Los Derecho Humanos: Un Paradigma para Acabar Con Otro.
 1) Nombre del Autor: José Rivera Pallán 2) Nombre de la ponencia: Los Derecho Humanos: Un Paradigma para Acabar con Otro 3) Tema de interés: Ética y Derechos ¿Cómo entender el consumo de la marihuana en el marco de los derechos civiles, políticos y sociales? 4) Nombre del Foro de su elección: Foro 5: Salud Pública y Prevención; Ética y Derechos Humanos; Aspectos Económicos y de Regulación; Seguridad Ciudadana - Ciudad de México, Palacio de Minería., 6 de abril 2016 —————————————————————-

Cuando se habla de un “cambio de paradigma” en las ciencias, o una revolución científica en términos de Thomas Khun1, se está haciendo referencia a un parte-aguas, —abrirnos un momento en el cual los valores, tradiciones, herramientas y costumbres de una comunidad científica deben ser abandonados por otros para poder avanzar como humanidad. Y los han habido en muchas ocasiones de la historia de nuestra civilización, como cuando dejamos de creer en una tierra plana; cuando ésta dejó de ser el centro del universo y comenzamos a girar alrededor del Sol; cuando desarrollamos la escritura; el cálculo diferencial o la física cuántica. En cada 1

Khun, S. Thomas, The Structure of Scientific Revolutions, University of Chicago Press (1962; second edition 1970)

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ejemplo, es imposible dar marcha atrás e ignorar las implicaciones para nuestra forma de vivir que resultan de los mismos. Dentro del debate sobre el consumo de drogas, el prohibicionismo es considerado un paradigma. Hay gente que nunca se ha cuestionado la existencia del modelo, pero es un fenómeno realmente exclusivo del siglo pasado que lleva apenas unos 100 años. Por ejemplo, el inicio del sistema internacional de control de drogas por lo general se marca con los tratados de las Guerras de Opio, las mismas con las cuales China pierde Hong Kong ante Inglaterra por un siglo. En México se comienza a hablar de la necesidad de tomar cartas en el asunto desde el Congreso Constituyente de 1917 y se marca la prohibición de facto y de jure de la cannabis por medio de un decreto presidencial de Adolfo de la Huerta en 19202. Antes de estas fechas, el consumo no era visto como un problema que los Estados debían afrontar y sólo se puede hablar de un vacío legal y de nulo valor político en torno a la cannabis. El paradigma prohibicionista constituye, no sólo la forma de afrontar el consumo de sustancias y toda la infraestructura, -política pública y leyes que se implementan para llevar a cabo la guerra contra las drogas-, sino una verdadera forma de ver la vida privada y social. El ejercicio más complicado para creyentes del prohibicionismo en este sentido, es imaginar un paradigma que pueda reemplazar el sistema fallido que está destrozando al país. Por eso, en política pública siempre piden más de lo mismo, —como más policía o penas mayores, con los mismos nulos resultados. 2 Decreto Presidencial: “Disposiciones sobre el comercio de productos que pueden ser utilizados para fomentar vicios que degene-

ren la raza y sobre el cultivo de plantas que pueden ser empleadas con el mismo fin”

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Claro, están los extremistas que también quieren que se liberalice la marihuana y que los gobiernos no metan mano alguna, lo cual representa un posible paradigma de reemplazo al actual. Sin embargo, lo más probable es que veamos algo intermedio en el corto y mediano plazo donde se comenzará a regular, por fin, de una forma más humana. En el largo plazo, cuando se regule como la lechuga, como bien dicen por ahí, todos estaremos muertos. Lo interesante para México es que, si bien es un bebé en casi todos los aspectos relacionados con las industrias del cannabis, -con la posible obvia excepción del tráfico-, lo que podremos aportar al nuevo paradigma de drogas es la visión y las herramientas que darán fundamento a una política pública basada en derechos humanos. Las semillas para lograr lo anterior se plantaron en México hace menos de 5 años y el paradigma que está surgiendo es algo que tal vez no comprendemos aún en su totalidad. Estamos hablando de un cambio de sistema con el cual se abre la posibilidad de modificar de manera fundamental la forma de hacer justicia en este país. Para el movimiento cannábico mexicano esto es de gran valor estratégico. La primera semilla de este sistema fue la Reforma Constitucional del 2011. A partir de ese año, los tratados de derechos humanos, de los cuales hay más de 2003, están al mismo nivel que la carta magna. De esta manera se amplía la protección de los Mexicanos de forma crucial porque abre la posibilidad de argumentar que una ley o acto administrativo no sólo puede

3 Para ver la lista compilada por la SCJN, ir a esta dirección web: http://www2.scjn.gob.mx/red/constitucion/TI.html

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ser inconstitucional, sino que genera “inconvencionalidad” por ir en contra de los tratados internacionales de derechos humanos. La segunda semilla: la sentencia condenatoria del 23 de Noviembre del 2009 hacia México por la Corte Interamericana de Derechos Humanos debido al caso de desaparición forzada en 1974 de Rosendo Radilla Pacheco. Ésta generó una recomendación para la Suprema Corte de Justicia de la Nación en donde se le solicita implementar el principio de “control difuso”. Esto implica que todos los jueces en México están facultados para determinar si existe inconvencionalidad en temas de derechos humanos, no sólo la Supema Corte o la Corte Interamericana, y fue ratificado por la misma SCJN en su proceso de consulta que concluyó en Julio de 2011. Evidentemente, esto significa batallas legales más cortas para los activistas si saben argumentar con base a derecho internacional ya que no hay que esperar a que sus casos lleguen a la última instancia para argumentar violaciones de derechos humanos. 
 
 Lo que el nuevo paradigma legal exige para los mexicanos, es cambiar el discurso de políticas de drogas y control de cannabis. Ya no se puede hablar sólo de si consumir cannabis es bueno o no. Se debe hablar de derechos humanos para acabar con la prohibición. Lamentablemente, el poco discurso de derechos humanos que hay en México se ha ido de manera natural, por la situación de emergencia nacional, hacia el tema de la violencia y las víctimas porque somos el ejemplo, el poster-child, para las externalidades y horrores del modelo de prohibición. 
 
 Al cambiar el discurso se obliga siempre a procurar la implementación

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también del principio pro persona, con el cual se debe aplicar siempre la norma que más protege al individuo, sea esta una norma superior o inferior. En el caso de los tratados, tanto los de derechos humanos y los de control de drogas son convenciones internacionales, pero la Constitución y el Principio Persona le dan preferencia a los primeros. Se humaniza así el debate porque, como pasó con el caso de SMART, se habla del derecho a la personalidad que es parte de la dignidad humana que retoman las convenciones. Sin embargo, es importante recalcar que cuando se habla de derechos humanos, también se amplía el debate más allá de usuarios y enfermos para incluir a toda la población. Por ejemplo, si se contempla el uso del cáñamo industrial, se viola el derecho a la cultura, a recibir los beneficios de la ciencia, a la vivienda, a la alimentación y a la salud de todos los mexicanos. 
 
 En el Instituto Mexicano del Cannabis, hemos detectado ya más de 25 derechos humanos específicos que se violan con la prohibición de cannabis y el fruto de nuestra investigación promete ser nuestra primera cátedra para poder capacitar no sólo a activistas, sino a abogados, periodistas, pacientes y defensores de derechos humanos. Si bien falta aún unos meses para que comencemos actividades de manera formal, debido a la falta de un enfoque integral de derechos humanos en los #DebateMarihuanaMx y las audiencias públicas del Congreso, además de la necesidad de brindar comprensión profunda de todos los derechos que se violan, compartimos a continuación una lista. 1 Derecho a la Igualdad y a la No Discriminación: 2 Derecho a la Salud

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3 Derecho a la Alimentación 4 Derecho a la Vivienda 5 Derecho aL Vestido 6 Derecho a la Vida 7 Derecho al Trabajo 8 Derecho a la Seguridad 9 Derecho a la Integridad Personal 10 Derecho a la Asociación 11 Derecho a la Familia: 12 Derecho a la Niñez 13 Derecho a la Vida Privada 14 Derecho a la Libertad Personal 15 Derecho a la Libertad de Movimiento 16 Derecho a la Presunción de Inocencia 17 Derecho a la Propiedad 18 Derecho a la Educación 19 Derecho a la Información: 20 Derecho a la Libertad de Conciencia y Libre Pensamiento 21 Derecho a la Libertad para la Investigación Científica 22 Derecho a Gozar de Beneficios del Progreso Científico y sus Aplicaciones 23 Derecho a Participar en la Vida Cultural y Libertad para la Actividad Creadora 24 Derecho al Medio Ambiente 25 Derecho a la Personalidad

Al no encontrar voluntad política para regular la cannabis o acabar con la guerra en contra de esta planta y otras sustancias, proponemos no esperar a que el Congreso regule, sino que vayamos ganando nuestros derechos en las cortes. Para que los otros los reconozcan, nosotros tenemos que conocerlos muy bien y señalar cada violación. Ésta lista, con sus respectivos artículos y jurisprudencia es una herramienta que todos los activistas, y en especial los abogados que los ayuden, tendrán que conocer para ir desmo-

ronando la prohibición sentencia judicial por sentencia judicial si es necesario. Además, debido al carácter universal de los derechos humanos, es algo que creemos de valor para los movimientos hermanos en otros países que saben que la guerra contra el cannabis es injusta pero no saben plantearlo en términos de las convenciones. José Rivera Pallán, 


Rector del Instituto Mexicano del Cannabis
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