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Bandera y Escudo Heráldico
Memoria del Blasón Aunque cambiando de encuadramiento, se ha querido mantener cierta analogía en las configuraciones del escudo heráldico y de la bandera, ya que en ambos casos se pretende una representación simbólica del municipio de San Juan de Puntallana. Para la configuración de ambos emblemas, previamente, se ha elaborado un informe en el que se exponen y analizan los acontecimientos históricos más relevantes de la historia del
municipio, así como su tradición cultural y los valores naturales y paisajísticos más sobresalientes. A partir de los datos contenidos en este informe, se han escogido una serie de hechos que por su significación nos permiten caracterizar de forma inequívoca la identidad de este municipio. Así, para diseñar el escudo heráldico y describir el blasón del municipio de San Juan de Puntallana, se han tenido en cuenta los hechos y circunstancias que a continuación se enumeran: − La Palma, isla de realengo. La conquista de la isla de La Palma es muy mal conocida, pues sólo una fuente tardía, la Historia del padre Abreu, se ocupa de ella con cierto detalle, y en este documento se observan numerosas lagunas informativas. Lo que sí sabemos es que son los propios reyes castellanos quienes fomentan y patrocinan esta empresa. Visto el fracaso de los intentos señoriales por ocupar y dominar la totalidad del territorio canario, que en setenta y cinco años sólo han conseguido dominar las islas de Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro y La 1
Gomera, pese a los esfuerzos bélicos y económicos que prodigan, es la propia Corona Castellana la que se encarga de dirigir la conquista de las restantes islas. Así, los Reyes Católicos, persuadidos del valor estratégico del archipiélago, negocian con los Herrera−Peraza, señores de Canarias, obtener los derechos de conquista sobre las islas que aún faltaban por dominar. Mediante una compensación de cinco cuentos, es decir cinco millones de maravedís, y la promesa del título condal de Gomera y Hierro, los monarcas castellanos adquieren la soberanía total de Gran Canaria, Tenerife y La Palma. A comienzos del verano de 1493 Alonso Fernández de Lugo concluye la conquista de la isla de La Palma, que pasa a formar parte de la Corona de Castilla. Y como isla de realengo quedará exenta de cargas señoriales. − La propia denominación del municipio: San Juan de Puntallana. Las tierras fértiles y llanas del cantón benahorita de Tenagua atraen el interés de los europeos desde el momento mismo de su llegada. Rápidamente se construye una Iglesia, que tan sólo veintidós años después de la conquista de la isla contaba con el rango de parroquia, y a su alrededor va a surgir un núcleo de población, fruto del mestizaje entre las gentes llegadas del continente y los súbditos de Atavara, el cual en su denominación hará referencia a la advocación de El Bautista y a la planitud de los terrenos en los que se asienta; así surge el pueblo de San Juan de Puntallana, aunque habrá que esperar a 1818 para que obtenga su municipalidad. Se desconoce la fecha exacta en que se construyó la Iglesia de San Juan Bautista, por haberse quemado el archivo parroquial, si bien debió haber sido recién finalizada la conquista de la isla, ya que en el año 1515, en las Sinodales del Iltmo. Sr. Obispo Don Fernando Vásquez de Arce, el templo levantado en Puntallana en honor de San Juan era declarado como iglesia parroquial y baptismal, según reza en el acta de las citadas Sinodales: " E por que después de la conquista de la dicha isla se han hecho poblaciones, e cada día se hacen, especialmente se ha poblado el lugar de la Puntallana e la Galga donde los vecinos e moradores de los dichos lugares han labrado Iglesias y Capillas,..., e que la Iglesia de San Juan, que es en el dicho lugar de la Puntallana, sea de aquí en adelante Iglesia parroquial y baptismal, de la cual sean parroquianos los vecinos e moradores de los dichos lugares de la Puntallana y la Galga;... Declaración que fue confirmada posteriormente por Real Cédula del Emperador Carlos V de 15 de Diciembre de 1533 (véase la nota 3 de la pág. 82). − La leyenda del "salto del enamorado". El lugar donde se sitúa esta leyenda es un imponente acantilado localizado en la costa de La Galga, en la parte mas septentrional del término municipal de Puntallana. Se dice que en aquel lugar habitaba un pastor que dedicaba su vida a guiar sus rebaños por las abruptas sierras y profundos acantilados que caracterizan el mencionado paraje. El ámbito donde discurría su vida le había dotado de un carácter valiente y osado. Cuentan que en la comarca vivía una muchacha cuya belleza despertaba en el intrépido pastor una atracción irresistible. Ella, sin embargo, correspondía con desdén a la reiterada solicitud del enamorado, lo que contribuía a encender aún más su pasión por la joven. Queriendo la muchacha verse libre del persistente acoso amoroso al que el pastor la tenía sometida, ofresiole su corazón y su mano a cambio de superar una peligrosa prueba, seguramente pensando que éste no habría nunca de aceptar semejante desafío, pues para ser su esposa debería rotar tres veces sobre su lanza apoyada en el borde del mencionado acantilado dejando su cuerpo desprendido en el vacío.
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Aunque era evidente el riesgo de la prueba, el amor del pastor se sobrepuso al peligro y aceptó aquel pacto singular. A la hora convenida y ante la presencia de algunos curiosos que debían atestiguar ante la prometida el éxito de tal proeza, el enamorado pastor se dirigió al lugar acordado y alentado por el ardiente sentimiento que encerraba en su corazón, clavó el regatón de su lanza en el borde mismo del precipicio y se dispuso a dar el primer salto. ¡En el nombre de Dios!, invocó, y asió fuertemente a su lanza, que le servía como eje de rotación, lanzó su cuerpo fuera del risco, el cual describió un círculo en el aire antes de volver a ganar la roca. ¡En el nombre de la Virgen!, clamó la segunda vez, y volvió a girar su cuerpo en el vacío para alcanzar nuevamente tierra firme. Entonces, viendo cercana la consumación de la proeza que habría de decidir su suerte futura, sin soltar la lanza de sus manos exclamó: ¡En el nombre de mi amada! y lanzó por tercera vez su cuerpo al vacío; giró unos instantes en el aire pero no pudo volver a alcanzar el borde del risco ,y cayó precipitado al mar. Tal vez sus fuerzas le abandonasen por el esfuerzo anterior, o le asaltara el vértigo; o quizá, como dice la tradición, el Cielo quisiera castigarle por invocar el nombre de una criatura en tan supremo peligro. Lo cierto es que desde entonces se conoce a aquel sitio como Salto del Enamorado. − La agricultura como principal fuente de riqueza y la tradicional vocación cerealista. Desde siempre la agricultura ha sido la principal fuente de ingresos para los habitantes de este municipio. La caña de azúcar, la vid, la "cochinilla", el tabaco o el plátano, son cultivos a los que, alternativamente, han dedicado su esfuerzo las gentes de este pueblo, y que dejaron su inconfundible impronta en el paisaje de Puntallana. Sin embargo, ha sido el cultivo de cereales el que mayor fama ha dado a este pueblo. Tierras llanas y rojas, especialmente aptas para el cultivo de granos, garantizaban el pan y el gofio, soportes básicos de la dieta tradicional canaria. Los siglos XVI y XVII fue un período de abundantes cocechas en trigo, cuyos excedentes se exportaban por mar, a través de ensenadas naturales como Puertotrigo o Puertopaja en cuyos nombres ha quedado impreso el recuerdo de esta actividad. Existen en el municipio otros topónimos que también hacen referencia a su tradicional vocación cerealista, como El Granel, denominación que recibe uno de los pagos del municipio y cuyo nombre le viene dado por un antiguo silo (o granel) fabricado sobre esteos que existía en el lugar, donde los vecinos guardaban el trigo. El éxito de las cocechas de cereales hizo que, antaño, a este municipio de le conociera como el granero de la isla. − La insularidad y la localización oriental del municipio en el ámbito geográfico de la isla. Dos profundas depresiones de caracter hidrográfico, el barranco Seco por el Sur y el barranco Hondo, o de La Galga, por el Norte, individualizan, como accidentes naturales, un área al NE. de la isla de La Palma que desde un pequeño tramo de cumbre, al borde de la Caldera, desciende en pronunciada pendiente definiendo una figura triangular. A este territorio, que ocupa una superficie de unos 35 km2, se le conoce en términos administrativos como municipio de Puntallana. Este territorio se ha visto rejuvenecido, en cotas bajas, por un conjunto de episodios volcánicos que se sucedieron a lo largo del período geológico Pleistoceno y que en la actualidad están representados por una doble alineación montañosa que interrumpe la ladera a diferente altura. La lavas procedentes de estas erupciones se dirigieron hacia la costa y tras desbordar el antiguo acantilado costero ganaron terreno al mar para así conformar una amplia plataforma litoral, la cual da nombre al municipio, y representa la porción de terreno mas adentrada en el mar de todo el litoral oriental isleño. − Riqueza vegetal. A la isla de La Palma también se la conoce como la "isla verde", por ser la vegetación uno de los elementos mas destacados de su paisaje. La amplia gama de condiciones medioambientales, determinada por la interrelacion del clima y la topografía, se traduce en una gran variedad de paisajes vegetales.
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La vertiente nororiental de la isla al estar directamente influencia por los vientos dominantes, lo que representa un constante aporte de humedad, se caracteriza por una colonización vegetal mas amplia, con mas diversidad de especies y un mayor número de formaciones vegetales. En las latitudes inferiores la vegetación arbustiva de costa presenta mayor desarrollo y un carácter mas cerrado, mientras que en las latitudes altas las formaciones boscosas adquieren notable importancia. Debido a la localización geográfica del municipio de Puntallana, situado al NE de la isla de La Palma, y por lo tanto totalmente abierto a la influencia de los vientos alisios, es habitual la presencia de brumas y nubes, especialmente en las latitudes medias entre los 500 y 1.200 metros de altitud, donde se forma un persistente manto de estratocúmulos relacionado con la inversión térmica del alisio. Gracias al constante aporte de humedad y sombra que suministra este "mar de nubes, es posible la presencia de un singular tipo de vegetación, el bosque de laurisilva. Esta formación vegetal, que solo aparece en la vertiente húmeda de algunas islas, sufrió en épocas pasadas una importante regresión como consecuencia de talas continuadas y de la roturación de nuevas tierras para el cultivo, sin embargo en la actualidad se halla en un período biostáxico y ha vuelto a ocupar su hábitat natural, puediéndose observar como los bancales abandonados son recolonizados por la vegetación. Por encima de los 1.200 metros, límite superior del bosque de laureles, y hasta los 2.000 metros aparece el pinar. Se trata de una formación forestal adaptada a unas condiciones climáticas mas severas y caracterizada por la presencia de una única especie arbórea, el pino canario, cuya madera ha sido muy apreciada desde antiguo, especialmente para la construcción. Por encima de los 2.000 metros aparece una formación de porte arbustivo formada por retamas y codesos. La coexistencia de todas estas formaciones vegetales, que se van escalonando en pisos según la variación de las condiciones climáticas con la altitud, hacen del municipio de puntallana un área de excepcional riqueza vegetal. − El agua. Llaman la atención el gran número de fuentes y manantiales existentes en este municipio. Se pueden contabilizar más de una centena de fuentes: fuente de la Negra, de la Graja, Bebedero, de San Juan, Santa Lucía, Fuentiña, del Pueblo, Bogio, Iglesias, Pires, Río Nuevo, Río Viejo, Venama, Loros, fuete de Pedro Vas, La Faya, Bethancourt, Pinos, Bermejo, Cubribuela,..., aunque quizá de todas ellas la mas famosa sea El Cubo o Cubocas, debido a la extraordinaria belleza de su entorno. Este dato habla por si mismo de la riqueza acuífera de Puntallana − Su estructura administrativa, dividida en cinco barrios. El término municipal de Puntallana se divide en cinco pagos o barrios: Tenagua, Santa Lucía, San Juan, El Granel y La Galga, correspondiéndose con aquellos lugares donde el caserío, aunque disperso, se encuentra más próximo. Si bien este municipio obtuvo su municipalidad en virtud de la constitución del año 1818, en que fue segregado del Cabildo de la ciudad, capital de la isla; existen referencias inmediatas a la conquista de la existencia de, al menos, tres importantes
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núcleos habitados, que surgen en torno a sus respectivas iglesias: Santa Lucía, San Juan y de Nuestra Señora de Piedad, mas conocida por San Bartolomé (La Galga). También existen alusiones a El Granel por las crónicas del portugués Gaspar Frutuoso, que conoció estas tierras a mediados del siglo XVI. Por otra parte Tenagua es el nombre aborigen del cantón benahorita gobernado por Atavara y que corresponde a la zona de Puntallana, así que este barrio tuvo que haber sido bautizado inmediatamente después de la conquista. Todos estos datos nos hacen pensar que la división del municipio en cinco pagos existe desde sus orígenes. − La graja como animal emblemático. Dentro del archipiélago canario, esta llamativa especie de ave se distribuye exclusivamente en la isla de La Palma. Ocupa gran variedad de hábitats, aunque prefieren las zonas de medianías donde alborotan con sus inconfundibles "gritos" y acrobacias. Generalmente vuelan en grupos o por parejas, rara vez se las ve solas. Se alimentan de insectos, lagartos, frutas y semillas. Y buscan, para realizar sus nidos, las cuevas y grietas de los acantilados y barrancos. La leyenda dice que la graja aparece por primera vez en Puntallana y que desde aquí se extiende por toda la isla. Aunque resulta imposible de verificar esta leyenda, lo cierto es que este animal ha tenido una constante presencia en el municipio. Antaño, seguramente atraídos por las plantaciones de trigo que les servía de alimento, existían importantes colonias de estas aves; se veían en tal número que eclipsaban el sol. Actualmente han disminuido bastante en número, sin embargo todavía existen varias "bandadas de grajas". Una vez seleccionados los temas que, por su especial significado, van a definir el blasón del municipio de San Juan de Puntallana, pasamos a elegir las figuras y los esmaltes que serán utilizados para configurar el escudo heráldico. A la hora de diseñar el escudo de armas del municipio de San Juan de Puntallana se han perseguido dos objetivos fundamentales, que son la sencillez y la significación. Puesto que el escudo es ante todo un símbolo, se ha pretendido, en primer lugar, que fuera sencillo para que así resultara fácil de recordar; por otra parte, es necesario que en él se encuentren representados todos los elementos que definen el municipio, pues es indispensable que sus gentes se sientan representadas e identificadas con el escudo heráldico. Por ello, tanto las figuras como los esmaltes utilizados en la realización del escudo han sido cuidadosamente escogidos. Las figuras: En el escudo heráldico aparecen únicamente cuatro figuras, pues se considera que son suficientes para representar la totalidad de los elementos que caracterizan al municipio de Puntallana. Así, como veremos, la mayoría de figuras elegidas consiguen reflejar varios aspectos, lo que se traduce en una simplificación en el diseño del escudo. Los figuras contenidas en el escudo son las siguientes: Cruz y Concha bautismal vertiendo agua, que surge del mar. La Cruz y la concha son los símbolos del "Bautista", Santo Patrón del que toma nombre el municipio, San Juan de Puntallana. La concha vertiendo agua en forma de cascada nos habla del gran número de fuentes y manantiales existentes, algunos de los cuales, como El Cubo de La Galga, son admirados en la literatura y cantados por el folclore. El hecho de surgir de entre las olas, simboliza nuestra insularidad. 5
Arco formado por cinco estrellas de cinco puntas, alargadas. Las cinco estrellas simbolizan los cinco barrios en que se divide el municipio: Tenagua, Santa Lucía, San Juan, El Granel y La Galga. La disposición de las cinco estrellas formando un arco y la configuración alargada de cada una de ellas, simboliza los rayos del Sol y, por surgir desde el Este, representan un amanecer. Con ello se pretende significar la situación geográfica del municipio en el ámbito de la isla de La Palma, cuyos terrenos son los mas adentrados en el mar de todo el litoral oriental isleño. Tres espigas de trigo. El trigo ha sido uno de los cultivos que mayor fama han dado a este pueblo; el cual, durante los siglos XVI y XVII abastecía de grano al resto de La Palma, lo que le valió el nombre de "granero de la isla". Un ramillete formado por tres espigas de trigo simbolizan a la agricultura, en su dimensión de pasado, presente y futuro, como principal actividad económica del municipio. Corona Real Española. La isla de La Palma, una vez concluida su conquista, quedó directamente incorporada a la Corona Castellana, como isla de realengo. Este dato pone de manifiesto la temprana relación de la isla con la Monarquía Española. Por ello, el escudo deberá timbrarse con una Corona Real Española, que es un círculo engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones (cinco vistos), de hojas de acanto interpoladas de perlas y de cuyas hojas salen otras tantas diademas, sumadas de perlas que convergen en un mundo de azur (azul) con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado de una cruz de oro, y la corona con forro de gules (rojo) Lema: Dios, La Virgen y Mi Amada. Hace alusión a la leyenda del "salto del enamorado", y son las tres invocaciones en cuyo nombre realiza el pastor cada uno de los saltos. Los esmaltes: Para la realización del escudo heráldico de Puntallana, se han escogido cinco esmaltes: los metales oro y plata, y los colores gules (rojo), sínople (verde) y azur (azul). Estos esmaltes han sido seleccionados no solamente por su significado heráldico sino también atendiendo a la representatividad que cada una de estas tonalidades tiene dentro del municipio. Los metales: El oro, heráldicamente, denota nobleza, magnanimidad, riqueza, poder y sabiduría. Para los antiguos heraldos representaba además caridad como virtud teologal y, entre las calidades mundanas, generosidad, esplendor, soberanía, amor, alegría y constancia. El oro simboliza entre los planetas el Sol, y entre los meses Julio (mes de la siega y la trilla). El amarillo, color del oro, también es el color de los frutos en sazón. Y es el color de los campos de trigo en verano. 6
En el escudo, de oro están las cinco estrellas alargadas, que representan los rayos de un Sol naciente y los cinco pagos del municipio. Y el escusón, el cual sustenta una graja que vuela sobre campos dorados. La Plata o blanco es la luz pura y símbolo de su explendor. Es la rectitud de conducta, la limpieza de intención, la franqueza. Es el emblema de la castidad, inocencia y santidad; de la alegría, de la gracia y de la gloria. Desde el punto de vista heráldico es insignia de pureza, integridad, obediencia, firmeza, vigilancia y elocuencia. Es por lo tanto el esmalte ideal para representar los símbolos del bautismo, la cruz y la concha, que son los de San Juan Bautista, patrón de este municipio, al que da su nombre: San Juan de Puntallana. Además, la plata, entre los elementos simboliza el agua. Y la concha esta vertiendo una cascada de agua, lo que hace alusión a la riqueza que tiene el municipio en fuentes y manantiales. Los colores: El sínople o verde, en heráldica, denota amistad, servicio, respeto, fe, juventud y esperanza. También el sínople simboliza, de los meses mayo y de los árboles el laurel (árbol siempre verde). La liturgia eclesiástica utiliza este color en primavera, cuando la naturaleza manifiesta nueva y exuberante vida. En el escudo, las cinco estrellas de oro se asientan sobre un campo de sínople, que representa la exuberancia de la naturaleza en esta parte de la isla. El gules o rojo, simboliza en el blasón fortaleza, victoria, osadía, alteza, ardid. La iglesia utiliza litúrgicamente este color en el día de la degollación de San Juan Bautista. Rojo también es el color de nuestros campos, y con él se pretende simbolizar la lucha cotidiana del hombre contra el medio para arrancarle sus frutos. En el escudo aparecen, en punta, tres espigas de oro sobre un campo de gules. El azur o azul, heráldicamente representa a la justicia, celo, verdad, lealtad y hermosura. De los elementos simboliza el aire. Es el color mas intenso entre todos; color del firmamento y de los mares, invita a pensar en las profundidades del cielo, en la idea del Más Allá, en la inmensidad de las cosas supraterrenales. En el escudo sostiene los símbolos bautismales, representa el cielo y el mar, y la idea de Dios. Y también representa la insularidad. El Escudo Heráldico del municipio de San Juan de Puntallana, ha sido configurado atendiendo a las razones referidas en esta memoria; y queda definitivamente proyectado de la siguiente forma: Escudo partido, entado en punta y caído. I.− En campo de sinople, cinco estrellas de oro, alargadas en punta externa y siniestradas en arco. II.− En campo de azur, cruz y concha, vertiendo, de plata. III.− En punta: en campo de gules, tres espigas de oro. IV.− Sobre el todo, escusón de oro, cargado con una graja volando, en su color natural. Al timbre, Corona Real cerrada. Lema: Dios − La Virgen − Mi amada 7
BANDERA DEL MUNICIPIO DE PUNTALLANA Bandera bicolor de configuración horizontal formada por una franja de doble ancho en verde oscuro, sobre la que descansan cinco estrellas de cinco puntas alargadas en la punta externa y dispuestas en semicírculo de amarillo con sombra en rojo, y una franja amarrilla en la parte inferior.
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