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PATRIMONIO + TERRITORIO: (DES)ENCUENTROS CON LO LOCAL José Correa José Carlos Hayakawa CICOP Perú Universidad Ricardo Palma Universidad Nacional de Ingeniería, Perú
ANTECEDENTES
Al reconstruir una mirada retrospectiva sobre la temática de la gestión del patrimonio en relación al territorio –especialmente en lo comprometido a “lo urbano”- es preciso identificar que estamos refiriéndonos a un enfoque relativamente reciente para Latinoamérica. Esta paradoja tiene 2 razones básicas: la primera asociada a la intrínseca riqueza cuantitativa y cualitativa de sus emplazamientos, estructuras y dinámicas, y la segunda relacionada a una importante tradición de “preservación del patrimonio”. Este segundo ítem es esencial porque tiene referentes claves en el Siglo XX como los primeros dispositivos legales regionales de las décadas del 20 y 30, las primeras operaciones de “puesta en valor” en las décadas del 50 y 60, los cursos de Conservación y Restauración de Monumentos y Ciudades Históricas del Centro Regional de Cusco -convenio PNUD/UNESCOINC de la década del 70. Paulo de Azevedo refiere que dichas primeras iniciativas de la propia Unesco “...daban un mayor énfasis a la restauración de los grandes monumentos con finalidad cultural y/o turística, que propiamente a la rehabilitación urbana del área”1. Uno de los rasgos más particulares de este tipo de intervenciones “pro-monumento histórico” fue la asociación de “ciudad histórica” y “patrimonio monumental”, la cual ha devenido la mayoría de las veces en “...una forma de mistificación del pasado y un modo de eludir los problemas sociales, culturales y ambientales con los que viene aparejado la problemática de los “centros“ a renovar. Es decir, las áreas centrales fueron vistas más como una suerte de ficción museística pletórica de edificios de gran valor, antes que como un espacio de vida y cultura en permanente cambio”2. Esta situación era diametralmente diferente a la acontecida en Europa donde -para el mismo período- las políticas integrales de conservación patrimonial y desarrollo urbano superaban los 40 años de experiencia. Esta experiencia europea madura hasta llegar a la aprobación por parte del Consejo de Europa – Ámsterdam, 1975- la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico que introduce el concepto de “conservación integrada”.
1 DE AZEVEDO, Paulo, Apud. OF. REGIONAL DE CULTURA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE DE LA UNESCO – ORGANIZACION DE ESTADOS IBEROAMERICANOS: Proyecto Gestión integral del patrimonio cultural, La Habana, 2003, p. 13. 2 HARMS, Hans, LUDEÑA, Wiley y PFEIFFER, Peter (Editores): Vivir en el “Centro”. Viviendas e inquilinato en metrópolis latinoamericanas, Technische Universitat Hamburg-Harburg, Hamburgo, 1996, p. 10.
Construyendo un marco teórico… Con relación al patrimonio, los investigadores Josep Ballart Hernández y Jordi JuanTresserras han aproximado una definición muy pertinente y a la vez esencial: “...patrimonio viene del latín; es aquello que proviene de los padres. Según el diccionario, patrimonio son los bienes que poseemos, o los bienes que hemos heredado de nuestros ascendientes. Lógicamente patrimonio es también todo lo que traspasamos en herencia”.3 Deducimos luego que nos estamos refiriendo a bienes, es decir entidades que poseen valor para alguien y que son trasmitidas por herencia, afirmándose con dicho patrimonio el recuerdo y con éste la transmisión de una propiedad común –tanto material como inmaterial-. Dicha noción de “patrimonio” posee como marco la lectura de una lógica conceptual constituida como relación establecida entre “…la historia continuada ligada a las actitudes creativas en cada secuencia histórica... Configurando nuestro legado actual como conjunción de actuaciones realizadas en el tiempo… pero que nos conducen inevitablemente a la realidad actual...”4. Al trasladar esta concepción de “lo individual” a “lo colectivo” surgen complicaciones a pesar de reconocer su existencia y necesidad comunes: “Del monumento, soporte de la memoria, hemos pasado al patrimonio, soporte de la identidad”5. De la misma manera debemos entender que el patrimonio es una construcción social, por lo que resulta “…un artificio, ideado por alguien (o en el decurso de algún proceso colectivo), en algún lugar y momento, para unos determinados fines, e implica, finalmente, que es o puede ser históricamente cambiante, de acuerdo con nuevos criterios o intereses que determinen nuevos fines en nuevas circunstancias6”, por lo cual adquiere un carácter social, participativo y dinámico, como repertorio de significados continuamente interpretados por una comunidad. De tal manera que construir el “espacio público” dinámica social- generará la raíz de una conciencia patrimonial. Asimismo, hay que considerar una circunstancia muy trascendente como expresión de nuestra “condición postmoderna”: la tensión entre el patrimonio y la mirada turística, la cual es identificable como expresión de esta conciencia postmoderna- por su carácter efímero y volátil que genera una “conciencia fragmentada”, ividuo se dota de su propio código de conducta y rechaza o ignora lo que el grupo le ofrece como universo de valores y normas. Elige lo que más le conviene en las circunstancias que el tiempo y el espacio de momento le señalan”7. Esta conciencia fragmentada también se ve constituida por la canalización mercantilizada, es decir por hallarse signada por las leyes de la oferta y la demanda, las cuales cuantifican esta fugaz concentración de experiencias y sensaciones. Esta aproximación post-moderna nos plantea una característica que perfila nuestra actualidad: la patrimonialización generalizada: “Casi todo hoy es susceptible de ser declarado objeto de salvaguardia o de preservación... Esta manera... es probablemente la más reciente de sus numerosas definiciones... como fenómeno social altamente ligado al surgimiento de los problemás de identidad provocados por el desarrollo de la sociedad moderna, la cual nos muestra hasta qué punto la relación identitaria se quiebra en miles de pedazos a reconstruir continuamente hacia un futuro inseguro”8. Ello aparece
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BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Barcelona, Editorial Ariel., 2001, p. 11. RIOBÓO, Francisco: Una forma de entender la problemática patrimonial, Córdoba, Programa de Patrimonio Histórico de la Diputación de Córdoba, 2002, p. 9. 5 DESVALLÉES, André, Apud. PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Ed. Ariel., 1997, p. 8. 6 PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Editorial Ariel, 1997, p. 20. 7 URBANO, Henrique: Patrimonio y modernidad, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (1), 2000, p. 22. 8 TENIER, Marie: En torno al debate sobre la noción de patrimonio, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (1), 2000, p. 179. 4
estratégicamente vigente en nuestra cotidianeidad, en la medida del reconocimiento de oportunidades en la “aldea global”, como así lo destaca Alexandra Arellano refiriendo a Krzystof Pomián cuando identifica que esta sustancial atención a la “cuestión patrimonial” manifiesta “...un interés renovado por la memoria colectiva, por las memorias nacionales, regionales y locales que hoy parecen ser más importantes que nunca”9. Pero, ¿cómo la “patrimonialización generalizada” se configura como eficiente medio para retomar la relación histórica entre pasado, presente y futuro? ¿Representa una verdadera y nueva orientación de la acción? Ello lo destaca André Micoud quien sugiere una lectura de oportunidades de continuidad histórica y Marie Tenier quien desarrolla dicha dimensión conceptual: “Los cambios ocurridos en la práctica reflejada por el patrimonio terminarán por orientarse no tanto hacia el pasado histórico conservado en el museo sino hacia un futuro reproducido y gestionado hacia el futuro... El patrimonio no sólo se desarrolla como agente de conservación sino de reproducción y de gestión que transforma el objeto antiguo en uno del presente y que... es impulsado hacia delante”10. La referencia al “paisaje” bajo los considerandos contemporáneos permite remitirse a la relación –cada vez más consustancial- entre “patrimonio” y “territorio”. Éste “redescubrimiento” del territorio en clave distinta ha ocurrido muy recientemente –a partir de la década del 90-, desde la cual “...la teoría y práctica patrimoniales toman las riendas, siempre compartidas, de los nuevos discursos y utiliza para ello dos instrumentos básicos: la ciudad y el territorio como ámbitos de concurrencia del patrimonio y el desarrollo; y la sostenibilidad como referente teórico y teleológico...”11. Justamente, es a partir de los recursos patrimoniales del territorio como se fortalece la idea de que el propio proceso de construcción territorial resulta la columna vertebradora de todos los saberes patrimoniales, destacándose con ello, la naturaleza y carácter territorial, la cohabitación ambiental y cultural y la oportunidad de comprender, conservar y aprovechar el paisaje. Así, la comprensión del patrimonio cultural inscrito en el contexto del patrimonio territorial “...sirve para articular sus contenidos y ordena de una forma más adecuada la compleja incorporación de los nuevos campos durante los últimos decenios del siglo XX... y lo que es más importante: incardina el patrimonio en el contexto interdisciplinar, teórico y aplicado, de las políticas públicas. El patrimonio se equipara en condiciones de igualdad con los grandes argumentos en los que descansa el desarrollo y la valoración e la calidad de vida de las sociedades modernas (medio ambiente, educación, salud...)”12. La palabra paisaje es un término de filiación moderna. Comienza a utilizarse en Europa muy tímidamente en el siglo XVI y cuyo uso no se generaliza hasta el siglo XVIII. El paisaje no es ni un fragmento de naturaleza ni un objeto físico, sino “…una construcción mental, algo que se elabora a partir de “lo que se ve” al contemplar un territorio, un país: palabra de la que deriva paisaje. El paisaje es, por lo tanto, algo subjetivo, es una interpretación realizada sobre una realidad, determinada por la morfología de sus elementos físicos, pero en la que intervienen factores estéticos, que le unen a categorías como la belleza, lo sublime y lo pintoresco, ya factores emocionales, que tienen que ver con los estados de ánimo de quienes contemplan” 13.
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POMIÁN, Krzystof, Apud. ARELLANO, Alexandra: Echando una mirada al tema del patrimonio, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Esc. Profesional de Turismo y Hotelería - Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (2), 2000, p. 101. 10 TENIER, Marie: En torno al debate sobre la noción de patrimonio, Op. Cit., p. 181. 11 FERNÁNDEZ, Victor, Apud. JUNTA DE ANDALUCÍA: Jornadas de patrimonio y territorio. Actas, Sevilla, Junta de Andalucía - Consejería de Cultura, 2005, p. 33. 12 Ibid. p. 36. 13 MADERUELO, Javier, Apud. ARQUITECTESPELPAISATGE COACV: Paisaje de los paisajes, Valencia, Arquitectespelpaisatge – Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, 2005, p. 45.
Los paisajes culturales representan “…las obras que combinan el trabajo del hombre y la naturaleza” 14, de acuerdo al Artículo 1 de la Convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. El término "paisaje cultural" incluye diversas manifestaciones de la interacción entre el hombre y su ambiente natural. Se definieron tres categorías de paisajes culturales en la Guía Operativa para la Implementación de la Convención del Patrimonio Mundial: • “Los paisajes claramente definidos, diseñados y creados intencionalmente por el hombre. Estos comprenden los jardines y los parques; • Los paisajes evolutivos (u orgánicamente desarrollados) resultantes de condicionantes sociales, económicas, administrativas, y /o religiosas, que se han desarrollado conjuntamente y en respuesta a su medio ambiente natural. Se dividen en dos subcategorías: Un paisaje fósil / relicto, en el cual el proceso evolutivo llegó a su fin; Un paisaje continuo en el tiempo, que sigue teniendo un papel social activo en la sociedad contemporánea, conjuntamente con la forma tradicional de vida; • La categoría final es el paisaje cultural asociativo de los aspectos religiosos, artísticos o culturales relacionados con los elementos del medio ambiente”15. De la misma manera el Instituto de Patrimonio Histórico Español del Ministerio de Cultura de España entiende por paisaje cultural al “…resultado de la acción del desarrollo de actividades humanas en un territorio concreto, cuyos componentes identificativos son: • El sustrato natural (orografía, suelo, vegetación, agua). • Acción humana: modificación y/o alteración de los elementos naturales y construcciones para una finalidad concreta. • Actividad desarrollada (componente funcional en relación con la economía, formas de vida, creencias, cultura...)” 16. El paisaje cultural resulta una realidad muy compleja, integrada por componentes naturales y culturales, materiales e inmateriales, cuya combinación configura el carácter que lo identifica como tal, por ello debe abordarse desde múltiples “miradas”. Al referirnos al paisaje y a sus intervenciones, es preciso caer en cuenta que en la biosfera -específicamente- y en el universo –en general-, todo cambia constantemente, ya sea por las alteraciones climáticas o por la interacción entre especies y territorio habitado, aunque es esencial tomar en cuenta que si bien “…la especie humana ha influido a lo largo de la historia en las alteraciones ecosistémicas y en los cambios en la apariencia física del paisaje, siempre lo ha hecho a un ritmo mucho menor que en los últimos dos siglos, cuya aceleración e impacto ha llegado hasta el punto de estar generando el primer cambio climático de origen antrópico, Todo ello gracias al aumento exponencial de su capacidad técnica, que le permite actuar con una velocidad de transformación de la biosfera no sospechado antes de la revolución industrial.” La profunda transformación que presuponen estas intervenciones ha generado un sentimiento de pérdida ecológico-estética que lamentablemente no ha influido decisivamente, en la ralentización de la dinámica de modificación ecosistémica. Por ende, se derivan 2 consecuencias destacables: “La más conocida, los efectos ecológicos que dicha transformación genera: la pérdida irrecuperable de especies animales y vegetales, así como consecuencias de gran calado y difícil reversibilidad como el cambio climático, la 14
RÖSSLER, Mechtild, En: www.condesan.org/unesco/Cap%2006%20metchild%20rossler.pdf Loc.Cit. 16 INSTITUTO DE PATRIMONIO HISTÓRICO ESPAÑOL, En: http://www.mcu.es/patrimonio/MC/IPHE/PlanesNac/PlanPaisajesCulturales/Definicion/DefinicionPaisCultural.html 15
desertización o la contaminación de los ecosistemas. Una segunda, menos estudiada y difundida, tiene que ver con los efectos culturales y estéticos que una transformación del territorio tan acelerada, en relación al tiempo de vida de los individuos de nuestra especie, produce en la percepción del entorno” 17. La percepción o aprehensión del paisaje se traduce como una relación sensorial según secuencias: primero el impacto visual; luego la experiencia emocional (olor, gusto, sonido); y finalmente el destino (económico o cultural). Es imprescindible la existencia del objeto y del observador (actor participante y subjetivo). Asimismo, Ana Rita Sá Carneiro referencia a Pires, al identificar 3 factores que condicionan la percepción del paisaje: • “Factores inherentes al propio individuo, forma de ser, capacidad imaginativa, mecanismos de asociación, profesión. • Factores educativos y culturales: impresos por la sociedad, condicionantes de la sensibilidad… y aptitudes del observador. • Factores emotivos, afectivos y sensitivos: relaciones del individuo con el medio ambiente, respeto, convivencia”18. Así, la idea de paisaje urbano trasciende los aspectos fisonómicos o característicos de la ciudad e incorpora a la dinámica de cambio del suelo urbano, a la casuística funcional de sus elementos constitutivos y a los conflictos generados por la superposición de usos en la ciudad. Con relación a la intervención en el paisaje urbano-monumental, es posible afirmar que existen diversos métodos de análisis orientados a la identificación de características, ya sea en la dimensión de la morfología urbana, ya sea en la dimensión de la topología edilicia o ya sea en la percepción del paisaje o en la combinación de varias de éstas. • El método “morfo-tipológico” es aplicado para “…analizar el sitio y su conjunto, del punto de vista de la forma, del trazado… con relación a los condicionantes del sitio…, punto de partida de la ocupación del territorio. Son llevados en cuenta los condicionamientos del lugar: clima, vegetación, sistema hídrico, topografía. El trazado marca la jerarquía de los espacios públicos con relación a las edificaciones…”19. • El método de la “visión serial” está planteado desde el análisis secuencial, como método capaz de “…captar en un medio limitado y estático todo el sentido del descubrimiento y admiración que se experimenta al caminar por la ciudad… juega con los elementos de la ciudad para ejercer impactos de orden emocional… incluye la identificación de las líneas de fuerza del paisaje de la ciudad, o sea, los ejes que demarcan a la ocupación y orientan la expansión”20. • El método del “análisis imagético” concentra la atención en la imagen del lugar como evocación del espacio percibido, actuando la legibilidad o calidad visual y operativizada mediante “mapas mentales” donde -según Lynch y referenciado por Ana Rita Sá Carneiro- “…se expresan los valores visuales de la ciudad mediante el potencial de las formas, en la construcción de las representaciones mentales estimuladas por cinco elementos: Caminos: calles, avenidas, callejuelas, senderos. Barrios: zonas, conjuntos morfológicos con características específicas.
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Ibid. p. 48. Loc. Cit. 19 SÁ CARNEIRO, Ana Rita, Apud. MENDES, Silvio (organizador): Gestão do patrimônio cultural integrado, Recife, Centro de Conservação Integrada Urbana e Territorial (CECI) - Universidade Federal de Pernambuco, 2002, p. 149. 20 Ibid. p. 150. 18
Límites: ruptura entre los barrios, bordes separando las partes, montañas, ríos, playas. Puntos focales: elementos de llamamiento que sobresalen del entorno. Marcos visuales: señales, puntos de orientación”21. En este marco, la imagen resulta una representación del espacio urbano, una decodificación de sus principales componentes. En este significativo menú de métodos de aproximación al paisaje, Ana Rita Sá Carneiro y Vera Milet plantean el método de “lectura de imagen” como alternativa integral a los ya referidos.. Entre las técnicas a emplearse destaca la observación directa por 2 o más personas –las cuales deben intercambiar ideas-, la cual debe complementarse con entrevistas para el registro de comentarios. Además es necesario recopilar data caracterizadora como: • “Situación del área o del sitio en la ciudad y en la región. • Evolución histórica, acontecimientos marcantes, transformaciones, modelos de ciudad, conocimiento de la toponimia. • Fotografías y cartografía. • Datos del espacio especificado: volumetría, padrones, tipología. • Datos sobre celebraciones, oficios y formas de expresión propios al local. • Condiciones de accesibilidad: sistema viario y jerarquía. • Distribución general de la población y usos del suelo. • Áreas de significativo valor histórico y paisajístico visando el turismo. • Planes existentes y proyectos de urbanización e infraestructura, legislación y políticas públicas • Actores envueltos: instituciones, población”22. Además, una característica del área puede ser lograda mediante la comprensión de tres niveles de estructura: • Estructura morfo-tipológica: Aprehensible mediante la malla urbana, los espacios libres y los espacios edificados. • Estructura activa: Espectro de diversas zonas de funcionamiento de la ciudad y como ellas se articulan entre sí. La estructura de ejes de animación, de descanso, y desinterés, los espacios mono y multifuncionales son caracterizados por los grupos de actividad. • Estructura significativa: Conjunto de significados urbanos, es decir de su sistema de valores y significados que confieren marcas e identidades a los lugares. Esa construcción o reconocimiento de sentidos necesita “… procedimientos metodológicos que se sitúan en la confluencia de diversas disciplinas y trabaja con la noción de referencia cultural…”23. Esta metodología puede resumirse en los siguientes pasos: “1. Detección de puntos-ancla. Esta tarea consiste en identificar las referencias espaciales claves que estructuran la ciudad y organizan el mapa mental de la misma. 2. Fijación de los recorridos entre puntos ancla siguiendo las rutas de mayores flujos. Estos recorridos son los que hacen posible la orientación y el desplazamiento en la ciudad. Desde el punto de vista de la detección de unidades de análisis constituyen una 21
Loc. Cit. SÁ CARNEIRO, Ana Rita y MILET, Vera, Apud. MENDES, Silvio (organizador): Gestão do patrimônio cultural integrado, Recife, Centro de Conservação Integrada Urbana e Territorial (CECI) - Universidade Federal de Pernambuco, 2002, p. 158. 23 Loc. Cit. 22
retícula que determina las áreas mínimas. Sobre otras metodologías basadas en el establecimiento de cuadrículas, triangulaciones u otras figuras geométricas que se sobreponen a la trama urbana, presentan la ventaja de corresponder al funcionamiento tanto del mapa mental de la ciudad, como del uso efectivo estereotipado que se hace de las áreas urbanas. 3. Determinación por los expertos de las condiciones de dichas zonas y de los tramos de cada recorrido de forma que exista una pre-asignación de los recorridos como “bordes” o “travesías”. 4. Análisis morfotipológico de las zonas para verificar que efectivamente existen características determinantes comunes en algunas de las áreas adyacentes. 5. Con base en los puntos 3 y 4 determinación de los tramos de recorridos que constituyen travesías. 6. Todos los tramos de recorrido que constituyen conforman los límites de las áreas perceptivas”24. La generalización del uso cotidiano e individualizado del automóvil ha producido “...la segregación del espacio urbano en peatonal y rodado, la presencia perpetua en el espacio público de máquinas metálicas con formas caprichosas y colores chillones, el oscurecimiento de las fachadas por efecto del humo, la contaminación insalubre de los gases que despiden, la construcción de túneles y aparcamientos subterráneos, la invasión de las aceras y los parterres, etc. pero, sobre todo... el asfaltado de las calles. Desde el punto de vista visual, éste es uno de los fenómenos paisajísticos más importantes ya que ha provocado el oscurecimiento y la uniformidad del plano del suelo que ha quedado revestido con un producto marcadamente antinatural que caracteriza, como ningún otro, la cualidad urbana. La tercera transformación del paisaje urbano está determinada por la incontrolada y/o inadecuada acumulación de basura, expresión de un grave aumento del volumen de basura que genera cada ciudadano, el cual a su vez es gestado por “El incremento vertiginoso del consumo, la profusión y calidad de los envasados, el abandono en la recogida de estos por parte de fabricantes y distribuidores, unido al crecimiento de la población urbana ha conducido a que diariamente se depositen en las vías y espacios públicos, expuestos a la vista de los paseantes, montañas de basura”25. La cuarta importante transformación responde a la voluntad de una estetización del espacio público urbano que pretende paliar los problemas generados por los factores anteriormente descritos. Así, presionados por las acciones ciudadanas y por conveniencias político-electorales, los ediles de urbes occidentales han comenzado a prestar atención a la calidad del espacio público, intentando cuidar su imagen cultural. El resultado produjo “...una “estetización” difusa del espacio urbano que se ha poblado con extrañas y extravagantes esculturas, fuentes, construcciones y ajardinamientos, supuestamente artísticos, que denotan las dificultades que tienen los ediles, los arquitectos, los técnicos, los artistas y los ciudadanos para comprender el valor emblemático y paisajístico del espacio público que, con estas actuaciones, más que “embellecer” o dotar de carisma al espacio lo que hacen es despersonalizarlo y trivializarlo”26. Ésta reflexión previa nos lleva a revisitar el concepto de “lugar” para evaluar su utilización como categoría patrimonial y como interfaz para construir una plataforma multireferencial orientada a la planificación de la “conservación integrada”. Sobre el “lugar”, se identifica como un constructo teórico muy aceptado en el ámbito de los estudios espaciales, 24
Ibid. p. 10. Ibid. p. 11. 26 Ibid. pp. 11-12. 25
aunque no sólo en aquellos estudios. De hecho atraviesa la dimensión social, la dimensión política, la dimensión económica y la dimensión ambiental.
BIBLIOGRAFÍA BALLART, Josep y JUAN-TRESSERRAS, Jordi: Gestión del patrimonio cultural, Barcelona, Editorial Ariel., 2001. DE AZEVEDO, Paulo, Apud. OF. REGIONAL DE CULTURA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE DE LA UNESCO – DESVALLÉES, André, Apud. PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Ed. Ariel., 1997 FERNÁNDEZ, Victor, Apud. JUNTA DE ANDALUCÍA: Jornadas de patrimonio y territorio. Actas, Sevilla, Junta de Andalucía - Consejería de Cultura, 2005. HARMS, Hans, LUDEÑA, Wiley y PFEIFFER, Peter (Editores): Vivir en el “Centro”. Viviendas e inquilinato en metrópolis latinoamericanas, Technische Universitat Hamburg-Harburg, Hamburgo, 1996 INSTITUTO DE PATRIMONIO HISTÓRICO ESPAÑOL, En: http://www.mcu.es/patrimonio/MC/IPHE/PlanesNac/PlanPaisajesCulturales/Definicion/DefinicionPaisCultu ral.html MADERUELO, Javier, Apud. ARQUITECTESPELPAISATGE COACV: Paisaje de los paisajes, Valencia, Arquitectespelpaisatge – Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, 2005 ORGANIZACION DE ESTADOS IBEROAMERICANOS: Proyecto Gestión integral del patrimonio cultural, La Habana, 2003 ORGANIZACION DE ESTADOS IBEROAMERICANOS: Proyecto Gestión integral del patrimonio cultural, La Habana, 2003 PATRIMONIO - Revista de la Esc. Profesional de Turismo y Hotelería - Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (2), 2000 POMIÁN, Krzystof, Apud. ARELLANO, Alexandra: Echando una mirada al tema del patrimonio, En TURISMO Y PRATS, Llorenc: Antropología y patrimonio, Barcelona, Editorial Ariel, 1997 RIOBÓO, Francisco: Una forma de entender la problemática patrimonial, Córdoba, Programa de Patrimonio Histórico de la Diputación de Córdoba, 2002 RÖSSLER, Mechtild, En: www.condesan.org/unesco/Cap%2006%20metchild%20rossler.pdf SÁ CARNEIRO, Ana Rita y MILET, Vera, Apud. MENDES, Silvio (organizador): Gestão do patrimônio cultural integrado, Recife, Centro de Conservação Integrada Urbana e Territorial (CECI) - Universidade Federal de Pernambuco, 2002 TENIER, Marie: En torno al debate sobre la noción de patrimonio, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (1), 2000 URBANO, Henrique: Patrimonio y modernidad, En TURISMO Y PATRIMONIO - Revista de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres, Lima, (1), 2000