LUJO EN EL AMAZONAS

Francesco Galli Zugaro nos lleva en el “Aria” hacia un destino involvidable en nuestra Amazonía

Sobre estas líneas, Francesco Galli Zugaro, CEO de Aqua Expeditions. Vista del barco “Aria”, construido para 32 pasajeros y 28 tripulantes; a diferencia del “Aqua”, que tiene 24 tripulantes para 24 pasajeros. “Casi un uno a uno. Eso es un nivel de atención muy alto”, cuenta, orgulloso, Francesco.

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Bulgari elaboró diez relojes para la firma Aqua Expeditions. Cinco serán regalados a embajadores culinarios del mundo. Uno de ellos fue para el chef catalán Ferrán Adrià, quien visitó el crucero hace unos meses, y otro irá a Nobu, quien hará lo mismo en diciembre.

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archivo aqua expeditions

on los detalles los que definen el mundo de Francesco Galli Zugaro. Nacido en Suiza – hijo de padre italiano y madre norteamericana–, es marketero de profesión y descubrió su afición por el turismo cuando se encargó de una empresa en las islas Galápagos. “Allí tenía dos barcos de expediciones y un velero privado. Yo manejaba todo el lado comercial, pero vendimos la empresa y me animé a hacer algo solo. Y así estuve buscando oportunidades de negocio en Latinoamérica. Tenía claro que quería un nicho triple A y que sea turismo fluvial. Empecé a buscar destinos entre Argentina, Perú y Panamá, y escogí Perú cuando vine a explorar la zona porque me enamoré de la reserva de Pacaya-Samiria”, nos cuenta Francesco. Acto seguido, en el 2007 arma la empresa Aqua Expeditions y se muda a Lima con su esposa Birgit –con quien tiene catorce años de casado y veinte juntos–, y sus tres hijos: Daria, de doce años, Massimo, de diez, y Alessia, de ocho, quienes hablan fluidamente italiano, inglés y español. Así, comienza la construcción de su primer barco de lujo, al que le pone el nombre de “Aqua”. Este tiene doce suites y navegó por primera vez en abril del 2008. El éxito y la demanda fue tal que este año apostó por el (sigue)

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A la izquierda, el corredor exterior del tercer piso del crucero. Abajo, vista del acogedor lounge exterior, el cual cuenta con un jacuzzi. A la derecha, Francesco junto a su esposa Birgit, con quien lleva catorce años de casado y tiene tres hijos: Daria, Massimo y Alessia.

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El diseño del barco estuvo a cargo del arquitecto Jordi Puig. Sus ideas fueron plasmadas en cada detalle, sin descuidar dos elementos de gran importancia: la elegancia y la comodidad.

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En la página anterior, una vista del lounge interior y el bar (al fondo) del “Aria”. Arriba, Francesco y Birgit en el mismo lounge, pero de día. A la izquierda, dos imágenes del restaurante ubicado en el extremo posterior del segundo piso de la nave.

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“Estoy feliz de vivir en el Perú. He logrado hacer todo lo que quería hacer aquí. Pude, en nueve meses, mudar a mi familia, crear una empresa, construir un barco y tener pasajeros para la primera salida”, cuenta Francesco.

segundo barco, al que bautizó como “Aria”, que replica las mismas comodidades que el primero y en el que tuvimos el placer de estar. Ahora, el “Aqua” y el “Aria” surcan el gran Amazonas en simultáneo. Conversamos con Francesco sobre cómo armó esta inolvidable experiencia. ¿Cómo nace Aqua Expeditions? Nace de una idea mía de posicionar y vender el río Amazonas a un nicho muy puntual que no se estaba atendiendo antes: los pasajeros que han visitado todo el mundo pero que habían obviado el Amazonas como destino porque faltaban los requerimientos de comodidad que ellos buscaban. El rubro en el que estamos es un nicho de detalles. Vamos al pasajero que viaja por todo el mundo y se queda en los mejores hoteles. La idea es dar una atención de primera… ¿Y cómo sale tu primer barco al Amazonas? El “Aqua” lo construimos en nueve meses, lo que

es un récord en una zona tan remota y desconectada. Además, armé la empresa en paralelo, mientras conseguía los pasajeros para salir el día de la primera operación. La construcción estuvo a cargo de SIMAIQUITOS y Jordi Puig, que para mí es uno de los mejores arquitectos y diseñadores de interiores que existen. Él se encargó del diseño, el acabado, los exteriores, es decir, del “look and feel” del barco.

Tengo una filosofía de contratación que es como la de una consultoría internacional que se llama “Talent”, que son los líderes en selección de personal. Nos basamos en identificar los talentos de las personas y resaltarlos en lugar de mejorar las falencias y debilidades como se suele hacer. Todo el personal que trabaja aquí ha pasado un proceso de largo de selección.

En tu equipo, además, se encuentra el chef Pedro Miguel Schiaffino… Sí, él se incorporó desde el inicio, y en su restaurante, Malabar, se entrenaron los mozos y los chefs, así como se realizó el diseño de platos.

¿Qué clase de turismo ofrece este crucero a los pasajeros que lo abordan? Esta experiencia se denomina “soft adventure” (aventura suave). La idea es que el pasajero salga durante el día de aventura pero cuando regrese al hotel no le falte ningún tipo de comodidad, desde cabinas de lujo hasta comida gourmet. Son tours de tres, cuatro o siete días. La mayor parte son de cuatro o siete días.

Tú cuidaste personalmente todos los detalles… Absolutamente en todo. No hay nada en los dos barcos en lo que yo no haya estado involucrado. Escogí hasta el itinerario de los paseos. Conozco cada quebrada, cada cocha del río. ¿Cómo elegiste a la tripulación del barco?

Me comentaste que el modelo de turismo que (sigue)

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Sobre estas líneas, imagen del comedor del “Aria”. Abajo, uno de los chefs asistentes de Pedro Miguel Schiaffino, delante de la única pared que tiene el “Aria” y que está vestida con un cuadro de Gam Klutier, artista francés que vive en Lima. A la derecha, Birgit Brown se encarga de la boutique de ambos barcos.

“Este barco está diseñado especialmente para que la gente disfrute de su cabina. Aquí puedes ver la otra orilla desde el ventanal de tu cuarto”, explica Galli Zugaro. has creado ha sido tan bien recibido que lo han replicado en otros lados del mundo… Sí, y nos hemos convertido en amigos porque no competimos entre nosotros. En Botswana, en África y en otras partes. Es el mismo tipo de pasajero. Un barco de este tamaño y estas características te permite entrar a sitios prácticamente remotos. ¿Cómo decides hacer el nuevo barco, “Aria”? Estuvo siempre considerado. Con dos puedo atender grupos más grandes o charters privados. Además, este barco, en particular, me permite que se hagan viajes familiares porque tenemos cabinas interconectadas.

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¿Qué tan importante fue el tema de la comida cuando pensaste el crucero? Fue muy importante habiendo escogido el Perú como destino. La idea fue ofrecer comida amazónica en las cenas con insumos de aquí, y Pedro Miguel es, sin duda, el gran impulsor de esto. Pero claro, va balanceado con almuerzos

buffet de comida internacional. Cuéntame de los relojes que Bulgari ha elaborado para Aqua Expeditions… Giorgio Bulgari es uno de los mejores amigos de mi hermano. Él se encarga de Enigma, que es la línea deportiva de la firma y le dije que quería posicionar los cruceros. Así, diseñamos este reloj muy especial. Son diez y llamamos al modelo C42 Amazon. Yo los diseñé y regalamos los relojes a quienes consideramos embajadores gastronómicos. El primero fue para Pedro Miguel, el segundo para Ferrán Adrià. Nobu visitará el barco a principios de diciembre y él le vamos a dar otro de los relojes. El resto está a la venta. Valen casi 5 mil dólares cada uno y un porcentaje de las ventas irá a relaciones comunitarias de la zona. Vamos a realizar el lanzamiento oficial el 1 de diciembre en Ginebra. Has creado como un restaurante sobre el agua, ¿te provocaría hacer un restaurante en tierra?

(Risas) Me lo han propuesto pero no, mi “know how” es este tipo de turismo. Es lo que sé hacer. Las cabinas son muy especiales… Sí, Jordi tiene todo el mérito. Este barco está diseñado especialmente para que la gente disfrute de su cabina. Aquí puedes ver la otra orilla desde el ventanal de tu cuarto. En los otros barcos del mundo estás en alta mar y solo ves agua. Cuando voy a buscar pasajeros afuera, muy pocos conocen la selva del Perú; creen que el Amazonas se limita solo al Brasil y, en la parte brasilera del Amazonas, uno no ve la otra orilla por varios tramos. Tú vives en Lima, ¿cada cuánto tiempo regresas para monitorear los barcos? Estoy en Iquitos cada diez días. Normalmente, trato de embarcarme en ambas naves. La otra mitad del mes me la paso vendiendo. Tengo un equipo comercial de siete personas y salgo como cinco veces al año vendiendo el barco. (sigue)

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Todo el barco, además de poseer aire acondicionado, está pensado para la comodidad del viajero. Las cabinas ostentan inmensos ventanales desde donde se puede apreciar durante todo el viaje la belleza natural del Amazonas, además de estar decorados con imágenes del fotógrafo Jean Claude Constant. A la izquierda, imagen del pasillo del crucero. ¿Cómo es la presencia peruana en el barco? Es más alta de lo que esperé. Para un nacional es más difícil elegir pagar un producto premium en su mismo país. Esa inversión prefieren hacerla para otro destino pero, curiosamente, los peruanos han respondido muy bien y son clientes muy exigentes. Tu esposa Birgit se encarga de la boutique de los dos barcos… Sí, ella administra, elige las artesanías, ve los diseños de todo lo que vendemos allí. A Birgit le encanta hacer carteras con mangos de tagua. ¿Qué planes vienen para el crucero? Hemos sacado un libro de recetas de Pedro Miguel, de platos que se sirven solo aquí y nos ha ido muy bien con eso. Es el primer libro en inglés de recetas de la Amazonía que existe. Además, tenemos el lanzamiento del reloj en diciembre, estamos negociando la visita al crucero de la actriz Naomi Harris, la nueva “chica bond”, quien parece que vendrá con su familia; y estoy creando una línea de edición limitada de vinos orgánicos con una bodega chilena. ¿Te provocaría hacer otro barco? Sí, en el Perú, pero ya no en el Amazonas. Lo que sí tengo claro es que voy a preservar el estilo y el “feeling” del “Aqua” y del “Aria”. Entrevista: Joana Cervilla

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Fotos: Rafo Iparraguirre Asistente de fotografía: Sebastián Enríquez