Semana 17: Cantar de los cantares 2

Semana 17: Cantar de los cantares 2 Versículo para memorizar Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mi fue amor. Cantar de los cantares 2

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Semana 17: Cantar de los cantares 2 Versículo para memorizar Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mi fue amor. Cantar de los cantares 2:4

Vista panorámica del capítulo Este libro es comúnmente visto como una simbólica relación de amor entre Cristo y su iglesia. Es una conversación de mensajes de amor entre Salomón y su esposa. Salomón tuvo 700 esposas y 300 concubinas (1 Reyes 11:3), lo cual fue una violación de la Ley de Moisés por el rey (Deuteronomio 17:17). Mientras que esto no puede ser probado conclusivamente, hay algunas indicaciones de que fue su primera esposa, su primer amor. Esta pudo haber sido Abisag la sunamita, una Hermosa joven que ministro a David cuando él era viejo (1Reyes 1). Cuando el hermano de Salomón Adonias la pidió para que fuera su mujer, Salomón estaba tan furioso que lo mando matar (1Reyes 2:17-46). Adonias había intentado el ser el próximo rey en lugar de Salomón previamente, y este fue su último error. Esto también provocó el juicio pendiente en contra del sacerdote Abiatar, Joab el general, y Simei el que maldijo a David (2 Samuel 16:5-13, 2 Samuel 19:16-23). David dijo a Salomón que juzgara a Joab y a Simei (1Reyes 2:5-9). Sin embargo, había algo acerca de Adonias al querer tomar a Abisag que le hizo enojar. El vio esto de la misma manera que pedirle el trono nuevamente. ¿Podría ser que él estaba planeando el casarse con ella? La mujer de la cual Salomón estaba hablando en el Cantar de los cantares era la sulamita (Cantar de los cantares 6:13). Esta es la misma palabra que sunamita. La palabra sunamita solo aparece en este lugar, y el otro lugar donde aparece es en 2 de Reyes 4 a cerca de la mujer que era amiga de Elias. Si Abisag fue la esposa de este poema de amor, su pasión de uno por el otro era realmente evidente en 1 de Reyes 2. No te metas con la esposa de Cristo, la iglesia (Mateo 9:15, Mateo 25:1, Juan 3:29, Romanos 7:4, 1Corintios 6:16-17, 2 Corintios 11:2, Efesios 5:22-32, Apocalipsis 19:7-9, Apocalipsis 21:1-2 & 9-10 (Mateo 5:14, Hebreos 12:2223). Él lo toma personal (Hechos 9:5).

Cantar de los cantares 2 (VRV-1960): 1 Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles. 2 Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las doncellas. 3 Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes; bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar. 4 Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor. 5 Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas; porque estoy enferma de amor. 6 Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace. 7 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera. 8 ¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados. 9 Mi amado es semejante al corzo, o al cervatillo. Helo aquí, está tras de nuestra pared, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías. 10 Mi amado habló y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 11 Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; 12 Se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. 13 La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. 14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto. 15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne. 16 Mi amado es mío, y yo suya; El apacienta entre lirios. 17 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo sobre los montes de Beter.

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Lunes

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Miércoles

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Sábado

Paginas Extras de Estudio Cantar de los cantares. Capitulo 2

Día 1 – Una bandera de amor Versículos 1-4 El esposo es el lirio. La esposa es como un lirio entre espinos. La iglesia tiene que ser como su esposo. “Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor (Mateo 10:25).” A Cristo, la iglesia le es como una hermosa flor entre espinos – el mundo. Los pecadores eran así para Israel (Números 33:55, Josué 23:13, Jueces 2:3, Isaías 33:12, Ezequiel 2:6). Así son entre cristianos (Mateo 7:16, Mateo 13:7 & 22, Hebreos 6:8). La iglesia es como un manzano. El manzano no es el árbol mas grande, pero da duces frutos (Salmos 1:3, Proverbios 11:30, Isaías 37:31, Mateo 7:17-19, Mateo 13:23 & 26 & 40-43, Gálatas 5:22-23). El Señor nos lleva a la casa del banquete (Mateo 22:2, Mateo 25:10, Lucas 14:16, Apocalipsis 19:7-9). Disfrutamos su generosidad (Juan 7:37-39, Juan 10:10). Su bandera sobre nosotros es amor. La bandera es un estandarte militar grande, que identifica un ejército. El nos identifica ante el mundo como aquellos a quien El ama. Así es como Juan se identificó así mismo (Juan 13:23, Juan 20:2, Juan 21:7 & 20). El declara Guerra en contra de todo aquel que se opone al amor por su iglesia. Una bandera militar es un punto de reunión en la batalla. Es un punto de referencia para los soldados en medio de la confusión de la guerra. Esta es la señal que el ejército no ha sido conquistado. Su amor por nosotros es todo esto (Juan 13:34-35, Romanos 8:28-39). “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13).” Como el esposo lo hace por su esposa, el lo hizo por nosotros (Efesios 5:25-35, 1Juan 3:16).

Día 2 – Locamente enamorado Versículos 5-7 Ella conocía la intimidad del abrazo de amor de su esposo, y nada mas podía satisfacerla. Una vez que hemos experimentado el Espíritu Santo y la verdad, nada mas puede compararse a esto (Salmos 34:8). El alma nunca se conformará con nada más. Podemos tratar de ahogar ese anhelo apaciguando la carne, pero nunca resultará (Hebreos 6:4-5).

El bautismo del Espíritu Santo es un anticipo del cielo (2 Corintios 1:22, 2 Corintios 5:5, Efesios 1:14). Es el agua de vida de la que nuestra alma tiene sed (Salmos 42:2, Salmos 63:1, Salmos 143:6, Isaías 55:1, Juan 4:7-15, Juan 7:37-39, Apocalipsis 21:6, Apocalipsis 22:16). Este mundo no es nuestra morada permanente (Juan 15:19, Juan 17:14-16). Nuestra ciudadanía es en el cielo (Filipenses 3:20). No podemos estar satisfechos hasta que lleguemos al lugar que el esta (1Juan 3:1-2).

Día 3 – Tengo una visión Versículos 8-9 Ella tuvo una oscura visión de él en la pared, en la ventana en las celosías. Todo lo que esto logro fue el hacerla querer más de él y estar cerca de él. “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido (1Corintios 13:12).” Filipenses 3:7-14 describe la comprometida, apasionada búsqueda de Cristo, “renunciando a todas las cosas”. El matrimonio es hasta que la muerte nos separe (Mateo 19:39, Romanos 7:2, 1Corintios 7:39). El amor es tan fuerte como la muerte (Cantar de los cantares 8:6). Una de las grandes cosas de ser un cristiano es que la muerte solo nos sirve para llevarnos a aquel quien nos amo y nos salvo (Filipenses 1:21-24). Moisés fue milagrosamente rescatado de morir ahogado en el Rio Nilo. El había visto la zarza ardiendo, las diez plagas en Egipto, la liberación de Israel, el Mar Rojo dividirse, y la milagrosa provisión de Dios en el desierto. El había recibido los mandamientos escritos con el dedo de Dios. El había estado en la montaña con Dios, y hablado con él cara a cara como con un amigo (Éxodo 33:11). Sin embargo, el todavía tenía hambre de Dios, y le pidió poder ver su gloria (Éxodo 33:18). ¿Cuánto de Dios es suficiente?

Día 4 – Es el tiempo de la primavera Versículos10-13 Él le llamó a ella para que disfrutara las maravillas de la primavera – el mal tiempo se ha ido, las flores están abriendo, los pájaros están cantando, los árboles teniendo frutos, y la uva huele bien. Dios decidió que hubiera cuatro estaciones (Génesis 1:14, Génesis 8:22). La primavera es el tiempo donde las plantas reviven. El clima frio se vuelve templado. La claustrofobia se alivia. Las actividades afuera se reanudan. Los cuerpos de las personas se ajustan al aumento de las temperaturas, y el mismo tiempo que se sentía frio en el otoño ahora se siente templado.

Tenemos más luz de día. Nuestra relación con Dios ha de tener primaveras. Nos damos cuenta que cosas que parecían estar muertas estaban solo adormecidas y esperando la siguiente estación. Cosas que parecían estar ocultas en la oscuridad ahora salen a la luz. Un sentimiento de frio y aislamiento da paso a un renovado y templado sentimiento, gozo, y conexión. Ahora que hemos pasado por la prueba del invierno, aquello que solia ser tan frio no nos afecta tanto. Todos tenemos nuestra estación favorita, pero no debemos quedarnos estancados en una. Cada una de ellas tiene su valor y su propósito, y debemos aceptarlas todas a fin de ser completos en Cristo.

Día 5 – Hazme oír tu voz Versículos 14-17 Adán y Eva escuchaban la voz de Dios caminando en el jardín en el aire del día (Génesis 3:8-10). Esa fue la cosa más importante que ellos perdieron cuando ellos pecaron. La mayor maldición no fue el cambio de sus circunstancias. Fue la separación de Dios. En lugar de encontrar la voz de Dios como un compañerismo, ellos recibieron en ella juicio. Que es lo que el pecado hace. Este interrumpe el fluir en nuestra relación con Dios (Isaías 59:1-2), y nos causa el percibir a Dios como juez en lugar de Padre. El es el juez, pero él no quiere que eso sea sonar en nuestra relación con él. El quiere que seamos bienvenidos en su presencia, pero el pecado cambia eso. Su pueblo son sus ovejas, y conocen su voz (Juan 10:1-18). Un pastor da su vida por sus ovejas.   El no las golpea (Mateo 24:48-51). Su voz es dulce, no cruel. El pecado es el capataz, no Dios. No debemos temer a Dios al hablarnos (Éxodo 19:16, Éxodo 20:18-20). Necesitamos temer a Dios cuando no nos habla (1 Samuel 3:1, Amos 8:11). La voz de Dios puede venir a nosotros a través de su palabra, la predicación, la oración, la consejería, a través de aquellos que están en autoridad sobre nosotros, y de cualquier otra forma que Dios elija – e incluso a un burro (Números 22:28-33). Sin embargo, la Biblia es la última medida de lo que escuchamos. Dios nunca contradice su Palabra escrita. Cualquier voz que clama el hablar de parte de Dios y contradice su palabra es un falso profeta, y necesita ser rechazado (Deuteronomio 13:1-11). La más grande revelación que gobierna todo es la Biblia (2 Timoteo 3:14-17, 2 Pedro 1:16-21).  

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