Moniciones Domingo IV del Tiempo Ordinario 3 de Febrero 2013

Moniciones Domingo IV del Tiempo Ordinario 3 de Febrero 2013 Monición de entrada Nos reúne el Señor para escuchar su palabra y participar de la Eucar

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Moniciones Domingo IV del Tiempo Ordinario 3 de Febrero 2013

Monición de entrada Nos reúne el Señor para escuchar su palabra y participar de la Eucaristía, en este cuarto domingo del Tiempo Ordinario, en que contemplaremos a Jesús en la sinagoga de Nazareth, cumpliendo las esperanzas de los profetas de Israel, peros siendo rechazado por su pueblo. Participemos, pues, de esta celebración, con alegría y esperanza. Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Monición a la Primera Lectura (Jer 1,4-5.17-19) Hoy se nos presenta la vocación del profeta Jeremías, elegido por Dios desde el seno de su madre, para ser un mensajero valiente, muralla de bronce y columna de hierro, en su difícil ministerio. Monición al Salmo Responsorial 70 ¡Mi boca contará tu salvación!, proclama el salmista, al sentirse como Jeremías, elegido desde niño en el seno de su madre. Unámonos a su canto. Monición a la Segunda Lectura (1 Cor 12,31-13,13) San Pablo nos invita a vivir el amor como perdón, servicio, comprensión, tolerancia, aceptación, donación y entrega. Escuchemos su himno a la caridad. Monición al Evangelio (Lc 4,21-30) Jesús, el profeta que anuncia el Evangelio a los pobres, sufre el rechazo de los suyos. Que su valentía nos ayude a nosotros, toda vez que, como Él, nos enfrentemos con la incomprensión, siendo signos de contradicción en el mundo.

Oración de los fieles Celebrante: Presentemos a Jesús, que ha venido a este mundo a anunciar los tiempos de la salvación, diciendo: ¡Escúchanos, Señor!  Por la Iglesia extendida por el mundo entero, para que nos sienta miedo ante la persecución o rechazo del mundo. Oremos.  Por el Papa Benedicto XVI, los obispos y sacerdotes, para que, en su ministerio, se sientan llamados evangelizar, pese a la contradicción y oposición de quienes se oponen al Evangelio. Oremos.  Por los gobernantes y los que ejercen la autoridad como servicio, para que promuevan la paz, la justicia y la caridad entre los pueblos. Oremos.  Por los enfermos, los pobres, los que sufren y los que viven tristes, para que, al recibir la buena nueva de la salvación, experimenten que también ellos son sanados y evangelizados. Oremos.  Por todos los aquí presentes, para que, en el año de la fe que estamos celebrando, vivamos las excelencias del amor cristiano. Oremos.  Por todos nosotros, que hemos venido a celebrar la Eucaristía, dentro de este año de la Eucaristía, para que experimentemos la salud y la vida que nos trae el Señor en este banquete. Oremos.  Por nuestros difuntos, en especial, los que estamos recordando y encomendando en esta Eucaristía, para que gocen ya de la paz definitiva, en el Reino de los cielos. Oremos. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta, para que nunca dejes de atenderlas. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Monición a la presentación de las ofrendas Pongamos en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino, nuestras preocupaciones y esperanzas, para que unidas al sacrificio de Cristo, sean transformadas por su gracia, en ofrenda agradable al Padre. Monición a la Comunión Acerquémonos con alegría y confianza, a recibir la Eucaristía, con la esperanza de que el Pan de la Vida que recibimos, nos alimente en nuestro caminar pascual hacia el Padre. Monición de despedida (optativa) Habiendo participado de la Eucaristía, que la palabra y mensaje de Cristo, nos ayude a seguirlo con generosidad, pese a las dificultades de la propia vocación, siendo valientes y decididos, amando generosamente a los demás, como hoy la Palabra de Dios nos ha enseñado y como el Señor has plasmado su amor en el pueblo.

Moniciones Domingo V del Tiempo Ordinario Domingo 10 de febrero 2013

Monición de entrada Una vez más nos reunimos este domingo del Tiempo Ordinario, para celebrar la Eucaristía, hoy que la Palabra de Dios nos presenta, tanto la vocación del profeta Isaías como la del apóstol Pedro, llamado a ser “pescador de hombres”, tarea que también nos involucra a todos en el trabajo evangelizador de la Iglesia Iniciemos con alegría nuestra celebración. De pie, cantamos todos: Monición a la Primera Lectura El profeta Isaías, en una fulgurante visión de Dios en el templo, descubre su llamada a ser mensajero del Señor y con generosidad, se dispone a realizar los planes de Dios. Por eso dice: Aquí estoy Señor, mándame… Monición al salmo responsorial ¡Delante de los ángeles, tañeré para ti! Con el salmista que toca y canta al Señor, unámonos a su invitación, junto con toda la Iglesia, que reconoce al Dios que hace maravillas con los suyos. Monición a la Segunda Lectura Tenemos en la segunda lectura, el anuncio cristiano por excelencia, el kerigma, que proclama la muerte y resurrección del Señor, objeto central de nuestra fe. Escuchemos Monición al Evangelio Pedro, aquel pescador sencillo del lago de Galilea, se encuentra por primera vez con Jesús y al pescar de forma milagrosa, gracias a la palabra del Maestro, se convierte en adelante en “pescador de hombres”, como nosotros también como él, somos llevados a pescar, es decir, a evangelizar.

Oración de los fieles A Cristo el Señor que, al igual que a Pedro, a quien llamó a pescar hombres y mujeres para el Reino, supliquémosle diciendo: Escucha, Señor y ten piedad.  Para que la Iglesia, con ilusión, fe y alegría, siga en el mundo las tareas evangelizadora encomendada por Cristo, ROGUEMOS AL SEÑOR.  Por el Papa Benedicto XVI, por nuestros obispos y sacerdotes, para que sepan llevar a las redes y barca de la Iglesia, a todos aquellos a quienes “pescan” con su palabra y testimonio. ROGUEMOS AL SEÑOR.  Por nuestros gobernantes y por los responsables de todas las naciones del mundo, para que actúen con justicia y honradez y fomenten la paz y la prosperidad de nuestros pueblos. ROGUEMOS AL SEÑOR.  Por el pueblo de Dios de Costa Rica, para que celebre con devoción y con fe, el próximo IV Congreso Eucarístico, que se llevará a cabo en Cartago, en el tiempo de Pascua que se aproxima. ROGUEMOS AL SEÑOR  Para que los cristianos sepamos responder a la vocación tan alta de ser llamados “pescadores de hombres”, como un día fueron llamados Pedro y los apóstoles. ROGUEMOS AL SEÑOR.  Para que podamos crecer y profundizar nuestra fe, que recibimos en el bautismo, mediante la catequesis y la evangelización, en este Año de la fe. ROGUEMOS AL SEÑOR.  Para que el Señor nos conceda a cada uno de nosotros aquello que más necesitamos, en lo material y espiritual. ROGUEMOS AL SEÑOR.  Por nuestro difuntos, para que, habiendo cruzado el umbral de esta vida al cielo, ya estén gozando de las delicias del Reino, su verdadero hogar. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Celebrante: Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo, para que nunca dejes de atenderlas. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Presentemos al Señor, junto con el pan y el vino de nuestros campos, nuestros esfuerzos evangelizadores en pos de pescar hombres y mujeres, a la barca de la Iglesia. Monición a la Comunión Acerquémonos con alegría y confianza, a recibir la Eucaristía, para que vivamos verdaderamente como comunidad eucarística, recibiendo siempre al Señor, toda vez que participamos de la mesa de los hermanos. Monición de despedida (optativa) En el Evangelio de san Lucas, Jesús no llamó a Pedro para un futuro vago e impreciso, de ser “pescador de hombres”, sino que lo asoció inmediatamente a su actividad misionera, al decirle “desde ahora lo serás”, con lo cual entendemos mejor por qué Pedro lo deja todo en aquel mismo momento. Que al igual que el gran Apóstol del Señor, seamos capaces de poner nuestra vida y esfuerzos a esta tarea bella, llena de ilusión, de saber pescar para Cristo y para su Iglesia, en nuestro quehacer evangelizador de cada día.

Miércoles de Ceniza- 13 de febrero 2013 Monición de entrada: Hermanos y hermanas en Cristo: hoy la Iglesia comienza el gran tiempo de gracia, la Cuaresma, como preparación a la Pascua. El tiempo de Cuaresma nos invita a renovar nuestro compromiso bautismal, por medio de la oración, la conversión individual y social, el ayuno y la caridad, como signos de nuestra adhesión a Cristo ya los hermanos más necesitados. Con espíritu humilde, empecemos nuestra liturgia entonando el canto de entrada. Primera lectura: Joel 2, 12-18 (Conviértanse al Señor, su Dios) En la primera lectura que escucharemos hoy, el profeta Joel nos hace una fuerte llamada a la conversión. Es un movimiento de retorno al Dios creador y Salvador por medio de la oración, el ayuno y los actos de penitencia. Salmo responsorial 51. Con David, el salmista, que oró pidiendo perdón al Dios misericordioso, hagamos otro tanto aclamando a Aquel que es rico en misericordia. Segunda lectura: 2 Cor 5, 20-6,2 (Ahora es tiempo de gracia y salvación) En el siguiente texto, San Pablo nos enseña que Cristo no cometió pecado, pero por nosotros cargó con todos los pecados de la humanidad, invitándonos a la reconciliación: “Déjense reconciliar con Dios”. También Él dice que “ahora es el tiempo de gracia”. Aprovechemos, pues, este tiempo de salvación. Evangelio: Mt 6,16.16-18 (Limosna, oración y ayuno) El Evangelio de hoy nos enseña que el sentido de la verdadera religiosidad, el nuevo espíritu que debe animar al cristiano, es la autenticidad. Cristo nos insiste en la interioridad de espíritu cuando practiquemos el ayuno, la oración y la limosna, haciéndolos de corazón, en estos santos días de la Cuaresma.

Oración de los fieles Celebrante. Al comenzar el tiempo de Cuaresma, que nos prepara a las fiestas pascuales, presentemos a Dios Padre nuestras oraciones, diciendo: Escucha, Señor y ten piedad  Para que el rito de la ceniza, que inaugura el camino cuaresmal, nos recuerde que formamos parte de la Iglesia, que somos santos pero necesitados de conversión. Roguemos al Señor.  Para que los enfermos y los que sufren se sientan, más que nunca, en el centro de la comunidad que ora y lucha contra el mal, y se encaminen en la esperanza hacia la victoria pascual. Roguemos al Señor.  Para que los discípulos del Señor, iluminados por la Sagrada Escritura, purificados por el sacramento del perdón y fortalecidos con el pan de la Eucaristía, den testimonio de que el Reino de Dios es alegría y paz en el Espíritu. Roguemos al Señor.  Para que los gobernantes de las naciones trabajen siempre por la paz, la fraternidad, la justicia y el progreso de todos los pueblos. Roguemos al Señor.  Para que cuantos sinceramente buscamos el rostro de Dios, recibamos la plenitud de su perdón, en este Año de la fe. Roguemos al Señor.  Para que este tiempo de Cuaresma y Pascua, en el contexto del IV Congreso Eucarístico Nacional, sea un tiempo de profundización y de amor al sacramento pascual de la Eucaristía. Roguemos al Señor. Celebrante: Escucha Señor, las plegarias de tu pueblo penitente, que hoy ha comenzado su camino cuaresmal hacia la Pascua. Por Jesucristo nuestro Señor.

Monición a las Ofrendas Presentemos al Señor, los dones de pan y de vino, como un gesto de servicio a Dios, que anticipa el sacrificio supremo de Jesucristo por nuestra salvación, al comenzar la Cuaresma. Monición a la Comunión Al recibir la Eucaristía, que la comunión con Jesucristo, sea comunión con su vida, sus sentimientos y su entrega a la muerte por nosotros, en este sacramento que hace presente su pasión redentora y resurrección. Comulguémoslo con fe y amor. Monición de despedida Hemos comenzado la Cuaresma, con el gesto de la ceniza, en señal de conversión y de penitencia sacramental. Habiendo, pues, celebrado la Eucaristía, que la liturgia vivida y compartida, nos ayude a empezar esta bella cuarentena con un corazón contrito y esperanzado, para que celebremos la Pascua dando frutos de conversión, de amor y de justicia.

Moniciones Primer Domingo de Cuaresma 17 de febrero 2013

Monición de entrada La Cuaresma es un tiempo en que celebramos el misterio de Cristo, Hijo de Dios hecho hombre para salvarnos. Cristo es el gran protagonista de la Cuaresma, el modelo y maestro. De allí que en estos dos primeros domingos de Cuaresma, estén marcados por una fuerte presencia del Señor, que es Aquel a quien celebramos en estos días, en especial los domingos, a través de la proclamación del Evangelio. Iniciemos, pues, con alegría, esta santa Eucaristía en este primer domingo cuaresmal. Primera lectura (monición) En la primera lectura, escuchamos el llamado “credo histórico de Israel”, es decir, una confesión de fe del pueblo elegido en su Dios, hecho en una celebración litúrgica, donde el pueblo expresa su fe en el Dios como Señor de la historia. Monición al salmo responsorial ¡Estate conmigo en la tribulación! Con este salmo de confianza, queremos expresar nuestra confianza en la protección de Dios, en quien nos amparamos en las dificultades de cada día. Monición a la Segunda Lectura San Pablo nos invita a reconocer a Jesús como Señor, pues Dios ha actualizado definitivamente todas sus promesas y ha salvado a todos los seres humanos, empezando por su pueblo elegido. Monición al Evangelio Hoy vamos a acompañar a Jesús al desierto, para unirnos a Jesús que, animado por el Espíritu supera las tentaciones y que, con su fuerza y ayuda, nos fortalece a todos, en las luchas y decisiones de cada día, para seguir la voluntad del Padre y adherirnos a su Palabra.

Oración de los fieles Celebrante. A Cristo el Señor, que al igual que nosotros ha sido tentado, pero que, a diferencia nuestra, ha superado las pruebas, digamos: ¡Señor, no nos dejes caer en la tentación! Para que la Iglesia confíe siempre y por encima de todo en la Palabra de Dios y en su fuerza liberadora. Roguemos al Señor...  Para que escuchemos las voces que nos llaman a buscar una sociedad más justa y fraternal. Roguemos al Señor.  Para que, frente al individualismo y al egoísmo del mundo, nosotros pongamos por encima de todo, el valor del amor y de la solidaridad entre las personas. Roguemos al Señor.  Para que seamos conscientes de que Dios está siempre a nuestro lado, aunque a veces no lo parezca, en la tentación y en las dificultades. Roguemos al Señor.  Por quienes sufren las tribulaciones, las pruebas y las dificultades de cada día, para que poniendo su fe en Jesucristo, que ha sido probado como nosotros, logren vencerlas y salir adelante. Roguemos al Señor.  Para que comencemos la Cuaresma con ilusión y alegría, como tiempo de preparación a las fiestas de Pascua, liberándonos de los ídolos y de todo aquello que nos esclaviza. Roguemos al Señor.  Para que en este Año de la Eucaristía y Año de la fe, la celebración diaria de la Santa Misa, alimente nuestra fe y esperanza, en especial, en este tiempo fuerte de la Cuaresma. Roguemos al Señor.  Para que nuestros difuntos que hoy recordamos y encomendamos, hayan llegado a la tierra de promisión del cielo, después de haber atravesado el desierto de la vida. Oremos.

Monición a la presentación de las ofrendas Con los dones de pan y vino para la Eucaristía, presentemos al Señor nuestro deseo de vivir esta Cuaresma que comenzamos, con un verdadero espíritu de conversión. Monición a la comunión Dice el Santo Padre Benedicto XVI: “La Comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Cristo y por tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos. Nos hacemos “un cuerpo”, aunados en una única existencia.”. Vivamos esta invitación del santo Padre, al recibir la Eucaristía. Monición de despedida Al comenzar la Cuaresma y al celebrar los misterios de la Eucaristía, pidamos a Dios que Cristo su Hijo, al ser tentado como nosotros, sea modelo de fortaleza victoriosa para nosotros, fuerza que también que quiere darnos hoy, en las luchas y pruebas de cada día. Vivamos con fe y devoción, en cada una de nuestra vida, lo que hoy hemos vivido y celebrado en esta santa misa.

Moniciones Domingo II de Cuaresma 24 de febrero 2013

Monición de entrada Nos reúne hoy el Señor para escuchar su palabra y participar de la Eucaristía, en este segundo domingo de Cuaresma, en que contemplaremos a Jesús transfigurado. Descubriremos en Él la grandeza y la gloria de Dios, como Hijo amado del Padre, a quien debemos escuchar en este tiempo de conversión y de camino pascual y de seguirlo como discípulos consecuentes. Participemos, pues, de esta celebración, con alegría y esperanza. Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Se ponen de pie. Monición a la Primera Lectura Escuchemos cómo el Dios de Abrahán realiza una alianza con nuestro antepasado de la fe, como anticipo de la nueva alianza sellada por Cristo con nosotros. Monición al Salmo Responsorial Con el salmista, aclamemos al Señor, el Dios de mi luz y mi salvación, como él canta, esperando gozar por siempre de su dicha y de su rostro Monición a la Segunda Lectura A quienes vivimos muchas veces apegados a las cosas de este mundo y a sus placeres, hoy san Pablo nos presenta las riquezas del conocimiento de Cristo, muerto y resucitado. Monición al Evangelio Jesús, puesto en oración, se nos manifiesta transfigurado en la montaña santa, como Aquel que se dirige a Jerusalén, para subir al Padre y animar a sus discípulos a escuchar su Palabra.

Oración de los fieles Celebrante: A Jesús, transfigurado en el monte Tabor, en su camino hacia la cruz y la resurrección, presentemos nuestras oraciones con toda confianza en Él, diciendo juntos: ¡Oh, Señor, escucha y ten piedad!  Por la Iglesia Universal, para que, en esta Cuaresma, pueda asociarse a Cristo en su camino pascual. Oremos.  Por el Papa Benedicto XVI, los obispos y sacerdotes, para que como evangelizadores, anuncien incansablemente la Palabra de Dios en este tiempo de Cuaresma. Oremos.  Por los gobernantes y los que ejercen la autoridad como servicio, para que promuevan la paz, la justicia y el entendimiento entre los pueblos. Oremos.  Por los enfermos, los pobres, los que sufren y los que están tristes, para que experimenten la fuerza de Cristo transfigurado, que también pasó por la prueba y el dolor. Oremos.  Por todos nosotros, que hemos venido a celebrar la Eucaristía, para que este año eucarístico sea estímulo para vivir y celebrar este sacramento central de la fe. Oremos.  Por nuestros difuntos, en especial, los que estamos recordando en esta Eucaristía, para que, ya en el cielo, contemplen el rostro radiante del Señor Resucitado, como aquel día en la montaña lo vieron sus discípulos. Oremos. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta, para que nunca dejes de atenderlas. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Monición a la presentación de las ofrendas Pongamos en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino, nuestras preocupaciones y esperanzas, para que unidas a Cristo Resucitado, sean alimento de vida eterna. Monición a la Comunión Acerquémonos con alegría y confianza, a recibir la Eucaristía, con la esperanza de que el Pan de la Vida nos fortalezca y nos ayude a escuchar la voz del Hijo amado del Padre y seguirlo en su camino de entrega y de servicio. Monición de despedida (optativa) Habiendo participado de la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía, que el misterio de la transfiguración del Señor, nos ayude a identificarnos con Él, en su camino de muerte y de vida, para que un día tengamos la dicha de contemplarlo para siempre, en la gloria de sus santos. Que esta Cuaresma sea ese tiempo de transfiguración, de purificación y de gloria para todos nosotros, siguiendo, como auténticos discípulos, las huellas de Cristo, Muerto y Resucitado.

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