poema de jorge oliva HABANERA TU

JORGE OLIVA (1948-1986). Poeta. Publicó los poemarios Donde una llama nunca se apaga (1984), Premio de Poesía Cuadernos del Caballo Verde, México) y G

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JORGE OLIVA (1948-1986). Poeta. Publicó los poemarios Donde una llama nunca se apaga (1984), Premio de Poesía Cuadernos del Caballo Verde, México) y Guantánamo Bay, el tiempo roto (1985). Premio en el XXIII Certamen Literario Internacional del Iberoamerican Writers Guild). Al morir, era profesor en Columbia University.

HABANERA TU

jorge oliva

Para Julio Gómez

Apoteosis de la piel canela irrumpe en altísimost acones-fondo de tumbadoras, quizás, para mar/ car el paso y entonces se arma el titingó: conmoción de nalgas apocalípticas, temblor de tierra, interrupción del tráfico, erección de la carne: He aquí el mito con piernas y tetas, señores:

poema de

Juana Bacallao, ínclita rumbera. La Fornés, última vedette de la República. Celeste Mendoza, guaguancosera magna. La Guillot, prima cancionera assoluta, emperatriz del senti/ miento. La Negra Sabor, mulata legendaria, corista de Tropicana, / bisnera. Epifanía de la etnia, éstas son las hembras trascendentales, las bollipoderosas, las que caminan fino, las duras de pelar, veteranas de em/ puje, las que han sobrevivido el fuego de la revolución, la represión y la diáspora, la erosión del tiempo, la caída; y a fuerza de regias y divinas, de talento y cojones, a bollazo limpioSi que estoy es buenísima, coño! por ahí andan todavía entre catástrofes y celebraciones -conservadísimas-, irrumpiendo con todo el filin en medio de la canción, rescatándonos, incitándonos al viaje -retorno a la noche de La Habana, cuando de pronto uno empieza a sospechar que de algún modo inexplicable, esas hembras son la noche habanera -monumento de un amor inolvidable, pedazo entrañable de la ciudad.

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MUERTE DEL REY

WALDO GÓNZALEZ LÓPEZ (Las Tunas, 1946). Poeta, periodista y crítico literario y teatral. Labora en la revista Bohemia y colabora con diversas revistas especializadas y en espacios radiofónicos, en espacios de literatura y teatro.

Para niños; cinco poemarios. También: un volumen de crítica literaria: Escribir para niños y jóvenes (1983), uno de crónica: Niebla en la memoria (1990) y 28 antologías y selecciones de poesía (Lorca, A. Machado, R. Alberti, Yeats, J. Prévert y diversos poetas cubanos).

waldo gonzález lópez

Poemarios publicados: Este himno, la vida (1977), Ese hombre y otros poemas (1981), Para que salte la vida (1981), Que arde al centro de la vida (1983), Salvaje nostalgia (Mención Premio Plural, México, 1990), Casablanca (Colombia, 1995) y Las palabras prohibidas (1997).

A F. López Sacha

La luz descubre una imagen que ya había olvidado donde relumbran entre el cieno los falsos tesoros hallados alguna vez, su brillo instantáneo, perecedero, que anuncia la muerte del rey y sus sueños devastadores.

ESCOMBROS Los escombros, entre el polvo, semejan colinas lunares, cuerpos atisbados en los ríos finales del planeta. A esta hora del mundo, aquí, yacen los míseros sueños salvados por el poeta del desastre del olvido.

poemas de

DE AEDOS Y REYES

100

El Aedo que no escribe su poiesis de denuncia, ignora el sueño que anuncia y el poder que lo proscribe. El osado, aunque lo cribe el Rey por ser tan profano, proseguirá, nunca en vano, su peligrosa aventura, pues como Esfinge perdura cuando es ceniza el tirano.

LA CIUDAD Y SUS MÁSCARAS

waldo gonzález lópez

A L.M. García

Los últimos escorzos de la noche yacen fulminados: habanece la ciudad-gaviota. Los sueños planean grávidos, mudos, tras las máscaras que impone el día ante la pleamar del mundo distante. La gente pasa silente, oscura, con vocación de hijo pródigo que retorna sin querer. Un hombre cruza absorto, despiadado en su amargura, ya roto su velamen. Mas la ciudad-ave prolonga su rito cotidiano, sus abismos y miserias. 20/2/94

INFIERNO (Con Borges)

Dios prefijó los días y agonías, sentenció Jorge Luis, noble maestro, mas quizás mejor decir, si bien siniestro: la salvaje agonía de estos días.

poemas de

Los gastados espejos de la noche no reflejan augurios ni destinos; la desgracia y el odio, los caminos conducen al abismo del Fantoche, donde miles de locos entre rejas maldicen y se pegan y fenecen los sueños de estos sueños sin memoria. Y la Gran Parca Cruel, con sus viejas, dictamina a los muertos que padecen este mundo terrible sin historia.

(De su poemario inédito, a publicarse en 1998: Estos malditos versos.)

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FELIPE LÁZARO (Güines, Cuba, 1948). Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, en dos especialidades: Estudios Internacionales e Iberoamericanos. Actualmente reside en Madrid, donde dirige la editorial BETANIA y es Redactor Jefe del periódico LA PRENSA DEL CARIBE, editado por el Centro de Estudios del Caribe.

“Una copa con alas: quién la ha visto”. José Martí.

Dicen que el néctar de los dioses está vedado a los hombres, más ellos confunden el almíbar con los jugos del destino.

felipe lázaro

BIBLIOGRAFIA: Poesía: Despedida del Asombro (Madrid, 1974); Las Aguas (Bilbao, 1979); Ditirambos Amorosos (Madrid, 1981); Los muertos están cada día más indóciles (Madrid, 1986 y 1987). Antologías: autor de la trilogía de la Poesía Cubana escrita fuera de Cuba: Poetas Cubanos en España (Madrid, 1988); Poetas Cubanos en Nueva York (Madrid, 1988) y Poetas Cubanos en Miami, y de la antología bilingüe: Poetas Cubanas en Nueva York/ Cuban Women Poets in New York (Madrid, 1991). En 1995 publicó en colaboración con Bladimir Zamora Céspedes la antología Poesía Cubana: La Isla Entera (Madrid). También es autor de los libros Conversación con Gastón Baquero (Madrid, 1987 y 1994), y coautor de Entrevistas a Gastón Baquero (Madrid, 1998).

UN SUEÑO MUY EBRIO SOBRE LA ARENA

Diría mejor: copular con todo vaso lleno de sabiduría que esperar la ansiedad de un tiempo no realizado. Llegaría incluso a maldecir mi época antes que dejar una copa inconclusa Las grandes jarras hermanan brazos. La intolerancia se disipa con un buen jerez, cuyo aroma deslumbra a León de la Hoz o a Efraín / Rodríguez Santana. Un trago de ron desatasca toda garganta enmohecida o hace entonar a Bladimir Zamora su más preciado son. Un buen whisky atesora un misterio despejado por la palabra de Salvador Garmendia. Y si es Jack Daniel’s Louis Bourne entona canciones de Shakespeare o Marlowe en las viejas tabernas madrile/ ñas.

Ha publicado en Triunfo, Tiempo de Historia, Cuadernos Hispanoamericanos, La Burbuja, Revista del Centro de Estudios Poéticos Hispánicos, Boletín del Comité Cubano pro Derechos Humanos, Encuentro de la Cultura Cubana, La Prensa del Caribe (Madrid) y en Nueva Generación (Nueva York), Linden Lane Magazine (Texas), Revista de Estudios Cubanos/ Cuban Studies (Pittsburgh), Hors Jeu (París), Puentelibre (México), Periódico de Poesía (México) y El Heraldo Cubano (Suecia).

Que decir de un helado vodka que despierta nuestros fan/ tasmas. O de las eternas rubias, negras o tostadas cervezas —propiedad en exclusiva del ubicuo José Mario— que enfrían suavemente todo hilillo de vida: Un suspiro del alma atormentada, que como volcán aflora pidiendo un tenue vals, donde los títeres del Teuco Castilla aparecen reales como la vida misma.

poema de

Y si el catire D’Jesús retrata el aura de la bohemia, las botellas hablan de melancolía y los cuerpos se vuelven transparentes. Por eso un rioja vuelve aún más roja toda sangre y “tinto en sangre” canta Carlos Contramaestre: Los pájaros fornican en la Catedral en una noche salmanti/ na. La sabiduría adquiere tintes majestuosos cuando Joaquín Ordoqui escancia un Ribera del Duero. 102

Los claretes de Valdepeñas suenan al clarinete D’Rivera a cuyo compás Pío Serrano busca un rinoceronte perdido. Un blanco catalán, preferentemente del Penedés, hace bailar a Adriano González León una clásica habanera.

felipe lázaro

Una jota celestial se convierte la sidra asturiana con fabes y almejas mientras Waldo Balart pinta sus cua/ dros. La manzanilla de Cádiz hace helar los más sutiles pensa/ mientos donde Rafael Soto Vergés y Antonio Hernández juegan en la arena como niños asombrados por la tranquilidad del mediterráneo. Y hasta el carajillo del mediodía despejará toda duda, cuando César López prende su primer Cohiba y Carlos Julio Báez brinda con el mejor ron dominicano. El daiquirí en Floridita para saber la importancia de llamarse / Ernesto. como el mojito en la Bodeguita, con Pepe Prats y Antonio Pérez como comensales, recordando al viejo Nicolás, con sones montunos, yuca y congrí. Y después de muchas penúltimas, siempre la penúltima, al otro día, con un buen bloody Mary, un viejo danzón cantado por Barbarito hará danzar a todas las hetairas del cielo.

poema de

Felipe Lázaro Madrid/96.

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MATRIZ Y MARGEN A Roberto Valero

gustavo pérez firmat

GUSTAVO PÉREZ FIRMAT (1949) Poeta y ensayista. Ha publicado los poemarios Carolina Cuban (1987), Equivocaciones (1989) y Bilingual Blues (1994). Su bibliografía incluye además los ensayos The Cuban Condition (1989) y Life on the Hyphen (1994) y el terstimonio autobiográfico Next Year in Cuba (1995). Es profesor en la Duke University.

Roberto: joven hermano mayor en la poesía y en la historia: reconozco mi déficit de acontecer. En tus palabras hay matriz, en las mías, margen. En tu acento hay espesor y alarma, en el mío, reminiscencia. Y sin embargo reclamo un turno y una voz en nuestra historia. Reclamo marcar en la cola de ese ilustre cocodrilo inerte que nos devora en la distancia. Reclamo la pertinencia y el mar.

poema de

También es matriz mi margen. Mi recuerdo se espesa como tu acento. Yo también llevo el cocodrilo a cuestas. Y digo que sus aletazos verdes me baten incesantemente. Y digo que me otorgan la palabra y el sentido. Y digo que sin ello no sería lo que soy y lo que no soy: una brisa de ansiedad y recuerdo soplando hacia otra orilla.

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amando fernández

EL ORDEN HABITABLE (III) Yo os aseguro que fue lenta la curva del milenio, que el escenario parecía una ficción de niños, una impuesta malicia, o un razonamiento desgastado. Nadie ha podido pronunciar otras palabras. Nadie interpreta su papel mejor que quien lo vive como objeto de una burla, o de una cárcel. O en el voluble aroma de uniones intranquilas.

poema de

AMANDO FERNÁNDEZ (1949-1994) En menos de una década de actividad literaria acumuló quince poemarios y siete premios internacionales. Entre sus títulos más significativos, se hallan El ruiseñor y La espada (1988), Los siete círculos (1990), Materia y forma (1990), Museo natural (1992), Ciudad, isla invisible (1994) y El Riesgo Calculado (1994).

Quedar es la respuesta y el recurso. Intentar lo simbólico puede engañar a lo imposible de un perfil, o a la inútil memoria que se deshace entre las manos, o a la veracidad de la noche y el olvido. Hasta que la dulzura sea perfecta. Hasta que el corazón no sea monstruo, ni espasmo, ni fatiga. 105

ALEX PAUSIDES. Nació en Pilón de Manzanillo el 24 de marzo de 1950. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, ruso, francés, italiano y alemán.. Malo de Magia (1990) y Habitante del viento (1996) recogen sus últimos escritos. Es editor de poesía, labora en la Editorial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

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poemas de

alex pausides

PEQUEÑA GLORIA Tú eres una alternativa peligrosamente pura Tu aparición le da validez universal a mi creencia El hecho de que existas me dice que no estoy solo bajo el sol La tierra fértil que exige la inmensa sed del agua corre bajo las plantas incansables del beduino La imagen que falta en la ventana es fiesta de los ojos Mi faena es buscarte La tuya dejar abierta la ventana El amor no perdona si no estamos atentos a su paso de gacela Mi tarea es llamarte como el oscuro que en el desierto y llamándote restauro el ciclo de la vida Si respondes será el esplendor Si no te encuentro buscarte me da fuerzas ante la dureza del destino del hombre en las arenas. Tus ojos son mi casa La casa que armaron mis brazos en el diluvio y el caos para que hallara sosiego la rama olorosa en el solaz de un crepúsculo vivido al lado de tu pelo Tu mano es la barca donde viaja el solo a la orilla magnífica Y la consumación es la señal de humo que esperaba Crusoe en la mañana de las islas Yo soy Viernes Tú la isla, la bendición donde es posible todo y la espuma desmelenada y blanca se hace dulce en la inminencia de tu arribo Tú eres lo soñado ¿Y quién ha dicho que encontrarte al borde del abismo no le otorga más precisión a mi pulso orgulloso y brío al duro viento que asola mi garganta? Te degusto la silueta palmo a palmo como entra el arado en la tierra húmeda del sueño Te amo te amo con la fuerza de los gritos marineros que anuncian ¡tierra! ¡tierra! Y es la ondulación de tu paso esa imagen dulcísima presentida hace milenios por mis manos

alex pausides

EL ARMADOR Paciente construyo el filo que surcará las aguas, el pecho orgulloso que sin piedad socavarán el agua y la noche La armazón sale de mi mano como una bella bestia a desafiar los elementos (La metáfora del navío traduciría la fuerza de una criatura fascinante) Hilo a hilo limpio y tenso la cuerda que la amarra a los crepúsculos El mar, la noche, la soledad, son viejas palabras que paralizan su tenaz resistencia al cortar el agua en la bruma Pero si alguien en la noche la desarma yo la armo al amanecer Como una alhaja invalorable custodio las márgenes del mar interior que la salva Me abro a la noche populosa de sus ojos donde el asombro no ha perdido aún la inocencia y la casa enorme de la soledad cierra sus anchas, desdibujadas puertas para siempre ya a sus espaldas Yo soy el armador de esa barca que pronto se perderá en el horizonte Mi mano en su casco un antídoto puso contra el naufragio y esa es la clave de mi serenidad El sargazo, las bermudas, el mal tiempo no alterarán la singladura magnifica de su esbelta quilla Que entra inexorable al centro de la rosa de los vientos

poemas de

La Habana, 19 de marzo de 1996

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LOURDES GIL (La Habana, 1950). desde 1961 reside en Estados Unidos.

lourdes gil

Estudio Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de Fordham y en la de Nueva York, especializándose en Literatura Cubana. Ha sido codirectora de las revistas literarias Lyra, de New Jersey, y Romanica, de la Universidad neoyorkina. En 1985 ganó el premio de poesía de la Bensalem Associaton of Women Writers y resultó finalista del premio Letras de Oro, de la Universidad de Miami. Ha publicado cuatro libros de poemas: Neumas (1977), Vencido el fuego de la especie (1983), Blanca aldaba preludia (1989) y Empieza la ciudad (1993).

FATA MORGANA Si lo que dijo Kafka fuera cierto —que algunos han logrado sobrevivir el canto de las sirenas pero nadie ha sobrevivido su silencio— entonces debo estar agradecida a las deidades que nos rigen. Pues a pesar de haber abandonado tierra firme de zafar cuerdas en el almácigo de muelles y de puertos para lanzarme en pos de los clamores de sus voces (remolinos ubicuos que ensordecen en la noche y no parecen brotar de sus gargantas) a pesar de haber perseguido los blancos brazos espectrales de Loreleis desmelenadas en lo alto de las rocas entre marinos vendavales a pesar de haber flotado a la deriva en la negrura del océano de haber visto apagarse el resplandor del coro de ver como cesaba el aleteo de sus manos. He sobrevivido el canto de tu amor.

poemas de

Y quizás (como afirmara Kafka) no habría sobrevivido el silencio del cielo el mar sin magias y sin aves sin destino.

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lourdes gil poemas de

EL EXTRAVÍO Vengo de Tordecillas me extravié al escapar el peligro me acecha en todas partes veo en sueños las espuelas que se clavan al relincho tras los árboles se oyen gritos soeces desde la oscuridad jadeo entre mis ropas desgarradas era un ovillo por el fango nada me cubre ahora permanecí oculta durante muchos años y finalmente he entrado a la ciudad los que me traicionaron no me pudieron encontrar soy la reina que no harán enloquecer madre ni padre hermano o hijos menos que nadie mi marido el de los ojos lánguidamente hermosos muerto o vivo soy la escabullida de la historia la eterna fugitiva la pieza que ha de faltar en el relato el personaje que no habrán de apresar. 109

CAN I BE GOD?

reina maría rodríguez

para Silvia Platt

poemas de

REINA MARÍA RODRÍGUEZ (La Habana, 1952). Licenciada en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de La Habana. Ha obtenido numerosos premios literarios en Cuba y en el extranjero. Su casa habanera se ha convertido en un centro de animación de la poesía cubana más joven. Entre sus libros de poemas figuran La gente de mi barrio (1976), Cuando una mujer no duerme (1980), Para un cordero blanco (1984) y En la arena de Padua (1992).

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(cada día es una plegaria renovada para que dios exista para que me visite con mayor fuerza y claridad). S.P.

la amiga de Alicia, una amiga mía, vivió en Inglaterra. -la amiga de mi amiga Alicia, no la del cuentoconoció a un hombre que hacia pastar su rebaño cerca de la cabaña donde Silvia y Ted habían tenido a su segundo hijo. ella lo invitó a una trago -muy eufóricay el hombre que no sabía nada de poesía sólo recordaba que Silvia era una mujer que caminaba sola por los páramos al atardecer. no conozco a la amiga de mi amiga, pero alargando ese final encuentro una nota con su foto- al fondoy le agradezco ese trago de vino donde echó sus palabras hacia el atardecer, que además de traernos el mes de abril las islitas de sílabas con un poco de color donde sobresalen preguntas sin respuestas a Dios (Dear God, can I be God?) vuelven a mirar la sonrisa pendiente de un milagro. la blanca espuma de la leche para que se enfrie junto al sol naranja de sus ojos prendidos en el horno. Silvia y Ted tenían una casita en el atardecer de los páramos cubierta por plantas tupidas y tallos muy altos donde uno (a la luz del atardecer cree que todo es posible; incluso convertirse en Dios). ella se levantaba muy temprano y vomitaba con horror su imposibilidad -la retama roja y amarilladentro de una palabra de cristal que pujaba y pujaba sin poder jamás convertirse en él, (una afirmación como un latigazo. Dios). era una niña desaliñada que conoció a la Sra. Davies y a la Sra. Plum y al comandante Crump, pero que no podía convertirse en Dios pero que podía creer en él

reina maría rodríguez

pero que no podía saltar sobre su otra religión y caer al abismo sin artificialidad alguna y el hombre que en tiempos de Platt hacía pacer su rebaño cerca de la cabaña lo concentró todo en el cuenco de vino en la espuma de leche en el fuego naranja del zorro que sabía, cómo abandonaría el cuerpo de la muchacha exactamente a la hora especificada porque, aunque la paciente parecía poseída, su mal no era posesión, sino la emoción del remordimiento por no poder convertirse en Dios (ni a Ted, ni a su padre, ni a su madre, ni a sus amigos, en / Dios). y así perdió el sentido de su individualidad hacia el atardecer, de un morado increíblemente intenso como el vino en la casita, que no era una cabaña sino un templo para su crucifixión donde la amiga de mi amiga Alicia -no la del cuentola vio a través de los ojos de Dios la última vez.

poemas de

PERRO Y MUCHACHO escuché el canto de la agonía de los gatos hacia la puesta del sol. dos gatos hembras amenazados por sus ladridos y el muchacho -que con su palo juzgaba a ordenar el sinsentido de la tarde. el sonido agudo del miedo me paralizo. venía de otras regiones del conocimiento, de lugares donde no existe la posesión, o del desamparo de la pasión de sus garras. -una amarilla; la otra, negrael aullido me hizo mirar hacia aquella región en donde vives, oh Dios, oh naturaleza, oh mente! que me has distanciado de ti para unirme sólo después, en el gesto de extenderme en la /distancia de esta sangre que se enfría y miente cuando más inflamable que nunca pude sentir que es en ti, no en la diferencia contigo, donde se encuentra aquel a quien rodeas y matas para hacerlo tuyo. Escuché y luego, ya no oí más, el canto de la agonía de los gatos hacia la puesta del sol. 111

JESÚS J. BARQUET (1952) poeta y ensayista, se ha especializado en la obra del Grupo de Orígenes; es profesor de la Universidad de Las Cruces, en Nuevo México (USA); entre sus varios libros de poemas figura El libro del desterrado (México, 1994) y entre sus ensayos Consagración de La Habana (Miami, 1991).

LA MISMA VOZ Cáscara soy de mí, que en tierra ajena gira, a la voluntad del viento huraño, vacía, sin fruta, desgarrada, rota.

jesús j. barquet

José Martí

A veces, cada vez más seguidas, nos escriben los amigos que dejamos no atrás sino allá nos hablan con una voz que nunca antes escuchamos: nos suplican, padecen una falta de luz, de fe, una expiación cuya culpa desconocen y buscan desesperadamente en nosotros un alba de salvación, cualquier gesto que les devuelva la antigua voz, aquella inocencia anterior a la desilusión. Como si nosotros no la hubiéramos perdido también, como si esas luces que desde aquí les llegan no fueran en realidad nuestra noche, esta alga urticante lentamente invadiendo nuestros cuerpos vacíos.

poema de

Iría a buscarte, dondequiera que estés, patria mía, archipiélago de rostros acariciados. Sobre estos mares olvidados de tu nombre caminaría descalzo ignorando las espinas, pero ¿dónde te escondes? ¿Quién te oculta a mis pies?

112

Fiebres de ceniza reconstruirán en mí tus partes y serás la Madre, el Padre, los Amigos, la Savia original de mis palabras pues ando mudo sin ti, medio árbol, medio pez, medio serpiente… En ti dejé la soberana mitad de mis mañanas, el claro bosque azul en que mis piernas se enraizaban para poder vivir. Por eso dime ahora, dónde, cuándo, cómo despertar sin que no me amanezca para siempre tu nostalgia.

orlando gonzález esteva

PARA QUÉ ESCRIBO Escribo para burlar el asedio riguroso del extraño por quien poso y ahora ocupa mi lugar.

poema de

ORLANDO GONZÁLEZ ESTEVA (1953) Poeta y músico. Ha editado los poemarios Mañas de la poesía (1981), El pájaro tras la flecha (1988), Elogio del garabato (1994), Fosa común (1996) y Escrito para borrar (1997). En el género ensayístico ha publicado Mi vida con los delfines y Cuerpos en bandeja, ambos de 1998.

O mejor, para partir, para no estar demasiado tiempo a mi sombra, a mi lado. Para arriesgarme a vivir. Y también por regresar, si no al punto de partida, a ver la espada encendida. Escribo para borrar. 113

RAFAEL ALMANZA ALONSO (Camagüey, 1957.) Poeta y economista. Ha publicado: En torno al pensamiento económico de José Martí; (Ciencias Sociales, La Habana, 1990) y En la casa naranja; (Cuentos, Vórtice, Ciego de Avila, 1991). Actualmente trabaja en un extenso libro sobre la obra de Eliseo Diego.

rafael almanza

ARTE ATLÉTICA 1 En todos los rostros de los hombres hallé la perfección En todos los días de mi suerte la perfección latió. Vencido de mi cuerpo tendido quedé sobre la última grada del estadio Y todo el espacio ante mis ojos era inagotable y perfecto Y todo el espacio azul era mi pulso, y todo el espacio azul era mi alma.— El era el mejor entre millones, y le amaban unánimes Y el discurso de su vuelo de bravura, En las ventanas del planeta Convocaba. Y, orfebre de sí mismo, saltó Y su frente rozó apenas la piedra de la plataforma Y cayó, y muerto cayó, y roto cayó sin gracia al agua— Zafiro que se rehizo en un soplo. Abandóname hoy, aleja de mi rostro la noticia implacable de tu gloria. No vengas a turbar mi dicha común, mi oficio de hombre / entre los hombres, mi dominio de comunión y de tregua, Con el delirio y el impulso de los fastos De la imposible posesión de la hora. No es éste el júbilo que viviera ni la lengua que tu cielo exaltara Es sólo el tiempo y el idioma que me dieron— Pero a través de sus sílabas raídas diviso el relámpago del Mensaje— Así como el corredor de fondo devora con sus venas la pista enfebrecida

poema inédito de

Sintiendo que puede más, que puede más, pero no puede Y pasa al fin sobre la meta roto el record en lágrimas.

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2 En el silencio que traba los miembros de mi cuerpo está la música que amé Y me palpo el lagrimal y me sorprendo, y comprendo que está allí para que llore de alegría Y que no hay misterio como el de mi risa insaciable cuando estalla como una granada madura en el alcance de mi triunfo Y que no hay homenaje a la vida como mi vida, Ni espíritu que no brote de la loca materia minuciosa y armoniosa de mi cuerpo.

rafael almanza poema inédito de

Cantemos el trono de la versión atlética Con la enfermedad y la muerte y el odio y la desgracia Cantemos el éxito supremo Del juego sin victoria. Si todos los músculos de mi alma estuvieran en mis fibras Volaría a través de las murallas, me haría un gesto azul, uniría las nubes y las hierbas como un algarrobo perpetuo Y tu nombre y el mío fueran una danza inacabable. Hazme danzar, Amor, con audacia de armonía, Con estas gemas en mi frente hazme danzar en vértigo / ofrecido. En cada alarde de mi brío el arpa de mis nervios risueña pulsaré En esa velocidad entusiasmada el acto del paisaje en los ojos se ha de unir En toda barrera que yo rompa la unión del mundo cantará. Cántame, Amor, en cada célula mortal la quimera y el pro/ digio La sola alianza sin fin secreta inextinguible. Defiende, Amor, en el pecho del hermano que golpeo la gracia de su aliento y su respeto Protégeme de los monstruos decisivos que la soberanía de tu nombre engendra en mi garganta Porque de la noche y el sueño levantaremos la proa de la rendida voluntad dominadora Con la pasión de la belleza, el don de la nobleza, y la visión de la verdad. Desnúdame otra vez ante el amanecer del mar, ahora!

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LO QUE JAMÁS DIRÍA SIMBAD y eran tantas las rocas que luego de tocar este sol y otros desconocidos aprendí a ver pero perdí cada pupila

ramón fernández larrea

RAMÓN FDEZ-LARREA (Bayamo 1958). Ha publicado: El pasado del cielo (Premio Julián del Casal de la UNEAC, 1958.) Poemas para ponerse en la cabeza. (Premio especial XX Aniversario El Caimán Barbudo, 1986). El libro de las instrucciones (Ed Ciclos, UNEAC 1990). Manual de pasión (Universidad de Guadalajara, México, 1993). El libro de los salmos feroces (Ed. Extramuros, La Habana, 1994). En 1998 será editado “Terneros que nunca mueran de rodillas” (Premio Julio Tovar, Tenerife 1997).

y había tanto mar en mi pecho una ola era distinta a la altura entré decidido al oro de los peces buscando hablar con dios y casi lo logro en las tardes de paz cuando la espuma se tiende en las olas pequeñas que nunca asustan en el cangrejo casi morado que huye de los pies de las olas pequeñas salgo a respirar con mis algas y miro una ciudad desierta salgo en la voz espumosa del cangrejo a ver si me salva ver vivir porque aprendí que la vida era sólo un alga adormecida dentro de mí nunca había quien cambiaba mi ardor por palabras y entusiasmo los oía de lejos ahogado y fosforecente violeta metido en los huesos de la costa

poemas de

sostenían una penumbra llamada país abría mis ojos en la espuma escuchaba cantos maldiciones la luz del horizonte me avisaba la hora de regresar al abismo yo inventé el pájaro de grandes garras yo puse en mi espalda las cuevas del oro yo me cambiaba el nombre pare que me besaran

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en mi camino dije que ninguna otra roca podría abrirse y abrí rocas diversas de refugio yo soy simbad el agua que destella en las olas de marzo haciéndote el loco yo soy simbad la sombra del cangrejo que visita los bordes de la noche no tengo más oro que el sueño nunca he sabido qué es un rubí ni un diamante ni la vida esa ciudad murió la asesinaron porque buscaban o prometieron como yo que el mar era posible.

LA ISLA DEL TESORO

ramón fernández larrea

tuve los mapas del alma en la mano el capitán flint cortó seiscientas cabezas entre arrepentidos y mujeres amables perro negro llegó a las cientoveinte una noche de puro delirio pensando en su madre lejana pero zarpamos buscando el horizonte las púas del mediodía había también un barril con manzanas dejamos atrás al ciego pew que adivinaba a dios en las manos el pobre capitán con venas de oro buscando la ruta contra mis ojos he sido un traidor delaté el rumbo de los sueños una nave que cobró el largo de plata para que siempre quedara lejos mi madre también en el barco se cometieron atrocidades pero lo peor fue la isla nunca hubo joyas no podían existir la promesa que brilla en la palabra yo conocía el mapa del alma quisieron cortarme la espalda de volar cuando llegamos a la isla quisieron un barril eterno de manzanas para esconderme y soñar una espada que alguien clavara en mi asombro y mi lengua

poemas de

yo que sabía las rutas del corazón por el mar que todavía entusiasma tengo en los párpados sangre que derramaron buscando mi silencio al no existir tesoro ahora sólo escucho y hablo del aire enloquecido en una costa inútil que el capitán flint con su cuchillo afirma era el sueño esperado con diez mosquetes en la garganta.

(de “Música para viejos erizos”)

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COMO UN ROCE DE MANOS

alberto acosta-pérez

Borges, no el otro

poemas de

ALBERTO ACOSTA-PÉREZ (La Habana, 1957) es Ingeniero Industrial y Jefe de Relaciones Públicas del Gran Teatro de La Habana. Su obra poética ha sido publicada en varios países, especialmente al ganar el Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego de 1989, en España, con su libro El ángel y la memoria; en Italia apareció su cuaderno Testimone fidato (Trieste, 1995) y en Cuba ha publicado dos libros: Alabanza del sueño (1994) y en la colección Pinos Nuevos Monedas al aire (1996); es una de las voces más sobresalientes de las nuevas promociones de poetas cubanos y algunos de sus poemas, como “Isla”, pueden ser tenidos ya por textos definitivos de valores antológicos. Su poesía trata sobre la existencia, los seres paradojales o solitarios, la ciudad como difícil colmena humana, la propia poesía como necesidad vital… Ha obtenido el Premio Razón de ser de la Fundación Alejo Carpentier por una novela aún inédita.

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Y bien, seamos mágicos esta noche, perseveremos juntos, tú en mí y yo en la hierba. ¿Por qué no suponer que merecemos ésto? En las cambiantes formas de la flecha que no pierde el / viento, en esa música que dura más allá de la espada y la palabra, detrás de los últimos jardines, sin balcón, sin banderas, sin multitudes ni fecha roja en el calendario, hoy siento que estás en mí y yo en ti, y todos, junto a nosotros. Shakespeare está, y Cavafis, y Cervantes y la tierra prometida y el ajedrez, también aquellos versos sajones o griegos, quizás latinos, que repetías en medio de la muerte; y la vieja que toma el sol en un rincón del parque, y los pensamientos que no tuviste. Sin dudas, hay más y mientras dure esa música, el paraíso incluirá la memoria, el recuerdo y el porvenir. Sin misericordia de lobos, sin voz de Walt Whitman, sin viajes a Saturno, seríamos irremediablemente pobres: perdidos en un presente perpetuo, en esa inmortalidad estúpida que no imagina nada, ni el ayer ni el futuro. Entonces, seamos mágicos esta noche y recordemos también nuestra infancia en ese lugar que no vivimos, donde nunca posamos ni un dedo ni una idea; recordemos a Patroclo en los brazos de Aquiles, el monje rezando en su iglesia, recordemos el álgido cuello de María Antonieta, y a aquellos pastores árabes arrastrados al desierto por no sé qué ráfaga; recordemos las danzas de San Roque cuando la muchacha / jadea y gira con los ojos brillantes, y también al gato de Cleopatra, si es que lo tuvo,

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recordemos a Beethoven en medio de su furia, doblemente / sorda, y al Papa que besa la tierra como si fuera la mejilla de Dios… En fin, mientras dure esta noche, seamos mágicos y entremos otra vez a la vida sin gratitudes, ni miedos, a destajo, como un roce de manos sobre la memoria!

POEMA La pura nitidez de saberse vivientes

poemas de

Pere Gimferrer

Los vecinos hablan de nosotros como si ya estuviésemos muertos. Y yo voy al mar en una onda blanca y estéril, más allá de era línea negra, más allá del hombre que me mira al otro lado de la calle, mas allá de nuestras vidas; es una ausencia perfecta como si alguien que no estuviera nunca cayese desde el / techo. 119

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Yo quería verme desnudo en las calles, en las aceras, en el ómnibus: era una causa perdida. Todo sigue siendo lo mismo, la misma tiniebla, la misma suciedad, la perenne mueca hosca en los rostros de los hombres y en las cerraduras de la piedra. Voy manchando los días, la sobrevida, con palabras de humo: yo no mentí, fueron otros, éste, aquél, todos… Nombres secretos equivocados, exactos. Con la mejor intención voy formando una larga fila de rostros asustados y raspo la cal en las caras miedosas, en las manos pequeñas y desteñidas, y sobre todo, en los agrios corazones. Leo a los grandes poetas y les escribo cartas que me devuelven cada día. Llego a casa y leo los poemas como si fueran periódicos: nadie se queja en voz alta. ¡Hola ciudad arrasada, sucia, podrida! ¡Hola! Pienso en los que se han marchado a otras ciudades o hacia ninguna parte, hacia el vacío o el desamparo en una huida sin final. La ciudad a pesar de todo gira ¡pero tan lentamente y en sentido tan equivocado que se convierte en una rotación aburridísima!

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le digo al hombre que grita ALELUYA. Pero dudo que pueda escucharme: enumera vagas hazañas sin corazón. Yo salgo a la calle y apuntalo la ciudad que se deshace en heridas, la ciudad arrojada al matadero con los ojos vendados y la boca muda. Esta ciudad tan parecida a mí, a nosotros, tan parecida que podría ser nuestro doble, nuestro propio cuerpo adornado con pequeños caracoles de muerte.

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A ti dedico esta ciudad increíble que veo desde mi ventana, la dedico a ese hombre olvidado que una vez tuve aquí, pero también me la dedico a mí mismo que fabrico frases y construyo mi vida con personajes inventados, solitarios y amorosos. Dedico a nosotros mismos las escenas más sórdidas y sen/ suales de este film que no acaba nunca!

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