PRESENTE, FUTURO Y ESPERANZA DEL POSGRADO NACIONAL Miguel José Yacamán*

PRESENTE, FUTURO Y ESPERANZA DEL POSGRADO NACIONAL Miguel José Yacamán* Estimados amigos; en este documento quiero describir mi punto de vista sobre

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PRESENTE, FUTURO Y ESPERANZA DEL POSGRADO NACIONAL Miguel José Yacamán*

Estimados amigos; en este documento quiero describir mi punto de vista sobre el estado actual del posgrado nacional, e informar los resultados de los estudios que hemos realizado en el Conacyt, usando los datos reunidos en la presente administración. En mi opinión, el posgrado nacional es fundamental para el desarrollo del país, si tomamos en cuenta que en la filosofía política actual, hay cambios radicales en la definición de ciencia y tecnología. En el modelo previo, correspondiente a un país menos desarrollado, la ciencia y la tecnología eran considerados parte de la cultura. Era importante tener ciencia como también música o poesía. Sin embargo en el modelo actual, la ciencia y la tecnología son parte integral del desarrollo, por esto, uno de los puntos críticos, en las recomendaciones que hizo la OCDE a México, fue la necesidad de que la ciencia se incorpore con mayor jerarquía dentro del aparato gubernamental. El doctor Zedillo, en una reunión con el Consejo Consultivo de Ciencias, expresó que él asumía la recomendación que hacia la OCDE de elevar el gasto de ciencia y tecnología de este país, del 42 por ciento del PIB al uno por ciento y el mismo señaló la posibilidad de que si el sector privado apoyaba esta gran campaña, muy probablemente a finales del sexenio, se podía llegar al 1.5 por ciento del PIB. Si vamos a elevar como país el gasto en ciencia y tecnología, la pregunta que surge es ¿De dónde vamos a sacar los recursos humanos para desarrollar la ciencia? Para realizar un desarrollo tecnológico, se necesita infraestructura, equipamiento, instalaciones. Pero lo crucial, lo verdaderamente indispensable es el capital humano. Entonces tenemos que producir personal capacitado que nos permita afrontar este reto. Aquí es donde el posgrado nacional juega un papel crucial, como fuente de las nuevas generaciones de científicos y tecnó1ogos. Desde este punto de vista quiero afirmar que el posgrado nacional no responde a las necesidades que requiere el país. Para demostrar que en este momento es necesario hacer transformaciones mayores en los estudios de posgrado, pues con el actual sistema no podemos responder al futuro, en primer lugar hablaré del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el cual no necesariamente representa al total de investigadores, que existen en nuestro país. Hay muchos muy calificados que por diversas razones no están en el SNI. Sin embargo, las bases de datos que aparecen en las siguientes figuras, son las más confiables que poseemos. Este es un universo de investigadores productivos con un nivel mínimo de calidad, trabajando de tiempo completo en las instituciones. Cuando surgió el SNI, tuvo en su primer año 1,396 miembros, en 1994 lo componen 5,800. En 1993 el número de miembros desciende con respecto a 1992 por la necesidad de recomponer algunos criterios que habían permitido el ingreso al SNI, de algunas personas que no estaban en la carrera de investigación, sino en el área de servicios técnicos o de apoyo. El nuevo reglamento del SNI tiene como requisito, que quienes ingresen como candidatos deben tener el doctorado o bien estén cursando estudios de doctorado. Obviamente bajo estas circunstancias, las personas que no estaban cursando el doctorado fueron afectadas, sin embargo mucho de este personal que no calificó como candidato, está recibiendo apoyos que el Conacyt u otras instituciones ofrecen para que lo obtengan. Así seguramente, en los próximos años existirá un considerable incremento en el número de miembros del SNI. Aumentado el número de sus miembros, la reducción de estos, debe verse como el resultado de elevar el nivel de exigencias académica.

AI observar la distribución geográfica los problemas se hacen evidentes. La que nos muestra que en este momento la mitad de los investigadores del SNI, se ubican en el Distrito Federal. Lo preocupante es que 285 investigadores del nivel III, el cual es el más alto del SNI, están localizados en el Distrito Federal y 92 en otros estados. También debe tomarse en cuenta que de esos 92 nivel III que están en los estados de la República, muchos de ellos se encuentran en laboratorios foráneos. Entonces el número del nivel III no asociados a instituciones del Distrito Federal es muy bajo, lo cual no es nada nuevo, pues sabemos que la gran concentración de recursos humanos de alto nivel, están localizados en el Distrito Federal. En el área I (ciencias exactas), hay estados que prácticamente no tienen ningún investigador perteneciente al SNI, así como un número muy bajo de investigadores. Lo que demuestra un enorme centralismo en la ciencia. En el área de ciencias naturales, que es sin duda el área más desarrollada científicamente en el país, la mayor parte de los estados, tienen entre dos y 20 investigadores, otros están con cero investigadores y el área del Distrito Federal con la más grande concentración. Si tomamos en cuenta que el área 2 cubre aspectos tan importantes como oceanografía y ecología, es muy preocupante que no haya investigadores locales en los estados donde la actividad económica está relacionada con recursos marinos. Las ciencias sociales tampoco son la excepción. El mismo caso se da en las ingenierías y en las tecnologías. Este último caso es lamentable, porque las instituciones donde trabajan muchos de esos investigadores del área 4, están diseminadas en todo el país, entonces uno esperaría en este caso una mejor distribución, cosa que no ocurre. Cuando lo vemos por sistema de investigación la institución que tiene más investigadores en el Sistema Nacional de Investigadores es la UNAM. Con casi dos mil investigadores, un gran porcentaje de estos son de los niveles altos: la UNAM tiene 204 miembros nivel III, le sigue el conjunto de universidades públicas de los Estados, que tiene 800 investigadores con só1o 14 nivel III, luego los centros SEP-Conacyt, que tienen 628 investigadores con 46 nivel III (la mayoría en las ciencias sociales). Después el Instituto Politécnico Nacional, con 512, la UAM con 347 y el INIFAP con 254. Por lo anterior podemos concluir que tenemos muy concentrado en algunas cuantas instituciones el número de miembros del SNI. Respecto al grado de los investigadores miembros del SNI, en el área I el 80 por ciento tiene doctorado, eso ha aumentado en los años recientes; en el área II, el 54 por ciento tiene doctorado, sin embargo debe considerarse que en el caso de los médicos, se trata de una especialidad formal con todos los requisitos, y por tanto tiene prácticamente el nivel equivalente al doctorado. En las ciencias sociales el 62 por ciento tiene doctorado; y en el área 4 correspondiente a las ingenierías, el 30 por ciento tiene doctorado. A pesar de que esto ha cambiado, se puede decir que en promedio casi la mitad de los miembros del SNI no tienen el doctorado, lo cual indica que hay ya un buen número de investigadores activos que han logrado tener el reconocimiento por su trabajo pero que no han obtenido el doctorado. Esto es una situación anómala, pues habla de un problema dentro del sistema educativo. Los datos indican que hay una continuidad entre candidato y nivel I. Donde parece haber problemas es en el nivel II, pues aparentemente no hay una transición tan fácil de nivel I a nivel II. Dicho de otra manera, si tomamos en cuenta que un investigador de nivel II alcanzó ya una maduración importante en su carrera, de alguna manera el sistema científico educativo no promueve a los nivel I a escalar fácilmente a los nivel II.

Respecto al posgrado, el número de graduados en los distintos posgrados del país, los datos indican un problema muy serio en los coeficientes de graduación y en mi opinión, esto se debe a que no hay una definición clara de las maestrías. Un problema adicional es que la correlación entre miembros del SNI y los posgrados a veces no es la más adecuada. Por ejemplo en ingeniería petrolera los posgrados están en el DF y los investigadores también están concentrados aquí. En otras áreas, la falta de correlación se ve mucho más clara; por ejemplo agronomía, en la cual los posgrados están fuertemente localizados en la zona que tiene que ver con Chapingo y demás universidades que imparten la carrera, mientras los investigadores andan por todo el país. Esto sucede en todo el país, zonas en las que hay investigadores pero que no existen posgrados. Y al contrario hay zonas con posgrados que no tienen investigadores. Por ejemplo en biología, donde se esperaría un mayor grado de desarrollo y todo lo que tiene que ver con ese tipo de ciencia, los posgrados están concentrados en una cierta zona del país y los investigadores están en otras en donde no hay posgrados. Todos los posgrados de historia están en el centro del país, tal vez Michoacán y el DF y los investigadores están por todo el país. Entonces una conclusión que se puede obtener de esto, es que los investigadores no están vinculados o por lo menos no hay una correlación directa entre investigadores y posgrados. En cuanto a becas, simplemente para dar una idea de lo que ha dado Conacyt, tenemos 2847 estudiantes becados haciendo maestría en México, una buena parte en ciencias sociales. En el extranjero tenemos 457 alumnos de maestría. En doctorado, Conacyt tiene 748 becarios en México y en el extranjero tenemos 1027 estudiantes. Se tiene la política de prácticamente conceder todas las becas de doctorado, pero hay muy pocas solicitudes; aún así las más requeridas son biología, física, química. En muchas áreas, por ejemplo las ciencias agropecuarias, tenemos un importante número de estudiantes haciendo el posgrado y en las ciencias biológicas todavía tenemos más, pero sigue habiendo un mercado importante para los posgrados en el extranjero. Por lo anterior quiero aprovechar para dar una conclusión; la cual, quiero reafirmar, es la opinión de un académico y desde la perspectiva de estar colaborando en el Conacyt y se refiere a los retos del futuro: En primer lugar, es necesario definir cuál es la función de las maestrías. Yo creo que la maestría tiene sentido para responder a una necesidad concreta del aparato industrial o de la función educativa. Por ejemplo, formar profesores para la educación media a través de dar profesores de física que pudieran estudiar física o responder con jóvenes capacitados en ingeniería de computación para apoyar a cierta empresa. Creo que debemos dejar claro que las maestrías tienen una función social importante, siempre y cuando exista una demanda concreta y una necesidad de atender; aclarándole a los jóvenes que si eligen esa vía, será un camino concreto para responder a una necesidad. Y a los jóvenes que elijan el doctorado, deben ser inducidos a la investigación desde el principio. Segundo, reducir la escolaridad del posgrado. El sistema mexicano de ciencia y educación tiene una contradicción enorme. Si revisamos históricamente la universidad moderna con el esquema europeo, desde la revolución industrial, donde los países necesitan en ese momento especialistas que respondieran a necesidades concretas, la vieja universidad medieval dio lugar a una universidad que producía profesionales calificados, de tal manera que un estudiante europeo entra a ingeniería y es ingeniero y su formación es especializada. Ese esquema es el que adoptamos en el país desde el siglo pasado. Nuestras escuelas liberales, producidas por los liberales tenían por objeto producir profesionales, por eso no había concepto de universidad y había escuela de ingenieros, escuela de abogados. Este esquema persiste en nuestro sistema, el estudiante mexicano es un especialista cuando acaba la licenciatura. En

cambio en el sistema americano, el joven estudiante adquiere una educación muy amplia, se gradúa con una pequeña especialidad aprobando tres o cuatro materias en un área especifica, pero termina sin ser un abogado o ingeniero sino simplemente un graduado que sabe un poco más de una rama (el llamado "mayor"). Así, en el sistema americano, cuando ese muchacho llega a la maestría, ésta es el primer paso para convertirlo en un especialista, después tiene que tomar cursos distintos a los anteriores y llega así al doctorado, que ya le permite ser investigador. En el sistema europeo, el estudiante ya es un especialista y el posgrado lo lleva directamente a una investigación y cuando el candidato termina su investigación es un doctor. De hecho el primer día, el tutor le entrega al estudiante su tema de tesis y cuando la concluye es doctor, en este lapso necesita leer artículos, y tomar cursos, necesarios para apoyar la investigación. Nuestro gran problema es que nuestras licenciaturas son estilo europeo y nuestro esquema de posgrado está copiado de Estados Unidos, es decir, tomamos a los muchachos como si no fueran especialistas. En las maestrías los obligamos a tomar cursos que ya se tomaron en la licenciatura, los hacemos perder el tiempo, yo creo difícil cambiar a corto plazo el sistema de licenciaturas en este país, lo veo complicado, asumamos que los estudiantes son especialistas y la maestría simplemente seria una especialidad un poco más profunda, el doctorado en parte, debe basarse en investigación, por lo tanto no hay necesidad de tomar cursos. Una vez platicando con un colega de una universidad pública, me decía que reducir el número de cursos trae implicaciones laborales con los profesores y que tienen que darse cursos aunque no se requieran. Hay que buscar fórmulas originales. Tercero, reducir los tiempos de graduación. Se dice mucho de porqué no llegan más especialidades científicas y porque no tenemos más investigadores. Es cierto que hay pocas vocaciones y tenemos que hacer un gran esfuerzo en el país para introducir la ciencia a todos los niveles, pero reconozcamos una realidad, tenemos suficientes alumnos inscritos que si los graduamos siquiera un cincuenta por ciento, tendríamos un importante número de investigadores. El sistema ha desestimulado que el joven se gradúe porque el tiempo es tan largo, los requisitos son tan grandes, que los muchachos se descorazonan. Si no reconocemos que el tiempo de graduación debe reducirse, en mi opinión estamos desestimulando al posgrado. Yo creo que antes de entrarle al problema como todo esto de la inducción en los niños de estudiar carreras científicas, tenemos que reconocer que si tenemos el capital humano, lo que pasa es que como sistema no lo hemos podido formar. Si un joven de 22 o 24 años que tuvo que hacer una tesis de licenciatura, que es otra de las cosas que ojalá y el futuro haga desaparecer, le estamos pidiendo ocho años o más para doctorarse, entonces no es ninguna sorpresa que el país no tenga suficientes recursos humanos. Desde mi punto de vista, tenemos que formar capital humano, o con maestrías con una duración máxima de dos años, doctorados en cuatro, sin pensar en la maestría. Debería de existir un reglamento en que el estudiante que no se graduara a los dos años de la maestría, le suspendieran su inscripción, o sancionar a su tutor. Debemos de hacer que el doctorado se base exclusivamente en una actividad de investigación, este es tan bueno o tan malo como el investigador que guía al estudiante. Si el tutor es bueno y el examen doctoral se hace con jurados externos, que juzguen su investigación, estoy seguro que es un doctorado tan bueno como de cualquier otro. El cuarto punto se refiere a encontrar el mecanismo para vincular a los investigadores con el posado.

Es una realidad cuando se analizan los currícula de los investigadores del SNI, que muy pocos se han vinculado fuertemente con actividades de formación de personal. Hemos concluido y así lo creo yo también, que en su momento fue correcta la cultura del paper para demostrar la calidad, porque impulsar la comunicación era impulsar el nivel. Pero muchos investigadores al publicar justifican toda su actividad y ese es un modelo totalmente incorrecto. Creo que debemos llegar a un sistema en donde el formar a un muchacho en su doctorado sea tan importante como publicar. Hemos estado haciendo una serie de ejercicios numéricos, para generar criterios de evaluación que incentiven la formación de personal. Si la evaluación cambia, repercute en todo directamente. Lo siguiente es que debemos impulsar reclutamientos de estudiantes en áreas críticas para el país. Mi opinión es que tenemos un exceso de estudiantes en áreas administrativas (También en el posgrado, se da la misma situación que en la licenciatura). Nos hacen falta estudiantes en las ciencias naturales, en las ciencias exactas y en las ingenierías. También hay que impulsar el posgrado nacional. No se puede pensar que este país se está desarrollando en forma armónica, cuando zonas importantes de la economía no tienen posgrados que sustenten la formación de recursos humanos. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para que muchos de los posgrados de excelencia estén fuera del Distrito Federal, lo cual implica invertir recursos importantes y de una infraestructura; que de alguna manera se haga de las universidades de provincia lugares tan atractivos como la UNAM, el Politécnico y la UAM. Tener posgrados fuertes en provincia, dentro de las universidades de los estados es algo absolutamente indispensable. Las universidades, los centros de investigación, pueden agruparse para formar un posgrado más fuere. Es una cuestión muy importante que haya posgrados interinstitucionales, digamos de competencia. Debemos tener programa emergentes de doctorado para profesores de tiempo completo. Hay muchas victimas de nuestro sistema, en su mayoría son jóvenes que hicieron la maestría y empezaron a hacer investigación, es gente capaz que ya tiene una experiencia en trabajo y que no tiene doctorado, y que no le podemos pedir que se lance otra vez a hacer sus estudios basados en cursos. A estos profesores hay que reconocerles el hecho de que tienen una capacidad de investigación, simplemente que la demuestren, a través de una investigación que les permita obtener su doctorado en un plazo máximo de dos años. Me parece que si las universidades aceptan este esquema, muchos profesores pueden ser beneficiados, porque son doctores en la práctica aunque no tengan el grado. Yo creo que ellos fueron victimas del sistema, de todas esas maestrías infinitas, con miles de trabas para pasar al doctorado. Hagamos programas de maestría, en un plazo de dos años. Hace unos años se hizo un experimento piloto entre el Instituto de Física y el CICESE. Tomamos un grupo de candidatos que ya tenían que hacer investigación solamente. Del reglamento de posgrado del CICESE el candidato planteaba un proyecto y un comité formado por investigadores se lo aprobaba; en el momento en que el candidato llegaba con dos artículos publicados sobre ese tema, con é1 como primer autor, el jurado le hacia un examen sobre los artículos y si pasaba el examen obtenía el doctorado. Sin embargo, hubo candidatos que obtuvieron el doctorado en un año, pues ya tenían una gran experiencia. Hubo muchas críticas y se dijo que los niveles de excelencia que teníamos antes ya se habían caído. Pero en realidad es que los investigadores que se graduaron, ya son de nivel II y/o I del SNI, porque empezaron a producir muy intensamente. Pienso que este es un ejemplo que deberíamos de tomar y ojalá algunas universidades estatales aceptaran este programa. Creo que el programa que hay para doctorado tiene posibilidades de apoyarse por el Conacyt.

El académico actual que queremos construir para posgrados de ese tipo es alguien que tiene un perfil tridimensional, es una persona que hace investigación básica, por lo tanto está en la frontera de la ciencia y publicando a nivel internacional, pero que también forma recursos humanos y participa en el desarrollo tecnológico. Queremos que la gente más capacitada que está en la frontera de la ciencia también contribuya con su apoyo al desarrollo industrial. Para formar a este investigador tridimensional, necesitamos reformar muchas cosas, básicamente los sistemas de evaluación. Y si hacemos esto, pienso que el sistema mexicano va a poder responder a las necesidades que tiene el país.

Soluciones al futuro

1) Definir la función de las maestrías 2) Reducir la escolaridad del posgrado 3) Reducir los tiempos de graduación 4) Fundar el doctorado en la investigación 5) Vincular a los miembros del SNI con el posgrado 6) Impulsar en los mecanismos de evaluación la formación de recursos humanos 7) Impulsar el reclutamiento de estudiantes en áreas críticas para el desarrollo 8) Impulsar el posgrado regionalmente 9) Impulsar posgrados interinstitucionales 1 0) Programa emergente para doctorar a profesores con experiencia

*Director Adjunto de investigación científica, Conacyt.

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