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Médicj tfi, por la salud, sirve a la vida; y deja que la Naturaleza sirvn a la vida por la muerte. reDEKico Remo m n-imiu D[ oiiiis im Abril de 1928

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Médicj tfi, por la salud, sirve a la vida; y deja que la Naturaleza sirvn a la vida por la muerte. reDEKico Remo

m n-imiu D[ oiiiis im Abril de 1928

Aflolll

SUMARIO

I

Número 28 Pighus.

ARTÍCULOS ORIGINALES estadio cUnleo de la «laECIAl.n>AliES

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ESPECIALIDADES

CIRUGÍA por el Dr. Pallares.

La pulverización de las extremidades articulares. Ensayo sobre la patogenia de las artritis deformantes, ix)r el Dr. Moulonguet (Gazette des Hópitaux, noviembre 1927). El autor estudia con el nombre de «pulverización» de las extremidades articulares, el arrancamiento de múltiples partículas óseas que, implantadas en la cavidad de la articulación, provocan fenómenos reaccionales especiales. La pulverización puede producirse en dos casos : por traumatismo violento y distorsión articular, o por frecuentes microtraumatismos, que, al obrar sobre huesos frágiles, inflamados, atacados de osteoporosis; esto último es lo más corriente. En apoyo de su punto de vista Moulonguet aporta hechos clínicos y experimentales. Ivos pequeños fragmentos óseos proyectados en una articulación son rápidamente englobados por la membrana sinovial, siguiendo el mecanismo de exclusión de los cuerpos extraños por las membranas serosas. Unas veces quedan completamente rodeados sin sobresalir y otras adheridos a la superficie por pequeños pedículos y originando un cueriK) extraño articular. Por otra parte, los pequeños trozos de hueso se necrosan, pero esta necrobiosis a veces es temporal y después de restablecerse la circulación, se reaniman, se forman nuevos osteoblastos y se explican las consecuencias anatomo-clínicas del fenómeno; pudiendo suceder tres cosas distintas : 1.* La curación.—Los pequeños trozos de hueso se reabsorben por ostelysis según un proceso químico, o por macrofagia del tejido óseo, entrando en juego las células gigantes, osteoblastos y myeloplaxias. Cualquiera de estas dos evoluciones favorables lleva a la curación completa con integridad funcionaL 2.* Lo artritis crónica deformante.—La alteración de las eX-

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ESPECULIDADBS

tremidades óseas por las pérdidas de sustancia que dejan los huesecínos arrancados; las reacciones capsulares provocadas por los cuerpos óseos en la sinovial, al absorberlos; la osificación en las partes blandas alrededor de los puntos de implantación son lesiones características de la pulverización y estos mismos desórdenes anatómicos son los que se aprecian en la artritis deformante. 3 . ' Los cuerpos extraños articulares.—La pulverización ósea intra-articular puede dar lugar a una variedad especial de cuerpos extraños hasta ahora mal descritos, y que, sin embargo, no son raros. Son siempre libres, jamás pediculados, blancos y compactos ; su número es variable; puede ser único y en este caso es esférico u ovalado, pueden ser múltiples y con caras o facetas. Al microscopio se aprecia un núcleo óseo, central, rodeado de cartílago vivo e infiltrado de sales de cal. Si la histogénesis de este tipo de cuerpo extraño articular no está perfectamente conocida, lo cierto es que es la consecuencia de la pulverización ósea articular y el autor ha estudiado tres observaciones cuyas lesiones pueden identiíicarse exactamente con la artritis deformante. Esta concepción lleva a conclusiones de índole práctica. Si la destrucción por pequeños traumatismos en las superficies articulares es causa de artritis deformante, el tratamiento profiláctico de esta afección, poco curable, es evitar esta destrucción. En sujetos predispuestos a la artritis seca, por edad, por artritis inflamatoria anterior, por evolución de una lesión nerviosa medular, deben evitarse los microtraumatismos, las torsiones y los esfuerzos articulares. Los aparatos de inmovilización y la quietud están indicados en muchos casos como medio de prevenir los arrancamientos óseos. Más eficaz sería un tratamiento dirigido contra la osteoporosis, que, reforzando la resistencia del hueso, les pusiera al abrigo de lesiones por pequeños traumatismos, pero a pesar de las investigaciones de Leriche (las secciones simpáticas), no tenemos medios de intervenir contra los trastornos tróficos del esqueleto osteoparótico. Cuando la pulverización es un hecho ya establecido, ¿podemos atenuar las consecuencias dañosas? El efecto de los Rayos X sobre la evolución y reducción de los osteomas, permite pensar que serían eficaces para prevenir la osificación exuberan-

ESPEClALlDAtiES

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te alrededor de los pequeños trozos de faueso diseminados en las paredes articulares. Es un tratamiento a ensayar.

NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA por el Dr. E. Qómez Merino.

La patogenia y la terapéutica del éxtasis papilar, por el Dr. Siegrist (Munchener Mediz. IVochenschrift, octubre 1927). El éxtasis papilar.no es una forma de neuritis, pues no es el resultado de una inflamación. Es la consecuencia de una acción mecánica : aumento de tensión intracraniana, determinando la compresión del nervio óptico por el liquido céfalo-raquídeo que penetra en las vainas linfáticas y perivasculares de los vasos del nervio óptico. Todo éxtasis prolongado entraña una ksiÓB del nervio, determinando una baja progresiva de la vista hasta la ceguera. El deber del médico consiste, pues, desde que la vista disminuye, en tratar particularmente el éxtasis papilar por todos los procedimientos destinados a disminuir lo más aprisa posible la tensión intracraniana. Si no hay tratamiento etiológico posible, al menos la punción lumbar repetida, aunque prudente,, se impondrá en estos casos. Mas tarde, las punciones altas, a aun una trepanación descompresiva, podrán hacerse indispensables.

La parálisis cubital de los ciclistas, por G. Stiefler. Med. Wochenschrijt, 21 octubre 1927).

(Munchener

Dos observaciones de esta curiosa afección han sido publicadas por Bernhardt. Sería debida, según Simpsoo y Destot, a la compresión del cubital en la mano entre el pisifonne y el puño del guía de la bicicleta. Stiefler ha observado un caso de parálisis bilateral con reacciones eléctricas alteradas en una -mujer'^que desde hacía qtóace días aprendía a montar en bicicleta. L,a curación absoluta fué obt^iida por el reposo y el tratamieñlto eléctrico.

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SSPECIALIPADBS

Otros dos casos más han sido estudiados por Stiefler más recientemente. Una pesquisa en los círculos ciclistas y entre los médicos no ha descubierto más casos. Sin embargo, dos médicos rurales han observado sobre ellos mismos una parálisis sobrevenida después de quince días próximamente de trayectos prolongados en bicicleta en malas carreteras y viéndose obligados a sujetar fuertemente el guía. En los dos casos le regresión de los trastornos se realizó próximamente en dos meses después de la cesación de la causa provocatriz. Estos hechos deben relacionarse con las parálisis cubitales de los telefonistas (Ca.ssirer) con las parálisis radicales del sueño, etc. ¿Podría invocarse tal vez una predisposición especial, fragilidad anterior del nervio, causa individual de esta localización ? La roentgenoterapia de la siringomielia (Anales de Roentgenología y Radiología), por los Dres. E. Giese y V. Ossinsky. Leningrado, tomo I I , fas. I, 1926. Según las últimas teorías patogénicas de la siringomielia las cavidades medulares deben su origen al reblandecimiento de una gliosis central desarrollada en la médula. Conocida la influencia biológica de los rayos X sobre el tejido gliomatoso y descontando esta acción en espera de volver a una vida activa las células aun vivientes encerradas por el -tejido gliósico, se ha pensado en aplicar la radioterapia al tratamiento de los trastornos siringomiélicos. Giese y Pssinsky comunican los resultados que han obtenido por la roentgenoterapia profunda en 14 casos de siringomielia (ocho mujeres y seis hombres de veintitrés a cuarenta y seis años) que databan de dos a trece años. En 13 de los casos se trataba de siringomielia cérvico-dorsal; en uno, de siringomielia dorsal; en cinco casos el proceso había ganado el bulbo, y en dos casos, la médula lumbar. En todos los casos existían modificaciones de las sensibilidades térmica y dolorosa; en siete casos la sensibilidad táctil estaba igualmente afecta. Todos Jos enfermos presentaban amiotrofia y desviación de la columna vertebral, así como síntomas de parálisis más o menos acentuada de los miembros inferiores y superiores; en cinco casos existía además trastornos tróficos de la piel, de los huecos y de las articulaciones.

ESPECIAUÜADES

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La técnica empleada ha sido la siguiente: tubo Coolidge 4 M = A con filtración de los rayos 0,5 Zn + 8 Al. La columna veritbral era sometida por entero o parcialmente a la irradiación, siguiendo el grado de extensión del proceso. Ordinariamente, aplic?ción de uno a tres campos de tres a cuatro centímetros de anchura y de 8 a 15 centímetros de longitud, estando protegidas las partes circundantes por caoutchout plomado. Rayos dirigidos perpendicularmente a las apófisis espinosas. Sobre cada campo, aplicación de 3/4 de dosis eritematosa. Este tratamiento era reletido con un intervalo de uno a dos días, y era recomenzado después de una pausa de dos a cuatro meses, según la evolución de la enfermedad, propagación del proceso, desaparición de la mejoría demostrada en los primeros meses del tratamiento, agravación del estado del paciente. Los resultados obtenidos han sido los siguientes : Después de una agravación general del proceso en las dos primeras semanas, lo que se observa, desde luego, es una disminución indiscutible de los dolores y de las parestesias. En los cinco casos de siringotiiielia con siringobulbia, que todos se acompañaban de cefalea, en tres este síntoma se atenuó mucho; los dolores del tronco desaparecieron en dos, de tres casos, en los que existían; los dolores en los miembros superiores en dos sobre t r e s ; una vez secamente se atenuaron, y dos veces han persistido como tales. Nótese además, que en uno de estos casos de siringobulbia, la deglución se hizo más fácil, y que en otro, hubo una disminución del ptialismo que molestaba mucho al enfermo. Los dolores en los imembros inferiores, que existían en seis casos, han desaparecido en cuatro, se han atenuado en uno, y han permanecido sin cambio en un último caso. Las parestesias disHHnuyeron y desaparecieron al mismo tiempo que los dolores. Sobre siete enfermos con paresia de las piernas, seis han experimentado una mejoría sensible; se sienten más a plomo sobre las piernas y pueden marchar con más iacilidad. Sobre seis enfermos presentando una disminución de la sensibilidad táctil, ésta se mejoró tres veces, y permaneció sin variación otras tres. La disminución de la sensibilidad dolorosa y térmica, que existía en todos tos casos, se ha mejorado de una manera sensible en ocho; en seis han permanecido refractarios. Entre los cambios alcanzados en las otras funciones del sistema n e r v i j ^ , conviene mencionar la mejoría del sentido muscular en

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ESPECIALIDADES

los dedos de la mano (un caso), la cicatrización de una úlcera del pulgar (un caso); en fin, en un caso, la disminución considerable de la tumefacción del hombro. En cuanto a la amiotrofia, ha quedado sin variación tanto en los miembros superiores como en los inferiores. En suma, aunque el número restringido de los enferme» y la duración limitada de las observaciones obliguen a una gran prudencia en la apreciación del valor de la radioterapia en los siringomiélicos, parece que este método está llamado a ocupar un lugar importante en la terapéutica de esta enfermedad.

GINECOLOGÍA por (I Dr. A. Pumarino.

Sobre la cuestión de ¡a hemostasia en la cesárea abdominal, por el Dr. Henrard, de Posen {Zenlralblal f. Gyn., 1928, núm. 4). Uno de los fenómenos más comunes en la ejecución de la cesárea cervical transperitoneal, es la presentación de hemorragias extraordinariamente intensas que suelen aparecer en el momento •de la incisión de la pared uterina sobre todo cuando aquella resulta demasiado extensa, comprendiendo no sólo la pared cervical exclusivamente, sino que penetra o se inicia también en la parte más baja del segmento inferior. Sucede naturalmente, que estas hemorragias como consecuencia de la retracción del útero después de la extracción del fruto «están reducidas a un mínimo» (Bumm); pero ocurre frecuentemente que en tanto se realiza la extracción del niño y de la placenta, tienen lugar pérdidas hcmáticas en tal cantidad que sobrepasan con mucho las que se producen en un parto perfectamente reglado. El disminuirlas en lo posible es naturalmente el deber de los operadores. La velocidad en la ejecución, acompañada, claro es, del más exquisito cuidado, es por ello una condición indispensable e imprescindible en la cesárea abdominal para lograr intervenciones satisfactorias, no exponiendo a la madre a los múltiples peligros que implica una elevada anemia en el puerperio y en la convalecencia. Bl autor ha logrado disminuir considerablemente la pérdida sanguínea, procediendo de la siguiente manera: Después de la

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abertura de la cavidad abdominal y cubierto el útero con grandes compresas, una vez separada ia vejiga, coloca en cada extremo, superior e inferior, de la incisión a ejecutar, un punto de catgut fuerte pasando ampliamente por la musculatura uterina con el objeto de evitar su desgarro. Entre estos dos puntos que un ayudante sostiene, se practica la incisión. Tan pronto se verifica la extracción del feto, el ayudante tira fuertemente de los hilos hacia abajo y hacia arriba, manteniendo con energía esta tracción, mientras el operador secciona el cordón y entrega el niño a la comadrona. Durante la extracción de la placenta cesa de nuevo la tracción para volver a mantenerla por todo el tiempo que se tarde en ejecutar la sutura de la pared, la cual está verdaderamente facilitada por la aproximación que aquella determina de los bordes de la incisión. Como Henrard, con la utilización de esta maniobra sólo ha observado mínimas pérdidas de sangre, se cree obligado a recomendar calurosamente el empleo de este procedimiento.

OTO-RIÑO LARINQOLOQIA por el Dr. Planas de Castro.

Earl S. Hallinger, de Camdem. Report of two cases atypical Mastoiditis. Exposición de dos casos de mastoiditis atípica. (Journal of Ophlhalmology, Otology and Laryngology, Nueva York, abril, núm. 3.) La primera historia se refiere a un niño de seis años al que trataban en la Policlínica del Hospital de una aparente banal otitis media aguda, que llevaba tres semanas de producción, con una supuración de mediana intensidad a través de una pequeña perforación timpánica, situada en el cuadrante postero-inferior; en la cuarta semana llega a la consulta con gran decaimiento, quejido continuo, vómitos frecuentes, mejillas fuertemente enrojecidas, rigidez de nuca, ausencia de Babinski, Koernig positivo y todos los reflejos exaltados; temperatura rectal, 40°, 2 C (104, 4 F) 120 pulsaciones y 28 respiraciones por minuto, pulso débil y taquicárdíco; todos estos síntomas tan sumamente serios se habían presentado hacía diez y ocho horas, se hizo punción lumbar, extrayendo 20 c. c. de líquido céfalo-raqufdeo, que sale con regu-

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ESPECIAIIDADBS

lar presión y algo turbio al final, su análisis revela 38.000 leucocitos ; centrifugado, se encuentran gran ndinero de estreptococos en cultivo puro; ingresado el enferniito en el hospital se le hace una radiografía de mastoides, que no estaba tumefacta, así como el oído tampoco indicaba una intensa otitis, la radiografía demuestra una mastoides espesada. Operado en el mismo día, se trataba de una mastoides ebúrnea y en el antro apenas si se encuentra pus ni granulación alguna, en el techo del additus, aparece una perforación del hueso de un diámetro aproximado a un cuarto de pulgada (seis milímetros) a través de la que se ve la dura madre engrosada y de una colíM-ación azulado obscura; el addiius y caja están desprovistos de mucosa. El niño murió en la madrugada del día siguiente en pleno coma, llegando a subir la temperatura rectal a 42°C (107, 4F). Por la anamnesis se supo que hacía dos años había padecido de otra otitis supurada aguda del mismo lado. El otro caso es el de un adulto de cuarenta y dos años que lleva seis meses con sordera y dolorimiento constante en el oído derecho, sin haberle supurado nunca, ni en la fecha de ingreso en la clínica; refiere que dos semanas antes de sentirse enfermo tuvo un fuerte coriza y que el dolor del oído se ha agravado en los últimos días, sobre todo cuando oye ruidos o sencillamente al oír hablar. Por otoscopía se ve el tímpano congestionado y engrosado, pero no abombado, sino, por el contrario, hundido en su parte antero-inferior, lo que da al tímpano un aspecto infundibular, sin perforación alguna en él, ni señales de haberla habido nunca; no hay caída de la pared postero-superior del conducto ni alteración alguna del conducto auditivo externo. No existe abultamiento mastoideo, ni siquiera sensibilidad a la presión en toda la mastoides, temperatura en la boca 3T,5 C (99,4 F ) . Se le manda hacer una radiografía de la mastoides derecha que revela una condensación del tejido óseo, el análisis de sangre dio 13.500 leucocitos. Se le opefa encontrando una mastoides ebúrnea con un antro muy profundo y que se prolonga hacia atrás en sentido opuesto al additus como si se hubieran fundido un grupo de células retroantrales; el enfermo curó de sus dolores. Con motivo de estos dos casos se extiende el autor en consideraciones acerca de la importancia de acudir a todos los medios

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para conseguir un diagnóstico sin contentarse con lo que se ve a simple vista y tan sólo con la historia de la enfermedad, debiendo acudir sobre todo a los rayos X como lo prueban estas dos historias clínicas en las que las lesiones mastoideas o antrales eran sumamente serias, no obstante no haber sintomatología de ellas. La respiración buccale habitud, ses inconvenients et traittement. La respiración bucal habitual, s u í inconvenientes y tratamiento, por el Dr. Du Pasquier. (Bruxelles Medical, mai, 1926.) Comienza diciendo que la respiración bucal habitual no es sólo un hábito antiestético que da al rostro un aspecto ininteligente y ridículo, sino que tiene inconvenientes importantes que comienzan a ser conocidos por los especialistas, haciéndose necesarios proclamar que sólo la respiración nasal es normal y fisiológica ; en efecto, la nariz, orificio exterior de las vías respiratorias en sus cavidades estrechas y anfractuosas, calienta y filtra el aire antes de introducirlo en las vías más profundas. Sin discutir las virtudes bactericidas del muctis nasal, se puede afirmar que la nariz y su cavidad son el primer bastión en la defensa de las vías respiratorias. Insiste tenazmente en afirmar que no es indiferente, aunque ofra cosa se crea que el aire inspirado llegue a los órganos respiratorios directamente sin atravesar las cavidades nasales dispuestas por la naturaleza para su purificación; este aire, inspirado por la boca, será más frío, más seco y más cargado de venenos y microbios que el que fisiológicamente atravesó, antes de llegar a las vías profundas, la nariz, y requerirá por parte de los órganos que reciben su contacto directo, reacciones de defensa más activas que las normales, entrañando, por lo tanto, la exageración de éstas y la inflamación subsiguiente de segmentos más o menos directos de las vías respiratorias. En efecto, los respiradores bucales son de ordinario niños que tienen las amígdalas anfractuosas y crónicamente inflamadas, afectos de faringitis, de catarros de cavum, laringitis y bronquitis, su sueño es agitado, con terrores nocturnos algunas veces y propensos a la laringitis estridulosa y al falso c r u p ; la respiración bucal, como puede* comprenderse, no es exclusivamente responsable de estos trastornos, o de todos ellos, ya que la mayoría

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ESPECIU.IDADBS

de estos Tliños pertenecen al tipo que se ha convenido en llamar temperamento linfático; a pesar de ello, el respirador bucal constituye un tipo clínico particularmente frecuente que es fácil mejorar, restituyendo a sus cavidades nasales la función respiratoria normal. La causa inicial de la respiración bucal habitual es siempre de origen nasal o nasofaríngeo; lo más frecuente es la presencia de vegetaciones adenoides que obstruyen el orificio posterior de las fosas nasales; la hipertrofia^ de los cornetes, los pólipos, las desviaciones de tabique nasal, las crestas y las rinitis crónicas con tumefacción de la mucosa pueden dar lugar también a la respiración bu^al habitual; como causa extranasal señala también la glosoptosis tan bien estudiada por el Dr. Robin. El tratamiento de la respiración bucal consiste, esencialmente, en restablecer la respiración nasal fisiológica por supresión de la causa que momentáneamente requería el uso de la boca para este menester. Intervendrá el especialista para practicar la ablación de las vegetaciones adenoideas, pólipos, etc., etc. Pero aunque el resultado obtenido con la operación permita restablecer las funciones fisiológicas normales, muchas veces el hábito adquirido obliga "a persistir al trastorno, siendo necesaria una reeducación de la función perdida para su restablecimiento; esta reeducación es fácil y no exige del enfermo más que un poco de paciencia y de buena voluntad; en el único caso en que esta reeducación no da ningún resultado es en la glosoptosis, en que se hace necesario el empleo de una prótesis que alargue progresivamente el maxilar y permita cerrar la boca.

DERMO-SIFILIOORAFIA por el Dr. Birrlo de Medina.

IJO lucha antivenérea

en la República

Argentina.

D R . José lyUís CARkERAS. (De Buenos Aires).—La profilaxia antivenérea en la capital de la nación es reaUzada por quince Dispensarios municipales, de los cuales una parte funciona en los hospitales, y los otros en distintos lugares, distribuido» de un modo estratégico dentro del extenso perímetro de la población,

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trabajando principalmente en las horas de la tarde, puesto que por la mañana los enfermos pueden ser atendidos en los nueve consultorios externos de Piel y Sífilis, y en los ocho, de Vías Urinarias que existen en los Hospitales municipales y en los tres de los hospitales nacionales. La municipalidad exime del pago de los impuestos a aquellos hospitales y Asociaciones sanitarias particulares—tales como las mutualistas — cuando sostienen un Dispensario antivenéreo gratuito, siempre que estas Sociedades proporcionen sin cobrarlos, los necesarios medicamentos. Debido a esta ordenanza a que hacemos referencia, se han creado Dispensarios en varios hospitales de colectividades extranjeras (entre ellos el español), llegando a seis el número de los de esta índole y funcionando todos ellos por la tarde. L,os Centros mencionados son realmente de tratamiento, pues no existe en Buenos Aires ninguno donde un sujeto que tema ser contagiado pueda realizar un método profiláctico. Dentro del radio de la capital, la nación coopera con la municipalidad en la lucha antivenérea, manteniendo dos Dispensarios en la zona portuaria. El Departamento Nacional de Higiene ha comenzado recientemente la lucha antivenérea en el interior del país y ya ha creado 10 Dispensarios en diversas ciudades, algunos de ellos conectados con hospitales nacionales, estimulando en esta ."orma a los Municipios, que han fundado otros por su cuenta. La inspección de las prostitutas se hace én el Dispensario de salubridad, y no a domicilio. En la lucha antivenérea colabora, en lo que se refiere a la propaganda, una entidad particular, la Liga argentina de Profilaxis social, que organiza conferencias, reparte folletos ilustrados y coloca grandes carteles en las esquinas de la población, llamando la atención del público acerca de los peligros de estas enfermedades. La Cátedra de Higiene de la Facultad de Medicina y el Centro de Estudiantes de Medicina, también han intervenido en la lueha antivenérea, mediante conferencias públicas dadas volun-^ tariamente por estudiantes, contando, tanto la Cátedra como e! Centro, con abundante material de proyecciones, «films», etc. Discusión.—Toman parte en ésta los Dres. Portilla, Barrio de Medina, Bravo y Sáinz de Aja.

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ESPECIALIDADES

TERAPÉUTICA por L. R.

Tratamiento de la epilepsia por la asociación calcio-paratiroide, por el Dr. J. Madsen. (Acta médica escandinávica, t. LXVI, número 6.). Biogaard y Norving demostraron los desórdenes del metabolismo, consistentes en anomalías en la regulación del amoníaco en los epilépticos. La relación normal entre el fósforo y la tasa de amoníaco en la orina no existe lo mismo en el período de las crisis que en los intervalos libres. Esta anomalía parece depender de trastornos en el metabolismo intermediario. Biogaard sostiene que se deben a un desorden funcional de las paratiroides, c invoca para ello las semejanzas clínicas y químicas entre los sujetos paratirodiotomizados, los tetánicos y los epilépticos, así como los trastornos en la regulación del amoníaco determinados en el perro por la ablación de las paratiroides y el retomo a la normal bajo la influencia del extracto paratiroideo, en tanto los demás extractos glandulares resultan ineficaces. Este resultado, sin embargo, no es constante, lo que según Nadsen debe atribuirse a la defectuosa calidad de los extractos glandulares. El autor ha estudiado el efecto de los extractos paratiroideos, dados por la boca, sobre la regulación del amoníaco en cinco epiléipticos, siguiendo una técnica personal muy cuidadosa que detalla. El extracto paratiroideo ejerce un efecto regulador incuestionable sobré lá regulación del N H ' , y la vuelta a la normal se obtuvo generalmente. Unas veces este resultado se obtiene con el extracto sólo, y otras es preciso añadir el cloruro de calcio, el cual, por sí solo, es incapaz de modificar la regulación. El efecto sobre el estado clínico fué menos demostrativo. En tres enfermos disminuyó el número de las crisis y mejoró el estado psíquico. En uno de ellos, en que el tratamiento fué instituido en épocas diferentes. Id mejoría obtenida siempre que tomaba el extracto paratirmde parece alejar toda idea de que se tratara de una pura coincidencia. No se puede, sin embargo, sentar una conclusión cerrada hasta nuevas y más numerosas observaciones. Conviene saber que los efectos del tratamiento no implican

ESPECIALIDADES

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necesariamente la existencia de una insuficiencia de las paratiroides en la epilepsia. Quizá el extracto no obra más que elevando o manifestando la tasa de la calcemia. De los diversos tratamienlos de la agitación en la excitación maniaca por el Dr. Ch. Bapt. (Tesis de la Facultad de Medicina de Toulouse, 1927). Después de un estudio muy completo de todos los tratamientos de la agitación, el autor concluye que en los agitados maníacos agudos, el somnifene hace pasar en silencio el período que correspondería al máximum de la agitación; disminuye la violencia del despertar, permite noches tranquilas, una vigilancia menos rigurosa hace posible la alimentación de los enfermos, así como la administración de medicamentos y el tratamiento de heridas y fracturas, y, por fin, prepara y apresura la convalecencia. En los agitados maníacos crónicos atempera, durante un largo período, la excitación viva y, por esto mismo, aumenta la sensibilidad. Tales son las considerables ventajas que proporciona este medicamento, tan manejable, que se puede administrar por vía bucal (gotas), por vía intramuscular y endovenosa. Gracias a este último modo de administración se puede, en los casos graves y urgentes, obtener resultados inesperados. Recordaremos, además, el emffleo del somnifene en el «delirium tremens», en el tétanos, en la epilepsia y en todas las manifestaciones nerviosas paroxísticas. Sin duda, no faltan otros medicamentos que puedan ser utilizados en estos enfermos, tales como los bromuros, el sedobral, el sulfato de quinina, el alcanfor, la valeriana, los opiáceos, el pantopon, la morfina, el allonal, doral, hioscina, hioscianina, atropina scopolamina, etc.; pero ninguno de ellos puede •compararse con el somnifene, que es el hipnótico de elección para el médico práctico.

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ACAUEMÍAS, SOCIEDADES Y CENTKOS DE ENSEfÍAN^A

ACADEIIIAS, SOCIEDADES Y CENTROS DE ENSEÑANZA REAL ACADEMIA DE MEDICINA por A. R. Rodríguez

Olleros.

El Dr. Siinonena trae a la Academia su experiencia sobre : Parkinsonianos postencefalílicos tratados por genoescopolamina. En los enfermos que con síndrome parkinsonoide postencefalítico han pasado por su consulta en estos últimos ocho años, ha hecho sistemáticamente el tratamiento de la escopolamina con idéntico resultado, esto e s : el fracaso. En un posterior grupo de cinco enfermos ha ensayado el empleo de la genoescopolamina. Comienza dando una dosis diaria de un miligramo que continúa durante diez días, a los que hace seguir otros diez de descanso. Aumenta a dos miligramos la dosis de la segunda etapa de tratamiento y aun a tres en una tercera previo tanteo, cuando antes no había mejoría. La asialia y la astenia son los síntomas que harán ponerse en guardia y aun suprimir el tóxico. Ha visto rápidas mejorías de la rigidez y temblor de estos enfermos, que vuelven a su hiperkinesia durante los períodos de descanso. Por haber encontrado a la dosis de tres miligramos síntomas de intolerancia, no ha llegado nunca a la de cinco miligramos que aconsejan otros autores. Durante el tratamiento ha observado la aparición de insomnio que de otra parte también puede ser explicado por el insomnio que muchas veces sucede al letargo de los postencefalíticos. Si bien es verdad que con la escopolamina se consigue grandes mejorks, sobre todo de los síntomas arriba señalados, nunca ha logrado curaciones definitivas. El Dr. Crespo Alvarez presentó un caso d e : Ausencia nita de una costilla.

congé-

Con motivo de una exploración radiológica hecha en una enferma que padece una pleuritis fímica, observó la ausencia total

ACAllKMIAS, SOCIEDADES Y CENTROS DE ENSEÑANZA

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de la primera costilla derecha, sin que haya ninguna otra perturbación morfológica en el resto del esqueleto del tórax. No tiene la enferma antecedentes quirúrgicos de ningún género ni presenta cicatriz que indique alguna intervención. Tiene gran interés el caso por no haberse publicado ningún otro idéntico. ACADEMIA MEDICO QUIRÚRGICA Con motivo de la comunicación del Dr. Duque sobre : Infarto del corazón (Caso clínico). Intervinieron las primeras figuras de cardiología, tratando como punto principal de discusión la posibilidad o no de ser diagnosticada esta afección en vida. Trae el ür. Duque el caso de una enferma de setenta y cinco años, que por exploraciones anteriores había diagnosticado de bronquitis crónica, esclerosis renal, e insuficiencia cardíaca. Tiene una P. A. Mx de 140 y P. A. Mn 105, y urea en sangre 0,61. Súbitamente con motivo de un pequeño ejercicio muscular como el que supone bajarse de la cama, presenta un acceso intenso de disnea y fallece. E n autopsia hay infarto hemorrágico del ventrículo izquierdo y rotura ventricular en el lugar donde asienta una placa mielomalácica; endoarteritis de coronarias. I,o mismo que en este caso, ea cuantos ha recopilado con motivo del estudio casuístico del infarto cardíaco muestran al doctor Duque la imposibilidad que hay para ser diagnosticada antes de la muerte. El hecho de que siempre concomita en corazones previamente lesionados, así como el que la sintomatología depen? da de la extensión y localización de la placa del infarto contribuye a ello. Crespo A harez dice : puede ser diagnosticado el infarto cardíaco en clínica; si un enfermo cardíaco hipertenso experimenta un dolor anginoso intenso, juntamente con un descenso brusco de presión arterial y aparición de trastornos cardíacos graves, tales como arritmias, accesos de taquicardia paroxística que no ceden con la excitación del neumogástrico, alteraciones electrocardiográfícas; hasta inversión de onda T, debemos pensar en un infarto hemorrágico.

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Sin embargo, en gran número de autopsias vemos placas fibrinosas en el corazón sin que en vida nada nos haya hecho pensar en esta lesión. Nos muestra ello la frecuencia con que pasa desapercibida esta afección. No es esto lo que ocurre siempre, pues Calandre también aporta casuística de enfermos en que el hecho de que la sintomatología fuera resultante de un conglomerado de las diferentes formas clínicas : anginosa, hiperálgica, sincopal y arrítmica, hacía pensar desde un principio en la enfermedad que nos ocupa. El Profesor Sánchez Covisa trae un caso clínico de : Leishmaniosis cutáneomucosa y visceral. Tiene de interesante la coexistencia de la leishmaniosis cutáneomucosa o espundia con la leishmaniosis visceral. Muchacho de catorce años, natural de Colmenar del Arroyo donde siempre vivió; presenta después de unos días de malestar general tumefacción intensa del labio superior, adelgazamiento progresivo hasta caquexia y abultamiento del vientre por esplenomegalia intensa con hepatomegalia ligera. La punción del bazo acusa abundantes leishmanías. Se le trata con tártaro estibiado en inyección y disoluciones de este medicamento al 1 por 100 en fomentaciones locales. Recibió 40 inyecciones comenzando con dosis progresivas hasta llegar a la de 10 centigramos por inyección, sin presentar el menor síntoma de intolerancia. Experimenta aumento rápido del peso, disminución de la esplenomegalia y granulación rápida y completa de la úlcera gingivobucal. Hs raro las lesiones cutáneomucosas de leishmaniosis en España, así, el Dr. Benavente García dice que en 60 casos por él estudiados de leishmaniosis en niños no encontró en ninguno de ellos lesiones cutáneas ni mucosas. Había en algunos lesiones de estomatitis, púrpuras y petequias, en cuya patogenia influía las lesiones vasculares que producían retracciones de los capilares, siendo las manifestaciones cutáneas mencionadas consecutivas a ello. De las tres clases de leishmaniosis consideradas: visceral o kala-azar infantil, botón de Oriente y leishmaniosis cutáneomucosa llamada espundia por los autores brasileños, solamente las dos primeras se creía eran autóctonas en España; el Dr. Gonzá-

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lez Suárez presentó en sesión pasada a esta Academia un caso en el que, después de tratada una leishmaniosis visceral de un adulto, presentó lesiones cutáneomucosas; es, sin embargo, mucho más demostrativo, dicen los Dres. Sicilia y Sanz Berreded, el caso presentado por el Profesor Sánchez Covisa de la existencia de leishmaniosis autóctona en España. En sesión extraordinaria se trató en esta Academia el tema de : Resultados clínicos del empleo de la vacuna Ferrán. El Dr. Verdes Montenegro, que actuaba de ponente, hizo un documentadísimo estudio de las teorías de Ferrán, comparó éstas con las de otros experimentadores, de quienes se dice que han ratificado las apreciónos del ilustre bacteriólogo español, mostrando muy a las claras las diferencias grandes que, en cuanto a las conclusiones, existe entre ellos y Ferrán. En modo alguno se puede aceptar que bacilos de tipo coli sean capaces de transformarse en Koch y viceversa, doctrina que fundamenta el empleo de la vacuna antituberculosa de Ferrán. Las muchas felicitaciones que por su científica y demostrativa ponencia recibió el Dr, Verdes Montenegro, se acompañaron de críticas por el hecho de haber sido eludida la cuestión clínica que la enunciación de la ponencia indicaba. Intervinieron numerosos doctores : de un lado Crespo A Ivar£z, Partearroytf, Garda Triviño, Bravo, Muñoyerro, etc., para defender con el aporte de estadísticas abrumadoras y de hechos clínicos demostrativos su criterio ya expuesto en otras intervenciones por el mismo motivo; la oposición a que siga utilizándose en los establecimientos públicos la vacuna de Ferrán. Por el contrario, el Dr. Codina, emi>lea otros argumentos en pro de su empleo. Muy dignas de elogio fueron las palabras con que el doctor Espina llamó a la concordia a los representantes de las dos tendencias opuestas. Indicaciones, y contra-indicaciones del neumotorax artificial en el tratamiento de la tuberculosis pulmonar. (Conferencia dada por el Dr. Egaña en el Sanatorio de la Fuenfria (Cercedilla), en el Curso de Tisiología, organizado por los doctores Ubeda Sarachaga y Baudilio López Duran). Da orden de preferencia en la descripción, a las contraindi-

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cacíones para eliminar desde luego todas las causas de fracaso por máfa indicación o por tratamiento insuficiente bien sea en su técnica, duración o ambiente inadecuado. Así se evitará el desprestigio de un método que sin duda es la mayor conquista en la terapéutica de la T. P. La primera contraindicación puede constituirla el médico mismo si no está rodeado de utillage e instalaciones necesarias para acudir a las complicaciones que en este método pueden presentarse de una manera urgente. Las adherencias no constituyen contraindicación sino un obstáculo para la formación de la cámara de aire. No tenemos un medio seguro para diagnosticar las adherencias. Ni los medios físicos, radiológicos, ni los clínicos, nos dan una orientación segura, por lo cual, cuando creamos que existe la indicación, debe intentarse aunque se crea que no existe espacio libre interpleural. Muestra bellas radiografías de las que parecía deducirse existían adherencias y en las que se obtuvieron neumotorax que hicieron cambiar el oscuro pronóstico de los enfermos. Con este motivo recuerda el mecanismo de formación del N. A. estudio hecho por el autor detalladamente en un trabajo publicado anteriormente, para explicar la fuerza de adhesión de la interpleura al través de la cual se determinan atracciones de la pared costal considerables que hacen creer en la adherencia. Cree que las lesiones bilaterales, cuando existe gran predominio de uno de los lados, puede no constituir contraindicación por sí sola y muestra radiografías seriadas con las que demuestra la mejoría de las lesiones del pulmón no intervenido durante el curso del N. Hace sin embargo la salvedad que los mejores resultados a igualdad de otras condiciones, se obtienen en los que la unilateralidad es más estricta. Las lesiones laríngeas son compatibles, en general, con esta intervención y la disminución o supresión de la espectoración determinan la mejoría y curación de estas lesiones. E n cambio, las lesiones constituidas de la mucosa intestinal se exacerban con el método. Pero si las alteraciones intestinales son de origen tóxico, mejoran; por lo cual, cuando no pueda hacerse un diagnóstico exacto y la indicación persista, por lo que al aparato respiratorio se refiere, debe llevarse a cabo a modo de ensayo, dispuesto a retirarse si el diagnóstico de localización fímica intestinal se confirmara durante su transcurso.

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Ciertas insuficiencias cardíacas bien compensadas hasta entonces, pueden tener un maligno despertar con la colapsoterapia, especialmente cuando se trata de mujeres obesas con N . del ladq derecho, con adherencias superiores en los que se produce un basculamiento del corazón. En lo que se refiere a la forma anatomo-clínica, están contraindicados la forma miliar y granúlica. Teniendo en cuenta las contraindicaciones, es más fácil entrar en el terreno de las indicaciones, sobre todo, teniendo en cuenta dos bases fundamentales, que son : 1.* Resultado obtenido con el método sanatorial simple; y 2." Tolerancia del neumotorax hipotensivo. No debe intentarse el método mientras se crea en la posibilidad de curación sin é l ; y si el curso no es favorable espontáneamente, colocado el enfermo en las mejores condiciones posibles, o la importancia de las lesiones, nos dan a priori igual certeza, recurrir al método empleado en su forma hipotensiva y a modo de ensayo que se continuará sólo cuando se vea el resultado favorable. De este modo se podrá ensayar este tratamiento en una porción de enfermos en los que el método simple sea insuficiente. Esto, aparte de la forma anatomo-clínica que por sí sola enfoca más concretamente la indicación. A este propósito muestra lesiones graves y cavernas de gran tamaño que cicatrizaron espontáneamente y cavernas gigantes que fueron tributarias del método con resultado maravilloso. Habla de las formas crónicas, de las agudas. Se refiere a un trabajo suyo anterior sobre el neumotorax hemostático con estadística favorable en el 92 por 1(K) de los casos, en número de 29. Habla de la indicación en el neumotorax espontáneo y en los exudados pleuríticos y hace consideraciones de orden social y familiar que pueden hacer Variar la indicación en cierto modo. Al terminar el Dr. Egaña su notabilísima Conferencia, recibió muchas felicitaciones de la selecta y numerosa concurrencia que llenaba el salón. A dichos parabienes unimos el nuestro, muy sincero.

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BIBÍ.IOGRAFIA

BIBLIOGRAFÍA Tratado de Patología Interna, publicado bajo la dirección de los doctores Enríquez, L,affitte, Laubry y Vincent, Tomo I. Enfermedades infecciosas, parasitarias, de la boca, faringe, esófago, estómago e intestino. Traducido por el Dr. Manuel Salvat. Barcelona. Salvat, editores, S. A. 1927. Sobre nuestra mesa de trabajo emerge su abultado volumen este primer tomo de la obra de Patología interna que dirige el Dr. Enríquez. Consta de 1.500 páginas de excelente papel con escasos grabados ; todo ello es, pues, ciencia. Una impresión clara y agradable- hace que no resulte pesada la lectura de este voluminoso libro donde se exponen con extensión las materias citadas. En esta magna obra han contribuido con su aportación científica valiosa, los Dres. Carrié, Gastón-Durand, Gutmann y Veil. Las enfermedades infecciosas están comprendidas en 46 capitules dedicados cada uno de ellos al estudió completo y detallado de una enfermedad. Cada uno de estos capítulos constituye una bella y clara lección clínica donde se exponen ordenadamente y con arreglo al concepto clásico, la definición, historia, epidemiología, etiología, bacteriología, anatomía patológica, síntomas, formas diversas de la enfermedad, complicaciones, evolución, pronóstico, diagnóstico y tratamiento de todas las dolencias de causa exógena infecciosa o producidas por parásitos. Se comprende la importancia de este estudio cuando se ve que están dedicadas a él las mil primeras páginas de este tomo. ha segunda jjarte del libro se refiere a las enfermedades del tubo digestivo y está subdividida en otras cuatro que se refieren a las afecciones que asientan en la boca y faringe, esófago, estómago e intestino. Se ha de convenir, y es lógico, que esta parte segunda no desmerece de la primera, pues con la misma claridad, extensión ' y método se citan todas las dolencias del aparato digestivo, de importancia capital muchas de ellas. La crítica, in extenso, de esta obra, nos llevaría más tiempo y espacio del que podemos disponer. En resumen, podemos afirmar que el «Enríquez» no es uno de tantos Tratados de Medicina como están • viendo la luz. estos años; es un Tratado que posee un sello y unas características especiales : el sello «s la concisión extensa (si se nos permiten estas palabras de sentido opuesto), es el decir cuanto se debe decir sin olvidar un detalle, pero sin que lo dicho resulte un todo amazacotado y machacón que cause al lector. Las características son la ordenada sucesión de lo que se expone y el aspecto atrayente de la obra que sólo al mérito y valía de la Casa Salvat, editores, corresponde.—J. Mut.

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