QUÉ SE NECESITA PARA UNA RELACIÓN TUTOR-ALUMNO, FUERTE Y DURADERA? Nivel Educativo: Educación Superior

¿QUÉ SE NECESITA PARA UNA RELACIÓN TUTOR-ALUMNO, FUERTE Y DURADERA? Nivel Educativo: Educación Superior *Psic. Ana Valeria Cafaggi Padilla valeriaca
Author:  Vanesa Gil Ortiz

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¿QUÉ SE NECESITA PARA UNA RELACIÓN TUTOR-ALUMNO, FUERTE Y DURADERA?

Nivel Educativo: Educación Superior

*Psic. Ana Valeria Cafaggi Padilla [email protected] **Lic. María del Rocío Padilla Hernández [email protected] *Asesora en la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra *Técnico Académico Asociado y Profesora de asignatura Facultad de Ingeniería UNAM

Resumen El papel que juega el tutor en la formación integral de los estudiantes es actualmente de suma importancia, en virtud de los cambios a los que los alumnos deben de adaptarse en este nivel educativo. Cuando el tutor cumple realmente con su papel y está consciente y preparado para guiar y orientar al estudiante, en su desarrollo académico, intelectual, profesional y personal, convierte su función en una herramienta fundamental para ayudar a los estudiantes a ser integrales y preparados para enfrentar en todos los aspectos lo que se presente en su vida profesional y personal.

Este artículo pretende mostrar la importancia que tienen las características que deben de tener los tutores para desarrollar su función de acompañamiento. Los temas se abordan a partir de los antecedentes de la tutoría a nivel institucional; se describen las principales características de los estudiantes desde su ingreso a la institución universitaria también se pone en contexto la necesidad que

tienen los tutores de conocer a sus tutelos, de desarrollar características que los humanicen y los acerquen a los estudiantes desde el punto de vista personal y humano para crear un ambiente de confianza y potencializar sus capacidades.

Introducción ¿Qué es la tutoría? La tutoría es fundamentalmente un proceso de acompañamiento. Es una actividad de carácter formativo que incide en el desarrollo integral de los estudiantes universitarios en su dimensión intelectual, académica, profesional y personal para mejorar la calidad educativa (Ferrer 2003). Esto significa que el aprendizaje es integral, es decir va más allá de la mera adquisición de conocimientos relacionados con la profesión, convirtiendo en prioritario el desarrollo de capacidades, que muchas veces implican, además, destrezas, habilidades y actitudes. Asimismo, es una actividad complementaria de la docencia, su importancia radica en orientar a los alumnos a partir del conocimiento de sus problemas y necesidades académicas, así como de sus inquietudes y aspiraciones profesionales. Por lo que debe ofrecerse a lo largo de diferentes niveles de la universidad; relacionar a las diferentes instancias y personas que participan en el proceso educativo; atender a las características particulares de cada alumno y darse en términos de elevada confidencialidad y respeto.

Desarrollo Antecedentes En nuestro país, el sistema de tutoría se ha venido desarrollando a partir de los años cuarenta, específicamente dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); se inicio en el

nivel de

posgrado en donde se

responsabiliza al estudiante y al tutor del desarrollo de diversas actividades académicas, de la realización de proyectos de investigación de interés común y se concluye con la formulación de una tesis para obtener el grado correspondiente. En la licenciatura los programas de tutoría son recientes y surgen, en algunas instituciones

de

educación

superior,

con

el

objetivo

de

coadyuvar

principalmente en la solución de los problemas de deserción, abandono de los estudios, rezago y baja eficiencia terminal. “El sistema tutorial en el nivel licenciatura se inicia en la UNAM (1972) dentro del Sistema de Universidad Abierta (SUA) en dos modalidades distintas: individual y grupal. En la primera se atienden las dudas surgidas en el proceso de estudio particular del alumno y en la grupal se favorece la interacción de los estudiantes con el tutor para la solución de los problemas de aprendizaje o para la construcción de conocimientos” (“ANUIES”. 2002). A nivel nacional la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) ha sido la institución rectora de los programas de tutoría. En la UNAM,

es la Dirección General de Evaluación Educativa

(DGEE) quien, retomando los parámetros de la ANUIES, instituye el Programa de Fortalecimiento de los Estudios de Licenciatura. Entre las estrategias que contempla para mejorar el desempeño y la eficiencia en las licenciaturas, así como aumentar la retención, las tasas de egreso y la titulación, se encuentra el Sistema de Tutorías el cual tiene como fin prevenir y remediar los problemas mencionados. De manera más reciente la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos (DGOSE), ha retomado a la tutoría dentro de sus programas prioritarios a difundir, a través de Talleres, Diplomados, y el magno Encuentro de Tutoría Universitario.

Características de los tutores La tutoría se debe dar en un ambiente de confianza y respeto, situación que recae principalmente en el tutor, ya que él debe motivar al estudiante a asumir inicialmente su papel como tal y adquirir las competencias académicas necesarias para un avance escolar satisfactorio y, posteriormente, lograr una inserción exitosa al ámbito laboral. Para que suceda esto, se debe dar un vínculo, entre estudiante y tutor, principalmente a través del conocimiento, lo más acertadamente posible, de las características de los sujetos a los que se van a atender Así uno de los actores más trascendentales en la tutoría es el Tutor, cuya actividad dentro del proceso es definitiva para el crecimiento integral del alumno.

La importancia del tutor radica en el apoyo que les proporciona a los alumnos en crear en ellos la necesidad de capacitarse, de explorar aptitudes, de mejorar su aprendizaje y tomar conciencia, de manera responsable, de su futuro. La tarea del tutor consiste principalmente en estimular las capacidades y procesos de pensamiento, de toma de decisiones y de resolución de problemas. Por lo que el profesor al aceptar ser también tutor, adquiere una gran responsabilidad, ya que se trata de formar al alumno no sólo como profesionista sino como profesional en toda la extensión de la palabra. El alumno universitario, aunque ya haya llegado a la mayoría de edad y posea criterios y actitudes propias y personales, tiene una personalidad todavía no conformada definitivamente que sigue siendo permeable a referentes adultos válidos para orientar su conducta, estos pueden ser influyentes si se trata de una figura a quien el alumno ve como una persona significativa para él, como lo sería cualquier profesor. Sin embargo, la edad del tutor, el rol que representa (de adulto, profesor, experto, especialista, titular, catedrático, etc.), puede al mismo tiempo provocar el efecto contrario y crear un verdadero muro de separación.

Se corre el riesgo que el alumno vea en el profesor-tutor un

vigilante, un sancionador o una autoridad que obra en el nombre de la institución y ante la cual deben protegerse, más que una persona amigable que está para ayudarlo en su proceso de formación. Que el alumno descuba esta faceta en el profesor-tutor, no es tan fácil. Es por eso que el tutor debe tener una serie de cualidades que le permita afianzar la relación con sus alumnos. Dentro del estudio empírico de Lázaro (2003) se presentan las cualidades que los estudiantes universitarios consideran que debe tener un tutor: -

Afectividad o capacidad de empatía, de mantener una relación en un clima de acogida, pero manteniéndose en un punto intermedio, sin percepción de rechazo y sin manifestar un entusiasmo excesivo.

-

Individualización o manifestación de que el profesor conoce a sus estudiantes personalmente.

-

Justicia o ecuanimidad en el trato sin preferencias o antipatías manifestadas.

-

Autoridad serena, incluso cuando hay que amonestar.

-

Respeto a todos los estudiantes

-

Personalidad equilibrada, sana y madura: personalidad con capacidad de influir positivamente en los demás. La ecuanimidad, objetividad y ponderación del tutor pueden hacer de contrapeso en el subjetivismo y explosión pasional que con frecuencia define a la juventud.

-

Sensibilidad para captar y entender los problemas juveniles: el tutor debe saber situarse en la perspectiva del joven si desea comprenderlo, ser sensible a sus problemas, inquietudes y preferencias, aunque no necesariamente se esté de acuerdo con ellas.

-

Capacidad de entablar relaciones afectuosas y cordiales con los demás: solo la cercanía y capacidad de apertura, así como la comunicación afectuosa puede abrir las puertas a la confianza y seguridad que el joven busca y necesita. Es imposible ganar su confianza y respeto si no le han demostrado antes interés por su vida y su persona (García, Asensio, Carballo, García, Guardia, 2005).

Características de los alumnos En el período universitario los alumnos se colocan en dos diferentes etapas: el fin de la adolescencia y el inicio de la edad adulta temprana. Esto quiere decir que deben ser diferentes las consideraciones que el tutor ponga en práctica con alumnos de primeros semestres y con los de los últimos. Adolescencia. La adolescencia dura aproximadamente de los 11 o 12 años a los 19 o inicio de los 20 y conlleva grandes cambios interrelacionados en todas las áreas del desarrollo. Dentro de la definición psicológica se considera que la madurez cognoscitiva coincide con la capacidad para el pensamiento abstracto, la madurez emocional puede depender de logros como: el descubrimiento de la propia identidad, independizarse de los padres, desarrollar un sistema de valores y la formación de relaciones. No obstante, este periodo también supone grandes riesgos, algunos jóvenes tienen dificultades para manejar demasiados cambios a la vez y pueden necesitar ayuda para superar los peligros que enfrentan para su bienestar físico y mental; entre estos se encuentran: • El embarazo y la maternidad temprana • Altas tasas de mortalidad por accidentes y suicidios

• Se establecen patrones de conducta que contribuyen a esos riesgos como beber, el abuso de drogas, la actividad sexual, las pandillas, etc. • Imagen corporal y trastornos alimenticios • Depresión

Un punto importante que caracteriza la etapa de la adolescencia es la búsqueda de la identidad personal. Esta identidad es de naturaleza psicosocial y contiene importantes ingredientes de naturaleza cognitiva. El adolescente se juzga a sí mismo de la misma forma de cómo es percibido por los otros, y se compara con ellos. Estos juicios pueden ser conscientes o inconscientes, con inevitables connotaciones afectivas, que dan lugar a una conciencia de identidad exaltada o dolorosa, pero nunca afectivamente neutra (Papalia, 2005).

Edad adulta temprana. Esta etapa va aproximadamente desde los 20 a los 25 años, las personas comienzan a relacionarse más íntimamente con los demás. Exploran las relaciones que conducen hacia compromisos más largos con alguien que no es un miembro de la familia. Completar con acierto esta etapa puede conducir a relaciones satisfactorias y aportar una sensación de compromiso, seguridad, y preocupación por el otro dentro de una relación. Erickson atribuye dos virtudes importantes a la persona que se ha enfrentado con éxito al problema de la intimidad: afiliación (formación de amistades) y amor (interés profundo en otra persona). El desarrollo cognoscitivo va mas allá de la maduración a las operaciones formales, el pensamiento en la edad adulta parece ser flexible, abierto, adaptativo e individualista. Se basa en la intuición, la emoción y la lógica para ayudar a la gente a afrontar el mundo. Aplica los resultados de la experiencia a las situaciones ambiguas y se caracteriza por la capacidad para manejar la incertidumbre, la inconsistencia, la contradicción, la imperfección y el compromiso. Este pensamiento postformal se caracteriza por tener varios criterios como: -

Herramientas de cambio: habilidad para cambiar entre el razonamiento abstracto y las consideraciones prácticas del mundo real y viceversa.

-

Causalidad múltiple, soluciones múltiples: la mayoría de los problemas tienen más de una causa y más de una solución.

-

Pragmatismo: habilidad para elegir la mejor de varias soluciones posibles y reconocer criterios para la elección.

-

Conciencia de la paradoja: reconocimiento de que un problema o solución implica conflicto inherente (Craig, 2001).

Relación Tutor-Alumno La labor y las acciones de la tutoría se sustentan en el establecimiento de un vínculo especial entre docente y alumno; es una relación afectiva que va mas allá de la labor académica; un vínculo que abre un nuevo espacio en el que se va a conocer al alumno en otras dimensiones, se le va a acompañar y orientar en otros aspectos de su vida personal, y para lograrlo se requiere de la confianza, la comunicación, la comprensión y el respeto de ambas partes. La relación tutor-alumno es el encuentro entre dos personas, cada una con su propia historia de vida, con sus características, pensamientos, sentimiento, expectativas y aspiraciones (Saavedra, 2008) Por lo tanto las labores de los tutores deben abocarse a: 1. Conocer las inquietudes, preocupaciones, temores, intereses, gustos y preferencias de los alumnos. 2. Comprender que cada alumno es una persona independiente y autónoma que tiene su propia individualidad y personalidad. 3. No dejar que el alumno tome las decisiones de acuerdo a sus criterios, se debe de ayudar a encontrar las mejores decisiones 4. Ser siempre sincero con el alumno 5. No pretender cambiarle la vida 6. Considerar el trabajo cooperativo con los demás docentes y con los padres de familia para que comprendan y orienten a los jóvenes a la solución de sus problemas

Conclusiones y Recomendaciones Una de las características fundamentales del sistema tutorial es la de cumplir la función de ser el nexo entre la organización general del sistema y los alumnos, que sea capaz de captar las expectativas, necesidades e intereses, y de intervenir en el proceso de retroalimentación académica y pedagógica. El tutor, como figura fundamental de este sistema, es quien cumple la tarea de asegurar el contacto con los destinatarios (tutelos) durante el proceso. Es por eso que sus funciones generales son las de orientar y motivar este proceso, facilitando las situaciones de aprendizaje integral.

El tutor, al presentar las cualidades descritas, crea un vínculo muy importante con su tutelo, que hace a este último receptivo a la orientación que recibe del tutor. Esto puede influir en que el tutelo inicie o incremente el desarrollo de sus habilidades humanas y sociales para poder insertarse satisfactoriamente en el ámbito universitario y después en el campo de trabajo. Así mismo esto llevara a crear entre tutor alumno una relación fuerte y por lo tanto duradera.

Es por esto que es importantísimo que las instituciones educativas deban ocuparse en capacitar a sus tutores para que aprendan a conocer a sus tutelos desde diferentes puntos de vista: emocional, social, humano, académico, etc. para que desde el inicio, su relación se dé en un ambiente cálido y de confianza, que anime al tutelo a seguir bajo la orientación de su tutor durante toda su estancia en la Universidad y aún después.

Referencias

ANUIES. (2002). Programas Institucionales de Tutoría. Una propuesta de la ANUIES para su organización y funcionamiento en las instituciones de educación superior. México. Coleman, J. (1980). Psicología de la adolescencia. Madrid: Morata. Craig, G. (2001). Desarrollo Psicológico. México: Pearson Education. Dirección General de Evaluación Educativa. (2005).Programa de fortalecimiento de los estudios de licenciatura. MANUAL DEL TUTOR. México: UNAM. Ferrer, J. (2003). “La acción tutorial en la universidad”, en Michavila, F. La tutoría y los nuevos modos de aprendizaje en la universidad, 67-84. Madrid: Comunidad de Madrid. García, N., Asencio, M.I., Carballo, S. R., García, G.M. y Guardia, G.S. (2005). La Tutoría Universitaria ante el proceso de armonización europea. Revista de educación. 337, 189 – 210. Lázaro, A. “Competencias tutoriales en la universidad “en Michavila, F. y García Delgado, J. (2003). La Tutoría y los Nuevos Modos de Aprendizaje en la Universidad. Madrid: Cam-Cátedra UNESCO. Papalia, D., Wendkos, S. y Duskin, R. (2005). Desarrollo Humano. México: McGraw Hill Saavedra, W. “El tutor, sus roles y funciones”. Curso Online www.Cepade.com.mx Dari, N. (2005) “El Rol del Tutor-Alumno Avanzado dentro de las tutorías universitarias” Universidad Nacional de Quilmes: Argentina

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