Literatura: te01 ía, historia, crítica 4 (2002)

Literatura: te01·ía, historia, crítica 4 (2002) cuenta con tres --el tónico, el siJabotónico y el libre-, pero además posee un sistema prosódico parti

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Literatura: te01·ía, historia, crítica 4 (2002) cuenta con tres --el tónico, el siJabotónico y el libre-, pero además posee un sistema prosódico particular que se situaría entre el silábico y el silabotónico. Es el que se asocia con el verso español típico, que Belic propone denominar variable. iConstituye Verso español y verso europeo aqueJla obr.t de conjunto que esperaba Gilí Gaya? No lo creo así. El propio profesor Belic consideró este libro simplemente como un aporte útil a la versología hispánica. Sin embargo, con su investigación original sobre el español como material del verso, con su marco teórico moderno y coherente y con la más amplia confrontación que se haya hecho del verso español con los de otros idiomas, es un aporte fundamental que será de consuJta obligada en cualquier investigación futura. CniveJ·sidad Nacional de Colombia

Jarmila Jandová

Chiarnpi , Trlernar. Barroco y modernidad. México: Fondo de Cultura Económica, 2000. 227 págs .

'fute de la contraconquista". Así define tezama Lima el barroco latinoamericano tras alcanzar conciencia sobre la encrucijada cultural que encarna nuestra América, que, por encrucijada, deviene en amplia gama de posibilidades para la imaginación creadora, capaz de arriesgar el convencional encanto de la ve1·osimilitud. Verosimilitud en el ejercicio de las letras y en la interpretación de la Historia. Sabemos que el barroco precursor del siglo xvu español no ha mueno. Susceptible a la doctrina de los ciclos se re-presenta -pues en verdad siempre ha estado latente- en el territorio que ha renovado las lenguas deJa península bajo una faz que, sin tratar de esconder los rasgos de su génesis, deja ver sus proteicas formas renovadas. Renovación, resemantizadón, evolución: armas de la contraconquista de nuestra identidad. Los ensayos que reúne Irlemar Chiampi, distribuidos en tres partes: Barroco y posmodernidad, Barroco y modernidad y Barroco y los orígenes de la modernidad, describen y discmen La práctica escritura! del (neo)barroco en América Latina y sus propuestas de creación y crítica, en la modernidad y su posterior crisis. Irlcmar Chiampi es catedrática de literatura hispanoamericana en la Universidad de Sao Paulo. Brasil. Revisar la función del barroco frente al canon del historicismo para replantear los términos en que América Latina ingresó en la

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Reseñas órbita de la moder nidad es la intenc ión que promu eve "El barroc o en el ocaso de la moder nidad". Chiampi consid era el moder nismo . la vanguardia, el boom y el posbo om latinoamencano~. como lo~ mome ntos cíclicos de reapro piació n del discur so barroc o en la historia de nuestr as letras. "En ellos la contin uidad del barroc o revela el caráct er contra dictor io de esa experi encia moder na, que caniba liza la estétic a de la ruptur a produ cida en los centro s hegem ónicos , al tiemp o que restituye lo incom pleto e inacab ado de su propia tradición para nutrir su búsqu eda de lo nuevo" . Pero, advierte, la plena moder nizaci ón del barroc o no se cumpl e sino cuand o se realiza la significación cultur al de esta estétic a compa ginada con un ·conte nido' y una concie ncia americ ana. Es claro que se refiere aquí, en primer lugar, a nuestr o devoto vindic ador del barroc o, así, en La expresión ameri cana, Lezama l.ima desarr olla el conce pto del deven ir americano como una era imaginaria, en la cual lo barroc o figura como paradi gma model ador y autént ico comie nzo del hecho americ ano. El barroc o es, pues, nuestr a metah istoria. La 'tensió n· y el ' pluton ismo· -categ orías lczam ianas- como ingred ientes del crear y del vivir configuran, a su vez, una experi encia tempo ral fuera de la lineali dad de la historia, fuera del desenv olvim iento dellog os hegeli ano. Alejo Carpe ntier. el segun do de los ·mode rnizad ores del barroco' recono cidos por Chiampi, acopla Sll conce pto de lo real maravilloso americ ano con una reflexión lingüística sobre el estilo barroc o para promo ver una ra:t:ón estétic a de esa opció n retórica en la prosa narrativa con mira" a in~cribir los ·conte xtos amenc anos' en la cultura un•versal para que pueda n ser leídos , es dec1r, pasar de una legibilidad estétic a a una legitim ación en la natura leza } la hi~toria Chiam pi señala que, mientra~ Carpe nner habla de retom ar el barroco como 'estilo· por parte del escrito r latino americ ano, como tarea consci ente para repre!>cntar nuestr as esencias, Lezama convie rte lo barroc o en una forma 'latino americ ana' de devenir. que. lógica mente, vive tambié n en su expres ión. Tras exami nar la obra de Severo Sarduy, Luis Rafael Sánchez. Augusto Roa Bastos , 1larold o de Campos, Carlos Germá n Belli, entre otros, Chiampi declar a que "sería incong ruente afirmar que la literat ura neoba rroca (la del posbo om 1970-1990 aproxi madam ente) implic a un corte radical con la misma tradici ón estética y reflexiva de que deriva" Reconoce que, por el contra rio, intensifica y expan de las potenc ias del barroc o de Lczama y Carpe mier y que agrega una fuerte inflexión revisionista de los valores ideoló gicos de la moder nidad.

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Literatura: teoría, bistoria, critica"* (2002)

Verificar hasta qué punto d trabajo que realiza 'lo barroco' en la relación sígnica entre las palabras y la:. cosas converge hacia el deconstruccionismo característico de lo posmodemo es el empeño de " La liter.ttura neobarroca ante la crisis de lo moderno". Aqui, tomando como base las aproximaciones teóricas de Severo Sarduy sobre la práctica y sentido del ejercic•o barroco. Chiampi observa, principalmente, que el autor cubano no hace otra cosa que reclamar la necesidad de 'la rebelión por el juego': "Sin dejar de ser histórico, el barroco lúdicoserio que Sardu} invoca proporcion a un paradigma cognitivo reconocible dentro del paradigma estético... 'egún Chiampi el paradigma cognitivo propugnado por Sarduy parte de la intención de provocar la ' irrisión de la naturaleza' mediante tres mecanismos básicos: la sustitución, la proliferación y la condensación. Amén de Otros dos rasgos seminales que perviven en el neobarroco: la intención paródica y la autoconcien cia poetica. De acuerdo con estos principios, Cbiampi detecta en Sarduy especulaciones teóricas que anticipan el régimen estético posmodern o, especialme nte cuando explica "cómo la artificialización y la parodia 'exponen· los códigos de lo moderno para v-aciarlos y revelarlos como artefacto que a.., pira a producir el sentido"; un semldo que ya no respeta la relación directa entre significante y significado, entre la palabra y la cosa, ocasionando así, una wprura epistémica en la que el significante describe una órbita alrededor de otro ausente o excluido. Aquí Chiampi, siguiendo de cerca a S~U'Ciuy, encuentra que éstt, en La simulación ( 1982), reconoce en todo simulacro, de creación humana o natural, un deseo de barroco: ''hasta los in'>ectos. al disf.r-a?-

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