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“PROYECTO BOSQUE DE CHAPULTEPEC” 1ª. Sección
INVESTIGACIÓN HISTÓRICA ÁREAS A INTERVENIR 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Antiguo Acceso al Bosque (Casa del Guardabosque) Alberca de Moctezuma Acueducto de Chapultepec Tribuna Monumental Obelisco a los Niños Héroes Fuente de la Templanza
Arq. Alfonso Hueytletl Torres Lic. Sonia A. Gutiérrez Salinas Ing. José Antonio Martínez Sánchez Julio, 2004
INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
ÉPOCA PREHISPÁNICA Y COLONIAL Antecedentes.Algunos autores coinciden en que los primeros hombres que llegaron al cerro de Chapultepec, buscaban una cueva maravillosa denominada Cincalco. Fray Diego Durán comenta que este era un sitio: “muy ameno y recreable, donde los hombres vivían siempre, sin morir, y que, era el lugar de las aguas muy cristalinas y claras y de mucha fertilidad de todo género de bastimentos y frescura de rosas y Foto 1 flores.” 1 El Códice Antonio Techialoyan nos muestra un cerro cubierto por chapulines, lo cual demuestra gráficamente el origen etimológico de la palabra Chapultepec. Sin embargo, existen autores que defienden la tesis de que el nombre proviene de la forma de un chapulín, un montículo de doble meseta con diferentes alturas.
Durante la etapa prehispánica, la importancia del cerro de Chapultepec, no sólo fue por considerarse una residencia física sino además religioso, lugar en el que adoraban a sus dioses. Gracias a los manantiales, fue también una fuente de vida para los primitivos mexicanos. Foto 2
En cuanto a testimonios materiales o construcciones levantadas por los mexicas, se tienen pocas noticias. El principal levantamiento arquitectónico fue el templo
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también llamado teocalli, que coronaba la cúspide del cerro. Según algunas fuentes históricas, fue construido durante el mandato de Huitzilihuitl, este templo no sólo tenía una función sagrada, sino que también servía como fortaleza en caso de ataque. Según Antonio de León y Gama, a finales de siglo XVIII, existían restos de un observatorio ó meridiano solar en la parte alta del cerro. A finales de 1428 Netzahualcóyotl, tras vencer al reino de Atzcapotzalco, decide residir en Chapultepec, donde construye su palacio. Para la realización de esta tarea recibió la colaboración de sus aliados los mexicas. Los historiadores le atribuyen, a este rey, la canalización de las albercas y la construcción del primer acueducto de piedra que llevó las aguas a la gran Tenochtítlan, actualmente Ciudad de México, hasta la llegada de los españoles. Los Acueductos.Algunos autores afirman que en 1465, siendo rey de México-Tenochtítlan, Axayácatl, principió la construcción de un acueducto para llevar el agua de las albercas de Chapultepec a la ciudad, esta obra duró aproximadamente un año. Según algunos investigadores, el acueducto prehispánico era mayor que el reconstruido por el virrey Bucareli, del que aún podemos apreciar veinte arcos de pie sobre la avenida Chapultepec.
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No solamente Axayácatl, los demás emperadores mexicanos también residieron en Chapultepec. Para facilitar su traslado a la ciudad, trazaron y terraplenaron la calzada que aún existe. Este acueducto estaba compuesto por dos ductos de argamasa, por el primero corría el agua, mientras que el segundo se reservaba para cuando el primero se desazolvara. Otro acueducto fue edificado por Moctezuma II, ó Moctezuma Xocoyotzin, el cual se encontraba todavía en pie a la llegada los españoles; este partía de las albercas de Chapultepec y entraba a la ciudad por la arquería de la Tlaxpana y San Cosme, del cual aún quedan vestigios. En el siglo XVII, el Marqués de Montes Claros hizo construir también un acueducto en la calzada de Chapultepec, el cual se terminó en 1620.
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Según las leyendas, se le atribuye al rey Netzahualcóyotl, la plantación de una extensa zona de ahuehuetes, así como la construcción de las albercas que captaban el agua que brotaba de los manantiales del cerro. En los Anales de Cuauhtitlán se menciona lo siguiente: “En el año calli (1465, aproximadamente) se comenzó por primera vez la obra pública en Tenochtítlan México. Se empezó a hacer el acueducto de Chapoltepec, que entra en Tenochtítlan. El que reinaba en Tenochtítlan era Moteucomatzin el viejo; y quién ayudó a la obra del acueducto fue Nezahualcoyotzin, Rey de Tetzcoco. ” 2 Según las crónicas, las obras terminaron en el año 13 conejo, es decir 1466. Según las palabras del historiador Clavijero, el día 26 de julio 1521, los españoles marcharon rumbo al cerro de Chapultepec con el fin de cortar el paso de agua a la ciudad. El plan de Cortés era dirigir tres columnas de choque por las principales calzadas, conservando la comunicación entre los suyos por tierra y aislando a los habitantes de Tenochtítlan por medio de bergantes y de la obstrucción de las calzadas. Ante la necesidad del vital líquido, la Ciudad de Tenochtítlan, cayó el 13 de agosto del mismo año. Una vez establecida la calma, se procedió a repartir los solares, Hernán Cortés personalmente se adjudicó el bosque y el cerro de Chapultepec. Algunos autores aseguran que construyó en la cima una fortaleza que después se convirtió en fábrica de pólvora; sin embargo, no ha podido comprobarse si se llevó a cabo ó no esta obra. El historiador Rubén Campos, afirma categóricamente que: “…una vez dueño del bosque el Conquistador deliberó con Diego de Ordaz acerca de la conveniencia de levantar en la cumbre del cerro una fortificación para defenderse de los mexicanos, por si, aliados estos con otros pueblos circundantes de las lagunas pretendían reconquistar la capital del Imperio, poco después se construyó la fortificación.” 3 La parte norte del cerro fue cedida al capitán Julián Jaramillo, más tarde marido de Marina (La Malinche). La distribución de los solares, produjo un gran descontento entre los conquistadores españoles, razón por la cual, el ayuntamiento de la Ciudad de México, tomó cartas en el asunto, y obtuvo de Carlos V una Cédula Real, expedida el 25 de junio de 1530, donde se manifestaba que el Bosque de Chapultepec, desde ese momento y a perpetuidad, pasaría a ser propiedad de la Ciudad de México como lugar de recreo y esparcimiento de sus habitantes, por lo tanto quedaba automáticamente eliminado de la lista de propiedades de Don Hernán Cortés. En 1572 por disposiciones expresas del virrey Martín Enríquez de Almanza, se hizo llegar el agua de Santa Fe hasta la falda norte del Cerro de Chapultepec y desde ahí se repartió a los vecinos en canoas, no fue sino hasta medio siglo después en que se terminó el acueducto. Por un expediente del ramo Ríos y Acequias del A. G. N., se pudo saber que el proyecto incluía, por una parte, la construcción de una pileta ó alberca para 3
represar el agua del manantial, y una atarjea a flor de tierra para conducir el líquido desde su nacimiento, en Santa Fe, hasta el suroeste de Chapultepec. Por otra parte, un segundo ducto sobre la arquería, que desde este punto seguía el curso de la cerca que rodeaba a los manantiales del cerro, hasta el sitio donde comenzaba el acueducto viejo, la obra no llegó concluirse, los trabajos se suspendieron al llegar a los manantiales situados en la falda norte del cerro, punto en donde se unían los dos acueductos. El primer acueducto llamado de la Tlaxpana, se conocía también con los nombres de Santa Fe ó el de La Verónica, este acueducto pasaba por Chapultepec y seguía por la calzada de la Verónica, de ahí su nombre (hoy Avenida Melchor Ocampo), hasta llegar a la calle que ahora conocemos como Calzada de Tacuba; de ahí cambiaba su rumbo hacia el oriente, por la actual Avenida Hidalgo, hasta llegar al puente de la Mariscala, en lo que hoy es la calle Ángela Peralta, ubicándose en la esquina de esta calle y la Alameda Central. Sabemos que este acueducto se componía por más de 1000 arcos.
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El acueducto de Santa Fe corría de occidente a oriente. Su construcción se inició durante el período del Virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Monteclaros, quien gobernó de 1603 a 1607; comenzó edificándose una arquería de mampostería que dicho virrey dejó terminada hasta la altura del convento de San Cosme. La obra se 4
interrumpió en 1609, durante el gobierno del Virrey Diego Fernández de Córdoba, Marqués de Guadalcázar. El acueducto tuvo un costo de cincuenta mil pesos. El segundo acueducto era conocido como de Belem, llamado así porque en su trayectoria pasaba frente al convento (recogimiento de mujeres) que ostentaba el mismo nombre; se originaba en los manantiales que existieron al pie del cerro del Chapulín, entraba por la parte meridional y recorría lo que es hoy la Ave. Chapultepec hasta llegar a la Ciudad. Foto 6
Esta importante obra hidráulica contaba con 904 arcos, de los cuales se conservan, hoy en día, un tramo con más de 20 arcos en pie, ubicados en Ave. Chapultepec; así como también se conservan sus dos fuentes, la inicial y la terminal, ubicado en la plaza del Salto del Agua. Cuenta con una inscripción labrada donde puede leerse que este acueducto fue concluido bajo el gobierno del Virrey D. Antonio María de Bucareli y Usúa el 20 de mayo de 1779. Cabe aclarar que la fuente terminal que se encuentra en esta plazuela, es una réplica, ya que la original se encuentra ubicada en el Museo del Virreinato en Tepotzotlán, Edo. de México.
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La trayectoria que seguía el acueducto de Belem, parece ser la misma del acueducto prehispánico, construido por Netzahualcóyotl, puede decirse que aunque su construcción (arcos y fuentes), data de la época colonial su traza es mucho anterior. Como ya habíamos mencionado anteriormente, algunas fuentes aseguran que el virrey Bucareli reconstruye el acueducto sobre los restos del antiguo. Las Albercas.Diversos investigadores, analizando documentos históricos como el Códice Mexicanus y el Códice Azcatitlán, así como interpretaciones de otros autores, como Domingo Francisco de San Antón Chimalpain, Rivera Cambas, Jesús Romero Flores y Alfonso Teja Zabre, hacen referencia a los denominados Baños de Moctezuma, cuya construcción fue realizada aprovechando el agua que brotaba del subsuelo. Gracias a estas fuentes naturales y a la llegada de los mexicas, se dan los primeros trabajos del sistema hidráulico para la distribución del agua hacia la ciudad de Tenochtítlan. Desde un principio, Chapultepec fue considerado un jardín sagrado, así como un lugar de esparcimiento y recreo de gobernantes, motivo por el cual se inicia la construcción de los estanques. Los manantiales de Chapultepec estaban situados en la falda suroriente del cerro. Algunas fuentes bibliográficas los llaman albercas ó estanques aludiendo a las cajas de mampostería que recogían el agua. Los historiadores y arqueólogos, comentan tres albercas principales: La Alberca de Moctezuma, Los Baños de Moctezuma y la de Los Nadadores. Cada una fue cambiando de nombre dependiendo de la época. 6
En el Códice Chapultepec se menciona cómo Moctezuma I, ó Moctezuma Ilhuicamina, mandó construir su alberca conocida desde entonces como “de Moctezuma o Alberca Chica” junto a lo que fuera su palacio. Se han encontrado datos que demuestran la existencia de un acueducto edificado mucho antes del reino de este monarca. Al momento de la conquista, el agua de los manantiales de Santa Fe regaba la parte occidental de Chapultepec, así lo declararon algunos indios a un funcionario del Ayuntamiento de la Ciudad de México, quien a su vez informó al Cabildo el 28 de octubre de 1538.
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Existen varios documentos gráficos que muestran la localización de los Baños de Moctezuma ó Alberca Grande (no debe confundirse con la alberca de Moctezuma), estos se denominaron de diversas maneras, así podemos mencionar que en alguna época se conocieron como La Alberca del Licenciado de Espinoza ó del Conde de Peñazco (siglo XVIII), ya que se encontraban dentro de su propiedad. Por el aspecto característico del paisaje también se llamaron Manantiales ó Alberca de los Llorones, debido a la gran cantidad de sauces llorones que los delimitaban; o bien bajo el nombre de los gobernantes que los disfrutaban se conocieron como Baños de Moctezuma ó Baños de Maximiliano (siglo XIX). La alberca llamada de Moctezuma, que administraba el agua gorda a la ciudad, tenía treinta varas de perímetro y poco más de siete de profundidad; la alberca grande medía cien varas, aproximadamente, de circunferencia. Por último, la tercera alberca, donde se encontraban los baños que durante muchos años dieron 7
servicio al público, la más extensa, aunque de poca profundidad. Esta última era conocida como de los Nadadores; algunos autores afirman esta alberca se ubica dentro de lo que conocemos actualmente como la Col. Condesa. Los manantiales de las tres albercas eran los mismos. En 1870 se vació la alberca de Moctezuma, que es la que estaba más arriba de todas, como consecuencia bajó mucho el nivel del agua en las otras dos y brotó menos agua de los pozos artesianos de la ciudad. Con ese hecho, quedó comprobada la comunicación entre las tres albercas. Foto 14
Durante las excavaciones hechas por el Departamento del Distrito Federal, en 1974, realizadas con motivo de las obras de Circuito Interior y del Drenaje Profundo de la Ciudad de México, se abrió una zanja a través del Bosque, la cual lo cruzaba por el sector oriente en dirección norte-sur. En la exploración se encontraron hallazgos arqueológicos importantes, como algunas manifestaciones desde la época prehispánica hasta la colonial. En esta zona se localizó otra alberca con características muy particulares, ya que contenía cinco más en su interior, una dentro de la otra sucesivamente. La primera de ellas databa del siglo XVI; de las cinco restantes, se desconoce la época en que fueron construidas. Dentro de este perímetro, se encontraron numerosos fragmentos de tubería, gran cantidad de cerámica tanto prehispánica como colonial, y algunas esculturas prehispánicas de Dioses. En un artículo informativo de 1976, los arqueólogos Rubén Cabrera, María Antonieta Cervantes y Felipe Solís, indican que descubrieron seis cajas de agua, que fueron construidas una dentro de otra conforme se reducía el caudal, de tal manera que de la más antigua dicen no saber la forma que tenía porque estaba muy destruida. Lo único que queda, reportaron, es un gran rectángulo con las esquinas redondeadas de más ó menos 15 metros por lado y de 1.35 metros de altura. El brocal estaba recubierto por lajas amarradas con fibra de mezcal. Los antropólogos piensan que muchas de las lajas provienen seguramente de estructuras prehispánicas; ellos mismos fechan la alberca en el siglo XVI. José Mancebo Benfield, en su estudio sobre las lomas de Chapultepec, menciona la existencia de otra posible ubicación de los famosos baños de Moctezuma, y nos dice: tengo indicios importantes de que, en la plazoleta que se ha formado junto al manantial de Santa Fe, existen enterradas las ruinas del baño del Emperador Moctezuma, y valdría la pena hacer la búsqueda y el estudio de esos placeres que han corrido el destino de los baños que el Emperador tenía en Chapultepec, baños que conocí cuando era niño, y que han sido bárbaramente cegados para establecer caballerizas. Según este autor los baños de Moctezuma se localizaban 8
en el espacio donde se encontraba el Molino de Belem, nos dice que en el año de 1955 fueron cubiertos para establecer las caballerizas de una academia militar particular, y concluye que no existía un solo sitio de placer, sino de varios baños para uso privado del emperador Moctezuma. Francisco Javier Clavijero nos comenta que en el lugar donde los virreyes edificaron su palacio se conservaban dos piscinas construidas por los mexicas en tiempo de sus gobernantes; lo que nos hace pensar que una de estas pudiera corresponder a los Baños de Moctezuma. Como se mencionó anteriormente, la mansión fue construida en el sitio donde se encontraba el palacio de Netzahualcóyotl, lo cual reafirma la teoría de Foto 15 Clavijero. Las excavaciones que pretendían encontrar el famoso tesoro de Moctezuma, depositado en uno de los manantiales como ofrenda a sus dioses, hallaron oposición, ya que se temía que se perdiera el agua de las albercas como en 1744, yéndose por las grietas abiertas. Estas fueron suspendidas definitivamente en 1775. A pesar de estas medidas, las albercas fueron disminuyendo sus caudales de agua hasta finales del siglo XIX, época en la que fue decretada la demolición del acueducto de la calzada de Chapultepec, actualmente avenida Chapultepec, por lo que fue preciso recurrir a otras fuentes más lejanas para el abastecimiento del vital líquido a la ciudad. Debido al descuido del bosque, ocasionado principalmente por movimientos políticos y falta de presupuesto, a mediados del siglo XIX se descubrió que los cimientos de tres paredes de la alberca de Moctezuma amenazaban con desplomarse. Fue el momento en que fue descubierta, en uno de los cuartos subterráneos, la existencia de una lápida esculpida en tezontle negro con la siguiente inscripción: AÑO DE MDLVII. Foto 16
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En su libro Manuel Rivera Cambas no dice que “en 1870, se hicieron trabajos en la cimentación de la Alberca de Moctezuma, la cual se dice era la más alta, al vaciar dicha alberca se observó que el nivel de agua en los baños bajo considerablemente y en la alberca llamada de los Llorones quedo completamente seca, por este hecho se determinó que los contenedores están comunicados entre si.” 4 A su vez Alfonso Teja y Zabre refiere que “…hacia el sur está el manantial llamado Baño de Moctezuma y también Baño de Maximiliano, rodeado por un muro y una reja y las orillas cubiertas de flores.” 5 Por lo anterior podemos suponer que el muro y la reja, forman parte de las remodelaciones que se hicieron a principios del siglo XX, durante el gobierno del General Porfirio Díaz, siendo secretario el Lic. Ives Limantour, como parte de los trabajos destinados al embellecimiento de los alrededores de Chapultepec. Foto 17
Las albercas de Chapultepec fueron famosas durante cuatro siglos, ya que ellas abastecían el agua a la ciudad de México. Hoy están clausuradas y rodeadas por rejas de hierro, se conservan como un recuerdo histórico. En la alberca grande, que surtió durante años una gran parte de la ciudad, fue donde según la leyenda se depositaron fabulosas riquezas. Foto 18
El Bosque.Chapultepec fue siempre codiciado por sus aguas potables, independientemente del carácter sagrado que estas tenían; esto puede deducirse cuando leemos a Bernal Díaz del Castillo, ya que cuando este autor menciona algo sobre Chapultepec, sus palabras están relacionadas siempre con sus aguas. Es indudable que la importancia del contenido haya tenido como consecuencia la construcción de las albercas y acueductos, y que estas sean de las obras más trascendentes del bosque. Una vez consumada la conquista, los españoles designaron al bosque de Chapultepec como un sitio de recreo virreinal, como se mencionó, construyeron una casa veraniega en el lugar donde se encontraba el antiguo Palacio de Netzahualcóyotl, además sobre el adoratorio de la cumbre, edificaron una ermita 10
dedicada a San Francisco Xavier, esto, bajo lo que ahora se denomina El Caballero Alto, localizado en el Alcazar del Castillo de Chapultepec. Otros autores como Jesús Romero Flores y Miguel Ángel Fernández, no concuerdan con esta teoría y afirman que el edificio que se construyó en la cima del cerro fue una capilla dedicada a San Miguel Arcángel, y que se erigió sobre el trazo que actualmente ocupa el tiro del elevador de acceso al Castillo. Los documentos que se conservan no son suficientes para determinar si se trata de la misma construcción, pero basándose en la ubicación puede suponerse que esta fue rebautizada. Por disposición del rey Carlos V, se creó el Virreinato de la Nueva España, el 15 de octubre de 1535 llegó a estas tierras D. Antonio de Mendoza, quien fue acogido bajo el cargo de virrey, desempeñando sus funciones durante 15 años. El segundo virrey fue D. Luis de Velasco, quien fue el primer gobernante que se ocupó del Bosque de Chapultepec. Según algunos autores, dedicó el bosque al emperador Carlos V, colocando una lápida sobre la puerta principal de acceso, donde se podía leer lo siguiente: D. LUIS DE VELASCO, VIRREY DE ESTA NUEVA ESPAÑA, DEDICA A SU SOBERANO ESTE BOSQUE, LUGAR DE RECREO PUBLICO HERMOSO POR SU FRONDOSIDAD Y FÁBRICAS, desafortunadamente se desconoce el paradero de esta placa. En 1818, se trató de enajenar el bosque, sin embargo, la ciudad de México se opuso, en virtud del inalienable derecho de propiedad que había adquirido. La disposición anterior no fue acatada, los virreyes al igual que los emperadores aztecas eligieron a Chapultepec como sitio de recreo, a pesar de que pertenecía oficialmente a la Ciudad de México y a sus habitantes. El bosque fue cercado con el pretexto de proteger los manantiales que surtían el agua a la Ciudad, además para que los cazadores no tuvieran acceso al bosque, ya que la caza en el sitio sólo era privilegio de los virreyes. El deseo de los españoles de reemplazar lo autóctono por lo peninsular, llevó a estos a continuar, de cierto modo, las tradiciones mexicas. Como es el caso de lo expresado en el párrafo anterior, además, edificaron sus nuevas construcciones sobre las ruinas, tal como ocurrió con el Antiguo Palacio de Netzahualcóyotl, que fue sustituido por la mansión campestre, este conjunto fue completado por un redondel taurino. En esa finca se llevaban a cabo lujosas fiestas para recibir a los nuevos virreyes y presentarlos ante la corte. El derroche de recurso fue tal que la Corona Española ordenó en 1739 la suspensión de dichos festejos. Haciendo alusión a estos festejos, existe un biombo de madera, colección del Banco Nacional de México, elaborado en la Nueva España y pintado por ambos 11
lados, en el que se representa una de estas fiestas. Sobre la cara anterior de la obra, las figuras principales visten a semejanza de la época de Luís XIV y por el reverso se encuentra una escena típicamente mexicana. El conjunto representa el arribo del trigésimo cuarto virrey de la Nueva España, D. Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque, el cual se alojó en la mansión de Chapultepec, recibiendo todas las atenciones, incluyendo una corrida de toros, celebrada el 28 de noviembre. Foto 19
Hacia 1766 el edificio se encontraba abandonado y prácticamente en ruinas. El virrey Francisco de Croix solicitó al Rey de España, Carlos III, la autorización para reparar la antigua mansión veraniega. Se calculó que el costo de la restauración no excedería de doce mil pesos. Sin embargo, el permiso no llegó sino hasta 1771, cuando gobernaba ya Antonio María de Bucareli, este consideró que el gasto de la reparación era excesivo, por lo cual negó la realización de los trabajos. Así la construcción permaneció hasta su destrucción total en 1784, fecha en que hizo explosión una fábrica de pólvora vecina. Ese mismo año, el cuadragésimo octavo virrey de la Nueva España, Bucareli declararía: “…varias veces he reconocido por mi el deplorable estado en que halla la casa (al pie del cerro), cercas y bosque de Chapultepec: la primera inhabitable, la segunda en el suelo y el tercero talado y destruido…”, 6 estas palabras fueron la pauta para la petición que vendría años después por parte del virrey D. Matías de Gálvez sobre la construcción de un edificio en la cima del cerro. Hasta finales de la época virreinal, el bosque de Chapultepec se limitaba al norte por la Hacienda de los Morales y los ranchos de Polanco y Anzures, los cuales se encontraban separados por el camino que conducía hacia Cuajimalpa y por el que también corría la arquería del acueducto de Santa Fe. Al oriente, se encontraba el pueblo de San Miguel y sus ejidos, los cuales se ubican en lo que hoy es la colonia Cuauhtémoc, limitado por la Calzada de la Verónica. Al sur, el bosque estaba limitado por la Hacienda de la Condesa y el rancho de Cartagena, hasta la calzada del Chivatito; y al poniente por el Molino del Rey.
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SIGLOS XIX Y XX Durante el siglo XIX se decretó la demolición del acueducto de la avenida Chapultepec, esto trajo como consecuencia que las albercas, que se encontraban fuera del bosque, quedaran exhaustas, por lo que tuvo que recurrirse a otros medios para llevar agua a la Ciudad. Lo cual repercutió en la fisonomía del bosque, ya que al desaparecer los manantiales y los cinco lagos, se provocó una disminución de la humedad y un drástico cambio climático, ocasionando que la vegetación existente perdiera altura, una de sus principales características. En la actualidad podemos apreciar algunos árboles viejos con más de setecientos años de antigüedad, los cuales nos dan una idea de cómo fue su desarrollo en otras épocas. Dichos árboles llegaban a tener poco más de doce y medio metros de perímetro, por aproximadamente cuatro metros de altura; un ejemplo de ellos es el ahuehuete conocido como El Sargento (antes el Rey), que se localiza frente a la Tribuna Monumental. Otro cambio registrado fue la desaparición de algunos animales salvajes, otros se encuentran en vías de extinción. Durante el gobierno del presidente Guadalupe Victoria, se inició la creación de un jardín botánico, en el espacio que actualmente ocupa el Museo de Arte Moderno, desafortunadamente por su alto costo no fue posible concluirlo. Años después, se iniciaron obras de mejoramiento emprendidas por Maximiliano de Habsburgo, no sólo destinadas a su residencia. A el se debe que en 1866, se realizara la traza de la calzada que une en línea recta las puertas de Chapultepec 13
con el Palacio Nacional; esto fue ideado como consecuencia de los constantes viajes que el emperador realizara en el cumplimiento de sus funciones. Para ello se compraron varios terrenos entre la Alameda y el pie del cerro. Esta calzada tenía en su primera glorieta la estatua de Carlos IV, mejor conocida como El Caballito; esta avenida recibió el nombre de Paseo ó Calzada del Emperador, con el triunfo de la República se le cambiaría el nombre por Paseo de la Reforma. El gobernante, no se conformó con que el nuevo Paseo llegara sólo hasta al pie del bosque, deseaba que se iniciara desde las puertas de su palacio. El ascenso al edificio se hallaba por el lado sur, por lo tanto, mandó construir una rampa que circunda la ladera, de manera que llegara hasta la explanada superior por el lado occidental, camino al que se le colocó un empedrado y más de 30 elegantes faroles de gas sobre columnas de fierro (rampa que se usa actualmente para que el visitante llegue al Castillo de Chapultepec). Foto 21
El archiduque Maximiliano quiso que Chapultepec fuera una residencia verdaderamente señorial. Le encargó al Arq. mexicano Ramón Rodríguez Arangoiti, un proyecto de reconstrucción que se cumplió casi en su totalidad, desde entonces datan la mayor parte de las habitaciones que hoy existen, así como los jardines aéreos. Asimismo le encomendó un proyecto de embellecimiento del bosque. A partir de este momento se inicia la remodelación del bosque; la zona abandonada que se encontraba detrás de la casa fue limpiada. Se abrieron pequeñas calles y avenidas que facilitaban el recorrido dentro del bosque. Maximiliano, que era aficionado al estudio de los animales, mandó crear un zoológico, una pajarera e hizo renovar la cueva (túnel del elevador). En el zoológico habitaban animales tales como venados, águilas, tigres, tejones y cacomixtles. Como iniciativa de la emperatriz Carlota se construyó una estrecha escalinata de más de 100 gradas en el costado sur. Foto 22
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Al pie del cerro se ubicaban las habitaciones del la Guardia Imperial, los macheros y las caballerizas. A su vez, en los límites del bosque, cerca del Molino del Rey, se levantó una fundición adaptada para las necesidades del Imperio. Durante el régimen de Porfirio Díaz, el bosque fue ampliado en su lado norte adquiriendo nuevos terrenos, teniendo como límite la prolongación de la Avenida Reforma hacia las Lomas. También se pavimentó la rampa de acceso y se abrieron nuevas calles y calzadas entre la maleza (calzadas como la de los artistas, de los filósofos, de los poetas, entre otras), se crearon lagos artificiales, y se remodelo el zoológico, se reconstruyó la Casa del Guardabosque (ó antiguo acceso) y el restaurante Chapultepec (ubicado en el lugar donde anteriormente se ubicaba el Museo de la Flora y Fauna).
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En 1880, la Asociación del Colegio Militar, con el patrocinio de los presidentes Díaz y Manuel González G, encargó a Ramón Rodríguez Arangoiti el proyecto y la construcción de un monumento para conmemorar las gloriosas jornadas de Molino del Rey y de Chapultepec. Manuel Francisco Álvarez lo describe como un: “…artístico monumento erigido en Chapultepec a la memoria de los alumnos del Colegio Militar que murieron como héroes en la invasión americana el 13 de septiembre de 1847…” 7, en esta columna aparece el nombre de Arangoiti, ya que fue alumno de esa institución durante esta invasión, en la cual resultó herido. Según la descripción de Rubén Campos este monumento esta construido “…con piedra Chiluca, tiene seis metros de altura y lo forma un zócalo de basalto, un pedestal decorado con hojas de acanto y vástagos de encina y laurel, una columna monolítica que tiene esculpidos los nombres de los alumnos muertos 15
heroicamente en el asalto del castillo, y está coronado por un cubo de piedra que ostenta, en un alto relieve, las armas nacionales, dentro de coronas de ciprés y laurel con águilas de oro. 8 (Foto 25)
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También en 1880 el bosque fue delimitado en su lado sur, por medio de unas rejas de hierro; se demolieron los dos acueductos restantes, el de Chapultepec y el de Santa Fe. Años más tarde fue construida la llamada Tribuna Monumental, en lado sureste del cerro, para conmemorar las acciones del Molino del Rey y Chapultepec, actualmente Foto 28 destinada al servicio público.
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Durante esta etapa, fue edificada una residencia enclavada en la roca viva de la colina en su parte sur-oriente, destinada para el Director del Colegio Militar. Hasta el año 2002 esta construcción albergó a la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Actualmente se encuentra ocupada por la Dirección del Museo Nacional de Historia, del INAH. También se realizó la construcción de la Casa de Guardias, a la entrada a la rampa (conocida como Casa de los Espejos). En 1883, se eliminó el picadero como parte integral del antiguo Colegio Militar, reubicándose en el lugar que hoy ocupa la Galería de Historia, conocido como Museo del Caracol. Durante el periodo de José Ives Limantour, como ministro de Gobernación, se formó el lago artificial más grande con una fuente-surtidor en forma de roca y una isla al centro, donde se colocó una réplica de la Victoria de Samotracia. En su orilla occidental se construyó La Casa del Lago, finca de verano de los presidentes, posteriormente Instituto de Biología, en la actualidad, Centro de Difusión Cultural de la UNAM. Algunas de las obras que no llegaron a realizarse en el bosque de Chapultepec fueron: el proyecto para un Arco Monumental, cuyo autor fue Carl Gangolf, elaborado en abril de 1866; otro fue un proyecto para la realización de una fuente de estilo clásico, de autor desconocido; de ambos proyectos se cuenta con dibujos y planos. En 1916, el presidente Venustiano Carranza, encomendó al Arq. Antonio Rivas Mercado, un proyecto para mejorar la distribución arquitectónica del Castillo, parte del mismo fue la demolición del Anexo del Colegio Militar, localizada en el ala poniente. Se hicieron numerosas obras de embellecimiento del bosque, se trazó el jardín y las avenidas delimitándolas con palmeras, fuentes, arroyos y cascadas; finalmente se construyó el magnífico pórtico que marca el acceso al bosque por el Paseo de la Reforma, y que decoran dos leones de bronce, obra del escultor francés Gardel, los cuales en un principio, estaban destinados a la escalera monumental del Palacio Legislativo (actual Monumento a la Revolución), obra que nunca llegó a concluirse. Durante el periodo del presidente Álvaro Obregón, en el terreno ocupado por el anexo del Colegio Militar, ordenó la colocación de dos grandes pérgolas, rodeadas por un fastuoso jardín, frente a estas dos construcciones, mandó erigir un monumento más en honor a los héroes de 1847, obra del escultor Ignacio Asúnsolo, diseñado por el arquitecto Luis Mac Gregor. Igualmente se ordenó la construcción de una escalera que uniera la terraza noroeste con la rampa y se acordó el traslado de la fuente colonial (inicio del Acueducto), del sitio que ocupaba en la glorieta sobre la intersección de Ave. Chapultepec y Calzada Tacubaya, al que ocupa en la actualidad a la entrada sureste del parque.
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Al presidente Pascual Ortiz Rubio, le correspondió inaugurar la escalera noroeste del edificio, conocida como Escalera de Serpientes, proyectada y comenzada durante el gobierno del General Obregón; así como La Gruta que se localiza en el mismo lado. La escultura de la Templanza fue realizada, en 1910, por el artista Enrique Guerra, nacido en Jalapa, Ver. A iniciativa del Pres. Pascual Ortiz Rubio, en noviembre de 1931, se colocó sobre un pedestal, en el centro de la fuente, donde actualmente puede apreciarse.
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Durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, se amplió el bosque en la parte poniente del cerro, con la adquisición de los terrenos del antiguo rancho de La Hormiga, ubicado a un costado del Molino del Rey. El Castillo de Chapultepec es el más antiguo de los museos dentro del bosque. “En 1939, por decreto del entonces presidente, General Lázaro Cárdenas, el edificio que había ordenado levantar el Conde de Gálvez pasó a depender del Instituto Nacional de Antropología e Historia. La vieja mansión virreinal quedó destinada como sede del Museo Nacional de Historia. Un año más tarde, el 20 de noviembre de 1940, se decretó que la parte del Alcázar debía conservar su aspecto residencial, aún cuando la Residencia Oficial del Presidente de la
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República se trasladaba a la casa llamada Los Pinos, antigua residencia solariega de la familia Martínez del Río, que también era conocida como La Hormiga; en este rancho de Tacubaya, ubicado junto al Molino del Rey, todavía en los predios del bosque, había vivido entre 1920 y 1923 el entonces Secretario de Gobernación General Plutarco Elías Calles con su numerosa familia.” 9 El bosque se ha enriquecido con diversos monumentos, fuentes (como la Fuente Colonial ó del Quijote y la de la Templanza), estatuas, auditorios y museos, lo que ha hecho que el bosque no sólo sea un parque recreativo sino además un espacio cultural. “En el Castillo de Chapultepec, los trabajos de planeación e instalación museográficas demoraron varios años en llevarse a cabo, y no fue sino hasta el 27 de septiembre de 1944 cuando el presidente en turno, General Manuel Ávila Camacho, pudo inaugurar este museo dedicado a difundir nuestra historia patria.”
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Tres días después de la inauguración del Museo de Antropología e Historia, se inaugura otra obra de Ramírez Vázquez El Museo de Arte Moderno, sitio destinado al Museo de la Flora y la Fauna durante el porfiriato; cercano al monumento más reciente consagrado a los Niños Héroes, diseñado por el Arq. Enrique Aragón Echeagaray por el escultor Ernesto Tamariz, en 1952. En 1960 se inaugura la Galería de Historia, localizada sobre la rampa que conduce la Castillo. Este edificio fue construido sobre el antiguo picadero perteneciente al Colegio Militar. Además de los museos, el Bosque ofrece otras alternativas culturales, como el Audiorama localizado en la parte trasera de la Tribuna Monumental y la Casa del Lago, así como recreativas como el Zoológico, el Centro de Convivencia Infantil y la Casa de los Espejos, entre otras. EN LA ACTUALIDAD Hoy en día, el acceso al Castillo, puede ser de dos formas, la primera por medio de una rampa que parte de la ladera sur del bosque y ciñe en espiral a la colina, llegando casi al ángulo sureste de la llamada Plaza de Armas. La segunda a través de una escalinata de más de cien peraltes, conocida como Escalera de Carlota, ubicada al pie del cerro, en su parte sureste, la cual fue una de las obras realizadas durante el imperio de Maximiliano. El paso de los años ha producido cambios notables, algunos de ellos originados por la recesión del manto acuífero del Valle de México. Es indudable que el Bosque de Chapultepec se encuentra en peligro de extinción. La concentración de las multitudes, la mancha urbana que crece a su alrededor, el mal uso del
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espacio y las continuas agresiones del hombre a su propio entorno, hacen que el bosque de los ahuehuetes pierda notoriamente su equilibrio natural. A lo anterior debe agregarse la insuficiente vegetación, la desaparición de muchas especies de su variada fauna y a la ruina de sus árboles, debe además añadirse la contaminación ambiental, la ausencia de viento suficiente, el reducido sistema de riego, y la presencia de lluvia ácida en la ciudad de México. No olvidemos que se trata de la supervivencia de un escenario ecológico, de valor nacional y un punto de referencia histórico. Miguel Ángel Fernández nos comenta que alguien escribió alguna vez: “…esa zona desempeña una función importante al disminuir la contaminación del ruido, pues las ondas de alta frecuencia son absorbidas, reflejadas y desviadas por las hojas, ramas y troncos, y los sonidos de baja frecuencia son absorbidos por el suelo, la tierra, la cubierta vegetal y el pasto.” 11 Es probable que el Bosque de Chapultepec pudiera recobrar su aspecto anterior si se tomaran las medidas adecuadas, se podría comenzar, por ejemplo, con un programa permanente de saneamiento del suelo y de conservación –que impulse la optimización de la función ecológica–, una mejor selección de plantas más resistentes, la ampliación de la vigilancia en el bosque, y un mejor control de vendedores ambulantes. En 1838, el conocido Calendario de Galván cuestionaba el misterioso pasado de Chapultepec, y suplicaba una investigación sobre los orígenes de un sitio tan especial: “Cerca de una legua de distancia al Oeste de la ciudad de Mégico se eleva majestuosamente una pequeña colina llamada Chapultepetl (cerro del Chapulín o la langosta). En su cumbre descuella un pequeño palacio, rodean su falda un espeso bosque de ahuehuetes (Ahuehuetl, cupresus distica), un pequeño jardín de plantas exóticas y tres albercas que fertilizan la llanura. Una reunión de objetos tan interesantes a tan corta distancia de esta capital, hacen de Chapultepetl un sitio de recreo bastante frecuentado y que excita en muchos concurrentes el deseo de saber el origen de aquel palacio y de las construcciones que le circundan, la antigüedad de aquellos árboles gigantescos, la época del establecimiento del jardín botánico, el destino de las aguas de sus manantiales, y todos los objetos de aquel sitio encantador; mas las noticias de algunas de estas cosas se han perdido en la oscuridad de los tiempos y dado margen a tradiciones más o menos verosímiles, y aun a anécdotas verdaderamente extrañas. Sensible es que a pesar de los esfuerzos emprendidos hasta ahora con el objeto de investigar los documentos relativos a la historia antigua y moderna de Chapultepetl, la pérdida o extravió de ellos, no nos permita comunicar los datos más exactos y 20
los detalles más minuciosos que hemos tenido a la vista cuando hemos dado la descripción de otros edificios principales en México; sin embargo, no dudamos que se leerán con interés algunas ligeras observaciones sobre los objetos que llaman más la atención después de un rasgo histórico de este memorable sitio.” 12
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RELACIÓN DE FOTOGRAFÍAS Portada, Panorámica del Bosque de Chapultepec, López S., Eduardo, 2004 1. Detalle del mapa de Cuauhtinchan No. 2 donde la figura de la cueva de Cincalco como muy cercana al cerro de Chapultepec. Al pie del cerro de Chapultepec todavía existe una cueva que data de la época prehispánica (actual entrada al ascensor). FERNÁNDEZ, M. A., Chapultepec: Historia y Presencia, México, Edición Privada, 1988, p. 18 2. La llegada, derrota y expulsión de los mexicas en Chapultepec, según el mapa de Sigüenza. Documento del siglo XVI donde destaca el cerro del Chapulín. Sala de Testimonios Pictográficos de la Biblioteca “Eusebio Dávalos” del INAH. Ibidem, p. 24. 3. Vista de una cañería de arcos que están haciendo los Yndios desde la Alberca de Chapultepec a México. Durante siglos, Chapultepec fue codiciado por las aguas de sus manantiales. Lámina 148 del volumen IV del Códice Panes-Abellán. Ibidem, p. 30. 4. Forma y levantado de la Ciudad de México. Obra de Juan Gómez de Trasmonte, en 1628. En el ángulo inferior derecho, aparece el Bosque de Chapultepec, una construcción en la cima del Cerro, y los acueductos. Cromolitografía de 1907 basada en el original. Ibidem, p. 54. 5. Fuente de la Tlaxpana, terminal del Acueducto Norte (principios del siglo XIX. Vieja litografía). CAMPOS, R. M., Chapultepec: su Leyenda y su Historia, México, Talleres Gráficos del Gobierno Nacional, 1922, p. 4. 6. El Acueducto, la Ciudad y los volcanes. (De un grabado antiguo). Ibidem, p. 4. 7. Ruinas de la Arquería. Ibidem, p. 16. 8. Centro de la Fuente Colonial. Alfonso Teja Zabre, CHAPULTEPEC, Publicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Talleres de Impresión de Estampillas y Valores, México, 1938. s/n página. 9. Restos del Acueducto construido por el virrey Bucareli, sobre avenida Chapultepec, Hueytletl T., Alfonso, 2004 10. Fuente inicial del Acueducto construido por el virrey Bucareli, sobre avenida Chapultepec, Ibidem, 2004 22
11. La fuente del Salto del Agua. Manuel Romero de Terreros afirmaba que la fuente debía su nombre a la hermosa cascada en miniatura que formaba el agua al caer al tazón de piedra. La fuente original se encuentra en la huerta del Museo Nacional del Virreinato, litografía de Casimiro Castro. Dibujo de L. Auda. Hacia 1855, Banco de México. Fernández, Op. Cit., p. 56. 12. Estado actual de la réplica de la fuente final del Acueducto de Chapultepec. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 13. Tenuxtitlan. Mapa atribuido a Alonso de Santa Cruz. Hacia 1555-1560. detalle que muestra el Cerro de Chapultepec, la Ermita de San Miguel en lo alto y otras construcciones. Biblioteca de la Universidad de Upsala, Suecia. Fernández, Op. Cit., p. 44. 14. Chapultepec a mediados del siglo XIX. Los baños de la Alberca. (Litografía de la época). Campos, Op. Cit., p. 3. 15. Plano de la antigua fábrica de Chapultepec, se trata de la antigua mansión virreinal al pie del Cerro de Chapultepec, con la alberca chica o de Moctezuma dentro de sus límites. Año de 1787. Archivo de Indias, Sevilla. Fernández, Op. Cit., p. 53. 16. Vista de los contenedores de agua de época prehispánica y colonial, e inicio del Acueducto de Chapultepec. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 17. La vieja alberca del Bosque. Campos, Op. Cit., p. 15 18. Baños de Moctezuma. Manantial prehispánico y arreglos durante la época porfiriana. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 19. Biombo o mampara donde figura la antigua mansión virreinal en Chapultepec. Conmemora los festejos que se celebraron en 1702 con ocasión de la llegada del virrey Francisco Fernández de la Cuerva, duque de Albuquerque. Óleo sobre tela. Colección Banco Nacional de México (Detalle) Fernández, Op. Cit., p. 50. 20. Detalle del mapa de la época del virrey, Primer Conde de Revillagigedo (c. 1748). Puede apreciarse la colina de Chapultepec, sus albercas, acueductos, molinos, ranchos y haciendas cercanas. Óleo sobre papel. Museo Nacional de Historia. Fernández, Ibidem, p. 50. 21. Casa del Guardabosque. Campos, Op. Cit., p. 8. 22. Una escalera del Castillo. Campos, Ibidem, p. 12
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23. Vista de la fachada principal del antiguo acceso al Bosque. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 24. Entrada del antiguo acceso al Bosque. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 25. Monumento a los niños héroes de 1847. Campos, Op. Cit., p. 21 26. Estado actual del monumento a los Niños Héroes diseñado por el Arq. Ramón Rodríguez Arangoiti. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 27. Columna en memoria de los Niños Héroes. página.
Teja Zabre, Op. Cit., s/n
28. La Tribuna Monumental y el ahuehuete rey. Campos, Op. Cit., p. 16 29. Ahuehuete de Moctezuma (ó el “Sargento”) y Tribuna Monumental. Teja Zabre, Op. Cit., s/n página. 30. Estado actual de la Tribuna Monumental, donde pueden observarse las alteraciones realizadas por el Ejercito Mexicano, en homenaje al “Escuadrón 201”. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 31. Tribuna de Honor de Chapultepec o Tribuna Monumental, con el ahuehuete conocido como “El Sargento”. Óleo sobre tela pintado por Mateo Saldaña (1875-1951). Colección Privada. Archivo Javier Pérez de Salazar. Fernández, Op. Cit., p. 125 32. Fuente de la Templanza. Fernández, Ibidem, p. 193 33. Panorámica del estado actual de la Fuente de la Templanza, escultura realizada por Enrique Guerra en 1910. Hueytletl, Op. Cit., 2004. 34. Detalle de la Fuente de la Templanza, la escultura fue reubicada en su sitio actual, a instancia del Pres. Ortiz Rubio en 1931. Hueytletl, Ibidem, 2004.
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CITAS BIBLIOGRÁFICAS 1. FERNÁNDEZ, M. A., Chapultepec: Historia y Presencia, México, Edición Privada, 1988, p. 15. 2. HIDALGO ROQUE, R. DEL C., El Castillo de Chapultepec: su Historia y su Arquitectura, México, UNAM, p. 12 3. Ibidem, p. 26-27 4. ROMERO ÁLVAREZ, J. G., Ramón Rodríguez Arangoiti: Arquitecto del Siglo XIX, México, Grupo Ed. Porrúa, 2000, p. 7 5. Ibidem, ROMERO ÁLVAREZ, J. G., p. 7 6. CAMPOS, R. M., Chapultepec: su Leyenda y su Historia, México, Talleres Gráficos del Gobierno Nacional, 1922, p. 31 7. Op. Cit., ROMERO ÁLVAREZ, J. G. p. 91 8. Ibidem 9. Op. Cit., FERNÁNDEZ, M. A., , p. 171 10. Ibidem, p. 171-172 11. Ibidem, p. 196 12. Ibidem, p. 198-201
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BIBLIOGRAFÍA Campos, Rubén M. CHAPULTEPEC: SU LEYENDA Y SU HISTORIA Talleres de Gráficos del Gobierno Nacional México, 1922 Chomel, Martine; Gómez, Amparo; Martínez, Rosalino; Meyer, Bárbara y Pavía, Ma. Teresa HISTORIA DE UN CASTILLO Instituto Nacional de Antropología e Historia Castillo de Chapultepec México, 1986 Fernández, Miguel Ángel CHAPULTEPEC: HISTORIA Y PRESENCIA Edición Privada Smurfit, Cartón y Papel de México, S. A. de C. V. 1988 Hidalgo Roque, Reyna del Carmen EL CASTILLO DE CHAPULTEPEC: SU HISTORIA Y SU ARQUITECTURA Pasante de Servicio Social UNAM Moreno Cabrera, María de la Luz PROGRAMA DE TRABAJO: BAÑOS DE MOCTEZUMA INAH, abril 2004 Romero Álvarez, Juan Guillermo RAMÓN RODRÍGUEZ ARANGOITI: ARQUITECTO DEL SIGLO XIX Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa México, año 2000 Teja Zabre, Alfonso CHAPULTEPEC Publicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público Talleres de Impresión de Estampillas y Valores México, 1938
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