Los pobres no pueden esperar: Luisa Riveros lanza su reto

Por Arnaldo Perez G., Publicado en "Punto Final" Nº 668, 8 de agosto, 2008.

 

Luisa Riveros Varas, la valiente pobladora que denunció ante el Papa Juan Pablo II los sufrimientos de los pobres y marginados durante la multitudinaria concentración del 2 de abril de 1987 en la población La Bandera, y el ex sacerdote Antonio Lagos Vidal, quien defendió a los perseguidos de la dictadura y trabajó en la parroquia Preciosa Sangre, inscribieron sus candidaturas independientes a concejal y alcalde, respectivamente, por Cerro Navia.

Luisa Riveros y Antonio Lagos no van por ningún pacto. Se declaran independientes de Izquierda, herederos de la lucha de las comunidades cristianas en que participaron durante la dictadura. Sus candidaturas han entusiasmado a vecinos, pobladores, jóvenes y cristianos que no creen en la política tradicional, llámese Alianza por Chile, Concertación o Juntos Podemos.

Antonio Lagos vive en la comuna desde hace 30 años. En 1976, se hizo cargo de la parroquia San José, en la Plaza Garín. Unos años después, fue destinado a la Preciosa Sangre, de calle José Joaquín Pérez con Huelén, en el corazón de la comuna. Fue uno de los sacerdotes que apoyaron la lucha contra la dictadura en los años más difíciles. Por su parte, Luisa Riveros es una antigua dirigente poblacional; en 1969 llegó a la comuna junto a tres mil allegados y sin casa: "Nos tomamos unos terrenos y levantamos  campamentos, luego la población Violeta Parra. Aquí había puros potreros... Llegó la esperanza cuando Salvador Allende resultó elegido presidente y logramos que hicieran veredas y pusieran luz y agua", recuerda. Toda la vida de Luisa ha sido de esfuerzo y sacrificio. Fue costurera y vendedora ambulante desde niña, para ayudar a sus padres y ganarse el pan para sus seis hijos. Durante los 80 encabezó una comunidad cristiana y luchó con valentía para recuperar la democracia.

A pesar de no tener recursos económicos para propaganda y regalos -algunos candidatos en Cerro Navia ya están obsequiando fideos y latas de pescado y organizando tecitos para mujeres y paseos a la playa para familias-, la noticia de sus candidaturas circula por las poblaciones y antiguas comunidades de base. Muchos se acercan todavía a firmar en apoyo de sus candidaturas, aunque las firmas necesarias ya fueron presentadas ante el Servicio Electoral (Servel). "Lo único que ofrecemos a la gente son nuestros proyectos y la esperanza

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de cambiar las cosas", dice Antonio Lagos. "Queremos fiscalizar y redefinir las prioridades del municipio, en conjunto con las organizaciones sociales", agrega Luisa. "La gente ve que no les traemos regalos, chapitas, camisetas, ni promesas. Somos parte de ellos, los escuchamos. Decimos que tenemos que ser la gran oreja de la comuna: escuchar y en conjunto priorizar las necesidades y darles solución desde el municipio", dice Antonio Lagos.

 

POBREZA Y ABANDONO

Cerro Navia tiene una concentración grande de habitantes: 13.335 personas por kilómetro cuadrado, más de 150.000 personas. El Censo 2002 registró un déficit de 4.558 viviendas, lo que representa un 13,5 por ciento de allegados. La comuna es un feudo electoral de la familia Girardi. La actual alcaldesa es Cristina Girardi (PPD) y el candidato a reemplazarla es el ex ministro Alvaro García (PPD), candidato de la Concertación apoyado por el Partido Comunista que se omitió en esta comuna. "Somos una de las comunas más pobres; aquí viven muchos mapuches; hay allegados, cesantía... y tenemos el menor porcentaje de jóvenes inscritos en los registros electorales.

Son indicadores de que el municipio y el gobierno central no ofrecen caminos para los jóvenes. No hay preocupación por ellos. No hay trabajo ni esperanza. Los mapuches llegan del sur a buscar trabajo, y no hay", dice Antonio Lagos.

Luisa y Antonio iniciaron la campaña con un "puerta a puerta" para reunir firmas y  entregar volantes. "Tocábamos una puerta, entregábamos un volante y comenzamos a relacionarnos con cada familia... Algunos nos conocían o ya sabían de nosotros. La primera experiencia fue buena. Nos decían, ‘es como abrir la puerta a la esperanza, los políticos hacen puras promesas'", señalan. Juntaron más de 1.500 firmas, aunque sólo necesitaban 331. La adhesión fue entusiasta. Les decían: "A ustedes los estábamos esperando". "Es que los pobladores ya no quieren seguir siendo parte de este tremendo divorcio: ofertas desde arriba, promesas, y ninguna relación con el pueblo, con sus necesidades. Muchos nos dijeron que nosotros somos un puente entre la autoridad y los pobladores... Y ahí se radicalizó y clarificó nuestra propuesta como independientes, realmente independientes", dice Antonio Lagos.

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Luisa Riveros agrega: "Somos independiente porque ni la Concertación ni el Juntos Podemos, y menos la Alianza por Chile, nos inspiran confianza. Yo no me puedo prestar para ese juego. Quiero seguir siendo independiente, de Izquierda y libre... Ellos mandan a sus militantes a decir lo que los partidos quieren que se diga y no lo que la gente quiere.

Cuando hablé con el Papa, en 1987, le dije lo que sentía, lo que la gente quería que dijera, y no lo que la Iglesia quería. Para decir lo que dije pregunté a mis vecinos, fui a la cárcel a conversar con los presos políticos y los presos comunes, porque en las poblaciones muchos terminan encarcelados. A todos les conté que hablaría con el Papa. Pregunté ‘qué quieren que le diga'. Y todos hablaron de la pobreza, la cesantía, falta de viviendas dignas, dificultades para criar, educar y conseguir atención médica para sus hijos, que terminara la tortura, libertad para los presos políticos. Eso fue hace 21años y las cosas no han cambiado mucho".

Luisa Riveros preside el Club del Adulto Mayor "Monseñor Enrique Alvear". "Ahí participamos -dice- jugamos bingo, lota, hacemos rifas, algunas señoras tejen y se cuentan sus penas; sirve de relajación. Juntamos dinero para ir a pasear a fin de año. Con una sede lograremos mucho más, porque en mi casa ya no cabemos", dice Luisa. El club ganó un proyecto del Fondo Presidente de la República para construir una sede que ya ofrecieron a las organizaciones de la comuna. "El local estará dispuesto para quien lo necesite. En el club somos 26 viejos de 60 a 90 años. Se nos han muerto tres el año pasado... Seguiremos trabajando aunque no salgamos elegidos, porque tenemos mucha fe en lo que hacemos", dice.

Ambos recalcan que trabajarán junto a la gente: "Me han planteado que quieren construir un cierre para una cancha, los feriantes quieren una sede, etc. Hace años la hermana de Evelyn Matthei fue candidata y quiso ser ‘madrina' de los futbolistas: les iba a regalar camisetas y mesas de ping-pong. Pero no salió, y cuando la llamaron para cobrarle la palabra, dijo que no. Nosotros, salgamos o no, seguiremos trabajando por la comunidad, como siempre", agrega Luisa.

Durante los años más difíciles del país Antonio Lagos fue sacerdote en la comuna: "Desde su compromiso y tradición política y organizacional, Cerro Navia hizo fuerte oposición a la dictadura militar... Mi rol, como pastor, fue abierto. Para todo aquel que necesitara de la parroquia, de nuestra gestión para liberar a detenidos, para acoger a jóvenes perseguidos...

En esos años hubo una gran experiencia de compromiso, lo que implicaba vivir el Evangelio de los pobres. La relación de la Iglesia con los pobres fue muy importante. Era una iglesia con

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una opción por ellos. Cristo era la imagen del perseguido, el torturado, el encarcelado".

Antonio renunció al sacerdocio "por opción y porque no resistí el vuelco de la Iglesia. La jerarquía y yo decidimos, en 1994, que hasta ahí llegaba mi camino". Cerro Navia es una comuna dormitorio. Miles de obreros deben desplazarse a sus trabajos o a buscarlo. "Es una comuna de obreros y cesantes. Impacta el comercio informal, los persas, los coleros en las ferias y todo lo que significa buscar el recurso diario. Somos una comuna empobrecida que sufre las consecuencias feroces del sistema imperante, con una tremenda brecha entre los ricos-ricos y los pobres-pobres... Con sectores donde está fuertemente marcada la miseria. Lo vemos a diario en los jóvenes: no tienen expectativas, marcan su vida con la droga; hay alcoholismo, delincuencia, abandono escolar y familiar.

Por eso es urgente un municipio distinto, que haga frente a estos problemas. La droga, la delincuencia y alcoholismo son vistos como un problema que sólo necesita más policías. Si llego a presidir el municipio, mi gestión tendrá como opción preferencial a los jóvenes que necesitan una oportunidad", dice Antonio Lagos.

Según Antonio, ninguno de los bloques político-electorales los representan y, por lo que han conversado con organizaciones y pobladores, casi nadie se siente representado: "La estructura política no responde a la realidad de las organizaciones sociales y menos a la del ciudadano común. En cada elección vienen políticos a indicarnos la forma en que tenemos que participar, pero no quieren que participemos. Luego se pierden otros cuatro años.

Frente a ese divorcio podemos hacer algo, levantar las necesidades de la gente como propuestas. Que la organización, participación y opinión de los vecinos valga de verdad. A eso aspiramos. Desde el primer momento optamos por una alternativa al sistema político prostituido y ajeno al pueblo".

 

GANAR ESPACIOS

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Las poblaciones más pobres de la comuna son Herminda de la Victoria, Los Lagos, Sara Gajardo y Lo Amor, donde se conjugan problemas sociales y el tráfico de drogas: "Vemos a muchos jóvenes aniquilados por la droga y el alcohol, debido a la cesantía y a no tener expectativas. A familias allegadas en sitios con hasta cinco familias hacinadas; a jefes de hogar que salen a las cinco de la mañana o antes y vuelven a las diez de la noche, con salarios de hambre, cruzando Santiago para ir a La Dehesa o Las Condes", dice Antonio Lagos.

Un amplio movimiento apoya estas candidaturas independientes, en las que se reconocen pobladores y jóvenes que no han sido escuchados hasta ahora. "Las familias se están desintegrando. Muchas madres salen a trabajar y pierden más de lo que ganan: pierden a sus hijos que caen en la droga. Muchos ni siquiera van a las escuelas. La cesantía destruye los hogares. Obreros de 40 ó 45 años no encuentran trabajo, no los reciben por ‘viejos'. La vivienda es escasa y de mala calidad, aunque hay lugares como para construir buenas viviendas, no cajas de fósforos. A familias con cuatro y más hijos les dan casas de un dormitorio. Cuando le hablé al Papa, denuncié que les cortaban el agua y la luz a los pobladores, que la educación era pésima... y seguimos igual, quizás peor. No hay interés de los gobiernos en cambiar la Constitución y el modelo económico. Si llamaran a este pueblo a decidir, sería otra cosa", dice Luisa Riveros.

Luisa, con la comunidad cristiana de su población, participó en los 80 en la Vicaría de la Solidaridad. A comienzos de los 90, la Iglesia no permitió que las comunidades siguieran haciendo actividades en las parroquias. "Yo sigo siendo una pobladora de Izquierda, independiente. Hace 39 años que vivo en Cerro Navia. Llegué con la toma y nos apoyó Gladys Marín, Laura Allende, Juan Araya, ya fallecidos. Vino Salvador Allende, y con él llegó la esperanza de construir. Había cosas muy positivas, pero con el golpe militar todo se derrumbó. Después del golpe estuve con Antonio en la Preciosa Sangre, organizando los Comprando Juntos, Construyendo Juntos, equipos de salud, ollas comunes -porque había hambre-, bolsas de cesantes, talleres de niños y jóvenes, infinidad de organizaciones.

 La gente estaba entusiasmada. Por eso nos duele ver a los jóvenes atrapados por la droga. Pero, ¿qué podemos hacer si no estamos en el municipio? Queremos ganar los espacios que nos han arrebatado", agrega Luisa Riveros. Hace algunos años ella fue operada de un tumor canceroso. Se lo detectaron cuando llegó grave al Hospital Félix Bulnes, luego de años de tratamiento por "ciática y lumbago" en el consultorio municipal. La llevaron a pabellón pero no había suturas y la devolvieron a casa.

Finalmente, se operó en el Hospital San José, gracias a la ayuda de muchas personas. "Si soy elegida concejal voy a trabajar por mejorar la salud a todo nivel, por mejores viviendas y

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educación. Voy a preguntarle a la gente cuáles son sus problemas. He asistido a las reuniones del Cesco, a los concejos municipales, y me doy cuenta que los concejales no aportan. Yo quiero fiscalizar, ver dónde va a parar el dinero de la comuna, porque llega dinero pero nadie sabe qué se hace. Si veo que están mal las cosas, denunciarlo. Y trabajar con los pobladores. Con Antonio Lagos nos conocemos desde esos difíciles años de dictadura. Por eso, feliz si él está de alcalde y yo de concejal. Todavía viene gente que quiere firmar apoyándonos y les decimos que ya nos inscribimos. Están entusiasmados porque ven que somos candidatos muy diferentes".

ARNALDO PEREZ GUERRA

(Publicado en "Punto Final" Nº 668, 8 de agosto, 2008)

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