Literatura LITERATURA

Literatura LITERATURA La literatura peruana tiene dos grandes etapas, una de autonomía andina (hasta 1532), oral, en lenguas indígenas a, y otra de de

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Literatura LITERATURA La literatura peruana tiene dos grandes etapas, una de autonomía andina (hasta 1532), oral, en lenguas indígenas a, y otra de dependencia externa (de 1532 hasta la actualidad), básicamente en castellano. Tradición andina prehispánica La producción literaria del período prehispánico está especialmente vinculada al Imperio de los Incas, siendo su principal vehículo de transmisión el idioma oficial inca, el quechua o runa simi, que los incas impusieron como lengua oficial. Los cronistas escriben sobre una literatura quechua transmitida de manera oral. • Literatura cortesana Literatura oficial encargada a los amautas o profesores y a los quipucamayocs o bibliotecarios, que usaban el sistema mnemotécnico de los quipus o cordones anudados. Cultivaron tres géneros. Género épico: poemas sobre la cosmología andina (mitos de creación, el diluvio, etc.), así como sobre el origen de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama Ocllo, etc.). Género didáctico: fábulas, apólogos, proverbios y cuentos recogidos modernamente por diversos estudiosos. Género dramático: según el escritor Inca Garcilaso de la Vega, abarcó comedias y tragedias. Eran representaciones teatrales con danza, canto y liturgia. • Literatura popular Masivamente lírica: poesía unida a danza y musica coral. Eran parte del quehacer cotidiano. Funerales, fiestas, nupcias y batallas eran ritualizados a través del arte. Sus manifestaciones principales son: el harawi, canciones de amor, de arrepentimiento, de alegría, de carácter intimista, a cargo de un aedo, la harawec o haravicu. Derivó en los actuales huayno y yaraví; el haylli, himno de alegría para fiestas religiosas y celebraciones. La literatura indígena fue relegada hasta el siglo XX. Estudiosos literarios y antropólogos recopilaron y rescataron mitos y leyendas orales. Se destacan Adolfo Vienrich con Tarmap pacha huaray (1905) y Tarmapap pachahuarainin (1906); Luis Alberto Sánchez reconoció elementos de tradicióninígena como base de literatura mestiza o criolla, así como Jorge Basadre en La literatura inca (1938) y En torno a la literatura quechua (1939); el escritor y traductor José María Arguedas y Edmundo Bendezú, que en 1980 habla de una gran tradición marginada por el sistema escritural occidental, ya que esta “otra” literatura es plenamente oral. Literatura colonial En 1532 llegó al Perú el idioma castellano y las tendencias literarias europeas. Se inicia un lento proceso que, siglos después, dará origen a una literatura mestiza o peruana. Las primeras manifestaciones literarias fueron las coplas recitadas por los conquistadores. Luego aparecieron las crónicas, cartas de descubrimiento y relaciones.

Pedro Cieza de León (1518-1554), escribe Crónica del Perú, el primer gran proyecto de una historia andina global. El Inca Garcilaso de la Vega, hijo de un español y una noble inca, publicó en el siglo XVII sus Comentarios Reales de los Incas, obra que supera las exigencias de una simple crónica para convertirse en una obra maestra de la literatura, la primera escrita por un mestizo hispanoamericano. Entre los cronistas indígenas, se pueden citar: • Titu Cusi Yupanqui, inca de Vilcabamba, que en 1570 escribió Relación de cómo los españoles entraron en Perú y el subceso que tuvo Mango Inca en el tiempo que entre ellos vivió. • Felipe Guaman Poma de Ayala, autor de una original obra ilustrada, Nueva crónica y buen gobierno, escrita entre 1585 y 1615, publicada sólo en 1936. En ella presenta el proceso de destrucción del mundo andino, tratando de explicar y presentar una alternativa a la realidad caótica de su tiempo. A lo largo de los siglos XVII y XVIII la literatura se cultiva en círculos ilustrados, vinculados con la Iglesia, que imparte la educación en las élites sociales. Entre los escritores más relevantes encontramos: Diego de Hojeda, autor de la Cristiada (1611), primer poema épico-místico escrito en América; Amarilis, seudónimo de la autora o autor de la Epístola a Belardo; Juan de Espinoza Medrano llamado “El Lunarejo” dramaturgo mestizo, autor de La novena maravilla (1695). Ya alrededor de 1730, con las obras Lima fundada y Lima triunfante, el humanista limeño Pedro Peralta y Barnuevo puede considerarse precursor del costumbrismo. Fray Francisco del Castillo O.M. (17161770), “El ciego de La Merced”, poetay el mejor dramaturgo de la colonia, escibió La conquista del Perú ( una perspectiva crítica de la conquista) y Todo el ingenio lo allana. La época colonial concluye con el poeta arequipeño Mariano Melgar (1791-1815), cuyos versos prefiguran el romanticismo y muestra un mestizaje entre la poesía culta y las canciones populares indígenas. Su obra se publica en la época republicana: Carta a Silvia (1827) y Poesías (1878). La República y el siglo XIX Las primeras corrientes literarias del Perú independiente fueron el costumbrismo y el romanticismo. Al primer período pertenecen los dramaturgos cómicos y poetas satíricos Felipe Pardo y Aliaga (1806-1868), y Manuel Ascencio Segura (1805-1871), considerado el mayor dramaturgo peruano del siglo XIX. Cercana al costumbrismo está la obra de Ricardo Palma (1833-1912) autor de las Tradiciones Peruanas, la obra más conocida del siglo, en la que a través de una serie de tradiciones, género inventado por él, que combina elementos de historia con fabulaciones propias, narra la historia de Lima y del Perú durante las épocas incaica, colonial y republicana. Al romanticismo pertenecen los poetas y dramaturgos Carlos Augusto Salaverry, Luis Benjamín Cisneros, y Pedro Paz Soldán y Unanue, conocido por su seudónimo, Juan de Arona. Como reacción contra el romanticismo, el intelectual Manuel González Prada escribió poesía precursora del modernismo. En este período se introdujo tímidamente el realismo en la novela. Surgieron escritoras, muchas de ellas viudas o con hijos fallecidos en la guerra con Chile, que ejercieron su vocación literaria en tertulias, como la argentina Juana Manuela Gorriti, en las que se discutía sobre los problemas sociales y la influencia europea. Escribieron novelas que se califican como realistas, tal es el caso de El conspirador de Mercedes Cabello de Carbonera, o Aves sin nido de Clorinda Matto de Turner. También se destacó María Nieves y Bustamante con la novela Jorge, el hijo del pueblo.

Siglo XX • El modernismo y las vanguardias El poema Al amor de Manuel Gonzáles Prada, publicado en 1867, es el temprano antecedente del modernismo, que hasta 1920 fue la tendencia dominante en el cuento y la poesía en el Perú . Descollaron José Santos Chocano, grandilocuente, más próximo al romanticismo y Alberto Ureta. José María Eguren abrió el camino de la innovación con sus poemarios La Canción de las figuras (1916) y Simbólicas (191)1, que contrastan con la retórica y el formalismo modernistas. El escritor Abraham Valdelomar, que narró con ternura historias de las ciudades provincianas y relatos de Lima o cosmopolitas, fundó en 1916 la revista Colónida (sólo se publicaron cuatro números) que agrupó jóvenes escritores y abrió camino para movimientos de vanguardia en la literatura peruana. César Vallejo produjo obras extraordinariamente innovadoras y originales (Los heraldos negros, 1919, Trilce, 1922, Poemas Humanos, 1939), así como los poetas Alberto Hidalgo, Alberto Guillén, Xavier Abril, Carlos Oquendo de Amta (5 metros de poemas, 1927), Luis Valle Goicochea, Magda Portal y los surrealistas César Moro (La tortuga ecuestre, 1938) y Emilio Adolfo Westphalen (Abolición de la muerte, 1935) • El Indigenismo Se inició en los años 1920 y 1930, con los cuentos de Enrique López Albújar y las novelas de Ciro Alegría: La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y ajeno (1941). Hubo controversias entre indigenismo e indianismo, porque no eran los mismos indios quienes escribían sobre su problemática. Esta corriente literaria alcanzó su máxima expresión en la obra de José María Arguedas, autor de Agua, Yawar Fiesta, Diamantes y pedernales, Los ríos profundos, Todas las sangres y El zorro de arriba y el zorro de abajo, quien tuvo contacto con los indígenas en la infancia y asimiló como propias su concepción del mundo y experiencias. • Generación del cincuenta Había comenzado un movimiento migratorio del campo a la ciudad, que resultó en la formación de barriadas y pueblos jóvenes, yen la aparición de sujetos marginales y desplazados socialmente. La literatura producida en este período estuvo influida por ese ambiente y por las vanguardias de Joyce, Faulkner y la Generación Perdida. También influyeron Borges y Kafka. Entre los narradores más representativos resaltan Julio Ramón Ribeyro con Los gallinazos sin plumas (1955); Enrique Congrains con las novelas Lima, hora cero (1954) y No una, sino muchas muertes (1957); Luis Loayza, de obra breve y poco conocida. Surgen poetas entre los que se destacan: Alejandro Romualdo, Washington Delgado (Para vivir mañana,1959), Carlos Germán Belli, Francisco Bendezú, Juan Gonzalo Rose (Cantos desde lejos, 1957), Pablo Guevara, vinculados personal e ideológicamente con los movimientos de izquierda. Los poemas adoptaron un tono de compromiso social. Esta generación reinvindicó a César Vallejo como paradigma estético y asumió el pensamiento de José Carlos Mariátegui en calidad de guía intelectual. También se destacó el escritor Manuel Scorza. Los poetas Javier Sologuren, Sebastián Salazar Bondy, Jorge Eduardo Eielson (Canción y muerte de Rolando, 1959), Antenor Samaniego, Blanca Varela (Ese puerto existe, 1959), fueron conocidos como neo vanguardistas y mantuevieron una relación interpersonal en la revista Mar del Sur; este grupo de poetas designó a Emilio Adolfo Westphalen como guía poético. El teatro se renovó con las piezas de Sebastián Salazar Bondy y Juan Rivera Saavedra, influidas por el neorealismo social, expresionismo y el teatro del absurdo.

• Años sesenta y setenta La narrativa y la poesía peruanas de la década de 1960 tuvieron un carácter bastante ideológico. La literatura era vista como un instrumento para crear una conciencia de clase. Muchos intelectuales buscaban una revolución marxista y otros tenían sus propios modelos, incluso divergentes. Sin constituir un movimiento generacional, se destacaron los poetas Luis Hernández (Las Constelaciones, 1965 y Vox horrísona, 1978), Javier Heraud (El Río, 1960, El Viaje, 1961), César Calvo, Rodolfo Hinostroza, Marco Martos y Antonio Cisneros (Canto ceremonial contra un oso hormiguero, 1968, El libro de Dios y de los húngaros, 1978, Monólogo de la casta Susana y otros poemas, 1986, Las inmensas preguntas celestes, 1992, El caballo sin libertador, 2009) quien continuó siendo considerado el poeta más vigoroso y singular originado de esa generación, hasta su muerte, en 2012. En el teatro hace irrupción la creación colectiva frente a las obras de autor, y se destacan lsa compañías Cuatrotablas, encabezada por Mario Delgado, y Yuyachkani, por Miguel Rubio Zapata, ambas creadas en 1971. Entre los narradores se destacan Oswaldo Reynoso, Alfredo Bryce Echenique y el premio Nobel 2010 y probablemente el novelista peruano más importante de las últimas décadas, Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros,1963, La casa verde, 1966, Conversación en La Catedral, 1969, Pantaleón y las visitadoras,1973, La guerra del fin del mundo,1981, Lituma en los Andes,1993, La Fiesta del Chivo, 2000, El sueño del celta, 2010). • Años ochenta y noventa La crisis económica y la violencia terrorista se reflejaron en el pesimismo de la producción literaria de los años 1980. Se publicaron las primeras obras de Alfredo Pita, Y de pronto anochece; de Guillermo Niño de Guzmán, Caballos de medianoche; y de Alonso Cueto, Las batallas del pasado. En poesía, surgieron movimientos marginales en las principales ciudades del país, algunos de vertiente contestataria y otros con visiones originales más experimentales y diversas. Surgen individualidades poderosas, como el poeta José Watanabe, y una leva femenina considerable y de gran calidad, como Carmen Ollé, Giovanna Pollarollo y Rocío Silva Santisteban. Los noventas producen literatura más individualista y cruda, sin acentuar el compromiso social. En la narrativa, el protagonista suele ser joven,urbano y marginal. En este campo sobresalen Óscar Malca (Al final de la calle,1993), Sergio Galarza (Matacabros ,1996), Rilo (Contraeltráfico,1997), que cultivan un realismo sucio. Apareció también otro tipo de escritores, más estetizantes, como Iván Thays( Las fotografías de Frances Farmer), y Patricia De Souza, (Cuando llegue la noche). • Siglo XXI Varios de los premios internacionales más importantes son entregados a escritores peruanos. En 1999, la novela El cazador ausente, de Alfredo Pita, ganó el Premio Internacional de Novela Las dos orillas, y fue traducido y publicado en diversos países. En 2002, el consagrado autor Alfredo Bryce Echenique, obtiene con El huerto de mi amada el Premio Planeta. En 2003, Pudor, novela de Santiago Roncagliolo, queda entre las finalistas del Premio Herralde. En 2005, Jaime Bayly, es único finalista del Premio Planeta. Ese mismo año Alonso Cueto logra el Premio Herralde con La hora azul. En 2006, Roncagliolo, con Abril rojo, obtiene el premio de novela Alfaguara. En 2007 la novela El susurro de la mujer ballena, de Cueto, fue finalista del Premio Planeta Casa de América. Iván Thays, que ya fue finalista del Premio Rómulo Gallegos en 2001, es finalista en 2008 del Premio Herralde

de novela con Un lugar llamado Oreja de Perro. Finalmente, el Premio Nobel de Literatura es entregado a Mario Vargas Llosa en año 2010. La diversidad y calidad literaria peruana estná finalmente integradas al mercado global.

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