MACRORHABDUS ORNITHOGASTER, LAS MAL LLAMADAS MEGABACTERIAS

“MACRORHABDUS ORNITHOGASTER, LAS MAL LLAMADAS MEGABACTERIAS” Autor: Juan Diego Refoyo Vizán (Veterinario especializado en exóticos, Clínica Vet. Sylve

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“MACRORHABDUS ORNITHOGASTER, LAS MAL LLAMADAS MEGABACTERIAS” Autor: Juan Diego Refoyo Vizán (Veterinario especializado en exóticos, Clínica Vet. Sylvestralia) Ldo. en Biología, Ldo. en Ciencia y Tecnología de los alimentos y Ldo. en Veterinaria.

FIGURA 1: Megabacterias en proventrículo de pollo de canario.

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INTRODUCCIÓN

Es por todos conocidos la relación existente entre el hombre y los animales extraídos del medio natural para ser domesticados y mantenidos como “mascotas”, desde tiempos inmemoriables. La medicina y clínica de exóticos incluye a todos aquellos animales diferentes de perros y gatos, y se fundamenta, en animales muchos de los cuales aún no son reconocidos como animales domésticos, debido simplemente al apelativo que se les aplica de “exóticos”; sin embargo muchos de estas especies llevan multitud de generaciones criándose en cautividad y se podría decir que están tan domesticadas como nuestros queridos perros y gatos, tanto es así, que existen multitud de mutaciones, variedades... Además si hacemos referencia a la definición de animal doméstico dada por la RAE: “El que pertenece a especies acostumbradas secularmente a la convivencia con el hombre y no es susceptible de apropiación”, podríamos considerar que gran cantidad de dichas especies, como pueden ser los periquitos, ninfas, agapornis, canarios... llevan tal cantidad de generaciones seleccionándose por parte del hombre para agradar a nuestros sentidos, y están tan adaptados a la vida en cautividad que implicaría una gran dificultad, por no decir imposibilidad, un intento de readaptación a la vida silvestre por parte de estos. Además hemos de decir que en los últimos años gran cantidad de especies principalmente psitácidas se están comercializando en el ámbito de las “mascotas afectivas”, por su inteligencia y capacidad para establecer algún tipo de relación afectiva entre el ave y el hombre, acentuando dicha facilidad para establecer este tipo de relaciones mediante la cría a mano, modificándose e interviniendo en cierta medida en función de la especie de la que se trate, en la impronta de dichos animales. Es por ello que este grupo de animales incluidos por nosotros dentro del grupo de los “exóticos”, al menos en lo que incumbe a la clínica y medicina veterinaria, han tomado gran importancia tanto económica como sociocultural en las últimas décadas, y se han abierto un hueco importante entre los más frecuentes animales de compañía o animales afectivos, hasta el punto que últimamente se está tratando de legislar respecto a la tenencia, mantenimiento y cría “de todo un conjunto de lo que consideran exóticos”, aunque de manera no muy acertada. De esta manera se puede decir que ha ido surgiendo poco a poco una nueva rama de la veterinaria con múltiples ámbitos de aplicación destinados a este tipo de animales. Por ello trataremos de aportar en sucesivas ediciones pequeños artículos de divulgación a cerca de la clínica y medicina aviar, en este caso tratará de las conocidas Megabacterias.

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TAXONOMÍA Hasta hace poco se desconocía si se trataba de bacterias o de hongos, de hecho se le aplica comúnmente el término de megabacterias. Los primeros indicios que hicieron pensar que deberían incluirse en el Reino Fungi fueron el descubrimiento de que en su pared celular había elementos formados por celulosa y quitina. (Ravelhofer-Rotheneder et al., 2000). La especie tipo es definida por Tomaszewski et. al. 2003 como: células vegetativas alargadas (2–3 x 8–20 µm) que se dividen por fisión y se pueden encontrar solas o en pequeñas cadenas formadas por dos a cuatro células. Tomaszewski et al. (2003) realizaron un análisis filogénetico clasificándolo como un hongo ascomiceto anamórfico.

CONDICIONES CULTURALES Actualmente se está avanzando en este campo, y cada vez existen más estudios a este respecto, aunque se puede decir que aún no existen con certeza unas condiciones óptimas de crecimiento de estos microorganismos. Algunos autores sugieren como condiciones óptimas en Medio Basal de Eagle´s, 20% suero fetal bobino, 5% de glucosa o sacarosa a un rango de pH entre 3 h 4 y condiciones de microareofilia a una temperatura de 42 º C. (Hannafusa et. al. 2007) Aunque no está claro el papel del pH en las condiciones de crecimiento de estos microorganismos en aves sin infección el pH puede variar entre 0.6 y 2,5 y sin embargo en aves infectadas el pH se encuentra en torno a 7. Algunos autores sostienen que el pH adecuado de crecimiento se encuentra entre 3 y 4, y que a pH mayores el crecimiento de dicho microorganismo se ve inhibido. Basandose en esto se han tratado animales infectados con cimetidina (tratando de elevar así el pH) sin resultados satisfactorios.

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FIGURA 2: Megabacteria en división (Y) en heces.

SÍNTOMAS CLÍNICOS La enfermedad producida o en la que se encuentra implicada Macrorhabdus ornithogaster se conoce como Macrorhabdosis o megabacteriosis. La presentación más común es la pérdida de peso crónica. Con frecuencia se produce regurgitación y polifagia seguida de disminución de ingesta. En las heces pueden aparecer semillas no digeridas. Todos estos síntomas son iguales a la enfermedad de dilatación proventricular por lo que habría que incluirla dentro del diagnóstico diferencial. La mortalidad puede ser alta, pero los animales pueden recuperarse espontáneamente.

TRATAMIENTO Los objetivos del tratamiento son reducir el número de microorganismos y mejorar el estado general e inmune de las aves. También se puede realizar un tratamiento sintomático asociado.

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Existen referencias de que puede ser encontrado en las heces pero sobretodo se encuentra en el istmo entre proventrículo y ventrículo, y no hay estudios a cerca de la resistencia del agente en el ambiente. Existen estudios que plantean que se trata de un microorganismo oportunista, provocando mayor mortalidad asociado a desórdenes que producen inmunosupresión. Posee amplia resistencia a medicamentos terapéuticos y antifúngicos comunes, siendo el de mayor eficacia demostrada hasta ahora, la anfotericina B.

TRANSMISIÓN La principal fuente de infección son las aves portadoras asintomáticas (Baker, 1997). No existen estudios que demuestren una transmisión vertical del microorganismo, pero se piensa que se transmite a través de la alimentación a los pollos mediante la regurgitación de la comida y la transmisión oro-fecal son las más comunes. Se piensa que un alojamiento conjunto de distintas especies, unido a una bioseguridad deficiente aumentas las posibilidades de transmisión del agente.

PATOGENIA Y VIRULENCIA Dicho microorganismo se encuentra principalmente en proventrículo y molleja, pero fundamentalmente en el istmo que separa ambos compartimentos (también se han encontrado en preparaciones histológicas de hígado y bazo), y en segundo lugar en el ya citado proventrículo. El proceso patogénico no es bien conocido. Se cree que coloniza la superficie del proventrículo, penetrando en la pared hasta afectar a las células secretoras de mucus produciendo su atrofia. Frecuentemente se la asocia como agente secundario que produce enfermedad tras otro proceso que merma la capacidad inmunitaria del animal, de esta forma muchos autores sostienen que se trata de una enfermedad multifactorial siendo muy pocos los casos en los que se piensa que la megabacteria es la única causante del proceso patológico. La “megabacteriosis” es una enfermedad cuya mortalidad y morbilidad dependen de la especie de que se trate. Así en periquitos (Melopsittacus ondulatus) puede llegar a alcanzar una elevada morbilidad y mortalidad en voladeros altamente poblados, por el contrario en psitácidos de mediano porte y gran porte adultos la morbilidad puede ser moderada pero la mortalidad es baja.

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Este microorganismo se ha encontrado en multitud de especies aviares, aunque la prevalencia dentro de cada una de dichas especies según han reflejado multitud de estudios es relativamente baja, exceptuando en periquitos y en canarios. Se piensa que los periquitos han sido los reservorios por medio de los cuales dicho microorganismo se ha extendido por todo el mundo llegando a utilizar multitud de especies como hospedadores, presentándose en ellos diferentes formas clínicas o incluso ninguna.

FIGURA 3: Canario muerto por megabacteriosis. Nótese la condición corporal.

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