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OBSERVATORIO ECONÓMICO SOCIAL
Edición 11 2015
RESUMEN Nos ocupa en este último boletín del año, hacer un recuento de los resultados más relevantes para comprehender la coyuntura nacional, socioeconómica de nuestro país. A partir de las investigaciones y trabajos realizados en los cinco boletines que el Observatorio Económico-Social de la ESPOL ha publicado en este 2015, hemos resaltado en la presenta entrega, reflexiones con relación a dinámicas de gobernanza desde el estado- nación y de prioridad, alrededor de las temáticas de: Trabajo infantil, trabajadores domésticos, bono de desarrollo humano, jubilados, y satisfacción laboral. Palabras clave: Trabajo infantil, trabajadores domésticos, bono, jubilados, satisfacción laboral
ABSTRACT It occupies us in this last installment of the year, to highlight some of the results obtained throughout the published works of 2015, around the national socio-economic situation of our country. From the five academic bulletins that the Economic and Social ESPOL Observatory has done in this year around the themes of: Child labour, domestic workers, BDH, retirees, and job satisfaction; we have now emphasized our analysis from a conceptual framework of governance. Key words: Child labour, Domestic labour, Bonus, retired people, work satisfaction
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CONTENIDO
CRÉDITOS
1.
INTRODUCCIÓN.................................................................... 4
2.
1ER BOLETÍN: TRABAJO INFANTIL .................................... 4 2.1.EDUCACIÓN ....................................................................... 5 2.2.MERCADO LABORAL ......................................................... 7 2.3. CARACTERIZACIÓN HOGARES ....................................... 9 2.4. REFLEXIONES DE GOBERNANZA.................................. 12
M.Sc. Alicia Guerrero SUBDECANA FCSH
3.
2DO BOLETÍN: TRABAJADORES DOMÉSTICOS ............. 13 3.1.VARIABLES DEMOGRÁFICAS ......................................... 13 3.2.CONDICIONES LABORALES............................................ 16 3.3.REFLEXIONES DE GOBERNANZA .................................. 19
M.Sc. Iván Rivadeneira DIRECTOR CIEC
4.
M.Sc. John Cruzatti C. COORDINADOR DEL PROYECTO
3ER BOLETÍN: BONO DE DESARROLLO HUMANO ........ 19 4.1.CARACTERÍSTICAS GENERALES DE BENEFICIARIOS . 20 4.2.CORRESPONSABILIDAD ................................................. 25 4.3.REFLEXIONES DE GOBERNANZA .................................. 28
5.
4TO BOLETÍN: JUBILADOS ............................................... 29 5.1. PERFIL DE JUBILADOS ................................................... 29 5.2. INGRESOS RECIBIDOS................................................... 31 5.3. REFLEXIONES DE GOBERNANZA.................................. 33
6.
5TO BOLETÍN: SATISFACCIÓN LABORAL....................... 34
7.
OESE HACIA ADELANTE ................................................... 36
8.
CONCLUSIONES................................................................. 37
9.
REFERENCIAS .................................................................... 38
Ph.D. Leonardo Estrada DECANO FCSH
María José Mendoza COLABORADORES EN ESTA EDICIÓN
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1. INTRODUCCIÓN En la última semana del mes de Noviembre de este año, este Observatorio hacía el lanzamiento de su plataforma web: www.oese.espol.edu.ec. Dentro de dicha presentación, correspondía al coordinador del mismo entregar algunas de las conclusiones al respecto de los objetivos que tiene como grupo el Observatorio Económico- Social de la ESPOL (OESE). Estas conclusiones planteaban tres mercados específicos al cual se apuntaban; el social- civil, el social- político y el social- académico. Además, dentro de este mismo espacio, se detallaban los principales productos que pretendía ofrecer: información histórica de la evolución de variables socioeconómicas claves dentro del desarrollo de una nación –donde el énfasis radica en el estudio sobre las variables relacionadas al empleo1-, presentación de datos, en cuanto, relaciones de comercio exterior ecuatoriano desde el año 1990, y el análisis sobre algunas de las variables socioeconómicas mencionadas en la forma de boletines bimestrales. En esa dinámica, este año el OESE ha definido como variables socioeconómicas a estudiar y sobre los cuales urge una reflexión prioritaria por parte de los mercados mencionados anteriormente; al trabajo infantil(OESE 2015a), los trabajadores domésticos(OESE 2015b), el acceso al Bono de desarrollo humano(OESE 2015c), la situación de los Jubilados(OESE 2015d) y las distintas particularidades de los reportes de Satisfacción Laboral en el país(OESE 2015e)2. De estos distintos boletines, estaremos mencionando algunos de los resultados que consideramos más relevantes para comprender varios aspectos de la coyuntura nacional, y para cada uno de ellos además, estaremos planteando reflexiones puntuales en términos de gobernanza desde el estado- nación3.
2. 1er BOLETÍN: TRABAJO INFANTIL El comienzo del 2015 marcó el inicio de una nueva series de publicaciones, que se embarcarían en la discusión de temas que no fueron directamente tratados en los boletines del año 2014. Así, esta primera publicación trató el tema de trabajo infantil y juvenil, que al ser un tema de altísima delicadeza, en tanto, discusión moral y académica, mereció toda nuestra atención desde el inicio. Los datos entregados señalaron resultados interesantes, en términos de la valoración que debemos hacernos como sociedad en conjunto, y más en particular, en relación a las medidas y discursos propuestos desde el gobierno central para erradicar este fenómeno –que se acentúan en la construcción de marcos constitucionales y legales-.
1 Aun cuando el INEC, quien es nuestra principal fuentes de datos, ha cambiado las denominaciones a los tipos de empleo –empleo adecuado e inadecuado, cada con sus distintas ramificaciones- durante el año 2015; dentro de este boletín y por temas de limitación de páginas, mantendremos la explicación en términos de empleo, subempleo y desempleo. Los boletines específicos de cada entrega sin embargo, sí han hecho las distintas consideraciones que el INEC ha propuesto. 2 Los mismos trabajaron con datos anuales desde el 2007 hasta el 2014. 3 Más allá, de que como dijimos, el OESE busca discusión y acción desde distintas esferas, i.e. civil, política, académica.
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Concretamente, este boletín evaluó los distintos niveles y matices encontrados en dimensiones claves socioeconómicas tales como educación, acceso al mercado laboral y forma de los hogares, y en relación directa con dos franjas de edad que suelen referir al trabajo infantil y juvenil: de 10 a 17 años, y de 18 a 24. 2.1.
EDUCACIÓN
En términos de Educación, resaltamos los siguientes cuadros: Dentro de la franja de edad de 10 a 17 años (ver Gráfico 2.1.1), podemos evidenciar como mientras la tasa de asistencia escolar de los inactivos ha incrementado en los últimos años, la asistencia escolar de la PEA ha disminuido de forma significativa. Gráfico 2.1.1 Asistencia a clases (10-17 años)
Así también, como la edad promedio de la PEA es 2 años mayor a la PEI (ver Gráfico 2.1.2), pero al mismo tiempo, como el nivel de escolaridad de la PEA es apenas un semestre superior al nivel de la PEI (ver Gráfico 2.1.3). Por otra parte, en lo relacionado a la franja de edad de 18 a 24 –que refiere más bien a un trabajo juvenil-, rescatamos como resultados de vital evaluación, el como a pesar de la vigencia de la gratuidad de la educación superior desde el año 2008 (Constituyente 2008), no se ha registrado un incremento significativo en la tasa de asistencia a clases entre los inactivos o los activos dentro de la población económica (ver Gráfico 2.1.4). Esto aun cuando en niveles promedio el nivel de escolaridad de la población económicamente inactiva (PEI) es mayor al de la población económicamente activa (PEA) (ver Gráfico 2.1.5).
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Gráfico 2.1.2 Evolución de la edad promedio (10-17 años)
Gráfico 2.1.3 Evolución de los años de escolaridad promedio (10-17 años)
Gráfico 2.1.4 Asistencia a clases (18-24 años)
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Gráfico 2.1.5 Evolución de los años de escolaridad promedio (18-24 años)
2.2.
MERCADO LABORAL
En el análisis sobre la relación de acceso al mercado laboral de tanto la franja de edad de 10 a 17 años y 18 a 24, el cual, es dentro de nuestra perspectiva el análisis central de este boletín, pudimos encontrar las siguientes características principales: Dentro de lo considerado trabajo infantil, es decir, aquel entre los 10 y 17 años la mayoría que reportaba estar dentro del mercado laboral, se encontraba subempleada –llegando a niveles de alrededor del 87%-, tendencia que también mostró el rango de edad 18- 24, aun cuando el acceso al pleno empleo muestra una evolución dentro del período estudiado (ver Gráfico 2.2.1). La clasificación del mercado laboral sin embargo, también fue desagregada en términos de los grupos de ocupación y ramas de actividad para los dos rangos de edad, obteniendo como resultados más ilustrativos que: Dentro del rango 10-17 años, el 56% se encuentra laborando en agricultura, ganadería y pesca. Y donde se encuentra además que dentro de este grupo etario la mayoría son clasificados como ”trabajadores no calificados”4 (ver Gráfico 2.2.2). Así mismo, se denota como este grupo etario que se encuentra con acceso al mercado, y por tanto es parte de la PEA, en promedio para el año 2014, solo recibía alrededor del 41% del salario mínimo establecido en el Ecuador.
4
Según la metodología CIUO 08 utilizada por el INEC, la categoría de trabajadores no calificados “…comprende las ocupaciones para cuyo desempeño se requieren los conocimientos y la experiencia necesarios para cumplir funciones generalmente sencillas y rutinarias realizadas con la ayuda de herramientas manuales, y para las cuales se requiere a veces un esfuerzo físico considerable y salvo raras excepciones, escasa iniciativa o capacidad de juicio. Sus funciones consisten en vender mercancías en las calles, brindar servicios de portería y vigilancia de inmuebles y bienes, limpiar, lavar, planchar ropa y ejecutar tareas simples relacionadas con la minería, la agricultura o la pesca, la construcción o las obras públicas y las industrias manufactureras...”
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Por otra parte, dentro del rango de edad entre 18- 24 años, podemos notar como la mayoría reporta trabajar en el sector de servicios (39%), seguido de agricultura y ganadería (25%). Así mismo, al igual que el grupo etario inmediatamente anterior la mayoría son considerados como “trabajadores no calificados” (ver Gráfico 2.2.3). Gráfico 2.2.1 Evolución de la distribución de la PEA
Gráfico 2.2.2 Rama de actividad y grupo de ocupación para ocupados de 10 a 17 años
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Gráfico 2.2.3 Rama de actividad y grupo de ocupación para ocupados de 18 a 24 años
2.3. CARACTERIZACIÓN HOGARES Finalmente, hemos decidido traer a colación el tema del perfil de los hogares a los cuales pertenecen estos dos grupos etarios, puesto que en esta medida hemos podido constatar la relevancia de los mismos dentro del ingreso familiar, y así mismo cuales son las características principales de los jefes de hogar que tienen a un miembro de su familia dentro de la PEA. En este sentido, los resultados para cada grupo etario marcan significativas diferencias. Por una parte, dentro del grupo de edad de 10 a 17 años, y en relación al tamaño del hogar, podemos evidenciar cómo los integrantes promedio de los hogares con niños en la PEA supera la barrera de 5 personas (ver Gráfico 2.3.1). Este número, para el grupo etario 18- 24 en cambio, es menor (ver Gráfico 2.3.2). Gráfico 2.3.1 Tamaño promedio del hogar con infantes de 10-17 años
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Gráfico 2.3.2 Tamaño promedio del hogar con infantes de 18-24 años
Una dimensión de particular interés para posteriores reflexiones, tiene que ver con las características del jefe de hogar. Ya que, como veremos en los siguientes gráficos, el mismo define –sobre todo en el grupo etario 10-17 años- en muchos sentidos la orientación de trabajo del niño que pertenece a su hogar. Así, entre muchos otros resultados interesantes, vemos como los jefes de hogar en este grupo tienen un promedio de instrucción educativa de alrededor de 6 años (ver Gráfico 2.3.3) -lo cual muestra un nivel incluso inferior al de instrucción básica. De igual forma, como la mayoría de ellos se encuentran “subempleados” (Gráfico 2.3.4) y mayoritariamente se encuentran dentro de la rama de actividad de agricultura y ganadería (Gráfico 2.3.5) –que como señalamos en el boletín pertinente, podría sugerir que los infantes se encuentran laborando con sus padres (OESE 2015a, pp. 19). Gráfico 2.3.3 Años de escolaridad del jefe de hogar con infantes de 10-17 años
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Gráfico 2.3.4 Distribución de la PEA de los jefes de hogar con infantes trabajando
Gráfico 2.3.5 Distribución de la rama de actividad del jefe de hogar con infantes en la PEA
Al final de este diagnóstico relacionado a la caracterización de los hogares, nos hemos querido referir a la importancia, en términos de ingresos, que tienen estos grupos etarios para la totalidad de ingresos en sus hogares. Así, siguiendo la lógica dispar que mencionábamos al inicio de este apartado, podemos notar como, para el año 2014, en los hogares que tienen dentro de la PEA a infantes entre 10 y 17 años, solo se cubre alrededor del 88.7% del valor de la canasta básica– $483 en dólares del 2007 (ver Gráfico 2.3.6). Al mismo tiempo que, dentro del rango de 18-24 años, las personas, estén o no dentro de la PEA, pertenecen a hogares que cubren el valor de la canasta básica (ver Gráfico 2.3.7). Esto en sí mismo ya demuestra la importancia disímil que tiene la participación laboral de los infantes y jóvenes, a la vista de que incluso estando dentro de la PEA, los hogares con personas en un grupo –rango 18-24- logran cubrir el valor de la canasta y los otros no –rango 10-17.
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Gráfico 2.3.6 Ingresos del jefe de hogar con infantes (10-17 años)
Gráfico 2.3.7 Ingresos del jefe de hogar con jóvenes (18-24 años)
Esto último, es aún más evidente si denotamos que para el 2014 el ingreso per cápita en este tipo de hogares –con niños en la PEA- está en alrededor de USD $78 y que dicha cifra solo constituye el 81.6% del valor de la canasta básica per cápita. Si a la valoración hecha, complementariamente, se le considera el ingreso promedio de un infante trabajador –USD $147.5-, podemos inferir que el trabajo de los mismos y más concretamente, el ingreso que generan, es de vital importancia para el sostenimiento de sus hogares. Cuestión que no es cierta en el caso del grupo etario siguiente. 2.4. REFLEXIONES DE GOBERNANZA El primer boletín del año 2015, evaluó la evolución de los índices de trabajo infantil y juvenil entre los años 2007 y 2014. En el mismo se rescataron varias reflexiones prioritarias, y en detalle, en virtud de su relación con otras dimensiones socioeconómicas de interés tales como: educación, caracterización de hogares, mercado laboral, etc. En este último boletín hemos querido acentuar el análisis sobre los resultados del mismo que hemos considerados de mayor relevancia para posteriores consideraciones del estadonación ecuatoriano.
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Así, creemos que las medidas emprendidas desde el gobierno, que entre otras cosas han sido más evidentes en regulaciones del tipo constitucional (Constituyente 2008, art.42) y legal (Congreso Nacional 2008, art. 83) en búsqueda de la erradicación del trabajo infantil, y además también, en búsqueda de cobijarlos dentro de un marco de servicios gratuitos – como salud o educación- han sido positivas. Pero aún, tal cual marcan los resultados obtenidos, insuficientes. La evaluación demuestra, entre otras cosas, que en algunos casos la existencia de niños aún dentro de la PEA, pareciera responder más a la importancia que este trabajo tiene para la subsistencia de la familia y no necesariamente a la falta de oferta educativa o infraestructura para la misma. Esto señala un reto sistémico para el gobierno, puesto que además de la creación de estructura elemental para dotar de servicios elementales a los niños, también deberá buscar un sistema económico, holísticamente compatible con las necesidades básicas de todos los sectores de la población. Es decir, en principio, crear mecanismos que permitan que los hogares logren cubrir, al menos, el valor de la canasta básica sin tener que recurrir al trabajo infantil. Así mismo en materia de trabajo juvenil, al no haberse vislumbrado que la participación de ellos dentro del mercado laboral sea de vital importancia para cubrir el costo de la canasta básica, y además, no haber evidenciado una evolución en sus tasas de inserción educativa a pesar del marco educativo que lo hace gratuito, el gobierno deberá replantearse estrategias para hacer de ese cobijamiento constitucional –con incluso educación de pregrado gratuita (Constituyente 2008, art. 28)-, uno funcional.
3. 2do BOLETÍN: TRABAJADORES DOMÉSTICOS Nuestro segundo boletín del año se planteó la discusión alrededor de la situación en los últimos 7 años de los trabajadores considerados “domésticos”. Dado que dicha situación ha marcado también los esfuerzos de quienes componen los que hacen el gobierno en los últimos años, el referido estudio también se constituyó en uno de vital importancia para valorar la evolución en cifras, a partir de la acción de gobierno desde el estado- nación. 3.1.
VARIABLES DEMOGRÁFICAS
Una consideración elemental para construir análisis es el de comprender lo que se discutirá. En este sentido y en primer orden, nuestro boletín hizo una caracterización demográfica de las personas que han compuesto este sector en los últimos años, y así, poder entender las relaciones de proveniencia, género, edad, etc. que permitan generar reflexiones más consistentes. Así, en primer orden, notamos como en el Ecuador durante todos los años de estudio, alrededor del 95% de este tipo de trabajadores son mujeres (ver Gráfico 3.1.1).
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Gráfico 3.1.1 Distribución empleados domésticos por género
De igual forma, pudimos evidenciar dentro del período de estudio, como el nivel de instrucción ha promediado, en este tipo de trabajadores, entre 7 y 7.5 años (ver Gráfico 3.1.2). Gráfico 3.1.2 Distribución de los años promedio aprobados de los empleados domésticos 2007-2014
En cuanto a distinciones de etnia, pudimos constatar como para el 2014, la principal característica racial era la de ser “mestizo” tanto en hombres como mujeres. Obteniendo cifras que superaban el 80% del total de trabajadores domésticos (ver Gráfico 3.1.3).
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Gráfico 3.1.3 Distribución de los empleados domésticos por etnia 2014
Finalmente, dentro de las valoraciones demográficas realizadas, y que consideramos oportuna acentuar en este resumen, se encuentra el de la distribución geográfica de este tipo de trabajador. Dicha valoración encontró resultados que han evolucionado interesantemente en los últimos años, sobre todo en lo referente a las ciudades de Quito y Guayaquil. Así, podemos ver como para el año 2007 era Guayaquil la que concentraba la mayor parte de los mismos, con alrededor del 31% (ver Gráfico 3.1.3). Seguido por Quito con alrededor del 27%. Para el año 2014 sin embargo, esta relación cambia, puesto que era Quito ahora era la que contaba con alrededor del 35%, mientras que Guayaquil tan solo con un 31%. Gráfico 3.1.3 Distribución de los empleados domésticos por ciudad 2007-2014
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3.2.
CONDICIONES LABORALES
Una evaluación vital para poder conocer a profundidad la situación de los trabajadores, generalmente, es saber cómo se encuentran en sus lugares de trabajo. Esto es aún más cierto, si consideramos que las relaciones y las condiciones a las que han sido expuestos los trabajadores domésticos han sido históricamente desiguales5. Dentro de este boletín, nosotros rescatamos los siguientes datos: Entre 2007-2014, el porcentaje de empleados domésticos afiliados al IEES aumentó de 17% a 38% (ver Gráfico 3.2.1). Donde el cambio entre los empleados domésticos plenamente ocupados, fue más evidente: de 25% a 66% (ver Gráfico 3.2.2). Gráfico 3.2.1 Distribución de los empleados domésticos afiliados o no al IESS u otro tipo de seguro
Gráfico 3.2.2 Distribución de los afiliados o no afiliados al IESS u otro tipo de seguro correspondiente a los empleados domésticos ocupados 2007-2014
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Haría solo falta revisar las diferenciaciones hacia abajo que se hacían para el trabajador doméstico, en términos de salarios mínimos, en códigos de trabajo anteriores.
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Por otro lado, otra variable que ha mostrado una importante evolución dentro de los años de estudio es el de los ingresos promedio percibidos. En el Gráfico 3.2.3 se evidencia un crecimiento desde $149 que se recibía en 2007 hasta $331 en 2014 –valor que se encuentra casi a la par del salario básico impuesto para ese año en el Ecuador, $340. Gráfico 3.2.3 Evolución de los Ocupados plenos y el ingreso promedio asalariado de los empleados domésticos 2007-2014
En términos de las horas laborales de este grupo, los resultados también nos muestran una evolución desde el 2007 hasta el 2014, ya que las horas promedios trabajadas muestran una reducción significativa, desde un promedio de 47 horas hasta uno de 41 horas (ver gráfico a continuación). Gráfico 3.2.4 Distribución de las horas en promedio trabajadas por los empleados domésticos ocupados 2007-2014
En general este grupo de ocupación ha logrado mejorar su situación en casi todos los índices de condición laboral. Además de las cifras ya mencionadas, también es de resaltar el aumento de contratos indefinidos en el período de estudio que pasó de un 42%
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a un 58%. Así mismo, el valor de otras retribuciones recibidas por parte de su empleador –en las que se incluyen valores para compra de vestimenta de trabajo, transporte, alimentación, etc.- también ha aumentado en promedio, desde $49 en 2007 a $55 en 2014. Una cifra que creemos marca bien la mejora de las condiciones laborales en general de este grupo, es el porcentaje de trabajadores que recibieron en 2014 vacaciones. Dicho porcentaje para 2014 bordeó el 57%, mientras que en el 2007, el mismo era tan solo del 31% (ver Gráfico 3.2.5). Gráfico 3.2.5 Distribución de los empleados domésticos ocupados que reciben o no vacaciones para 2007-2014
Sin embargo, a pesar de las importantes mejoras que pudimos constatar en virtud de los resultados obtenidos, todavía siguen existiendo descontentos por parte de algunos de los que componen este grupo de ocupación. Esta insatisfacción ha estado relacionada básicamente a niveles de ingresos, su estabilidad laboral y los horarios de trabajo a los que son expuestos, tal como se observa en el Gráfico 3.2.6. Gráfico 3.2.6 Distribución de los empleados domésticos ocupados: Descontento laboral 2007-2014
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3.3.
REFLEXIONES DE GOBERNANZA
Los trabajadores domésticos son un segmento que ha recibido especial atención por parte de quienes constituyen el gobierno de este país. Con ayuda de reformas específicamente dirigidas (Congreso Nacional 2005, art. 269; Congreso Nacional 2001, art. 2), se ha logrado evidenciar mejoras en las condiciones laborales en términos de: afiliación a un seguro, horas de trabajo, vacaciones y promedio de ingresos. Sin embargo, aún se presentan descontentos por el nivel de los ingresos, la inestabilidad laboral y las horas trabajadas a los que son expuestos estos trabajadores. En virtud de los resultados, uno podría inferir que dichos descontentos son justificados, ya que si se valoran los niveles promedios de estos factores, uno podrá evidenciar que aún no se llegan a cumplir en su totalidad, los mínimos exigidos por la regulación vigente. El desafío de gobernanza en este sentido pareciera ser bastante claro desde nuestra perspectiva, puesto que el mismo tendría que enfocarse en el cumplimiento del marco estructural- legal que se ha formado para proteger a este grupo de interés. Como Hutter (2011; 2006) señala, la regulación no solo se construye de arriba hacia abajo –como la noción Weberiana, a la que claramente refiere Kagan (1978)-, desde unas leyes del estado hacia una sociedad que debe –en el marco de lo ideal- obedecer, sino que sobre todo se construyen desde diversos actores sociales en las bases, que van con su acción a legitimar la regulación. El gobierno ecuatoriano entonces, debe comprender que ahí debe acentuar sus esfuerzos, crear mecanismos que ayuden a transformar, o más apropiadamente, ayuden a acelerar la transformación del cambio en la conducta de esos componentes, que en este fenómeno en particular tienen nombre y apellido: empleadores y trabajadores del servicio doméstico.
4. 3er BOLETÍN: BONO DE DESARROLLO HUMANO En nuestro tercer boletín del año giramos nuestra atención hacia las compensaciones, que Ecuador como estado, hace a aquella población que, forzadamente, no se encuentra laborando o simplemente pertenece a la PEI. Específicamente, hemos realizado un análisis sobre la evolución de la entrega del Bono de desarrollo humando desde el 2007 hasta el 2014. El mismo, desde el discurso del estado, tiene su justificación en tratar de:
Garantizar a los núcleos familiares un nivel mínimo de consumo. Incorporar corresponsabilidades específicas orientadas a la inversión en educación y salud, lo que permitirá: o Contribuir con la disminución de los niveles de desnutrición crónica y de enfermedades prevenibles para niñas y niños menores de 5 años de edad; y, o Promover la reinserción escolar, y asegurar la asistencia continua a clases a niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 18 años de edad. Proteger a los adultos mayores y personas con discapacidad. (MIES 2015)
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Dentro del estudio específico hemos intentado contrastar estas orientaciones con los resultados vislumbrados entre los años 2007 y 2014. En el mismo, se evidencian buenas y malas noticias. 4.1.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE BENEFICIARIOS
Hemos comenzando nuestro análisis acerca de los beneficiarios del BDH, mediante la contextualización de su situación. Así, la estadística que muestra el INEC, exhibe que existe una disminución de la población que recibía el Bono de Desarrollo Urbano en los últimos siete años, pasando en la Zona Urbana del 17% al 12% y en la Zona Rural del 47,7 % al 38% (ver Gráfico 4.1.1). Gráfico 4.1.1 Porcentaje de Hogares Beneficiarios para 2007-2014
A partir de este dato, es significativo resaltar como la estructura de los beneficiarios del bono ha cambiado. Y es que, a priori, el BDH está dirigido a tres grupos sociales distintos: Núcleos familiares (NF) de hogares bajo la línea de pobreza, Adultos Mayores (AM) que no se encuentren afiliados a ningún otro tipo de seguro o reciban algún otro tipo de compensación por parte del estado, y personas con discapacidad (PD) con un porcentaje igual o superior al 40% (MIES 2015). La lógica estructural de entrega de este beneficio, como decíamos, ha cambiado puntualmente en las cifras que representan cada uno de estos grupos. Como vemos en el Gráfico 4.1.2, esta transferencia disminuyó considerablemente tanto en el sector rural como urbano para los núcleos familiares entre el 2007 y 2014 -NF disminuye, de 80.4% a 34% en el sector urbano; NF: disminuye, de 76% a 54% en el sector rural-. Por otro lado vemos sin embargo, como ha crecido su entrega para otro tipo de beneficiarios, i.e.: Adultos mayores (AM): Aumenta, de 13% a 58% en el sector urbano, así mismo para las Personas con discapacidad(PD): donde aumenta, de 1.4% a 8%.
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Mientras que en el sector rural, la entrega para AM aumenta, de 23% a 42% y PD: aumenta, de 0.8% a 3.5%. Gráfico 4.1.2 Tipo de Beneficiario del Bono de Desarrollo Humano para 2007-2014
En términos del perfil socioeconómico, no encontramos muchas sorpresas -en virtud de las tradiciones históricas- estructurales de los países de la latitud sudamericana. Así, evidenciamos que aquella población que recibe el bono de desarrollo humano, es más representativa en el sexo femenino6 (ver Gráficos 4.1.3-5). Gráfico 4.1.3 Sexo por tipo de beneficiario para 2007-2014: Adultos Mayores
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A excepción de los adultos mayores y personas con discapacidad para los cuales es indistinto el sexo.
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Gráfico 4.1.4 Sexo por tipo de beneficiario para 2007-2014: Personas con Discapacidad
Gráfico 4.1.5 Sexo por tipo de beneficiario para 2007-2014: Representante Núcleo Familiar
En los últimos 7 años ha ido creciendo considerablemente el número de personas mestizas que reciben el bono de desarrollo humano, tanto así que en el 2014 llegaron a ser el 85,7 % y 62,9 %, en las zonas urbanas y rurales respectivamente (Gráfico 4.1.6).
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Gráfico 4.1.6 Sexo por tipo de beneficiario para 2007-2014: Representante Núcleo Familiar
Por otro lado, según los datos mostrados por el INEC, las personas que reciben el BDH, son mayoritariamente personas denominadas como cabeza de hogar y que muestran niveles de escolaridad equivalentes a una escolaridad básica inconclusa. Esta tendencia se acentúa más sobre la zona Rural ya que los mismos promedian tan solo 4,3 años de estudio, a la vez que la zona urbana cuenta con un promedio 5,5 años (ver Gráfico 4.1.7). Gráfico 4.1.7 Escolaridad de jefes de hogares beneficiarios del BDH 2007-2014
El estudio sin embargo, también señala avances positivos, sobre todo en términos de niveles de ingreso de los hogares que reciben este beneficio en la zona rural. Así, el ingreso promedio del hogar en la población de la zona rural que recibe el BDH aumentó desde el 2007 hasta el 2014 creció en un 28 %, pasando de percibir $248 a $ 317 (ver Gráfico 4.1.8).
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Gráfico 4.1.8 Ingreso Total de Hogar de beneficiarios del BDH 2007-2014
Estos niveles de ingresos –que están por debajo de lo que dictan las regulaciones vigentes sobre salario mínimo- bien pueden deberse a la calidad de empleo que dichos jefes de hogar y sus integrantes poseen. Refiriéndose a la distribución del mercado laboral en particular, aún cuando en el área urbana se observa una tendencia decreciente en el nivel de subempleo, el mismo se presenta como la principal forma del mismo. En el 2007 se ubicó en 35.83% y en el 2014 en 27.31% (ver Gráfico 4.1.9). Así mismo, aunque en el área rural el nivel de subempleo no experimenta un cambio significativo al igual que la ocupación plena y desempleo, se puede inferir claramente su rol principal. Gráfico 4.1.9 Distribución del Mercado Laboral de beneficiarios del BDH 2007-2014
Finalmente, dentro de la caracterización que realizamos de los beneficiarios del BDH, consideramos importante tratar de ubicarlos geográficamente, y de esa manera, poder 24 | O B S E R V A T O R I O E C O N Ó M I C O S O C I A L
plantear reflexiones y acciones que puedan ser llevadas inclusos a niveles territoriales más desagregados. Así por ejemplo, es importante resaltar como en el país, la población con más beneficiarios del BDH por cada 100 000 habitantes se encuentra en la ciudad de Guayaquil (ver Imagen 4.1.1). Imagen 4.1.1 Distribución Espacial de beneficiarios del BDH 2007-2014
4.2.
CORRESPONSABILIDAD
Esta transferencia monetaria realizada desde el estado central, no plantea tan solo beneficios para los grupos que lo solicitan y reciben, también plantea responsabilidades – sobre todo para los NF. Es así que dentro de los requisitos para recibirlos, se plantean corresponsabilidades específicas orientadas a la inversión en educación y salud de los niños y jóvenes pertenecientes a los hogares beneficiarios. O dicho de otra forma, para recibir dicho bono, idealmente, los jefes de hogar que lo reciben deberían demostrar periódicamente que sus hijos estudian, se encuentran sanos, y que por tanto no trabajan y se los evalúa médicamente de manera regular. La realidad sin embargo, a la luz de los resultados obtenidos, señala que no todos los beneficiaros del BDH en ambas zonas (Rural y Urbana) conocen sobre el requisito de corresponsabilidad que existe al cobrar el bono, como se observa en el Gráfico 4.2.1. Aun cuando sí se denota un mayor interés en la Zona Rural por cumplir con lo que significa recibir este beneficio.
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Gráfico 4.2.1 Conoce de alguna obligación/corresponsabilidad al cobrar el BDH 2007-2014
Más puntualmente, si se analizan las tasas de matriculación escolar en los grupos NF que reciben la transferencia, podemos constatar como las cifras que pertenecen a la zona rural son las que experimentan una mayor evolución, i.e. teniendo un aumento significativo en los últimos siete años, pasando del 72% al 82% (ver Gráfico 4.2.2). Gráfico 4.2.2 Asistencia a clases en hogares que reciben el BDH 2007-2014
Decíamos que dentro del ideal, la transferencia debía ser devengada cumpliendo con la responsabilidad compartida de enviar a la escuela a los niños y jóvenes de los hogares bajo la línea de la pobreza. Sin embargo, como hemos visto esto en muchos casos, esto no se conoce o no se cumple. Por tanto, la reflexión necesaria a partir de los resultados nos lleva a enfatizar los datos siguientes:
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Dentro de la población que recibe el beneficio del Bono de Desarrollo Humano y que no envían a sus hijos a estudiar, justifican su acción exponiendo en ambos casos (Zona Rural y Urbana) que es mayoritariamente debido a la falta de recursos (ver Gráfico 4.2.3). Lo que habla nuevamente, de problemas sistémicos que se condicen con las reflexiones planteadas alrededor de los hallazgos de nuestro primer boletín del año sobre trabajo infantil -y que es largamente detallado más arriba. Sin embargo, como vemos en el cuadro debajo, el porcentaje de niños y adolescentes que dejaron el trabajo fue creciendo considerablemente desde el 2007 hasta el 2014, ya que en la Zona Urbana el porcentaje de menores trabajando bajó del 29% a 13.3% y en la Zona Rural pasó del 45% a 30.5% (ver Gráfico 4.2.4). Gráfico 4.2.3 Razón de no asistencia a clases de menores en hogares beneficiarios del BDH 2007-2014
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Gráfico 4.2.4 Trabajo de niños y adolescentes en hogares que reciben el BDH 2007-2014
4.3.
REFLEXIONES DE GOBERNANZA
Los objetivos con los cuales nace la noción de BDH, se han cumplido parcialmente. Positivas son las evoluciones que se muestran en la tasa de escolaridad infantil, sobre todo en los sectores que se encuentran en la zona rural. Así mismo, los avances que demuestran un mayor acceso de la población adulta mayor a este beneficio, son dignos de ser remarcados. Los esfuerzos desde el estado- nación deberían apuntar a reforzar y mantener estas tendencias. Sin embargo, tal como Tilly (2009) señalaba –y donde coinciden muchos de sus revisores, e.o. Emirbayer 2010; Heller & Evans 2010-, la principal característica de cambio en una sociedad refiere a sus relaciones histórico- estructurales. Es decir, a las formas en las que se percibe el mundo por parte de la mayoría y las instituciones que nacen a partir de estos entendimientos. En Ecuador –y en general Latinoamérica- hay tendencias que marcan el devenir de fenómenos que no necesariamente se relacionan directamente con las concepciones de mundo de la mayoría de su gente; sin embargo, sus acciones – instituciones- los delatan. En estos términos, que una transferencia de ayuda como el BDH sea entregada al núcleo familiar donde principalmente es representado por mujeres, no sorprende. Latinoamérica tiene, primordialmente, condiciones estructurales patriarcales. Tampoco sorprende que se vislumbren círculos viciosos de falta de educación y consecuentes efectos sobre la calidad de vida de las personas; las personas que cobran el BDH, tanto en zona rural y urbana, no superan el promedio de años de instrucción básica. Menos aún causa estupor el constatar que es en la ciudad considerada capital comercial y más grande del país, Guayaquil, donde existe un mayor número de personas que acceden a este beneficio; Latinoamérica está llena de “capitales” que suman a la estadística de ser la región más
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desigual del mundo (Galeano 1971; Boron 1996; Rival et al. 2015). El desafío nos lleva a pensar en la acción conjunta de los tres mercados objetivos de este observatorio: sociedad –civil, política y académica –más aún en los términos planteados por Tilly-, para obtener verdaderos cambios y girar la lógica de estas nociones. Pero acciones puntuales desde el estado- nación son necesarias y más accesibles en el corto plazo para resolver algunos de los problemas aquí, y en el boletín específico, expuestos. Un mayor control sobre los requisitos de corresponsabilidad para acceder al BDH debería ser implementado de inmediato, más aun sabiendo que existe un porcentaje que ni siquiera conoce del mismo. De igual forma, generar mecanismos que regulen y controlen empleos que remuneran de forma inadecuada, y a la vez que permitan crear los incentivos necesarios para generar empleo de calidad, tampoco debería ser un objetivo lejano a la preocupación desde el Gobierno. Sobre todo, conociendo que el subempleo es la característica de empleo principal en los hogares que reciben el BDH. En definitiva, hay buenas y malas noticias en términos de la evolución del BDH entre 2007 y 2014, donde la acción directa y rápida del estado podría demarcar el rumbo de estas estadísticas en el corto y mediano plazo.
5. 4to BOLETÍN: JUBILADOS Conociendo la importancia del trato a los adultos mayores en una sociedad, en cuanto reflejan una figura de lo que podría convertirse el futuro de los que hoy se encuentran en la PEA. Y además, conociendo su valor cultural, en cuanto preservan las tradiciones, costumbres y conocimiento de generaciones pasadas, nuestro cuarto boletín del año nos llevó a la evaluación de la PEI. En específico, lo relacionado a los jubilados del país. A partir de este análisis, pudimos notar dentro del período de estudio, mejoras en varios aspectos de su situación. Así, mejoras concernientes a las pensiones recibidas y el direccionamiento de las mismas son particularmente acentuadas. A la vez que por otra parte, hemos puesto sobre la mesa datos que podrían ser de alta preocupación en virtud de la relación de jerarquía que muestran gran parte de los jubilados en sus hogares. 5.1. PERFIL DE JUBILADOS La PEI la conforman aquellas personas que en edad de trabajar –que dependiendo de la consideración y regulación vigente, plantea una edad mínima de entre 10 y 15 años- no participan en la producción de bienes y servicios porque no necesitan, no pueden o no están interesadas en tener actividad remunerada7. Este es el caso de los jubilados. En este sentido, es primordial antes de discutir posterior resultados, el conocer las principales características que los definen.
7 E.g. Estudiantes, rentistas, jubilados o pensionistas, amas de casa, incapacitados, etc.
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De esa forma, pudimos advertir en virtud de los resultados obtenidos, que el porcentaje de jubilados entre 2007 y 2014 aumentó (Gráfico 5.1.1). Gráfico 5.1.1 Población Económicamente Inactiva: Jubilados o pensionistas 2007-2014
Así mismo, que la edad promedio de los mismos se encuentra, para el 2014, en 69 años de edad -edad promedio que casi no ha variado en los 7 años de estudio-. A la vez que la mayoría de ellos -55% en 2014- se encuentran viviendo en ciudades de la Sierra y el porcentaje restante mayoritariamente en la Costa -44%. Lo descrito puede comprobarse en el siguiente gráfico. Gráfico 5.1.2 Distribución de los jubilados o pensionistas por región 2007-2014
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5.2. INGRESOS RECIBIDOS Sabiendo algunas de las características principales que definen a este grupo, una de las variables, que desde nuestra posición, gana mayor importancia es la del nivel de acceso a seguros de jubilación y en general acceso a ingresos. Así, pudimos evidenciar (ver Gráfico 5.2.1) que la mayoría, con un 78% del total de estos pensionistas, están afiliados al Instituto de Seguridad Social del Ecuador (IESS). Mientras tan solo un 8.6% están afiliados a otro tipo de seguro. Gráfico 5.2.1 Tipo de seguro que poseen los jubilados o pensionistas 2007-2014
Por otra parte, a partir de la evaluación de los distintos quintiles por ingreso, pudimos notar como por ejemplo, la pensión en el quintil más alto de la población ha aumentado significativamente desde 2007. Puntualmente, mientras en 2007 estos pensionistas recibían alrededor de $573, para 2014 estos pasaron a recibir $917.5 (ver Gráfico 5.2.2). A la vez que dentro de la misma lógica de quintiles por ingreso, también pudimos evidenciar que durante el período entre 2007-2014 y entre los dos primeros quintiles – menores ingresos- se concentró más del 50% de los jubilados (Ver Gráfico 5.2.3). Este último dato se presenta como uno de real relevancia, ya que si se evalúa los valores de ingresos de los pensionistas en estos dos quintiles más bajos en dos momentos, el 2007 y el 2014, notamos como ninguno de ellos cubriría el costo mínimo de la canasta básica. Con $106.01 y $159.50 para el quintil más bajo en el 2007 y 2014 respectivamente. Y, con $183.10 y $270.30 el segundo quintil más bajo (ver Gráfico 5.2.2).
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Gráfico 5.2.2 Tipo de seguro que poseen los jubilados o pensionistas 2007-2014
Gráfico 5.2.3 Ingreso del hogar por quintiles correspondientes a jubilados o pensionistas 2007-2014
Finalmente, un resultado que hemos creído importante resaltar por las implicaciones que el mismo podría traer, es el de la relación de jerarquía que guardan estos pensionistas dentro de su hogar. De esta forma, cabe acentuar que para el 2007 el 88.47% de pensionistas hombres declararon ser jefes de hogar, mientras que por el 2014 incluso aumentó hasta el 91.49% (ver Gráfico 5.2.4).
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Gráfico 5.2.4 Relación de parentesco por género de los jubilados o pensionistas 2007-2014
5.3. REFLEXIONES DE GOBERNANZA En materia de derechos adquiridos, sobre todo los referentes al nivel de ingresos de los jubilados en todos sus quintiles, este grupo ha presentado notables mejoras. Sin embargo, hay datos que preocupan. Alrededor del 90% de estos jubilados son además, jefes de hogar, lo cual los torna en el principal sustento de sus familias. Si conocemos que, sobre todo en los quintiles más bajos -es decir los sectores más pobres- no se cuentan con pensiones jubilares capaces de cubrir al menos el costo de la canasta básica, urge poner la lupa desde el estado central sobre este tema para buscar la mejora de las mismas. Al igual que en el caso del trabajo infantil, existe una norma jurídica –tanto nacional como internacional, e.g. Constitución del Ecuador, mandato y reportes desde la ONU, etc.-, moral –más aún en un continente mayoritariamente católico- y pragmática –nadie quiere trabajar toda su vida para que al final, cuando ya no cuenta con las energías del pasado, ser “invisibilizado” por la sociedad a la que se le dio tanto- que legitiman cualquier acción en esa dirección. No obstante, pareciera que la(s) misma(s) no tuvieran un lugar privilegiado dentro de la lista de prioridades de un estado en vías de desarrollo que, necesita mucho, y que no cuenta con el suficiente financiamiento para cubrir todas sus necesidades. La medida o reflexión ineludible desde el gobierno entonces, te lleva a pensar en el lugar que tienen los jubilados en la actual lista de priorización.
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6. 5to BOLETÍN: SATISFACCIÓN LABORAL 6.1.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Nuestra penúltima entrega del año, tocó el tema de la satisfacción laboral. Hemos mencionado con anterioridad que el OESE, dentro de su entrega de boletines, concentra su análisis sobre variables de relevancia socioeconómica, especialmente aquellas relacionadas al empleo. Así, era de crucial interés el deconstruir los resultados obtenidos de la situación de satisfacción de los trabajadores en el país. Realizada la evaluación de la población económicamente activa en el país, se denota la presencia de indicadores que señalan una satisfacción general por encima del 74 % para el 2014 en la Zona Urbana y el 68 % para la Zona Rural (ver Gráfico 6.1.1). Gráfico 6.1.1 Satisfacción Laboral Nacional 2007-2014
Nuestro análisis territorial nos llevó a evidenciar que una de las ciudades más grandes del país, Quito, tiene los niveles más altos de satisfacción laboral; valor que es seguido de los reportes de Machala, Cuenca, Ambato y Guayaquil (ver Gráfico 6.1.2).
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Gráfico 6.1.2 Satisfacción Laboral Principales ciudades 2007-2014
A pesar de esto, el reporte de nuestro boletín también mostró un porcentaje significativo de personas con descontento laboral o insatisfecha. Mismos que plantean que las principales razones para esto giran alrededor de la existencia de bajos sueldos ($247 en Zona Urbana y $ 146 en la Zona Rural) e inestabilidad laboral, tal como se evidencia en el Gráfico 6.1.3. Gráfico 6.1.3 Motivo del descontento laboral 2007-2014
Los años de escolaridad de los que están insertados en la sociedad laboral y que sienten satisfacción en el trabajo, están por encima de los 11 años escolarizados, lo que significa que al menos terminaron la primaria y realizaron bachillerato en ambas zonas. Esto se 35 | O B S E R V A T O R I O E C O N Ó M I C O S O C I A L
condice con los problemas estructurales del país, mencionados en las reflexiones antes detalladas. 6.2.
REFLEXIONES DE GOBERNANZA
El análisis sobre la temática de satisfacción laboral en el país, da muestra de significativos avances logrados dentro del período de estudio. La regulación particular desde el estado –en la forma de nuevas constituciones, reformas al código de trabajo, ley de seguridad social, etc.- generada en virtud del reconocimiento de más derechos laborales, podría explicar los avances detallados. Resta nuevamente, tal como manifestamos anteriormente, rodear esa estructura legal, de mecanismos que logren incentivar el seguimiento de las mismas y producir finalmente, el cambio en la conducta empresarial y laboral, que es idealizada en la tinta de esas construcciones jurídicas. Recordar, que en palabras de Hutter, la regulación solo es regulación cuando logra modificar conductas y no cuando se es aprobada en el parlamento.
7. OESE HACIA ADELANTE El Observatorio Económico- Social de la ESPOL, es un esfuerzo de todos los que componemos la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la ESPOL. Que los boletines sean presentados y socializados bimestralmente solo es posible dado el inmenso apoyo recibido por parte de las autoridades de la Facultad, y en específico del: Ph.D Leonardo Estrada, la Msc. Alicia Guerrero y el Msc. Iván Rivadeneyra. Y por supuesto, gracias al trabajo inconmensurable de autores propios como: el Ec. César Avilés- Guamán, y la Ec. Yesibel Jaime. El Observatorio Económico- Social de la ESPOL seguirá publicando boletines bimestrales en el 2016, y entre otras cosas, seguirá tocando temas de relevancia socioeconómica como: pobreza y analfabetismo, ampliará los horizontes inter-temporales de estudio hasta llegar a cifras obtenidas en el 2015-, y expandirá el número de autores propios para cada boletín. El Observatorio Económico- Social de la ESPOL (OESE) ya es una marca oficialmente reconocida por el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), y nos enorgullece el camino que hemos decidido seguir para buscar certificaciones adicionales y de ampliación del reconocimiento como material original de impacto académico. Estas constituyen nuestras metas a corto plazo; la meta ulterior, la que involucra la interconexión entre todos nuestros mercados objetivos, es la democratización del conocimiento.
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8. CONCLUSIONES Nos ha ocupado en este último boletín del año, hacer un recuento de los resultados del año más relevantes para comprender la coyuntura nacional, socioeconómica de nuestro país. A partir de las investigaciones y trabajos realizados en los cinco boletines que el Observatorio Económico-Social de la ESPOL ha publicado en este 2015, hemos resaltado en la presenta entrega, el análisis desde una perspectiva de gobernanza local –desde el estado- nación- de los datos expuestos más importantes. Estos datos fueron extraídos de las temáticas desarrolladas en los boletines propios realizados en el año, alrededor del tema de: Trabajo infantil, trabajadores domésticos, bono de desarrollo humano, jubilados, y satisfacción laboral. El análisis y reflexiones planteadas desde el marco conceptual de gobernanza, eran una cuenta pendiente de este observatorio. El ámbito político- social, al momento de evaluar dinámicas socioeconómicas, es un actor clave de descifrar y discutir. Es al fin de cuentas el estado- nación el que tiene los instrumentos más directos para intervenir sobre políticas a nivel macro en el corto plazo. A lo largo del texto, y en cada desagregación de temas de los boletines de este 2015, se han propuesto, evaluado y contrastado; en virtud de los resultados, y marcos conceptuales varios, posibles acciones de mejoramiento y refuerzo por parte de quiénes constituyen la gobernanza local. El gobierno desde el estado- nación. Como siempre, la tarea de cambio, y el propósito de este Observatorio, no es el de dictar y encomendar recetas de cambio a un solo ente en específico. En realidad, como hemos dicho, apuntamos a un cambio integral que accione a la sociedad- civil, sociedad- política, y sociedad- académica. Pero desde donde también entendemos que, tal vez, la acción primera y más significativa, se juega en el campo de gobernanza desde el estado-nación.
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