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El Sol y la Piel de los Niños Venezolanos Mayo 2001 Myriam Raquel González Oviedo
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El Sol y la Piel de los Niños Venezolanos Mayo 2001 Myriam Raquel González Oviedo Servicio de Dermatología Pediátrica Hospital “Dr: José María Vargas” – Cagua. Edo. Aragua. e-mail:
[email protected] Cel: 04143-451131
Informes recientes emanados de más de 17 organizaciones internacionales relacionadas con el estudio del cáncer de piel, refieren que él mismo ha alcanzado cifras epidémicas y se está convirtiendo en un problema de salud pública en países desarrollados y hacen referencia a los “Programas de Prevención” que están implementando con la finalidad de disminuir la incidencia de está patología. En Venezuela desde hace aproximadamente 9 años, un equipo de investigación constituido por pediatras, dermatólogos, dermatólogos pediatras, dermatopatólogo, micólogo tropical, geneticista y epidemiólogos, han estado realizando trabajos en diferentes regiones del país para diagnosticar las “LESIONES DERMATOLOGICAS INCLUYENDO DAÑO ACTINICO EN LA POBLACIÓN PEDIATRICA VENEZOLANA”, con la finalidad de conocer estadísticamente la magnitud del daño ocasionado por la exposición a la radiación solar en menores de 21 años de edad y poder intervenir activamente en la prevención de estas lesiones, ya que los efectos de la radiación solar son acumulativos y se considera que el 80% de la misma se recibe antes de los 18 años de edad, aunque algunas de las patologías se manifiesten en edades más avanzadas. El daño actínico se relaciona con lesiones por sobre exposición solar como lunares o nevus melanocíticos adquiridos, quemaduras solares, cáncer de piel, pecas o efélides, cabellos discrómicos o con diferentes tonos, queilitis actínica, lentigo solar, pitiriasis alba, dermatitis de Berloque, melasma, envejecimiento prematuro de piel, queratosis actínicas; con afecciones oculares como conjuntivitis actínica, cataratas, pterigium, cáncer de piel alrededor de los ojos y degeneración de la mácula; así también se ha relacionado con supresión del sistema inmunológico. El primer trabajo de campo con la finalidad de conocer la incidencia de afecciones dermatológicas incluyendo las inducidas por radiación solar en grupos de poblaciones pediátricas que reúnan las características raciales de ser más o menos homogéneas, se llevó a cabo en el Gran Roque en 1994, isla perteneciente al Archipiélago de los Roques. Se evaluó el 38,15% de la población entre 0 – 21 años (95 pacientes), se reportó que el 38% presentaba daño actínico. En 1996 el equipo se trasladó a la población de Chuao, zona costera del Estado Aragua, lugar que conserva casi intactas sus costumbres quizás debido a que la
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única vía de comunicación con el exterior es a través del mar, es decir, se trata al igual que Los Roques de poblaciones “cautivas”, con la diferencia que en los habitantes de Chuao predomina el componente negroide, en esa oportunidad logramos evaluar el 53,76% de la población pediátrica (193 pacientes), encontrando que el 40,41% presentaba daño solar, demostrándose que la piel negra también es susceptible de ser afectada por el sol. En el año 1998 el trabajo se realizó en la comunidad de Cucurucho, zona montañosa del Municipio Tovar en el Estado Aragua, cuya población desciende principalmente de alemanes y a diferencia de las otras dos poblaciones se encuentra ubicada a 1.796 metros sobre el nivel del mar. La muestra estudiada representó el 55.24% (116 pacientes), evidenciandose una muy alta prevalencia de daño solar ya que el 87.07% presentó lesiones inducidas por radiación solar. Posteriormente las investigaciones se han realizado en las poblaciones de Araya 1998, nuevamente a los Roques – 1999 (para evaluar la magnitud del daño solar 5 años después), en Cagua (Estado Aragua) y en octubre de 2.000 se realizó el trabajo de campo en San Carlos de Río Negro en el Estado Amazonas, donde se evaluaron 381 pacientes indígenas (58,7%) del total de la población entre 0 – 21 años (649 personas), pudiendo evidenciarse una alta incidencia de lesiones inducidas por radiación solar, encontrando que el 90.8% de la población estudiada presentó daño solar, llamando la atención la presencia de pterigium ocular (lesión inducida por sol) en un alto porcentaje de estos pacientes pediátricos. AL EXPONERSE AL SOL DEBERIAN TOMARSE EN CUENTA ALGUNOS CONCEPTOS • • • •
Hoy en día se considera que al broncearse la piel se produce daño de la misma. El sol está en todas partes, no sólo en la playa; así mismo algunas lámparas de luz eléctrica, pantallas de televisores, de computadoras y de salones para bronceado emiten Radiación Ultravioleta (RUV). La arena, el agua, el asfalto, la nieve y otras superficies son capaces de reflejar la radiación solar hasta un 80%. Los rayos solares penetran la superficie del agua hasta 70 – 80 metros de profundidad, sobre todo si el sol está perpendicular, por lo que el hecho de estar sumergidos no nos confiere protección adecuada; igualmente las ropas húmedas y de colores claros protegen menos que las secas y obscuras contra las RUV. - Recientemente Asociaciones especializadas en la piel del niño en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda recomiendan el uso de protectores solares aún en recién nacidos, sin embargo insistimos en que la mejor manera de prevenir el daño solar a esta edad, es evitando la exposición, pero que en caso de ser necesario, su
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utilización está permitida en las partes del cuerpo que queden al descubierto. Existe radiación solar en el ambiente desde las 5 de la mañana hasta las 7 de la noche. Los protectores solares deben aplicarse 30 minutos antes de exponerse al sol y reaplicarse cada 80 minutos aunque sean a prueba de agua, si estamos practicando algún deporte, existe sudoración excesiva o estamos en la playa o piscina. En días nublados la protección solar debe ser igual, ya que los rayos infrarrojos son filtrados por la capa de nubes y dejamos de percibir la sensación de quemadura, por lo que la exposición a las RUV A y B puede ser incluso más intensa al no sentir que nos estamos quemando. Las lámparas solares, camas para bronceado y salas para bronceado, son fuentes de RUV, por lo cual no deben utilizarse. El cáncer de piel, arrugas, queratosis solares, léntigo solar, lesiones que aparecían generalmente a partir de la tercera edad, hoy día se presentan en edades precoces y son producto del sol que recibimos en la infancia, esto es debido a que la radiación solar es acumulativa. La RUV no sólo afecta la piel, sino que produce daño ocular (conjuntivitis, cataratas, pterigium) y altera el sistema inmunológico. En otros países se han publicado “recomendaciones para la prevención del cáncer de piel en negros” con la finalidad de reducir la incidencia y alta mortalidad en este grupo racial, incluyendo dentro de las mismas usar protectores solares con FPS 15.
LA ASOCIACIÓN VENEZOLANA DE DERMATOLOGÍA PEDIATRICA EN BASE A LOS TRABAJOS REALIZADOS POR SUS INTEGRANTES EN NUESTRO PAIS RECOMIENDAN 1.- Que la prevención del daño solar se inicie precozmente (desde la sala de partos), cualquiera que sea el color (fototipo) de piel. 2.- Que las actividades al aire libre se realicen en horas de menor radiación solar (antes de las 9 am y después de las 5 pm), proponiendo ajustar los horarios para la realización de educación física de los estudiantes. 3.- Que las canchas para usos múltiples, tanto de los centros educativos como de las comunidades estén adecuadamente techadas. 4.- Dictar cursos y talleres a profesores, maestros, instructores de educación física, madres cuidadoras, personal de enfermería, entre otros; con la finalidad de que se conviertan en factores multiplicadores de la información. 5.- Incluir dentro de los objetivos escolares y de nivel superior, educación preventiva en relación al tema. 6.- Proponer a las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura, que al uniforme escolar se le agregue una gorra con viscera ancha y protección de cuello y pabellones auriculares, que su uso sea de carácter obligatorio y de distribución gratuita (ya hecho realidad en la población de los Roques).
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7.- Diseñar y poner en práctica en conjunto con el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, Ministerio de Educación y Cultura, Ministerio de Ciencia y Tecnología y las Comunidades Educativas un “Programa Escolar Venezolano” para la prevención del daño solar. 8.- Uso rutinario de protectores solares (sombreros de ala ancha, gorras con viscera larga y protección de cuello, franelas de colores obscuros, lentes para el sol, sombrillas, guantes, etc.) y filtros solares físicos y químicos (UVA + UVB). 9.- Consultar precozmente ante lesiones de piel en general y especialmente ante lesiones pigmentadas (lunares) que modifiquen su forma, tamaño, color o que presenten sintomatología como sangrado o prurito. 10.- Adiestrar al personal de salud sobre prevención, diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de lesiones dermatológicas más frecuentes. 11.- Incentivar a la población en general para que se siembren con árboles propios de la zona o reforesten los espacios libres y de recreación. 12.- Organizar a la comunidad para que por sí misma sea vigilante de esta problemática. 13.- Que el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, Ministerio de Educación y Cultura, Ministerio de Ciencia y Tecnología destinen presupuestos para investigación y capacitación profesional en esta área. 14.- Que a nivel de pregrado en la carrera de medicina se incluya a la dermatología como materia dentro del pensum de estudios, así como a la dermatología pediátrica como pasantía obligatoria al realizar curso de postgrado universitario en pediatría y o dermatología. 15.- Involucrar a los medios de comunicación social en general para que realicen campañas educativas, programas y promocionen prevención del daño solar en todos sus espacios y de manera constante. PROPUESTA PARA DISEÑAR “PROGRAMA ESCOLAR VENEZOLANO PARA LA PREVENCIÓN DEL DAÑO SOLAR” Los años de escuela básica son críticos para la intervención temprana en relación a la promoción sobre protección solar y prevención del daño actínico. En vista de la alta incidencia de lesiones inducidas por radiación solar en las poblaciones venezolanas estudiadas, tomando en cuenta que a esas edades pasamos más tiempo en actividades que se desarrollan al aire libre, que la radiación solar es acumulativa y que el cáncer de piel es prevenible, consideramos de vital importancia el diseño de un PROGRAMA ESCOLAR NACIONAL para la prevención del daño solar. Existen modelos que se están desarrollando actualmente en otros países cuyos alcances aún no han sido reportados pero que pudieran servirnos de orientación. Proponemos “que a nivel de cada Comunidad Educativa se realicen reuniones con la finalidad de desarrollar anteproyectos que posteriormente serían discutidos, ensamblados y depurados hasta alcanzar un modelo ideal, factible de desarrollar, con diseño, contenido y programación propios, lo que garantizaría su aplicación y cumplimiento ya que se adecuaría a las necesidades de la población venezolana”.
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