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Durante estos días nos preparamos para celebrar la fiesta del 11 de Junio con la novena a Santa Mª Rosa Molas. Nos queremos acercar, día a día, al diálogo vocacional de Dios con ella, porque ahí está la raíz y la razón de toda su vida. Dios toma la iniciativa de establecer un diálogo de amor con la persona humana. El es el primero en pronunciar un Sí y Mª Rosa le responde con su sí, iniciándose un verdadero diálogo vocacional que se prolongará a lo largo de toda su vida. Dios la llamó a la vida, a la solidaridad, a la opción por los pobres, a ser Hija de la Iglesia, a dar vida a un Carisma, a vivir en caridad, a Consolar, a la Santidad… A todas estas llamadas la Madre responde generosa, incondicional, gratuita y fielmente con: Un sí a la vida Un sí a la solidaridad Un sí a Dios Un sí a los pobres Un sí a la Iglesia Un sí a la Consolación Un sí a la fraternidad Un sí a una familia congregacional Un sí a la santidad A nosotros, Dios también nos llama a un diálogo vocacional. A sus continuas llamadas queremos responder con un sí como el de Mª Rosa Molas y con ella vamos a renovar, en estos días, nuestro amor a Dios, fuente de toda Consolación, y a buscar sólo su gloria y el bien de los hermanos.
Recordando a la Madre
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Recordamos hoy un momento de la vida de Mª Rosa Molas en el que defendió la vida de los más pequeños con un gesto sencillo, tierno y valiente. En la Casa de Misericordia donde estaba la Madre con las primeras Hermanas de la Consolación, recogían los niños abandonados, además de recoger a las personas con muchos tipos de necesidades. El Ayuntamiento no pagaba a las amas de lactancia y se pusieron en huelga, negándose a dar de mamar a los niños. En aquella época no existía la leche en polvo para los bebés y los niños de la Casa de Misericordia podían morir de hambre. Así que Mª Rosa Molas salió por las calles del arrabal de Jesús con los bebés en brazos, pidiendo de puerta en puerta que alguien les diera de mamar. Así consiguió que los niños no murieran de hambre.
Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a la vida.
Oración Universal
Motivación
Por intercesión de Mª Rosa Molas, mujer que promueve la vida, te pedimos: Ayúdanos, Señor, a dar cauce a la vida.
Invocación inicial
La primera llamada que Dios hizo a Mª Rosa Molas fue a la vida. Mª Rosa nació y creció en una familia cristiana que también quiso regalarle la vida en el Espíritu a través del Bautismo. Sus padres, que preferían para su hija la gracia de Dios más que todos los tesoros de la tierra, se dieron prisa para que recibiera este sacramento al día siguiente de nacer. A través de su vida, Mª Rosa fue descubriendo la llamada de Dios a llevar su consuelo, a vivir siguiendo a Jesucristo. Ella misma se convirtió siempre en una firme defensora de la vida, de la vida de los bebés recién nacidos, de los niños, de los ancianos, de los enfermos… Siempre defendió la vida de cualquier ser humano, porque la vida de las personas es siempre un regalo de Dios. Canto Palabra de Dios En aquel tiempo dijo Jesús: “Yo he venido para que tengan VIDA y vida en abundancia… Yo soy el Buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas… Por eso el Padre me ama, porque doy la vida” (Jn 10, 10.11.17)
Por las familias, para que sean lugares donde se cuide la vida de cada uno de sus miembros y la vida de Fe en Jesús. Ayúdanos, Señor, a dar cauce a la vida. Por todas las madres que piensan en abortar, para que con la fuerza de Dios y con nuestra ayuda, descubran el don de la vida de sus hijos. Ayúdanos, Señor, a dar cauce a la vida. Por todos los cristianos, para que defendamos siempre la vida y consideremos cualquier vida humana como un regalo de Dios. Ayúdanos, Señor, a dar cauce a la vida. Para que el Señor nos ayude a valorar y cuidar la vida de fe a la que nacimos el día de nuestro Bautismo. Ayúdanos, Señor, a dar cauce a la vida. Oración final Gracias, Señor, por la llamada que nos haces a la vida y a la Vida del Espíritu. Ayúdanos a decir Sí a la vida que nos das para que podamos siempre defender, promover y cuidar la vida de los demás como nos enseñaste. Por Cristo, nuestro Señor. Canto
Recordando a la Madre “Los ancianos y desvalidos y los parvulitos más asquerosos eran la pupila de sus ojos”. “Tratando de beneficiar al pobre no reconocía dificultad ni sacrificio”. Invocación inicial
“A todas horas y en todas las circunstancias acogió su corazón la inquietud, la pena y la amargura del prójimo”. P. Sebastián León
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a la solidaridad. Motivación Cuando conocemos a Cristo y lo seguimos, rápidamente sentimos en nosotros una llamada de Dios a la solidaridad porque Dios es Amor. Mª Rosa desde pequeña, sintió esta llamada con fuerza y respondió con un sí que se hizo Consolación. La recordamos siendo todavía una niña dando de comer a una anciana que pedía limosna cerca de su casa. Su madre fue una gran maestra de solidaridad y hasta murió contagiada por atender a los enfermos de una epidemia. Mª Rosa, desde que era adolescente, se hizo voluntaria del hospital que había en su ciudad para ayudar a los enfermos y hacerles compañía. Su Sí a Dios, le llevó a consagrarse a Él y al “alivio del necesitado”, cuidó enfermos, atendió a los pobres y marginados, acudió con sus hermanas para ayudar en las epidemias de la época… Dicen de ella que “quien no la ha conocido, no sabe lo que es caridad”. Canto
Oración Universal Por intercesión de Mª Rosa Molas, mujer solidaria con las necesidades de los hombres, te pedimos: Haznos solidarios, Señor. Con todos los niños sin hogar, con los que están enfermos, con los que no pueden acceder a la educación, con los que son maltratados, con todos aquellos que no tienen lo necesario para vivir. Haznos solidarios, Señor. Con los enfermos, con los ancianos, con los discapacitados y especialmente con aquellas personas que se sienten solas. Haznos solidarios, Señor. Con los que sufren las guerras, con las víctimas de la violencia, con los que pasan hambre, con los encarcelados, con los que salen de su tierra buscando una vida mejor. Haznos solidarios, Señor. Con los que no encuentran sentido a su vida, con los que no tienen esperanza, con los que han perdido la fe. Haznos solidarios, Señor.
Palabra de Dios
Oración final
“Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo, porque tuve hambre, y me distéis de comer; tuve sed y me distéis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme” (Mt 25,34-35).
Ayúdanos, Señor, a tener tus mismos sentimientos y que sepamos darte un Sí con todas nuestras fuerzas para ser solidarios con todos y verte en el rostro de los que sufren o tienen alguna necesidad. Por Cristo nuestro Señor. Canto
Recordando a la Madre “... Su generoso deseo de abandonarlo todo por Dios para mejor servirle” “¡Felices las casas! en que puso el pie este ángel de paz y de amor que iba resuelta a sacrificar la vida y ofrecer su existencia por Dios y por los pobres” “En todo miró la disposición divina y esta fue la clave...” Invocación inicial
“Tan sólo era difícil, inaguantable y amargo lo que sospechaba que a El disgustaba y ofendía”.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
P. Sebastián León
Te bendecimos, Señor, por el Sí que dio Mª Rosa a tu llamada.
Oración Universal
Motivación
Por intercesión de Mª Rosa Molas, que vivió por Ti y para Ti, te pedimos, Abre nuestros oídos a tu llamada, Señor.
La contemplación de la gloria de Jesús en el icono de la Transfiguración revela a las personas consagradas ante todo al Padre, creador y dador de todo bien que atrae hacia sí, una criatura suya con una vocación especial para prolongar su misión. La experiencia del amor gratuito de Dios es tan íntima y fuerte que la persona debe responder con la entrega incondicional de su vida, consagrando todo, presente y futuro en sus manos. La Madre aprendió a mirar la vida con seriedad, en cada acontecimiento descubría algo más de lo que simplemente se ve. En el fondo de su corazón tiene una seguridad más fuerte que todas las dudas y los miedos, una seguridad que no es suya, sino de Dios que la llama. En todo lo que pasa hay un mensaje de Dios para ella. El núcleo de este mensaje es invariable: tiene que consagrar su vida completamente a Dios y así vivió su Sí a Dios toda la vida. Palabra de Dios “Entonces me fue dirigida la palabra de Yahvé en estos términos: Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado; yo profeta de las naciones te constituí. Yo dije: “Ah, Señor Yahvé! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho.“ Y me dijo Yahvé: No digas: “Soy un muchacho”, pues adonde quiera que yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás. No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte -oráculo de Yahvé-“ (Jer1, 4-8)
Te pedimos Señor por todos los consagrados, para que sean testigos de tu amor y tu presencia entre los hombres. Abre nuestros oídos a tu llamada, Señor. Te pedimos por todos los misioneros que trabajan en la promoción de las personas y los pueblos, para que sean confortados y no decaigan en el esfuerzo de construir el Reino. Abre nuestros oídos a tu llamada, Señor. Te pedimos por los jóvenes, que escuchando tu llamada, respondan con alegría y generosidad. Abre nuestros oídos a tu llamada, Señor. Te pedimos por todas las familias, para que en ellas, reine la paz, la unidad, el amor y sean germen de vocaciones a la vida religiosa. Abre nuestros oídos a tu llamada, Señor. Oración final Te damos gracias, Señor, por la vocación que nos ha regalado, porque cada día nos mantienes en Tu fidelidad. Ayúdanos a estar atentos a descubrir tu voluntad en nosotros. Danos fortaleza para aceptar las dificultades y vivirlas con alegría y esperanza en el día a día para cumplir hasta el fin, lo que reclama nuestra vocación. Y abre el oído de otras jóvenes a tu llama, recogiendo el testigo de María Rosa Molas. Por Cristo, nuestro Señor.
Canto
Recordando a la Madre
Invocación inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a los pobres. Motivación En los comienzos de su ministerio, Jesús proclama, en la sinagoga de Nazaret, que el Espíritu lo ha consagrado para llevar a los pobres la Buena Nueva... Haciendo propia la misión del Señor, la Iglesia anuncia el Evangelio a todos los hombres y mujeres, para su salvación. Pero se dirige con una atención especial, con una auténtica „opción preferencial“, por los que se encuentran en una situación de mayor debilidad y pobreza. Nosotros, que seguimos al Señor más de cerca, debemos sentirnos implicados de manera especial en está opción por los pobres, con sus mismas actitudes. La sinceridad de nuestra respuesta al amor de Cristo nos conduce a vivir como pobres y a abrazar la causa de ellos. Hoy, pedimos al Señor que nos enseñe a pensar en los otros y a amar, sobre todo, a aquellos a quienes nadie ama y nos dé su gracia para comprender que, mientras nosotros vivimos una vida en abundacia, hay millones de seres humanos, que son también sus hijos y hermanos nuestros, que mueren de hambre, de frío, de enfermedades… Canto Palabra de Dios “Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor“. (Lc 4,16-19)
En la Casa de Caridad no corren buenos vientos. Hay mucho trabajo y pocas hermanas, algunas no se encuentran bien de salud o bien de ánimo. A esta casa llegan personas de todo tipo. Hay ancianos, niños huérfanos, “desnudos y hambrientos“, no faltan las mujeres maltratadas por la vida, que después de prostituirse por necesidad quedan enfermas y abandonadas. También hay un grupo de chicas, niñas, adolescentes y jóvenes, la mayoría huérfanas donde se las forma como mujeres y se las prepara para algún trabajo honrado. Un nuevo campo de posibilidades que le acaba de abrir su entrega a Dios. Nuevo servicio que puede ofrecer en beneficio de los más pobres. María Rosa está contenta. Asistió al desnudo y hambriento, todos recibieron alivio y consuelo. Oración Universal Por intercesión de Mª Rosa Molas, mujer pobre, que abrazó la causa de los pobres, te pedimos: Haznos pobres, Señor, para llevar la Buena Nueva a los pobres. Te presentamos Señor, a tu Iglesia, para que prolonguemos la misión de Cristo en tre los pobres. Haznos pobres, Señor, para llevar la Buena Nueva a los pobres. Haznos sentir el dolor de la pobreza universal y líbranos de nuestro egoísmo para luchar contra toda injusticia humana. Haznos pobres, Señor, para llevar la Buena Nueva a los pobres. Te pedimos, por los pueblos que sufren pobreza y marginación, para que sepamos ofrecerles la ayuda que necesitan. Haznos pobres, Señor, para llevar la Buena Nueva a los pobres. Te pedimos por las familias que sufren cualquier tipo de pobreza, especialmente por falta de entendimiento o por falta de recursos económicos. Haznos pobres, Señor, para llevar la Buena Nueva a los pobres. Te pedimos por los jóvenes, para que sintiendo tu llamada, sean capaces de solidarizarse con la múltiples pobrezas de nuestro mundo. Haznos pobres, Señor, para llevar la Buena Nueva a los pobres. Oración final Señor envía tu Espíritu sobre nosotros, para anunciar a los pobres la Buena Nueva, para proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar que hoy es el día de la Salvación. Por Cristo, nuestro Señor. Canto
Palabra de Dios
Invocación inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa, mujer que amó y sirvió a la Iglesia. Motivación La Iglesia, pueblo de Dios reunido en la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, peregrina en la tierra como sacramento de la presencia de Cristo Jesús en la historia humana. El discípulo amado, testigo del Resucitado, dice:“de su lado abierto salió sangre y agua”. Este “lado abierto” es la concreción del sí de Jesús a la voluntad del Padre, al amor hasta el extremo. De este sí nace la Iglesia. Por esta “sangre” y por este “agua” nacemos de nuevo los que hemos sido bautizados en el Nombre de la Trinidad y nos alimentamos del Pan de la Vida. La Madre siente una llamada especial a vivir bajo la autoridad de la Iglesia, cuya cabeza es Cristo. Ella junto a las primeras hermanas, piden ser admitidas bajo la obediencia de la Iglesia. Y ofrecen su ser y su hacer, su vida, a Jesucristo a su Iglesia, para dedicarse plenamente a amar y servir sus intereses. La respuesta, por ser “más conforme al espíritu de la Iglesia”, es clara y elocuente: “…los ejercicios de caridad a que se dedican merecen por si mismos la protección de cualquier autoridad eclesiástica”. Hijas de la Iglesia por el Bautismo e hijas de la Iglesia por reconoce y confirmar y don del Espíritu en ellas para Consolar. En este día agradecemos a Dios por habernos llamado a ser Iglesia. Deseamos que crezca en nosotros el amor y la fe hacia ella, y nos comprometemos una vez más a ser fieles peregrinos, por los caminos del mundo. Canto
“De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo… Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones. El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales. Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común” (Act 2, 2-3. 42-44). Recordando a la Madre “La Madre Molas correspondió maravillosamente a los medios que la Iglesia, y concretamente la diócesis, le facilitó, para su santificación personal y para el bien que hizo a los demás. Cayó la semilla en buena tierra. Siempre se consideró fiel hija de la Iglesia. Amó y sirvió a la Iglesia no en abstracto, sino en concreto; quiero decir que la amó y sirvió concretamente en su prelado, en sus sacerdotes, en sus seminaristas, en sus religiosos, en sus simples fieles… Estuvo particularmente al lado de los más necesitados. Sus asuntos personales y todas sus obras las confió a la Iglesia, a sus superiores en concreto, a su pelado particularmente. Dios le concedió la oportunidad y la facilidad para esto de un modo sorprendente, por unos caminos insospechados”. D. Ricardo Mª Carles.
Oración Universal Te pedimos por todos los que formamos la Iglesia, que con espíritu filial, nos comprometamos a trabajar en ella y con ella. Haznos crecer en el amor y servicio a la Iglesia, Señor. Te pedimos por la Iglesia perseguida por la fe en tu Nombre, concédele el don de la fortaleza y la fidelidad en medio de la tribulación. Haznos crecer en el amor y servicio a la Iglesia, Señor. Te pedimos por el Papa, los obispos y por aquellos que tienen autoridad en la Iglesia, para que vivan abiertos al Espíritu y sean dóciles a sus inspiraciones para conducir a tu Pueblo por los caminos de tu voluntad. Haznos crecer en el amor y servicio a la Iglesia, Señor. Oración final Te damos gracias Señor por llamarnos a ser Iglesia, ayúdanos a amarla y a servirla. Concédenos la Fuerza de lo Alto para ser y vivir en comunión, como hijos de la Iglesia; a perseverar en la oración y en la fracción del pan; a ser en el corazón de la Iglesia, la Consolación que el mundo necesita. Por Cristo nuestro Señor. Canto
Recordando a la Madre “Con su palabra hacia dulces las amarguras del afligido enfermo, consolaba su llanto, suavizaba sus dolores y les animaba a soportarlos con la esperanza del cielo” Invocación inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a Consolar.
“Asistió al desnudo y hambriento, todos recibieron a través de ella alivio y consuelo” “Los pobres recibían mucho consuelo, les hablaba con familiar afecto de modo que hallaban alivio en sus desgracias y conservaban sus palabras y sus consejos como de amorosa madre para dulcificar sus posteriores penas y amarguras” P. Sebastián León
Monición Hoy contemplamos a Mª Rosa como mujer sensible al desconsuelo del hombre y disponible a la obra de Dios en ella. El sí de la Madre a la consolación se traduce en gestos concretos de vida, sentido y plenitud. Es un nuevo sí que acoge el Carisma regalado por el Espíritu y engendra una nueva Congregación dentro de la Iglesia. En el interior de toda persona descubrimos una sed profunda de sentido, amor y plenitud. El sufrimiento y dificultades de la vida hacen que en ciertos momentos nos visite el desconsuelo, la soledad y la tribulación. El hombre sigue sufriendo… Un grito se oye por las calles: consolad a mi pueblo. Mª Rosa Molas dice sí a la misión que Jesús Consolador le propone: hablar al corazón del hombre y llenar de alivio y consuelo a toda persona. La Madre dice sí al don de consolar en el día a día, en su relación con los pobres, los enfermos, los niños, las hermanas… Todos se sienten consolados por su presencia. Palabra de Dios “Consolad, consolad a mi pueblo dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén… Una voz clama: en el desierto abrid camino a Yahvé… se ha revelado la gloria de Yahvé y toda carne la verá… Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión, clama con voz poderosa, alegre mensajero para Jerusalén, clama sin miedo. ‘Ahí está vuestro Dios’” (Is. 40,1ss)
Oración Universal Por intercesión de Mª Rosa Molas, Insturmento tuyo de Misericordia y Consolación: Haznos instrumentos de Tu consolación, Señor. Por aquellas personas que sufren desconsuelo, humillación o soledad para que encuentren en sus vidas personas que consuelen su corazón. Haznos instrumentos de Tu consolación, Señor. Por todos los que hemos recibido el don de la Consolación. Haznos instrumentos de Tu consolación, Señor. Por todos aquellos que aún no conocen el rostro de Cristo Consolador para que puedan abrirse a su gracia y su presencia. Haznos instrumentos de Tu consolación, Señor. Oración final Señor, Tú que hiciste de Mª Rosa Molas instrumento de Tu misericordia y consolación, te pedimos nos ayudes a abrir nuestro corazón para gustar de Ti, Dios de todo consuelo, y ser portadores tuyos en nuestra familia, trabajo, comunidad, amigos y misión. Por Cristo nuestro Señor. Canto
Recordando a la Madre
Invocación inicial
“Tenía caridad con todos, singularmente con las hermanas y pobrecitos, mirándonos como hijos e hijas suyos predilectos. Era simpática y cariñosa con todos, y de las hermanas tenía cuidado, como de la pupila de sus ojos. Todos se marchaban de su compañía contentos y alegres por el atractivo con que ganaba sus corazones” (Sor Soledad Torrent)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración Universal
Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a la fraternidad.
Por intercesión de Mª Rosa Molas, mujer fraterna, te pedimos: Ayúdanos a amar como Tú nos has amado.
Motivación El gran deseo de Jesús es crear una nueva humanidad donde reine el amor y la fraternidad entre todos, donde no haya distinciones ni marginaciones sino que todos se sientan y vivan como hermanos. Así lo entendió Mª Rosa Molas y alrededor suyo creó “un ambiente de caridad” donde todos eran importantes, únicos y queridos. Mª Rosa dice sí a la fraternidad y en un siglo cargado de violencia, corrupción y pobreza fue una luz de esperanza para la gente de su época. Su luz irradiaba respeto y amor a cada persona concreta, con su dedicación y ternura consiguió construir una fraternidad con la gente del pueblo, las hermanas, ancianos, enfermos, niños… Hoy nuestro mundo también sufre la soledad, la incomprensión, el individualismo… pedimos en este día de la novena que el ejemplo de la Madre nos ayude a ser constructores de fraternidad en nuestros ambientes concretos. Canto Palabra de Dios “Este es el mandamiento mío, que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amor, a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros. (Jn. 15, 12-15.17)
Por aquellas personas que, por diversas causas, no pueden en su familia gozar de un amor auténtico. Ayúdanos a amar como Tú nos has amado. Por todos aquellos que formamos la familia Consolación para que seamos constructores de una nueva humanidad viviendo en un ambiente de caridad. Ayúdanos a amar como Tú nos has amado. Por las familias cristianas para que su modo de vivir y de hacer esté impregnado del deseo de Jesús de amarnos unos a otros. Ayúdanos a amar como Tú nos has amado. Por las comunidades religiosas para que sean auténticos testimonios de fraternidad. Ayúdanos a amar como Tú nos has amado. Oración final Ayúdanos, Señor, a vivir en un ambiente de caridad y morir víctimas de la caridad, como lo hizo Mª Rosa Molas y a crear en nuestros ambientes una auténtica fraternidad. Que como tú, nosotros también demos la vida por nuestros hermanos. Por Cristo nuestro Señor. Canto
Recordando a la Madre “En un mundo donde la persona humana, desolada y deshecha por dentro, vive la angustiosa soledad del espíritu, el mensaje de esta humilde mujer, Mª Rosa Molas es una palabra de consolación, un grito de esperanza en el amor y la misericordia de Dios” (Beatificación de Mª Rosa Molas).
Invocación inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a Consolar. Monición Una pequeña e imperceptible semilla en la historia humana: la semilla del “sí”. En Mª Rosa Molas ha germinado la semilla del “sí”. Un “sí” a Dios, un “sí” a la Iglesia, un “sí” a los pobres, un “sí” a la Consolación. El “sí” de Mª Rosa se ha hecho eco: otras mujeres lo han escuchado y han pronunciado también su “sí” para ser testigos del Dios Consolador; hombres, jóvenes, niños… hoy escuchan el “sí” de Mª Rosa y con generosidad responden su propio “sí” al Dios de toda Consolación. El “sí” de Mª Rosa ha hecho posible hoy una familia: Las Hermanas, un “sí” a prolongar la vida de Cristo entre los que padecen cualquier necesidad; El Movimiento Consolación para el Mundo, un “sí” a transformación cristiana de la sociedad desde la misericordia y el consuelo; Voluntariado Consolación, un “sí” al servicio gratuito y generoso; DELWENDE, un “sí” al servicio de la vida apoyados en Dios; hombres y mujeres en las obras de la Consolación, un “sí” a la Misión Compartida. Palabra de Dios “Os exhorto, pues, yo preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos que está sobre todos, por todos y en todos”. (Ef 4, 1-6)
“Vosotros que os sentís llamado a vivir un compromiso cristiano inspirado en el estilo de Santa María Rosa Molas, haceos dignos de vuestro lema apostólico: “Consolad”. Sed testigos del Dios Consolador y pregoneros de su Evangelio. Poned todo vuestro empeño en edificar la civilización del amor, luchando por la justicia y por la verdad, por la dignidad del hombre y sobre todo sed fermento evangélico entre jóvenes, amigos y compañeros” (Juan Pablo II, Canonización). Oración Universal Por intercesión de Mª Rosa Molas, mujer que dio su Sí a una nueva familia, te pedimos: Haznos instrumentos de tu consuelo, Señor. En tu corazón de Padre ponemos a nuestros hermanos que sufren el hambre, la sequía, la enfermedad, la guerra, la persecución, la desnudez, el desespero, la prisión… y todo tipo de desconsuelo, que tu mano providente les dé hermanos que los consuelen. Haznos instrumentos de tu consuelo, Señor. En tu corazón de Padre dejamos nuestra lucha por la justicia y la verdad en las realidades concretas en las que vivimos. Que esta entrega edificando la civilización del amor, sea desde la humildad, mansedumbre y paciencia como Mª Rosa. Haznos instrumentos de tu consuelo, Señor. En tu corazón de Padre depositamos a todos los jóvenes que buscan el sentido de la vida, para que encuentren amigos capaces de darles razón de la existencia humana y se comprometan en la construcción del bien común. Haznos instrumentos de tu consuelo, Señor. Oración final Padre de Mª Rosa, Padre de las Hermanas, Padre del Movimiento, Padre del Voluntariado, Padre de DELWENDE, Padre de todos, te damos gloria porque nos has convocado en una sola familia en tu Iglesia para Consolar. Haznos dignos de nuestra misión, que nuestra vida sea un “sí” a ti y a los hermanos, un grito de esperanza y de ternura en medio de nuestra sociedad. Por Cristo nuestro Señor. Canto
Recordando a la Madre
Invocación inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Te bendecimos, Señor, por el Sí de Mª Rosa a la santidad. Motivación La santidad es posible. Para ser santos e irreprochables en el Amor nos ha llamado Dios. Mª Rosa es un “sí” al Dios Santo, un “sí” a dejarse habitar por Él, un “sí” a que Él sea TODO en ella. El Dios de Mª Rosa es el Dios de las Bienaventuranzas, estandarte de la Santidad. Es el Dios que nos atrae con la fuerza de su Amor y en su Fuego nos va haciendo imagen de su Hijo Amado: con hambre y sed de justicia; mansos y humildes de corazón, misericordiosos, pobres de espíritu y limpios de corazón, los que lloran perseguidos por causa del Nombre de Jesús… La Santidad es el adorno de quien es conducido por el Espíritu del Señor en los caminos de la historia, un “sí” al Dios Santo de Jesús. Canto Palabra de Dios “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos” (Mt. 5, 1ss).
“… Su pensamiento fue entrar de lleno, y con el único objetivo, en el dilatado cuanto variado campo de la santidad, de complacer a Dios en todo y beneficiar a sus prójimos desgraciados, si bien para conseguirlo fuese preciso sacrificar su propia vida”. Oración Universal
P. Sebastián León
Por intercesión de Mª Rosa Molas, mujer Santa, te pedimos: Haznos santos contigo, Señor. Padre Santo, tu que eres bueno y justo, que miras con amor a todos los hombres, haz que nuestra mirada se dirija a tu Hijo Amado y como Él entremos en el “campo de la santidad” para beneficiar a nuestro prójimos. Haznos santos contigo, Señor. Padre Santo, tu que nos has convocado a ser irreprochables en el Amor, ayúdanos a ser misericordiosos y tratar con ternura a los hermanos expoliados en el camino. Haznos santos contigo, Señor. Padre Santo, tu que reconcilias al “hijo prodigo” con el “hijo que permanece en casa”, haznos instrumentos de tu paz y de su consuelo. Haznos santos contigo, Señor. Padre Santo, tu que te compadeces del llora, suscita en tu Iglesia jóvenes dispuestos a responder “si” a la invitación de tu Hijo Amado a consolar. Haznos santos contigo, Señor. Oración final Padre, Tú nos llamas a ser santos porque tú eres Santo. Te bendecimos por convocarnos a la Santidad; te bendecimos por Mª Rosa Molas, una vida que responde “si” a trillar los caminos de la santidad. Haznos hombres y mujeres bienaventurados, que iluminen tu camino de santidad en el mundo. Por Cristo nuestro Señor. Canto