dinámico y flexible. Este esquema rompe la rigidez que caracterizó a los tres conceptos de hotel ubicados en el anterior periodo. El actual esbozo de hotel-integral aporta una red de comunicaciones y relaciones espaciales que acrecienta la libre conducción e interacción del usuario en un solo recinto. Con el establecimiento de singulares edificaciones, donde la fluidez estructural espacial se amolda a la necesidad particular del turista, se revela entonces una evolución en el género hotelero en la ciudad de Mazatlán –ver planta de conjunto en la imagen 4 y diagrama 4–. Con respecto al siguiente concepto de albergue, el hotel-resort, se instala como una estación, un recinto o complejo turístico, de ahí el adjetivo en inglés de resort, que además de proponer distinguida jardinería y cuerpos de agua, engloba espacios para el descanso (comer, beber y dormir), la relajación y cuidado personal, recreación, el ocio, el entretenimiento, las compras, oficinas satélites para asuntos relacionados con acciones laborales e instalaciones estratégicas para practicar el deporte, destacándose el extenso campo para el golf. El término resort identifica al hotel como una pequeña ciudad, al paseante se le entretiene a través de toda una completa infraestructura interna para que interactúe en ella, evitando la necesidad de abandonar el recinto durante su estancia. El hotel-resort en Mazatlán es un novedoso concepto de albergue que vino a rebasar y al mismo tiempo revolucionar las expectativas logradas en la práctica conceptual y constructiva de tan particular género de edificios en este sitio. El prototipo único dentro de este concepto de hotel-resort es El Cid, conformado por tres secciones Granada (1974), Castilla (1981) y la Torre de El Moro (1985). Complejo que al contar con un extenso campo de área verde para el deporte del golf motivó a la instalación de un conjunto habitacional de primer nivel a los alrededores de tal zona. Con la edificación de tan auténtico concepto de albergue-ciudad se acuña un referente relevante hotelero en Mazatlán. La relación del sistema de interacción espacial interno con el contexto externo, o viceversa, a partir de la búsqueda por correspondencia de los siguientes espacios transitorios: calle-avenida, accesos, lobbies, edificios, servicios diversos (restaurantes, bares, salón de fiestas, auditorios, terrazas, locales comerciales, oficinas satélites, etcétera), recreación, camastros, diseño de jardinería con rocas y manantiales de agua artificiales, alberca, playa y mar es también dinámico así como versátil con acentuación de diversas redes de
comunicación y relaciones espaciales internas –ver planta de conjunto en la imagen 7 y diagrama 5–. Aquí la calle-avenida es un referente de suma importancia por participar como un conductor y al mismo tiempo distribuidor dentro del hotel-resort, pues en este único concepto de hotel el automóvil tiene cabida dentro de la red de sistemas de comunicaciones. El usuario es sumergido en un alberge-ciudad: circulaciones directas, indirectas, rampas, desniveles, diferentes alturas, espacios multifuncionales, puntos de encuentro social, comercios, entretenimientos, oficinas, áreas para practicar deportes, spa, cajeros automáticos y más, claro, sin olvidar el espacio íntimo y personal: la habitación. Las condiciones para establecer los primeros tres conceptos de hoteles fueron las siguientes: 1) Disponer al frente de la playa y del mar el edificio, tener a primera mano el recurso natural. 2) Habitaciones para el descanso con zonas complementarias para el aseo personal, buscando preferentemente situarlas con vista al mar. 3) La disposición de servicios internos como alberca, y camastros para asolearse, en algunos casos se contó con restaurante, bar así como oficinas para atención al turista. Tales circunstancias arrojan las primicias de una lectura del tipo de servicios que ofrecieron los conceptos de hotel que se constituyeron tempranamente frente del mar en la ciudad de Mazatlán entre 1940 y 1969. También orientan y aproximan en identificar las experiencias-actividades que los viajeros realizaron en esta fase, así como acercarnos al perfil de turista que interactuó en la entidad: a) El medio de transporte de primer orden que utilizaron los paseantes para llegar desde su lugar de origen hasta la ciudad fue el automóvil, debido a que el aeropuerto internacional de Mazatlán operó a partir de 1969. b) El antecedente de ciudad, conformado por el sector urbano-arquitectónico, el del viejo Mazatlán, fundado en el siglo XIX quedó en el completo abandono y presa del deterioro, por lo que no sobresalió como punto de visita en este ciclo. c) La ciudad se fue acomodando conforme acrecentaba la construcción de albergues para los visitantes, así como todo negocio relacionado con la atención del turista como locales comerciales, tiendas de ropa, lavanderías, bares y más. Los hoteles fueron la infraestructura laboral primaria que al operar motivó a la instauración de otros negocios así como la demanda de infraestructura urbana, por lo que no se contaba con una ciudad en forma para recorrerla. d) Con el vacío de ciudad, o localidad en crecimiento, el viajero fue orillado a concentrarse en las instalaciones del hotel y al mismo tiempo interactuar con los beneficios y recursos naturales como el sol, la playa, el mar y sus atardeceres.
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Imagen 5: Izquierda, vista exterior de la Torre El Moro. Imagen 6: Derecha, vista exterior de El Castilla construido en 1981 (fotografías JLLV).
Imagen 7: Planta de Conjunto del hotel El Cid (elaborada por JLLV).
Conclusión Haber fortalecido una base operativa con maquinaria y estrategias pertinentes para la captura del crustáceo, así como la instalación de negocios relacionados con otros recursos del mar y el comercio afín, revelan, paralelamente, la fuente de los recursos que permitieron de manera entusiasta el desarrollo de los proyectos turísticos relevantes que fomentaron el incremento sustancial de hoteles para Mazatlán. La infraestructura hotelera construida entre 1940 a 2010 fue y ha sido empuje para expandir, aún más, el crecimiento urbano a partir de la creciente oferta de trabajo para el manejo y operación de tales géneros de edificios. Con la instalación del aeropuerto se acentuó la internacionalización de este lugar en el Pacífico mexicano. A partir de 1970, los hoteles que se construyeron tuvieron una dinámica difusión dentro de la república mexicana y en los países de Norteamérica; impulso que registró el aumento del turismo extranjero proveniente de los Estados Unidos y de Canadá. Mazatlán logró, nacional e internacionalmente, posicionarse como un lugar familiar, atractivo por sus bellezas y recursos naturales benéficos para la salud.
Con estas condiciones surgieron y se consolidaron en este periodo, 1970 al 2010, los siguientes temporales turísticos: •Invierno: visita de norteamericanos estadounidenses y canadienses, en los meses de diciembre, enero y febrero. •Carnaval: visita de mexicanos, estadounidenses y canadienses en el mes de febrero o marzo. •Semana Santa: visita de mexicanos, estadounidenses y canadienses, en el mes de marzo o abril. •Verano: visita de mexicanos en los meses de junio, julio y agosto. Sumándose los puentes o fines de semana largo aprovechados por los paseantes de otros estados cercanos o provenientes de otros sitios o ciudades del estado de Sinaloa. Los dos conceptos de hotel que se identifican entre 1970 y el 2010, hotel-integral y hotel-resort, ponen en evidencia novedosos sistemas de relaciones internas espaciales que renovaron los anteriores tres conceptos de hotel. Las condiciones para establecer estos dos conceptos de albergue partieron en la búsqueda de disponer al frente de la playa y del mar el conjunto integral de los edificios-habitaciones y demás instalaciones complementarias.
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Diagrama 5: Relación del sistema espacial del hotel-resort El Cid (elaborado por JLLV).
El complejo hotelero en sí es el que se acomoda hacia el mar, los objetos, edificios-habitaciones, pueden estar o no orientados con vista a la playa, pues el recurso de jardinería, espejos de aguas, manantiales y rocas artificiales, camastros y albercas en interacción con bares y restaurantes ahora son los referentes o vistas internas también buscados. A los huéspedes se les insertan dentro de un núcleo de redes de comunicación espacial que los direcciona a intervenir en actividades diversas, así como el de recibir invitaciones a una serie de eventos de entretenimiento relacionados con el ocio y el conocimiento de la cultura regional. Además, se promocionan otras actividades que el turista o viajero que llega a Mazatlán puede realizar a su libre elección fuera de su albergue, independientemente del concepto de hotel en el que se ubique. Éstas son: Conocer el antecedente de ciudad conformado por el sector urbano-arquitectónico, el del viejo Mazatlán, fundado en el siglo XIX, mismo que a partir de los 90´s quedó activado y listo para ofrecer actividades para la recreación. Recorrer algunos sectores de la ciudad que se fueron acomodando conforme acrecentaba la actividad turística, destacándose el malecón frente al mar, centros
comerciales, restaurantes especializados y distribuidos frente a la línea de mar, zonas habitacionales de primer nivel, entre otros servicios relacionados. Asimismo, dentro de esta búsqueda de lugares y sitios atractivos para ofrecer al visitante que cada vez se distingue por ser más exigente y selectivo, Mazatlán oferta mediante visitas guiadas recorridos a los pueblos mineros como Copala, Concordia, El Rosario y Cosalá, lugares donde se puede apreciar templos barrocos que fueron edificados en los tiempos de la colonia en la parte noroeste de México, así como otros sitios relevantes por lo pintoresco de su arquitectura popular, campesina o vernácula misma que interactúa en un contexto natural y climático singular como lo es el caso de El Quelite. En la actualidad, con mayor fuerza en la última década, Mazatlán es punto de encuentros sociales diversos, cubriendo expectativas estatales, nacionales e internacionales. El perfil del viajero que visita a Mazatlán está direccionado al disfrute de los atractivos naturales y beneficios que trae el clima y las aguas del mar, además de promocionarse como un puerto turístico del sol y playa que posee un Centro Histórico único, binomio singular en los litorales costeros de las aguas del mar Pacífico. L
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