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Por: Dra. Frances Seiglie Díaz
Objetivos: Velar por la salud mental del niño Potenciar los pensamientos positivos Desarrollar un ambiente de trabajo agradable Desarrollar una actitud positiva frente a la enfermedad
La enfermedad crónica, la hospitalización y los tratamientos ponen al niño y a su familia en una situación difícil que puede comprometer seriamente su desarrollo, tanto a nivel orgánico como en lo referente a su salud mental, ya que al dolor y a los problemas físicos siempre les acompaña el dolor mental. La hospitalización pediátrica ha cambiado mucho en los últimos años. Atrás queda la época en la que el médico se ocupaba exclusivamente de los aspectos orgánicos, olvidando que no atendía a un cuerpo, sino a un niño. Actualmente sabemos que es necesario ofrecer una atención global, bio-psico-social, y son bien conocidas las consecuencias de la hospitalización infantil tanto a corto como a largo plazo.
Se ha comprobado que mediante una adecuada atención al niño hospitalizado y a su familia, estas secuelas negativas se pueden evitar o al menos disminuir. Los efectos que comporta la hospitalización o los tratamientos médicos dolorosos dependen de factores relativos a la enfermedad, al niño y su familia, y a las condiciones en las que se hace el ingreso o el tratamiento. Así pues, para ofrecer una atención sanitaria adecuada y eficaz, es necesario que ésta tenga en cuenta las necesidades globales del paciente, y hay que seguir trabajando para que los actuales conocimientos científicos se traduzcan en los aspectos técnicos y en la organización de los hospitales. Durante la estancia en el hospital el tiempo de juego y diversión del niño, en estas etapas de crecimiento, esencial, decae desorbitadamente, por ello pensamos que lo ideal para hacer más o menos agradable su etapa de ingreso es ocuparle todo ese tiempo, de manera que ellos jueguen, se diviertan y aprendan. De este modo, todos salen ganando: el ambiente se hace más confortable, los padres gozan de un tiempo de descanso y sobre todo, los niños disfrutan de un tiempo de juego que les dará la oportunidad de alejarse un poco de la realidad en la que están envueltos. En los años 80, el especialista norteamericano Pacht Adams introdujo el uso de la risa en su interrelación con pacientes hospitalizados y se percató de la aceptación que tuvo su accionar, pues a partir de entonces respondieron mejor al tratamiento y se hizo más cercana la relación médico-paciente. Durante nuestro trabajo en el servicio de Miscelánea hemos recogido la opinión de un grupo de niños sobre todo con enfermedades crónicas que conllevan estadía hospitalaria prolongada preguntándoles que les gustaría ver, hacer dentro de sus posibilidades y muchos nos respondieron que quisieran algo cómico, no solo ver la TV con animados y otros programas si no payasos y otros que se les permitiera tener un animalito suyo en la sala, hemos visto niños que se conforman con tener una jicotea pequeña y todo esto nos ha hecho pensar la posibilidad de tener una sala o espacio donde puedan ser visitados por sus mascotas si ellos lo quisieran o tener vistas programadas con mascotas como serian perros previamente vacunados y desparasitados y entrenados para esto. A partir de 1986, comienzan a difundirse en el mundo 2 proyectos de intervención del arte de los payasos en los hospitales infantiles y se desarrollan dos modelos: el primero es el Payaso Terapéutico, que surge en Winnipeg (Canadá), donde el payaso profesional es contratado en el hospital para que brinde su arte a los niños ingresados.
Suelen trabajar solos y se entrenan en la atención a menores que requieren de larga estadía hospitalaria por presentar determinadas afecciones; el segundo, es el Doctor Payaso, surge con el Big AppelCircus de New York, que establece la Clown CareUnit, primer programa estructurado con payasos, usan poco maquillaje, un lenguaje verbal, trabajan en parejas y se visten como doctores caricaturizados. En nuestro hospital, ha comenzado a desarrollarse con mucho éxito uno de estos proyectos, al frente del cual está la payasita Mantequilla, ya todos los niños la conocen y la quieren; ella con su arte y su risa lo mismo está en las consultas que en las salas de hospitalización, repartiendo alegría y diversión a nuestros niños. En relación a las mascotas sabemos que
desde la prehistoria hasta nuestros días, los
animales domésticos han desempeñado un papel muy importante (relevante) en la relación con los niños. Gracias a esa estrecha convivencia, son modelos a seguir para las distintas etapas de desarrollo de los pequeños, y les enseñan tanto valores fundamentales, como conocimientos básicos sobre la vida y la muerte, el crecimiento, el sexo y la reproducción, la salud, el dolor y la enfermedad, la higiene y los cuidados básicos sobre alimentación. En los años 80, el National Institute of Health, comenzó a investigar, y fue en 1987 cuando publicó su primer gran trabajo: “Salud y beneficios de los animales de compañía”. No ha sido hasta hace pocos años cuando se ha incidido en estudios más profundos que constatan los beneficios sobre nuestros hijos en la tenencia de una mascota y la posibilidad de las vistas de estas cuando su dueño (paciente pediátrico) está ingresadoen un hospital. Los beneficios no solo se reportan en el ámbito de lo médico sino también en lo emocional y psicológico. Los animales despiertan en los niños sentimientos de ternura, contribuyendo así en su desarrollo integral y estabilidad emocional. Los animales son una ayuda para ir instaurando el sentido de la responsabilidad así como para superar sentimientos de soledad, baja autoestima y depresión.
Este gran nexo que llega a formarse sirve como una herramienta para disminuir los niveles de ansiedad del niño, sobre todo en momentos muy difíciles como lo puede ser el ingreso hospitalario prolongado por una enfermedad crónica.
El papel de los Animales en el Desarrollo Infantil Un importante número de estudios empíricos han investigado cómo los niños interactúan con las mascotas y su visión en la relación con los animales (mascotas incluidas). Estos estudios se han basado en: 1.
Observación de las interacciones reales entre el niño y el animal doméstico
2.
Entrevistas con los niños, donde se examinaron, tanto sus creencias en general hacia
las mascotas, como sus actitudes en particular con la suya propia y del entorno familiar. Los niños pequeños (2-3 años) tienen más probabilidades de golpear, empujar, o agarrar a sus mascotas (comportamientos que podrían ser considerados agresivos) que los niños mayores. De 3 a 4 años de edad, los niños tienden a acariciar a sus mascotas más que dedicarse a otras conductas, mientras que los niños de entre 5 y 6 años de edad, en general abrazan, estrujan y masajean a sus animales de compañía, lo que sugiere un contacto más sofisticado y "suave", con patrones y relaciones sociales más empáticos. Estos cambios basados en la edad y en los citados patrones de comportamiento de las interacciones con los animales domésticos van, generalmente, paralelos a los cambios que sufren los niños en el desarrollo de los patrones de interacción con los seres humanos, incluidos los padres, hermanos y compañeros. El examen de las actitudes de los niños hacia las mascotas revela que muchos de ellos desarrollan una rica gama de atributos sociales hacia estos animales. Algunos de estos atributos - sobre todo el amor y el afecto, el compañerismo y la intimidad - los utilizan los niños en sus relaciones con otras personas , pero otros atributos - por ejemplo, la propiedad y el entretenimiento - se atribuyen únicamente a los animales domésticos. Las relaciones de los niños con animales conocidos, especialmente los animales domésticos, son únicos y diferentes con respecto a sus relaciones con los demás en su mundo social. Por tanto, la relación con las mascotas normalmente es complementaria a estas otras, y no un sustituto para las relaciones humanas. En una nueva investigación sobre los vínculos entre los seres humanos y los animales, los terapeutas
han
descubierto que las
mascotas
proporcionan
inesperados
beneficios
psicológicos para los niños más allá de lo obvio. Los hacen útiles en la psicoterapia infantil, desde la construcción de una relación con pacientes infantiles difíciles de tratar, hasta reforzar la autoestima de los pequeños traumatizados.
Citas de diferentes especialistas:
Dr. Samuel B. Ross (director ejecutivo de “Servicios de Green Chimneys niños” en Brewster, Nueva York): La gente siempre ha amado a sus mascotas, pero ahora estamos descubriendo formas específicas para aprovechar los beneficios de estar con un animal en la psicoterapia. Dra. SueDoescher, (psicóloga): Tener mascota hace que los niños cooperen más y participen más. Psicólogos de la Universidad Estatal de Oregon: enseñar a los niños a cuidar un cachorro, aumenta sus capacidades sociales para el futuro.
¿Cuáles son los beneficios de tener mascota para los niños?
Beneficios para la salud:
Disminuye el stress, lo que ayuda a que sean niños menos agresivos. Mejora la autoestima y el bienestar psicológico, pues se sienten muy queridos por su mascota y, al cumplir con la obligación de alimentarlos, limpiarlos y cuidar de ellos, estamos creando en su interior una sensación de utilidad y motivación muy positivas. Disminuye el número de afecciones psicosomáticas: ansiedad, dolor de cabeza o abdominal, alteraciones del apetito, o problemas cutáneos. Regula el ritmo cardiaco y la tensión arterial, el mero acto de acariciar nuestra mascota. Es un escape para los impulsos de acicalamiento de los residuales de primates que aún conservamos
Beneficios psicológicos
Al emplear perros para llevar a cabo la terapia asistida con animales, podemos apreciar numerosos beneficios psicológicos. Si bien son difíciles de medir, hay incontables estudios en que hay evidencia de efectos positivos como consecuencia del contacto con perros.
Orientación en la realidad
Algo con qué ilusionarse
Punto focal para trastornos por
Apoyo
déficit de atención
instituciones
Mejorar el estado de ánimo
Empatía
Antídoto para la depresión
Promover
Colaboración
desarrollo de un ser vivo
Estímulo social
Vínculo
Necesidad de contacto físico
Aceptación
Incentivo
Entretenimiento
Salirse de uno mismo
Estímulo mental
al
personal
el
de
crecimiento
las
y
Beneficios físicos: Se han estudiado y constatado numerosos beneficios físicos como consecuencia de la terapia asistida con animales. A continuación comentamos algunos: Varios estudios han revelado que el acariciar a un animal es eficaz para aliviar el estrés y bajar la presión sanguínea, (Graham., 1999). Un estudio realizado en Australia determinó que tener una mascota reduce notablemente el riesgo a padecer enfermedades coronarias, (Graham., 1999). Estudios epidemiológicos indican que tener una mascota supone acusar menos problemas de salud, menos necesidad de medicación, y menos factores de riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares, (Fine, 2006). En personas con limitaciones físicas, los perros pueden servirles de estímulo para su rehabilitación. Así mismo, pueden llevar a cabo actividades directamente con los animales. Apoyan a personas discapacitadas.
Beneficios sociales: Los participantes de todos nuestros programas forman parte de la sociedad, y como tales miembros de la sociedad, influyen sobre ella. Por lo tanto, en la medida en que nuestros programas tengan una influencia positiva sobre los participantes, por extensión, tendrán también una influencia positiva sobre la sociedad en su conjunto en los siguientes aspectos: Se inspira mayor respeto hacia todos los seres vivos. Puede darles a los menores una forma diferente de ver la vida – no tan hostil. A través de la interacción con los perros, todos los participantes aprenden a ser más tolerantes – con los perros, con ellos mismos, y con los demás. Tanto en adolescentes, como en niños, como en adultos, los animales de compañía han demostrado ser una ayuda en la reinserción socio laboral.
Conclusiones: Tenemos dos caminos para brindar alegría, entretenimientos y ayuda para los niños ingresados en nuestros hospitales que por sus patologías necesitan estar mucho tiempo ingresados, sabemos que hay salas interactivas con computadoras y diferentes juegos (que se rompen con facilidad) por lo tanto pensamos
que la presencia del payaso en sus dos
formas o en las visitas de mascotas a niños ingresados sería una manera fácil de brindar apoyo terapéutico en este grupo de pacientes. A mí me gustan los perros, cual usted prefiere?
Pues yo, prefiero los payasos!!