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MOISES, SUS RETOS Y COMPROMISOS INTRODUCCIÓN Predicar de la vida de personajes bíblicos es fascinante, porque aprendemos de forma ilustrada las diversas maneras del servicio a Dios. Moisés sus retos y compromisos es el tema para hoy. Les invito a seguir un pensamiento durante el presente tema: Asumir un reto significa renunciar en pro de Dios y la manera de cumplirlo es en la forma que Dios decide. Eso es lo que se muestra en la vida del gran Moisés. Los antepasados de Moisés son los patriarcas. Jacob, el nieto de Abraham descendió a Egipto en un tiempo de hambruna en la tierra de Canaán; juntamente con sus hijos y sus familias; para ello su hijo José había llegado a ser el hombre que gozaba de toda la confianza de Faraón. Setenta personas bajaron a Egipto y se multiplicaron, en 400 años, a mas un millón y medio de personas. A causa de ello, a los egipcios les invadió un temor que les llevó a esclavizarlos y a asesinar todos los niños varones de los hebreos. El Capítulo de 2,1-10 del Éxodo hallamos la narración del Nacimiento de Moisés Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río.Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he
aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
Leyendo el texto, concluimos que, Moisés nació como esclavo, pero fue adoptado como príncipe por la hija del Faraón. Fue criado en sus primeros años por su madre y ya crecido Moisés fue trasladado al palacio egipcio; allí se hizo hombre. Moisés, el príncipe tuvo muchos retos en su vida. De esos múltiples retos, vamos a hablar de solo un reto que a mí, particularmente, me impresiona, espero que ustedes también. ¿Cuál es el reto? Vamos a descubrirlo juntos. I.
MOISES Y SU RETO El libro de hebreos va a presentarnos el reto de Moisés.
Heb 11:24-26 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. El reto de Moisés, como nos presenta hebreos, puede resumirse en una sola palabra RENUNCIA Renunció su posición de príncipe a esclavo Renunció de una vida de deleites a una vida de maltratos Renunció de una vida de abundancia a una vida de pobreza Para Moisés, la vida en Egipto se le presentaba de manera óptima, y podía aprovecharla sin mala conciencia. Él como príncipe poseía esclavos a su servicio; quienes a la orden suya podían, hasta, besarle los pies. La sociedad egipcia era esclavista y era totalmente legal poseer esclavos e incluso maltratarlos. Él como príncipe podía tener las mejores anfitrionas femeninas del reino para su deleite sexual. El cómo príncipe tenía la riqueza material suficiente para poseer cualquier bien material que podamos imaginar. Egipto era, en esos tiempos, el imperio más poderoso, educado y rico de la tierra.
Todo el tiempo de su vida disfrutó, seguramente, de estas ventajas; pero se hastió y tomó la decisión de renunciar; y con eso demostró que nada de lo que había vivido le daba la felicidad completa. A los 40 años tomó la decisión de tomar el reto. Hch 7:23-24 Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Le “vino al corazón” menciona el texto. Tomo una decisión firme y se dijo que su vida sin el Dios de sus padres no tenía sentido, entonces asumió el reto de servirlo. Hablando de los 40 averigüe en la web ¿Cómo es un hombre a los 40? Los psicólogos dicen que a los 40 se inicia la etapa de la vejez; no obstante opinan que un hombre de desarrollo normal y adecuado llega a la cúspide de la madurez, porque a los 40 el hombre ya ha logrado la mayor parte de sus metas. En la misma página una dama opina: Soy una mujer de 26, y encontré en un hombre de 40 años, al mejor de todos, me atrajo su físico definido, su voz fuerte, su independencia, su experiencia en la vida, su nivel profesional, sus logros, su jovialidad sin trivialidad. Logró enamorarme y me ilusione. Los varones no saben que a los 40 se convierten en interesantes y atractivos. Nosotras, buscamos en un hombre a un ser definido, independiente,
atractivo,
fuerte,
con
apartamento
propio,
autosuficiente
económicamente, y todo esto lo cumplen la mayoría de hombres a los 40 años. Según los judíos, A los 40 llega el hombre recibe el más profundo coheficiente de entendimiento, para comprender la Torá. A la edad de 40 uno comprende los significados internos del maestro. Este comentario ensalza y engrandece el reto de Moisés. En la mejor etapa de su vida toma una decisión de renunciar a su principado. II.
MOISES Y CUMPLIMIENTO DE SU RETO
A pesar que Moisés renunció a mucho, pero, parece que para Dios no era suficiente. Eso lo vemos en la biblia. El actuar del Señor en ocasiones extraña. ¿Por
qué? Por la sencilla razón que Dios desea que cumplamos nuestros compromisos con él a la manera de él y no a la nuestra. A. La forma de Moisés (humana) Moisés ya había tomado el reto de servir a Dios, con mucha firmeza en sus decisiones, esa decisión la tomó a los 40 años. Leamos el pasaje de Hech 7.22-29 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras. Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? Pero él pensaba, Nos dice el texto. El creía que, con todo el genio que poseía, toda la estrategia militar con la que había sido preparado, toda la educación que había recibido, su elocuencia vigorosa que había aprendido en las aulas universitarias egipcias; todos los proyectos enormes que había construido, toda la experiencia ganada en esos 40 años; le bastaban y le sobraban. Asesinó a un egipcio, se puso en lugar de juez, ante dos hebreos que reñían; él estaba creído que el pueblo hebreo lo iban a levantarlo en hombros y declararlo como su libertador. Pero no; para Dios no era suficiente. Moisés, quizá pensó y cuestionó “Tanto he tenido que renunciar: posición, placeres, riquezas; etc. por un proyecto de Dios, y ahora que ya estoy listo y preparado para libertar al pueblo de Dios, ese Dios me desencanta; no lo entiendo” Moisés, seguramente, entró en una crisis, tuvo que afrontar ahora el peligro de ser un fugitivo, un buscado por la ley. Para Dios no significaba nada, todo lo que había dejado, estaba decepcionado. Todavía no comprendía el concepto divino; “No es con espada ni con fuerza sino con el espíritu de Dios” La lección del negarse a sí mismo, aun no lo había aprendido. Eso fue el reto más duro que atentó contra su dignidad, su
elocuencia, su fortaleza. Dios tenía que enseñarle a no depender de sí mismo, a no confiar en sus posibilidades sino en las posibilidades de Dios, luego estaría preparado para el servicio del Rey. B. La forma de Dios (Divina) Tuvo que pasar otros 40 años para Moisés, para que Dios considerara que por fin estaba preparado. Recién a los 80 años Dios “lo graduó” y se le manifestó en el monte Sinaí. Dice Hechos 7,30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. ¿Cuál fue la formación en el desierto esos 40 años? Leyendo Éxodo 3 que narra su llamamiento vemos a un Moisés trasformado: Éxo 3:11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Ya no es el Moisés de los 40 años, ya no se muestra confiado en sus posibilidades, En el Cap 4,1 del Exo. Vemos la actitud recia de Moisés: Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. Todavía mantiene el recuerdo de antaño del rechazo de su persona cuando intentó liberarlos a los 40. Seguimos con el diálogo, entre Moisés y Dios: Éxo 4:10 Entonces dijo Moisés a Jehová: !!Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. 40 años atrás se le presenta en la biblia como un hombre “Poderoso en palabras y en obras” Y ahora lo hallamos como un hombre torpe de lengua. Se rehúsa, ya se siente agotado para iniciar un proyecto, de librar a ese mas de un millón de personas Pero Dios no se equivoca, e insiste también con firmeza Éxo 4:13 Y él dijo: !!Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar. Éxo 4:14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés… Desde el punto de vista humano comprendemos a Moisés; prácticamente un anciano de 80 años; pero Dios es Dios; y él se place en usar a cualquier persona, independientemente de su edad. En la biblia observamos que Dios llama a un
Abraham de 75 años y un David adolescente de aproximadamente 15 años: Para Dios no hay edad para servirle. Pero, una cosa es importante, sírvele a su modo, no al modo tuyo. El verdadero compromiso con Dios, es servirle como él quiere que le sirvas. Cuando asumes un reto firme en pro de Dios, espera a que él te indique el momento de actuar. Tu mantente dispuesto, que Dios abrirá la puerta de par en par; y no tienes que forzar nada. Para concluir… CONCLUSIÓN Permítanme recapitular los pensamientos centrales acerca del tema expuesto: -
Asumir un reto significa RENUNCIAR en pro de un proyecto de Dios y
renunciar requiere sacrificios. Moisés renunció a su principado, a los placeres y a las riquezas en la mejor etapa de su vida. - Cuando asumas un reto en pro de Dios; espera el tiempo de Dios. No te
desesperes ni te desanimes. Moisés aprendió forzadamente, tú no lo hagas. - El Tiempo de Dios es el tiempo exacto. El Dios nuestro ejerce soberanía sobre el tiempo y para él no existe límites. El te va a usar en el tiempo exacto. - Para nuestro Dios no existe edad determinada. Llamó a Moisés a los 80 años, puede hacerlo contigo también. El Señor no exige cantidad de años en tu servicio sino fidelidad. RECUERDEN: Asumir un reto en pro de Dios significa renunciar y la manera de cumplirlo es a la forma que Dios decide.