MANEJO DEL MONTE PODA Y RALEO DE FRUTOS

Manejo del monte 1 CAPITULO X MANEJO DEL MONTE PODA Y RALEO DE FRUTOS PODA La poda de las plantas cítricas es una técnica cultural sobre la cual ex

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PODA DE CEREZO Y GUINDO MANUEL COQUE FUERTES Ma BELÉN DIAZ HERNANDEZ ^ MINISTERIO DEAGRICULTURA PESCAYALIMENTACIÓN SECRETARIA GENERALTECNICA PODA

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Manejo del monte

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CAPITULO X

MANEJO DEL MONTE PODA Y RALEO DE FRUTOS PODA La poda de las plantas cítricas es una técnica cultural sobre la cual existen opiniones contradictorias, tanto en lo referente a su necesidad como a su ejecución práctica. Es una tarea laboriosa, que incide en forma significativa en el costo de producción, tanto por su realización en sí como por la eliminación del material cortado. Por otra parte, los resultados que muchas veces se esperan de la poda no siempre se consiguen, debiendo tener en cuenta que sobre las plantas inciden otros factores como fertilización, estado sanitario y riego, entre otros, que pueden influir tanto o más que la poda en el resultado final. Por ser una técnica fundamentalmente manual, el criterio del hombre tiene gran influencia y la aplicación práctica de normas previamente definidas puede realizarse de diferentes maneras, ya que los podadores no siempre concuerdan en las ramas a eliminar. Como consecuencia puede resultar arriesgado recomendar normas concretas de poda, ya que cada lote, especie, variedad y combinación presentan características diferentes. Objetivos de la poda. En general, la poda comprende un conjunto de operaciones que consiste específicamente en acortamiento y supresión de ramas en la copa de las plantas, para modificarlas y adaptarlas a las condiciones del cultivo comercial con los objetivos siguientes: a) Formar un armazón vigoroso, fuerte, sólido, constituido por ramas dispuestas en forma adecuada, de manera que puedan soportar

el peso de la cosecha, que brinden una buena aireación e iluminación para no crear un ambiente favorable a la proliferación de enfermedades. b) Conseguir un equilibrio entre la vegetación y fructificación, asegurando de esta forma una producción continua, regular, de calidad comercial, y disminución del costo de producción al favorecer la aplicación y eficacia de otras tareas culturales y de la cosecha. c) Recuperar plantas agotadas, pero sanas o afectadas por agentes climáticos, retornándolas a condiciones de fructificación normal. Principios relativos a la poda. Luz solar. La luz solar proporciona la energía para la fotosíntesis, proceso por el cual el dióxido de carbono del aire y el agua proveniente del suelo, se combinan en los cloroplastos de las hojas para formar sustancias hidrocarbonadas o azúcares, básicas para el desarrollo vegetativo y la fructificación. Por lo tanto, es necesario brindar a las plantas las condiciones óptimas para la captación de la luz solar por parte del follaje, teniendo en cuenta además que la luz solar no sólo influye en la floración, sino también en la maduración y color de los frutos. Hábito de crecimiento. Las plantas cítricas, cuando se les permite crecer naturalmente, adquieren una copa típica con forma y características vegetativas determinadas, propias de cada especie, variedad y combinación injerto/portainjerto. Las primeras ramas tienden a crecer verticalmente hasta que se arquean debido a su propio peso, o por los frutos que hayan podido

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producir. En la parte superior de estas ramas se producen nuevas brotaciones, las que posteriormente se inclinan, repitiéndose el proceso. De esta manera, las plantas adquieren un equilibrio entre la fructificación y la vegetación que puede favorecer su longevidad, pero económicamente no es lo más adecuado. Mediante la poda se debe intentar modificar el equilibrio natural para que el cultivo de los cítricos sea más rentable. Equilibrio carbono-nitrógeno. La relación entre la productividad y el desarrollo vegetativo depende en gran medida del equilibrio entre los compuestos de hidratos de carbono y de nitrógeno. Cuando ambos compuestos son escasos, el desarrollo de las plantas es pobre y baja su producción. Cuando el contenido de los hidratos de carbono es bajo y alto el de nitrógeno, las plantas tienden a producir un crecimiento vegetativo vigoroso y baja producción de frutos. Como los hidratos de carbono se producen y almacenan en las hojas y ramas, una poda excesiva acentúa el problema mencionado anteriormente. Cortes básicos de la poda. Los principales cortes de la poda son el despunte y el desbrote, usados con objetivos diferentes. El despunte es utilizado para romper la dominancia apical y estimular la brotación lateral, lo que produce una planta más compacta. El desbrote es la eliminación total de brotes de las ramas o del tronco, favoreciendo el crecimiento de los restantes, resultando una planta más grande, más abierta, con mejor iluminación en el interior de la copa. Alternancia de producción. Algunos cítricos tienen por hábito el variar su producción, alternando altos y bajos rendimientos. Cuando la producción es alta se agotan las reservas de hidratos de carbono, siendo la siguiente pobre, con excesivo crecimiento vegetativo. La ejecución de la poda después de una alta producción acentúa este problema por el consumo y reducción de la capacidad de producir hidratos de carbono. Además, los frutos son de baja calidad comercial.

En cambio, la poda entre una baja y alta producción reduce la alternancia y mejora la calidad de los frutos. Relación entre el tamaño de las plantas y el área de producción de los frutos. Plantas de gran porte, con alto rendimiento individual, no producen mayor número de frutos en relación con aquéllas de menor tamaño. La mayoría de los frutos se ubican en la parte más externa de la copa, entre los 0.90 m a 1.00 m de ancho, donde hay una mejor captación de la luz solar. El interior de la copa de las plantas está ocupado por una estructura que sirve de sostén, donde la formación de frutos es escasa o nula. Por lo tanto, la proporción entre área de producción de frutos y estructura de sostén disminuye a medida que las plantas aumentan de tamaño, de manera que las más pequeñas constituyen unidades de producción más eficientes. Sin embargo, un mayor número de plantas de menor volumen de copa por unidad de superficie, no contiene mayor follaje capaz de producir frutos. Un aumento de producción por superficie puede obtenerse manteniendo las plantas a una altura de 1.80 m, donde el área no fructífera sería eliminada o reducida. Respuesta a la poda. Mediante la poda se procura un equilibrio entre la vegetación y fructificación, dos factores opuestos, pudiendo predominar uno sobre el otro de acuerdo a la intensidad de la misma. La poda realizada con cierta severidad induce a un crecimiento vegetativo vigoroso, especialmente cuando se efectúa antes de la época principal de brotación. En estas condiciones el sistema radicular suministra agua y nutrientes a un menor volumen de copa. Por otra parte se reduce la producción, se aumenta el tamaño y el contenido de jugo en los frutos, disminuyendo los sólidos solubles y la acidez. La respuesta e intensidad de la poda está también relacionada al vigor de las plantas. Cuanto más vigorosas sean las plantas, menor debe ser la intensidad de poda. En los cítricos, a diferencia de frutales de hoja caduca, se dificulta alcanzar el equilibrio entre la vegetación y la

Manejo del monte fructificación, dado que ésta última no es visible en el momento de realizar la poda. Una manera de conocer el resultado de la poda es mediante la observación del vigor de la nueva brotación. Si ésta es de vigor medio, la intensidad ha sido correcta. En cambio, si aparecen numerosos chupones, será por causa de una poda severa y si la vegetación es débil, ésta no ha sido suficiente. Poda de formacion y poda de plantas jovenes. Mediante la poda de formación se pretende conseguir un armazón vigoroso, fuerte, sólido, constituido por ramas dispuestas en forma adecuada, de manera que pueda soportar el peso de la cosecha y que brinde una buena aireación e iluminación, para no crear un ambiente favorable a la proliferación de enfermedades. La poda de formación se inicia en el vivero, donde el brote originado en el injerto es despuntado a una altura de 50 cm. De los brotes laterales originados, se dejan desarrollar 3 ó 4 equidistantes y situados en distintos planos, para formar las ramas principales de la copa de la futura planta. Cuando estos brotes han alcanzado una cierta longitud se realiza una poda de acortamiento, para favorecer su engrosamiento y obligarlos a brotar. De estos brotes se elegirán los más vigorosos, situados en la extremidad, los que constituirán las ramas secundarias. Antes de extraer las plantas del vivero se efectúa una poda de acortamiento de la copa, que tiene por finalidad compensar las raíces que se pierden durante la extracción y establecer un equilibrio entre ambas partes. La poda en plantas jóvenes debe evitarse o debe ser leve, para no estimular el crecimiento en forma excesiva y demorar la entrada en producción. Normalmente se eliminan los brotes originados del tallo, los del portainjerto, los mal ubicados o los que puedan competir con las ramas principales. Poda de plantas adultas.

3 El objetivo principal de la poda de plantas adultas en plena producción es conseguir un equilibrio entre la vegetación y fructificación, asegurando de esta forma una producción continua, regular y de calidad comercial, además de favorecer la aplicación y eficacia de otras tareas culturales y de cosecha. Para su ejecución, es necesario tener en cuenta los principios y factores mencionados más arriba. Por otra parte, hay que considerar época y frecuencia. Respecto a la época, es generalizado el concepto de realizarla después de pasado el período invernal y de cosecha y antes de la floración y cuajado de los frutos. Con respecto a la poda tardía, realizada en plena actividad vegetativa y de floración, existen opiniones contradictorias, donde la producción puede verse afectada y la planta puede quedar expuesta a las bajas temperaturas del próximo invierno, si no tiene tiempo de crear suficiente follaje. En las variedades de recolección temprana y de media estación, no existe problema en lo que se refiere a la cosecha. No ocurre lo mismo en las variedades tardías, donde hay que decidir entre perder parte de la producción presente o esperar hasta después de la cosecha, realizando la poda en el verano. En lo referente a la frecuencia, cuando más espaciadas se realicen mayor será la intensidad, el diámetro de las ramas a eliminar y el costo de realización. Un programa de poda debe comenzar antes de efectuar cortes intensivos y continuarse a intervalos regulares, para mantener a las plantas en forma y tamaño adecuados, con óptimos rendimientos en frutos de calidad. Debe diagramarse de manera tal que simplifique las operaciones de eliminación del material podado. Poda de rejuvenecimiento. Mediante una poda severa, es posible recuperar plantas agotadas, pero sanas o sólo afectadas por agentes climáticos, llevándolas a condiciones de fructificación normal. La intensidad dependerá del grado de agotamiento o afectación del daño, teniendo en

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cuenta, por otra parte, que a mayor intensidad de poda mayor será el período sin producción. En el caso de plantas agotadas, la poda consiste en la eliminación de todo el follaje y ramas menores de 3 cm de diámetro, que será mayor cuando la planta sea menos vigorosa. La intensidad de la poda en plantas afectadas por agentes climáticos, por ejemplo heladas, dependerá del daño producido en la copa. La ejecución debe realizarse después de que se produzca la brotación, que delimitará hasta dónde se han secado los tejidos por efecto del frío. Todos los cortes deben realizarse en el tejido vivo, eliminando toda la madera seca. Para los dos casos señalados es necesario realizar posteriormente despunte y desbrote de la vegetación producida, para la formación de la nueva copa. Además, es necesario proteger aquellas partes de la planta que se han desarrollado a la sombra y que quedan expuestas al sol después de la poda. Se recomienda el uso de lechada de cal, que asegura una buena protección. Instrumentos utilizados en la poda. El instrumento más corriente es la tijera de podar, por su comodidad y rapidez de ejecución. El gancho o elemento no cortante de la tijera debe apoyarse siempre sobre la parte a suprimir; de este modo la magulladura que resulta de la presión quedará sobre esa porción de la rama. En cambio, la lámina cortante debe apoyarse en el lado más próximo al punto de la rama donde se realizará el corte, sin dejar tocones que al secarse constituyen una puerta de entrada para agentes patógenos. Cuando el diámetro de las ramas sobrepasa los 2 cm, el corte con la tijera se hace más difícil y en ese caso es necesario el empleo del serrucho de podar. La hoja de este instrumento es curva y el corte no es liso, pero manejado por un hábil operario no deja desgarros difíciles de cicatrizar.

La poda puede realizarse con mayor facilidad utilizando tijeras o sierras accionadas por electricidad, aire o hidráulicas. Con frecuencia las sierras se colocan en el extremo de palos de diversas medidas que extienden el alcance de los operarios. Eliminacion del material cortado. Los residuos resultantes de la poda deben ser eliminados de la quinta lo más rápidamente posible, resultando un gasto igual o ligeramente menor al costo de la misma. Cuando el tamaño y cantidad de material podado no es importante, puede desintegrarse con las cortadoras rotativas, al realizarse el corte de la maleza. Cuando se trata de ramas de cierto diámetro y el material es abundante, es conveniente sacarlo y quemarlo en un sitio adecuado.

RALEO DE FRUTOS Algunas variedades de mandarinas (por ejemplo Satsuma, Improved, Dancy, Murcott) tienden a producir en exceso dando frutos pequeños, mientras que otras poseen alternancia de producción, dando frutos de reducido tamaño en los años de carga (por ejemplo la Común). El raleo de frutos es una práctica cultural importante, con la cual se persigue incrementar el tamaño de los frutos remanentes. Como su nombre lo indica, consiste en el eliminación de frutitos, generalmente en forma manual, de todos los sectores de la planta; especialmente los que se encuentran ubicados más externamente y en racimos, dejando los restantes bien repartidos, en cantidad adecuada y en condiciones de alcanzar un buen tamaño comercial. Se aconseja realizarlo a partir del mes de diciembre, hasta el mes de febrero. Cuanto más temprano y más intenso es el mismo, mejor será el resultado obtenido. La cantidad de frutitos a eliminar es del 50% de los presentes al momento de efectuar el raleo.

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BIBLIOGRAFIA -BOSWELL, S. B. and COLE, L. A. 1978. Pruning Citrus in California: A Review of Origins and History. California Citrograf. 63 (4): 80-84. -BOSWELL, S. B. and COLE, L. A. 1978. Pruning Citrus in California: A Review of Origins and History. California Citrograf. 63 (5): 109-111. -McCARTY C. D., S. B. BOSWELL, R B. BURNS, R. G. PLATT, K.W. OPITZ and L.N. LEWIS. 1974. Pruning Citrus Trees. California Agricultural Experiment Station Extension Service. 15 pp. -PHILLIPS, R. L. 198?. Pruning Principies and Practices for Florida Citrus. Circular 477.

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(Preparado por M. Ragone)

USO DE REGULADORES DE CRECIMIENTO En los últimos años los reguladores de crecimiento, empleados en dosis y época adecuada, han aportado importantes mejoras en la producción de las plantas cítricas. Pueden utilizarse en todos los procesos, desde la propagación y crecimiento de las plantas hasta la postcosecha y almacenamiento de los frutos. Los aportes más significativos están en los procesos de producción de frutos, mejora y preservación de la calidad de los mismos. Dentro de los procesos mencionados podemos señalar las etapas siguientes: I. Producción de frutos I.a. Cuajado I.b. Raleo de frutos I.c. Control de caída de frutos II. Calidad del fruto II.a. Calidad de la cáscara II.b. Color de la cáscara II.c. Tamaño del fruto II.d. Calidad interna III. Postcosecha y almacenamiento

I.a. CUAJADO El cuajado es el factor que más incide en la cosecha final; se encuentra bajo control hormonal, ya que puede ser incrementado mediante la aplicación de reguladores de crecimiento durante el período de floración, siendo el ácido giberélico el producto que mejores resultados ha brindado. La mandarina Ellendale presenta problemas de producción, debido a la fuerte abscisión de frutitos, que se produce hasta que éstos alcanzan un diámetro promedio de 2 cm. En experiencias realizadas en la EEA INTA Concordia, se determinó que la aplicación de 10 ppm de ácido giberélico mejora la fructificación. La época de aplicación indicada es cuando más del 75% de los botones florales están abiertos, mojando totalmente las plantas hasta antes del punto de goteo. I.b. RALEO DE FRUTOS

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Como se mencionara más arriba, el raleo de frutos es una práctica importante, con la cual se persigue incrementar el tamaño de los frutos remanentes y romper la alternancia de producción. La combinación mandarina Común/trifolio, presenta la característica de producir en forma alternada. Desde hace algunos años, la EEA INTA Concordia realiza experiencias con reguladores de crecimiento y otras prácticas culturales, para solucionar ese problema. Se han empleado diversos productos químicos, estudiando efectos de raleo, dosis, efectos secundarios y época de aplicación, siendo el ethrel (ácido 2-cloroetilfosfónico) el producto con el que se obtuvieran mejores resultados. La aplicación del producto puede realizarse desde que los frutos alcanzan un tamaño de 0,5 a 2,0 cm de diámetro. La pulverización debe efectuarse en forma de neblina pareja, mojando la parte más externa de la copa. El ethrel es un regulador que debe manejarse con ciertas precauciones, siguiendo todas las recomendaciones técnicas para evitar efectos no deseados. Entre éstos, los más frecuentes son sobreraleo y caída de hojas. Para evitar o reducir esos efectos colaterales, además de efectuar la pulverización en la forma señalada, se debe evitar hacerlo entre las 10:00 y 16:00 horas, período donde se registran las temperaturas más altas. I.c. CONTROL DE CAIDA DE FRUTOS La caída de frutos maduros tiene gran significancia económica en algunas variedades comerciales. La intensidad de caída no sólo depende de la variedad, sino que las condiciones climáticas juegan un papel decisivo. Entre las variedades comerciales cultivadas en la zona de Concordia, presentan este problema principalmente los pomelos, naranjas de ombligo y mandarinas Ellendale y Malvasio. En pomelo, la reducción puede ser superior al 50%. En Ellendale y Malvasio puede

alcanzar el 40%, dependiendo de las condiciones invernales. En las naranjas de ombligo, puede llegar al 80%. Se puede obtener un buen control de caída con 2,4-D a la concentración de 16 ppm, el que además de reducir la caída de frutos, permite prolongar la cosecha. Las formulaciones recomendadas de 2,4-D son las que se basan en sus ésteres, tanto butílico como isopropílico. Al permanecer los frutos más tiempo sobre la planta, pierden calidad exterior al producirse el envejecimiento de la cáscara. Para reducir este problema, es necesario realizar la pulverización conjunta de 2,4-D y ácido giberélico. Este último regulador influye positivamente en la coloración y turgencia de los frutos. La concentración recomendada es de 10 ppm. La pulverización debe realizarse cuando los frutos están cambiando de color. Un retraso en la aplicación, o sea pulverizando cuando los frutos ya hayan alcanzado su coloración característica, hace que el efecto del ácido giberélico sobre el envejecimiento de la cáscara sea menor. II.a. CALIDAD DE LA CASCARA Las alteraciones más frecuentes que afectan la calidad de la cáscara en los frutos cítricos son creasing y bufado. Creasing. Se denomina así a la alteración que se caracteriza por la presencia de grietas en el albedo (parte blanca de la cáscara); éstas disminuyen la calidad comercial, debido a su mal aspecto externo; producen menor resistencia al transporte y son puerta de entrada de hongos. Afecta a variedades comerciales de naranjas y mandarinas. En la zona del río Uruguay ha sido encontrada en variedades de naranjas de ombligo, naranjas Valencia Late y mandarinas Satsuma y Ellendale. En lotes o parcelas donde anualmente se repite el daño, se deben programar las medidas de control, que deben ser preventivas. El ácido

Manejo del monte giberélico (20 ppm) tiene un efecto positivo sobre la reducción del creasing. La época de mayor efectividad es cuando los frutos tienen entre 3 y 6 cm de diámetro. La aplicación más temprana tiene la ventaja de no alterar la variación del color. La aplicación tardía puede retrasar el desverdizamiento natural del fruto, al inhibir la degradación de la clorofila y la acumulación de otros pigmentos (carotenoides). Por otra parte, la respuesta del ácido giberélico es mejorada con la aplicación de nitrato potásico al 4%. Bufado. Es una alteración que se caracteriza por la separación de la cáscara de los gajos, estando ligada al proceso de maduración. Es el principal factor limitante de una cosecha tardía, ya que si el fruto permanece en la planta, la calidad del mismo se reduce. Es muy sensible al manipuleo durante las tareas de cosecha y empaque; la cáscara se agrieta, lo que da lugar al podrido. Es común encontrar esta alteración en mandarinas, siendo más frecuente en Satsuma, Dancy y Común. Para su control se recomienda la pulverización con ácido giberélico a una concentración de 10 ppm. La respuesta a este regulador depende del momento de aplicación. La máxima eficacia se obtiene cuando se realiza antes de que se inicie el cambio de color. Al igual que con el control de creasing, la aplicación simultánea de nutrientes mejora la respuesta del ácido giberélico. La mayor respuesta se obtiene con nutrientes nitrogenados, fosfato o nitrato, en concentraciones de 1,5-2%. El efecto de la urea (0,8%) es inferior. II.b. COLOR DE LA CASCARA El color de la cáscara de los cítricos es atributo de calidad y factor decisivo en la adquisición de los mismos por el consumidor. (ver Anexo 1. Capítulo XIII) La preferencia está orientada hacia frutos totalmente coloreados, ya que el aspecto externo siempre se relaciona con la calidad interna,

7 aunque el color de la cáscara sea independiente del grado de maduración del jugo. Sin embargo y a modo de ejemplo, en mandarina Satsuma las características del jugo (porcentaje, relación sólidos solubles/acidez) alcanzan los valores requeridos para su comercialización, aún cuando la cáscara permanezca verde. La industria cítrica posee una técnica apropiada para mejorar el color de los frutos, mediante la práctica de desverdecimiento. Esta consiste en la eliminación de la clorofila de la cáscara, poniendo de manifiesto los pigmentos carotenoides que están enmascarados por aquélla. El procedimiento tradicional es el empleo de gas etileno, agente que provoca el cambio de coloración de los frutos. Su uso correcto exige la construcción de cámaras especiales, donde se realiza un perfecto control de la temperatura, humedad, ventilación y concentración del gas. El ethrel es un producto líquido que libera etileno al producirse su descomposición en un medio básico. Se puede aplicar en tratamientos de pre y postcosecha. En los de precosecha, las pulverizaciones se deben realizar cuando los frutos comienzan a cambiar de color (de verde oscuro a verde claro). La dosis a utilizar es de 200 ppm. En postcosecha, la dosis de ethrel es de 1000 ppm. Los tratamientos pueden efectuarse en forma de baño o de pulverización, siendo necesario mojar uniformemente los frutos en toda su superficie. II.c. TAMAÑO DEL FRUTO En la zona de Concordia, el cultivo de la mandarina Satsuma adquirió cierta expansión, debido a que sus frutos prácticamente no tienen semillas, son de maduración temprana y la cosecha se realiza antes de las heladas. Una de las limitaciones es la presencia de frutos de pequeño tamaño. La proporción varía según las condiciones climáticas, monte comercial y lote, entre otros factores, siendo en parte (en un 25 a 30%) independiente de la intensidad de producción. En Satsuma, donde el rango de

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producción considerado normal para esta variedad es entre 700 y 1500 frutos por planta, es necesario eliminar la mitad de los frutos para conseguir un incremento significativo en el tamaño de los frutos restantes, situación que pocas veces es económicamente justificable. Otra manera de incrementar el tamaño de los frutos es mediante la estimulación directa, con la aplicación de reguladores de crecimiento. Los productos derivados del ácido fenoxiacético (2,4-D; 2,4-DP), que tienen un ligero efecto raleador, ejercen su acción principal al estimular el crecimiento del fruto con reducción del número en los tamaños menores y aumento en los mayores. La sensibilidad de los frutos a estos productos depende de las concentraciones, época de aplicación y formulación utilizada. La dosis varía entre 10 y 20 ppm. La época óptima de aplicación es cuando los frutitos tienen un diámetro de 15 mm. II.d. CALIDAD FRUTOS

INTERNA

DE

LOS

Para la comercialización en el mercado de frutas frescas, es importante la calidad interna de los frutos. (Ver Anexo 1, Capítulo XIII) La calidad está determinada por factores genéticos, portainjerto, condiciones climáticas, fertilización, etc. A pesar de un extenso trabajo de investigación, no se ha encontrado un producto que pueda regular los parámetros que determinan el índice de maduración: sólidos solubles y acidez del jugo. El uso de pulverizaciones con arseniato de plomo o de calcio, ha sido utilizado por muchos años en Florida (EE.UU.) para mejorar

el índice de maduración en pomelo. Estos productos producen una reducción de la acidez y consecuentemente, un incremento en el índice de maduración. Otra sustancia ensayada es el ácido arsanílico, con resultados similares a los anteriores. Estos productos fueron estudiados en la EEA INTA Concordia sobre pomelo Marsh, con resultados similares a los mencionados por la bibliografía extranjera. Actualmente su aplicación no está autorizada. III. POSTCOSECHA Y ALMACENAMIENTO Los reguladores de crecimiento tienen un papel importante durante la conservación, con la particularidad de no actuar sobre los patógenos que producen las pérdidas, sino sobre los huéspedes. Uno de los hongos causantes de podredumbres durante la conservación es Alternaria. Está presente sobre ramas y ramitas secas; sus esporas son transportadas por corrientes de aire hacia los frutos. Permanece en letargo en la zona peduncular, necesitando tejido envejecido para su desarrollo. La aplicación de 500 ppm de 2,4-D, retrasa la senescencia de los tejidos, reduciendo la incidencia del podrido por Alternaria. El envejecimiento o senescencia de la cáscara y otros tipos de alteraciones que puedan disminuir la calidad de los frutos, o puedan ser puerta de entrada de hongos, es retardado mediante la utilización de ácido giberélico. La dosis recomendada es de 500 ppm. Estos productos deben aplicarse con la cera.

BIBLIOGRAFIA -AGUSTI, M. y ALMELA, V. 1991. Aplicación de Fitoreguladores en Citricultura. Aedos Editorial S. A. 261 pp.

-AGUSTI, M. y ALMELA V. 1993. Mejora de la Calidad del Fruto de la Mandarina Satsuma. Madrid. Banco de Santander. 21 pp. -CHAPMAN, J. C. G BROOK,. and B. C. PEACOCK, 1979. Effect of Preharvest

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Gibberellic Acid Spray in Ellendale Mandarin Fruit. Queensland J. Agric. Anim. Sci. Queensland. 3: 43-48. -CHAPMAN, J.C. 1983. Effect of 2-4dichlorophenoxyacetic Acid and Gibberellic Acid in Delaying Preharvest Drop and Rind Senescense in Ellendale Mandarin Fruit. Queensland. J. Agric. Anim. Sci. Queensland.40: 129-131. -GALLASH, P. T. 1974. Regulating Valencia Orange Crops with CEPA (2chloroethylphosphonic acid). Preliminary Studies. Aust. y Esp. Agric. Semin. Husb. Victoria. 14: 835-838. -GALLASH, P. T. 1979. Better Mandarin Size Posible. Australian Citrus News. 55: 6. -GALLIANI, S., S. P. MONSELISE, and R. GOREN, 1975. Improving Fruit Size and

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(Preparado por M. Ragone)

CAMBIO DE VARIEDADES DE COPA Las fluctuaciones en los precios y variaciones en la demanda, despertaron el interés en el uso de métodos de cambio de variedades tradicionales, por otras con mejor comportamiento en el mercado interno y con posibilidades de colocación en el externo. Como es conocido, para su explotación comercial las plantas frutales se multiplican vegetativamente. Esta propagación consiste en fijar trozos vivos de una planta, yemas o injertos, sobre otra planta, el portainjerto; ambos tejidos, al soldarse, constituyen una unidad o simbiosis artificial. Cuando se quiere reemplazar una variedad, se suele recurrir a la eliminación de las plantas e implantación de nuevos ejemplares de la variedad deseada, o bien, se realiza la sobreinjertación. Esta técnica consiste en formar una nueva copa con la variedad deseada, realizando la injertación sobre el tronco, ramas o sobre el portainjerto de la variedad a reemplazar.

La experiencia local sobre el cambio de variedades es limitada. La información disponible sobre los resultados obtenidos con distintos métodos de sobreinjerto es insuficiente para realizar una evaluación económica confiable. Es necesario analizar cuidadosamente las distintas opciones antes de encarar un programa intensivo de sobreinjerto. Uno de los factores más importantes a considerar es la sanidad de las plantas a ser sobreinjertados. La práctica sólo deberá realizarse en plantas con buen desarrollo y sanos. Seguramente no resultará exitosa cuando se utiliza en portainjertos afectados por psorosis, gomosis u otras enfermedades. En la selección de las yemas para el sobreinjerto deberán tomarse las mismas precauciones seguidas en la conducción de viveros: usar solamente material de sanidad controlada. La posible transmisión de enfermedades causadas por virus o viroides es

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una de las principales limitantes del uso de la práctica de sobreinjerto. Además de la sanidad, es necesario que las plantas a ser sobreinjertados sean compatibles con la nueva copa. No se encontraron problemas con sobreinjertos de plantas de naranja con otras variedades de naranja ni con la mayoría de las mandarinas. TIPOS DE INJERTO Varios métodos pueden ser utilizados para realizar la práctica de sobreinjerto. Los tipos de injerto y la metodología empleada para cada uno de ellos son los siguientes: Injerto de escudete. Para realizarlo es necesario, después de pasado el período de las heladas, podar las plantas hasta una altura de 50-60 cm por encima del nacimiento de las ramas principales. El tronco debe pintarse con cal para prevenir las quemaduras de sol. Previo a la injertación se realiza una selección de los brotes a injertar, eliminando toda brotación innecesaria que compita con los injertos. La injertación se realiza en el otoño siguiente, a yema dormida, siguiendo la técnica empleada en vivero. Injerto de parche. Se emplea en ramas de cierto grosor, provenientes del primer injerto. Previo a la injertación se realiza una poda que elimine aproximadamente una cuarta parte de la copa. La injertación puede hacerse al comienzo del otoño o bien en primavera, con yemas que no hayan brotado. El procedimiento es el siguiente: en la rama de la variedad a propagar se realizan dos incisiones transversales y dos verticales, con lo cual se separa la corteza, en forma rectangular, con una o dos yemas. En la rama a injertar se elimina un trozo de corteza de iguales dimensiones al parche preparado; se coloca el

mismo y se lo ata para asegurar un buen contacto entre los tejidos. Injerto de púa. El más utilizado es el llamado de corona. Puede emplearse sobre ramas gruesas y tronco de la copa a reemplazar. La púa debe tener de 10 a 15 cm de largo, con la extremidad inferior en forma de pico de flauta. En la corteza del sitio a injertar se realiza un corte en forma de “T” invertida. Con la navaja se separa la corteza para colocar la púa y se ata. Se pulveriza con algún fungicida y se cubre con dos bolsas: una de plástico transparente para mantener la humedad y otra de papel para protección del sol. Cuando los injertos comienzan a brotar se perforan las bolsas para endurecer el brote. En la de papel se puede cortar la extremidad superior. Una vez prendidas las púas, las bolsas se retiran. REPLANTACION VERSUS SOBREINJERTO El costo de sobreinjertar una plantación seguramente es menor que el de realizar una plantación de la misma densidad. De igual manera, la respuesta en la producción se obtendrá en menor plazo. Sin embargo, la vida de la plantación será menor. Es decir que en cada caso habrá que realizar una evaluación comparativa de las dos prácticas. El comportamiento de la producción de plantas sobreinjertadas no fue medido suficientemente en Argentina y hay poca información disponible de otros países. Tampoco se realizó una comparación ente los diferentes métodos de sobreinjerto. La información disponible indica que a partir del segundo año se obtiene alguna producción, pero recién en el tercer año se consigue un volumen razonable y a partir del cuarto la producción se normaliza.

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Como idea general se sugiere que replantar a alta densidad puede ser la mejor estrategia en montes viejos, con deficiente estado sanitario y con relativamente corta posibilidad de supervivencia. Ello implica un mayor costo inicial, pero permite adoptar la ultima tecnología disponible en todo lo referente a la implantación del monte. En este tipo de plantaciones, el sobreinjerto puede ser una práctica utilizada en pequeñas áreas para obtener una respuesta rápida, generando un

flujo de ingresos en un período corto, pero no puede ser considerado como una alternativa de aplicación general a largo plazo. El sobreinjerto resultará ventajoso cuando se trate de plantaciones relativamente jóvenes, implantadas en un marco adecuado y con buena sanidad. Permitirá que con un costo relativamente bajo se logre una respuesta rápida a los requerimientos del mercado.

BIBLIOGRAFIA -BUTTON, J. 1975. The Topworking of Citrus Trees. The Citrus and Subtropical Fruit Journal. 495: 5-8. -GONZALEZ SICILIA, E. 1960. El cultivo de los Agrios. Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas. Madrid. 806 pp. -OPITZ, K.W. 1961. Guide to Top-working. Calif. Citrog. 44: 335-367.

-RAGONE, M. L. 1987. Sobreinjertación de Plantas Cítricas. Carpeta de Información Citrícola. EEA Concordia. F. 8 / 1987. -THORNTON, I. R, and B.M. EL-ZEFTAWI. 1983. Culture of Irrigated Citrus Fruit. Departament of Agriculture, Victoria, Australia. 117 pp.

(Preparado por los editores)

PULVERIZACIONES FITOSANITARIAS Para el control de enfermedades y plagas, el hombre cuenta con una serie de productos químicos y máquinas, de cuya elección depende la eficacia del mismo. No basta con aplicar un buen producto, sino que también es preciso que el control se realice en el momento oportuno y que el plaguicida sea esparcido con la máquina apropiada. Se entiende por pulverización la acción de arrojar un líquido con la fuerza tal que permita su división y dispersión en pequeñas gotas, con el fin de distribuir un producto de una manera uniforme. La localización de la plaga, su comportamiento, la estructura de la planta y el modo de acción de los pesticidas, son aspectos a ser considerados para determinar la cobertura particular deseada.

CONDICIONES DE LA PLANTA En el caso de los cítricos, la densidad arbustiforme de las ramas y el desarrollo foliar y de los frutos en la parte externa es lo que determina la dificultad de conseguir una buena cobertura con la pulverización. La parte de la planta más difícil de manejar con las pulverizaciones y la más susceptible de ser ignorada por los productores cuando valoran la distribución del producto, se encuentra en el centro. CONDICIONES DE LA PLAGA No es necesario que los parásitos que se desplazan activamente sobre las superficies

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Manual para Productores de Naranja y Mandarina

tratadas sean alcanzados directamente por las gotas durante la pulverización, debido a que más tarde entrarán en contacto con los depósitos de la misma. En el caso de los pulgones, que se encuentran en la zona externa del follaje, una pulverización completa de la parte visible de la planta proporcionará la protección necesaria. Las cochinillas son las que presentan mayores dificultades debido a su habito sésil, por lo que para su control deben ser expuestas más directamente al insecticida durante la pulverización. LOS PLAGUICIDAS Y SUS EXIGENCIAS Debemos obtener la cobertura requerida de acuerdo al tipo de plaguicida y tipo de plaga que deseamos eliminar y evitar de esa manera tratamientos adicionales durante la temporada, lo que determina un incremento en los costos de producción. EQUIPOS DE PULVERIZACION En el mercado hay distintos tipos de equipos:

posee una barra vertical oscilante. El caudal de agua que arroja por hectárea se puede regular mediante la selección de los picos. Esta máquina puede lograr una cobertura eficaz con aproximadamente el mismo caudal que necesita una máquina a manguera. Atomizadores. Los más comunes están equipados para dar presiones de 100 a 150 lb/pg en los picos pulverizadores y para enviar gotas a la planta gracias a la corriente de aire producida por un ventilador. Este volumen y la velocidad del aire ayudan a la rotura de las gotas así como a la proyección sobre la superficie de la planta. La eficacia del tratamiento de estas máquinas depende de dos factores: 1. Velocidad de arrastre: cuando ésta es menor a la normal, habrá un gasto innecesario del líquido pulverizado; en cambio, con una velocidad excesiva, nos quedaría parte de las plantas sin tratar. 2. Velocidad del aire: debe ser tal que permita la salida de la neblina sin turbulencias.

Pulverizadora a manguera. En los tratamientos con estas máquinas es muy importante el cono de pulverización. Con éstas es posible obtener una cobertura satisfactoria de diversas maneras: por ejemplo en plantas pequeñas una presión de 150 lb/pg es suficiente para lograr un buen mojado, mientras que para plantas más grandes se necesitaría una presión de aproximadamente 400 lb/pg.

Nebulizadoras. Toda pulverización diluida implica un uso ineficiente del agua como vehículo. Un progreso significante se ha hecho con el desarrollo de la pulverización a bajo volumen. Dentro de las máquinas desarrolladas para este tipo de aplicación existen diferencias de diseño; pero básicamente, se destacan por sobre los sistemas antes mencionados por el estado físico del líquido pulverizado, logrando un menor tamaño de gota. Al igual que los atomizadores se necesita una velocidad de arrastre adecuada al monte a tratar.

Pulverizadores mecánicos. Entre los equipos terrestres utilizados en la citricultura tenemos:

CONSIDERACIONES FINALES

Pulverizadora a barral. Esta máquina apareció como eficaz sustituto de la pulverizadora a manguera. La misma está equipada con una bomba para dar presiones de 400-500 lb/pg y

Para la aplicación de agroquímicos se deben tener en cuenta distintos aspectos relacionados entre sí, como son los económicos, ecológicos, biológicos y agronómicos, entre otros.

Manejo del monte

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Para mejorar la eficiencia de aplicación con atomizadores o nebulizadores accionados por la toma de fuerza se debe tener en cuenta: a. El porte de la planta, el cual no debe superar los 4 a 5 m. b. Realizar los tratamientos con las condiciones climáticas adecuadas.

c. Utilizar la menor velocidad del tractor a un régimen de 540 vueltas/minuto de la toma de fuerza. d. Calibrar los equipos deben ser calibrados para cada lote en particular. e. Capacitar al operario. f. Controlar las pulverizaciones periódicamente con papel hidrosensible.

BIBLIOGRAFIA -CITRUS Ciba-Geigy Agrochemicals, 1975. Switzerland. -MAGDALENA, Jorge C. y Alcides P DI PRINZIO.1994 Factores que afectan la aplicación de agroquímicos en montes frutales.

Curso de Frutales de Carozo para Zonas Templado Húmedas. San Pedro. Buenos Aires. -PALACIOS, Jorge. 1978. Citricultura Moderna. Capitulo V. Hemisferio Sur. Bs. As.

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PRODUCCION ORGANICA Se denomina agricultura orgánica, ecológica o biológica, a la que sigue estrictas normas de producción y certificación, dentro de un sistema de producción sustentable. Las palabras orgánico, ecológico o biológico son usadas en forma indistinta, para identificar a los productos elaborados de modo tal que permitan asegurar la salud humana o preservar el medio ambiente. ASPECTOS QUE DEBEN TENERSE EN CUENTA AL HACER UN CULTIVO ORGANICO La elección correcta del sitio es uno de los factores cruciales al comenzar un cultivo orgánico. La presencia de malezas perennes, suelos de baja fertilidad o características agronómicas indeseables en general, contribuyen a restar capacidad a la producción. Ante la imposibilidad de usar aditivos químicos, para mantener la fertilidad del suelo se cuenta con prácticas permitidas como rotaciones adecuadas, aplicación de abono

verde, compost y suministro de micronutrientes, entre otras. Las variedades a seleccionar deberán cumplir con requisitos en general no convencionales en los programas de mejoramiento, apuntando a rendimientos superiores en suelos menos fértiles y a la tolerancia a condiciones naturales. El control de malezas es, quizás, el problema más serio en el manejo de la quinta orgánica. Es posible que, ante la interrupción en el uso de herbicidas sintéticos y debido a una restauración natural, prevalezcan malezas distintas a las observadas en un cultivo tradicional. Resulta fundamental el ajuste de ciertas prácticas como rotaciones que acorten el ciclo y eviten el semillado, uso de consociaciones benéficas y cultivo en alta densidad para lograr sombreado del suelo, entre otras. Es de fundamental importancia la prevención y aquí tienen un rol preponderante las reglamentaciones sanitarias para impedir el ingreso de nuevas especies de malezas al área de cultivo.

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El control de plagas y enfermedades es integrado, complementando una serie de medidas como control biológico (liberación de enemigos naturales), control cultural (uso de variedades resistentes) y químico orgánico. En EE.UU., el uso de caldo bordelés, azufre, y oxicloruro de cobre está regulado. En la EEA INTA Concordia se ensaya el control integrado de la cancrosis, basándose fundamentalmente en el ciclo biológico de la bacteria causal. PRODUCCION ORGANICA vs. PRODUCCION CONVENCIONAL Elegir una agricultura sin residuos ni aditivos químicos significa renunciar al uso de fertilizantes y a otros materiales no autorizados por las reglamentaciones vigentes sobre producción orgánica. Esto trae aparejado algunos problemas. Uno de ellos es la lentitud en la transformación del sistema, el que debe atravesar por un período de transición de por lo menos 3 años, según lo especifican las regulaciones, para que los productos puedan acceder a la certificación. Esto se explica si se piensa en las modificaciones que se producen en el sistema al interrumpir la aplicación de agroquímicos y la reducción de la fertilidad del suelo, lo que lleva a una merma en los rendimientos. De todo lo expresado, se deducen las diferencias existentes entre la agricultura convencional y la orgánica. La primera, cuyo principal objetivo es el rendimiento y la oportunidad de producción, logra homogeneización y mejor control del producto final. En la segunda, los rendimientos son más bajos y los productos se obtienen de acuerdo a los ciclos naturales de cada cultivo en particular, resultando más rústicos y desuniformes. Sin embargo mediante el cultivo orgánico se obtiene una producción libre de pesticidas, de residuos y de metales pesados. Todo ésto significa que la agricultura orgánica muchas veces deja de lado el concepto de rentabilidad puntual, para analizar en forma conjunta todo el sistema, teniendo en cuenta el

concepto de sustentabilidad en el tiempo. Se afirma que los rendimientos menores obtenidos en un suelo recientemente incorporado a la agricultura orgánica, tienden a recuperarse en el tiempo porque van mejorando el recurso tierra; con lo cual, el efecto negativo de la disminución de fertilidad actual en los primeros años, respecto de la agricultura tradicional, se minimiza. La sustitución de productos sintéticos por prácticas manuales elevan generalmente los costos, a los que se debe agregar otros, como todos los relacionados con la certificación. El rédito económico, sin embargo, está dado por el mejor precio que está dispuesto a pagar un cierto sector del mercado, demandante de productos saludables y con conciencia conservacionista. LA SITUACION EN ARGENTINA La producción orgánica en la Argentina cuenta con una serie de ventajas. El país aún tiene amplias extensiones alejadas de las zonas urbanas dispersas en regiones ecológicas con climas diversos, cuya producción es en contraestación. A todo esto se suma la buena capacidad empresarial promedio de los productores. Existe en el país un numeroso grupo de productores incursionando en la producción orgánica, incluida la de cítricos. El cultivo orgánico de cítricos ha ofrecido hasta el momento fruta fresca, si bien ya se ha comenzado con la elaboración de jugos frescos y procesados. Dada su escasa difusión, se cree que los jugos de alta calidad tendrían en este momento mayor espacio en el mercado mundial. En 1995, se exportó la primera partida de fruta cítrica orgánica desde Concordia. El desarrollo alcanzado en la producción orgánica en Argentina es importante, pero se espera que el mismo experimente un fuerte incremento en los próximos años, el que seguramente estará acompañado por un crecimiento de la

Manejo del monte

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demanda. La conciencia ecológica, que en muchos lugares del mundo se ha desarrollado con una intensidad todavía desconocida en nuestro medio, da pleno sentido a estas expectativas. EXPECTATIVAS DE MERCADO Productos comercializado

orgánicos se normalmente

han como

especialidades, a un precio más elevado que los obtenidos con la agricultura convencional. El mercado europeo ha sido abastecido en buena medida con productos orgánicos argentinos; por otro lado, está produciéndose un desarrollo espectacular en la demanda norteamericana y acceder a ese mercado, puede ser a su vez la base para ingresar a un mercado asiático en fuerte expansión.

BIBLIOGRAFIA -CAIMI, Roberto. 1994. La Producción Orgánica en Agricultura. Publicación miscelánea no. 9. INTA. Dir. Nac. Asistente de Planificación. 67 pp. -FERGUSON, J.J. 1994. Organic citrus production: certification and production guidelines. Citrus Industry. March 1994, pp. 40-43.

-INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA (INTA). 1993. Plan de Tecnología Agropecuaria 19901995 (Serie Documentos Institucionales; 39). -RIQUELME, A.H. 1993. Cultivos Orgánicos. Agro de Cuyo 3, pág. 6-10. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

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