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Llamados a la Santidad Un estudio de la doctrina de la Santificación “Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. 1ª Pedro 1:16 Pastor Jaime Quijada Viveros. Iglesia Bautista «Nueva Visión».
Temas a estudiar: La Regeneración o el Nuevo Nacimiento. - El acto de la regeneración. - Morada del Espíritu Santo.
¿Qué Significa la Santificación? El Proceso de la Santificación. - Sobre la Llenura del Espíritu Santo. - Sobre el Bautismo del Espíritu Santo.
¿Cuáles son los Medios de Santificar? ¿Porqué Debemos Procurar la Santidad? - El poder de la santidad. - El urgente llamado para la iglesia de hoy: ser luz a un mundo en tinieblas.
“El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. (Y esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en él)”. Juan 7:38-39.
La Regeneración o el Nuevo Nacimiento La regeneración es el acto por el cual somos hechos nuevas criaturas; se produce en el momento en que creemos en Cristo como nuestro Señor y Salvador. “Luego la fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios”. Romanos 10:17.
“Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. Romanos 10:9.
Comienza el proceso de la santificación
Conversión
Es el nuevo nacimiento. Grandes cosas suceden en este acto: - la justificación, - la adopción, - la aceptación, - el sello del Espíritu, - el bautismo del Espíritu, - la santificación como declaración de Dios (como acto y como imputación).
Santificación Es el proceso de vida que comienza con el nuevo nacimiento. Es el irse conformando a la imagen de Cristo. Si bien el cristiano no está libre de pecados, debe esforzarse por lograr una vida consecuente con sus nuevos principios y valores. Es un proceso que dura toda la vida.
Glorificación
Es la meta de la santificación, el fin de la vida cristiana. Es la transformación final del alma y el cuerpo. Sucederá en el arrebatamiento o en la resurrección, cual sea el evento que al cristiano le corresponda pasar.
Tres Elementos Esenciales a la Conversión Mateo 4:17-19
Arrepentimiento
Perdón de Pecados
Servicio
El arrepentimiento es una íntima convicción de que no se está haciendo la voluntad de Dios y un cambio de actitud hacia el pecado, lo que resulta en un cambio de vida. El perdón de pecados es la consecuencia de lo anterior. Visto desde el punto de vista de Dios, es un olvido de nuestras ofensas; visto desde el punto de vista del hombre, es la sensación de paz con Dios y de paz interior. La única consecuencia posible de una vida transformada es el servicio. El servicio es la respuesta de vida del corazón nacido de nuevo, y es la expresión de gratitud del creyente hacia su Dios.
Morada del Espíritu Santo 1ª Corintios 6:19-20
La Biblia nos enseña que la morada del Espíritu Santo no es un lugar hecho de manos humanas, ni siquiera el más excelente de los templos, sino el corazón del creyente. Esta verdad es de suma importancia al tratar el tema de la santidad, pues su adecuada comprensión llevará al cristiano a una valoración de su ser completo (alma y cuerpo).
Morada del Espíritu Santo Algunas consideraciones importantes: El Espíritu viene al creyente en el momento de la conversión, no antes, ni después: Hechos 19:2; Gálatas 3:2. Dios da el Espíritu en plenitud: Juan 3:34. El Espíritu no abandona al creyente, como en el AT: Efesios 1:13. Comentar Salmo 51:11 (el cristiano no debe orar de esa manera). El Espíritu siempre está presente, no importando la santidad del creyente, ya que éste ha sido justificado y se le ha imputado tanto la justicia como la santidad de Cristo. No obstante, podemos entristecerlo o apagarlo: Efesios 4:30; 1ª Tesalonicenses 5:19. El principal interés del Espíritu Santo no es dotar al creyente de poderes extraordinarios, ni lograr en él manifestaciones sobrenaturales, sino más bien llevarle a una madurez de carácter: 1ª Tesalonicenses 4:3; Mateo 5:48; Santiago 1:4.
¿Qué Significa la Santificación? 1ª Tesalonicenses 4:3-4 La siguiente definición parece una de las más apropiadas: “Hablando de una manera comprensiva, podemos definir la santificación como una separación a Dios, una imputación de Cristo como nuestra santidad, la purificación de la maldad moral, y la conformación a la imagen de Cristo.” (Thiessen). Esta definición tiene algunos importantes elementos que vamos a estudiar con detalle.
1º.- Separación a Dios La separación a Dios presupone la separación de la contaminación. Esto pertenece a las cosas inanimadas en particular. Así Ezequías ordenó a los levitas que santificasen la casa de Jehová por echar fuera toda inmundicia del Lugar Santo (2° Crónicas 29:5,15-19). En este sentido el Tabernáculo y el Templo fueron santificados junto con todos sus muebles y utensilios (Éxodo 40:10-11); un hombre podía santificar su casa o una porción de su campo (Levítico 27:14,16); también el Señor santificó los primogénitos de Israel para Sí mismo (Éxodo 13:2; Números 3:13, 8:17); el Padre santificó al Hijo (Juan 10:36), y el Hijo se santificó a Sí mismo (Juan 17:19); Jeremías y Pablo fueron santificados antes de nacer (Jeremías 1:5; Gálatas 1:15); finalmente, es así que todo cristiano es santificado en el momento de su conversión (1ª Corintios 1:1-2; 1ª Pedro 1:1-2; Hebreos 10:14).
2º.- La Imputación de Cristo Como Nuestra Santidad La imputación de Cristo como nuestra santidad acompaña la imputación de Cristo como nuestra justicia. Él nos ha sido hecho justificación y santificación (1ª Corintios 1:30). Pablo dice que somos “santificados en Cristo Jesús” (1ª Corintios 1:2). Esta santidad se obtiene por fe en Cristo (Hechos 26:18). El creyente así es reconocido por Dios como santo tanto como justo, por cuanto está vestido de la santidad de Cristo. En este sentido todos los creyentes somos llamados “santos”, aunque intrínsecamente no lo seamos aún.
3º.- La Purificación del Mal Moral La purificación de la inmoralidad es, en realidad, sólo otra forma de la separación. Así se exigió de los sacerdotes que se santificasen antes de acercarse a Dios (Éxodo 19:22), y de la misma manera el creyente hoy debe separarse de lo inmundo (2ª Corintios 6:17-18), de los falsos maestros y sus doctrinas (2ª Timoteo 2:21, 2ª Juan 9:10), y de su propia naturaleza inicua (Romanos 6:11-12; Efesios 4:22, 25-32; Colosenses 3:5-9; 2ª Corintios 7:1; 1ª Tesalonicenses 4:3,7). Esta santificación es considerada como un acto del hombre y no una acción de Dios. Dios ya ha apartado para Sí a cada uno que cree en Cristo; ahora el creyente ha de separarse a sí mismo para Dios y para Su uso.
4º.- La Conformación a la Imagen de Cristo
Éste es claramente un proceso que se extiende durante toda la vida, y llegará a su plena completación sólo cuando veamos al Señor. Los pasajes bíblicos que tienen que ver con esta fase de la santificación son: Romanos 8:29; Gálatas 5:22-23; Filipenses 1:6, 3:10; 2ª Corintios 3:18; 1ª Juan 3:2.
El Proceso de la Santificación Romanos capítulo 8 Teniendo la posición de santificado en Cristo, ahora el cristiano es exhortado a ser santo en su experiencia diaria. Esta entrega consciente del ser a Dios es llamada “consagración”, “dedicación”, “santificación”. Otros grupos religiosos la llaman “la segunda bendición” o “el bautismo del Espíritu Santo”, aunque esta última expresión no sea técnicamente adecuada para describir este proceso. Para muchos, esta entrega significa una fuerte lucha contra el “yo” y los deseos carnales. Para otros, es sólo un paso lógico y gozoso en el bien y el desarrollo de su vida espiritual.
Sobre el Bautismo del Espíritu 1ª Corintios 12:12,13
El bautismo del Espíritu es ese acto que tiene lugar en la conversión, mediante el cual la persona es hecha un miembro del cuerpo de Cristo. Esta obra ha sido llevada a cabo en la vida de todo creyente, aunque no siempre sea reconocida. No es algo que tiene que ser obtenido por el creyente después de la regeneración. El bautismo del Espíritu comenzó en Pentecostés, pero se extiende a lo largo de los siglos hasta que el último miembro de la Iglesia haya sido agregado. Conceptos errados sobre el bautismo del Espíritu: - Que es una experiencia posterior a la conversión. - Que es una experiencia superior a la conversión. - Que tiene que ir acompañado de la manifestación del don de lenguas. - Que sólo los creyentes más “espirituales” pueden ser bautizados por el Espíritu. *Bautismo del Espíritu en el Libro de los Hechos: 1:5, 11:16 Nota: no es bautismo “en” el Espíritu; es “del” o “por” el Espíritu. El Espíritu Santo nos bautiza (sumerge), nos agrega, nos incorpora, al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Sobre la Llenura del Espíritu Efesios 5:18
La llenura del Espíritu es aquella experiencia en la cual el Espíritu Santo nos controla por completo; nos da valor, poder, seguridad. Si bien todo creyente tiene el Espíritu Santo en su plenitud (“Dios no da el Espíritu por medida”, Juan 3:34), no siempre se está lleno de Él; es decir, no siempre nos dejamos controlar completamente por Él. Al Espíritu Santo podemos: - Entristecerlo: Efesios 4:30. - Apagarlo: 1ª Tesalonicenses 5:19. A causa de: - Nuestros pecados. - Nuestra ingratitud. - Nuestra incredulidad. ¿Qué podemos hacer para obtener la llenura? - Arrepentirnos. - Obedecer a Cristo. - Tener fe en Cristo.
Cuadro comparativo entre el Bautismo y la Llenura del Espíritu Santo Bautismo del Espíritu Santo
Llenura del Espíritu Santo
Ocurre sólo una vez en la vida de cada creyente
Es una experiencia que se repite
Nunca ocurrió antes del día de Pentecostés
Ocurrió en el Antiguo Testamento
Es una experiencia de todo creyente
No necesariamente experimentado por todos
No se puede deshacer
Se puede perder
Resulta en una posición
Resulta en poder
Ocurre cuando creemos en Cristo
Ocurre a través de la vida cristiana
Ningún requisito previo
Depende de la sumisión a Cristo
“Teología Básica”, Charles Ryrie. Editorial Unilit.
¿Cuáles son los Medios de Santificar? Dios: por sí solo el hombre no puede hacer nada para santificarse. Aún en el creyente Dios toma la iniciativa (Filipenses 2:13). Toda la Trinidad tiene parte en la obra: el Padre santifica al creyente imputándole a su favor la santidad de Cristo (1ª Corintios 1:30); el Hijo santifica al creyente por entregar Su vida por él (Hebreos 10:10, 13:12; Efesios 5:25-27); el Espíritu Santo lo santifica librándole de su naturaleza carnal (Romanos 8:2). El hombre mismo: hay ciertos medios que el creyente puede usar en su santificación. Aquí como siempre, la fe es el primer paso (Hechos 26:18). Después de esto viene la búsqueda de la santidad. Esto debe conducirle al estudio de la Palabra de Dios, porque le revela el estado de su corazón y le indica el remedio (Juan 17: 17-19; Efesios 5:26; 1ª Timoteo 4:5). La vida de congregación es también un poderoso medio ordenado por Dios para ayudar al creyente a llevar una vida santa.
¿Porqué Debemos Buscar la Santidad? Debemos buscar la santidad por la misma razón que una mariposa busca volar en vez de arrastrarse como hacía mientras era una larva; busca el néctar de las flores, y gusta de lucir su nueva y hermosa apariencia: porque es una nueva criatura. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2ª Corintios 5:17). Asimismo, como ciudadanos del cielo (Filipenses 3:20), debemos vivir ahora en lo que es propio de nuestra nueva patria, sabiendo que todo este mundo y su gloria y sus deseos dejarán de ser (1ª Juan 2:17).
El Poder de la Santidad 2ª Timoteo 2:19-22 Josué 3:5 La santidad da poder a la vida del creyente por los siguientes motivos: a) Porque una vida santa es usada por Dios. “Así que, si alguno se limpiare de estas cosas, será vaso para honra, santificado, y útil para los usos del Señor, y aparejado para toda buena obra” (21). b) Porque una vida santa es un poderoso testimonio al mundo del poder que Dios tiene para transformar vidas (Mateo 7:16-20). c) Porque una vida santa permite el actuar total del Espíritu Santo en el creyente, lo que resulta en la llenura del Espíritu, y la plena manifestación del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
El Llamado Urgente: ¡Ser Luz! Hoy más que nunca la Iglesia de Cristo debe mostrar Su luz al mundo. En medio de tanto pecado, maldad, incredulidad, filosofías dañinas y hasta diabólicas, apostasía, doctrinas heréticas, la fe cristiana debe brillar como una llama en la oscuridad. “Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:14-16.
Que el Señor les bendiga.