MODELO DE FINCA MONTEMARIANA

MODELO DE FINCA MONTEMARIANA Alternativa productiva para un desarrollo sustentable y competitivo de la agricultura en la Región de Montes de María IN

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n Finca La Peraleda
Edita: Federación ASPAYM CASTILLA-LA MANCHA Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo Bajos, s/n Finca La Peraleda Notificaciones: Apdo. de Correos 5

DESCRIPCIÓN DE LA FINCA FINCA DE CERDANYOLA DEL VALLES Nº: IDUFIR:
NOTA SIMPLE REGISTRO DE LA PROPIEDAD DE CERDANYOLA DEL VALLÉS - 1 Fecha de Emisión: DIEZ DE ABRIL DEL AÑO DOS MIL DOCE Para información de consumidore

IDENTIFICACIÓ DE LA FINCA OBJECTE DEL CONTRACTE
IDENTIFICACIÓ DE LA FINCA OBJECTE DEL CONTRACTE Adreça: ___________________ Municipi: ___________________ Província: ___________________ Referè

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MODELO DE FINCA MONTEMARIANA Alternativa productiva para un desarrollo sustentable y competitivo de la agricultura en la Región de Montes de María

INTRODUCCIÓN La dinámica mundial, con los ajustes económicos, sociales y políticos en marcha, demanda sistemas de producción que además de ser altamente productivos, posibiliten un manejo adecuado y un equilibrio armónico con la naturaleza. Por otra parte, la ocupación del espacio con fines productivos en las condiciones actuales requiere de un manejo consciente toda vez que la capacidad productiva de los recursos naturales, especialmente suelos es cada vez más limitada. Sin embargo, poco se ha hecho para comprometer a los productores como principales actores del agro. Existe por otro lado una seria preocupación sobre la sostenibilidad de la base de recursos naturales a disposición de la agricultura, la conservación de la biodiversidad, y la prestación de servicios ambientales. El crecimiento de la población y el desarrollo agrícola necesario para responder a la creciente demanda de alimentos ha causado impactos a veces dramáticos en el medio ambiente, en términos de deforestación, erosión de suelos y escasez de agua. En la región de los montes de maría, uno de los principales cambios en el uso de la tierra es la conversión de bosques primarios y secundarios a potreros y/o cultivos tradicionales. (Sánchez, Mejía, 2009). La tala, quema de la vegetación natural y la remoción del suelo ha dado lugar a una disminución en la calidad de la tierra por pérdida de la materia orgánica, reducción de la vida microbial y por ende el agotamiento de los nutrientes, lo cual nos conduce a tener suelos pobres y frágiles a la erosión, generando una visión cortoplacista y de poco arraigo. Los principales ingresos lícitos de la región de montes de maría, están basados en la producción agrícola de maíz, yuca, ñame, plátano, tabaco y frutales; pero es una producción agropecuaria no consolidada caracterizada por una importante brecha de apropiación tecnológica, reflejada en su baja productividad y competitividad; y unos muy bajos niveles de desarrollo social de la región. Frente a este escenario, el Modelo de Finca Montemariana surge como una alternativa productiva que contribuye a la reducción de la vulnerabilidad y el impacto de las actividades humanas sobre estos ecosistemas frágiles. Este modelo basado en agroforestería, crea un agroecosistema similar al ecosistema natural antes de ser intervenido, protege los suelos de las fuertes precipitaciones de estas vertientes, mantiene el ciclo hidrológico y la diversidad biológica y, por lo tanto, garantiza una sostenibilidad mayor en comparación con sistemas como el monocultivo.

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Para el efecto, el Modelo de Finca Montemariana, con especies productivas permanentes, transitorios y de cobertura, se constituyen en opciones innovadoras de producción sostenible, para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional, son sostenibles, reforestadores, embellecedores del paisaje, económicamente viables, socialmente equitativos, conservacionistas de los recursos suelo y agua, siendo así más productivos, competitivos y eficientes; además, contribuyen con el fortalecimiento de las condiciones para el arraigo familiar. Es decir, la finca montemariana se sustenta en la construcción de un nuevo tipo de relación hombresuelo-planta-ambiente, utilizando para ello un plan de formación que genere conciencia, valores ambientales, productivos, familiares, comunitarios y sociales. (Sánchez, Mejía, 2009). Este modelo, se basa en el sistema agroforestal y se define como un conjunto de tecnologías de manejo de suelos agrícolas y forestales. Tecnologías que son combinadas con árboles en regeneración natural, el cual integra la producción agrícola y forestal en el sistema agroforestal familiar. De tal forma, que del mismo lote de terreno se puede obtener yuca, ñame, maíz, fríjol, papaya, plátano, cacao, frutas, leña y madera, y además, son la clave para sedentarizar la agricultura (evitar las quemas) y garantizan la seguridad alimentaria y la generación de ingresos, lo cual reduce la vulnerabilidad física y social de las familias, además, valorizan el predio, generan permanencia, arraigo y visión de largo plazo. (Palencia, 2005) Así mismo, estos arreglos son de mucha importancia, debido a que las especies permanentes aportan a través de la caída de sus hojas nutrientes y materia orgánica para mantener la productividad del suelo, aparte que disminuyen la erosión, fijan CO2 y mejoran el microclima en su entorno. La siembra intercalada de varias especies como lo plantea el Modelo de Finca Montemariana, corresponden a estrategias multifuncionales establecidos con una lógica ambiental y económica en los cuales, el cultivo de cobertura establecidas entre las calles, durante los tres primeros años contribuyen a la seguridad alimentaría y nutricional de los productores; el plátano además de suministrar sombrío transitorio generan ingresos adicionales importantes para el sostenimiento de la familia y oferta alimentaria durante los tres primeros años; los maderables además de suministrar sombrío, generan ingresos adicionales importantes para el sostenimiento de la familia después de los 15 años, convirtiéndose en una opción de ahorro familiar a largo plazo; el cacao/frutales además de convertirse en una opción rentable a partir del tercer año y por lo menos durante los próximos treinta años de vida del sistema, es una opción de protección al suelo contra los procesos erosivos. (Mejía, Palencia, 2004). Con el objeto de desarrollar una cultura moderna y eficiente en términos de competitividad, tanto en el ámbito económico como ecológico, es necesario implementar el modelo de finca montemariana con técnicas basadas en sistemas agroforestales, que permitan un equilibrio social y ambiental en las zonas rurales aptas. En la medida en que el agricultor actúe teniendo en cuenta el uso de materiales certificados, el clima, el suelo y aplique el manejo agronómico adecuado podrá obtener mejor rentabilidad y sostenibilidad. (Palencia, 2005).

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FACTORES QUE INFLUYEN EN EL ESTABLECIMIENTO DEL MODELO DE FINCA MONTEMARIANA En el trópico las variaciones climáticas y de relieve, ofrecen la posibilidad de cultivar en diferentes pisos térmicos gran variedad de especies, cuya adaptabilidad generalmente muestra un amplio rango de condiciones, desde lo marginal hasta lo optimo. El clima, el suelo y el manejo agronómico son tres factores fundamentales que deben ser técnicamente conocidos y evaluados para asegurar el éxito y vida productiva de una plantación. Los ambientes favorables son aquellos cuyas condiciones naturales de clima y suelo se aproximan en alto grado a los requerimientos de la variedad o especie que se desee establecer. Si el ambiente no es muy favorable debe entenderse muy claramente que es difícil la temperatura; sin embargo, los factores provenientes del suelo: agua, aire, nutrimentos y soporte mecánico son susceptibles a manejo y mejoramiento. Una vez instalada la especie o variedad en su mejor ambiente, las prácticas de cultivo subsiguientes al establecimiento deben centrarse en la maximización de la fotosíntesis. Las diversas condiciones agroecológicas que tiene Colombia, favorecen la producción de un considerable número de especies agrícolas, y entre las especies más importantes dentro de la producción agrícola del país y que han tenido auge en su desarrollo es el cacao, frutales y maderables. Clima Las especies, primero responden a factores climáticos que a factores edáficos. Los requerimientos climáticos pueden variar entre especies y variedades de una misma especie. Existen rangos óptimos y críticos de altitud, temperatura, precipitación, humedad relativa, radiación solar, etc.; que favorecen o limitan el comportamiento de árboles frutales en condiciones locales. La temperatura es un factor que influye directamente sobre los procesos fisiológicos y de crecimiento de los árboles, debe oscilar entre los 20 y 35o C. Está influenciada por la radiación solar, precipitación, humedad, altitud, topografía, nubosidad, vientos, sombríos, etc. Para una agricultura sostenible no conviene temperaturas muy altas en el ambiente, ya que se acelera la descomposición de la materia orgánica, se defolian los árboles se evapora el agua, se pierde rápidamente la humedad del ecosistema y se incrementan los daños por plagas en el cultivo. Todos estos factores pueden controlarse si el sistema es establecido adecuadamente para atenuar el efecto de las altas temperaturas. (ICA, 1994). Factores que influyen en la producción de árboles.

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CLIMA

SUELO

Radiación solar: tasa de fotosíntesis Precipitación: cantidad, intensidad , distribución Temperatura: calor, frio, floración. Humedad relativa: polinización. Evaporación: balance hídrico Influencia de vientos: caída de flor y frutos

-Limitantes físicos - Limitantes químicos -Limitantes biológicos

MANEJO AGRONOMICO -Selección de la variedad -Distancia de siembra -Dimensión y tratamiento de hoyos -Sistema de riego-Drenaje -Planes de fertilización -Control de malezas -Control de plagas -Control de enfermedades -Podas -Polinización -Recolección: pos cosecha

HOMBRE Identifica- Evalúa- Decide- Controla- Mejora

La cantidad de agua lluvia para mantener adecuados niveles de humedad en el suelo y que satisface al cultivo oscila entre 1500 y 2000 mm/año; una adecuada distribución de la lluvia favorece considerablemente el sistema, en caso de déficit se debe instalar riego. Los vientos se constituyen en un factor desfavorable para las plantas. La brisa permanente ocasiona pérdida de agua a través de los estomas, llegando a secar la hoja, seguido de una defoliación prematura o muerte descendente, síntoma que puede ser confundido por deficiencias nutricionales o disturbios patológicos. En las áreas donde los vientos alcanzan velocidad considerables, se debe establecer cortinas rompevientos. Suelos El suelo, además de ser soporte y fuente de nutrientes de las plantas, es también hábitat de una amplia variedad de organismos beneficiosos (lombrices, insectos, moluscos, bacterias, hongos, algas). Estos son esenciales para la estabilidad y funcionamiento de la finca, garantizando los ciclos de nutrientes y la descomposición del material vegetal y/o animal. Mantener el suelo “vivo” es un seguro de fertilidad y perdurabilidad en el tiempo. La clave es el contenido de materia orgánica. (Mejía, Palencia, 2002). La selección de suelos adecuados es un factor fundamental para el establecimiento del modelo finca montemariana de alta productividad. Las plantas dependen de su sistema radical para que les proporcione anclaje, una provisión adecuada de nutrientes minerales y agua que satisfaga las necesidades básicas de producción. Si alguno de estos requisitos no se cumple, obviamente se reduce el crecimiento y puede disminuir ostensiblemente el rendimiento, la resistencia a enfermedades y la vida útil de las especies. Es importante, por tanto, conocer las propiedades físicas,

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químicas y biológicas de los suelos que influyen sobre el crecimiento de las especies. Un análisis cuidadoso del suelo representa un seguro de larga vida y de buenos resultados económicos. Los árboles, por ser especies perennes y además se cultivan en asocio con otras plantas, la selección del lote constituye la mayor responsabilidad en su etapa de instalación; se debe partir de un buen suelo y para ello se recomienda al agricultor asesorarse de un asistente técnico. (Palencia, 2005). Propiedades físicas En el establecimiento de perennes las propiedades físicas tienen una mayor valoración que las propiedades químicas; esto es lógico debido a que los árboles generalmente hacen su anclaje y desarrollan sus raíces de acuerdo con el desarrollo físico del suelo, para permanecer en un mismo sitio por muchos años. El sistema radical de los árboles necesitan una profundidad efectiva superior a 1.2 metros, es decir, que en esta área el suelo debe estar libre de cualquier obstáculo que límite el desarrollo de la raíz. Las raíces hacen su anclaje y se desarrollan de acuerdo con el desarrollo físico del suelo, por esto, los suelos aptos son los que no presentan limitantes de profundidad, de texturas francas, friables en húmedo, con adecuado drenaje interno y retención de humedad. La materia orgánica es un acondicionador físico que mejora el comportamiento hidrodinámico del suelo, razón por la cual, en la mayoría de los casos los suelos de mejor desarrollo físico se reconocen visualmente en el campo por sus colores negros o pardo oscuro y la abundancia de raíces. Un requisito básico para conocer las limitantes físicas que podrían afectar la vida útil de un sistema agroforestal es la construcción de una calicata o hueco de 1 metro de ancho, 1 metro de largo y 1 metro de profundidad, para detectar los impedimentos que puedan estar presentes en el suelo como capas rocosas, compactadas, nivel freático y la conformación del perfil que influyen en la distribución horizontal y vertical del sistema radical. (Palencia, 2005). Las limitaciones físicas del suelo pueden reducir la actividad de microorganismos aeróbicos (bacterias nitrificantes), encargados de la transformación del nitrógeno, fosforo y azufre, de formas orgánicas no disponibles a formas inorgánicas aprovechables para las plantas. Propiedades químicas Las características químicas en su mayoría son modificables mediante el uso de enmiendas y fertilizantes. El aprovechamiento de los nutrientes y la eficiencia de la fertilización dependen en alto grado del desarrollo físico y biológico del suelo. Es necesario partir de un buen muestreo para tener éxito en el análisis de suelos que refleja el nivel de fertilidad natural sobre el cual se debe basar técnicamente

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para recomendar los planes de fertilización que se aplican durante las fases de establecimiento, crecimiento y producción. (Palencia, 2005). Establecido el cultivo, durante las fases de crecimiento y producción, es posible monitorear con la ayuda del análisis foliar la dinámica de extracción de nutrientes para conocer el estado nutricional de la plantación. La correlación entre los resultados del análisis de suelo y foliar, es una herramienta útil para ajustar planes de fertilización sobre la marcha del cultivo. Se debe recordar que los cambios climáticos y fisiológicos que afecten a la especie, alteran generalmente el nivel de extracción de nutrientes. Propiedades biológicas La materia orgánica, junto con el aire, agua y minerales, es uno de los componentes básicos del suelo, y a la vez constituye el conjunto de componentes orgánicos, de origen animal o vegetal, que se encuentra en diferentes estados de descomposición o transformación para llegar a humus, el cual actúa como acondicionador físico y activador de microorganismos en la rizosfera (Stephen, 2002). Para ayudar a mantener el equilibrio de los componentes del suelo y darle estabilidad a los agregados es necesario la presencia de mesofauna (lombrices), microfauna (hongos, bacterias) que favorecen la absorción de nutrientes y agua del suelo. El efecto de la materia orgánica es latente y residual, por que entregan progresivamente los nutrientes requeridos por la planta. La utilización de subproductos de origen orgánico como el lombricompost, compost, inoculación de microorganismos benéficos, entre otros, ha venido adquiriendo importancia en la agricultura debido a la perdida de sostenibilidad del suelo. (ICA, 1994). La fertilización biológica entendida con el criterio de mejorar la fertilidad del suelo, viene adquiriendo inusitada importancia en la agricultura moderna, ante la pérdida de sostenibilidad del recurso suelo. En la explotación de especies semiperennes y perennes de tipo leñoso, lo más común es el empleo de hongos micorriticos que favorecen la absorción de nutrientes y agua del suelo. El incremento en la absorción de nutrientes para plantas micorrizadas se ha comprobado mediante isotopos para N, P, K, Ca, S, Fe, Zn, y Na (Stephen, 2002). MANEJO ORGANICO DE LOS SUELOS PARA EL MODELO FMM Una alternativa sostenible que permite vivir en armonía con la tierra es el manejo orgánico del suelo, ya que es una práctica agrícola importante para mantener su productividad y mejorar sus características físicas, químicas y microbiológicas. Los principios ecológicos que permiten explicar los ciclos de la materia y las condiciones físicas para la presencia y sostenimiento de la vida son: aire, agua y

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suelo. El suelo es el producto de transformación física de la corteza terrestre y de las actividades de los seres vivos, especialmente vegetales y microorganismos como las bacterias, actinomicetos, hongos; macroorganismos, lombrices e insectos. El empleo continuo de materia orgánica en el establecimiento o mantenimiento del sistema agroforestal permite crear unas condiciones favorables para el desarrollo de microorganismos y macroorganismos, los cuales van a facilitar que los elementos estén disponibles para las plantas, mejoren la fertilidad del suelo y lo vuelva productivo; además ahorran el gasto de fertilizantes químicos, por el aporte de fósforo orgánico, azufre y elementos menores. (Mejía, Palencia, 2002). La agricultura orgánica actual consiste en alimentar los micro y macroorganismos del suelo para que proporcionen y faciliten los elementos esenciales para alimentar las plantas. La forma más apropiada que permite crear las condiciones favorables para el desarrollo y multiplicación de estos microorganismos, es el empleo continuo de materia orgánica en el establecimiento y mantenimiento de las especies integrantes del sistema, mejorando la fertilidad del suelo y haciéndolo más productivo. El abono orgánico se obtiene de la descomposición de los residuos de cosecha de plantas cultivadas (hojas, tallos, frutos, cacota, desperdicios de cocina, y otros) y excretas de animales (bovinaza, gallinaza, y otros). Estos residuos sufren un proceso de descomposición, gracias a la acción de numerosos organismos que transforman la materia orgánica en alimento asimilable para las plantas, dando como resultado un abono rico en la mayoría de nutrientes, que se convierte en excelente fertilizante, y es fácil y económico de producir, ya que todos sus componentes se obtienen de la misma finca. Los abonos orgánicos son productos de origen natural que sufren un proceso de descomposición por la acción de agua, aire, sol y la actividad de los organismos los cuales ayudan a liberar nutrientes, principalmente, y a mejorar algunas de las propiedades físicas del suelo, favoreciéndole crecimiento y desarrollo de las plantas. Producción de Abonos Orgánicos Compost Es un abono que se obtiene por descomposición de casi todos los residuos o desperdicios de plantas y animales que son transformados en una masa homogénea de estructura grumosa, rica en humus y en microorganismos. Este proceso es aeróbico o se realiza en presencia de aire, ya que la descomposición la hacen las bacterias y los hongos. En las fincas se encuentran los materiales necesarios como: tierra oscura, residuos vegetales (de plátano, maíz, ñame, yuca, fríjol, cáscara de cacao, desperdicios de cocina y otros), estiércol animal (bovinaza, gallinaza y otros), cal o ceniza, agua y hojas de plátano. (Mejía, Palencia, 2002). Preparación

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Definido el sitio donde se va a hacer el compost, se limpia y se le hacen drenajes alrededor para evitar encharcamientos. Se preparan los materiales orgánicos que se van a utilizar deben estar frescos y previamente picados en pequeños trozos con el fin de que se descompongan más rápidamente. Una vez listo se coloca la primera capa de tierra oscura de aproximadamente 10 centímetros de espesor se humedece y seguidamente se coloca encima una capa de residuos vegetales frescos y previamente picados, de aproximadamente 20 centímetros de espesor y se humedece. Posteriormente se coloca una capa de bovinaza, también de 20 centímetros espesor y se espolvorea por encima la cal o la ceniza y se humedece. Repetir los pasos anteriores las veces que sean necesarias para obtener un pila o montón de una altura de 1 a 1.2 metros, posteriormente se cubre con hojas de plátano con el fin de controlar adecuadamente la temperatura, la aireación, los olores indeseables y la pérdida de nutrientes. Realizado este proceso se debe voltear la pila o montón por lo menos cada 15 días con el propósito de no dejar subir demasiado la temperatura y evitar el daño del abono que se va a obtener. El proceso dura tres meses, se observa que el montón disminuye casi a la mitad y todos los materiales están descompuestos, lo cual indica que está listo para usarlo. Un compost óptimo tiene aspecto homogéneo, color oscuro, estructura fina y granulosa y olor agradable similar al mantillo de bosque. El elaborado en la finca es menos contaminado y más barato comparado con la amplia gama de abonos orgánicos que existen en el comercio. Un Kg de compost aporta a la planta 14.9 gramos de nitrógeno, 0.65 de fósforo, 2.36 de potasio, 4.5 de calcio, 1.2 de magnesio, y elementos menores entre los cuales merece especial atención el aporte 0.38 gramos de manganeso y 0.20 de zinc; es importante resaltar de que el obtenido en la forma indicada es apropiado para aplicarlo en suelos ácidos, ya que tiene un pH 8.2, además aporta al suelo 2.2 gramos de azufre elemento que es deficitario en suelos ácidos. (Mejía, Palencia, 2002). Lombricompost Es un abono orgánico obtenido de la transformación de los materiales orgánicos biodegradables que se utilizan en la alimentación de la lombriz, para que los ingiera y los convierta en excretas enriquecidas que son expulsadas como deyecciones, las cuales se clasifican en función del tipo de alimento con que se nutre a las lombrices. (Mejía, Palencia, 2002).

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Construcción de infraestructura o módulo integral La explotación de la lombriz se construye bajo techo y se puede hacer de diferentes maneras: cajones, fosos, eras, canastillas y otros; donde se depositan los residuos orgánicos (animales y vegetales) para alimentar la lombriz. El módulo o cama se puede construir con materiales disponibles en la finca: madera, guadua o ladrillo; el piso debe ser de cemento. Las construidas en ladrillo tienen la ventaja de ser más frescas durante el verano y más calientes durante el invierno gracias a la capacidad aislante de este material, además tienen una mayor duración. El tamaño de los módulos depende de la disponibilidad de residuos orgánicos en la finca. Para mayor economía se recomienda construir cuatro módulos en uno, dos de 3 metros de largo, 1 metro de ancho y 0.70 metros de alto y dos de 2 m. X 1 m. X 0.70 m de largo ancho y alto respectivamente. En la parte externa y al aire libre se recomienda construir cuatro compartimentos con madera, guadua, piedra o ladrillo con el fin de depositar y predescomponer el estiércol bovino y al mismo tiempo ir mezclando los materiales vegetales. En el primer compartimiento se deposita la bovinaza y se deja 15 días mojándola constantemente para que escurran los ácidos, luego se traslada al segundo, tercer y cuarto compartimiento dejándolo ocho días en cada uno. A partir del segundo compartimiento se puede mezclar el material vegetal (Residuos de yuca, ñame, fríjol, maíz, plátano, cáscara de cacao, frutas y otros) bien picado para ser sometido a un proceso de pre-descomposición, es muy importante humedecerlo constantemente. (Mejía, Palencia, 2002). La lombriz más adecuada para este proceso es la roja Californiana (Eisenia foetida) por su adaptación y rendimiento. Se recomienda utilizar para cada metro cuadrado de cama, 20 Kilogramos de semilla (lombriz-sustrato) de buena calidad, la cual se debe transportar en recipientes o empaques apropiados para evitar la muerte de las lombrices. Alimentación Las lombrices comen de todo menos vidrios, plástico, piedras y lata; no se deben alimentar los tres primeros días de ser instaladas, durante estos días las lombrices hacen sus cuevas en el sustrato. A partir del tercer día se inicia la alimentación mediante el suministro del sustrato pre-descompuesto y con una humedad del 60%. Cada cuatro días se debe suministrar como alimento sustrato cantidades apropiadas, dependiendo de la población de lombrices, del tamaño de los gránulos y del grado de descomposición que esté el sustrato, hasta llenar la capacidad del módulo. La lombriz come una cantidad equivalente a su propio peso todos los días y expulsa el 60% de la misma, en forma de humus, sólo se puede conseguir una mayor producción aumentando el número de lombrices por módulo. Los módulos deben cubrirse con polisombra negra que ayuda a mantener la humedad y proporciona

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condiciones de penumbra requeridas para la buena alimentación. (Mejía, Palencia, 2002). Cosecha de la lombriz Para la recolección de la lombriz y recuperación del lombricompuesto, se suspende por cuatro o seis días el suministro de alimento, posteriormente se coloca sobre la superficie una malla (polisombra) que permita el paso de la lombriz y sobre ella se coloca el alimento; 4 días después se retira la malla con la lombriz-sustrato, proceso que se debe repetir una o dos veces como trampeo para sacar la mayor cantidad de lombrices y luego se procede a sacar el lombricompost hasta dejar vacío el módulo, quedando listo para reiniciar el proceso utilizando como semilla el material extraído en la malla. Cuando se aplica un 1Kg por planta, se aporta al suelo 2.8 gramos de calcio y 8.9 de magnesio lo cual lo hace apto para ser aplicado en suelos ácidos, puesto que este compuesto tiene un pH de 7.9. Además aporta 28.8 gramos de nitrógeno, 0.61 de fósforo, 2.02 de potasio y 0.45 de manganeso. (Mejía, Palencia, 2002). Preparación de Extracto de Mantillo Es la multiplicación aeróbica en medio acuoso de hongos benéficos como el Trichoderma sp, que actúan como antagonistas de muchos hongos patógenos y que se desarrollan en el mantillo o capote de bosque (el cual se conoce por el manto blanco que crece sobre el material vegetal en descomposición). Para la preparación se recomienda utilizar una caneca plástica de 55 galones, en la cual se deposita 12 kilogramos de mantillo bien picado y se le agrega 150 litros de agua natural, 700 gramos de harina de maíz o trigo y una panela disuelta en agua, estos ingredientes se mezclan bien con la ayuda de una pala de madera agitándolos todos los días por cinco minutos para facilitar la oxigenación. (Mejía, Palencia, 2002). Una vez cumplido el proceso de fermentación el cual dura aproximadamente 45 días, se agita y se filtra. El líquido se utiliza como biofertilizante para aplicarlo al suelo en las bolsas del vivero o alrededor del árbol, el residuo sólido se extrae y se usa como mulch ó para volver a preparar el extracto de mantillo. La caneca se debe colocar debajo de un árbol frondoso, o en un lugar cubierto, con el fin de protegerla de la lluvia y de la acción directa de los rayos solares. Utilización de los Abonos Orgánicos Después de obtener el abono orgánico se recomienda emplearlo en plantaciones cultivadas, con el fin de aumentar el contenido de humus del suelo y su capacidad de retención de agua, mejorar su estabilidad estructural, facilitar el trabajo del suelo, estimular su actividad biológica y suministrarle la mayor parte de elementos nutritivos necesarios para el desarrollo de las plantas.

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En vivero, se utiliza mezcla de tierra, arena y abono orgánico en relación de 3:1:1 respectivamente. En el momento de establecer las plantaciones, se recomienda antes de poner la planta en el hoyo, mezclar un kilogramo de abono orgánico con la tierra extraída del hoyo. (Mejía, Palencia, 2002). Una vez sembrada las plántulas, se repica alrededor con el fin de ablandar el suelo y facilitar la penetración de las raíces, posteriormente se aplica abono orgánico para mejorar las condiciones del terreno. En plantaciones establecidas se recomienda aplicar cada semestre un kilogramo de abono orgánico por planta esparcido en la gotera al comienzo de las lluvias. El empleo continuo de abono orgánico en el establecimiento y posterior mantenimiento de plantaciones, permite crear unas condiciones favorables para el desarrollo de microorganismos (hongos, bacterias, actinomicetos y algas) y macroorganismos (lombrices, insectos). Estos organismos van a facilitar que los elementos estén disponibles para las plantas, mejoren la fertilidad del suelo y lo hagan productivo. Igualmente la materia orgánica sirve de medio para la multiplicación de polinizadores incrementando las posibilidades de fecundación y formación de frutos. Además la aplicación de abono orgánico ayuda a mejorar las propiedades físicas del suelo contribuyendo a aflojar los suelos arcillosos o agrupar los suelos muy arenosos, mejorando la aireación, la retención de humedad y favoreciendo que las plantas se desarrollen mejor. (Mejía, Palencia, 2002). En el caso del Modelo de Finca Montemariana, el cual se recomienda cultivar asociado con maderables, frutales, cacao, plátano, yuca, ñame, maíz y otros, favorece las influencias benéficas de las plantas una sobre otras. Si se asocian en forma adecuada se ayudan mutuamente para resistir los excesos de clima y al parasitismo, pero también para utilizar mejor las potencialidades del suelo y de la energía solar, gracias a las necesidades fisiológicas diferentes de estas especies. (Palencia, 2005). Los sistemas asociados son una actividad agrícola rentable ya que ofrece un mejor aprovechamiento en el uso de la tierra, la pronta generación de ingresos, o bien, de aprovisionamiento de algún alimento básico para el consumo familiar, lo cual lo convierte en una alternativa para el pequeño y mediano productor. SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL Para muchos agricultores la seguridad alimentaria es una preocupación que va más allá de los límites de su labor. Sin embargo, el problema de la seguridad alimentaria no es simplemente un problema de producción agrícola, sino que también dificulta el acceso de un adecuado abastecimiento anual de alimentos de los hogares. Por consiguiente, el problema de la seguridad alimentaria familiar no se refiere simplemente a la cosecha de un cultivo, sino que puede incluir también factores tan diferentes entre sí como la deforestación, las variaciones estacionales en el

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aprovisionamiento de alimentos, la disponibilidad de forraje y otros alimentos de origen forestal, el paso de la economía de subsistencia a la mercantil, e incluso la época en la que se necesita dinero efectivo para otros gastos (vestidos, escolares). (Marrugo, Torregroza, 2007). En muchas zonas rurales los árboles dan un apoyo fundamental a la producción agrícola, ofrecen alimentos y combustibles, proveen un ingreso constante, y son un seguro contra la sequía y las malas cosechas. Los cultivos de frutales proveen alimentos y otros productos para su consumo, elaboración o venta directa. Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria doméstica, dichos productos tienen funciones que podrían ser resumidas así: a) complementan la producción agrícola, b) cubren las carencias estacionales de alimentos e ingresos, y c) proporcionan seguridad a los períodos difíciles. En la búsqueda de alternativas que contribuyan a incrementar los rendimientos y la rentabilidad, además de mejorar la oferta disponible de alimentos y materias primas, se visualiza al Modelo Finca Montemariana como una opción eficiente, en donde la producción total por unidad de área es incrementada a través de la siembra asociada de cultivos. (Sánchez, Mejía, 2009). El modelo propone inicialmente de la utilización de aproximadamente el 80% del área a sembrar en una hectárea, para después de 5 años quedar con mínimo el 35% como área para la siembra de cultivos de pan coger (cobertura) dándole un mejor aprovechamiento en el uso del suelo y pronta generación de ingresos, que lo convierten en una alternativa viable para el pequeño y mediano productor. Cultivo de Cobertura Son especies vegetales que crecen y cubren el suelo durante parte o todo el año. La cobertura consiste en mantener una cubierta densa de plantas que tengan sistemas radicales superficiales y de poca competencia con el cultivo, las cuales se siembran entre las calles o surcos para amortiguar el impacto del sol, el viento y de las gotas de lluvia sobre el suelo y forma una superficie rigurosa que disminuye la velocidad del agua de escorrentía. Usualmente se siembran después del trazo y ubicación de las especies permanentes seleccionadas. A los cultivos de cobertura, se le atribuyen varias funciones, como el de reducir costos, ya que reducen la necesidad de insumos externos (fertilizantes, herbicidas) y de mano de obra para el control de malezas; generan ingresos, por la venta de frutos, semillas y follaje; incrementan productividad, la fertilidad del suelo; la filtración de agua y la producción de alimentos para animales; reducen la degradación de recursos naturales, al reducir residuos de agroquímicos; reducir pérdidas de suelo por erosión; deforestación y la pérdida de biodiversidad; así como se reducen las pérdidas de fertilidad por la quema. Además, contribuyen a mejorar, aumentar y sostener la seguridad alimentaria y nutricional por la producción de frutas y hortalizas para la alimentación humana. (Mejía, Palencia, 2004).

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La recomendación por instituciones que generan tecnología agropecuaria como CORPOICA, es sembrar plantas en asocio con especies productivas que den un ingreso adicional al agricultor y a la vez obtener un mejor provecho del terreno. Para desarrollar un buen sistema y manejar el espacio, se deben identificar las especies frutales y maderables de alto valor económico que ya están establecidas en la zona y que presentan una producción y arquitectura apropiada. Una vez escogido las especies productivas permanentes, se siembran de acuerdo al diseño y al plano de campo; durante la primera etapa de vida, se pueden sembrar especies de ciclo corto como: maíz (Zea mays), fríjol (Phaseolus vulgaris), ñame (Dioscorea spp.), yuca (Manihot esculenta), hortalizas (ahuyama (Cucúrbita máxima), patilla (Citrillies vulgaris), habichuela (Phaseolus sp.), pimentón (Piper cumanense, entre otros), lo cual contribuye al control de malezas y además le permitirá obtener excedentes para la alimentación de la familia e ingresos adicionales al agricultor. El cronograma de siembra de los diferentes intercultivos se establece con base en su ciclo vegetativo y a la presencia de lluvias que presente la zona. Toda especie que se siembra dentro del lote debe tratarse como cultivo individual. Los cultivos de ciclo corto o de pancoger (seis meses), establecidos a partir de la preparación del terreno por entre los surcos de las especies permanentes, son de una gran utilidad para el sistema, en la medida que produzcan ingresos para el productor, contribuyan con el control de las malezas e incluso aportan materia orgánica y nutrientes al suelo, como el caso de las leguminosas que tienen la posibilidad de incorporar nitrógeno. Partiendo de la consideración general sobre hábito de crecimiento de los árboles permanentes, su modelo de utilización del suelo y de la energía solar, así como la intercepción de luz por el canopy o copa, su ciclo de vida puede ser dividido en dos etapas o fases distintas desde el punto de vista de cultivos intercalados. La primera fase, comprende la etapa de establecimiento hasta los cinco años de edad. Durante este período, cuando el canopy se desarrolla gradualmente, las calles o espacios entre surcos puede ser utilizado para el establecimiento de cultivos transitorios, los cuales no compiten con el desarrollo de los árboles por condiciones ecológicas. La segunda fase, comprende la etapa de crecimiento y producción, el desarrollo de la copa de los árboles y la cobertura del suelo es tal, que impide el establecimiento de especies anuales. La siembra de las especies de pancoger debe ejecutarse previa planificación, de tal manera que una vez preparado el terreno, se efectúe el trazo general para todas las especies y a las distancias convenidas. El área destinada para el establecimiento de cultivo intercalado, está constituida en las calles de los árboles frutales. Esto facilita las labores de mantenimiento, control de malezas, fertilización y cosecha del cultivo transitorio y permanente, a la vez que evita el daño y reduce la competencia entre especies. (Mejía, Palencia, 2004).

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Maíz (Zea mays): este cultivo es el de mayor importancia en la dieta alimentaria de la población rural; es de crecimiento rápido, produce muy bien en suelos francos y tiene un amplio rango de adaptación. En este modelo, el maíz se debe establecer bajo el sistema de labranza mínima a chuzo, formando un surco por todo el centro de las calles de los árboles, a un metro entre surcos de maíz por un metro entre plantas de maíz, a través de la pendiente, sembrando dos a tres semillas por sitio, para dejar establecidas dos plantas por sitio definitivo, equivalente a 5.700 sitios por hectárea aproximadamente (Stephen, 2002). Al inicio de la plantación se hacen dos cosechas de maíz seguidas sin ningún efecto en la producción de los árboles frutales y sin necesidad de disminuir la población de plantas del cultivo intercalado en la segunda siembra. La desyerba y el aporque se debe hacer en los primeros cuarenta días de desarrollo del cultivo debe evitarse la competencia de malezas. No obstante, al intercalar cualquier cultivo en este modelo, es imprescindible darle un manejo adecuado e independiente a cada uno; de acuerdo con los criterios técnicos para el maíz se destacan el uso de materiales mejorados adecuados para cada zona, densidad de siembra, manejo integrado de arvenses y planificación de la fertilización con base en los análisis de suelos. La posibilidad de sembrar maíz intercalado con árboles frutales, es una alternativa tecnológicamente viable dada la oferta ambiental en clima y suelo de la zona de montes de maría para diversificar la producción, el ingreso y el empleo a los agricultores, mejorar la seguridad alimentaria, dinamizar la economía familiar, local y regional, validada como una tecnología económicamente rentable, se ha constituido en una innovación tecnológica que contribuye significativamente a la sostenibilidad en las fincas de la región. Para el caso de maíz se cambia el enfoque de monocultivo erosivo, conservando los residuos vegetales sobre la superficie a manera de cobertura muerta, la cual a su vez es amarrada por las raíces del maíz que interviene como cobertura viva de las calles, propiciando una mayor competencia a las especies arvenses por sombra durante la época inicial e improductiva de los árboles, para que en lugar de que proliferen las malezas crezca el maíz. El maíz se cultiva principalmente como producto para la alimentación humana y se utiliza en múltiples y variados usos. Es el único cereal que puede ser utilizado como alimento en distintas etapas del desarrollo de la planta. Las mazorcas de maíz dulce choclo, son usadas en gran escala asadas o cocidas. La planta de maíz que está aun verde, cuando se cosechan las mazorcas tiernas, proporciona un buen forraje para el ganado. El grano seco se usa para el consumo humano o animal y para la elaboración de una gran cantidad de productos industriales, incluyendo el etanol. La recolección de los maíces para grano seco se hace en forma manual, entre los 155 y 160 días, cuando el grano esté en alrededores del 20% para desgranarlo (en desgranadora manual o estacionaria) y llevarlo a secamiento ó esperar hasta los 175

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días a que la mayoría de las mazorcas estén agobiadas para proceder a su cosecha y secar al sol. Yuca (Manihot esculenta): es un cultivo de economía campesina que desarrolla bien en suelos pobres y ácidos y es tolerante a la sequía. En este modelo, una vez preparado el terreno y se efectúe el trazo para todas las especies; la yuca se establece preparando únicamente el sitio o cama de siembra, formando uno o más surcos por todo el centro de las calles de los árboles, a un metro entre surcos de yuca por un metro entre plantas de yuca, a través de la pendiente, sembrando dos estacas por sitio definitivo, equivalente a 1.400 sitios por hectárea aproximadamente. Los tres primeros meses después de la siembra de la yuca son críticos, por lo cual es necesario hacer control de malezas y el aporque. En este tipo de asociación, la yuca se siembra una vez se adecue el sitio de siembra. Se cultiva sobre todo por sus raíces reservantes ricas en carbohidratos, pero también, el follaje es utilizado para la elaboración de harinas con alto porcentaje de proteínas, además de ser un recurso importante en la alimentación del ganado doméstico. Además, la raíz es utilizada como materia prima de la industria para la extracción del “almidón” y sus derivados, por lo que representa una regular fuente de ingresos en la explotación agrícola. La cosecha, se realiza comúnmente en forma manual, consume una gran cantidad de mano de obra y de esfuerzo físico, y representa también un componente importante en los costos de producción. Sembrada muy cerca de los árboles, además de competir por nutrimentos y humedad, puede ocasionar daños mecánicos en el sistema radicular en el momento del arranque. Ñame (Dioscorea spp.). El ñame es un tubérculo importante en la dieta de habitantes de la costa Atlantica y se constituye una importante alternativa para los pequeños y medianos productores de montes de maría. La raíz es tuberosa, con un tallo cilíndrico retorcido de color negro oscuro. El color del tubérculo va del negro, morados o blancos. Los ñames son ricos en hidratos de carbono y contienen proteínas y una cantidad apreciable de vitamina C. también es apreciado tradicionalmente por su sabor y por tratarse de un producto escaso, se suele consumir hervido, asado o en puré. Además de su extendido uso alimenticio se atribuyen valores medicinales al ñame como anti-inflamatorio y anti-espasmódico y otros por su contenido moderado de alcaloides y esteroides. En este modelo, al igual que la yuca, una vez preparado el terreno y se efectúe el trazo para todas las especies. El ñame para lograr un buen desarrollo de tubérculos necesita buena preparación del terreno o el sitio en donde se va a sembrar, por lo cual se establece preparando únicamente el sitio o cama de siembra, formando uno o más surcos por todo el centro de las calles de los árboles, a un metro entre surcos de ñame por un metro entre plantas de ñame, a través de la pendiente, sembrando dos secciones de tubérculos con un peso entre 100 a 150 gramos por sitio definitivo, equivalente a 1.400 sitios por hectárea aproximadamente.

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Los primeros meses después de la siembra del ñame son importantes, porque es cuando se inicia la formación de tubérculos y es necesario revisar la plantación para determinar cuáles tubérculos presentan la tendencia a la exposición al sol por lo cual es necesario hacer control de malezas y el aporque de las plantas. La cosecha se realiza a los 9 meses después de la siembra, el follaje empieza a secarse, el tubérculo está maduro cuando este presenta un color café uniforme. La cosecha se realiza manualmente con la ayuda de un palín, luego se seleccionan los tubérculos de acuerdo a las exigencias del mercado. Es importante evitar la larga exposición de los tubérculos al sol, pues estos se deterioran. El ñame sembrado muy cerca de los árboles, puede ocasionar daños mecánicos en el sistema radicular en el momento del arranque. Plátano (Musa spp.). El cultivo del plátano tiene gran importancia social y económica, por ser un componente fundamental en la dieta de la población de Montes de María; además, ha pertenecido al sector tradicional de la producción campesina y ocupa áreas poco significativas en predios familiares para consumo doméstico (Palencia, et.al., 2006). Actualmente está siendo utilizado como componente de sistemas agroforestales, y fundamentalmente, como sombra transitoria del cacao. Los ingresos por concepto de venta de plátano son una ayuda económica que contribuye a reducir los costos de establecimiento de plantaciones de cacao. Para seleccionar la semilla se debe tener en cuenta el sitio de donde se va a sacar, es decir, su procedencia y las buenas características de producción y sanidad que debe tener la planta madre. El método recomendable es por inducción de brotes que se consigue mediante el destronque realizado inmediatamente después del beneficio del racimo de la planta madre, a los 30 días se cosecha el rebrote con un peso entre 200 y 300 gramos cada uno, para la siembra directa en bolsa (Palencia, et.al., 2006). Transcurrido dos meses después de sembrado en la bolsa, se traslada la planta al sitio definitivo en donde se le hacen todas prácticas agronómicas necesarias para que la planta se desarrolle y llegue a producir un racimo de buen peso y tamaño. La cosecha es la actividad de recolectar los racimos que han completado su madurez fisiológica. Se considera que el racimo de plátano está desarrollado totalmente entre los 70 a 100 días después de aparecer la flor. El racimo se corta cuando todavía está verde, pero en sazón, es decir, cuando los frutos estén llenos y redondeados, que casi no se noten los filos (Palencia, et.al., 2006). MATERIAL DE SIEMBRA Con el propósito de incrementar las producciones y homogeneizar la calidad de los frutos se recomienda la siembra de clones o material vegetativo propagado por injerto, según el comportamiento en cada región. Para seleccionar los materiales hay

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que tener en cuenta las recomendaciones de los técnicos de acuerdo con el material genético, el clima y la interacción con el ambiente. Propagación La propagación de cacao y frutales se realiza de forma vegetativa, mediante la injertación; en esta técnica se usan yemas que se obtienen de varetas procedentes de árboles altamente productivos, las cuales se injertan sobre patrones apropiados que dan lugar a la obtención de plantas compuestas que luego se siembran en el campo. La propagación por injerto se realiza para acelerar la producción, mejorar el sabor, la calidad, productividad y tener árboles de tamaño uniforme que faciliten la cosecha. El injerto, consiste en unir los tejidos jóvenes de dos plantas, de forma tal, que continúen su desarrollo como una sola. Uno de ellos es la yema que al crecer se transforma en la parte superior o la copa (clon) y el otro es el patrón, el cual constituye la parte inferior de la planta o la raíz. (Palencia, Mejía, 2000). Patrones Para injertar las yemas seleccionadas es importante tener una planta como patrón; y su selección, es una labor delicada que debe tener en cuenta todo agricultor ya que estos aseguran una mayor protección contra el ataque de patógenos radicales o condiciones desfavorables del suelo y ambiente como escasez de agua y acidez del suelo. El costo de la semilla es bajo comparado con otros costos de producción y, sin embargo, ningún factor es de tanta importancia para determinar el éxito de una plantación. El patrón básicamente conforma el sistema radical constituido por una raíz principal (pivotante), la cual le proporciona al árbol un firme anclaje, le permite la absorción de nutrientes y agua a la planta, influye en su hábito vegetativo, permite superar problemas adversos relacionados con el medio en donde crece y la más importante prolonga la vida productiva de la copa. La producción de patrones de cacao y frutales se hace sexualmente, a partir de semillas, las cuales para una buena germinación requieren tener una maduración fisiológica adecuada, lo cual permite que el embrión se desarrolle de manera normal una vez se le quite el mucílago que la cubre. La semilla recomendada para patrones de cacao y frutales, debe provenir de un cruce entre dos clones que hayan sido seleccionados por presentar buena adaptación a suelos con pH bajos y poseer tolerancia a enfermedades radicales. En cacao CORPOICA, recomienda el cruce de PA 46 ó PA 121 recomendados para patrón tomado como madre y como padre el clon IMC 67 (o viceversa), ya que además de transferirle a su descendencia las características deseables le transmite vigor vegetativo a la copa. (Palencia, Mejía, 2004).

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En frutales como cítricos los patrones son trifoliado, citrumelo, limón mandarino entre otros, que son los que han mostrado buen comportamiento y poseen tolerancia a patógenos radiculares. Copas Por ser el cacao y los frutales cultivos perennes; del material vegetativo utilizado en la siembra depende el éxito o el fracaso de la plantación. Por esta razón los productores deben adquirir los injertos en viveros de confianza que tengan los árboles plenamente identificados en los jardines clonales, donde tengan un manejo agronómico apropiado para producir material biológico joven, vigoroso y sano. Cuando los clones son sembrados en condiciones ecológicas apropiadas han demostrado excelentes resultados en desarrollo, producción y calidad. Un CLON es un material genéticamente uniforme, derivado de un individuo y propagado solo por medios vegetativos. Básicamente, los clones hoy conocidos son materiales que han sido seleccionados por poseer características deseables de producción, buen tamaño de frutos, amplia adaptación y tolerancia a enfermedades. (Palencia, Mejía, 2000). En un mismo lote los árboles de un solo clon, con frecuencia difieren en cierto grado debido a diferencias en suelo, disponibilidad de agua, patrón o a la competencia con plantas que los rodean. Injertación El propósito del injerto es obtener una producción más temprana y una plantación uniforme. Hay diferentes técnicas de injertación, en cacao la más utilizada es la que tiene forma de parche (Palencia, Mejía, 2004) y en frutales el de escudete (Ríos, Corrales, et al., 2008). Las yemas para injertar deben provenir de árboles con excelentes características fisiológicas y agronómicas, de manera que garanticen poblaciones altamente productivas, autocompatibles, tolerantes a plagas y enfermedades y cuyo fruto cumpla con las exigencias de calidad requeridas por la industria. FRUTALES Los huertos compuestos o mixtos están generalmente ubicados cerca del hogar y son una de las partes más labradas de toda la finca. Se caracterizan por el cultivo asociado de una mezcla de especies anuales o perennes. Por lo común exhiben una estructura vertical por estratos, de árboles, arbustos y plantas de superficie que recrea algunas de las propiedades de reciclado de nutrientes, protección del suelo y uso eficaz del espacio sobre y bajo la superficie del suelo que se encuentra en los bosques. Los huertos familiares son ampliamente utilizados para complementar la producción de otras partes de la explotación agrícola cultivando gran variedad de productos comerciales y de subsistencia. También son utilizados para distribuir más regularmente durante todo el año el trabajo agrícola, la producción y el ingreso. (Sánchez, Mejía, 2009).

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Los árboles frutales son muy especiales porque, desde el punto de vista de la alimentación y a diferencia de los vegetales, producen por muchos años. Las frutas son fuente de vitaminas y minerales, algunas pueden también contener grasas, aceites y proteínas. Las frutas son un buen refrigerio para los niños. Los árboles son buenos para dar sombra, madera y soporte para plantas trepadoras como el maracuyá. Una selección de diferentes frutales producirá frutas a lo largo de todo el año y así la disponibilidad de alimentos complementarios se incrementará en beneficio de la familia. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Los frutales pueden convertirse en una verdadera alternativa para los productores rurales, lo que les permite la transformación y conservación de estos productos perecederos y posicionarse inicialmente en los mercados locales. La comercialización de los productos es el eje fundamental de toda producción agropecuaria, ya que de ella depende la continuidad y sostenibilidad de los productores en el campo. La elección de las especies acertadas tiene numerosos efectos positivos sobre la seguridad alimentaria y nutricional. La producción de frutas, la protección, el abono verde, y la mejora del suelo pueden ser características positivas de la producción de árboles y pueden contribuir al abastecimiento de alimentos básicos e ingresos. Prácticamente todos los árboles producirán un poco de leña para el uso familiar. (Marrugo, Torregroza, 2007). MANGO Nombre científico: Mangifera indica L. Familia: Anacardiáceas Descripción Es una fruta originaria de la India donde existen más de 1.000 variedades. Fue introducida en América por los portugueses y es un cultivo típico de zonas tropicales y subtropicales. Entre las variedades rojas esta el Tommy Atkins, que es la más recomendable y de tamaño grande, aproximadamente 600 gramos, se caracteriza por ser resistente a daños mecánicos y tiene un mayor período de conservación. El orden de maduración es aproximadamente el mismo en diferentes zonas de cultivo. Dentro de una zona, el período de maduración para la totalidad de los cultivares de mango es extiende sobre aproximadamente 3 meses. El mango típico constituye un árbol de tamaño mediano, de 10-20 m de altura. El tronco es más o menos recto, cilíndrico y de 75-100 cm de diámetro, cuya corteza de color gris - café tiene grietas longitudinales o surcos reticulados poco profundos que a veces contienen gotitas de resina.

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Las hojas son alternas, espaciadas irregularmente a lo largo de las ramas, de pecíolo largo o corto, oblongo lanceolado, coriáceo, liso en ambas superficies, de color verde oscuro brillante por arriba, verde-amarillento por abajo, de 10-40 cm de largo, de 2-10 cm de ancho, y enteros con márgenes delgados transparentes, base agua o acuñada y un tanto reducida abruptamente, ápice acuminado. Las hojas jóvenes son de color violeta rojizo o bronceado, posteriormente se tornan de color verde oscuro. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Las flores polígamas, de 4 a 5 partes, se producen en las cimas densas o en la últimas ramitas de la inflorescencia y son de color verde-amarillento, de 0,2-0,4 cm de largo y 0,5-0,7 cm de diámetro cuando están extendidas. El fruto es una gran drupa carnosa que puede contener uno o más embriones. Generalmente los mangos poliembriónicos se utilizan como patrones. Posee un mesocarpo comestible de diferente grosor según los cultivares y las condiciones de cultivo. Su peso varía desde 150 g hasta 2 kg. Su forma también es variable, pero generalmente es ovoide-oblonga, notoriamente aplanada, redondeada, u obtusa a ambos extremos, de 4-25 cm. de largo y 1.5-10 cm. de grosor. El color puede estar entre verde, amarillo y diferentes tonalidades de rosa, rojo y violeta. La cáscara es gruesa, frecuentemente con lenticelas blancas prominentes; la carne es de color amarillo o anaranjado, jugosa y sabrosa. El fruto es rico en vitamina A y muy apreciado en los países tropicales. Se consume en fresco y con él se elaboran conservas dulces. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Por su extraordinario sabor, aroma, color y textura resulta ideal para consumir solo, en macedonias, elaborar sorbetes, tartas y mermeladas, mezclar en ensaladas e incluso cocinar como condimento de carnes y pescados. Manejo Agronómico del cultivo Métodos de propagación Con el fin de obtener árboles de buena calidad con garantía varietal y con homogeneidad es necesario acudir al injerto sobre patrón poliembriónico tanto en cultivares monoembriónicos como poliembriónicos, ya que se reduce la fase juvenil facilitando una precoz entrada en producción y se obtiene mayor uniformidad de la plantación y de los frutos. Las plántulas están listas para ser injertadas cuando tienen una altura de 30 cm y tienen un grosor de 0.60 cm, estas condiciones se presentan a los cuatro meses de germinadas las plantas y el injerto que más se usa es el de enchapado lateral. Las plantas injertadas pueden estar listas para su transplante dos meses después de injertadas. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Prácticas de cultivo y producción

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Se recomienda distanciamientos en el sitio definitivo de 8 x 8 m. a tres bolillo, para el ahoyado se prepara el sitio para cada planta, se debe hacer un hueco de 40 x 40 x 40 cm. El trasplante se hace en época de lluvia pues así se asegura la humedad necesaria para que el árbol produzca nuevas raíces. Unas seis u ocho semanas después del trasplante debe hacerse la primera fertilización, que es la época en que la planta está produciendo brotes y raíces nuevas. El primer año aplicar un kilo abono orgánico. Para árboles en producción se recomienda aplicar 2 kilos/año del mismo abono, dependiendo del desarrollo del árbol. El abonado y el riego, deben programarse de acuerdo con el ciclo fenológico para alcanzar un rendimiento óptimo. El potesio, es el elemento al que mejor ha respondido el árbol, siendo, por tanto, el que en mayor proporción debe entrar en la fórmula de abonado, el cual debe procurarse distribuirlo bajo la copa del árbol. El nitrógeno y otros elementos se pueden dar con el riego en la época anterior a la apertura de los capullos y para ayudar a promover el amarre de la fruta. Poda Para la formación del árbol es necesario intervenir con la poda, particularmente en la selección de las ramas principales que iniciarán la copa. Si bien es cierto que los árboles de esta especie pueden formar su estructura normal sin ninguna ayuda de la poda, también es verdad que el mango, en gran número de variedades, tiende con frecuencia a emitir cuando joven brotes muy verticales, con ángulos de inserción muy cerrados. Estos primeros brotes, que no se arquearán debido al peso de la fruta, puesto que ésta no existe, engrosarán y formarán las ramas principales del armazón del árbol, con el inconveniente de su escasa resistencia mecánica. Como el ramaje del árbol llega a ser muy pesado, al igual que la cosecha, la deficiente inserción de las ramas llega a constituir un gran peligro de desgajado de ellas. (Ríos, Corrales, et al., 2008). La poda se debe hacer en cuando hay menor alargamiento de las ramas y en la formación de mayor cantidad de brotes anuales, en cuyas extremidades se presentara posteriormente la fructificación. El mango florece y fructifica en grandes panículas muy ramificadas que aparecen en las extremidades de ramas del año que poseen suficiente madurez. Para que la inducción floral pueda presentarse en forma normal se requiere que le árbol pase un período seco que haga detener sensiblemente el crecimiento vegetativo, se acumulen almidones en los brotes, y se propicie la diferenciación. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Principales plagas y enfermedades • Mosca de las frutas (Anastrepha striata, Anastrepha fraterculus). Los adultos son moscas semejantes a la mosca común, pero de color pardo amarillento y con

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manchas de color en las alas. Su principal característica es el abdomen puntiagudo. El daño se produce cuando las larvas consumen el interior de la fruta. El control se realiza aplicando insecticidas o mediante prácticas culturales como es la recolección de frutos afectados y caídos y la colocación de trampas de feromonas. • Trips (Triphs sp). Son pequeños insectos que pueden medir de 0.3 a 14 mm de longitud, de color blanco, amarillo pálido a castaño oscuro, estos se alimentan de tejidos tiernos como: brotes foliares, florales, hojas y frutos tiernos, en estos últimos provoca protuberancias y jaspeados en la piel cuando el fruto está del tamaño de una canica, daño que provoca en el caso más extremo caída del fruto o heridas que permiten la entrada de enfermedades como la roña. Cosecha y poscosecha La producción de un árbol de mango es muy elevada. Como término general, para un ejemplar de tamaño medio puede calcularse un rendimiento de 200 kilos, llegando normalmente algunos árboles a cargar más de 1000 kilogramos de fruta. Para uso casero, los frutos se pueden dejar en los árboles hasta que están completamente maduros. La cosecha en las plantaciones comerciales necesita de gran cuidado en la selección de los frutos que están maduros, pero que no han empezado a cambiar su color verde. Quizá el método más seguro que se puede aplicar consiste en cosechar unos cuantos frutos al principio de la temporada, tan pronto como su color verde empieza a aclararse y permitirles que maduren en un lugar fresco y bien ventilado. Si se convierten en comestibles más o menos en 10 días, la cosecha está lista para recolectarse. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Los frutos de mango requieren más o menos de 105 a 130 días desde el amarre del fruto hasta su plena madurez. Los frutos tras su cosechado se deben mantener frescos pero no fríos y empacados en capas delgadas en cajas ventiladas de cartón corrugado o de madera cuyo fondo tenga un material esponjoso, con el fin de que no sufra ningún golpe, ya que de suceder esto, se estropearía rápidamente.

ZAPOTE Nombre científico: Pouteria sapota Familia: Sapotácea Descripción El mamey es un árbol mediano originario de las islas del Caribe y el norte de Suramérica. La altura puede llegar hasta los 25 metros. El tamaño de las hojas es de 20 centímetros. El tamaño de la fruta alcanza un diámetro de 9 a 20 cm. Con un peso entre 600 y 700 gramos. La pulpa es amarilla-anaranjada, firme y la cáscara de color marrón.

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Manejo Agronómico del cultivo Métodos de propagación La propagación se hace por medio de semillas y vegetativamente. Se recomienda pregerminar la semilla, la cual se coloca en germinadores con la parte más aguda hacia abajo esto favorece la germinación, la cual ocurre entre 25-30 días después de la siembra. Posteriormente se trasplanta a bolsa, se hace cuando las plantitas tienen entre 10 a 12 cm de altura. La injertación se realiza cuando el tallo alcanza un diámetro de 1 cm, es decir cuando las plantas tengan 6 meses de edad; después del injerto permanecen tres meses más para trasplantarse al lugar definitivo. Prácticas de cultivo y producción El sistema de siembra debe ser en tres bolillo y el distanciamiento de 10 metros entre plantas, el ahoyado; se hace un hueco de 60 x 60 x 60 cm. Para la nutrición es importante el análisis de suelos y foliares los cuales permiten determinar el exceso o deficiencias del elemento que requiere el cultivo. Sin embargo se puede utilizar fertilizante como fórmula 15-15-15 y Urea 46%. Poda La poda tiene como finalidad regular el desarrollo de la planta en función a la producción para conseguir un equilibrio fisiológico que permita el crecimiento controlado de la parte vegetativa, así como una producción abundante y uniforme. En zapote, la poda de formación se hace solamente quitando los chupones que salen por debajo de la horqueta o mesa y la de mantenimiento se hace despuntando las ramas buscando formar una estructura vigorosa y equilibrada que permita una mejor distribución de la luz. Principales plagas y enfermedades Afortunadamente son muy pocas las plagas que atacan al zapote y el daño que ocasionan es poco. Para el control se recomienda observar la plantación a fin de combatir cualquier foco de infección. La más común es la mosca de las frutas (Anastrepha striata, Anastrepha fraterculus). Los adultos son moscas semejantes a la mosca común, pero de color pardo amarillento y con manchas de color en las alas. Su principal característica es el abdomen puntiagudo. El daño se produce cuando las larvas consumen el interior de la fruta. El control se realiza aplicando insecticidas o mediante prácticas culturales como es la recolección de frutos afectados y caídos y la colocación de trampas de feromonas. Cosecha y poscosecha El índice de cosecha es cuando el fruto tiene la cáscara de color café oscuro y comienza a tomar un color rojizo o anaranjado.

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Se recomienda utilizar un cosecharlos hecho de una vara de 2 a 2 .5 m de largo y un deposito de tela amarrado en la parte superior. Evitar que el fruto se dañe al caer al suelo. Por sus características de viscosidad y de composición el zapote presenta una amplia utilización en los procesos de industrialización especialmente de la pulpa que presenta alto contenido de azúcar; se utiliza en mermeladas, almíbar, postres, fruta deshidratada, compotas, néctares, refrescos y concentrados. Guayaba Nombre científico: Psidium guajava L. Familia: Myrtaceae Descripción La guayaba es originaria de América Tropical, en donde aparece silvestre y cultivada. El guayabo estaba ampliamente distribuido por toda la América tropical. Actualmente se encuentra en toda la zona tropical y subtropical del mundo. La guayaba se adapta a una amplia variedad de tipos de suelos. Los árboles pueden prosperar en suelos infértiles si bien el crecimiento y la producción es pobre. Su mayor comportamiento y producción se obtienen en suelos con buen drenaje y altos niveles de materia orgánica, teniendo un rango de pH entre 5 y 7; con pH superiores a 7 presentan deficiencias de zinc y hierro. El guayabo tolera altas precipitaciones y resiste periodos prolongados de sequía. La precipitación mínima requerida parece estar alrededor de 1000 mm. Posee buena producción hasta alturas cercanas a 1500 m.s.n.m. La temperatura óptima se encuentra entre 18 y 28°C, temperaturas muy bajas, cercanas a 0°C dañan la planta y los frutos. Para una floración abundante es importante que haya época seca; en época de cosecha la humedad en exceso ocasiona el rajamiento del fruto. Arbusto grande o árbol pequeño y perennifolio, generalmente de 3 a 10 metros de altura con abundantes ramas; los fustes tortuosos, la corteza de color entre pardo claro y rojizo, delgada, lisa y en continua exfoliación; el sistema radicular generalmente superficial y muy extenso, que rebasa con frecuencia la copa, con algunas raíces profundas pero sin una raíz principal inconfundible. Las hojas opuestas y simples, sin estipulas; el pecíolo corto de 3 a 10 mm de largo; la lámina oblongo elíptica de 5 a 15 cm de largo y 4 a 6 cm de ancho, el ápice entre obtuso y acuminado sin punta, la base entre redondeada y subcumeada, las márgenes enteras, algo gruesa y cariácea, de color entre gris apagado y verde amarillo por el haz, ligeramente pubescente en el envés, las venas prominentes, salpicada de glándulas. La inflorescencia axilar, con 1 a 3 flores, los pedicelos de unos 2 cm de largo, dos brácteas, lineales. El cáliz escindido irregularmente en 2 a 4 lóbulos, blancuzco y

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escasamente velloso por dentro; 4 a 5 pétalos, blancos, lineal ovados, de unos dos cm de largo, delicados; muchos estambres, los filamentos de color blanco pálido, de unos 12 mm de largo, erectos o dispersos, las anteras de color pajizo; el ovario infero, con óvulos numerosos, el estilo de unos 10 mm de largo, el estigma verde, capitado. El fruto es una baya ovoide o en forma de pera, de 4 a 12 cm de largo, con un peso de 25 g hasta 500 g, la piel amarilla cuando está maduro, a veces teñida de rojo; la pulpa jugosa, de color entre blanco crema o amarillo crema y rosa o rojo; el mesocarpio grueso y comestible, la pulpa blanda, con numerosas semillas reniformes o aplanadas, de color crema o pardo, en su interior. Manejo Agronómico del cultivo Métodos de propagación La propagación se hace por medio de semillas y vegetativamente. La primera se hace para obtener patrones, los cuales se injertan con el material seleccionado. De manera vegetativa se puede propagar por acodo aéreo, por rizomas, por poda de raíces, por estacas y por injerto. Los árboles propagados vegetativamente empiezan a fructificar a los 2 a 3 años contra 4 a 5 años para los obtenidos por semilla. El injerto se puede hacer por yemas de escudete con madera y sin madera. Las yemas se deben obtener de ramas en donde la corteza ha perdido su color verde. La guayaba ha sido considerada como una planta difícil de injertar. Prácticas de cultivo y producción El trasplante se puede hacer con la tierra de la bolsa o a raíz desnuda manteniéndola húmeda. Se trasplanta a la misma profundidad del largor de la bolsa, acomodando bien las raíces y afirmando la tierra. Se debe aprovechar la época de lluvia pues así se asegura la humedad necesaria para que el árbol produzca nuevas raíces. La distancia entre plantas en el sitio definitivo puede ser entre seis y ocho metros. El sistema puede ser a tresbolillo. El terreno debe preparase unos meses antes del trasplante. Se hace un hoyo de 60 x 60 x 60 cm. Una vez trasplantado se hace un riego para evitar cavidades de aire en el sistema radicular. Unas seis u ocho semanas después del trasplante debe hacerse la primera fertilización, que es la época en que la planta está produciendo brotes y raíces nuevas. El primer año aplicar un kilo abono orgánico. Para árboles en producción se recomienda aplicar 2 kilos/año del mismo abono, dependiendo del desarrollo del árbol. Es de anotar que la guayaba necesita más nitrógeno, especialmente en la época de desarrollo. Cuando el árbol está viejo, las frutas tienden a ser muy pequeñas, produciéndose las grandes en gajos fuertes que brotan de ramas de dos o tres años. Si la parte más alta de la copa recibe una poda moderada cada dos o tres años, la producción de estas ramas se estimula.

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Se recomienda mantener el suelo libre de malezas. Las deshierbas deben ser en corona y entre calles y debe ser superficial. La poda regular del árbol es esencial dado que se obtiene mayor producción de frutos. Una arquitectura de cuatro ramas que divida en cuatro partes el árbol debe establecerse. Los ángulos entre las ramas y el tallo principal debe ser adecuado para facilitar la penetración ligera de la luz y proporcionar la fuerza física necesaria para resistir el peso de la fruta. La forma del árbol debe mantenerse con la poda regular. Es importante guardar el equilibrio entre el crecimiento vegetativo y la madera madura para asegurar y mantener la producción continua. Los árboles de la guayaba crecen rápidamente y fructifican en 2 a 4 años proveniente de semilla. Ellos viven 30 a 40 años pero reduce la productividad después de quince años. Los huertos pueden ser rejuvenecidos con la poda drástica. La guayaba produce flores en los nuevos retoños que se levantan de la madera madura. Dependiendo de la variedad y las condiciones crecientes, toma 100 a 150 días aproximadamente de flor a la cosecha de fruta. El principal polinizador es la abeja melífera (Apis mellifera). La producción de los árboles comienza entre el primero y el cuarto año del trasplante, dependiendo de la variedad. Las variedades precoces, comienzan a producir al primer año; las semiprecoces, al segundo año; y las tardías al tercer o cuarto año. Poda El objetivo de la poda en la formación del árbol de guayaba es proveer una estructura fuerte con ramas adecuadas para soportar las cosechas. La poda se hace para formarle al árbol una estructura tal que pueda aprovechar la luz y la energía solar para convertirla en frutos; con esta práctica se orienta la formación del árbol para que se extienda hacia los lados con el fin de producir frutos a baja altura y facilitar las cosechas. Esta práctica debe conducir a que el árbol tenga una copa baja de tres metros, se debe realizar después de la cosecha, las rama que crecen horizontalmente son más productivas que las verticales. Las plantaciones bien manejadas y bajas permiten facilidad en el manejo, raleo del fruto, embolsado y reducen la mano de obra en las recolecciones. Principales plagas y enfermedades • Mosca de las frutas (Anastrepha striata, Anastrepha fraterculus). Los adultos son moscas semejantes a la mosca común, pero de color pardo amarillento y con manchas de color en las alas. Su principal característica es el abdomen puntiagudo. El daño se produce cuando las larvas consumen el interior de la fruta. El control se

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realiza aplicando insecticidas o mediante prácticas culturales como es la recolección de frutos afectados y caídos y la colocación de trampas de feromonas. • Ácaros del cogollo (Tegonotus guavae, Trombidiformes: Eriophydae). Es una arañita, invisible a simple vista. En forma y tamaño es semejante al ácaro tostador de la fruta de los cítricos y como éste, tiene el cuerpo alargado y atravesado por especies de anillos. Se diferencia principalmente por su color, ya que el ácaro es amarillo, mientras el ácaro del cogollo es transparente. Este chupa la savia e inocula una toxina la cual origina un disturbio llamado toxemia que se caracteriza porque las hojas aparecen con puntos amarillos y se deforman, presentando síntomas parecidos a los causados por virus. Se controla con la aplicación de insecticidas. • Gusano negro del guayabo (Mimallo amilia, Lepidóptera: Lacosomidae). Las larvas son completamente negras, miden hasta cuatro centímetros de longitud, presentan pelos o setas negras en el dorso, se caracteriza por fabricar con hojas y con sus propios excrementos, una cápsula de café oscura dentro de la cual viven y que llevan consigo. El daño lo ocasiona consumiendo el follaje de los árboles. Se controla con microlepidópteros y moscas en forma natural. • Antracnosis. Es la enfermedad más importante en el cultivo de la guayaba. Ataca flores, frutos y ramas. Los síntomas iniciales de la afección, lo constituyen manchas amarillentas en las flores, las cuales continúan en la fruta pequeña. Esta enfermedad se controla con la aplicación de fungicidas a base de cobre. • Fumagina. Es una enfermedad que se manifiesta como consecuencia del ataque de insectos chupadores tales como áfidos, coccidos o mosca blanca, los cuales producen secreciones azucaradas donde prolifera el hongo. Se caracteriza por ser un polvillo negro que cubre todos los órganos de la planta retardando su desarrollo y crecimiento. Se controla con aplicaciones de mezclas con fungicidas e insecticidas y podando la planta. Cosecha y poscosecha Lo más indicado es recolectar a primeras horas de la mañana, porque a medio día el fruto está muy caliente y se deteriora fácilmente. La recolección se efectúa a mano con ayuda de una escalera o una vara. El fruto dura tres a cuatro días a medio ambiente. Las guayabas se cosechan en madurez fisiológica, en estado verdemaduro (cambio de color del verde oscuro al claro) en países donde los consumidores las prefieren en este estado. En naciones donde los consumidores prefieren las guayabas maduras, las frutas se cosechan en estados firme-maduro a madurez media de consumo (más blandas) para un transporte de larga distancia, o bien en plena madurez de consumo (amarillas y blandas) para mercados locales. La intensidad del color está estrechamente relacionado con las condiciones climáticas que imperan en el lugar y con la variedad. Durante la cosecha y el transporte se deben separar las guayabas con daños de insectos o enfermedades. La temperatura de almacenamiento puede ser de 8-10°C para guayabas verde-maduras y parcialmente maduras (vida potencial de

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almacenamiento = 2-3 semanas) y de 5-8°C para guayabas completamente maduras (vida potencial de almacenamiento = 1 semana). La humedad relativa debe ser entre 90 a 95 %. La Guayaba es una fruta climatérica. Las tasas de respiración y producción de etileno dependen del cultivar y del estado de madurez fisiológica y de consumo. La Guayaba es uno de los hospederos preferidos por las moscas de la fruta y se le debe desinfestar para ser aceptada en muchos países. Uno de los tratamientos para el control de insectos es el calor aplicado por inmersión de las frutas en agua a 46°C por 35 minutos o por contacto de la fruta con aire caliente a 48°C por 60 minutos. Otro tratamiento potencial para el control de insectos es la irradiación a 0.15-0.30 kGy. Las estrategias para el control de enfermedades incluyen: buena sanidad de los huertos, manejo eficiente para reducir infecciones precosecha, manejo cuidadoso para reducir los daños físicos, inmediato enfriamiento a 10°C y subsecuente mantenimiento de esta temperatura a través de todo el sistema de manejo. El fruto se utiliza para el consumo en fresco, la preparación de jugos, jaleas, mermeladas, néctares, zumos, bocadillo, helados y yogurt. Debido a sus propiedades astringentes, frutas de la Guayaba maduras, hojas, raíces y las frutas inmaduras, se usa en las medicinas locales para tratar gastroenteritis, diarrea, y disentería. El consumo de Guayaba puede reducir el colesterol total, triglicéridos, y la tensión arterial con el efecto opuesto un aumento del colesterol bueno. Además, las concentraciones altas de pectina en la fruta de la guayaba pueden jugar un papel significante en la reducción de colesterol y por eso pueden disminuir el riesgo de enfermedades. Las hojas y la corteza se utilizan para teñir y curtir. Se emplean así mismo en la medicina popular como remedio contra la diarrea. Se utiliza para alimentación de animales, especialmente en cerdos y aves de corral, encontrando en la guayaba muchas ventajas para la producción de carne. Las gallinas que consumen guayaba dan huevos de color rojizo, posiblemente por el contenido de caroteno. La madera que produce el árbol, es muy útil por su resistencia y facilidad para trabajar en la fabricación de diferentes utensilios para la cocina. También se usa en la confección de mangos para herramientas agrícolas y de carpintería, en la fabricación de trompos y boliches. Cítricos Nombre científico: Citrus spp. Naranja: Citrus sinensis Mandarina: Citrus reticulata Limón criollo o pajarito: Citrus aurantifolia Familia: Rutaceae Descripción

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Según la mitología griega los cítricos hacían parte del jardín de las Hespérides situado en el monte Atlas, ofrecido como regalo de boda de Juno a Gea el día que se verificó el matrimonio con el rey del Olimpo. Se conocían con el nombre de manzanas de oro y junto al mencionado jardín, eran consideradas como el más valioso trabajo de Hércules. Los cítricos son originarios de las regiones tropicales y subtropicales del sureste asiático. De allí pasaron a la China, a la India, al medio Oriente y a Europa. A las Américas fueron introducidas por Cristóbal Colón en su segundo viaje (1.493). Las primeras semillas fueron sembradas en la Isabela y la española. A Colombia llegaron con los españoles (Alonso de Ojeda) a la Costa Atlántica y se distribuyeron por todo el territorio a lo largo del río Magdalena. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Los cítricos son un conjunto de especies, que pertenecen al género citrus. Desempeñan un papel destacado en la alimentación de muchas personas en el mundo entero. Una característica del género es la presencia, en todos los órganos de la planta de un aceite esencial que le da su olor característico. Las especies que engloba este grupo proporcionan notables cantidades de vitamina C, minerales (calcio y fósforo). Los cítricos que se cultivan comercialmente pertenecen a tres grandes géneros dentro de ésta subfamilia: Citrus, Fortunella y Poncirus. Al género Citrus pertenecen las especies más conocidas: Citrus sinensis L., que agrupa las naranjas dulces, Citrus aurantium L., naranjas amargas o agrias, Citrus reticulata Blanco, las mandarinas, Citrus limón Burmf., los limones verdaderos, Citrus paradisi Macf., las toronjas y Citrus aurantifolia Swing., las limas dulces y ácidas. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Actualmente los cítricos se cultivan en un amplio cinturón entre los 40º de Latitud Norte y Sur, por lo que se consumen en un gran número de países. El cítrico es un árbol perenne de hasta 10 metros de altura, con una copa bien redondeada, tallos ligeramente espinosos, hojas coriáceas, elípticas, agudas y con el peciolo provisto de alas estrechas. Flores de color blanco muy perfumadas y con 5 pétalos y numerosos estambres. El fruto es una baya con corteza bastante lisa y sabor agridulce. Naranja Valencia: Frutos ovoides a esféricos de color amarillo al final de la temporada, de 63 a 81 mm de diámetro, grosor de la corteza 3-4 mm, menos de 7 semillas, pulpa de color anaranjado claro. Al alcanzar su índice de madurez, su acidez es de 1,2-1,3% y su contenido de jugo mayor del 40%. Considerada como una variedad tardía, se cosecha para consumo en fresco o industrial. Mandarina: Frutos de 4-7 cm de longitud y 5-8 cm de diámetro, globoso-deprimidos. Su color varía de amarillo verdoso al naranja y rojo anaranjado. La superficie es brillante y está llena de glándulas oleosas hundidas. La cáscara es delgada, muy fragante, separándose fácilmente de la pulpa. Pulpa jugosa y dulce, refrescante.

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Limón criollo o pajarito: Los fruto son muy pequeños (1,5 a 2 pulgadas) y de forma redondeada a oval. La cáscara es muy lisa y de apariencia correosa y de color verdoso-amarillento cuando el fruto está maduro. La pulpa tiene el mismo color, jugosa, altamente acida y posee un aroma característico. Posee un número moderado de semillas, que son altamente poliembríonicas. Manejo Agronómico del cultivo Métodos de propagación La reproducción a través de semillas presenta una serie de inconvenientes: dan plantas que tienen que pasar un período juvenil, que además son bastante más vigorosas y que presentan heterogeneidad. Por tanto, es preferible la propagación por medio vegetativo. El injerto se puede hacer por yemas de escudete con madera y sin madera. Las yemas se deben obtener de ramas en donde la corteza ha perdido su color verde. Prácticas de cultivo y producción La distancia entre plantas en el sitio definitivo puede ser de cinco metros. El sistema puede ser a tresbolillo. Después de haber marcado los sitios en donde se va a sembrar las plantas, y con suficiente anticipación, se procede a la apertura de los huecos, con el objeto de preparar física y químicamente el área donde posteriormente se desarrollarán las raíces; el tamaño es de 60 x 60 x 60 cm. Es conveniente después de la siembra hacer un riego para evitar cavidades de aire en el sistema radicular. Después de seis meses de trasplantada la planta debe hacerse la primera fertilización. El cultivo debe mantenerse libre de malezas, ya que le compiten por nutrientes, son hospederas de patógenos y dificultan las labores del cultivo, su control puede ser manual o químico. Los cítricos son unas de las plantas más resistentes a la sequía, pero son muy exigentes en determinados momentos como en la siembra, brotación, floración y formación de frutos. Por lo tanto, la disponibilidad de agua debe ser oportuna y en la cantidad necesaria, porque el exceso favorece el ataque de hongos. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Poda La poda debe ser dirigida a desarrollar una copa vigorosa, equilibrada, abundante y uniforme, que permita obtener y estabilizar una alta producción. La deformación inicia en vivero y tiene como objetivo darle al árbol una copa equilibrada, solida y aireada; debe ser ligera y formar al árbol tres ramas principales, escalonadas y alternas para evitar desgarres y soporten una producción abundante; estas ramas deben ubicarse a 60 cm del suelo. La de mantenimiento o fructificación tiene como

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propósito mantener árboles en una condición de equilibrio vegetativo sobre la base de realizar podas anuales y ligeras. Las ramas secas deben ser removidas, todas las ramas se deben cortar a ras del tronco para que no queden tocones. Principales plagas y enfermedades • Mosca de las frutas (Anastrepha striata, Anastrepha fraterculus). Los adultos son moscas semejantes a la mosca común, pero de color pardo amarillento y con manchas de color en las alas. Su principal característica es el abdomen puntiagudo. El daño se produce cuando las larvas consumen el interior de la fruta. El control se realiza aplicando insecticidas o mediante prácticas culturales como es la recolección de frutos afectados y caídos y la colocación de trampas de feromonas. • Minador de los cítricos (Phyllocnistis citrella). Afecta sobre todo a los árboles jóvenes. La hembra adulta realiza las puestas en el nervio central. La larva devora el parénquima de las hojas jóvenes, formando galerías redondeadas. Se recomienda: no sobre abonar para que no haya brotaciones en exceso. • Gomosis (Phytophthora spp). Son los hongos de mayor importancia en cítricos. Ataca al tronco y los frutos que se encuentran en contacto con el suelo y las salpicaduras pueden llevar esporas, de forma que cuando las temperaturas son elevadas pueden pudrir afectar el tronco. El control químico se realiza principalmente con oxicloruro de cobre. • Fumagina (Capnodium citri). Este hongo recubre la superficie del fruto o de la hoja, formando una película espesa sobre la superficie de dichos órganos, dificultando sus funciones normales, como la fotosíntesis. Para sobrevivir requiere de las secreciones azucaradas producidas por moscas blancas, áfidos, escamas. El manejo contra los insectos que la favorecen, se hace con fumigaciones 10 a 20 cc de aceites minerales más 10 a 20 gramos de jabón en polvo por cada litro de agua. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Cosecha y poscosecha Constituye el punto más crítico y vulnerable del proceso productivo, además de la recogida propiamente. Los frutos deben cosecharse con mucho cuidado para evitar golpes, heridas u otros daños que afecten la calidad y su conservación. Se recomienda el uso de equipo adecuado para efectuar esta labor tales como: saco de cosecha preferiblemente de lona, tijera de podar. La fruta cosechada no se debe dejar expuesta al sol y debe de colocarse sobre un manto seco para evitar la humedad del suelo. Para transporte al mercado se recomienda hacer uso de canastillas plásticas que proporcionen suficiente aireación a la fruta. Aguacate Nombre científico: Persea americana Mill Familia: Lauráceae

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Descripción La zona montañosa central y del este de Guatemala y México está considerada como el centro de origen del género Persea y por consiguiente de los aguacates cultivados. Se ha señalado que los nombres de aguacatero y aguacate con los cuales se designan al árbol y el fruto en muchos países iberoamericanos, derivan de formaciones de vocablos de la antigua lengua náhuatle, con la cual se expresaban los aztecas de México, estos llamaban “ahuacacuahuitl” el árbol y “ahuacatl” el fruto que por la forma y la manera de colgar de la planta, comparaban al testículo y que en el mismo idioma se conocía precisamente como “ahuacátl”. Las raíces generalmente son superficiales, la profundidad alcanzada puede ser de 1 a 1.5 m en suelos sueltos puede ser mayor, se caracteriza por tener muy pocos pelos absorbentes, la absorción de agua y nutrimentos se realiza principalmente en las puntas de las raíces a través de los tejidos primarios; esto determina la susceptibilidad del árbol al exceso de humedad que induce a la asfixia y ataques de hongos que pudren los tejidos radiculares. Se ha encontrado una alta asociación simbiótica de esta especie con hongos endomicorrízicos arbusculares las cuales facilitan la absorción de todos los elementos minerales, pero sobre todo los de baja movilidad en el suelo como fósforo, cobre y zinc. (Ríos, Corrales, et al., 2005). El árbol por lo general es alto, de 10 a 20 m y a veces notoriamente erecto, con tronco torcido y de ramas bajas, con corteza áspera y a veces surcada longitudinalmente. Las hojas son coriáceas dispuestas en posición alternada, pecioladas, oblongas o elípticolanceoladas hasta ovaladas, 8-40 cm de largo con base aguda o truncada. La inflorescencia se desarrolla en racimos axilares, las flores se presentan en grandes cantidades, insertadas cerca de la base del brote nuevo; raquis cilíndrico o comprimido, de color verde amarillento, densamente pubescente con numerosas brácteas oblongas, lanceoladas de color verde amarillento; pubescentes cortas y fugaces. (Ríos, Corrales, et al., 2005). El fruto es una drupa globosa generalmente piriforme, oviforme de color verde amarillento hasta marrón y púrpura. La piel puede ser notablemente rugosa, gruesa y quebradiza (guatemalteca), delgada (mexicana), o gruesa y como cuero (antillana). La pulpa de color amarillo claro verdoso, o verde claro de consistencia de mantequilla y la semilla grande, globosa o puntiaguda, con dos envolturas muy pegadas, los cotiledones con casi hemisféricos y de color rosado, blanco amarillento o verde claro. Manejo Agronómico del cultivo Métodos de propagación El método más usual de propagación es por semilla, aunque presenta una serie de desventajas como: período productivo más tardío, el árbol alcanza demasiado

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crecimiento y presentan segregación, es decir las características de la madre no se propagan exactamente. El método más recomendable es vegetativamente por injerto, ya que se conservan las características fenotípicas deseables de los frutos; las plántulas están listas para ser injertadas cuando tienen una altura de 30 cm y tienen un grosor de 0.60 cm, estas condiciones se presentan a los cuatro meses de germinadas las plantas y el injerto que más se usa es el de enchapado lateral. Las plantas injertadas pueden estar listas para su trasplante dos meses después de injertadas. (Ríos, Corrales, et al., 2005). Prácticas de cultivo y producción Es necesario seleccionar lotes con excelente drenaje interno o de lo contrario, se deben construir para retirar el exceso de agua superficial. Son preferibles los suelos de textura franca y franco arenosa. Para la siembra se recomienda distanciamientos de 8 x 8 m. Después de haber marcado los sitios en donde se va a sembrar las plantas, y con suficiente anticipación, se procede a la apertura de los huecos; el tamaño es de 60 x 60 x 60 cm. Es conveniente agregar 1 kilogramo de abono orgánico y con el suelo correspondiente a la capa superficial, lo cual facilita la permeabilidad, aireación y penetración de raíces. Por ser arbolitos pequeños, se debe mantener un control para evitar la competencia por luz principalmente. Para ello se recomienda el plateo y control mecánico, teniendo siempre el cuidado de no causar heridas en los arbolitos. La fertilización, en términos generales se debe en cuenta el análisis de suelo. A la hora de la siembra, se aconseja poner al fondo el hueco una fórmula alta en fósforo. Después se continúa con aplicaciones alternas de fórmulas fosforadas con fórmulas completas. La fertilización tiene que ir de acuerdo al estado fisiológico de la planta y a la cosecha esperada. Es importante recalcar que no se puede abusar de fórmulas altas en nitrógeno, por cuanto propician crecimientos fuertes de follaje, pero débiles en su estructura, con lo que se propicia la incidencia de plagas. Otro punto es el poco cuaje que se puede dar si se tienen excesos de este elemento en la planta. Las plantas de acuerdo con su edad, tamaño y densidad del follaje presentan diferencias en cuanto a sus exigencias hídricas, en función a la época del año y del estado fisiológico en que la planta se encuentre. En plantas jóvenes, el sistema radical es reducido por lo tanto, las exigencias hídricas se deben suministrar en pequeñas proporciones pero en forma frecuente. Mientras que en las plantas adultas, las cuales poseen un sistema radical ya desarrollado con el cual exploren un mayor volumen de suelo, se deben aplicar mayores volúmenes de agua y con una menor frecuencia. (Ríos, Corrales, et al., 2005).

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Poda El árbol de aguacate, requiere poca o ninguna poda, se forman naturalmente. Si requiere de podas se deja un sólo tronco a unos 70 cm de altura y en árboles con mucho crecimiento se realizan cortes del ápice en las ramas principales para reducir su altura. La planta se debe mantener a una altura de seis metros. También se hacen podas a las ramas laterales para controlar el diámetro de la copa del árbol. Esta operación se hace escalonada en un mismo año: una porción de ramas un año y el resto el año siguiente. Todo corte se debe cicatrizar para evitar pudriciones y ataque de plagas. Los arboles francos inician la producción después de los cinco a seis años de plantados, mientras que los injertos inician de dos a tres años. La plena producción se inicia a los ocho años. Una planta produce de 30 a 350 frutos por árbol. Las variedades que mejor comportamiento han presentado en cuatro años de establecidos en Centro de Investigación de Corpoica, son: Lorena. Trinidad, Choquette y Booth 8. (Ríos, Corrales, et al., 2005). Principales plagas y enfermedades Trips (Triphs sp). Son pequeños insectos que pueden medir de 0.3 a 14 mm de longitud, de color blanco, amarillo pálido a castaño oscuro, estos se alimentan de tejidos tiernos como: brotes foliares, florales, hojas y frutos tiernos, en estos últimos provoca protuberancias y jaspeados en la piel cuando el fruto está del tamaño de una canica, daño que provoca en el caso más extremo caída del fruto o heridas que permiten la entrada de enfermedades como la roña. Barrenadores de la semilla (Stenoma catenifer). Es reportado como el causante del daño que se encuentra en la semilla de los frutos ya que estos penetran al fruto para alimentarse de la semilla la cual pueden destruir por completo. El control que se recomienda es podar y destruir frutos y brotes dañados. Enfermedades La más importante de las enfermedades del aguacate es la tristeza o marchitamiento del aguacate causado por el hongo Phytophthora cinnamomi, es una de las enfermedades más desbastadoras del aguacate, se tiene reportes en donde la enfermedad terminó con plantaciones completas. Tambien se ve afectado por otros hongos del suelo como Rhizoctonia spp, pythium sp, Fusarium sp, principalmente. Se debe procurar buscar patrones resistentes a la gran mayoría de estas enfermedades. (Ríos, Corrales, et al., 2005). El primer síntoma en árboles infectados es un leve “estrés” o marchitamiento en la planta por pudrición de las raíces absorbentes y secundarias, disminuyendo la absorción de agua y nutrimentos, las hojas se tornan de color amarillento y las puntas de las mismas pierden rigidez como si necesitaran agua, al final la planta muere gradualmente por marchitez. Como control preventivo se recomienda

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seleccionar adecuadamente los suelos. Principalmente en relación al drenaje; las semillas para patrón deben ser tolerantes a la enfermedad. Como control preventivo es recomendable a la hora de sembrar los arbolitos no causar heridas en la raíz. Se puede usar un producto protector a base de cobre para proteger la raíz, a la hora de la siembra. La aplicación de enmiendas es recomendable para disminuir el inoculo de los hongos patógenos mejorando la proliferación de microflora benéfica. En último caso si la infección afecta la plantación, se puede usar un fungicida específico para este tipo de hongos. Cosecha y poscosecha Esta comienza partir del tercer año, la recolección es uno de los factores que más influye en el éxito del mercadeo. La misma puede hacerse cuando se alcanza la madurez fisiológica. El aguacate no madura en el árbol y alcanzará ese estado sólo después de separado de la planta o caído al suelo. El cambio del color de la cáscara es el síntoma más obvio de la maduración. La pérdida de la brillantez del color y la adquisición de su color característico en los de cáscara morada. Es de destacar que una gran mayoría de las variedades exhiben muy pocos cambios en el color de la cáscara, lo cual dificulta el procedimiento y exige conocer muy bien el cultivo. También existen criterios físicos como la caída del fruto o la facilidad con que se quiebra el pedúnculo del fruto cuando se somete a cierta torsión. La firmeza o proceso de ablandamiento del fruto es la alteración más asociada a la madurez del fruto. Lo mejor es cosechar los frutos a mano cortando uno a uno o usando una bolsa de lona atada a una vara larga y liviana para cosechar las frutas de las ramas distantes. Es conveniente colocar los frutos en cajas. El tiempo de conservación del aguacate depende esencialmente del estado de madurez en el que la fruta sea cosechada y de los cuidados dispensados durante su manoseo. Las frutas cosechadas totalmente maduras, como también aquellas que no alcanzaron su madurez fisiológica o desarrollo completo deben ser rechazadas para su conservación. Los aguacates se conservan muy bien en cámaras frigoríficas durante cuatro semanas. Todas se mantienen bien a 7ºC y una humedad relativa del 85% a 95%. La concentración de CO2 debe ser de alrededor del 10%.(Ríos, Corrales, et al., 2005). La pulpa es de color verde crema y se utiliza para el consumo en fresco con adición de algunos saborizantes como sal, vinagre o jugo de limón. Se consume en ensaladas, cócteles o como sustituto de la mayonesa. Procesado se puede consumir como guacamole. Guanabana Nombre científico: Annona muricata Familia: Anonáceas

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Descripción La Guanábana es oriunda del Perú y se cultiva en la mayor parte de América tropical, pero generalmente como plantas dispersas en los huertos. También se planta en Hawai, la India, Filipinas y Australia. Su fruto se encuentra representado con frecuencia en la cerámica precolombina de la costa peruana, conforme lo testimonia la existencia de varias piezas de cerámica de la Cultura Chimú en la que está representada con exactitud. (ICA, 1994). Necesita mínimo 2000 horas de luz/año. Prospera mejor en climas cálidos y húmedos, entre 23 y 30ºC. La humedad relativa es un factor crítico en el cultivo de la Guanábana, ya que cuando es alta, aumenta la propensión a la Antracnosis. Una humedad relativa demasiado baja, dificulta la polinización, afectando, por esta vía, los niveles de producción. Árbol o arbusto caducifolio, de 3 a 8 m (hasta 10 m) de altura. Hojas oblongoelípticas a oblongoobovadas, de 6 a 12 cm de largo por 2,5 a 5 cm de ancho, glabras. Flores solitarias a lo largo del tallo, sépalos 3, ovados, de menos de 5 mm de largo; pétalos 6, los 3 exteriores son ovados, libres, gruesos, de 2 a 3 cm de largo, los 3 interiores, delgados y pequeños. El fruto, es parecido a la chirimoya, la Guanábana es de la misma familia. Peso comprendido entre 2 y 4 kilos. La cáscara es de color verde oscuro brillante, que se vuelve verde mate cuando está madura, y está cubierta de espinas. La pulpa es blanda, generalmente de color blanco puede ser ligeramente amarillenta, de una textura carnosa y jugosa y un sabor marcadamente ácido. El fruto alberga en su interior numerosas semillas de color negro que se desprenden fácilmente. Se debe cosechar antes de estar madura. (ICA, 1994). Manejo Agronómico del cultivo Métodos de propagación La propagación se hace por medio de semillas y vegetativamente. El injerto, es el método de propagación más recomendado. Se sugiere utilizar como patrón para el injerto, la Annona glabra, Annona reticulata y la Annona purpúrea. Las semillas germinan luego de 30 a 60 días. El injerto se puede hacer por yemas de escudete o parche. Las yemas se deben obtener de ramas en donde la corteza ha perdido su color verde. (ICA, 1994). Prácticas de cultivo y producción El terreno en que se realice una plantación de guanábana debe tener un suelo suelto, bien drenado y profundo; si es pesado, es indispensable la construcción de

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infraestructura de drenaje. Además debe estar protegido del viento para evitar la caída de flores y frutos. Se recomienda plantar la guanábana a una distancia de siembra de 6 m x 6, en un sistema de siembra en tres bolillos. En terrenos inclinados deben seguirse curvas de nivel. Los hoyos deben tener un mínimo de 60 cm de lado x 60 cm de fondo. En la siembra es conveniente rellenarlos con tierra rica en materia orgánica. Es importante tener la plantación libre de malezas, especialmente para evitar problemas fitosanitarios y porque la raíz de la guanábana es muy superficial. Al comienzo del crecimiento, es necesario disponer de una buena provisión de nitrógeno, fósforo y potasio, esto ayuda a la planta a formar adecuadamente su follaje y raíces. Se recomienda aplicar urea, en cantidades pequeñas. Las aplicaciones se realizan cada cuatro meses para procurar que la planta disponga de los nutrientes en forma permanente y dosificada, evitando de esta forma la aplicación masiva (una vez por año) con el riesgo de intoxicación a la planta. (ICA, 1994). Cuando no se dispone de riego, la mejor época para la aplicación de fertilizantes es cuando se inicia el periodo de lluvias con el fin de dar una adecuada disponibilidad de nutrientes en el suelo listo para ser aprovechados por las plantas. La aplicación de elementos menores sobre todo hierro y cobre se realiza mediante aspersiones foliares. Los fertilizantes nitrogenados se deben aplicar el mayor número de veces durante el año a fin de aprovechar el mayor porcentaje de este elemento. La guanábana tiende a florecer y fructificar en forma más o menos continua. En la zona Caribe el cultivo tiene dos picos de producción: el primero se da en febrero y marzo y el otro en los meses de junio, julio y agosto y es el más importante. La fructificación de árboles provenientes de semilla se inicia entre los tres y cinco años y en los árboles injertados, entre los veinte y veinticuatro meses. La producción de los árboles, generalmente es baja debido a características de las flores que dificultan la polinización y al ataque de plagas y enfermedades; el rendimiento fluctúa entre veinticuatro y sesenta y cuatro frutos por árbol, con pesos que van de 0,25 kg a 5 kg por fruto. (ICA, 1994). Poda La poda se recomienda realizar con el fin de dar forma a los arbustos y para evitar el excesivo crecimiento foliar que reduce la producción. Las podas son cortes de ramas y ramillas que están en exceso, se realizan para facilitar las prácticas culturales, ventilación y reducción del desarrollo de enfermedades, en guanábana generalmente se practica la poda de formación. Eliminar ramas rotas, enfermas y secas. Principales plagas y enfermedades

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Polilla de la guanábana Tecla ortygnus (Lepidoptera: Lycaenidae). Las larvas de esta mariposa se comen las flores y los frutos muy pequeños, por lo que su combate debe hacerse apenas se inicia la floración. Perforador del fruto Cerconota annonella spp. La larva de esta mariposa oviposita en pecíolos, ramas y frutos y cuando la larva emerge, emigra y penetra en el fruto. El orificio de entrada se distingue fácilmente por los excrementos que expulsa afuera y por la apariencia de aserrín. También destruye las flores. La producción es diezmada por esta plaga, debido a la destrucción de las flores, a la paralización del crecimiento de los frutos afectados y al aumento de la incidencia de antracnosis. Un método para disminuir el ataque de esta plaga es el embolsado de frutos con bolsas de cedazo o de plástico. Esta práctica se realiza quince días después de la primera aspersión de los frutos, aproximadamente un mes después de la fecundación, cuando tiene más de 7,5 cm de longitud. Las bolsas de plástico deben ser de 25 cm de ancho por 35 cm de largo, abiertas en ambos extremos y con pequeñas perforaciones para ayudar a la aireación del fruto. La bolsa se amarra al pedúnculo y se deja durante el resto de su desarrollo. Perforador de la semilla Bephrata sp. También se le llama la avispita de la guanábana. Deposita sus huevos bajo la epidermis de los frutos pequeños. Apenas nacidas las larvas comienzan a avanzar hasta alojarse en la semilla, donde terminan el desarrollo. Emergen de la semilla y del fruto a través de una serie de orificios que deterioran el fruto, paralizan su crecimiento o se momifican por causa de las enfermedades antracnosis y oidium. La principal enfermedad que ataca a la guanábana es la Antracnosis producida por el hongo Colletrotrichum gloesporoides Penz, el cual ataca las ramas, el tallo, a las hojas y a los frutos. (ICA, 1994). Se presenta en climas de humedad relativa alta. Causa una pudrición negra en los frutos y ataca en todas las etapas de desarrollo, principalmente los tejidos tiernos. Los frutos se momifican y caen. En el vivero provoca necrosis en el cuello del tallo y en las ramas terminales. Se ha observado que los árboles que crecen en condiciones poco favorables como mal drenaje, plagas, etc., son más afectadas por la antracnosis, por lo que se recomienda un manejo adecuado de la plantación. Se ha determinado una relación estrecha entre el ataque de Cerconota y la antracnosis, principalmente durante la época lluviosa, por lo que combatir la plaga conlleva la disminución de la enfermedad. Cosecha y poscosecha

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Se reconoce que la fruta está de cosecha porque pierde su color brillante y adquiere un tono mate, además, las espinas de la cáscara se separan y se ponen más turgentes, es cuando ha alcanzado su madurez fisiológica, por lo tanto se recomienda una constante vigilancia para la cosecha de la fruta. Si el fruto madura en el árbol es atacado por pájaros y además se desprende fácilmente. La recolección debe realizarse cuando el fruto ha alcanzado la madurez fisiológica, esto es un color verde mate. Se recomienda este grado de maduración porque su estructura fisiológica puede soportar mejor el manipuleo y transporte que cuando se cosecha la fruta completamente madura, ésta se aplasta permitiendo el ingreso de patógenos y una rápida descomposición. (ICA, 1994). Se debe evitar cosechar el fruto muy verde porque la pulpa no madura bien y adquiere sabor amargo. Se emplea en la elaboración de postres como merengues y mousses. La Guanábana es muy apreciada en todos los países Centroamericanos y con su pulpa se preparan deliciosos helados, bebidas y confituras.

DISEÑO DEL MODELO DE FINCA MONTEMARIANA Con el objeto de desarrollar una plantación moderna y eficiente en términos de competitividad y sostenibilidad, tanto en el ámbito económico como ecológico, es necesario implementar el cultivo en combinación con otras especies, que permitan un equilibrio social y ambiental en las zonas rurales aptas. Para el diseño del modelo hay que realizar un riguroso trabajo de planeación en el cual hay que tener en cuenta el espacio que ocupará cada especie a sembrar y el ciclo de vida. Es importante la participación de productores en la selección de las especies que se van a incluir y en lo posible que garanticen su consumo para asegurar la nutrición de las familias. (Sánchez, Mejía, 2009). El poder convivir compartiendo suelo y espacio entre las especies perennes, bianuales y anuales, hacen del Modelo de Finca Montemariana, un cultivo apropiado para el desarrollo de la producción agrícola en zonas tropicales. El establecimiento de los arreglos debe ejecutarse previa planificación, de tal manera que una vez preparado el terreno, se efectué el trazo general para todas las especies y a las distancias convenidas, procurando que los surcos estén orientados de Norte a Sur. En terrenos pendientes se debe procurar que los surcos sean en curvas a nivel con el criterio de conservación de suelos. ESTABLECIMIENTO DEL MODELO FINCA MONTEMARIANA Selección del terreno Este es un de los factores más importantes en el éxito del sistema y pocas veces se le da la importancia requerida, pues siendo especies de ciclo largo, las inversiones iniciales son muy altas y los errores cometidos en un principio son muy incidentes en

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los resultados futuros. Por lo anterior, es de suma importancia analizar las condiciones del suelo y la topografía del lote. (Palencia, 2005). Adecuación del terreno Una vez seleccionado el terreno, se realiza la rocería y en lo posible se debe repicar el material producto de ésta y dejarlo sobre el suelo, nunca hacer quema generalizada. Si se desea acelerar la descomposición de estos materiales, se deben amontonar en diferentes sitios del lote, se les aplica cal y caldo de mantillo. En lo posible se recomienda no utilizar el arado de discos utilizados para romper el suelo, y solo se aconseja el hoyado individual del sitio donde irán las plantas transitorias y permanentes. En lotes pendientes se recomienda hacer caminos cada 20 metros, con el fin de facilitar el paso de los operarios y el transporte de las cosechas. Igualmente se deben hacer terrazas individuales para evitar el lavado de nutrientes. Trazo de la plantación Una vez definida el área que se va a sembrar y habiendo seleccionado el sistema de siembra, se procede al trazo, que consiste en marcar con estacas, los sitios donde quedaran las plantas que se utilizarán como permanentes y transitorios. Se recomienda trazar la línea base en la cabecera del lote, clavando dos estacas a los extremos y estirando una cuerda sujetada a estas. Luego por el método de 3-4-5 se calcula el ángulo recto, lo cual indicará la dirección que debe tomar el trazo por el otro lado del terreno. Posteriormente por medio de una vara que tenga la medida requerida y a partir de la primera estaca se comienza a señalar con estacas la posición exacta de las plantas en la hilera. Una vez terminada esta labor y con la ayuda de dos varas guía de la misma longitud o cabuya marcada, se extienden a partir de la base de las estacas ubicadas en la primera hilera, se unen las puntas y en ese punto se coloca otra estaca, así se sigue marcando hasta terminar la fila. La misma labor se repite para las filas sucesivas, controlando que las estacas que señalan la posición de las plantas estén en línea entre ellas en sentido longitudinal, transversal y diagonal. (Palencia, 2005). El sistema de siembra recomendado es en triangulo o tres bolillos, porque hay un mejor aprovechamiento del suelo y del espacio aéreo, además permite una mejor adaptación a todos los terrenos y caben más plantas por hectárea, asimismo en los terrenos pendientes permite un correcto manejo del suelo, disminuyendo la escorrentía y el grado de erodabilidad. La distancia de las plantas permanentes se debe trazar de acuerdo con su dosel de sombra. Las especies forestales (maderables) se establecen en barreras con el propósito de contribuir al mejor aprovechamiento del terreno. Las barreras son líneas, sembradas a distancias convencionales, paralelas entre sí y con calles amplias para permitir el establecimiento de otras especies acompañantes.

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Con este modelo, hay mejor facilidad para establecer sistemas de cultivo multiestrata y se contribuye para un mejor aprovechamiento de la energía solar, mediante la orientación geográfica de la siembra, de tal manera que todas las especies se beneficien. También se obtiene mayor economía en tiempo y recursos para la ejecución de las labores. Los costos por unidad de producción se disminuyen, ejecutando labores de manejo dirigidas a grupos de plantas ordenadas en hileras y no a sitios dispersos. Figura 1. Diseño y especies utilizadas en la finca Montemariana.

Las especies a utilizar en el Modelo Finca Montemariana en su orden son: Mango: la modalidad de siembra es un surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 10 metros para un total de 11 plantas por hectárea. Zapote: la modalidad de siembra es un surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 10 metros para un total de 10 plantas por hectárea. Guayaba: la modalidad de siembra son dos surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 6 metros y una distancia entre surcos de 15 metros, para un total de 42 plantas por hectárea. Naranja: la modalidad de siembra es un surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 6 metros para un total de 17 plantas por hectárea. Mandarina: la modalidad de siembra es medio surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 6 metros para un total de 9 plantas por hectárea. Limón pajarito: la modalidad de siembra es medio surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 6 metros para un total de 9 plantas por hectárea. Aguacate: la modalidad de siembra es un surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 8 metros para un total de 15 plantas por hectárea. Caoba: la modalidad de siembra son dos surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 4 metros y una distancia entre surcos de 4 metros, para un total de 51 plantas por hectárea.

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Cacao: la modalidad de siembra son cuatro surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 3 metros y una distancia entre surcos de 3 metros, para un total de 134 plantas por hectárea. Teca: la modalidad de siembra son dos surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 4 metros y una distancia entre surcos de 4 metros, para un total de 51 plantas por hectárea. Guanabana: la modalidad de siembra es un surco, con una distancia entre plantas en la hilera de 6 metros para un total de 21 plantas por hectárea. Papaya: la modalidad de siembra son dos surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 3 metros y una distancia entre surcos de 10 metros, para un total de 68 plantas por hectárea. Plátano: la modalidad de siembra son cuatro surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 3 metros y una distancia entre surcos de 3 metros, para un total de 142 plantas por hectárea. Yuca: la modalidad de siembra son 14 surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 1 metro y una distancia entre surcos de 1 metro, para un total de 1.400 sitios de siembra por hectárea aproximadamente. Ñame: la modalidad de siembra son 14 surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 1 metro y una distancia entre surcos de 1 metro, para un total de 1.400 sitios de siembra por hectárea aproximadamente. Maíz: la modalidad de siembra son alrededor de 57 surcos, con una distancia entre plantas en la hilera de 1 metro y una distancia entre surcos de 1 metro, para un total de 5.700 sitios de siembra por hectárea aproximadamente. La siembra de plátano, se establece entre las calles de maderables, es decir, entre los callejones, se establecen 4 surcos de cultivo transitorio de acuerdo con los arreglos definidos, como se aprecia en la Figura 1. Como el cacao también se siembra a la misma distancia del plátano se establece entre los surcos del sombrío transitorio. En los tres primeros años se pueden sembrar cultivos de cobertura como maíz, fríjol, yuca, ñame, ahuyama y otros, lo cual permite el control de malezas y el aprovechamiento al máximo de la tierra en la etapa inicial del cultivo, haciendo la explotación más rentable. Es importante aclarar que siempre se podrá explotar un 35% del terreno en cultivos de pan coger que permiten contribuir a lograr la seguridad alimentaria y nutricional para las familias rurales y producir excedentes para comercializar. Ahoyado Después de haber marcado los sitios en donde se va a sembrar las plantas, y con suficiente anticipación, se procede a la apertura de los huecos, con el objeto de preparar física y químicamente el área donde posteriormente se desarrollarán las raíces; el tamaño es de 40 x 40 x 40 cm. Es conveniente agregar 1 kilogramo de abono orgánico y con el suelo correspondiente a la capa superficial, lo cual facilita la permeabilidad, aireación y penetración de raíces.

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Siembra La época más propicia para realizar esta práctica es el inicio de la temporada de lluvias. En el momento del transplante se le quita la bolsa plástica dejando el pilón descubierto; posteriormente se coloca la planta que sobresalga un poco por encima del nivel del suelo y en el centro del hoyo, con la yema hacia el occidente o hacia la pendiente, para luego rellenar por los lados con el resto de suelo que se sacó de allí y apisonarlo para evitar que queden cámaras de aire que faciliten pudriciones de las raíces por encharcamiento. Es indispensable la buena preparación del hoyo, por eso más que ahoyado para siembra de árboles, se debe hablar de preparación del sitio o cama adecuada; una vez se hayan sembrado las plántulas de cacao, frutales o maderables, se repica alrededor de éste con el fin de ablandar el suelo y facilitar la penetración de raíces. En la zona donde se repica se puede aplicar materia orgánica. (Palencia, 2005). Colocar residuos de malezas alrededor de la planta recién sembrada, con el fin de aumentar la infiltración de agua, mantener la humedad, temperatura y evitar el salpique de aguas lluvias. MANEJO AGRONÓMICO DE LA PLANTACIÓN Manejo de arvenses A partir de la siembra de las especies, se debe mantener libre de arvenses la zona de la planta (el plato), labor que se debe hacer en forma manual para no herir ni hacer daño a las raíces superficiales de la planta. Esta zona se cubre con las mismas hierbas que se cortan para evitar que el sol y el agua golpeen fuertemente la zona de raíces. El manejo debe ser constante, haciendo cuatro o cinco desyerbas al año, ya sea con guadaña o machete. No debe usarse el azadón bajo ningún punto de vista, ya que este ocasiona graves daños al sistema radicular de las plantas y acelera el proceso de erosión del suelo en terrenos pendientes. Si se maneja el cultivo con coberturas transitorias de una manera adecuada, la incidencia de las malezas será menor. Los problemas de malezas son mínimos en cultivos bien manejados y con copas de árboles cerradas sobre las calles; ya que la sombra es el mejor control natural de las malezas. (Palencia, 2005). Nutrición Para que el sistema se desarrolle en condiciones económicas como las que en la actualidad demanda la sostenibilidad y competitividad, se necesita obtener altos rendimientos por hectárea y minimizar costos, lo cual se consigue únicamente con un trabajo eficiente por parte del agricultor.

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La fertilización es muy eficaz para aumentar la producción, pero debe acompañarse de control de malezas, control fitosanitario, podas y manejo de sombríos. La aplicación de abonos depende de la fertilidad del suelo, y de los requerimientos del árbol para una buena producción, por lo anterior, la recomendación para cada especie o variedad se debe basar en el análisis de suelos. (ICA, 1994). Dentro del Modelo Finca Montemariana, se establecen varias especies y por lo tanto los requerimientos nutricionales varían; sin embargo, en los tres primeros años que comprenden las etapas de establecimiento y desarrollo, juegan un papel importante elementos como el fósforo y el nitrógeno, mientras que a partir del cuarto año el potasio es básico para la producción. Los elementos calcio, magnesio, azufre y menores como boro, zinc, hierro, manganeso y molibdeno, tienen que ver con el normal desarrollo y rendimiento de la cosecha de los árboles. Una deficiencia de ellos afecta las diferentes etapas fenológicas de los árboles y repercute al final en el desarrollo y producción. En realidad, cada lugar o plantación es una situación diferente, por lo tanto, en los programas de fertilización el productor debe asesorarse de un técnico. Para suelos bajos en materia orgánica, un mes antes de la fertilización se recomienda aplicar 1 kilogramo de materia orgánica por planta/año, elemento que se debe continuar aplicando y fraccionando por partes iguales en el primero y segundo semestre, aplicado antes del periodo de lluvias. Los elementos que más necesitan principalmente los árboles frutales para el desarrollo, la floración y formación de frutos son: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Para corregir las deficiencias de nitrógeno, fósforo y potasio es aconsejable fertilizar con fuentes que aportan estos elementos, los cuales se deben fraccionar en partes iguales para aplicarlos dos veces al año, al comienzo del periodo de las lluvias en cada semestre. Podas Una de las labores más importantes en el manejo del Modelo Finca Montemariana es la poda. La poda es una práctica que se aplica a los árboles con el fin de permitir la penetración de luz solar hacia el piso o bien a los cultivos que se establecen asociados a árboles. La poda hace que la competencia por luz sea regulada y que ésta sea captada uniformemente por los componentes vegetales del modelo. El follaje y ramas ubicadas en la parte más alta de los árboles captan la mayor cantidad de luz, mientras que las ramas de abajo, captan menos luz. La poda ayuda al crecimiento en altura de los árboles; cuando los árboles forman parte de un sistema la altura de aplicación de la poda se hace en función del espaciamiento de los árboles y el tipo de cultivo con el cual se encuentran asociados. (Ríos, Corrales, et al., 2008). Mediante la correcta y oportuna realización de esta actividad, se obtiene una buena arquitectura del árbol, lo que facilita las cosechas, permite también el eficiente

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control de enfermedades, reduciendo costos de producción. Asimismo, esta actividad permite el mejoramiento fisiológico del árbol, con lo cual se logra aumentar su productividad. En injertos esta práctica se inicia en el vivero y/o etapa de establecimiento (poda de formación) y se continúa durante el ciclo productivo del árbol (poda de mantenimiento). Los injertos que provienen de ramas abanico ramifican muy bajo y esto obliga a iniciar su poda desde el vivero y continuamente, para tratar de eliminar todo brote que salga en el tallo principal hasta una altura de 0.8 metros aproximadamente a la cual se estimulará el desarrollo de 3-4 ramas bien distribuidas las que conformarán la mesa u horqueta. Así mismo las ramas laterales se despuntan para estimular el crecimiento de brotes secundarios y terciarios con el propósito de formar más tarde la copa del árbol. (Palencia, et al., 2006). En los primeros años de desarrollo es muy importante hacer una buena poda de formación pues de ella depende la conformación de la zona potencial productiva donde se derivan las ramas secundarias y terciarias que concentran un buen porcentaje de la producción de los árboles frutales y cacao. Las podas de mantenimiento deben ser suaves (recomendable 2 al año) con el fin de reducir la intensidad de las mismas, procurando hacer entresaques de ramas quebradas, secas, enfermas, cruzadas o mal ubicadas, de tal forma que se vaya organizando la arquitectura del árbol. (Palencia, Mejía, 2000). Todo corte que se le haga a los árboles debe cicatrizarse con el fin de evitar que las heridas sean la entrada de plagas y enfermedades que afecten la sanidad de la planta. La pasta cicatrizante se puede elaborar con aceite quemado y un insecticida y un fungicida. Las podas se recomiendan después de las cosechas principales y las de mitaca, antes de iniciar el ciclo vegetativo y productivo, al comienzo de las lluvias. Riego Los árboles perennes, son muy exigentes en agua en determinados momentos como en la siembra, brotación, floración y formación de frutos. Por lo tanto la disponibilidad de agua debe ser oportuna y en la cantidad necesaria, porque el exceso favorece el ataque de patógenos. Si la zona de cultivo presenta déficit de agua en los momentos señalados, esta se debe hacer llegar a la planta, utilizando riego por gravedad, aspersión o goteo. Los requerimientos dependen de la especie o variedad, densidad y edad del cultivo, de las condiciones climáticas de la zona y si el suelo es arcilloso o arenoso. Debido a la variabilidad de estos factores es difícil dar cantidades fijas de agua requerida por año y por aplicación. En los Montes de María, se debe recurrir al riego por que la precipitación es alrededor de los 1.200 mm y se presentan períodos largos de sequía que pueden ser críticos en alguna etapa de desarrollo y producción.

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MANEJO INTEGRADO DE ENFERMEDADES EN EL SISTEMA Hay un principio ecológico que indica que la “diversidad rompe con la especificidad”, con lo cual se podría esperar que debido a la diversidad de componentes que se presentan en los sistemas agroforestales, la presencia de plagas y enfermedades no existiera o fuera casi nula. Sin embargo, no sucede así, pues hay plagas y enfermedades muy específicas para ciertos cultivos como el frijol, yuca y el maíz que los afectan de cualquier manera y bajo cualquier sistema de cultivo. Por eso es importante que el productor haga supervisiones frecuentes observando las hojas, las flores, los frutos, los tallos, tanto de cultivos como de árboles o arbustos para verificar la presencia de algún agente externo que potencialmente pueda causar daño a los cultivos o especies forestales. Las enfermedades ocasionan en su conjunto pérdidas hasta del 80% cuando no se dispone de una estrategia adecuada para su prevención o control; se han desarrollado estudios básicos para determinan el control genético, utilizando clones tolerantes a las principales enfermedades. Un control adecuado mediante prácticas culturales integradas, contribuye a reducir las pérdidas causadas por estas. (Ríos, Corrales, et al., 2008). El Modelo Finca Montemariana, consiste en la utilización armónica de una serie de variedades y prácticas que sin deteriorar el medio ambiente pretenden evitar que las enfermedades y los insectos dañen los cultivos y por ende la economía de los agricultores. La asociación de plantas se basa en el manejo del principio de la biodiversidad. Las plantas liberan ciertas moléculas derivadas de su metabolismo, las que actúan como atrayentes para ciertos microorganismos a tiempo que repelen otros actuando como repulsivo, a la vez que se crean las condiciones desfavorables para los patógenos. En el Modelo Finca Montemariana, el manejo de plagas y enfermedades se realiza desde el conjunto de prácticas que se llevan a cabo como es el buen manejo de suelo, siembra de diferentes especies y de coberturas, conservación de vegetación natural, aplicaciones de materia orgánica, podas correctas y oportunas, etc. Todo ello influye en la diversidad del área intervenida, fortaleciéndose la plantación y aumentando los mecanismos naturales que controlan las plagas y enfermedades. Por lo anterior las medidas culturales que realicemos en la finca, deben ir dirigidas a fomentar la riqueza biológica de la plantación. Esto lo podemos traducir en que el manejo está basado en la prevención. No sólo se actúa cuando surge el problema sino que se trabaja para que éste no aparezca. Prácticas que Previenen el Riesgo de Enfermedades Además de las recomendaciones anteriores, todas las enfermedades se manejan fácilmente si el árbol tiene una altura menor de tres metros, se poda en el momento oportuno, se controlan las malezas, se regula el sombrío, se cosecha cada 15 días y se mantiene el suelo libre de encharcamiento. (Palencia, 2005).

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En general todas las enfermedades se manejan fácilmente si se utilizan las siguientes medidas: -

Sembrar materiales clonales o variedades tolerantes a enfermedades. Utilizar árboles con sombra regulada y en barreras. Controlar malezas. Hacer drenajes donde sea necesario. Mantener árboles frutales de cuatro metros de altura. Hacer podas de formación y mantenimiento oportunas. Cicatrizar los cortes y desinfectar herramientas. Fertilizar de acuerdo al análisis de suelo y exigencias de la planta. Cosechar cada 15 días. Revisar la plantación en forma permanente para tumbar o cortar todo el material que presente síntomas visibles de enfermedades con el fin de reducir el riesgo de diseminarlas.

Los materiales altamente productivos y tolerantes a enfermedades son la alternativa ideal, asegurando una buena producción, sin mayor costo para el productor. En caso de instalar plantaciones nuevas, se deben evitar los cultivos monoclonales, pues constituyen un peligro por su vulnerabilidad debida a su estrecha base genética. En ese sentido, se recomiendan las plantaciones multiclonales, como en este caso el Modelo Finca Montemariana que utiliza más de 15 materiales genéticos por área de siembra, tratando de mantener la variabilidad genética existente en cada zona, lo cual contribuye a recuperar y mantener los suelos y la biodiversidad. COSECHA Y BENEFICIO El agricultor moderno sabe que el éxito de su empresa se logra cuidando todos los pasos en el proceso de producción. El resultado del trabajo duro y esperanzado que realiza desde el momento que pone la semilla en la bolsa hasta cuando se dispone a sacar su producto al mercado, sólo se verá totalmente compensado si el beneficio del fruto se hace bien. (Palencia, 2005). En el Modelo Finca Montemariana, el beneficio constituye parte fundamental y decisiva para obtener buena calidad de los frutos, y permitir su correcta comercialización en el mercado nacional e internacional. La cosecha y distribución de estos productos de los árboles es una importante actividad generadora de ingresos. Por ejemplo, la producción de leña constituye una fuente vital de ingresos para muchas de las familias pobres del medio rural. El aserrado a mano, la carpintería, el cultivo de árboles, la recolección y venta de frutas, madera, granos y otros productos forestales, han generado más puestos de trabajo, tanto en industrias caseras como en empresas comerciales a mayor escala. La diversificación de productos dentro del modelo le permite al agricultor tener una producción y cosecha constante durante todo el año, donde la familia tiene

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suficientes alimentos sanos y de alto valor nutritivo. A la vez, que se reduce la necesidad de dinero para la adquisición de alimentos, ya que no tiene que gastar para comprar la mayoría de frutas que consume. La función de los árboles dentro del Modelo Finca Montemariana en el medio rural tiene una relevancia de carácter social. El destino de los productos agrícolas y forestales, tienen varios destinos: a) Autoconsumo familiar; b) Mercados Locales; c) Mercados Regionales. Los variados productos que se generan en un huerto familiar, básicamente se destinan para autoconsumo familiar; generalmente las familias consumen las plantas alimenticias herbáceas y las frutas. En estos huertos cuando hay árboles maderables, también la familia usualmente consume la leña o bien postes o bigas para la construcción o reparación de sus viviendas. Para el autoconsumo o venta en mercados locales, generalmente no hay exigencias de mercado en cuanto a la calidad de los productos, pero en cuanto a las frutas, frecuentemente se pide que la fruta tenga buena presentación. Recolección. Esta es una de las fases importantes del proceso, se debe hacer la identificación de las frutas maduras. Este estado se conoce por los cambios de coloración externa que varía dependiendo del tipo o variedad; los frutos de color verde pasan a amarillo y los rojos a naranja cuando maduran. La recolección debe efectuarse con herramientas adecuadas (tijeras de mano,), con una periodicidad de 15 días en temporada alta y 20 días en baja cosecha; recolecciones muy espaciadas originan frutos deteriorados. Se recomienda que se recolecten frutos en un punto de maduración uniforme o sea que no estén tan sobremaduros ni tan verdes. Es muy importante, cuando se coseche ir separando los frutos enfermos de los sanos, para beneficiar por separado y evitar la contaminación y daño de la calidad. EL AGRICULTOR EMPRESARIO Todo agricultor debe pretender una mentalidad empresarial en donde la combinación de los factores de producción tierra, trabajo y capital, los haga eficientes para obtener mayor producción y calidad del producto. El productor necesita hacer una planificación de su finca; determinar qué condiciones climáticas son las óptimas para el cultivo, seleccionar el sistema o modelo utilizando coberturas y especies productivas, seleccionar las variedades de alto potencial productivo aptos para las zonas, determinar el tamaño de la plantación, elaborar un plano de campo de los lotes, conocer los problemas fitosanitarios de relevancia y su control, métodos de beneficio, entre otros. Un concepto erróneo de tipo técnico puede afectar drásticamente los resultados de un proyecto, por ejemplo, cuando se siembran plantas que no son apropiadas para la región, no se aplican los nutrientes necesarios, no se realiza la poda de formación o no se cosecha adecuadamente. Un buen agricultor ó administrador con visión empresarial debe conocer como se ejecutan las labores, porque solamente así podrá supervisarlas; para poder hacer un

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buen cálculo de las costos de producción debe llevar registros básicos sobre jornales que requiera cada labor y su costo; sobre compra de insumos como: injertos, fertilizantes, fungicidas, correctivos, entre otros, su costo unitario y total; así mismo llevar registros de producción y ventas, de esta manera pueden calcular los ingresos.

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BIBLIOGRAFÍA

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