Recomendaciones alimentarias

Leche Materna - Sucedáneo de Leche Materna - Ablactación Preescolar - Escolar - Púber Mujer adulta - Mujer embarazada - Mujer lactante Hombre adulto -

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Recomendaciones Alimentarias y Nutricionales Para un deporte saludable!
Recomendaciones Alimentarias y Nutricionales ¡Para un deporte saludable! UNIDAD DE CIENCIAS APLICADAS AL DEPORTE -UCAD- Textos: Gloria Inés García

Dietas alimentarias
Nutrientes. Cantidades necesarias. Alimentos. Vitaminas

INTOXICACIONES ALIMENTARIAS
TOXICOS EN ALIMENTOS Clasificación Clasificación Según su fuente: INTOXICACIONES ALIMENTARIAS TOXICOS NATURALES EN VEGETALES COMESTIBLES Tóxicos

Merienda. Necesidades Alimentarias Especiales
Los platos contienen: LECHE/LACTOSA LEGUMBRES/SOJA/ALTRAMUCES GLUTEN PROTEÍNA DE VACA PESCADO/CRUSTÁCEOS/MARISCO HUEVOS CARNE FRUTOS SECOS/CAC

INDUSTRIAS ALIMENTARIAS
I.E.S. “AGUILAR Y CANO” ESTEPA. PROGRAMACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE INDUSTRIAS ALIMENTARIAS CURSO 2011/2012 PROGRAMACIÓN DPTO. INDUSTRIAS ALIMENTAR

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Leche Materna - Sucedáneo de Leche Materna - Ablactación Preescolar - Escolar - Púber Mujer adulta - Mujer embarazada - Mujer lactante Hombre adulto - Adulto con actividad física intensa - Adulto Mayor Introducción

D

esde su concepción, todo ser humano tiene derecho a alcanzar todo su desarrollo potencial, tanto físico como intelectual. El logro de este objetivo dependerá de las condiciones en las que se desenvuelva cada individuo; entre ellas, la alimentación y la nutrición desempeñan un papel preponderante, sobre todo porque a través de la alimentación recibe las sustancias que requiere para desarrollarse y crecer, así como una gran diversidad de estímulos que producen el placer de comer. Adicionalmente, y dependiendo de las características de su alimentación, tendrá la posibilidad de disminuir o incrementar el riesgo de padecer ciertas enfermedades de acuerdo con su historial genético y con las condiciones ambientales.

Al preparar la alimentación de la familia es necesario recordar que cada uno de sus miembros tiene necesidades especiales. La información contenida en este capítulo brinda una guía sobre los principales aspectos que es necesario considerar en materia de alimentación y salud a lo largo del ciclo de la vida, con énfasis en aquellos que con mayor frecuencia implican problemas, a fin de sugerir medidas preventivas oportunas. Se incluyen recomendaciones específicas para cada grupo de edad y cada condición fisiológica, y se presta especial atención a las acciones que se deben llevar a cabo para prevenir las enfermedades más frecuentes, así como a las medidas apropiadas de atención primaria de la salud.

Aun cuando se abordan aquí las pautas de orientación para las diferentes etapas del ciclo de la vida, es importante reconocer que, en términos de nutrición, el sujeto más vulnerable es el niño desde su concepción hasta el segundo año, pues las condiciones que prevalezcan durante este periodo determinarán en buena medida su desarrollo futuro. Por ello, la alimentación y nutrición que reciba durante esta etapa serán factores determinantes para promover, entre

otros aspectos, que alcance el cociente intelectual y la estatura final que estaban previstos en su código genético. Asimismo, la calidad de su alimentación tendrá un peso determinante en su capacidad de defenderse ante los procesos infecciosos, que son la principal causa de muerte en este grupo de edad. Debido a lo anterior, es de particular relevancia asegurar que la alimentación y nutrición de la mujer en periodo de gestación o lactancia sean correctas, pues a lo largo de la vida intrauterina la madre aporta los nutrimentos necesarios para el desarrollo del feto y durante los primeros cuatro a seis meses de vida extrauterina la leche materna constituye la dieta del lactante, pues es el único alimento que recibe. Una vez destetado, habrá que asegurar que la alimentación y nutrición del niño sean las correctas, pues sólo así contará con las bases para alcanzar un desarrollo pleno. Los adultos son los responsables de brindar una alimentación variada y equilibrada al niño, de tal manera que aprenda a comer y disfrutar de los alimentos en forma correcta. Se le deberá enseñar la importancia del cuidado de su propia salud, de modo que esta responsabilidad recaiga paulatinamente en él mismo y al llegar a la vida adulta posea la información y los hábitos necesarios para disfrutar de una vida plena y alcanzar una vejez exitosa. Independientemente de la edad, a partir de la etapa preescolar debe hacerse énfasis en la importancia de consumir una dieta correcta. Para ello, conviene poner especial atención en los principios que se apuntan en el capítulo 2, donde se indica que lograr una alimentación saludable es una tarea relativamente sencilla si se conocen y aplican los principios básicos de combinar y variar los alimentos. Algunos otros aspectos que también deben ser tomados en cuenta son el que se refiere al adecuado manejo y preparación de los alimentos –tema que ha sido tratado en el capítulo 3– y el relacionado con la cantidad de alimento que se debe consumir. Se puede afirmar que el ser humano, como cualquier otro animal, posee la capacidad de regular su ingestión de alimentos de acuerdo con sus necesidades; sin embargo, los malos hábitos de alimentación y la publicidad falaz con frecuencia inducen al individuo a comer más de lo que necesita. Por lo anterior, es muy importante aprender a reconocer y, sobre todo, a respetar las señales de saciedad que emite el propio cuerpo. Una alimentación suficiente debe permitir el crecimiento correcto en el niño y el púber y el mantenimiento del peso dentro de los límites aconsejables en el adulto.

Recomendaciones alimentarias •



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Promover la lactancia exclusiva y a libre demanda con leche humana al menos durante los primeros cuatro a seis meses de vida. Informar que la producción de leche depende de la frecuencia, duración e intensidad de las tetadas. Indicar que el bebé es capaz de vaciar el pecho materno en 15 minutos. Señalar que durante esta etapa no es necesaria la introducción de otros líquidos, como jugos, tés o agua. Desalentar la ingestión de sucedáneos de la leche humana durante los primeros cuatro a seis meses de vida del niño.

Recomendaciones adicionales • • • • •

Promover el alojamiento conjunto de madre e hijo durante la hospitalización después del nacimiento. Enseñar a la madre las técnicas apropiadas de extracción y almacenamiento de la leche. Motivar al padre para que apoye la lactancia al pecho. Fomentar entre las madres el hábito de lavarse las manos antes y después de cambiar el pañal al niño, y antes de darle el pecho. Promover la vigilancia del niño sano para prevenir la obesidad y la desnutrición. La primera consulta debe llevarse a cabo a los siete días de nacido, y la segunda, a los 28 días. Posteriormente, se recomienda una consulta mensual durante todo el primer año de vida.

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Promover programas de estimulación temprana. Cuidar el cumplimiento del esquema de vacunación. Enseñar a la madre y/o a quienes cuidan al bebé a distinguir los signos y síntomas de la desnutrición, la deshidratación y las infecciones respiratorias agudas.

Problemas frecuentes • • • • •

Anemia. Infecciones gastrointestinales y parasitosis. Infecciones respiratorias. Desnutrición, si el niño nació con bajo peso o fue prematuro. La introducción temprana de alimentos (antes de los cuatro meses) promueve intolerancias alimentarias, alergias, estreñimiento, Sobrepeso y obesidad.

Recomendaciones alimentarias •





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Promover la lactancia humana y a libre demanda los primeros cuatro a seis meses de vida. En caso de que el infante reciba alimentación mixta, recomendar que se le ofrezca primero el pecho y después el sucedáneo. Si es indispensable recurrir a los sucedáneos, procurar que se utilicen los de inicio (de los cuatro a los seis meses) y los de continuación (de los seis a los 12 meses). Evitar el uso de leche entera hasta después del año de edad. Evitar la adición de otros alimentos junto con el sucedáneo. Evitar los complementos o suplementos. Sólo se administrarán bajo vigilancia del médico o el nutriólogo. Cuidar que el chupón se emplee sólo para satisfacer la necesidad de succión del niño durante los primeros meses y evitar la sobrealimentación.

Recomendaciones adicionales Difundir y promover entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: • •



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Lavarse las manos antes de preparar los alimentos. Lavar con agua y jabón el área de preparación, todas las piezas del biberón y los utensilios. Esterilizar estos implementos. Cuidar la dilución de la leche y la cantidad que se ofrece al lactante, además del tamaño del orificio del chupón y la temperatura de la leche. Promover la vigilancia del niño sano para prevenir la obesidad y la desnutrición. Conocer las posturas adecuadas para alimentar al bebé y una vez que éste ha terminado de comer, provocar el eructo. Desechar los residuos de leche que queden en el biberón. Hervir la leche ya preparada dentro del biberón, así como todas las partes de éste, por lo menos durante 20 a 25 minutos. Guardar en refrigeración la leche ya preparada. No se debe almacenar por más de 24 horas. Lavarse las manos antes y después de cambiar el pañal al niño. Conocer y practicar la estimulación temprana. Informarse sobre los signos y síntomas de la desnutrición, la deshidratación y las infecciones respiratorias agudas. Vigilar el crecimiento y desarrollo del infante. Cumplir con el esquema de vacunación. Llevar al lactante a consulta médica. La primera, a los siete días de vida, y la segunda, a los 28 días. Posteriormente, llevarlo a una consulta mensual durante todo el primer año. Entre los nueve y los 12 meses, iniciar al niño en el uso de taza para beber leche y otros líquidos. Al año de edad, suprimir el empleo del biberón.

Problemas frecuentes • • • • • • •

Disminución de la producción de leche humana debido a la introducción temprana de sucedáneos. Infecciones por mala preparación y falta de manejo higiénico de los biberones. Desnutrición por diluciones incorrectas de la leche. Desnutrición energético-proteínica. Infecciones gastrointestinales y parasitosis ; infecciones respiratorias. Anemia ; Obesidad Estreñimiento

Recomendaciones alimentarias Difundir y fomentar entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: •

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Introducir con oportunidad los alimentos diferentes a la leche: no antes de los cuatro meses y no después de los seis meses de vida. Integrar al niño a la dieta familiar en forma progresiva, para culminar con una total incorporación a los 12 meses. Introducir los alimentos en forma gradual: a los cuatro meses, verduras y frutas en purés; a los cinco meses, cereales en papillas; a los seis meses, carnes y leguminosas picadas finamente, y de los siete a los 12 meses, lácteos y pescado en trozos. Empezar a dar huevo después de los nueve meses y siempre prepararlo bien cocido o frito. Utilizar los cereales precocidos adicionados con hierro. De los cuatro a los cinco meses, dar dos comidas diarias; de los seis a los 11 meses, tres comidas al día, y a partir del año de edad, cuatro comidas al día. Al año de edad, el niño debe consumir de dos a tres tasas de leche al día, como máximo. Dar el alimento y no sólo el caldo. Introducir un nuevo alimento a la vez y ofrecerlo durante dos o tres días. Esto permite conocer la tolerancia y aceptación del niño hacia el alimento.

No se le debe forzar a que lo acepte ni obligársele a que ingiera mayor cantidad de alimento de la que apetece.



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Ofrecerle primero el alimento y después el pecho o la leche; poco a poco, ir aumentando el volumen de alimento y disminuyendo el de leche. Servirle de preferencia alimentos naturales, sin agregarles sal, azúcar, miel de abeja o condimentos. Emplear utensilios adecuados. La mejor posición para darle de comer es semisentado. Permitirle que coma solo, aunque se bata. Ofrecerle agua simple. Los jugos de fruta se deben introducir cuando el niño ya sea capaz de consumirlos en taza. Recurrir lo menos posible a los alimentos industrializados listos para utilizarse. Además de su elevado costo, tienen la desventaja de que, por ser procesados y mezclados, impiden que el niño se familiarice con el sabor natural de los alimentos.

Recomendaciones adicionales Difundir y fomentar entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: •

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Favorecer la socialización y el aprendizaje por imitación del niño a través de la comida en familia, procurando que se ajuste paulatinamente al horario y menú familiares. Extremar las medidas higiénicas en la selección y preparación de los alimentos. Lavarse las manos antes y después de cambiar el pañal al niño. Procurar la vigilancia médica periódica del niño sano. Se le debe llevar a consulta cada mes, hasta que cumpla el primer año. Cumplir con el esquema de vacunación.

Problemas frecuentes • • • • • •



Desnutrición energético-proteínica. Infecciones gastrointestinales y parasitosis. Infecciones respiratorias. Obesidad. Estreñimiento. La introducción temprana de alimentos (antes de los cuatro meses) promueve intolerancias alimentarias, alergias, estreñimiento, sobrepeso y obesidad. La introducción tardía de alimentos promueve la desnutrición.

Recomendaciones alimentarias Difundir y promover entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: • • • •

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Fomentar el hábito de tomar el desayuno. Ofrecer cuatro a cinco comidas pequeñas al día. Asegurar el consumo diario de frijoles o lentejas; carne de res o hígado; cereales adicionados con hierro; espinacas, acelgas, verdolagas o brécol, por su aporte de hierro. Establecer el hábito de consumir diariamente alguna fruta o verdura rica en vitamina C o en carotenos: mandarina, naranja, lima, toronja, guayaba, jitomate, melón, mango, durazno, tejocote, zanahoria o betabel, de acuerdo con la estación. Habituar al niño a comer la fruta con cáscara o la verdura cruda, muy bien lavadas. Estimular el consumo de agua y leche solas, en taza. Frenar el consumo de jugos, refrescos, aguas endulzadas, leche endulzada o infusiones endulzadas, Limitar el consumo de caramelos, pastelillos, botanas y golosinas. Ofrecer los alimentos nuevos varias veces y en presentaciones atractivas, para lograr que los niños los prueben. Fijar horarios y lugares para las comidas. Ofrecer las comidas en periodos cortos de tiempo. Permitir a los niños el uso de cubiertos y vajilla propios para su edad.

Recomendaciones adicionales Difundir y promover entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: • • • •

Vigilar el crecimiento a través de la consulta pediátrica. En esta etapa es recomendable realizar dos consultas al año. Cuidar que se cumpla el esquema de vacunación. Desarrollar una conducta alimentaria positiva. Tener conciencia sobre la dificultad del niño para mantener largos periodos de concentración en una misma actividad, lo que se refleja en poco interés en la comida y problemas para mantenerse sentado frente a la mesa durante mucho tiempo.

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Establecer una relación afectuosa, tolerante y disciplinada en las horas de las comidas: ofrecer al niño una alimentación correcta y permitir que él decida cuánto comer. Estimular al niño para que ayude en tareas sencillas, como llevar las tortillas a la mesa, lavar la fruta, amasar o preparar ensaladas. Motivar al niño para que realice suficiente actividad física que le permita alcanzar una relación correcta entre el peso y la estatura. Promover el juego activo, vigilar que su estancia frente al televisor o entretenido en los juegos de video no sea mayor de dos horas al día. Habituar al niño a que se lave los dientes por lo menos tres veces al día, y las manos después de ir al baño y antes de cada comida. Promover hábitos de defecación adecuados (horario, uso del excusado o la letrina). Aceptar la ayuda de los niños en la cocina, pero siempre asegurarse de que sus actividades se lleven a cabo lejos del fuego o de recipientes calientes e instrumentos punzantes o cortantes. Iniciar la educación preescolar.

Problemas frecuentes • • • • • • • •

Falta de apetito y capacidad gástrica disminuida. Desnutrición energético-proteínica. Anemia. Estreñimiento. Obesidad. Parasitosis e infecciones intestinales. Caries. Accidentes en la cocina.

Recomendaciones alimentarias Difundir y promover entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: • • •



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Fomentar el hábito de tomar desayuno. Ofrecer tres comidas y una o dos colaciones al día. Asegurar el consumo diario de frijoles o lentejas; huevo o carne de res o hígado; cereales adicionados con hierro; espinacas, acelgas, verdolagas o brécol, por su aporte de hierro. Establecer el hábito de consumir diariamente alguna fruta o verdura rica en vitamina C o en carotenos: mandarina, naranja, lima, toronja, guayaba, jitomate, melón, mango, durazno, zanahoria o betabel, de acuerdo con la estación. Habituar al niño a comer la fruta con cáscara o la verdura cruda, muy bien lavadas. Estimular el consumo de agua sola y leche sola. Frenar el consumo de jugos, refrescos, aguas endulzadas, leche endulzada o infusiones endulzadas, Limitar el consumo de caramelos, pastelillos, botanas y golosinas. Ofrecer los alimentos nuevos varias veces y en presentaciones atractivas, para lograr que los niños los prueben. Fijar horarios y lugares para las comidas. Ofrecer las comidas en periodos cortos de tiempo. Permitir a los niños el uso de cubiertos y vajilla propios para su edad.

Recomendaciones adicionales Difundir y promover entre los padres y los cuidadores de los niños las siguientes recomendaciones: •



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Habituar al niño a que se lave los dientes por lo menos tres veces al día e, idealmente, después de consumir alimentos. Asimismo, fomentar la costumbre de que se lave las manos después de ir al baño y antes de ingerir cualquier alimento. Promover el juego activo. Vigilar que la televisión y los juegos de video no ocupen más de dos horas diarias de su tiempo. Evitar que consuma alimentos en estos periodos. Fomentar el ejercicio no competitivo en grupo. Permitir que con ayuda, y de manera gradual, el escolar empiece a decidir sobre el menú familiar. Conviene comenzar por su refrigerio escolar. Propiciar la ayuda del niño en la preparación de los alimentos. Fijar lugares y horarios para las comidas. Promover hábitos de defecación adecuados (horario, excusado o letrina). Vigilar al niño sano. Llevarlo, por lo menos, a una consulta médica por año. Promover la educación básica.

Problemas frecuentes • • • • •

Inactividad física. Obesidad. Estreñimiento. Caries. Anemia

Recomendaciones alimentarias • • • • •

Reforzar los hábitos alimentarios adecuados. Por ejemplo, la costumbre de tomar desayuno. Promover el consumo de alimentos ricos en hierro, como las carnes rojas y las leguminosas. Promover el consumo de alimentos ricos en calcio, como la leche, los quesos, el yogur y las tortillas de nixtamal. Fomentar la autosuficiencia de los púberes para que sean capaces de preparar sus propios alimentos. Limitar el consumo de caramelos, pastelillos, botanas y golosinas.

Recomendaciones adicionales • • • • •

Dar orientación acerca de los cambios corporales y la sexualidad en esta etapa. Promover la autoestima y la aceptación de la propia imagen corporal. Prevenir las adicciones (alcoholismo, tabaquismo y drogadicción). Promover la realización de ejercicio físico aeróbico y en contra de la gravedad. Procurar la vigilancia médica del joven sano hasta los 18 años. Se recomienda por lo menos una consulta cada año.

Problemas frecuentes • • • • • •

Crecimiento inadecuado. Deficiencia de hierro, más en mujeres que en varones. Consumo insuficiente de calcio. Alteraciones en la conducta alimentaria (anorexia, bulimia). Riesgo de incorporación de hábitos dañinos a la salud (tabaquismo, alcoholismo y drogadicción). Sobrepeso y obesidad.

Recomendaciones alimentarias Recomendar a las mujeres adultas –con excepción de las embarazadas y las que están en periodo de lactancia– lo siguiente: •

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Mantener un índice de masa corporal [IMC = peso (kg) / estatura (m)2] de entre 20 y 25, y una circunferencia de cintura menor de 88 centímetros. Consumir alimentos ricos en hierro, como carnes rojas, leguminosas y verduras de hoja verde. Moderar el consumo de grasas saturadas y alcohol. Obtener cantidades adecuadas de vitamina A, carotenos, vitamina C, fibra y folatos, a través de verduras crudas y frutas. Preferir aquellos alimentos de origen animal con menor cantidad de grasa, por ejemplo, cortes magros y lácteos semidescremados. Moderar el consumo de cafeína (café, refrescos de cola, té negro y chocolates). Evitar el tabaquismo.

Recomendaciones adicionales • • •

Promover la realización de ejercicio físico aeróbico y en contra de la gravedad. Alertar sobre las alteraciones en la cantidad de sangrado menstrual. Vigilar el estado de salud para detectar con oportunidad el cáncer cérvicouterino y mamario.

Problemas frecuentes • • • • •

Sobrepeso y obesidad. Anemia. Síndrome premenstrual. Desmineralización ósea. Cáncer cérvicouterino y de mama.

Recomendaciones alimentarias Difundir y fomentar entre las mujeres embarazadas las siguientes recomendaciones: • •

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En la comida de cada día, añadir una ración adicional del platillo principal. Consumir cantidades adecuadas de alimentos ricos en calcio (leche y sus derivados, tortillas de nixtamal, charales y otros pescados que se comen con esqueleto). Consumir abundantes frutas y verduras, de preferencia crudas. Preferir aquellos alimentos de origen animal que tienen menor cantidad de grasa, por ejemplo, cortes magros y lácteos semidescremados. Consumir alimentos ricos en hierro (carnes rojas, leguminosas y verduras de hojas verdes), en folatos (verduras de hojas verdes, huevo, naranja, frijoles) y en vitamina C (guayaba, naranja, pimiento, etcétera). Consumir abundantes líquidos, frutas y verduras con cáscara, así como cereales integrales, para asegurar el aporte adecuado de fibra. Evitar el consumo de cafeína (café, refrescos de cola, té negro y chocolates), alcohol y tabaco.

Recomendaciones adicionales •



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Promover una adecuada ganancia de peso (de nueve a 12 kilogramos, si el embarazo se inició con un peso adecuado; de 10 a 15, si se inició con bajo peso, y de siete a nueve, si se inició con sobrepeso). Para prevenir los defectos de cierre del tubo neural, promover la suplementación con ácido fólico por lo menos dos meses antes de la concepción y las primeras 12 semanas de embarazo, de acuerdo con la prescripción del médico. Promover el control prenatal temprano (antes de las 12 semanas) y la evaluación mensual hasta el final de la gestación. Recomendar el inicio de la preparación de las mamas para la lactancia. Informar a los padres sobre las ventajas de la lactancia y acerca de la importancia de examinar físicamente las mamas antes del parto.





Informar sobre la importancia de la suplementación con hierro en forma semanal para prevenir la anemia. Ésta deberá iniciarse dos meses antes de la concepción y continuarse durante todo el embarazo. Destacar la necesidad de tratar la anemia con suplementación diaria con hierro, de acuerdo con la prescripción del médico.

Problemas frecuentes • • • • • •

Ganancia inadecuada de peso (déficit o exceso). Anemia por deficiencia de hierro y folatos. Prematurez y retardo en el crecimiento intrauterino. Enfermedad hipertensiva aguda del embarazo. Diabetes gestacional. Estreñimiento.

Recomendaciones alimentarias Difundir y fomentar entre las mujeres en periodo de lactancia las siguientes recomendaciones: • • • • • • •

Agregar una o dos raciones más del platillo principal a la alimentación diaria. Consumir alimentos ricos en calcio (leche y sus derivados, tortillas de nixtamal). Asegurar un consumo adecuado de líquidos. Consumir abundantes frutas y verduras, de preferencia crudas. Preferir aquellos alimentos de origen animal con menor cantidad de grasa, por ejemplo, cortes magros y lácteos semidescremados. Evitar el consumo de cafeína (café, té negro, refrescos de cola y chocolates), alcohol y tabaco. Eliminar aquellos alimentos que se asocien con alergias en la familia.

Recomendaciones adicionales • • • • •

Promover una adecuada pérdida de peso. Brindar información práctica sobre la técnica para amamantar. Promover el apoyo de la pareja en el cuidado del bebé y en la práctica de la lactancia. Promover la actividad física aeróbica y en contra de la gravedad. Ofrecer información sobre métodos anticonceptivos.

Problemas frecuentes • • • •

Pérdida excesiva de peso. Retención de peso a expensas de la masa grasa. Desmineralización ósea. Anemia.

Recomendaciones alimentarias Difundir y fomentar entre los hombres adultos las siguientes recomendaciones: • • • • • • • •

Mantener un índice de masa corporal [IMC = peso (kg) / estatura (m)2] de entre 20 y 25, y una circunferencia de cintura menor a 102 centímetros. Consumir abundantes frutas y verduras, de preferencia crudas. Beber agua en abundancia. Consumir una buena cantidad de alimentos ricos en fibra. Moderar el consumo de alimentos de origen animal y preferir aquellos con menor cantidad de grasa, por ejemplo, cortes magros y lácteos semidescremados. Moderar la ingestión de frituras y aderezos. Moderar el consumo de dulces y refrescos. Moderar el consumo de alcohol.

Recomendaciones adicionales • • •

Fomentar la actividad física aeróbica. Alertar sobre las consecuencias en la salud del hábito del tabaquismo y la adicción al alcohol. Vigilar el peso y la tensión arterial.

Problemas frecuentes • • • •

Mayor riesgo de enfermedades crónicas (hipertensión, enfermedades del corazón, cáncer). Obesidad. Sedentarismo. Desnutrición energético-proteínica.

Recomendaciones alimentarias Difundir y fomentar entre los adultos que realizan una actividad física intensa las siguientes recomendaciones: • • • •

Ingerir agua en abundancia. Habituarse a consumir una dieta correcta. Adecuar la ingestión de alimentos al tipo y la cantidad de actividad física que se desarrolla. Evitar la adopción de dietas de moda

Recomendaciones adicionales • •

Alertar sobre los inconvenientes del tabaquismo, la adicción al alcohol y el uso de estimulantes en general. Vigilar el peso y la tensión arterial

Problemas frecuentes • • •

Desnutrición. Deshidratación. Trastornos provocados por consejos inadecuados de entrenadores con respecto a la alimentación.

Recomendaciones alimentarias Difundir y fomentar entre los adultos mayores –mujeres y hombres– las siguientes recomendaciones: •



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Consumir con frecuencia tortillas de maíz, queso, yogur, leche –si se tolera– y charales, pues son buenas fuentes de calcio. Utilizar hierbas y especias en lugar de sal en la preparación de los platillos, para así evitar el abuso en el consumo de sodio. Consumir cada día de cuatro a cinco comidas de poco volumen pero con alta densidad energética. Tomar alimentos líquidos (sopas aguadas y agua) después de los platillos fuertes. Preparar los alimentos de manera que tengan una consistencia suave, para facilitar la masticación. Agregar a las preparaciones aderezos como crema, yogur, aguacate y queso rallado, para aumentar su aporte de energía. Consumir abundantes líquidos, frutas –de preferencia con cáscara– y verduras crudas, así como cereales integrales, para asegurar el aporte de f i b r a. Moderar el consumo de bebidas como café, té y refrescos de cola por su efecto diurético. En caso de que se tomen medicamentos, consultar al personal de salud para conocer la mejor manera y el horario más apropiado para consumirlos (con o sin alimentos, antes o después de las comidas). Recurrir a los complementos alimentarios sólo en caso de que se requieran por algún padecimiento o por deficiencias nutricias. Darle una presentación atractiva a los platillos. Procurar comer en compañía.

Recomendaciones adicionales • • • • • •

Fomentar la vida social. Promover la actividad física moderada, previa evaluación médica. Impulsar la actividad física recreativa. Hacer ver a los familiares del adulto mayor la importancia de otorgarle cariño y atención. Velar porque el adulto mayor mantenga una dentadura útil y eficaz. Fomentar la moderación en el consumo de alcohol.

Problemas frecuentes • • • • • • • • • • •

Depresión. Empleo de múltiples medicamentos (polifarmacia). Demencia. Dificultades para la masticación. Digestión lenta. Disminución en la percepción de los sabores. Estreñimiento. Problemas de movilidad. Deshidratación. Obesidad. Desnutrición.

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