Migración y el Shabbat

Migración y el Shabbat Autor: Bojidar Marinov. Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a tus oídos, para que los aprendas y pongas p

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Migración y el Shabbat Autor: Bojidar Marinov.

Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a tus oídos, para que los aprendas y pongas por obra. El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb. No hizo el Señor este pacto con nuestros padres, sino con nosotros, con todos aquellos de nosotros que estamos vivos aquí hoy. Cara a cara habló el Señor con ustedes en el monte de en medio del fuego, mientras yo estaba en aquella ocasión entre el Señor y ustedes para declararles la palabra del Señor, porque temían a causa del fuego y no subieron al monte. En los primeros capítulos de Deuteronomio, Moisés estaba parado delante de Israel, en el desierto (literalmente), con el propósito de repetirle la Ley de Dios a los hijos e hijas de la segunda generación de Israelitas. Ellos no eran los esclavos que salieron de Egipto. Ellos no eran las personas que estuvieron al pie del Monte, quienes observaron a Dios hablar desde el Monte, quienes se rebelaron en contra de Moisés y quienes querían regresar a Egipto. Las personas que le escuchaban en el desierto más allá del Jordán o habían nacido después de que Dios hiciera el pacto con Israel o eran demasiado jóvenes para comprender lo que había sucedido en el Sinaí. Los verdaderos esclavos estaban muertos. Como Dios lo prometió, ni uno de ellos entraría a la Tierra Prometida, ni siquiera Moisés. Salvo dos excepciones por supuesto: Los dos hombres quienes 40 años antes de eso, desafiaron su miedo, desafiaron su mentalidad de esclavos desarrollada tras varias generaciones de esclavitud y que instaron a Israel a entrar a la Tierra Prometida y tomar dominio sobre esta: Josué (un Israelita) y Caleb (un Cenezeo, un extranjero de origen Cananita). El periodo de tiempo que separó estos dos eventos es el mismo periodo de tiempo que nos separa hoy en día de la renuncia del Presidente Nixon ante el Escándalo de Watergate, excepto que, no habían agencias de noticias ni instalaciones de multimedia de almacenamiento online para mantener vivo el recuerdo. Todos los que estaban escuchando sabían del Sinaí por sus padres y por el recuerdo colectivo de toda la comunidad, pero ninguno de ellos estuvo realmente ahí, excepto estos dos hombres. No obstante, Moisés les contó que el pacto que Dios hizo en el Monte Sinaí había sido hecho con ellos, no con sus padres. Después de esto procedió a repetirles los mismos Diez Mandamientos que les dio a sus padres. Bueno, no exactamente los mismos. Hubo un pequeño cambio en los Mandamientos o no tan pequeño. El cambio fue en el Cuarto Mandamiento o más bien, en el fundamento legal y lógico del Cuarto Mandamiento. El texto del Cuarto Mandamiento que Dios le dio a la generación previa era: Acuérdate del día de Shabbat para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es un Shabbat para el SEÑOR tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el SEÑOR bendijo el día de Shabbat y lo santificó (Éxodo 20:8-11). Pero con los hijos él cambió el razonamiento: Guardarás el día de Shabbat para santificarlo, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es Shabbat al SEÑOR tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu

asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual el SEÑOR tu Dios te ha mandado que guardes el día de Shabbat (Deuteronomio 5:12-15). El cambio es muy interesante, ¿o no? Y una vez más es parte de una línea de declaraciones paradójicas de Dios a Su pueblo. Después de decirles que el pacto en el Sinaí no había sido hecho con sus padres, quienes realmente estuvieron ahí, Él debe haber captado su atención. “Espera, ¿Qué sucedió antes de nosotros que realmente era para nosotros?” Ahora Dios les estaba diciendo, “No sólo estaba destinado para ustedes sino que se espera que ustedes se acuerden de una esclavitud en la que nunca han estado.” Una propuesta interesante debido al hecho de que la Biblia pocas veces le aconseja a la gente ver hacia atrás en el pasado. El pasado tiene este poder de atracción: a distancia del tiempo, siempre algo se ve mucho mejor de lo que realmente fue. La esposa de Lot miró hacia atrás, aún cuando se le prohibió hacerlo. Los esclavos Hebreos en el desierto recordaron Egipto con las cosas que les eran dadas de manera gratuita. (¿Se olvidaron de los latigazos?) Pero el pueblo verdadero de Dios siempre mira hacia delante, a la redención prometida, a una historia de redención de victoria por el Evangelio. Como Pablo dijo: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” (Filipenses 3:13), porque “sea lo presente, sea lo por venir, todo es suyo” (1 Corintios 3:22). Pero ahí había un recuerdo legítimo del pasado y este tenía que ver con el maltrato y la opresión. El maltrato a Dios y el maltrato a su prójimo. (Opuesto a los dos grandes mandamientos: “Amar a Dios” y “Amar a tu prójimo”). Deuteronomio 8 le advierte a los Israelitas que no olviden a Dios y Sus obras cuando Él lo sacó de Egipto. Olvidar a Dios y Sus obras sería un maltrato a Dios, un acto de injusticia a Dios. Una vez más, en Deuteronomio 8 Moisés le estaba hablando a los hijos que no habían visto las grandes obras de Dios y aún así esperaba que las recordaran. Y el otro hecho que los Israelitas tenían que recordar era cuando fueron tentados a maltratar al prójimo, aquellos más débiles que ellos en la sociedad, aquellos quienes no se podían defender a sí mismos ni por el uso de la fuerza ni por medio de tribunales. Esto empezaba con los débiles en el hogar, sus siervos, sus empleados, los niños a su cuidado, aún sus animales y los extranjeros que se quedaban en sus hogares. En la actualidad tenemos esta idea religiosa, ritualista y mística acerca del Shabbat, que Dios dio el Cuarto Mandamiento para que tengamos una liturgia especial y ceremonias mágicas para que Dios se agrade de nosotros, pero el mensaje Bíblico es muy claro en el propósito principal de que el Shabbat fue para declarar libertad y justicia por toda la tierra. Libertad y justicia para todos, desde el más pequeño hasta el más grande en una cultura. “Acuérdense que fueron esclavos,” Dios les dijo a los Israelitas cuando estaban a punto de entrar en la tierra para poseerla. Permitan que este Día de Reposo les recuerde los días cuando trabajaron sin descanso, sin esperanza en el mundo, bajo opresores crueles, sin ningún recurso en contra de ellos y sin ningún futuro para sus hijos excepto el mismo afán constante. Egipto no reconoció al Señor y no reconoció un día de descanso para los esclavos. La servidumbre pagana estaba en un afán constante. En otro tiempo bajo otro régimen pagano, otro pagano comprometido, Marcus Porcius Cato, que actualmente muchos creen equivocadamente que fue un campeón de la libertad, declaró lo que sería su máxima, que cuando un esclavo no esta durmiendo debería estar trabajando. La crueldad hacia los esclavos era un estándar en las sociedades paganas y por qué no habría de ser así, si como Aristóteles lo creía, la gente que eran esclavos, eran “naturalmente así,” sin ser diferentes de los

animales en principio. El Shabbat rechazaba este estándar de crueldad y lo sustituía con otro estándar: El esclavo – y todos los miembros débiles de la sociedad – eran iguales en estatus e importancia que aquellos que eran poderosos y ricos. El valor de un individuo – de cualquier individuo, no sólo de unos pocos – estaba establecido en este Mandamiento que hacía que los Israelitas se detuvieran y recordaran que ellos también habían sido esclavos. Recuerda, oh Israelita, tú fuiste un esclavo – no sólo tus padres sino también tú. Recuerda, oh estadounidense, que fuiste oprimido, perseguido y declarado proscrito de la ley y un extranjero en tu propia tierra, no sólo tus padres de muchas generaciones atrás, sino que tu también. Al final de la semana todos los que estaban en una posición más débil merecían descansar así como también los animales. Cuando un Israelita escuchaba “recuerda,” para él esto significaba: “trata a otros como a ti te gustaría ser tratado en su situación.” El Shabbat era un día de libertad para el hombre y el año Sabático era un año de libertad para los deudores en Israel, y el Shabbat de Shabbats, el año del jubileo estaba destinado para ver la liberación de todas las personas de toda esclavitud. Yo creo que nuestras iglesias en la actualidad todavía ignoran el verdadero significado de las palabras de Jesús: “el Shabbat fue hecho por causa del hombre” (Marcos 2:27). Todavía tomamos estas palabras de manera casual ya sea como que no tienen un significado importante o declarando que el Shabbat simplemente es una disposición del hombre que puede ser usada de forma pragmática o conforme convenga. Pero “por causa del hombre” significa mucho más, el significado es que el hombre es valorado y cuidado en el Shabbat. Sus discípulos estaban recolectando granos de trigo para comer en ese día cuando Jesús declaró que el Shabbat existía por causa del hombre. Su hambre requirió que recolectaran granos, porque “el Shabbat fue hecho por causa del hombre.” Sus múltiples casos de sanidad en Shabbat señalaban esta misma verdad. “Y a esta hija de Abraham, que satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de Shabbat? Preguntó Jesús en Lucas 13:16. Por supuesto que debía serlo, para eso era el Shabbat, para liberar a los cautivos y una vez más: “Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana” (Marcos 3:4-5). La frase de “acuérdense que fueron esclavos” no fue tan sólo una pequeña frase aislada. Esta fue repetida varias veces en la Ley. “Acuérdense que fueron esclavos” y liberen a su hermano en el año de Shabbat y abastézcanlo liberalmente de sus posesiones y no lo manden con las manos vacías (Deuteronomio 15:12-15). “Acuérdense que fueron esclavos” y no celebren solos el Día de Pentecostés, ni sólo con sus amigos los ricos sino que inviten al extranjero, al huérfano y a la viuda (Deuteronomio 16:9-12). “Acuérdense que fueron esclavos” y no perviertan el juicio al extranjero, al huérfano o a la viuda (Deuteronomio 24:17-18). El siguiente versículo, una vez más, “acuérdense que fueron esclavos” y no regresen al campo a recoger la gavilla que olvidaron durante la cosecha, será para el extranjero, el huérfano y para la viuda. El siguiente versículo, otra vez, “acuérdense que fueron esclavos” en el viñedo no recojerán las ramas que hayan dejado tras de si, serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. No había ninguna instancia gubernamental para forzar el cumplimiento de esto. Dios mismo era el que lo ejecutaba y la amenaza implícita era lo suficientemente seria como para hacer que un hombre temeroso de Dios se detuviera a considerar: “Si te olvidas que fuiste esclavo y empiezas a oprimir a esta gente, te

regresaré a tu esclavitud y lo aprenderás de nuevo.” Y adivinen que, Dios los regresó a su esclavitud una y otra vez. Detente aquí y piensa por un momento antes de continuar: Cuando el resto del mundo con dolor se sacude las cadenas del socialismo, ¿por qué Estados Unidos lo está adoptando, a la luz de toda la evidencia en contra de este? ¿Podría haber una razón más alta y más transcendental para eso? Nos gusta culpar a los liberales, pero podría ser que la falta recae sobre nosotros los Cristianos y los conservadores en general? ¿Será acaso que nos olvidamos de que fuimos esclavos y hemos tratado mal al huérfano y a la viuda… y al extranjero? ¿Por qué estamos perdiendo la guerra cultural, por qué nuestros esfuerzos en la cultura parecen ser inútiles, como si estuviéramos pelando en contra de una fuerza espiritual superior? ¿Realmente el enemigo posee tal poder espiritual para bloquear los esfuerzos y las oraciones de la Iglesia? O quizás… tan sólo quizás… nuestro oponente es el Espíritu Santo, haciéndonos, a la iglesia estadounidense, respetar la Ley porque hemos violado el Mandamiento del Shabbat en su verdadero significado y su intención? Sólo mantén esto como un pensamiento. La Ley del Shabbat, por supuesto, es mucho más extensa de lo que quisiéramos pensar. Por mucho que la queramos limitar a dos horas el domingo o para no trabajar un día a la semana, esta Ley va más allá de eso. Esta abarca cada acto de servicio o adoración que se le pretende dar a Dios, ya sea cantando alabanzas, ayunando, celebrando los días y las lunas nuevas, etc. Y en todas partes Dios nos dice: “No presumas de pensar que lo que Yo necesito son tus rituales y desfiles. Lo que Yo necesito es justicia y misericordia para los que son más débiles que tú.” ¿No es más bien el ayuno que Yo escogí, dice el Señor en Isaías 58 “desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión y dejar ir libres a los quebrantados y que rompas todo yugo?” Por causa del Shabbat, Él dice otra vez en el mismo capítulo, que retraigas tu pie de hacer lo que te place. Sólo entonces, Él promete una vez más en el mismo capítulo, que reedificarás las ruinas antiguas y serás llamado reparador de portillos. Piénsalo otra vez, ¿por qué es que nosotros, los conservadores, no hemos sido capaces ni siquiera de conservar algo, ya no se diga de reconstruir? ¿Será quizás porque no hemos liberado al oprimido? ¿Será que más bien hemos sido cómplices en la opresión? Así como la Ley de Shabbat en general, la Cláusula de Recordar es mucho más extensa en la Biblia. No se trata sólo de recordar que fuiste un esclavo. Se vuelve más específica que eso. Dios les hizo recordar el pasado de otro asunto también, que ellos habían sido esclavos fue un fundamento importante para cómo trataron a todos, pero ellos también habían sido otra cosa y Dios usó eso también. “Fueron extranjeros en la tierra de Egipto,” Él les dijo en Éxodo 22:21, por lo tanto no le harás mal ni oprimirás al extranjero. Recuerda que, los Hebreos se volvieron extranjeros en Egipto al migrar por cuestiones económicas. Ellos se podrían haber quedado en su casa y morir de hambre en el tiempo de José, pero ellos llegaron a Egipto para pedir comida y por causa de un Faraón justo, uno que respetaba a José y al Dios de José, fueron invitados a quedarse. La hambruna que trajo a los Hebreos a Egipto fue la misma hambruna que hizo a todos los Egipcios, esclavos del Faraón. Los Hebreos – los migrantes – permanecieron libres en una tierra donde la población nativa era esclava. Esta puede ser la razón por la que los Hebreos se volvieron más poderosos que los Egipcios, como lo relata Éxodo 1:9. Pero entonces, por el designio de Dios, ellos se volvieron esclavos (ver Génesis 15:13: “Dios le dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años”). Dios mismo planeó su esclavitud y que fueran extranjeros, con el propósito de enseñarles una

lección que se suponía no iba a olvidar. El recuerdo debía mantenerlos conscientes de que el extranjero en su tierra merecía amor y compasión especial así como la misma protección bajo la Ley. Que al extranjero se le dieran los mismo derechos bajo la Ley como alguien que hubiera nacido ahí era un concepto completamente nuevo en el mundo pagano. Nuestros historiadores liberales modernos tropiezan entre ellos al presentar a Roma y Grecia como ejemplos de justicia y de virtud social, pero la verdad era que un extranjero no tenía los mismos derechos en ninguna de las ciudades de Grecia – de hecho, para acabar pronto, no tenía derechos. Una vez que una persona dejaba las fronteras de su país, se quedaba sin ninguna protección. El destino de un extranjero era tan terrible que en Grecia el exilio era considerado un castigo peor que la pena de muerte. Aún el nacido ahí que se relacionaba con extranjeros estaba en peligro de perder sus derechos. El gran representante del estado y el general de Atenas, Pericles, quién comprometió toda su vida al servicio de su ciudad, no podía casarse con la mujer que amaba, Aspasia. ¿Por qué? Porque ella era extranjera y él corría el riesgo de ser expulsado del país y ser exiliado si se casaba con una extranjera. Y ella era tan griega como cualquier otra persona en Atenas y de la misma familia étnica, de los Griegos Iónicos que eran de Mileto. Pero incluso eso era demasiado para los paganos de antes. El extranjero no era protegido, no era bien recibido, porque los dioses de la ciudad se sentían ofendidos por la presencia de los extranjeros. Muchas culturas paganas en la actualidad se jactan de su “hospitalidad tradicional.” No es cierto. La hospitalidad se volvió una virtud sólo con la llegada del Cristianismo. En el mundo antiguo, la hospitalidad era desconocida fuera de la nación de Israel. Cualquier hospitalidad mostrada era un acto personal espontáneo del anfitrión pero no era un sistema ético el que impulsara la hospitalidad. Por el contrario en Israel, Dios específicamente declaró los mismos derechos del nativo para el extranjero. Para enseñar esta lección, Dios hizo que toda una nación fuera extraña en un país extranjero, para que ellos supieran y recordaran lo que era eso. La Cláusula de Recordar incluyó a los extranjeros y la opresión a los extranjeros estaba prohibida por la misma razón que la opresión a los esclavos y los miembros más débiles de la sociedad estaba prohibida: “Acuérdense que ustedes también fueron extranjeros.” El Cuarto Mandamiento protegía también al extranjero. Pero Dios no se detuvo ahí, Él puso requisitos aún más altos a la nación Hebrea. En Deuteronomio 23:7 Él ordenó lo siguiente: No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra. Suena fácil, ¿no? Pero recuerda, si vas a Números 20, descubrirás que Edom en realidad se rehusó a permitir que Israel pasara a través de su tierra y ellos se mostraron “violentos” para evitar que los Israelitas pasaran. Israel necesitaba usar los pozos y los ríos para ellos mismos y para sus animales, y estaban dispuestos a pagar por toda el agua que usaran. Edom les dijo que “no” y se preparó para la batalla, instituyendo efectivamente restricciones migratorias en contra de Israel, restricciones que fácilmente pudieron llevar a la exterminación de Israel en el desierto carente de agua. El odio de Edom en contra de Israel continuó por muchos siglos, de hecho, en el último sitio que sufrió Jerusalén en el año 70 DC, las tropas edomitas fueron los aliados más fervientes de los Romanos y los generales romanos tuvieron que frenarlos de cometer atrocidades barbáricas en contra de los defensores Judíos. Los que escuchaban a Moisés estaban familiarizados con lo que Edom había hecho, porque ellos eran los hijos de quienes se habían tenido que ir sin agua por muchos kilómetros por causa del odio de Edom. Y los Egipcios fueron

precisamente la nación en donde Israel fue esclavizado. No obstante, Dios les ordenó: “no aborrecerás al edomita, sino que acuérdate que tu fuiste un extranjero.” El extranjero no sólo era digno de recibir la misma protección y respeto sino que aún los miembros de los peores enemigos de Israel debían ser tratados sin parcialidad y sin ser aborrecidos. Ahora bien, detengámonos aquí y consideremos lo siguiente: ¿Comprenden el grave significado de este mandamiento para ustedes, Texanos? O debiera decir: ¿Tejanos? Repasen el pasado y recuerden, ¿fueron extranjeros en la tierra de alguien más? ¿Se atreven a odiar a los Mexicanos, en cuyas tierras fueron extranjeros, así como los Israelitas fueron extranjeros en la tierra de los Egipcios? ¿Creen que Dios sólo le dio ese mandamiento a los Israelitas y que los principios morales de Dios no son eternos y aplicables a todas las personas? Cuando ustedes dicen: “Recuerda Álamo,” ¿cuál es la motivación más profunda en tu corazón? ¿Es la motivación Bíblica de recordar que ustedes fueron extranjeros maltratados y por lo tanto de tratar a los Mexicanos con respeto para que el camino de desconfianza y odio muto se rompa y que la Ley de Dios y la paz de Dios prevalezca? Acaso ¿quieren lo mismo para los Mexicanos como lo que el General Santa Ana tendría para ustedes si lo hiciera a su manera: muros, cercas alambradas, torres con ametralladoras, helicópteros militares disparando en contra de personas desarmadas, odio, miedo y hostilidad? ¿Eres un Cristiano Bíblico, obedeciendo la Ley de Dios cuando se trata de los Mexicanos? O ¿eres un pagano bárbaro cegado por el odio hacia todo lo que es extranjero para ti? Las palabras: “porque ustedes fueron extranjeros” aparecen en muchos otros lugares en la Ley de Dios que no tendríamos tiempo de abarcarlos todos. El concepto en sí de ser un extranjero merece una serie de conferencias en su mismo contexto, pero para nuestra comprensión de la política Bíblica sobre la migración es importante comprender que el Cuarto Mandamiento, de guardar el Shabbat, era una advertencia en contra de la opresión – la opresión de los miembros más débiles de nuestras familias y de nuestra sociedad, opresión del extranjero, opresión de los esclavos bajo nuestra jurisdicción. Debido a estos principios en la Ley, no debería sorprendernos que la Ley no contenga una sola prescripción de limitar la migración. No podría. Tal prescripción violaría todo el carácter de la Ley de Dios y violaría específicamente la “Cláusula de Recordar”: “Acuérdense que ustedes fueron esclavos y extranjeros.” Limitar la libertad de movimiento de un hombre, quien no ha cometido ningún crimen, por el simple hecho de que es un extranjero, sería tratar al extranjero más duramente que a un nativo. Eso fue ilegal, malvado, inmoral completamente anti Cristiano. Eso implicaría opresión de los miembros más débiles de la sociedad. Eso haría que los estadouniden…ses, quiero decir, que Israel… cayera al nivel de las naciones pagana bárbaras de la antigüedad. A Israel no se le permitía cerrar ninguna de sus fronteras, ni tampoco tenía permitido el rey tener un enjambre de burócratas, quienes controlaran el paso de los extranjeros a través de las fronteras. La decisión de un hombre de mudarse y establecerse se le dejaba completamente a ese mismo hombre. Dios le negó al gobierno civil el poder de bloquear el acceso de ciertas clases al territorio y la vida económica de Israel. Caleb el Cenezeo, Uri el Hitita, Obed-edom el Filisteo (líder posterior de los cantores en el Templo), Ruth la Moabita e incontables otros extranjeros pudieron venir a Israel y tomar ventaja de las oportunidades de ahí. Algunos podían terminar siendo adoptados por familias Hebreas y también tomar posesión en la tierra. Aquellos que escogieran ser circuncidados y volverse parte de Israel podían recibir derechos políticos después de varias generaciones. Otros podían seguir siendo paganos y aún

adorar a sus ídolos en los límites de sus hogares mientras que su adoración no fuera pública, ellos quedaban libres de interferencia. En lo que concierne a los derechos individuales, debía haber una sola ley para los extranjeros y los nativos. No había pasaportes, no había control fronterizo, no había un enorme equipo gubernamental que controlara el movimiento de la gente, no se obligaba a empresas privadas a invertir recursos para verificar el “estatus legal” de cada empleado, no había crisis migratorias, no se coaccionaba a las empresas locales para contratar a residentes en lugar de extranjeros, etc, etc. El acceso al sufragio político era limitado, pero el acceso a la tierra y el comercio o ser comerciante no era limitado. Para los Cristianos modernos con el cerebro lavado y para los conservadores tal propuesta suena extrema. ¿Cómo protegería Israel su cultura de todos esos Mexicanos sucios a su alrededor? Aquí estaba Israel, una nación pequeña rodeada de grandes naciones, con las rutas terrestres abiertas a todos lados, sin un gobierno central, sin policía y a Dios se le pasó darles leyes para restringir la migración. Además las culturas alrededor eran conscientemente paganas y hostiles a la religión de Israel. Ay Dios, por favor. En la actualidad tenemos 300 millones de personas en Estados Unidos, el país más poderoso que haya existido, protegido por dos océanos, el ejemplo más obvio al mundo del éxito de su cultura y entramos en pánico al ver a unos cuantos miles de inmigrantes, ¿cómo podrían esperar proteger a Israel, una nación tan pequeña, sin leyes migratorias? (Otro ejemplo moderno sería Suiza). Para ponerle sal a la herida, Dios no sólo no les dio ninguna ley de restricciones migratorias, en realidad Él puso una prohibición a la deportación de inmigrantes. En el mismo capítulo donde los Israelitas fueron ordenados a no aborrecer a los Edomitas y a los Egipcios, Deuteronomio 23, el mandamiento siguiente les fue dado en los versículos 15 y 16: No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo. Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás. Israel no sólo no podía restringir la migración, ellos no podían tampoco deportar a los inmigrantes. El principio Bíblico de Israel como la ciudad que brilla en el monte fue aplicado exhaustivamente. Ven a Israel, dijo la Ley, y sé libre. Ven al único lugar en el mundo donde un extranjero puede encontrar su verdadero hogar y tener paz. Para comprender la importancia de esta ley específica necesitamos comprender al mundo antiguo: los dueños de más esclavos en las naciones paganas normalmente eran los política y militarmente poderosos. Los esclavos se conseguían con mayor frecuencia en las expediciones militares y los poderosos del día se llevaban la mejor parte del botín. Para Israel, el rehusarse a deportar a un esclavo de regreso a su amo extranjero pagano implicaba que el dueño pudiera provocar a su gobierno – o quizás él en sí era el gobierno – para irse en guerra contra Israel. Esta ley deletreaba un posible conflicto internacional para Israel por cada esclavo que pudiera decidir buscar asilo en Israel. A Dios no le importo eso. Él fue muy específico y muy claro, no sólo no vas a deportar a un esclavo fugitivo, sino que le vas a permitir decidir donde quiere establecerse y vivir. Y si tienes que ir a la guerra por cada esclavo, irás a la guerra por cada uno de ellos. Porque, acuérdate que tu también fuiste extranjero y un esclavo, por lo tanto, si tu quieres ser recto delante de mi, defenderás y protegerás al extranjero y al esclavo. Tres mil años antes de que EU fuera fundado, se le ordenó a otra nación declararle al mundo: “Dame a tus cansados, tus pobres, a tus amontonadas masas que anhelan respirar la libertad,

Los miserables rechazados de tus playas abundantes. Envíame a estos, a los desamparados, a los azotados por la tempestad: Yo levanto mi lámpara junto a la puerta dorada.” ¿Cómo puede, hoy en día, compararse Estados Unidos con este principio Bíblico? Permíteme recordarte: A miles de Judíos Alemanes se les negó la entrada a EU en los 1930s por causa de las restricciones migratorias. Y la iglesia estadounidense permaneció callada. Y hoy en día, la misma iglesia estadounidense insiste en más restricciones migratorias, más poder gubernamental para restringir el flujo de individuos, sin mencionar las medidas radicales asesinas como las ametralladoras y los helicópteros militares en la frontera para dispararle a personas desarmadas. ¿Quién sabe cuantos hermanos Cristianos han regresado a sus amos paganos con nuestras leyes migratorias? ¿Quién sabe cuántos hombres y mujeres decentes que estaban buscando un empleo remunerado para proveer para sus hijos hemos regresado a su pobreza, miseria, tinieblas e ignorancia? ¿Será que Dios está trayendo juicio sobre nosotros porque hemos estado actuando como paganos bárbaros, tratando mal y oprimiendo al extranjero con nuestro apoyo a leyes de inmigración crueles? Desde una perspectiva legal, el control del gobierno de las fronteras para el paso de individuos significaría que el gobierno civil se declara a sí mismo ser el dueño de la tierra, no un siervo de Dios para el bien de la gente. Pero la Ley no le dio la tierra al gobierno, se la dio a las familias. Si fuera a haber cualquier tipo de “control migratorio,” debería ser ejecutado por los verdaderos dueños, las familias. Una familia quizás no quiera a los extranjeros, otra quizás les de la bienvenida como trabajadores y quizás aún los adopte como hijos. Boaz aconsejó de manera específicamente a sus trabajadores a dejar más gavillas para Ruth, la inmigrante Moabita. Él era responsable de decidir si el inmigrante extraño podría tomar ventaja de su tierra o no, no algún gobierno. Una de las advertencias que Samuel le dio a Israel cuando querían un rey, fue que el rey les quitaría sus campos. En realidad, el malvado rey Acab mató a un hombre inocente para adquirir su propiedad. Lo que rara vez es comprendido por los Cristianos hoy en día es que el darle poder al gobierno civil sobre la migración en realidad declara al gobierno civil como el dueño de la tierra. Y en realidad, la mayoría de las veces el argumento para la restricción migratoria es: “¿Qué no puedo evitar que alguien entre a mi patio de atrás?” Sí, si puedes, pero la tierra no es el patio de atrás del gobierno, no seas ignorante. Porque una vez que declares que es el patio de atrás del gobierno, no te puedes quejar cuando el gobierno te la quite a ti. ¿Nos debería sorprender que la era de las restricciones migratorias en EU también es la era del principio legal de dominio eminente? Si quieres que el gobierno actué como el dueño de la tierra en contra del extranjero, lo siguiente que puedes esperar es que actúe como el dueño de la tierra en tu contra. Dios no es burlado. Por lo menos no sin ningún costo. La forma en la que tratas al extranjero será la forma en la que serás tratado. Pero ¿qué no había fronteras en la Biblia? ¿No habían límites políticos entre los estados en el mundo antiguo? Si los había ¿no era el gobierno responsable de la seguridad de las fronteras? Sí, si habían, pero una vez más, nosotros como Cristianos hemos fracasado en pensar como Cristianos Bíblicos y hemos adoptado un concepto básicamente pagano que es anticristiano acerca de las fronteras. Las fronteras en la Biblia no eran para restringir a los individuos o para darle más poder al gobierno civil de controlar el flujo de individuos. Las fronteras en realidad eran establecidas para limitar el poder y la extensión geográfica del gobierno civil. Ya vimos que un esclavo fugitivo

podía establecerse en Israel, protegido de las leyes de la tierra de su amo pagano. En Israel, los gobiernos civiles locales estaban limitados en extensión, un hombre podía huir a otra ciudad si creía que no recibiría un trato justo en las cortes de su propia ciudad. Las ciudades de refugio estaban establecidas para aquellos que habían matado sin intención, para protegerlos de la ira de los parientes de la víctima. La autoridad legal para la persecución estaba en manos de la ciudad de refugio, de este modo limitaba el poder de los gobiernos de otras ciudades (Números 35). El principio Bíblico de las fronteras era: Los individuos pueden moverse libremente, los gobiernos están restringidos. El mismo principio protegió a la nación de los invasores extranjeros: ya que una invasión extranjera implicaba que un gobierno extranjero estaba traspasando sus fronteras. Pocas cosas revelan más claramente la necedad del Cristianismo estadounidense moderno, que su inhabilidad para distinguir entre la migración y la invasión, y la diferencia es muy clara, la primera es un acto realizado por individuos y por lo tanto es legítima y permitida. La otra es un acto de un gobierno traspasando sus fronteras. En la actualidad, hemos puesto de cabeza el concepto Bíblico de “frontera”: Creemos que nuestro gobierno tiene el derecho de traspasar cualquier frontera y animamos a nuestro gobierno a invadir otras naciones y matar civiles por todo el mundo, y hemos apoyado leyes que limitan la libertad de los individuos. Después nos preguntamos por qué el mismo gobierno traspasa sus fronteras y limita nuestra libertad. Nos tenemos que culpar a nosotros mismos, como Cristianos, como iglesia y como conservadores. Los liberales no provocaron esto, nosotros nos lo hicimos, con nuestra ignorancia Bíblica y nuestro adopción impetuosa de conceptos paganos que son anti Cristianos y de ideologías acerca del gobierno civil, las fronteras y la migración. Hay mucho más que decir acerca de este asunto, pero este tema de la migración está relacionado con muchos otros asuntos éticos en la Biblia. Está relacionado con el crecimiento económico, las políticas monetarias, los niños y el aborto, la educación, etc. Para abarcarlos todos por lo menos necesitamos un libro. Y probablemente tomaría muchos años antes de sacudirnos las ideologías falsas que hemos adoptado en las últimas dos décadas en lo que respecta a los extranjeros y la migración, y de regresar a un punto de vista sobre el extranjero que sea completamente Bíblico, Cristiano y justo. Además de demandar una solución Bíblica a la crisis de migración: Saquen al gobierno de la migración y protejan la libertad de todos, los nativos y los extranjeros. “No se olviden,” dice el autor de Hebreos en 13:2, “de mostrar amor a los extranjeros, porque por esto algunos sin saberlo han hospedado ángeles.” Pero nosotros, la iglesia estadounidense, le hemos exigido a nuestro gobierno que legisle el odio a los extranjeros, quitándoles su libertad y negándoles justicia, pidiendo que las leyes de los hombres estén por encima de la Ley de Dios. “Apártense de mi, malditos,” Jesús dirá en el Día del Juicio, “porque fui forastero y no me invitaste a pasar” (Mateo 25:43). Sobre esta situación específica, como la iglesia, hemos estado dando adoración de labios a Cristo, mientras que al mismo tiempo hemos demandado que nuestro gobierno saque a patadas al extranjero. Después nos hemos estado preguntando por qué Jesús no está aquí para bendecir nuestros esfuerzos de hacer volver a nuestro país. ¿No será que Él no está aquí porque Él ha obedecido nuestras leyes migratorias? ¿No será que Él es uno de esos extranjeros deportados? ¿Crees que Jesús seguramente estaría hoy en día ondeando las estrellas y las franjas, y no se presentaría como un extranjero para probarte? ¿No será que nosotros hemos sellado el destino de Estados Unidos aceptando completamente la ideología del enemigo? ¿Será que hemos estado balbuceando hipócritamente el “evangelismo,” “predicando el Evangelio” y las “misiones” y cuando Dios nos envía gente para evangelizar, hemos exigido que sean deportados o balaceados?

Y ¿podría ser que el totalitarismo progresivo en EU es en gran parte debido a nuestra propia ceguera, al darle al gobierno civil un poder sobre los individuos que Dios nunca le dio? Todos conocemos la historia de la iglesia en Alemania ubicada junto a los rieles del tren, el cuál era utilizado por los Nazis para enviar a los Judíos a los campos de concentración. La iglesia diligentemente se reunía cada Shabbat para hacer sus liturgias significativas. Cuando un tren pasaba y los seres humanos en ese tren gritaban para captar la atención de los asistentes de la iglesia, la iglesia simplemente cantaba sus himnos más fuerte para ahogar sus gritos. Eso no era guardar el Shabbat. Eso era una violación salvaje del Shabbat mientras que pretendían guardarlo. Esto era más bien un equivalente moral del asesinato de una persona mientras que pretendían salvarlos. Bastante condenatorio o ¿no? Sin embargo, si lo piensas, ellos fueron motivados por temor. Ellos no se opusieron a un régimen pagano perverso pero por lo menos no estaban apoyando activamente. En una situación hostil y peligrosa, es comprensible que un hombre simplemente se desanime y permanezca pasivamente y espere. Comparemos esto con la iglesia estadounidense actual, donde no hay ningún peligro de levantar la voz. Nosotros no nos hemos conformado pasivamente con las leyes perversas de un régimen pagano, sino que activamente hemos afirmado esas leyes y hemos exigido aún políticas antiCristianas que sean más perversas. Después esperamos que Dios este complacido con nuestras propias liturgias y desfiles dominicales, frente a nuestro apoyo de enviar a los esclavos y a los extranjeros del mundo de regreso a sus campos de concentración. Creemos que guardamos la ley del Shabbat pero hemos rechazado lo que esa misma ley nos dice: “Acuérdense que sus padres fueron inmigrantes en este país y llegaron aquí saliendo de un país de opresión para buscar la libertad y la justicia para todos.” Es tiempo de regresar a la verdadera cosmovisión Bíblica y a la verdadera visión Bíblica sobre la migración. Es tiempo para nosotros los Cristianos de desechar las mentiras que hemos comprado y demandar que el gobierno civil quede fuera de todos los asuntos migratorios y que deje a la gente vivir. Es tiempo para nosotros como Cristianos de escuchar el mandamiento de que “debe haber una sola ley para todos,” para el nativo y para el extranjero. No podemos darnos el lujo de ser guiados por nuestros miedos, infundido en nosotros por un grupo de políticos liberales, debemos asirnos estrictamente a la Ley de Dios y a su provisión, y nunca apartarnos a diestra ni siniestra. Sin eso, no podemos esperar proteger el Cristianismo y ni se diga restaurarlo. Y nos conceda Dios la gracia de aceptar Su Palabra y obedecerla.

     

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