Selección de artículos de opinión Prensa boliviana Septiembre, 2014 Nº 19

Selección de artículos de opinión Prensa boliviana Septiembre, 2014 – Nº 19 CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Heraldo Muñoz se une al MAS, por Mar

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Selección de artículos de opinión Prensa boliviana Septiembre, 2014 – Nº 19 CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

Heraldo Muñoz se une al MAS, por Marcos Aguirre .................................................. 2 Preguntas herejes, por Eduardo Nogales ................................................................. 3 Integración incierta de Sudamérica, por Walker San Miguel Rodríguez .................... 4 Los libros del mar, por Eduardo Rodríguez Veltzé y Farit Rojas Tudela .................... 5 Heraldo y sus desfiles, por Marcos Aguirre .............................................................. 6 Demanda ante la Haya en la comunidad internacional .............................................. 7 Poker texano en La Haya, por Gustavo Quiroga Mercado ......................................... 8 Se preserva el tema marítimo ................................................................................... 9 Contra la mala fe, por Carlos D. Mesa Gisbert ........................................................ 10

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Selección de artículos de opinión Prensa boliviana Septiembre, 2014 – Nº 19 1. Heraldo Muñoz se une al MAS, por Marcos Aguirre Siguiendo esta miniserie de transfugios políticos, renuncias y pedidos de dimisión, me contaron un chisme, un rumor: que el canciller chileno, Heraldo Muñoz, se unió al MAS de Evo y Álvaro. Eso sí, aclaró que pese a ello no renunciará al cargo de Canciller chileno. Siguiendo la moda inaugurada por Abel Mamani y seguida por las juntas vecinales de El Alto, el movimiento afro boliviano, Adriana Gil y exadenistas (sí ex ADN, el partido del dictador), Heraldo Muñoz decidió vestir la casaca azul masista y unirse a la campaña. Se dice que fue una acertada movida propiciada por el chibolo especialista en polladas a cargo de la campaña de Evo, el señor Chávez (no confundir ni con el difunto venezolano ni con los hermanos Chávez, este Chávez es peruano y ahora boliviano por un asunto de faldas). Analicemos, ¿por qué Muñoz pudo unirse al MAS si parecía ser un típico chileno odia bolitas que cree que porque compartió un curso con Hillary Clinton tiene muñeca con el Gobierno gringo y con los de Derechos Humanos de Naciones Unidas? Con estos antecedentes parece que nada le hace temer una arremetida de fiscales en su contra como para haberse unido al MAS (a todo esto yo conozco a un viejito boliviano que hace cundir el mismo rumor sobre Hillary con muchos Gobiernos para que lo nombren embajador en EEUU) Y por otro lado, ¿por qué le podría interesar al MAS sumar a sus filas a un sujeto como Muñoz? Creo que la respuesta es simple. Ambos se necesitan. El MAS precisa de Heraldo Muñoz, porque de otra manera el tema marítimo no puede ser utilizado como parte de la campaña del partido cocalero como quieren algunos de los corifeos del Presidente. Si prestamos atención a la demanda presentada por Bolivia ante la CIJ, lo que se demanda es que la Corte declare que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia. Bolivia no pide una salida al mar, pide simplemente negociar una salida al mar. Una forma de dejar sin efecto la demanda boliviana es que Chile invite a Bolivia a reanudar relaciones diplomáticas y abrir una agenda de negociación sobre el acceso soberano de Bolivia al mar y punto. Entre dar una salida al mar y negociar una, hay mucha diferencia. Por ejemplo, puede darse por parte de Chile un acceso al mar mediante enclave (un puerto) con dominio administrativo (soberanía funcional) por parte de Bolivia en la región de Tarapacá, pero ¿cómo acceder al puerto? Muy simple, aplicando el Tratado de 1904 y el concepto de libre tránsito. Pero, Tarapacá era peruano ¿se precisa aceptación del Perú? Tal 2

vez la aceptación de Fujimori, pero del Perú no. Pero también los chilenos pueden tener a Bolivia negociando y negociando alternativas. Sólo con la intención chilena de empezar negociaciones con Bolivia la demanda deja de tener sentido y el rollo de La Haya se acaba. Pero, si eso sucediese el MAS no podría usar los discursos encendidos contra Chile ni llamarlos “ladrones” y despertar la animadversión que desde colegio nos enseñan contra Chile y que por supuesto suma votos a favor del Presi. Hasta un niño sabe que el señor presidente Evo Morales hace campaña política todo el día, y lo hace desde que sin él creerlo se volvió Presidente. Desde enero de 2006 Morales no ha parado de hacer campaña. Todo es por la campaña: G77, becas para formación profesional, teleférico, etc., etc. Lo que importa es ganar las elecciones no solucionar problemas del país, sino fíjese como nos va con la Justicia y ahora hasta a una exjuez la tienen los del MAS de candidata. Entonces, se podría convencer al Presidente de incluir ya no más la demanda marítima en la campaña. Y ¿qué gana Muñoz?, exactamente lo mismo. En un Gobierno que precisa cohesión interna por el grado de conflictividad de su sociedad, qué mejor que unirse contra los de afuera, contra peruanos, contra bolivianos. Aunque el antagonismo con el Perú no sea real en el campo de los negocios de Falabella y los puertos, en el discurso mediático es necesario reanimar las venas nacionalistas y la cohesión interna. Cada respuesta dura a Bolivia suma puntos a don Heraldo. Entonces, sea o no verdadero este rumor, Muñoz parece muy funcional al MAS y a estos discursos encendidos, duros y quiebra corazones. Se rumorea que fue idea de Muñoz toda la estrategia diplomática boliviana de agresión a Chile, pues así ambos suman. Para finalizar esta columna, me dicen que Adriana Gil no se unió al MAS, que escuché mal, que ella sigue con Juan del Granado, y que lo que me dijeron fue que Adriana Gil se unió al más, es cierto, pero no al MAS partido sino al más… viejito de los candidatos. Fuente: Los Tiempos 09.09.2014

2. Preguntas herejes, por Eduardo Nogales No recuerdo, desde el retorno a la democracia en 1983, un proceso electoral en el que prime el esclarecimiento de las cosas. Acaso lo que en su momento se discutía como cuestión de fondo no era más que la repetición de los dogmas, a consecuencia de un país ideologizado en extremo, toda vez que, por el carácter de los fundamentalismos de la modernidad (liberal o colectiva), en la aldea se escuchaba no más que un eco mortecino. Una campaña electoral, en cualquier tiempo, por su naturaleza, no es la oportunidad en la que prime la cuestión fundamental y la distinción de las teorías y la praxis del argumento filosófico ideológico contemporáneo. Peor si somos una sociedad que carece aún de los impulsos estructurales para pensar, producir conocimiento y crear. En fin, si el énfasis de una campaña electoral es la postura del desnudamiento, dado que el escenario real de la contienda es el espectáculo insaciable de los medios de información masiva, hagamos de esto un desnudamiento útil de la memoria para conocer no los ribetes intelectuales de los contendientes, sino su extrañeza oculta. He aquí que el periodismo debe esmerar el intelecto y sacar la punta al lápiz. Preguntar, por ejemplo, con un juicio patriótico, la cuestión de la reivindicación marítima que es, en verdad, con la que durante más de 150 años los aspirantes al poder y los que ejercieron el mismo perpetraron sus compromisos ocultos, destruyendo, de hecho, la nación, dado que la oligarquía chilena estableció un quintacolumnismo dentro del poder de Bolivia para favorecer sus impulsos criminales de conquista.

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A saber: 1) ¿Señor Tuto Quiroga, qué gusto le halló, o qué pensaba el momento cuando usted fue testigo en Washington (en diciembre de 2001) de la firma del memorándum entre Sempra Energy y Pacific LNG en el que le daban a Bolivia seis meses de plazo para concretar el acuerdo secreto con Chile para la exportación del gas, y solícito guardaba usted el bolígrafo con el que firmaron los empresarios, según el libro Una Misión. Las Trampas de la relación chileno boliviana (2004) del diplomático chileno Pérez Yoma? 2) ¿Según ese libro, por qué insistió en secreto antes y tras el acuerdo que usted logró el 14 de junio de 2002 con los representantes de su gobierno Carlos Iturralde, Fernando Messmer y Edgar Camacho y la diplomacia de la oligarquía chilena el acuerdo de un comodato de 600 hectáreas en Arica por 50 años, donde se instalase una planta millonaria de licuefacción del gas natural y la producción industrial del mismo más sus derivados, bajo la normativa chilena, quedando, de hecho, en territorio del enemigo el lugar real de la exportación del gas boliviano, con todas las consecuencias de la estrategia chilena del chantaje que sigue en pos de avanzar hacia las riquezas del altiplano central de Bolivia, cuya evidencia se encuentra en el uso infame de las aguas del Silala (1907) y el desvío del río Lauca (1962)? 3) ¿No conocía usted la reiterada pragmática liberal inaugurada por Daniel Sánchez Bustamante con su memorándum de 1910, en el que Bolivia renunciaba a sus costas legítimas y prefería colocarse a la “vanguardia de Chile” al solicitar Tacna o Arica al gobierno mapocho, siendo esos territorios una irrenunciable aspiración peruana, y consolidar, de ese modo, la pérdida del territorio boliviano de Atacama? ¿Por si acaso, sabe de estas cosas, usted, señor candidato? Fuente: La Razón 18.09.2014 3. Integración incierta de Sudamérica, por Walker San Miguel Rodríguez Los procesos de integración en esta parte del continente se encuentran atravesando coyunturas muy particulares. En un escenario de avances y retrocesos en los mecanismos de integración, es notoria la falta de un núcleo integrador que aúne los diferentes procesos y evite la dispersión de esfuerzos institucionales. La Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza del Pacífico son los principales procesos institucionales en Suramérica. Aunque es bueno anotar que en el caso de la Alianza se encuentra México como socio de Chile, Perú y Colombia. La principal característica de la integración suramericana hoy en día es la ralentización. Es decir que luego de momentos llenos de entusiasmo, que exponían las ventajas de la integración comercial con logros irrebatibles de un proceso que se inició con vigor en los 60 y atravesó por altibajos, hoy nos encontramos con síntomas preocupantes como la falta de voluntad política y el cuestionamiento de las instituciones y mecanismos que se fueron creando. La CAN es uno de los procesos de integración más ambicioso. Desde 1969 (Pacto de Cartagena) los países andinos decidieron crear un arancel externo común y generar la unión aduanera, concederse facilidades para el comercio intrarregional, avanzar hacia mecanismos de resolución de disputas (se erigió el Tribunal Andino de Justicia) y de legislación común en varias materias (registro de marcas y patentes, sanción de prácticas anticompetitivas, creación de empresas multinacionales, etc.). No obstante, luego del entusiasmo inicial (incluso Chile participó en un principio del acuerdo y luego se alejó), los Estados fueron poco consecuentes a la hora de fortalecer a la comunidad. Hoy, la CAN ha perdido vitalidad luego de que Venezuela la abandonara, y los cuatro países miembros que

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quedan (Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador) dirigieran sus miradas a otros mecanismos, como el Mercosur. El Mercosur (creado en 1991 y que agrupa a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) pecó también de excesivo entusiasmo, sin reparar que dos grandes economías como la brasileña y la argentina generaban enormes asimetrías con las emergentes y de menor tamaño comparativo. Asunción y Montevideo prefirieron ralentizar sus mecanismos de integración antes de hipotecar sus economías a la de sus dominantes vecinos, quienes atravesaron períodos de crisis económicas a fines de los 90 y optaron por privilegiar sus mercados internos antes que potenciar el Mercosur. Empero, en el último lustro presenciamos un intento de revitalizar al organismo, bajo el impulso de Brasilia y de Caracas. El expresidente Hugo Chávez solicitó el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur al tiempo que abandonaba la CAN luego de un fuerte roce diplomático con el exmandatario peruano Alan García. El debate político-ideológico no ha estado ausente al interior de los organismos de integración; y en coyunturas electorales se patentizan con mayor énfasis. Al calor de las elecciones en Brasil y Uruguay, el tema de dar mayor o menor impulso al Mercosur genera posturas diferentes entre Rousseff y Silva o entre Lacalle y Vásquez. En las pasadas elecciones chilenas también se debatió si Santiago debería continuar siendo parte de la Alianza del Pacífico, organismo orientado a las políticas de apertura de mercados y de libre comercio. En medio de este confuso panorama, la Unasur, creada en 2007 en Cochabamba y con actuaciones rutilantes en su primera etapa de vida institucional, no fue la excepción y se sumergió también en el languidecimiento, luego del fallecimiento del expresidente argentino Néstor Kirchner, su primer secretario General. Hace pocas semanas se designó finalmente al expresidente colombiano Ernesto Samper como nuevo secretario. ¿Significará ello el fin del ostracismo del organismo que pretendió liderar la integración en esta parte del continente? Fuente: La Razón 19.09.2014

4. Los libros del mar, por Eduardo Rodríguez Veltzé y Farit Rojas Tudela Hoy se registra un hito histórico en el ámbito editorial boliviano. Hoy se entrega a nivel nacional El Libro del Mar, una obra editada por la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar), que recoge el aporte de muchos estudiosos y especialistas, entre ellos historiadores, diplomáticos, sociólogos, economistas y abogados, eficientemente coordinados. El tema marítimo ha concitado el interés de innumerables autores bolivianos, chilenos, peruanos y de otras nacionalidades. Los textos no cesan de producirse y aportan al conocimiento, al debate y a la reflexión desde diferentes perspectivas. El Libro del Mar no es el primer libro que se produce desde una entidad estatal, el mismo no sería posible sin la existencia de otros esfuerzos editoriales de años pasados. Algunos de los principales títulos que conforman el repertorio histórico de los libro sobre el mar son los siguientes: El libro rojo, de 1920 (70 páginas, seis de texto y 64 de Anexos, Autor: Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Bolivia); primer texto de esta serie que trae consigo una colección de documentos que dan cuenta de los intentos de la Cancillería boliviana para lograr la reintegración marítima. Se puede leer en él fragmentos de declaraciones, cablegramas, memorandas y notas relacionados a la participación de Bolivia ante la Liga de las Naciones. 5

Tricolor. 1989. Historia y proyecciones de paz, desarrollo e integración del diferendo marítimo boliviano - chileno (205 páginas, autor: Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, República de Bolivia); este libro despacha los antecedentes históricos en un primer capítulo, en el cual se cita y se reproduce documentación importante, sobre todo del episodio de la negociación de Charaña; y en los capítulos posteriores se concentra en describir la negociación conocida como “el enfoque fresco”. El texto presenta actas de las reuniones binacionales, una descripción detallada del encuentro en Montevideo en abril de 1987 de los cancilleres de Bolivia y Chile. Las propuestas bolivianas, acompañadas de sus respectivos mapas, la respuesta chilena y la reacción boliviana, incluidas las actuaciones ante la OEA. El Libro Azul. La demanda marítima boliviana, de 2004 (163 páginas, 53 de texto y 110 de anexos y mapas; autor: Presidencia de la República y Ministerio de Relaciones Exteriores). Este libro tuvo como ventaja modélica reunir de manera breve y sucinta, en 25 páginas, la historiografía del diferendo marítimo boliviano desde la época de la Colonia hasta 2004. El texto está acompañado de un análisis de los costos de la mediterraneidad, y finalmente de una colección de gráficos, mapas y documentación en anexos. Como anécdota vale aclarar que su título no tiene relación con una acción judicial. Memoria gráfica. Reintegración Marítima de Bolivia, de 2013 (150 páginas; autor: Ministerio de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia). Con breves referencias escritas en español e inglés, el libro invita a lectores angloparlantes a conocer la historia boliviana del diferendo marítimo. Con profusa inclusión de ilustraciones y fotografías, el texto es efectivamente una memoria gráfica. El Libro del Mar, en contraste con las publicaciones anteriores, repasa la historiografía boliviana sobre el diferendo marítimo junto con los compromisos de Chile para negociar con Bolivia un acceso soberano al mar. También incorpora el texto de la aplicación boliviana ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), enfocada en la obligación de Chile de negociar un acceso soberano al océano Pacífico. Este libro no es la Memoria presentada por Bolivia ante la CIJ, que es un documento reservado, y que no puede publicarse hasta la realización de las audiencias en la Corte. Hemos avanzado de las seis páginas de explicación del texto de 1920 a todo un libro dedicado al tema marítimo y distribuido de manera gratuita y masiva a toda la población boliviana. Fuente: La Razón 21.09.2014

5. Heraldo y sus desfiles, por Marcos Aguirre Causó mucha gracia la explicación no solicitada de Jorge Burgos, ministro de Defensa de Chile, después de que en la parada militar –que con motivo de las fiestas patrias chilenas– se exhibieran cerca de 10 mil efectivos, tanques, aviones y pertrechos bélicos de última tecnología en una impresionante muestra de fuerza “disuasiva”. El ministro pintó el acontecimiento militar como una fiesta “bonita y republicana”, que no tenía ningún otro propósito que “cuidar la soberanía sin amenazar a nadie”. Las fiestas republicanas suelen estar cargadas de atavismos coloniales en toda la región, una penosa práctica de exhibicionismo chovinista, generalmente reservado para el “cierre” de los desfiles patrios. En Corea del Norte, China y Rusia todavía se hace gala de esta práctica que moviliza multitudes de soldados y equipos con uniformes variopintos, todos muy ordenaditos y disciplinados para exhibir el poder o bien para un divertimento al son de marcha militar, un circo ciudadano, útil para justificar la desmedida inversión en el gasto.

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Chile no es la excepción, es uno de los países con más alta inversión en el rubro de defensa y compra de armamento de la región. Se me antoja imaginar quien debió presidir el desfile militar, por supuesto guardando la primacía de la Capitana General, la presidenta Michelle Bachelet. A fin de cuentas, él es la autoridad con mayor compromiso en el cuidado de la soberanía chilena ante la comunidad internacional, él es quien, con enorme distancia de sus predecesores, ha sido tan contundente en preservar la intangibilidad del territorio chileno. Con gran ventaja sobre los militares de la larga dictadura pinochetista, él planta cara a sus vecinos con implacables “nunca más” a cualquier atisbo de negociación sobre asuntos pendientes o disputas llevadas a la jurisdicción internacional. Sí, me refiero a Heraldo Muñoz, el mítico canciller chileno. Lo imagino cabalgando con destreza sobre el más robusto de los corceles de la caballería chilena, un azabache con las crines bien recortadas. Heraldo viste uniforme militar republicano de gala, con empuñaduras y charreteras doradas y encabeza la parada militar de la República. Sí, Heraldo lo disfruta, lo retratan de muchos ángulos cuando blande su reluciente sable y apunta al norte. Allí deben saber que él comanda una poderosa fuerza que sabrá cuidar la soberanía y que cualquier pretensión sobre territorio chileno o alteración de sus fronteras es inadmisible, los argumentos en contrario, meros mitos. Tal es el tamaño de mi impresión sobre Heraldo Muñoz, el canciller más duro que Chile tuvo desde los tiempos del emisario Konig. Por supuesto que también me imagino que propuso que los expresidentes y excancilleres lo flanquearan en columna a su ingreso. Aun siendo buenos jinetes en su época, todos, por unanimidad prefirieron tener una actitud disuasiva más “light”, accedieron a grabar un video explicativo. Perú por su parte toma distancia por el triángulo terrestre poblado de minas e indefinidos límites. Ya se habla de su próxima parada militar, también disuasiva, y encabezada por el mismísimo Ollanta, conocido y experimentado jinete. En Bolivia los esfuerzos se mezclan con la etapa electoral, por fin salió el famoso Libro del Mar, el vocero Mesa difundió la entrevista con su Media Naranja (por sí acaso sólo es una radio holandesa) y Evo hará su perorata en la Asamblea General de las NNUU. Todos esfuerzos consistentes con la vocación pacifista de Bolivia y muy ajenos a los desfiles de Heraldo. Así las cosas, advierto que estas ideas también son sólo un bonito conjunto de impresiones republicanas en el ruedo del pleito del Pacífico y Atacama, cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad. Fuente: Los Tiempos 23.09.2014

6. Demanda ante la Haya en la comunidad internacional Es indudable el derecho de Bolivia a retornar al Océano Pacífico en forma soberana y útil, tal como se ha negociado permanentemente en forma bilateral o multilateral desde el mismo día en el que se firmó el tratado de 1904, cuando Chile, por medio de la fuerza de las armas y de la amenaza, logró la cesión territorial y marítima de nuestro país en su favor. Debemos recordar que la conflagración bélica pro movida por los chilenos, producto de una invasión sin declaratoria de guerra, redituó a los vecinos ingentes riquezas de guano, salitre y cobre, que se convirtieron en el cimiento del progreso y crecimiento de la nación mapochina. Hoy es la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la que considera la demanda boliviana para que La Moneda se siente a negociar ese derecho, sobre la base de las

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promesas y compromisos que se hicieron en el tiempo con esta finalidad, acción que ha merecido que Chile plantee la incompetencia de La Haya, posición que debe responder el Palacio Quemado hasta diciembre de este año. En este momento prácticamente las relaciones bilaterales se encuentran totalmente alejadas incluso de la cordialidad, aunque nuestro gobierno propuso continuar con las negociaciones sobre la base de la agenda de 13 puntos que se mantenía hasta antes de la demanda, la que fue desestimada por el vecino, especialmente en lo que se refiere a las negociaciones sobre la salida al mar, por cuanto el tema se encuentra en la justicia internacional. El presidente de Bolivia, en la asamblea de las Naciones Unidas reciente, ha solicitado a la comunidad internacional acompañar al país y Chile en una solución pacífica del diferendo marítimo explicando que Bolivia no busca con su demanda alterar el orden internacional de los límites y fronteras, como tampoco amenazar los tratados internacionales, "tal cual pretende hacer creer el Gobierno de Chile". Horas antes en la Asamblea, la presidenta de Chile habló sobre la necesidad de respetar los tratados, aunque sin hacer alusión directa al diferendo con Bolivia. Con la posición chilena y las expresiones de la Jefe de Estado, prácticamente estamos obligados a presentar ante La Haya el rechazo a la posición vecina de incompetencia, y esperar que ese organismo internacional se pronuncie, en el tiempo que seguramente fijará después de la exposición nacional. Mientras tanto la comunidad internacional poco o nada puede hacer en este caso, ya que también deberá aguardar el pronunciamiento de la Corte de Justicia, que es parte de las Naciones Unidas y tiene independencia para evaluar, analizar y pronunciarse sobre los diferendos entre las naciones del mundo inscrito en las Naciones Unidas. Aunque tenemos la esperanza de que el planteamiento chileno sea rechazado y se continúe con el proceso solicitado por Bolivia, sin que en este camino actúe la influencia de ninguna naturaleza y menos las presiones de cualquiera de las partes involucradas. Fuente: La Jornada 25.09.2014 (Editorial)

7. Poker texano en La Haya, por Gustavo Quiroga Mercado Miradas encubiertas, intentos conscientes para esconder las emociones, juzgar las posibilidades personales y las del contrincante. Cartas abiertas sobre la mesa, otras miradas de reojo y escondidas. El oponente no debe sospechar el valor del palo, y mejor si se tiene un as bajo la manga. Bolivia y Chile en La Haya. Mirones y claques alrededor del juego. Los mirones no apuestan, para ellos es ilegal, bajo juicio penal. Jugador celoso, incluso de la carta ya expuesta. Memoria histórica basada en una recopilación de cientos de documentos transcritos en versión digital reproducibles a un clic, escudriñada por el adversario con mirada de 35 expertos. Pequeña multitud que descubre a su vez, una carta menor, de ligero valor legal, según el más imberbe del equipo contrincante. Cada quien juega a lo suyo. El juego apenas empieza, sólo se ha puesto dos cartas sobre la mesa. ¿Quién es mejor jugador? Cada quien tiene su favorito, todos están parcializados. Sin embargo en estas lides el más bisoño es el jugador boliviano, sólo se vio envuelto en ligas menores, negocios comerciales, siempre perdió y acabó indemnizando. El otro el chileno, se encaró con todos sus vecinos. Su último juego ni fue derrota, su litigio peruano era con una carta marcada. Geometría euclidiana, el maestro colegial corrigiendo una tangente mal trazada que no se registra en un texto. Los fallos de la CIJ no crean jurisprudencia. Ninguno confía en sus fuerzas, ambos convocan refuerzos. Del lado boliviano, nada más cinco, tres españoles y dos argentinos (poco pintados: los españoles nunca pudieron definir su entuerto

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de Gibraltar y los argentinos se enredaron en las Malvinas) más dos expresidentes relámpago. Del otro lado, un experto norteamericano, experto en digitar fallos, salvador de su expresidente, envuelto en lides internacionales, interestatales y sexuales, a la cabeza de una nutrida treintena de expertos y reforzada por cinco expresidentes. Por supuesto, la impresión inicial puede ser engañosa. El más emotivo pierde, ni los juegos ni los juicios son para sentimentales, pueden fingir, hasta ahí llegan. El ansia de mar, parece insuflar lágrimas. Una sesuda memoria histórica contra un ligero documento de impugnación de la Corte Internacional de Justicia. La CIJ reacciona se hace a la mimosa starlet remilgona. Esta crupier de juegos no acepta que no la deseen en el juego. No lanza más las cartas, el juego se posterga. Ser declarado incompetente desagrada. El jugador boliviano exige su presencia, el chileno la rechaza. Para el primero es prima donna, para el segundo, una fea. Alguna vez la soportó ahora la quiere lejos. Que revise otros asuntos, no sus tratados con terceros. Si el juego se suspende, dejan de interesar optimismos y pesimismos, odios, resentimientos, anhelos, resquemores, y probabilidades. Que los contendientes revisen sus cartas, se midan y juzguen, que guarden sus ases bajo la manga. Ahora les queda esperar. Poco sirve lisonjear o reprochar a la holandesa. Pueden despotricar contra el adversario o relajarse. Poco cuentan cancilleres, historiadores, académicos y aún menos el público apasionado y obnubilado. Los hombres de leyes están en espera; después se verá quien tiene las mejores cartas, o quien jugó mejor. Por ahora, ni siquiera se sabe si el juego continúa, Se dice que las deudas de juego siempre se pagan; pero si el casino cierra, ambos tendrán que tirar sus cartas, y mirarse las caras y volver a su arcaica pulseta. Fuente: La Prensa 27.09.2014

8. Se preserva el tema marítimo El país ha pasado por una prueba exitosa en el tema de mar. No está demás insistir en que éste se mantenga alejado de la contienda electoral Si bien siempre está latente el peligro de caer en la tentación de incluir en la agenda del debate electoral el tema marítimo, hasta ahora ha predominado el buen sentido y las cinco candidaturas que disputan el apoyo ciudadano le han dado un tratamiento adecuado. Probablemente la circunstancia más potencialmente peligrosa se ha presentado en la inauguración de la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que los sucesivos mandatarios de Bolivia siempre han presentado una posición respecto a la demanda marítima del país. Esta vez el Presidente del Estado dio un giro novedoso: por un lado, ratificó la vocación pacifista del país y su indeclinable decisión de alcanzar un acuerdo que nos permita recuperar una salida soberana al Pacífico, con la que nacimos como república, por medio del diálogo y la negociación. Actitud que se demuestra, una vez más, en la decisión de recurrir a La Haya buscando precisamente abrir un escenario adecuado para ese propósito. Por otro lado, el Presidente ha solicitado a la comunidad internacional acompañar ese proceso. Como ha sucedido con el contenido de la demanda interpuesta ante la Comisión Internacional de Justicia (CIJ), esta posición expresada en Naciones Unidas ha descolocado a la diplomacia chilena, como ya lo hizo el contenido de la demanda misma. El desatino es tal que incluso internamente sus representantes han sido criticados y muestra que aún no pueden estructurar una respuesta condigna que les permita tener eco interna e internacionalmente.

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En este sentido, también ha sido oportuna la reafirmación de la posición boliviana por parte del expresidente Carlos Mesa, porque además de ratificar la invitación a que la comunidad internacional acompañe el proceso en La Haya, ha demostrado que en este tema no hay fisura interna en Bolivia y, sobre todo, que éste no ha sido contaminado por la dura campaña electoral en curso, contaminación que la tradicional diplomacia chilena siempre hizo resaltar (en muchas oportunidades con razones justificadas por errores cometidos dentro del país). Sin embargo, hay que estar conscientes de que el hecho de que Chile aún no calibre adecuadamente la demanda boliviana no significa que el resultado del juicio sea necesariamente favorable al país. Se trata de un proceso largo, con muchos obstáculos que Bolivia deberá superar con esfuerzo, rigor jurídico y perseverancia. En definitiva, el país ha pasado por una prueba exitosa en el tema del mar. Sin embargo, no está demás insistir en que los candidatos en estas elecciones deben cuidarse mucho de utilizar este tema como arma electoral, más aún si a medida que se acerca el 12 de octubre los ánimos se exacerban y pueden imponerse a la racionalidad. Por ello, hay que evitar ofuscarse. Más aún si quien salga triunfador en las elecciones, más allá de sus particulares posturas, estará obligado a mantener la política adoptada por el Gobierno del MAS –que ha recibido un generalizado apoyo, pese a la existencia de legítimas diferencias– hasta que culmine el proceso en La Haya. Fuente: Los Tiempos 27.09.2014 (Editorial)

9. Contra la mala fe, por Carlos D. Mesa Gisbert El gobierno de Chile ha presentado, una vez más, un documento de respuesta al discurso del Presidente de Bolivia ante la Asamblea General de la ONU y lo ha hecho, de nuevo, con argumentos que nada tienen que ver con el espíritu de ese discurso y, lo que es más grave, reiterando su postura de tergiversar el contenido de la demanda jurídica boliviana y desmerecer la vocación pacifista y dialogante de Bolivia, incluso en el marco de su decisión de acudir a la Corte Internacional de Justicia. El presidente Morales dijo en la Asamblea General de la ONU: "… con la convicción de país que cree y promueve la paz y convencido en la armonía de nuestras relaciones con todos nuestros vecinos es que acudimos ante la Corte Internacional de Justicia, en busca de diálogo para resolver pacíficamente y de buena fe una prolongada disputa sobre nuestro acceso soberano al Océano Pacífico. "Nuestra demanda no busca alterar el orden internacional de los límites y fronteras, como tampoco amenazar los tratados internacionales, tal cual pretende hacer creer el gobierno de Chile, al contrario, Bolivia invoca al derecho internacional y sus principios para resolver de manera concertada y de buena fe su acceso soberano al Océano Pacífico. "Haremos bien a nuestros pueblos, a nuestras nuevas generaciones, a la región y al mundo, concertando una solución efectiva y en paz para el acceso soberano de Bolivia al mar. Por ello, pido a todos los países del sistema de las Naciones Unidas en esta 69 Asamblea, que nos acompañen, no sólo a Bolivia, también a nuestro vecino Chile, en este desafío por la paz, la justicia y el derecho”. El espíritu de la acción boliviana expresada por el presidente Morales en la ONU al ir ante un tribunal internacional, como consecuencia de la legítima frustración, después de más de un siglo de esfuerzos por lograr una solución mediante negociaciones bilaterales, en las que Bolivia puso sobre la mesa propuestas razonables, buena fe y gran paciencia, sigue marcando una lógica inalterable, pacifismo y búsqueda de diálogo.

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El país marca con el contenido de su demanda un objetivo que puede ser, contra lo que sostiene Chile, un antecedente internacional fundamental para la resolución pacífica de conflictos. Bolivia no ha ido a la CIJ con una idea reivindicacionista del "todo o nada”. La palabra reivindicación ha cobrado para nosotros una nueva dimensión, la de conseguir un objetivo razonable pero legítimo como nación que comenzó su vida independiente con 120 mil km2 de Litoral y 400 km lineales de costa, esa dimensión es la de tener un acceso SOBERANO al Océano Pacífico. La palabra diálogo no es una forma, es un concepto esencial y tiene un sentido profundo en la concepción jurídica de la demanda. Combina dos ideas, la de que Chile se comprometió varias veces a darle a Bolivia un territorio con acceso soberano al mar, y la de que, a partir de esas promesas, un diálogo de buena fe conduzca a un acuerdo entre ambas partes. En ese contexto, Bolivia pide a la CIJ que obligue a Chile a negociar de buena fe, pero, a la vez, afirma su voluntad de que ese diálogo considere con respeto la posición de Chile y sus propuestas para llevar a buen fin esa negociación. La obligación, es obvio, surge de la historia, de la evidencia reiterada por más de un siglo de que Chile no dialogó con Bolivia de buena fe y no tuvo una verdadera voluntad de resolver definitivamente nuestro enclaustramiento. La demanda, además parte de una premisa esencial, es el absoluto compromiso de Bolivia con el respeto a los tratados internacionales. No está referida, ni directa ni indirectamente, al Tratado de 1904. Es por ello una muestra de probada mala fe del gobierno de Chile, que conoce en su integridad el contenido de la Memoria boliviana, afirmar de modo pertinaz que Bolivia atenta cuestionar al gobierno de Chile que conoce en su integridad el contenido de la memoria boliviana y afirmar de modo pertinaz pone en cuestión los tratados internacionales y, peor aún, que pretende forzar a Chile a modificar sus fronteras. ¿Forzar a alguien a hacer lo que prometió hacer a través de compromisos formales, oficiales y por escrito en varias ocasiones a lo largo de más de 60 años? El Primer Mandatario ha insistido, como lo hemos hecho los Jefes de Estado desde que se creó la ONU, en que tendremos un futuro mejor en América Latina si resolvemos de manera concertada el problema entre nuestros dos países. Terminó su discurso pidiendo a las naciones del mundo que acompañen, tanto a Bolivia como a Chile, en este esfuerzo. La palabra acompañar unida a la de un objetivo de paz y un sentido de diálogo y concertación no puede ser más explícita en torno a la verdadera vocación boliviana. La demanda debe leerse sobre esas premisas y no sobre la manipulación de su contenido y de sus objetivos. A pesar de que Chile responde con innecesaria agresividad, sin voluntad política alguna de resolver el problema pendiente con Bolivia, el país insiste e insistirá en que el camino de la solución es el de la paz, con firmeza y seguridad en sus objetivos. El futuro de nuestra promisoria relación común depende de esa solución. Fuente: Página Siete 28.09.2014

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