PUERTO ABIERTO CIUDAD CERRADA? TRANSFORMACIONES SOCIO-ESPACIALES EN LA ESTRUCTURA URBANA DEL ÁREA METROPOLITANA DE VALPARAÍSO'

Revista Geográfica de Valparaíso N° 36 12005 ISSN 0716 - 1905 [189-2061 PUERTO ABIERTO ¿CIUDAD CERRADA? TRANSFORMACIONES SOCIO-ESPACIALES EN LA ESTRU

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Revista Geográfica de Valparaíso N° 36 12005 ISSN 0716 - 1905 [189-2061

PUERTO ABIERTO ¿CIUDAD CERRADA? TRANSFORMACIONES SOCIO-ESPACIALES EN LA ESTRUCTURA URBANA DEL ÁREA METROPOLITANA DE VALPARAÍSO' Rodrigo Hidalgo D.* y Axel Borsdorf M.** * Autor Principal. Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile ([email protected]). ** Instituto de Geografía, Universidad de Innsbruck, Austria ([email protected]).

Resumen. En la última década en las principales ciudades chilenas se acrecentó el proceso de

construcción de espacios residenciales de acceso restringido para quienes habitan en ellos. El estudio de los efectos que este tipo de intervenciones ha tenido sobre las ciudades del país está centrado en su mayor parte en la realidad del área metropolitana de Santiago, existiendo escasos antecedentes sobre la situación del resto de las urbes que conforman el sistema urbano nacional. En este sentido, el texto intenta avanzar en la dirección señalada y contribuir al conocimiento de la construcción de la ciudad cerrada en el área metropolitana de Valparaíso, a través del estudio de los elementos que la componen como son los condominios, autopistas urbanas y grandes centros comerciales levantados desde 1990 en adelante.

Palabras clave: área metropolitana de Valparaíso, barrios cerrados, fragmentación urbana. OPEN HARBOR, CLOSED CITY? SOCIO-SPATIAL TRANSFORMATIONS IN THE URBAN STRUCTURE OF VALPARAISO'S METROPOLITAN ARFA

Abstract. In the last decade, in the main Chilean cities, the construction process of

residential ;paces with a restricted access to those living in them has been increasingly stimulated. The study of the impact that this kind of interventions has had on the countrys; cities has been centered mostly on the reality of Santiago's metropolitan area; however, there exist scant data about the remaining cities in the national urban system. In this sense, this article attempts to both discuss the aboye and contribute to the knowledge of the construction of the closed city in Valparaiso's metropolitan area by mean; of the analysis of the elements that make up this area, such as condos, urban highways, and large malls built from 1990 on.

Key words: Valparaiso's metropolitan area, closed neighborhoods, urban fragmentation.

' Este artículo surge dentro del marco de proyectos fomentados por los institutos de investigación chilenos y austriacos: Fondecyt N° 1030472 y N° 7040113, así como también FWF N° 14883. 189

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REVISTA GEOGRÁFICA DE VALPARAÍSO, N° 36, 2005

INTRODUCCIÓN

Las interpretaciones sobre las transformaciones metropolitanas ocurridas en las últimas décadas están en su mayoría asociadas a los cambios del sistema económico ocurrido con la llegada del neoliberalismo y de la globalización (De Mattos, 2003). Sin embargo, la relación entre estos megaprocesos y las mutaciones acaecidas en las aglomeraciones urbanas no son de carácter lineal ni tampoco se reproducen de la misma manera en las diferentes ciudades del orbe. En este sentido, las formas físicas del crecimiento urbano en el contexto de la globalización, deben también ser analizadas a partir de las contradicciones que se presentan en los ámbitos globales y locales (Borja y Castells, 1998). Por una parte se reproducen los citados artefactos de la globalización, pero por otro ellos muestran unas manifestaciones que algunas veces poco tienen que ver con el original. Uno de los ejemplos destacados es el caso de los malls o centros comerciales de grandes superficies, anclados en el modelo angloamericano, pero con expresiones de desarrollo muy diferentes en los distintos lugares del mundo, como es la constatación de iglesias en el caso de Manila en Filipinas o centros educacionales en Santiago de Chile (Salcedo, 2003). Durante las dos últimas décadas en las ciudades y en especial en las áreas metropolitanas chilenas se han vivido importantes modificaciones que se expresan en la forma de crecimiento y distribución espacial de la población y de las actividades económicas, tanto a escala nacional como de las ciudades propiamente tales. Las obras públicas modifican significativamente en el paisaje urbano e interurbano nacional (Alvarez, 2002), sobre todo en lo que dice relación con los accesos viales principales y vías de alta circulación para el caso de la capital del país. En este sentido, bajo el esquema de las «concesiones viales» el sector privado comienza a movilizarse en búsqueda de rentabilidades atractivas para sus inversiones, lo que potencia la expansión física de las áreas metropolitanas y de las ciudades intermedias (Hidalgo, Salazar y Alvarez, 2003).

En este sentido, se puede apuntar que importantes superficies de suelo rústico han perdido esa condición, pasando a formar parte de un espacio urbano que se torna cada vez más dinámico y su generación ya no queda condicionada solamente al crecimiento del borde de la ciudad, sino que comienza a exacerbarse el proceso de «suburbanización» (Ortiz y Escolano, 2005). Para el caso del área metropolitana de Santiago lo anterior redunda en una persistente expansión tentacular de la mancha urbana central, la que desborda continuamente los límites de la ciudad, extendiéndose hacia las áreas rurales circundantes (De Mattos, 1996, 1999). Por otro lado, en el interior de las áreas urbanas se reconvierten espacios especializados en actividades secundarias, los que transitan hacia usos terciarios o de servicios en general. Por su parte, las áreas residenciales expresan diferentes acontecimientos que marcan su morfología y factores determinantes. La plusvalía de los espacios de mayor demanda determina la densificación de aquellos lugares privilegiados en términos de localización y equipamientos comerciales. Las áreas centrales, en especial de la ciudad de Santiago, comienzan a sufrir una significativa renovación física, que desencadena la elitización' o aburguesamiento de la base social de algunos sectores deteriorados en términos de edificación, pero bien dotados de las infraestructuras urbanas correspondientes.

La vivienda como producto terminado también expresa la modificación de algunas de sus pautas de producción. Las unidades son comercializadas en general bajo la modalidad de lo que se conoce en Chile como condominio y que corresponde a un conjunto de casas unifamiliares o departamentos en altura que tienen acceso controlado (Hidalgo, Alvarez y Salazar, 2003). La difusión de esta forma de agrupación residencial ha sido notable en las últimas décadas y modifica significativamente el espacio de algunos municiEl concepto de elitización ha sido propuesto como la acepción en castellano del anglicismo gentrificación, entendido como el proceso de cambio de la matriz social de áreas centrales deterioradas de la ciudad (García, 2001).

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pios de las áreas metropolitanas y ciudades intermedias, donde gran parte de la variación del crecimiento del parque residencial en el último período intercensal se explica por edificación de este tipo de residencias (Borsdorf e Hidalgo, 2004 a).

dos —como los barrios cerrados— se extienden por doquier en el área urbana. Templos de consumo —como malls, shopping centers y multitiendas— ya no son, como antaño, un privilegio del barrio alto; sino que, están diseminados por toda la ciudad (Figura 1).

El desarrollo de estos nuevos emprendimientos ha estado aparejado con la profundización de la fragmentación del espacio social de la ciudad. Precisamente los condominios, en sus distintas modalidades, pretenden insertarse en la ciudad como unidades autónomas, con un contacto filtrado, en función de las necesidades laborales y de servicios en general, con la ciudad "más afuera" de sus límites perimetrales. Estos espacios residenciales se configuran como un elemento central del nuevo modelo de la organización espacial de las ciudades latinoamericanas (Borsdorf, 2000, Janoschka, 2002 y Mertins, 2003) y cuya expresión cobra cada vez más fuerza en el contexto chileno, sobre el cual sólo existen antecedentes para el estudio de Santiago (Hidalgo, 2004 y Borsdorf e Hidalgo, 2004 a y b), desconociéndose en parte la realidad del resto de las urbes del país.

Lo que es aplicable al mercado habitacional y al comercio al por menor, se refleja también en los nuevos patrones de emplazamiento para las prestaciones de servicio y complejos industriales: las torres de oficinas no se construyen solamente en los barrios tradicionales de la gente acomodada, el casco antiguo de la ciudad y sus distritos aledaños, todavía en decadencia durante los años ochenta, vuelven a recibir fuertes impulsos de crecimiento vertical. El sector industrial tiende, finalmente, a agruparse cada vez más, en pequeños y medianos parques empresariales y a distanciarse de los emplazamientos tradicionales, que se ubicaban en los accesos de las ciudades y vías ferroviarias (Borsdorf e Hidalgo, 2005).

En este contexto, se busca caracterizar el nuevo modelo de construcción del espacio residencial en el Área Metropolitana de Valparaíso (AMV), teniendo como base de análisis la edificación de condominios en las comunas que forman parte de ella y algunas características morfológicas de dichos conjuntos. A su vez se persigue relacionar estos procesos con los factores económicos y sociales globales que subyacen en estas intervenciones.

Los barrios cerrados y el paso de la polarización a la fragmentación de los espacios metropolitanos Una de las características más resaltantes del desarrollo urbano en Latinoamérica, reside en la fragmentación de la ciudad en numerosas unidades pequeñas especializadas, de acuerdo con sus funciones. La antigua bipolaridad con su correspondiente división de una ciudad para "ricos" y una para "pobres" vigente hasta la década de los setenta, ha sido superada. Islas para adinera-

Son precisamente las grandes urbes, constituyentes de áreas metropolitanas, donde al unísono se reproducen fenómenos como segregación y disgregación del tejido social urbano. En este escenario los espacios residenciales expresan una dualidad que va desde la vivienda social a los condominios o barrios cerrados, habitados no sólo por las élites sino que también por grupos medios y medios bajos, que en el modelo de la ciudad fragmentada se distribuyen por diversas localizaciones, con distinta base social y territorial (Borsdorf, 2000; Meyer & Báhr, 2001; Kohler, 2002; Kanitscheider, 2002; Hidalgo y Borsdorf, 2005).

Los barrios cerrados, entendidos como las áreas de viviendas con acceso controlado y con dispositivos de seguridad, son nuevos elementos que marcan la estructuración del espacio urbano y modelan, de diferentes formas, la fisonomía actual de la ciudad latinoamericana (Borsdorf, Báhr y Janoschka 2002; Mertins, 2003). Respecto de las causas de este fenómeno, algunos autores como Borsdorf (2002) y Borsdorf e Hidalgo (2004a) hacen hincapié en la proximidad de la cultura ibérica; otros, como de Mattos (2003) y Parnreiter, Fisher y Jáger (2005) responsabilizan a

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la globalización. No obstante, considerando las tendencias recientes, se podría llegar finalmente a un consenso, puesto que los megaproyectos surgidos de un tiempo hasta ahora rompen con cualquier tradición urbana arraigada en Latinoamérica y pueden ser considerados como consecuencias de la globalización, con manifestaciones particulares en cada uno de los países donde se han materializado.

Metodología para el estudio de los barrios cerrados y los cambios en la estructura urbana en el AMV Si aplicamos el concepto de conurbación, que corresponde a la unión de varias entidades urbanas cuyas periferias respectivas se han fusionado (Geddes, 1915), en la actualidad el AMV se encuentra integrada por 5 comunas, como son: Viña del Mar, Concón, Valparaíso, Quilpué y Villa Alemana (Figura 2).

Figura 1.

Evolución de los principales elementos de la organización urbana en la ciudad latinoamericana (modificado de Gormens, 1981)

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En estas cinco comunas se procedió a construir una base de datos con la información de los conjuntos de vivienda acogidos a la Ley 19.537 de 1997 sobre copropiedad inmobiliaria, antecedentes que fueron levantados en las direcciones de obras municipales (DOM) respectivas. Dicha ley contempla dos formas jurídicas de condominios. La primera (tipo A) constituida por construcciones divididas en unidades emplazadas en un terreno de dominio común; es decir, edificios de departamentos con propiedad horizontal o por pisos, llamados en adelante condominios verticales. La segunda (tipo B), constituida por predios con construcciones en copropiedad en el interior de cuyos deslindes existen a la vez sitios pertenecientes exclusivamente a cada copropietario y terrenos de dominio común de todos ellos; es decir, condominios de casas llamados en adelante horizontales.

Teniendo en consideración estos antecedentes se catastró el nombre del condominio, lugar de ubicación (dirección), fecha de aprobación, constructora, superficie predial y construida y número de viviendas. El espacio temporal definido en un principio, corresponde a la década entre 1990 y 2000; sin embargo, hasta el día de hoy, la base de datos ha sido constantemente actualizada. La expresión gráfica de la base de datos alfanumérica se logró con dos modalidades preferentes: (1) por el procedimiento de la geocodificación, es decir a través del ingreso de la dirección al SIG Arcview 3.3, detallando calle y número, cuando se contaba con un plano digital compatible con dicho sistema o (2) por la corroboración o búsqueda del registro de la DOM en el terreno con GPS. Una vez confeccionada la cartografía de condominios según tipología vertical y horizontal, el paso siguiente fue contrastar la localización de dichos conjuntos de viviendas con los cambios socio-espaciales en los lugares que ellos se emplazaron. Para ello se aplicó, a nivel de zona censal, el índice de Desarrollo Socioeconómico (IDS), que se utilizó tanto para los datos contenidos en los censos de 1992 y 2002. El procedimiento del cálculo del IDS fue tomado a partir del índice de

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Desarrollo Humano (IDH), metodología propuesta por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (PNUD/MIDEPLAN, 2000) El IDS se construyó en base a tres tipos de indicadores o dimensiones: bienes suntuarios, nivel de estudio de la población de más de 25 años y calidad de la vivienda (Hidalgo y Borsdorf, 2005). El primero de ellos consideró nueve variables para 1992 y once para 2002. En este último caso estas fueron: auto particular, lavadora, camioneta particular, microonda, moto particular, refrigerador, teléfono red fija, televisión a color, video grabador, Internet y televisión por cable. En el caso de la dimensión educación ella está compuesta por 5 categorías: humanidades, educación media, centro de formación técnica, instituto profesional y universidad. Las variables de calidad de la vivienda fueron: techo, piso y pared, que el censo detalla a partir de los materiales utilizados en su construcción. Posteriormente se llevó a cabo la estandarización de los datos, con el fin de homogenizar los valores y entregarle el mismo p e s o a c a da s u b í n d i ce . La f ór m u la d e la estandarización es la siguiente: valor máximo-valor mínimo/valor de la variable–valor mínimo. Finalmente, por cada zona censal se sumaron los tres valores estandarizados de cada dimensión considerada, obteniéndose así el IDS para cada zona censal de las comunas en estudio. Los valores más altos expresan mayores niveles de desarrollo socioeconómico. El conjunto de datos para realizar dicho cálculo se efectuó a través de R e d a t a m - G 4 , d e f in i d o c om o u n s i s te ma informático para recuperar datos censales en áreas menores.

Barrios cerrados y transformaciones socioespaciales en la estructura urbana del AMV, 1992-2002 Los procesos que dieron lugar a la conformación de este espacio metropolitano, tienen que ver con la expansión de la ciudad-puerto de Valparaíso y con el modo en que a partir de ella se fueron consolidando sus principales vías de comunicación, tanto con Santiago como con los asentamientos del valle del Aconcagua (Salinas, 1967).

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En términos demográficos Valparaíso se constituye como la segunda ciudad del país producto de su tráfico portuario y de las actividades de servicios vinculadas a dicha función, situación que se produce cuando ella sobrepasa los 20.000 habitantes hacia la década de 1820. La anexión de Viña del Mar se relaciona, en un primer momento, a la localización de algunas industrias que convivían en la última década del siglo XIX con algunos incipientes balnearios (Cáceres y Sabatini, 2003). Sin embargo, será la construcción de viviendas para las elites porteñas, principales o de carácter secundario, las que impulsaron el desarrollo urbano residencial de esta ciudad, situación que se consolida a través de la ruta trazada por el ferrocarril Santiago – Valparaíso construido a mediados del siglo XIX (Morales y Allesh, 1996). La vinculación física con Concón es producto de la construcción del camino que la une con Viña del Mar, obras que se entregan en una primera etapa a comienzos de la década de 1920 y en forma definitiva, con carpeta pavimentada, en 1930 (Sumonte, 1994). Con una función predominantemente residencial asociada a la consolidación del balneario y sus actividades de ocio, Concón es punto de destino de población santiaguina y también de áreas contiguas. El nexo con los asentamientos de la cuña interior o mediterránea, Quilpué y Villa Alemana, se produce gracias a la construcción de las estaciones intermedias del ferrocarril de Santiago a Valparaíso, que abre las puertas a la instalación de segundas residencias y casas quinta, que tempranamente se instalan en dicho trayecto. Adentrado el siglo XX se consolidará también la vía terrestre denominada camino Troncal, que se constituye en un eje a lo largo del cual se localizarán industrias y viviendas, tanto para obreros fabriles como para las clases medias provenientes del AMV (Morales y Allesh, 1996). El proceso descrito da a lugar a la ciudad bipolar, con áreas residenciales para sectores de altos y medianos ingresos, principalmente en las áreas planas de Viña del Mar, como también en las terrazas costeras inferiores de la misma comuna en el sector de Reñaca. Se funden en el mismo espacio residencias para habitantes per

manentes o semi permanentes, estos últimos provenientes de Santiago que comienzan a ocupar principalmente viviendas en altura o departamento s en cop r opi eda d qu e com ien za n a ser ofertados en dicho lugar. Esta situación toma lugar hacia la década de 1950 y se manifiesta hasta nuestros días. Esto último es también válido para algunos sectores de Concón cercanos al borde costero. Al mismo tiempo en las áreas terrazas marinas altas de Valparaíso, Viña del Mar y Concón se generan asentamientos espontáneos de autoconstrucción hacia el mismo período y son habitados por población de bajos ingresos. En esta misma zona se emplazan en la actualidad viviendas sociales y ocupaciones de vivienda precarias que son objeto de iniciativas como Chile Barrios y Un Techo para Chile. En Villa Alemana y principalmente en Quilpué ocurre una situación similar, pero cuya gradiente social se manifiesta hacia en las zonas más altas desde el camino Troncal. La situación descrita comienza a ser modificada en algunos casos y reforzada en otros a partir del impulso que adquiere la edificación de condominios verticales y horizontales, que se produce en la última década donde estas intervenciones no solo densifican los espacios ya consolidados sino que también se materializan en las comunas de la periferia del AMV como Quilpué, Concón y en menor escala Villa Alemana. El auge inmobiliario del AMV en el contexto de la desregulación del mercado del suelo comienza en la década de los ochenta, cuando en Reñaca se inicia la construcción en la primera línea de mar de edificios semipiramidales. La edificación en altura comienza así a difundirse hacia las terrazas marinas más altas, densificando de forma notable estos espacios (Negrete, Allesh, Alvarez y Schweitzer (2000). En la década de los noventa irrumpen con fuerza los proyectos inmobiliarios del tipo resort, de tiempo compartido, los cuales son diseñados como condominios con medidas de seguridad y acceso restringido, que se difunden especialmente en el sector de Reñaca en Viña del Mar y en Concón (Castro y Villagrán, 1997). De lo anterior, se constata que los condomi-

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nios verticales, en un primer momento, se materializaron con especial fuerza en el borde costero y posteriormente se difunden hacia zonas interiores, teniendo los condominios horizontales una localización más periférica principalmente por la disponibilidad y valor del suelo para generar proyectos inmobiliarios de baja densidad. Durante los años noventa, ambas alternativas de espacios residenciales cerrados modifican la estructura del espacio residencial del AMV y por ende, de los servicios y equipamientos asociados a ellos. La información de la Tabla 1, indica que se construyeron en el período 1990-2000 más de 9.336 viviendas repartidas en 293 condominios en el AMV. Del total de las residencias edificadas, el 83% corresponde a unidades en altura y 17% a casas unifamiliares.

Si logramos visualizar la localización de los condominios de casas y departamentos (Figura 2), y su correlación con otras dimensiones del desarrollo metropolitano de Valparaíso, como es la evolución del índice de Desarrollo Socioeconómico (IDS) por comuna, la localización del comercio y de algunos servicios, medidos a través de la ubicación de los hipermercados y mall' , y las tendencias migratorias al interior del AMV, es posible dibujar el patrón espacial actual de la estructura residencial. Este ejercicio queda representado en la Figura 2, que expone lo que hemos llamado "El modelo de la ciudad cerrada en el AMV", cuya explicación se remite a las siguientes consideraciones: 1. A nivel general, atrás de la edificación de nuevas residencias existen procesos demográficos que expresan importantes cambios al interior del AMV. En términos de población, se constata, para el último período intercensal (19922002) un crecimiento significativamente mayor de las zonas o comunas periféricas (Arenas e Hidalgo, 2003). Villa Alemana, con un 33,4% de crecimiento, supera en más de cuatro veces lo que crece el conjunto del AMV (Tabla 3).

En cada uno de los municipios que componen el AMV, este universo presenta importantes variaciones, es así como mientras Valparaíso reúne el 34% del total de las viviendas construidas, Villa Alemana tan sólo agrupa al 1,6% de ellas. Esto lleva a apuntar que los cambios espaciales aludidos afectan a determinadas áreas con una magnitud diferenciada, que va desde una escasa presencia de barrios cerrados hasta la acumulación de un gran número de ellos. En este último escenario, la fuerza adquirida por la construcción de estos conjuntos de viviendas da a lugar un nuevo modelo de estructura residencial, que es muy evidente en las dos comunas más importantes del área, donde los vectores de cambios están representados por la concentración, en determinados lugares, de dichos conjuntos habitacionales.

En el caso de Quilpué se reproduce el mismo fenómeno aunque de manera menos pro nunciada. Las comunas de Viña del Mar y Concón, no sólo crecen menos que el pro medio de la región sino además lo hacen con más de tres puntos porcentuales por debajo del promedio del AMV. Lo más significativo es el decrecimiento de la Comuna de Valparaíso (-2,48%).

Tabla 1. Número de conjuntos, viviendas y superficies involucradas en la construcción de condominios según comunas del AMV, 1990-2000 Número de condominios Comunas

Número de viviendas

Casas

Deptos

Total

Concón

27

35

62

21.2

Quilpué

42

14

56

19.1

Valparaíso

30

46

76

Viña del Mar

5

88

Villa Alemana

1

5

TOTAL

105

188

%

Casas

Superficie Total Construida Predial (m ) % (MI) 2

Deptos

Total

%

519

860

1379

14.8

313271.92 39.2

131160.32

14.5

518

1027

1545

16.5

77517.48 9.7

162451.00

18.0

25.9

428

2747

3175

34.0

118353.40 14.8

219459.17

24.3

93

31.7

29

3062

3091

33.1

273712.36 34.3

376297.34

41.7

6

2.0

80

66

146

1.6

16198.15 2.0

12590.39

1.4

293 100.0

1574

9336

100

799053.31 100

901958.22

100.0

7762

196

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2. Estas cifras totales de variación ínter censal de la población contrastan con el comportamiento del parque habitacional para igual período de tiempo. El conjunto de comunas del AMV aumenta su número de viviendas, siendo Concón, Villa Alemana y Quilpué las que ostentan mayores incremente en términos relativos: 85.7%, 52.2% y 41.4%, respectivamente. Sin embargo en términos absolutos el aumento más notable es el del Viña del Mar, que sumó entre 1992 y 2002 27.513 unidades habitacionales. Del aumento del parque de viviendas, la construcción de condominios explica la variación del 41.4% en Valparaíso, 25.8% en Concón y del 19.2% en Viña del Mar (Tabla 4). Aunque estas cifras no son aun mayoritarias, ellas expresan un proceso que se encuentra en pleno funcionamiento y que cobra cada vez más significación en la organización urbana del AMV. 3. Del punto 1 y 2 es posible apuntar que existe un importante aumento de viviendas, tanto en las comunas que ganan y pierden población, situación que nos da cuenta del auge inmobiliario, en el cual la vivienda en condominio adquiere cada vez mayor protagonismo, y de la importancia que adquiere el mercado de la segunda residencia en el AMV. Si consideramos la información del Censo de 2002, las comunas de Valparaíso y Viña del Mar, presentan las mayores cifras de moradas desocupadas no habitadas, representando el 19,64% y 15,25% respectivamente, de un total de 22.970 construcciones con esta característica. La comuna con

el mayor número de viviendas desocupadas con personas ausentes es Viña del Mar con 5.536 construcciones, abarcando el 67,71 % del total metropolitano (Tabla 5 y Figura 3). Muchas de ellas, segundas residencias, que indican la importante función de recreación y vacacional que detenta el territorio. 4. Con respecto a los movimientos migratorios que acontecen en el AMV, es posible señalar que entre los años 1997 y 2002, las comunas de Quilpué y Viña del Mar se convirtieron en el principal destino de los inmigrantes a nivel regional, representando el 25,63% y 25,60% respectivamente, de un total de 66.284 personas (Tabla 6 y Figura 4). A su vez, las comunas de origen que hicieron los mayores aportes emigratorios fueron Viña del Mar con un 30,83% y Valparaíso con un 26,06%. De las comunas colindantes al AMV, el origen de los inmigrantes, principalmente, se encuentran en los territorios político-administrativos de Limache y Quillota con 1.383 y 1.633 personas, respectivamente. Cifra que debería incrementar una vez que el sistema de transporte MERVAL -Metro Regional de Valparaíso- entre en funcionamiento en toda su extensión, es decir desde el puerto de Valparaíso hasta la ciudad de Limache.

Tabla 3. Población total y porcentaje de variación para 1992-2002 en comunas del AMV.

Comunas/ Región/ Provincia Valparaíso (*)

1992 282.840

Concón (*)

18.872

Quilpué (*)

104.203

% de 2002 variación -2,48 275.982 41,52 32.273 18,96 128.578 25,05 95.623

Villa Alemana (*)

71.672

Viña del Mar (*)

285.454

286.931

Total AMV

763.041

819.387

0,51 6,88

Total Provincia de Valparaíso

808.576

876.022

7,7

1.384.336 1.539.852

10,1

Total Región de Valparaíso Fuente: INE, 1992 y 2002.

197

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Tabla 4. Total de viviendas, porcentaje de variación y peso relativo en el crecimiento del parque habitacional 1992-2002 de las viviendas en condominios en comunas del AMV.

Comunas

1992 (A)

2002 (B)

Valparaíso (*)

% de Variación

Viviendas en Condominios 1990- 2002 ©

C/B-A* 100(*)

73245

81090

10.44

3175

41.42

Concón (*)

6225

11561

85.72

1379

25.84

Quilpué (*)

27967

39559

41.45

1545

13.33

Villa Alemana (*)

18818

28646

52.23

146

1.49

Viña del Mar (*)

83589

99622

19.18

3091

19.28

Total AMV

210024

260478

24.02

9336

18.50

Total provincia

228314

289257

26.69

s/i

Total Región

409026

532654

30.22

s/i

(*) Porcentaje del total de viviendas en condominio sobre la variación del parque habitacional en comunas del AMV, 1992-2002.

S. La construcción de nuevas autopistas ínter co munales y el mejoramiento de las vías exis tentes, se convierten en la columna vertebral, tanto este – oeste y norte - sur, de expansión, avance y articulación del AMV. La rápida co municación e intercambio que aseguran es tas rutas -Las Palmas, Troncal Sur, camino La Pólvora- son un estimulo a la proliferación de

proyectos inmobiliarios y por consiguiente de condominios, pues se convierten en un atributo extra de estas urbanizaciones cerradas, situación que sin duda alguna, será reforzada por la construcción del Metro Merval, que entregará un servicio rápido, confiable y económico a los nuevos residentes de este tipo de construcciones.

T ab la

S.

Viviendas ocupadas y desocupadas según categorías censales para 2002 en comunas del AMV Nombre de la Comuna

Valparaíso

Viviendas ocupadas con personas presentes

%

Viviendas ocupadas

%

Viviendas Desocupadas

%

Total de Viviendas

%

con personas ausentes

75207

32,80

1364

16,68

4512

19,64

81090

Concón

8920

3,89

270

3,30

2371

10,32

11561

4,44

Quilpué

36299

15,83

644

7,88

2616

11,39

39559

15,19

Villa Alemana

26584

11,59

362

4,43

1700

7,40

28646

11,00

Viña del Mar

82312

35,89

5536

67,71

11771

51,25

99622

38,25

8176

100

22970

100

260478

100

Total Fu~nte: INE, 2002.

229322 88,04

100

3,14

8,82

100,00

31,13

198

REVISTA GEOGRÁFICA DE VALPARAÍSO, W 36, 2005

Tabla 6. Origen de los inmigrantes al AMV a nivel regional, 1997-2002

Comunas de destino

Comunas de origen ValpaConQuilpué raíso cón

Valparaíso

218

Villa Alemana

Viña del Mar

Casa- Quinblanca tero

Puchun- Quicaví llota

Lima- Olmué che

Otros

Total

%

1563

947

5725

194

170

41

386

218

64

2562

12088

18,24

221

127

3400

11

173

10

151

80

26

306

5146

7,76

2867

6838

50

119

157

258

311

84

966

16991

25,63

4470

46

102

9

216

447

83

758

15091

22,77

170

261

92

622

327

105

3333

16968

25,60 100,00

Concón

641

Quilpué

5111

230

Villa Alemana

3997

188

4775

Viña del Mar

7525

658

2548

1327

Total

17274

1294

9107

5268

20433

471

825

309

1633

1383

362

7925

66284

%

26,06

1,95

13,74

7,95

30,83

0,71

1,24

0,47

2,46

2,09

0,55

12

100,00

Fuente: INE, 2002.

9. Todas las comunas del AMV, evidencian la construcción de condominios en ambas tipologías, verticales y horizontales. Sin embargo, algunas presentan mayor proporción en una de las modalidades de condominios señaladas y, a su vez, poseen un importante número de viviendas edificadas en ellos. Existe una clara predominancia de los "en altura" en las comunas con borde costero como Viña del Mar y Concón (Figura 5). Mientras que las comunas mediterráneas se caracterizan por una mayor presencia de casas, por ejemplo Quilpué alberga a 42 condominios horizontales y solo 14 verticales (Figura 6). En el primer grupo de comunas, este tipo de construcciones son responsables de los cambios socioespaciales más relevantes que se viven en los espacios internos del AMV. Los efectos por ellos provocados en la estructura residencial se asocian a la "gentrificación" o "elitización", que se traduce en la llegada de habitantes con mayores entradas monetarias que aquellos que ya viven en esos lugares. Dicha situación queda demostrada en el aumento del IDS entre los años 1992 y 2002, en las zona censales que se convirtieron en receptores de viviendas en altura (Figuras 7 y 8). 10. Continuando con lo expuesto en el punto anterior, una mayor presencia de los condominios horizontales coincide además con las comunas de ingresos medios y bajos, como

Quilpue y Villa Alemana (Hidalgo y González, 2004). Sin embargo, ellos también aparecen en sectores de comunas de altos recursos, con edificación en altura, como Viña del Mar y Valparaíso. Las zonas con mayor incremento de su IDS, son aquellas directamente conectadas por el camino Troncal Sur, que a su vez coinciden con los que recibieron un mayor número de condominios entre 1992 y 2002. Similar situación se repite en el sector sur de Viña del Mar, en la cual su índice incrementó de 1.2 – 1.7 en 1992 a cerca de cerca de 2.2 en el 2002. 6. Inicio de la construcción de megaproyectos de ciudades valladas en Valparaíso con Curauma, que se ha planeado como una verdadera nueva ciudad, cuyos espacios residenciales se han diseñado bajo el principio de los barrios cerrados (Figura 9). Con una superficie de 4.300 has, a 15 kilómetros de Valparaíso y Viña del Mar por la Ruta 68, Curauma se levanta como uno de los proyectos inmobiliarios más importantes del país y de la región. Tiene contemplado además áreas industriales, comerciales y de servicios. Su construcción está programada para un horizonte de 25 años y espera acoger a una población entre 15 0.0 00 y 2 00. 000 ha bit ant es (v er www.curauma.cl). 7. La localización de los mall, shopping e hipermercados aparece asociada a las grandes vías

PUERTO ABIERTO ¿CIUDAD CERRADA?

concesionadas, se establecen como enclaves que facilitan o refuerzan el nuevo patrón de asentamiento de las urbanizaciones cerradas. Cuál centro del sistema habitacional, las construcciones de viviendas se agrupan a su alrededor en busca de su sustento y aprovisionamiento. Ello reafirma la idea de que los barrios cerrados se nutren de la ciudad formal de aquellos elementos que no son parte de su diseño. Esto constituye uno de los principios de la fragmentación provocada por dichos conjuntos habitacionales, que se basa en una relación de dependencia funcional selectiva con la urbe tradicional.

199

El modelo de la ciudad cerrada propuesto necesita ser ajustado constantemente a los cambios que se viven en el AMV, que son difíciles de monitorear a tiempo real, debido al vertiginoso desarrollo que ella mostró en sus espacios residenciales y sus dispositivos de servicios asociados, en la última década del siglo XX. Además en su confección futura será necesario incorporar los elementos que marcan el cambio en aquellos territorios que no aparecen cubiertos por los barrios cerrados, como es por ejemplo la vivienda social pública, para ampliar así el horizonte de análisis y tener una comprensión global del modo en que se está construyendo la metrópoli del siglo XXI.

Figura 2. El modelo de la ciudad cerrada en el AMV.

200

REVISTA GEOGRÁFICA DE VALPARAÍSO, N° 36, 2005

Figura 3.

Porcentaje de viviendas desocupadas a nivel de zona censal en el AMV.

Figura 4.

Origen de los inmigrantes al AMV a nivel regional, 1997-20021.

PUERTO ABIERTO ¿CIUDAD CERRADA?

Figura 5.

Condominios verticales en el límite entre Viña del Mar y Concón (fotografía Axel Borsdorf enero de 2005).

Figura 6.

Condominios verticales y horizontales en Quilpue (fotografía Axel Borsdorf enero de 2005).

201

202

REVISTA GEOGRÁFICA DE VALPARAÍSO, N° 36, 2005

Figura 7. índice de desarrollo socioeconómico a nivel de zona censal en el AMS para 1992.

Figura 8.

Índice de desarrollo socioeconómico a nivel de zona censal en el AMS para 2002

PU ERTO ABIER TO ¿C IU D AD C ERR AD A?

203

Figura 9. Viviendas en barrios cerrados de Curauma (fotografía Axel Borsdorf enero de 2005).

CONSIDERACIONES FINALES

Los estudios sobre los barrios cerrados o condominios en el caso chileno están especialmente concentrados en el área metropolitana de Santiago, existiendo escasos antecedentes para el resto de las ciudades chilenas. Este trabajo trató de aportar al conocimiento de este fenómeno en el AMV y leer las actuales transformaciones que se están llevando a cabo en este espacio urbano nacional y la forma en que él se está organizando en la actualidad. En un contexto general la influencia de la globalización y la transformación económica y sus consecuencias, retraso del estado, desregulación del desarrollo urbano y de las normas de planificación, crecimiento de la criminalidad, son fuerzas poderosas que acrecientan el proceso de construcción de barrios cerrados. Sin embargo las formas y tipologías constructivas varían en cada país, región y ciudad, teniendo pertinencia analizar las manifestaciones locales que en este caso asumen para el AMV dichos desarrollos inmobiliarios. Los resultados alcanzados comunican que los barrios cerrados se reparten en este territorio de forma diferenciada y que su difusión responde a

diferentes causas. A su vez, las consecuencias en la estructura urbana son diversas y se relacionan con los cambios socio-espaciales que ocurrieron en las comunas donde se localizan, así también con el trazado de las autopistas ínter comunales que articulan la expansión física del AMV. Así también los mall, shopping e hipermercason elementos centrales de este conjunto de obras urbanas que van dibujando el modelo de la ciudad cerrada en el AMV. Estos últimos equipamientos se asocian a las áreas de concentración de los condominios de viviendas unifamiliares y en altura, por lo que las zonas con mejor or provisión de este tipo de servicios son aquellas que se van configurando en torno a la ciudad cerrada. dos

Las variables paisaje y topografía son claves para entender la configuración espacial del modelo del AMV. En el borde costero de Viña del Mar, Concón y en menor de medida de Valparaíso, la edificación de los espacios residenciales cerrados informa de una importante densificación y modificación de la morfología urbana preexistente, cuya oferta está dirigida tanto a familias de la misma AMV como a población residente en Santiago que busca una segunda residencia y que prefieren los departamentos debido a la seguri-

204

REVISTA GEOGRÁFICA DE VALPARAÍSO, W 36, 2005

dad y a los costos de mantenimiento, menores que el de las casas. El motivo es comprensible: el ambiente y paisaje costero es un argumento de venta convincente, hecho que se ve coadyuvado con el nivel de equipamiento y servicios presentes en el AMV y por su cercanía con Santiago. Sin embargo, los lugares con vista al mar son limitados, por eso las áreas que ofrecen ese panorama son restringidas y el mayor valor agregado se consigue con construcciones verticales. Esta última situación conduce a levantar en las zonas más alejadas del borde mar la altura de la edificación y con ello la construcción de megatorres que se levantan como nuevos hitos de la presión inmo biliaria.

formación de un nuevo dibujo de la estructura territorial metropolitana, marcado por la fragmentación y por la ubicación de estas viviendas en las más diversas localizaciones. Con la materialización de las obras del MERVAL y con otros proyectos de autopistas urbanas, por ejemplo la vía subterránea del borde costero entre Viña del Mar y Valparaíso, es de esperar que la difusión de los c o n d o mi ni os s eg ui rá e n a u m e nt o e n l os p ró xi mos años, por lo que será necesario seguir investigando en las implicancias sociales y espaciales asociados a él.

Los edificios de departamento o condominios verticales expresan procesos distintos que los cond o m i n i o s h o r i z o n t a l e s , v i n c u l a d o s a l a densificación y cambio de la matriz social de los lugares donde se emplazan, así como preferencias particulares de sus habitantes. Ellos representan una modalid ad d e fra gmen tación del espa cio interior de la ciudad a través de la generación de pequeños y veces medianos fraccionamientos, que imponen un sistema de acceso controlado a los predios y fincas que los componen, los que en definitiva son barreras físicas que separan a sus moradores del mundo exterior.

ALVAREZ, L. 2002. Infraestructuras

Por su parte atrás de los condominios hori zontales existen otras motivaciones, tanto de quienes los construyen y promueven como por parte de los que los habitan. Los de mayor tamaño son parte activa de la expansión metropolitana, pu diendo solo emplazarse en lugares con mayor disponibilidad de suelo vacante. Ellos son habitados por familias en búsqueda de espacios más amplios, seguros y protegidos, que son ofertados p ri n c i p a l m e n t e , e n Q u i l p u e , V i l l a A l e m a n a y Coscón, donde también comienzan a surgir nuevos equipamientos, además de los comerciales, como son los establecimientos educacionales especialmente dirigidos para los estratos medios y medios altos que arriban a estas comunas. Este conjunto de situaciones permite apuntar que la morfología urbana del AMV se comienza a ver modificada por la edificación de los barrios cerrados, hecho que está conduciendo a la con

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