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METAFÍSICA DESDE LATINOAMÉRICA Germán Marquínez Argote
2. Idea preliminar de metafísica
había utilizado dicho término, que encontraría en el siglo XVII gran resonancia y que popularizaría en el XVIII Christian Wolff. En esta forma, el
2.1 Por lo que hace al nombre, el tratado que nos ocupa ha recibido varios
viejo nombre fue desplazado o colocado al lado del nuevo como mero
en el transcurso de los siglos. Así, Aristóteles buscaba una Filosofía
sinónimo: Metaphysica sive Ontologia.
primera (próte philosophía) en la que estarían radicadas las restantes partes del cuerpo filosófico o Filosofía segunda (déutera philosophía). Por tener
2.4 Si de la interpretación de los nombres pasamos a definir el objeto mismo
clara conciencia de que un saber universal y radical no era algo dado o
de la metafísica, nos tenemos que remontara Aristóteles, padre de la misma.
constituido con anterioridad, sino un objeto en cuya búsqueda estaba
Para éste, el objeto de la filosofía primera es universal, frente a las demás
comprometido, llamará también a su filosofía primera la ciencia que se
ciencias que estudian aspectos particulares de las cosas. ¿En qué consiste
busca (zetouméne epistéme). En realidad, el quehacer metafísico ha sido
este pretendido carácter universal? Si bien nos fijamos, vemos que las cosas
siempre, en los mejores momentos creadores, una búsqueda de las últimas y
son esto o lo otro, pero si por abstracción prescindimos de las diferencias,
efectivas raíces de las cosas.
esto o lo otro, nos quedamos con que son, con el mero ser de las mismas. Algo, en tanto que es, recibe el nombre de ente (ón). Pues bien, "hay una
2.2 Ausente en las obras de Aristóteles, el término Metafísica se debe a
ciencia que estudia el ente en cuanto ente (ón é ón) y las propiedades que le
Andrónico de Rodas, décimo Escolarca del Liceo, quien en el s. I a.C.
corresponden en cuanto tal". Tal ciencia es la filosofía primera o metafísica.
recogió, ordenó y editó las obras completas (corpus aristotelicum) del Estagirita,
que
hasta
entonces
figuraban
en
tratados
sueltos.
No
2.5 Pero dando un giro imprevisible, nos dice Aristóteles a continuación que
pareciéndole muy claro el objeto de los tratados de filosofía primera, los
"la palabra ser se dice de muchas maneras, pero que todos estos sentidos se
colocó, para salir del paso, después de los libros de física (tá meta tá
refieren a una sola cosa". Esta cosa de la que se predica el ser en sentido
physiká). Este rótulo, en forma abreviada y sustantivada, pasó a ser el
primario es la sustancia (ousía), el ente en sí y de por sí, del cuál dependen
nombre oficial y propio de este saber primero y fundamental.
los accidentes. En esta forma, "el objeto de las inquisiciones de todos los tiempos, pasados y presentes, la pregunta constante acerca do lo que es el
2.3 El nombre más reciente es el de Ontología (óntos—lógos), la ciencia o el
ente (tí tó ón) se reduce a esta otra: ¿qué es la sustancia?". En virtud de este
tratado del ente, o idea del ser. Nadie antes de Johannes Clauberg (1674)
rápido deslizamiento del plano trascendental al categorial, la metafísica se
2 convierte en una investigación de las sustancias. Y es que el mundo entero
3.1 Desde M. Kant se viene hablando de un horizonte de nuestro
está, para Aristóteles, sostenido sobre entes que reposan en sí o sustancias.
conocimiento, pero, especialmente en nuestros días, han hecho abundante uso de esta categoría Husserl, Heidegger, Zubiri y Jaspers. El término
2.6 Entre las sustancias hay una que es la más noble y suficiente de todas, el
horizonte (del gr. oros, límite) significa en el lenguaje cotidiano aquella línea
Theós, que como objeto de deseo o amor, mueve a todas sin ser ella
lejana en la que parece juntarse el cielo con la tierra. Así decimos que el sol
movida. Siendo esto así, la teoría de la sustancia debe culminar en una
sale por el horizonte, que las nubes lo cubren, etc. Horizonte en este sentido
investigación sobre Dios. No es extraño, entonces, que Aristóteles califique a
no es solamente la línea que limita mi visión ocular, sino también el campo
su filosofía primera de teología. Los comentaristas del Estagirita señalan el
que queda abierto ante mis ojos al interior de dicha línea. Ahora bien, dado
carácter dual que la metafísica tuvo desde un comienzo: el en te en general,
que nuestro entendimiento es una facultad visiva, podemos hablar también
por una parte, y, por otra. Dios. El puente entre ambos temas, como lo
de un horizonte de visión intelectual. En este segundo sentido, horizonte es
hemos visto, es la sustancia. Al pensamiento cristiano le quedará más fácil
el límite que circunscribe y, por lo mismo, hace posible la búsqueda o
articular ambos temas mediante la teoría de la creación, desconocida para
investigación de algo. Cierto que puede desplazarse, pero de nuevo
Aristóteles. Dios entra en metafísica a título de Causa Primera del ser. Los
reaparece El hombre ve y entiende todo siempre dentro de un horizonte de
modernos, a su vez, resolverán el viejo problema de la dualidad,
visión ocular o intelectual.
distinguiendo una metafísica general, que llaman Ontología y que trata de "los primeros principios del conocimiento humano" (A.C. Baumgarten) y otra
3.2 El principio formal constituyente de un horizonte es la visión. Sin ojos o
metafísica especial que, a la luz de los primeros principios, trata del mundo,
sin mente no habría horizonte, pero el horizonte no es un espacio vacío, sino
del alma y de Dios. La Cosmología, la Psicología y la Teología natural serían
un campo donde están alojadas las cosas vistas. Sin cosas tampoco habría
partes especiales dependientes de la Metafísica General u Ontología.
horizonte. El horizonte cumple las siguientes funciones: delimita mi campo de visión y, al mismo tiempo, lo constituye; totaliza las cosas confiriéndoles un
2.7 Podríamos decir, en resumen, que la metafísica, en todos los tiempos, se
sentido último y, en consecuencia, las aclara. "La claridad del horizonte,
ha preguntado por el ser en general y por los primeros principios y causas
escribe Zubiri, no significa la claridad con que se ve el horizonte. El hecho de
del ser. Pero, como vamos a ver, la respuesta a dicha pregunta, aun bajo
que el horizonte se forme inmediatamente en mi visión de las cosas, no
fórmulas aparentemente iguales, ha ido cambiando de acuerdo a los distintos
quiero decir que inmediatamente se vea también el horizonte mismo con
horizontes históricos de visión.
plena claridad. Esto equivaldría a convertir el horizonte de visión en una cosa vista. El horizonte no es una cosa más que se ve. Propiamente hablando, el
3. Horizontes históricos de la metafísica
horizonte no se ve. Por lo menos, su visión no es nada comparable a la visión de las cosas. Se ven las cosas en el horizonte. En el trato vidente con
3 las cosas se forma el ámbito de claridad que las circunda. Este ámbito sólo
Pero el propio Aristóteles cuando se formula la pregunta estrictamente
es posible gracias a un horizonte. Pero la claridad hace ver propiamente las
metafísica ¿qué es lo que es?, tampoco escapa a dicho horizonte. Lo que
cosas, no el horizonte mismo... El género de claridad que hace derramar
siempre y verdaderamente es para Aristóteles, es la naturaleza; es decir, el
sobre las cosas, hace que veamos éstas y, por tanto, no reparemos en él. El
conjunto de las sustancias que se generan y corrompen para volver a nacer.
horizonte es esencialmente horizonte de y para las cosas. Hace descubrir
Las sustancias, modo primerísimo de ser, constituyen los pivotes sobre los
cosas porque se oculta él mismo. Si viéramos el horizonte, no veríamos las
que descansa en últimas el mundo, el fondo permanente e inagotable de
cosas. El horizonte hace ver sin ser visto, esto es, hace posible la dia-
donde emergen todas las manifestaciones y posibilidades. El hombre es una
fanidad".
sustancia y el propio Theós o Dios queda incluido en la naturaleza como la más noble y autosuficiente de las sustancias. Dios no crea, no produce las
3.3 Si bien, hasta cierto punto, el horizonte pasa desapercibido para quien
cosas. Las cosas se hacen y son por sí mismas bajo un cierto influjo de Dios
vive de su claridad, dentro de él, es posible, empero, comprender un
que, como sustancia perfectísima, suscita en todas las demás el deseo o la
horizonte desde otro horizonte. La distancia que nos da el tiempo nos
aspiración a ser en acto lo que por naturaleza pueden y tienen que ser. En
permite diferenciar hoy los distintos horizontes históricos dentro de los cuales
este sentido afirma Aristóteles que el Theós mueve sin ser movido. Aun
se planteó y se trató de responder la pregunta metafísica: ¿qué es el ser?
admitiendo cierta trascendencia en el Dios de Aristóteles, es evidente que
Estos han sido fundamentalmente tres: el horizonte de la physis, el horizonte
éste es avistado dentro del horizonte griego de visión que, como venimos
de la creación y el horizonte de la subjetividad. El primero corresponde a la
afirmando, fue en todo momento la naturaleza o physis.
filosofía griega, el segundo a la filosofía cristiana, el tercero a la filosofía moderna. ¿Existe hoy un nuevo horizonte postmoderno que nos permita
3.5 Pero si para el griego el mundo es physis, para el cristiano es creación.
hacer metafísica?
Estamos, pues, ante un nuevo horizonte de visión, en el cual las mismas categorías metafísicas griegas, aunque sean asumidas, no van a tener el
3.4 En cuanto a los griegos es claro que su horizonte de comprensión fue la
mismo sentido. A este propósito escribe Zubiri: "El cristianismo tiene una idea
physis o naturaleza. Cuando los presocráticos, profundamente conmovidos
de mundo distinta de la de los griegos. La idea de mundo fue uno de los más
por los cambios que observan en las cosas, se preguntan ¿de qué están
importantes puntos de encuentro del cristianismo con la filosofía, y lo que
hechas?, buscan un principio (arkhé) del cual nacen y al cual revierten
forzó a los pensadores cristianos a elaborar un pensamiento filosófico propio.
cuando mueren. Este fondo universal del que todo emerge y al que todo
Puede decirse que originariamente toda la radical innovación que el
retorna cíclicamente, es la naturaleza o physis. Las cosas y el hombre mismo
cristianismo introduce en la filosofía es una nueva idea del mundo. Mientras
sólo se comprenden en tanto que brotando y formando parte de la
los metafísicos cristianos, salvo en puntos concretos, absorben, depuran y
naturaleza. Por esta razón Aristóteles llamará a tales filósofos "fisiólogos".
elevan la metafísica griega, en cambio rompen con ésta por su idea del
4 mundo. Y ante todo por la raíz de éste: el mundo está "creado". Este es su
pensadas, y por lo mismo, radicadas en el yo, nueva realidad radical. Dentro
carácter último y para muchos pensadores un carácter formal e intrínseco del
del nuevo horizonte, las cosas no son lo que de suyo son, sino lo que yo
mundo en cuanto tal. Mundo es entonces la totalidad del ente creado qua
pienso que son. La metafísica dará en teoría crítica del conocimiento. La
creado. Con ello, la metafísica se convierte en teoría de la creación".
ontología, en este contexto, no tratará del ser, sino de la idea del ser. Este tipo de metafísica ontológica tiene su última y máxima expresión en La
3.6 Ya dentro del horizonte de la creación, será imposible entender el ser
ciencia de la lógica de Hegel. Pero la metafísica no podía seguir siendo una
como la madre naturaleza de los presocráticos o la naturaleza siempre activa
lógica del mundo de las abstracciones. De aquí que fuera repudiada por
de las sustancias. Ser para los grandes metafísicos escolásticos significa ser
todos los grandes espíritus de la segunda mitad del s. XIX: "La metafísica,
creante o ser creado. La creación está siempre presente en su especulación
como la teología, escribe Augusto Comte, trata sobre todo de explicar la
como horizonte último. Tomás de Aquino, por ejemplo, entenderá el ser
naturaleza íntima de los seres, el origen y destino de las cosas..., pero en
como acto (esse ut actus) o perfección de todas las perfecciones, que las
lugar de operar con los agentes sobrenaturales propiamente dichos, los
cosas participan en la medida de su esencia siempre finita. Dios, en cambio,
reemplaza cada vez más por esas entidades o abstracciones personificadas,
es el Ipsum Esse o plenitud del ser. Seres participación. Para Duns Scoto,
cuyo uso verdaderamente característico ha permitido a menudo designarla
otro de los grandes metafísicos escolásticos, las cosas son "no—nadas" en
con el nombre de ontología".
cuanto están viniendo de la nada. En consecuencia, ser es para Scoto existir o existencia (ek—sistencia) pura y simple. Finalmente Francisco Suárez,
3.8 Si la ontología ha muerto en la medida en que no nos es posible pensar
prescindiendo de la cuestión de la existencia, considera que la palabra ser
hoy desde el horizonte de la subjetividad, ¿tendremos que retornar al
(ens en sentido nominal) significa todo lo que, por ser incontradictorio, es
horizonte de la creación o de la physis para poder hacer metafísica? O más
factible o realizable por Dios. Ser es posibilidad. En resumidas cuentas, la
bien, ¿habrá que confesar con los grandes filósofos de la segunda mitad del
historia de la metafísica en los grandes pensadores cristianos, desde la edad
pasado
media al renacimiento, no es sino la historia de esta cuestión: ¿Qué es el ser
definitivamente muerto? O sin regresar al pasado y sin negarnos a un posible
creado en tanto que creado?
futuro, ¿podemos todavía pensar en una nueva posibilidad para el quehacer
siglo
(Marx,
Nietzsche,
Comte)
que
toda
metafísica
ha
metafísico? Este es el reto que tienen planteadas las metafísicas 3.7 Con Descartes adviene la modernidad y con ésta se inaugura un nuevo
postmodernas. La metafísica, en efecto, fue posible de nuevo en nuestro
horizonte: el de la subjetividad. El yo—pienso (ego cogito) se convierte en el
siglo en la medida en que se pretendió superar el horizonte de la modernidad
primer principio indubitable de la nueva filosofía. Y a medida que el incipiente
e instaurar un nuevo horizonte, vagamente intuido por Henri Bergson y
ideísmo cartesiano avance hacia el idealismo en sus diversas formas, el
posteriormente por la fenomenología y el existencialismo y que podríamos
mundo natural y Dios pasarán a ser merum cogitatum o meras cosas
sintetizar en el grito de E. Husserl: "ir a las cosas mismas".
5
3.9 Pues bien, el nuevo horizonte que hoy alcanzamos a contemplar es el de la realidad-alteridad. Nace de una ruptura franca y decidida con el idealismo moderno, pero no para recaer ingenuamente en alguno de los viejos realismos. El realismo griego fue fisicista, el nuevo realismo es humanista, más aún, personalista. El personalismo es un aspecto fundamental que comparte el nuevo realismo con el realismo cristiano, pero el nuevo personalismo no es teológico. La nueva metafísica quiere ser una metafísica intramundana y, sólo por profundización de la condición mundana y humana de la realidad, aspira a abrirse a la trascendencia teologal. El nuevo horizonte es el de la realidad a la que el hombre está abierto por el hecho de ser hombre. La realidad es lo que las cosas son de suyo. A la luz de este horizonte las cosas se presentan como lo otro que yo, y los hombres como los otros como yo, es decir, prójimos. La realidad funda la alteridad y la alteridad es el complemento de la realidad a nivel personal. Dentro de este nuevo horizonte realista y alterativo, el ser, tema privilegiado en todas las metafísicas históricas, queda relegado a un segundo plano: el ser es acto segundo. Ni que (lucir tiene que son Xavier Zubiri y Emmanuel Levinas quienes han hecho posible definitivamente el nuevo horizonte. Sólo resta justificar cómo responde este nuevo estilo de pensar postmoderno a los problemas que hoy tenemos planteados los latinoamericanos.