Se puede afinnar que en casi todos

EL CASO BOLIVIANO (LA TENSIÓN ENTRE TRADICIONES PARTICULARISTAS y MODERNAS COERCIONES UNIVERSALISTAS) H C. F. Mansilla * 1. Aspectos generales y teór

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EL CASO BOLIVIANO (LA TENSIÓN ENTRE TRADICIONES PARTICULARISTAS y MODERNAS COERCIONES UNIVERSALISTAS) H C. F. Mansilla *

1. Aspectos generales y teóricos de la temática

S e puede afinnar que en casi todos los países del así llamado Tercer Mundo la situación contemporánea está signada -entre otros prob1emas- por la existencia de dos grandes conflictos trabados inextricablemente entre sí: la pugna entre la preservación de 10 propio y la adopción de 10 ajeno, y la contienda entre valores particularistas y coerciones universalistas. Se trata de la lucha entre la conservación de la tradicionalidad y los intentos de alcanzar

la modernidad a la brevedad posible. No hay duda de que estas sociedades adoptan lenta pero seguramente numerosos rasgos básicos del mundo occidental, lo que tiene una relevancia decisiva para las confi­ guraciones de las identidades colectivas del presente. 1 *

Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia.

1 Cfr. Los sugerentes trabajos de J.M. Briceño Guerrero,

El laberinto de

los tres m inotauros, 1 994, Caracas, Monte Avila; Jorge Larraín Ibáñez,

"La identidad latinoamericana: teoría e historia", en Estudios Públicos, nO

55, 1 994, Santiago de Chile; Larraín, Ideology and Cultural Identity, 1 994, Cambridge, Polity; Bernhard Giesen (comp.), Nationale und kulturelle

Identitat: Studien zur Entwicklung des kollektiven BewujJtseins in der Neuzeit, 1 99 1 , Frank:furt, Suhrkamp.

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H.C.F. MANSILLA

Las élites (en sentido económico y educativo) configuran los vehícu­ los más rápidos y eficaces para la diseminación de los standards de la modernidad y de los valores universalistas que se originaron en el

seno de la civilización occidental. Así sea por de pronto baj o la forma

de modas efimeras, las llamadas clases altas son las primeras en abrazar �y de manera entusiasta� las pautas de comportamiento y las ideas prevalecientes en las sociedades metropolitanas del Norte, que poco a poco llegan a ser vistas como normativas más o menos propias de las naciones periféricas. La preservación de la tradicionalidad queda res­ tringida a los estratos sociales de ingresos inferiores y menor acceso a la educación formal contemporánea, estratos que en toda el área andina,

México y América Central engloban a dilatados sectores indigenas.

Aquí se manifiesta toda la conocida gama de fenómenos de aliena­

ción : la consciencia colectiva sufre la escisión entre la antigua armonía social, cultural y económica de la época premoderna, que se desarrolló lenta y orgánicamente, por un lado, y la pluralidad, renovada incesan­ temente, de acciones colectivas y valores de orientación de la era moderna, por otro. La cosmovisión compartida hasta hace poco por la mayoría de la población latinoamericana era relativamente simple,

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unitaria y englobante: entre sus valores fundamentales se hallaban una religiosidad practicada consuetudinariamente, la familia extendida, las jerarquías sociales basadas en la tradición histórica y en el origen so­ cial-familiar de sus miembros y las obligaciones mutuas sancionadas por una ética venerable y un control social bastante estricto. La incur­ sión de la modernidad significa ahora la confrontación cotidiana y cambiante con mensaj es disimiles, normativas divergentes y paradig­ mas foráneos, lo que genera los moderno s fenómenos de enaj enación, por un lado, y la introducción de valores normativos corno el principio de rendimiento,

el enriquecimiento individual , la familia nuclear y el

consumismo masivo, por otro. Esta evolución ha tenido consecuencias decisivas sobre la identidad 2 colectiva. Aun sin ingresar a la confusa y tediosa temática de las identi2 Sobre la identidad en cuanto relación

y reacción de

respecto a sí mismo, cfr. Sheldon Stryker,

un organismo con

Die Theorie des symbolischen

EL CASO BOLIVIANO dades individuales y sociales, no cabe duda de que la confonnación de

un

grupo social más o menos sólido depende de sus vínculos con los otros y lo Otro : 3 el concepto de identidad sólo tiene sentido, como

dij o Theodor W. Adorno, cuando se refiere a 10 no-idéntico .4 En la

Fenomenología del espíritu Hegel concibió la certidumbre -incontami­

nada por la experiencia del Otro-- como la forma más abstracta y más

pobre de la verdad.5 La autoconsciencia de sí mismo, en cambio, es aquella que se pierde en el Otro y por ello se reconoce a sí misma en la alteridad. 6 De acuerdo con Hegel, lo propio recién puede ser conocido Interaktionismus, en Manfred Auwarter/Edit Kirsch/Klaus Schroter

(comps.), Seminar: Kommunikation, Interaktion, Identitat, 1 977, Frankfurt, Suhrkamp, p. 267; Charles Taylor, Sources ofthe Self. The Making ofthe Modern Identity, 1 989, Cambridge, Harvard D.P.

3 En tomo a la temática del Otro en las ciencias políticas latinoamericanas,

cfr. Enrique Serrano Gómez, "Las figuras del ' otro' en la dimensión política. La dimensión moral del conflicto político", en Estudios Políticos, nO 1 0, enero/junio de 1 997, Medellín, p. 1 1 -33; sobre el descubrimiento del Otro y de lo Otro y lo que esto significa para la comprensión de sí mismo, cfr. Peter

Soehlke-Heer, El Nuevo Mundo en la visión de Montaigne o los albores del anticolonialismo, 1 993 , Caracas, Universidad Simón Bolivar, p. 193, obra

que tematiza esta relación con respecto al primer gran pensador que se preo­

cupó por ella en el contexto del mundo extra europeo: Michel de Montaigne.

4 Theodor W. Adorno, Philosophische Terminologie, 1 974, Frankfurt,

Suhrkamp, t. n, p. 1 35 . Esta concepción está basada en la obra de Georg

Wilhelm Friedrich Hegel, Enzyklop adie derphilosophischen Wissenschqjten

im Grundrisse. Erster Teil: Die Wissenschaft der Logik, en Hegel, Werke in zwanzig Banden, Eva Mo1denhauer y Karl Markus Michel (comps.), 1 970,

Frankfurt, Suhrkamp, voL 8, p. 23 6-40.

s G.W.F. Hegel, Phanomenologie des Geistes, en Hegel, Werke. . . , op. cit.,

voL 3, p. 82, 1 3 7, 1 43 (nota 4) . Sobre la diferencia entre los distintos ni­ veles cognoscitivos, cfr. el brillante pasaje de Hegel, en ¡bid., p. 3 5 ; cfr.

también el comentario más importante: Alexandre Koj eve, Hegel. Eine Vergegenwartigung seines Denkens. Kommentar zur Phanomenologie des

Geistes, 1 958, Stuttgart. 6 Hegel, ¡bid., p. 1 46.

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H.C.F. MANSILLA y llegar a ser familiar si

10 podemos reconocer en el seno de 10 aj eno .

El éxito del proceso identificatorio se da superando la cualidad de la alteridad absoluta:

10

ajeno es, en el fondo,

10

que aun no ha sido

comprendido del todo. En la confrontación con el Otro el suj eto tiende a percibirlo primeramente como

10

extraño, pero el reconocimiento

de lo propio en medio de lo aj eno es, paradój icamente,

10 que permite un conocimiento cabal de uno mismo: un reconocimi ento de 10 familiar e íntimo en el marco de lo extraño y ltjano.1 El hecho de que 10 Uno pueda derivarse, así sea parcialmente, de 10 Otro es 10 que constituye una de las experiencias cognoscitivas más valiosas y perdurables.

2. Los antecedentes del caso boliviano El espacio geográfico que hoy cubre la República de Bolivia ha desa­ rrollado, a pesar de todas las corrientes centrífugas y los avatares del destino histórico, una identidad sociocultural relativamente sólida. Esta identidad más o menos estable no estaba garantizada ni por la diversidad

geográfica ni por la variada composición étnica, ni menos aun por las

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erráticas direcciones políticas que tuvo la república desde su fundación en

1 825.

Ha sido, como la gran mayoría de las creaciones histórico­

culturales, la obra de muy distintos factores y hasta de la contingencia. El Imperio Incaico conquistó y unificó un territorio inmenso y hasta entonces políticamente desarticulado, imponiendo usos y costumbres uniformes y parcialmente una lengua común. Esta tarea homogeneiza­ dora fue continuada por la administración española, que se distinguió por la integración de regiones bastante separadas entre sí y por la inci­ piente apertura de las zonas tropicales del Oriente. A la formación de una identidad especifica altoperuana y luego boliviana ha contribuido 7 G.W.F. Hegel, Texte zurphilosophischen Propiideutik, en Hegel, Werke ... , op. cit.,vol. 4: Nürnberger und Heidelberger Schriften 1808-181 7, p. 78 S . ,

(nota 4). Cfr. también Anke Thyen, Das Eigene und das Frernde oder Über uníverselle Gerechtigkeit, en Zeitschrift Für Didaktik Der Philosophie Und Ethik, vol. 16, nO 1 , febrero de

1 994,

p. 7 s.

EL CASO BOLIVIANO la enerb,fa civilizal.oria irradiada por la existencia de centros urbanos relativamente grandes, que desde la

época colltlial constituyen las

cabezas deladivi�ión administrativa actuaL La integración de las co­ munidades aborigellCR y el �nrgimiento de una id.utidad cole�tivano hasada más en el predominio de los bhllJco� y, simultáneamente, el intento de modernizar la .'lOciedad boliviana mediante la acción guber­ namental han .'lido lo.� efectos premedi tados de la llamada Revolución Nadanals de

1952.

Lo que se puede olmervar hoy en día es una rápida ocupación poblaci�llIl del e8fla�io fisico departe de unacomnnidad económica­

mente din ámica, socialmente OOIllpl"ja y étnicamente heterogénea, comunidad que ha desplegado, sin embargo, l.IlliI identidad cultural ba�tante finne, aunque conformada mayonn",nk por la irrlitación acritica de las metas IlOrmativas de la civilización meb:upolitaJJa or la administración colonial han exhibi 00 una notable 10rl.a­ lcza y cohermcia: rontinuando una dinámica autÓlloma de evolucióu, estos Estados han logrado cousolidar su frágil contextura iuicial, han erigido administmciones bastante dilatadas (aI-Ulque, como se sabe, ineficientes y corruptas) yhan motivado un sentimiento de pertenencia colectiva que hoy puede ser calificado ro1ll0 una identidad nacional relativanl

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