PROGRAMAS DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA

PROGRAMAS DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA M. Angélica Yáñez Arce Este capítulo presenta información sobre parte de los servicios públicos y privados, tanto
Author:  Juana Rivero Araya

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PROGRAMAS DE ESTUDIOS
Nombre de la institución INSTITUTO UNIVERSITARIO PUEBLA PROGRAMAS DE ESTUDIOS Asignatura DERECHO FISCAL II Programa académico LICENCIATURA EN DEREC

ITINERARIO DE PROGRAMAS
ITINERARIO DE PROGRAMAS LVC La Voz del Centro No. 1 Fecha 12/8/02 La Voz del Centro 2 12/15/02 La Voz del Centro 3 12/22/02 La Voz del Centro

PROGRAMAS DE ENVEJECIMIENTO ACTICO
Programas de Envejecimiento Activo PROGRAMAS DE ENVEJECIMIENTO ACTICO Promovidos, participados o impulsados por el Imserso 1 Programas de Envejeci

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PROGRAMAS DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA

M. Angélica Yáñez Arce

Este capítulo presenta información sobre parte de los servicios públicos y privados, tanto en Santiago como en regiones, que ofrecen atención psicológica a niños/as y mujeres que han vivido o viven algún tipo de violencia sexual. Más allá de realizar un catastro de todas las entidades que trabajan en el área, el propósito es desarrollar una fuente de información acerca de las distintas aproximaciones terapéuticas e institucionales frente a la violencia sexual. Para ello se entrevistó a profesionales de algunos de los centros más conocidos en ese campo. Desde el inicio de la investigación, se conocía la escasez o, más bien, la falta casi absoluta de centros especializados en la atención de mujeres víctimas de violencia sexual. Por eso, se decidió extender la búsqueda hacia organizaciones que trabajan en distintos ámbitos de la violencia, para saber de qué manera los profesionales se enfrentan a la especificidad de la violencia sexual. Para conocer las políticas y los planteamientos gubernamentales respecto del tema, se entrevistó a profesionales del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) y del Servicio Nacional de Menores (Sename). Metodología En una primera instancia, se identificó a los profesionales que trabajaban en el tema, a partir de diversas fuentes de información. Luego, se aplicó un cuestionario semiestructurado a coordinadores de programas y a profesionales que proveen atención en el tema de la violencia. La entrevista abarcó diversas áreas: historia de la institución, misión, objetivos, fuentes de financiamiento, funcionamiento, población atendida, marco teórico de su accionar, tipo y características de la atención que ofrecen, entre otras. Todas las entrevistas fueron grabadas y transcritas, para luego ser elaboradas. Por otra parte, se solicitó un documento de presentación a cada organización, en especial a las instituciones de regiones.

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I. Atención orientada a mujeres A. Políticas públicas 1. Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) Desde hace más de 10 años, el Sernam ha priorizado el tema de la violencia contra la mujer, tanto física como psicológica. No obstante, la violencia sexual, a pesar de la alta prevalencia de casos, no ha sido abordada de manera específica, sino como parte de la violencia ejercida contra la mujer, en general.

1. Presentación preparada sobre la base de una entrevista a la Coordinadora de los Centros de Atención de Violencia Intrafamiliar. No se hicieron entrevistas a profesionales de esos centros ya que, al momento de la investigación, éstos estaban en proceso de apertura. 2. Fondo destinado a proyectos prioritarios que el gobierno considera necesario impulsar.

Este organismo gubernamental ha optado por no limitar su labor sólo a la mujer, y considera, por tanto, el trabajo con la familia, brindando también apoyo a niños y niñas afectados por la violencia y a hombres que la ejercen. Dentro de esta política, en el año 2000, la Ministra Adriana Delpiano propuso al Sernam que se presentara un proyecto para el desarrollo de Centros de Atención de Violencia Intrafamiliar, con el fin de ofrecer atención psico-sociojurídica a mujeres y a niños que viven una situación de maltrato, y atención psicológica a los hombres que la ejercen.1 El proyecto fue presentado al Fondo estatal concursable del 2 por ciento,2 el que lo aprobó a nivel técnico y político.

A) Centros de Atención de Violencia Intrafamiliar El proyecto ha tenido gran éxito, ya que habiendo recibido un financiamiento inicial para siete centros, en la actualidad están funcionando 17. En el año 2001, el equipo del Sernam logró comprometer recursos a largo plazo del sector privado y de municipios, lo que permitió el aumento del número de centros. Este es un aspecto positivo del proyecto, ya que el interés del Sernam es lograr que otras instancias se involucren en el tema de la violencia. De acuerdo a la Coordinadora de los centros, éste es un tema que incumbe al Estado y a toda la sociedad. Puesto que el Sernam no es una instancia ejecutora, la implementación de los centros se delega a organismos externos. El Servicio se encarga de realizar la capacitación, la orientación y el seguimiento de los equipos, con el fin de mantener una línea homogénea de atención y de reforzar el enfoque de género. La mayoría de los centros se encuentran ubicados en capitales regionales: Arica, Antofagasta, Copiapó, La Serena, San Felipe, Valparaíso, Rancagua, Talca, Puerto Montt, Coyhaique, Punta Arenas, con la excepción de San Pedro de La Paz (Octava Región) y de Traiguén (Novena Región). En la Región Metropolitana los centros están ubicados en las comunas de Conchalí, San Joaquín y Lo Prado. En San Joaquín, se optó por recuperar y fortalecer a un organismo ya existente, puesto que tenía experiencia en la problemática, en lugar de crear uno nuevo. Se eligió establecer los centros en capitales regionales en razón de su densidad poblacional y, en general, de su mejor acceso. En caso de que existiera algo similar en la capital regional, se optó por alguna ciudad o pueblo que tuviera conurbación o en la que no hubiera atención adecuada para la violencia intrafamiliar. 50

Por último, para el 2002 está programada la apertura de un centro en Melipilla, para el cual se están solicitando recursos regionales. Sistematización

Uno de los objetivos centrales del Sernam es lograr que cada centro de atención realice la sistematización de su experiencia. La intención es que cada equipo adapte los lineamientos generales de intervención entregados por el Servicio, teniendo en cuenta las particularidades de la región en la que se inserta y las características de la población atendida. Capacitación del equipo

Son los propios organismos ejecutores seleccionados quienes reclutan a su equipo. El Sernam se aboca a realizar una capacitación inicial con el fin de dar a conocer las políticas y los lineamientos generales, a partir de los cuales se planteará el establecimiento del centro. El Sernam propone un equipo de siete profesionales y dos administrativos: una coordinadora, dos psicólogos para adultos, un psicólogo infantil, un o una asistente social, una abogada, una monitora (primera acogida y prevención), una secretaria y un estafeta. Cobertura y horario de atención

Los centros están diseñados para brindar atención a unos 250 casos anuales, como máximo, entre mujeres, hombres y niños. En prevención tienen una cobertura cercana a las 4 mil personas. La atención es de lunes a viernes, de 9 a 18 horas, aun cuando esto no excluye la posibilidad de trabajar en otros días y horarios. Por ejemplo, algunos centros están evaluando la posibilidad de tener un horario nocturno para aquellas personas que trabajan durante el día. Costos de atención

Hasta el momento no se han fijado los costos de atención. La atención es siempre gratuita. Áreas de trabajo

El trabajo se ha focalizado principalmente en torno a cuatro áreas: atención, prevención, capacitación y difusión.

1) Atención Al respecto, algunos de los lineamientos generales dados por el Sernam son los siguientes: a. Contar con áreas de atención diferenciadas para mujeres, hombres y niños. b. Comprensión del fenómeno de la violencia a partir de un enfoque ecosistémico, con enfoque de género. c. Se sugiere la atención grupal, por los beneficios que esta modalidad presenta en cuanto al tratamiento en sí y a la generación de redes. Derivación

De acuerdo a la experiencia de los centros que ya están funcionando, la mayor parte de las derivaciones la realizan los consultorios de salud, los Tribunales de Justicia y Carabineros. La publicación de artículos en la prensa sobre la inauguración de los centros en cada ciudad, ha suscitado una gran demanda (incluso, se dio el caso de personas que solicitaron una consulta 15 días antes de su apertura). 51

En el caso de los hombres, las consultas provienen de tribunales, de demanda espontánea, o a través de la mujer atendida, quien ha experimentado un cambio en su forma de relacionarse al interior de la pareja como resultado de la terapia. Procedimiento médico y legal

En los casos de abuso sexual, se recomienda a la persona dirigirse al Servicio Médico Legal para realizar el peritaje.

3. El funcionamiento de estos centros se describe en la presentación del Sename.

Dado que el mayor número de denuncias concierne al abuso en niños, el Sernam suscribió un convenio con el Sename, ya que éste cuenta con centros de atención en maltrato grave a lo largo de Chile.3 Así, los centros de Sernam trabajan con la red de Sename cuando se trata de delito, puesto que este último cuenta con un equipo jurídico que se hace cargo del acompañamiento de los niños.

2) Prevención Esta área, en la cual se trabaja con la familia y la pareja, a través de talleres específicos, cuenta con dos líneas: a. Estilos de crianza: el objetivo es prevenir el maltrato infantil y fortalecer el vínculo entre padres e hijos. Se trabaja el tema de la autoridad y lo que se entiende por uso y abuso de poder. b. Relación de pareja: focalizada en los jóvenes, como una forma de prevenir la violencia intrafamiliar.

3) Capacitación Área destinada a trabajar con los funcionarios públicos que están en contacto directo con las personas que consultan; por ejemplo, en los consultorios, en recepción, entre otros. Esta capacitación tiene un doble objetivo. Por una parte, entregar la información necesaria para evitar la doble victimización de las personas que consultan y, por otra, sensibilizar al personal con el fin de pesquisar los casos de violencia y realizar una derivación. Un aspecto importante, dentro del nuevo trabajo que se ha planteado Sernam, es la creación y el fortalecimiento de redes a través de un trabajo interinstitucional.

4) Línea de difusión Dirigida a la comunidad en general, con el fin de dar a conocer el problema y entregar información sobre los centros.

B) Otros aportes de Sernam en el tema de la violencia a. Sernam contribuye al desarrollo del Plan Nacional de la No Violencia, en el cual participan diversos sectores: los Ministerios de Educación, de Salud, de Justicia, del Interior (por su vínculo con la violencia en lo que respecta a seguridad ciudadana), la Dirección de Presupuesto, el Poder Judicial, la Policía de Investigaciones, Carabineros, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), la Fundación de la Familia, la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (Prodemu), la Asociación Chilena de Municipalidades, el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), el Sename, la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual. 52

b. Sernam encargó un estudio sobre prevalencia de violencia durante el año 2001. Éste, titulado Detección y análisis, Prevalencia de la violencia intrafamiliar, fue realizado por el Centro de Análisis de Políticas Públicas de la Universidad de Chile, el que se efectuó de acuerdo al protocolo básico para la investigación de la violencia intrafamiliar de la Organización Mundial de la Salud (OMS). c. Actualmente, promueve una modificación de la legislación vigente en violencia, debido a las diversas dificultades de su aplicación. d. Desde julio de 2001, ha desarrollado una campaña nacional sobre violencia. La campaña, dirigida a la juventud, tiene un carácter preventivo, con un mensaje desde y para los jóvenes. Desde los jóvenes, en términos de que se miren a sí mismos en su relación de pareja (relaciones de género), pero, también, para que puedan transmitir un mensaje a los adultos.

B. Organismos dependientes del Estado 1. Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales (CAVAS) El CAVAS fue creado en 1987 como organismo dependiente de la Policía de Investigaciones de Chile.4 Su origen responde al interés de dar solución efectiva a la carencia de organismos especializados para acoger a las personas víctimas de delitos sexuales. También se consideraron las recomendaciones hechas por Naciones Unidas en el Séptimo Congreso de Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, realizado en Milán en 1985, en el cual se instó a los gobiernos a crear centros de asistencia a víctimas. Desde sus inicios, y hasta hoy, el desarrollo de la actividad ha generado un cúmulo de conocimientos que ha permitido abordar el fenómeno victimológico desde la perspectiva de la especialización. Esto provocó cambios en la gestión del funcionamiento original, produciendo una evolución que condujo a la existencia del actual Instituto de Criminología. En sus primeros años, la misión fundamental del CAVAS estuvo orientada a la asistencia y a la prevención de los delitos sexuales. Sin embargo, con el tiempo, dio comienzo a un trabajo terapéutico. Actualmente, CAVAS tiene un enfoque psicosocial de atención integral, a través de un equipo multidisciplinario constituido por asistentes sociales, psiquiatras, psicólogos infanto-juveniles, psicólogos de adultos, abogados, policías. El Centro brinda apoyo psicológico e intervención en crisis, entendida como una sintomatología aguda, desadaptativa, que la persona presenta en la entrevista de ingreso. También proporciona acompañamiento en el proceso penal. Realiza informes periciales y psicológicos para ser presentados a los Tribunales de Justicia. Los profesionales que elaboran los informes han sido especialmente entrenados para ese fin. La experiencia del Centro ha llevado al equipo a entregar informes sólo a estos tribunales, ya que, muchas veces, los informes solicitados por colegios resultaban victimizadores para el niño o niña (la información quedaba en la hoja de vida y se corría el riesgo del etiquetamiento).

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4. Esta presentación fue extraída del documento Agresiones sexuales en Chile (1994) y de un informe estadístico de 2001, elaborados por CAVAS. Además, se realizaron entrevistas a la ex Coordinadora del Centro y a una psicóloga infantil.

Financiamiento

El financiamiento proviene del Ministerio de Defensa, a través de la Ley de Presupuesto del Estado. Además, cuenta con recursos proporcionados por diversos municipios y por el Sename. Población atendida

Ochenta por ciento de la población atendida pertenece al segmento infanto-juvenil, y el 20 por ciento, al de adultos. La mayor frecuencia de demanda se presenta en el grupo de 6 a 9 años. Cabe destacar que hasta los 6 años no hay una distinción significativa entre sexos, pero, a partir de esa edad, son las niñas las más afectadas por la violencia sexual. La población atendida es, mayoritariamente, de escasos recursos. Existe una gran deserción debida a motivos económicos, a la dificultad para acceder al Centro, entre otras razones. Por la demanda, CAVAS debiera atender a unas dos mil víctimas al año. Sin embargo, su capacidad, entre peritajes y atención terapéutica, está limitada a unas 700. Ante la imposibilidad de satisfacer la demanda proporcionando una atención óptima (horas demasiado espaciadas en el tiempo, por ejemplo), el Centro decidió restringir la atención a las personas derivadas por los Tribunales de Justicia, los municipios, el Sename y a las personas que cuentan con algún sistema de financiamiento. Se optó, así, por una atención de mayor calidad para un número menor de personas. No obstante, incluso con esta modalidad, CAVAS tiene una lista de espera. Derivación

La principal fuente de derivación la constituyen los juzgados (más del 60 por ciento), otras (25 por ciento), Policía de Investigaciones (5 por ciento). Equipo

El equipo está constituido por nueve psicólogos infantiles, cuatro psicólogos infanto-juveniles, dos psicólogos de adultos, dos asistentes sociales, un psiquiatra, un abogado y dos alumnos en práctica. Formación

Los profesionales de CAVAS reciben formación en psicología forense, en psicología jurídica y en peritaje. Al ingresar al Centro, son capacitados sobre los distintos aspectos de la perspectiva victimológica con la que el organismo trabaja. El Centro tiene convenio con la Universidad de Chile, la Universidad Central y otras instituciones, de las cuales recibe alumnos de psicología en práctica, cumpliendo una función de formación en esta área. Por otra parte, hay profesionales encargados de guiar tesis y generar investigaciones en el tema de la violencia sexual.

1) Enfoque terapéutico Los psicólogos de CAVAS trabajan con la perspectiva victimológica, pero aplicando distintos enfoques psicológicos al tema del abuso sexual. El equipo está constituido por constructivistas, sistémicos, terapeutas familiares, psicoanalistas, entre otros. Según la perspectiva de la victimología, el abuso sexual es una problemática social que debe ser comprendida a partir del contexto en el que ocurre, las circunstancias de los hechos y el medio cultural en el que se da. El Centro tiene un enfoque integrativo, en el cual se conside54

ran los factores microsociales y macrosociales que influyen en la dinámica del abuso. Según esto, el origen del abuso se explica por una serie de teorías victimológicas que tienen que ver con la carrera victimal, con la teoría del vínculo, con la teoría de la desesperanza aprendida, con el tema de víctima/victimario. De acuerdo a esta perspectiva, el Centro presta atención tanto a víctimas de violencia sexual como a victimarios. Así, desde 1999, desarrolla un programa piloto con siete hombres que cometieron un delito sexual. El programa tiene una duración de cinco años. Hasta ahora, esta experiencia ha resultado positiva para los abusadores ya que, lo que partió siendo una obligación impuesta por un tribunal, se fue convirtiendo, con el tiempo, en una motivación personal para cada uno de ellos.

2) Circuito de atención a) Primera acogida Entre el momento en que llega una persona, o un oficio del tribunal, y la primera atención, puede transcurrir, en promedio, una semana. El ingreso es realizado por un o una asistente social y una policía, a través de una entrevista semiestructurada con objetivos claros de contención y de empatía. Si la persona se encuentra en crisis, puede participar un psicólogo/a en la entrevista. Cuando el caso es grave, sólo este profesional realiza la entrevista. El objetivo de esta primera acogida es constituir los hechos y entregar la información pertinente, para que la persona afectada por un hecho de violencia sexual pueda ser protagonista de su propio proceso. Se le informa, por ejemplo, sobre el Servicio Médico Legal, acerca del proceso penal y se la contacta con un abogado. Esta entrevista es fundamental, ya que de ella depende el éxito del circuito posterior.

b) Intervención En esta primera entrevista se realizan las derivaciones que corresponda: asistente social, psicólogo/a, abogado/a, o al perito, si ha sido solicitado. La intervención es interdisciplinaria, con un abordaje psicosocial. La asistente social hace visitas domiciliarias, coordina con colegios, con consultorios. Una parte importante de esta etapa es el trabajo en redes. Los abogados cumplen una función de orientación. Las personas que deciden presentar la causa ante un tribunal, son derivadas a la Corporación de Asistencia Judicial, a las clínicas jurídicas de las universidades o al Sename. CAVAS ofrece terapia psicológica individual. El promedio de atención varía entre seis meses y cuatro años o más, dependiendo de las características del abuso. Hasta el momento, el Centro sólo ha tenido experiencias puntuales de terapia grupal. Sin embargo, por las ventajas que presenta este tipo de abordaje terapéutico, se está contemplando el desarrollo de grupos.

3) Perspectivas a futuro CAVAS se encuentra actualmente en un período de evaluación de su trabajo. Se espera que, a partir de este análisis, surjan nuevas estrategias, tanto para la organización del Centro como para la atención brindada. Por otra parte, a pesar de las dificultades económicas que ha debido enfrentar, en el 2001 CAVAS abrió centros de asistencia en Viña del Mar y en Rancagua. 55

2. Consultorio de Salud Mental de Macul (Cosam-Macul) 5. Este consultorio se incorporó a este estudio en razón de la evolución del trabajo de su equipo de profesionales y el reconocimiento logrado en el medio con su Programa de Violencia Intrafamiliar y, específicamente, en violencia sexual. Esta presentación se basa en entrevistas realizadas a la Coordinadora del Cosam y a una terapeuta ocupacional.

Centro de atención primaria que funciona desde 1994.5 Depende del Servicio de Salud Oriente, y, administrativamente, de la Corporación Municipal de Macul. Su centro de operaciones se encuentra en la Dirección de Salud. Actualmente, desarrolla cuatro programas: violencia intrafamiliar, específicamente violencia conyugal; depresión y trastornos ansiosos; consumo de alcohol y drogas; problemas de conducta o de adaptación infantil. Financiamiento

La mayor parte del financiamiento proviene del Ministerio de Salud y, el resto, de la Corporación Municipal. Población atendida

Está compuesta, fundamentalmente, de mujeres y niños/as, aunque también se ha incluido a hombres agresores. Derivación

Alrededor del 40 por ciento de los casos es derivado de los dos consultorios médicos de atención primaria de la comuna; el resto proviene de las 15 escuelas municipalizadas y de demanda espontánea. Hasta el 2000, el Cosam recibía un 17 por ciento de demanda espontánea, lo que representa un porcentaje significativo. En el caso de los niños, la derivación es, generalmente, por maltrato o por problemas de conducta escolar, de desadaptación. Los niños o niñas que son víctimas de alguna situación de abuso sexual son derivados a servicios especializados. En el caso de las mujeres, la consulta no tiene como motivo una situación de abuso sexual. La mayoría llega por una situación de violencia, trastornos emocionales, depresión, ansiedad. A menudo, a medida que avanza la terapia, suele aparecer el tema del abuso sexual, actual o pasado, cuyas secuelas siguen causando trastornos a la víctima. Equipo y horario

Compuesto por dos asistentes sociales (22 horas laborales cada una), cuatro psicólogos (en conjunto trabajan dos jornadas y media), una terapeuta ocupacional (media jornada), un profesor de educación física, equipo administrativo. El horario de atención es de lunes a viernes en jornada completa.

1) Modelo de atención El Cosam utiliza una adaptación de las orientaciones del Ministerio de Salud en violencia intrafamiliar, enriquecido por el modelo ecosistémico de J. Corsi y J. Barudy. Uno de los objetivos fundamentales de este enfoque es que la persona tome conciencia de su problema. El modelo ecosistémico es un modelo integral que plantea tres niveles de comprensión: a. Macrosistémico: relacionado con las estructuras, los mitos, el género, las relaciones, la sociedad patriarcal, las políticas, entre otros. 56

b. Exo-sistema: relativo a las redes sociales, la manera en que las instituciones hacen que se perpetúe un modelo de relación violenta. Considera las relaciones de la persona con la escuela, con el consultorio, con el sistema judicial. c. Nivel familiar e individual: ámbito en el que se aprende la manera de relacionarse con los otros, cómo resolver conflictos, la asertividad o carencia de ella, entre otros. La experiencia de los profesionales del Cosam ha puesto en evidencia que no es posible aplicar el modelo de abordaje de la violencia intrafamiliar a los casos de abuso sexual. Esto ha llevado al equipo a realizar un trabajo de reflexión y de sistematización, con el fin de desarrollar un modelo de atención más apropiado a esta problemática.

2) Circuito de atención a) Primera acogida La entrevista de ingreso (lunes, martes y miércoles) es realizada por una asistente social, quien completa la primera parte de la ficha clínica, incluyendo los antecedentes y el contexto de la situación motivo de la consulta. Los jueves se revisan todas las fichas ingresadas en la semana y se establece el plan de tratamiento, nominándose al o a los profesionales que seguirán el caso. La paciente es recontactada en la semana misma y recibe una hora para la siguiente o, como máximo, la subsiguiente. Con este sistema, que requiere que todo el equipo evalúe las fichas ingresadas en un solo día (máximo un día y medio), se ha logrado eliminar las listas de espera.

b) Tratamiento El abordaje es individual y grupal, dependiendo de los casos. El período de atención es de seis meses, entre el momento en que el caso se detecta hasta que se obtiene un resultado concreto. En los casos de violencia, éste es el cumplimiento del objetivo específico del plan (por ejemplo, el abordaje judicial). El tratamiento consta de tres etapas: a. Detección: se detecta la situación de violencia, de abuso, y se evalúa el riesgo vital. Tiene una duración de una a cuatro sesiones. b. Intervención de primer orden o primer abordaje: se trata de una intervención psicoeducativa que se realiza individualmente. Está orientada a que la persona tome conciencia de la situación de violencia que está viviendo, a que se motive a hacer un cambio y a establecer un plan de tratamiento. Se le entrega información sobre las posibilidades que tiene para mejorar su situación, se la motiva a evaluar el ciclo de violencia en el que se encuentra. Esta etapa puede ser llevada a cabo por la asistente social, el terapeuta ocupacional o el psicólogo, dependiendo de quien se haya vinculado mejor con la persona. Todo esto, respetando los tiempos psicológicos y las decisiones de las personas. Tiene una duración de cuatro a seis sesiones. c. Intervención de segundo orden o tratamiento propiamente tal: su objetivo es el cese de la violencia y el cumplimiento del plan acordado. Este plan de intervención se realiza de inmediato en los casos en que se ha descartado la existencia de un riesgo vital para la persona. De lo contrario, el equipo define los pasos a seguir, de acuerdo a las características de la situación. 57

3) Atención legal Dado que el Cosam no posee personalidad jurídica propia, el organismo que se encarga de seguir los casos en los Tribunales de Justicia es la Corporación Municipal. Para ello, se ha realizado una labor de sensibilización para que el personal de la Corporación tome parte en los procesos judiciales.

4) Capacitación De los profesionales del Cosam

Los profesionales del Cosam sienten que su trabajo se ha ido enriqueciendo a través de la discusión y el aprendizaje. Estiman que el equipo debiera recibir capacitación continua, ya que los profesionales se han ido renovando. Sin embargo, el organismo no cuenta con un presupuesto para tales fines, por lo que la iniciativa queda supeditada al interés personal, al tiempo disponible y a los recursos económicos de cada uno. Capacitaciones del Cosam a terceros

Durante su trayectoria, el Cosam ha realizado capacitaciones sobre violencia intrafamiliar a funcionarios del sistema judicial, a personal de consultorios del área Oriente, a apoderadas y apoderados, alumnado y profesorado de escuelas. Por ejemplo, en el año 2000, llevó a cabo un mini-taller para profesores y profesoras sobre detección precoz de maltrato infantil. Por otra parte, al momento de realizarse la entrevista, se aprestaba a iniciar el programa “Participación social”, como una forma de abrir el tema del abuso sexual a la discusión pública.

5) Evaluación El Cosam realiza una evaluación anual del programa en función de las metas estipuladas en el Plan de Tratamiento. Las metas consideran la cobertura, los resultados, el porcentaje de altas, entre otras. De acuerdo a su experiencia, el modelo utilizado hasta ahora ha tenido efectos positivos en las personas atendidas. Sin embargo, uno de los aspectos que preocupa al equipo es la imposibilidad de llevar a cabo evaluaciones a largo plazo. La falta de recursos hace difícil evaluar la permanencia en el tiempo de los parámetros medidos. No obstante, el Cosam cuenta con una experiencia efectuada el 2000 por alumnos en práctica de psicología comunitaria, quienes realizaron un seguimiento a 10 mujeres que habían participado, en 1998, en un taller de intervención grupal. El resultado fue alentador, ya que sólo en un caso persistía una situación importante de maltrato. Otra dificultad es la falta de recursos para sistematizar la experiencia adquirida y para investigar, lo que constituye una pérdida, en la medida en que hay una gran cantidad de conocimiento que se genera y que no puede ser transmitido a otros profesionales.

6) Perspectivas a futuro Las políticas del Ministerio de Salud sitúan el abuso sexual dentro de la violencia intrafamiliar. Eso significa que el problema del abuso sexual no cuenta con recursos específicos. Una de las grandes dificultades, no sólo en el tema de violencia, sino en salud mental en general, es el financiamiento. Esto no permite a los profesionales desarrollar un trabajo siste58

mático y continuo, con una estabilidad en el tiempo, ya que deben constantemente acomodar los recursos a un período de trabajo definido.

3. Centro de Atención y Prevención en Violencia Intrafamiliar de la Municipalidad de Santiago En septiembre de 1990 se dio comienzo a un programa piloto en la Municipalidad de Santiago, destinado a la prevención y atención en violencia intrafamiliar.6 El programa fue impulsado por la subdirección del Servicio Nacional de la Mujer y las autoridades edilicias de ese momento, las que destinaron los fondos necesarios. Fue el primer programa, en el ámbito local, abocado a tratar la violencia doméstica. Hasta ese momento, todos los servicios de asistencia, prevención y apoyo funcionaban desde las organizaciones no gubernamentales (ONG) de mujeres. En 1998, el Centro incorporó la atención en maltrato infantil con el Programa de Prevención de Abuso Sexual en Niños. El objetivo del Centro es intervenir en la situación de violencia desde diversos enfoques. Esto quiere decir que, además de orientar legalmente a la mujer, puede otorgarle un patrocinio legal por causas que competen a la Ley de Violencia Intrafamiliar o causas del crimen. También ofrece atención terapéutica individual o grupal, y gestiones sociales referidas a las condiciones de vida, salud, vivienda, tenencia de menores, entre otras. Financiamiento

El Centro es financiado, exclusivamente, por la Municipalidad de Santiago. Población atendida

En los inicios, el objetivo era atender a hombres y mujeres de la Región Metropolitana; actualmente, se ha reducido a un sector más limitado por razones de gestión. En los primeros años, el Centro recibía demandas de más de mil personas anuales, fundamentalmente mujeres. Entre 1990 y 2001, se ha atendido a unas 7.500 personas. En el 2000, la cobertura de atención de casos de violencia intrafamiliar fue de 300 mujeres, 100 hombres y 70 niños. En el primer semestre del 2001, el 16 por ciento de los ingresos correspondió a mujeres. De éstas, cerca del 55 por ciento presentó una denuncia ante un juzgado. El 85 por ciento de las personas atendidas es residente de la comuna, o apoderado/a o alumno/a de un establecimiento del sector. El 15 por ciento procede de otras comunas o localidades. La mayor parte de las mujeres que consulta está en edad reproductiva y productiva (25 a 45 años). También los hombres agresores tienen esas características. Sin embargo, se constata un aumento del porcentaje de mujeres más jóvenes. En general, llegan mujeres de nivel socioeconómico medio, medio-bajo y bajo. No acuden personas indigentes. Sí lo hacen mujeres de nivel profesional, trabajadoras del sector servicios y dueñas de casa, que es el sector mayoritario (40 por ciento). La mayoría tiene dos o tres hijos/ as, y su nivel de enseñanza varía de media incompleta hasta la educación media terminada. 59

6. Esta presentación se basa en la entrevista a Valentina Martínez en Cuadernos Mujer Salud Nº 1 (Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, 1996) y en una entrevista a la encargada de difusión del Centro. Cabe destacar que, por decisión del alcalde de la Municipalidad de Santiago, Joaquín Lavín, quien asumió el cargo en 2001, se eliminó la atención terapéutica, y el Centro estaba siendo reorganizado, principalmente, en torno a la prevención.

Derivación Fundamentalmente, las personas llegan por dos vías: institucional y consulta espontánea. Las vías institucionales son los Tribunales de Justicia y los juzgados civiles competentes en violencia intrafamiliar. Las mujeres llegan derivadas de procesos judiciales, la mayor parte por advenimiento. También pueden ser derivadas por Carabineros. Los medios de comunicación, que informan sobre el programa de manera reiterada, influyen en la decisión de consultar. Finalmente, el trabajo de información, de carácter preventivo, que el Centro ha realizado en colegios, centros abiertos, centros de educación preescolar, consultorios, entre otros, hace que estas instituciones también deriven personas.

1) Líneas de intervención La atención que se ofrece a los hombres es esencialmente terapéutica. También se realiza un trabajo con aquellos que, además de ejercer violencia, tienen situaciones de dependencia a las drogas y al alcohol. Por el contrario, la atención hacia las mujeres es interdisciplinaria. Se inicia con el trámite de ingreso, y luego, se da atención terapéutica, social y jurídica. La atención terapéutica contempla una metodología individual y grupal. Sin embargo, este Centro se ha especializado en el trabajo grupal. Cuando la mujer no está preparada para un trabajo en grupo, se realiza una intervención individual. La atención social y legal se hace en forma individual.

Marco teórico El Centro entiende la violencia conyugal a partir del modelo ecológico propuesto por Bronfenbrenner complementado por la mirada de Jorge Corsi, quien agrega al modelo anterior el subsistema “individual”, con el fin de construir un marco conceptual integrativo al problema (Corsi, 1992). En cuanto al tratamiento propiamente tal, los terapeutas se basan en conocimientos sólidos respecto del tema de la violencia intrafamiliar y, a partir de eso, aplican la perspectiva psicológica que cada uno maneja.

Equipo Equipo en maltrato infantil Cuatro psicólogos Una asistente social

Equipo atención a mujeres Una psicóloga

Equipo atención a hombres Dos psicólogos

Dos terapeutas especializadas en violencia intrafamiliar

Un abogado y una procuradora

2) Circuito de atención Puesto que la investigación se centró en los servicios a mujeres, a continuación se describe el proceso de atención para ellas.

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a) Primera acogida Realizada por la secretaria, quien está entrenada para estos efectos. Ella registra la historia y fija una hora con la asistente social y el terapeuta o psicólogo que tomarán el caso. El tiempo de espera entre la solicitud de atención y la primera cita con los profesionales es de 15 días, aproximadamente. Para los casos graves que no pueden esperar, existe un equipo de urgencia. La duración del proceso es de seis a ocho meses, en promedio. En esta etapa se caracteriza la situación de la mujer y se diseña el tipo de intervención que se le ofrecerá. Se define un patrocinio legal inmediato, un acompañamiento individual o de grupo, entre otras acciones.

b) Atención individual El espacio terapéutico individual consta de 8 a 12 sesiones, orientadas a iniciar un proceso de reestructuración de la persona que ha sufrido una situación de violencia.

c) Atención grupal Luego del tratamiento individual, generalmente las mujeres pasan a un espacio grupal. En un comienzo, el Centro proponía distintos niveles de trabajo grupal. Con el tiempo, esto se modificó en función de las evaluaciones del equipo y en razón de los recursos disponibles. Actualmente, se hace un solo tipo de taller, de carácter terapéutico, que dura seis meses, con una sesión semanal. Debe contar con 10 a 12 mujeres, y, durante las primeras ocho sesiones, es abierto. Luego de este proceso, el equipo intenta que las mujeres tomen la iniciativa de comenzar una terapia posterior, aunque esto no siempre se concreta. El Centro ha constatado un porcentaje importante de reingresos. Hasta 1996, por 148 ingresos de personas nuevas, había 27 reingresos. Por otra parte, se produce una gran deserción.

d) Seguimiento El seguimiento es un tema complejo, puesto que requiere de recursos siempre escasos. Si bien el equipo considera que el seguimiento es fundamental, hasta el momento no lo ha podido realizar en términos óptimos.

3) Prevención El trabajo preventivo tiene cuatro líneas: a. Formación de una red comunal de apoyo y prevención en la comuna de Santiago: integrado por los sectores que trabajan en la temática: educación, salud, organizaciones de la comunidad (juntas vecinales), programas sociales municipales y gubernamentales, ONG que trabajan en el tema y sector judicial. b. Capacitación: de agentes sociales de la comuna de Santiago y de profesionales, como educadoras de centros preescolares y orientadoras de escuelas, personal del área de salud, alumnado de la Academia Judicial. c. Talleres preventivos: desarrollados con apoderados de los centros preescolares, con parejas. Estos talleres, que constan de cinco sesiones, tratan diversos temas, que van desde la sensibilización hasta la búsqueda de alternativas a la violencia. d. Línea de difusión: distribuye materiales educativos sobre la violencia, da charlas e impulsa trabajos de investigación y formulación de proyectos.

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C. Organizaciones no gubernamentales 1.

7. Esta presentación se basa en una evaluación realizada por la Corporación Domos y en una entrevista a la Coordinadora del Programa de Género y Violencia Doméstica.

Corporación de Desarrollo de la Mujer Domos

La Corporación Domos es una organización no gubernamental, autónoma y pluralista, fundada en 1984, y constituida como corporación de derecho privado sin fines de lucro, en 1994.7 Su misión institucional se orienta a la promoción, desde una perspectiva de género, de cambios culturales y sociales que contribuyan a la construcción de una sociedad igualitaria y respetuosa de los derechos humanos. Esta ONG optó, desde sus inicios, por atender a mujeres de sectores poblacionales y a trabajadoras de las áreas de la salud y la educación, provenientes de sectores socioeconómicos medios y bajos. La edad de la población atendida oscila entre los 23 y los 60 años. Su trabajo se ha focalizado en la mujer y su entorno cotidiano, contribuyendo, a través de programas psicosociales y educativos, al mejoramiento de la salud mental y a la elevación de la calidad de vida de las mujeres y sus familias. En este marco, aborda problemas vinculados a la identidad, la sexualidad, la familia, el trabajo, la organización, buscando potenciar desde una conciencia de derechos el desarrollo, la autonomía y el protagonismo de las mujeres. Desde 1995, Domos desarrolla su quehacer en la comuna de La Florida, asumiendo el espacio local como ámbito privilegiado de intervención. En ese contexto, enfoca su accionar al trabajo directo con mujeres, agentes intermedios, organizaciones y comunidad en general. También monitorea la aplicación de políticas públicas y genera propuestas en materia legislativa y en el campo de las políticas públicas locales y nacionales en asuntos de género. Asimismo, apoyándose en el trabajo directo, diseña y valida metodologías de intervención posibles de replicar y de recrear en otras comunas y regiones. Desde 1996, implementa el Programa de Género y Violencia Doméstica, que tiene como objetivos la erradicación de la violencia contra las mujeres y la promoción de sus derechos. Para ello, desarrolla un modelo de intervención local, validado por las mujeres, las organizaciones y las autoridades, dirigido a enfrentar en forma integral y eficiente la violencia doméstica y familiar. Entre sus líneas de acción, se distingue la atención especializada a mujeres, a través de las atenciones en primer apoyo, psicológica, legal y de orientación social; actividades educativas y de sensibilización, como charlas, talleres, módulos educativos, video-foros, entre otros; la capacitación de funcionarios públicos y líderes sociales, mediante cursos de transferencia de metodologías para el manejo teórico y práctico de la Ley de Violencia Intrafamiliar; autocuidado y salud mental de los equipos que trabajan en violencia intrafamiliar, derechos humanos de las mujeres, formación de monitoras/es en primer apoyo y módulos de prevención de violencia en la familia. La generación de conocimiento, el diseño metodológico, la elaboración de material educativo y la producción de documentos en la temática de violencia doméstica y familiar, junto al trabajo asociativo y en redes, complementan el modelo de intervención de Domos. A la fecha, ha trabajado con 7.312 personas, de las cuales 997 son mujeres afectadas por esta problemática, las que han recibido atención psicojurídica y social para detener el abuso. Recientemente, se incorporó al modelo de intervención un refugio de tránsito para las mujeres e hijas/os en riesgo vital. Se ha capacitado a 1.300 agentes intermedios y se han realizado accio62

nes permanentes de sensibilización con la comunidad, con el fin de generar conciencia sobre la magnitud y los alcances de la violencia contra las mujeres, la familia y la sociedad. Paralelamente, ha desempeñado un papel central en la creación y desarrollo de la Red de Acción por la No Violencia Familiar de La Florida y en el fortalecimiento de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, representando a dicha instancia en la Comisión Nacional Interministerial de Prevención de la Violencia Intrafamiliar, en el eje temático de Seguimiento a los Acuerdos de Beijing, Capítulo Violencia contra la Mujer Beijing+5 Cono Sur. De igual manera, ha participado activamente en la interlocución con autoridades políticas, gubernamentales, del Poder Judicial y parlamentarias en función de la causa de las mujeres.

A) Ejes de intervención Domos distingue tres niveles en los cuales prioriza su intervención: a. Acción directa: trabajo con mujeres y familias de sectores populares, especialmente mujeres jóvenes y adultas organizadas y no organizadas de la comuna de La Florida. Sistematiza y evalúa estas intervenciones. b. Agentes comunitarios intermedios: sensibilización, formación y capacitación de personas y equipos que desempeñan un rol como agentes educativos multiplicadores de su trabajo de acción directa con mujeres: funcionarios de salud primaria, profesores, dirigentas sociales, líderes de organizaciones sociales y comunitarias. Las intervenciones están orientadas al diseño, la validación y la transferencia de metodologías y módulos temáticos, especialmente delineados para trabajar con mujeres en diversos ámbitos. c. Políticas públicas: implica, por una parte, contribuir a la generación de políticas sociales dirigidas a las mujeres y sus familias, en particular a las de sectores populares. Por otra parte, significa la evaluación y seguimiento, en el espacio local, de la implementación de las políticas públicas, sus efectos en la población, el nivel de compromiso del gobierno local, las dificultades en su puesta en marcha y desarrollo.

B) Programas de acción Hasta el año 2001, Domos tenía dos programas de trabajo, el Programa de Género y Violencia Doméstica y el Programa de Participación Ciudadana. Dado el carácter de esta investigación, sólo se describe el Programa de Género y Violencia Doméstica.

1) Programa de Género y Violencia Doméstica Línea de atención directa

Incluye un conjunto de servicios destinados a brindar atención especializada a mujeres que viven violencia doméstica. A través de las distintas modalidades, se busca desarrollar y/o potenciar los recursos personales de las mujeres para detener la violencia y salir de las relaciones de abuso. A través de la atención en primer apoyo, atención psicológica, legal y orientación social, se fortalece la identidad personal y de género, junto con la generación de conciencia sobre sus derechos a vivir una vida libre de violencia.8 En la experiencia recopilada en estos años de trabajo, las y los profesionales de Domos han constatado que la violencia sexual está mucho más presente de lo que se pensaba y de lo que se presentaba en terapia. Un porcentaje importante de mujeres que solicita atención por 63

8. El modelo de atención descrito en los párrafos siguientes fue utilizado hasta fines de 2001. Al momento de la publicación de esta guía, Domos había cesado la atención terapéutica por dificultades económicas.

violencia doméstica trae asociado algún tipo de violencia sexual. Domos no ofrece una atención específica en violencia sexual, sino que se inserta en un contexto de violencia en la relación de pareja. Financiamiento

Domos es financiada por una agencia de cooperación internacional holandesa. Algunos programas, como el de Género y Violencia Doméstica, han sido financiados por el Banco Interamericano del Desarrollo (BID), por un período de tres años (1997-2001). También tiene un convenio con la Municipalidad de La Florida. Equipo y horario

Hasta el año 2001,el equipo estaba compuesto por una encargada técnica (media jornada), dos psicólogas (media jornada cada una), un abogado (media jornada), una asistente social (media jornada), dos monitoras en primer apoyo (26 horas en total). El horario de atención es de lunes a viernes, con una atención semanal en horario vespertino. Perspectiva de trabajo

Domos tiene una mirada ecosistémica, con énfasis en la perspectiva de género. La comprensión y el abordaje de la violencia se hace a partir de esas perspectivas. Sin embargo, las técnicas utilizadas son cognitivas, gestálticas, psicodrama, entre otras, de acuerdo a la formación del terapeuta.

2) Circuito de atención El 50 por ciento de las mujeres que llega a Domos por alguna situación de violencia, es derivada del Programa de la Mujer de la Municipalidad de Santiago. El resto proviene de otras instancias de la red, tribunales y por consulta espontánea.

a) Entrevista de ingreso o entrevista del primer apoyo En esta entrevista se realiza un primer apoyo y una evaluación de riesgo. En esta instancia se definen las intervenciones internas o externas, de acuerdo a la situación de la mujer. Los ingresos semanales son de 8 a 10. A menudo, hay personas que no asisten a la primera entrevista.

b) Atención psicológica individual y grupal a. Atención individual: las mujeres que presentan alguna contraindicación para el trabajo grupal (patología psiquiátrica, depresión severa, rasgos de personalidad disfuncionales al trabajo de grupo o fuerte resistencia al mismo) son atendidas en terapia individual (8 sesiones). No obstante, el objetivo final es que hagan terapia grupal. b. Grupo de transición: este grupo fue creado para evitar la deserción de las mujeres que, tras la consulta en un momento de crisis, no se presentan a terapia individual o grupal. La idea es fortalecer el vínculo entre el Centro y la mujer y estimular el desarrollo de sus habilidades. Las temáticas que allí se abordan tienen una perspectiva de género (mujer y trabajo remunerado, la pareja, sexualidad, comunicación, aspectos legales, entre otros). El grupo es abierto, flexible, con sesiones predefinidas. Según la Coordinadora del Programa, esta modalidad ha dado muy buenos resultados. c. Terapia grupal: la mayoría de las mujeres es derivada a terapia grupal, la que ha probado ser una intervención adecuada, potenciadora y rápida. Debido a la escasez de recursos, ésta es breve (8 a 10 sesiones). Se trata de una primera intervención en salud 64

mental que no busca reparar las secuelas más profundas, sino reducir o eliminar, en la medida de lo posible, la violencia que vive la mujer. El objetivo es que ella se haga cargo de su vida y que viva su relación de pareja desde otra perspectiva. Los grupos son cerrados y están constituidos por un máximo de seis a ocho mujeres. En las sesiones se tratan distintas temáticas, enfocadas específicamente al tema de la violencia (definiciones de violencia, sentimientos, autoestima, por ejemplo).

c) Indicadores de logros terapéuticos Domos ha desarrollado indicadores de logros terapéuticos: reducir la violencia, disminuir la sintomatología, aumentar la autoestima y el nivel de empoderamiento y producir un cambio en la dinámica relacional.

d) Atención legal En el área legal se ofrece una asesoría individual y grupal. Sin embargo, Domos patrocina la causa en casos extremos o graves. Algunos de estos últimos son derivados a la Corporación de Desarrollo de la Mujer La Morada, organismo con el cual existe un convenio de patrocinio legal. De acuerdo a la experiencia de Domos, una mujer bien preparada y que conoce sus derechos es capaz de enfrentar en buenos términos un juicio. Por ello, la asesoría a la mujer se da tanto en el ámbito terapéutico como en el legal.

e) Seguimiento El seguimiento es una acción que requiere de mucho tiempo y de recursos, por lo que es difícil de realizar. Sin embargo, después de dos meses de terminada la terapia, todas las mujeres vuelven a reunirse con la terapeuta. Cuando una mujer no asiste al ingreso o abandona la terapia, se la contacta por lo menos una vez, con el fin de verificar si la situación de violencia se ha agravado.

3) Línea de educación preventiva Apunta a sensibilizar sobre las relaciones generadas al interior de la familia y los efectos devastadores de la violencia. Se intenta crear conciencia en las mujeres, en la comunidad y en las instituciones acerca de la necesidad de promover estilos de vida saludables y de establecer relaciones interpersonales orientadas al respeto de los derechos humanos, el buen trato y la convivencia pacífica en la familia y en la sociedad. Las acciones implementadas son módulos y charlas educativas, talleres preventivos, seminarios y foros, campañas locales, formación de monitoras comunitarias y capacitación de funcionarias/os públicos.

a) Línea de difusión y redes Constituye un soporte vital para el Programa, en el entendido que la vinculación y el trabajo en redes es la estrategia adecuada para abordar el problema complejo y multidimensional de la violencia doméstica e intrafamiliar. La reflexión y la elaboración de propuestas y de acciones cobran fuerza cuando se realizan en alianza con instituciones y organizaciones de la sociedad civil. El Programa participa activamente en la Red Comunal de La Florida, en la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, y en la Comisión de Proyecto de Ley de Tribunales de Familia. En el campo de la difusión, se destaca la elaboración de material educativo y de difusión masiva, destinado a apoyar las acciones del Programa, la participación en un programa radial local y la presencia en medios de comunicación con ocasión de 65

hechos noticiosos vinculados a la violencia contra las mujeres.

b) Línea de publicaciones Destinada a la generación de conocimiento desde la práctica del Programa, buscando aportar a la profundización y a la construcción teórica de la temática, en particular lo que se refiere a modelos de intervención en el ámbito de la violencia doméstica e intrafamiliar.

2. Corporación de Desarrollo de la Mujer La Morada La Morada se creó en 1983. En ese entonces, su objetivo principal era promover la organización y visibilizar las propuestas del feminismo en el movimiento más amplio de mujeres. La creación de espacios de reflexión en torno a la sexualidad, la formación de la conciencia de género y la producción de interrogantes en torno a la ciudadanía de las mujeres, sentaron las bases para que, en 1991, La Morada ampliara su identidad movimientista y se transformara en un centro de producción de pensamiento y de acción feminista.9 9. Esta descripción se basa en la Memoria 1999/2000 de la Corporación, y en una entrevista a la psicóloga encargada del Centro de Atención en Salud “Eloísa D”.

El propósito de su trabajo es mejorar la calidad de vida y lograr la plena ciudadanía de las mujeres. Sus objetivos corporativos son contribuir a la denuncia, visibilización y superación de las discriminaciones; contribuir a modificar las prácticas políticas y culturales sexistas; instalar y legitimar una posición feminista en la sociedad chilena; mejorar la calidad de vida de las mujeres de la Región Metropolitana. El trabajo se organiza en torno a cuatro áreas temáticas: Ciudadanía y Derechos Humanos; Salud Mental, Derechos Sexuales y Reproductivos; Educación y Cultura; Comunicaciones. Estas tienen en común líneas de acción institucionales, a través de las cuales se generan los productos corporativos. De las cuatro áreas, sólo se describe la de Salud Mental, Derechos Sexuales y Reproductivos, en razón de los intereses de esta investigación.

A) Salud mental, derechos sexuales y reproductivos Una de las preocupaciones básicas del área salud es reflexionar y contribuir a producir un nuevo pensamiento de lo femenino, desde el trabajo teórico y clínico. Paralelamente, atender psicológicamente a mujeres, con metodologías terapéuticas eficientes y acordes a las necesidades de su subjetividad, responde a la necesidad de mejorar la calidad de vida de las mujeres como un elemento central de su desarrollo.

1) Centro Clínico de Atención en Salud “Eloísa D” Este Centro fue fundado en 1997. Recibe demandas de atención psicológica y realiza terapias. La recepción clínica de cada paciente se efectúa mediante una entrevista en la que participa un equipo de psicólogas para determinar las formas del tratamiento a seguir y esclarecer los conflictos centrales de la atención. Financiamiento

Dada la dificultad de lograr un financiamiento permanente en el tiempo, La Morada ha optado por el autofinanciamiento. La atención clínica se financia, principalmente, con el pago de la consulta. Hasta el año 2001, el valor fluctuaba entre $0 y $8.000, con la posibilidad de convenir el pago con la analista que realiza la atención. Tener alumnos en práctica 66

posibilita dar atención gratuita a aquellas personas que lo requieran. Además, el Centro de Atención es subsidiado por la Corporación La Morada, lo que permite cubrir sus necesidades mínimas de mantención. De acuerdo a la encargada del área de salud, este sistema de autofinanciamiento les da una cierta autonomía frente a las políticas o exigencias de las instancias proveedoras de fondos. Equipo

El equipo del área Salud Mental y Derechos Sexuales y Reproductivos está constituido por seis psicólogas y por alumnos en práctica (clínica y de investigación). La encargada del Centro de Salud cumple tres cuartos de jornada a la semana. Cada profesional cumple ocho horas semanales, destinadas a funciones de supervisión de alumnos en práctica, reuniones de equipo, supervisión de casos, taller teórico, entre otras actividades. Cada psicóloga destina un mínimo de ocho horas semanales a la atención clínica. Además, cada profesional puede fijar horas adicionales de atención que le son pagadas en forma independiente. En ese caso, un porcentaje del monto cobrado es para la institución. Formación

La mayoría de las profesionales tiene un magister en psicoanálisis de la Universidad Diego Portales, además de la formación en el Centro y el análisis personal. Este último es considerado fundamental en el trabajo analítico. Perspectiva de trabajo

La Morada aborda el tema de salud de las mujeres desde la perspectiva psicoanalítica, es decir, desde una dimensión psíquica que considera la salud sexual y reproductiva de la mujer, ya que se pone en juego la dimensión del cuerpo, la maternidad. En este sentido, La Morada ha llevado el tema de la salud general de las mujeres hacia la intervención psicológica. Hasta hace algún tiempo, La Morada desarrollaba un Programa de Violencia destinado a mujeres. Esta experiencia llevó al equipo a un cuestionamiento sobre esta modalidad de intervención. Las profesionales se preguntaron, entre otras cosas, sobre los aspectos transferenciales en relación a la institución, al hecho de que La Morada lleve ese nombre y ofrezca atención. Habría un imaginario que se va construyendo y que tiene efectos positivos y negativos que influyen en el momento de la intervención. Esto hizo que el equipo abandonara la idea de desarrollar un programa específico, y optara por una terapia psicoanalítica destinada a mujeres y a hombres, como una forma de ofrecer un espacio en el cual las personas puedan interrogar sus malestares y darles un nuevo significado. Desde la perspectiva de este equipo, la idea es intentar descubrir los costos que tiene la violencia para cada mujer en particular, no para las mujeres en general. Es necesario abrir la pregunta que tiene que ver con lo subjetivo y con la diferencia también entre las mujeres. Es decir, cómo cada una puede apropiarse de esa pregunta que interroga su propio malestar, la realidad que vive, cómo se inserta ella misma en la problemática de la violencia. Población atendida

El Centro atiende anualmente alrededor de 70 a 80 pacientes entre mujeres y hombres, aunque existe un porcentaje mayor de mujeres. La edad fluctúa entre 18 y 30 años. El sector socioeconómico es medio, medio-bajo y, un grupo importante, de escasos recursos. 67

Derivación

A pesar de que La Morada no se presenta como una instancia de terapia focalizada en violencia, es reconocida en el medio como una de las instituciones de derivación de este tipo de problemática. Las pacientes son derivadas de distintas organizaciones. Sin embargo, en el último tiempo, son las mismas pacientes que han recibido atención las que recomiendan el servicio. Este es un punto valorado por el equipo, ya que no sólo significa un reconocimiento sino también constituye una forma de conformar una red en el ámbito comunitario. De acuerdo a la experiencia del equipo, las mujeres no solicitan atención por una situación abierta de violencia sexual, sino más bien por otro tipo de trastornos, como depresión, angustia, problemas de la alimentación, entre otros. No obstante, al menos un 30 a 40 por ciento de ellas relata, en el transcurso de la terapia, haber vivido una situación de abuso sexual en algún momento de su vida.

2) Circuito de atención Desde que la persona pide una hora hasta el momento de la entrevista de recepción, puede transcurrir como máximo una semana.

a) Entrevista de recepción Se realiza en una sala equipada con un micrófono. Esta entrevista es escuchada por el equipo y las/os alumnas/os en práctica, con el fin de poder reflexionar en torno al o la paciente, pero también como una instancia de formación. La psicóloga que hace la primera entrevista es la profesional que sigue con la o el paciente.

b) Atención terapéutica Luego de la entrevista de recepción, la persona comienza la terapia. En la primera sesión, se acuerda el número de sesiones semanales, en función del diagnóstico, su disponibilidad de tiempo y sus recursos económicos. En general, se trabaja con una sesión a la semana y, según la indicación, se llega hasta dos veces por semana. La terapia tiene una duración indefinida. 10. Se entiende por supervisión la discusión y análisis delos casos clínicos con otro psicoanalista.

Dentro de la perspectiva psicoanalítica, los profesionales reciben supervisión10 por los pacientes que atienden. En La Morada, las/os alumnas/os en práctica son supervisados por una de las psicólogas del equipo y las psicólogas del equipo se supervisan, a su vez, en las reuniones clínicas o buscan supervisiones fuera del Centro. Hasta el momento, el Centro no cuenta con trabajo grupal, lo que, de acuerdo a la encargada del área de salud, constituye una de sus debilidades.

3) Centro de Atención y Defensa Jurídica de La Morada Fundado en 1998, orienta y asume defensas jurídicas, con perspectiva de género, a través del conocimiento y uso de instrumentos internacionales en la protección de los derechos de las mujeres. En 1999 se realizaron 200 consultas y se tramitaron 30 casos. Además, se identificaron casos potenciales para ser presentados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

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3.

Casa de la Mujer de Valparaíso, Quinta Región

La Casa de la Mujer de Valparaíso ofreció atención a mujeres víctimas de violencia sexual hasta diciembre del año 2000, momento en el cual la continuidad se tornó imposible, debido a la falta de recursos económicos. A pesar de lo anterior, se consideró interesante incorporar esta experiencia ya que constituye una de las escasas organizaciones que ha trabajado el tema de la violencia sexual en regiones.11 La Casa de la Mujer de Valparaíso es una organización no gubernamental, formada por mujeres, para trabajar con y hacia sus congéneres de la Quinta Región. Desde sus inicios en 1987, la Casa de la Mujer se dedicó a la capacitación de las mujeres para el protagonismo, centrando su quehacer en temas como la violencia doméstica y sexual, el derecho de decidir sobre el propio cuerpo, el desarrollo de los derechos personales y sociales y los derechos sexuales y reproductivos. Entre 1991 y 1994, llevó a cabo el Programa de Violencia Doméstica y Sexual, con financiamiento de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional (ASDI) y de la Embajada de Canadá. Se inició, así, la atención y el apoyo psicológico y legal a mujeres que vivían algún tipo de violencia doméstica, junto con sensibilizar e informar a la opinión pública y capacitar a organizaciones de mujeres. Por otra parte, se desarrolló un programa de sensibilización a personal judicial, de la salud y la educación. Fruto de este trabajo de capacitación nacieron la Casa de la Mujer Quintero, y la Casa de la Mujer Las Sembradoras de Limache. La Casa de la Mujer es miembra activa de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, de la Red de Salud de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, de la Coordinadora Nacional del Foro Abierto de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, impulsora del Foro Regional de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos y directora de la Asociación Gremial de ONG, Acción. En sus contactos hacia el mundo académico, la Casa de la Mujer mantiene excelentes relaciones con la Universidad de Valparaíso, la Universidad de Ciencias de la Educación de Playa Ancha, la Universidad del Mar, y otras instituciones de enseñanza superior, así como con colegios y liceos. El objetivo es incorporar en los currículos formales e informales, la discusión y el diálogo sobre la sexualidad, en tanto elemento importante para prevenir la violencia sexual y como apoyo para mejorar la condición de las niñas.

1) Programa piloto de violencia sexual Entre 1995 y 1996, y a partir del Programa de Violencia de Género desarrollado por la Casa de la Mujer, el equipo decidió iniciar un Programa de Prevención y Atención a Mujeres en Violencia Sexual, en sus manifestaciones de acoso, abuso y violación. Este programa surgió con el propósito de brindar una atención integral a mujeres que vivían situaciones de violencia, a través de la atención terapéutica y legal y la promoción de sus derechos. También incluyó capacitación y sensibilización hacia quienes atendían directamente a las mujeres agredidas. Las características de este programa son su atención multidisciplinaria y su enfoque de género, abordado éste como estrategia para sanar, prevenir y superar las condiciones de subordinación y dependencia de las mujeres.

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11. Esta presentación fue extraída del libro Secretos compartidos, de M. Francia Zuleta, 1999.

En esta perspectiva, se considera importante reeducar a los varones, con el fin de que asuman la responsabilidad masculina en las agresiones sexuales, llevándolos a distinguir claramente los límites entre la seducción y la agresión. El proyecto piloto fue patrocinado por la Secretaría Regional de Gobierno, el Ministerio de Justicia, el Instituto Nacional de la Juventud, la Intendencia Regional, el Servicio Nacional de la Mujer Quinta Región, la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones de Valparaíso y la Secretaría Regional Ministerial de Educación. Para el proyecto de Réplica Nacional, la Casa de la Mujer obtuvo el patrocinio del Ministerio de Educación, siendo éste un buen ejemplo de apoyo entre espacios gubernamentales y no gubernamentales para superar una de las discriminaciones que afectan a las mujeres. Población atendida

El Programa estuvo orientado a mujeres de 14 a 48 años, de escasos recursos, que habían vivido algún tipo de agresión sexual en la niñez o en la adolescencia o que estuvieran viviendo violencia sexual por parte de la pareja. También se consideró a niñas y adolescentes que solicitaran apoyo por una agresión vivida recientemente. Estas últimas constituyeron la mayoría de las demandas. Derivación

La principal fuente de derivación provino de jornadas y talleres de prevención, programas y servicios de salud. Otras mujeres ingresaron al Programa luego de su participación en el Programa de Violencia Doméstica de la organización, donde se detectó la situación de violencia sexual. Capacitación del equipo

Antes de dar inicio a su trabajo, el equipo recibió una capacitación por parte de especialistas en el tema de violencia sexual. Estas pertenecían al Servicio de Asistencia a Víctimas de Agresión Sexual (Savias) que desarrollaba un trabajo de atención a mujeres violadas en Argentina. Luego, el equipo fue desarrollando instancias de discusión teórica y práctica en forma periódica, con el fin de profundizar en el tema, intercambiar experiencias, estudiar casos y elaborar un marco teórico para abordar la atención individual. Ejes de intervención

Desarrolla cuatro ejes de intervención: sensibilización; promoción y prevención; capacitación y sanación. A continuación se describe el de sanación.

2) Eje de sanación La Casa de la Mujer propone una atención integral a mujeres víctimas de violencia sexual. El concepto de integralidad en la sanación se refiere a dos aspectos: a. La atención es multidisciplinaria: se ofrece a las mujeres apoyo psicológico, seguimiento legal o de casos –si se solicita– y una atención terapéutica (individual y grupal, si así lo desea la persona). b. Atención holística: considera la sanación como un proceso integral, en el cual confluyen aspectos corporales, emocionales, cognitivos. El tratamiento de estos tres niveles da origen a un cambio de conducta: de una conducta subordinada, de víctima, a una conducta protagónica.

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3) Ámbito de la atención a) Atención terapéutica individual Es la primera acogida que recibe una mujer que accede al Programa. Tiene una duración de cinco sesiones, en las cuales se inicia el proceso de sanación, que se propone los siguientes objetivos: brindar un espacio sin prejuicios; acoger y contener los sentimientos relacionados con la experiencia de agresión; acoger los sentimientos de culpabilidad, vergüenza y miedo; iniciar un trabajo de autovaloración; reflejar los primeros elementos de protagonismo, a partir de la descripción de los hechos y de lo que ella hizo o sintió al ser agredida. El espacio de atención debe tener las siguientes características: mantener la privacidad, ser silencioso y sin interrupciones. Además, es necesario brindar a la mujer el tiempo necesario para que se exprese. De acuerdo a este equipo, es importante cuidar estos aspectos, imprescindibles en una atención terapéutica con perspectiva de género.

b) Grupos de sanación Luego de la atención individual, se ofrece a las mujeres la participación en grupos de sanación. Los objetivos de estos talleres son que las mujeres reciban y expresen todas las emociones y sentimientos asociados con la experiencia de agresión; identifiquen y cuestionen los elementos (creencias, valores, costumbres y mitos) de la socialización que influyen en sus sentimientos de culpa; compartan con otras mujeres que han vivido una experiencia similar, para que se apoyen, potenciando el proceso de sanación; establezcan una relación emocionalmente sana con su cuerpo y su sexualidad; reciban una orientación legal, que les permita reconocer sus derechos y los aspectos de la ley susceptibles de cambio, como manera de dar inicio a un proceso de reflexión colectiva; desarrollen, corporal e intelectualmente, un estado de alerta frente a situaciones que atenten contra su integridad física y psíquica. Cabe señalar que las mujeres que han vivido situaciones de abuso sexual presentan rechazo por su cuerpo, en la medida en que éste fue tocado y humillado por el agresor. Por esta razón, las profesionales de la Casa de la Mujer destacan la importancia del trabajo corporal, que ocupa un espacio central en el proceso de sanación. Teniendo en cuenta que el logro de la sanación es un proceso, el taller debe tener una duración de, a lo menos, 12 sesiones, con una periodicidad semanal. El número óptimo de participantes es de 6 a 12 mujeres. Otro aspecto a destacar es que, si bien el grupo es un factor fundamental en el proceso de sanación, éste no basta, ya que el proceso es muy largo y depende de la profundidad del daño sufrido, de las características psicológicas de la mujer, de las redes de apoyo con que cuenta y del rol que desempeñe la familia.

c) Atención jurídica Brinda orientación legal sobre el problema, informando a las mujeres sobre sus derechos y la situación jurídica en que se encuentran. Si la mujer se decide a iniciar acciones legales, la Casa asume su patrocinio, comenzando la acción ante el juzgado del crimen pertinente y siguiendo la tramitación del juicio como parte querellante. Del total de mujeres atendidas hasta 1999, menos del 20 por ciento solicitó atención jurídica. Según el equipo, este bajo porcentaje se debe a que muchas de las mujeres fueron tratadas por abusos sexuales ocurridos en su infancia. Por otra parte, hay un número importante de mujeres que, ante las dificultades legales que se presentan, desiste de iniciar una querella. 71

II. Atención orientada a niñas y niños A. Políticas públicas

1. Servicio Nacional de Menores (Sename) 12. Esta presentación fue elaborada a partir de una entrevista realizada a la encargada de Diseño de Programas del Sename.

A partir de 1990, el maltrato infantil, al igual que otros problemas que afectan a la infancia, comenzó a ser abordado desde el Sename,12 en el marco establecido por la Convención Internacional de los Derechos del Niño, a través de propuestas de intervención que evolucionaron desde un modelo sustentado en la doctrina de la irregularidad social a un nuevo paradigma, basado en la protección integral de los derechos del niño y de la niña. De esta forma, se procede a la implementación de proyectos alternativos, especializados en la atención de niños y niñas maltratados/as y sus familias, orientados a proteger a los niños, reparar el daño sufrido y modificar las condiciones asociadas al origen del maltrato. El abuso sexual y el maltrato físico constituyen un delito y son las formas más graves de violación de los derechos de los niños. Por ello, a partir de 1996, el Sename comenzó a desarrollar un marco general de intervención en el ámbito nacional. Se trata de un modelo psicosocial, especializado en la reparación del maltrato infantil grave, incluido el abuso sexual. En general, el Sename entrega recursos en la modalidad de atención niño/día. Sin embargo, estos programas de apoyo especializado son financiados por proyecto. Esto quiere decir que el financiamiento es otorgado por dos años a instituciones colaboradoras, con la posibilidad de optar a nuevos fondos para su continuidad luego de cumplir ciertos requisitos. La postulación para la continuidad se realiza unos seis meses antes del término del proyecto. La selección de las instituciones colaboradoras se hace por concurso. Los proyectos son evaluados, entre otros, según los siguientes criterios: coherencia de la propuesta con las orientaciones del Sename; marco técnico o forma de intervención; metodología utilizada; experiencia de la institución y del equipo en el tema. Para postular a los recursos del Sename, las instituciones colaboradoras deben incorporar a su proyecto de trabajo las orientaciones técnicas definidas por el Servicio, independientemente de las técnicas que se propongan utilizar. Estos principios consideran, entre otros, la protección del niño, el respeto a la Convención de los Derechos del Niño, la integralidad de la atención, la interdisciplinariedad, el trabajo en equipo, el trabajo con la familia y con redes. El programa nacional tiene tres objetivos generales (protección, resignificación de la experiencia abusiva, fortalecimiento de los recursos para el bienestar psicosocial del niño), 9 categorías de indicadores y 19 indicadores. Por ejemplo, para el objetivo egreso o alta debe haber indicadores como estar protegido, en términos de haberse interrumpido el maltrato, de tener una figura que sea capaz de protegerlo, entre otros. Recientemente, como resultado de un trabajo con los equipos de los diferentes programas, se han incorporado los indicadores de logro, los que permiten comparar el funcionamiento de los distintos proyectos. 72

Por otra parte, el Servicio ha creado una metodología que determina los pasos para la intervención. Por último, además de entregar recursos, el Sename proporciona asesoría técnica para las distintas etapas de su desarrollo, incluida la evaluación. Proyectos financiados por Sename

Los primeros proyectos nacieron en 1997. Desde entonces, la experiencia ha mostrado que más del 70 por ciento de los niños o niñas que ingresan a los programas es por abuso sexual. Actualmente, el Sename tiene 15 proyectos en funcionamiento y 14 instituciones colaboradoras. En el momento de la entrevista, había cuatro proyectos en Santiago y uno por región, excepto en la Cuarta, donde había dos instituciones en proceso de postulación. Un aspecto fundamental para la continuidad del trabajo, la estabilidad de los equipos y la sistematización de la experiencia, es la determinación del Sename de seguir invirtiendo en esta problemática a pesar de los costos que implica respecto de otras intervenciones. Equipo

De acuerdo a las especificaciones del Servicio, el equipo debe ser multidisciplinario y, básicamente, el mismo para todos los programas: un director (preferentemente un psicólogo o asistente social con formación terapéutica, ya que es él quien debe orientar la intervención); duplas psicosociales (psicólogo y asistente social); un abogado; un educador (su presencia depende del tipo de intervención). Población atendida por estos 15 programas

La población destinataria de estos programas son niños y niñas. Sin embargo, de acuerdo al enfoque utilizado por cada equipo, también se puede trabajar con los padres y/o con las figuras protectoras de los niños. En términos generales, los proyectos tienen una cobertura de 60 niños en dos años, aunque hay proyectos en Santiago que cuentan con una capacidad mayor de atención. En el ámbito nacional, el Sename tiene una capacidad de atención anual de mil niños, y una capacidad simultánea para 850. En general, la demanda es demasiado alta en relación con las posibilidades de atención, y los programas se ven siempre copados. La mayoría de los casos atendidos es de personas de escasos recursos. Se estima que los sectores alto y medio-alto acuden a clínicas privadas. No obstante, también hay familias de estratos medio-alto y medio que solicitan que el Sename tome parte en las querellas criminales. Evaluación

El Sename cuenta con varias formas de evaluación. Una de ellas, son los informes emitidos por los abogados que trabajan en las direcciones regionales del organismo. Los equipos deben coordinarse con las direcciones regionales que se hacen parte en las querellas. El Sename realiza, en promedio, dos visitas al año, en las que se hace un seguimiento de la intervención y de los casos. Se revisan las carpetas, y se escuchan las exposiciones de los profesionales del equipo sobre los casos atendidos. Además, los equipos realizan dos informes anuales, los cuales debieran constituir una reflexión del trabajo realizado. También se efectúan dos jornadas anuales, una zonal, a principio de año, y una final, en noviembre, con todos los equipos del país. Por último, los programas son supervisados en forma directa por el supervisor regional de Sename. 73

Una dificultad de la evaluación reside en la falta de profesionales, especializados en el tema, con mayor experiencia que la de aquellos que trabajan en los programas. En este sentido, se espera que los indicadores de logro, que están empezando a ser aplicados, darán evaluaciones más concretas y homogéneas. La encargada de Diseño de Programas destaca el trabajo de autocrítica realizado por los equipos respecto de su quehacer, que ha llevado, en general, a un mejoramiento de la calidad de la intervención. De acuerdo a los profesionales del Sename, una de las mayores fortalezas de este proyecto nacional es contar con un programa que permite que la experiencia adquirida pueda ser trasmitida a diversos programas. Los lineamientos básicos, los indicadores de logro, entre otros, permiten comparar las intervenciones, y que cada grupo se sienta parte de un proyecto global, coherente, que se nutre de una retroalimentación constante.

B. Organizaciones que colaboran con Sename A continuación se presentan programas que están siendo desarrollados por las instituciones que reciben financiamiento del Sename, tres en regiones y uno en Santiago.

1. Fundación de Prevención de Violencia Intrafamiliar (Previf) 13. Esta presentación se basa en las entrevistas realizadas a dos miembros del equipo y en la Memoria de 1999 de la Fundación (al momento de la entrevista no se contaba con la de 2000).

Previf es una fundación de derecho privado y sin fines de lucro.13 Fue creada, en 1996, a partir de la Unidad de Terapia Familiar del Hospital Luis Calvo Mackenna. En ese entonces, un grupo de la Unidad de Psiquiatría, que trabajaba con familias, detectó una gran cantidad de casos de maltrato, de violencia física y de abuso sexual, surgiendo, así, la necesidad de un abordaje especializado de estas problemáticas. En octubre de 1998, Previf puso en marcha el proyecto de rehabilitación de maltrato grave “Niño y Futuro”, aprobado por Sename con un financiamiento por dos años. Esto permitió a la Fundación aumentar su planta profesional y ampliar la atención, hasta cubrir la jornada completa de trabajo. El objetivo principal del Centro es el abordaje de casos graves de maltrato infantil, ya sea físico, psicológico o sexual, que se presentan en las familias de menores recursos del área Oriente de Santiago. La misión que Previf se ha propuesto es detener el maltrato, proteger al niño o niña, reparar el daño causado y elaborar, junto a su familia, una nueva forma de relación y de inclusión en la comunidad. La Fundación depende del Servicio Metropolitano Oriente, y tiene como sede el Servicio de Neurología y Psiquiatría del Hospital Luis Calvo Mackenna. Cuenta con una infraestructura adecuada para la atención de los niños y sus familias. En caso de sospecha de maltrato o de abuso sexual, el equipo está capacitado para realizar evaluaciones psicológicas que tienen valor legal ante los tribunales. En el caso específico de 74

abuso sexual, además de la evaluación psicológica, se adjunta un informe médico, emitido por una de las dos ginecólogas del hospital, capacitadas en esta área, y que trabajan en coordinación con Previf (ver capítulo Prácticas médicas de atención y peritaje). Financiamiento

Una parte sustancial proviene del Sename. Sin embargo, este aporte no es suficiente para sostener la carga de trabajo que la Fundación se ha propuesto. Por esta razón, ha buscado el apoyo de municipios y de empresas privadas. Desde 1999, intenta desarrollar un programa de socios colaboradores, a través de aportes mensuales. Perspectiva de trabajo

Previf trabaja con una perspectiva psicosocial-jurídica y un enfoque sistémico. Cuenta con un equipo multidisciplinario formado por psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales y abogados. La atención es gratuita. Derivación

Las derivaciones más numerosas provienen de otros servicios del mismo Hospital Luis Calvo Mackenna (ginecología, traumatología, psiquiatría, entre otros). También se reciben derivaciones de los consultorios de las comunas del área Oriente, de los Cosam, de los colegios, de profesionales de consultas particulares. Algunos casos proceden de los tribunales. La demanda espontánea es prácticamente inexistente. Población atendida

Atiende a la población de las comunas de Macul, Peñalolén, la Reina, Vitacura, Las Condes, Providencia, Lo Barnechea. En 1999, unas 200 familias recibieron atención, siendo la comuna de Peñalolén la que hizo el mayor número de demandas (33 por ciento), seguida de la de Las Condes, con un 14 por ciento. La Reina presentó el menor porcentaje (3 por ciento). El abuso sexual fue la causa de consulta más recurrente (110 casos), seguido por el abuso físico (87 casos). Programa de trabajo

Previf actúa en 3 niveles: área asistencial, investigación y docencia. Esta investigación se centra en el área asistencial.

A) Área asistencial Equipo

Está formado por dos asistentes sociales, tres abogados, un psiquiatra infantil, cinco terapeutas, un neurólogo. En general, los profesionales trabajan entre 12 horas y 15 horas semanales. Sin embargo, el Centro asegura la atención en jornada completa. Etapas de la intervención

Previf distingue dos etapas de intervención: evaluación y tratamiento.

1) Evaluación Busca la confirmación o el descarte de una sospecha de abuso infantil y/o configurar la magnitud de la situación, cuando ésta se confirma. Los resultados de la evaluación permiten 75

conducir intervenciones orientadas a la protección del menor y a la reparación psicológica y social del trauma sufrido. En esta fase se llevan a cabo las siguientes actividades.

a) Entrevista de ingreso La asistente social recibe el caso y recopila información a partir de los datos entregados por el derivante (colegio, consultorio, familia, entre otros). Obtiene, también, una primera impresión sobre la capacidad protectora de los adultos responsables del niño. Entre el momento en que se recibe la interconsulta y la entrevista de ingreso, pueden transcurrir seis a siete días.

b) Presentación del caso en la reunión clínica En presencia de todo el equipo se realiza un análisis y se deciden los pasos a seguir y los profesionales que se harán cargo del caso. Luego de la reunión clínica, el niño recibe una hora de atención.

c) Evaluación del niño Tiene como fin dilucidar la situación abusiva y la magnitud de ésta. Se realiza en sesiones individuales y de grupo.

d) Evaluación de los adultos responsables Se exploran los efectos de la situación abusiva en el adulto, su capacidad protectora, las responsabilidades del abuso; se convoca al adulto a colaborar con la investigación, en beneficio del niño.

2) Tratamiento El requisito para iniciar el tratamiento es que el menor se encuentre bien protegido, es decir, que esté separado del adulto que lo abusa. Esto, muchas veces, es difícil de lograr, especialmente cuando se trata de abuso físico y abuso psicológico. Según la indicación, el niño ingresa a terapia individual (una vez a la semana) o se incorpora a talleres grupales (quincenales). Las sesiones no son necesariamente con la familia, ya que en ciertos casos resulta imposible o contraindicado. En los casos en que es posible, las reuniones con la familia se efectúan en el momento en que se aborda el tema del abuso. Modalidad de talleres

a) Talleres para niños El promedio de atención en esta modalidad es de seis meses a un año (una sesión cada 15 días). Depende de la edad del niño y del tipo de abuso que ha vivido. Una vez en el taller, los niños son evaluados cada dos meses, con el fin de determinar si es posible dar el alta. Para ello, ciertos criterios deben ser cumplidos. Por ejemplo, el niño debe contar con el apoyo de la madre o de algún adulto responsable, estar alejado del abusador, entre otros.

b) Talleres para padres La Fundación desarrolla talleres para padres maltratadores físicos, padres con hijos abusados sexualmente, madres víctimas de violencia. Asistencia legal

Dentro del enfoque psico-socio-jurídico con el que trabaja Previf, se proporciona asistencia legal a las familias que lo necesiten. 76

Seguimiento de casos

Según la situación, existen distintas modalidades de seguimiento. Por ejemplo, si, por razones de cercanía o económicas, un niño es derivado al consultorio de su comuna antes de ser dado de alta, el psicólogo a cargo coordina la derivación con el profesional que lo tomará en la institución de destino. En general, se intenta que la derivación se realice sólo cuando el niño ha sido dado de alta de la situación de maltrato. Por otra parte, cuando se producen situaciones de deserción, la asistente social rescata el caso, a través de visitas domiciliarias o visitas a la escuela. En general, hay una alta tasa de deserción por la problemática misma (negación del abuso por parte de la familia, por ejemplo) o por dificultades económicas. En caso de que la búsqueda del niño resulte infructuosa, la asistente social debe comunicar la situación a las personas responsables de la comuna, informándoles de la existencia de una situación de violencia o de maltrato grave que no se ha resuelto. Perspectivas a futuro

El prestigio que ha ido logrando Previf, en tanto institución de rehabilitación de maltrato grave, ha significado un aumento de la demanda de atención, la que se estima que continuará creciendo. Por esto, el primer objetivo de la Fundación es aumentar la capacidad de atención, manteniendo las características de eficiencia y calidad en el trabajo, sin tener listas de espera, como ha sucedido en años anteriores. Otro objetivo es desarrollar diferentes modalidades de atención. El trabajo que el Centro ha realizado hasta la fecha ha permitido incursionar e investigar distintas experiencias y formas de hacer más eficiente la rehabilitación, lo que se traduciría en lograr un estilo de abordaje propio. El tercer objetivo es transmitir la experiencia lograda y estimular la preocupación por el tema, a través de la participación en cursos, seminarios, capacitación a profesionales y organización de eventos de intercambio profesional.

2. Centro Maihue, Quinta Región Maihue es una organización sin fines de lucro que surge en octubre de 1998, con el diseño y ejecución del proyecto de “Atención Psico-socio-jurídica a Niños y Niñas Víctimas de Maltrato Infantil Grave de la comuna de Valparaíso”. Este organismo tiene su origen en la Corporación de Promoción y Apoyo a la Infancia Paicavi, que aborda la problemática del maltrato infantil desde 1996. Su misión es la promoción, protección y defensa de la infancia, en el marco de la Convención Internacional de los Derechos del Niño; y su objetivo, el desarrollo de programas y proyectos en el ámbito de la prevención y atención psicosocial y jurídica del maltrato infantil. El proyecto actual tiene una duración total de 24 meses, y corresponde al segundo proyecto aprobado por Sename. Financiamiento

El proyecto es financiado en su totalidad por Sename. 77

Trabajo de redes

El Centro Maihue mantiene una fluida relación de trabajo con instituciones gubernamentales, ONG y organizaciones sociales. Entre las primeras se cuentan la oficina Comunal de Violencia Intrafamiliar, el Fondo de Solidaridad e Inversión Social Regional, entre otras. Algunas de las organizaciones no gubernamentales son la Comunidad de Trabajo en Tecnologías Apropiadas (Cotra), el Centro de Estudio, Capacitación y Asesoría Poblacional (CECAP), el Servicio Paz y Justicia (Serpaj). También mantiene contactos con la Unicef. Por otra parte, el Centro está vinculado con organismos de estudios superiores, la Escuela de Psicología de la Universidad Católica de Valparaíso, la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, la Escuela de Servicio Social de la Universidad de Valparaíso, la Escuela de Servicio Social del Instituto Profesional Santo Tomás, lo que le ha permitido contar con alumnado en práctica profesional de las carreras de Servicio Social y Psicología, y poder consultar material bibliográfico. Equipo

El proyecto cuenta con el siguiente equipo de profesionales: coordinador de proyecto (22 horas semanales), psicólogo(s) (55 horas semanales), asistentes sociales (55 horas semanales), abogado (22 horas semanales), secretaria (44 horas semanales), auxiliar de servicio (22 horas semanales), educador (10 horas semanales), contador (10 horas). Población atendida

Está compuesta por niños, niñas y jóvenes y sus familias, afectados por situaciones de maltrato grave, de la comuna de Valparaíso. El proyecto tiene una cobertura de 33 niños/as en atención simultánea, y de 38 durante el período de dos años cubierto por el financiamiento. En su mayoría, los niños o niñas son derivados desde los tribunales (de menores y del crimen, CDT ambulatorio, Servicio Médico Legal). Desde su apertura, en octubre de 1998, hasta el año 2000, sólo ha tenido un 5 por ciento de deserción.

1) Ámbito de la atención El horario es de lunes a viernes, entre 9 y 18 horas. La atención está dada por una dupla psicosocial y una abogada; en promedio, el tiempo transcurrido desde el momento del ingreso del niño o niña hasta la primera entrevista, es de una semana. Tipo de tratamiento

El Centro incorpora terapia individual, grupal, intervención familiar, terapia con la madre o adulto protector, talleres socioeducativos con las madres y trabajo en red. Los niños o niñas son atendidos una vez a la semana durante los primeros seis meses y, posteriormente, se evalúa la pertinencia de sesiones quincenales. Fases de la intervención

Algunos de los principios fundamentales para la intervención, en sus diferentes fases, son tomar en cuenta los recursos del niño o niña y su familia y de la comunidad; considerar a los niños y niñas y a sus familias como sujetos activos y capaces de construir y colaborar con el proceso de intervención; favorecer la participación de los niños y niñas y sus familias; incorporar la modalidad del trabajo en red en las diferentes fases de la intervención. 78

a) Ingreso o calificación De una duración de dos semanas aproximadamente, está orientada a calificar la existencia de maltrato infantil e identificar el nivel de riesgo para los/as implicados/as. Las principales actividades son la entrevista preliminar, a cargo del o de la profesional de turno, contacto con la institución derivadora (si la hay) y la entrevista de ingreso; estas dos últimas son de responsabilidad de la dupla que abordará la situación.

b) Diagnóstico psicosocial y legal A cargo de la dupla psicosocial, de la abogada y de la educadora (de unos tres meses de duración) se le considera una actividad única, dinámica, integral, participativa; de tal modo que favorece la generación de un marco conceptual comprensivo respecto de la situación del niño o niña, de la configuración familiar, de las potencialidades y debilidades de la familia y del entorno. En ella, los profesionales y la familia definen la situación a abordar, las variables individuales, familiares y contextuales.

c) Elaboración del Plan de Tratamiento Individual (PTI) Una vez finalizado el diagnóstico, los/as profesionales devuelven a la familia los antecedentes y acuerdan con ella las principales acciones a seguir. Este acuerdo se traduce en el PTI, que es un proyecto de cambio, para el niño/a y su referente significativo, la familia. La aplicación del PTI está siempre sometida a evaluaciones, tanto del equipo como del niño o niña y su familia, permitiendo el rediseño de estrategias y de actividades específicas, de acuerdo a los requerimientos de cada situación. Participan en esta etapa, en forma directa, la dupla psicosocial y la abogada y, en forma indirecta, todo el equipo, ya que los PTI son discutidos en reuniones de equipo. El niño o niña es citado una vez a la semana.

d) Reparación En esta etapa (de una duración de 12 meses, aproximadamente), en la que participan la dupla psicosocial, la abogada, la educadora y profesional de apoyo (psiquiatra), se desarrollan las diferentes acciones acordadas en el PTI. Sus objetivos fundamentales son interrumpir el maltrato, resignificar las situaciones abusivas y fortalecer los vínculos protectores que contribuyan a evitar la reiteración del maltrato en el corto y mediano plazo, colaborando al establecimiento de mejores condiciones en el contexto familiar y social. Se aplican modalidades de trabajo individual y grupal, tanto para los niños y niñas como para los adultos/as significativos. El trabajo grupal tiene por fin fortalecer, por un lado, los contenidos desarrollados en la terapia individual y familiar y, por otro, potenciar el autocuidado y/o protección. En caso de ser necesario, con el objetivo de resguardar su seguridad, se separa al niño/a de su grupo familiar, preferentemente bajo el sistema de colocaciones familiares. Los niños y niñas son citados, como promedio, una vez a la semana, al igual que el adulto significativo. En este período, se realizan visitas domiciliarias y entrevistas a terceros.

e) Egreso Corresponde al momento en que concluye el tratamiento, ya sea porque se han logrado los objetivos mínimos del PTI, o la intervención ha sido interrumpida por parte del niño/a y su familia por diversos motivos.

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f) Seguimiento Se considera que el período de seguimiento debiera ser de tres meses. Su finalidad, por medio de entrevistas con el equipo tratante, visitas domiciliarias, contacto con terceros, es confirmar la mantención de los cambios en el corto y mediano plazo. Cumplida esta etapa, se entenderá terminada la intervención y se produce el cese de la relación terapéutica.

2) Evaluación Se contempla una evaluación de carácter mixto: cualitativo y cuantitativo. La evaluación, tanto de resultados (avances obtenidos por los beneficiarios en la intervención psicológica, social y judicial) como de procesos (recursos, calidad del servicio, satisfacción de los beneficiarios, actividades de formación, entre otros), se realiza en tres momentos: a. Antes: ocurre al momento del ingreso de los casos, y corresponde a la fase de diagnóstico ya explicada. b. Durante: realizada en el momento medio del proceso, intenta proporcionar antecedentes relevantes del curso de la intervención, así como de posibles modificaciones que afectan la planificación diseñada. c. Después: intenta entregar información relevante acerca del cumplimiento de los objetivos marcos del proyecto en cada situación particular, una vez que el proceso de intervención ha concluido. Por otra parte, dos meses después del alta del caso, se realiza una evaluación de impacto (seguimiento), que permite entregar información respecto de la mantención, ampliación o deterioro de la situación problema.

3. Esperanza de Niño, Novena Región

14. Esta presentación fue extraída de un documento enviado por el Centro Esperanza de Niño.

El Proyecto Esperanza de Niño tiene una población objetivo formada por 65 niños y sus familias. Actualmente, mantiene atención simultánea a 50 niños y niñas, de entre 0 y 17 años 11 meses, que han sufrido maltrato grave, y a sus respectivos grupos familiares.14 El proyecto inició sus funciones en diciembre de 1998, luego que el equipo de profesionales de la Clínica Psicológica, dependiente del Departamento de Psicología de la Universidad de La Frontera de Temuco, presentara una propuesta de intervención a la licitación convocada por Sename, con el fin de implementar un Proyecto de Atención y Reparación de Maltrato Infantil Grave. Para tal objetivo, se coordinó con la Corporación Acción para el Desarrollo Humano (Corpadeh), instancia sin fines de lucro cuyo objetivo se relaciona con el desarrollo de las personas y comunidades en condiciones de desventaja social y económica. El programa, en una primera etapa, se focalizó en la provincia de Cautín, Novena Región de La Araucanía, concentrando su atención especialmente en la comuna de Temuco, y cubriendo además, las de Padre Las Casas, Lautaro, Perquenco, Vilcún, Nueva Imperial, Carahue, Pitrufquén, Gorbea, Cunco, Galvarino, Victoria, Puerto Saavedra y Loncoche. A partir de diciembre del 2000, se encuentra ejecutando una segunda etapa de dos años. El objetivo general es brindar atención psicosocial-comunitaria, sociojurídica y psicoterapéutica, orientadas a reparar el daño provocado por el maltrato físico grave y/o por el abuso sexual, garantizando la protección del niño o niña, facilitando el proceso de resignificación de la 80

experiencia abusiva, y fortaleciendo los recursos necesarios para su bienestar psicosocial, en lo posible, en el contexto familiar y social comunitario en el que se desenvuelve, considerando como territorio las comunas de Temuco, Padre Las Casas y Pitrufquén. Financiamiento

Además de los recursos del Sename, el proyecto se beneficia de la colaboración existente entre la Corpadeh y la Universidad de La Frontera. Equipo

Constituido por una directora (jornada completa), dos asistentes sociales (jornada completa), dos educadores (jornada completa), cuatro psicólogos (media jornada);, un abogado (media jornada), una secretaria (jornada completa), un auxiliar (jornada completa), un administrativo contable (media jornada). Además, se cuenta con una asesora técnica, docente del Departamento de Psicología. En la segunda etapa, se ha incorporado a una alumna en práctica de Educación Diferencial, con el fin de apoyar los niños o niñas que lo necesiten. Cada integrante del equipo formó parte, previamente, de proyectos o programas que abordan, con diversos matices, el problema de la violencia intrafamiliar y del maltrato infantil. Todos comparten un entrenamiento teórico y práctico en los temas de maltrato y abuso sexual. La mayoría, además, ha formado parte de equipos vinculados a la red Sename. Modelo de intervención

Dos perspectivas teóricas15 se asumen como ejes orientadores para el abordaje de la familia: el modelo ecosistémico y las teorías del vínculo y del apego.

A) Ejes de la intervención El concepto de “bien superior del niño” constituye el eje en torno al que gira toda la intervención, por lo que, en un contexto coactivo, la intervención sobre la familia y sobre el niño son fundamentales. Así como el fenómeno del maltrato infantil es multicausal e implica diversos niveles interdependientes, la intervención busca dar cuenta de estos niveles, especialmente de los que resultan más operativos. a. A nivel sociocultural: toma en cuenta la identidad étnica, la cultura de origen de la familia atendida, así como los recursos comunitarios con los que cuenta. Supone también la sistematización, investigación, capacitación en el tema, la promoción del debate, enfatizando aquellas acciones que permitan devolver al espacio público la discusión y la toma de decisiones sobre el tema. b. A nivel comunitario: procura poner al alcance de la familia los recursos comunitarios e institucionales, que le permitan satisfacer sus necesidades básicas. Otras estrategias complementarias que permiten potenciar, articular y movilizar los recursos institucionales para la protección del niño son la intervención en red y la práctica en red. c. La intervención sociojurídica: tiene por objeto lograr la interrupción de las situaciones de maltrato. Con tal propósito, se reúnen, se analizan y se preparan los antecedentes necesarios para la presentación de querellas criminales por parte de Sename. 81

15. Respecto de las distintas perspectivas teóricas que abordan la problemática de la violencia doméstica, véase Gutiérrez et al., Relaciones posibles e imposibles. Sistematización de un Programa de Intervención en Violencia Doméstica, Casa de la Mujer de La Morada, 1994.

d. A nivel del niño y su familia: los objetivos se refieren a lograr vínculos positivos entre el niño y la familia de origen. La intervención se orienta al cuestionamiento de la dinámica abusiva y a aportar nuevos marcos comprensivos y generar cambios en los patrones relacionales. La intervención psicoterapéutica en el ámbito individual se ha realizado, en su mayor parte, con niñas de 8 a 16 años de edad, víctimas de abuso sexual, y, en menor medida, con niños víctimas de maltrato. Los principales objetivos terapéuticos son favorecer la expresión verbal de la experiencia traumática, favorecer el reconocimiento de la situación de abuso y/o maltrato, favorecer el reconocimiento de la condición de víctima de una situación abusiva. La intervención psicoterapéutica en el ámbito grupal puede tener como grupos objetivo a niños víctimas de maltrato y a padres que lo han producido. Estos últimos aprenden a compartir sus sentimientos, descubren que tienen cualidades y habilidades, y que se puede dar una relación de apoyo mutuo con otros padres. Para los niños, este tipo de intervención aborda la identificación de los sentimientos, y, en particular, los relativos a la experiencia de abuso; indaga sobre eventuales sentimientos de culpa o de autoresponsabilización; procura la expresión y la elaboración de los sentimientos producidos por el maltrato (abuso sexual), y la identificación de vínculos protectores.

1) Fases de la intervención El proceso de intervención se divide en fases que poseen distintos objetivos y tiempos determinados; desde la calificación del caso como sujeto de atención de este proyecto hasta el seguimiento posterior al egreso. Ellas son:

a) Calificación de la situación de maltrato Destinada a determinar la existencia de maltrato físico grave y/o de abuso sexual infantil, a evaluar la gravedad del daño en el niño y su grupo familiar, y a determinar el nivel de riesgo para el niño y/o para otros menores integrantes del grupo familiar.

b) Ingreso El caso se asigna a un o una psicólogo/a, una asistente social y un/a educador/a. Cuando el niño es derivado desde otra institución, se abre un espacio formal en el cual los profesionales derivadores presentan la familia al equipo del proyecto, con el fin de redefinir la intervención que se estaba realizando con la familia.

c) Diagnóstico psicosocial, comunitario y sociojurídico El equipo considera el diagnóstico como un proceso permanente y transversal a toda la intervención psicosocial. Esta fase (de una duración de dos meses, aproximadamente) se orienta a obtener mayor información respecto del estado emocional del niño o niña y de la situación de las familias en relación a la dinámica interna y de las redes de apoyo. Este diagnóstico facilita la formulación del Plan de Tratamiento Individualizado. En esta fase se completa una ficha de diagnóstico psicosocial y se elaboran informes técnicos destinados a los Tribunales de Justicia, al sistema escolar, a los sistemas de protección, a los centros de salud, entre otros. A la familia y al niño o niña se entrega información básica acerca del estilo de funcionamiento del Centro, de sus redes de apoyo, y sobre temas relacionados con la intervención. Esta actividad se mantiene durante toda la intervención. 82

d) Plan de Tratamiento Individualizado En esta etapa, los profesionales se plantean hipótesis de trabajo con respecto a los objetivos marco del programa. Para cada objetivo marco se postulan tres ámbitos de intervención: sociojurídico, psicosocial-comunitario y psicoterapéutico. En cada uno de ellos, se plantean objetivos de intervención, se explicitan los resultados esperados en términos de indicadores de logro y de operaciones observables para cada objetivo; de tal manera se facilita la evaluación que se realizará en el cuarto, décimo y decimosexto mes. Los objetivos y las actividades son presentados a la familia, la que se compromete a la intervención junto a los profesionales a cargo del caso, a través de la firma de un contrato terapéutico. Si la familia no está dispuesta a trabajar con el proyecto y si existe la necesidad de velar por el interés superior del niño o niña, los profesionales firman un contrato con otros referentes significativos cercanos al niño o niña.

e) Tratamiento individualizado Para iniciar esta fase, se debe haber logrado la protección del niño o niña, vale decir, la interrupción de las agresiones, el reconocimiento de la situación de maltrato y la existencia de condiciones seguras.

f) Acciones del tratamiento a. Ámbito sociojurídico: se busca mantener la protección del niño o niña mediante medidas legales. b. Ámbito psicosocial-comunitario: la intervención en este ámbito procura una intervención en redes. c. Ámbito psicoterapéutico: el apoyo psicoterapéutico se presenta durante todo el proceso y puede ser llevado a cabo en diferentes modalidades.

2) Pasos del proceso a) Intervención en crisis La develación de la situación abusiva provoca una crisis al interior del grupo familiar. En este momento es importante realizar contención emocional individual y/o familiar, orientación e información a la familia.

b) Psicoterapia a. Psicoterapia individual: se dirige principalmente al niño o niña víctima. En ciertas situaciones, es necesario realizar procesos individuales para la figura adulta, en los cuales se busca potenciar sus capacidades protectoras. b. Psicoterapia familiar: la psicoterapia familiar y/o de pareja busca modificar las pautas relacionales que llevan implícitos comportamientos violentos y/o abusivos. La duración de la psicoterapia varía en cada una de las modalidades (individual y familiar) y depende de los objetivos que se hayan planteado en la elaboración del PTI. Sin embargo, no debería durar menos de ocho meses.

c) Talleres grupales La frecuencia de las sesiones grupales es quincenal, y se trabaja con 8 a 12 participantes. Cada grupo es facilitado por dos profesionales, siendo uno de ellos psicólogo.

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Los talleres están orientados a brindar una mayor cobertura de intervención, evitar patologizar la condición individual y propiciar la creación de vínculos afectivos con el grupo de pares. Esto se propone como estrategia no sólo con los niños beneficiarios, sino también con las figuras parentales, para hacer una revisión colectiva sobre sus prácticas de crianza.

d) Egreso Momento en que concluye el tratamiento, cuando el equipo evalúa que los objetivos planteados en el PTI se encuentran logrados total o parcialmente, y que la protección del niño o niña se encuentra asegurada totalmente.

e) Seguimiento Durante esta fase (tres meses), el equipo evalúa la mantención y la estabilidad de los cambios,de modo de garantizar la permanencia de condiciones mínimas que aseguren la protección del niño o niña. Para realizar el seguimiento, es necesario una planificación que contemple objetivos, acciones y profesionales responsables para su ejecución. Esto es realizado por los tres profesionales en espacios de coordinación interna.

B) Fortalezas y obstáculos Fortalezas

a. Estructura de la organización que facilita el buen clima laboral: cohesión grupal, dinámica de colaboración entre los miembros, liderazgo y organización adecuados, buen clima laboral. b. Recursos humanos comprometidos y con experiencia: equipo interdisciplinario y mixto (hombres y mujeres), nivel de experiencia homogénea, poca rotación profesional. c. Validación del equipo y su gestión a nivel nacional y regional: inserción universitaria, buena relación con Sename Nacional, validación del equipo. Obstáculos

a. Desde la institución financiadora: reducción del presupuesto, reestructuración del programa maltrato, lo que implica una menor cantidad de supervisiones al proyecto. b. Desde el sistema judicial: dificultades para implementar, en la práctica, acciones relativas al interés superior del niño, vigentes en Chile a partir de la firma de la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

4. Centro Ayún, Undécima Región

16. La presentación de este Centro fue extraída de un documento enviado por su directora para este estudio.

El Centro Ayún (lugar donde alumbra el sol, en lengua mapuche) es un centro especializado en reparación de maltrato grave y abuso sexual. Su origen remonta a mediados de 1997, cuando el Centro de Estudios y Promoción Social (Cenpros) decidió aceptar la invitación de Sename para elaborar una propuesta de trabajo con niños y niñas que presentaran tales abusos. Hasta la implementación del Centro Ayún, en 1997, no existía ningún organismo en la Undécima Región abocado a trabajar casos de maltrato infantil y abuso sexual.16 84

El interés de Sename de contar con una instancia dedicada a atender esos casos, residía en que, de acuerdo a estudios efectuados en 1996, en las comunas de Coyhaique y Puerto Aysén había una tasa de 34,8 denuncias por cada 10 mil niños, siendo la más alta del país. La media nacional alcanzaba un valor de 19,7 denuncias. El Centro Ayún se encuentra en el tercer proyecto de continuidad, que se prolongará hasta noviembre del 2003. Se inserta en las comunas de Coyhaique y Puerto Aysén. Su accionar se fundamenta en un enfoque sistémico, con una intervención interdisciplinaria. El objetivo general es contribuir a reparar el daño provocado en niños y niñas víctimas de maltrato físico grave y/o abuso sexual, a través de la protección y del fortalecimiento de los vínculos potenciadores del bienestar psicosocial del niño en su contexto familiar y social. Financiamiento

El Sename aporta cerca del 93 por ciento de los recursos totales del proyecto. Funcionamiento

El Centro presta atención en jornada completa, de lunes a viernes. Los martes, miércoles y jueves se destinan para la atención de casos. Población atendida y cobertura de atención

Se considera sujeto directo de atención de este Centro, al niño o niña menor de 18 años, víctima de abuso sexual en todas sus formas y/o maltrato físico de carácter grave, menos grave y “leve con lesiones visibles y cuya agresión representa una situación de alto riesgo para la salud o integridad física y psicológica del niño”. De acuerdo a la experiencia del Centro, el 80 por ciento de los casos que ingresan es por abuso sexual. Casi la totalidad trae asociado maltrato físico, psicológico y negligencia. El otro 20 por ciento corresponde a maltrato físico grave o menos grave con factores de vulnerabilidad. Para los dos años de duración del proyecto, se estima que se atenderán 60 niños/as y sus familias; de este número, 45 atenciones deben hacerse en forma simultánea. El 69,2 por ciento es de sexo femenino, en tanto que el 30,8 por ciento es masculino. Equipo

Compuesto por una directora administrativa; una supervisora técnica (psicóloga), un abogado a media jornada, dos psicólogos, dos asistentes sociales, un educador (sociólogo) a media jornada, un sistematizador (sociólogo) a media jornada, un psiquiatra (según demanda), un neurólogo (según demanda), una supervisión externa (según demanda), un contador, un secretario, un auxiliar-chofer.

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Fuentes de derivación

Vías de ingreso al Centro Ayún Institución

Porcentaje

Sename Dirección Regional

27,9

Red Sename (excepto CDT)

16,3

CDT ambulatorio

14,0

Salud

14,0

Tribunales

14,0

Demanda espontánea

11,6

Educación Total

2,3 100

Ámbito de la atención

El tratamiento dura 18 meses, en promedio.

A) Tipo de intervención Si bien la aproximación teórica sobre el diagnóstico y tratamiento del maltrato infantil tiene un énfasis más bien sistémico, el abordaje psicológico tiene un carácter pluralista y multiparadigmático. Así, la selección y utilización de técnicas de diagnóstico y psicoterapéuticas recoge aportes de diversas corrientes (cognitivista, constructivista, gestáltica y psicoanalítica). El abordaje terapéutico especializado es un elemento más de la intervención en maltrato, importante y necesario en sí, ya que se trabaja directamente con la víctima, pero no suficiente para alcanzar un nivel de reparación que implique la integración adecuada de la víctima a la sociedad y la interrupción definitiva de su ciclo de transmisión transgeneracional.

1) Fases de la intervención a) Calificación Se determina si el niño o niña es sujeto de atención para el Centro, de acuerdo a la existencia y tipo de maltrato o abuso, la gravedad y el nivel de riesgo.

b) Ingreso Tras concretar el ingreso, el equipo analiza los antecedentes para orientar la búsqueda de nueva información, decidir respecto de la necesidad de tomar medidas de urgencia para la protección del niño o niña y designar la dupla responsable de la atención. Además, se da a conocer al niño o niña y al referente significativo, las funciones, objetivos y modalidad del trabajo psicosocial. En este momento, se cita a la primera entrevista social.

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c) Diagnóstico El diagnóstico se realiza a tres niveles: a. Nivel individual del niño o niña: la dupla a cargo del caso identifica las características de la situación de maltrato, los factores asociados a ésta y las consecuencias físicas, emocionales y conductuales que presenta el niño. La psicóloga evalúa el nivel intelectual, los recursos emocionales del niño o niña, el nivel de conciencia del abuso o del maltrato, sus pautas relacionales, los mecanismos de defensas y la sintomatología. El educador evalúa aspectos relacionados con el ámbito socioescolar del niño, su adaptabilidad social y su forma de relacionarse con sus pares, el rendimiento escolar y la percepción de sus profesores, conducta y comportamiento. Paralelamente, la asistente social recopila antecedentes de salud del niño. b. Nivel familiar: la asistente social establece una evaluación social de la familia o grupo de referencia del niño. Además, junto a la psicóloga, realiza un diagnóstico de la familia. Un aspecto importante es la investigación de la existencia de abuso o maltrato en otros miembros de la familia, especialmente en hermanos u otros niños. c. Nivel sociojurídico: el abogado del caso investiga antecedentes y realiza una pequeña síntesis de lo hecho a nivel jurídico y de las posibles gestiones a efectuar en torno a la protección del niño. En esta fase el psiquiatra y el neurólogo desempeñan un rol de apoyo al proceso de diagnóstico del niño o niña y de su referente significativo.

d) Elaboración del Plan de Tratamiento Individualizado En la construcción del PTI se considera la participación del niño o niña, la que se mantendrá a lo largo de todo el proceso, a través de la toma conjunta de decisiones que afecten su vida, su presente y su futuro. En la elaboración de los planes de tratamiento participa la totalidad del equipo, con el fin de someter a discusión los principales objetivos de cambio y de obtener una mirada integral de los distintos enfoques que abordarán la problemática del niño.

e) Tratamiento Consiste en la puesta en práctica de las acciones establecidas en el PTI, las que contemplan las áreas legal, social, psicoterapéutica y educacional. En esta fase se firma un contrato terapéutico con el referente significativo del niño, cuyo objetivo es favorecer su compromiso y su participación en la intervención. a. Área legal: su principal objetivo es la formalización de acciones judiciales dirigidas a la protección del niño o niña. b. Área social: en dupla con el psicólogo/a, la asistente social se encarga de apoyar el aprendizaje paulatino, por parte del referente significativo, de pautas alternativas a la violencia, y de dar espacio al desarrollo de herramientas protectoras, para asegurar un ambiente seguro y estable para la niña o niño. Interviene, además, en otros contextos, con el fin de asegurar la protección y un ambiente contenedor y favorable para el desarrollo y mantención de cambios en la calidad de vida del niño o niña. c. Área educacional: el educador coordina acciones para atender las necesidades del niño o niña, de los profesores, orientadores y directores de colegio, y prepara el con87

texto escolar para acoger las dificultades presentadas, tanto a nivel de rendimiento escolar como de aspectos conductuales y emocionales. d. Área psicológica: destinada a contribuir a la reparación psicológica del daño causado por el maltrato y/o el abuso, está presente durante todo el proceso. La principal actividad es la intervención psicoterapéutica en la niña o niño y su familia o en el referente significativo.

2) Pasos del proceso a) Intervención en crisis Apunta a la familia y al niño por separado, como una manera de aliviar el “trauma secundario”, los conflictos familiares y el estrés ambiental que se vive luego de la “apertura o develación”. El apoyo psicológico se extiende a los adultos significativos.

b) Integración de los padres o referente significativo al tratamiento Existen cinco aspectos fundamentales en esta fase de intervención: proveer un soporte emocional que promueva la expresión de emociones; entrega de modelos positivos de parentalidad; resolución de conflictos interaccionales; desarrollo del insight; desarrollo y reconocimiento de recursos personales y de protección, a partir de la redefinición de sí mismo/a. El Centro ha realizado talleres grupales y terapia individual con madres de niñas o niños abusados y/o maltratados. En ambos casos, el objetivo apunta a los factores antes señalados, además de significar un espacio de contención para estas mujeres que, frecuentemente, han sido víctimas de abusos en la infancia y de violencia intrafamiliar en sus hogares. El grupo de madres es cerrado; el número de integrantes varía entre 6 y 10 participantes y la frecuencia es semanal durante dos meses y medio, aproximadamente. Respecto del maltrato físico, se trabaja con padres y madres que tienen buena disposición a la intervención y ciertos recursos para la psicoterapia.

c) Psicoterapia dirigida al niño en forma individual El tipo de tratamiento depende de la edad del niño o niña, de sus necesidades específicas, de la severidad del daño, de su capacidad de verbalización y de la disponibilidad de fuentes de apoyo en su ambiente.

d) Fases del proceso psicoterapéutico Se trabaja desde el significado que el niño o niña da a sus vivencias para luego contribuir a su resignificación. Algunas de estas fases son: a. Fase de crisis, donde se enfrentan las consecuencias de la apertura antes mencionada. b. Compromiso con el proceso de reparación. c. Recuerdo de la experiencia traumática y sentimientos asociados a ella (sensaciones corporales, reacciones físicas, sentimientos ambivalentes, entre otros). d. Confiar en las propias percepciones y en la sensación de daño experimentada. e. Reconocer el daño, los síntomas y los recursos desarrollados para enfrentar y sobrevivir a la situación. f. Romper el silencio, contarle a otros lo que sucedió, en forma cautelosa y minuciosa.

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Psicoterapia grupal

Los grupos se constituyen con 8 a 12 niños y niñas, que se encuentran en la misma etapa de desarrollo y han tenido un espacio terapéutico individual previo. El grupo es de carácter cerrado, dura alrededor de dos meses y medio, con una sesión semanal. La modalidad de trabajo es vivencial y experiencial. Sesiones en conjunto con el niño o niña y el referente significativo

Algunos de los objetivos de esta etapa son el ensayo de las pautas relacionales no violentas aprendidas; que el niño/a logre transmitir, sin temor y con bases en una relación sólida, diferentes sentimientos que han surgido del abuso y se han ocultado a través del tiempo (del mismo modo, se requiere que el adulto esté preparado para contener y tolerar estos sentimientos del niño); el logro de un acercamiento emocional entre ambos; el desarrollo de otras formas de comunicación no verbales.

e) Egreso Se produce cuando se considera concluida la intervención psicosocial, y, tras una evaluación, se define el nivel de logro de los objetivos propuestos en cada PTI.

f) Seguimiento Su principal objetivo es constatar la mantención de los resultados obtenidos tras el proceso de intervención y del egreso definitivo. Esto se realiza mediante visitas domiciliarias, entrevistas, visitas a instituciones y organismos en los que el niño o niña está inserto. Esta etapa está a cargo de la asistente social, sin desmedro de considerar la participación del educador. Además, la psicóloga de cada caso cita al niño o niña a entrevistas esporádicas, cuya frecuencia irá disminuyendo paulatinamente. El Centro informa sobre la situación de egreso definitivo del niño o niña a la Dirección Regional del Sename, al tribunal, escuela, hogar de protección y otras instancias pertinentes. En definitiva, se les informa sobre los objetivos logrados, los no logrados y aquellos aspectos que pudieran constituirse en posibles situaciones de riesgo.

3) Evaluación del trabajo El Centro Ayún ha desarrollado un modelo de evaluación concordante con las orientaciones generales del Sename en materia de programas de maltrato, que le permite desarrollar un proceso decisional que facilita ajustar el diseño de intervención, la planificación de los procesos de capacitación, la generación y unificación de los criterios de calidad y la validación de instrumentos, entre otros.

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III. Conclusiones De acuerdo a este estudio preliminar, se constata la existencia de una gran diversidad de centros abocados a la atención de niños/as afectados/as tanto por violencia física y psicológica como por abuso sexual. La preocupación por darles atención integral proviene de organizaciones privadas y públicas, a través de políticas gubernamentales. A partir de 1990, el maltrato infantil, dentro del cual se incluye el abuso sexual, comenzó a ser abordado desde el Servicio Nacional de Menores –en el marco establecido por la Convención Internacional de los Derechos del Niño–, mediante la implementación, en todo Chile, de centros especializados en la atención de niños maltratados y de sus familias. No obstante lo anterior, estos centros aún no son suficientes para satisfacer la gran demanda de atención.

17. De acuerdo al estudio realizado por el Centro de Análisis de Políticas Públicas de la Universidad de Chile, Detección y Análisis, Prevalencia de la violencia intrafamiliar, de un universo de 2.721 mujeres de entre 15 y 49 años, el 34 por ciento había sufrido violencia física y/o sexual, mientras que el 16,3 por ciento había experimentado violencia psicológica (Urzúa et al.).

En lo que concierne a las mujeres, a pesar de la alta tasa de víctimas de violencia sexual, en la niñez o en la edad adulta,17 la oferta pública y privada de atención es casi inexistente. Es más, varios de los centros presentados en esta guía se vieron obligados a cerrar la atención psicológica y a reducir su accionar, debido al cambio de política de financiamiento de los organismos que, históricamente, han sostenido estas iniciativas. En general, la mayoría de los centros para mujeres presentados en este estudio han desarrollado una metodología de abordaje de la violencia psicológica y/o física, sin incluir necesariamente uno específico del abuso sexual. Esto, a pesar de que en los últimos años, gracias a la apertura del tema en la sociedad en general, se ha visto un aumento de mujeres que relatan situaciones de violencia sexual, ya sea en la niñez o en la relación de pareja actual o pasada. En general, los profesionales de los centros refieren que la violencia física y psicológica va acompañada de violencia sexual, por lo que resulta fundamental contar con una metodología y con conocimientos específicos sobre ésta. Si a esto se agrega el hecho de que son las mujeres y las niñas las más afectadas por la violencia en todas sus formas, y que, en general, pertenecen a los sectores más desfavorecidos de la población, se constata que la mujer es víctima de una discriminación que la vuelve más vulnerable aún, puesto que no cuenta con un sistema de apoyo efectivo que le permita ejercer sus derechos y reclamar una atención especializada en las áreas que la afectan. Da la impresión de que, en nuestra sociedad, la mujer accede a servicios de salud no tanto como sujeto autónomo, sino más bien como madre y mediadora de la familia. Esta tendencia se vio confirmada en el discurso pronunciado por el Presidente Ricardo Lagos en el Día Internacional de la Mujer, en el cual dio prioridad a la atención de la mujer embarazada, dejando de lado la problemática de la violencia sexual que, como es sabido, afecta principalmente a las mujeres. En este sentido, resulta prioritario que las mujeres adolescentes y adultas puedan contar con una atención que no esté vinculada únicamente al ejercicio de la maternidad, sino también a problemáticas que las afectan en tanto seres humanos integrales: salud mental, salud de la tercera edad, sexualidad, maltrato en todas sus formas, por nombrar algunas. Ahora bien, tal como lo muestran diversos estudios, la violencia es un fenómeno que, en general, tiende a repetirse de una generación a otra, por lo que es fundamental ofrecer una 90

atención especializada a las personas que lo soliciten. Al respecto, en este estudio se constata que los centros de atención infantil están asumiendo una pequeña parte de esta población adulta que, en principio, por la repetición que se da de generación en generación, también pudo haber sido afectada. Esta idea surge del planteamiento terapéutico, descrito por la mayoría de los equipos, según el cual la atención infantil incorpora la atención de los padres o referentes significativos, proponiendo, por ejemplo, talleres para padres y madres o terapia individual o grupal para madres, cuyo objetivo apunta a proporcionar un soporte emocional, entregar valores positivos de parentalidad, y realizar un reconocimiento de los recursos personales. Obviamente, no corresponde a estos centros cubrir una demanda que debiera ser abarcada por otras instancias. La atención propuesta en estas condiciones podría ser vista como una oportunidad, pero en ningún caso es suficiente para que el adulto trabaje en profundidad su problemática. Además, sólo consideraría a las personas cuyos hijos han sufrido algún tipo de violencia, quedando, así, la gran mayoría de las personas afectadas fuera de la posibilidad de recibir apoyo terapéutico. En cuanto a los modelos de intervención, tanto los centros orientados a la atención infantil como a la adulta desarrollan propuestas bien fundamentadas teóricamente, con un circuito claro de atención, con profesionales comprometidos con el tema y con la institución, en una constante búsqueda de perfeccionamiento. En este punto, es necesario distinguir el funcionamiento y planteamiento teórico de los centros de atención infantil de los de atención adulta. La mayoría de los centros de atención infantil, tanto en Santiago como en regiones, explica el maltrato y el abuso sexual a partir de la teoría sistémica, y plantea una intervención especializada en violencia con una mirada psico-socio-jurídica. Para ello cuentan con equipos multidisciplinarios formados, entre otros, por psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales, educadores y abogados. Estas propuestas de intervención se inscriben en el paradigma de protección integral, poniendo énfasis en la calidad de la intervención e intentando focalizar los recursos de un modo eficiente y eficaz. Por otra parte, intentan fortalecer una política de intersectorialidad y de coordinación; promueven una atención abierta, inserta en el espacio comunitario del niño o niña, intentando garantizar su derecho a ser y a desarrollarse en la familia. Por último, se resalta la importancia de la evaluación y de la sistematización del proceso de intervención. Respecto de la atención a adultos, se entrevistó a profesionales de cinco instituciones privadas y públicas, en Santiago, con propuestas diferentes de intervención (CAVAS, Domos, La Morada, Cosam, Centro de Atención y Prevención en Violencia Intrafamiliar de la Municipalidad de Santiago). Estos centros coinciden en ofrecer una atención integral de tipo psicosocio-jurídico. No obstante, la propuesta terapéutica varía. De estos centros, sólo CAVAS ofrece una atención terapéutica especializada en violencia sexual a mujeres, niños y niñas, a partir de un enfoque victimológico. Este centro ofrece atención terapéutica individual con profesionales de diversas corrientes psicológicas. Hasta el momento, CAVAS no cuenta con terapia grupal. Domos18 ofrece atención a adultos, centrada en violencia doméstica y basándose en un enfoque sistémico, con énfasis en la perspectiva de género, mediante programas o talleres construidos en torno a temáticas que se trabajan a partir de la orientación psicológica del terapeuta o psicólogo responsable. Domos no tiene un programa terapéutico específico en violencia sexual, a pesar de que, según la experiencia de sus profesionales, existe un número elevado de mujeres que plantea una situación de esa índole durante el tratamiento de otros problemas. 91

18. A partir de 2002, Domos no ofrece atención psicológica, debido a la falta de recursos económicos.

Uno de los objetivos de la atención de Domos es proporcionar una primera intervención en salud mental, que no busca reparar las secuelas más profundas del daño psicológico, sino reducir o eliminar, en la medida de lo posible, la violencia que vive la mujer. En este sentido, las secuelas psicológicas del abuso sexual no pueden ser tratadas con el modelo propuesto por este centro. Un aspecto interesante del modelo planteado por Domos, es el desarrollo de un grupo de transición que facilite la creación de un vínculo entre la institución y la persona solicitante. Esto parece interesante, en la medida en que hay situaciones en las que se produce una espera entre la primera acogida y el acceso al grupo terapéutico propiamente tal. Es necesario considerar que la persona que consulta se encuentra en un momento crítico, por el solo hecho de haberse decidido a dar este paso. El Consultorio de Salud Mental de Macul tiene un enfoque ecosistémico y ofrece un programa especializado en violencia intrafamiliar y conyugal. Dado el gran número de casos de abuso sexual que surgen en el transcurso de los diferentes programas desarrollados por el consultorio, los profesionales se han visto confrontados, cada vez más, a una población de mujeres y de niños o niñas víctimas de algún tipo de abuso sexual. Ante esto, ha surgido la urgencia de desarrollar un modelo de intervención específico para esta problemática. Hasta el momento, esta iniciativa se encuentra en proceso de elaboración. La tarea no resulta fácil, debido a la falta de recursos, no sólo para la capacitación del equipo, sino también para realizar labores de sistematización del trabajo. Un caso distinto resulta el trabajo de La Morada, que ofrece una atención terapéutica de orientación psicoanalítica, abierta a toda persona que lo desee. A pesar de ser una entidad reconocida por sus pares por su Programa de Violencia Intrafamiliar, realizado hasta hace algún tiempo, esta organización se plantea la terapia como un proceso personal. Es así como, hoy en día, La Morada no desarrolla programas de atención en áreas específicas. 19. A partir de 2002, este Centro no ofrece atención psicológica, por decisión del alcalde de la Municipalidad de Santiago, Joaquín Lavin.

El Centro de Atención y Prevención en Violencia Intrafamiliar de la Municipalidad de Santiago,19 desde una perspectiva ecosistémica, ofrece atención integral a las mujeres que han vivido situaciones de violencia intrafamiliar y sexual. Una de las particularidades de este Centro es ofrecer atención terapéutica a hombres que ejercen violencia dentro de la relación de pareja o hacia los hijos. Este puede constituir un importante paso para enfrentar y superar la problemática de la violencia, entendiendo que esta tarea involucra al conjunto de la sociedad y de los actores sociales, y que se requieren profundas transformaciones de orden cultural para crear nuevas relaciones entre hombres y mujeres, basadas en el respeto a la diversidad, en la igualdad de oportunidades y derechos, y en una distribución equitativa del poder entre hombres y mujeres. De lo que se pudo investigar en regiones, la situación resulta aún más compleja ya que, muchas veces, las mujeres son derivadas a Santiago. En este sentido, durante 2000, el Sernam brindó apoyo y asesoría técnica para la implementación, a lo largo de todo Chile, de 17 centros especializados en el tema de la violencia intrafamiliar. Esta iniciativa puede suplir, en parte, la carencia de centros existente en provincia. No obstante, dada la magnitud del problema, es necesario crear otras instancias de atención. Por otra parte, sería recomendable que, en su calidad de Ministerio de la mujer, el Sernam pusiera como prioridad el abordaje integral del abuso sexual en esos centros.

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En este estudio, se constató que los equipos de las instituciones y los proyectos han ido, en general, adecuando y perfeccionando el circuito de atención. A ese respecto, algunas de las medidas adoptadas son la creación de grupos de transición; el afinamiento y la especificación del perfil de las/los solicitantes que se reciben, con el fin de evitar la pérdida de tiempo tanto para los profesionales como para las pacientes; la organización de la semana en función de los ingresos y de las derivaciones al interior del equipo (días fijos para recepcionar y para derivar); la determinación de metas realistas de cobertura, entre otras. Esta sistematización ha logrado disminuir o eliminar las listas de espera, y establecer un tiempo menor entre la demanda y la primera atención (que no supera la semana, en la mayoría de los casos). Otro aspecto interesante es la creación, en al menos uno de los centros, de un taller en horario vespertino, que se adecua más a las necesidades de las mujeres. En los centros que ofrecen atención a niños y a niñas, resulta atractiva la incorporación de un/a educador/a a la atención integral. Esto, no sólo por la relevancia que significa tener un conocimiento acabado del niño o niña en su medio socioescolar, sino también por el rol fundamental de apoyo que este profesional desempeña en la relación entre el niño y la escuela. La experiencia indica que es necesario tomar las medidas, tanto con el profesorado como con el alumnado, para resguardar al menor del etiquetamiento en su escuela, y evitar así consolidar al niño o niña en una posición de víctima. La incorporación de un enfoque de intervención intercultural resulta otro aporte enriquecedor. Esta perspectiva podría incluir en el diagnóstico no tan sólo consideraciones sobre la identidad étnica de la familia atendida, sino, además, tomar en cuenta las prácticas culturales, mitos y creencias que pudieran contribuir al tratamiento. Un aspecto que no debiera quedar fuera de las propuestas de intervención, es el autocuidado del equipo. La problemática misma de la violencia, en general, y del abuso sexual, en particular, somete a los profesionales a una fuerte demanda afectiva, que puede afectar el trabajo. En este sentido, se constató que, en general, los equipos han desarrollado algunas actividades de autocuidado que les permiten elaborar las angustias. Una de las dificultades señaladas por las y los profesionales, es la de mantener a las personas en la terapia; diversas problemáticas conspiran en ese sentido: la negación del abuso sexual, problemas de orden económico (pago de locomoción), la lejanía del centro, la necesidad de pedir permiso en el trabajo para asistir a terapia, el tiempo invertido (en el caso de los niños, se traduce en la pérdida de clases, por ejemplo). Como una forma de asegurar el tratamiento, algunos centros han optado por ofrecer ayuda económica, tales como el pago de la locomoción, distanciar la atención a sesiones quincenales, trabajar con terapias breves. En este mismo sentido, de acuerdo a lo que se pudo evidenciar en este estudio, el problema mayor no radica en la falta de modelos de intervención, sino, más bien, en la falta de recursos y de centros. Estas carencias crean dificultades de diverso tipo: inexistencia de instancias de derivación de casos de abuso sexual, lo cual genera frustración y, a largo plazo, pérdida de la motivación de los profesionales; los equipos se ven sobrepasados por la demanda, se cuestionan en cuanto a la supervivencia del programa –lo que dificulta la realización de un trabajo que se proyecte en el tiempo–; imposibilidad de dedicarse a la sistematización de su experiencia; falta de posibilidades de formación y perfeccionamiento, por lo que la iniciativa queda supeditada al interés personal y a los recursos económicos de cada uno.

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Habría una tendencia, por parte de entidades financiadoras, tanto nacionales como extranjeras, a retirar los fondos destinados a la atención de pacientes. Hoy día, los recursos son escasos, incluso para cubrir la intervención en violencia doméstica e intrafamiliar. De tal manera, se constata que los centros presentan carencias en cuanto al número de profesionales que pueden contratar, así como respecto de los servicios que pueden prestar. Por ejemplo, la tendencia general es realizar terapias breves o talleres (6 a 10 sesiones), con sesiones quincenales, que podrían constituir un primer paso, fundamental y necesario, dentro de un largo proceso de sanación, pero que difícilmente tiene como resultado un cambio real. El apoyo psicológico ofrecido por los centros podría ser visto como un primer nivel de tratamiento, para luego derivar a los consultorios de salud mental para tratamientos específicos. Sin embargo, los consultorios no logran contrarrestar este déficit, puesto que tienen sobredemanda y escasos recursos para satisfacerla. Otro elemento interesante de destacar es que ninguno de los centros ofrece apoyo y orientación en caso de crisis, a través, por ejemplo, de una línea telefónica que funcione 24 horas al día. En vista de la falta de recursos, algunos centros han optado por modalidades de autofinanciamiento. Algunas de éstas son la generación de proyectos, de subvenciones, la venta de capacitaciones, el cobro por la atención (cobro que, en muchos casos, es diferenciado según las posibilidades económicas de las familias y que alcanza, como máximo, a $ 8.000). Esta modalidad abre una posibilidad para el grupo de mujeres que tiene ciertos recursos, pero margina a un número importante que no cuenta siquiera con dinero para locomoción. Otro aspecto sobre el cual existe acuerdo unánime es la escasez de centros de derivación en salud mental y en violencia en general, como también sobre la dificultad de coordinación entre las diferentes instancias. Una vez derivada la persona, resulta difícil realizar un seguimiento y conocer la situación en la que se encuentra. La constitución y el fortalecimiento de redes requiere de financiamiento y de dedicación de tiempo. En general, esta función es asumida por el equipo, restando horas a sus labores específicas de atención. Uno de los elementos esenciales para un funcionamiento eficaz de la red, según los profesionales del Centro de Atención y Prevención de Violencia Intrafamiliar de la Municipalidad de Santiago, es la programación estratégica de la implementación y consolidación del sistema. Para esto, es necesario contar con un equipo comprometido, realizar un trabajo constante de convocatoria, de coordinación y de información y, como aspecto fundamental, tener recursos económicos suficientes, que deben ser considerados desde el momento mismo de la elaboración del proyecto. Estos recursos resultan esenciales al momento de destinar horas profesionales a la realización de contactos y al fortalecimiento de los compromisos adquiridos con cada uno de los miembros de la red. El accionar en coordinación dentro de redes es, hoy en día, una de las herramientas de trabajo esenciales para potenciar los recursos disponible y mejorar la calidad de atención. Un punto interesante de destacar es que, en general, los profesionales reconocen que el abuso sexual es un hecho subdiagnosticado, ya que es un tipo de violencia difícil de conceptualizar, dado los roles que la sociedad asigna a la mujer en la relación de pareja. Habitualmente, la demanda no se produce por una situación de abuso sexual, sino por violencia doméstica o por diversos trastornos, como depresión, angustia, baja autoestima, entre otros. Sin embargo, en los últimos años, ha habido una apertura por parte de las mujeres a exponer en terapia situaciones de abuso sexual en su relación de pareja, las que hasta 94

hace algún tiempo permanecían invisibilizadas, por ser consideradas prácticas sexuales “normales” o deberes conyugales. Cabe señalar que los equipos que trabajan en programas de violencia doméstica, intrafamiliar o conyugal, han sido capacitados para abordar específicamente esa problemática, por lo que el surgimiento de situaciones de abuso sexual dentro de ese contexto puede resultar complejo, sobre todo en casos en los que un 40 por ciento o más de pacientes devela una situación de esa naturaleza. Esto ha llevado a los equipos a interrogarse sobre las particularidades que impone el manejo personal y terapéutico de la apertura de situaciones de abuso sexual en pacientes que participan en programas de violencia doméstica o de depresión. De acuerdo a este estudio, resulta evidente la necesidad de crear centros o programas a los cuales puedan ser derivadas aquellas personas que han vivido alguna situación de abuso sexual, con el fin de realizar un tratamiento más profundo y adaptado a su problemática. Actualmente, la oferta disponible resulta casi inexistente y, en general, no proporciona un tratamiento psicoterapéutico a largo plazo que pueda culminar en cambios profundos en la dinámica psíquica de las personas afectadas. La gravedad del abuso y la magnitud del daño ocasionado hacen que la persona que ha vivido una situación de ese tipo presente trastornos, muchas veces invalidantes, en múltiples áreas de la personalidad, de la vida profesional y de la vida privada. Hoy en día, es fundamental que, además del reconocimiento social y gubernamental de la magnitud de la violencia sexual, la sociedad, y específicamente el Estado, asuma la tarea de abrir posibilidades reales de sanación, que vayan más allá de la atención primaria. Las personas afectadas son niñas, niños, mujeres y hombres que forman parte de esta sociedad, que se relacionan con sus parejas, con sus hijos, siendo incapaces –muchas veces– de salir de pautas de comportamiento sexual y relacional aprendidos desde la infancia, repitiendo el ciclo de la violencia con sus seres queridos. Por último, es importante destacar el nivel de compromiso, entrega, profesionalismo y creatividad desarrollado por los profesionales que trabajan en esta área, para mantener en pie programas y proyectos que se ven constantemente amenazados por la falta de recursos.

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