RESPONSABLES DE NUESTROS HIJOS INTRODUCCIÓN Los hijos son herencia de Jehová, Dios nuestro Señor nos los ha dado y tenemos grande responsabilidad sobre ellos, especialmente en el Señor. Por ignorancia posiblemente nuestros padres nos educaron espiritualmente mal y heredamos de ellos su vana manera de vivir y nos disciplinaban como les parecía bien. Muchos actuaron en ausencia de la luz de Dios y sin embargo sabían darnos cosas buenas. Los padres cristianos no podemos actuar de la misma manera, pues nos ha sido dado el conocimiento de la Palabra de Dios y nos asiste su inconmensurable poder por medio de su Espíritu Santo, el cual ha hecho morada en nosotros. Sin embargo, en los hogares, aunque sean cristianos, van quedando influencias espirituales de antes, como un reflejo del hogar de los abuelos. Tales influencias deben ir siendo eliminadas.

DESARROLLO La responsabilidad sobre nuestros hijos se inicia aún antes de que sean concebidos en el vientre de la madre, en el sentido que debemos procurar que vengan al mundo en un matrimonio bendecido por el Señor, con las condiciones materiales mínimas para su cuidado al momento de nacer, sin descuidar de guardarlos de toda contaminación aún en el vientre materno. Jue 13:7-14 Notemos varias situaciones: 1.

Padres "justos":

En el libro de Job notamos que se le describe como un hombre íntegro, recto, temeroso de Dios y apartado del mal Job1:1. Lo cual nos proyecta a padres que exteriormente podríamos decir que reúnen tales características, se ven como "santos". Sin embargo notemos que los hijos de Job murieron jóvenes, les fue cortada la vida. Entonces, ¿Dónde estaba la justicia de Job? Mientras Job era calificado de justo, sus hijos vivían como disolutos banqueteando y bebiendo vino. A veces se da que aunque los padres "parezcan santos", los hijos viven mal. Esto porque el vivir la santidad de Dios sólo en apariencia, trae consecuencias malas en los hijos. 1

2.

El altar de los padres:

Job levantaba altar por sus hijos, entonces: ¿Por qué el diablo los pudo matar?; ¿Por qué el altar de Job no cubrió a sus hijos? Notemos: 2.1

¿Tienen altar los padres?:

Job levantaba altar únicamente para pedir por sus hijos Job 1:5, no se evidencia que levantara un altar propio de alabanza y adoración para el Señor. Como que Job veía los pecados de sus hijos, pero no reconocía los propios. Job no tenía un altar por sí mismo. Veamos entonces las consecuencias: No tuvo autoridad para corregir a sus hijos. El altar que levantaba no le cubría ni a él mismo, pues el diablo se lo quitó todo, incluyendo a sus hijos y aún a él mismo le tocó el cuerpo. 2.2

El altar que cubre:

Los altares son personales y deben cubrir primero a los padres, en el sentido de llevarlos a reconciliación y afianzamiento en el Señor. De esa manera la misericordia extendida por el Señor sobre ellos cubre también a los niños pequeños, aquellos que aún no son conscientes del pecado. De esa manera, los hijos niños de padres con altar, serán guardados en un lugar de maduración. Sin embargo, notemos que los hijos de Job ya no eran niños, eran jóvenes, Job 2:19 conscientes de sus actos: Se reunían para banquetear y beber vino, en casa de sus hermanos, durante lo cual cabía la posibilidad que aún llegaran a maldecir a Dios, situación a la que trataron de inducir a Job su mujer y el diablo Job 1:11; 2:9 Lo hacían por turno Job.1:4, esto es premeditadamente. Se complacían en sus reuniones. Mientras los hijos no tienen conciencia hay que levantar altar por ellos. Pero cuando no tienen altar y ya tienen conciencia, el altar del padre no les vale. Cuando ya diferencian el bien y el mal y han escuchado de Cristo, deben comenzar a levantar su altar propio. El altar levantado por Job para sus hijos no funcionó. El diablo los mató. 2

3.

Los hogares con altar:

Job se hacía responsable del pecado de sus hijos, pero eso no le funcionó. Los altares son personales, como la salvación que es personal, el perdón de los pecados debe ser una petición personal ante el Señor. Si los hijos de Job hubieran tenido altar, el diablo no los hubiera podido matar. Cuando los hijos pecan y el padre levanta altar por ellos, es un padre consentidor que finalmente provocará su muerte. Notemos que Job les consentía sus actividades, les daba permiso para que fueran a lugares donde se contaminaban. El cuidado no era que Job levantara altar por ellos pidiendo perdón, eso es personal. El cuidado hubiera sido que Job les impidiera asistir a tales convites, dando instrucción y enseñanza sobre como levantar el altar a Jehová. Notemos que: 3.1

El Padre lo primero que hace es corregir a aquellos que recibe por hijos Heb12:6. El pecado de los hijos debe ser estorbado por los padres.

3.2

Los hijos deben ser instruidos en su camino desde niños, hay que enseñarles a caminar en Cristo, para que en su vida adulta no se pierdan Pro 22:6. Una de las primeras enseñanzas que se dio a los hijos es el levantamiento del altar. Vemos a Caín y Abel levantando altares personales. Entonces notemos: El primer padre, Adán, instruía a sus hijos.

3.3

Más que enseñar verbalmente como se hace el altar, el padre debe mostrar con su ejemplo como es que un altar se levanta. Enseñanza y ejemplo, las dos juntas, no una sin la otra. Jesús hacía sólo las cosas que había visto hacer al Padre, es el ejemplo del hijo perfecto, había visto al Padre hacer las cosas.

3.4

Es deseable que en una casa todos sus miembros tuvieran su altar, de esa manera la presencia y respaldo del Señor con ellos es grande y el diablo no los toca. Pero notemos que en la casa de Job, el único altar era el que él levantaba y mal direccionado. Sus hijos y su esposa no tenían altar. Por eso finalmente Job perdió hasta su mujer. 3

4.

El pastor del hogar:

Los pastores revisan a sus ovejas para enterarse del estado en que se encuentran y donde están. En la casa el pastor es el padre de familia, el cual de la misma manera debiera saber dónde, cómo y con quien se encuentran sus ovejas, incluyendo la esposa. El padre que no sabe dónde están, con quién y que están haciendo sus hijos, o que sabe que están pecando y lo permite, tiene a sus hijos en peligro de muerte.

5.

Participando de la salvación:

La orden de construir un arca y la revelación del juicio a caer sobre la tierra la recibió Noé. Dios le habló a él, no a toda la familia. Sin embargo, Noé lo comunicó a toda la familia, él era un pregonero de justicia, un predicador y el primer blanco de su predicación fue su propia familia. No esperó a que todos tuvieran la revelación sino que los puso a participar en la construcción del arca. La revelación la obtuvo la familia cuando comenzó a llover. Noé no esperó a que sus hijos creyeran a Dios también sino que los puso a participar en la construcción del arca. Esto nos enseña que no importa que los hijos no conozcan al Señor, esto no es una razón para permitirles vivir en los caminos de los impíos. Esto proyecta el hecho que aunque haya hijos no cristianos en la familia, eso no quiere decir que se les permita vivir disolutamente.

6.

La predicación que convence:

El Señor se le reveló a Noé, la Palabra le fue dada a Noé. La familia se salvó por Noé. Aunque sus hijos no hubieran tenido un contacto personal con el Señor, ni tuvieran un mandato de Dios, Noé puso a construir el arca, a toda la familia. Posiblemente su familia no entendía, estaban construyendo el arca sin revelación. Sin embargo notamos que al momento de entrar al arca, ninguno de ellos se quedó fuera, contrario a todos los demás, la familia fue la única que creyó a Noé. Los que vieron a Noé en la intimidad familiar construyendo el arca y participaron con él, fueron los únicos que se salvaron. Noé no solamente les predicó, los instruyó viviendo el mandato de Dios. 4

De esa manera, los hijos también deben construir el arca junto con el padre, siendo instruidos mediante el ejemplo de vida en el Señor, pero sin imposición ni despotismo. Fue hasta cuando el diluvio vino sobre la tierra, que los hijos de Noé obtuvieron la revelación de la salvación.

CONCLUSIONES Nuestros hijos son herencia de Jehová, por lo tanto debemos aprender y saber cómo administrarlos mientras nos los conceda el Padre; debemos hacerlo en el amor pero también en el temor a Jehová. Es muy importante que exista un altar familiar para que la casa sea llena de la presencia de Dios; pero es más importante aún, que cada uno en la familia tenga su propio altar para tener una intimidad personal con el Padre del cielo. Los padres son los encargados de recibir la revelación divina acerca de lo que el Padre quiere para su familia; acto seguido toda la familia debería participar de esa revelación para obtener unidad y abundancia de bendición.

5