LOS ESTUDIANTES MADRID

LOS ESTUDIANTES MADRID 1990-2015 © Hermandad de Los Estudiantes de Madrid 2015 C/ Puñoenrostro, 6 – 1º Izq. Tel.: 915422785 www.losestudiantes.org

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LOS ESTUDIANTES

MADRID

1990-2015

© Hermandad de Los Estudiantes de Madrid 2015 C/ Puñoenrostro, 6 – 1º Izq. Tel.: 915422785 www.losestudiantes.org [email protected] Dirección y edición: Juan M. Venegas Valladares y Javier Láinez López. Documentación y redacción: Jose Miguel Martín Pérez. Diseño y maquetación: Nicolás Sangrador Andreu. Fotografías: © Archivo de la Hermandad; © Juan Martín Durán; © Pablo Cordero; © Carlos Miralles Fernández; © Asunción Molinos; © Mercedes Alonso Sangrador. Impresión: Surdigraf (Sevilla). Printed in Spain - Impreso en España

Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.

LOS ESTUDIANTES

MADRID

1990-2015

SUMARIO Sumario ................................................................................................ Prólogo ................................................................................................. Firmas ................................................................................................... Papa Francisco .................................................................................. Papa emérito Benedicto XVI ............................................................. Mons. Carlos Osoro .......................................................................... Mons. Antonio Mª Rouco Varela ...................................................... Mons. Ramón Herrando Prat de la Riba ............................................ Pedro Álvarez de Toledo Bandeira .................................................... Mons. José Antonio Galera de Echenique ......................................... Manuel José Cociña Abella ............................................................... Javier Láinez López ........................................................................... Juan Manuel Venegas Valladares ...................................................... Francisco Carrera Iglesia ................................................................... Ana Botella ....................................................................................... José María Álvarez del Manzano ....................................................... General Jesús de la Corte .................................................................. Hermanos de los Ríos (Orfebrería Andaluza) ..................................... La Hermandad ...................................................................................... Los Titulares ..................................................................................... Modelo de Hermandad ..................................................................... Los Cultos ......................................................................................... El triduo ........................................................................................ El Via Crucis .................................................................................. El pregón ...................................................................................... El Niño de Gracia .............................................................................. Patrimonio artístico ........................................................................... Los bordados ................................................................................ La orfebrería ................................................................................. Los pasos .......................................................................................... Música y partituras propias ............................................................... Patrimonio humano .......................................................................... Historia de la Hermandad ..................................................................... Instituciones ligadas a la Hermandad .................................................... La Basílica Pontificia de San Miguel ................................................... La Nunciatura ................................................................................... El Obispado ...................................................................................... El Ejército .......................................................................................... El Ayuntamiento ............................................................................... Epílogo .................................................................................................

4 6 12 14 16 18 20 22 24 26 28 32 34 42 44 46 48 52 54 56 72 76 76 78 80 82 84 84 98 112 116 124 142 170 172 176 178 180 184 186

“Et Ego, si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad meipsum”

PRÓLOGO

Manuel Marín de Vicente-Tutor Capataz General

Aún recuerdo como si fuera ayer aquel ensayo, una tarde de sábado en la Cuaresma de hace 25 años, en la que otros costaleros me preguntaron si el martes iría a la igualá y al ensayo previsto en Los Estudiantes. ¿Los Estudiantes?, ¿un martes?, pregunté con la curiosidad y extrañeza de un cofrade andaluz en ese Madrid indómito en el que uno nunca creería que fueran a proliferar hermandades de Semana Santa. Sí, me replicaron. “Hay una hermandad nueva que acaba de constituirse y buscan gente comprometida, implicada, humilde, trabajadora…”. Por aquel entonces era, en efecto, un estudiante. Y por aquel entonces la trabajadera y el costal comenzaban a ser una parte de mi vida. Una parte sustancial sobre la que los años han construido una relación inexplicable que supera con mucho las virtudes del mero amor. Explicarlo en unas líneas resulta imposible porque la descripción de sentimientos y emociones nunca resulta sencilla. Me acerqué, claro, víctima de un sano contagio. Y conocí por dentro, sin saberlo aún, la que sería mi casa. La seriedad en el ambiente; una atmósfera de fe y rigor; el ánimo del aprendizaje; la satisfacción de encontrarte en una aureola real de hermandad, de fraternidad… Me embaucaron sin darme lugar a la duda. Recuerdo haber bajado las escaleras de la Basílica de San Miguel hacia la cripta y hallar al fondo un diminuto salón en el que algunos de los miembros de su Junta me saludaron, sin conocerme, como si saludaran a un hermano de toda la vida. Fue la más acogedora recepción de quienes serían poco después padres y maestros en la concepción de una labor bajo la trabajadera como un servicio a Dios en el seno de una cofradía. Fue la percepción de una perfecta organización, basada en la sincronía de la exactitud, como modo de identificar a Madrid con la fe transmitida a través de generaciones en un concepto de religiosidad popular que ya existía profundo en Madrid, pero adaptado a la estética tradicional de las cofradías de Sevilla. Los Estudiantes nacían con la doble condición de servir como instrumento de fervor por la imagen del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón –y más adelante por la talla de María Santísima Inlaculada Madre de la Iglesia-, y como asentamiento de una tradición en la capital de España que, como componente de fe, de cultura, de ideales de amor a Cristo, había anidado en Andalucía siglos atrás. Se trataba de participar en la traslación a Madrid de las esencias de la fe tal y como la viven los cofrades sevillanos para sumarse

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a un proyecto inédito y singular: ayudar en la construcción de un fin grande al servicio de la Iglesia. Crecer, crecer y crecer. Los Estudiantes nacieron como el sueño de una ilusión. Ver caminar en su paso a un Cristo crucificado, ya muerto, obra del imaginero Luis Salvador Carmona, al ritmo cadencioso de treinta costaleros en la tarde del Viernes de Dolores, en un via crucis de silencio y compostura, fue sencillamente el sueño de una ilusión. La de visualizar esa imagen en la mente, crearla, darle forma, trabajar, trabajar… y ver el resultado de una obra que mientras exista siempre será incompleta, siempre será imperfecta. Porque siempre tenderá a más. Nacieron Los Estudiantes en aura de fe y perdón, conscientes del difícil trabajo que representa multiplicar el culto por una imagen para que el pueblo de Madrid rece en sus calles con Él. Sacar altares a hombros de costaleros como modo de vida, como oración, como una forma de practicar la penitencia de la misma manera en que lo hicieron nuestros padres, abuelos y bisabuelos… Ese era el reto. Era el desafío sobre el que edificar un proyecto sin más exigencia que la fe, sin más fin que amar a Dios con el simple añadido que los cánones de la estética, el mimo y la entrega. La belleza de una cofradía. El alma en definitiva con el que vestir la fe, en negro y burdeos, con la elegancia del amor. Han transcurrido veinticinco años de aquello. Muchos de quienes coincidimos ya no están entre nosotros. La muerte llama a unos, la vida golpea a otros, equivoca a los de más allá, empuja a aquellos y atrae a los de más acá… A todos nos dirige y a todos nos terminará por reencontrar de nuevo porque el proyecto, esta obra de Dios, permanecerá siempre en el tiempo. Con más desgaste o menos, pero siempre inmutable. Inalterable en unos principios, en unas reglas, en unos estatutos edificados desde la humildad y la voluntad del servicio. Nacer para existir. Existir para continuar. Y lo hará muchos más de otros veinticinco años. Mirar hacia atrás tiene el sentido evocador de recuperar imágenes, sonidos, olores y vivencias incapaces de escapar a nuestros recuerdos. Tiene el sentido de retratarnos en otra etapa de nuestras vidas y reflejar con fidelidad cómo hemos crecido, cuánto hemos entregado, y de qué manera seguimos dirigiéndonos a Dios. Antes, el Viernes de Dolores. Hoy, esos Domingos de Ramos en los que la infinitud de Dios se hace cercana, sensible, próxima… para permitirnos tocar la dolorosa interioridad de su pasión con los dedos. La ilusión de hace 25 años se proyecta hoy cada uno de los 365 días del año en todos nosotros. Con tesón, con paciencia y con esperanza. En tiempos extraños para la fe. En tiempos de principios que se alteran al vaivén de modas y tendencias, o simplemente de ofensas y escrúpulos. La concepción de una estación de penitencia, de una labor formativa, de un núcleo de unidad entre creyentes, es el fruto de un proyecto llamado a perdurar. No solo veinticinco años más. Estos que ya hemos vivido han sido solo la primera piedra de un proyecto, de un plan de Dios llamado a perdurar y a erigirse en templo de fe con vocación de eternidad. Se trata de consolidar con el ejemplo la constitución de un compromiso entre hermanos que nunca dejarán de serlo más allá de los accidentes vitales, siempre tan provisionales y tan pasajeros, frente al plan perfecto de Cristo para la humanidad. Un hermano es un instrumento de Dios para perpetuar un modo de vivir la fe y una manera de sentir la penitencia. Un hermano es oro. 10

Aún recuerdo más de aquel primer día. La sala capitular de San Miguel, aquellos recovecos de historia, de arte, de religiosidad… Y aquella cruz de guía colgada como símbolo de unidad y valentía. Para plantarla en la calle. Para dar testimonio de un don que solo son capaces de sentir los cofrades cuando les es transmitida de padres a hijos, de abuelos a nietos. Y recuerdo ensayos a ras de hielo, en una parihuela que crujía en el silencio de esos martes nocturnos en los que hacerse la ropa, tirar un costal y meter los riñones bajo la trabajadera era sencillamente un desafío junto a la verja de la basílica. Después…, después son tantos recuerdos, tanta memoria la que se agolpa... Este libro es la historia real, certera, detallada, de todos esos recuerdos, de todas esas vivencias en las que los sinsabores siempre claudicaron frente a la ilusión. La ilusión de un sueño. La ilusión de ese sueño. Creer en Él, crear por Él. Así, hasta dentro de otros 25 años, cuando sean nuestros hijos y nietos quienes descubran las vivencias que les mostramos de niños y perpetúen este humilde plan de Dios que es la cofradía. Cuando sean ellos quienes relaten las experiencias que heredaron y el amor que les entregamos. Sin duda, será un amor tan intenso y generoso como el nuestro. Sólo así ese sueño de la ilusión que son Los Estudiantes será capaz de llegar a la eternidad y toparse con Dios. “Señor a Ti te buscábamos, a Ti te hemos hallado”. 11

FIRMAS

Papa Francisco.

A lo largo de los siglos, las Hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Caminad con decisión hacia la santidad; no os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra pertenencia sea un estímulo, ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo. Es necesario seguir por este camino. Sed también vosotros auténticos evangelizadores. Que vuestras iniciativas sean «puentes», senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él. Y, con este espíritu, estad siempre atentos a la caridad. Cada cristiano y cada comunidad es misionera en la medida en que lleva y vive el Evangelio, y da testimonio del amor de Dios por todos, especialmente por quien se encuentra en dificultad. Sed misioneros del amor y de la ternura de Dios. Sed misioneros de la misericordia de Dios, que siempre nos perdona, nos espera siempre y nos ama tanto. Homilía 5 mayo de 2013 en la Jornada Mundial de Cofradías y Piedad Popular.

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Papa emérito Benedicto XVI.

La contemplación de las extraordinarias imágenes del patrimonio religioso español (…) nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19). Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión. Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón, como sucedió a Santa Teresa de Jesús al contemplar una imagen de Cristo muy llagado (cf. Libro de la vida, 9,1). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la consolatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39). 16

Las llagas de Jesús en la cruz son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (ibid.). Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe esta sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo. Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz. Extracto de las palabras de S.S. Benedicto XVI al término del Via Crucis de la JMJ Madrid 2011 (19 agosto 2011).

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Mons. Carlos Osoro. Arzobispo de Madrid.

Cuando llega la Semana Santa, las cofradías, corporaciones y hermandades os preparáis para salir a la calle y dar testimonio de la fe. La Cruz está en el centro. Todas las imágenes de los pasos hacen referencia, de forma directa o indirecta, a la entrega de Cristo por amor en la Cruz. A través de la Cruz contemplamos la gloria del Señor que resplandece en el cuerpo martirizado de Jesús, precisamente en su entrega total se manifiesta la grandeza de Dios, que es amor y la grandeza que el hombre alcanza cuando acoge el amor de Dios. Todos los cristianos estamos llamados a comprender, vivir y testimoniar con nuestras vidas la gloria del Crucificado. La Cruz –la entrega de sí mismo del Hijo de Dios- es, en definitiva, el signo por excelencia que se nos ha dado para comprender la verdad del hombre y la verdad de Dios: hemos sido creados y redimidos por un Dios que por amor inmoló a su Hijo único. Como la Virgen María, entrad en la intimidad expansiva, que es entrar en la profundidad con Jesucristo y al mismo tiempo expresada a los demás. Pensad en aquel momento sublime que expresa la comunión a la que habían llegado Hijo y Madre: “Junto a la Cruz de Jesús estaba su Madre”. Y desde esa comunión escuchad las palabras del Señor: “Ahí tienes a tu Madre”. Palabras del Pregón de la Semana Santa Marinera de Valencia en 2013

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Card. Antonio Mª Rouco Varela. Arzobispo emérito de Madrid.

En 1994 cuando fui nombrado Arzobispo de Madrid por el Papa San Juan Pablo II, la Hermandad de los Estudiantes llevaba pocos años de andadura. Apenas cuatro y algunos más desde que desde la Basílica Pontificia de San Miguel jóvenes estudiantes madrileños sacaban al Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón para hacer un piadoso Via Crucis por las calles alrededor del palacio episcopal. En los veinte años de mi servicio a la diócesis de Madrid me he sentido a gusto acompañando a esta joven cofradía en su recorrido hacia su estación de penitencia. Hemos rezado y caminado pidiendo al Señor y a su Madre Santísima por tantas necesidades de nuestra Villa y de nuestra patria; orando y caminando por la Iglesia y con la Iglesia; dando testimonio de la fe en una sociedad, la nuestra, cada vez más secularizada y mostrando nuestro deseo de que Dios nuestro Señor sostenga y aliente la fortaleza de la familia cristiana, el reconocimiento del sagrado valor de la vida, de la santidad del matrimonio, de la libertad de los padres para elegir la enseñanza de sus hijos, del derecho a vivir con libertad nuestra fe privada y públicamente y, no en último término, de que el amor de los cristianos se comprometa con los más desfavorecidos. He comprobado con gozo cómo las hermandades y cofradías han permanecido vivas y aún han cobrado nuevos impulsos en los últimos años. Cuando muchas asociaciones de fieles comenzaron a languidecer e incluso a desaparecer tras los años del Concilio Vaticano II, se comprobó que la religiosidad popular mantenía el pulso de la fe y de la piedad cristiana. La Hermandad de Los Estudiantes de Madrid es buen ejemplo de ello y de cómo una reciente iniciativa de apostolado y caridad ha contribuido a evangelizar desde las calles de Madrid. Evangelizar es una palabra que aparece alguna vez en los textos del Concilio; una palabra a la que San Juan Pablo II daría una resonancia extraordinaria, ahondando en las huellas del Beato Pablo VI, con la llamada a una nueva evangelización al referirse a la necesidad de llevar nuevamente el Evangelio a naciones tradicionalmente católicas. Antes se usaban otros términos, como el apostolado, la misión. El objetivo era el mismo: la conversión. La Exhortación postsinodal Evangelii nuntiandi había sido decisiva para la introducción de la palabra evangelización en el lenguaje habitual de la Iglesia y para la comprensión de su significado. Un texto de un extraordinario rigor teológico que deja claro que la Iglesia existe para evangelizar y para reconciliar a los pecadores con Dios. Una Hermandad que lleva por nombre Santísimo Cristo De la Fe y del Perdón y María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia halla su más clara razón de ser en esta nueva evangelización que atrae a Dios a los pe-

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cadores invitándoles a la penitencia. Anuncia y enseña un evangelio vivido y llevado al corazón de los barrios populares de nuestra ciudad en plena comunión con la Iglesia bajo el amparo de la Santísima Virgen María. A esta Hermandad, a la cual he bendecido y acompañado en su salida procesional durante muchos años, le aseguro mi afecto de siempre, mi oración y mi bendición. ¡Que el Señor y su Madre Santísima bendigan a estos fervorosos cofrades, a sus familias, a sus universidades y centros de estudio y haga fructificar abundantemente su labor de apostolado y de fe por las calles y plazas de nuestra ciudad! Madrid, 24 de febrero de 2015

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Mons. Ramón Herrando Prat de la Riba. Vicario Regional del Opus Dei. Hermano de Honor de la Hermandad de Los Estudiantes.

Al encontrarnos en el XXV aniversario de La Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Fe y del Perdón, María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel (Los Estudiantes), surge del corazón de todos los que hemos sido testigos de su nacimiento y desarrollo en este cuarto de siglo, un canto de acción de gracias a la Santísima Trinidad, por los frutos de santidad y de apostolado en la actividad de la Hermandad. Es patente la acción de Dios y de Nuestra Madre la Virgen Inmaculada en todos estos años a través de la acción evangelizadora de la Hermandad entre los Hermanos que se han ido incorporando y en tantos cientos de personas a las que ha alcanzado su influjo. No sería una interpretación forzada, sino todo lo contrario, afirmar que en los antecedentes próximos de La Hermandad y vinculado a sus orígenes está la vida santa de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, que celebró su primera Misa en Madrid en el año 1927 en la Pontificia Basílica de San Miguel. Mientras vivió siguió muy de cerca alentando todas sus actividades y desde 1975 intercede en el cielo por todas las iniciativas que han ido surgiendo. Desde los inicios de La Hermandad, el Opus Dei ha informado todas sus iniciativas espirituales y formativas a través de sus Sacerdotes y fieles vinculados a ella. Esa formación es y seguirá siendo el motor de toda su actividad espiritual y evangelizadora. Encomendamos al Cielo que prosiga su andadura con muchos frutos y siga siendo un instrumento revitalizador de la vida de fe entre tantas personas de Madrid y de toda España. Como Vicario Regional del Opus Dei y Hermano de Honor de La Hermandad, me siento permanentemente comprometido a rezar por todos los Hermanos y toda su fecunda actividad. Imploro de la Santísima Virgen su protección con mi Bendición más cariñosa. Madrid, 10 de marzo de 2015.

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Pedro Álvarez de Toledo Bandeira. Vicario de la Delegación del Opus Dei en Madrid-Oeste.

Agradezco la oportunidad que se me brinda de poner por escrito, con motivo del XXV aniversario, algunos de los profundos sentimientos que me suscita la querida Hermandad sacramental y cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel. Recuerdo la ilusión con la que D. Jerónimo Padilla Barcelona (q.e.p.d) entonces Vicario del Opus Dei para Madrid-Oeste alentó al entonces Rector de la Basílica de San Miguel, Mons. José Antonio Galera de Echenique, para que pusiera en marcha la creación de la Hermandad, que traería muchos bienes espirituales para la ciudad de Madrid, como así ha sido. En el corazón y en la mente de estos eximios predecesores nuestros, llenos de celo sacerdotal, estaban presentes las palabras oídas a San Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador del Opus Dei, cuando acudió a la Basílica, acompañado en aquella ocasión por el hoy Beato Álvaro del Portillo y el actual Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, para celebrar la santa Misa el 17 de octubre de 1960, ante un templo repleto de fieles, hijos e hijas suyas, recordando aquella su primera Misa en Madrid el 20 de abril de1927: “Quiero deciros unas palabras en esta iglesia de Madrid, donde tuve la alegría de celebrar mi primera misa madrileña, y estoy conmovido porque os tengo que decir que vosotros y yo hemos de cumplir un mandato divino, maravilloso: primero en nuestra vida personal; después, influyendo en todos los ambientes del mundo, santificando, sobrenaturalizando cada instante de la jornada”. En efecto, pensaban ellos y los que les acompañaron en los comienzos de la Hermandad, que haría mucho bien a la ciudad de Madrid y a sus gentes que la bellísima escultura del Cristo de la Fe, obra maestra del artista Luis Salvador Camona, se expusiera al culto público en una Capilla central de la Basílica, y que procesionar al Santísimo Cristo por las calles del Madrid de los Austrias, sería un acto de culto público que atraería muchas gracias de Dios para el pueblo cristiano. Desde entonces, hubo que superar muchos obstáculos, pero el apoyo entusiasta de tantos fieles ha hecho realidad la hermosísima labor de la Hermandad, que ha contribuido –a mi juicio, de modo decisivo- junto con otras Hermandades de Madrid, a dignificar la Semana Santa de la Capital de España, y a hacerla más santa y más espiritual en sus manifestaciones religiosas y artísticas.

Es vuestra Hermandad, lo digo con alegría, una manifestación clara de la fe hecha cultura, respuesta a aquella petición del Beato Pablo VI, repetida por San Juan Pablo II y el papa Benedicto XVI, “una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, ni totalmente pensada, ni fielmente vivida”. Enhorabuena, por tanto, por vuestro aniversario, y me uno a vuestra acción de gracias a Dios por los frutos que ha dado la Hermandad en estos años, que son una muestra del vigor de la piedad popular, pues, como señala el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (n.122) “la piedad popular es verdadera expresión de la acción misionera y evangelizadora espontánea del Pueblo de Dios, en ella puede percibirse el modo en que la fe se encarnó en una cultura y se sigue transmitiendo”. Elevo mi oración a vuestros Santos Titulares, al Santísimo Cristo de la Fe, del Perdón y de los Estudiantes, y a María Inmaculada, Madre de la Iglesia, para que, con su ayuda, sigáis dando frutos de buenas obras para el bien de la Iglesia, de la sociedad y de todas las almas. Madrid, 19 de febrero de 2015

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Mons. José Antonio Galera de Echenique. Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel. Fundador y primer Consiliario de la Hermandad (1975-2004).

Sólo mirándole, la oración brota espontánea desde el fondo del alma y notamos cómo caen las escamas de nuestra soberbia. No tiene nada que hacer en la noche nuestro amor propio desordenado y se retira confundido. Con Cristo en la Cruz tenemos un modelo que imitar, pues Él es Hombre perfecto. Un modelo asequible para nuestra conducta, un consuelo para nuestra flaqueza, un asidero para nuestras dificultades. Y con Cristo, María Santísima, que secundando el modelo que le proporciona su Hijo, nos está llamando a ser más veraces, más realistas, más auténticos en definitiva. Boletín de la Hermandad. Diciembre de 2001.

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Manuel José Cociña y Abella. Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel y Consiliario de la Hermandad (2004-2007).

Mis diez últimas Semanas Santas habían sido en Sevilla. Y en todas ellas, muy cerca de los Pasos. Se habían confesado cientos de nazarenos antes de hacer la estación de penitencia. Luego por deferencia de los Hermanos Mayores acompañaba durante un tramo a la Imágenes Titulares de algunas de estas Hermandades. Por eso cuando llegué a la Basílica para continuar con la labor que durante más de veinticinco años había desarrollado Mons. Galera de Echenique, una de las tareas que más me ilusionaban era la de ser Consiliario de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón y de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel. ¡Cuántos momentos inolvidables de los años que pasé en la Basílica! Las primeras reuniones con la Junta de Gobierno, la preparación de los diversos Cabildos, las Estaciones de Penitencia… Y seguir las innumerables gestiones para acondicionar la Casa Hermandad, ir mejorando los enseres, hacer cada año algún “estreno”, terminando de enriquecer el Palio de la Virgen con el bordado de sus respiraderos y faldones; y así incrementar el patrimonio de la Hermandad. Recordar todo eso me trae a la memoria a muchas personas que trabajaban para que a lo largo del año y cuando estábamos en la calle, todo funcionara perfectamente. ¡Que arriesgado es citar algunas, porque siempre se quedan en el tintero otras muchas que deberían aparecer. Pero sí que es de justicia hablar de Enrique Estrada, de Juan Manuel Venegas, Pablo Muñoz de la Rica, de Daniel Cuevas, D. Fernando Jadraque, etc. Y como no agradecer las generosidad de Rosario Morales, siempre atenta a las necesidades de la Hermandad. Y a Francisco Carrera Iglesias, que con su arte de bordador sevillano ha realizado tantos trabajos para nosotros y se desplazaba cada año para vestir a la Virgen. Y los conciertos de Marchas Procesionales a cargo de la Música del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1, con sus sucesivos Directores: Abel Moreno; Enrique Blasco. Y la Música de Capilla acompañando al Señor por las calles de Madrid. 28

Momentos de gran alegría, como la salida procesional en el Año de la Eucaristía, cuando en la parroquia de Santiago, ante el Santísimo expuesto, se escuchaba desde la calle la magistral interpretación de la Marcha Triunfal con el tema de “Cantemos al Amor de los Amores”, a cargo de la Música del citado Regimiento, que siempre acompañaba nuestra Estación de Penitencia tras el paso de la Stma. Virgen. La decisión de ampliar el recorrido a la Plaza de Oriente y calles aledañas, con el majestuoso fondo del Palacio Real, las ofrendas del Cardenal de Madrid, en la Plaza de la Villa, la presencia del Nuncio de Su Santidad, Mons. Monteiro y otras muchas autoridades , acompañadas de numerosísimos fieles, eran la apertura a la Semana Santa Madrileña. No en vano es la primera Hermandad en la calles de Madrid. Con cuanta ilusión se preparaban las salidas procesionales; ilusión no exenta de momentos duros: mucho trabajo, a veces con los lógicos problemas de simultanear el culto de la Basílica con la instalación de los Pasos, la colocación de las rampas, el que se quitaran los “estorbos” para facilitar el recorrido de la Hermandad.

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Un momento de particular emoción –hacía un año que había dejado Sevilla- fue esperar con las puertas abiertas de la Basílica, a la Hermandad de Jesús del Gran Poder y de la Macarena. Allí giraron la imagen de la Esperanza, hacia el Cristo, que un poco retrasado cubría la puerta de la Basílica, con los Hachones encendidos, mientras la luz interior del templo mostraba a la multitud allí reunida la incomparable belleza barroca de la Pontificia. Y junto al Hermano Mayor, Enrique Estrada hicimos la entrega de un ramo de flores y luego, a golpe de martillo, “a esta es”, mi primera “levantá” madrileña. Con gozo acudía a los ensayos de los Costaleros, preparándose de ese modo a llevar los pasos con un señorío y una piedad llena de buen gusto. Y las cuadrillas al mando de Manolo Marín y de Juan Manuel Venegas, buenos discípulos de los dos hermanos Estrada (Enrique y Antonio) primeros capataces desde los comienzos hasta entrado el segundo milenio, que nada tenían que envidiar a las que había visto en Sevilla. Comidas de Hermandad, Pregones, Romerías. La Hermandad es mucho más que la la salida del Domingo de Ramos o el Viacrucis del Viernes de Pasión. ¡Cuánto trabajo oculto, que solo Dios ve! La Bolsa de caridad; el

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quehacer silencioso de los Priostes, o los que limpian la plata, o preparaban las túnicas y ropones de los acólitos, o cuidaban el orden. Hace años que no asisto a las salidas procesionales. Pero cómo muchas veces he manifestado, allí estoy siempre. No en vano el Lignum Crucis, que lleva el Paso del Señor es regalo de mi familia; lo mismo que el broche de la Virgen, o el Puñal clavado en su pecho, están también realizados con oro y joyas que pertenecieron a mi familia. Y dos sayas de la Virgen, una de ellas hecha con el traje de un torero sevillano, otra, y parte del manto de capilla, con ornamentos que también estaban en mi casa. Dos últimos recuerdos: el estar pendiente de la lluvia, que en alguna ocasión nos gastó una mala pasada. Dios sabe más. Y el Padrenuestro final, cuando se recoge la Hermandad, pidiendo por todos los difuntos, con el pensamiento de que también un día rezarán por mí. ¿Cómo terminar estas líneas escritas a vuelapluma? Dando gracias al Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, y a María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia, por el privilegio que ha supuesto poder estar junto a Ellos y ser Consiliario de mi Hermandad. Laus Deo!

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Javier Láinez López. Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel y Consiliario de la Hermandad.

He compartido tan sólo ocho años los andares de la Hermandad. Menos de un tercio de su existencia. Una breve chicotá para la larga singladura cofradiera que ya se ha trazado por las calles de Madrid. Y lo que le queda. Desde el primer momento, el estilo de la Semana Santa vivida como se vive con Los Estudiantes, te enseña a mirar a Cristo y a su Madre con una mirada nueva. Los largos preparativos, los ensayos, el montaje de los pasos, los cabildos de salida y los de oficiales ultimando cada detalle. Nada queda a la improvisación. Y las noches de ensayo en la basílica. Retranqueo de pasos. Ver a los sagrados titulares ¡tan de cerca! La oración intensa. Mirar. Contemplar. Y en la contemplación descubrir cuánto nos quiere Dios. Tanto, que nos ha entregado a su Hijo. A su Hijo amado. Para que lo crucifiquemos. Y en su pasión-mirándole- se descubre el valor inmenso de ese amor divino que se gasta para sanar a sus hijos pródigos, errantes, pecadores, que no pocas veces han perdido el paso y no aciertan a llorar su extravío. La Hermandad te enseña a mirar. Una mirada que jamás vuelve de vacío. Mirar y sentirse mirado. Como Juan y María al pie de la Cruz. Como el buen ladrón. Como Magdalena y las otras mujeres. Como el Centurión. Como los aterrados fariseos y hasta como los indiferentes que pasan de largo sin detenerse. También ellos se cuentan entre los que describe San Lucas en su Evangelio: La muchedumbre que había acudido a este espectáculo, habiendo visto lo que ocurría, se volvían dándose golpes de pecho. He visto cientos de veces esos cruces de miradas. Los he sentido. En los que se apostan en las aceras para ver pasar al Señor que recorre sus calles y les mira con sus ojos cerrados, porque las llagas del Cristo de la Fe y del Perdón les están llenando de aldabonazos el corazón. En el reflejo de los ojos de los niños que se preguntan por qué tiene lágrimas el dulce rostro de María Santísima Inmaculada. Me traspasado el corazón esa manera de mirar cada vez que he ofrecido niños al Santísimo Cristo la noche en que es subido al paso, el Viernes de Dolores. He visto los ojos de los padres que tanto habían implorado por esos niños. He visto fe. He visto amor. Gratitud. Esperanza. He visto a Dios con nosotros, entre nosotros, y me he sentido ¡tan “Estudiante”! He experimentado, en definitiva, lo que describe el Papa Francisco en

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Evangelii gaudium: “Qué dulce es estar frente a un crucifijo, o de rodillas delante del Santísimo, y simplemente ser ante sus ojos! ¡Cuánto bien nos hace dejar que Él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva! Entonces, lo que ocurre es que, en definitiva, «lo que hemos visto y oído es lo que anunciamos» (1 Jn 1, 3). La mejor motivación para decidirse a comunicar el Evangelio es contemplarlo con amor, es detenerse en sus páginas y leerlo con el corazón”. Bendita fraternidad que enseña a descubrir así el amor infinito de Dios con más elocuencia que mil libros de alta teología. Benditas correrías por el Madrid de los Austrias al paso de la Fe y del Perdón que nuestro Cristo irradia. Con la ternura y la santidad Inmaculada de nuestra Madre, María Santísima. Bendita seas Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel. Benditos Estudiantes. Madrid, 10 de marzo de 2015.

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Juan M. Venegas Valladares. Hermano Mayor de Los Estudiantes.

La infinita bondad de Dios propició que hace ahora 25 años, en concreto, una fría noche del día 13 de diciembre de 1989, en la Cripta de la Basílica Pontificia de San Miguel, de Madrid, nos reuniéramos en torno al entonces Rector de la misma, D. José Antonio Galera de Echenique y el primigenio artífice y precursor de esta Hermandad, D. Enrique Estrada Roig, un grupo de chavales y jóvenes con una idea en nuestra mente y nuestro corazón: dar impulso a una actividad apostólica en el seno de la Basílica, una Hermandad de Penitencia, para con ello dar mayor gloria a Dios y Su Bendita Madre. La fundación: Fe y Audacia. Si pudiéramos resumir la corta pero fecunda historia de la Hermandad de los Estudiantes de Madrid, cuyo aniversario fundacional ahora conmemoramos, podríamos hacerlo en dos palabras: Fe y Audacia. Un año más tarde, en diciembre de 1990, este mismo proyecto inició su andadura formal con la configuración de su primera Junta de Gobierno constituyente, encargada de dar forma jurídica a la neófita corporación nazarena. La misma bondad divina ha permitido que esta actividad apostólica se haya mantenido con el transcurso de los años y en torno a la misma, además de los entonces jóvenes que ahora peinamos canas, se hayan ido incorporando otros, consolidando la Hermandad. El esfuerzo, el trabajo, el tiempo, las aportaciones económicas y, sobre todo, la oración de muchos, han propiciado que esta Hermandad se haya convertido en un referente en la Semana Santa de Madrid y un ejemplo de fe, devoción y saber hacer cofrade. Ciertamente, volviendo la vista atrás, uno percibe cómo el Señor construye y se sirve de pobres instrumentos, nosotros, que lo único que podíamos aportar era nuestra audacia (no exenta de osadía, y gracias a Dios reconducida por los dos fundadores) y, sobre todo, nuestra fe. Pensar entonces en la fundación de una corporación penitencial en Madrid, prácticamente de la nada, en un entorno nada favorable, y en el que la Semana Santa madrileña llevaba años languideciendo, exigía una alta dosis de audacia y de fe en que ello era voluntad de Dios y por tanto había que desgastarse en el empeño. No empezábamos totalmente de vacío ya que, además de la preclara intención de los fundadores y la ilusión de los primeros llamados a esta tarea apostólica incipiente, contábamos también con la imponente imagen del Señor de la Fe y del Perdón (gubiado a principios del XVIII por su autor, Salvador Carmona, como Cristo de la Luz), residente en su pequeña capilla justo al lado de la puerta de entrada al templo pontificio que, con su mirada dulce y serena, atraía la atención de cuantos traspasaban el umbral del templo, quedándose prendados de la misma. Esta hermosa imagen contaba con una

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asentada devoción secular desde los tiempos del centenario precedente de la Basílica (la Iglesia de los Santos Justo y Pastor), y la misma venía procesionando cada Viernes Santo, desde finales de los años 70, en unas sencillas andas portadas por jóvenes asiduos a los oficios que se celebraban en la Basílica. Gozábamos asimismo del apoyo inicial de unos benefactores, en su mayor parte anónimos, gracias a los cuales y a sus generosas aportaciones, pudimos hacer frente a los gastos iniciales de establecimiento de la Hermandad y, sobre todo, la construcción de un bello paso en madera de caoba tallada, manufacturado por el afamado tallista sevillano, Manuel Guzmán Bejarano. A ello se sumó la generosa aportación de la mayoría de las Hermandades de Penitencia de la ciudad de Sevilla que, además de ser un referente en la idea inicial y brindarnos todo su apoyo, informaron a sus hermanos residentes en Madrid de la inminente fundación. Teníamos también muy clara nuestra vocación, y ello implicaba la misma mezcla de fe y audacia. Queríamos que la Hermandad fuera realmente un instrumento apostólico asentado en una fe vívida, basada en el amor a Cristo, como fruto de una mayor relación con Él, bien a través de los cultos externos y la convivencia fraternal (lo que es propio de una Hermandad), pero también, cómo no, del trato personal de cada uno con el Padre, con la oración. No nos conformábamos con una fe epidérmica, fabricada a medida de los sentimientos y esclava de la estética. Queríamos servir, ser apóstoles, como

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había señalado el Santo Padre Juan Pablo II por aquellas fechas en reiteradas ocasiones a las Hermandades “pro Dei timore et Christi amore”, viviendo el sentido penitencial de una Hermandad, pero sin que de ninguna manera éste se disociara del amor a Cristo tanto en su divina persona (a través del trato con Él en los cultos y en la oración personal) como en la de los demás (ejercitada a través de la caridad y la fraternidad). Ello nos empujaba a tener también desde el principio muy claras cuáles eran las tres líneas maestras, prioridades o fines que debían presidir la existencia de la Hermandad a lo largo de los años: “fe, caridad y penitencia”. La continuidad: el cuidado de la joya recibida. Sabíamos que navegábamos contracorriente, que íbamos a ser criticados, pero nos daba igual ya que, como decía Santa Teresa, sólo Dios nos bastaba. Fraternidad y fe, como medios idóneos para nuestra salvación personal y como puentes para alcanzar esa salvación a los que, gracias a la incansable tarea apostólica de la Hermandad, se aproximan a nuestras actividades de culto, formativas o de caridad. Cuando hoy en día vivimos en una sociedad cada vez más individualista, más deshumanizada, y más vuelta de espaldas a la realidad gozosa de Dios, proponemos justo lo contrario. ¿No estaremos locos? Perdonad que me apropie inmerecidamente de las palabras del santo baturrico, San Josemaría, , pero sí, estamos locos, loquitos perdidos, pero de amor de Dios, y deseamos a todos los demás esta misma enfermedad. Este ideal, esta vocación es una locura, y nuestros hermanos, todos unos locos, y no nos cabe otra cosa que agradecer a Dios el honor de pertenecer a este “manicomio”. Con todos estos ingredientes, en estos veinticinco años, la generosidad del Señor, como es habitual en Él, no se ha quedado atrás y ha sido proverbial. Lo poco que en estos años le hemos dado, y pese a nuestras limitaciones, nos lo ha devuelto multiplicado con creces. Por ello, a la vuelta de los años, podemos decir orgullosos que somos los poseedores de una preciada y preciosa joya que, como en las familias, debemos pasar de generación en generación. Como buenos cofrades, hemos recibido un legado de nuestros mayores que ahora nos toca custodiar y engrandecer para algún día cederlo a los que nos siguen, los más jóvenes. A ello nos anima el ejemplo de tantos hermanos nuestros, que a lo largo de estos veinticinco años han entregado a esta Hermandad gran parte de su tiempo, sus ilusiones y anhelos y, en no pocas ocasiones, incluso, su hacienda, procurándonos carta de certeza sobre la magnífica experiencia fraterna que se vive en nuestra corporación y que aquellos audaces precursores estaban en lo cierto. Y el Señor en el centro de todo ello, porque más allá de las ligazones fraternales que se entretejen con la pertenencia a una Hermandad, sabemos que estos lazos sólo adquieren significado, se fortalecen y se tornan irrompibles cuando están impregnados por la llama viva de la fe. Si así no fuera, el esfuerzo personal sería estéril ya que, como cualquier actividad sólo humana, la experiencia estaría abocada a un fin cierto. Algunos de aquellos locos ya gozan de la presencia de Dios y, como de-

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cimos en el argot cofrade, ya forman parte de la cuadrilla celestial, donde un día Dios los llamó a igualar. Ellos estarán durante este año, como lo han estado siempre, muy presentes, ya que con su entrega y ejemplo se ganaron el cielo que hoy eternamente disfrutan y desde el que pueden interceder por todos y cada uno de nosotros y por su Hermandad. Con el paso de los años, hemos asentado la Hermandad, tanto jurídica (pese a las peculiaridades de nuestra sede pontificia) como humana y espiritualmente. En lo material, dentro de los límites que el decoro y nuestro espíritu austero nos señalan, pero sin desdeñar la dignidad con la que hemos de hacer las cosas ya que están dirigidas al culto divino, hemos realzado e incrementado nuestro patrimonio, pero esto no son sino meras alhajas ya que la verdadera joya es el patrimonio inmaterial y espiritual que legamos a aquellos que continúen con nuestra tarea. Resulta también muy emotivo ver cómo tras veinticinco años, la Hermandad se ha convertido también en una familia de familias, y en las nóminas de hermanos o en las listas de Cofradía aparecen padres, hijos e incluso, nietos, formando parte de las mismas. Y todos ellos, como decía antes, participando de la misma bendita locura. Ad Iesum per Mariam. De entre las muchas caricias recibidas en estos años de la mano de Dios, hemos de mencionar especialmente la tremenda gracia recibida en el año 37

1996, en el que merced a la generosidad de nuestra queridísima Camarera Honoraria, Charo Morales, le pudimos poner cara a la bendita imagen de la Madre Inmaculada de Los Estudiantes que, desde el año 2000, los Domingos de Ramos, en su palio argentífero (debido al orfebre Manuel de los Ríos), con su mirada y su gracia, bendice al pueblo de Madrid que va a buscarla a su paso por las calles del viejo casco histórico de los Austrias. La Virgen, en su advocación de Inmaculada fue nuestra fuente primigenia de hermanos, ya que en su Novena del mes de diciembre, con la Basílica llena de jóvenes, hacíamos promoción de la Hermandad, pero también Ella había de ser nuestra Madre, la que nos obtuviera de Su Hijo todas las gracias. No podía ser cualquiera, tenía que ser Nuestra Madre y Mediadora que nos llevara a Su Hijo, como sucede hoy, cuando en su capilla, la primera mirada nuestra se cruza con Ella, para después subir hasta Él, clavado en su cruz arbórea. Nuestra oración empieza con Ella, ahí cercana, en ese diálogo de niño pequeño que le cuenta a Su Madre sus secretos, para terminar hablando con el Padre, que desde la altura de Su Cruz nos devuelve el Perdón en Su semblante dulce y amable. Como decía la madre del egregio imaginero que transformó la tosca madera en tan sublime belleza (Juan Manuel Miñarro), al observarle mientras trabajaba en su taller, la mirada de esta Virgen atraviesa el cielo. Si nos perdemos Su mirada, Ella no llora al modo habitual de las Dolorosas andaluzas, sino que parece mirar al infinito que es Dios, y de esta manera tan sencilla nos lleva a Su Hijo, gesto que se ve reforzado con el gesto dulce de Su mano que, acompañando la mirada, también señala hacia el más allá. No puede haber misión apostólica alguna que no se sustente la mediación de la Virgen. Ella, ejemplo de santidad y amor desde los días de Nazaret hasta las jornadas de dolor en el Calvario, es el imán del que nos podemos servir los creyentes para atraer a otras almas, y así cooperar como apóstoles eficaces en la misión redentora de la Iglesia. Por eso, Ella se convierte en piedra angular sobre la que pivota toda la actividad de la Hermandad, que no es sino una parte ínfima de la Iglesia y, por eso, también a su advocación de Inmaculada añadimos la condición de Madre de la Iglesia. Agradecimientos. Un aniversario es una ocasión gozosa de celebración, pero también es un motivo para agradecer especialmente todo lo recibido y asentar definitivamente las bases de lo que somos, de lo que realmente nos lleva a pertenecer a esta Hermandad, que no es más que crecer en nuestra fe y amar cada día más a Cristo y Su Madre. Y ello, con el estilo que nos caracteriza, sobrio y austero, y sin más fin que ayudar (tanto en lo material como lo espiritual) a nuestros hermanos de corporación y a nuestros hermanos en la fe, especialmente los que, como consecuencia de la crisis económica y social que padecemos, más nos necesitan. Igual que hace veinticinco años esta Hermandad supuso un aldabonazo en el corazón de la piedad de los madrileños y en la vida de muchas personas, hoy queremos renovar esa intención y por ello, nuestra oración, a través de la devoción a Nuestros Titulares, debe serun hermoso acto en primer lugar

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de agradecimiento al Padre, por tanto como nos ha dado en este tiempo; de agradecimiento a tantos benefactores que nos han permitido continuar en esta tarea; a tantos hermanos que con su esfuerzo han contribuido al engrandecimiento de esta Hermandad; a todos los artistas (orfebres, tallistas, músicos, nuestro querido bordador y vestidor Paquili) que nos han permitido compartir ese arte y convertirlo en rezo y devoción; gracias a tantos y tantos amigos y hermanos en la fe por su apoyo y oraciones, especialmente a otras Hermandades, y singularmente a las de Madrid; a todos aquellos que ya desde el cielo siguen intercediendo por esta Hermandad y por nosotros y que nos pusieron en el camino de lo que hoy somos… Hay tanto que agradecer que sólo cabe decir gratias tibi Deus!, gracias Dios mío, y junto a ello, acoger el que es el lema de este año de aniversario, Laus Deo! Gracias y Gloria a Ti por siempre, Padre. Memento extraordinario hemos de hacer a favor de un Hermano de Honor que tanto bien nos ha hecho en estos años, el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey y con él, al Cuartel General del Ejército y su Música. La audacia y la fe nos llevaron hace años a solicitar su ayuda y ellos, con la generosidad implícita en la condición militar, dijeron que sí. Desde entonces, además de ser el bello acorde de la mecida del palio de María Inmaculada en nuestra anual estación de penitencia, nos brindan la ofrenda de su música en el tradicional concierto que posteriormente se ha prodigado en otros foros y Hermandades. Todo ello viene a subrayar la conexión que existe entre un pueblo y sus costumbres, y su Ejército que, con sus virtudes, encarna todo lo mejor que ese pueblo tiene. Mención especial hemos de hacer también en favor de nuestros regidores municipales, encabezados por su Alcaldesa, quienes en la medida de las posibilidades que ofrecen los rigores presupuestarios, siempre han sido un apoyo para nuestra actividad, entendida como un medio más para dar a conocer nuestra maravillosa ciudad a foráneos. También hemos de agradecer y reconocer a nuestros pastores el paternal cariño que siempre nos han dispensado, tanto el actual Arzobispo de la Diócesis, D. Carlos Osoro, como sus antecesores en la sede matritense, el Cardenal Rouco y el Cardenal Suquía (q.e.p.d.). Han sido verdaderos padres, siempre prestos al consejo y no faltando nunca cuando les hemos requerido su presencia en nuestros actos. El último de los agradecimientos es el más especial de todos ya que es el dirigido a la que es nuestra casa, la Basílica Pontificia de San Miguel. Por un lado, gracias a la Nunciatura Apostólica, y a los sucesivos Nuncios que la han ocupado, de quienes también hemos recibido siempre todas las atenciones. Por otro lado, como no, a la Prelatura del Opus Dei, a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y a todos los sacerdotes encargados de la atención espiritual de la Basílica y sus actividades, en especial, a los sucesivos Rectores de la Basílica, todos hombres santos y que, como Consiliarios de la Hermandad, han sido un puntal de ésta, en los sucesivos momentos de su historia a lo largo de estos veinticinco años. Esas noches de ensayo, en las que tras la parihuela siempre hay un sacerdote presto a auxiliar y confesar a quien se lo pida, la atención de los cursos de retiro con los más jóvenes, las animadas romerías del mes de mayo, la

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aceptación de casi todos nuestros requerimientos, por muy ajenos a veces a la ortodoxia que estos parecieran… Ellos han sido en gran parte artífices de que esta Hermandad sea la joya a la que antes me refería y estoy seguro que Dios, como buen pagador que es, premiará su entrega. Como dicen nuestras Reglas, la Hermandad nació indisolublemente unida a la Basílica de San Miguel y así será siempre, hasta que Dios quiera. Por último, en esta singular ocasión no queremos dejar de acordarnos especialmente de otras Corporaciones madrileñas que también en este año tienen el gozo de celebrar efemérides fundacionales, como son las muy queridas para nosotros Hermandades de los Cruzados de la Fe y del Gran Poder y Macarena, que cumplen 75 años desde su creación, o la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena, que celebra su 375 Aniversario. Que el Señor les siga bendiciendo para que, en el cumplimiento de sus fines, sepan ser instrumentos apostólicos eficaces al servicio de Dios y de nuestros hermanos. A Nuestra Madre Amorosa Inmaculada, como Madre Nuestra y de la Iglesia que es, le pedimos que a lo largo de este año a todos y cada uno de Sus hijos en la Hermandad de Los Estudiantes, a sus amigos y benefactores, nos lleve de Su mano, que nos guíe con Su maternal protección, para que como en la dulce y hermosa imagen que veneramos, nos señale el camino a seguir, que jalonado de amor, entrega y sacrificio, y no exento de fe y audacia, seguro que nos lleva a Su Hijo. Laus Deo!

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Francisco Carrera Iglesia.

Para mi querida hermandad de Los Estudiantes de Madrid no tengo más que palabras de agradecimiento y ahora con esta carta tengo la forma de mostrarlo públicamente. Recuerdo la primera vez que llegué a San Miguel. Algo incrédulo. Sin saber qué me iba a encontrar, y todo fueron buenas sensaciones. Las puertas abiertas de par en par, admiración, cariño... Y la posibilidad de contribuir a lo que ya tuve la oportunidad de experimentar en mi hermandad de los Dolores del Cerro: asistir a la creación y nacimiento de una nueva hermandad. Bien es verdad que fue Juan Manuel Miñarro, el autor de nuestra bella, serena y única dolorosa el primero que piensa en mí. Llego a esta corporación a través de él. Me decís que la idea es crear una cofradía a estilo sevillano. Para mi una gran oportunidad personal y profesional pero también un gran reto. Dudaba de cómo iba a encajar aquello en la capital de España. Con enorme ilusión me convierto en vuestro asesor artístico tras asistir a la bendición de la Virgen. De nuevo gracias por depositar toda vuestra confianza en mí. Por poner en mí el futuro de vuestra hermandad. No dejaba de parecerme raro que me llamarán desde Madrid para vestir una dolorosa. Nace, diseño un palio de cajón único; con moldurón de plata. Durante años tengo la oportunidad de bordar un paso completo: faldones, manto de salida, bambalinas... Siento la gran alegría de abrirme a nuevas experiencias. Otros campos. Mi estilo va calando y gustando. La Semana Santa más clásica se va haciendo un hueco importante en el Madrid de los Austrias. La hermandad va adquiriendo un estilo propio y, lo más importante, un sello único. Los pasos salen con costaleros, al estilo propio de mi tierra, y esto hace que se extienda al resto de hermandades. Hasta ahora sólo mi querida hermandad de la Macarena y el Gran Poder había importado el estilo de mi ciudad. Cala y gusta. La hermandad de Los Estudiantes, pese a su juventud, cuaja una personalidad importante y se gana todos los respetos. De todo ello me siento parte y estoy orgulloso. Una hermandad que ha conseguido que me sienta como en casa. Tanto con Enrique, el anterior hermano mayor, como con Juan Manuel, el actual me he sentido muy a gusto. Unas cuatro veces que os visito al año para vestir a nuestra imagen y son momentos muy anhelados para mí. Confiásteis en mi desde el principio. Con un puente: Miñarro. Por una forma de vestir: mi Virgen amadísima del Cerro. Hace 20 años aún no había redes sociales y era más difícil aventurarse. A pesar de esto lo hicísteis conmigo. Queríais adquirir unas formas que no circulaban tanto por Twiter, Facebook y demás como ocurre ahora. Termino tal como empecé. Dándoos las gracias por tanto cariño y afecto. Por esta gran oportunidad. Por posibilitar que parte de mi corazón esté

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aquí con vosotros y con María Santísima Inmaculada. Por mi trabajo me es casi imposible verla en la calle. Dejo las agujas de bordar en mi taller horas antes, justo el Sábado de Pasión, pero pronto lo cumpliré. Tengo que satisfacer una deuda pendiente y acompañaros en la tarde del Domingo de Ramos, en esa estación de penitencia tan singular. Llegar con ellos a la Plaza de la Villa. Me gustaría así dar a nuestros amadísimos titulares las gracias en persona. Hasta pronto y hasta siempre, hermanos. Francisco Carrera Iglesia. Vuestro querido Paquili... 43

Ana Botella Serrano. Alcaldesa de Madrid.

Es un honor unirme como Alcaldesa de Madrid a la celebración del vigésimo quinto aniversario de la refundación de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel, popularmente conocida como la Hermandad de Los Estudiantes, a la que felicito por su brillante trayectoria y a la que deseo un exitoso y fructífero porvenir. Con la salida de los pasos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón y de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, comienza en la tarde del Domingo de Ramos el calendario de Procesiones de la Semana Santa de nuestra ciudad. Con su recorrido desde su sede en la Basílica Pontificia de San Miguel, a través del Madrid de los Austrias, la Hermandad concita el cariño de miles de fieles, ayudando a afianzar, año tras año, la Semana Santa madrileña como un referente de devoción religiosa y esplendor artístico y un fiel reflejo de cómo en Madrid cuidamos nuestras más arraigadas tradiciones. Los madrileños debemos a la entrega y dedicación de quienes trabajan durante el año en todas las Hermandades y Cofradías el poder disfrutar de una gran Semana Santa, llena de recogimiento, emoción y belleza. A ello ha contribuido también en estos últimos veinticinco años la entrañable Hermandad de Los Estudiantes y por eso se ha ganado la admiración y el afecto de los madrileños. 44

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José María Álvarez del Manzano. Alcalde de Madrid entre 1991 y 2003.

Conmemorar la Semana Santa, es hablar de la Pasión de Jesús, y lanzar un mensaje a todas las personas, creyentes, religiosas o no, para que recapaciten sobre el significado del sacrificio asumido voluntariamente por Jesús. A esta importante misión, se dedican las Cofradías, a lo largo de toda la geografía española, y los integrantes de las mismas, viven con intensidad este deseo de proclamar su Fe en la Pasión de Cristo. Participo de este sentimiento como Hermano honorario, de la Cofradía madrileña de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel (Los Estudiantes). Veinticinco años proclamando por las calles de Madrid la Fe cristiana, y conmoviendo a los madrileños con la estética, y la sobriedad de los Pasos Procesionales, y su hondo y severo caminar por las calles de la ciudad. Participé como universitario en las procesiones de Semana Santa, hace años, en la Hermandad de la Congregación Mariana, que salía de la calle Zorrilla, en unas celebraciones de la Semana Santa madrileña que fueron languideciendo. Como Alcalde tuve en gran empeño en que la Semana Santa madrileña, tuviera la importancia que la transcendencia de la misma requiere. Y en estos tiempos, la dignidad de la Semana Santa madrileña, es significativa. A ello, ha contribuido, sin duda, el esfuerzo de muchas Cofradías que salen a la calle a hablar de la Pasión, y entre ellas, de modo muy notable, la de Los Estudiantes, que ha supuesto, desde su inicio, una apuesta por mantener vivos los valores de la Fe, y expresarlos con una gran solemnidad. Pero hay que saber entender la Semana Santa. Desde los primeros tiempos del cristianismo hasta nuestros días, la Cruz ha sido un símbolo de hondo significado de la vida y muerte de Jesús, y ha ejercido una profunda influencia en el orbe cristiano. La muerte de Cristo viene siendo ya durante más de dos mil años, la esencia misma del amor. Es la entrega de Cristo a la muerte, por un acto de amor a todos nosotros. Y nada más importante que el amor, tal y como nos lo ha recordado el Papa emérito Benedicto XVI, en su encíclica “Deus Caritas est”. Y en la Semana Santa, con la salida de los Pasos, lo que se quiere es transmitir ese mensaje cristiano del amor. Y hay que hacerlo con mucha dignidad. La Semana Santa es pasión y espectáculo, Fe profunda y afán exhibicionista. Así es la contradicción que se vive en esta especial Semana. Viene bien citar aquí, lo que un ilustre pregonero de la Semana Santa -el Cardenal Vicente Enrique Tarancón- expresó, sobre lo desconcertante del comportamiento de quienes viven alejados durante el año de las celebraciones religiosas, los que se llaman a sí mismo cristianos no practicantes, los que no han renunciado a su Fe, pero viven alejados de ella, y asumen 46

una voluntad critica y casi de rechazo a la Iglesia, e incluso los que se denominan agnósticos, y sin embargo ponen todo su entusiasmo y hasta su emoción singular, al participar en estas procesiones embargados de “austeridad” religiosa, y que no tienen ningún significado al margen del cristiano. Es frecuente ver, como se contienen los rostros, se llenan de lágrimas los ojos, y se desbordan de emoción los corazones, de aquellos mismos que dicen no tener Fe, cuando tienen ante ellos un Paso de Semana Santa. Quizás no existe otra conmemoración tanto de carácter religioso como civil, que produzca tantas movilizaciones masivas, tantos fervores íntimos que no pueden contenerse, tantos silencios elocuentes, tantos sacrificios que se aceptan voluntariamente, tanto derroche de belleza y hasta, incluso, de suntuosidad espectacular, como la Semana Santa. Y vemos cómo la representación de la Pasión, en cada una de nuestras tierras, adquiere formas enraizadas con la tradición popular. Del lado andaluz y levantino, colorido, exuberancia, exteriorización de sentimiento, del lado castellano, dramatismo y austeridad. Los Pasos de nuestra Cofradía tienen un poco de todo. En el ambiente popular se acogen con un especial y respetuoso silencio, propio del espíritu castellano, pero las imágenes de nuestros titulares son llevadas por los costaleros con el garbo y el paso pausado de los Pasos sevillanos. Hay situaciones -como el paso desde la calle Sacramento, a la Plaza de la Villa-, en que parece como si nuestra Procesión transcurriera por las calles del Barrio de Santa Cruz de Sevilla. La salida del templo del Paso del Cristo, conmueve por su solemnidad. Y antes, en la intimidad del mismo, los rezos de los cofrades y su comportamiento, emocionan. En estos veinticinco años, nuestra Cofradía es esperada con expectación, y la Semana Santa madrileña, se inicia con la llamada a la reflexión sobre la Pasión de un modo ejemplar. Y se continúa, a lo largo de la Semana, con otras muchas Cofradías que, en su conjunto, hacen que la Semana Santa madrileña tenga ya hoy la dignidad que merece. Veinticinco años de organización, trabajo, ilusión y una profunda Fe en todos los que integran la Cofradía. 47

General de Brigada Jesús de la Corte. Secretario General del Ejército y antiguo Coronel del Regimiento Inmemorial del Rey I. Hermano de Honor de la Hermandad de Los Estudiantes.

Los XXV años de existencia de nuestra querida Hermandad de los Estudiantes son un excelente motivo para destacar los estrechos lazos existentes con las Fuerzas Armadas materializados con el Cuartel General del Ejército y, en particular, con el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1. La Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel se incorporó a la procesión de la Semana Santa madrileña, saliendo desde su sede en la céntrica Basílica Pontificia de San Miguel, y han sido muchas las demostraciones de profunda devoción y cariño con que ha sido acogida por la comunidad cristiana. Igualmente se estableció una sólida y convencida relación con el Regimiento Inmemorial, materializada con el nombramiento del Coronel Jefe de esa unidad militar como Hermano de Honor de la Cofradía. Así, en cada relevo, y con los Cofrades de testigos, se confirmaba el compromiso adquirido por el Coronel entrante en la ceremonia del asentimiento que se llevaba a cabo en la Basílica en el mes de marzo del primer año de su mando. La participación no sólo queda reservada a la representación al máximo

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nivel, con la frecuente asistencia del Jefe del Ejército de Tierra y otras Autoridades del mismo, además del Coronel del Regimiento, sino que toma forma con la interpretación de un concierto de marchas procesionales a cargo de la Unidad de Música del Regimiento en la Basílica Pontificia de San Miguel, y con la participación en la procesión de la tarde del Domingo de Ramos acompañando desde el año 2000 a María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, excelente talla sevillana de Juan Manuel Miñarro. Otra importante aportación, orgullo de toda la Hermandad es la marcha procesional “María Inmaculada, Madre de la Iglesia”, compuesta en 1997 por el Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez, antiguo director de la Unidad de Música y afamado compositor procesional sevillano. Existen otras muchas muestras de esa buena relación y armonía existente entre estas dos entidades que se reflejan en la participación habitual de los componentes de la Hermandad en los actos principales del Regimiento como son la Jura de Bandera de personal civil, que cada año permite hacerlo a los componentes que lo deseen, y la celebración de la Inmaculada, Patrona de Infantería.

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Otras circunstancias excepcionales también permitieron participar y colaborar, hombro con hombro, como fue el caso de las Jornadas Mundiales de la Juventud que en el 2011 contó con la presencia del Papa en España. Muchas son las cosas que nos unen no sólo en lo humano sino en lo espiritual, como son los valores que encarnan la milicia y la Hermandad: la vocación de servicio, el profundo convencimiento, la entrega desinteresada 50

y generosa sin más recompensa que una íntima satisfacción por el cumplimiento del deber, son elementos comunes que refuerzan esta relación y que la mantienen viva. En este año de celebración, no se puede desear otra cosa que no sea la de que se mantenga este compromiso y que se pueda celebrar el 50 aniversario con el mismo espíritu que lo estamos haciendo aunque cambien las personas que lo representen. 51

Orfebrería Andaluza (Hermanos de los Ríos)

En el momento en el que el actual Hermano Mayor, D. Juan Manuel Venegas, se pone en contacto conmigo, Joaquín de los Ríos (representante de Orfebrería Andaluza), para ser partícipe del Boletín Especial de 25 Aniversario del nacimiento de la Corporación, me lleno de satisfacción, ya que son prácticamente esos años los que Orfebrería Andaluza ha estado unida a su Hermandad. En estos años solo quiero expresar agradecimiento, por la confianza ciega en nuestros trabajos, tanto desde el principio, que apenas nos conocían, como hasta el día de hoy que somos prácticamente de la familia.

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Para Orfebrería Andaluza, que a día de hoy cumplimos 50 años, por aquel entonces, en Andalucía, teníamos una larga trayectoria y éramos muy conocidos, pero fuera de ella, la Hermandad de los Estudiantes nos dio a conocer. Muchos son los trabajos realizados para su Hermandad, pero nos llena de satisfacción y orgullo que un paso de palio íntegramente realizado en nuestros talleres se pasee por Madrid. Por parte de Manolo y Joaquín, representantes de Orfebrería Andaluza, solo queremos dar las gracias, esperando seguir unidos muchos años más.

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LA HERMANDAD

LOS TITULARES SANTÍSIMO CRISTO DE LA FE Y DEL PERDÓN

El Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón es la talla de un crucificado, obra del imaginero vallisoletano Luis Salvador Carmona y realizada en el siglo XVIII. La imagen está catalogada como la segunda en categoría artística de Madrid, tras el Cristo de Juan de Mesa de la Catedral de la Almudena. El escultor Luis Salvador Carmona nació en 1708 en Nava del Rey (Valladolid) y murió en 1767. Atraído por la ocasión de poder dedicarse al oficio de escultor, para el que manifestaba dotes extraordinarias, abandonó su pueblo natal cuando aún era un muchacho y marchó a Madrid donde se formó en el taller de Juan Alonso Villabrille y Ron (1663 - 1728). A la muerte de éste tomó la dirección del taller, y supo rodearlo de tal prestigio que Fernando VI lo unió en 1752, con el que Olivieri fundara ocho años antes. De esta escuela nació la Academia de San Fernando. Son los años en los que la escultura española, comienza a mostrar preferencia por temas amables y familiares como los relacionados con la infancia de Jesús y de la Virgen, sin abandonar las dramáticas representaciones que habían sido característica del siglo XVII - martirio, ascetismo, penitencia - aunque al adaptarlas al nuevo lenguaje modifiquen su fuerza expresiva. Luis Salvador Carmona se muestra libre de todo barroquismo para situarse en el neoclasicismo. Un virtuoso de la talla que sobre la base del naturalismo castellano logra introducir la dulzura, serenidad, refinamiento y sensibilidad dieciochesca. Sus obras atraen por su sinceridad. En su último periodo evoluciona hacia una estética academicista de mayor frialdad formal y contención expresiva. 56

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LOS TITULARES MARÍA SANTÍSIMA INMACULADA, MADRE DE LA IGLESIA

La titular mariana de la Hermandad se debe al insigne imaginero sevillano Juan Manuel Miñarro, nacido en dicha ciudad el 29 de enero de 1954. Se formó académicamente en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, contando entre sus profesores a Juan Abascal, José Escasi, Julián Ortiz, Antonio Gavira o Carmen Jiménez. Desde 1976, simultaneó los citados estudios con el aprendizaje en el taller del afamado imaginero Francisco Buiza Fernández. En 1984, obtuvo la Licenciatura en Bellas Artes, presentando tres años más tarde su Tesis Doctoral, bajo el título “Estudio de anatomía artística para la iconografía del Crucificado en la Escultura”. En 1988, consiguió por oposición la plaza de Profesor Titular de Universidad por el área de Escultura, desempeñando su docencia en la Facultad hispalense de Bellas Artes. En la actualidad, es Catedrático de Escultura y Director de su Departamento universitario. Estos menesteres los compagina con una intensa labor creativa en su taller. Entre sus ya numerosos discípulos, podemos reseñar los nombres de los jóvenes escultores Fernando Aguado, José María Leal, Manuel Mazuecos o Ricardo Suarez. Su exposición itinerante llamada “El Hombre de la Síndone” le ha convertido en uno de los escultores imagineros más comprometidos con los estudios sobre la Sábana Santa y la anatomía de Jesucristo, que ha ido plasmando sobre todo en sus últimas realizaciones artísticas, caso del Nazareno para la Hermandad del Cerro del Águila de Sevilla, bendecido en la Cuaresma de 2004. Juan Manuel Miñarro es, sin dudarlo, uno de los más celebrados escultores españoles. Su sólida y constante formación intelectual, su contrastada calidad humana y el profundo conocimiento que posee de su oficio, así lo acreditan, materializándose todo ello en una fecunda producción de estilo muy personal y altos quilates artísticos. Entre sus obras, además de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, destacan las siguientes: la Virgen de la Caridad de la Hermandad de la Salud (Rota, Cádiz); el Santísimo Cristo de la Paz de la Agrupación Parroquial de Rochelambert (Sevilla); el Señor de las Penas de Cabra (Córdoba); el Santísimo Cristo de la Redención para la Archicofradía de los Dolores de San Juan de Málaga; Nuestro Padre Jesús Cautivo (Los Palacios y Villafranca); Jesús del Puente del Cedrón de la Hermandad de la Paloma

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(Málaga); el Cristo del Amor que forma parte del grupo escultórico de la Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén de Aracena (Huelva); la Virgen de la Concepción de la Hermandad de la Misericordia de Huelva; Nuestra Señora de la Oliva de la Hermandad de la Borriquita de Alcalá de Guadaíra (Sevilla); Jesús de la Humildad portando la Cruz perteneciente a la Hermandad del Cerro (Sevilla); el misterio del Cristo del Desamparo y Abandono de la misma Hermandad del Cerro, constituido por las imágenes de Longinos, un sayón y dos soldados romanos; el Cristo del Soberano Poder tallado para la Hermandad de las Lágrimas de Guadix (Granada); el portentoso Cristo de la Universidad de la Hermandad Universitaria de Córdoba; el Monumento a Juan Pablo II en Sevilla; o el Cristo de las Siete Palabras de Zaragoza. Miñarro destaca también por sus trabajos de restauración, como por ejemplo, en Sevilla, el Crucificado de la Hermandad del Cerro del Águila o la Dolorosa de esta cofradía; la Dolorosa, Magdalena y Nicodemo de la Sagrada Mortaja; la Magdalena y el San Juan de los Servitas; el Nazareno del Valle; o el Resucitado. Por su interés, reproducimos el estudio estilístico e iconográfico de la imagen de Maria Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, realizado en su momento por el eminente Catedrático de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, D. José Roda Peña: “Una de las últimas obras de Juan Manuel Miñarro es la bellísima Dolorosa que, bajo la advocación de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, es cotitular de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Naza-

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LOS TITULARES MARÍA SANTÍSIMA INMACULADA, MADRE DE LA IGLESIA

renos del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, vulgo Los Estudiantes, de Madrid, que tiene establecida su sede canónica en la Basílica Pontificia de San Miguel. Las primeras Reglas de esta joven cofradía fueron aprobadas el 26 de mayo de 1994 por el Cardenal Ángel Suquía y Goicoechea. La Hermandad realiza su estación de penitencia en la tarde del Domingo de Ramos por las calles del histórico Madrid de los Austrias, desfilando con un solo paso tallado en 1991 por Manuel Guzmán Bejarano; sobre el sobrio canasto de caoba en su color, e iluminado por cuatro hachones, figura el espléndido Crucificado de la Fe y del Perdón, escultura dieciochesca atribuida a Luis Salvador Carmona. Su espíritu penitencial, tanto en los cultos internos como externos, resulta proverbial, habiéndose inspirado sus cofrades en los cánones sevillanos, aun mostrando una acusada personalidad propia. La escritura contractual para encargar la referida imagen mariana se firma el 14 de febrero de 1995 entre el escultor y el Hermano Mayor de la cofradía madrileña, D. Enrique Estrada Roig. El costo de la efigie fue sufragado en su totalidad por Dª Rosario Morales Aragoncillo, Camarera Mayor Honoraria y Perpetua de la corporación. Pasado poco más de un año, el 2 de marzo de 1996, se entrega la escultura, felizmente terminada, a la comisión de cofrades que se desplaza desde Madrid a Sevilla para tal efecto. La solemne bendición tuvo lugar el pasado domingo 10 de marzo, presidiendo la ceremonia el Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel y Consiliario de la Hermandad, Rvdo. D. José Antonio Galera de Echenique. El primer paso en la ejecución de esta Dolorosa consistía en la realización de un boceto modelado en barro, de tamaño natural que, tras la pertinente aprobación por parte de la Junta de Gobierno, ha pasado a ser propiedad de la Hermandad. Posteriormente, dicho modelo se traslada mediante la técnica de la saca de puntos al material definitivo, esto es, la madera: cedro para la cabeza y las manos, mientras que para el busto, brazos articulados y candelero de ocho listones se empleó el pino de Flandes; por cierto, que estos últimos elementos han sido ejecutados por el prestigioso ebanista sevillano Francisco Bailac González, habitual colaborador de Juan Manuel Miñarro en estas tareas complementarias. La cabeza de esta Dolorosa queda enmarcada por una cabellera peinada con raya central, recogida en un moño por un pasador dorado a la altura de la nuca, permitiendo la visión parcial de ambos pabellones auditivos. El rostro de la Virgen ha sido plasmado con rasgos juveniles, abundando en la titulación concepcionista de la imagen; como es usual en la imaginería cristífera y mariana de Juan Manuel Miñarro, no acude a un prototipo físico concreto, sino a un modelo arquetípico de tintes naturalistas y claramente reconocible gracias a sus grafismos, muy alejado del realismo retratístico de que hace gala en la mayor parte de sus personajes secundarios de la Pasión. 64

La faz de esta Mater Immaculata, ligeramente inclinada hacia la derecha, nos conmueve por su belleza formal y atinada expresividad; su descripción resulta suficientemente elocuente por sí misma: frente amplia y despejada; cejas bien perfiladas y ascendentes, sin fruncimiento del ceño; mirada frontal, algo estrábica y perdida en el infinito, verdadero centro focal de la atención del fiel, quien se reconoce reflejado en unos grandes y cautivadores ojos de cristal, tamizados por livianas pestañas postizas

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que evitan toda sensación de entornamiento; tres lágrimas que resbalan por unas mejillas tersas de pómulos bien marcados, dos por la derecha y una por la izquierda, describiendo el apetecido ritmo asimétrico; una nariz contundente, de raigambre clásica y perfil triangular; los labios temblorosos y entreabiertos, mostrando los dientes tallados en marfil y la lengua proyectada sobre el arco dental inferior; la barbilla redondeada con grácil hoyuelo en el centro y, por último, un cuello verazmente anatomizado con los músculos esternocleidomastoideos en tensión y la escotadura yugular señalada. En cuanto a las manos, estas repiten el modelo empleado por vez primera en la Virgen de la Candelaria de Aracena, obra del propio Miñarro fechada en 1995; la mano derecha presenta los dedos más flexionados que su contraria, con el fin de portar el característico pañuelo de encajes. La firma del artista aparece, como en otras ocasiones, bajo la lengua: “J. MIÑARRO”. El busto posee una inclinación hacia el frente, a partir de la cintura, consiguiendo de este modo la deseada actitud itinerante y dinámica de la efigie. Con respecto a la encarnadura de la talla, debemos reseñar su carácter mate, acertadamente patinada a base de temperas y ceras naturales que no le otorgan más que el brillo preciso. Asimismo, conviene mencionar que el perno de sujeción de la corona es desmontable; por cierto, que dicha presea y el puñal, en alpaca sobredorada, han sido labrados por Manuel de los Ríos, siguiendo un diseño neobarroco. En cuanto a las prendas que viste la imagen, manto burdeos y saya azul, han sido confeccionadas en terciopelo por Francisco Carrera. Con esta Virgen Inmaculada, Madre de la Iglesia, Juan Manuel Miñarro se consagra como uno de los intérpretes más relevantes y genuinos de la Mater Dolorosa, en el contexto de la plástica hispalense contemporánea”. En suma, nuestra preciosa Madre Inmaculada madrileña, fuera de los cánones al uso en la imaginería tradicional, encarna perfectamente el arquetipo de medidora de todas las gracias ante Su Divino Hijo, al que con su mirada busca en el infinito que es Dios. Su mirada, como decía la difunta madre del excelso imaginero que la labró, traspasa el cielo. 66

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LOS TITULARES SAN MIGUEL ARCÁNGEL

El tercer Titular de la Hermandad, tras el Santísimo Cristo y María Inmaculada, es el Arcángel San Miguel. Protector de la Iglesia contra las fuerzas del maligno y príncipe de la milicia celestial, suele ser representado como un guerrero con satanás derrotado a sus pies. Su victoria capitaneando el ejército de Dios está narrada en el libro del Profeta Daniel: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro” (Dan 12, 1). Con mayor detalle, en el papel de defensor del la Iglesia, lo describe San Juan en el Apocalipsis: “Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él” (Apoc. 12, 7-9). Desde 1884 el Papa León XIII indicó que al finalizar la celebración de la Santa Misa se rezase arrodillado frente al altar la siguiente oración a San Miguel: «Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del diablo. Que Dios manifieste sobre él su poder, esa es nuestra humilde súplica; y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.» 68

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LOS TITULARES SAN MIGUEL ARCÁNGEL

El presbiterio de la Basílica se encuentra presidido por un gran lienzo en el que se figura el que hoy es titular de la iglesia, San Miguel Arcángel, que aparece representado de manera victoriosa venciendo a Lucifer. La pintura fue encargada para este retablo por el Papa León XIII, su autor es Alejandro Ferrant y está datada en 1897. Alejandro Ferrant y Fischermans (Madrid, 9 de septiembre de 1843 - ibídem, 20 de enero de 1917) fue un pintor español. Estudió con su tío, Luis Ferrant Llausas (1806-1868) en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Igualmente acudió a aprender a Roma (Italia), donde fue pensionado en la primera promoción de pintores de la Academia Española de Bellas Artes. Fue director del Museo de Arte Moderno de Madrid (que en 1971 se integraría en el Museo del Prado). Junto al lienzo, en la parte superior, enmarcan el cuadro dos ángeles, realizados, al igual que la mayoría de los que hay en los distintos retablos del templo, por Pedro Hermoso, autor asimismo de los medallones que se encuentran a izquierda y derecha del Retablo Mayor. La Capilla Mayor se halla cubierta por una bóveda de arista y cascarón que, al igual que la que cubre el crucero, fue pintada al fresco en 1752 por los hermanos González Velázquez, A los laterales, hay una serie de pinturas que, junto a la de San Miguel del retablo, forman el grupo de los Siete Arcángeles Mayores, cada uno mostrando sus atributos correspondientes y por los que son identificados. A un lado, Barachiel “El Ayudante”, con rosas blancas en el manto que representan las bendiciones de Dios; Gabriel “El Anunciador”, con una linterna y un espejo de jaspe; y Jehudiel, “El Remunerador”, con un látigo y una corona de oro, en señal de castigo, o recompensa. Al otro lado, Uriel “El Poderoso Aliado”, con fuego a los pies y una espada desenvainada, protegiéndonos del mal; Rafael “El Médico”, portando una píxide y acompañado por Tobías, que lleva un pez; y Sealtiel “El que Reza”, que aparece con las manos juntas en señal de oración. El séptimo es, como hemos dicho, San Miguel “El Victorioso”, en el retablo, que porta un estandarte blanco con una cruz roja mientras vence a Satanás, que está cayendo a sus pies. 70

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MODELO DE HERMANDAD HERMANDAD PENITENCIAL

Hermandad de penitencia que la hace públicamente aunque los rostros vayan velados por el antifaz. La túnica negra, el esparto en la cintura, ausencia de alhajas o distintivos y el paso cadencioso, sin volver la vista ni saludar a nadie en el camino. Austeridad y rigor cofrade. Hace su estación en la Parroquia de San Juan y Santiago, dentro del dédalo de calles y plazuelas de los alrededores del palacio real. 72

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MODELO DE HERMANDAD HERMANDAD SACRAMENTAL

El amor a Jesucristo realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, hace de esta Hermandad una sincera devota de la Eucaristía. Rinde culto cada mes en las vigilias en las que los Hermanos son convocados para adorar y acompañar a Nuestro Señor oculto en la Hostia Santa y mostrado en el ostensorio de una hermosa Custodia del s. XVIII que se conserva en la Basílica de San Miguel. Cada año, en la Octava del Corpus, celebra festivamente el mayor tesoro de la Iglesia, como escribió San Juan Pablo II en Ecclesia de Eucharistia: “La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: « He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo » (Mt 28, 20); en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza”. 74

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LOS CULTOS EL TRIDUO

Como es habitual en las Hermandades, las Reglas señalan una serie de actos de culto programados en los que se reclama la presencia de los Hermanos y se les insta a mostrar fervor en la piedad que contienen. La adoración al Santísimo Sacramento, los Via Crucis de Cuaresma, el Quinario de La Virgen y el Triduo del Cristo, los sufragios por los Hermanos fallecidos o las grandes fiestas de los Sagrados Titulares. El Triduo Cada año, los primeros días de la Semana de Pasión, el Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón se traslada frente al altar mayor de la Basílica y reclinado en sus andas, sobre un paño fúnebre de sobrios bordados, ocupa el centro del crucero de la iglesia. Una estola negra enlazada en la base de la cruz permite un devoto besapiés. Los fieles se acercan a venerar la imagen cuya postura permite observar de cerca la dramática hermosura de la talla. Y se

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celebran las Misas del Triduo con arrebatados sermones que ensalzan la valía del sacrificio del Redentor que nos ha rescatado y liberado. “A los buscadores del Infinito por cuenta propia se les hace saber que el objeto de sus nobles y erráticas exploraciones ha sido ya encontrado en una cruz el viernes de Nissán en las afueras de Jerusalén ese madero vendría a ser el horizonte de su revelación al mundo se comunica pues a los peregrinos de su Inmensidad que se acabó la búsqueda toda vez que su objeto ha sido plenamente identificado con el nombre de Jesús de Nazaret sólo a partir de dicho crucificado es posible seguir buscando al Dios infinito”. (José Miguel Ibáñez Langlois, Libro de la Pasión, VI, 16)

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LOS CULTOS EL VIA CRUCIS

Viernes de Dolores. Con el paso de los años los ritos se van haciendo costumbre y éstas terminan siendo ley. Nuestra Estación de Penitencia del Jueves de Pasión, una vez la corporación fue erigida como entidad de Derecho Canónico (Asociación Privada de Fieles) debía pasar a celebrarse dentro de la Semana Santa. El día elegido para ello fue el Domingo de Ramos, pero nuestra semana de Pasión se nos quedaba huérfana de actos y era nuestro deseo seguir celebrando nuestro Vía Crucis, con la presencia de Nuestro Cristo. Por ello, se decidió establecer la celebración de tan piadosa práctica el Viernes de Dolores, con el Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón portado a hombros por sus costaleros en las calles adyacentes de la Basílica. Inolvidable cuarta Estación en el convento del Corpus Christi, nuestras queridas vecinas Carboneras, con las voces de las Hermanas cantando a Dios. Las tres caídas de Jesús en Conde de Miranda, Conde de Barajas y calle de la Pasa. Al doblar San Justo se canta la muerte del Señor en la XIIª Estación. Todo lleva a rezar, a desagraviar al ver a Dios tan de cerca en las mismas calles de nuestro caminar diario, convertidas en la via sacra de Cristo hecho pasión, que el alma se enciende en deseos de santidad. Vamos a comenzar este solemne Via Crucis de penitencia animados por los mejores deseos de desagravio por todos nuestros pecados; pecados reales que han tenido como escenario este mundo nuestro que salió muy bueno de las manos de Dios y que los hombres afeamos con nuestro comportamiento. Andaremos este camino acompañando a Jesús en los momentos definitivos en los que llevó a término su misión. Llenos de esperanza, porque si bien sabemos que son y han sido muy grandes nuestros pecados, más grande aún es la misericordia de nuestro Padre-Dios (Ora78

ción introductoria del Vía Crucis del Viernes de Dolores redactada por D. José Antonio Galera de Echenique). Concluido el Via Crucis, la Hermandad se asienta en el interior del templo y se procede a la jura de los nuevos hermanos. La Cofradía de Nazarenos, como un organismo vivo, se nutre de los recientes. Se agregan Hermanos que asienten las Reglas y besan su medalla recién impuesta entre abrazos largos de palmadas sonoras. La familia crece. Y se dan gracias a Dios porque en una familia sana siempre se esperan nuevos hijos. Al caer la noche, con la Basílica ya vacía, en una penumbra íntima y recogida, los costaleros proceden al alzamiento de Nuestro Cristo a su paso de madera de caoba. No faltan las lágrimas ni deja de escucharse el musitar de oraciones. “ Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá arrancar, ¡y ahí, Señor, descansad!” (San Josemaría, Via Crucis, Est. XIV). 79

LOS CULTOS EL PREGÓN

La palabra es el instrumento poderoso que mueve las conciencias, que las enciende o las aquieta. Es el verbo que como bálsamo, prepara nuestros corazones en los días de Cuaresma, anunciando lo que ya es inminente, el sacrificio del Cordero en reparación de nuestros pecados. Siempre conviene anunciar la entrega generosa de Dios hasta la muerte, para despertar al alma dormida de su letargo. Y hacerlo con el sesgo, con el guiño y las formas propias de nuestras tradiciones, de nuestras maneras. El Pregón es aldabonazo en las conciencias cofrades de los hermanos y de todos los cofrades madrileños. En nuestra Hermandad, el Pregón siempre fue más que simple concatenación de versos y prosa. Es un grito –hermoso y dramático a la vez- para despertar las ánimas dormidas, para romper la acedia de quienes que no son capaces de presentir los días de dolor que se nos avecinan. Y de su gloria final. El Pregonero de Los Estudiantes siempre fue un cristiano convencido y militante, que con su ejemplo de vida, supo ver más allá de una sucesión de eventos en los que prime la estética. El Pregón, en esta Hermandad, es un acto de culto más, una ocasión más de proclamar a los cuatro vientos, cuál es nuestra fe de la que queremos ser apóstoles eficaces. Por ello, nuestro Pregón ha de ser un engarce que permita el ajuste de la joya que se nos ha legado, nuestra Hermandad, y por ello, debe figurar como un elemento más de nuestro patrimonio inmaterial y espiritual. 80

PREGONEROS DE LA SEMANA SANTA DE LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES DE MADRID 1995

N.H.D. Vicente Rodríguez García

1996

D. Ignacio Montaño Jiménez

1997

D. Ricardo Laguillo de Castro (q.e.p.d.)

1998

D. Ricardo Ríos Pérez

1999

D. Manuel Linares Capa

2000

D. Juan Luis Jara Delgado

2001

D. José Luque Gálvez

2002

Ilmo. Sr. D. Enrique Esquivias de la Cruz

2003

D. Ignacio José Pérez Franco

2004

D. Eduardo del Rey Tirado

2005

D. José Francisco Haldón Reina

2006

D. Manuel Hernández Medina

2007

D. Manuel García Félix

2008

D. Ricardo Díaz-Manresa Ros

2009

D. Pedro José Claro Casado

2010

D. Joaquín Möeckel Gil

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Excmo Sr. D. Andrés Ollero Tassara

2012

Ilmo. Sr. D. Guillermo Mira Abaurrea

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D. Enrique Guevara Pérez

2014

D. Alvaro Carmona López

2015

N.H.D. Manuel de Jesús Marín de Vicente-Tutor

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PATRIMONIO ARTÍSTICO EL NIÑO DE LA GRACIA El Santo Niño de la Gracia es una talla anónima del siglo XVIII, de unos 50 centímetros de alto, perteneciente al patrimonio de la Hermandad de los Estudiantes, que se venera en la Basílica Pontificia de San Miguel, con capilla propia, dotada de una consola barroca isabelina y un expositor en cuya hornacina se halla la imagen del Niño. El expositor y la hornacina, perfectamente conservados, están estofados en oro y pueden fecharse en el primer cuarto del siglo XVIII. El Niño goza de una extensa devoción, siendo su capilla siempre motivo de atención y oración por numerosos visitantes de la Basílica. La capilla donde hoy reside el Niño fue la utilizada por el Cristo de la Fe y del Perdón durante años, desde que abandonó su primitiva ubicación en la Sacristía de la Basílica y hasta que se construyó la actual capilla de la Hermandad. Cuenta con un amplio ajuar, propiciado por el Ropero de la Hermandad, compuesto por numerosas túnicas, de diferentes colores, según el tiempo litúrgico, inclusive una túnica de nazareno de la Hermandad, siendo artífice de tal profusión de vestuario su Camarera, Dª Piedad Rodríguez, fallecida recientemente, sustituida en el cargo por Dª Rosario Morales Aragoncillo. En el año 2015 se le ha practicado una intervención restauradora, saneándose partes de la talla, y limpiándose su policromía. Como curiosidad, el Niño es llevado en procesión por el Hermano Mayor y los niños de la Hermandad, el Sábado de Pasión, desde su capilla a la Sacristía de la Basílica, donde se procede a cambiarle la túnica ordinaria por la de nazareno de la Hermandad, con capirote y medalla, cooperando los niños en esa tarea. Esta costumbre ha arraigado en el acervo de la Hermandad y es muy esperada por los niños de la corporación que viven con mucha ilusión las horas previas a la Estación de Penitencia de la Hermandad.

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PATRIMONIO ARTÍSTICO LOS BORDADOS

Uno de los elementos que contribuye a dar mayor realce al patrimonio de una Hermandad son los bordados. El bordado es un oficio íntegramente artesano ya que el proceso de su ejecución es íntegramente manual, las manos de maestro bordador, sus agujas e hilos, no interviniendo máquina alguna en el mismo. El bordado, como oficio, existe desde tiempo inmemorial, ya que desde antiguo tenemos noticia de su uso como símbolo de diferenciación de las clases sociales preminentes en Egipto, Grecia o Roma. Dado el mayor grado de dignidad que una prenda bordada hacía a su usuario, no era de extrañar que el bordado fuera también un elemento más, junto con las joyas o preseas, con el que dar una mayor categoría al culto a las imágenes que representan la devoción que por ellas se siente. No obstante, el auge del bordado aplicado a la imaginería no tendría su auge hasta finales del siglo XIX, de la mano de un genio que innovó la estética cofrade sevillana, Juan Manuel Rodríguez Ojeda, quien dio lugar a un estilo llamado “juanmanuelino”, que dejó atrás el romanticismo imperante hasta ese momento. Se estima que el hito que marca el inicio de la nueva era fue el bordado por Juan Manuel del llamado “manto de malla” de la Macarena, en el año 1900. La impronta de Juan Manuel rápidamente encontró adeptos, traspasando las fronteras de la ciudad de Sevilla, generalizándose el nuevo modo de vestir a las imágenes. Los discípulos de Juan Manuel surgieron por doquier en toda España y su estilo impregnó la calidad de los desfiles procesionales penitenciales de todo el país. El bordado es un genuino oficio artesano, ya que en su proceso de elaboración no interviene normalmente ningún elemento mecánico, sino que se ejecuta casi íntegramente a mano. Los estilos pueden ser diversos, desde el juanmanuelino, que incorpora elementos vegetales en sus diseños, a otros que plasman en sus producciones elementos arquitectónicos (por ejemplo, mudéjares) o figuras. El estilo del bordado, en ocasiones, viene determinado por el conjunto al que va destinado, como por ejemplo, un manto de una Virgen que deba guardar relación con el conjunto del palio o la orfebrería presente en el mismo. Los bocetos de los bordados, en ocasiones, constituyen verdaderas obras de arte ya que los diseños son elaborados sobre papel seda, que dispuesto encima del tejido, sirven de guía para el bordador a la hora de aplicar el hilo y la aguja. 84

Los materiales, hoy en día también se han diversificado, no limitándose a hilo y aguja. No es raro encontrar materiales como cristales de Swarovsky, metacrilato, etc. Por últimos, las técnicas de bordado también son diversas, pero que pueden resumirse básicamente en dos: la aplicación directa del bordado sobre la tela o el llamado bordado de aplicación o recorte. En este último caso, los elementos del bordado se ejecutan por separado, como piezas planas a las que luego, al pasarlas al tejido principal, se rellenan para darles forma y volumen (generalmente con esponja), y se perfilan en el tejido (para dar sensación de bordado directo) mediante la aplicación de lentejuelas o cordoncillo. El bordado vivió, como decíamos, momentos de gran esplendor en los albores del siglo XX, continuando con una actividad continua, con ciertos intervalos de ausencia, hasta los años 70. A partir de los años 80, desgraciadamente, el arte del bordado ha ido languideciendo, habiendo desaparecido muchos de los grandes talleres que en España existían. En la actualidad, junto con los grandes talleres que han sobrevivido, nos encontramos con pequeños talleres que se dedican a trabajos menores, o incluso, talleres propiciados por las propias Hermandades, que se nutren de sus propios hermanos para realizar las tareas de bordado tras un periodo de aprendizaje. En los inicios de la Hermandad de los Estudiantes de Madrid, como es lo habitual en el nacimiento de una corporación, no se hicieron cábalas sobre los bordados a lucir ya que la realidad es que la Hermandad nacía prácticamente de la nada material. En lo inmaterial, es una obviedad, éramos y somos tremendamente afortunados con la fe que tenemos y además, contábamos con una tremenda devoción por Nuestro Cristo. Los primeros enseres con los que contamos fueron algunos que nos cedió la propia Basílica de San Miguel, y ninguno de ellos tenía bordados, salvo una bandera pontificia (dada la condición como tal de la Basílica) cuyo escudo era un recorte pegado. 85

En los primeros años el animoso grupo de señoras del Ropero de la Hermandad confeccionó las que serían las primeras insignias de la corporación: un Senatus muy simple, sobre pana granate, adquiriéndose tanto las letras como los flecos del mismo en los establecimientos de materiales de costura de la cercana Plaza de Pontejos; una bandera negra y otra blanca, con el primitivo escudo original de la Hermandad (una cruz con dos llaves, rodeados por un círculo), diseñado por uno de los primeros Hermanos, que las propias señoras recortaron; y un sencillo “bacalao” también elaborado con elementos adquiridos en las mismas tiendas. Todo muy sencillo, pero a la vez muy digno, ya que como en esta Hermandad hemos aprendido siempre, al “Jefe” no se le hacen chapuzas, y los enseres de culto, como son las insignias, pese a su sencillez, deben ser lo más dignos posibles. Es tal la dignidad y la calidad de la ejecución de estos enseres, que a fecha de hoy, los mismos se siguen usando en los cultos de la Hermandad. No obstante, en el año 1996, con la llegada de la Madre Inmaculada, nuestra Virgen, la Hermandad debió tomar una decisión ya que, si bien hasta ese momento no había habido necesidad de acudir al trabajo de un

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bordador, la confección de un ajuar para una Dolorosa implicaba ciertas complejidades que requerían de unas manos expertas. De esta manera, con la rigurosidad que caracteriza a esta Hermandad, tras consultar con varios expertos en la materia (en especial, D. Manuel Pedreño, conocido sacerdote sevillano, experto en bordados), se decidió contactar con un joven bordador, pero que ya era sobradamente conocido en el mundo cofrade, Francisco Carrera Iglesias, nuestro “Paquili”, a quien se le encargó la confección de una sencilla saya bordada para la Virgen, así como un manto de camarín, todo ello en terciopelo granate oscuro. Paquili es artesano de profesión, ya que estudió en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios, pasó posteriormente por un taller de dorado, consagrándose posteriormente al bordado, primero de la mano de su maestra, Fidela Vázquez, y más tarde en el taller de las hermanas Martín Cruz. Su obra incluye la ejecución del palio y el de su Hermandad del Cerro del Águila, de Sevilla, donde la Bendita Madre de los Dolores, con el manto también diseñado y bordado por Paco se enseñorea de su barrio cada Martes Santo, los broches del palio de la Hermandad de Santa Cruz, la toca de sobremanto de la Virgen de esta Hermandad, sayas para numerosas Vírgenes (Macarena, tanto de Sevilla como de Madrid), y multitud de estandartes e insignias, tanto para Sevilla y su provincia como para el resto de España. Pero el arte de Paquili no se limita al mundo cofrade sino que sus bordados son constantemente requeridos por célebres diseñadores y firmas de moda, como Loewe o Vittorio&Luchino. Icono del arte del bordado, Paco suele ser invitado en tertulias cofrades o protagonista en programas de radio o TV, habiendo concurrido igualmente a muestras internacionales de artesanía. 90

PATRIMONIO ARTÍSTICO LOS BORDADOS En el mundo cofrade Paco es conocido también por haber sido uno de los impulsores de su Hermandad del Cerro, en la que ha formado parte de su Junta de Gobierno desde 1997, en distintos cargos, incluido el de Hermano Mayor. Pero si algo define a Paco, es además de su dominio absoluto en su profesión, en su gran corazón y generosidad, de la que en la Hermandad de los Estudiantes hemos sido receptores desde que le conocimos hace ahora casi veinte años, con motivo de la ejecución del palio de María Inmaculada, Madre de la Iglesia. Ya en otro lugar de este libro hemos hablado de la orfebrería del palio, que fue encargado en el año 1997 a Orfebrería Andaluza. Curiosamente, en el contrato de encargo se incluía como anexo al mismo un documento donde figuraban los elementos que debía contener el palio y sus características. Entre estos elementos, destacamos los que debían incluir bordados, que eran los siguientes: - PALIO.- De los llamados de tipo “mixto” rematado en fina crestería de material plateado y de la que cuelgan las “caídas” o bambalinas en tejido de terciopelo granate muy oscuro ricamente bordado en oro. - RESPIRADEROS.- Revestidos de material plateado muy labrado, con molduras arriba y abajo, ingletes, pilastras y cartelas que, sobre fondo de malla bordada, representarán los quince misterios del Rosario. - MANTO.- Liso, sin bordados, en terciopelo a juego con el palio. Sin embargo, inicialmente no se incluyó otro elemento del palio que normalmente es bordado, los faldones. El día 16 de noviembre de 1998, el entonces Hermano Mayor de la Hermandad, D. Enrique Estrada confió el encargo de realización del manto, el palio (incluido el techo) y los faldones a Paco Carrera. Este encargo se formalizó mediante contrato de fecha 15 de enero de 1999, y en el mismo se preveía, amén del bordado “en aplicaciones de oro de la máxima calidad”, según el boceto que se adjuntaba, la aportación por parte de la Hermandad del material necesario para la confección de los elementos contratados: Terciopelo, encajes, flecos y borlones catedralicios. Por su parte, además de la confección, el presupuesto incluía la aportación por el bordador de las entretelas y forros de los elementos, así como un regalo para la Hermandad, la malla de los respiraderos del palio. El coste íntegro del palio fue asumido por la Camarera Honoraria y Perpetua de la Virgen, N.H.Dª Rosario Morales Aragoncillo. Asumiendo que la crestería del palio incluía un moldurón plateado, las bambalinas fueron diseñadas ad hoc, rectas, en color granate oscuro, rematadas en su borde con fleco de oro, y borlones cada cierto espacio, en un estilo muy parecido al palio de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de Las Penas de San Vicente de Sevilla. El bordado del exterior de las bambalinas incluiría un motivo vegetal (muy del estilo de Paco, con grandes hojas y volutas), siendo el bordado profuso, ocupando toda la superficie de la bambalina. El interior de las bambalinas llevaría bordado sólo el borde inferior, con el mismo remate de fleco, llevando aplicaciones en forma de estrellas en el resto. El techo del palio incluye a modo de “gloria” una representación del Espíritu Santo, representado como una paloma, las mismas aplicaciones de estrellas, y cuatro cartelas bordadas en cada una de las esquinas del techo, con diferentes advocaciones marianas: “Mater Inmaculata”, “Mater Ecclesia”, “Mater Purissima” y “Sedes Sapientia”. Las tres primeras presentes en el título de la imagen (Inmaculada, Madre de la Iglesia) y a última, asiento de la sabiduría, por el carácter estudiantil de la Hermandad. 92

El manto original era de terciopelo, en el mismo color que las bambalinas, sin bordar y rematado a lo largo de todo su perímetro por encaje dorado. Los faldones iniciales, se confeccionaron en terciopelo azul oscuro, sin broches en el primer año, pero a los que ya en la segunda salida procesional se le añadieron unos broches bordados en oro confeccionados por Paco Carrera. Años más tarde, en 2007, Paquili diseñaría y bordaría unos nuevos faldones para el palio, en color azul oscuro, profusamente bordados, siendo el motivo central el escudo barroco de la Hermandad. También se debe a Paco la confección de los faldones del paso de Cristo, ya que los iniciales, en color granate, fueron sustituidos por otros de color negro, en los que Paco bordó los broches que rematan los extremos. En el año 2000, Francisco Carrera recibe el encargo de la Hermandad para el bordado del manto de la Virgen. De nuevo, el bordado se realizará en aplicaciones de hilo dorado de la máxima calidad, sobre el mismo tejido, terciopelo granate oscuro. El compromiso del artista es tener concluido el trabajo antes del Domingo de Ramos siguiente al encargo, en la Semana Santa de 2001, el cual es cumplido, estrenando María Inmaculada ese día su nuevo manto. En el año 2005 se ejecuta también el bordado de los respiraderos del paso de palio, también según boceto de Paco Carrera, los cuales realzan mucho más los

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PATRIMONIO ARTÍSTICO LOS BORDADOS medallones plateados que, con los misterios del Santo Rosario (quince, ya que aún San Juan Pablo II no los había ampliado a veinte, con la inclusión de los misterios luminosos), jalonan los cuatro lados del paso. En ese mismo año, Paco también ejecuta los paños de las bocinas, con el bordado del escudo de la Hermandad en los mismos, sobre terciopelo granate en el caso de las del paso de Cristo o azul marino, en las del paso de la Virgen. La siguiente realización de Paquili para la Hermandad fue el bordado de un nuevo estandarte corporativo que sustituyera al inicialmente confeccionado por las señoras de la Hermandad. En este nuevo estandarte, los diferentes elementos del mismo: escudetes relativos al carácter sacramental de la Hermandad y a la realeza de la Virgen, la tiara pontificia, el libro, la cruz y el lema de San Miguel, eran bordados y no preconfeccionados. Asimismo, el escudo se rodeaba de un bordado de motivo vegetal, muy al gusto de Paco, enmarcando y realzando aquél. El tejido y el color del estandarte se mantenían: terciopelo granate oscuro. Aquí conviene hacer una apreciación, ya que si bien inicialmente el color corporativo de la Hermandad fue el morado, con el paso del tiempo, se fue yendo hacia el color granate oscuro. Así, el primer escudo de la Hermandad (el círculo conteniendo la Cruz y las llaves), era en dicho color morado, y este color permanecería hasta la llegada de la Virgen a la Hermandad, cuando el color imperante de su ajuar era el granate, y de esta manera se produjo la transición generalizada del morado al granate. Como no podía ser de otra forma, toda la Hermandad se amoldó rápidamente al estilo de la llamada “Niña de San Miguel” llegada en el año 2000 y de la que todos estábamos prendados. La relación con Paco va mucho más allá de la meramente profesional entre cliente y proveedor. Paco es uno más de la Hermandad, que él siente como suya. No en vano, él nos ha ayudado a hacer esta Hermandad, ayudándonos también en la creación de un estilo propio, o como nos gusta decir, ayudándonos a mantener esta preciada joya. Además de esto, Paco siempre ha sido un hermano presto al consejo cuando se lo hemos pedido y siempre nos ha respondido con extrema generosidad, la misma que le lleva a regalarnos el don precioso que el Señor le ha dado, el gusto, el sentimiento y la pericia para vestir de forma primorosa a la Virgen. Cada vez que Paco viene a Madrid es un gusto verle actuar, hablar con la Señora al mismo tiempo que la viste, con el respeto y la unción que la sagrada talla merece. Otra creación de Paco para la Hermandad es el guión sacramental, cuya ejecución se acometió en el año 2009, y para cuya confección se utilizó el medallón central de un guión sacramental del siglo XIX, bordado en seda, que fue restaurado por Paco e incorporado al guión. El guión se montó sobre un asta rematada por una cruz patriarcal, elaborada por los talleres de Orovio de la Torre, en Calzada de Calatrava (Ciudad Real). Durante todos estos años, también se ha ido incrementando el ajuar de la Virgen con la incorporación de varias prendas. Por ejemplo, un precioso manto de camarín, en color azul, bordado en hilo de oro, o varias sayas, entre las que destacan una espectacular saya realizada sobre terciopelo color verde noche, a la que fueron restaurados y pasados unos bordados en oro obtenidos de una casulla del siglo XVIII, realzados en color rojo en sus ribetes; una saya en color rojo, para cuya realización se utilizó un antiguo traje de un torero sevillano, cuyos bordados y alamares fueron restaurados y pasados al nuevo paño; y, por último, una saya en tejido de otomán 94

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color blanco roto, a la que fueron pasados los bordados en oro y sedas de color procedentes de una casulla del siglo XIX, predominando los motivos eucarísticos tales como espigas y racimos de uva. Junto a estas, Nuestra Señora dispone de otras sayas de menor valor, unas bordadas y otras lisas, así como varios mantos de camarín sin bordado, en diferentes colores, según las diferentes ocasiones litúrgicas. Asimismo, se deben a Paco Carrera seis trajes de paje que, confeccionados en terciopelo negro y galón dorado, siguen el patrón de los trajes que para un uso análogo existen en la Hermandad de San Isidoro de Sevilla. La última aportación de Paquili al patrimonio de la Hermandad es un precioso guión de nuestro santo titular, San Miguel Arcángel, realizado en bordado en oro, sobre terciopelo granate oscuro, y en el que en el centro de un magnífico marco de motivos vegetales figura el lema del Santo Ángel: “Quis sicut Deus”. Este guión vino a sustituir a otro anterior de orfebrería, de Manuel de los Ríos, que fue sustraído a la Hermandad en el expolio padecido en su patrimonio en octubre de 2013. El asta del guión no fue robada y pudo ser reutilizada para portar el nuevo guión de San Miguel. Este asta fue ejecutada por Orfebrería Andaluza y su remate es un magnífico y portentoso San Miguel en la típica actitud de combate frente al demonio. Si bien la producción artística de Paquili prácticamente monopoliza el bordado en esta Hermandad, hay dos piezas reseñables que se deben al taller de los Hermanos Labanda Urbano, de León. Pablo y Álvaro Labanda son dos queridos miembros de la Hermandad, a la que también pertenecen sus otros hermanos, todos ellos costaleros del paso de la Virgen. Pablo y Álvaro empezaron a bordar como afición y con el transcurso de los años han ido adquiriendo experiencia, lo que les llevó a montar su propio taller que poco a poco, ha ido ganando reconocimiento en forma de pedidos tanto en Madrid como en su León natal. Los Hermanos Labanda son los autores de la bandera pontificia que posee la Hermandad, bordada en aplicaciones de diversos materiales como hilo de oro y plata, cordones e incluso cristales. El bordado se corresponde con el escudo pontificio, la tiara pontificia con las llaves del reino de los cielos.

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El taller de los Hermanos Labanda también diseñó y confeccionó un repostero o dosel que se utiliza en las grandes ocasiones de la Hermandad, tales como Funciones Principales, Pregones, etc. De tamañas dimensiones, consta en el centro del escudo de la corporación bordado, y dos calles laterales bordadas en hilo de oro, con motivos pontificios (tiaras y llaves). En el año 2014, Álvaro Labanda fue llamado por el Señor para formar parte de su cuadrilla eterna e igualar con otros Hermanos que le precedieron. Desde entonces, Pablo Labanda ha continuado con la labor del taller de bordado. La Hermandad cuenta en su patrimonio con diferentes enseres bordados, algunos en uso, como por ejemplo, un simpecado del siglo XVIII al que se incorporó en los años 80 una cartela pintada con la imagen de la Virgen, u otros que no se usan (guiones, casullas, dalmáticas, etc.) pero que sus bordados, en algunos casos muy notables, podrán ser reutilizados en el futuro para la confección de nuevas insignias. Por último, y no menos importante, hemos de destacar el trabajo que realiza el Ropero de la Hermandad que si bien fue decisivo en los inicios de la andadura de la corporación, confeccionando las primeras insignias, a las que ya nos hemos referido, sigue desempeñando un papel esencial. Entre las producciones del Ropero se cuentan unas enaguas para la Santísima Virgen o todo un ajuar completo para el Santo Niño de la Gracia, que es el titular de la Hermandad con un más amplio repertorio en su vestuario ya que cuenta con múltiples túnicas, de diferentes colores, según la época litúrgica, y diferentes tejidos, e incluso una túnica de nazareno de la Hermandad, o calcetines y zapatos. El Ropero también es responsable de la confección de túnicas para monaguillos o el mantenimiento de los ropones que utilizan los acólitos de la Hermandad, que fueron elaborados exprofeso, en terciopelo negro o granate, según el paso a que corresponden, ante la prohibición del uso de dalmáticas por los acólitos, en la Diócesis de Madrid. El Ropero también confecciona enseres para el culto como manteles de altar, amitos, purificadores, etc., habiendo colaborado en ocasiones especiales, como la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid en 2011, o la Beatificación de Álvaro del Portillo en Madrid en 2014.

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PATRIMONIO ARTÍSTICO ORFEBRERÍA

Al igual que en el caso de los bordados, la orfebrería es un arte antiguo, ya que antigua es la costumbre de adornar vestidos o personas con joyas o elementos de platería. El proceso de elaboración de la orfebrería es un dilema entre el proceso exclusivamente artesano o la intervención de maquinaria especializada. Como suele ser habitual, lo más apreciado es el trabajo exclusivamente artesano, que elabora piezas únicas, pero la celeridad y sobre todo, la economía, han provocado una mayor intervención de maquinaria en el proceso de creación de orfebrería. La mayor o menor consideración de una obra de orfebrería dependerá no sólo de la manufactura, sino también del diseño y, como no, de los materiales empleados. De esta manera, un enser será más apreciado cuanto mayor sea la proporción de metales preciosos empleados en su elaboración. Salvo el caso de obras de joyería, el orfebre cofrade suele trabajar con plata o aleaciones que contienen una mayor o menor medida de plata en las mismas, como por ejemplo la alpaca. La finalidad última de la orfebrería es conferir una mayor dignidad a los ornamentos y elementos litúrgicos que se utilizan en el culto divino. Las piezas de orfebrería pueden proceder bien por aportaciones o donaciones de hermanos, o bien las ejecutadas mediante encargo a un orfebre, en cuyo caso, el mandato puede incluir la aportación de materiales por el cliente que, a su vez, pueden también provenir de aportaciones de Hermanos, o bien la generosidad de algunos de ellos puede llevarles a asumir parte del importe del encargo o éste en su totalidad. 98

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Las piezas donadas por los Hermanos son generalmente pequeñas joyas que se entregan a la Hermandad para su utilización en mayores obras de orfebrería (por ejemplo, pequeñas joyas de oro o plata que pueden ser fundidas, o piedras preciosas que se pueden engarzar en una corona o un puñal, etc.) o bien piezas de uso directo, como por ejemplo, rosarios para la Virgen o joyas que pueden ser utilizadas por la Virgen. Desgraciadamente, en el tremendo robo padecido por la Hermandad en el año 2013, muchas de estas pequeñas joyas fueron sustraídas y, con ellas, se fue el cariño de muchos Hermanos que entregaron esas alhajas con la ilusión de que un día fueran usadas por la “Señora de San Miguel”. En sus inicios, la Hermandad no podía satisfacer sus anhelos de un juego completo de enseres, por la obvia ausencia de medios económicos. Los primeros enseres que la Hermandad utilizó eran los que la Basílica tuvo a bien prestar inicialmente, como por ejemplo, los incensarios y navetas, las insignias propias de la Basílica (tintinábulo, umbela, etc.), varias astas de banderas, la Cruz Basilical y dos faroles, etc. También la providencia puso en nuestro camino a un sacerdote, D. José Félix de Vicente, quien puso a disposición de la Hermandad algunos enseres que habían pertenecido a su familia. Asimismo tuvimos la inmensa dicha de tener en nuestras filas a nuestro primer Diputado Mayor de Gobierno, D. Juan Venegas González (q.e.p.d.), quien en esos tiempos era el responsable de obras e instalaciones de la Universidad Complutense en cuyos talleres, tras una serie de gestiones iniciales, se pudo confeccionar una Cruz de Guía y un juego de unas varas muy sencillas, que aún se utilizan, un simple palo rematado por una Cruz de la que 100

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cuelgan dos pequeñas llaves. ¡Qué mejores enseres para Los Estudiantes que unos ejecutados en la propia Universidad! Además de lo anterior, y una vez se dispuso de posibles, la orfebrería está asociada en esta Hermandad, casi en exclusiva, al sevillano taller fundado y regentado por el maestro orfebre Manuel de los Ríos (Orfebrería Andaluza, S.L.) quien, como suele ser habitual, ha transmitido el oficio a sus hijos (Manuel y Joaquín) que son los actuales gestores del taller. Manuel de los Ríos, realizó sus estudios profesionales en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla y desde niño, con sólo 11 años, entró a formar parte del taller del reputado maestro Fernando Marmolejo, donde permaneció 17 años. Entre las obras realizadas por este taller se encuentran los varales del palio de la Virgen de los Dolores de la Hermandad de Las Penas de San Vicente de Sevilla, o del palio de la Hermandad del Buen Fin de Sevilla, los respiraderos del palio de la Hermandad de San Esteban de Sevilla, de la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla o del Prendimiento de Almería, y así innumerables obras tanto para la ciudad de Sevilla y su provincia y toda España. Desde el año 1997 la Hermandad venía barruntando la realización del palio de la Virgen y, de hecho, ya se había aprobado un boceto por la Junta de Gobierno, por lo que ya sólo cabía, además de encontrar los fondos necesarios, iniciar el proceso de búsqueda del orfebre adecuado, para lo que la Junta se sirvió de expertos en la materia, especialmente N.H.D. Vicente Rodríguez, reconocido cofrade sevillano. Manuel de los Ríos contaba en aquel momento con un reconocido prestigio, con un amplio elenco de trabajos realizados para 104

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Hermandades, y las condiciones técnicas y económicas de su trabajo eran las más adecuadas. El aspecto económico también quedó resuelto merced a la providencial generosidad de N.H.Dª Rosario Morales. Dicho y hecho, tras una corta negociación de los pormenores del encargo, el día de la Virgen de Fátima de 1988, 13 de mayo, se firmó el contrato para la ejecución completa del palio, entre la Hermandad y Orfebrería Andaluza. El encargo incluía la fabricación de la parihuela sobre la que reposarían el resto de las piezas, los respiraderos, los varales, y el techo del palio incluyendo el moldurón de la crestería y sus remates, la candelería completa (86 candelabros) y los faroles de entrevarales y de cola, las jarras, y la peana de la Virgen, realizado en alpaca, y según el boceto que se acompañaba al contrato. El estilo del palio, sobrio pero muy elegante, era clásico, con una crestería rígida y bambalinas rectas, con cierta similitud con el palio de la Hermandad de Las Penas de San Vicente de Sevilla. Los remates de la crestería añadirían pequeñas tiaras pontificias que recordarían la condición de la Hermandad. Los respiraderos incluían una moldura arriba y abajo, con una crestería pequeña abajo, con ingletes, pilastras y un conjunto de cartelas que representarían los quince misterios que entonces conformaban el Santo Rosario (posteriormente San Juan Pablo II añadió los misterios luminosos), que debían ir sobre malla bordada que la Hermandad debía proporcionar (y que ya había encargado su ejecución, por otro lado, a Francisco Carrera Iglesias). El encargo debía ejecutarse antes de finalizar el mes de enero del año 2000, como así fue, procediéndose a la entrega del palio en la fecha comprometida. La Madre de los Estudiantes madrileños refulgía en su trono argentífero el 106

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Domingo de Ramos del año 2000, alegrando y bendiciendo al pueblo de Madrid en la Estación de Penitencia. Desde entonces, la familia de los Ríos ha sido una parte más de esta Hermandad, habiendo sido su taller el ejecutor de la práctica totalidad de los trabajos de orfebrería de la Hermandad, que se usan en el cortejo procesional como las varas de Presidencia y de cortejo, los faroles de mano, las bocinas, los incensarios y navetas, las astas del Senatus y de la Bandera Pontificia y los ciriales y pértigas. También se debía a Manuel de los Ríos un singular guión de San Miguel, en orfebrería, que fue sustraído en el robo del año 2013, pero no así el asta del mismo, rematada por un portentoso Arcángel, y que ha podido ser reutilizada. A ellos se deben también los puñales de diario de la Santísima Virgen (desaparecidos en el mismo robo). Tras el expolio padecido con el robo, la Hermandad ha vuelto a confiar en Orfebereía Andaluza para la reposición de los enseres: candelería, jarras, puñales, etc. Además de los enseres iniciales, la única excepción a la mano de la familia de los Ríos en los enseres de la Hermandad, lo constituyen las astas del estan108

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PATRIMONIO ARTÍSTICO ORFEBRERÍA

darte y del guión sacramental, que fueron ejecutadas en su momento por Orovio de la Torre, en Calzada de Calatrava (Ciudad Real). A destacar también los llamadores de los dos pasos, ambos de Orfebrería Andaluz, en especial, el del Stmo. Cristo, que es una llave rematada por la tiara pontificia flanqueada por dos ángeles que golpea sobre un libro, siguiendo un diseño muy parecido al del llamador del paso del Cristo de Burgos de la Hermandad homónima de Sevilla. En el paso de Cristo también figura un pequeño templete plateado que alberga en su interior una preciada reliquia, un Lignum Crucis, un trozo de la Cruz de Cristo, con su correspondiente auténtica, el cual fue objeto de generosa donación por parte de nuestro entonces Consiliario, D. Manuel Cociña. Por último, en el paso de la Santísima Virgen figuran dos obras primorosas de orfebrería. La primera, el puñal de salida de la Señora, que fue elaborado por Orfebrería Maestrante en Sevilla, realizado en oro y con varias piedras preciosas engarzadas, habiendo sido donados los materiales empleados por la familia de D. Manuel Cociña. El otro elemento del palio es una maravillosa escultura, en plata y marfil, de San José junto con el Niño Jesús de su mano, que está situado en la calle de la candelería del paso. La obra es magnífica y, como fue la intención de la Hermandad, de esta manera se hace presente la Sagrada Familia, al completo (la Virgen, San José y el Niño), en el paso de palio. Por último, la Hermandad cuenta con un pequeño joyero de la Santísima Virgen que incluye algunas preseas y alhajas regaladas a la Señora por algunos hermanos y fieles, destacando entre estas, varios broches en oro y brillantes; el nombre de la Virgen (Inmaculada) en oro; un corazón con siete puñales en oro, rubíes y brillantes; varias condecoraciones en oro y esmaltes; y una joya muy apreciada por su valor sentimental, el lazo en oro y esmalte de nuestro queridísimo Hermano de Honor, el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1. En síntesis, el pequeño tesoro de la Hermandad es exiguo, pero poco a poco, gracias a la generosidad de hermanos y fieles, se va incrementando, aunque Nuestra Madre sabe que ya posee la joya más preciada en esta corporación, el corazón y las oraciones de sus hijos en la Hermandad. 110

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PATRIMONIO ARTÍSTICO LOS PASOS

En la procesión, la del Santísimo Cristo es la primera imagen que sale a la calle y se porta sobre un paso de caoba que mantiene el color de dicha madera. Está decorado con cabezas de ángeles e iluminado por cuatro cirios de cera. El paso es de estilo sevillano y fue realizado por Manuel Guzmán Bejarano en Sevilla. Es llevado por treinta costaleros. Dos días antes de la procesión, al finalizar el Via Crucis y la jura de los nuevos Hermanos, la imagen es llevada en Vía Crucis hasta su paso procesional. Su acompañamiento musical en la procesión es un trío de música de capilla: fagot, flauta travesera y clarinete. 112

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PATRIMONIO ARTÍSTICO LOS PASOS

Es la segunda y última imagen en la procesión del Domingo de Ramos. La imagen es llevada en un paso de palio de doce varales, hecho con plata y bordados e iluminado por ochenta cirios, dos faroles entrevarales y dos candelabros. El paso fue realizado por el orfebre Manuel de los Ríos, y los bordados por Francisco Carrera, ambos sevillanos. El paso es portado por treinta costaleros. En la procesión, es acompañada por la Unidad de Música del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey 1 del CGE, una de las mejores bandas militares del país. Esta imagen procesionó por primera vez en el año 2000. 114

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PATRIMONIO ARTÍSTICO MÚSICA | PARTITURAS PROPIAS

La música es otro elemento que contribuye a dar mayor dignidad y realce a una celebración. En concreto, la música procesional tiene un largo recorrido, desde tiempo inmemorial, en el que las crónicas de entonces (siglos XVI y XVII) nos hablan de trompetas que acompañaban a las imágenes que salen en procesión. Si bien esas trompetas tenían un sentido penitencial o de llamada de atención, con el transcurso del tiempo, la música se ha convertido en otro recurso estético de la Semana Santa, a añadir a aquellos otros que alteran los sentidos de los que presencian los desfiles procesionales. La mezcla de sentimiento y fervor religioso con los aromas de la primavera, el incienso, la fragancia de las flores, el movimiento milimétrico de los pasos, los colores de las túnicas, la elegancia de los bordados, y cerrando esta sinfonía de sentimien116

tos, la música, capaz de catalizar todos los sentimientos y exacerbarlos. ¡Quién no asocia momentos especiales de su vida a una melodía! ¿Qué cofrade no ha soñado con una revirá eterna de su Cristo o su Virgen, en una calle recoleta, a los sones de una marcha? En los Estudiantes soñamos con revirás de la Reina de San Miguel a los sones de Margot, Madrugá o Soleá dame la mano en las calles del Madrid de los Austrias, o con paso decidido y racheado de un Cristo que si bien está muerto nos da la vida al ritmo de las Saetas del Silencio. Como decía aquél, gracias a la música, se puede oír hasta el silencio de las procesiones. En esta Hermandad, siguiendo los cánones hispalenses, teníamos muy clara qué música debía acompañar a Nuestro Cristo en su primera salida, y a este fin, se contactó con la Hermandad del Silencio de Sevilla, ya que nuestra idea era interpretar las famosas Sae117

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tas del siglo XVI que acompañan el discurrir de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de dicha Hermandad, por las calles de Sevilla en la Madrugá. La respuesta de la señorial Hermandad sevillana no se hizo esperar y pusieron a nuestra disposición las partituras de dichas saetas. Cierto es que la Hermandad tuvo una suerte especial con su primer Hermano Mayor, D. Enrique Estrada, y su familia, ya que todos ellos eran muy aficionados a la música, e incluso expertos ejecutantes, por lo que el gusto musical en la Hermandad estaba garantizado. De esta manera, llegado el día 21 de marzo de 1991, el Stmo. Cristo de la Fe y del Perdón salió de la Basílica, en su primer Vía Crucis, a los sones de la Saeta nº 1 del Silencio, cuajándose el resto del recorrido con las otras Saetas. Respecto de la música para el palio, también la divina providencia fue nuestra aliada, ya que el mismo año que teníamos la dicha de recibir la talla de Nuestra Madre Inmaculada, era trasladado al Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey el afamado compositor, el Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez, quien siempre cuenta que al llegar a su despacho en su nuevo destino en Madrid encontró una carta de una conocida Hermandad sevillana agradeciendo su periplo en dicha ciudad, y otra carta de una incipiente Hermandad madrileña dándole la bienvenida a su destino y solicitando su ayuda. La sintonía, el cariño, la disposición, la generosidad y el buen hacer de los mandos del Cuartel General del Ejér119

PATRIMONIO ARTÍSTICO MÚSICA | PARTITURAS PROPIAS cito, con el General Jefe del Estado Mayor al frente, hicieron el resto, ya que desde entonces los lazos generados entre la Hermandad y su querido Hermano de Honor, el Regimiento Inmemorial y su Música, son imborrables y perennes. Fruto de esa relación nació el tradicional concierto de marchas procesionales, el primero de su especie en Madrid, al que también se le fijó fecha cierta y determinada, el segundo miércoles de Cuaresma, después del de ceniza. Y así ha sido hasta hoy, que llevamos celebradas veinte ediciones. El Inmemorial pone con el concierto la primera nota de nuestra Cuaresma y pone también la última de nuestro Domingo de Ramos, cuando el palio de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia entra en esta Basílica a los sones de la Marcha Real interpretada por la Música del Inmemorial. Consecuencia también de esos lazos fraternales es la relación surgida con los Directores de la Música y los maestros y componentes de ésta. Esta relación ha sido bidireccional ya que hemos sido recipiendarios de las más excelsas virtudes militares representadas en los hombres y mujeres del Inmemorial, así como de su infinita calidad humana y profesional y nosotros hemos procurado darles nuestro cariño y un poco de nuestro saber cofrade. La sintonía en ese intercambio ha producido momentos de excelsa belleza musical entre los muros de San Miguel, en los conciertos, y fuera de éstos, en la Estación de Penitencia del Domingo de Ramos. Esa misma cercanía y la abrumadora generosidad de los Directores de la Música para con la Hermandad se ha traducido también en forma de regalo, musical, claro está, habiendo sido donatarios de bellas composiciones musicales dedicadas a las Sagradas Imágenes de nuestra devoción. Así, en el año 1998, en el concierto de marchas procesionales, la Música del Inmemorial, dirigida por el Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez, interpreta por vez primera la marcha “Inmaculada, Madre de la Iglesia” compuesta por este prestigioso maestro para la imagen de la Virgen, titular de la Hermandad. Esta marcha combina por un lado la elegancia y sutileza de la cofradía estudiantil con la pomposidad de su carácter pontificio, sugiriendo asimismo un contrapunto entre la sobriedad y austeridad del paso del Señor con la alegría de la llegada del palio de Nuestra Señora. Esta marcha fue interpretada por la Música del Inmemorial en el Concierto que ofreció en la Catedral de Sevilla, en el año 2000, que fue grabado en un disco de la discográfica Pasarela. Años más tarde, en 2003, Abel Moreno volvió a tener una generosa muestra de cariño con su Hermandad, al regalarnos una bella composición de capilla, dedicada a nuestro titular cristífero, titulada “Cristo de la Fe y del Perdón”, y que fue estrenada en el concierto de dicho año. Esta composición, para oboe, clarinete y fagot, mueve a quien la escucha a tener el mismo sentimiento de paz y misericordia que irradia el bello rostro de Nuestro Cristo. El siguiente gran regalo musical fue el que nos hizo el otrora Director de la Música, el hoy Coronel D. Enrique Blasco, magnífica persona y excelso músico, cuya finura artística como ejecutante y compositor pudimos gozar en 120

los años de su mando al frente de la Música. Ese obsequio fue la preciosa marcha “Ave María, Santísima, Inmaculada”, inspirada en el Ave María de Tomás Luis de Vitoria. Es esta una pieza sublime, de una extrema delicadeza y que en su transcurso, alternando fuertes y suaves, entona el citado Ave María de Vitoria, yendo in crescendo hasta confluir en un precioso trío intimista que da paso al cierre, de nuevo fuerte, de la marcha. No obstante, el primer regalo musical que la Hermandad recibió fue la marcha “Virgen Inmaculada, Madre de los Estudiantes” compuesta por el joven compositor Abraham Pablos Medina, y que fue estrenada en concierto en el año 1996, en la Basílica de San Miguel, siendo interpretada por la Música del Inmemorial, con Abel Moreno al frente. 121

DIRECTORES DE LA MÚSICA DEL INMEMORIAL DURANTE LA HISTORIA DE LA HERMANDAD 1996

Ilmo. Sr. Tte. Col. N.H.D. Abel Moreno Gómez

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Ilmo. Sr. Coronel D. Enrique Blasco Cebolla

2010

Ilmo. Sr. Tte. Col. D. José Manuel Mogino Martínez

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PATRIMONIO HUMANO LOS NAZARENOS

Cada Nazareno lleva bajo su túnica todo el espíritu de la Hermandad. Es penitente -el color negro ruán de la túnica significa el ascetismo de su sacrificio- da testimonio público de su fe y acompaña a los Sagrados Titulares formando la cofradía que procesiona para hacer cada año su estación de penitencia. Los Nazarenos van cubiertos por el antifaz y el capirote que ocultan el rostro pero permiten que la penitencia sea visible para todos los transeúntes. Van fajados con el esparto que ciñe su cintura, muestra la recia austeridad de este tipo de mortificación y ayuda a portar los pesados cirios que les caracterizan como Hermanos de Luz. 124

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PATRIMONIO HUMANO LOS COSTALEROS

Jóvenes, fuertes y selectos. Selectos porque se escogen entre los Hermanos que voluntariamente se ofrecen para este menester en un inolvidable ritual conocido con el nombre de igualá. En ella se tallan los costaleros, se confecciona el cuadrante con los puestos en cada trabajadera, se prevén los relevos y se asigna cada puesto: corriente, patero, fijador, etc. Desde que se apagan los ecos de la Navidad, las cuadrillas de costaleros comienzan a ensayar en las frías noches de invierno. Las voces de los capataces, de los contraguías, el fervor devoto de los costaleros que deja sentir en el aire el roce de sus alpargatas, el crujir de la madera de la parihuela, el vaho en el aliento cuando por fin reposa el paso tras el golpe de martillo del capataz. Los costaleros llevan sobre su cuello el fervor de una fe que se muestra al mundo. Ellos no ven, no pueden contemplar la belleza de una revirá o el alarde de una chicotá de valientes o la luz de la candelería arrancar destellos en el rostro de la Señora. Van a ciegas, pero rezan con los pies, con sus vértebras, con el sudor de los hermanos que a su lado hacen caminar el paso. 130

“A veces el camino correcto y el camino más duro son el mismo camino. Sólo quien trabaja, sólo quien entrena para hacerlo cada vez mejor es capaz de fallar. Y sólo quien se prepara sabe dónde están sus errores y será capaz de corregirlos. Anoche la cuadrilla del paso de Cristo de los Estudiantes se enfrentó a una noche muy fría. Probablemente la más fría de todas hasta el momento. Mucho ánimo entre los presentes. El Evangelio del día, que nos enseña a darlo todo por Él, es la auténtica salvación. Así que vamos a darlo todo para que el Domingo de Ramos la estación de penitencia, la primera que saca su Cruz de Guía a la calle en la Semana Santa madrileña, sea digna y que el Cristo de la Fe y del Perdón muestre toda su belleza en la seguridad de la Resurrección.” Enrique Roldán, costalero del paso de Cristo. Crónicas de mi cuadrilla, 23 de febrero de 2012

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PATRIMONIO HUMANO LOS DAMAS DE MANTILLA

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PATRIMONIO HUMANO LOS MONAGUILLOS, ACÓLITOS...

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HISTORIA DE LA HERMANDAD

HISTORIA

En la barroca Basílica Pontificia de San Miguel, situada en el solar en el que se alzaba la primitiva iglesia de los Santos Niños Justo y Pastor, una de las diez iglesias fundacionales de Madrid, como se recoge en su fuero de 1202, se custodia una preciosa imagen de Cristo Crucificado, obra del imaginero castellano Luis Salvador Carmona, bajo la advocación de Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, que, por iniciativa de quien fuera su rector, nuestro querido Don José Antonio Galera de Echenique, desde 1983 era sacada en procesión por las calles y plazas adyacentes al templo, el día de Viernes Santo, en un piadoso Vía Crucis, al que acudían los vecinos del madrileño barrio de los Austrias y algunas personas vinculadas con dicha basílica. Con el paso de los años la sobriedad del acto y la devoción con que participaban los sacerdotes y feligreses de la basílica fue atrayendo a más personas que se sumaban como partícipes del Vía Crucis o como simple público.

PRIMERA CUADRILLA DE COSTALEROS DE LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES (1991) Mariano Sangrador Andreu José Aguilar García Gonzalo Gordillo Martínez Alvaro Trujillano Campi Miguel Machado Cernuda Alberto Sena Valderrama Andrés Marín Patricio Poveda Agustín Gordillo Martínez Ignacio Calvo de Mora Félix Álvarez Aguas Ramón Torres Falguera Francisco José Hiraldo Pablo López Sánchez Miguel Quesada Antonio Ramírez Asencio José María Goyarrola Antonio García Carrero Manuel Lagares Román Calvo Santiago Terol Miguel Ángel Arcones Hugo Soto Tejero

Juan Manuel Venegas Valladares José Manuel Viseras Linde David Esteban Servus Carlos Trujillano Campi Jesús Venegas Valladares Alfonso Illescas Riaño Antonio de la Cueva José Luis Cardeñosa Orellana Francisco Gordillo Pablo Rivera Goya Juan Poveda Pablo Luis Gutiérrez Carlos Estrada de Artacho Francisco Javier Hernández Bernal Rafael Sangrador Andreu Francisco Javier Vales Carlos Sainz de Vicuña Antonio González Pacheco (q.e.p.d.) José Mª Padilla Ferreira Diego Pérez Jaime Alonso de Velasco Daniel Cuevas Nieto

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En 1988, varias personas devotas de este Cristo, juntamente con Don José Antonio Galera y los sacerdotes de la Basílica, pensaron que sería conveniente hacer un paso procesional que realzase la imagen de Nuestro Señor y que la dulzura que muestra su rostro muerto, fuese contemplada de la mejor forma posible, por el cada vez mayor número de personas que acudían a verle y a participar en el Vía Crucis. Así, y tras recabar la opinión de diversos expertos, se decidió encargar un paso de estilo sevillano, sobrio, de madera de caoba sin policromías, al taller de Manuel Guzmán Bejarano, reconocido artesano sevillano, con una amplia obra cofrade tanto en la Semana Santa de dicha ciudad como fuera de ella, en el que, sobre un monte liso de claveles rojo oscuro, se alzara la imagen del Redentor. En el mes de diciembre de 1989, un grupo de devotos del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón mayoritariamente sevillanos, muchos de ellos todavía estudiantes universitarios e incluso de bachiller, se reunía en la cripta de la Basílica, bajo la dirección de su Rector D. José Antonio Galera de Echenique, y de D. Enrique

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Estrada Roig, principal artífice e impulsor de la Hermandad, con el propósito de promover una actividad apostólica, atraer almas a Dios a través de la creación de una Hermandad de Penitencia de austero rigor penitencial que, a semejanza de la que tiene su sede en la Universidad de Sevilla y siguiendo los cánones existentes en dicha ciudad, pero con las exigencias y peculiaridades que le fueran propias, nutriéndose de la intensa labor apostólica, principalmente entre jóvenes universitarios, que en la Basílica se desarrollaba, dar así más gloria a Dios y a su Bendita Madre. De esta forma nacía en la Basílica Pontificia de San Miguel, la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel, la “Hermandad de los Estudiantes” de Madrid, tomando como titulares de la misma la advocación del Cristo crucificado obra de Luis Salvador Carmona que se custodiaba en la basílica, la de la Santísima Virgen en su advocación de Madre de la Iglesia, y la del Arcángel San Miguel, Príncipe de la Milicia Celestial y titular del templo. En Agosto de 1990 se recibió el paso del Cristo, y desde entonces se trabajó incansablemente en pos de reunir una cuadrilla de costaleros que en la inmediata Cuaresma pudiera sacar el Cristo, ya en su paso. Y aquí tuvieron especial relevancia las Hermandades de Sevilla, que en esos momentos se portaron generosamente con la neófita Hermandad, a la que pusieron en 147

HISTORIA contacto con sus hermanos residentes en Madrid, que fueron, en su mayor parte, los primeros hermanos de los Estudiantes de Madrid, y muchos de ellos, los primeros costaleros del Señor de la Fe y del Perdón. De esta manera, y pese a los temores iniciales, se llegó a configurar una incipiente cuadrilla de costaleros, la mayor parte de ellos inexpertos, pero que merced a la pericia de los hermanos Estrada (Enrique y Antonio) y el derroche de ilusión en ellos mismos, comenzaron sus ensayos en el mes de enero de 1991 en el hall de la Cripta de la Basílica y, más tarde, por las calles adyacentes a ésta, sirviéndose para ello de una parihuela también realizada por Manuel Guzmán Bejarano. El 21 de Marzo de 1991, jueves anterior al domingo de Ramos, el sueño se hace realidad, y tiene lugar la primera salida procesional del Santísimo Cristo en su nuevo paso, portado por su estrenada cuadrilla de costaleros, participando fervorosamente en el Vía Crucis, organizado a tal efecto. Numerosos fieles, con una amplia presencia de estudiantes, formaron parte del cortejo que acompañaba al Santísimo Cristo, portando cirios. Fue tal la magnitud de la primera salida procesional que de la misma se hicieron eco varios medios escritos e inclusive mereció un artículo en el Boletín de las Cofradías de Sevilla. Junto con los menesteres propios de la organización de una cofradía, en los primeros años se trabajó incansablemente en la consolidación jurídica de la futura Hermandad, y así, gracias a la inspiración jurídica de D. José Antonio Galera, y pese a la complejidad de la realidad de la Hermandad, al tener su sede en una Basílica Pontificia, se elaboraron las Santas Reglas de la nueva corporación nazarena y que deberían regir su devenir. En 1994, el entonces Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Ángel Suquía Goicoechea, firmaba el Decreto por el que erigía canónicamente a la Hermandad, en respuesta a la petición presentada, con la previa autorización del entonces Sr. Nuncio Apostólico en España, Rvdmo. Mons. Mario Tagliaferri, quedando aprobadas desde este momento sus Santas Reglas. Ese mismo año se realizó la primera salida procesional dentro de la Semana Santa madrileña como cofradía de nazarenos, realizando su estación de penitencia, 148

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HISTORIA ante Su Divina Majestad, en la Iglesia de Santiago. Los nazarenos portaban orgullosos las túnicas de la Hermandad, de cola, de negro ruán, y con cinturón ancho de esparto. No por salir en procesión el Domingo de Ramos, se iba a dejar de realizar un Vía Crucis el viernes anterior, Viernes de Dolores en la tradición católica, sacando la imagen del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón sobre los hombros de los hermanos, por las calles y plazas que rodean la Basílica de San Miguel. Junto a estas dos salidas procesionales, con las que la Hermandad hace manifestación pública de fe, se estableció una serie de fiestas relacionadas con sus titulares, así se celebra desde su constitución la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre, pues la imagen del Cristo de la Fe y del Perdón representa al Señor crucificado; la festividad de San Miguel Arcángel, 25 de septiembre, titular de la Hermandad y de la Basílica Pontifica, sede de aquella; la festividad de la Inmaculada Concepción de María, el 8 de diciembre, por ser la advocación que la hermandad tomó para la Virgen; y al ser una Hermandad Sacramental junto a los actos en honor del Santísimo Sacramento todos los segundos jueves de cada mes, se celebra con solemnidad la octava del Corpus Cristi, para darle gloria y alabanza. En el año 1995 tiene lugar el I Pregón de Semana Santa de la Hermandad que corre a cargo de N.H.D. Vicente Rodríguez García, profesor e historiador sevillano, que posteriormente sería el principal nexo de unión de la Hermandad con Sevilla y el introductor habitual de futuros pregoneros de la Hermandad. Tras este primero, el atril del Pregón de la Hermandad de Los Estudiantes ha sido ocupado por ilustres oradores como D. Ignacio Montaño (1996, posteriormente Pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 1997), D. Ricardo Laguillo (1997), D. Ricardo Ríos (1998), D. José Luque (2001), D. Enrique Esquivias (2002, Pregonero de la Semana Santa de Sevilla de 2007), D. Ignacio Pérez Franco (2003, Pregonero de la Semana Santa 2012 de Sevilla), D. Eduardo del Rey Tirado, (2004, también Pregonero de Sevilla en el año 1999), D. José F. Haldón Reina (2005), D. Joaquín Moëckel (2010), D. Andrés Ollero Tassara (2011), D. Guillermo Mira Abaurrea (2012), D. Enrique Guevara Pérez (2013), D. Álvaro Carmona López (2014, Pregonero de las Glorias de Sevilla en 2015), o N.H.D. Manuel Marín de Vicente-Tutor. La devoción de los hermanos hacia la Santísima Virgen y su deseo por tener una imagen de la Madre de Dios que pudiese ser sacada en procesión junto con su Hijo crucificado, les llevó a encargar una talla de la Virgen al prestigioso imaginero sevillano D. Juan Manuel Miñarro, lo que se pudo realizar gracias a la generosidad emanada del amor y devoción por la Santísima Virgen de la Camarera Honoraria y Perpetua de la Hermandad, N.H.Dª. Rosario Morales Aragoncillo, quien sufraga íntegramente la realización de la talla mariana. Ese mismo año comenzaban también las obras de acondicionamiento de una de las capillas laterales de la basílica para que en ella se al150

bergasen las imágenes de los titulares de la Hermandad. Pocos meses después se cumplió este deseo, y a comienzos de 1996 se recibió la imagen de la Virgen, procediéndose a la solemne bendición de la imagen de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, el 10 de marzo de ese año. La bendición la realiza el Rector de la Basílica y Consiliario de la Hermandad, Rvdo. Dr. D. José Antonio Galera de Echenique. Unos días antes se procede a la entrega de la Sagrada Imagen por su autor, en su taller de Sevilla, constituyendo el viaje de vuelta a Madrid, con la imagen de la que a partir de entonces sería la Madre de los Estudiantes madrileños, un camino plagado de emoción, oración, devoción y alabanzas a Dios por haber concedido tanta dicha a la Hermandad. Ese mismo año, el día 22 de marzo, la Hermandad organiza en la Basílica el I Concierto de Marchas Procesionales que corre a cargo de la prestigiosa Música del Regimiento de Infantería, “Inmemorial del Rey” Nº 1 del Cuartel General del Ejército, dirigida por el insigne maestro Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez, el más prolífico autor de música procesional en España, felizmente y como nueva muestra de la providencia divina, recién destinado a Madrid desde Sevilla, donde dirigía la afamada Música del Regimiento Soria 9 (de la DIM Guzmán el Bueno). En este concierto se realiza la primera interpretación de la marcha “Virgen Inmaculada, Madre de los Estudiantes” compuesta por Abraham Pablos Medina para la imagen de la Santísima Virgen. El concierto de 151

HISTORIA marchas sirvió también de solemne inauguración oficial de la capilla de la Basílica dedicada a la veneración de las dos sagradas imágenes Titulares. El concierto supuso un hito en la vida cofrade madrileña, ya que fue el primero de este tipo organizado por una Hermandad en su sede canónica y que se ha convertido en una costumbre mantenida anualmente hasta nuestros días, siendo fija la cita del miércoles siguiente al de ceniza en la agenda cofrade madrileña, con la ofrenda musical del Inmemorial a la Hermandad de los Estudiantes. La salida procesional de la Hermandad el Domingo de Ramos se convierte en solemne y devoto acto, apreciado por los vecinos de Madrid y por muchísimas personas que acuden a ver procesionar al santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, pero los hermanos sentían el dolor de una pequeña espina cada año, cuando el Señor crucificado salía sobre los cuellos de los hermanos costaleros, con su cortejo de hermanos de luz y damas de mantilla, su Bendita Madre se quedaba en su altar. Por ello, y tras varios meses de estudio, el 16 de septiembre de 1997, la Junta de Gobierno de la Hermandad aprobó el proyecto del futuro paso de palio de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, aprobándose el diseño del mismo y comenzándose las gestiones oportunas ante varios orfebres y bordadores, así como la búsqueda de posibles ayudas para sufragar el coste de ejecución del paso. En el año 1998, en el concierto de marchas procesionales, la Música del Inmemorial, dirigida por el Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez, interpreta por vez primera la marcha “Inmaculada, Madre de la Iglesia” compuesta por este prestigioso maestro para la imagen de la Virgen, titular de la Hermandad. La nueva marcha sonó, en esta su primera interpretación, por deseo de la Junta de Gobierno, en homenaje del Sr. Arzobispo de Madrid por su nombramiento como Cardenal de la Santa Iglesia. Ante tan alto honor que el Maestro Moreno hacía a la Hermandad, a la que había prodigado su cariño en el poco tiempo que llevaba en Madrid, se acordó el nombramiento del Teniente Coronel Moreno como Hermano de Honor. Haciendo gala de nuevo de su infinita generosidad y amor a la Virgen, su Camarera Mayor Honoraria y Perpetua, N.H.Dª. Rosario Morales Aragoncillo, comunicó al Hermano Mayor su firme decisión de asumir íntegro el coste de realización del paso de palio para la Virgen, siguiendo el diseño aprobado el año anterior por la Junta de Gobierno. Los acontecimientos, mediando de nuevo la divina providencia, van encajando y por ello, el día 13 de mayo de 1998, festividad de la Virgen de Fátima, la Hermandad firma con el prestigioso orfebre sevillano D. Manuel de los Ríos (Orfebrería Andaluza S.L.) el contrato de ejecución del paso de palio para la imagen de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia. El día 14 de marzo de 1998 se procede al nombramiento como Hermano de Honor de D. Santiago Estrada Sáiz, Coordinador General del Excmo. Ayuntamiento de Madrid, celebrándose la oportuna ceremonia de nombramiento y el correspondiente asentimiento a las Reglas de la Hermandad. 152

1998 es también un año importante para la Hermandad, ya que alcanzando su plenitud jurídica, al cumplirse cuatro años desde su erección canónica, el día 19 de junio se celebra el primer Cabildo General de Elecciones a Hermano Mayor, siendo reelegido para desempeñar dicho cargo D. Enrique Estrada Roig. También ese mismo año, poco después de haberse encargado la realización del paso de palio de la Virgen, la Hermandad se encuentra con la necesidad de encontrar un inmueble en el que pudiesen ser guardados con dignidad y seguridad, la gran cantidad de enseres y objetos propios de este tipo de pasos, pues hasta el momento, la generosidad de la Basílica de San Miguel, su rector y sus sacerdotes, habían suplido esta carencia, usándose las dependencias de la misma para almacenar los objetos necesarios para el culto y la salida procesional así como para disponer de un local en el que reunirse y realizar los trabajos propios de una Hermandad (ropero, priostía, secretaría, etc.). La providencia quiso que en poco tiempo se encontrase un inmueble en la colindante calle de Puñoenrostro, en cuyo número 6 se adquirió un piso y un local bajo, cubriendo las necesidades de tener una Casa de Hermandad y un local en el que guardar los enseres y objetos de los cultos y procesiones, lo que de nuevo se consiguió gracias a la generosidad de hermanos y devotos feligreses de la Basílica. El día 9 de septiembre de 1997

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HISTORIA se firmaron las escrituras de adquisición de la casa y del crédito hipotecario para este fin. El día 21 de febrero de 1999, el Excmo. Sr. D. José María Alvarez del Manzano, Alcalde de Madrid, y su esposa, Ilma. Sra. Dª. María Eulalia Miró Ramírez, son nombrados, respectivamente, Hermano de Honor y Camarera de Honor de la Hermandad, teniendo lugar en la Basílica la solemne ceremonia en la que prestan asentimiento a las Reglas de la Hermandad, ante las sagradas imágenes titulares. El día 3 de octubre del mismo año se inaugura la Casa de Hermandad, siendo bendecida por el Consiliario de la Hermandad y Rector de la Basílica, Rvdo. Dr. D. José Antonio Galera de Echenique. Se celebra en Sevilla, los días 29 y 30 de octubre, el I Congreso Internacional de Hermandades y Religiosidad Popular al que asisten, en representación de la Hermandad, el Hermano Mayor y el Consiliario. El Congreso finalizó con la ceremonia de Coronación Canónica de la imagen de la Santísima Virgen de la Estrella y su posterior salida procesional extraordinaria En enero de 2000, Año Santo Jubilar, se recibe el paso procesional de María Santísima Madre de la Iglesia que, en la Estación de Penitencia del Domingo de Ramos de ese año, salió por primera vez en procesión por las calles de Madrid acompañando a su Bendito Hijo. La Cofradía queda así completa con los dos pasos. El momento de la salida de la Virgen por la puerta de la Basílica el Domingo de Ramos es de una belleza inenarrable ya que además de refulgir la Virgen en su nuevo trono plateado, su palio se mece al ritmo que marca la Música del Inmemorial que, por primera vez y así lo hará ya todos los años, acompañará a Nuestra Titular (y patrona de la Infantería Española) por las calles del Madrid de los Austrias. Los bordados del palio son ejecutados por el genial Francisco Carrera Iglesias (Paquili), estrechamente vinculado a la corporación, no sólo por su arte en el bordado, sino también posteriormente como vestidor de la titular mariana de la Hermandad. El año 2000 marca también uno de los grandes hitos de la historia de la Hermandad, ya que en el mismo se consolida definitivamente, con lazos indelebles y permanentes la relación de la Hermandad con el Ejército Español y, especialmente, con la unidad decana de la Infantería española, el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey. El cariño y el orgullo que la Hermandad y su Junta de Gobierno sienten por nuestro Ejército, institución que desde siglos ha estado vinculada con la iglesia y el pueblo, en las manifestaciones y fiestas religiosas, y la especial vinculación del arma de Infantería con la Santísima Virgen en su advocación de Inmaculada Concepción, cuyo patronato ostenta desde el 12 de noviembre de 1892, si bien, ya desde 1585, desde los sucesos milagrosos de Bommel, la Inmaculada es tenida por los miembros de la Infantería como su patrona y protectora, propició la unión entre la Hermandad y el Inmemorial, en un primer momento con la celebración del anual concierto de marchas procesionales, en cuya edición del año 2000 sirvió de marco para que, merced a la generosidad de los 154

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HISTORIA altos Mandos del Ejército y el Coronel Jefe del Inmemorial, el Regimiento fuera nombrado Hermano de Honor de la corporación nazarena, siendo asentidas las Reglas de la Hermandad por el entonces Coronel Jefe del Regimiento (Ilmo. Sr. D. Pedro Menor Montero-Ríos), asentimiento que se viene reiterando en casa reemplazo que se produce en el mando del mismo. En el acto de asentimiento por el nuevo Hermano de Honor, el Regimiento obsequió a la Virgen con un precioso broche con el escudo de la agrupación militar y la Hermandad incorporó a la enseña del Coronel Jefe del Regimiento (la Bandera Coronela) una corbata bordada en oro y seda con el escudo de la Hermandad. Desde entonces, el Inmemorial, haciendo gala a su condición de Hermano de Honor, a través de su Unidad de Música, y mostrando también el inmenso cariño tanto de sus directores como de todos los maestros y músicos que la integran, ofrenda a la Hermandad su tradicional concierto anual y es el acompañamiento musical a la mecida del palio de María Inmaculada, Madre de la Iglesia, en la Estación de Penitencia del Domingo de Ramos. La ligazón fraternal con el Inmemorial hace que para los miembros de la Hermandad sea un orgullo participar en los actos del querido Regimiento, en especial, la anual Jura de Bandera, los diversos conciertos que ofrece la Música, o la conmemoración de la Excelsa Patrona de la Infantería, la Virgen Inmaculada. En la Estación de Penitencia del año 2001, se estrena el manto procesional de la Santísima Virgen Inmaculada, Madre de la Iglesia, primorosamente diseñado y ejecutado por Francisco Carrera, cuyo íntegro coste fue sufragado por los hermanos D. Tomás y D. José Rubiato Paredes. En 2002, al cumplirse los cuatro años de mandato del Hermano Mayor, en cumplimiento de las Reglas y Reglamentos se convoca Cabildo de Elecciones. Este tiene lugar en Cripta de la Basílica el día 24 de mayo, resultando nuevamente elegido para este cargo N.H. D. Enrique Estrada Roig. Este mismo año tuvimos la dicha de ver reconocida la labor de nuestro querido Consiliario, D. José Antonio Galera, a quien el Santo Padre, San Juan Pablo II, nombra “Capellán de Su Santidad”, recibiendo el título de manos del Sr. Nuncio Apostólico en España, Monseñor Manuel Monteiro de Castro. En octubre de 2003, la Hermandad asistió corporativamente, en Roma, a la solemne ceremonia de canonización de San Josemaría Escrivá de Balaguer, sacerdote, Fundador del Opus Dei y muy vinculado a la Basílica Pontificia de San Miguel, sede canónica de la Hermandad. Con ocasión del Concierto de Marchas Procesionales del año 2003, se interpreta por primera vez, en calidad de estreno, por la Música del Inmemorial la pieza de capilla “Cristo de la Fe y del Perdón” compuesta por el insigne maestro Director titular de la Música, el Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez. El año 2004, y en especial la Estación de Penitencia de ese año, adquieren especial relevancia ya que unos pocos días antes del Domingo de Ramos, el 11 de marzo, acontece una de las mayores tragedias en nuestro país con la comi156

sión del mayor y más atroz atentado terrorista de la historia de nuestro país y de Europa, que se salda con una cifra de 192 fallecidos. Las muestras de dolor se suceden a lo largo de la Estación de Penitencia, singularmente cuando la cofradía llega a la Plaza de la Villa, donde se hace un alto para tener un acto de oración por las víctimas, heridos y familiares del terrible atentado terrorista. Tras unas breves palabras del Hermano Mayor y la interpretación del toque de oración a cargo de la Unidad de Música del Inmemorial que acompaña el paso de la Virgen, el Cardenal Rouco, que preside la procesión, incoa una oración que termina con el canto de la Salve Regina por todos los allí reunidos. El día 26 de septiembre se produce el cambio de Rector de la Basílica Pontificia de San Miguel, cargo que lleva consigo de forma inherente el de Consiliario de la Hermandad. Así pues, nuestro cofundador Rvdo. Mons. D. José Antonio Galera de Echenique deja ambos cargos llenos de realizaciones, entre ellas la fundación y desarrollo de esta Hermandad. Los asume el Rvdo. D. Manuel José Cociña y Abella que viene de Sevilla con experiencia en temas cofrades 157

HISTORIA El día 12 de diciembre, dentro de la Octava de la Inmaculada, tras la solemne Santa Misa de la Hermandad, es nombrado Hermano de Honor el Excmo. Sr. General D. Alfonso Pardo de Santayana y Coloma El día 16 de febrero de 2005 es nombrado Hermano de Honor el Teniente Coronel D. Abel Moreno Gómez en solemne ceremonia que se celebra en la Basílica. Ese mismo año, el querido compositor pasa a la reserva, y en el acto que en su honor se realiza en Sevilla en el mes de junio, por la ciudad y el entorno cofrade, a modo de despedida oficial, es invitada la Hermandad, quien a través de su Hermano Mayor pronuncia unas palabras en las que glosa la brillante trayectoria del maestro durante los nueve años de destino en Madrid. Tras el pase a la reserva de D. Abel Moreno, asume la Dirección de la Música del Inmemorial el Teniente Coronel D. Enrique Blasco, quien desde el primer momento, haciendo gala de su bonhomía, generosidad y talento musical, se hizo cargo de la especial relación existente entre la Hermandad y el Inmemorial, componiendo la marcha procesional “Ave María, Santísima Inmaculada”, para la imagen de la Virgen titular de la Hermandad, y cuyo estreno tuvo lugar en el concierto de ese mismo año, a cuyo final, el autor hizo pública entrega a la Hermandad, en las personas del Hermano Mayor y del Consiliario, de la partitura de la composición. En la Estación de Penitencia, la cofradía, presidida como es habitual por el Emmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela acompañado del Sr. Nuncio Apostólico Rvdmo. Monseñor Monteiro de Castro y del Vicario del Opus Dei en España Rvdo. Mons. D. Ramón Herrando Prat de la Riba, al llegar a la Plaza de la Villa detiene su caminar para tener un breve acto de oración que dirige el Sr Cardenal con motivo del 150 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen. En dicha Estación, se estrena el bordado de las mallas de los respiraderos del paso procesional de la Stma. Virgen, obra del bordador sevillano D. Francisco Carrera Iglesias y su coste es sufragado íntegramente por la Camarera Mayor Honoraria Dª Rosario Morales. También se estrena el bordado de los paños de las bocinas que preceden a los pasos, siendo su autor el mencionado artista sevillano. En el mes de abril, la Hermandad vive con intensidad y participa, especialmente con sus miembros más jóvenes, en los actos de oración con motivo del fallecimiento del queridísimo Papa Juan Pablo II y la subida al solio pontificio del Santo Padre Benedicto XVI. El 22 de febrero de 2006, y en el marco del concierto de marchas procesionales, se procede al nombramiento, como Hermano de Honor, del General D. Jorge Viñé Blanco, en solemne ceremonia que se celebra en la Basílica. Este mismo año, el itinerario de la Estación de Penitencia se amplía en un tercio de su habitual recorrido para llegar, tras la estación en la Iglesia de Santiago, hasta la monumental Plaza de Oriente, resultando todo un éxito dado el recogimiento de los participantes, el buen hacer de los costaleros y el respetuoso silencio del numeroso público congregado. 158

En la Estación de Penitencia del año 2007, la Stma. Virgen estrena el bordado de los faldones de su paso procesional, obra del bordador sevillano D. Francisco Carrera Iglesias y su coste es sufragado íntegramente por la Camarera Mayor Honoraria Dª Rosario Morales. En el mes de mayo y por motivos de salud, nuestro querido Consiliario, D. Manuel Cociña, debe dejar su puesto como Rector de la Basílica (y, por ende, el cargo en nuestra Hermandad), siendo sustituido en su misión pastoral por el Rvdo. D. Javier Láinez López, quien con su empuje y juventud, rápidamente conecta con los grupos más jóvenes de la Hermandad. Al cumplirse los cuatro años de mandato del Hermano Mayor, en cumplimiento de las Reglas y Reglamentos se convoca Cabildo de Elecciones. Este tiene lugar en Cripta de la Basílica el día 27 de mayo, resultando nuevamente elegido para este cargo N.H.D. Enrique Estrada Roig, quien a finales del año 2008, y por circunstancias personales, presenta su renuncia al cargo, siendo asumido de forma interina por el Teniente de Hermano Mayor, N.H.D. Juan Manuel Venegas Valladares, anunciándose la convocatoria del Cabildo de Elecciones tras la salida procesional de Semana Santa del año 2009. En la Semana Santa de 2008, la Santísima Virgen estrena una saya de salida, en color verde noche, ejecutada magistralmente por su vestidor y bordador, Francisco Carrera. Para la confección de esta saya, se utilizan bordados antiguos de una casulla del siglo XIX, donada por el Consiliario de la Hermandad, D. Manuel Cociña. Junto con esta saya, Francisco Carrera ejecuta otra, en color rojo, utilizando los bordados de un traje de torero, también perteneciente a la familia de D. Manuel Cociña, y gentilmente donado a la Hermandad. También en la Salida Procesional de 2008, estrena la Señora un puñal en oro y marfil, con varias piedras preciosas incrustadas, ejecutado por Orfebrería Maestrante de Sevilla, según diseño aprobado por la Junta de Gobierno de la Hermandad. Para su confección se utilizan materiales que habían sido donados a la Hermandad. Con motivo del concierto de marchas procesionales del año 2009, y por así acordarlo unánimemente la Junta de Gobierno de la Hermandad, es 159

HISTORIA ESCUDOS UTILIZADOS POR LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES 1989

2009

2015

LISTADO DE HERMANOS QUE HAN CUMPLIDO 25 AÑOS COMO HERMANOS EN EL XXV ANIVERARIO DE LA HERMANDAD Rvdo. Mons. D. José Antonio Galera Echenique D. Enrique Estrada Roig D. Antonio Estrada Roig Rvdo. D. Fernando Jadraque Sánchez D. Juan Manuel Venegas Valladares D. Miguel Machado Cernuda D. Jesús Alejandro Venegas Valladares D. Mariano Sangrador Andreu D. José Manuel Viseras Linde D. Enrique Estrada Barranco D. Daniel Cuevas Nieto D. Francisco Gordillo Carretero D. Agustín Gordillo Martínez D. José María Goyarrola Queralt D. Alfonso Illescas Riaño D. Antonio Gonzalo Gordillo Martínez D. Pablo Luis Gutiérrez Martín D. Luis Emilio García Pérez D. Álvaro de Pablo Alba 160

CORONELES JEFE DEL REGIMIENTO DE INFANTERÍA INMEMORIAL DEL REY Nº 1, DEL CUARTEL GENERAL DEL EJÉRCITO, QUE EN NOMBRE DE LA UNIDAD, HAN ASENTIDO LAS REGLAS DE LA HERMANDAD, COMO SEÑA DE CONFIRMACIÓN DEL HERMANAMIENTO ENTRE EL REGIMIENTO Y LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES DURANTE LA HISTORIA DE ESTA 1996

Ilmo. Sr. Coronel D. Fernando Sánchez Fernández

1998

Ilmo. Sr. Coronel D. Pedro Menor Montero-Ríos

2000

Excmo. Sr. General D. Jorge Viñé Blanco

2003

Ilmo. Sr. Coronel D. Pedro Berzal Fernández

2006

Excmo. Sr. General D. Juan Bosco Valentín-Gamazo de Cárdenas

2009

Excmo. Sr. General D. Jesús de la Corte García

2013

Ilmo. Sr. Coronel D. Jesús Arenas García

nombrado Hermano de Honor, a título personal, el Ilmo. Sr. Coronel Jefe del Regimiento Inmemorial, el Coronel D. Juan Bosco Valentín-Gamazo de Cárdenas, en mérito a su entrega personal a la Hermandad. En este mismo acto, se produjo el asentimiento por el nuevo Coronel Jefe del Inmemorial, el Ilmo. Sr. D. Jesús de la Corte García, a las Reglas de la Hermandad. En este mismo año, N.H. D. Manuel Marín Vicente-Tutor, Capataz del Paso de Palio, es nombrado por la Muy Ilustre y Universitaria Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Sangre, Ntra. Sra. 161

HISTORIA CONSILIARIOS DE LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES DE MADRID 1990

Ilmo. y Rvdmo. Mons. N.H.D. José Antonio Galera de Echenique (Fundador)

2000

Ilmo. y Rvdo. N.H.D. Manuel Cociña y Abella

2007

Ilmo. y Rvdo. N.H.D. Javier Láinez López

HERMANOS MAYORES DE LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES DE MADRID 1990

Ilmo. Sr. N.H.D. Enrique Estrada Roig (Fundador)

2009

Ilmo. Sr. N.H.D. Juan Manuel Venegas Valladares

HERMANOS DE HONOR DE LA HERMANDAD DE LOS ESTUDIANTES DE MADRID 1995

N.H.Dª. Rosario Morales Aragoncillo

2009

Ilmo. Sr. N.H.D. Santiago Estrada Sáiz (q.e.p.d.)

1999

Excmo. Sr. N.H.D. José María Álvarez del Manzano y López del Hierro

1999

Excma. Sra. N.H.Dª. María Eulalia Miró Ramírez

2000

Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey, nº 1, del C.G.E.

2004 2005

Excmo. Sr. N.H.D. Alfonso Pardo de Santayana y Coloma (q.e.p.d.) Ilmo. Sr. N.H.D. Abel Moreno Gómez

2006

Excmo. Sr. N.H.D. Jorge Viñé Blanco

2009

Excmo. Sr. N.H.D. Juan Bosco Valentín-Gamazo de Cárdenas

2009

Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno y Esperanza Macarena de Parla

2014 2015

Ilmo. y Rvdo. Mons. N.H.D. Ramón Herrando Prat de la Riba Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora del Santo Rosario, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena de Sevilla Emmo. y Rvdmo. Sr. N.H.D. Antonio Mª Rouco Varela

2015

del Valle, San Sebastián Mártir y Santa Ángela de la Cruz (Los Estudiantes), de Huelva para la proclamación de su Pregón de Semana Santa, lo que tendrá lugar el día 2 de febrero, acto al que asistió el Hermano Mayor de la Hermandad. En el mes de marzo, el Hermano Mayor y el Consiliario, reciben de manos de las señoras integrantes del Ropero de la Hermandad unas enaguas para la Stma. Virgen, confeccionadas por ellas mismas. En el mes de julio se convoca Cabildo General de Elecciones, a resultas del cual es elegido Hermano Mayor N.H.D. Juan Manuel Venegas Valladares. 162

Este mismo año, con motivo de la celebración del Año Mariano de las Familias convocado por Su Santidad el Papa, la Hermandad organiza un ciclo extraordinario de conferencias sobre temas relacionados con la familia, contando con la participación de acreditados expertos en la materia y una numerosa concurrencia de hermanos y no hermanos a las diferentes conferencias, que se extienden hasta el año 2010. En el concierto de marchas de este año se produce el relevo en el mando de la Música del Inmemorial, marchando el querido Teniente Coronel Blasco a un nuevo destino (la Música de la Guardia Real), siendo sustituido por el Teniente Coronel D. José Manuel Mogino Martínez. La Estación de Penitencia del año 2010 tuvo como principal novedad la ampliación, de nuevo, del recorrido procesional, añadiéndose nuevas calles al mismo, recoletas y estrechas, donde la cofradía luce de veras. En el transcurso por las calles Independencia, Lazo, Unión, Conde de Lemos y Espejo, se alcanzan momentos cofrades sublimes con la interpretación de tres marchas seguidas, lo que levanta el delirio del público que visiona la procesión.

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HISTORIA Ya en la segunda parte del año se convocan diferentes conferencias que, hasta el mes de agosto del año siguiente, tienen por objeto preparar la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid, con la asistencia de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Los actos de preparación del magno acontecimiento se viven de manera inusitada en la Hermandad ya que en origen somos llamados a participar con la imagen de Nuestro Stmo. Cristo de la Fe y del Perdón, comenzando la Hermandad a hacer los preparativos oportunos. No obstante, unos meses después, los organizadores del evento nos comunicaron la triste noticia de la selección de otra imagen cristífera, ofreciendo a la Hermandad a ser la portadora, en el paso de Nuestro Cristo, de un hermoso Cristo Yacente, obra de Jerónimo Hernández, que se venera en la Catedral de Segovia. De nuevo, no obstante, a pocas fechas ya de la Jornada, se nos comunicó que finalmente la talla del yacente sería portada de otra manera por sus devotos segovianos. Pese a la frustración y la tristeza, nos vimos compensados por el acogimiento que la Hermandad de los Panaderos de Sevilla nos hizo en sus actos y en su cortejo acompañando en tan gozosas jornadas a la imagen de la Bendita Virgen de Regla, único paso de palio que concurría a la JMJ. Fueron días increíbles, en los que la algazara de la juventud se unía a un estado de gracia que fluía a borbotones por todas las partes de la ciudad, en la que se sucedían numerosas convocatorias de actos de todo tipo: catequesis, rosarios, charlas, etc. Todo ello, a mayor gloria de Dios y Su Bendita Madre. La presencia además cercana de Su Santidad, sus palabras, que acogíamos en nuestro corazón y nuestra alma, como lo que eran, salidas del Vicecristo en la tierra, nos confortaban y nos daban alas para seguir, como decía el lema de la JMJ, firmes en la fe. La Basílica de San Miguel acogió esos días numerosos actos y era un hervidero de gente, procedente de todos los rincones del mundo, que se interesaba por la Hermandad. Desde la llegada a Madrid de la comitiva de la Hermandad de los Panaderos, nos integramos en todos su actos y compartimos con ellos y con la Hermandad de los Gitanos (al ser su sede canónica en la Iglesia del Carmen la sede accidental de los Panaderos) momentos de fraternidad, oración y alegría. Momentos culminantes de esa convivencia fueron el Rosario de la Aurora con el que la imagen de la Bendita Panadera fue trasladada a la Plaza de la Cibeles en la mañana del 19 de agosto, el desarrollo del Vía Crucis en la tarde de ese mismo día, y la brillante y multitudinaria procesión de vuelta al Carmen por la noche. A resultas de nuestra colaboración, la Hermandad de los Panaderos tuvo a bien honrarnos al año siguiente, invitándonos a participar en su Estación de Penitencia a la Catedral de Sevilla en la noche del Miércoles Santo, circunstancia en la que participó un grupo de hermanos de Los Estudiantes, encabezados por el Hermano Mayor, vistiendo todos nuestra túnica y portando nuestro estandarte corporativo. El Pregón de la Hermandad de 2012 fue especialmente significado ya que fue proclamado por el Ilmo. Sr. D. Guillermo Mira Abaurrea, a la sazón, Hermano Mayor de la Antigua e Ilustre Hermandad del Santísimo Sa164

cramento y Pontificia y Real Archicofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas, Nuestra Señora de Loreto y Señor San Isidoro, de Sevilla. Esta Hermandad fue el germen e inspiración de la fundación de la Hermandad de los Estudiantes de Madrid, siendo en todo un ejemplo a seguir por nuestra corporación. Por ello, la aceptación del Hermano Mayor de la querida Hermandad de San Isidoro para actuar como Pregonero de nuestra Hermandad ese año, por lo que dicha Hermandad representa para nosotros, así como por la enorme estatura personal y moral del Pregonero, hizo que el acto de nuestro Pregón fuera muy señalado. Tanto a la recepción de bienvenida dispensada al Pregonero y su familia y muchos hermanos de la isidoriana corporación la noche antes, como el mismo acto del Pregón y la posterior comida de Hermandad supusieron una inmejorable ocasión de estrechar los lazos fraternales existentes entre ambas corporaciones y de homenaje de la Hermandad de Los Estudiantes de Madrid, a su Madre y Maestra sevillana, la Hermandad de San Isidoro. Como hecho significativo de la Estación de Penitencia del año 2012, se produjo el estreno de un guión sacramental que, partiendo de piezas de un estandarte sacramental antiguo bordado en seda, fue ejecutado por Francisco Carrera. Se estrenó también el asta del nuevo guión y varias varas de cortejo. En el año 2013, se produjo un nuevo relevo al frente del Inmemorial, siendo nombrado nuevo Coronel Jefe D. Jesús Arenas García. En ese mismo año, y a petición de la Hermandad, Su Santidad tuvo a bien conceder al anterior Coronel, ya General, el Excmo. Sr. D. Jesús de la Corte García la medalla de la Orden de San Gregorio Magno, premiando de esta manera la disposición, colaboración y cercanía del General de la Corte con la Hermandad. 165

HISTORIA En el mes de julio, se celebró en la Cripta de la Basílica Cabildo General de Elecciones de la Hermandad, siendo elegido Hermano Mayor N.H.D. Juan Manuel Venegas Valladares. El12 de octubre de 2013, festividad de la Virgen del Pilar, quedará por siempre fijado en los anales de la historia de la Hermandad de los Estudiantes de Madrid como un día aciago. Durante la madrugada, un grupo de desconocidos asaltó su sede y, tras inutilizar todos los medios de alarma y seguridad, realizaron un tremendo expolio en nuestra casa de Hermandad, en el que se sustrajeron numerosos enseres, especialmente, la mayor parte de las piezas de la candelería y jarras del paso de del palio de María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, provocando un gran perjuicio patrimonial, y a su vez hacía imposible su reposición en tiempo para que, en la salida procesional del Domingo de Ramos, pudiese salir la Virgen María. La noticia comenzó a correr como la pólvora, al mismo tiempo que la Hermandad recibía, desde toda España, muestras de cariño, solidaridad y apoyo. Este suceso no fue sino providencial, pues demostró el cariño que todas las hermandades sienten por la nuestra, no sólo las de la Villa de Madrid, sino las de toda España, en especial las de la Semana Santa Sevillana. Así, al día siguiente, sumidos aún en la consternación, recibimos una llamada que nos produjo amén de una inmensa alegría, una gran enseñanza sobre la inmensa categoría de las personas y las instituciones: la Hermandad de la Macarena de Sevilla, a través de su Hermano Mayor, D. Manuel García, ponía a nuestra disposición, para nuestra salida procesional, la candelería antigua de plata de María Santísima de la Esperanza, que la Virgen macarena había utilizado hasta mediados del siglo XX y que era de una categoría artística excelsa. Poner adjetivos a tamaña generosidad y al alto honor que se nos hacía es labor cuasi imposible, pero evidencia por qué la Hermandad de la Macarena de Sevilla es madre, maestra y ejemplo en el que se miran todas las Hermandades en España. El Domingo de Ramos, la Madre de los Estudiantes de Madrid refulgía más, si cabe, al calor de las centenarias candelas que desde tiempo inmemorial han venido alumbrando la preciosa cara de la Virgen Macarena de Sevilla. A modo de agradecimiento, la Virgen estudiantil madrileña salía de su templo a los sones de la marcha Esperanza Macarena. Aun embutidos en el negro ruan de la túnica de los Estudiantes, los que albergamos un corazón macareno, a la vista de esta imagen, nos trasladamos por un momento al arco y, recordamos el lema que está a los pies del azulejo de la Virgen pata decir que, verdaderamente “Ella es tabernáculo de Dios y puerta del cielo”. Difícilmente la Hermandad madrileña de los Estudiantes podrá devolver mínimamente el magnánimo gesto de la Hermandad de la Macarena de Sevilla y de su Junta de Gobierno, encabezada por su genial Hermano Mayor. 166

Estaremos siempre en deuda con ellos.Breve parece la historia de nuestra hermandad, pues sólo son veinticinco años los que oficialmente tiene tras su erección canónica en el año 1990, pero conforme a determinados vestigios encontrados en los archivos de la Diócesis y la Biblioteca Nacional, la actual Hermandad del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón y María Santísima Inmaculada, Madre de la Iglesia, sita en la Basílica de San Miguel, tendría sus antecedentes con los que enlazar la actividad pastoral y de cultos en la Esclavitud del Santissimo Christo de la Luz y nuestra Señora de los Dolores, fundada en los albores del siglo XVIII. En efecto, en la parroquia de los Santos Niños Justo y Pastor, situada en el solar en el que se levanta la Basílica Pontifica de San Miguel, se asentó en 1724 la Esclavitud, Hermandad o Congregación del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora de Constantinopla, título éste proveniente de haber tenido su sede fundacional en el convento de Monjas Trinitarias, comúnmente llamado de Constantinopla, situado en la actual Calle Mayor, cuyas reglas y constituciones fueron aprobadas en 1709 por el Cardenal arzobispo de Toledo D. Luis Manuel Portocarrero. La buena aceptación de los miembros de la Hermandad y el buen acogimiento del Dr. D. Francisco Martín del Campo y Carvajal, cura propio de la iglesia, motivó que se decidiese cambiar de sede canónica, pasando a ser la Iglesia de los Santos Niños la nueva sede de la Hermandad, por lo que se redactaron nuevas reglas y constituciones, de la ahora Congragación del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora de los Dolores, aprobadas por despacho firmado por el Arzobispo de Toledo D. Diego de Astorga y Zéspedes, el 14 de febrero de 1227; recibiendo las gracias y privilegios de su Santidad Benedicto XIII. Una vez decidido el establecimiento de la Hermandad en esta Iglesia se tomó la decisión de “ejecutar a sus expensas una muy perfecta y devota Efi-

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HISTORIA gie de Cristo Crucificado, y otra de Nuestra Señora de los Dolores”. Así llegó la Imagen del Santísimo Cristo de la Luz, hoy con la advocación de Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón a la Iglesia de los Santos Niños Justo y Pastor. La vieja iglesia quedaba pequeña para un barrio que se había visto favorecido desde la instalación de la corte en la Villa de Madrid, y más aún para la creciente población del siglo XVIII; por ello en 1738 se decidió derruir la vieja estructura, y en su solar, así como en los terrenos de huerta y cementerio de la iglesia, levantar una nueva, siguiendo el estilo arquitectónico imperante en Italia, por ello el 20 de septiembre de 1739, a instancia del Cardenal-Infante Don Luis de Borbón Farnesio, con proyecto del arquitecto italiano Giacomo Bonavía, se pone la primera piedra de la actual basílica. En las primeras ordenanzas de la hermandad del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora de los Dolores, al igual que sucedió dos siglos y medio después en nuestra hermandad, se reconocía el derecho a que las mujeres pudiesen ser miembros de la misma, porque así “gozarán de las gracias e indulgencias de que goza la Congregación, y de las oraciones y sufragios de ella”. Aunque esta hermandad tenía como titular a la Santísima Virgen María en su advocación de Virgen de los Dolores, también tenía muy en cuenta su Inmaculada Concepción, por ello, se establecía como “primera diligencia que han de hacer (los nuevos hermanos), la de hacer voto de defender que María Santísima Madre de Dios y Señora nuestra, fue concebida sin pecado original desde el primer momento de su ser”. Las dos fiestas principales de la Hermandad del Cristo de la Luz y Nuestra Señora de los Dolores, en las que todos sus miembros debían acudir a los actos solemnes de ella, se estableció que serían el domingo siguiente a la festividad de la exaltación de la Santa Cruz, en septiembre, y el Viernes de Dolores; coincidiendo con dos de los cultos principales de nuestra Hermandad, como más arriba hemos visto. Junto a la existencia de esta hermandad del Santísimo Cristo de la Luz, ha sido tradición en todas las iglesias católicas desde antiguo la de albergar una cofradía sacramental, esto es, una cofradía cuyo fin principal es el de dar el mayor culto al Señor Sacramentado; en el caso de las iglesias del viejo Madrid no era diferente, y así vemos como en la Iglesia de San Miguel existía una Archicofradía Sacramental con reglas desde el 26 de mayo de 1552, y bula papal de Julio III de 1553; en la también iglesia parroquial de los Santos Justo y Pastor existía una Archicofradía Sacramental con reglas de fecha de 6 de junio de 1564, y bula de Pío IV de 12 de febrero de este mismo año; y en la iglesia de San Millán también existía una Archicofradía Sacramental, con reglas del 7 de marzo de 1613.. Estas tres archicofradías se fueron uniendo en torno a la iglesia de los Santos Justo y Pastor, primero la de san Millán, en 1724, y, tras el incendio sufrido en 1790 y la destrucción de la reconstrucción de la iglesia de San Miguel, por los franceses, la de ésta en 1817, creándose la Archicofradía Sacramental de San Miguel, San Justo y Pastor y San Millán y Ánimas Benditas, cuyo culto principal, era la celebración de la “Función de Minerva” (celebración de una procesión sacramental, generalmente en el domingo de 168

la octava del Corpus, ya que este día la única celebración es la de la procesión diocesana), con una misa solemne, por la mañana, y una salida procesional por la tarde por las calles cercanas a la iglesia; así como celebraciones eucarísticas cada mes y la asistencia a la procesión diocesana del Santísimo Sacramento. También aquí encontramos una gran coincidencia de estas celebraciones con las que nuestra Hermandad celebra desde su fundación. Ni podemos, ni queremos decir que la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia y Arcángel San Miguel, sea heredera de la Congragación del Santísimo Cristo de la Luz y Nuestra Señora de los Dolores, ni de la Archicofradía Sacramental de San Miguel, San Justo y Pastor y San Millán y Ánimas Benditas, pero la realidad es que posiblemente la providencia del Espíritu, que vela por la salud de la Iglesia y de sus miembros, inspirase a los fundadores de nuestra hermandad cuando la crearon hace veinticinco años, y así se estableciesen como fiestas y cultos principales de la misma, la de la Exaltación de la Santa Cruz, el 14 de septiembre, la festividad de San Miguel Arcángel, el 29 de septiembre, la de la Inmaculada Concepción de la Virgen, el 8 de diciembre, el Vía Crucis del viernes anterior al Domingo de Ramos, y la Octava del Corpus, junto con la salida procesional de la Hermandad, constituida en cofradía de Nazarenos, con las imágenes del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón y la de su Bendita Madre en su advocación de Madre de la Iglesia, el Domingo de Ramos. Federico Gallegos Profesor Titular de Historia del Derecho Teniente de Hermano Mayor

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INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD 171

INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD LA BASÍLICA

LA Basílica Pontificia de San Miguel, en la calle san Susto de Madrid se asienta en un edificio, de estilo barroco, proyectado por Santiago Bonavía (o Giacomo Bonavia, 1700–1760) y construido de 1739 a 1745. La planta de este templo se basa en el juego de estructuras centrales en concatenación sobre un plano que despierta un estado de inestabilidad, promovida por la tensión cóncava-convexa de las superficies. La actual basílica, Monumento Nacional por Real Decreto 28 de noviembre de 1984, se eleva sobre el solar de la antigua parroquia de los santos Justo y Pastor, cuya fundación se sitúa en fechas que podemos considerar muy remotas tratándose de Madrid. La parroquia figura entre las diez collaciones que cita el Fuero que otorgó a Madrid el rey Alfonso VIII, nieto de quien conquistó la población a los musulmanes, Alfonso VI. El fuero se fue concretando entre 1158 y 1202 y se refiere a esta parroquia en cuarto lugar, como Sancto Justo, después de las de Santa María, San Andrés y San Pedro. En cuanto a de San Miguel, que daría su nombre a San Justo pasando los siglos, figura en el fuero de 1202 como Sancto Michaele, a diferencia de otra iglesia también dedicada a San Miguel que se denomina de Sagra. De la iglesia de San Justo sabemos documentalmente que fue objeto de reformas y mejoras en su decoración en el siglo XVI, manteniendo el protagonismo que le correspondía como parroquia del Madrid más antiguo. Así lo testimonian sus libros parroquiales. Fueron enterrados en esta parroquia el padre de Quevedo, así como sus abuelos maternos y un hermano y en los libros parroquiales se encuentran las partidas de defunción de Alonso de Ercilla; del padre de Miguel de Cervantes, Rodrigo; de Francisco López de Zárate; de miembros de la familia López de Hoyos; de Jerónimo y Francisco de la Quintana o del doctor Godínez. 172

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INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD LA BASÍLICA

En 1738 se derribó la vieja iglesia, perdiéndose sin duda un edificio de gran interés histórico. La nueva iglesia es consecuencia de tales descubrimientos y de la sensibilidad más avanzada en su momento, que anuncia un cambio hacia la contención y la disciplina del lenguaje clásico. La iglesia pasó a llamarse de San Miguel, Santos Justo y Pastor cuando, como se ha dicho, se fusionó con la parroquia la que estaba dedicada a San Miguel y ocupaba el solar del actual mercado de ese nombre. Su incendio en 1790 y su saqueo durante la invasión francesa obligaron a ese traslado. De esta iglesia de San Miguel se trasladaron a San Justo, junto con la feligresía, algunas de las obras de arte que contuvo, como la figura del Arcángel o el tabernáculo de bronce y piedras semipreciosas regalado por el cardenal Zapata y realizado en Roma. También costumbres como la procesión con la imagen de san Miguel que se guardaba en el oratorio de las Casas Consistoriales el día de su fiesta, que se mantuvo hasta 1834, ya en San Justo. En 1643 el Ayuntamiento había hecho voto solemne de acudir a esa fiesta. Más tarde, por haberse derribado en 1885 la iglesia y hospital de los italianos en la carrera de San Jerónimo, antigua institución que desde el siglo XVI pertenecía a la colonia italiana de Madrid, se cedió como compensación el templo a la Nunciatura Apostólica en 1892. Previamente, en 1891, se habían trasladado las dos antiguas parroquias, pasando la de San Justo a monasterio de las Maravillas de la calle la Palma y la de San Miguel al barrio del puente de Toledo. Para entonces, por haberse creado la Diócesis de Madrid Alcalá, desgajada de la de Toledo en 1885, el palacio construido por el infante D. Luis junto a San Justo, fue convertido en residencia de los nuevos obispos de Madrid. El templo, ya de la Nunciatura, fue regido por los PP. Redentoristas y quedó bajo la advocación de San Miguel, que permanece hasta hoy. En 1930, el nuncio monseñor Tedeschini concedió a la iglesia el título de Basílica menor. En noviembre de 1959 fue encomendada al Opus Dei la atención pastoral, siendo Nuncio Apostólico Mons. Hildebrando Antoniutti. 174

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INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD LA NUNCIATURA APOSTÓLICA La Nunciatura Apostólica es una misión diplomática de máximo rango de la Santa Sede ante los Estados con los que mantiene relaciones diplomáticas. Al frente de la Nunciatura de la Santa Sede se halla un Nuncio, es decir, un embajador papal -ordinariamente Arzobispo- que representa al Santo Padre ante las autoridades civiles y entre los obispos de las diócesis que componen el país. Desde el año 2009, el Nuncio Apostólico en España es el Excmo. y Revmo. Mons. Renzo Fratini, Arzobispo Titular de Botriana. Las Nunciaturas obtuvieron su forma definitiva en cuanto a su competencia y organización interna, durante el papado de Gregorio XIII (1572-1585). Más esbozos o concreciones de dicha realidad se fueron configurando a finales del s. XV, contemporáneas a las primeras relaciones diplomáticas permanentes entre los distintos Estados. Al principio la figura del Representante Pontificio permanente iba ligada a la del Colector, una especie de recaudador in loco de los bienes de la Cámara Apostólica. Puede admitirse como primer Nuncio permanente en España a Francisco Desprats, que ejerció su cargo de 1492 a 1503. El Nuncio Desprats acompañó a los Reyes Católicos en sus constantes desplazamientos, papel que trascendía considerablemente al del mencionado Colector, y se convirtió en único mediador junto al Embajador de España ante la Santa Sede, de todos los asuntos de cariz político y diplomático entre el Papa y los monarcas españoles. Aunque el sucesor propuesto por la Santa Sede en 1504, Cosimo Pazzi, Obispo de Arezzo, no fue aceptado por los Reyes Católicos, el carácter permanente de la institución se confirma con el nombramiento de Giovanni Ruffo dei Theodoli, Obispo de Bertinoro, en 1506, el cual ejercerá sus funciones de Representante Pontificio hasta 1520. A partir de esta fecha, la lista de los Nuncios procede ininterrumpidamente hasta nuestros días. Desde el principio, queda claro que su competencia no se limitaba al ámbito de las relaciones diplomáticas bilaterales, sino que también desempeñaban una importante misión de acompañamiento a las Iglesias locales, las cuales miraban al Sumo Pontífice como cabeza visible de la Iglesia. Este doble aspecto de su misión hace posible, que en cuestiones puntuales y con la delegación específica, puedan intervenir con autoridad pontificia en dichos asuntos. Consecuencia de este mayor protagonismo del Nuncio en la vida de la Iglesia local, es que dicho oficio, que anteriormente había sido concedido a laicos como Pimentel y Castiglione, pasa a ser desempeñado únicamente por eclesiásticos por mandato del Papa Pablo IV (1555-1559). Fruto de esa especificidad de la doble misión del Nuncio, es que muy pronto su persona será requerida, a petición de las Cortes y de los Reyes, para juzgar las causas eclesiásticas en segunda instancia (Tribunal de Apelación). Tal ejercicio, no exento de polémicas y conflictos con la autoridad eclesiástica ordinaria, quedó regulado en el concordato de 1753, y en concreto, con la creación del Tribunal de la Rota española (Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica de Madrid), todavía en activo y en beneficio de la Iglesia católica en España. 176

Desde 1892 la Nunciatura Apostólica administra en nombre de la Santa Sede la Basílica Pontificia de San Miguel y designa a los sacerdotes que se hacen cargo de la atención de los fieles, dentro de la pastoral de la archidiócesis de Madrid. Que una Nunciatura tenga una iglesia abierta al culto es un caso único en el mundo. El Nuncio apostólico, desde 1994, ha acompañado siempre la procesión de los Estudiantes. 177

INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD EL OBISPADO

La diócesis de Madrid, con el nombre de diócesis de Madrid-Alcalá, fue creada el 7 de marzo de 1885, siendo pontífice León XIII, sobre territorios pertenecientes a la archidiócesis de Toledo. Desde más de tres siglos antes, Madrid era capital de España, pero los arzobispos de Toledo, primados de España, se oponían a la creación de la diócesis, quizá temerosos de perder su influencia en la Corte. El 25 de marzo de 1964 la diócesis fue elevada al rango de archidiócesis. El 23 de julio de 1991, la archidiócesis cede parte de su territorio para la erección de las diócesis de Alcalá de Henares y de Getafe y adquirió el rango de archidiócesis metropolitana. 178

El 15 de junio de 1993 el papa Juan Pablo II consagró la catedral de Madrid, cuya primera piedra había puesto el rey Alfonso XII el 4 de abril de 1883. El 28 de agosto de 2014 se hizo pública la designación por el Papa Francisco de Monseñor Carlos Osoro como Arzobispo Metropolitano de Madrid. La Hermandad de los Estudiantes, cuya sede canónica es la Basílica de San Miguel, se rige por unos estatutos aprobados por el entonces Cardenal-Arzobispo de Madrid D. Ángel Suquía Goicoechea el 26 de mayo de 1994. Desde que se hizo cargo de la Diócesis, el cardenal Antonio Mª Rouco Varela ha distinguido a la Hermandad de los Estudiantes con su cariño, su atención como pastor y ha asistido a sus cultos asiduamente. 179

INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD EL EJÉRCITO

¿Quién no guarda en su memoria la imagen de una escuadra de gastadores escoltando la Sagrada Imagen de Cristo muerto, con sus armas “a la funerala” (bocas hacia abajo) acompañados de cajas destempladas, en señal de luto, o a las unidades de música acompañando a la Santísima Virgen en su pena? ¿Quién no se emociona al ver como nuestro ejército da escolta al Santísimo Sacramento en la festividad del Corpus Cristi? ¿Quién no ha llorado y ha sentido como le costaba tragar saliva al asistir a una procesión de la Virgen del Carmen, en la que nuestros marinos escoltan a su patrona y entonan la Salve Marinera en su honor? ¿Quién de nosotros no siente como se le erizan todos los pelos del cuerpo y se le llenan los ojos de lágrimas, al oír los acordes del Himno Nacional, interpretados por la Unidad de Música del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey Nº 1, cuando María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia hace su salida de la Basílica Pontificia de San Miguel el Domingo de Ramos, o cuando se recoge, caída ya la noche, tras completar su recorrido por las calles de Madrid para hacer testimonio público de fe, acompañada en todo momento por este grupo de magníficos maestros y músicos que no cesan de interpretar marchas procesionales de magnífica creación? Pero la ayuda y colaboración de nuestro ejército, no se circunscribe a esto. La relación de la Hermandad con el ejército, concretada en algunos aspectos con el Inmemorial, es mucho mayor. Es una relación de hermandad de todos y cada uno de los miembros del Cuartel General del Ejército y del Inmemorial, que no nace de la supuesta obligación emanada del hermanamiento entre nuestra Hermandad y el Regimiento, Hermano de Honor de aquella, sino que nace del cariño. Cariño demostrado por todos y cada uno de los Coroneles Jefes del Regimiento y por los jefes, oficiales, suboficiales y tropa, que siempre nos han ayudado en todo lo que les hemos pedido. Así cuando nos vimos sin tener un sitio en el que cobijar el paso de caoba del Santísimo Cristo de la Fe y el Perdón, nos brindaron sus dependencias para poder guardarlo; y de igual manera, cuando nos encontramos con que no disponíamos de sitio para 180

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INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD EL EJÉRCITO

poder guardar el manto de la Santísima Virgen de forma que no se estropease con pliegues y dobleces, no sólo nos ofrecieron sus instalaciones, sino que nos proporcionaron una estructura en la que el manto estuviese estirado todo el año, para que luciese perfecto en cada salida procesional. Cariño de los directores de la Unidad de Música y de todos los maestros y músicos que la integran que han llegado a cuajar verdadera complicidad con la Hermandad, en especial con los Hermanos Mayores y los capataces del paso de palio, en la confección de la música del concierto anual o de la que acompañará a la salida de la Virgen Ese cariño hacia la Hermandad tiene su réplica en el que nosotros sentimos por nuestro ejército y por el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey. Cariño por lo que representa, por la defensa de la Patria, por su historia, por su bien hacer, cariño hacia todos y cada uno de sus integrantes, en los que se representa a todo nuestro Ejército. Este cariño se pone de manifiesto 182

cada año cuando miembros, familiares y amigos de la Hermandad acuden al acto solemne de jura de Bandera que se celebra en el Regimiento, participando en él, bien renovando el juramento que muchos hicimos cuando cumplimos con nuestro servicio militar, o bien realizándolo ex novo, en el caso de las mujeres y de los hombres que ya no hacen este servicio; cuando se acude a los actos de celebración de la Inmaculada Concepción patrona del Arma de Infantería; cuando se acude a la bendición del Belén que cada Navidad se instala en los jardines del Palacio de Buenavista; y cuando se acude a la toma de posesión de cada nuevo coronel y a la despedida de quien ya se ha convertido en un amigo y en un hermano. Cariño de hermanos, la Hermandad y el Regimiento, que nace del corazón; de un corazón que desde hace siglos ha latido de forma sincrónica entre el ejército y el pueblo, y que tiene su más bella expresión en la ayuda y entrega desinteresada del uno hacia el otro. 183

INSTITUCIONES LIGADAS A LA HERMANDAD EL AYUNTAMIENTO

Un ayuntamiento es la institución administrativa más cercana a los ciudadanos y por lo tanto la que mayor relación tiene con los habitantes de una localidad. En el caso del Ayuntamiento de Madrid, sucede lo mismo; aunque nuestra ciudad sea una gran ciudad, con cuatro millones de habitantes, y sea la capital de España y la de la Comunidad Autónoma, con lo que esto lleva aparejado de establecimiento de ministerios y organismos nacionales y autonómicos, no por ello su ayuntamiento deja de ser cercano a las necesidades e inquietudes de los madrileños, de cuidar y estar presente en sus fiestas, celebraciones y tradiciones. Las fiestas religiosas y la celebración de rogativas y procesiones han tenido siempre el apoyo y participación del concejo y del Ayuntamiento madrileño, con sus principales representantes y miembros. Las procesiones de Semana Santa, en las que se saca a la calle las Sagradas Imágenes que representan la pasión y muerte de Cristo y las de la Santísima Virgen en su dolor, son una de las más populares y numerosas de estas manifestaciones de la religiosidad española, y en el caso de Madrid siempre se ha tenido la participación y apoyo de su ayuntamiento. Aunque nuestra hermandad sólo tiene veinticinco años de vida, la relación con el Ayuntamiento de Madrid y la ayuda que de éste y todo su personal, desde los Alcaldes hasta el último empleado, ha sido imprescindible para poder manifestar públicamente nuestra fe por las calles de nuestra ciudad. Gracias al Ayuntamiento las calles se cortan a la circulación y están limpias para que nazarenos, damas de mantilla, monaguillos, acólitos y costaleros, anden con tranquilidad; también proporciona seguridad a los participantes y al público que asiste a la salida procesional del Domingo de Ramos y al Vía Crucis del Viernes de Dolores, con los servicios de urgencia y la policía municipal, que además acompaña a los pasos con miembros de este cuerpo vestidos de gala como escolta del santísimo Cristo de la Fe y el Perdón y de María Inmaculada Madre de la Iglesia; sin olvidar que siempre hemos tenido el honor de contar con la asistencia de una representación del Ayuntamiento, al más alto nivel, como sucedió durante los doce años en que D. José María Álvarez del Manzano Ilustrísimo Alcalde de la Villa ostentó este cargo, o con la presencia de algún Concejal. Esto es lo que se puede en la calle, pero no es todo, la ayuda del ayuntamiento ha sido siempre muy importante, tanto de la concejalía del Distrito Centro, con sus concejales al frente y con todos sus funcionarios, como con las Áreas de Gobierno de Seguridad y Emergencias, de Medio Ambiente y Movilidad y la de las Artes, con las que trabajamos para conseguir que nuestra estación de penitencia salga perfecta; se revisan los recorridos y horarios, el estado de la calzada, la existencia de obstáculos en la vía, como bolardos y andamios, y todo lo que es necesario. 184

El Ayuntamiento siempre ha estado dispuesto a ayudar, a solucionar los problemas que surgen, en especial los de última hora; personas buenas, profesionales de gran altura, como D. Santiago Estrada Sainz, que tanto ayudó a las Hermandades de Madrid y a la nuestra, son claro exponente de esta relación. Ejemplo de esta colaboración y ayuda lo encontramos cuando en el año 2000, en el que la salida procesional del paso de palio de la Virgen Santísima, requería la instalación de una nueva rampa, que salvase el desnivel que hay desde la puerta de la Basílica hasta la calzada, con una pendiente más suave que la que tenía la que utilizábamos hasta entonces, allí estaba el Ayuntamiento, con su buena disposición y oficio, instalando cada año la rampa. 185

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EPÍLOGO 187

EPÍLOGO EL FUTURO

Siempre se dice que en las Hermandades no hay puestos ni rangos. Que todos los hermanos somos iguales, que no añadimos más unos que otros. Que no por ser costalero, nazareno, dama de mantilla o miembro de junta de gobierno somos más importantes. Sin embargo, esta afirmación no es del todo acertada. Lo realmente importante de una Hermandad es el futuro. Nuestro futuro. Poder decir que daremos el testigo a los que vengan detrás de nosotros es algo enorme. Porque ese es el objetivo de una hermandad: somos un instrumento más al servicio del Señor para evangelizar desde nuestra casa de hermandad, desde nuestros pasos, desde nuestros cirios. Nos queda el recuerdo de unas palabras de nuestro Hermano Mayor Juan, que momentos antes de salir la Cruz de guía en la calle, se reunió con las cuadrillas de costaleros para decirnos que salimos a la calle a dar testimonio de nuestra Fe, a llevar el mensaje de Dios a aquellas personas que no pueden o no quieren acercarse a la iglesia. Al final, el acto valiente de salir a la calle para mostrar a Cristo a los demás es consecuencia de la preparación espiritual y material de los otros 364 días del año. La asistencia y participación en estos cultos, que la Hermandad pone a disposición de los hermanos, es parte del itinerario que debemos afrontar para ser unos buenos recipientes que El Señor pueda llenar de su gracia para realizar tan alta tarea. Una Hermandad, claro está, no es solo la parte espiritual. Las quedadas de hermanos, limpiar plata, ayudar con las actividades del ropero, el mantenimiento de los enseres, las actividades de caridad y un largo etc. Todas ellas son la alegría de esta Hermandad. Y qué mejor que ver como poco a poco nuevas personas dan un paso al frente para echar una mano, y así, dar ese relevo tan ansiado por lo mayores y por los iniciadores de esta bendita locura. No podríamos dejar pues, de estar nunca agradecidos por tan valiosa herencia inigualable. Gracias a un esfuerzo constante de nuestros predecesores puede salir hoy una cofradía ante un público ansioso y expectante, realizar cada oración con un rosario entre los dedos en una aprovechada estación de penitencia, admirar cada figura y cada detalle trabajado, expresar el agradecimiento con cada marcha melodiosa. Encender en cada cirio una llama de ilusión o levantar sobre los hombros el peso de la Iglesia al golpe de atención de un llamador, confiar ante el misterio una fidelidad sincera y poner nuestra persona a una total disposición de nuestro Padre. Esa actitud debe ser la que vivamos todos en nuestra casa, con nuestras familias, en nuestro trabajo, en nuestro día a día. Si ponemos a Dios en el centro de nuestras vidas, podremos decir con tranquilidad que el futuro de nuestra hermandad está garantizado. No podemos expresar con palabras el sentimiento que desencadena ver nuestra cofradía por las calles, ver a cada paso, una hermandad unida por una pasión, por una adoración incesante, por una fe ciega en la que el sacrificio, el esfuerzo y la caridad se manifiesta constantemente reflejando el fervor de una familia a Dios y a su Madre.

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Este sentimiento y admiración por la Semana Santa presente y creciente en nosotros no se puede transmitir de otra forma que de padres a hijos, generación tras generación, contagiando no solo una tradición, sino un estilo de vida, un culto, un arte. Construimos con el tiempo una institución sólida y fusionada, cada vez más grande y más unida. Pero como cabe esperar las cosas siguen su curso, la vida avanza, las personas cambian y el tiempo va dejando su huella según acelera su paso. Y es en los jóvenes en los que se deposita la esperanza y la confianza de un futuro incierto. Debemos ser conscientes de que de nosotros depende lo venidero, nuestra es la responsabilidad de seguir de frente con paso firme, seguro y acertado, sin olvidar nunca las raíces y los pilares que nos sostienen y fundamentan, esos que nos han sido infundidos desde temprana edad y que quedan ahora grabados a fuego en nuestros corazones, asentados para orientarnos en nuestra misión evangelizadora. Un sabio dijo una vez: “En los jóvenes predomina el futuro....en los viejos... el pasado.” Así serán los jóvenes los que tracen el camino hacia el futuro con esfuerzo y sudor, serán los jóvenes los que guíen y acompañen a la humanidad hacia Dios. No encontrarán el éxito los que se tropiecen con el futuro, sino los que labren el devenir día a día. “Los jóvenes tienen que hacerse valer. Los jóvenes tienen que luchar por los valores. Les pido que sean revolucionarios tengan el coraje de ir contra la corriente. Tengan el coraje de ser felices”, nos ha dejado dicho el Papa Francisco. Esperamos que este libro sea un instrumento más de evangelización. Testigo fiel del amor que la Hermandad de Los Estudiantes tiene a Dios y a su Madre. Lourdes, Richi, Nico y Josemi. Del grupo joven de Los Estudiantes.

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Este libro de la Hermandad de Los Estudiantes de Madrid en su XXVº aniversario (1990-2015) se terminó de imprimir el 19 de marzo de 2015, Solemnidad de San José, esposo de María Santísima Inmaculada, Patriarca de la Iglesia Universal, que hizo las veces de padre en la tierra de Nuestro Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, Verbo encarnado y Redentor del Hombre, en los talleres de artes graficas Surdigraf de Sevilla. Laus Deo Virginique Matri!

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