Libro Complementario. La Biblia nos hace sabios

Libro Complementario Centro Intl. Para el Estudio de la Escuela Sabática WWW.PMMINISTRIES.COM La Biblia nos hace sabios CAPÍTULO 11 Lección 11 Para

4 downloads 264 Views 38KB Size

Recommend Stories


Libro Complementario. La Biblia y la Ciencia
Libro Complementario Centro Intl. Para el Estudio de la Escuela Sabática WWW.PMMINISTRIES.COM La Biblia y la Ciencia CAPÍTULO 6 Lección 6 Para el 1

LEER NOS HACE REBELDES
LEER NOS HACE REBELDES Leer nos hace rebeldes.p65 1 1/7/2003, 12:56 AM Leer nos hace rebeldes.p65 2 1/7/2003, 12:56 AM LEER NOS HACE REBELDES

Story Transcript

Libro Complementario Centro Intl. Para el Estudio de la Escuela Sabática WWW.PMMINISTRIES.COM

La Biblia nos hace sabios CAPÍTULO 11

Lección 11

Para el 16 de Junio del 2007

Walter B. Knight, autor de Knight's Treasury of Illustrations [Tesoro de ilustraciones Knight], habla de uno de sus alumnos que prestó sus servicios como piloto de un bombardero durante la Segunda Guerra Mundial. El joven reveló que fue fácil para él dirigir su bombardero a través del océano sin mapas. "Todo lo que tuve que hacer fue echarle un par de vistazos a las estrellas y luego revisar mi libro. Ese libro me decía exactamente dónde me encontraba, haciendo que llegar a nuestro destino fuera la cosa más sencilla del mundo".1 La Biblia es como ese libro. Nos muestra a Jesús, "la estrella resplandeciente de la mañana" (Apoc. 22: 16) y nos da sabiduría y orientación para saber cómo vivir en este mundo. Nos dice "dónde nos encontramos" en nuestra jornada hacia el cielo y nos ayuda para llegar con toda seguridad a nuestro destino. De hecho, la Biblia afirma enfáticamente que es la fuente de la sabiduría (Prov. 2: 6). La Biblia dice que Salomón fue el hombre más sabio que haya vívido jamás sobre la tierra (1 Rey. 4: 30). Era tan renombrado por su sabiduría, que personas de todo el mundo venían en busca de su consejo (1 Reyes 4: 34). La reina de Sabá vino a verificar su sabiduría, y después de algunos días de estancia en su reino, exclamó: "Ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu

sabiduría y bien, que la fama que yo había oído" (1 Rey. 10: 6). ¿De dónde obtuvo Salomón su sabiduría? La Biblia dice que "Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar" (1 Rey. 4: 29). Más tarde en su vida, escribió Salomón: "Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia" (Prov. 2: 6). Dijo también: "Porque mayor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella" (Prov. 8: 11). Con razón aconsejó: "Adquiere sabiduría" (Prov. 4: 5). En su búsqueda de sabiduría, Salomón comenzó exactamente donde usted y yo debemos empezar cuando sentimos que la necesitamos: Se la pidió a Dios. Poco tiempo después de que Salomón fue ungido como rey, el Señor se presentó ante él cierta noche, en un sueño, y le dijo: "Pídeme lo que quieras que yo te dé". "Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande" (2 Crón. 1: 10), respondió Salomón. El rey no solicitó sabiduría simplemente para ser un hombre inteligente. Necesitaba la sabiduría para poder cumplir sus deberes como rey de Israel. y obtuvo esa sabiduría de la misma forma en que usted y yo podemos conseguirla: la solicitó. Esta es la promesa de la Biblia: "y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Sant. 1: 5). Así que independientemente de cuáles sean sus responsabilidades, el Señor le dará sabiduría para cumplirlas bien. ¿Es usted estudiante que necesita obtener buenas calificaciones? ¿La necesita a fin de servir bien a su empleador? ¿Está enfrentando una crisis que pareciera no tener solución? Para cada una, y miles más, de estas situaciones, vaya a Dios en busca de sabiduría. Él se la dará. La Biblia es la fuente de toda sabiduría espiritual. Es una guía práctica para la vida diaria. Los diferentes capítulos del Libro reflejan diferentes aspectos de la sabiduría que nos proporciona. Sin embargo, examinaremos dos aspectos de la vida en los que todos necesitamos tener sabiduría y en los que, generalmente, no nos detenemos en forma más amplia: la sabiduría con respecto al plan de salvación y la sabiduría para cumplir con las responsabilidades de la vida. Sabiduría para obtener la vida eterna El plan de salvación de Dios es muy sencillo. Cuando el carcelero de Filipos le preguntó a San Pablo: "¿Qué debo hacer para ser salvo?", el apóstol le contestó: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hech. 16: 30,31). ¡Eso es muy fácil de entender! Sin embargo, el plan de salvación implica también algunos conceptos muy profundos. San Pablo explicó su comprensión acerca de la salvación en los primeros ocho capítulos de su epístola a los Romanos, y desde entonces los teólogos han estado estudiando y considerando profundamente sus palabras. ¿Cómo puede usted entender mejor la provisión que Dios hizo para la salvación? Hay varios conceptos relacionados con la salvación que es importante comprender. Justificación. El primer concepto es "justificación", que significa que Dios nos da la justicia que necesitamos para ser aceptas ante él. Como hemos señalado anteriormente, usted y yo no podemos hacer ninguna cosa para merecer el don de la vida eterna. Isaías dice que "todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia" (Isa. 64: 6). "Porque la paga del pecado es muerte" (Rom. 6: 23), y ninguna cantidad de buenas obras de nuestra parte puede hacemos aceptables delante de Dios. Después de señalar que nadie puede justificarse ante Dios por el hecho de guardar su ley (Rom. 3: 20), dice Pablo: "Pero ahora [ ... ] se ha manifestado la justicia de Dios [ ... ] por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él" (vers.

21, 22). Dios le dará la sabiduría que usted necesita para tener su aprobación. Elena G. de White dice que "el carácter de Cristo reemplaza el tuyo, y eres aceptado por Dios como si nunca hubieras pecado".2 Conversión. Este es otro aspecto de la salvación que debemos comprender. Ningún principio de la vida cristiana tendrá sentido para una persona que no ha sido convertida. Pablo dijo que "la palabra de la cruz, es locura a los que se pierden" (1 Coro 1: 18). ¿Por qué? Porque la conversión cambia la forma de pensar de las personas. Transforma su mente (Rom. 12: 2). Por eso, para las personas convertidas, el mensaje de la muerte y la resurrección de Cristo es la "sabiduría de Dios" (1 Coro 1: 24). El mismo mensaje que es necedad y locura para algunos, es sabiduría para otros. Y la diferencia es el cambio que produce el Espíritu Santo en la mente del cristiano; es una transformación a la que llamamos conversión. Además del cambio en la forma de pensar de la persona, la conversión le da también el poder para vencer el pecado. Es la razón por la que Pablo dijo que el mensaje de la cruz es "poder de Dios" (1 Coro 1: 24). Romanos 1: 16 nos asegura que "el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree". La mayoría de los cristianos están familiarizados con la promesa de 1 Corintios 10: 13 que asegura que "Dios no nos dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar". Una de las formas más comunes que Dios utiliza para libramos de la tentación es dándonos las fuerzas y la habilidad que necesitamos para enfrentarla. Yeso requiere sabiduría. Se necesite:¡. una percepción aguda y santificada para reconocer nuestros defectos de carácter y entender cómo apropiamos del poder de Dios para la victoria. ¡Dios anhela damos esa sabiduría! Santificación. Esto nos lleva al tercer aspecto de la salvación que Dios le dará a usted sabiduría para comprender. Se llama "santificación" y se refiere al crecimiento espiritual. Implica vencer los defectos de carácter, de modo que su vida refleje cada vez más el carácter de Jesús. Dios está particularmente ansioso de ayudarle a entender sus defectos, para que pueda corregirlos. Y tiene un plan para hacerla. Se llama "convicción" o "convencimiento". Poco antes de su muerte, Jesús les prometió a sus discípulos que cuando se fuera al cielo, les enviaría al Espíritu Santo, el cual, dijo: "convencerá al mundo de pecado" (Juan 16:8). Es muy difícil reconocer y aceptar nuestros defectos e imperfecciones: Tal vez nos sentimos avergonzados o temerosos por causa de ellos. A veces nos enojamos cuando alguien nos los señala. De todas maneras, hay una sola forma de vencerlos, y esa es reconocerlos. Dios le dará sabiduría para reconocerlos. Si usted se lo pide, él le revelará sus defectos de carácter para que usted pueda hacerles frente. A ese proceso se le llama "santificación". Dios le dará sabiduría para entenderla. Sabiduría para cumplir las responsabilidades de la vida La vida trae consigo todo tipo de responsabilidades: familia, trabajo, iglesia, comunidad; la lista puede hacerse muy larga. Consideraremos tres responsabilidades para las cuales la Biblia puede darnos sabiduría y dirección. Empleados. Todos debemos trabajar para subsistir. Tan pronto como los creó, Dios les dio a Adán y Eva un jardín que debían cuidar (Gén. 2: 15). Luego, después que pecaron, le dijo a Adán: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan" (Gén. 3: 19). Se ha comprobado que el trabajo es una verdadera bendición para el ser humano. Dijo Salomón: "Así, pues, he visto que no hay otra cosa para el hombre que alegrarse en su trabajo" (Ecl. 3: 22). Pablo enseñó que quienes se niegan a trabajar no tienen derecho de comer (2 Tes. 3: la). De hecho, él nos puso el ejemplo al trabajar con sus propias manos para sostenerse en su ministerio. De esa manera no sería carga para na¬die (1 Tes. 2: 9; 2 Tes. 3: 7, 8). Jesús tenía unos treinta años cuando inició su ministerio público, pero la gente ya lo conocía como el carpintero (Mar. 6: 3).

Es obvio que la Biblia no prescribe trabajos específicos para cada uno. Sin embargo, deja asentados ciertos principios que pueden guiamos al hacer nuestro trabajo, de manera que tengamos éxito. Los siguientes son alguno de ellos: Debemos hacer nuestras tareas "como para el Señor" (Col. 3: 23). Debemos usar bien nuestro tiempo y habilidades (Mat. 25: 14-28). Debemos respetar la autoridad (Efe. 6: 5, 6). Debemos trabajar en forma diligente (Prov. 12: 24). Para el cristiano el trabajo es tanto un privilegio como una prueba. La prueba no tiene que ver tanto con el qué hacemos, sino con el cómo lo hacemos. Lo que cuenta para Dios no es el prestigio de la tarea, sino la fidelidad con la que la realizamos. Empleadores y dueños de negocios. Quienes son dueños de un negocio tienen responsabilidades únicas, y afrontan tentaciones que no tienen, generalmente, otras personas. Obviamente, quien tiene un negocio desea ganar dinero, de otra manera no habría establecido una empresa. Algunos cristianos ven con suspicacia los negocios prósperos. Citan textos como: "Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero" (1 Tim. 6: 10) y "es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mat. 19: 24). ¿Es incorrecto, entonces, prosperar en los negocios? ¡Absolutamente no! Al escuchar en nuestra iglesia tantos llamados que se hacen para reunir el dinero que se necesita para hacer la obra de Dios, ¡cuánto nos gustaría que muchas personas prósperas en los negocios respondieran a tales solicitudes! Varias personas de negocios que son adventistas han donado centenares de miles y hasta millones de dólares para la obra de Dios. El Señor bendice su diligencia y ellos a su vez glorifican a Dios al dar para su causa. El dinero no es malo en sí mismo. Es el amor al dinero el que causa todo el problema. Cuando descubrimos que pensamos más en el dinero que en lo que necesita nuestra familia, o Dios, entonces ha comenzado a controlamos y a estorbar nuestro crecimiento espiritual. El secreto es aprender el equilibrio y el contentamiento. y es allí donde la Biblia nos da sabiduría. Dijo San Pablo: "He aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación ... así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad" (Fil. 4: 12) . De acuerdo con la Biblia, el Señor es la fuente de la prosperidad. Deuteronomio 8: 18, dice que él "da el poder para hacer las riquezas". Podemos afirmar con toda verdad que Dios le da a la gente la sabiduría para obtener riquezas. Aunque algunas personas heredan las riquezas y otras ganan miles y hasta millones en la lotería, generalmente las riquezas no caen solas y sin ningún esfuerzo sobre las manos de una persona. Por lo general, la gente a quien le va bien en los negocios ha trabajado arduamente y lo ha hecho en forma inteligente. No obstante, enfrentamos tentaciones para conseguir dinero en forma incorrecta. Veamos algunos ejemplos: Cobrando de más por bienes o servicios. Pagando a los empleados un salario injusto. Haciendo trampa en los impuestos. Manipulando registros de negocios. Cometiendo fraude contra un socio comercial. Creando productos de mala calidad e inferiores a la norma establecida. Dando menos de lo convenido (medidas falsas). Cualquier negocio que siga los principios de sabiduría establecidos en la Biblia evitará todas estas prácticas deshonestas. Resumen

Hemos aprendido que la Biblia nos da la sabiduría que necesitamos para vivir bien nuestra vida. Nos da la sabiduría para obtener la vida eterna y nos ofrece la _ sabiduría práctica que necesitamos para ser buenos empleados, empleado res y propietarios de negocios.

Referencias y notas 1. Walter B. Knight, Knight's Treasury of Illustrations [Tesoro de ilustraciones Knight] (Grand Rapids: Wm.B. Eerdmans, 1963), p. 425. 2.

El camino a Cristo, p. 94.

Compilador: Dr. Pedro Martínez

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.