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ORACION POR EL AÑO DE LA MISERICORDIA Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón Arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia; haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error; haz quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y consíganos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres para proclamar la libertada a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén
CIRCULAR “Misericordiosos como el Padre” (Lc. 6,36). A LA IGLESIA QUE PEREGRINA EN LA DIÓCESIS DE PIEDRAS NEGRAS Con esperanza y alegría nos unimos a la celebración del Año Jubilar extraordinario de la Misericordia, convocado por el Santo Padre. Su apertura será el próximo 8 de diciembre y la clausura en la Solemnidad de Cristo Rey del próximo año. Invito a toda la Familia Diocesana a vivirlo en espíritu de comunión y participación, recordando que «la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo» (cfr. MV n. 10). Los exhorto a que participemos de todo lo que se organice a nivel diocesano, decanal, parroquial o local. Confiamos a la Comisión Diocesana las diferentes acciones e invitamos a pastores y fieles a unirse a ellas. Valoremos todos los elementos propios de este Año Santo: las peregrinaciones, las indulgencias, celebraciones eucarísticas y penitenciales, etc., pero principalmente experimentemos el júbilo que brota al recibir el abrazo de Nuestro Padre, tanto en el sacramento de la reconciliación como en el perdón que brindamos a nuestros semejantes. El lema del Año Jubilar es: “Misericordiosos como el Padre”. Estas palabras de Jesús nos animan a un dinamismo, primero personal con el corazón abierto para recibirlo y después de manera comunitaria, para darlo, practicando y extendiendo la misericordia a los demás como Iglesia servidora y fermento, de manera particular a través de las obras de misericordia corporales y espirituales. Que María Santísima, Madre de la Iglesia, interceda por nosotros sus hijos, para que este año de gracia fructifique en toda su anchura, longitud, altura y profundidad, reconociendo a Jesucristo como el rostro de la misericordia del Padre. En el Obispado de Piedras Negras a 23 días del mes de Noviembre 2015. REGISTRADO: Lib. 1 Fol. No. OMNIA IN CARITATE † Alonso G. Garza Treviño Primer Obispo de Piedras Negras Pbro. Arturo Valadez Pizarro Canciller - Secretario
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¿Qué son las obras de misericordia? Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. ¿Cuáles son las obras de misericordia? Hay catorce obras de misericordia: siete corporales y siete espirituales. Obras de misericordia corporales: 1) Visitar a los enfermos 2) Dar de comer al hambriento 3) Dar de beber al sediento 4) Dar posada al peregrino 5) Vestir al desnudo 6) Visitar a los presos 7) Enterrar a los difuntos
Obras de misericordia espirituales: 1) Enseñar al que no sabe 2) Dar buen consejo al que lo necesita 3) Corregir al que se equivoca 4) Perdonar al que nos ofende 5) Consolar al triste 6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo 7) Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.
¿Cuál es el efecto de las obras de misericordia? El ejercicio de la obras de misericordia comunica gracias a quien las ejerce. En el evangelio de Lucas Jesús dice: “Den, y se les dará". Por tanto, con las obras de misericordia hacemos la Voluntad de Dios, damos algo nuestro a los demás y el Señor nos promete que nos dará también a nosotros lo que necesitemos. “Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos alcanzarán misericordia" (Mt.5, 7), es una de las Bienaventuranzas. Además las Obras de Misericordia nos van ayudando a avanzar en el camino al Cielo, porque nos van haciendo parecidos a Jesús, nuestro modelo, que nos enseñó cómo debe ser nuestra actitud hacia los demás. 19
Es necesario «que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.». (cfr. MV n. 15).
Desde la Sagrada Escritura La lista de las Obras de Misericordia la ha tomado la Iglesia de algunos textos que están a lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Jesús en los Evangelios: el perdón, la corrección fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc. Todo en la Vida de Jesús es misericordia. Entonces dirá el rey a los de derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me disteis de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos ver?'. Y el rey les dirá: 'les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron. Mt 25. 31-46. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. (cfr. MV n. 15). 18
A través de la Bula “Misericordiae Vultus” (El Rostro de la Misericordia) el Papa Francisco nos ha convocado a celebrar el JUBILEO DE LA MISERICORDIA para dar gracias al Señor por este don e incorporarlo con más decisión y profundidad en nuestra vida personal, familiar, social y eclesial. Si dejamos que el Espíritu Santo nos transforme en TESTIGOS de la misericordia estaremos mejorando la calidad de nuestra evangelización en un mundo tan marcado por la indiferencia, el maltrato, la violencia, los atropellos a la dignidad de las personas y estaremos sembrando nuevas semillas del Reino de Dios.
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Este folleto ofrece de manera sencilla 6 catequesis en torno a elementos o temas importantes que hay que tomar en consideración durante el Jubileo de la Misericordia, reflexionar sobre ellos nos ayudara a vivir y participar de forma fructífera este tiempo que Dios nos regala por medio de la Iglesia.
En la fiesta de la Inmaculada Concepción con gran jubilo el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa. En esta ocasión será la Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera persona podrá entrar y experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. (cfr. MV3) En la celebración del Año santo uno de los signos principales es la apertura de la Puerta Santa, para comprender mejor éste gesto veamos su fundamento, significado e historia. Desde la Sagrada Escritura Dice Jesús en el Evangelio de San Juan “Yo Soy la Puerta: quien entra por mí, se salvará” Jn 10,9. El Señor se presenta como la puerta que da es y acceso a la salvación. En la escritura el significado de ésta imagen es más profunda. Las ciudades de Palestina tenían varios lugares de encuentro como el palacio, el templo. El más común para el pueblo era “la puerta” como espacio abierto de encuentro y relación personal.
Pasos para celebrar el sacramento de la reconciliación. Para vivir de forma fructífera el encuentro con Cristo por medio de la reconciliación sacramental, es preciso prepáranos de la siguiente manera: EXAMEN DE CONCIENCIA. Esfuerzo sincero en recordar todos y cada uno de los pecados. DOLOR DE LOS PECADOS. Reconocer que se ha ofendido a Dios que nos ama tanto. PROPÓSITO DE NO VOLVER A PECAR. La simple y sincera determinación de no volver a pecar por amor a Dios. DECIR LOS PECADOS AL SACERDOTE. De una manera concisa, concreta, clara, completa y número de veces. CUMPLIR LA PENITENCIA. Cumplirla cuanto antes con humildad y dolor en desagravio, reparación y satisfacción de la culpa contraída al ofender a Dios
La nueva Jerusalén tendrá doce puertas, que no cierran ni día ni de noche (Ap. 21,25). Signo de que todos encuentran aquí la plenitud y la bienaventuranza, la salvación abierta para todos, a nadie se le niega el acceso.
“Yo Soy la Puerta: quien entra por mí, se salvará” (Jn 10,9. ) 4
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Historia de la apertura de la Puerta Santa
El perdón El perdón no es fruto de nuestros regalo, es don del Espíritu Santo, abundancia de la misericordia y incesantemente del corazón abierto y resucitado.
esfuerzos, sino es un que nos colma de la la gracia que brota del Cristo crucificado
«La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente. Es necesario emprender un camino de conversión, y esta invitación se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida». (cfr. MV n. 19) Este Año Santo ¡es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón, ante el mal cometido de forma personal y que repercute en nuestras familias y en la sociedad.
Cuaresma
Jornada 24 horas para el Señor
Fue el Papa Martín V, quien abrió por primera vez la Puerta Santa en 1423 en la Basílica de San Juan de Letrán, hasta 1499 se abre por primera vez en la Basílica de San Pedro, ubicada en lugar que hoy se encuentra, en la parte izquierda de la fachada de la basílica. En un primer momento no era una puerta la que se abría sino un muro el que se derribaba, por la tanto había diversos elementos que se usaban en el rito de apertura; como un martillo, una pala., signos que dejan de utilizarse cuando ya no es un muro el que se derriba sino una puerta la que se abre. En la basílica de San Pedro primero fue de madera, después de bronce, ésta última bendecida por el Papa Pio XII.
Puerta Santa del Año de la Misericordia Para la celebración del año de la misericordia la Puerta Santa se abrirá en 8 de Diciembre en la Basílica de San Pedro, y el domingo 13 en la basílica de San Juan de Letrán, y en todas las catedrales del mundo. En la Diócesis tendremos dos lugares: se abrirá la Puerta Santa en la Catedral Mártires de Cristo Rey, el domingo 13 de Diciembre, y el Templo del Sagrado Corazón en Sabinas, Coah., el domingo 20 de Diciembre. En las catedrales del mundo y las basílicas de Roma la Puerta Santa se cerrara el 13 de Noviembre de 2016 y en la Basílica de San Pedro el día 20 del mismo mes, clausurando así el año de la misericordia. En concreto en éste Año Santo el cruzar la Puerta Santa «es una oportunidad para ser tocados en el corazón por la gracia y encontrar el camino de conversión». (cfr. MV 3)
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Rito de Apertura de la Puerta Santa El signo específico de la inauguración del Año Santo extraordinario es la apertura de la Puerta de la Misericordia y el ingreso procesal de la Iglesia local –obispo, sacerdotes, pueblo- a la Catedral, Iglesia madre para todos los files. El desarrollo de la celebración se articula en cinco momentos: q La statio: lugar donde se inicia los ritos de introducción. En la Diócesis serán: Región Fronteriza ü Inst. Don Bosco, el 13 de diciembre a las 3:00pm Región Carbonífera ü Colegio Plancarte, el 20 de diciembre a las 3:00pm q La procesión hacia la Puerta: Recuerda el hecho de que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio (cfr. MV n.14). Nota: En este momento sea da gran relieve al Libro de los Evangelios: que es signo de Cristo que camina delante de su pueblo, y de su Palabra, que es luz y guía para sus discípulos. q La apertura de la Puerta de la Misericordia y el ingreso a la Catedral: El ingreso se da atreves de la puerta principal que, como eminente símbolo cristocentrico (cfr. Jn. 10,7.9) constituye la Puerta de la misericordia, recuerdo constante del carácter de este Jubileo Extraordinario alfa y omega; a él la gloria por los siglos”. La puerta es signo de Cristo, Señor de la historia y presente en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. 6
«Celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre. Recordemos aquella bella, bella Parábola del hijo que se fue de casa con el dinero de su herencia, despilfarró todo el dinero y luego, cuando ya no tenía nada, decidió regresar a casa, pero no como hijo, sino como siervo. Tanta culpa había en su corazón, y tanta vergüenza. Y la sorpresa fue que cuando comenzó a hablar y a pedir perdón, el Padre no lo dejó hablar: ¡lo abrazó, lo besó e hizo una fiesta! Y yo les digo, ¿eh? ¡Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta! Vayamos adelante por este camino». (Catequesis del Papa Francisco sobre el sacramento de la Confesión)
Desde la Sagrada Escritura El Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación nosotros lo llamamos también de la Confesión brota directamente del misterio pascual. «El Señor se apareció a los discípulos, encerrados en el cenáculo, y luego de haberles dirigido el saludo ¡Paz a ustedes!, sopló sobre ellos y les dijo: Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen» (Jn. 20,21-23). Este pasaje nos revela la dinámica más profunda que está contenida en este Sacramento. Sobre todo, el hecho que el perdón de nuestros pecados no es algo que podemos darnos nosotros mismos: yo no puedo decir: Yo me perdono los pecados; el perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos perdón a Jesús y Jesús les a dado la potestad a sus apóstoles. 15
3.- Enfermos y las personas ancianas: que no pueden salir de casa, pueden ganarla al “Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”. Se les pide vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad. 4.- Presos: “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”. 5.- Difuntos: se puede aplicar la indulgencia a los fieles difuntos: “de igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.
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El Obispo con las palabras del salmo 118, invoca la apertura de la Puerta que remite a la puerta del corazón misericordioso de Dios, rasgado en el costado abierto de Cristo en la Cruz (cfr. Jn 19,34) q Memorial del bautismo: El bautismo es puerta de ingreso a la fe y a la Iglesia, sacramento de salvación. Iglesia de puertas abiertas, en la que como bautizado «experimentamos la misericordia y la esperanza de Dios, donde somos acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio» (cfr. EG n. 47) q La celebración de la Eucaristía: como acción de Cristo y de su pueblo. En la Eucaristía, el Padre en su misericordia viene al encuentro de todos aquellos que buscan a Dios “con corazón sincero”. Nota: Por razones pastorales se han cambiado el orden de los momentos de las celebraciones de la apertura..
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«La peregrinación es un signo peculiar en el Año Santo, porque es imagen del camino que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano es un caminante, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada. La misericordia es una meta por alcanzar y requiere compromiso y sacrificio, es un estímulo para la conversión». (cfr. MV n.14). Desde la Sagrada Escritura “Yavhe dijo Abraham «Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu Padre, a la tierra que Yo te mostraré»” Gn. 12.1-3. Desde las peregrinaciones del A.T., entendemos fácilmente la carga religiosa de este gesto. El pueblo de Israel emprende la gran marcha desde la esclavitud a la tierra prometida. El mismo Jesús aparece como un caminante constante, para llevar su mensaje de Salvación y al mismo tiempo los evangelios atestiguan su sentido religioso en la tradición de su pueblo, “Va camino a Jerusalén” (Lc 9,51) El peregrinar cristiano Sabemos que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida, y como los discípulos de Emaús, creemos que el va a nuestro lado peregrinando a lo largo de nuestra vida, de tal manera que esta marcha que se emprende de un lugar a otro va cargado de esperanza y fe de una forma personal y comunitaria. Peregrinar es “salir” de un lugar (una situación, un estilo de vida), para llegar a abrazar el perdón y el gran amor de Dios, pues eterna es su misericordia. “Levantándose, partió hacia el padre” (cfr. Lc. 15,20) 8
Condiciones para ganar la indulgencia Durante todo el Año de la Misericordia podrán conseguir la indulgencia y aplicarla por ellos o las animas del purgatorio, todos los fieles, que cumplan 5 disposiciones: a) b) c) d) e)
Sacramento de la confesión Comulgar sacramentalmente Profesión de fe (rezar el credo) Rezar por las intenciones del Papa. Cumplir algunas de las formas indicadas por el Santo Padre para este Año Jubilar.
Formas de ganar la Indulgencia en el Año Jubilar (Cumpliendo las disposiciones anteriores)
1.- Fieles: Los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada Catedral Mártires de Cristo Rey y Templo del sagrado Corazón de Jesús en Sabinas, como signo del deseo profundo de auténtica conversión. 2.- Fieles: Cada vez que un fiel realice personalmente una o más obras de misericordia corporales y espirituales “obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar”.
“De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”. 13
El Jubileo lleva también consigo la referencia a la indulgencia. En el Año Santo de la Misericordia ella adquiere una relevancia particular (cfr. MV n. 22). El Papa Francisco ha expresado su deseo para que la indulgencia jubilar llegue a cada uno como genuina experiencia de la misericordia de Dios, la cual va al encuentro de todos con el rostro del Padre que acoge y perdona, olvidando completamente el pecado cometido. ¿Qué es una Indulgencia? La palabra Indulgencia viene del Latín indulgeo, significa, bondad o favor; en un primer momento podemos decir, que la indulgencia es la remisión del castigo temporal debido al pecado cuya culpabilidad ha sido ya perdonada. Debe quedar claro que el lucrar (ganar) una indulgencia no es un permiso para pecar, ni un perdón por los pecados futuros. La doctrina y la práctica de las indulgencias en la Iglesia están estrechamente ligadas a los efectos del sacramento de la Penitencia (Pablo VI, Const. Ap. Indulgentiarum doctrina). "La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos”. (CDC can. 992)
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Durante el Año Santo de la Misericordia, la peregrinación se reviste de un significado especial: “al atravesar la Puerta Santa nos dejamos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometemos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros” (MV n.14) Recordemos que en la Diócesis tenemos dos los lugares, para facilitar la peregrinación en el Año Jubilar, de acuerdo a las regiones pastorales que tenemos: Región Fronteriza y Región Carbonífera, de tal forma que, los Decanos, los Párrocos, las parroquias, los grupos y movimientos, las Pastorales y colegios, así como la comunidad en general podrán organizar peregrinaciones durante todo el Año. q Región Fronteriza que comprende a los decanatos de Acuña, Piedras Negras Oriente y Poniente, así como 5 Manantiales peregrinar hacia Catedral Mártires de Cristo Rey. q Región Carbonífera que comprende a los decanatos de Múzquiz, Nueva Rosita y Sabinas peregrinaran al Templo del Sagrado Corazón, en Sabinas. Tengamos presente que peregrinar en un camino de penitencia y conversión, con miras a encontrarnos con la gracia de Dios en el sacramento de la reconciliación.
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«Un año de gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella». (cfr. MV n.16). Desde la Sagrada Escritura Los hebreos cada 7 años sabáticos, es decir cada 50 años, celebraban un año santo o año jubilar, dedicado al Señor. En los Años Santos se promulgaban la libración de los esclavos, además de ayudar a los pobres, se perdonaban las deudas y se dejaba descansar la tierra (cfr. Lv. 25,10). En el A.T. encontramos el tiempo favorable marcado por Dios al cual el pueblo lo acogió con fervor. La palabra “jubileo” proviene de la palabra hebrea “Yobel” que se refiere al cuerno de carnero que los judíos usaban como trompeta para llamar a una fiesta. De ahí que para la Iglesia, la convocatoria a un Año santo reviste las características de un Jubileo, es decir, una Gran fiesta. Por eso lo llamamos Año Santo. En el Nuevo Testamento es san Lucas que nos narra (cfr. Lc. 4,14) que en Jesús se cumple y se establece el tiempo de gracia y de la salvación para todo. Las promesas del Padre se cumplen porque eterna es su misericordia. 10
La gracia del Año Santo El propósito fundamental es “repartir” de una manera abundante entre los hijos de la Iglesia las gracias que nos ha merecido Cristo y para concienciar a los fieles de la gran necesidad que tenemos de la misericordia de Dios. El Jubileo nos invita a ser misericordiosos con los demás, como Dios lo es con nosotros. Al mismo tiempo que recibimos el perdón de Dios, hemos de estar dispuestos a ofrecer nuestro perdón a los hermanos. Celebrar un Jubileo es “abrir las puertas del cielo para que desciendan las bendiciones de lo alto a todos aquellos que lo imploren”. Los Años Santos en la Iglesia Católica Desde muy antiguo, empezaron a celebrarse los Jubileos en la Iglesia, siempre relacionados con peregrinaciones a lugares Santos, por ejemplo a Roma (donde están las tumbas de San Pedro y San Pablo, Apóstoles) y a Tierra Santa (lugares del Misterio Pascual de Cristo). Además de los Años Santos que declara la Iglesia Universal, en ocasiones especiales, la Santa Sede aprueba la proclamación de un Año santo “Extraordinario” o especial en algunas diócesis o lugares santos por alguna especial conmemoración. Por eso la celebración de un Año Santo es una fiesta para la Iglesia, un momento de gracias y bendición, un tiempo para acercarse de humildemente al Señor. Año Santo de la Misericordia «Un Año Santo extraordinario, para vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de abrir la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios». (cfr. MV n. 25) 11