Salmo Alabemos a nuestro Dios, ambos elevado y cercano

4 Salmo 113 - Alabemos a nuestro Dios, ambos elevado y cercano. Proverbios 28:13-14 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo dej

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4 Salmo 113 - Alabemos a nuestro Dios, ambos elevado y cercano. Proverbios 28:13-14 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón. ¡Dichoso el que siempre teme al SEÑOR! Hermanos y amigos, No sé cuantas personas aquí hayan escalado una montaña, pero creo que la mayoría han subido al menos un cerro grande. Mi hermana vive en el estado de Washington en los Estados Unidos, y la he visitado allí varias veces. Una vez, tuve la oportunidad de escalar una montaña con ella y su familia. La pendiente era muy empinada, la senda con mucho zigzag, pero poco a poco escalamos la montaña. Es impresionante escalar una montaña. Al inicio no puedes ver mucho, pero poco a poco la vista se abre, y alcanzas a ver más. Por un rato, las nubes te cubren y no ves absolutamente nada, pero al fin llegas a la cúspide. Y ésa sí es impresionante – ver el paisaje por todos lados – 360 grados. El punto de escalar la montaña es la experiencia, el ejercicio, pero más que todo es ver el gran paisaje. Aquí en nuestro pasaje tenemos un paisaje también, pero un paisaje mucho más grande de lo que puedes ver de una montaña. El monte Pico de Orizaba en Puebla, el monte Hood en los Estados Unidos, el Everest en Nepal, no tienen nada que ver con este paisaje. Vamos a estudiar este salmo hoy, que nos habla sobre Dios. El tema que estudiaremos es lo siguiente: Alabemos a nuestro Dios, ambos elevado y cercano. Lo podría haber titulado, Alabemos a nuestro Dios, ambos trascendente e inmanente, si manejan estas palabras, pero queda más claro con lo original: Alabemos a nuestro Dios, ambos elevado y cercano. 1. Alabar. 2. Elevado, o sea, trascendente. 3. Cercano, o sea, inmanente. 1. Alabar.

5 Como dije antes, este salmo, 113, es parte de un grupo de salmos de alabanza. Hay tres grupos de estos salmos en el libro de salmos, hay el primer grupo en 113-118, hay el segundo en 120-136, y el último grupo en 146-150. Se enfocan los tres grupos en alabar al Señor. Si examinas estos tres grupos, encuentras muchas veces la palabra Aleluya, y también el verbo Alabar. Se enfocan en alabar a Dios: por su grandeza, su poder, todo lo que ha hecho. El grupo que vamos a estudiar, 113-118, tenía una función especial, porque los judíos solían a cantar estos salmos antes y después de la celebración de la Pascua. Recuerden: la Pascua era la celebración más importante de los judíos. Celebraron como Dios los libró de Egipto por las diez plagas y especialmente por la muerte de un cordero. Entonces, Salmos 113-114 se cantaban juntos antes de la comida de la Pascua, y 115-118 se cantaban después. Vamos a regresar a este punto en otros sermones. Ahora tienen un poco del contexto, la ubicación, de este salmo. Se usaba para alabar al SEÑOR, especialmente antes de la Pascua. Y el tema del salmo es la alabanza del SEÑOR. Dice varias veces: Alabado sea el SEÑOR. También encontramos la palabra Aleluya dos veces. En nuestro himnario aparece la misma palabra – de hecho, ya cantamos hoy dos canciones que usa la palabra. El Varón de Gran Dolor, y Busca Primero. Pero ¿qué quiere decir? ¡Se espera que se entienda lo que estamos cantando! De hecho, no es tan difícil. Aleluya viene de la lengua hebrea, la lengua del antiguo testamento. Alelu quiere decir alabar, y Ya es una abreviación de Yahvéh, o sea, Jehová, o sea, el SEÑOR. Cuando decimos Aleluya, estamos diciendo, ¡Alaben al SEÑOR! Otra vez, este salmo habla mucho sobre alabar al Señor. La idea aquí es lo siguiente. El autor de este salmo, nos está invitando a alabar al SEÑOR, es decir, elogiarlo, celebrarlo con nuestras canciones y palabras, jactarnos en el SEÑOR. Tratamos de enseñar a los niños que el jactarse no es algo bueno. Y es cierto – no queremos que nadie nos acerque diciéndo cuán listo es, cuán fuerte es él. Pero jactarnos en el SEÑOR es otra cosa. Es algo bueno jactarnos en su poder, su bondad, su misericordia, y decir que este Dios es mi Dios.

6 ¿Por qué venimos aquí cada domingo? ¿Por qué hay la predicación de la Palabra y el cantar junto como iglesia? Exactamente por eso: para alabar al SEÑOR. Eso es el propósito de la vida; eso tiene que ser la pasión de cada creyente – glorificar a Dios. La predicación - ¿por qué la tenemos? Claro, en obediencia a Dios. Pero el punto de la predicación es conocer mejor a Dios, es llenar nuestros corazones con su gloria, quien es, que ha hecho por nosotros – para llenar nuestros corazones con Él. Y el cantar - ¿por qué lo hacemos? ¿Sólo para que se escuche bien? No, aunque me gozaba mucho cuando Valentín nos visitó y nos dijo que escuchar a nosotros lo trasladó a la iglesia de su juventud en Campeche. Pero el cantar - ¿por qué lo tenemos? Es la respuesta a todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Si no queremos cantar, hay algo fundamentalmente equivocado en nuestro ser – somos ciegos a la gloria de Dios. O dicho en otra manera: con un Dios tan bueno y poderoso, ¿por qué no cantamos con toda nuestra fuerza? No hay cosa más bonita que escuchar, saber, como Dios nos ama en su Hijo, y responder por cantar a Él. Dije hace poco que el propósito de la vida se encuentra en alabar al SEÑOR. Entiéndanme bien. No estoy diciendo que el domingo es el único día que tiene valor en nuestras vidas, y el lunes al sábado no importan nada. Si fuera así, ¿por qué no nos quedaríamos aquí en la iglesia toda la semana, cantando a Dios 24 7? Tendríamos problemas pronto de comida, y no hablemos de nuestras voces.  No, la vida entre semana debe ser lo mismo como las canciones aquí – una respuesta a la gracia de Dios. Una vida de gratitud. En el trabajo, en el hogar, con amigos – buscando en todo la gloria de Dios. Sigue el salmo en el mismo tema, pero cambia un poco. Dice lo siguiente: Bendito sea el nombre del SEÑOR, desde ahora y para siempre. Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del SEÑOR. En otras palabras, hablando del tiempo, desde ahora y adelante, el nombre del SEÑOR es digno de alabanza. También usa la imagen del sol. Cuando el autor escribió este salmo, a lo mejor estaba pensando de los confines del mundo del este, hasta los confines del mundo en el oeste – todo lo que se conocía. Ahora sabemos que el mundo es un globo, que siempre hay sol en alguna parte del mundo. Pero no niega lo que dice el salmista, de

7 hecho lo amplia. Está diciendo que todos los seres humanos en el mundo, todos los 7 mil millones de personas viviendo, y todos los que van a vivir en el futuro deben alabar al SEÑOR. ¡Wow! ¿Pueden imaginar todos los que hay en el mundo, desde el Presidente Xi Jinping de China hasta el niño en pañales de tu vecino – todos alabando el nombre del SEÑOR – y no hay mejor cosa para ellos que eso? ¿Cómo puede ser? Pero el nombre del SEÑOR es digno de este tipo de alabanza. Y lo mejor de todo es que este Dios tan grande nos ha dado su nombre. Nos ha revelado su nombre, y nos llama por su nombre. Somos hijos del SEÑOR, somos cristianos porque Cristo nos ha salvado, y llevamos su nombre en toda parte de nuestras vidas. Una ilustración. Como saben, soy de Canadá, pero mi mamá es de holanda. Justo antes del nacimiento de mi mamá en Holanda, había una guerra muy grande – la segunda guerra mundial. El país de Holanda fue conquistado por los nazis, y así era por muchos años. Resultó que al fin de la guerra, el ejército de Canadá liberó el país de Holanda de los nazis. Cómo pueden imaginar, los holandeses estaban muy agradecidos a los canadienses. Tanto les agradecieron que por muchos años después, si un canadiense estaba viajando en holanda, sólo tenía que llevar una bandera de Canadá en su mochila, y los holandeses lo regalaban por todos lados. ¿Quieres un ride? ¿Ocupas hospedaje? ¿En que puedo ayudarte? ¿Cómo podía ser? Sólo por llevar la bandera de Canadá en sus mochilas. En la misma manera, nosotros llevamos el nombre de Dios, el nombre del SEÑOR de toda la creación, sobre nosotros. ¡Qué bendición! ¡Hijos e hijas del altísimo Dios! El nombre de Dios es un gran regalo, hermanos. Abusar este nombre sería un insulto grave. Decir “por Dios”, o “mi Dios”, o cosas así, es tomar un regalo precioso y tratarlo como algo despreciable. Dios nos mandó, No pronuncies el nombre del SEÑOR tu Dios a la ligera. Yo, el SEÑOR, no tendré por inocente a quien se atreva a pronunciar mi nombre a la ligera. Jesús nos enseñó a orar, lo que leímos hoy, Santificado sea tu nombre. ¡No debemos usar el nombre de Dios a la ligera! En cambio, que reconozcamos de nuevo que bendición es, y hagamos todo lo posible para que sea alabado el nombre del SEÑOR.

8 2. Trascendente: Alto, elevado, separado, excelso. Pero todavía no hemos visto porque el SEÑOR es digno de toda la alabanza. Para ver eso tenemos que seguir con el salmo. Nuestro segundo punto habla sobre como Dios es tan elevado, o sea, tan trascendente, alto, separado, excelso. Dice v. 4, El SEÑOR domina sobre todas las naciones; su gloria está sobre los cielos. Ahora bien, quizás haya un poco de confusión aquí por la palabra dominar. A veces dominar quiere decir lo mismo como reinar – el SEÑOR reina sobre todas las naciones. Pero no es la idea aquí. De hecho, en igual sentido como el volcán Sangangüey domina sobre Tepic, así el SEÑOR domina sobre las naciones. Pero muchísimo más, por supuesto. Las naciones son grandes, hacen cosas increíbles, construyen torres que alcanzan hasta el cielo, leí hace poco que están planeando enviar hombres a martes. Pero es la misma cosa; no hay nada nuevo bajo el sol. En Génesis 11, después del diluvio de Noé, pasó que todos los seres humanos hablaban la misma lengua. En medio de una llanura grande, decidieron construir una ciudad. Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra.» Y así empezaron a construir su torre – iba a ser grande, que llegaría hasta el cielo – grandísima. Un pueblo, una lengua, una ciudad, y una torre enorme. No habría cosa fuera de su alcance. Pero ¿qué pasó? Dice que el SEÑOR bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo. Si conoces la historia de Génesis, sabes que el Señor confundió el idioma de toda la gente, tanto que la obra se dispersaba y la gente también por todos lados. Pero lo importante para este estudio es como el SEÑOR bajó para observar la ciudad. La gente pensaba que era tan grande su torre – pero el SEÑOR tenía que bajar para verla. El autor de Génesis esta burlándose de ellos – ¿tan grande es tu torre? ¿Dónde está? No alcanzo a verla.  Piensen en las alturas las que el ser humano ha alcanzado. La ciencia, la tecnología, el conocimiento, los avances: en comparación con Dios es realmente nada. Dice aquí que su gloria está sobre los cielos, es decir, más alto que los cielos. Vi una vez una película que estaba mostrando el tamaño del universo. Empezó con una imagen

9 de nuestra galaxia, la Vía Láctea, visto a una distancia de 10 millón años luz. Estaba como un puntito en medio de la pantalla. Luego, hizo un zoom en una décima parte en el centro de la imagen, y la expandió. Lo hizo otra vez, y la expandió otra vez. Entonces, estamos a una centésima parte de la imagen original, porque diez multiplicado por diez es cien. Lo hizo otra vez – estamos a una milésima parte ahora – entrando en nuestra galaxia, y al final después de cuatro veces más, alcanzaba a ver nuestro sol. Siete veces más, y al final, se podía ver nuestra tierra. Pero no paró allí. 8 veces más, y alcanzaba a ver un árbol. Seis veces más, y se podía ver una célula. Cinco veces más, y por fin, había un átomo. 3 Es increíble si lo piensas. Y hay galaxias mucho más grande que la nuestra. Todo esto existe sólo por la palabra del SEÑOR. “Así sea”, y así fue. Y Dios es sobre todo esto, más alto que todo esto. ¿Quién es como el SEÑOR nuestro Dios? Oponer a este Dios sería un poco como una hormiga amenazando al sol con el puño. Sería ridícula, una locura. Pero conocer a este Dios – no hay cosa más grande ni bueno que exista. Con este Dios a tu lado, o mejor dicho, si tú estás al lado de Dios, ¿qué hay de temer? Aún si todas las naciones en el mundo te estarían tratando de matar con todas las bombas nucleares que hay, si Dios te protege, estás más seguro que un niño en los brazos de su mamá. ¡Confíen en Él, hermanos! Él nos tiene en su mano. El Dios sempiterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. 4 ¡Confíen en Él! Pero el salmo no termina allí. Es verdad, Dios es tan trascendente, tan elevado, que nunca podríamos captar su grandeza. Pero hay algo mejor que nos queda en este salmo. Dice vv. 5-6, ¿Quién como el SEÑOR nuestro Dios, que tiene su trono en las alturas y se digna contemplar los cielos y la tierra? 3. Cercano, o sea, Inmanente. Esto nos lleva a nuestro tercer punto, Alabar a Nuestro Dios Cercano, o sea, Inmanente. Hemos dicho que somos como hormigas delante de Dios – muy, muy pequeños en comparación. Pero la cosa bonita es con toda esta grandeza y elevación y altura, 3 4

http://micro.magnet.fsu.edu/primer/java/scienceopticsu/powersof10/ Deut. 33:27.

10 Dios no nos ha olvidado. Muchos creen que si hay un Dios, no está interesado en nosotros. La silencia de Dios hoy en día muestra que al mínimo no le importa. Pero ¡no!, dice el salmista. Se digna contemplar los cielos y la tierra. No está hablando de Él como una persona altiva, una persona condescendiente, está hablando de una persona que baja porque está interesado en nosotros. Está hablando de Él como si se agachara el cuerpo para ver lo que está pasando en nuestra vida. Y lo hace por interés. Porque está interesado en sus hijos e hijas. Está interesado en los pequeños gozos y tristezas de nuestras vidas. Jóvenes, está interesado en tu vida. Ancianos, no olvide de que no se ha olvidado de usted. Niños también. Se digna contemplar los cielos y la tierra. Hay dos ejemplos dado por el salmista. El primero habla sobre un pobre, viviendo en el polvo, habla sobre un necesitado, un mendigo viviendo en medio de un muladar, un basurero. Al SEÑOR, le importa aquel desechado, lo toma, y lo da dignidad, y lo hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo. No está hablando de príncipes malos y corrompidos. La palabra tiene la idea de nobles, gobernadores quienes actúan en una manera generosa y justa. ¡Toma a una persona así y lo pone con príncipes! Como un profesor mío una vez dijo, Esto es tan típico de Yahvéh, del SEÑOR. Le gusta tanto tomar algo despreciado en los ojos del mundo, algo insignificante, y elevarlo por su bondad y su gracia. Le gusta hacerlo para mostrar su poder; le gusta hacerlo para mostrar su gracia; que todo sea para su gloria y honor. ¿Dónde lo vemos? Lo vemos en la historia de Éxodo, como Dios tomó un pueblo de esclavos miserables, y los libró de la superpotencia del mundo. Lo vemos en el rey David, quien el SEÑOR tomó de las ovejas y lo hizo rey. Lo vemos con Pablo, quien estaba matando la iglesia antes de que Jesús lo convirtiera. Si somos honestos, lo vemos con nosotros mismos. Porque el SEÑOR tan elevado envió a su hijo Jesucristo a este mundo de hormigas, para vivir entre nosotros. Se agachó, se humilló, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.5 Tan interesado estaba el Padre en nuestras vidas que no escatimó a su propio Hijo en la cruz; tan interesado en 5

Fil. 2:7.

11 nuestras vidas que el Hijo voluntariamente tomó nuestro castigo sobre si mismo en la cruz; y todo fue para levantarnos del polvo, del muladar, del basurero de nuestro pecado. Si conocemos a Dios como nuestro Padre, si conocemos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, este versículo es nuestra historia. Nos hace sentarnos con príncipes, con los príncipes de su pueblo. En unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales. Ef. 2:6. Este versículo es nuestra historia, hermanos. Y la última parte describe como el SEÑOR satisface nuestros deseos más profundos. Usa el ejemplo de una mujer; una mujer con todo, con esposa, con casa, pero con un vientre estéril. Recuerdo una amiga, esposa de un amigo, recién casada, quien perdió un niño tras otro niño tras otro. El último tuvo como 6 meses. Recuerdo como ella escribió sobre su situación. Los otros me preguntan como estoy - ¿qué les puedo decir? Mi hijo murió. Los otros dicen que tengo que reponerme de mi pérdida - ¿cómo puedo? Ellos tienen sus hijos. Cada niño que veo me recuerda otra vez. ¿Cómo puedo vivir así? Ella sufría depresiones por mucho tiempo por eso. Pero aún que no entiendo porque el Señor lo hizo, puedo decirles que hoy ella es como este versículo: A la mujer estéril le da un hogar y le concede la dicha de ser madre. Satisface nuestros deseos más profundos, porque nos conoce en su Hijo Jesucristo. ¿Siempre nos va a pasar así? ¡Ojalá que sí! Pero no siempre es así. A veces el SEÑOR quiere mostrarnos que teniendo a Él y teniendo nada más es de más bendición para nosotros y para los alrededor. No sabemos que decir a veces, salvo lo siguiente: Podemos y debemos entregar todos nuestros deseos a nuestro Padre en el cielo. Podemos y debemos seguir pidiendo, día tras día. Y Él sí nos escucha. Pero a la misma vez, tenemos que confiar en Él. Tiene su plan para su gloria y para nuestro bien. No siempre vamos a entender, pero ¡podemos confiar en Él! Repasando el sermón, espero que vean ahora la importancia de los dos elementos del salmo – cómo Dios es tan elevado, y como Dios es tan cercano con nosotros. Y en Jesucristo, encontramos las dos cosas juntas; Jesús, Rey de reyes y Señor de los Señores, Jesús, amigo de pecadores. Él es digno de todo honor y gloria. El salmo termina con una invitación a entrar en la alabanza de todo el universo

12 – alabando a nuestro Dios tan poderoso y tan bueno. ¿Vas a participar? ¡Espero que sí! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! AMÉN. 108 – Jubilosos, Te Adoramos

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