Migraciones nicaragüenses: Instituto de Estudios Interdisciplinarios

Migraciones nicaragüenses: Instituto de Estudios Interdisciplinarios Granada, 2009 N. 324.9 159 Instituto de Estudios Interdisciplinarios Migracio

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Migraciones nicaragüenses:

Instituto de Estudios Interdisciplinarios

Granada, 2009

N. 324.9 159 Instituto de Estudios Interdisciplinarios Migraciones Nicaragüenses: Identidad y frontera, sueños y metáforas/ Instituto de Estudios Interdisciplinarios (Comp).-1a ed.- Granada: Casa Tres Mundos 160 Pag. ISBN: 1. NICARAGUA-RIO SAN JUAN-ESPACIO TRANSFRONTERIZO, 2. MIGRACIÓN-SUEÑOSJUSTICIA GLOBAL, 3. IMAGINARIOS SOCIALES-LA CARPIO SAN JOSE-IDENTIDAD NICARAGUENSE 4. ANÁLISIS DE DISCURSO-CONCEPTOS METAFORICOS-LINGÜÍSTICA COGNITIVA

Recopilador (autor): Instituto de Estudios Interdisciplinarios (IEI) Editorial: Casa Tres Mundos Edición: Adriana Palacios y Carlos Sosa Coordinación del estudio: William Montano y Emmanuel De Trinidad Diseño y foto de Portada: Johannes Kranz Diseño y diagramación: William Montano Investigadores: Adriana Palacios, William Montano, Carlos Sosa, Claudia Zuzer y Johannes Kranz Epílogo: José Luis Rocha ISBN 978-99924-939-1-5 Las opiniones expresadas en esta publicación no representan necesariamente los puntos de vista de AECID, INCH y Fundación Casa de los Tres Mundos. Se permite la reproducción total o parcial de este libro, siempre y cuanto se cite la fuente.

Contenido Prefacio............................................................................................................ 7 Identidades (in)migradas. Un acercamiento a algunas identidades nacionales nicaragüenses: El caso de la Carpio San José Adriana Palacios............................................................................................... 11 Reinterpretación de la frontera: Circuitos alternativos de supervivencia, El caso de El Castillo, Río San Juan. William Montano y Carlos Sosa......................................................................... 41 Buscando la vida… Metáforas de migración en Nicaragua. Claudia Zuser.....................................................................................................71 Sueños Johannes Kranz................................................................................................. 117 Epílogo José Luís Rocha.................................................................................................. 153

Prefacio El presente estudio, más que un diagnóstico sobre el estado de la migración en Nicaragua, es una investigación que aborda la dimensión cultural de los fenómenos migratorios. Reúne cuatro procesos investigativos, con ejes temáticos propios y a través de los cuales se analiza la migración como fenómeno multiforme. Su objetivo general es explorar las manifestaciones identitarias de sujetos que migran, el modo en que argumentan su migración, sus estrategias, resistencias y sueños; y cómo resuena en sus imaginarios el estado nacional y la frontera. Los cuatro temas se desarrollaron de forma independiente, cada uno con su enfoque espacial, metodológico y teórico particular. En este sentido, el trabajo en su conjunto no representa una estructura acabada, ni pretende brindar un panorama íntegro de la migración en Nicaragua, sino que subraya algunas de sus manifestaciones en un contexto transnacional. Los principales elementos compartidos que unen los cuatro trabajos son: el acento sobre las representaciones sociales y significados culturales accesibles mediante el discurso; el reconocimiento de la agencia del sujeto migrante en contraposición a la construcción que lo victimiza y estigmatiza; y el presupuesto de la migración como un proceso de mediación cultural, en contradicción con la perspectiva que la conceptualiza como una ruptura entre el país de origen y el de destino. Otro elemento compartido, finalmente, es el enfoque metodológico constructivista, que permite una conceptualización pluralizada y un tratamiento inductivo del fenómeno. Los cuatro artículos Iniciamos con un artículo de Adriana Palacios, quien explora algunos modos en los que se reconstruye la identidad nicaragüense en La Carpio, una comunidad ubicada en San José, Costa Rica. “Espacio de segregación” que se ha convertido en una suerte de metonimia del inmigrante nicaragüense en Costa Rica. Este trabajo sobre identidades nacionales intenta un acercamiento al significado de ser nicaragüense y vivir en La Carpio, e indaga sobre el modo en el que los migrantes contestan tanto a algunas representaciones del nicaragüense desde una perspectiva costarricense, así como representaciones de la 7

supuesta “nicaraguanidad” construidas desde el discurso cultural dominante en Nicaragua. En el segundo artículo, William Montano y Carlos Sosa se adentran en los discursos y prácticas transfronterizas de los pobladores de El Castillo, Río San Juan con el propósito de identificar circuitos alternativos de supervivencia en este “espacio poroso”, caracterizado por disputas territoriales entre Nicaragua y Costa Rica. El Castillo resultó una comunidad atractiva por su cercanía al límite fronterizo con Costa Rica y por el poco control institucional en la zona de tránsito, de parte de las autoridades de ambos países. Estos factores permiten a los habitantes de la zona una relativa libertad de movimiento transfronterizo. El uso de los servicios de salud (en particular, partos) y el trabajo temporal indocumentado en plantaciones agrícolas en Costa Rica son algunas estrategias de vida que permiten un acercamiento a la migración como práctica integrada a la vida de sus habitantes. En el tercer artículo, Claudia Zuser indaga sobre las metáforas del habla cotidiana en el contexto de la migración en Nicaragua. Los conceptos metafóricos, desde la perspectiva de la lingüística cognitiva, son instrumentos de cognición que sirven para la categorización de las diferentes experiencias humanas, que además pueden influir nuestra percepción, pensamiento y acciones. Para ese trabajo se analizaron discursos públicos y privados (artículos de periódicos y entrevistas) con el fin de reconstruir conceptualizaciones metafóricas colectivas sobre la migración, el sujeto migrante y la identidad nacional en Nicaragua. En el último artículo, Johannes Kranz reinterpreta los sentidos del concepto del “sueño” a través de cuatro nicaragüenses, aspirantes a migrar, pero que por diferentes razones no han podido salir del país. Los sueños ocupan un lugar importante dentro de las motivaciones y aspiraciones de quienes quieren emigrar; y son a la vez conceptualizaciones individuales y colectivas sobre sus proyectos de vida y el país de destino como un espacio simbólico imaginado. Aquí el sueño se encuentra suspendido entre un discurso de victimización y el eufemismo.

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Metodología Los trabajos realizan un acercamiento de corte cualitativo. En el caso de las fuentes primarias se implementaron los siguientes métodos de recopilación: entrevistas a informantes clave, entrevistas en profundidad, grupos de discusión y observación participante. En el caso de las fuentes secundarias, se revisó bibliografía especializada, estudios precedentes, fuentes documentales, audios, videos y textos legales. Los métodos de análisis son: el análisis de discurso, análisis de campos semánticos, análisis crítico de discurso y análisis sistemático de metáforas. Agradecimientos A todas las personas que contribuyeron a realizar este estudio, en particular a los sujetos protagonistas de cada componente que compartieron con nosotros sus opiniones, preocupaciones y esperanzas; al equipo de apoyo, Emmanuel Detrinidad, Leonor Zúniga, Rodrigo Rodríguez Borge, Tania Barillas, Djamila Canales, Alma Iris Rodríguez, Jessenia López y Sonia Balladares. por su compromiso en la fase de recopilación y procesamiento de los datos; a Dieter Stadler de la Fundación Casa de los Tres Mundos por su apoyo personal e institucional durante este estudio. A Nimcy Arellanes Cancino, por iniciar y acompañar este proceso de investigación con el IEI en Nicaragua. A José Luis Rocha por sus reflexiones y críticas a este trabajo. Finalmente, al Centro Cultural de España en Nicaragua por hacer realidad esta publicación, en particular a David Ruíz López- Prisuelos, Elisa Durán y Miguel García-Herraiz Roobaert por el interés y confianza depositados en este trabajo.

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Identidades (in)migradas. Un acercamiento a algunas identidades nacionales nicaragüenses: El caso de la Carpio San José Adriana Palacios

Introducción

Este artículo pretende exponer y problematizar algunos hallazgos de una investigación exploratoria sobre discursos de identidad nacional de inmigrantes nicaragüenses viviendo La Carpio, una comunidad (1) ubicada en un terreno de la Finca Caja Costarricense de Seguro Social, actualmente en administrado por el Instituto Mixto de Acción Social- IMAS, en el distrito josefino de La Uruca (MIVAH, 2008). En las últimas décadas Costa Rica se ha convertido para muchos nicaragüenses en el “destino económico más accesible” (Rocha, 2003), empero, la migración hacia Costa Rica no se trata de un fenómeno estructural nuevo, especialmente si hacemos una revisión atenta de las relaciones históricas y geo-políticas entre ambos países (Alvarenga, 2001; Castro, 2002). A pesar de las explicaciones que plantean que “la guerra” de los ochentas fue el principal motivo de la migración masiva de nicaragüenses hacia Costa Rica, según Castro, es a partir del año 2000 cuando se quintuplica el número de nicaragüenses respecto a la cantidad registrada en el año de 1984, pasando de ser 1.9% a 5.9% de la población total en Costa Rica (Ibíd., p. 5). La presencia de nicaragüenses en Costa Rica cobra relevancia, no sólo desde la perspectiva económica, en relación a su capacidad de suplir la demanda laboral en sectores como la construcción o servicios personales, principalmente en el ámbito doméstico, sino también desde una perspectiva cultural, ya que esta presencia ha sido clave y una constante en la formación de las identidades nacionales costarricenses (Cf. Sandoval, 2006a).

(1). En la cita original se lee: precario. La mayoría de los documentos institucionales, como en este caso, se refieren en La Carpio en estos términos, aquí optamos por reemplazar esta referencia urbanístico-social por la de comunidad.

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La migración en su connotación dominante: emigración, más que un mero desplazamiento o movimiento de personas fuera de los espacios nacionales, se inscribe dentro de una nueva dinámica del capital y del mercado mundial que no sólo representa, políticamente, un desafío al poder del estado nacional en su carácter de “árbitro de la frontera” (2) (Kivisto, 2003) y de su soberanía territorial y cultural, sino que también desencadena crisis en las identidades colectivas, en las comunidades imaginadas (Anderson,1991) como “sistemas de representaciones culturales” (Hall citado en Restrepo, 2004). Es decir, que complejiza las relaciones sociales, el sentido de pertenencia, los entramados simbólicos existentes; creando y recreando de ese modo nuevas identidades y espacios de comunicación, transacción/diferenciación/acomodación entre los migrantes, quienes median entre la esfera de la sociedad receptora y la sociedad de origen.

La Carpio: el espacio, desafíos y una metonimia del inmigrante nicaragüense en Costa Rica

La Carpio, es una comunidad ubicada en el distrito de La Uruca al oeste de la ciudad de San José, que cuenta con una extensión de 62 hectáreas y una población aproximada según el Censo del año 2000 de 13,866 personas. Esta rodeada por dos ríos: El Río Torres y el Río Virilla. Esta comunidad se originó como el resultado de la invasión de los terrenos en el año 1993, por migrantes de diferentes partes del país y extranjeros quienes según la fuente representaban el 50% de los ocupantes en ese momento (MIVAH, 2008).

(2). Boundary arbiter.

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En autobús, La Carpio, queda aproximadamente a 20 minutos del Centro de San José, cuenta con una única entrada y salida, y en el camino se pasa por el Parque de Diversiones de la ciudad y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). En la parte oeste de La Carpio se encuentra el denominado “Parque Tecnológico Ambiental”, un depósito de basura, del cual es concesionaria una empresa canadiense. Éste recibe 700 toneladas de basura diariamente (Fonseca, 2004). Agrega uno de los nicaragüenses entrevistados que vive en La Carpio desde que se originó: “te puedo decir que la Carpio es el precario más grande que tiene Costa Rica, es el precario con mayor cantidad de nicaragüense, no existe otra comunidad con esas dimensiones, ni con esa cantidad de nicaragüenses concentrados en un mismo lugar” (EN5). La Carpio empezó a interesarnos, no sólo por la vasta atención mediática que ha recibido durante los últimos años en ambos países, cuando empezó a poblar profusamente titulares de las secciones de política, opinión y sucesos en los principales periódicos, los que pasaban desde análisis jurídicos, regulaciones migratorias, criminalidad hasta derechos humanos. Aquí nos referimos específicamente al repunte mediático que tuvo con la serie de eventos ocurridos en el año 2004: la detención masiva de migrantes nicaragüenses realizada por la Policía costarricense en el mes Enero y las protestas organizadas por los pobladores ante el incumplimiento de compromisos compensatorios asumidos por la empresa concesionaria para el manejo de la basura en San José, en el mes de Mayo del mismo año. La Carpio nos interesa fundamentalmente porque en el imaginario popular se ha venido instituyendo como una suerte de metonimia del inmigrante nicaragüense en Costa Rica. Una metonimia que a veces trasluce discursos antisépticos del personaje migrante encarnado en este caso por “el nicaragüense” (3). Iniciar una exploración de los discursos sobre identidad nicaragüense en La Carpio, como espacio social y simbólico, significó además de transgredir nuestros propios sesgos en la delicada reconstrucción de las historias, como atinadamente nos advertía una de

(3). Según Censo del año 2000, los nicaragüenses representaban un 76,4% de total de extranjeros censados en Costa Rica (Baumeister, 2006:24 y Castro, 2002:4).

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nuestras entrevistadas: “lo que no nos gusta aquí es que, extraen la información y al final La Carpio termina siendo la misma cosa”. Nunca habíamos estado en La Carpio. Pero sí, intentabamos partir, viendo a La Carpio más allá de Nicaragua, más allá de sus caracterizaciones académicas: como “la comunidad binacional” más grande de Costa Rica, y por supuesto más allá de las “imágenes rojas” o emblemáticas de “pobreza” y “barriada”, reproducidas por los principales medios impresos en ambos países. (Cf. La Prensa y El Nuevo Diario en Nicaragua, o La Nación en Costa Rica). Si bien La Carpio, no puede dejar de abordarse sin conjugar factores como los antes mencionados o como plantea Sandoval sin pensarla en términos de espacio de segregación y estigmatización (2005), tanto por sus condiciones geográficas como sociales, el interés principal de esta exploración esta orientado en dos sentidos: En primer lugar conocer el modo en el que los nicaragüenses viviendo en La Carpio están argumentando su nicaragüanidad, cuáles son los discursos, las subjetividades y los símbolos que distinguen estos discursos, y cómo éstos se recrean y afirman en un espacio como La Carpio. Por tanto conocer, quizá de una manera más implícita, cómo contestan o hacen suyas algunas representaciones hegemónicas y esenciales que se han elaborado de la identidad nicaragüense en Nicaragua, vinculadas a un imaginario de la nación mestiza, masculina (nótese que “la nicaragüense” es un enunciado/onto inexistente), católica, hispanoparlante y heterosexual (Cf. Blandón, 2003:29)(4) Mismas que se han monumentalizado tanto en la poesía de Rubén Darío, obras literarias como El Güegüense (5) (Ibíd.) o El Nicaragüense de Pablo Antonio Cuadra – PAC (6). (4). Puede verse en este sentido también sobre el mito del mestizaje y la construcción hegemónica de la nación nicaragüense, los trabajos de Gould (1998) y Midence (2008) respectivamente. (5). El Güengüense, también conocido como Macho Ratón es un personaje literario de una comedia-bailete homónima que data alrededor de siglo XVII. Dos de sus principales características son ser tunante y mentiroso. (6). Actualmente podemos mencionar que se encuentran en esa línea de composición la obra Tambor Olvidado (Aguilar: 2007) de Sergio Ramírez, un ensayo que recompone la “identidad nacional” a través de la búsqueda de la genealogía africana en lo que se ha reconocido como cultura y raza nicaragüense, proponiendo la tesis del “triple mestizaje” nicaragüense (hispano-indígena-africano).

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En segundo lugar, cómo su discurso contesta o reproduce, algunas representaciones del nicaragüense “alterizado” en Costa Rica: las representaciones de buenos trabajadores y al mismo tiempo de usurpadores, sucios, violentos (Cf. Sandoval, 2006a). Sobre este particular, Sandoval plantea que las representación del nicaragüense como “otro” articulan representaciones racializadas y de clase (Ibíd., p.186), interpelando al mismo tiempo el modo en el que se ha construido la “excepcionalidad” costarricense a través de la historia; y cómo hoy la inmigración nicaragüense se interpreta como una amenaza a la identidad e integridad nacional de una sociedad enfrentando una crisis institucional y simbólica (2004, 2006a). En este sentido este primer acercamiento con los nicaragüenses en La Carpio nos permitió apreciar los modos en los que sus discurso, se “relacionan” con la imaginería nacional esculpida desde el Pacífico de Nicaragua, otrora centro del poder colonial y representada por las ciudades de León y Granada, geografías desde las cuales se ha manufacturado y sellado “lo nicaragüense”. Incluso, imágenes de un discurso más contemporáneo y turístico como: “Nicaragua tierra de lagos y volcanes” o “Nicaragua tierra de poetas”, son tributarias de esta tradición (en el sentido de E. Hobsbawm, 1983). Vale mencionar que a este repertorio, a partir de unos años atrás, pero aún en negociación, han venido incorporándose representaciones de la Revolución Popular Sandinista, i.e la resignificación de la figura de Sandino, y quizá en su faceta más saliente y dúctil, los nicaragüenses empiezan a dibujarse como “gente luchadora”. A propósito de los lagos, un joven nicaragüense recién llegado a La Carpio nos comentaba: “Y yo… figúrese, el día que yo me vine de Nicaragua… vengo viendo que río por donde quiera, mire.. si y yo me puse a imaginar, ..de ahí le digo a mi mamá ¿y cómo dicen, le digo, que Nicaragua es el único país, que, tiene más lagos? y mire, le digo aquí … tantos lagos, porque esos ríos son lagos” (EN3). No podemos perder de vista que la identidad estudiada se resignifica en un espacio y contexto migratorio específico, cuando hablamos de “relaciones” también nos referimos a las desconexiones, a la diversidad de manifestaciones o saberes, a aspectos que se ocultan y que sobresalen dependiendo de la pertinencia política que pueden tener para el grupo.

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Una de las auto-representaciones más reiteradas y fuertes de los nicaragüenses viviendo en La Carpio fue la de “trabajadores”, esto nos trajo inevitablemente a la memoria la canción utilizada en un comercial del Ron Flor de Caña, transmitido en Canal 6 a principios de los años noventa. Éste epitomizaba esta representación del nicaragüense, y adicionaba al marketing cultural identitario, el elemento etílico, un ejemplo contundente del efecto de uno de los medios de reproducción culturales más sublimes: la publicidad, que en este caso estaba dotada de un nacionalismo que podría parecer a primera vista ingenuo. El comercial comenzaba con una voz masculina perfectamente articulada y densa que recitaba dos versos del poema Retorno (1907) de Rubén Darío: Nicaragua esta hecha de vigor y de gloria Nicaragua esta hecha para la humanidad (7) Luego comenzaba la canción: “Esta es mi tierra, esta es mi gente, gente de trabajo, con sueños y esperanzas. Esta es mi tierra, la tierra de volcanes. Esta es mi tierra, la llevo en el corazón. Esta es mi tierra, esta es mi gente y este es mi ron”. (cursivas agregadas). Algunos presupuestos conceptuales Consideramos necesario advertir al lector que este trabajo es de corte exploratorio. Las dos cuerdas principales que se tienden y se cruzan a lo largo de este artículo son la crisis del estado nación y las identidades nacionales vinculadas a la migración, tomando a La Carpio como un espacio transnacional donde están reconstituyendo nuevas identidades y discursos identitarios.

(7). En algunas ocasiones y especialmente en el contexto político y social de la transición de los noventas humanidad fue sustituida por la palabra libertad.

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Por otro lado, vale señalar, en un contexto más amplio, cómo la cultura y las identidades nacionales se han convertido en un recurso no sólo político en la lucha por el espacio, la representación y por la significación (Véase García Canclini, 2007; Yúdice, 2002) sino también el modo en que dimensiones identitarias como la religiosa pueden ser utilizadas como recursos morales para enfrentar la inseguridad y la inestabilidad que acarrea la globalización para algunos grupos culturales (Bokser-Liwerant, 2002). Los argumentos anteriores, si bien se plantea en un sentido que apunta a un análisis basado en relaciones globales, consideramos que es relevante para el caso particular de La Carpio, donde encontramos que el elemento religioso es un cauce identitario fuerte, no sólo por la cantidad de iglesias cristianas existentes en la comunidad, sino por el hecho mismo de que esta afiliación cobra una dimensión con alto contenido de contestación política: e.g. la representación bíblica de La Carpio surgida en el grupo de discusión de hombres, en la que ésta se narra como “la ciudad paraíso” (cursivas agregadas). Lo anterior puede leerse como una declaración elocuente que contesta a la categoría de precario, o a las asociaciones con la basura. Igualmente, podría implicar desde la subjetividad, la re-valoración de historias de transformación personal –comunitaria para superar problemas como la violencia, lo que sugiere o puede interpretarse como en una estrategia narrativa de re-significación por parte de sus habitantes. Para este trabajo de investigación fue utilidad partir del concepto básico del estado nación como una comunidad política imaginada, que se distingue por el modo específico en el que se imagina (Anderson, 1991). Sin embargo, no podemos dejar de poner en tensión las narraciones que dan forma a esta comunidad, e interrogar a un poder hegemónico, que homogeniza y disciplina culturalmente a sus habitantes a través de un discurso (8).

(8). Usamos la noción de disciplina en términos de Foucault (1986).

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Por ello quisiéramos retomar puntualmente algunas guías sobre de la construcción discursiva de las identidades nacionales propuestas por Stuart Hall; primero, una posición anti-esencialista; segundo, relacional, es decir las identidades se construyen a través de la “diferencia, la distinción y carácter excepcional”(9) del grupo (citado en De Cillia et al., 1999:153), y por último es hermenéutica, entendiendo los modos en los que la esta comunidad es interpretada por quienes participan de ella (Ibid., p. 155). De modo que estas representaciones influyen y organizan tanto nuestras acciones como las percepciones que tenemos de nosotros mismos. (Ibid., p. 155) Hay un concepto, que viene de los Estudios Subalternos, y quisiéramos puntualmente proponer, para problematizar la representación de los nicaragüenses como buenos trabajadores y su condición de migrantes, se trata del concepto de “esencialización estratégica” acuñado por Gayatri Spivak (1988). Éste se refiere a la posibilidad de desarrollar estrategias identitarias orientas políticamente, en grupos subalternos para subvertir relaciones de dominación. Metodología y estructura Las técnicas empleadas en la fase de recolección de datos del estudio fueron: observación participante, entrevistas (exploratorias y a profundidad) y el grupo de discusión. En este último retomamos la propuesta epistémico-metodológica de AVANCSO (2006): donde se privilegian los enunciados del discurso del sujeto como vehículos comunicativos y constructores de la experiencia social; basados en la teoría de los actos del habla inscrita en la tradición de Austin (1962) y Searle (1968). En el caso de las fuentes secundarias utilizadas, retoma principalmente los resultados de los trabajos del costarricense C. Sandoval.

(9). “Diference/distinctiveness and uniqueness”.

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La fase de campo se desarrolló en la última semana de Agosto de 2008. Se realizaron dentro de La Carpio un total de siete entrevistas (E) semi-estructuradas en carácter exploratorio, cinco entrevistas a profundidad, y dos grupos de discusión con hombres (GDH) y mujeres (GDM). Por un lado, en el caso de algunas entrevistas a profundidad se utilizó la técnica de “bola de nieve” para la identificación de los informantes bajo los siguientes criterios: residencia en La Carpio y nacionalidad: cuatro costarricenses (2 mujeres y 2 hombres) y siete nicaragüenses (4 mujeres y 3 hombres). En el caso de los grupos de discusión, la participación fue restringida para nicaragüenses, la selección de los participantes fue al alzar, ya que el equipo de investigación, mientras aplicaba entrevistas exploratorias y realizaba observación en el campo, tuvo la oportunidad de realizar un recorrido por los diversos sectores de la comunidad, convocando personalmente a los participantes. A continuación la exposición de algunos de los resultados y reflexiones compartidas. En la estructura del artículo alternan las voces de los y las nicaragüenses y costarricenses con las de los investigadores, quienes se posisciona como una suerte de voz moderadora que subraya, recapitula y propone ciertos puntos para el análisis. Inician estas historias, primero contándonos y explicándonos algunas de las razones por las cuales éstos salieron de Nicaragua, un poco de cómo era su vida en Nicaragua y cómo la piensan ahora, cómo llegaron a Costa Rica y luego a La Carpio. Al mismo tiempo, aprovechan para argumentan sobre el significado de “ser nicaragüense” y a la vez “ser nicaragüense” viviendo en La Carpio: la familiaridad, la comida y las celebraciones. Nos cuentan, cómo es la mujer nicaragüense, sobre sus diferencias y relaciones culturales con los costarricenses, sus percepciones sobre Costa Rica como país; sobre el trabajo, la seguridad, los gobiernos, los medios de comunicación, la política. También el modo en que se sienten percibidos cuando visitan Nicaragua. Un costarricense nos relata su versión sobre la migración nicaragüense hacia Costa Rica y su vinculación con el origen de la violencia en La Carpio. Los nicaragüenses viviendo en La Carpio, como podremos apreciar, guardan una relación paradójica con su país, que podría hacernos repensar desde la subjetividad categorías como “país de origen” o “país de destino” ya que Nicaragua finalmente, se constituye en “destino”, y aquí no nos referimos a un destino las remesas, nos referimos al anhelo y 21

“miedo” de regresar, y a los efimeros retornos a través de los cuales reconstruyen su identidad; sus redes sociales, las memorias de sus lugares que fueron cotidianos, de esas ciudades y pueblos pequeños que, además, de esa gran persona/episteme que conocemos como Nicaragua, los han sellado. En algunos resquicios, nos tomamos la libertad de introducir fotografías como elementos que ofrecen una composición visual fresca de algunos lugares de La Carpio, que es el espacio en el que viven juntos y comparten con los costarricenses. De Nicaragua a Costa Rica Las motivaciones que nos relatan son variadas, desde razones económicas, “la guerra”, desastres naturales y situaciones personales. Son retratos donde esta implícita la búsqueda de una vida nueva; y Nicaragua aparece como un país “donde no se puede vivir”. Algunos matices sugieren su percepción de bonanza económica de Costa Rica en relación a Nicaragua en tanto la oferta de trabajo, en otros como el que sigue a continuación, Costa Rica es destino en defecto de Estados Unidos: “Por cuestiones económicas porque uno allá en Nicaragua la pensó y la requetepensé (sic) tres veces, pero es una decisión muy dura verdad porque primero es buscar aquí por todas lado pero llega un punto verdad que no podés, adquirir el sueño americano que todos buscamos” (GDM). “Ideay porque.. Nicaragua últimadamente se puso, se puso feo que ideay... Por la guerra, por los tornados, por los terremotos.. Por lo que fuera se puso mal.. los sistemas de trabajo... que allá uno ya no podía, este vivir” (EN2). “Más bien me vine huyendo, parece, parece una payasada lo que estoy hablando, vea, porque estuve un, me divorcié de mi esposa y, y quise buscar una vida mejor, una vida nueva, eh dentro de Costa Rica y arriesgué pasando frontera en plena guerra, eh, en el a finales del ochenta y cinco , me arriesgué, verdad, pasar el río San Juan y ese entonces donde estaba el militarismo, por todos lados, bombas de mina y todo eso, pero aún así logré pasar hacia Costa Rica” (EN1).

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En el grupo de discusión de mujeres, este tema despertó reflexiones más agudas sobre un aspecto de la dinámica de la inmigración y sobre Nicaragua desde una perspectiva de género. “No es que sigue, de seguir sigue, porque nosotras que ya tenemos muchos años de estar aquí sabemos lo que fue discriminación, venimos en condiciones de súper desventaja”. “Porque una muchacha de pueblos se viene y estaba acostumbrada tal vez en el pueblo le pagaban unos 500 pesos y comienza a trabajar en una casa y se le hace el salario mínimo de 200 dólares y ya se le abren los ojos, de 500 a 200, entonces empiezan mandan a traer a la tía a la prima y dicen esto está bueno, pero que va ser esto está duro” (GDM). “Nicaragua lo está perdiendo y otros están disfrutando de estos beneficios y otros ven esos beneficios como una amenaza, verdaderamente peor no hay tal amenaza”, nos comentan refiriéndose a la percepción de la migración concreta de nicaragüenses hacia Costa Rica. En otro momento nos expresan: “Yo quisiera que mi Nicaragua fuera, volviera a ser república de nuevo y miro que Nicaragua no es la misma” (EN5). Resulta interesante la paráfrasis que utiliza para expresar el anhelo de una Nicaragua distinta, que presupone una cierta nostalgia de un pasado que fue mejor. “Nicaragua volviéndose república” se ha convertido en una de las citas más populares del ideario del periodista conservador y uno de los opositores más icónicos del régimen de Somoza Debayle, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, ex-director del diario La Prensa. Al mismo tiempo puede percibirse un sentimiento de resignación “Y si uno pudiera hacer algo por cambiarlo pues yo creo que lo haríamos”… “la políticas son las que son pobres” (EN4). A Costa Rica se le representa como un país por el que se siente mucha gratitud dadas las posibilidades de trabajo, como una casa o manos abiertas, así como el lugar donde han nacido sus hijos con los privilegios de la ciudadanía costarricense donde la posibilidad de estudiar se convierte en el privilegio por excelencia. De igual modo se reafirma la idea del esfuerzo propio porque “no les ha regalado nada” y el hecho de que Costa Rica según estos nicaragüenses “surgió, y hay que ser sincero, por Nicaragua” (GDM).

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“Porque aquí hay algo que agradecer, que aquí se nos han abierto las puertas. No es que tampoco nos han regalado nada pero si hemos tenido posibilidades de trabajo, de uno verdad... pero también aprender a amar nuestro país y ver.. las cosas no están nada bien pero-pero es nuestro país donde uno nació”(GDH). “Nos ha abierto las manos, verdad, ya aquí nacieron nuestros hijos, donde tienen todas las garantías, de estudio” (EN2). A pesar de ello, otros mencionan la percepeción de la migración nicaragüense que se tiene en Costa Rica: “¡Ideay! ellos se ponen a decir que apenas entraron bastantes nicaragüenses, el país se descompuso” (EN3). También expresan que la vida en Costa Rica es dura, y como se mencionó anteriormente se reitera un imaginario donde Estados Unidos o Norteamérica aparecen como destinos preferibles. Además, se enfatiza el elemento de clase, ya que según éstos quienes emigran a Costa Rica son los menos abonados de la sociedad nicaragüense: “los que venimos son los más pobres, por decirlo así, verdad, porque una, una persona que ya tenga posibilidades, dentro de Nicaragua, no sale para Costa Rica, porque sabe que la vida en Costa Rica es más dura que en cualquier país, sale para Estados Unidos, yo ya juí a uno y yo en ese momento de haber querido salir de Nicaragua, hubiera tenido las posibilida de de llegar a a Estados Unidos, yo me voy, o a Canadá, otro lugar donde la vida es más favorable”(EN6). Costa Rica, para algunos representa también un alter orden que no deja de tener un nivel de superioridad: “es que mientras estemos en Costa Rica tenemos que acatar ciertas leyes, ciertas costumbres, por decir algo... Estoy en Costa Rica verdad, entonces como nicaragüense, este, tengo que aprender...por decir algo la educación del costarricense, y para aprender la educación costarricense yo tengo que ir tratando de- de ir minorando lolo nicaragüense” (GDM). Un costarricense, nos comenta en un tono naturalizado estas diferencias: “Y si hablamos de diferencias culturales entre costarricenses y nicaragüense, si hay diferencias... Si hay diferencias en los matrimonios, no va haber diferencias entre un país y otro... Si no hubieran diferencias, no habrían fronteras, verdad” (EC2). Por otro lado, y refiriéndose específicamente a La Carpio uno nos dice: “aquí los ticos y los nicas nos llevamos pura vida” (EC1). 24

La Carpio: “era una cosa que no tenía ni pies ni cabeza” Ahora nos comentan un poco de por qué y cómo llegaron a La Carpio (10): cómo era La Carpio, las limitaciones, que hablan de la experiencia y de las necesidades compartidas: como sentirse en “familia” con otros nicaragüenses, o como tener una vivienda vivienda propia: “la necesidad, de, de -de una casita, nos hizo llegar hasta acá” (GDM). “Vea, ((risas)) vea, cuando nos venimos aquí mi esposo estaba en Nicaragua en ese momento estaba haciendo sus primeros viajes a Nicaragua en ese momento y nosotros venimos y esto era algo que no tenia ni pies ni cabeza, no se sabia donde sembrar un palo nada, nada ni agua, nosotros íbamos al canal trece más adelante del parque de diversiones, aja, para jalar un tarro de agua y para lavar íbamos a unos chorros que una bajaba y tenía que ir bien amarradita a la maleta de ropa bien pesada, uno se bañaba ahí cuando ya llegabas a la parte de arriba era puro lodo otra vez gedionda (risas) y la ropa toda empapada y ir a tenderla y no volver a bajar y no podía volver a bajar y no podía volver a bajar porque me enlodaba de nuevo y ya no encontraba la ropa guindada porque para bajar es rápido pero para subir si le cuerea y los gatos, los ratones” (GDM). Igualmente nos comentan la discriminación sufrida por vivir en La Carpio: [empezaban] “a vulgarearme, que yo vivía en La Carpio y a sacarme un montón de cosas, más que todo nos decian que nos fuimos a robar tierra, .. Ustedes se metieron a la fuerza”… (EN5). Ante esta imagen de discriminación un costarricense que vive en La Carpio nos comenta: “yo no permito que nadie me hable de un nicaragüense mal...no lo permito, la xenofobia, esos chistes raros, verdad, que hay, yo por lo menos, a mi no, no me simpatizan…verdad, el nicaragüense que vive en Carpio, es muy luchador, muy luchador” (EC2).

(10). Sobre esta experiencia pueden leerse los relatos y redacciones de los habitantes de La Carpio recogidos en Nuestras Vidas en Carpio: aportes para una historia popular (2007).

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Luego una nicaragüense nos cuenta sobre la percepción generalizada que ella considera tienen los costarricenses de los nicaragüenses: “Mala y creen que la gente que nos hemos venido aquí a Costa Rica es gente ignorante, algunas de las gentes que vienen aquí son preparadas y por la situación tienen que venir a trabajar de empleada doméstica, pero el prototipo que tienen ellos es que todos somos brutos, que no sabemos nada, muertos de hambre, poca cosa, que los nicas somos negros y feos” (GDM). “Lo que pasa es que hay una segunda discriminación para gente que vive en La Carpio, todos los jóvenes que no han tenido oportunidad son jóvenes que han perdido su bachillerato y no pueden estar en la universidad y no pueden competir en un estado laboral porque no les dan trabajo por vivir en la Carpio”(GDM). Pero de una de las entrevistas podemos percibir un giro que sugiere que la situación ha cambiado: “Cuando uno llegó a Costa Rica, lo miraban uno como animal raro, vea, eh, nos tenian miedo, decía no, no son nicaragüense, son.. son guerrillero, y ahora no, ahora el.. si usted ve aquí, una, en La Carpio, los matrimonios de ambas nacionalidades, si no es el hombre, es la mujer Costarricense, o el hombre Nicaragüense o la mujer Nicaragüense casada con el Costarricense, ya ha vido cambiando, esa xenofobia, que se miraba antes y ese rechazo hacia el Nicaragüense, todo eso ha ido cambiando” (GDM). Ser nicargüense: orgullo y vergüenza Aunque ser nicaragüense es una manera de vivir la migración en Costa Rica, sólo en tres de las entrevistas a nicaragüenses salieron respuestas que integraban una identidad de migrante a la condición de ser nicaraguense en un modo explícito. En una de las entrevistas mencionadas nos comentaban: “yo ahí con personas que por lo menos aunque no los conozca [se refiere a La Carpio], son personas, nicaragüenses, que andamos igual, digo yo... en el mismo.. de-destino o sea como migrantes” (EN2). Ante todo los nicaragüenses se auto-representan como gente trabajadora, que “vienen a Costa Rica a lo que vienen” (EN7). Ser nicaragüense, también es un destino que tiene que ver con el hecho del nacimiento, tierra y con “la sangre”: “es la tierra donde nací”, “eso es algo que ya traemos en la sangre”. También es un orgullo por el que hay que agradecer a Dios: “es una grandicia que Dios me dio” (sic).

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También ser nicaragüense es un valor, y si se niega es “como que se esté negando a la propia madre”, “al nacionalizarnos, perdemos, eh, el valor de ser nicaragüense”. Otro modo en el se argumenta la nicaraguanidad es en términos de la nacionalidad, y en este sentido resulta interesante el modo en el que en el contexto migratorio un símbolo/objeto como la cédula de identidad se reconvierte en fuente de nicaragüanidad: “Hay miles de nicaragüenses que a pesar de que somos nicaragüenses y amamos nuestra patria, no somos nicaragüenses porque no tenemos cédula”. En un caso, esta “nacionalidad” se convierte en una identidad meta, más alla de la cultura y la localidad, uno de los entrevistados, nacido en Bluefields, nos comentaba a propósito de la idea de la Nicaragua mestiza surgida en uno de los grupos de discusión: “yo no entiendo esa vara del mestizaje… como nicaragüense me siento representado, pero en sí, en sí mi cultura no esta representada ahí” ( EN4). Por otro lado, para los informantes fue importante hacer la salvedad de que “hay dos tipos de nicas”: “aquí en La Carpio, mire, hay mucha gente honrada y trabajadora.. Decimos esos buses van repletos desde las cuatro de la mañana.. Mire gente trabajadora. Como también hay mucha gente que se dedica.. a la vagundería”(sic) (11) “ Aunque yo sea nica, yo no soy igual que ellos pero me voy en la manada” (sic) (EN1). En este sentido otro nicaragüense, que coincide con algunas de las narrativas costarricenses encontradas en La Carpio, expresó: “uno viene de un país muy dañado, como muy problemático de guerras, entonces lo que sabemos es sacar de adentro, es ira, cólera y cosas así” (GDH). La Carpio: todos los departamentos y muchas nacionalidades Uno de los entrevistados nos comenta sobre la procedencia de los nicaragüenses que viven el La Carpio, que es “como una Nicaragua más chiquitita porque hay gente de todos los departamentos y entonces encuentras comidas de diferentes departamentos… hay diferentes costumbres” (EN5).

(11). Presumimos que la entrevistada quiso significar “vagancia”.

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Pero al mismo tiempo, nos dice que en La Carpio, “hay muchas nacionalidades”, un reconocimiento explicito de una diversidad, que implica un aprendizaje y una convivencia: “Vivimos diferentes personas, de diferentes convivencias, es como una mezcla que hay. Entonces a veces se tiene que aprender a compartir” (GDH). Hay una imagen de La Carpio que nos llamó la atención y que está relacionada con los eventos del 2004 (aludidos el los párrafos introductorios) que son interpretados desde otras imágenes emblemáticas de la historia insurreccional de Nicaragua (1978). Disolviendo a la vez las fronteras culturales entre nicas y ticos y dibujando una nueva identidad de clase compartida: “La Carpio ha sido como un Monimbó (12) chiquito verdad cuándo se han dado eso enfrentamientos con la policía no es que, porque no es que este halagando los enfrentamientos porque no es la solución tampoco de ir ahí tirando piedras, pero no digamos en ese sentido que La Carpio es el lugar donde están los nicaragüenses, también a pesar que en La Carpio vive una gran cantidad de costarricenses las diferencias son poco porque nos abraza la pobreza” (GDH). . Tradiciones y celebraciones: el día de las madres y la Purísima Únanimente nos dijeron que una de las celebraciones nicaragüenses más importantes de las que se realizan en La Carpio, es el día de las madres, que se celebra el 30 de Mayo. La Purísima que es una celebración de tradición católica mariana, es otra que se ha conservado y que sirve como elemento de unión entre los nicaragüenses. Los entrevistados a pesar de haber expresado en su mayoría que “ahora son cristianos”, comentaron que compartían la celebración.

(12). Barrio indígena de la ciudad de Masaya donde se protagonizaron enfrentamientos con la Guardía Nacional y que se ha convertido en una emblemática representación de la lucha insurreccional en el albor del triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979.

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Igualmente nos comentaron que durante la Semana Santa preparan la “sopa de queso”, que usualmente se toma en la cuaresma: “o sea yo, hago la sopa de queso, rosquillas… hacemos el ayote en miel cosas de horno, almíbar, o sea todo lo que se hace allá, igual lo hago aquí” (GDM). La preparación de la comida nicaragüenses en La Carpio sigue siendo del dominio de las mujeres: una de las entrevistadas refiriéndose a la comida nos comentó que se había venido a vivir a La Carpio porque “esto se vende”. Por las calles de La Carpio pueden apreciarse sodas (en Nicaragua llamadas “fritangas”) donde los asados, el gallo pinto, las cuajadas, las tortillas, son de primer orden. Igualmente, la venta de nacatamales o vigorón los fines de semana. Los nicaragüenses nos contaron que a parte de sus “familias” y “sus raíces”, la comida es lo que mas extrañan de su país: “lo que mas extraño de mi país, prácticamente es, digamos lo que va, no lo típico, en la comida, lo que es el gallo pinto, verdad, y cuando yo estaba en Managua me iba, me iba allá, a la rotonda de Bello Horizonte, a comerme una carne asada, tan rica, verdad que ya tenía el lugar, donde era más, más riquísimo” (EN5). Una de las nicaragüenses puntualmente y con orgullo señalaba la diferencia entre la preparación de dulces costarricenses y nicaragüenses: “el piñonate de papaya es de Nicaragua, los ticos no hacen... cajeta de papaya. Eso es una tradición nicaragüense. Los ticos hacen cajeta y revolcan el coco y lo ponen en una capuchita ahí, y lo venden caliente, casí que crudo y nosotros lo hacemos bien cocinado con leche y empacamos de esta manera o en palanganitas o capuchitos, así ve?” (EN4). Sobre la mujer nicaragüense En este sentido la representación de la mujer nicaragüense, tanto la que hacen las mujeres de si mismas como la de los hombres nicaragüenses, está vinculada al principalmente al trabajo. En este caso particular, se resalta el sufrimiento y la lucha ante la vida sobredeterminada por el ideal de maternidad. “Ideay, para mi la mujer nicaragüense yo la veo que- que tiene un deseo como... yo me veo talvez .. reflejo en ellas lo que veo en mí. Porque con ellas foco ... talvez yo las veo 29

pasar.. son trabajadoras. Ahí las veo desde oscuro, van - vienen en la noche, tienen muchos hijos. Hay unas que tienen hasta siete hijos, yo no, yo sólo tengos tres, entonces. Yo las veo a ellas como unas mujeres luchadoras. Son solas. Madres solas, madres solteras”(GDM). En el caso particular de los hombres, si bien mencionan el valor del trabajo de las mujeres trabajo, se puede apreciar una suerte de imaginario racializado, cuando la definen a partir de algunas características que le atribuyen las mujeres constarricenses, que en el caso observado se entremezcla con consideraciones de clase: “Bueno, también, hasta eso más, la mujer Nicaragüense cae de pie aquí por lo mismo, la mujer nicaragüense .. se caracteriza por dar su trabajo.. Mientras que la costarricense, ideay.. está en su país.. Ellas estan ambientadas a su forma.. Ellas estan ambientadas en su país.. A su forma de vivir. Vivir bien pintaditas, bien bañaditas con buenos maquillajes, con las uñas bien arregladitas... ideay aquí una tica, una costarricense. Aquí no la va a distinguir con una- con una diputada, con una millonaria... No la va a distinguir! ¿Por qué? No sé, no le hallo otra manera, pero ya para el asunto del trabajo no le pueden llegar jamás las nicaragüenses, en el caso de la empleada doméstica” (GDH). “Nicaragua no abarca la cultura de extremo a extremo”: una pequeña exposición del mito de la homogenidad “Nicaragua no abarca la cultura de extremo a extremo” es una expresión que puede ser leída en este contexto como un reconocimiento de la diversidad cultural del país y una constestación a las representaciones unívocas de la nicaraguanidad, una diversidad con la que los nicaragüenses viviendo en La Carpio conviven día a día: “Nicaragua es tan grande, que a veces el de Managua tiene costumbre, el de Matagalpa tiene otra, el de Zelaya (13) tiene otro, con la distancia, que tal vez la cultura de la capital no va a llegar hasta allá” (EN5).

(13). Zelaya fue el nombre que recibió el antiguo Reino de la Mosquitia en honor al Presidente liberal José Santos Zelaya cuando parte su territorio fue “reincorporado” al Estado de Nicaragua a finales del siglo XIX. Con la Constitución Política de 1987 se constituyeron en dos Regiones que gozan un régimen autonómico de gobierno.

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Al mismo tiempo, puede percibirse que hay una cierta preocupación por las condiciones educativas, responsabilizabilizando al gobierno de Nicaragua. Es interesante que a pesar de la heterogeneidad que mencionan, el “ser trabajador” aparece como una cualidad innata y constante en el nicaragüense: “Falta mucha educación de parte del gobierno que se extienda a ni, a nivel nacional, para que se le dé una misma educación a todo el país, porque yo veo eso en el Nicaragüense que viene a veces, no es igual que otros, hay diferencias, los capital, el, el de la capital con, con el resto de, de departamento, verdad de Nicaragua, pero sí, siempre el nicaragüense es muy trabajador”(GDH). Comentaron que la cultura nicaragüense es una cultura inferior, especialmente, porque en reiteradas ocasiones el costarricense fue representado como persona “educada”, como una condición ontologizante. Uno de los entrevistados nicaragüenses nos decía: “el problema aquí mi hermano es el bajo nivel cultural”; “la gente no, no trae las mismas ideologías, ya, ni si quiera sabe que cosa es el guegue [Güegüense]…, no sabe que cosa es, con costo hablan de la política, me entiende” (EN7). La expresión anterior es viva y puede ser asumida de múltiples maneras, aunque aquí quisieramos resaltar: primero, que trasluce otra intra-tipificación que los nicaragüense realizan de si mismos (educado-no educado); segundo, que da cuenta de la heterogeneidad y riqueza de los grupos culturales en Nicaragua ahora en tensión con lo exclusivamente “nacional”; y tercero, la defensa de los monumentos identitarios (como El Güegüense) ante la necesidad de la cohesión grupal e identitaria para la acción politica , que va desde lucha por los derechos hasta el discurso. Una singular explicación sobre de la migración nicaragüense a Costa Rica y violencia en La Carpio vista desde la perspectiva de un costarricense Este relato se presenta íntegro, es un pasaje que nos brinda luz sobre la “excepcionalidad” costarricense y la violencia atribuida a “los nicas” que está vinculada con el imaginario de la guerra de los años 80, sugiriendo que los jóvenes de La Carpio fueron de alguna manera los 'herederos de la violencia de sus padres':

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“La caída de Don Ortega, hablemos de la caída del señor Ortega y el ingreso al poder de Violeta Chamorro. Es importante para poderles explicar, quienes se han venido acá. En base a lo que yo considero experiencia. No es… Ni es la fija.. Talvez no sea la verdad pero es la única manera en la que yo le doy explicación a las cosas. Entonces papá y mamá se vinieron para Costa Rica... trajeron al mundo a un hijo..Papá le contó al hijo que el estuvo en la contra.. o que estuvo en el ejército y que hubo una contra.. a la que entre los mismos hermanos se mataban unos a otros, que habían atentados terroristas entre sí. Siendo del mismo país. Ellos mismos eso es lo que se ve, eso es lo que contaba, eso es lo que le contaba papá al hijo o a la hija. Pero no lo contaba así tan crudo como lo estoy diciendo yo. Sino que decía de una manera heróica para que el hijo se sintiera orgulloso... de algo que haya hecho el padre. ¿Qué va a asumir el hijo? ¿Qué van a querer ser los hijos? Quieren ser iguales, o mayores, o superiores a lo que hizo el papá. Y acá al no haber una contra, ((entre risas)) revolucionarios costarricenses, porque no hay!.. Aquí no existe un grupo armado, ni nada.. es más ni la Policía es un grupo armado, no se puede tomar de esta manera. La solución es un conflicto entre los mismos hermanos, en la misma comunidad. Pusieron su frontera que es esa calle que ustedes ven. La principal. Se hizo un grupo del otro lado.. Inconscientemente ellos lo hicieron, rechazaron a los buenos de este otro sector.” Va pues y pura vida (14): los dichos y el acento como rasgos distintivos y recursos de incorporación El acento costarricense y nicaragüense, además de ser objeto de chistes, se ha convertido en un una de las marcas de diferencia cultural entre ambos (Sandoval, 2006a:223), mismo sobre el que se entreteje una relación jerárquica, donde el español que se habla en Costa Rica es mejor valorado.

(14). Va pues expresión nicaragüense utilizada generalmente para decir adiós o denotar que se está de acuerdo con algo, entre otras. Pura vida, expresión costarricense que usa para saludar, demostrar alegría, demostrar acuerdo, entre otras.

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A continuación algunas consideraciones surgidas en una conversación informal que documentamos con tres hombres nicaragüenses en una pulpería de La Carpio. Aquí encontramos dos puntos de análisis claves: primero, la necesidad estratégica de “hablar tico” ante el rechazo y la burla social, y segundo, las intersecciones nica-ticas en el uso de la lengua como patrimonio de los grupos culturales (“doble lenguaje”). “Le voy a decir una cosa, nosotros los nicaragüenses... la mayor parte que esta fuera del país.. no ha entrado aquí a Costa Rica, cuando ya esta hablando tico. La mayor parte hablan tico”. “Lo único que nosotros mucha palabrita, mucha letrita nos comemos... Y el costarricense por sus estudios y sus preparaciones, porque hay que ver aquí… tiene estudios, tiene casa, tiene... Habla muy correctamente... mientras que nosotros no. Nosotros, hay letritas que nos comemos y ahí es donde nos tachan. Porque si usted oye los noticieros, todos los periodistas le hablan correctamente bien. Y las mismas palabras que nosotros”. “Ahora escúchame, eso es lo que nos critican a nosotros. Porque somos muy haraganes. Porque decimos "va pues" en una forma acelerada y es "v a p u e s s". Hay que pronunciar la s bien. Y nosotros vapue, vapue... “Los ticos dicen pura vida y nosotros va pues”. Por otro lado, esta diferencia en el caso de los nicaragüenses puede ser motivo de vergüenza, por tanto ellos esperan aculturarse (incluso estratégicamente) :“de renunciar, uno no renuncia, simplemente abarca el momento, porque yo la primera vez que yo iba a comprar un chile dulce, yo digo: déme una chiltoma y me dice eso se llama chile dulce hay Dios mío y uno para no sentir la vergüenza de pasar eso, uno como que se adapta, esforzándose a agarrar otra cultura que no es la suya”. Otro nos comentó en un tono más resignado: “tengo que-tengo que aceptar la cultura que viene. La verdad, ahí- que yo no voy a cambiar a - a veinte, veinticinco millones de personas... con mi cultura. Yo voy a venir más bien a-a-a absorber parte de la cultura”. Uno nos expresó que a los ticos les gustan las palabras nicaragüenses: “son ticos, y ya, yaya se le pegaron las palabras de allá.”. Que ahora saludan y dicen: “qué jodido, cómo estass? ah... chavaloo, chavaloo, que chavaloo! todo lo que se les ha pegado aquí”.

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“La verdad es que a nosotros nos está pasando el fenómeno de los latinos que tienen doble lenguaje, te dicen una palabra en inglés y otra en español, lo mismo nos pasa a nosotros mezclamos las frases nicas con las ticas”. La seguridad en La Carpio: el relativismo como contra-estrategia de sus habitantes Un modo en el que los nicaragüenses responden a la criminalización y las imágenes negativas construidas y reproducidas por los medios de comunicación costarricenses sobre La Carpio, es la relativización del esquema de seguridad construido desde el poder y que asocia la violencia con los nicaragüenses: “Digamos si vamos a lugares por ejemplo Los Guidos que es más violento que aquí si vamos a la León XIII también son lugares aún más pesados y más violentos que La Carpio, pero obviamente ellos son costarricenses y ellos nunca van a atacar de su mismo país” (GDH). “Si fuera un lugar malo quizá no viviera aquí. No viviera tanta gente. Hay. Usted mira ahora las cosas y todo eso, pero es donde quiera. Usted ve ahí en la León XIII, no se puede ni entrar. Usted ve ahí en San José, ese es el plato del día, a cada rato que asaltan por algo. Y por qué sólo La Carpio, ¿por qué será? Será porque vivimos tantos nicaragüenses que estamos dando ese problema. No sé… más bien esa pregunta se las hago yo a ellos” (EN2). Algunas reflexiones Sin duda estas páginas no agotan la diversidad de tonos, temas e interpretaciones de los participantes del estudio. Una de las motivaciones principales de la investigación era conocer el modo en el que los nicaragüenses argumentan su nicaragüanidad, en este sentido encontramos que los nicaragüenses, a pesar una fuerte auto-representación esencial como “buenos trabajadores”, se reconocen como sujetos diversos y heterogéneos, que comparten la nicaragüanidad como destino impuesto por el origen. Esta auto-representación esencial (esencialismo estratégico) cobra sentido en el contexto de la migración, y así como es fuente de orgullo es al mismo tiempo una forma de contestación al los discursos hostiles en contra de los nicaragüenses en Costa Rica. De una manera muy clara reivindica el aporte de los nicaragüenses a la economía del Costa Rica.

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No puede dejar también de anotarse, la reafirmación que una representación como esta puede tener desde la perspectiva de la ética protestante, tomando en cuenta que ahora muchos de ellos son cristianos. La Carpio es para los nicaragüenses, una pequeña Nicaragua, “un recuerdo” de su Nicaragua, donde el aspecto culinario les brinda un gran sentido de cohesión. Igualmente celebraciones como el día de la madre, sugieren la asociación de esta celebración, a una Nicaragua imaginada como madre y los nicaragüenses como hijos-as en una gran familia, lo que podría remitirnos al esquema de estado-nacional como casa. Los nicaragüenses también se dibujan como una cultura inferior, lo que tiene puede relacionarse por un lado, con un imaginario letrado impuesto desde la élite en Nicaragua; por otro, con el imaginario de excepcionalidad costarricense. Por ello quizá le asignan importancia al hecho de que sus hijos en Costa Rica, van a tener el privilegio de estudiar. Las diferencias entre nicaragüenses y costarricenses aparecen naturalizadas, y los nicaragüenses en algunos casos se apropian de los discursos elaborados sobre ellos: como en el caso de la educación. La Carpio, es un espacio que va dibujándose, y que van dibujando todas las personas que viven él. Nicas, ticos, colombianos… Los nicaragüenses manifiestan una gran nostalgia por su país pero también sienten “miedo” de regresar, sentir que no encajan ni aquí- ni allá. Para las nuevas generaciones de nicaragüenses que han nacido en Costa Rica, la identidad y el espacio es su mayor desafío.

Agradecimientos En la preparación de este artículo quisiera agradecer los comentarios de mis colegas del IEI. A todos los carpianos nicas y ticos, ticos-nicas, nicas-ticos por hacernos sentir su Carpio y por desbordar el lenguaje con sus vivencias. En este sentido quisiera agradecer entre tantos nombres, a Leo y Eduardo López, y a la Familia Martínez De Lemos. Este acercamiento también es un trabajo de discusión colectiva por lo que debo a Leonor Zúniga, Emmanuel Detrinidad y Rodrigo Rodríguez Borge, su entusiasmo, la agudeza de sus observaciones y su apoyo en el trabajo de campo realizado en Costa Rica, y a este último, además, la documentación fotográfica y digitalización de las entrevistas y grupos de discusión. A Alma Iris Rodríguez, Sonia Balladares y Jeaninne Torres por aliviar mi carga de transcripciones. A Carlos Sosa por las críticas y lectura de este trabajo.

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Referencias

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Fotografía 1.“Pero la gente llegando aquí sabe que aquí hay nicas y entonces les da cierta vergüenza, les da cierta cosa llegar al parque, es decir que verguenza llegar al parque, es la realidad” (GDH): explicando por qué algunos nicaragüenses han dejado de frecuentar lugares como el parque Braulio Carrillo (La Merced) en San José. En la fotografía vendedoras nicaragüenses de vigorón y chancho con yuca se ocultan de la cámara. Actualmente este tipo de ventas están penalizadas. Fotografía: Rodrigo Rodríguez Borge. Agosto 2008.

Fotografía 2. “Y la primera vez que escuche el himno nacional yo no me pude contener ahí si yo me eche a llorar en público ahí sólo agache la cabeza y lloré, bueno lloré” (EN1) Banderas de ambos países, Casa Comunitaria en el sector de Las Brisas. La Carpio. Fotografía: Rodrigo Rodríguez Borge. Agosto 2008.

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Fotografía 3. …“he aprendido a ser fuerte, porque para ser diferente no voy hacer del montón porque soy una persona que vale mucho y La Carpio me lo ha enseñado con todas las diferencias y todas las similitudes” (EN5). La Carpio. Fotografía: Rodrigo Rodríguez Borge. Agosto 2008.

Fotografía 4. “Este es el lugar donde nacieron nuestros hijos” (EN6). La Carpio. Fotografía: Rodrigo Rodríguez Borge. Agosto 2008.

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Reinterpretación de la frontera: Circuitos alternativos de supervivencia William Montano y Carlos Sosa

A manera de preámbulo (Sobre el lugar y la metodología) Quizá sea una mala costumbre del sociólogo adentrarse en la exploración de las complejidades sociales y generar la proclividad de ir interpretando y buscar posibles respuestas. Empero, hay que confesarlo, acomodarse en la postura del observador e ir sacando las conclusiones de la bolsa para amoldárselas a las relaciones sociales, es tan azaroso como sacar las fichas de una bolsa de bingo o cantar la chalupa. Por eso me he tomado el tiempo de escribir esta pequeña introducción, la cual, más que una forma de pedir disculpas a los y las habitantes de las comunidades de Río San Juan, es también mi forma de agradecimiento, puesto que fue hasta ahora que convivimos por espacios limitados, pero llenos de rica interacción, que me hicieron comprender que todas mis hipótesis no eran más que supuestos basados en mis prejuicios. Este trabajo, no se trata de una aproximación teórica a la frontera como objeto o un diagnóstico sobre la migración de castilleños a Costa Rica, es una particular forma de narrar a la frontera como experiencia: el modo en el que se interpreta, así como las prácticas y estrategias de vida que ésta propicia. El presente artículo se elaboró a partir de la información recopilada en el municipio de El Castillo, departamento de Río San Juan, Nicaragua; su desarrollo es una sistematización de las entrevistas y conversaciones realizadas con pobladores de la zona en el mes de Agosto de 2008. Se llevaron a cabo un total de 21 entrevistas (E) de las cuales pudieron ser digitalizadas un total de 14. Paralelamente se realizó un grupo de discusión (GD) con jóvenes estudiantes de 4o y 5o año de secundaria (1) del Colegio Inmaculada Concepción, ubicado en dicho municipio. El municipio de El Castillo se encuentra bajo la jurisdicción del Departamento de Río San Juan, posee una extensión territorial de 1,656 Km cuadrados y se encuentra a unos 350 Km. de distancia de Managua (Ficha Municipal, 2003). Cuenta con una población aproximada de 19,864 habitantes (INIDE, 2005), tradicionalmente dedicada a las labores agrícolas, a pesar de que el turismo es un rubro que ha ido en aumento.

(1). Penúltimo y último respectivamente para el currículo de este ciclo académico en Nicaragua.

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El Castillo se encuentra en una situación geográfica que podría considerarse desventajosa, ya que no se puede acceder por vía terrestre. Los únicos medios de transporte disponibles en dicha zona son medios acuáticos, botes y pangas (2) con horarios limitados y costos elevados para la mayoría de la población. Se accede a El Castillo desde San Carlos, cabecera departamental de Río San Juan, por medio de pangas que según el costo y el servicio el viaje puede durar entre cuatro y dos horas. Para llegar al municipio de San Carlos existen tres posibilidades: hay un barco que zarpa semanalmente del puerto de Granada en una travesía aproximada de quince horas; por vía terrestre un viaje en autobús requiere nueve horas de camino; y una tercera alternativa, restringida para la mayoría de la población, es un viaje en avioneta con una duración de cuarenta y cinco minutos saliendo del aeropuerto internacional de Managua. Este último es utilizado mayormente por turistas extranjeros y algunos prósperos comerciantes de la zona. No fue sino hasta en 1992 que El Castillo contó con una red de cableado eléctrico y en 1994 se introdujo la red telefónica (Rocha, 2005). Así como fue sólo hace dos años que la población de El Castillo puede enorgullecerse de disfrutar de programación televisiva nicaragüense, introducida por medio del sistema de televisión por cable, ya que la señal de ondas de los canales nacionales no cuentan con la potencia para cubrir esa zona del país. Antes de este punto, la señal televisiva que recibían los pobladores de El Castillo era solamente costarricense, realidad que persiste para quienes no tienen la posibilidad de pagar mensualmente por este servicio. El servicio de Internet es sumamente limitado, sólo la Fundación Araucaria cuenta con dicho servicio, mismo que hace extensible a los pobladores, beneficiándolos a pesar de las limitaciones con una computadora que tiene acceso a la red de información para quienes requieran usarla por un período de media hora. La presencia de agentes del orden institucional en la municipalidad de El Castillo se resume a un oficial de policía y un cuerpo militar de entre cuatro a cinco efectivos del ejército nacional, de forma tal, como logró atestiguar este investigador, que si el oficial de policía se encontraba de pase (3), el destacamento militar debía minimizar sus salidas al campo y patrullajes para garantizar la seguridad y orden en la zona.

(2). Bote motorizado de transporte público. (3). Día libre o permiso concedido por el orden superior.

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Luego de la puntualización de estas generalidades que nos introducen a la zona en la que se realizó el estudio, pasaremos a la temática cuya estructura está pautada por mi viaje a El Castillo. Hacia la Frontera Al inicio del estudio se proyectó abordar la migración como un fenómeno no de ruptura radical, en el cual las familias se disocian y las personas migrantes deben renunciar a sus raíces para buscar nuevas y mejores alternativas en otra área u otro país. En este sentido y tomando la frontera como el epicentro de estudio, más bien se quiso interpretar la migración como una práctica cotidiana, enmarcada en complejos circuitos transfronterizos, la porosidad de las fronteras y las estrategias de subsistencia de sectores que se encuentran en desventaja. Si centramos nuestro foco de atención en la emigración nicaragüense internacional, para el año 2000 Nicaragua contaba con más de medio millón de personas viviendo fuera de sus fronteras permanentemente. De éstas, el 42% se encontraba en Costa Rica (Baumeister, 2006). Este dato resulta interesante, pues Costa Rica es el segundo punto de destino para los migrantes nicaragüenses luego de Estados Unidos. Si bien en Costa Rica ha venido erosionándose la imagen de nación clase media en los últimos veinte años (Sandoval, 2006) y su situación económica ha decaído, aún en el imaginario popular conserva un halo de prosperidad y “excepcionalidad”, que se condensan en la persistencia de algunas representaciones de Costa Rica como la Suiza Centroamericana (4).

(4). Frase que emana de la descripción hecha por el viajero alemán Wilhelm Marr en 1863 para referirse a Costa Rica como “Paraíso comparable con Suiza” y que posteriormente fue erigida como una representación común por la clase política y la prensa escrita costarricense ( Sandoval, 2006).

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A pesar de ello, Costa Rica, de múltiples maneras, resulta siendo un destino atractivo para el migrante nicaragüense ya que por su cercanía los costos de traslado son menores. En el caso de Nicaragua, solicitar visado estadounidense cuesta más de lo que muchos pobladores logran ganar en un mes de trabajo, so advertencia de que su solicitud puede ser rechazada sin derecho a reembolso. Por otro lado migrar ilegalmente desde Nicaragua a Estados Unidos contratando los servicios de un coyote, además de ser un trayecto largo y peligroso, donde los migrantes se exponen muy generalmente a las estafas, tiene costos que rondan entre los 5,000 y 10,000 dólares (5). Por otra parte la posibilidad de migrar a Costa Rica, permite en algunos casos que el regreso a Nicaragua sea más factible, lo que Baumeister (2006) denomina como migración estacionaria, de forma tal que los migrantes no residen de una manera estable en el país destino y a su vez esto permite un mayor grado de interconexión con el país de origen y sus parientes. Por esta característica que presenta la migración de nicaragüenses a Costa Rica en la zona de El Castillo, nos acercamos a la migración en las cotas de un fenómeno asumido como una práctica común: ¿De qué modo los castilleños desarrollan toda una serie de estrategias de subsistencia que permiten visualizar a la migración como una práctica cotidiana? El Castillo representó una comunidad atractiva para ser el campo de análisis de este estudio, en primer lugar su cercanía al límite fronterizo con Costa Rica. Desde el casco urbano de El Castillo puede accederse a Costa Rica a pie en un período de treinta minutos a una hora máximo, dependiendo del conocimiento previo que se tenga del área y las amabilidades del clima. En segundo lugar el poco control en la zona de tránsito de personas hacia Costa Rica, tanto de las autoridades nicaragüenses como costarricenses, permite a los migrantes una relativa libertad de movimiento transfronterizo.

(5). Retomado de una entrevista realizada por el colega Johannes Kranz (Agosto, 2008) a un informante anónimo en la ciudad de Granada, Nicaragua.

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Río San Juan Resultó estimulante llegar a Río San Juan y en particular a su cabecera San Carlos, una ciudad puerto sobre las aguas del Lago Cocibolca o Gran Lago de Nicaragua. La actividad comercial del lugar se focaliza en el muelle y en sus cercanías donde los comerciantes ofrecen sus productos y servicios a los recién desembarcados, comida popular, traslados en lancha, DVDs “piratas”, pescados del lago, cigarrillos, son una pequeña muestra del menú que recibe el recién advenedizo al pisar tierra sanjuanense. Dos hechos particulares logran llamar la atención al inicio del trabajo realizado en Río San Juan: los cambistas (6) están en la entrada del muelle ofreciendo sus servicios, no es extraño encontrarles en las calles de Nicaragua, pero los cambistas de San Carlos tienen una peculiaridad, a viva voz ofrecen su cambio de moneda donde además de cambiar dólares a córdobas, cambian colones, la moneda costarricense; una transacción no usual en el resto de Nicaragua. Esta es una necesidad acotada en la zona por el traspaso constante de personas hacia territorio costarricense y nicaragüense que necesitan aliñarse una cantidad de la moneda apropiada para llegar a su destino. El segundo hecho particular que es de índole simbólico: la línea de buses con trayecto Managua-San Carlos ostenta el nombre “El Sin Fronteras”. Partiendo desde San Carlos, adquiriendo el boleto preciso y la embarcación necesaria, se puede recorrer todo el margen del Río San Juan, desde el desaguadero en el Lago de Nicaragua hasta su desembocadura en el Mar Caribe en San Juan de Nicaragua, antes llamado San Juan del Norte. La panga con una capacidad para unas 40 personas parte desde San Carlos e incursiona en las corrientes del Río San Juan, “parte llena, pero cuando llega a El Castillo llega menos de la mitad de los que salieron de San Carlos” dice Don Joaquín mientras el bote se desliza por las aguas. “Ya va a ver usted como se empieza a bajar la gente, porque una gran parte de los que vamos aquí vamos a Costa Rica y nos sale mejor bajarnos en algunos lugares para cruzarnos, dependiendo de adonde vayamos”.

(6). Personas dedicadas al cambio de monedas extranjeras a moneda nacional y viceversa, popularmente denominadas “coyotes” en Nicaragua. Este epíteto es igualmente utilizado en la región para denominar a quienes ofrecen el servicio de cruzar a personas de forma indocumentada de un país a otro.

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Don Joaquín, según dice, tiene unos 20 años viviendo en el poblado costarricense de San Joaquín donde se dedica a labores de aserrío con un salario de unos 400 córdobas diarios (7). Sobre su decisión de migrar a Costa Rica nos dice: “Es bonito vivir aquí pero uno no gana mucho si hubieran buenas empresas o el gobierno diera fuentes de empleo con buen pago: ¿Qué va andar uno en país ajeno?”. Don Joaquín dice que se puede contratar el servicio de un coyote para que lo cruce “al otro lado” por unos 20,000 colones (8) pero que la mayoría de las personas no hace uso de este servicio, ya que muchos conocen por dónde irse o se juntan con alguien que conoce el camino y que en el último de los casos se puede ir preguntando “y ahí preguntando, preguntando llega”. Don Joaquín es procedente del departamento de Boaco, zona central de Nicaragua, y dice venir a visitar a su familia en Nicaragua cada cuatro meses. Se desembarcaría en Poco Sol, donde le esperaría un camino de una hora y media hasta el poblado más cercano de Costa Rica desde ese punto de desembarque, San Isidro. No pasa mucho tiempo cuando puede comprobarse lo que dice Don Joaquín: la panga hace parada en San Pancho, donde desembarcan cuatro personas y en la orilla del río hay dos vehículos de doble tracción esperando. “El Gato”, comerciante de El Castillo, refiriéndose a la facilidad que tienen los habitantes de El Castillo para cruzar las frontera nos dice: “Esos van a la frontera, desde ahí les queda como a diez minutos, aquí se va a dar cuenta, en El Castillo todo el mundo va y viene [a Costa Rica] es como ir a Managua, y le digo más fácil que ir a Managua” (9).

(7). Aproximadamente equivale a 21 dólares estadounidenses. (8). Aproximadamente equivale a 36 dólares estadounidenses. (9). Refiriéndose al hecho de que es más fácil acceder a un centro urbano costarricense desde El Castillo.

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Partiendo desde San Carlos hasta llegar a El Castillo se pudo contar un total de nueve paradas, de las que se recogieron los siguientes nombres: San Pancho, Raudes, La Ñoca, Boca de Sábalos y Poco Sol. Siendo las más importantes para el traspaso de la frontera las paradas de San Pancho y Poco Sol, en este último puerto, desembarcaron trece personas de las casi treinta que abordaban la panga, quienes tenían como destino Costa Rica, entre ellos una joven pareja con un niño en brazos. Luego del desembarque en Poco Sol, no se tarda mucho tiempo para descubrir en una de las curvas del afluente el reflejo de la fortaleza sobre los raudales, una hilera de casas coloridas sobre la rivera del río, el pequeño muelle donde el barco amarrara. Hay personas a la expectativa, algunos ofrecen servicios turísticos. Se puede apreciar un rótulo con la imagen de un camarón de río, el plato por excelencia de la zona. Luego da la bienvenida el militar de turno, quien es el encargado de la regulación del tráfico acuático, éste se acerca a la panga y ayuda con las amarras. Hemos llegado a El Castillo. El Castillo El Castillo de la Inmaculada Concepción en un poblado pequeño que recibe su nombre por la fortaleza edificada estratégicamente en 1673, frente a los raudales del Río San Juan para proteger ese pasadizo acuático de la invasión de aventureros y piratas. Sus pobladores se ocupan de labores agrícolas y la pesca, que como sus propios habitantes lo atestiguan, ha venido decayendo en los últimos quince años. Luego de la restauración de la fortaleza con ayuda de la Cooperación Española y otros proyectos de índole social, aprovechando su cercanía con la reserva biológica Indio-Maíz y la belleza natural del paisaje, los pobladores confían que El Castillo será un destino turístico por excelencia. Esa posibilidad se avista en el desarrollo paulatino de la oferta de servicios provistos por la localidad, que se centran en la promoción turística: hoteles, hospedajes, restaurantes, alquiler de bestias, promociones de paseos y tours a la reserva biológica y selva de la cercanía. Con respecto al intercambio comercial con Costa Rica, los pobladores aseguran que es muy escaso y a veces prácticamente nulo. Doña Hogla Martínez, responsable del Museo ubicado en la fortaleza, dice que el comercio con Costa Rica es muy poco, pues el intercambio se da mayoritariamente vía San Carlos (E1). Esto se debe, en parte, a que la principal zona de comercio del departamento de Río San Juan se encuentra radicada en su 51

cabecera departamental que se encuentra habilitada por las oficinas de migración y aduanas. Don Antonio Gómez comerciante de la zona, lamenta que no haya intercambio comercial con Costa Rica, ya que no hay buenas vías de acceso, además que se han puesto una serie de restricciones al comercio entre los dos países de forma tal que es incluso extraño encontrarse comerciantes independientes que vendan sus productos entre los dos países ya que […] “si comercia le pueden quitar sus cosas y echar a usted a la cárcel”. Solamente algunas personas se aventuran a ingresar productos desde Costa Rica, pero más bien para uso personal que para comercio, como motosierras y otros productos que resultan más baratos en el vecino país (E2). La mayoría de las personas entrevistadas asegura que hay buenos vínculos con los costarricenses, y los que existen entre castilleños y costarricenses más que vecinales son los vínculos de parentesco. En lo que se refieren a la composición transfronteriza de la familia, puede observarse una tendencia hacia la configuración de hogares binacionales. Doña Hogla sonríe al referirse al tema y nos dice: “nosotros acá convivimos bastante bien la gente de la frontera. Nosotros decimos algo, que la gente que tiene problemas son los políticos”. Reflexión que sugiere una crítica a las políticas de dos gobiernos confrontados en un problema fronterizo por la interpretación del tratado Jerez-Cañas (1857) en lo concerniente al ejercicio de soberanía sobre el Río San Juan, donde la escalada del conflicto político se ha traducido en una serie de medidas restrictivas recíprocas, como por ejemplo: la aprobación en el 2005 del denominado “impuesto patriótico” del 35% de los bienes que Nicaragua importa de Costa Rica, así como la estipulación de un visado con un costo de 20 dólares para los costarricenses que desearan visitar Nicaragua (Rocha, 2005), por su parte Costa Rica al año siguiente reformó su legislación migratoria donde se penalizaba incluso la ayuda, el hospedaje o empleo a migrantes indocumentados. Estas políticas en cierto modo pueden traducirse en un detrimento de las relaciones vecinales de las comunidades aledañas, ya que a partir de la implementación de estas y otras medidas el flujo de costarricenses ha menguado de forma considerable, según informan los castilleños. El mes de marzo cuando las comunidades aledañas a la frontera se reunían a celebrar las festividades a San José de la Montaña, época en la que muchos costarricenses aprovechaban para disfrutar de las atracciones turísticas de El Castillo y zonas aledañas, es ahora visto por los pobladores y comerciantes castilleños con tintes de 52

resignación. Los informantes expresan que la situación económica en Costa Rica es un poco mejor que en Nicaragua y al no recibir a los turistas costarricenses por esta constricción de la frontera, se da una disminución en la captación de recursos monetarios que podrían ser inyectados a la economía local. Las estrategias en El Castillo La mayoría de los pobladores entrevistados de El Castillo dice no sentirse alejada y menos olvidada por el resto de Nicaragua. A su parecer el desarrollo de los medios de transporte acuáticos y su relativa diversificación, en comparación a un pasado cercano, han creado una vía de conexión con el resto de Nicaragua. Sin embargo, los actos que los pobladores de El Castillo han adoptado dentro de su condición fronteriza, los circuitos alternativos de supervivencia emplazados en la frontera, nos proveen otro marco de interpretación, entre el sentirse parte y sumado al resto de Nicaragua y el accionar de los pobladores dentro de las alternativas que brinda el espacio transfronterizo, para suplir algunas necesidades que la estructura estado-nacional no logra cubrir. La generación de una serie de circuitos alternativos de supervivencia por parte de los castilleños, a nuestro parecer obedece a una serie de variables de índole estructural, la poca presencia institucional y su precariedad de servicios, sumado a la carencia de alternativas de empleo y una creciente crisis en la producción agrícola generalizada en América Latina (Kay, 1999). En ese sentido no es extraño que la frontera sea un factor determinante en la adopción de estrategias de vida que exploten la porosidad de la frontera y saquen ventaja de esta relación de cercanía. Una de estas estrategias surge como una respuesta alternativa a las condiciones precarias del sistema de salud en El Castillo. Encontramos por ejemplo que en este municipio no hay un hospital, el servicio médico se resume a un puesto que labora como centro de salud, en casos de enfermedades serias los pobladores tienen la opción de trasladarse a buscar la atención requerida a la cabecera departamental en San Carlos y de ser necesario un traslado hacia Managua. Esto implica una cantidad de gastos considerables, sin incluir que el tiempo de traslado en algunos casos podría resultar una espera fatal para la persona enferma.

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Ante esta realidad que habla de las condiciones de infraestructura y salud pública en los cuales se encuentran los habitantes, los castilleños han recurrido a cruzar la frontera para de esta forma gozar de los atributos que ofrecen los servicios de salud costarricenses. Si un viaje a San Carlos o Managua representa para los castilleños una duración de entre una y media a doce horas respectivamente, cruzar la frontera hacia Costa Rica representa una fracción considerable de este tiempo, tomando en cuenta que llegar a la frontera conlleva entre treinta minutos y una hora. Sumado a esto, las personas de El Castillo poseen los números telefónicos del hospital localizado en Ciudad Quezada, Costa Rica, lo que les permite efectuar una llamada telefónica para dar aviso de una persona enferma que necesita ser trasladada al hospital. Por otro lado, el servicio de salud costarricense posee la flexibilidad de mandar hasta el puesto fronterizo la ambulancia para hacer efectivo el traslado del paciente a la sala de emergencias del hospital, como lo atestigua el profesor Salvador Navarro: “Si nosotros queremos salir con un enfermo hasta Managua, de aquí a San Carlos es hora y media en un bote rápido que cuesta 150 córdobas, si ya la alquila viene costando como 7000 mil córdobas solamente por irte a dejar a San Carlos sin escala, sin nada, vas directamente. Para agarrar un transporte, ahí la Costeña (Transporte aéreo) no va a dejar de hacer un viaje reglamentario que tiene, para hacerte un viaje directo, entonces eso te viene duplicando el costo de la Costeña para allá a Managua. Mientras que acá nosotros llamamos a Costa Rica a Ciudad Quezada, y mandan la ambulancia a un lugar que llaman la Tiricia, de ahí se llevan al paciente y se lo llevan a Ciudad Quezada, si en ciudad Quezada hay buenos instrumentos para atención lo dejan ahí; si no se lo llevan a San José, entonces ahí está el pro y el contra de que un lugar que está distanciado, si solamente de aquí a San Carlos hay como 80 Km y de San Carlos a Granada hay 165 Kms significa que son doscientos y restos de Kilómetros que se tendría que viajar, mientras que de aquí para allá hay alrededor de 40 Kms” (E3). De forma tal que los castilleños pueden disfrutar de una atención médica gratuita, y sin detrimento del estatus migratorio del paciente en traslado. Incluso los informantes afirman que dicha atención resulta más humana en comparación al trato recibido en el sistema de salud nicaragüense, así lo refiere doña Flor de María Calero, secretaria de la alcaldía de El Castillo:

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“ hay mejor consulta con los doctores, hay mejor atención, hay más amor y aquí no hay amor para los pacientes, nos miran como un perro viejo posiblemente, ¿verdad? aquí si vas al centro y si te miran que no sos nada […] no te atienden con buena atención, si vos tenés [...] un negocio, ahí te atienden porque tienen necesidad que les des o si tenés un puestecito […] entonces ahí sí, hay personas que vienen muy humildes del campo y los atienden tan mal, entonces hay muchas personas que van a parar seguro a Costa Rica para ser atendidos ahí con amor” (E4). Las habitantes de El Castillo, de manera particular, han logrado obtener ventajas de su posición geográfica y la disponibilidad de recursos médicos del vecino país así como de su legislación, puesto que en la Ley Migratoria de Costa Rica en su artículo 25 inciso G puede leerse: “Las personas extranjeras tendrán acceso al sistema de seguridad social costarricense, de acuerdo con la legislación vigente y su categoría migratoria. Además, toda persona extranjera tendrá derecho a la asistencia médica de urgencia o emergencia”. Pero como se verá, la estrategia del uso de los servicios médicos costarricenses no se limita a la atención médica, sino a partir de esta apertura se generan otras alternativas que pueden resultar ventajosas a mediano y largo plazo para los castilleños. Ligada al sistema médico costarricense se encontraron circuitos alternativos de supervivencia que muestran una noción de planificación a largo plazo. Estos consisten en que mujeres castilleñas en estado de embarazo cruzan la frontera para dar parto a sus hijos en Costa Rica. En este tema particular nos introduce Don Marvin Ruiz:” […] en el caso de las familias a mejorarse (10) allá a Costa Rica para obtener una residencia” (E5).

(10). Mejorarse” o “aliviarse” es el término utilizado por los castilleños para referirse al parto.

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Doña Hogla Martínez nos introduce, en base a su experiencia propia, a las expectativas y posibles ventajas que pueden resultar de esta estrategia: “Previendo el futuro, mi hijo nació en Costa Rica, por eso yo vivía allá […] es que el seguro de Costa Rica es mucho mejor que el de Nicaragua. Uno está enfermo y tiene un hijo nacido allá en Costa Rica, el hijo tiene seguro social gratis hasta que tiene la mayoría de edad. […]También posiblemente y a futuro los hijos puedan vivir, tengan mejor oportunidad económica viviendo en sus tierras. Aunque cuando vienen aquí, también sacan la partida de nacimiento nicaragüense, tienen doble nacionalidad, mucha gente acá tiene doble nacionalidad. No es de ahora eso, es antiguo de que la gente tiene doble ciudadanía, la costarricense y la nicaragüense” (E1). Se observa que la utilización de los servicios de salud costarricenses se hacen extensibles para la obtención de derechos de ciudadanía, tal como se lee en la Constitución Política de la República de Costa Rica vigente en su artículo 13, inciso 3, donde se establece que es costarricense por nacimiento: “El hijo de padres extranjeros nacido en Costa Rica que se inscriba como costarricense, por voluntad de cualquiera de sus progenitores mientras sea menor de edad, o por la propia hasta cumplir veinticinco años”. A su parecer los padres nicaragüenses con hijos de nacionalidad costarricense observan una ventaja en esta particular forma de migración y transnacionalidad, puesto que los hijos pueden servirse libremente del espacio fronterizo y obtener beneficios relativos de ambos países, ya que la doble nacionalidad admite no sólo la facilidad de desplazarse en ambos territorios, sino que admite también la obtención de derechos en ambas partes de la frontera, implicando a corto plazo el gozar de derechos educativos, posibilidades laborales, ventajas en el sistema de salud y la libertad de elección concedida por la facilidad de tránsito transfronterizo. A su vez estas ventajas pueden ser extensibles para los padres de hijos con doble status de ciudadanía, puesto que este vínculo podría facilitar la obtención de beneficios en Costa Rica. En el grupo de discusión realizado con jóvenes de El Castillo, las opiniones refuerzan el imaginario de ventajas que se pueden obtener si se goza de este doble estatus de ciudadanía. Isabel Ramírez opina:” Yo pienso que sí, porque ya teniendo los documentos nicas y ticos se pueden trasladar de un país a otro sin ningún problema, sin miedo de que los detengan o los manden de regreso” (GD).

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Moisés Solano a su vez complementa: “Yo pienso que sí es ventajoso porque así uno puede moverse de diferentes países y con una mejor ayuda, […] como dicen la guardia lo retiene no lo maltrata más de lo que hace [con] uno sin papeles como decía el compañero Osvaldo, que tiene que andar desvelándose para pasar las fronteras, andar espiando a los guardias para burlarlos, evita todas esas cosas uno” (GD). Luz Marina Sosa orienta su opinión basada en la experiencia de sus parientes cercanos con el sistema educativo en Costa Rica: “Yo digo que si digamos tener documentos es una ventaja para uno, porque por ejemplo yo tengo algunos primos que […] viven, en Costa Rica y ellos no tienen documentos entonces para estudiar, a ellos se les ha hecho demasiado difícil, entonces yo digo que a veces es como necesario que tuviera ese papel porque así uno viaja hacia allá y no hay dificultades en lo que es la educación” (GD). Jamileth aborda el tema en términos laborales y piensa que este doble status puede ser una suerte de garantía para no recibir maltrato por parte de empleadores costarricenses: “Bueno yo diría que si es una gran ventaja porque con más facilidad, ellos [quienes gozan de la doble ciudadanía] tienen […] más facilidad de conseguir un trabajo en Costa Rica con ese papel, y, o sea ya no maltratarlos como nos maltratan a los nicaragüenses, entonces es una gran ventaja porque pueden estar tranquilos en este país y en el país vecino” (GD). En la interpretación de los entrevistados se observa el papel que juega la ciudadanía o el status legal dentro de Costa Rica, ya que esta situación migratoria les confiere un nivel de sosiego ante la posibilidad de enfrentar problemas con las autoridades costarricenses, la amenaza de la deportación y el maltrato que pudiera recibir un migrante indocumentado. Bajo la connotación de legalidad se posibilita la oportunidad de obtener mejores puestos para laborar y otras retribuciones, como lo asegura Doña Flor de María Calero:

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“Las ventajas que le dan que se van a trabajar y tienen trabajos mejores, ya no van a trabajar [de] domésticas, trabajan en almacenes, Palí (11) en todo lugar y en cambio las personas que no tienen documentos siempre los miran mal porque que no tienen o no son asegurados. […] si uno entra a un Palí, lo primero que le piden es documentos y si uno es migrante como nosotros decimos, le piden documentos y ahí nomacito si uno presenta los documentos legales, ahí nomacito va al seguro y le aseguran ahí” (E4). En el uso de estas prácticas migratorias se puede observar como la noción de la frontera, debido a una serie de condiciones institucionales, económicas y sociales, es reconstituida a partir las relaciones entre los individuos y el corredor transfronterizo que representa el río San Juan, como frontera natural que separa o bien une a las dos Repúblicas. En este sentido la frontera se reconforma en base a la red de relaciones sociales que se genera en la zona, volviéndose más porosa “donde las conexiones de emplazamiento las suministran las redes sociales y las más importantes siguen siendo las redes familiares […] el rasgo novedoso de ese modelo reticular de la migración, está en el protagonismo de las mujeres para la articulación de esas redes” (Morales, 2002, p. 16). El vínculo familiar es uno de los rasgos distintivos de estas redes como ya se ha mencionado. La relación de consanguinidad dentro de las familias binacionales justifica, en parte, la necesidad de cruzar la frontera para la mayoría de los pobladores de El Castillo. Dicha relación consanguínea se distingue transversalmente en los discursos de las personas consultadas. En estos términos nos habla Don Antonio Gómez de su relación familiar vinculada a la migración: “Que si tenemos mucha relación con Costa Rica, sí porque la mayoría de mi familia vive en Costa Rica y nosotros vamos a cada momento allá. […] Yo por ejemplo, tengo tres, bueno, yo por ejemplo tengo un cuñado es tico, mi esposa tiene más bien tiene dos cuñados que son ticos y ellos vienen aquí, ves nosotros los vamos a traer, le pedimos permisito ahí al puesto y nos dan chance pues que vengan, estén dos, tres días aquí. De ahí vamos a dejarlos, ¿por qué? porque ya está enlazada la familia, entre los ticos y los nicas pues. Aquí son montoneras de ticos que viven con nicaragüenses, ves, principalmente los hombres porque, yo no, muy poco los hombres con ticas, muy poco, pero ticos con nicas sí, con mujeres”.

(11). Nombre de una cadena costarricense de supermercados.

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Y resulta interesante la noción que aporta el Profesor Salvador Navarro a la reconstitución de los lazos familiares dentro de la dinámica de la migración: ]…[ “eso se vuelve armonioso, porque tal vez estando acá propiamente en el país… si se miraban, tal vez se saludaban, mientras que estando allá, fuera del país, se ha observado que le mandan ayuda económica, […] que si hay casos de enfermedades inmediatamente le manifiestan que se vayan para allá, porque allá ellos, por lo menos, tienen un seguro que les cubre y que les cubre también a cualquier parte de la familia que tenga necesidad, entonces yo veo que tienen un fruto bastante obvio” (E2). En algunos casos se ha visualizado, desde la perspectiva de los informantes, las amabilidades que surgen de la migración puesto que el cruzar la frontera y poseer un puesto laboral en Costa Rica les ha permitido concretar proyectos que contribuyen al mejoramiento de la familia. Isabel Ramírez nos comenta que no fue sino hasta que su papá se estableció en Costa Rica para laborar, que se dio la posibilidad de que su familia lograra tener una casa propia (GD). Costa Rica, a pesar de las anécdotas que hablan sobre la nostalgia por el país de origen cuando se vive en el exterior, la impaciencia por el retorno, problemas migratorios y algunas manifestaciones xenofóbicas por parte de autoridades y algunos ciudadanos costarricenses, representa una oportunidad para los habitantes fronterizos, pues como se ha venido haciendo hincapié, dentro de los límites territoriales y legislativos del país vecino los nicaragüenses han logrado insertarse al sistema mediante una serie de ingeniosas herramientas migratorias, lo que les ha permitido disfrutar de las amabilidades que puede proveer el hecho de ser nicaragüense y costarricense, sea como ciudadano o residente. En este sentido no debe resultar extraño que muchos pobladores de El Castillo posean doble documentación. Es decir que cuentan con cédula nicaragüense y costarricense, o en su defecto, su libreta de residente. Los informantes narran que la mayoría portan ambos documentos, sea por nacimiento en los casos en que la madre fue parir al otro lado de la frontera, o porque las madres de hijos nacidos allá han perseverado para alcanzar los beneficios que pueda recibir la madre de un costarricense.

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La amnistía fue un medio que se identificó como uno de los factores por los que muchos castilleños lograron obtener sus documentos costarricenses. En 1999 Costa Rica concedió una amnistía a los nicaragüenses que pudieran demostrar que habían residido en suelo costarricense desde antes de Noviembre de 1998, con la finalidad de legalizar su status migratorio (Rocha, 2003). Esta situación fue aprovechada por algunos castilleños, como nos narra Don Marvín Ruiz: ]…] “aquí la mayoría de la gente, no toda verdad, pero hay un buen por ciento de personas que sí tiene […] residencia. Son residentes en Costa Rica […]. Eso vino a partir de no sé cuando hubo una amnistía con… ¿Cómo se llama este señor, este Presidente? una amnistía tal vez se acuerda como en el 2000, por ahí, ¡eh! […] por cierto, éste señor es el que dicen es originario de Carazo, no sé cómo, bueno nació y estudio ahí, no me acuerdo… ¡Calderón! […] hubo amnistía con él, entonces la gente aprovecho, de que todo aquel que demostrara […] que está viviendo en Costa Rica y a lo mejor con una colilla de seguro o algún documento, colilla de pago, que sé yo, y está demostrando que... en ese tiempo mucha gente aprovechó” (E5). La red transfronteriza Sumado a estas estrategias generadas para obtener ventajas de la posición fronteriza que posee El Castillo, se visualiza otro circuito alternativo de supervivencia desarrollado por los castilleños y pobladores de la zona, que se produce como efecto del mutuo lazo de necesidades compartidas entre nicaragüenses y costarricenses. En este caso nos referimos al entramado o red de relaciones transfronterizas que existe en El Castillo. Otra de las motivaciones que se liga directamente a la posibilidad de obtener beneficios del traslado migratorio, como se ha leído a través de los discursos de los informantes, es la posibilidad de obtener puestos de trabajo que permitan ampliar la percepción de recursos para el beneficio personal y el de las familias de los migrantes. El Castillo presenta una frecuente migración estacionaria o migración temporal en épocas determinadas del año que en lo general coinciden con el momento de cosecha de una serie de productos agrícolas en Costa Rica: corte de caña, recolección de café, cosecha de frijol y algunas frutas. Los informantes coinciden que este período de traslado tiene una duración promedio de tres meses. Uno de los emplazamientos de mayor importancia laboral para los migrantes estacionales nicaragüense en Costa Rica se encuentra 60

enmarcado dentro de las labores rurales. El hecho de que la población de El Castillo se dedique tradicionalmente al trabajo agrícola facilita la inserción de sus habitantes dentro de este mercado laboral. Lo que resulta peculiar de esta práctica migratoria es la forma en que los castilleños se adhieren a este enclave laboral; la red de relaciones transfronterizas. Este entramado de relaciones sociales ligadas a la frontera ha conllevado a que los pobladores de El Castillo hagan una diferenciación entre el migrante de “más adentro”, es decir de regiones de Nicaragua más alejadas de la frontera, y el migrante de la zona de Río San Juan. Según nos expresan, los migrantes de Río San Juan, y en específico los que parten de El Castillo, tienen una ventaja que les diferencia del resto de migrantes nicaragüenses: el conocimiento que éstos poseen de la zona. Don Mariano Olivar, líder comunitario de la comarca El Gavilán, refiriéndose a los migrantes que vienen de otros lugares de Nicaragua nos dice:” Claro que les va un poco más mal a ellos, porque tienen mucha dificultad y ya los de aquí ya son vaquiano (12), ya tienen patrones, ya ellos ya van casi directo a sus trabajos, además ya tienen hasta contratos, ya tienen los patrones [donde] llegan a las fechas tales”. (E6). Don Mariano, además de hacer referencia al conocimiento previo que los pobladores aledaños a la frontera poseen, nos habla sobre la generación de los nexos laborales desarrollados por los pobladores nicaragüenses aledaños a la frontera con los contratistas costarricenses. Los migrantes no sólo conocen muy bien los caminos y los lugares donde se posibilita la obtención de un trabajo, sino que en muchos casos su contraparte en Costa Rica ya se encuentra en conocimiento que para determinada fecha tendrá a su disposición mano de obra nicaragüense.

(12). Vaquiano o vaqueano refiérase a la persona que se encarga de arrear ganado, por esta tarea se dice que son personas conocedoras de los caminos y sus “recovecos”.

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La resultante de este vínculo se presenta en una relación estratégica para ambas partes, por su lado los nicaragüenses tienen acceso a fuentes laborales que en Nicaragua son escasas y menos remuneradas en comparación con Costa Rica. Es claro ejemplo de esto que en Nicaragua se paga un promedio de 2.5 dólares por la jornada laboral en la recolección de café, mientras que en Costa Rica por la misma labor se paga un promedio de 6 dólares. A su vez, el flujo de mano de obra rural nicaragüense hacia Costa Rica representa un mantenimiento de costos bajos de producción, ya que la mano de obra migrante es utilizada en rubros que no poseen suficiente mano de obra costarricense (Baumeister, 2006). A su vez, las relaciones transfronterizas entre las poblaciones vecinales se han desarrollado de forma extensa y no se limitan únicamente a la esfera laboral, pues las relaciones vecinales se han articulado de una forma de mutua ayuda ya que por la condiciones geográficas de la frontera se hace necesaria la coordinación de ambas partes para solventar algunas eventualidades que se puedan dar, como traspaso ilegal de ganado, robos, abigeato, persecución de personas que quebrantan la ley y que traspasan la frontera de un país al otro para evadir la justicia. Estas acciones conjuntas en las que la participación de los pobladores es de vital importancia también se involucran las autoridades de ambos países, en este caso nos referimos a la Guardia Civil costarricense y a efectivos del Destacamento Militar Sur (DMS) del Ejército de Nicaragua. Al respecto nos dice el Capitán Juan Francisco Espinoza Jefe del DMS puesto El Castillo: ]…] “las coordinaciones con la Guardia Civil de Costa Rica reunirse una vez más para ver toda esa situación de la problemática, verdad, con el vecino país y la otra cosa es que orientado digamos a través del jefe a través de los jefes de puestos fronterizos en la actualidad mantenemos una buena relación con los jefes de puestos de la guardia tica, [ellos] también con nosotros, siempre coordinamos las acciones de índole de vandalismo o la lucha contra el narcotráfico aquí que se puede presentar en nuestro territorio […] en ese situación tenemos una buena coordinación”. Otra manera en que los pobladores se benefician de las relaciones vecinales se vincula a la relativa libertad de movimiento de los nicaragüenses en la zona fronteriza y el territorio costarricense, que los migrantes nicaragüenses llegan a transitar incluso en la presencia de la Guardia Civil costarricense, aún cuando gran parte de estos no gozan de ninguna documentación que les permita ingresar de forma legal a Costa Rica. Un informante anónimo de la Guardia Civil costarricense en el puesto fronterizo de San Isidro, respecto a 62

esta situación nos comentó que ellos tenían cierta flexibilidad con los nicaragüenses, pues ellos querían mucho a los “paisas” (13), pero que lo que no les gustaba es que llegaran personas a su país para delinquir. Nos dice que tienen muy clara la situación de pobreza que atraviesa Nicaragua, entendiendo que muchos nicaragüenses cruzan la frontera para buscar trabajo, y que conoce a muchos muy trabajadores, por lo cual muchas veces les dejan pasar sin inconvenientes, pues en muchas ocasiones son personas conocidas que ya saben que van a trabajar y luego regresan de nuevo a Nicaragua. La Frontera De los supuestos tomados como puntos de partida para este componente del estudio, se pudo corroborar que en el corredor fronterizo conformado por el río San Juan, existe una gran movilización migratoria. Los habitantes de El Castillo como se ha presentado, poseen una serie de estrategia y redes transfronterizas que les ha permitido crear vínculos muy flexibles en tanto a la movilización de un país a otro se refiere. Esta facilidad de movilización, sumado a la reiteración de la práctica migratoria desarrollada a nivel histórico por los habitantes de El Castillo, nos hizo cuestionarnos la posibilidad de identificar una nueva forma de interpretar la frontera por parte de los pobladores aledaños a ésta, una interpretación localizada, generada a partir de las condiciones de porosidad fronteriza que se presentan a lo largo de la franja del Río San Juan. A nuestro parecer, el haber hecho esta relación entre la práctica y la concepción de la frontera de los habitantes fronterizos no resultó ser sólo un error, sino que a su vez la respuesta es todo lo contrario, quisiera desarrollar esto con una anécdota acontecida en la fase de campo. Este investigador decidió trasladarse a la comarca El Gavilán, en busca de la frontera de Nicaragua con Costa Rica, sin conocimiento previo del terreno. Me adentré en lo que denominaría la zona netamente rural de El Castillo, cruzando riachuelos y quebradas. Luego de unas tres horas de camino, luego de cruzar una cantidad innumerable de cercos y ante la afirmación de los locales que la frontera quedaba muy cerca, llegué a un momento en el cual me hice la pregunta ¿Dónde estoy, en Nicaragua o en Costa Rica?

(13). Una de las formas en las que se denominan a los inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica.

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No fue sino hasta que me encontré a efectivos del Ejército de Nicaragua que me aclararon que aún estaba en Nicaragua, y que para llegar a la frontera debía llegar al mojón 3 que me llevaría a San Isidro. Efectivamente el mojón 3 se encontraba a quince minutos de camino y la sorpresa no fue menor al descubrir que el referido mojón se resumía a un portón rústico el cual sólo hacía falta abrirlo e ingresar para estar en territorio costarricense. Esta experiencia resultó sumamente aclaratoria. La noción que poseíamos de frontera era un espacio institucional divisorio que incluía todo un aparato de seguridad, una aguja, una guarda raya, agentes de migración. Ante este nuevo descubrimiento mi cuestionamiento se dirigió hacia quienes como este investigador no tienen la experiencia fronteriza que poseen los habitantes de El Castillo ¿Qué interpretamos los no fronterizos de la frontera? En el caso de las personas de El Castillo fue palpable no solamente que estaban conscientes de la frontera que les une o divide del territorio costarricense, sino que conocen bastante bien la realidad de la frontera Nicaragua-Costa Rica en Río San Juan. Los habitantes de El Castillo poseen el conocimiento y el saber de la ubicación de las fronteras, conocen las fincas y los cercos se encuentran en territorio nicaragüense y costarricense, tienen conocimiento de los dueños de las propiedades fronterizas, conocen la ubicación de los mojones y pueden distinguir con mayor facilidad cuando están en territorio nicaragüense o cuando ya ingresaron al vecino país. En este sentido, podemos afirmar que la población fronteriza de Río San Juan posee una interpretación más completa de lo que es la frontera, su representación y sus límites. Sus prácticas y vínculos fronterizos, sumados a su situación geográfica, antes de hacer que la frontera se transforme en un referente menos palpable, han contribuido a delimitar de una forma específica la línea que une o divide ambos países.

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De forma que esta exploración nos provee de insumos para una reinterpretación de la frontera. Este trabajo nos condujo a hacer una reflexión sobre nuestra interpretación de la frontera a partir de la experiencia y conocimiento de los pobladores de la zona. Nos permitió apreciar los discursos y prácticas que traslucen una interpretación de la frontera más allá del imaginario impuesto de la frontera como un espacio divisorio políticamente institucionalizado. Una reflexión que nos ayuda a comprender de una manera más íntegra los procesos fronterizos y su relación con los fenómenos migratorios.

Agradecimientos A mi compañera Nathalia por su apoyo e inspiración. A todas las personas de El Castillo, Río San Juan quienes llenas de amabilidad me abrieron sus hogares y sus saberes, lo que me permite el día de hoy iniciar esta “nueva aventura del saber”. Mis agradecimientos especiales a quienes nos regalaron un lente más amplio y una nueva perspectiva para abordar el tema de la frontera en Río San Juan.

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Referencias Baumeister, E. (2006) Migración Internacional y desarrollo en Nicaragua. Santiago, Chile: CEPAL. Castro Valverde, C. (2007) “Dimensión cuantitativa de la inmigración nicaragüense en Costa Rica: del mito a la realidad”, en: Sandoval, C. (Ed.) El mito roto. Inmigración y emigración en Costa Rica (25-50) San José, Costa Rica: Editorial UCR. Constitución Política de la República de Costa Rica. Vigente. Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal - INIFOM (2003) Ficha Municipal de El Castillo, accedido desde http://www.inifom.gob.ni/municipios/municipios_RJS.html [12.08.2008]. Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales- INETER (s.f) Caracterización geográfica d e l t e r r i t o r i o n a c i o n a l , a c c e d i d o d e s d e http://www.ineter.gob.ni/caracterizaciongeografica/capitulo7.4.html [12.08.2008]. Kay, C. (1999) “Rural development: from agrarian reform to neoliberalism and beyond”, en: Kay, C. (Ed.) Latin America Transformed. Globalization and modernity (272-304) Londres: Arnold. Morales, A. (2002) Redes Transfronterizas. Sociedad, empleo y migración entre Nicaragua y Costa Rica. San José, Costa Rica: FLACSO. Rocha, J.L. (2003) “¿Por qué se van? La onda migratoria y las teorías que la explican”, en: Revista Envío No. 256, Julio 2003, accedido desde http://www.envio.org.ni/articulo/1241 [12.08.2008]. _________(2005)“El Río San Juan: caudal de conflictos, reserva de nacionalismos”, en: Revista Envío, No. 284, Noviembre 2005, accedido desde http://www.envio.org.ni/articulo/3081 [12.08.2008].

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Sandoval, C. (2004) “¿Somos excepcionales los costarricenses?”, en: Revista Envío, No.262, Enero 2004, accedido desde http://www.envio.org.ni/articulo/1653 [06.10.2008]. __________ (2006) Otros amenazantes: los nicaragüenses y la formación de identidades nacionales en Costa Rica. San José, Costa Rica: Editorial UCR.

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Fotografía 1: Rivera de Poco Sol. Entre los árboles se confunden las siluetas de los trece migrantes rumbo a Costa Rica. Fotografía: William Montano, Agosto 2008.

Fotografía 2: Hemos llegado a El Castillo. Fotografía William Montano, Agosto 2008.

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Fotografía 4: Luego de la jornada laboral trabajadores nicaragüenses regresan de Costa Rica. El Gavilan, El Castillo. Fotografía William Montano, Agosto, 2008.

Fotografía3: El mojón 3 la Frontera entre Nicaragua y Costa Rica en la comarca El Gavilan, El Castillo. Sólo es necesario cruzar el cerco para trasladarse de un país a otro. Fotografía William Montano, Agosto, 2008..

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Buscando la vida… Metáforas de migración en Nicaragua. Claudia Zuser

Introducción Nicaragua es un país con cerca de 5,5 millones de habitantes. Según la valoración del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE, 2007:17) se estima que va a haber una emigración neta de 200,000 nicaragüenses entre los años 2005 y 2010. El 85% de las personas que salen del país tienen edades que fluctúan entre los quince y los cuarenta y nueve años (Baumeister, 2006:38). Se trata de una población emigrante de proveniencia más urbana (73%) y compuesta mayormente por hombres (53%) (Ibíd.) (1). Los dos destinos preferidos por los nicaragüenses son Costa Rica y los Estados Unidos. La emigración a estos países, intensificada durante las últimas décadas, en el caso de los Estados Unidos tiene su origen principalmente en los conflictos políticos de los años setenta y ochenta, cuando refugiados políticos huyeron a dicho país. En el caso de la emigración hacia Costa Rica se trató principalmente de trabajadores de origen rural, que buscaban empleo en el sector agropecuario. Esto estaba relacionado con el repunte económico y el desarrollo de Costa Rica a partir de la década de los ochenta junto con el cambio del mercado laboral y una alta tasa de desempleo en Nicaragua después del cambio del régimen a inicios de los noventa (Baumeister, 2006:12). La migración hacia los Estados Unidos tiende a ser permanente, debido a la distancia geográfica y al alto riesgo humano y económico que implica. Contrariamente, la migración a Costa Rica está caracterizada por un movimiento estacional de los migrantes (Ibid., p. 34). Mientras que para los otros países centroamericanos los Estados Unidos ocupan el primer lugar de los países de destino de la migración, para Nicaragua, Costa Rica dejó de ser su destino principal a favor de los Estados Unidos durante los años ochenta en el curso de la denominada guerra de los contras (Vargas, 2005).

(1). Datos para el año 2001.

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Esta investigación tiene un enfoque psicológico cultural y social sobre el tema de la migración en Nicaragua, a través del cual se intenta realizar un aporte al análisis de procesos migratorios actuales a nivel mundial. En comparación a otros estudios de este campo, que normalmente asumen una perspectiva sociológica o filosófica, esta investigación está planteada desde un punto de vista más cognitivista. En el centro de interés están los discursos públicos y privados (artículos de periódicos y entrevistas) que sirven como base para reconstruir las conceptualizaciones metafóricas colectivas en Nicaragua referente al tema de la migración. Esto nos permite indagar sobre la construcción del sujeto migrante y las conceptualizaciones identitarias en Nicaragua. De interés para este trabajo es el entendimiento de la migración como un fenómeno estrechamente vinculado con lo que se denomina globalización, sobre todo en lo referente al progresivo entrelazamiento económico a nivel global y los consecuentes flujos de mano de obra. La denominación del (in-) migrante es relativamente reciente y se ha convertido en una categoría específica que abarca tanto criterios étnicos como de clase (e.g. Balibar, 1990:265). En el discurso actual dominan las denominaciones del migrante ilegal, indocumentado, clandestino, irregular o escondido, mientras que de otros contextos socio-históricos se conocen los términos refugiado, asilado, o trabajadores extranjeros. Esas palabras, tal como los cambios de los términos en el curso del tiempo, reflejan las actuales relaciones sociales de poder entre los migrantes y el grupo hegemónico (Karakayalı, 2008). En los recientes siglos, los centros (2) de la economía mundial neoliberal, como los Estados Unidos o la Unión Europea, por medio de la defensa de sus mercados y prosperidades, hacían cada vez más difícil la entrada legal de migrantes proveniente de regiones del mundo económica y políticamente en crisis. La expresión más llamativa de esto son los campos de detención para refugiados y migrantes irregulares y los muros fronterizos, e.g. entre los Estados Unidos y México y entre la llamada fortaleza Europa y África del Norte. Por eso los migrantes dependen en gran parte de prácticas migratorias ilegales (Römhild, 2007).

(2). Un término acuñado por Wallerstein que toma y elabora las ideas de la teoría de la dependencia sobre el dualismo centro-periferia en la economía mundial (en detalle véase e.g. Wallerstein, 2005).

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Los discursos públicos en los países de destino se caracterizan por contener una amplia gama de estrategias discursivas de exclusión y de representaciones negativas y racistas en cuanto a los inmigrantes. La migración desde la periferia es vista como un fenómeno anormal, algo fuera del orden previsto, y hasta como un peligro para las sociedades residentes. Un análisis crítico de discurso realizado con artículos del diario alemán liberoconservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, referido a la planeación de campos de detención “extraterritoriales” de la Unión Europea en países norteafricanos para migrantes africanos que pretenden llegar a territorio europeo, ha mostrado que los autores a favor de una política migratoria restrictiva usan una metafórica negativa y amenazante que debe reforzar su argumentación. Las metáforas aplicadas crean sutilmente escenarios que provocan un sentimiento de amenaza en los lectores, lo cual aumenta su disposición para respaldar una política restrictiva contra los inmigrantes. Además despiertan la solidaridad y el sentimiento de pertenencia al grupo europeo (Zuser, 2008). Ese es el consabido juego de inclusión y exclusión que forma la base de la construcción discursiva de una identidad colectiva (Wodak et al., 1998). En comparación a las representaciones hegemónicas de migración como un fenómeno extraordinario, la (e-) migración en el discurso público de Nicaragua está dibujada más como un fenómeno cotidiano que tiene su base en la necesidad de construir estrategias de vida. La decisión (si es que se puede hablar en este término) de andar legal o ilegalmente es pragmática, pues nace de las oportunidades que alguien obtiene, mientras que en los discursos de los países de destino dicha decisión, por la potencial violación a la ley, está representada como una cuestión moral. Consecuentemente la gente que anda ilegal, como ya connota la palabra, está vista como delincuente. En los últimos años ha habido esfuerzos de sustituir la palabra ilegal en el contexto de la migración por la palabra no documentado o irregular, para evitar la criminalización de los migrantes (Deaux & Wiley, 2007: 21). A través de su experiencia en la frontera los migrantes obtienen un conocimiento específico de la migración, que les hace socavar los esfuerzos de los países de destino de regular y controlar la migración (Römhild, 2007:212). Así, los migrantes mismos forman parte esencial de la configuración de un régimen fronterizo, que es un conjunto dinámico de prácticas, estructuras y discursos y que resulta de continuados procesos sociales de negociación (Karakayalı & Tsianos, 2007). En base a esa dinámica migratoria resulta un auge de formas de vida transnacionales. Es decir, hay estructuras familiares y sociales que 75

ya no dependen de territorios compartidos, como los del estado-nacional, sino se trata de sujetos que comparten un espacio social simbólico. Los flujos monetarios, las remesas, contribuyen a estructuras transnacionales económicas privadas, o sea hogares transnacionales. Römhild (2007:212) por eso llama a la migración el “motor de la transnacionalización” (3). Con sus movimientos y conexiones transfronterizas la migración pone en duda las fronteras del mundo, declara obsoleto el imaginario del estado-nacional como un conglomerado cerrado y definido de culturas y sociedades y lleva al estado-nacional al borde de su poder y su capacidad de control. La migración desafía el concepto del estado-nacional en los países de destino y su afán inherente de homogeneidad de su pueblo. Las diferentes instituciones e instalaciones de control migratorio (e.g. los mencionados muros) forman parte del dispositivo de la migración irregular y como tal son materializaciones de discursos hegemónicos (Cf. Vigilar y Castigar de Foucault, 1977). El dispositivo, en la tradición de Foulcault, representa una reacción ante un estado de emergencia, que demanda la acción de una sociedad, así que ella busca todo lo que sirve para enfrentar esa situación social (discursos y acciones políticas, instituciones, leyes, personal, armas etc.) (Jäger, 2001:307). Se trata de una formación de prácticas discursivas (e.g. un debate en el parlamento decidiendo leyes migratorias), prácticas no discursivas (e.g. un soldado prestando su servicio de resguardo en la frontera) y materializaciones (e.g. el muro entre México y los Estados Unidos) (Ibíd.). En este sentido los dispositivos son aparatos de conocimiento, compuestos de prácticas discursivas y no discursivas, y como tal aparatos de poder.

(3). “Motor der Transnationalisierung”.

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Desde esta perspectiva se tiene que considerar también los mecanismos de control de los centros económicos que intentan gobernar los movimientos migratorios y administrar las vías de comunicación y las rutas migratorias (Panagiotidis & Tsianos, 2007:79). Sin embargo, el afán de esto no es impedir la emigración totalmente, sino más bien “hacer productiva la movilidad regulada” (Ibíd.) (4). Es decir, que no se trata de mecanismos de prevención de la migración, sólo de desaceleración, que cumplen la finalidad de frenar las dinámicas turbulentas de la migración en el curso de la reconstrucción del mercado laboral global, para así poder aprovechar la oferta extensiva de mano de obra (Ibíd.). Teoría y Metodología La teoría de representaciones sociales (Flick, 1995; Moscovici, 1984, 1995; Moscovici & Duveen, 2000; Wagner, 1994), la lingüistica cognitiva (Johnson, 1987; Lakoff, 1987; Lakoff & Johnson, 2003; Schmitt, 1995; Wheaterall & Walton, 1999), tal como el análisis crítico de discurso (Jäger 2001a, b; Potter & Wetherell, 1995, Wodak, 1998;) reflejan que la realidad social es construida por actos de comunicación, si bien el análisis de discurso pone mucho más énfasis a cuestiones de poder e ideología que los otros (Slunecko, 2007). La idea de los dispositivos como resultado de un estado de emergencia converge con la teoría de representaciones sociales en el punto de que el cambio de representaciones sociales o la emergencia de nuevas representaciones son más obvias siempre y cuando la identidad de una comunidad está siendo desafiada (Slunecko & Hengl, 2007). Este desafío puede ser un nuevo objeto social (e.g. el SIDA) que genera la necesidad de encontrar estrategias para poder manejar esa nueva situación no sólo materialmente (e.g. encontrar un medicamento), sino también simbólicamente (e.g. la explicación que el SIDA es un castigo de Dios o un síndrome de inmunodeficiencia). Principalmente se podría describir las representaciones sociales como elaboraciones de objetos sociales (Slunecko, 2002), que son estructuras con componentes cognitivos, afectivos, evaluativos y operativos.

(4). “[...] die regulierte Mobilität produktiv zu machen“.

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Esto significa que una representación social no sólo puede ser el objeto de una conversación, sino también influye nuestros sentimientos, nuestras evaluaciones y consecuentemente nuestras acciones (Wagner, 1994). Siempre se refieren a fenómenos que son relevantes en el contexto social. El conocimiento compartido de los diferentes objetos sociales (e.g. el significado de un edificio gubernamental) facilita la comunicación de un grupo sobre diferentes aspectos del mundo y así tiene una funcionalidad esencial para la construcción de su identidad colectiva. Por eso las representaciones sociales son constitutivas en el mundo social de una comunidad. Tienen la calidad de facilitar la categorización de fenómenos y desarrollos sociales novedosos y desafiantes, y sirven para la modificación de fenómenos ya conocidos, tales como la migración. Este proceso de categorización y modificación se realiza a nivel de la lengua por metaforización, puesto que utilizamos las categorías ya conocidas para interpretar y dar sentido a los nuevos objetos que aparecen en el campo social. Así las metáforas tal como las representaciones sociales hacen familiar lo no familiar (Moscovici, 1984). Desde Aristóteles la metáfora ha sido vista como un mero instrumento retórico o poético, un sustituto estético para una expresión literal. En este sentido, se concebía la metáfora más como una desviación de la norma lingüística. La perspectiva sobre la metáfora empezó a transformarse con un ensayo de Irving Richards (1936) (The Philosophy of Rhetoric) el que se constituyó como punto de partida para la teoría de interacción de la metáfora y un abordaje más cognitivo al tema. Las tesis de Richards crearon la base para el trabajo del filósofo Max Black a partir de los años cincuenta. Black destaca la función creativa de la metáfora. Esto significa que una metáfora no solamente representa una semejanza entre dos conceptos ya hecha, sino más bien crea esta semejanza por relacionar y dejar interactuar los dos conceptos, y así crea también significado (Black,1962: 37, 38). En los años ochenta esas ideas fueron retomadas por el lingüista George Lakoff y el filósofo Mark Johnson. Con el éxito contundente de su libro Metaphors we Live by (Metáforas de la Vida Cotidiana) de 1980 se impuso en la ciencia el paradigma que la metáfora es más que un mero fenómeno lingüístico. La metáfora, más bien es algo del pensamiento y parte de nuestro sistema cognitivo, que está estructurado metafóricamente en su fondo. Lakoff y Johnson (1980) presumen una homología entre pensamiento y lengua. Esto significa que la organización y categorización cognitiva de nuestras percepciones y experiencias cotidianas se reflejan por metáforas cuando 78

hablamos. Este fenómeno se basa en el hecho de que nosotros necesitamos categorizar y procesar las experiencias y percepciones de cada día. Especialmente cuando se trata de hechos u objetos muy vagos y abstractos, intentamos entenderlos a través de experiencias más concretas. Así proyectamos un dominio conceptual sobre otro, para entender sistemáticamente una realidad en términos de otra o un dominio de nuestra experiencia en términos de otro. De lo dicho se puede deducir una definición más concisa de la metáfora: Se trata de una transferencia de características estructurales de un campo fuente a un campo meta. Por ejemplo: “No esperamos futuro florido”, es una expresión metafórica. En este caso se trata de un campo meta más abstracto (futuro), mientras que el campo fuente representa un dominio más concreto y más cerca a experiencias humanas básicas (jardín en flor). De esto se puede deducir el concepto metafórico el FUTURO (no) es un JARDÍN EN FLOR. Los conceptos metafóricos (o también llamado metáforas estructurales o modelos metafóricos) resultan del conjunto de expresiones metafóricas, que provienen del mismo dominio y están proyectando a un cierto dominio meta. Los conceptos metafóricos se basan en experiencias de un nivel pre-verbal, es decir de las experiencias más básicas que hacemos desde el inicio de nuestra vida, como el funcionamiento físico de nuestro cuerpo, el movimiento en el espacio tridimensional, de la experiencia de la gravitación, etc. De este modo llegamos a las estructuras conceptuales más básicas, simples y universales de la experiencia, que Johnson (1987) y Lakoff (1987) llaman esquemas de imágenes (el esquema del contenedor, del enlace, del origen-camino-meta, el esquema centro-periférico, arriba-abajo, etc.), que forman la base para conceptualizaciones más complejas. Las metáforas tienen diferentes funciones, tales como resaltar ciertos aspectos de la cosa metaforizada u ocultar otros. Así es, por ejemplo, que la metáfora de los flujos migratorios presta atención a la dinámica de la migración, que lleva una cierta amenaza consigo y por otro lado, oculta cuestiones relacionadas a las motivaciones, las necesidades o experiencias de los migrantes. Además, cada metáfora abre un mundo específico, estructurado en sí, con una lógica interna, que brinda ciertas orientaciones para nuestras actitudes y acciones. Dentro de la psicología no solamente existe ese enfoque cognitivo de la metáfora con orientación a Lakoff & Johnson (1980), sino también un enfoque discursivo (Oberlechner, 79

Slunecko & Kronberger, 2004:134). Este último, destaca la importancia de las metáforas en contextos discursivos definidos, e.g. la interacción social. Por tanto, resulta de interés la funcionalidad estratégica de la metáfora como práctica discursiva, y como tal, el modo en el que las metáforas son empleadas para conseguir ciertas metas de acción y regular e imponer intereses sociales. Eso significa también que las metáforas y sus significados, i.e. las representaciones sociales, son dependientes de contextos socio-históricos y cambian continuamente con los flujos discursivos en el transcurso del tiempo. Para este estudio se integran las dos perspectivas de la manera que proponen Weatherall y Walten (1999). Estos autores plantean que los significados metafóricos dependen de contextos culturales, socio-históricos e interaccionales, así como de estructuras cognitivas. El método aplicado en esta investigación es el análisis sistemático de metáforas según Schmitt (1995, 2003), mediante el cual se intenta reconstruir expresiones metafóricas sueltas como estructuras cognitivas coherentes (Schmitt, 2003). Estos conceptos metafóricos son entendidos como vehículos de estructuras colectivas de significado. El corpus textual consiste en veinte artículos periodísticos de La Prensa y de El Nuevo Diario y diez entrevistas narrativas con seis mujeres y cuatro hombres. La idea general de las entrevistas narrativas es que la narración y el contar historias son instrumentos familiares cotidianos, que sirven para hacer saber y comentar a su entorno de lo que alguien experimenta o lo que a él le afecta o preocupa en la vida. La entrevistadora asume un rol pasivo y receptivo, y brinda sólo impulsos para echar a andar la narración. La parte activa es la del entrevistado que desarrolla sus estructuras de relevancia y sentido del modo más libremente posible. Especialmente para el análisis de metáfora ese procedimiento resulta adecuado ya que la entrevistadora no incide en las metáforas usadas y seleccionadas por el entrevistado desde de su propio caudal metafórico. (Cf. e.g. Bohnsack, 2007)

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Resultados Esta investigación no intenta retratar realidades putativas. Más bien indaga sobre la funcionalidad de las metáforas como elementos creativos en la construcción de conocimiento, realidades sociales y proporciones de poder. El propósito principal consistió en investigar el fenómeno de la migración en una era de creciente transnacionalización desde la percepción de Nicaragua como una denominada sociedad de origen. En el curso del trabajo de investigación se mostró que había diferentes objetos y representaciones sociales que están estrechamente vinculadas con el significado de la migración. Por eso el trabajo, la familia, el gobierno, el presidente y el país, han sido incluidos y considerados como dominios meta para el análisis de metáforas, siempre cuando proporcionaban significados para el dominio meta de la migración. De esa manera podíamos acercarnos mejor al complejo fenómeno de la migración. Con la aplicación del método del análisis de metáforas fueron deconstruidos los elementos metafóricos de los textos de las entrevistas y de los periódicos y fueron trasladados así a un nivel más abstracto. En el siguiente acápite serán presentados los resultados de este proceso, es decir las reconstrucciones de conceptos metafóricos establecidos en el discurso sobre migración (5).

(5). Se debe anotar que en algunos casos han sido consideradas expresiones que no son claramente o meramente metafóricas. Esto se aplicó a los casos en los que la investigadora asumió, que una expresión, aunque era literal y denotaba un hecho o un objeto real, o una acción realmente ejecutada, tenía un contenido simbólico, o proporcionó significados adicionales a ese hecho, acción u objeto. Polzenhagen y Wolf (2007:128) destacan en su trabajo sobre conceptualizaciones culturales de corrupción en África que para investigadores, que no son miembros de la cultura, ni de la comunidad lingüística de donde provienen los datos de investigación, es difícil decidir si una expresión particular tiene una base conceptual metafórica o no. En este particular, se sigue su propuesta: en algunos casos es mejor dar preferencia a la expresión conceptualización en vez de metáfora. No obstante, esta investigación trató de validar los resultados con la colaboración de una colega nicaragüense en continuas discusiones sobre la interpretación más acertada de las diferentes expresiones. Además Schmitt (“Zweifelsfälle der Metaphernanalyse”, documento inédito) formula un problema que denomina dobles (Doppelgänger), que implica la existencia de enunciados que transportan contenido literal y metafórico a la vez.

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Van a ser mostrados múltiples pasajes originales con el fin de proporcionar una ilustración de los resultados. Los ejemplos son fragmentos textuales de los periódicos y de las transcripciones de las entrevistas, presentados de forma descontextualizada para ilustrar la reconstrucción de los conceptos metafóricos. Están marcados por una p para las citas de La Prensa, n para El Nuevo Diario y e para las entrevistas, siempre con un número de referencia. En el caso de las transcripciones de las entrevistas, las citas vienen con inclusión de las notas de transcripción y en la forma en que fueron expresadas. El punto de partida: Nicaragua Quizás sería un buen punto de partida de un estudio sobre la migración internacional, iniciar con las conceptualizaciones de la vida en el país de origen. Un concepto precisado es el de la VIDA como un CAMINO, concepto muy generalizado en diferentes culturas y lenguas. En ese camino los nicaragüenses intentan avanzar, progresar, salir adelante para llegar a un futuro mejor. Pero a veces vienen problemas, hay que pasar por tiempos malos, así que los nicaragüenses están cansados, se atrasan y no pueden ver su futuro al fin del camino. Nicaragua está de parada. (“que viniera un presidente: '¡Voy a echar a andar a Nicaragua!'”, e8) ya estamos cansados, cansados (6) de ver que aquí no hay futuro aquí. Aquí no hay futuro. Con ningún gobierno hay futuro (e2). no-no-no avanzamos aquí en Nicaragua, no.. Futuro, no (e2.) No buscaba [trabajo, C.Z.] y entonces no podía salir adelante. (e5) entonces allí vienen los problemas (e6). en Nicaragua estamos bien arruinados, bien atrasados en toda forma (e9). Aquí merecíamos la vida, a ver hasta donde llegamos (e10).

(6). En el caso de las transcripciones se subrayan las expresiones o palabras en las que el entrevistado presta mayor énfasis o enuncia en un tono de voz más alto.

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Estos ejemplos hacen ver que una mejoría de estatus y el desarrollo económico, sea individual o del país, significa progresar en el camino. El formalismo salir adelante además indica la existencia de un CONTENEDOR, del cual se quiere salir (¿o escapar?) por medio de la emigración, y esto significa llegar a un mejor estatus económico. También es posible sacar a otros adelante, e.g. sus hijos, afuera del contenedor (“los hijos no hay como sacarlos adelante”, e10). El contenedor representa la situación mala o fatal, en que los individuos o el país se encuentran. sacar adelante sus hijos (e6). con la esperanza de poder ayudar a sus hijos a salir de ella [de la pobreza, C.Z.]. (n8). Porque estábamos horribles en ese entonces (e9). el deseo de salir adelante, de ver a su familia mejor, de ver a su familia en una mejor situación (e1). Una de los entrevistados dice que “es una lucha ahora para poder salir adelante” (e1). Este es el enlace al concepto de la VIDA como una LUCHA DURA, para la cual la emigración sirve como una estrategia de la misma. Allá en otro país iba a luchar (e6). Todos tenemos derecho.. a defendernos, a buscar una vida mejor (e8). y así fue que terminó ella tanto trabajar, tanto luchar (e2). Estos dos conceptos ejemplares ya muestran posibilidades de metaforizar la difícil situación en Nicaragua. Tanto para el concepto de camino, como para el de lucha, la migración parece una solución y estrategia: para salir adelante y ganar la lucha.

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La migración es una aventura Una de las ideas dominantes en los textos es la de la MIGRACIÓN como una AVENTURA. Una aventura es un viaje de un héroe (o respectivamente una heroína), una historia de partida, de peligros y dificultades, de cómplices y salvadores, de la confrontación con la muerte, de la superación y transformación de sí mismo, de la llegada al destino y de un tesoro que allí se encuentra (7). En los textos se encuentra las respectivas metáforas: Los migrantes emprenden su viaje, se meten al monte, arriesgan su vida, son aventureros y vagos, se pierden en los desiertos, están acompañados por la suerte o salen sólo para morir (véase los ejemplos). una verdadera odisea (p1). un recorrido de más de 4 mil kilómetros [...] está lleno de riesgos para quien lo emprende (p11). atraviesan el territorio mexicano rumbo a Estados Unidos (p11). que tienen la esperanza de encontrar mejores horizontes (n2). han salido de su casa y no han regresado.. Se han perdido y no se sabe de donde..(e2). la familia no se da cuenta donde han quedado en los desiertos.. (e2). llegó espalda mojada, o sea sin visa, se metió por vereda (e5). Fue como este en el dicho la suerte la acompañó. (e6). ella dice que.. sufrió mucho, y vio tres veces la muerte dice que.. primero un cascabela la iba a picar. Después en un río un lagarto se la iba a comer.. (e6). el Nicaragüense es muy aventurero, es muy vago (e7). "Metanse a la montaña" [dijo el coyote, C.Z.] y nos metimos al monte (e8). “Si vos llegás allá sólo a morir vas" (e9). Igualmente me crucé inmigrante (e10).

(7). Teóricamente se denomina a estas estructuras con la palabra prototypical scenario (Lakoff, 1987), que designa estructuras narrativas prototípicas, las cuales pueden relacionar diferentes tipos de metáforas que muestran lo que Wittgenstein ha titulado aires de familia (Familienähnlichkeiten; Schmitt 1995:106). El escenario prototípico tiene su base en esquemas de imagen, que representan un conocimiento general y corporeizado, obtenido desde el inicio de la vida humana (en este caso el esquema origen-camino-meta). Estos esquemas corporales representan modelos de gestalt abstractos que son enriquecidos y vinculados por inscripciones culturales (Buchholz & von Kleist, 1997:104).

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Muchas expresiones de este concepto son dobles, o sea enunciados que transportan contenido literal y metafórico a la vez (8). Es verdad que los migrantes cruzan países y ríos para llegar a los países de destino, porque se mueven realmente de un lugar al otro y en sus caminos enfrentan el peligro real de la muerte. Pero al mismo tiempo esas historias van con todas las ideas del esquema de una AVENTURA PELIGROSA. El cruce del río, particularmente el Río Bravo hacia los Estados Unidos (o en comparación, el Río San Juan en el caso de la migración nicaragüense a Costa Rica), llega a ser un símbolo para la entrada en el otro mundo y la nueva vida que está esperando a los caminantes al otro lado. En este caso, el río fronterizo no representa una frontera meramente geográfica, sino también una línea que separa espacios simbólicos e identitarios diferentes. El camino hacia la frontera, el pasaje del Río Bravo y finalmente la llegada a la ciudad de destino consigue así el significado de un rito de iniciación en el proceso migratorio o un segundo nacimiento: después de la dura experiencia de la migración se abren las puertas al otro mundo y el aventurero llega simbólicamente a un nuevo estado de su ser, o sea el migrante muda su identidad del e-migrante por la del in-migrante. [...] Se miraba la frontera entre México y los Estados Unidos y el río estaba en medio de las dos divisiones. Y a media noche lo sacaron para que jueramos hasta el río, ahí caminamos como tres horas para llegar hasta el río. Los coyotes que iban con nosotros para cuzarlo, esos pasaron toda la noche vigilando a la policía, que cuantos minutos dilataba pa' volver y a la hora de las cinco de la mañana nosotros nos tiramos al río... cruzamos el río y 'tamos ya en la.. en Tejas, en-en.. Tejas ya en parte de Estados Unidos, ya esta, ya cruzamos México ya. [...] Y me volé tres días y tres noches en el bus para llegar acá.. hasta Nueva York. Ahí mismo en un bus. Me encajaba en otro, así iba. Todo el día ir en vehículo. Tres días y tres noches. Y cuando llegué ya a-a-a Manhattan – que se llama la 42 que es la parada de Nueva York – ahí mi hermana me estaba esperando.. Y ya empecé, ya.. Ya me sentía más tranquilo. Llegué.. llegué a bañarme al departamento de mi hermana.. Que usted sabe, tres días sin bañarse.. Y.. Llegué, comí, dormí, y ya era otra persona. Ya empecé una nueva vida (e3.)

(8). Véase Schmitt, ‘Zweifelfaelle der Metaphernanalyse”, inédito.

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Otro documento para la transcendencia del momento del cruce fronterizo (como símbolo de una frontera entre diferentes formas de vivir) es la metonimia de irse mojado: La sola acción de cruzar el río (y mojarse) representa toda la idea de la migración ilegal. Es decir, el momento caracterizador de la experiencia migratoria termina por denominar el fenómeno entero. Además el concepto de la AVENTURA está estrechamente vinculado con la idea del riesgo y de la suerte, y con la posibilidad de perder la vida en el camino. Ese es el punto donde la AVENTURA alude a la idea de un viaje como un juego con la suerte, o más bien un JUEGO DE AZAR. La desventura del migrante no se reduce a maltrato por parte de las autoridades (n5). unos sólo cuentan con la suerte de sobrevivir y regresan (n2). apoyo a los infortunados (n2). su fallido viaje (n2). Una de dos, o va salir bien o sale mal. O llega o no llega.. a la meta que uno quiere (e2). Me voy a arriesgar, dije yo. Fui a ver si hasta ahí llego, hasta ahí llego (e3). yo me vuelvo a ir. Aunque me arriesgue mi vida.. (e3). Es un riesgo.. ir a otro país (e6). Fue mala suerte de un emigrante ya.. que no llegó con suerte (e2). ha tenido una buena ventura (e7). /Ideay/ en veces gano y en veces no gano, ves? (e8). Otro concepto metafórico relacionado sería la migración como EXPEDICIÓN. A nuestro entender, ese concepto, que ha surgido sólo unas veces en los textos, se distingue un poco de la AVENTURA, ya que acentúa el afán de conocer, la curiosidad y un momento estratégico del viaje: escoger nuevas rutas de emigración por razones laborales (n4). Ella fue a pedir visa para ir a conocer.. para ver como es allá la vida (e6). me decían que allá era otro mundo.. entonces yo sentía aquella curiosidad de conocer (e6). hay lugares que.. que no los conocen y entonces van allí a pasear para conocer (e7). Sí, yo no conocía Costa Rica. Pero tenía la.. quería conocerlo. Tenía ese en.. Yo voy a conocer Costa Rica (e8). 86

La migración es una búsqueda de una mejor vida Las asociaciones e interpretaciones sobre la iniciación y el segundo nacimiento se ajustan al actual texto de las entrevistas en los comentarios sobre la migración como BÚSQUEDA de una nueva, otra o una mejor vida, allá, en otro mundo, donde todo es diferente (metaforización del país de destino como ALTER MUNDO). El imaginario de la vida se caracteriza por estar poblado de metáforas ontologizantes. Esto significa que la vida aparece como una ENTIDAD concreta, que puede adquirir diferentes formas o calidades, como si pudiera existir independiente de nosotros (“Siempre me he buscado la vida en diferentes formas”, e7). Según esta lógica es posible hablar de un cambio de la vida o de la búsqueda de otra en otro lugar. La meta de la búsqueda de la migración es una mejoría en la vida, la cual que se consigue, según los textos investigados, por un trabajo remunerado. Las actuales lógicas de pensamiento hegemónicas, es decir neoliberales, reconocen como trabajo casi exclusivamente el trabajo remunerado. Este pensamiento se trasluce por ejemplo en el modo en el que se habla sobre las mujeres del ámbito doméstico, quienes supuestamente “no trabajan”. Esta reducción del trabajo hacia el trabajo remunerado se refleja también en el discurso investigado y frecuentemente está asociado con la idea de la mejoría de la vida en el sentido de prosperidad y propiedad. emigró a España en busca de una vida mejor para ella y para su familia (n8). buscar mejores condiciones de vida (p8). en busca de oportunidades de empleo (n4). Mucha gente migra de aquí a Costa Rica a buscar mejor vida, mejor trabajo (e2). me estaba ayudando para buscar una nueva vida (e3). Entonces, dijeron los hermanos míos que iban a ir a buscar otra vida, pues (e8). como que los dólares allá se encuentran en la calle (e2). Lo que voy buscando es buscar como sobrevivir (e3). buscando el sueño americano (e3). no para ir a buscar /eh/ pobreza no, por opulencia pues, sí vale la pena (e5). emigrar para ir a buscar economía (e5). halló un trabajo cuando llegó a los Estados Unidos (e6).

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El demigró [sic!] pensando en-en encontrar mejor fortuna (e7). mis hermanos cuando se fueron para allá.. buscando un mejor futuro (e8). "no anda robando" [en Costa Rica, C.Z.] le dice, "nada más anda buscando la vida" (e8). Como ya fue señalado, el concepto de la BÚSQUEDA va junto con la idea de un objeto concreto, que es la meta de la búsqueda, o sea una ENTIDAD ONTOLOGIZADA, aunque se trate de fenómenos abstractos y complejos como el trabajo en el entendimiento neoliberal. Por consiguiente, el trabajo representa esa cosa concreta que se puede buscar, encontrar, tener, perder, conseguir y recibir. Puede ser que hay o no hay trabajo, puede haber más o menos trabajo, fuentes ricas o falta de trabajo etc. fuentes de empleo (p4). pérdida de empleos y negocios (p2). emigrar por falta de empleo y por el alto costo de la vida (n4). y que encuentre un buen trabajo (e1). es primo mío y me consiguió trabajo (e3). vine a pedir también otra vez trabajo aquí (e3). en Estados Unidos había bastante trabajo (e6). que ya tenía trabajo (e6). le dieron el trabajo (e6). decidí inmigrar por eso, por el trabajo, porque estaba escaso, aquí no se hallaba (e10). se queda algunos días.. sin.. sin trabajo (e7). muchísimo trabajo (e7). busqué cómo trabajar aquí, recogí plata (e8). aquí no hay trabajo. No hay (e9). la gente [en Costa Rica, C.Z.], lo único, un poco envidiosa, porque nosotros los nicaragüenses les quitamos el trabajo, dicen (e10). En los textos investigados, el TRABAJO está tratado como un RECURSO NATURAL LIMITADO Y VALIOSO, que es esencial para la vida, por su importancia para la alimentación, la protección de peligros y el resguardo de condiciones climáticas adversas. Este concepto metafórico radica en la experiencia de que nosotros como seres humanos tenemos necesidades básicas, las cuales tenemos que satisfacer para poder sobrevivir. Además, acentúa particularmente la dependencia humana a los recursos que se encuentran en la naturaleza, sobre cuya localización no se puede influir. Ante esta lógica 88

de relación de dependencia, entonces sólo queda la posibilidad de perseguir el “recurso” trabajo hasta sus fuentes en el extranjero y asentarse allá, al lado de estas fuentes supuestamente naturales (“Entonces ya se quedaron allá y ¿Por qué? Porque trabajan. Sí”, e6). Es decir, esta metáfora considera el trabajo un don natural, pero oculta por otro lado aspectos de iniciativa propia para crear trabajo o emprender proyectos en su propio lugar. Sí, lo hago por la necesidad, porque por lo menos /este/.. Como está el país en crisis /ideay/ tiene que viajar uno.. Claro que si hubiera trabajo aquí, bastante, de sobra, (9) a ir.. Aquí estoy bien, si hubiera trabajo. Si hubiera trabajo aquí en Nicaragua, ¿qué voy a trabajar allá, habiendo trabajo aquí?.. Pero claro, no hay trabajo, tengo que viajar (e8). Entonces ¿qué es lo que debía de haber aquí? este.. más-más fábricas, más fuentes de trabajo para que el-el nicaragüense no tenga necesidad de ir a otro país a-a emigrar, a buscar trabajo (e2.) De todo ello puede también inferirse el significado del BIENESTAR. Según los textos investigados, este concepto se compone casi exclusivamente por los tres componentes de (a) HABER (recursos en el país), de (b) poder HACER algo con lo que hay (trabajar y crearse un futuro) y (c) TENER (prosperidad y propiedad). Este concepto metafórico entonces resalta la asociación del bienestar con la presencia de recursos, de dinero y propiedad, pero desatiende el aspecto de la significación de valores inmateriales, como la felicidad o los vínculos de amistad que tienen las personas en su entorno. Este aspecto fue mencionado únicamente por una de las entrevistadas, tal como se ejemplifica en el siguiente pasaje: La gente allá.. es diferente [en un país europeo, C.Z.]. Todo el mundo está en sus casas encerrado. No hay mucha gente ((risas)) afuera de las casas, así. Todo viven.. to-todos viven en su apartamento, no hablo con.. casi nadie, no tengo amigos allá. Y es triste porque solamente voy a estar encerrada sin hablar con nadie ((risas)), y.. no voy a ir a la universidad, no voy a hacer lo que me gusta, y.. no voy a.. estar feliz. Pero-pero toda la gente dice “no, no, ya podés ganar dinero, podés tener un buen trabajo y ganar dinero”. (e1). (10)

(9). No fue entendido. (10). La entrevistada tiene un compañero europeo y ella ha visitado su país.

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Puesto que no hay suficiente trabajo en el país, la gente tampoco tiene la posibilidad de ganar suficiente dinero para satisfacer sus necesidades y surge la necesidad de salir del país a buscar trabajo en el extranjero. La migración entonces no sólo sirve para sobrevivir sino también para poder crear mejores condiciones para su futuro y el futuro de su familia. Esta situación esta condensada en un formalismo que se encuentra con frecuencia en las entrevistas, como “aquí en Nicaragua no se puede hacer nada” (e8). Esta imagen de hacer nada, sigue la lógica de que no hay nada en el país, por eso no queda nada para poder trabajar ni establecerse para el futuro, así que no se puede tener nada tampoco. Los siguientes ejemplos demuestran estos vínculos del concepto de bienestar: Está más o menos bien.. en el sentido pues que.. casi no le falta el trabajo (e7). Si no hay trabajo, como va agarrar un sueldo y como va a comer y todo sin el dinero, pues como no hay trabajo, no hay dinero, y no hay nada (e4). Entonces esa es la vida.. estar pensando ¿Qué hago? ¿Qué negocio? ¿Qué puedo hacer?.. Yo no veo que a nada hagamos.. no hacemos nada aquí.. (Siempre?) en el mismo ser, no sé.. ((suspiro)) No hallo yo qué.. cómo componer. Tenemos que.. vivir en lo mismo.. en la misma situación.. (e2). No hacemos nada aquí sin trabajar (e10). “No te vayas [de los Estados Unidos, C.Z.]. ¿Qué vas ir hacer a Nicaragua? Nicaragua está mal”(e3). Aparte de ser el trabajo un recurso limitado, es una FUENTE DE VIDA que nutre. Tener un buen trabajo remunerado no solamente significa sobrevivir, sino también la oportunidad de llevar una vida buena. el trabajo es una fuente riquísima para sobrevivir (e2). el que viene y queda satisfecho del trabajo que él hace (e2). ganar el pan de cada día.. para comer, para vestir, ayudarle a la familia (e3). mucha plaga, nosotros vivíamos de eso, de eso comíamos, porque nosotros salíamos a vender a los mercados (e8). Como el aire que uno respira, el trabajo tiene que... y es importante para vivir (e5). 90

El trabajo el.. es.. tiene que.. es la sobrevivencia. Porque si no trabajamos.. no comemos. (e6). El hombre trabaja dos, tres días a veces en la semana y no les da para comer (e9). La migración es un éxodo y la búsqueda de la tierra prometida A veces la migración está concebida en términos bíblicos, especialmente como una BÚSQUEDA DE LA TIERRA PROMETIDA, o sea la búsqueda del paraíso o de un lugar santo. Con eso se trata de la idea del ÉXODO, o también de la peregrinación o romería. Especialmente la imagen del éxodo alude y pone énfasis a la gran cantidad de gente que migra, mientras que la romería más que el éxodo implica la idea del regreso. Un documento online del vaticano caracteriza el éxodo así: Desde la tierra de los faraones partirá la gran peregrinación del éxodo. Sus etapas, como la salida, el camino en el desierto, la prueba, las tentaciones, el pecado o la entrada en la tierra prometida, se convierten en el modelo ejemplar de la misma historia de salvación [...] (Cheli & Gioia, 1998). Así pues, la historia universal de peregrinación abarca también etapas oscuras, “el camino de las tinieblas” o el sendero tortuoso (Ibíd.), como se las encuentra también en las historias sobre la migración (“El tortuoso camino del joven diriomeño“, n2; “Les recomiendo que no crean en los cuentos de la gente que dice que es fácil llegar a los Estados Unidos…ese infierno que viví no quiero volverlo a pasar, ni se lo deseo a nadie más”, n2). Los siguientes ejemplos muestran unas metáforas del concepto metafórico del ÉXODO: ROMERÍA (subtítulo de p1). En ese peregrinar, en la búsqueda de las fronteras estadounidenses (p9). un gran éxodo de nicaragüenses, lo cual es grave (p5). los nicaragüenses que buscaban el sur (n3). una infinidad de gente que se van escondido (e8). Los hijos recién llegados no ven tampoco cubiertas sus expectativas de “una vida en el paraíso” (n8).

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Ya se ve que los países de destino representan el supuesto paraíso. Recapitulando el concepto del TRABAJO como RECURSO NATURAL y FUENTE DE VIDA, parece evidente que la TIERRA PROMETIDA, el país de destino de la migración, es la tierra de las fuentes de empleo que dirigen y atraen a los flujos migratorios. Al contrario, Nicaragua nunca llegará a ser ese paraíso: Los entrevistados describen un BUEN FUTURO como un JARDÍN FLORESCENTE lleno de luz, la cual representa una situación buena y próspera (mientras que la oscuridad simboliza lo malo y las dificultades). La mayoría de las veces esa imagen permanece en la esfera de una utopía, puesto que los nicaragüenses no hallan cómo progresar en su camino. Por la parálisis económica en Nicaragua, la falta de empleo y las dificultades para llevar una vida satisfactoria, la realidad nicaragüense resulta más un INFIERNO o un PURGATORIO que un lugar bendito (“Ay, le pido al señor que no me deje sufrir tanto”, e9). Yo no le hallo yo futuro de.. de prosperar (e2). gobernar con honestidad, con transparencia (e5). Pero eso [un buen gobierno, C.Z.] es un paraíso, un Edén, y adónde, cómo, cuándo lo vamos a conseguir, no sé (e5). no esperamos un futuro brillante, un futuro florido, no (e7). Entonces nunca veremos el sol claro (e9). Pero no sólo la vida en Nicaragua está representada como ese infierno, sino también la experiencia de separación de los familiares se puede convertir en un PURGATORIO para los afectados, que les hace sufrir y casi morir. yo vivía muriéndome, ahora ya voy más de lengua ya de eso, ya no sufro tanto por ellos (e9). yo me quedo dando gritos, de esa hora a las tres de la mañana, llora, va gritos en mi casa, ahora ya lo tengo aquí, sí. Que Dios quiera que él me diga que ya no se va a ir. Sí, porque ya, gracias a Dios, por él vivió, ya no me da casi martirios (e9). Dura, horrible, vivir pensando en él (e9). Por lo tanto, resulta una relación de tensión interesante: Hay aspiraciones de llegar a una tierra prometida y al mismo tiempo ese paraíso parece utópico. Así esos deseos de una vida en el paraíso se frustran ante la confrontación con una realidad incómoda y cruel, ilustrada por imágenes del infierno. 92

Otro elemento interesante de ese escenario bíblico es la familia que parece un SANTUARIO por el cual los emigrantes hacen su sacrificio, es decir, ir al otro país, trabajar para ganar dinero y enviar remesas (“el sacrificio que pasamos nosotros, verdad, a través de la migración“, e10). Trabajar entonces significa sacrificarse y sufrir, una idea profundamente arraigada en el imaginario colectivo nicaragüense. Esto expresa el afán de una vida viable y la confrontación con situaciones que limitan la posibilidad de llevar una vida autodeterminada. De esta manera se abre una contradicción obvia: que vivir bien sólo es posible a través del sufrimiento. yo lo he logrado porque me he sacrificado.. (e2). [Hablando de su casa, C.Z.] aquí hay ssssudor mío ((rencor)), ssssangre que yo he dejado aquí, aquí está mi trabajo! (e2). Esto fue el castigo que dejó Dios, que trabajáramos ((risas)) y tenemos que trabajar.. para sobrevivir. Hay que trabajar (e6). Hay que sacrificarse.. para poder vivir un poco bien (e7). allá hay que trabajar duro para obtener lo que uno quiere, todo es sacrificio, es bien duro (e10). Si alguien logra por su duro trabajo y su propio esfuerzo lo que aspira, sea una vida buena o prosperidad, entonces, según las metaforizaciones de las entrevistas, el trabajo adquiere el significado de dignidad u orgullo. La migración es cumplir un sueño o una ilusión Muchas veces se encuentran sueños, deseos e ilusiones como motivaciones de la emigración, los que los emigrantes aspiran cumplir. El concepto del “cumplimiento del sueño” sigue el esquema del camino con sus elementos origen-vía-meta: Los migrantes pretenden alcanzar o están en pos de su sueño, y llevan esperanzas, ilusiones y el entusiasmo para llegar a su destino que es un mejor futuro. entusiasmados por alcanzar “el sueño americano“ (n2). Muchas personas ahorita, su sueño dicen, es ir a Europa a España trabajar (e6). no sentir la decepción de las expectativas no cumplidas (n8). muchos de ellos en pos del “sueño americano” (p9).

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Los sentimientos mencionados sirven como provisiones para el viaje que mantienen las fuerzas de los viajeros. Sin embargo, las esperanzas muchas veces son truncadas y el sueño se convierte en una pesadilla (“la pesadilla del indocumentado”, n2). estas personas que llevan la ilusión de alcanzar algo para el futuro (n2). Todo el que sale de su país.. sale con una ilusión de un mejoramiento de vida.. (e7). con ese entusiasmo uno sale a otra parte para mejorarse (e9). es hijo mío también, él está con deseos de irse para allá (e10). La migración es una caza y un juego del escondite Mientras que las conceptualizaciones anteriores ya son predominantemente metaforizaciones para el campo meta de la migración ilegal, las metaforizaciones de migración como una CAZA y un JUEGO DEL ESCONDITE se refieren exclusivamente a la experiencia de la ilegalidad. En este sentido los migrantes son los perseguidos, que necesitan esconderse, que escapan de la “Migración”, que van con cuidado, que tienen miedo que los agarran, etc. Los cazadores son las instituciones estatales, como la policía y la “Migración”. Una feroz cacería contra los nicaragüenses que viajan en busca de trabajo ha emprendido la guardia costarricense (n1). las autoridades andan detrás de ellos para sacarlos del país. (n3). la dejaron en libertad por tener seis hijos y ser madre soltera (n6). Un grupo de 31 nicaragüenses capturados ilegalmente en México (p10). donde fueron encontrados (p10). nicas que cayeron en las redadas (p10). clandestinos (p8). hay demasiada vigilancia (e2). “Mira, váyase disimuladamente”, ..y se va a encajar aquel carro que esta allá.. “yo me voy disimulada..”, abrí el carro me monté (e3). vas con miedo que te agarren (e4). Mucho Inmigración los andan siguiendo a ellos [en Costa Rica, C.Z.] (e8). yo había entrado escondido a Costa Rica yo (e8). andaba escapándose a Migración y todo (e9). tiene que andar uno con ese cuidado pues (e10). 94

En este particular, resulta interesante la denominación que reciben las personas cuyo negocio consiste en pasar a los emigrantes indocumentados por la frontera: los coyotes. El coyote como símbolo animal es un arquetipo fuerte e importante en el imaginario colectivo mesoamericano. El coyote es mayormente un símbolo del mal: es el hábil cazador, el listo estafador y embustero, que engaña a los más débiles, el animal nocturno, que anuncia la llegada de la oscuridad, de la muerte o de un futuro aciago (Rodríguez, 2003, 2005). Los coyotes son los soberanos de la noche y del monte, aquel territorio que necesitan cruzar los migrantes para llegar a su destino. [L]os elementos de la naturaleza del animal, como la vida nocturna y en el monte, se potencian en el imaginario colectivo como fuerzas misteriosas e incontrolables, capaces de despertar no ya la veneración prehispánica, sino los miedos del hombre a lo desconocido. La noche y el monte se vuelven lugares comunes que ambientan la historia en las narraciones orales. Tanto en la noche como en el monte el hombre se siente vulnerable, pequeño ante las fuerzas de la naturaleza que no puede controlar [...] (Rodríguez, 2005:84). Por otro lado, hay también representaciones positivas de la figura del coyote. El coyote puede ser objeto de veneración, alguien que lleva suerte y que les da seguridad a las personas como un “talismán poderoso” (Ibíd., p. 87). Mediante estas reflexiones se aclara por qué los coyotes asumen el papel de los asistentes en el proceso migratorio. O más bien al revés, por qué la palabra coyote denota a los asistentes migratorios: Como conocedores del territorio y sin temer al peligro pueden traer a los ignorantes y desamparados migrantes al otro lado. Ellos aseguran su entrada, a diferencia de quienes no tienen un coyote. La migración es el esfuerzo de generar estabilidad en una situación inestable La VIDA es una CARGA y las personas son como estructuras o construcciones que la tienen que aguantar. El trabajo y el dinero, especialmente las remesas del extranjero, asumen en este escenario el papel de factores estabilizadores (“mantener a sus familiares en Nicaragua a través de las remesas”, n4; “Ellos se mantienen, trabajan”, e2). Cuando alguien tiene suficiente dinero, un trabajo fijo y una vida ordenada, entonces se encuentra estable y no es carga de nadie (e2). Pero hay diferentes dificultades en la vida y así la gente tiene que sacrificarse para mantener y soportar a sus familias. La vida en 95

Nicaragua resulta una carga pesada que la gente necesita llevar y que les empuja cada vez más para abajo al suelo (económica y emocionalmente: “Me da pesar, me da lástima ella, no tener cómo mantenerla, cómo darle su vestido y todo”, e9). Por el contrario, los precios suben, así que los productos caros se presentan cada vez más fuera del alcance de la mano. Así pues, se revela aquí también el concepto metafórico de ARRIBA ES BUENO y ABAJO ES MALO (con la excepción de los precios). no está.. ella.. a la altura en dinero (e2). El problema que aquí los sueldos nunca suben, suben las cosas, pero sueldos nunca suben (e6). El que tiene más va más para arriba y el que tiene menos va más para abajo (e9). La figura de la carga y de la estructura soportándola se utilizan también para hablar sobre la marcha de Nicaragua y su pueblo: estábamos pereciendo pues (e9). estamos arruinados aquí en este país (e9). Nicaragua se va hundiendo (e2). ya iba decayendo todo aquí en Nicaragua (e3). este país ahorita.. va para un fracaso (e7). si no se compone la gente va a emigrar (e3). No hallo yo qué... cómo componer. Tenemos que.. vivir en lo mismo.. en la misma situación (e2). aquí es duro, aquí es duro mantener, mantener un hogar es duro (e10). la economía de Nicaragua viene cada vez más para abajo... (e4). aquí en Nicaragua la educación no es.. no es fundamental para el gobierno (e1). con el gobierno que entró y todo se fue desmoronando (e2). Así se ve que Nicaragua está conceptualizada como una CASA DESMORONANDOSE y descomponiéndose. En otras palabras: La gente busca salir de la casa paterna que se cae, para hallar como apoyarla. Por eso la migración representa un ESFUERZO DE GENERAR ESTABILIDAD en una situación inestable. Dentro de la casa nacional vive la gran familia nicaragüense (p5). El país Nicaragua, aparte de ser representado como una casa, a veces también aparece en forma de una MADRE (Nosotros somos nacidos de este país de Nicaragua“, e9; “El país que me chineó, como el país que.. como una madre.. me mimó, 96

que siempre me cuidó”, e1). Las metáforas utilizadas para hablar sobre el gobierno lo recrean como un PADRE proveedor que no cumple su papel, es decir no se preocupa por su familia y no les da para poder vivir bien (“El gobierno no está en ver que su gente la traten bien”, e2; “el presidente no da ninguna respuesta”, e9; “que en Nicaragua haya un gobierno que mire por los pobres, de que haga cosas en bienestar del campesino”, e10). Más bien es representado como un delincuente, que roba a su propia gente (“El extranjero está ayudando y el gobierno está robando”, e6). La migración es una amenaza o un daño a la integridad física La migración es una búsqueda de solución a una situación difícil. Aunque por otro lado, también la migración causa daño y separación. La FAMILIA es como una UNIÓN que se compone de diferentes elementos (11). La migración divide esa unión, separa o desliga elementos de la unión, desintegra, disgrega o desune a la familia. Esas consideraciones son válidas también para la imagen de la gran familia nacional (“eso es lo que les pasó a los nicaragüenses: desintegrarnos“, e2; “La migración genera división y divide a la gran familia nicaragüense, p5). En los siguientes ejemplos se muestra cómo los que se han quedado en Nicaragua intentan, como si fuesen estructuras, soportar la pesada carga de la separación de sus familiares, pero ante la amenazada de hundirse bajo la carga: no aguantó mucha separación con la esposa, el hijo (e5). se siente un poco de.. de pesar, pues porque no está al lado de uno (e7). yo me puse flaquita, arruinada me puse yo (e9). Y sus maridos tampoco están ahí para apoyarlas cuando regresan. No han podido soportar la soledad y la necesidad de tener una mujer en el hogar que haga las tareas domésticas y se han emparejado de nuevo (n8).

(11). “Institutionalisierte Grenzporosität”.

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Lakoff (1987: 448) ha mostrado los conceptos intimidad como CERCANÍA FÍSICA (“mi hermana es muy cerca a mi tía”, e1), y daño social o anímico como DAÑO FÍSICO (“ruptura de matrimonios”, n8). La migración es percibida y experimentada como un daño social o anímico también, y metaforizada como una amenaza o un DAÑO DE LA INTEGRIDAD FÍSICA. ruptura de matrimonios (n8). La migración genera división y divide a la gran familia nicaragüense (p5). Y eso destruye las familias (e1). con sus esperanzas rotas (n2). También puede constituirse como daño físico en el sentido de generar una herida o enfermedad, que deja a alguien sufriendo. Alguien sufre por la separación de su familia o por la experiencia de la migración: Los reagrupamientos familiares tampoco son la panacea (n8). A mí, eso lo que me duele a mi es.. que.. este.. Sus hijos no han tenido el amor de su madre, pues. Esto es que a mi me duele. Ver sufrir a mis sobrinos (e6). que ella deje, digamos de andar sufriendo, porque para mi alguien que emigra sufre (e10). Merling casi siente cicatrices en el alma al narrar con profunda amargura su fallido viaje (n2). el fenómeno migratorio [...] trayendo consigo constantes amenazas y mayor vulnerabilidad (p11). La migración es un mercado Migración es un comercio no sólo por el caso obvio del tráfico ilegal de personas, sino también a nivel más abstracto. Se revierte aquí el concepto arriba mencionado del TRABAJO como RECURSO LIMITADO al concepto del TRABAJADOR MIGRANTE, quien ahora asume el rol de RECURSO o MERCANCÍA, con el cual hace su negocio. Consecuentemente, grandes cantidades de trabajadores pueden ser exportados e importados; Costa Rica utiliza mano de obra nicaragüense, la mano de obra se puede terminar, así que puede haber problemas de falta de mano de obra, un país puede recibir trabajadores, buscarlos, y quedar sin mano de obra, etc. Nótese la despersonalización de los trabajadores por la denominación “mano de obra”, que tiene una funcionalidad 98

discursiva, ya que la reducción al aspecto impersonal de la fuerza de trabajo, le hace encajar mejor dentro del rol de los trabajadores en ideologías neoliberales. Mientras tanto, parece menos conveniente hablar de “utilizar trabajadores nicaragüenses”. Como tal se trata también de un discurso de legitimación: El concepto metafórico de la MERCANCÍA cumple el papel de crear y reconceptualizar los flujos migratorios de personas que normalmente son restringidos, como flujos libres de mercancía, que forman un elemento integral del capitalismo. Además, el mercado no sólo está regulado por oferta y demanda, también necesita el instrumento de la propaganda, que conlleva la representación del migrante como un cliente, para quien se está prestado un servicio: “Costa Rica tendrá que ofrecer mejores condiciones salariales y de estancia para continuar atrayendo trabajadores nicas, de lo contrario, el déficit actual aumentará y se convertirá en un serio problema, porque tendrá que ir a buscar trabajadores en el resto de Latinoamérica y no en el área”, vaticinó Pires (n3). Esta cita ilustra el entrelazamiento de la migración como mercado con el aspecto de la propaganda: Existe la necesidad de ofrecer buenas condiciones para atraer trabajadores. Esto muestra que el trabajador migrante oscila entre la metaforización del RECURSO/MERCANCÍA y la del CLIENTE. Otro “efecto llamada” son las fuentes de empleo que puede generar la entrada (p4). las oportunidades de empleo que Costa Rica ofrece (p4). el trabajador centroamericano va a buscar las mejores condiciones (n3). país [Costa Rica, C.Z.] que continúa siendo atractivo para la migración (n3). Los clientes necesitan atención y servicio. En el curso de los esfuerzos de las instituciones estatales de actuar ante los grandes flujos migratorios, se ha manifestado una retórica que se maneja originalmente en el campo de la economía, es decir de las grandes empresas que quieren captar clientes o saber que sus clientes están contentos. En este sentido, la migración legal resulta un SERVICIO AL CLIENTE. Los textos de periódicos muestran también la presión detrás de estos esfuerzos de la institución encargada de regular la Migración, que ambicionan hacer más efectivos los trámites en los puestos fronterizos (“garantizar una atención rápida en la salida de los nicaragüenses”, p1; “los 99

puestos fronterizos estarán laborando las 24 horas“, p12). Esto reafirma la idea de una gestión de calidad para un buen servicio al cliente por parte de una gran empresa (“puesto fronterizo migratorio está en capacidad de atender a todos los nicaragüenses”, p1). Esa institución dio a conocer que durante el pasado mes, con motivo de las festividades de fin de año, cuando comúnmente aumenta la demanda de servicio migratorio, conocido como temporada alta, se vieron obligados a extender el horario, reforzaron el personal, abrieron más ventanillas y habilitaron oficinas, para la entrega de los documentos migratorios. (p12) La migración es una sustancia o una fuerza cambiante difícil de controlar El siguiente concepto metafórico presenta la migración como una ENTIDAD o una SUSTANCIA que puede alterar su forma, o una FUERZA que cambia su intensidad, velocidad o dirección. Se trata de algo difícil de controlar y por eso representa una amenaza. Primero la migración está denominada como FENÓMENO. Un fenómeno es algo etéreo, que sólo está en el ambiente, sin una idea de origen, fin o desarrollo, una entidad que existe en sí misma y ante la cual la gente tiene que reaccionar. Sin embargo, un fenómeno inesperadamente puede cambiar de forma. Se puede diversificar o hacerse más complejo, lo que está percibido como algo no controlable, y por lo tanto algo amenazante (“el fenómeno migratorio, no sólo en México y Centroamérica sino en el mundo, se ha diversificado y se ha hecho más complejo, trayendo consigo constantes amenazas y mayor vulnerabilidad”, p11). Como una sustancia cambiante la migración puede ser más o menos, fuerte, alta, mayor, creciendo, aumentando o circular, etc. Estas características son representadas también por el dominio de origen del AGUA (“los nicaragüenses están regresando desde finales de diciembre en menor afluencia”, p1; Aumentó el flujo migratorio en el país, p12). El agua es una fuerza natural, dinámica e incalculable, que puede variar, intensificarse, o aumentar, y que lleva el riesgo de mareas altas e inundaciones (“Ciudadanos nicaragüenses han abarrotado las instalaciones de Migración en San Carlos, n1). Consecuentemente se necesita controlar los flujos, gestionarlos bien y construir retenes.

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Pero en Texas hay un retén. Un retén es donde está la policía pidiendo los documentos.. (e3). que estos flujos [...] estén bien gestionados (p8). mejor control del flujo migratorio (p7). facilitar los flujos migratorios documentados (p11). Otro aspecto en este contexto es el MOVIMIENTO. La migración a veces también es denominada como movimiento migratorio, que puede ser mayor, constante, fuerte, etc. Se trata de un movimiento en el sentido de una entidad autónoma. Otra vez esto alude a la idea de la dificultad de controlarla. Dichas representaciones implican algo angustioso e incómodo. Principalmente esas imágenes de peligro incontrolable son utilizadas en discursos de legitimación, para impulsar mayores regulaciones y restricciones estados-nacionales sobre los procesos migratorios. En este punto se ve que el estado se reconstruye como el adversario del migrante, quien generalmente está en la posición más desventajosa. Se trata de una relación tirante, que a nivel de las metáforas también resulta en una retórica de GUERRA. Se encuentra este tipo de conceptualizaciones más en los textos de los periódicos que en las entrevistas. los europeos estudian endurecer las medidas contra los ilegales (p8). buscando cómo penetrar a territorio costarricense (n1). Una madre nicaragüense [...] enfrenta en este momento una orden de deportación (n6). México continuará expulsando a ciudadanos indocumentados (p10). Que migración es dura, en los Estados Unidos, cuando ellos dicen.. te ponen carta de exportación, te exportan (e3). Daños colaterales de las migraciones (n8). [La guardia tica, C.Z.] no ha dado tregua a los compatriotas (n1). movilización internacional de la mano de obra (n4). Las más veteranas pueden enseñar a moverse por la ciudad, ayudar a encontrar vivienda o un empleo a las recién llegadas (n8). Esa relación de fuerzas puede también significar daños o heridas para los más débiles. Por eso se encuentran discursos de victimización que hablan por los migrantes y abogan por 101

más protección y un trato digno de los migrantes, de este modo se construye la imagen del migrante desamparado. un Programa de Dignificación de Estaciones Migratorias (p11). estableciendo un primer albergue de tránsito (p11). México también protege al migrante (p11). el Gobierno de México brinda a los menores migrantes un trato digno (p11). tuvo protección bajo la Ley Nacara (n6). Las reacciones de las instituciones en cuanto a las dinámicas migratorias arriba mencionadas son lógicamente las intenciones de establecer mecanismos de control. A nivel de la lengua encontramos el concepto de la gran MAQUINARIA como concepto metafórico para procesos de la burocracia y las instituciones estatales. al lento proceso (p2). La automatización de los puestos de control (p7). los puestos fronterizos que operan en El Espino (p7). Costa Rica amplió las regulaciones migratorias (p4). las reformas migratorias que están en proceso de aprobación (p4). el proceso multidimensional de la migración (p11). ampliar y mejorar la estructura legal y tecnológica (p11). serie de programas de atención a la población migrante (p11). la agilización en los procesos de deportación o de rechazo (n5). la falta de un documento que los identifique para regularizar su estatus (n7). Eso tiene como consecuencia que alguien, si quiere migrar legalmente, necesita saber y poder manejar la gran maquinaria, lo que también conlleva un esfuerzo: tengo que dar las vueltas de los documentos, pues arreglar eso con los abogados (e4). andar en tantas vueltas para sacar un pasaporte (e10). esfuerzo para adquirir el dinero y sacar el pasaporte (e8).

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Resumen y Reflexión El análisis de metáforas ha arrojado principalmente los nueve conceptos metafóricos arriba expuestos: la migración es... 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

una aventura y un juego de azar una búsqueda de una vida mejor un éxodo y la búsqueda de la tierra prometida un sueño o una ilusión una caza o un juego de escondite generar estabilidad en una situación inestable una amenaza o un daño de la integridad física un mercado y una sustancia o una fuerza cambiante, difícil de controlar.

Los siguientes párrafos deben servir a modo de resumen y reflexión de las características más importantes de los conceptos metafóricos, al igual que su funcionalidad en cuanto a la construcción discursiva del sujeto migrante y de la identidad colectiva nicaragüense. La migración es una aventura y un juego de azar El primer concepto de la AVENTURA está asociado con una historia de un camino aventurado que emprende el migrante con un alto riesgo de fracasar y perder su vida. Arriesga todo para llegar algún día a ese otro mundo donde le espera esa otra vida. Como tal, es también una historia del cambio personal, de transformación y de dejar una parte de sí mismo atrás. El migrante cruza no sólo fronteras territoriales, sino también fronteras simbólicas que renuevan a la persona en el otro mundo. La conceptualización del migrante parece mostrarnos aquí a un sujeto bastante activo y soberano, pero por otro lado hay que anotar que el concepto de la AVENTURA en los textos siempre ha surgido junto con la idea de la vida como JUEGO DE AZAR. Por eso la aventura contiene el momento esencial de la dependencia del destino, de no ser capaz de tomar sus propias decisiones, expresando un elemento de falta de libertad individual. El camino está lleno de peligros y amenazas, que pueden significar la muerte. El migrante con su vida depende de casualidades, de los asistentes y cómplices que se cruzan en su camino. Así la única decisión que el migrante toma es la de irse o quedarse. El resto está en las manos del 103

destino (o de Dios, que alude más a la metáfora del ÉXODO, como veremos más adelante). Fue como este en el dicho la suerte la acompañó. O tal vez no fue la suerte, tal vez fue la bendición de Dios (e6). La migración es una búsqueda de una vida mejor El concepto metafórico de la BÚSQUEDA DE UNA VIDA MEJOR está enfocado más en la experiencia de los nicaragüenses en el ámbito económico, y alude también a una cierta conceptualización del BIENESTAR. El bienestar como ha sido planteado era siempre vinculado con la idea de la propiedad y de los recursos materiales, y casi nunca con valores inmateriales. El trabajo, no obstante un objeto abstracto, ha sido conceptualizado metafóricamente como un objeto concreto, o sea un RECURSO NATURAL LIMITADO. Esa conceptualización tiene como consecuencia lógica la necesidad de ponerse en camino para buscar las FUENTES de este recurso. Lo que transporta esta imagen es la dependencia humana de los recursos de la naturaleza que existen independiente de la actividad humana, y la dependencia de las fuentes naturales al lado de las cuales la gente se asienta para explotarlos. Lo que esta metáfora oculta es el aspecto de las posibilidades de esfuerzos y aspiraciones propias de crear trabajo y los posibles aportes propios para el cambio de la situación. Además, trabajar tiene también el significado de poder hacer algo para su futuro. Por eso la migración también está vinculada con el afán de asumir y luchar por una posición que permite a los nicaragüenses más soberanía sobre lo que pasa en su vida. La migración es un éxodo y la búsqueda de la tierra prometida Nicaragua, según los textos investigados en los periódicos y entrevistas, no es un país que en el futuro próximo va a poder convertirse en el paraíso anhelado por la gente. El país aparece sin perspectiva. La única posibilidad parece emigrar y buscar la tierra prometida afuera. El escenario del ÉXODO pone la atención en la masa de gente que emigra. Se trata del pueblo que va en busca de un lugar mejor que la tierra de la que es originario, el lugar del sufrimiento y de los martirios y que a veces es descrito y vivido como un infierno. Este concepto metafórico muestra al migrante como una parte de un pueblo, que es el pueblo migrante, constituido por los voluntarios que han dejado su tierra natal y que se han sacrificado por sus familias que quedaron atrás. Aquí son recreadas las ideas cristianas 104

sobre el infierno, el sacrificio, el Dios protector y la salvación. Además, este imaginario presenta a los migrantes como un movimiento social (aunque sin programa específico aparte de la migración) que está asociada por la identidad migratoria compartida. La migración es cumplir un sueño o una ilusión En el imaginario colectivo también surgen las ideas de los sueños e ilusiones. Significa que el concepto de la migración como una ILUSIÓN o la intención de CUMPLIR UN SUEÑO ya incluye la duda de que el viaje emprendido quizá no les pueda llevar hasta donde ellos quisieran. El sueño, respectivamente el sueño americano, a menudo queda sólo a nivel de anhelo. Sobre este aspecto en particular los periódicos destacan las expectativas no cumplidas, la decepción y la desilusión, dibujando así una imagen del migrante, como si se tratara de una persona que no es lo suficientemente realista en cuanto a sus perspectivas y posibilidades. Los entrevistados, por otro lado, en su totalidad fueron muy conscientes de que la vida en los países de destino para los nicaragüenses no es ese sueño bonito, sino más bien una lucha cotidiana dura. No obstante, ellos y sus familiares emigrados tienen el anhelo de mejorar su situación, y la situación de su familia; y para conseguir ese fin hacen lo necesario. La migración es una caza y un juego de escondite El concepto de la CAZA y del JUEGO DE ESCONDITE crea dos frentes, el de los cazadores y el de la gente que necesita esconderse. En el caso del discurso migratorio estos dos frentes son las autoridades nacionales y los migrantes indocumentados. La lógica interna del concepto implica a priori el desequilibrio de poder. Es decir, los cazadores asumen el rol de los poderosos, mientras que los migrantes no tienen nada para contrarrestar este poder o para defenderse. Así, esconderse parece la única solución. En comparación, la idea de la GUERRA permite principalmente pensar a los migrantes como una fuerza de igual condición que las instituciones y los funcionarios estatales, que representan sus antagonistas. En la representación de la CAZA los indocumentados automáticamente quedan impotentes y desamparados. Los papeles por eso consiguen en este escenario el significado de un medio protector: cuando alguien tiene sus papeles en regla, no le va a pasar nada. El modelo metafórico de la CAZA ha sido aplicado en los periódicos, tal como en las entrevistas, y éstos en conjunto con el concepto de la AVENTURA forma la representación más poderosa del discurso. 105

La migración es el esfuerzo de generar estabilidad en una situación inestable La imagen de la CASA nacional que está habitada por la familia nicaragüense, con el gobierno como padre y el país como madre, es un concepto metafórico importante en cuanto a la autorepresentación nicaragüense. Los nicaragüenses son una gran familia con un padre que les abandona. El gobierno no cumple su rol del padre proveedor. Este concepto metafórico representa la fuerza colectiva requerida para mantener la estabilidad de una casa que está por caerse. Por el desorden y la inestabilidad del país la gente intenta balancear y equilibrar las fuerzas que hacen tambalear la casa. Los migrantes son ayudantes externos que mandan remesas para el mantenimiento de la casa. Pero el gobierno no les apoya, no se preocupa y les deja a los nicaragüenses sin una solución para sus problemas y dificultades diarias que les toca enfrentar. Por eso la gente se siente sobrecargada. El símbolo utilizado para representar esta situación difícil es la CASA DESMORONÁNDOSE. Todo eso implica también la autoconceptualización de los nicaragüenses como niños menores de edad, que no son tomados en serio y que asumen un rol pasivo en cuanto a la vida política de la casa nacional, hijos que solamente sufren las consecuencias. Esta imagen refleja, además, que existe el deseo de crear un orden y condiciones económicas, sociales y políticas estables. Este concepto se encuentra más en el discurso privado, es decir, en las entrevistas, y nace directamente de las experiencias personales de los entrevistados. En los periódicos apenas se encuentra una representación negativa y dramática del gobierno y de la situación del país. La migración es una amenaza o un daño de la integridad física Este imaginario de la migración da peso a la fuerza destructiva de la migración, en cuanto a la ruptura de la unión familiar, su división, los daños sociales y anímicos, y el sufrimiento causado por eso, especialmente a los que se quedan. Esa es la imagen de un objeto dañado o un cuerpo incompleto, castrado o mutilado, que implica las ideas y deseos de reunificar los elementos separados, de curar el cuerpo afectado y recomponerlo, sano e íntegro. El emigrante según ese escenario es la parte arrancada. Los nicaragüenses son la totalidad que está afectada y dañada por la fuerza destructiva de la migración.

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La migración es un mercado El concepto de la migración como comercio aparece en las entrevistas sólo en forma de un discurso reiterado sobre el tema del tráfico ilegal de personas. En cambio, los periódicos plantean la idea del trabajador como RECURSO y MERCANCÍA. Esto lleva consecuentemente a la lógica del trato legal de personas, aunque no está llamado así y no parece conveniente tampoco pronunciarlo y denominarlo como tal. Sin embargo, esta realidad social se refleja claramente por los conceptos metafóricos en los periódicos (Cf. el habla sobre la importación y exportación de grandes cantidades de mano de obra). En los periódicos se trasluce otra vez un discurso hegemónico, o sea neoliberal, mientras que los entrevistados no se conceptualizan a ellos mismos como mercancía del mercado global. En las entrevistas más bien se muestra el microcosmos económico de la migración, las dificultades cotidianas que llevan a la gente a veces al borde de sus posibilidades de sobrevivencia, como efectos del macrocosmos, que es la economía global. Esta es una cuestión de perspectiva: Desde el punto de vista de los migrantes el trabajo es el recurso limitado; mientras que desde las empresas la mano de obra, o sea los migrantes, son conceptualizados como el recurso. El migrante asume también el rol de CLIENTE. Se puede apreciar que las representaciones sociales del ámbito económico relacionadas con el servicio al cliente han sido utilizadas para hacer entendible lo que pasa en las fronteras con la administración de los migrantes y de la mano de obra global. En este sentido se reafirma la tesis y la observación que mencionábamos en la parte introductoria: que existen esfuerzos para hacer productiva la inmigración ilegal a los centros económicos (Panagiotidis & Tsianos, 2007). Esto significa al mismo tiempo que las fronteras no están cerradas de ninguna manera y tampoco existen intenciones de cerrarlas completamente para los inmigrantes de los países periféricos. Un fenómeno que se puede considerar como porosidad fronteriza institucionalizada (12) (Ibíd.).

(12.) Según el esquema de imagen totalidad-parte.

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La migración es una sustancia o una fuerza cambiante difícil de controlar Este es el concepto metafórico que presenta a los migrantes de una forma extremamente despersonalizada. Los migrantes en su totalidad son casi una energía sin sustancia, que se descarga incontroladamente y amenaza así los sistemas nacionales de los países de destino. Los países de destino, por otro lado, intentan establecer medidas de control efectivas para proteger a sus economías, mediante retenes o maquinarias que les permitan procesar esa energía y utilizarla de una forma controlada y productiva, para no sobrecargar el sistema. Los ejemplos del concepto han mostrado, que los periódicos investigados reportan principalmente la intensificación y el crecimiento de la migración (fuerte, alta, mayor, creciendo, aumentando). Esto funciona como una señal de alarma para los lectores y crea la necesidad de actuar ante la amenaza y tomar medidas en contra (Link, 2000:122). Generalmente, esta manera despersonalizada de hablar sobre la migración o más bien sobre los migrantes, es un instrumento retórico perfecto para poder votar por restricciones migratorias en los centros, sin entrar en el conflicto con una ética de derechos humanos (13). Es decir, este concepto sólo resalta el aspecto de la amenaza que representa la migración para los países, pero no nos dice nada sobre experiencias individuales, que pueden ser extremadamente traumáticas, no sólo como lo han mostrado las entrevistas presentes. Conforme a este imaginario de la fuerza o sustancia dinámica tampoco es posible un discurso de victimización. Por supuesto, tales conceptos son resultado de un proceso discursivo colectivo, que normalmente sucede de manera inconsciente. Así mismo, los periódicos normalmente no retoman esas metáforas deliberadamente. Sin embargo, el hecho de que el concepto fue utilizado por los autores en los diarios de La Prensa y de El Nuevo Diario (y apenas en las entrevistas) muestra que los periódicos reproducen este aspecto del discurso hegemónico. Por medio de la reproducción de esta metáfora, el imaginario de la dinámica migratoria se está manteniendo y consolidando en el discurso público, lo cual permite la legitimación también de todos los actos restrictivos asociados.

(13). Esto también se ha mostrado en Zuser ( 2008).

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Conclusión Esta investigación no sólo ha mostrado diferentes formas de hablar sobre el tema de la migración y las posibilidades del uso de las metáforas. También se evidenció el poder de las metáforas y su fuerza para dirigir nuestra percepción y acción. Las metáforas pueden ser utilizadas conscientemente por políticos para implementar sus programas o crear consenso entre los ciudadanos. Las metáforas pueden crear realidades y pueden matar, como ha explicado Lakoff (1991), retomando el ejemplo de la guerra en el golfo: “Metaphors can kill. The discourse over whether to go to war in the gulf was a panorama of metaphor.” (14) El fenómeno de la migración global ha llegado a ser uno de los desafíos actuales más significativos que enfrenta el mundo con nuevas situaciones sociales. Los nueve conceptos metafóricos encontrados desarrollan diferentes escenarios migratorios y narran historia del ambiente colectivo en Nicaragua, mismo que tiene una estampa de resignación y el sentimiento de no poder efectuar o cambiar autónomamente nada en el país. Según las metáforas existe la dependencia del recurso del trabajo, del destino y la suerte, de Dios, del gobierno, de fuerzas poderosas y no controlables, etc. Las fuerzas de los nicaragüenses son afectadas por la necesidad del mantenimiento de la estabilidad en el país. Se dibuja una escena donde no se ve una salida y no se puede hallar soluciones sostenibles. Esto podría ser entendido como un reflejo del pragmatismo resignado, que plantea Andrés Pérez-Baltodano (s.f.) en referencia a Nicaragua. Se trata de una actitud fatalista, que ve los límites de lo posible determinados por la realidad existente, es decir por el marco de las circunstancias. La política, desde esta perspectiva, concluye el autor, se concibe como la capacidad para adaptarse a las circunstancias, no para trascenderlas. Además, éste apela a un providencialismo que se reproduce a través de la Iglesia Católica y por las representaciones simbólicas del papel de Dios. Así pues, la gente se siente determinada por fuerzas sobrenaturales y busca las soluciones fuera del espacio político real.

(14). “Las metáforas pueden matar. El discurso sobre si ir a la guerra en el golfo era el panorama de una metáfora” (Trad. C.Z.).

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La investigación presente ha descubierto y aclarado los diferentes aspectos del significado de la migración en Nicaragua. Las conceptualizaciones metafóricas le asignan a los migrantes diferentes papeles y hacen a los nicaragüenses reconocerse a veces en escenarios fatales. No obstante, el análisis de los discursos y su respectiva metaforización a la vez representa un analisis de las estrategias hegemónicas de reproducción y legitimación de relaciones sociales de poder. Así, los resultados pueden brindar un aporte y ser un punto de partida para autoreflexiones colectivas críticas. Hay que observar e identificar las estrategias discursivas hegemónicas e intentar mutarlas, socavarlas e iniciar y llevar contra-discursos. Las lógicas implicadas en las metáforas siempre pueden ser trascendidas, pueden servir como impulso para juegos de ideas y para diseñar nuevos escenarios contrastantes o aún contestatarios, que doten al individuo de más fuerzas liberadoras, y que le provean de una mayor autodeterminación.

Agradecimientos Quiero expresar mi agradecimiento a Johannes Kranz, Director del IEI, por invitarme a Nicaragua y brindarme la oportunidad de trabajar como investigadora visitante para llevar a cabo mi estudio. Gracias a todos los miembros del IEI por su apoyo y amistad, especialmente a Adriana Palacios, sin quien no habría podido realizar esta investigación, y con quien intercambié y compartí puntos de vista críticos, anhelos y visiones en largas y animadas discusiones. Finalmente, agradezco a las diez personas entrevistadas, que me brindaron su confianza y me contaron con toda franqueza sus historias personales de migración.

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Sueños Johannes Kranz

Fue en mi primer año de trabajar en Nicaragua como cooperante austríaco, en un proyecto de desarrollo comunitario de la región rural pacífica del país, cuando un día un grupo de niños me preguntó de dónde era. Nos habíamos reunidos en una pulpería para descansar, después de un día de trabajo en la construcción de nuevas viviendas y un parque comunitario. Los niños, por alguna razón insatisfechos con mi respuesta, “de Austria”, insistieron tanto que fatigado de las preguntas repetidas respondí: “de la luna”. Uno de los más pequeños me miró con asombro y quiso saber si entonces conocía a Dios. Evadí una respuesta directa y objeté que, a lo mejor, Dios no vivía ahí por la luna, cuando el niño de repente se tocó la frente y dijo: “que bruto que soy, si Dios vive en Los Ángeles”. Bien fuera una idea literal sobre el hábitat de Dios, o una de las asociaciones celestiales del nombre “Los Ángeles”, la respuesta no deja de ser significativa, ya que la ciudad de Los Ángeles, California representa una de las áreas de mayor concentración de nicaragüenses en Estados Unidos (EEUU) (1). Es en este sentido que el siguiente artículo indaga en el lugar de destino, pero no como un espacio geográfico, sino un espacio de significados, un espacio simbólico soñado. Como tal, este espacio no sólo comprende el destino, sino da lugar a los demás elementos, motivaciones y aspiraciones, miedos, proyectos y planes de vida de cada una de las personas entrevistadas.

(1). U.S. Census Bureau (2000).

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Planteamiento y contexto Antes de entrar en la tarea propia de reconstruir y dar sentido a los sueños de las personas individuales presentadas en este artículo, y contextualizando el enfoque cualitativo, se plantea en adelante un breve panorama de algunos datos cuantitativos existentes y accesibles sobre la migración en Nicaragua, considerados relevantes para esta investigación en particular. Los dos países de destino más populares para los migrantes nicaragüenses continúan siendo Costa Rica y EEUU. Vargas (2005) reporta que las tendencias históricas principales han oscilado entre esto dos países: Por más de cien años, entre 1850 y 1979, el destino mayoritario para emigrantes nicaragüenses fue Costa Rica; entre 1979 y 1991 fue EEUU; y a partir de 1991 hasta hoy día, es nuevamente Costa Rica. En términos cuantitativos, podemos constatar dos fenómenos divergentes: la migración hacia EEUU aumentó considerablemente en los años ochenta y bajó en los noventa. Por otro lado, en el caso de la migración hacia Costa Rica, hubo un ascenso notable en los años noventa, experimentándose un nuevo descenso a finales de esta década [ver gráfico 1 en el Anexo]. Las acepciones tradicionales de “migración laboral” (hacia Costa Rica) vs. “migración política” (hacia EEUU), si bien fueron tendencias generales, hoy ya no parecen tan útiles como referentes para el análisis, dado que muchas de las pautas de la migración se han transformado, tanto en las motivaciones para viajar, como también en el perfil de los migrantes. Por un lado, desde 1990 la migración hacia EEUU ya no es política, sino mayormente económica. Resulta interesante que Nicaragua representa una excepción en Centroamérica, ya que para todos los demás países de la región, EEUU es el país de destino principal, mientras que para los nicaragüenses es Costa Rica (Vargas, 1999). Pero no sólo la dicotomía “migración laboral” vs. “migración política” parece cada vez menos adecuada; además, podría sugerirse que a partir de la década de los noventa dentro de la misma concepción de “migración laboral” los fenómenos tienden a diversificarse, diferenciándose los tipos de migraciones en nuevas categorías tales como “temporal”, “ocasional”, “circular”, “única” y “permanente” (Vargas, 2005:2). Por otro lado, existe una divergencia entre las cifras absolutas de migrantes nicaragüenses. Vargas (2005) estima que de la población total un 9.3% emigra fuera del país (5% hacia Costa Rica y 4.3% hacia EEUU); entre cabeza de familia son 16% (9.8% Costa 120

Rica y 6.4% EEUU). En cambio, INIDE (2002a) calcula 11% de la población total en el exterior, cuando, según Núñez (2007) es 10-12% de la población nicaragüense solamente en Costa Rica. En comparación, Morales et al. (2002) calcula que un 61.7% de los migrantes nicaragüenses viajan hacia Costa Rica y 38.3% hacia EEUU. Otro aspecto importante en este contexto es que la migración hacia el exterior se considera directa y única (Vargas 2005:4): En muy pocas ocasiones (0.1%) se migra a dos países (p.ej. primero Costa Rica, después EEUU). Para estos datos comparativos puede verse también la tabla 1 en el anexo. Resumiendo el perfil socio-demográfico de migrantes nicaragüenses en general, y hacia EEUU y Costa Rica en particular, se destacan las siguientes características: Según sexo dominan los migrantes masculinos, siendo el 58% (Vargas 2005); Morales et al. (2002:116) calculan cifras parecidas: 60% vs. 39.1%. Según los rangos de edades, estos se concentran en adultos entre 20 y 40 años. Morales et al. (2002:125) identifican una leve diferencia entre la edad promedio de migrantes hacia Costa Rica (31 años) y EEUU (37 años). La migración hacia Costa Rica se concentra entre 15-30 años, mientras que hacia EEUU, la distribución por edad es más dispersa. Parece ser que el contar con familiares en el país de destino es importante en la decisión de migrar entre este último grupo (e.g. llevándose sus hijos, esparciendo de esta manera la variable edad). Dentro de los migrantes hacia EEUU, se puede observar una diferencia histórica relevante entre los años ochenta y los noventa, según edades: en la década de los ochenta (etapa de conflicto armado en Nicaragua) los rangos de edades mayoritarios de migrantes se agrupan alrededor de 20 años, mientras que en los noventa alrededor de 30 años (Vargas 2005:4, véase también gráfico 2). En cuanto a los niveles educativos, el promedio es de secundaria completa para migrantes con destino a EEUU vs. primaria completa promedio para Costa Rica (Morales et al., 2002). Vargas (2005) confirma esta tendencia: en el caso del destino EEUU, son 9.9 años promedio de escolaridad vs. 7 años promedio en migrantes con destino a Costa Rica. Núñez (2007) agrega al perfil social-educativo de los migrantes nicaragüenses una característica que él denomina una “fuga de cerebros”. En Centroamérica y el Caribe, según Núñez (2007), más de la mitad de los profesionales universitarios migran, y si bien a nivel individual esto significa vitales oportunidades para éstos, la migración de los “best and brightest” (2) (OIM, 2008) deja un vacío notable de capital humano en el país de (2). Los mejores y más brillantes [trad. JK].

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origen. En este contexto, es llamativa una retórica opuesta que vacila entre los discursos de victimización y de reticencia: Por un lado, las migraciones son concebidos como movimientos forzados, no-voluntarios, “fuga de recursos humanos” o “desplazamientos” (Agustín, 2003), metáforas que contrastan con un discurso eufemístico oficial, como por ejemplo el de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que se refiere a la migración en términos de “choice for growth”, “migration management”, “labour mobility”, “global opportunities” o “incentives for illegal migrants”(3) (OIM, 2008, cursiva agregada; Para una visualización de este imaginario gerencial véase gráficos 3 y 4 en el Anexo). Aparte de este tipo de migrantes profesionales, cabe destacar, sin embargo, que el nivel educativo promedio de los migrantes nicaragüenses hacia EEUU no se equipara con el nivel educativo promedio en el país receptor – EEUU, sino que el nivel educativo de los nicaragüenses está considerablemente por debajo del nivel educativo en EEUU (Castro 2002:150). Bajo este marco cuantitativo, el estudio se plantea explorar las manifestaciones identitarias de la migración en los imaginarios y conceptualizaciones culturales en Nicaragua a través de los discursos. En específico, interesan los siguientes aspectos: 1. Explorar las motivaciones diferenciadas (tales como metas, aspiraciones, expectativas y anhelos) entre personas con intenciones de migrar según se manifiestan en el imaginario social; 2. En particular, profundizar en la dimensión del imaginario sobre el país de destino como un espacio simbólico soñado. Considerando que este ideario – compartido en muchos aspectos, y diferenciado en otros – forma un componente importante del perfil cultural de los migrantes como referentes identitarios compartidos; 3. Identificar normas y valores que se relacionan con este espacio simbólico soñado, tanto materiales, como no-materiales, (superación, sacrificio, solidaridad, entre otros).

(3). “Elección para el crecimiento”, “gestión de migraciones”, “movilidad laboral”, “oportunidades globales” o “incentivos para migrantes ilegales” [trad. JK].

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Referentes teóricos y metodología El artículo se centra en el espacio simbólico social de los significados de un grupo cultural. Los referentes teóricos correspondientes en los cuales este componente descansa, son por ello la teoría de esquemas culturales entendidos como representaciones mentales colectivas (W.F. Brewer, 2000 y F. Sharifian, 2003) y una semántica pragmática, es decir, un entendimiento contextualizado de los significados (basado en J. Searle, J. Austin y L. Wittgenstein), proyectado como análisis de los rizomas de significados en su contexto de habla cotidiana. Los elementos de análisis normativo en cuanto al concepto de justicia social, por su parte, se basan en la teoría de responsabilidad de P.F. Strawson (1962) y un concepto de justicia global desarrollado por T. Pogge (2001; 2005). La metodología de este componente del estudio es de corte mayormente cualitativo. El método de recolección de información fue la entrevista en profundidad (4). La cual fue aplicada a siete informantes: “Marlon”, “Chu”, “María-Esther”, “Messdiener”, “Ninoska”, “Jenny” y “Haydee” (5), todos ellos y ellas provenientes de la zona pacífica de Nicaragua. Dentro de este grupo nos enfocamos en Marlon, Chu, María-Esther y Messdiener. Las entrevistas se realizaron en el mes de Septiembre del año 2008. Los informantes se eligieron previamente por referencia, usando la técnica de bola de nieve. La discusión de cada caso se basa en un análisis de las entrevistas mismas como también fuentes documentales de literatura especializada y en algunas referencias puntuales de los medios de comunicación.

(4). La guía de entrevista se encuentra en el Anexo. (5). Seudónimos

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Sueños Los siguientes acápites retratan los sueños de cuatro nicaragüenses de la región del pacífico, hombres, mujeres, de diferentes edades y provenientes de diferentes lugares y estratos sociales, pero con algo en común: decididos a salir del país. Son personas que además no han tenido experiencia de viajar a un país del así llamado primer mundo, o que lo han intentado en vano. Aprovecho este espacio para agradecer a los y las entrevistados/as de este capítulo por su confianza, franqueza y por compartir con nosotros algo tan íntimo como su “sueño”, entendido como proyecto de vida y de superación. Esperamos que los siguientes “fragmentos etnográficos” aporten al entendimiento de modos de vidas particulares que siempre se encuentran detrás de las tenazas macro-analíticas y 'conceptos plásticos' (Poerksen, 2000) que “regulan” los destinos de millones de humanos en búsqueda de su vivencia y sobrevivencia. Marlon – un sueño de película Marlon llega puntual a nuestra cita. Me está esperando en el patio de la Fundación Casa de los Tres Mundos, y me saluda con una gran sonrisa. Es un joven de 23 años, de estatura alta y bien vestido, de jeans, camisa manga larga y zapatos elegantes. Había venido a nuestra entrevista desde su comunidad natal, Malacatoya, ubicada a unos 30 kms al norte de Granada. Es un viaje largo, de una duración entre dos y tres horas en bus, dado el precario estado de la carretera, más aún en temporada de lluvia. Malacatoya es una comunidad rural, situada en la gran cuenca entre los dos lagos de Nicaragua, el Cocibolca y el Xolotlán. Popularmente, la zona es conocida por sus amplios cultivos de arroz y campos de melón, pero también por su abandono, altos índices de pobreza y su vulnerabilidad a las inundaciones anuales que amenazan a la cuenca durante la temporada de huracanes. Le agradezco a Marlon su disponibilidad para venir de tan lejos, pero él responde que era un gran placer participar en esta investigación. De naturaleza franca y positiva, Marlon comienza a hablar de su vida en la comunidad, su familia, las dificultades cotidianas de sobrevivencia, y sobre todo de su gran sueño: salir de su pueblo, salir del país, para hacerse un actor de cine: “Hacer películas o novelas. Cantar también, esa cosa también, cantar y bailar.” Desde temprana edad, cuenta Marlon, tenía la idea de salir de su pueblo, 124

pero nunca se le ofreció la oportunidad: “[…] desde niño me ha gustado, si es posible, tener las posibilidades de recorrer el mundo. Pero como no tengo las posibilidades, quisiera ir, legal, o ilegal, hasta alcanzar mi sueño.” ¿Cómo lo tiene planeado, como piensa hacer realidad esta visión? le pregunto. Su 'plan de salida' lo concibe en diferentes pasos. Primero pretende trabajar en su comunidad, juntos con unos amigos para ahorrar “lo del coyote” (6). Con metáforas vivas cuenta de las dificultades para los preparativos, en términos económicos y de coordinación: “Bueno, en esto momento, mis amigos, como que se me bajaron del caballo, cuando les dije ¡sí, nos vamos! – se montaron. Después se me bajaron. Yo les tenía ahí un dinero ahorrado, y después de eso, cuando […] mi amigo dijo que ya no se va a ir, entonces: toma tu dinero, y le doy su dinero. Me sacaron de mis casillas, y dije yo, no, mejor si ellos no se van a ir, voy a tratar de irme legal, consiguiendo la beca. Pero ahora se me volvió a montar al macho, y dice de que se va, y que se va, y que se va. Bueno, ahora están trabajando en el campo, y a ver cuánto nos cobra la coyota. Incluso hoy, si me da tiempo, voy a pasar buscando una muchacha que es coyota, y a ver qué cuánto nos cobra”. Al preguntarle a Marlon cuánto ya tenían ahorrado, responde: “Ahorrado, bueno, ahorrado ellos no tienen nada, porque empezaron esta semana a trabajar. Entonces yo les dije de que volviéramos de abrir el ahorro y de lo que es su pago, den a sus familiares, y el resto que me vayan dando para ir ahorrando.” Por persona, Marlon calcula que el coyote podría cobrar unos 1,000 dólares hasta México y 5,000 para EEUU. Los salarios típicos en Malacatoya de 3-4 US$ (7), dejan entrever tanto la dimensión de la ambición de semejante plan, igual que la magnitud de la presión y urgencia. Marlon dice que actualmente no tiene ingresos, y aunque no es económicamente responsable de ningún hijo, su trabajo es ayudar en el bar-restaurante de su madre, sin remuneración monetaria.

(6). Expresión coloquial para un traficante de personas indocumentadas. (7). Actualmente (2008), el pago por día en trabajos de jornalero está en 60-80 córdobas (según comunicación personal [oct. 2008] con Dieter Stadler de la Fundación Casa de los Tres Mundos, quien trabaja en esta zona).

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Si bien ambicioso, el plan también es de cierta forma sencillo y pragmático, es decir, refleja un propósito firme pero consciente de los obstáculos que se puedan presentar en el camino. Marlon enfatiza que no se darían por vencido y que irían, él y los amigos, paso por paso, en caso que no recogen el dinero necesario de una vez: “[…] tenemos pensado irnos para Guatemala, trabajar un tiempo allí, después cruzarnos a México […]. Pero realmente no sé cuánto vale irse mojado hasta México.” Y a la pregunta si tiene pensado seguir hacia EEUU, responde afirmativo, que “si no llego, si no llego mi meta ahí, no la cumplo, seguiría más adelante, no me daría por vencido.” La idea de “no darse por vencido” es una figura que se menciona en repetidas ocasiones y parece ser expresión de una esperanza y seguridad interna, frente a toda dificultad: “un día de estos, sé que me voy a ir, y ya le dije a mi mamá, que yo me voy a ir algún día”, y en vista a los diversos riesgos dice: “tantas cosas que pasan… pero bueno, ¡la cosa es armarse de valor! […] Usted sabe que... no es tan fácil […] Pero si [uno] tiene sus sueños ¡tiene que luchar por sus sueños! No debe dejarse por cualquier obstáculo que se le ponga, que no vuelva a ver a tras, siempre adelante”. Otro componente clave en la lógica de las consideraciones expuestas es Dios. Dice: “La verdad, yo nunca me he ido mojado a un país. Si me voy, sería primera vez. Pero bueno, espero que Dios me ayude y que todo me salga bien.” Más tarde en la entrevista, Marlon expresa su confianza en Dios de modo explícito, dando constancia de una visión más fatalista – Dios concebido como la última instancia de guía y decisión, un destino divino al que uno debe de subordinar los propósitos personales: “[…] un pone y Dios dispone. Uno dice 'hago esto', y tal vez Dios dice que ¡no! y te regresa al siguiente día.” Esta concepción providencialista se concretiza en un episodio que Marlon relata de su primer intento de viajar rumbo al norte, cuando llegó hasta Guatemala. Al encontrar un trabajo, cuenta de una conversación con su entonces patrón: “Mire, le digo yo, gracias por el trabajo, pero ya no voy a estar trabajando con usted, porque Dios me ayudó y tengo otro trabajo, donde ganaba 1,600 quincenal […]. Yo no me di por vencido. Yo siempre le seguí pidiendo a Dios encontrar otro trabajo. Me voy, y no llego temprano al trabajo, me voy y busco trabajo donde hacen serigrafía, los dibujos de las camisas. Sale la coreana a escoger a los trabadores, me eligen a mí, gracias Señor, dije yo, lo primero que dije…”. Y resumiendo su profunda confianza en Dios y su relación de comunicación íntima y de 'trueque' personal con él, dice: “la verdad, que yo me encomendé a Dios, y le dije que no 126

quería estar en ese lugar, y Dios me sacó de ese lugar y en Guatemala Dios mucho me ayudó. Y yo, lo que le pedía a Dios, me cumplía. Dos, un día, no más, ya, tenía las cosas que yo quería.” En cuanto al país de destino como espacio soñado, resulta interesante que en su plan de viaje hacia el norte, Marlon realmente no percibe a EEUU como su país de destino final, sino a México. “Quiero ir a México”, dice en un momento de nuestra conversación, “eso es mi sueño de ir y estar allí.” ¿Por qué México? Para Marlon, este país representa el país de destino preferido por varias razones. Por un lado por la tradición mexicana en formar actores: “México es uno de los países donde existen más escuelas de actuación, donde han nacido muchos artistas. Estados Unidos también, pero Estados Unidos es más crítico emigrar, y cosas de migración”. De hecho, Marlon percibe a México como el lugar donde se hacen las estrellas del Cine Latinoamericano: “creo que aquí en América es lo que esté en primer lugar en los artistas.” Basado en lo que “le contaron”, Marlon reconstruye México en una luz colorida y positiva, como un país de libertades y oportunidades: “Y le dijo si podía estudiar allá, le dijo que sí, que allá no importa ni raza ni color ni de dónde eres, y ni de dónde viene, puede estudiar […] Y trabajo, dice que se encuentra”. Por ello, una vez llegado a México, Marlon dice pretender buscarse trabajo, para mientras ir informándose, hacer los contactos necesarios para finalmente estudiar actuación. En este contexto se puede preguntar qué tan confiable es la información previa que tiene Marlon del país de destino, y qué tan preparado está en vista a los riesgos de su viaje. A mi pregunta si (y cómo) se ha informado previamente, si sólo por medio del amigo mencionado, o también por otros medios, tales como periódicos, o el internet, responde que no, y agrega: “pero estando allá, me informaría rápido”. Tampoco la universidad o escuela de actuación y plan de estudios los tiene previamente identificados, ni el tiempo que pretende quedarse: “Ah, sí, más que unos meses, más que un año, tal vez más que dos años, hasta donde llegue…” En nuestro perfil de los momentos que motivan la migración de Marlon, no se ha prestado debida atención a la situación económica, la cual – aparte del sueño de ser actor propiamente – Marlon menciona también explícitamente como un momento importante: “la situación económica, los precios de la comida, cosas que necesiten. Están los precios alterados, no hay trabajo, y si encuentren un trabajo, le pagan poco”. Esta argumentación es convincente en vista del alza de los precios del consumo en los últimos 127

años en Nicaragua (véase nota al pie 11) y además considerando el problema del desempleo en la zona de Malacatoya en particular, donde en ocasiones de mala cosecha se reportan tasas de desempleo temporal por encima del 50% de la población económicamente activa (Cf. Kranz, 2006:25). Por último, es también la situación familiar que parece haber influido de forma decisiva en la motivación de Marlon de migrar: “La primera vez que me fui del país, fue porque tuve muchos problemas, y regresé porque creí que las cosas iban a estar bien, pero se pusieron peores. Trabajé, ahorré un poco de dinero, que ahora ese dinero lo tengo ahorrado para volver a irme. Y unas veces me motiva para no seguir con más problemas, no quiero estar aquí”. En particular, fue un incidente con su padrastro. La narración de Marlon es viva, veamos el acápite en su contexto: “Mi mamá, hace poco se casó, y yo nunca había tenido padrastro, y se portó muy mal conmigo. Primero, o sea, yo nunca me metí con él, ni nada, yo, él por su lado y yo por mi lado. Pero una vez de que yo estaba jugando naipes, o sea, la solitaria que le llaman, y se acercó él y me dijo, mira, me dice, vamos a platicar. De a partir de hoy vas a hacer las cosas a como yo diga. Yo solamente estaba... 'si, dale, ¿qué más?' – 'y si vas a salir a la calle, te voy a tener que poner tu horario de salida y tu entrada.' – 'Bueno', le digo '¿ya terminaste de hablar?' – 'Sí', me dice. 'Pues ahora me va a tocar a mí' (le alcé la voz). 'Mira', le digo, 'en primer lugar, esta es mí casa. En segundo lugar, soy mayor de edad. En tercer lugar, vos no puedes elegir lo que yo quiera hacer con mi vida. Y en cuarto lugar, aquí vos debes depender de lo que yo diga, porque esta es mi casa, y aquí vos no tenés nada que hacer. Estás casado con mi mamá, y ni siquiera trabajás, no me mantenés la boca, no me das nada', le digo. 'Y así no me tenés que sacar la comida en la cara' ”. La situación se agrava cuando entra la madre de Marlon, y el conflicto familiar está a punto de escalar en violencia física: “Se me alteró, me quería golpear, y entonces, mi mamá se metió, estaba dormida y dice mi mamá, ¿qué es lo que está pasando, qué pasa? Dice. No mamá, le digo, no pasa aquí nada, le digo, […] y [el padrastro] se me tiró encima, pero vine yo y agarré una bicicleta y se la puse así, entre medio”. Es en este momento de los insultos cuando aparece un concepto significativo que deja entrever la autopercepción de Marlon: “[el padrastro] me dijo: (con perdón suyo, las palabras que le voy a decir, porque son vulgares), me dijo ¡Sos un mierda para mí! Ah, sí, le 128

digo, yo soy mierda, sí, me considero mierda. Pero vos sos una mierda que ya está podrida, está vieja. En cambio yo soy mierda joven, que si yo me propongo algo, lo puedo cumplir, le digo yo, y mientras vos si tenés una meta, ya como tenés edad más avanzada, ahí podes quedar”. El incidente parece haber sido también muy doloroso y determinante en el momento para Marlon en su decisión de irse. Destaca el hecho que su madre tomó partido del padrastro, y concluye: “Bueno, de ahí fue donde empezamos la iniciativa de que nos íbamos a ir. Íbamos a ir, íbamos a ir, y yo le dije, vámonos, vámonos, vámonos, yo no quiero estar aquí; y realmente yo no quiero estar aquí.” Es en el contexto familiar también que Marlon dice: “…no sé a veces ni qué hacer,” expresión que con palabras sencillas da constancia de la presión psicológica implícita en esta decisión y da prueba, por ende, que una decisión de migrar en este caso no puede concebirse en el sentido de “elección” (choice) u “oportunidad”, sino una salida de emergencia frente a la falta de alternativas percibidas: “cumplir mi sueño que tengo en mi vida, y para darle a probar que no soy... lo que ellos me dijeron.” Dentro del panorama de las motivaciones de salir del país destacan, según podemos resumir, los siguientes factores: la presión económica, serios problemas familiares y una visión enérgica de superación personal (el sueño de ser actor de película), entretejidos y determinados por una actitud optimista, de espontaneidad, esperanza, inexperiencia, y una confianza incondicional en Dios. Al terminar nuestra entrevista, pregunto a Marlon ¿Qué le da esa energía de seguir adelante? al que responde: “Me da porque desde chiquito he soñado con eso, y me he puesto esa meta que sí me lo puedo lograr. Es algo que... que esa energía me llena, y solo me meto a la cabeza positiva… que va a pasar, que me va a ir bien. Uno no hay que ser negativo porque si es negativo, todo le sale mal. […] llegar a la televisión, como actor, y cuando yo allá logro mi sueño, ayudar a la gente de mi pueblo, no sé, abrir algún negocio, que genere trabajo. Eso es mi sueño”. Chu o la pesadilla de Kafka “Chu”, de 26 años es soltero, sin hijos, vive con su madre y no tiene responsabilidades económicas directas para ningún familiar. Hasta hace poco, daba clases de inglés, pero actualmente está desempleado, buscando cómo estudiar computación o administración de empresas. Su padre vive en EEUU, con dos de los hermanos de Chu. Hace unos años, 129

cuenta Chu, su padre se enfermó seriamente. Al despertarse del coma (“se escapó de morir”, dice Chu), “él empezó de meter papeles, de mis hermanos y míos, para llevarme, pero mis hermanos, cuando él nos metió, eran menores de edad, y supuestamente la ley, como eran menores de edad, se los llevó más rápido.” Se los llevó, y Chu se quedó en Nicaragua. Desde hace cuatro años hasta hoy, la solicitud de Chu por el estado de residencia en EEUU está “en trámite”, y Chu no sabe cuando irán a salir. “El proceso es de como de seis años.” – “¿Papeles seis años en tramitación?” le pregunté incrédulo – “Sí, de cómo 6 años”. Es una estimación basada en una serie de informaciones y experiencias que ha acumulado durante los últimos años. Al inicio, partió de una duración de un año, ya que cuando sus hermanos menores tramitaron su residencia, eso fue la duración aproximada del proceso, mientras que en el caso de Chu (en este momento era ya mayor de edad), “los papeles iban a dilatar un proceso de cuatro años”. Desde entonces comenzó un período de inquietud y esperanza. Describe la impaciencia, el nerviosismo y desasosiego de esa etapa: “Esperando a ese viaje, no estudié, y perdí mucho tiempo de mi vida. […] Tenía como una idea fija y no permitía que entrara en mi cabeza otros pensamientos, como estudiar. Tenía la obsesión de irme, irme, irme, y mi papá nunca me habló claro de que mis papeles iban a estar ahí por mucho tiempo, y entonces yo estaba con eso siempre, cada año me decía, este año te venís, este año te venís, este año te venís. Y yo estaba con eso siempre y perdí esos años.” En su incertidumbre, Chu llama con frecuencia a su padre: “cada mes, cada 20 días yo llamaba a mi papá y le preguntaba de que qué pasó con mis papeles, qué paso con mis papeles, cuándo mis papeles, y no quería hacer nada más que esperar que vinieran los papeles para irme, pelear con él a cada rato, y siempre estábamos en conflicto y esperando.” Me parece significativo en este sentido que Chu recuerda la fecha precisa del cumplimiento de su solicitud en la embajada: “El 12 de julio de este año [2008] cumplieron los cuatro años, pero no me mandaron ningún tipo de papel… nada. Esperé un mes, fui a la embajada y la persona que me atendió me dijo que mis papeles todavía estaban en trámite, y que el proceso todavía iba a durar de uno a dos años más”. Sin más explicación por el nuevo plazo, se le “recomendó” a Chu que éste se “reportara” cada mes, “porque ellos me iban a pedir, tal vez, documentos como cédula, partida de nacimiento, algo legal de la policía, si no me he metido en ningún tipo de problema.” 130

Tratando de dar coherencia a la información recibida por parte de la Embajada de los EEUU, Chu razona [énfasis según el tono de voz]: “ha pasado mucho tiempo y todavía sé que falta más todavía y no sé si dentro de dos años cuando llegue a ir a la embajada me vuelvan a decir que todavía falta un poco más… Y es lo más posible: por que cuando yo llamé, hace tres años, me habían dicho, son cuatro años, pasaron cuatro años, y ahora me dicen que son de seis a siete […]. Tal vez cuando vuelva a ir dentro de dos años más me van a decir, es de siete a ocho, [ríe] y al fin y al cabo al fin tal vez ni me la van a dar.” Con este panorama de experiencias se reúnen los componentes claves que constituyen aquella condición existencial, neurótica, absurda y surrealista en que generalmente se encuentran las figuras de Franz Kafka. En la parábola Ante la Ley, parte de la novela El Proceso escrita en 1925, un individuo “se acerca a la ley”, en las palabras de Kafka, y pide entrada. El guardián en la puerta de la ley responde que “tal vez, pero no ahora”. Allí espera el individuo “días y años”, y así infinitas veces pregunta al guardián en vano si pudiera pasar, hasta que el solicitante llega a edad de anciano, momento cuando el vigilante dice, ya hubieras entrado, y cierra la puerta. En el caso de Chu, obviamente, es un acercamiento real ante la Embajada de EEUU en Managua y la solicitud de entrada es literal, en un país. Pero igual que en Kafka, es un individuo confrontado con un sistema judicial, según la perspectiva de Chu, anónimo, enigmático, incoherente, ineficiente y absurdo. Es anónimo: durante cuatro años Chu obtiene las respuestas sólo por medio de llamadas telefónicas que él hace a un número de larga distancia para escuchar a una cinta (“la información no me ponen, ni siquiera una operadora simple y sencillamente… me dan un número gratuito al que yo llamo a Estados Unidos, donde me sale una grabación y la grabación empieza por ejemplo: 'México de 1999 a 2002, 2003, etc', que eso supuestamente, esos son los años que se están llevando a cabo, pues, que se están tramitando; y va México…Guatemala…y estar esperando, hasta que llega Nicaragua, y Nicaragua diga tal y tal año, tal y tal año”). Igual que las “entrevistas” en la embajada propiamente, estas también se realizan, según Chu, mecánica e impersonalmente, con una persona en la ventanilla, reduciéndose a una respuesta lacónica, de sí o no. Además de ser anónimo, es un sistema turbio e incomprensible para Chu ya que éste no brinda razones coherentes, y por lo tanto no se sabe cuánto tiempo durará el proceso. Parece, además, un sistema absurdo según la percepción de Chu:

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“papeles en trámite seis años…” y como tal, adquirie las características de un oráculo, produciendo respuestas incoherentes pero fundamentales para el destino de uno, dejando al que lo recibe la tarea de proporcionarle sentido. No obstante, en todo este tiempo de inseguridad y espera, Chu dice haber cambiado. Cuando le pregunté si siempre está obsesionado por irse, responde, en risa: “Ya estoy más relajado, ya no es lo mismo de antes.” – ¿Y qué piensa hacer ahora, va a esperar más, para ver si un día recibe la llamada de la embajada?, y él responde (con cierta ironía): “Esperar…tal vez algún día [ríe], no sé cuando, no sé cuándo. […] y agrega: “Ahora como que estoy un poco más fresco de la cabeza pienso un poco mejor y sé que he perdido el tiempo, obsesionado con algo, y ahora pues, pienso que quiero estudiar y quiero conseguir un trabajo para así yo poder pagarme mis estudios.” Messdiener – un sueño de sacrificio (8) La entrevista con Messdiener la realizamos sentados bajo la sombra del portal de la Iglesia del Convento San Francisco en Granada. Son las once de la mañana y hay poca gente en la plaza. De vez en cuando pasa un carro o una motito; el cielo es azul y en el fondo se oyen los chocoyos en el patio del Convento. Mi compañera Tania Barillas comienza con la introducción usual, yo voy a la pulpería en la esquina a comprar galletas y refrescos. Messdiener cuenta que trabaja desde hace seis años como sacristán y guía turístico en el santuario del Convento, una de las iglesias católicas más antiguas de Granada. Explica que le gusta bastante su trabajo por las experiencias que éste conlleva: “No soy nuevo, ya tengo tiempo. […] Gracias a mi trabajo, he ido superándome, no solamente intelectual, sino que también psicológicamente, espiritualmente”. Uno de los aprendizajes más importantes de ser sacristán y guía, dice, es la habilidad de relacionarse “con cualquier tipo de persona”. Y de esta forma ha venido creando una red de amistades: “He conocido personas de todo el mundo, ¿no?, de los cinco continentes que existen, y tengo direcciones: de todos... de la mayoría de los cinco continentes sí, tengo direcciones de personas, que sé de que en dicho momento si voy a uno de esos países, los puedo contactar, y sé de que me pueden brindar la mano”. Subrayando la idea, puntualiza: “en EEUU, en cualquier estado de los 52 estados, conozco personas, y me han dicho que me brindan la mano si en algún momento llego a estar allá. […] Y si hay personas de los que no (8). “Messdiener”, alemán para “sacristán” es el pseudónimo que el entrevistado propone utilizar.

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tengo el contacto, simplemente me identifico, diciendo quien soy, como los conocí y sé de que se van a acordar de mí.” La disposición comunicativa y el interés en conocer otros países coinciden con un interés en las lenguas. A modo de prueba, nos habla un poco en inglés y después en alemán sobre la iglesia del Convento, y resume en español: “[…] siempre he soñado con salir fuera del país, viajar, visitar otros lugares, conocer a otro tipo de personas, ¿no?, las culturas, las razas, cuál es la comunicación que se pueda ver entre las personas.” Aparte de ser un aprendizaje inspirador, Messdiener percibe su trabajo también como una responsabilidad. Cuenta que en su familia viven juntos, su madre, dos abuelos (ambos mayores de 70 años), una tía, una hermana y él. Messdiener se siente responsable por su familia y la sostiene económicamente, juntos con su madre. En sus palabras, él y su madre “somos […] los dos pilares fundamentales que hay en nuestro hogar […]. Nosotros somos una familia pobre, pero honesta y que siempre hemos, han tratado, verdad, de salir adelante, teniendo una mentalidad positiva y luchar contra los obstáculos que se le ponen a uno en la vida, ¿no?, yo desde pequeño he trabajado con mi mamá, ayudándole en su negocio; Antes ella era comerciante que viajaba a San Carlos, yo viajaba con ella, y le ayudaba con las cosas, con las cargas”. Otra motivación de salir del país es, por consiguiente, la situación económica en que viven su familia y una gran parte de los nicaragüenses: “[…] muchas veces se llega vivir en la miseria absoluta, ya que Nicaragua es un país en donde el salario está por debajo del mínimo y al mismo tiempo la canasta básica está muy elevada y está totalmente fuera del alcance de la mayoría de los nicaragüenses”. Para ejemplificar esta idea, habla de las expresiones cotidianas de la pobreza y la presión de sostener a una familia: “se encuentran como desesperados, bajo una presión psicológica al ver de que no tienen dinero tal vez para llevar el sustento a sus hijos, para alimentarse a sí mismo, verdad […] el vestuario, el calzado, cosas que son, que vamos a decir que son básicas, no, ¿verdad? Son pocos los nicaragüenses que verdaderamente se pueden dar el lujo de ir, por lo menos un sábado o un domingo y comerse un cono”. En particular y vinculado a su situación personal, Messdiener destaca la falta de empleo (para abogados en particular, él, aparte de su trabajo en la iglesia, estudia derecho en quinto año). Acusa también a “la política”, y relaciona la pobreza del país directamente con la clase política y la corrupción.

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A partir de los dos factores esbozados, el interés en conocer el mundo y la pobreza y responsabilidad frente a su familia, Messdiener sujeta la idea de salir del país con un sueño personal de superación. Habla de la necesidad de arriesgarse, tener una “mentalidad positiva” y de lucha: “debíamos de partir de un punto de que debemos de arriesgarnos, el arriesgo es ganar o perder. Y sólo la persona que se arriesga, tiene probabilidades de ganar.” Estando en el extranjero, dice estar dispuesto a trabajar en “lo que sea”, agregando rápido “… ¡que sea honesto!”. Menciona en este contexto su ventaja con los idiomas, inglés y alemán que maneja, y describe su deseo de superarse con imágenes vívidas: “uno, para llegar a la cima tiene que empezar como negro, asoleándose, verdad, como un esclavo, para poder llegar a ocupar una buena silla en una oficina, o alguna buena posición” [cursivas agregadas]. La lógica aquí, sin embargo, no es la carrera como meta intrínseca, sino meramente como el camino: “¿Y eso sería, digamos, tu sueño – después de un tiempo difícil, alcanzar un puesto de oficina, 'una buena silla', como dijiste?”, le pregunto a Messdiener – “No, no…” – “¿Qué sería tu sueño, si logras todo? – “Mi sueño”, responde, “no es directamente alcanzar un buen puesto, o una buena silla para dar órdenes, ¿verdad? – Simplemente mi sueño es salir del país para ayudar a salir de la pobreza en que vive mi familia; específicamente, mi mamá.” Explica que para él, esto significa también dar algo de regreso a su mamá, algo que había recibido de ella: “Mi mamá ha sido una persona que ha sido muy luchadora en la vida, ¿no?; no tiene a nadie que la pueda apoyar, más que yo; es una persona de que ha tratado de dar todo por nosotros, sus dos hijos, y sé de que la única manera que nosotros pudiéramos salir adelante es estando en otro país.” El grado de compromiso se puede medir también en la determinación de Messdiener de quedarse hasta toda su vida trabajando en el extranjero: “si sea necesario, toda la vida: lo necesario… lo necesario […] si es necesario quedarme toda la vida y no volver, lo haría, es un hecho”. Cuando le pregunto si quiere formar su propia familia, dice que sí, sin embargo – y esto me parece importante – con una explicación dentro del mismo razonamiento:

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para que alguien le cuide cuando él esté viejo: “porque uno debe de pensar también en su vejez […] La vida es una cadena, verdad, de que unos nacemos, y otros, verdad, van... muriendo, o van... desapareciendo, vamos a decir, del mapa, como decimos en buen nicaragüense, ¿no? Entonces, uno, verdad, no solamente necesita del dinero [sino también que] logre tener una compañía, alguien que vele por mí en mi vejez” (9). Profundizando en sus expectativas que tiene de EEUU como el país de destino, Messdiener explica que prefiere EEUU a Europa por ser un viaje más barato, aunque es “bastante difícil” entrar, o conseguir visa. La Unión Europea (UE), en cambio, razona, es más caro el viaje, pero más fácil entrar. Con respecto a EEUU, país al que prefiere viajar, esboza entonces una imagen ambigua, y muy poco idealizada: “Las personas creen que llegar a EEUU es llegar con una pala y un saco, para recoger, verdad, los dólares e ir solamente metiéndolo en el saco.” En contraste a este imaginario, mantiene que para conseguir una mejoría económica, “se necesitaban muchos años de empeño”. A la vez, sin embargo, percibe a EEUU como un país de oportunidades y, comparado con la vida en Nicaragua, de prosperidad económica relativa: “[…] un pobre de EEUU vive como un rico aquí en Nicaragua. ¿En qué sentido? de que allá cualquier persona puede tener un auto siempre y cuando trabaje, porque hay más oportunidades de obtener cosas materiales, ganan en dólares […]”. Acerca del concepto del sueño americano, Messdiener tiene una visión desencantada y hasta irónica: “El 'sueño americano' es el que muchas personas creen de que llegar a EEUU es alcanzar la máxima meta de la vida […] Pero es una mentira,” y sospecha que es un imaginario también creado por medio de los nicaragüenses de regreso (o de visita) en Nicaragua: “Hay personas de que cuando vienen de EEUU, pueden venir presumiendo, con un auto, con una cámara, o con cualquier cosa, sacando dólares de la bolsa, y hablando cosas que tal vez no son. Porque ya uno estando allá, esas personas son como un pobre […] porque allá, la vida es dura”.

(9). Independiente de ser en EEUU o en Nicaragua, en cuanto a sus aspiraciones personales, los estudios y una carrera profesional en Nicaragua, Messdiener dice: “mi idea es no solamente coronar una carrera en derecho, simplemente tratar de... de ser mejor cada día, ¿no?, de dar lo mejor de mí.”

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Resulta interesante la forma en que Messdiener reconstruye diferentes variantes del “sueño americano”, como un concepto más humilde y pluralizado: los pequeños sueños americanos. “Tal vez no la mayoría llegan a concretizar todos sus sueños. Porque... [titubeante] si hablamos de sueños, todos soñamos y siempre. Entonces, todos los días tenemos una meta que decidimos lograr, ¿verdad? Pero yo creo que parte de esos sueños americanos, sí se cumplen, porque... estando allá, después de tanto trabajo, cuando una persona es bastante justa, y se analiza a sí mismo, y mira cuanto le ha dado de recompensa Dios, creo que va a decir que sí, verdaderamente he logrado, llegado a muchos de los sueños americanos que yo tenía […]”. Al terminar la entrevista, Messdiener expresa estar contento con la conversación y los temas tocados, pero recuerda nuestro compromiso que se maneje la información con toda anonimidad: “Toda la entrevista, todas las preguntas que hicieron, creo que está bien […] Sobre todo, con lo primero que dicen, de que es una cosa… de que es bastante confidencial.” Concluye, hablando lento en alemán, nuevamente y con un acento grueso que suena más ruso que latino… Ich bin Messdiner in dieser Kirche, ach! – Soy sacristán en esta iglesia, ¡guay! María Esther – un sueño centroamericano Doña María-Esther vive en un barrio periférico de la ciudad de Granada. Es madre soltera, tiene 47 años, dos hijas, y actualmente no cuenta con un empleo fijo, sino que obtiene sus ingresos mediante la renta de un cuarto de su casa a estudiantes, y realiza diferentes trabajos ocasionales. En un tiempo trabajó como cocinera para el Embajador de Dinamarca en la capital Managua, después se dedicó a preparar los desayunos en un restaurante del centro histórico de la ciudad, pero desde hace meses se encuentra sin empleo fijo, realizando trabajos a pequeña escala e iniciativa propia: la venta de diferentes productos, artículos de belleza o joyería laminada. Cuenta que antes todo era mejor. Recuerda el tiempo del gobierno de los Somoza como una era de abundancia económica, un tiempo cuando las necesidades mínimas eran satisfechas, y hasta incluyendo algunos aspectos en materia social: “El gobierno anterior que es tan famoso, que es el gobierno Somocista, pues, nosotros éramos nueve hermanos, y gracias a Dios pues todos estudiamos, y no miré una gran dificultad en la familia yo. Entonces no perecíamos por ejemplo el arroz, los frijoles… era abundante y 136

barato porque yo recuerdo, como le digo, que tantos hermanos… y sólo mi papa trabajaba, y trabajaba en el campo […] el era trabajador del campo y sin embargo yo no recuerdo que un día faltó el alimento en la casa. […] lo importante era […] que hubo posibilidad de estudiar.” Desde la década de los noventa sin embargo, María-Esther percibe un declive constante en el bienestar común nicaragüense y lo relaciona con la clase política y la gestión de los gobiernos consiguientes a la dictadura somocista (10): “…este gobierno; después vino el otro, y cada uno de los gobiernos se les va señalando que roban millones de millones. Quien es el que sufre las consecuencia somos nosotros los pobres. Entonces yo pienso que han sido los gobernantes que han puesto a Nicaragua en las condiciones que está.” Durante los años noventa, María-Esther recuerda todavía haber estado significativamente mejor. Cuenta cómo viajaba por Centroamérica, iba a Panamá y Guatemala para comprar ropa, y tenía diferentes negocios, una pulpería y una pequeña venta de ropa en casa. Pero por falta de crédito, los altos costos en general y de viajar en particular, y la introducción de industrias maquileras en Nicaragua, el negocio con ropa ya no le parece rentable: “Por decir algo, tal vez unos 10 años atrás la situación era diferente […] tenía la oportunidad de viajar y la demanda era mejor, pienso que la moneda era más sólida y las personas, o sea, se mantenían los precios estables, entonces uno ya podía hacer sus planes tanto para el consumo de la casa, para el vestuario, y podía hacer números uno con seguridad porque era estable la situación, pero hoy en día, ¡qué va! y tenemos un precio, mañana no sabemos a qué precio vamos a comprar, por ejemplo el arroz, los frijoles, la leche que todo eso ha subido de precio. […] Cada día por eso sentimos que es más difícil (11).

(10). Es significativo en este sentido que al referirse al régimen de los Somoza en los diferentes momentos de la entrevista, María-Esther no usa el término dominante “dictadura” sino “gobierno”. (11). Efectivamente, el costo de vida en Nicaragua ha subido en los últimos años considerablemente, como puede verse en el alce del costo de la canasta básica entre 1,852 Córdobas (2000) y 7,217 C$ (2007) [según INIDE (2002b) e INDE (2007)], mientras que el promedio de ingresos mensuales, según BCN (2008:10) no han subido en la misma medida: 1,931 C$ (año 2000) y 2,599 C$ (año 2007.)Para visualizar esta relación, véase también gráfico 5 en el anexo.

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Es ante esta situación de precariedad e inestabilidad que nació su decisión de salir del país: “Económicamente ya no podemos con la situación, entonces tenemos que buscar como emigrar y como siempre uno escucha de otras personas que fueron a EEUU, ya trabajan por sí sólo, o sostienen los estudios de los hijos aquí, los preparan… y muchas ventajas pues, que se dicen.” En las consideraciones siguientes de Doña María-Esther destacan tres momentos: la necesidad de sobrevivencia ya mencionada, la esperanza por una vida mejor, y el desasosiego frente a los altos riesgos que la migración conlleva. Entre los riesgos está primero el riesgo propio de solicitar la visa en la Embajada de EEUU en Managua, que para muchos nicaragüenses significa una inversión mayor y arriesgada, tomando en cuenta que en Nicaragua, una parte de las solicitudes de visas de turista a EEUU es negada en primera instancia. Hace cinco años, Doña María-Esther solicitó por primera vez una visa para entrar a EEUU, cuando la solicitud de entrevista tenía un costo de US$ 100, monto no-reembolsado, incluso si la solicitud fuera negada. Contando sobre su primera experiencia en la Embajada de EEUU en Managua, MaríaEsther sugiere, ante todo, un cambio del término “entrevista”, ya que dice que no está bien puesta la palabra. Cuenta cómo se desarrolló un intercambio de pocas palabras en la ventanilla, que el oficial no quiso ver los papeles de respaldo que ella había llevado – documentos acerca de su estado de cuenta bancaria y título de propiedad de su casa – y que tampoco escuchó sus explicaciones, sólo preguntó: “¿y a qué va? y ¿quién le invitó?” – “Pues, un familiar, un primo” responde María-Esther. “Entonces solamente eso, ra-ra, me sacó el papelito. No dilaté. […] Y cuando ya pasé, solamente eso me dijeron, que no, y perdí los 100 dólares.” El segundo problema que María-Esther menciona es el de arriesgar el préstamo que según ella en muchos casos se realiza para pagar el coyote (ella estima el costo actual en US$ 7,000.- Cf. también las estimaciones de Marlon en el acápite arriba): “Si uno se va mojado, asume una deuda; esa deuda porque, por ejemplo, a uno le cobran siete mil dólares, eso ya uno va endeudado entonces”. Relacionado con lo anterior está el riesgo de perder “su casa”, como respaldo del préstamo en el banco: “Si lo agarran en la frontera […] como emigrante, uno pierde el dinero y ya no lo recupera y queda sin casa, ve entonces eso es uno de las… tiene que pensarlas bien cuando va a tomar esa decisión”. Por esto, concluye María-Esther, que ella 138

a veces intenta no pensar en estos riesgos para no perder el valor: “[…] entonces por eso es que no estoy pensándola siempre, tratando tal vez de dominar el miedo, y viajar.” Al lado de las consideraciones cautelosas, existen también razonamientos alentadores que motivan a María-Esther en su decisión de salir del país. Por un lado, tiene referencias positivas de dos de sus hermanos que emigraron exitosamente. Uno de ellos regresó y empezó un negocio, pequeño dice, pero exitoso; el otro “hizo vida” en EEUU y se quedó: “El mayor de mis hermanos que esta allá […] ya tiene 20 años que vive allá. Despuesito de la guerra y enseguida se fue mi otro hermano y eso como que me da un poco de valor para tomar la decisión”, y aunque dice que “pasaron hambre, que sé yo...” pero en total, “a ellos no les pasó nada”. Sobre el otro hermano cuenta: “[él] estuvo cuatro años allá, hoy tiene su negocio, regresó, tiene su negocio, pero fue a trabajar bien duro en la construcción, tiene su propio negocio. – Ve, y eso como que me anima a mí como para tomar la decisión de irme también.” Por otro lado y aparte de las referencias positivas dentro de la familia, María-Esther tiene experiencias alentadoras contadas por amigas de ella que han emigrado; ahora ganan un “salario decente” y están legales en EEUU: “tengo otras amigas también que se han ido y trabajan así de camareras en los hoteles, y esas ganan hasta digamos más de mil dólares en el mes y ve, siempre […] respetan el horario o sea no es que trabajan como por ejemplo aquí que es un 'contrato' de trabajo pero no hay hora, no hay hora de salida. Por eso es, pues, me entusiasma, porque… y ay, son personas que se han ido y se han ido ilegal también.” Para profundizar en los momentos motivacionales característicos que vimos hasta ahora (la precariedad económica, las experiencias positivas de otros, y el desasosiego frente a los riesgos), hace falta incluir un referente importante: las metas a largo plazo, las visiones y sueños. Cuando en la entrevista llegamos al bloque de estas preguntas, que se refieren explícitamente a los proyectos de vida, los sueños personales y colectivos, siento sin embargo, que de alguna forma el espíritu de las preguntas era inadecuado: ¿Estando allá una vez, Ud. con qué sueña?, ¿El primer día, (o digamos, el primer fin de semana libre), que haría?, Existe este término, el sueño americano, ¿Qué es para Ud. el sueño americano?, ¿Usted cree que las personas que llegan a EEUU logran el sueño americano?, y ¿Ud. cree de una u otra forma EEUU o Europa es algo como la “tierra prometida”?

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No sé si el lector comparte mi duda, pero ahora en el momento de análisis, creo que el espíritu de las preguntas es dudoso, o peor, “torcido”, en el sentido que las preguntas ya por sí tienden a reflejar un discurso que se nutre de un imaginario incongruente (individualista o “protestante” en el sentido de Max Weber, 1934). Mientras que las preguntas alrededor del “sueño americano” puedan evocar asociaciones de individualismo, ambición, racionalización y un espíritu entrepreneur-aventurero, las respuestas en esta entrevista reflejan un ideario en gran parte diferente e incompatible con este espíritu. En primer lugar, las expectativas de María-Esther no son para nada pretenciosas. La ambición se dirige principalmente a tener un trabajo digno, que, si bien no excluye la idea de un ascenso laboral, tampoco implica aspiraciones de 'hacer carrera': “Bueno, mi pensado era trabajar así de doméstica en casa, ve, pero con la experiencia que he adquirido hoy, pues, me siento capaz para trabajar en un restaurante o un hotel allá.” Segundo, María-Esther no idealiza las condiciones de trabajo en EEUU: Cuenta que su hermano “trabaja más duro allá […] no comía por que llegaba tan cansado, había todo, era un pequeño apartamento muy lindo con todas sus condiciones, pero no había tiempo de comer, no había ánimo para cocinar, desanimado, cansado que él no comía porque ya no tenía ánimo para hacer la comida”. Es en este sentido que el concepto de emigrar a EEUU no representa una meta en sí, sino un medio, una etapa intermedia y difícil que uno tiene que aguantar: “Es bastante difícil pero como uno lleva digamos ya una decisión, voy a trabajar duro pero sé que voy a ganar bien. Ya sicológicamente como que uno va preparado”. Relacionado con el valor de la perseverancia y el “aguante”, María-Esther cuenta una anécdota sobre su hermano, que refleja la importancia de tener valor, lo que considera una virtud esencial para lograr su sueño: “lo que a mí me conmueve verdad, el valor que tuvo él […]. Él aquí nunca había trabajado en construcción, allá dijo que sí sabía construcción, sabía construcción y lo encuentra a un señor y lo lleva a trabajar, dice, y levanta una pared y dice que el hombre solamente le pegó una patada, y la pared se vino abajo [ríe]. Se vino abajo la pared, y dicen que él casi llora de pena, y claro, pienso yo que el hombre estaba seguro que él no había hecho nada bueno y que no sabía, pero sin embargo él dijo que sí podía, y le dejaron a cargo esa obra a él, y el hombre, cuando regresó, el maestro, dice que sólo le pegó una patada y cayó la pared. Pero después el 140

hombre le dijo, dice: ¡vamos a seguir trabajando! – porque me gusta el valor que tenés vos y la decisión [nos reímos]. Finalmente, y tal vez más significativo en este contexto, me parece que María-Esther no piensa quedarse en EEUU permanentemente, sino al contrario, sólo el tiempo que considera indispensable para ahorrar lo que le iba permitir, una vez de regreso en Nicaragua, una vida digna, una educación para su hija menor y alguna seguridad económica en su tercera edad juntos con su familia: “quedarme un tiempo, pero no pensar digamos años, no, no mucho tiempo; No, porque de cualquier modo pues aquí tengo mi casa, mi familia, bueno, aunque allá sería parte [de la familia] pero no es mucho de la familia, es una pequeña parte; pero nunca pues, la intención como para tener algo estable allá, quedarme… para nada.” Un componente implicado aquí, y que motiva el regreso, consiste entonces en los enlaces familiares en Nicaragua. Esto se puede entrever también cuando habla del anhelo de los familiares cuando uno está en el exterior: “ellas [las amigas] me han contado que lo primero que uno siente es la falta de la familia, que de repente le dan deseos de venirse, de querer estar aquí, y tiene que tener mucho… cómo le digo… estar muy fuerte uno, dice, para poder disimular la falta de la familia”. El sueño de superación como se describe aquí me parece un concepto que contradice también el espíritu explorador implícito en el sueño norteamericano: el concepto aquí no contiene la idea de la expansión de fronteras, sino más bien de “buscar remedio” frente a la precariedad en el Sur, para regresar a su país de origen y mejorar las condiciones allá. Es entonces un 'sueño centroamericano', o en este caso un sueño nicaragüense: “¿Pero entonces, el sueño no es tanto viajar y estar allá, pero el sueño es regresar y hacer después su negocio, ahorrar algo verdad?” pregunto a María-Esther y ella responde: “Eso es, hacer el sueño realidad pero aquí en mi país, exactamente”. Partiendo del concepto de “sueño” como aquí lo hemos reconstruido desde la perspectiva de Maria-Esther, es el sueño de un trabajo seguro y humano, el sueño de un salario digno, el sueño de seguridad social en la tercera edad, el sueño de la educación para su hija y de una vida familiar en armonía. Obsérvese cómo desde esta perspectiva el concepto del “sueño” cambia su significado, se pervierte de algún modo, o bien hace visible una retórica de dominación inherente en el discurso sobre las migraciones tal 141

como lo vimos arriba en el lenguaje eufemístico de la OIM – choice, growth, mobility. ¿Cómo se aplica el concepto de “justicia global” en condiciones de dominación, de violencia estructural que mantiene en vigor un orden económico global que por un lado es un causante principal de pobreza y a la vez convierte el derecho a la vida en un sueño, la salida de la pobreza en una suerte de juego? (o literalmente en un juego de suerte (12)); Las condiciones creadas por este orden económico global convierten entonces el derecho a un estándar mínimo en un anhelo, lo convierten y desfiguran en un “sueño”, el “sueño” de una vida digna.

Agradecimientos Extiendo mis agradecimientos especiales en primer lugar a los sujetos entrevistados en esta investigación, a mi esposa y colega de trabajo, Tania Barillas, por su apoyo en la realización de entrevistas y de las transcripciones y a los colegas del Instituto de Estudios Interdisciplinarios (IEI) por sus aportes críticos.

(12). Se convierte en juego, literalmente, en las loterías de personas, o los Sorteos de Visas para Inmigrantes a EEUU, creado por el Congreso Estadounidense en el 1990 y organizadas en diferentes países de Centroamérica y el mundo (http://www.sorteodevisas.com).

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Gráfico 1: País de destino de los Nicaragüenses, tomado de: Vargas (2005) Nicaraguans in Costa Rica and the US.

Gráfico 2: EEUU como el país de destino de los nicaragüenses, según edad y período, tomado de: Vargas (2005) Nicaraguans in Costa Rica and the US.

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Gráfico 3: Ejemplos del discurso sobre migración en: OIT (2008), Anexo de ppt., diapositiva no. 2.

Gráfico 4: Ejemplos del discurso sobre migración en: OIT (2008), Anexo de ppt, diapositiva no. 32.

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Gráfico 5: Ingreso promedio y costo de la canasta básica (valores en córdobas). Datos basados en INEC(2002b), INDE (2007) y BCN (2008).

Ø Dato s d iv e rg e n te s sob r e las d im e n sio n es d e la m ig ra c i ón n ic arag ü e n se : de la población total se estiman 9.3% (Vargas, 2005); vs. 11% (INIDE, 2002a); vs. 10-12% de la población nicaragüense solamente en Costa Rica (Núñez, 2007). Ø Po rc e n taj e d e m i g ra n te s p ar a Ca b e za s d e Fam ilia : En una de cada seis familias aproximadamente (16%), la Cabeza de Familia se encuentra en el exterior (Vargas, 2005). Ø Destin o s m ay o ritari os e n c o m p ara c i ón : Los datos coinciden en que recientemente es Costa Rica el destino mayoritario. Entre Cabezas de Familia, de los 16.2% el 9.8% migra hacia Costa Rica y 6.4% hacia EEUU (Vargas, 2005). Según Morales et al. (2002) la relación es aproximadamente 6:4 (Costa Rica:EEUU). Ø La Mig ra c i ón e s d ire c ta y ú n ic a: la migración nicaragüense hacia el exterior se considera directa y única (Vargas 2005:4): 0.1% migra a dos países (p.ej. primero Costa Rica, después EEUU), el 99.9% migra a un sólo país de destino.

Tabla 1: Datos comparativos sobre la migración de los nicaragüenses, fuentes varias.

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Siglas y abreviaciones usadas en este capítulo: BCN– Banco Central de Nicaragua CR – Costa Rica C$– Córdoba EEUU – Estados Unidos END – El Nuevo Diario OIM – Organización Internacional para las Migraciones UE – Unión Europea

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Epílogo José Luis Rocha Gómez Servicio Jesuita para Migrantes Universidad Centroamericana (UCA) Nicaragua y Costa Rica. Dos países cada vez más construidos como extremos en el espectro del imaginario migratorio. Nicaragua es proyectada como la “tierra de lagos y volcanes”, imágenes que ponen énfasis en la fuerza, riqueza y estética de la naturaleza. Riqueza lacustre y fuerza volcánica. Belleza de un paisaje variado. Pero también naturaleza indómita y amenazadora: los volcanes pueden hacer erupción y destruir. Los migrantes de Acahualinca pintaron su éxodo sobre lava ardiente al huir de una erupción. Costa Rica es cantada como “la Suiza centroamericana”, una imagen ambigua que puede hacer alusión tanto a las anfractuosidades del paisaje y lo templado del clima –semejantes a los de Suiza- como al hecho de que sobre el territorio costarricenses se construyó una nación que está “a la altura” (geografía montañosa que refleja las cumbres de la institucionalidad) de los países industrializados. Esta dinámica, dialéctica y sincronía de las metáforas está recogida y analizada en los textos de este libro de una forma estimulante. Su estilo, en ocasiones narrativo, recrea el sabor del ancho río San Juan y la -a veces rugosa, a veces tersa- textura de La Carpio. Nos transportan a los nichos de migrantes y habitantes de la frontera. Nos convencen de que las metáforas tienen fuerza para dirigir la percepción y la acción. De que pueden crear realidades e incluso matar… porque las metáforas crean, abonan y riegan las “identidades asesinas” que analiza Amin Maalouf en el penetrante libro que lleva ese título y que también son estudiadas desde otros ángulos en éste. Los textos aquí reunidos abordan la temática migratoria desde un aspecto a menudo olvidado o preterido en la literatura sobre migraciones: la cultura. Existe una cohorte de remesólogos, de expertas en género y migración, de desarrollistas metidos a migrofóbicos o migrofílicos y de politólogos de las migraciones. Pero, en Nicaragua, las transformaciones culturales que ocurren en torno, bajo, sobre, tras, en, desde, para y por las migraciones persisten como una terra incógnita que demanda más exhaustiva y penetrante exploración. El enfoque de las temáticas culturales de las migraciones de 153

estos textos nos acercan a esa perspectiva de largo plazo que tanto gustaba a Braudel y la escuela de los anales franceses. También nos dan el tono vital y la palabra de las gentes sin historia que estudio Eric Wolf. Aquí tenemos las experiencias de las gentes y gentecillas, que diría Carlos Luis Fallas. Sin negar en modo alguno lo mucho que aprendí de estos textos y lo que debo a su estimulante lectura, prefiero hacer un alto aquí al merecido ensalzamiento de sus virtudes y complementar la visión de los mismos enunciando algunos retos sobre nuevas líneas de investigación que implican una crítica de algunos de sus enfoques o al menos un esclarecimiento de sus límites, una tarea que, por fortuna, me fue solicitada con apremio y honestidad académica por sus autores. En primer lugar, estos textos están llamados a hacer una autorreflexión sobre el lugar hermenéutico de quienes analizan las metáforas y demás elaboraciones literarias -o gráficas o costumbristas- de los imaginarios. Esta decisión obedece al reto de problematizar el propio punto de vista, cuestionar la propia mirada: sus alcances y miopías, su penetración crítica y obnubilamiento romántico propio de analistas de clase media que acopian y reflexionan sobre expresiones populares. Esto no significa que a los analistas de clase media les está vedada la comprensión de “lo popular”. Pero implica la conciencia de que el lugar hermenéutico nos sitúa en un punto de partida “x” que jamás será el idílico punto “cero”, sello con el que a menudo los científicos venden sus producciones. Es un reto que sólo podemos pedir a analistas con intenciones de penetrar en la dialéctica de las perspectivas de los “miembros de un grupo” versus las de los “externos”. Ambas son posiciones inevitables. Tanto una como otra implican particulares pérdidas y ganancias. Nadie tiene el diccionario oficial e infalible de las metáforas porque las metáforas son textos abiertos, polisémicos, de significados móviles y con frecuencia volátiles. Los significados de las imágenes y metáforas se entregan, se metamorfosean o se niegan según la configuración de los ojos que son vistas, los oídos con que son escuchadas o el tiempo en el que se producen. El tiempo, gran escultor, está implicado en el segundo reto: el análisis de la diacronía de las imágenes y metáforas. Esta diacronía tiene –al menos- dos vertientes: la creación de diferentes metáforas a través del tiempo y la diversa interpretación de viejas metáforas de una época a otra. La presentación de La Carpio como la “ciudad paraíso” apela al elemento religioso, una astuta pero en modo alguno novedosa estrategia. El desafío 154

consiste en indagar por qué ahora se busca “la tierra prometida” pasando por un “camino tortuoso” en lugar de construir “el hombre nuevo” y “los caudalosos ríos de leche y miel” por los que se apostaba en los años 80. Si la poesía es un arma cargada de futuro, como dijo el poeta español Gabriel Celaya, la producción de metáforas está cargada de presente. Es tributaria del presente. Cada presente le imprime sus huellas. Es posible que este presente haga que el uso del lenguaje bíblico aluda a su sentido más esotérico y no tanto a su potencial profético. No lo sabemos. Habría que investigarlo. Las y los migrantes no son más héroes ni más villanos que las y los no migrantes. Pero su heroicidad y villanía son permeadas por su condición de migrantes. Por eso un tercer reto está ligado a la distinción de las diversas condiciones entre las y los migrantes generadores/intérpretes de las metáforas. En la migración a Costa Rica, las y los hay –al menos, atendiendo a su régimen de asentamiento- de cuatro tipos: los habitantes de la frontera –nicarricenses y ticaragüenses-, los migrantes asentados, los migrantes temporales –que van y vienen entre Nicaragua y Costa Rica- y los migrantes asentados en Costa Rica pero que migran de una provincia a otra al son de las cosechas agrícolas. Cada tipo tiene sus urgencias, sueños y formas de imaginar y situarse frente a Costa Rica y “lo costarricense” y de vivir y enunciar “las exclusiones recíprocas”. La exofobia de muchos recién asentados no es padecida de ninguna manera por los habitantes de la franja fronteriza. Este último aspecto quedó rescatado y vívidamente expuesto en uno de los textos aquí reunidos. Pero persiste el reto de asociar momentos migratorios a imaginarios de la construcción del otro, sin menoscabo de que dentro de cada momento/situación migratoria también existan diferentes posiciones frente al “otro” amenazante o solidario, semejante o antagónico. Se trata, entonces, de atender a la observación del gran estudioso de las culturas y de las relaciones entre culturas dominantes y dominadas que fue Edward W. Said: el “reconocimiento de que las culturas están siempre constituidas por discursos mixtos, heterogéneos e incluso contradictorios, que ya nunca son en cierto sentido ellas mismas más que cuando no están siendo ellas mismas”. Este ser ellos mismos sólo cuando no están siendo ellos mismos lo viven de forma distinta cada grupo de migrantes situado en un momento diverso de la migración. Y esto se expresa, por ejemplo, en el hecho de que el aspecto culinario es cimiento de la cohesión nacional, pero también de la pluralidad. Lo mismo se puede decir de la música, la literatura, los hábitos y otras manifestaciones culturales.

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Finalmente, queda el reto de analizar la economía política de las metáforas: quién acuña los conceptos y metáforas, cuáles son sus intereses, qué estrategias sigue, dónde está la dinámica del poder. Las metáforas son parte de las estrategias de subsistencia. En la reserva Indio-Maíz, los grupos de colonos asentado en el núcleo de la reserva bautizaron “Samaria” y “Nueva Jerusalén” a sus comunidades, apelando al elemento religioso en busca de auxilio celestial y terrenal. Pero los poderosos también elaboran metáforas y tienen mayor capacidad de diseminación. Los textos mencionan las metáforas hegemónicas y la necesidad de disolver su fuerza compulsiva. Pero en general no distinguen ni contraponen los imaginarios del poder a los de los desposeídos, aunque tienen un material suficientemente rico para emprender esa tarea. El ojo concentrado en la riqueza cultura puede perder de vista la economía política de los imaginarios: quién tiene mayor capacidad de definición de la identidad, quién puede difundir de forma más contundente su versión del ser nacional y mucho más. Hasta ahora han triunfado los interesados en imaginar las fronteras como muros infranqueables que señalan el paso de una zona con derechos a las regiones sin derechos. Pero no siempre ha sido ni tiene por qué ser así porque un día los ladrillos de los muros pueden ser reciclados en puentes, como expresa sabiamente Mario Benedetti: “Que para no ser heridos levantamos muros. Que quien siembra muros no recoge nada. Que casi todos somos albañiles de muros. Que sería mejor construir puentes.” (1)

(1). Benedetti, Mario, “Desde los afectos”.

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Este libro se terminó de imprimir en talleres ITSA, Managua, en el mes de Octubre de 2009. Esta primera Edición consta de 1,000 ejemplares.

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