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REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA
Vol. IS.No.l. 1998
LA TERAPIA GRUPAL COMBINADA COMO ALTERNATIVA EN EL TRATAMIENTO DEL ALCOHÓLICO Dionisio F. Zaldlvar Pérez, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana RESUMEN El en presente trabajo, se exponen algunas experiencias y reflexiones en cuanto al empleo de la Terapia Grupal Combinada como una alternativa en el tratamiento del alcoholismo. Este modelo terapéutico, lo empleamos inicialmente en el tratamiento del tabaquismo, y en los momentos actuales estudiamos su comportamiento y efectividad en pacientes alcohólicos. Palabras clave: Alcoholismo, Tratamiento del Alcoholismo, Terapia Grupal Combinada. ABSTRACT In this paper, the author presents some of their experiences and reflections about the use of the Combined Groupal Therapy as an alternative for alcoholic addiction treatment. This therapeutic model has been studied in the tobacco addition treatment. At this mooment it's been studied the effectivennes of the models in the treatment of alcoholics patients. Key words: Alcoholism, Alcoholism Treatment, Combined Groupal Therapy.
- 30 % actos delictivos. - 30 % ingresos en hospitales psiquiátricos. - 20 % de suicidios y homicidios. - Causa importante de ausencias laborales, pérdidas económicas de diversa índole y de disminución de la expectativa de vida.
INTRODUCCIÓN El consumo abusivo de sustancias psicoactivas, por sus implicaciones, sobre todo cuando adquiere un carácter adictivo, es fuente de preocupación en numerosos países del mundo. De manera particular se observa con alarma, el aumento creciente del consumo alcohólico, sobre todo en los jóvenes, por el impacto que provoca la adicción, a esta sustancia, en el funcionamiento psicobiosocial de los individuos, y las afectaciones que provoca en el seno familiar, y a nivel social en general. (Natera, Casco, Herrejón y Mora, 1993; Di Pardo, 1993)
En nuestro país, aunque no contamos con estadísticas precisas, observamos algunos indicadores, no tanto en el plano psicobiológico sino en el social (en el primero las manifestaciones suelen tardar cierto número de años antes de manifestarse), que nos hacen pensar en un aumento del consumo de bebidas alcohólicas en la población, sobre todo en jóvenes, en comparación con la década anterior.
Se calcula que el 70 % de la población mayor de 15 años ingiere bebidas alcohólicas, de ella, el 10 % se considera que tiene problemas por su manera de beber (bebedores problemas).
La adolescencia, es una de las etapas más vulnerables en la cual numerosos individuos se inician en el consumo de alcohol y otras sustancias.
Se considera al alcoholismo como responsable de:
Diversos estudios se han realizado para tratar de precisar aquellos factores de riesgo que hacen a algunos jóvenes más vulnerables al consumo de sustancias psicoactivas, entre ellas el alcohol; asi
- el 40 % de las cirrosis hepáticas. - el 50 % de los accidentes de tránsito.
' Este artículo se confeccionó, a partir de las notas de la conferencia que con el mismo nombre ofreció el autor en el evento PsicoHabana'96, organizado por el Hospital Psiquiátrico de La Habana.
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el consumo de bebidas alcohólicas; si bien actúan como elementos "favorecedores", estos se potencian en su relación con los factores familiarescomunitarios y macrosociales.
entre los factores estudiados se encuentran: la falta de supervisión parental, participación en actividades extracurriculares, fuentes de influencia social, y estrés. (Richardson et al., 1989, Galambo, Garbarino, 1982)
A pesar de que el consumo de bebidas alcohólicas resulta un comportamiento bastante generalizado, la relación particular que los individuos establecen con el alcohol, es algo que está mediado por la cultura y el contexto en el cual se produce dicho consumo. Estamos de acuerdo con G.I. Cordeiro con que: "El consumo de alcohol es un hecho social y cultural y por consiguiente su uso es moldeado, regulado y aprendido de acuerdo con un contexto, en unas circunstancias y con unas compañías que lo delimitan". (Cordeiro, 1993, pág. 85)
Las características individuales y psicológicas de los sujetos, tales como: baja autoestima, pobres rendimientos académicos, rebeldía, comprometimiento y dependencia a grupos de pares consumidores (Covington, 1981; Jesson & Jesson, 1977; Kandel, 1982); e igualmente las características de la familia: padres excesivamente permisivos o autoritarios, hostiles, rechazantes, padres consumidores de alcohol, etc (Baumrind, 1985; Padina & Schuele, 1983; Brook et al., 1980; Kim, 1979; Gross, Mc Paul, 1992) resultan factores predictores de gran valor.
El consumo de alcohol puede cumplir diversas funciones, según el individuo, el marco cultural y el contexto en el cual se produce. Algunas de estas funciones han sido estudiadas y descritas por diferentes autores: funciones psicotrópicas, terapéuticas, como mecanismo de integración y estructuración social, como medio de identificación y diferenciación social, como instrumento de adaptación ante situaciones de cambio, como medio para llenar el vacío existencial, como vía de sociabilidad, como instrumento de afrontamiento del estrés, etc.. (Di Pardo, 1993; Menéndez, 1993; Bourard, 1993; Cárdenas et al 1993; Miguez, Verruno, Cinold, 1995)
Así, los factores multideterminantes del consumo alcohólico pueden ser clasificados según los mismos se encuentren, en el nivel individual, familiar-comunitario o macrosocial. (Florenzano, Gazmuri, Carrasco, 1992) En el nivel individual, se ubicarían aquellas características psicológicas tales como: baja autoestima, timidez, inseguridad personal, dificultades en las relaciones interpersonales, baja tolerancia a la frustración, falta de asertividad para resistir presiones, necesidad de independencia, rebeldía, necesidad de experimentar sensaciones nuevas, etc.
Los motivos por los cuales los sujetos beben, determinan en gran medida el comportamiento que asumirán como bebedores, así si un sujeto bebe como una vía de enfrentar o reducir su disforía y regular la calidad de su experiencia emocional, tenderá a beber más cantidad y con mayor frecuencia que otro sujeto cuyo motivo sea social, el cual, en este caso, tenderá a ser un bebedor moderado. (Lynne, Frane, Russell, Mudar, 1995)
Se ubican en el nivel familiar-comunitario, aquellas influencias del medio familiar y del entorno social cercano al sujeto, tales como: desintegración familiar, problemas en la comunicación familiar, estilo paternal de ejercer la autoridad de manera muy permisiva o autoritaria, características de la comunidad, disponibilidad de alcohol, influencia de padres consumidores, presencia de eventos vitales que generan crisis, sentimiento de pérdida, estrés, etc.
Florezano et al. (1992) describen el curso de las farmacodependencias, incluido el alcohol, mediante tres etapas que denominan de la manera siguiente: etapa temprana, etapa media y etapa tardía, las cuales podemos caracterizar según los elementos que siguen:
En el nivel macrosocial, se consideran aquellas influencias socioeconómicas y otras que pueden contribuir a estimular el uso del alcohol: propaganda, modelos sociales que se presentan a través de los medios, actitudes y creencias (representación social) que comunican patrones que favorecen el consumo alcohólico, etc. Los factores individuales, por sí solos, no permiten explicar el por qué un sujeto se inicia en
Etapa temprana: Se caracteriza por el empleo problemático de la sustancia en cuestión, aumenta la frecuencia y cantidad de la ingesta, se busca preferentemente la compañía de sujetos consumidores, y se trata de ocultar el propio 30
comportamiento a los familiares, con los cuales se van produciendo discusiones por situaciones asociadas al beber o consumo de otra sustancia.
A diferencia de la etapa temprana, hay ahora una disminución de la tolerancia al alcohol, la intoxicación o la amnesia aparecen rápidamente. Hay un aumento en la severidad de la privación, pudiéndose presentar, con cierta frecuencia, delirium tremens o convulsiones postprivación. En el plano nutricional aparecen serios déficits, y la salud (en el caso del alcohol) puede verse afectada por trastornos como cirrosis hepática; el sujeto puede verse involucrado en actividades delictivas, homicidios e intentos suicidas.
Las motivaciones asociadas ai uso de la sustancia de que se trate, se vinculan al placer que dicho consumo le procura, así como a las modificaciones que logra en su estado anímico: aliviar estados disfóricos (angustia, depresión o insomnio). Los intereses del sujeto se van polarizando alrededor de la sustancia en cuestión, afectando paulatinamente el resto de los intereses del mismo.
Las etapas por las cuales pasa un sujeto hasta convertirse en un alcohólico, fueron estudiadas por Jellenick (1959), siendo las mismas: fase prealcohólica, prodrómica, crucial y fase crónica. Veamos las características esenciales de estas:
Etapa media. En esta etapa, hay un comienzo del uso masivo de la sustancia, el sujeto comienza a perder el control sobre la ingesta y su capacidad de tomar decisiones se va haciendo cada vez más precaria. El sujeto comienza a sentirse culpable por la forma en que está bebiendo (o consumiendo otra droga) y hace intentos, por lo general fallidos, de volver a la abstinencia. En esta etapa, aumentan los problemas con la familia, el sujeto encuentra cada vez más dificultades para cumplir con sus obligaciones sociales, deserta de los estudios o pierde el empleo, se desentiende del grupo de amistades que tenía anteriormente, manteniendo relaciones con aquellos asociados al consumo en cuestión.
Fase prealcohólica: Puede durar desde varios meses hasta dos años, los sujetos suelen beber en sociedad y ocasionalmente inmoderadamente, buscando alivio a sus tensiones lo que se va convirtiendo en algo regular y el individuo va aumentando sus justificaciones para buscar los efectos tranquilizantes del alcohol. Fase prodromal: Esta fase está marcada por el comienzo de amnesia post-ingesta. El alcohol se busca más como droga que como bebida, el sujeto comienza a verse envuelto en el conflicto entre la vergüenza e inquietud que le ocasiona su conducta y al mismo tiempo el deseo de volver a darse otro trago.
Aparecen síntomas de privación y alteraciones de la memoria y se instala el consumo matutino para disminuir los efectos del síntoma de privación. El sujeto es más susceptible a enfermedades infecciosas y a lesiones por accidentes, comienzan a presentarse disfunciones en el área sexual e igualmente conductas autoagresivas (intentos suicidas).
Fase crucial: La característica principal de esta fase, es la pérdida de control, el ajuste social del sujeto comienza a deteriorarse. En ocasiones recobra su capacidad para abstenerse por semanas o meses, pero al tomar la primera copa, se repite toda la secuencia.
Etapa tardía: Esta es una etapa de deterioro, aquí la pérdida de control es evidente, hay un consumo compulsivo de la sustancia, a pesar de que las consecuencias negativas de tal consumo resultan evidentes. Todo el sentido de la vida del sujeto, gira alrededor del alcohol (o la sustancia de que se trate) y al no encontrarlo puede consumir cualquier otro producto que lo contenga (por ejemplo perfume).
Fase crónica: Las intoxicaciones se van haciendo prolongadas, el individuo "vive" para beber, si se le suprime el alcohol aparecen reacciones de abstinencia; el sujeto es capaz de beber cualquier sustituto del alcohol que tenga a su alcance, sufre de déficit nutricional y se presentan diversos trastornos fisiológicos. Hay descuido de la apariciencia personal y se pierde la autoestima hasta el punto tal de no importarle en absoluto familia, ocupación, amigos o posición social.
El funcionamiento psíquico se caracteriza por la percepción inadecuada (confusa) de su situación, incapacidad para decidir y establecer planes o proyectos de vida. 31
En cuanto al tratamiento del alcoholismo, tal cual ha venido ocurriendo con el tratamiento de otras adicciones, en los últimos años, los enfoques grupales ocupan cada vez más un lugar privilegiado. (Colden et al. 1995)
"(...) Tomando en consideración todos los elementos que rodean al acto de fumar, podemos decir que este resulta complejo e implica factores sociales, biológicos y psicológicos. En este último caso, aparecen elementos vinculados a las esferas cognitiva (por ejemplo, creencias, valores, ideas y pensamientos); afectiva (sentimientos de agrado), conductual (conductas vinculadas con el acto de fumar, prender el cigarro, jugar con humo, etc.); sensaciones (sabor, olor del cigarro, etc); por lo que el acto de dejación del hábito de fumar es algo que resulta también complejo y requiere de cierto estado motivacional particular, de una preparación para la toma de decisión, el tomar dicha decisión y mantenerla enfrentando las manifestaciones del síndrome de retirada y otras resistencias personales y por último el mantenimiento de la abstinencia (evitar la recaída o saber enfrentar un desliz" (pág. 92).
Estas respuestas grupales, abarcan enfoques diversos, donde se contemplan los grupos de autoayuda, las comunidades terapéuticas, los grupos de enfoque dinámico, grupos psicoeducativos con enfoque cognitivo-conductual, grupos multicomponentes o multimodales, etc. (Browen, Yalom, 1977, Cheritas, 1965, Vannicelli, 1982, Nace 1987) Varios autores, Orford entre ellos (Orford, 1985) han expresado que la popularidad de los métodos grupales para el tratamiento del alcoholismo y otras adicciones, se debe a la toma de conciencia del "carácter social" del proceso de recuperación. Así, a los efectos anteriores, el grupo, con independencia de su orientación, ofrece una serie de condiciones que permiten dar respuesta a las vulnerabilidades básicas de los alcohólicos y a sus necesidades actuales, siendo estas entre otras: apoyo, comprensión, la posibilidad de compartir e intercambiar experiencias, adquisición de información sobre la problemática del alcoholismo, ganar en conocimiento de sí, posibilidades para la confrontación y la autoobservación, el desarrollo de habilidades sociales diversas, etc. (Colden et al. 1995)
Estas consideraciones con las precisiones correspondientes, pueden ser válidas también para el alcohólico, el cual se encuentra atrapado además, por las consecuencias físicas, psicológicas y sociales que su hábito le provoca; afectando notablemente su estilo de vida, en todos los sentidos y anulando su capacidad para autocontrolar su comportamiento. Lo anterior nos conduce al enfoque del tratamiento del alcoholismo, a partir de que la estrategia empleada no puede en modo alguno centrarse, exclusivamente, en la eliminación del hábito; sino que habría de abordar también aquellos factores que lo sostienen, vinculados con las mencionadas consecuencias físicas, psicológicas y sociales que el alcoholismo implica; así como las vulnerabilidades personales del sujeto que le impiden mantener el control de su forma de beber o la abstinencia requerida.
Investigadores en este campo de las adicciones, han encontrado que los programas multicomponentes utilizados en las intervenciones preventivas y terapéuticas, en el alcoholismo, han alcanzado resultados más positivos que otros programas simples (Pentz et al., 1989). El objetivo del presente trabajo, es presentar alunas experiencias y reflexiones en torno a la generalización y ajustes que hemos ido realizando, en cuanto a la aplicación del modelo terapéutico, que hemos denominado Psicoterapia grupal combinada, que inicialmente comenzamos a utilizar con fumadores, al tratamiento de pacientes alcohólicos.
El alcohólico, por lo general, tiende al no reconocimiento de su problemática con la bebida, utilizando diversos mecanismos defensivos -con la finalidad de no enfrentar la misma- entre los que se encuentran: la negación, racionalización y la proyección (mediante esta última culpa a los demás y deposita en ellos la responsabilidad propia). Conjuntamente con lo anterior, aparecen los sentimientos de culpabilidad y desesperanza; esta última asume la forma de desesperanza aprendida ante los intentos fallidos del sujeto por controlar su
DESARROLLO En algunas consideraciones que hacíamos, en un artículo de hace unos años (Zaldívar, 1993) sobre la problemática de otra adicción, en este caso el tabaquismo, apuntábamos al respecto: 32
comportamiento en relación con la bebida y sus efectos se reflejan en los planos cognitivos (ideas irracionales, autodesprecio, etc.), afectivo (depresión, irritabilidad) y motivacional (apatía, pérdida de intereses, despreocupación por el mantenimiento de la apariencia personal, etc).
tiempo, incluyendo la recuperación de intereses y relaciones previas a la adicción alcohólica. 7. Aprender a enfrentar posibles presiones y tentaciones que lo inciten a tomar, desarrollando su actividad y su capacidad de autocontrol a tales efectos.
Los resentimientos, cosa frecuente en los alcohólicos, se ven agudizados por las dificultades que su propio comportamiento le crea en las áreas: familiar, laboral y social; lo que se expresa entonces en un incremento del aislamiento social del sujeto, disminución o pérdida de la autoestima (por falta de reconocimiento y aceptación social e incompetencia en la coducción de su vida) y en un aumento de su agresividad.
8. Conocimiento de sus puntos vulnerables en cuanto a posibles recaídas y adquisición de habilidades que le posibiliten enfrentar las mismas. 9. Desarrollo de habilidades que le posibiliten manejar de manera más adecuada el estrés y situaciones tensionales, sin tener que recurrir al alcohol.
Ante estas y otras características y vulnerabilidades del paciente alcohólico; ¿qué tareas ha de cumplir éste para enfrentar su recuperación con ciertas posibilidades de éxito?, ¿qué requisitos ha de cumplir el abordaje terapéutico para garantizar lo anterior?
10. Aprender a desarrollar y mantener relaciones más armoniosas y creativas con su medio. 11. Elaborar nuevos sentidos y proyecto vital que le permita orientar su estilo de vida de manera responsable, sin abusar del alcohol.
Algunas de las tareas de recuperación que ha de enfrentar el paciente alcohólico en su proceso de rehabilitación.
12. Recuperar su autoestima y autorespeto. Lo anterior obliga a que en la estructuración del proceso de intervención psicoterapéutica que se proyecta para la ayuda al alcohólico, se tengan en consideración las tareas rehabilitatorias que éste debe enfrentar para su recuperación, y en función de esto establecer las tareas terapéuticas que coadyuven a esta finalidad; así entre los requisitos a cumplir para el abordaje terapéutico en cuestión, tenemos los siguientes:
1. Toma de conciencia de que ha perdido el control sobre la bebida y de cómo su hábito alcohólico ha ido afectando su vida en las distintas esferas: personal, familiar, laboral y social. 2. Desear verdaderamente la recuperación y tomar conciencia de que eso pasa, entre otras cuestiones, por la necesaria abstinencia del alcohol.
1. Creación de un clima de respeto y aceptación al paciente, en el cual se facilite la libre expresión, la reflexión y la toma de conciencia en relación con la problemática alcohólica.
3. Asumir la responsabilidad por las consecuencias de sus comportamientos, incluido el consumo alcohólico.
2. Brindar conocimiento en cuanto al alcoholismo y de cómo un sujeto llega a convertirse en un adicto (aspecto didáctico).
4. Lograr un conocimiento lo más completo posible, sobre la naturaleza exacta de sus dificultades y problemas y explorar nuevas alternativas de solución.
3. Establecer claramente que el objetivo central del tratamiento es la recuperación de los individuos. Precisar sus requerimientos.
5. Enfrentar y desprenderse de las ideas, creencias, valoraciones y expectativas erróneas que favorecen la ingesta de bebidas alcohólicas.
4. Motivar, estimular y Estimular la responsabilidad.
6. Disponerse a ensayar comportamientos diferentes a los asociados al hábito alcohólico, lo que implica reestructuración del empleo de su
apoyar
el
cambio.
5. Ventilar y aliviar las culpas y resentimientos del paciente. 33
6. Ayudar a elaborar la angustia y el duelo del paciente por la renuncia al alcohol.
la concepción del terapeuta como facilitador que ofrece recursos, información, apoyo; constituyen factores que propician el logro de las metas terapéuticas mediante el proceso de descubrimiento de intereses y experiencias comunes y el desarrollo de la responsabilidad de cada sujeto con sus propios resultados, y hasta cierto punto con los resultados del grupo en su conjunto (...) se combinan diversas estrategias que de manera empírica han mostrado por separado su efectividad en el tratamiento de determinados trastornos, (pág. 93)
7. Fortalecer o crear en el paciente el sentimiento de competencia personal en cuanto a la posibilidad de control de los deseos de beber. 8. Posibilitar la autoaceptación del sujeto y el desarrollo de la autoestima. 9. Entrenar y desarrollar en el individuo diversas habilidades tales como: Habilidades para la comunicación interpersonal, habilidades para la solución de problemas y toma de decisiones, habilidades para el autocontrol, habilidades asertivas, habilidades para el empleo y la distribución del tiempo; manejo del estrés y otras.
Con la finalidad de mostrar la posibilidad de extensión del enfoque grupal combinado, utilizado con grupos de fumadores al tratamiento de pacientes alcohólicos primarios, y probar su efectividad en los mismos, desarrollamos algunas experiencias de las que seleccionamos una en particular, la realizada en el Hospital Ameijeiras y presentaremos los principales resultados obtenidos. Este trabajo sirvió como tesis para la culminación de la licenciatura en psicología de dos alumnas. (Ramos, A. y Torres, C.A., 1994)
10. Brindar conocimiento sobre las posibles causas de recaídas y entrenar al sujeto para afrontar las mismas, así como los posibles deslices y evitar los efectos del llamado síndrome de violación de la abstinencia. 11. Reestructurar el estilo de vida y elaborar un nuevo proyecto existencial acorde con los nuevos sentidos que el sujeto va redescubriendo.
Los objetivos específicos de la experiencia mencionada fueron:
Partiendo del análisis anterior en cuanto a la tarea de recuperación del paciente alcohólico y las exigencias que se desprenden de las mismas para la psicoterapia, decidimos estructurar el tratamiento a la luz de los principios de la Terapia Grupal Combinada utilizada en el tratamiento a fumadores y que como señalamos (Zaldívar, 1993. pag. 93) parte de la integración de algunos principios básicos de los grupos de discusión y del enfoque multimodal, teniendo presente que:
1. Comprobar la incidencia del tratamiento (Terapia Grupal Combinada), en la modificación de algunos de los componentes de la actitud hacia la ingesta de alcohol. 2. Comprobar la repercusión del tratamiento en la interiorización del locus de control y cómo este proceso y sus resultados contribuyen a que los pacientes asuman la responsabilidad por el control de su hábito alcohólico.
"En cuanto al enfoque del grupo de discusión, nos interesó en particular su potencialidad para ayudar a sus integrantes en el desarrollo de recursos que les posibilitan a los mismos, de manera eficiente, la reflexión, la toma de conciencia y la toma de decisión sobre un asunto determinado (...) El clima, de distensión y seguridad psicológica, la creación de una atmósfera grupal cálida, relajada, hasta cierto punto permisiva que contribuya al fortalecimiento de los sentimientos de grupo (cohesión, pertenencia), la red de apoyo que se crea dentro del grupo, conjuntamente con
3. Influir en las cogniciones (creencias, expectativas sobre la sustancia y sus efectos) que de una forma u otra, están vinculadas con el hábito alcohólico. 4. Modificar estilos de afrontamiento ante los estados emocionales desagradables, presentes en los participantes, trabajando aspectos tales como: modificación de las ideas irracionales, desarrollo de respuesta asertiva y desarrollo de habilidades para la solución de problemas, etc. Fueron empleados ocho instrumentos de evaluación y diagnóstico, el primero solamente al 34
inicio, al inicio y al final del tratamiento los instrumentos del 2 al 6, y al final del tratamiento el 7 y 8:
En cada una de estas sesiones de trabajo, a partir de la segunda el procedimiento seguido fue el siguiente: al comienzo de cada encuentro se realizaba una evaluación de las orientaciones brindadas para la realización de las tareas terapéuticas en el hogar, posteriormente se abordaba el tema correspondiente, lo que implicaba también la realización de discusiones grupales, dramatizaciones y otras técnicas y estrategias que señalaremos más adelante; por último se aclaraban dudas y se orientaban las actividades (tareas) terapéuticas para el hogar.
1. Entrevista estructurada para la caracterización de los sujetos alcohólicos en cuanto a consumo. 2. Cuestionario de Alcoholismo MAST, (versión R. Glez.) 3. Cuestionario de ideas irracionales de M. Davis, M. McKay y E. Eshelman. 4. Cuestionario de Vulnerabilidad al estrés de H. Miller y A.D. Smith.
Las estrategias y técnicas terapéuticas utilizadas durante las 10 sesiones de tratamiento grupal, fueron:
5. Cuestionario de Locus de Control de Levenson.
Minicharlas: Tenían por objetivo el brindar información sobre el alcoholismo, sus causas, consecuencias, proceso, síndrome de retirada, etc.
6. Cuestionario de síntomas frecuentes (elaborado mediante criterios de jueces, especialistas del servicio de alcoholismo) 7. Cuestionario de evaluación del grupo por el grupo de A. Lucien.
Técnicas participativas: Se emplearon para evaluar expectativas sobre el tratamiento, facilitar la toma de conciencia y la reflexión sobre diversos aspectos del alcoholismo.
8. Cuestionario para la evaluación del contenido del programa y su utilidad, elaborado por D. Zaldívar.
Dinámicas grupales: Estas se efectuaron sobre los diversos temas que fueron tratados, con la finalidad de propiciar el intercambio y la reflexión colectiva.
El tratamiento comprendió 10 encuentros de 1 1/2 a 2 horas de duración cada uno, y en los cuales se trataron las siguientes temáticas:
Técnicas psicodramáticas: Se dramatizaron situaciones relacionadas con la problemática del alcohólico, con vistas a disminuir las defensas, propiciar la reflexión y promover el cambio de actitudes.
Sesión No. 1: Inicio del grupo, realización del encuadre, evaluación de las expectativas de tratamiento. Orientaciones para la autoobservación y autoregistro. Sesión No. 2: El alcoholismo, sus causas y consecuencias.
Entrenamiento de habilidades: Se trabajó a partir del entrenamiento en habilidades sociales, sobre algunos de los déficits detectados en los sujetos: asertividad, autocontrol, solución de problemas, etc.
Sesión No. 3: El autocontrol, cómo lograrlo. Sesión No. 4: Los juegos de renuncia.
Estrategias diversas: Se emplearon diversas estrategias tales como: estrategia de reestructuración cognitiva para el tratamiento de ideas irracionales, estrategias para evitar y enfrentar las recaídas, técnicas de relajación y para el enfrentamiento del estrés, etc.
Sesión No. 5: Ideas irracionales y estados emocionales negativos. Sesión No. 6: Alcoholismo y estrés, su control. Sesión No. 7: Estrategias sobriedad.
para alcanzar la
Sesión No. 8: El síndrome de abstinencia, su enfrentamiento. El proceso de recaída.
Las principales conclusiones a las cuales se arribaron fueron:
Sesión No. 9: Continuación del tema anterior.
1. La terapia grupal combinada es efectiva como método terapéutico en el tratamiento de pacientes alcohólicos.
Sesión No. 10: Cierre y evaluación del programa.
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2. Mediante el tratamiento, a pacientes alcohólicos, con terapia grupal combinada se producen modificaciones en los elementos de los tres componentes actitudinales vinculados a la ingestión del tóxico.
más de alcohólicos, en el servicio del Hospital Calixto García, empleando este mismo enfoque con la realización de algunas modificaciones, consistentes en la introducción de algunas nuevas problemáticas; tales como: el resentimiento, la autoestima, el empleo del tiempo y los estilos de afrontamiento.
3. Se comprobó la influencia del tratamiento en la modificación del locus de control, lográndose una internalización significativa en relación al momento inicial del mismo.
Como se conoce, la efectividad del tratamiento a los alcohólicos se valora enplazos menores de cinco años, por lo que aún no podemos ofrecer resultados concluyentes en relación con este enfoque, sin embargo los resultados obtenidos hasta el presente, nos permiten hacer algunas conclusiones preliminares en cuanto a que la terapia grupal combinada favorece el cambio de actitud hacia el alcohol, desarrolla en las sujetos habilidades que le permiten controlar sus . ideas irracionales, estabilizar sus estados emocionales negativos y aumentar su capacidad de autocontrol, lo que constituye de hecho base importante para lograr la abstinencia o para adoptar un patrón más ajustado de bebida.
4. El tratamiento influyó en la modificación de las cogniciones de los sujetos, en cuanto a los efectos positivos de la ingestión alcohólica y otras ideas irracionales asociadas. 5. Se modificaron estilos de afrontamiento inadecuados ante estados emocionales desagradables y los sujetos se apropiaron de nuevas estrategias más positivas, relacionadas con la asertividad la solución de problemas y el enfrentamiento de ideas irracionales. Estos resultados nos estimularon a realizar otras experiencias, y así trabajamos con dos grupos
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