Sermón en el día miércoles 6 de marzo de Título: HEREDEROS Y COHEREDEROS (Parte 1) Biblia: Romanos 8:1-39 Predicador: Pastor Dong Han David Lee

Sermón en el día miércoles 6 de marzo de 2013. Título: HEREDEROS Y COHEREDEROS (Parte 1) Biblia: Romanos 8:1-39 Predicador: Pastor Dong Han David Lee

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Sermón en el día miércoles 6 de marzo de 2013. Título: HEREDEROS Y COHEREDEROS (Parte 1) Biblia: Romanos 8:1-39 Predicador: Pastor Dong Han David Lee Iglesia Presbiteriana Reformada Esperanza Tte. 1ro. Leónidas Escobar 3913 c/ Av. Japón, Asunción, Paraguay www.evangelio123.org [email protected] (595) 021-301-706 / (595) 0981-815-179 ******************* 1.) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2.) Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3.) Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4.) Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5.) Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6.) Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

7.) Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8.) Y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9.) Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10.) Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 11.) Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12.) Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13.) Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14.) Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15.) Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

16.) El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17.) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18.) Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19.) Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20.) Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del quela sujetó en esperanza; 21.) Porque también la creación misma será libertada a la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22.) Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23.) Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24.) Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?

25.) Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 26.) Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27.) Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 28.) Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29.) Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30.) Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31.) ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32.) El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33.) ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34.) ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que

además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35.) ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36.) Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. 37.) Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38.) Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39.) Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. INTRODUCCIÓN: Hoy y el próximo miércoles trataremos uno de los temas más difíciles y complejos de Romanos y también de toda la biblia: “Herederos y coherederos” con Cristo Jesús. ¿Por qué difícil? Porque no es fácil llegar a estos niveles y principalmente por las condicionantes que imponen. Porque tienes que estar en el mismo nivel que Jesús delante de Dios para que seas “coheredero”. Y fíjense

que no es simplemente un título decorativo, pues para llegar a ello tienes que “ser y realizar muchas de las obras del grado que Jesús hizo”. También es difícil porque muchos están basados en el “pensamiento de la fe” que les estuve hablando el domingo pasado. Y este pensamiento les hace pensar que ellos con su “pensamiento de fe” creen reunir los requisitos y que muchas de las bendiciones que tienen son las “herencias” que ha prometido Dios. Y en tercer lugar, muchos creen y estiman que “herencia” hace relación a dinero, a lo monetario, a los bienes y riquezas materiales. Entonces, cuando la mente está “encasillada de esa forma” tampoco buscará y menos estará interesada en otras herencias. El pacto de Abraham, sí es un camino muy estrecho, es una senda angosta como lo dijo Jesús; pero también lo que muchos no comprenden es que: “ES UNA SENDA ÚNICA”. Por eso, los medios para alcanzar esta herencia en Dios como hijos de Dios está muy distorsionada; y para conveniencia de los hombres, a cualquier bien quieren catalogarlo como “bendiciones”, como si fueran herencias recibidas de Dios porque son “buenos creyentes” según su pensamiento de fe. ¡Y aquí está la dificultad y la confusión! Porque muchas personas, entre elegidos y no elegidos, entre predestinados y no predestinados,

quienes siguen cada uno: “EL PENSAMIENTO DE SU FE” se encuentran con diferentes tipos y clases de obstáculos. Obstáculos grandes y pequeños, y que fácilmente las personas guiadas por “el Pensamiento de su fe” dicen que están sufriendo su cruz por Cristo, sus padecimientos por la fe y el nombre de Jesucristo. Consecuentemente, están AFIRMANDO que cumplen los requisitos necesarios de: “si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” está presente en sus vidas. Por eso, dicen que son herederos y coherederos con Cristo. LA MEDICIÓN DE LOS HOMBRES Pues justamente aquí está la dificultad. Uno de los mayores peligros de las doctrinas liberales que han entrado y permanecen bien arraigadas en las iglesias es que todos quienes creen en el nombre de Jesús son creyentes, son hermanos en Cristo; incluso aquellos que no fueron elegidos desde antes de la fundación del mundo, hoy pueden “convertirse” a base de deseo, esfuerzo, y decisión en creyentes. Así es “el pensamiento de fe” en Jesús que tiene cada uno; está muy desfasado de la biblia, pero se conforman en la diversidad, porque siempre son

guiados por su carne y sus concupiscencias. Y como es gobernado por “SU MENTE”, no importan las palabras de la biblia, ni si tienen o no el testimonio del Espíritu Santo. Sus declaraciones de fe en Jesús pueden más que cualquier biblia o doctrina bíblica. Una de las características particulares de las personas quienes se confían en su “pensamiento” para decir que tienen fe en Jesús, es que siempre, siempre son buenos creyentes en sus opiniones. Que naturalmente Dios “sabe” y “les entiende”. Sus urgencias, sus necesidades, sus amores, sus problemas, sus intereses, sus momentos y circunstancias, sus ánimos, sus sueños, las personas que se rodean, pues de todo tiene influencia y son siempre bíblicas porque lo piden a Dios en el nombre de Jesús. Finalmente se llega a una generalización tal, que todo es de Jesús, y todos están para Jesús. Basta que yo piense y diga que es para Jesús, y es bíblico, o se encontrará el versículo bíblico o el sentir correspondiente. Teniendo este panorama, ¿cómo regular las herencias de Dios? ¿A quién dará y a quién no dará? Pero como les dije, como los hombres simplemente andan según sus pensamientos de fe, toda bendición es del índole económico, es la bonanza, es la abundancia,

es la tranquilidad de tener una abultada billetera, el despreocuparse del dinero, ni tener que contar las “monedas” para reunir el dinero requerido. Imagínense de un elegido de Dios, quien sigue sus concupiscencias carnales, sus primeras necesidades y porque así les han enseñado los pastores “ladrones y salteadores”, pues les han robado su corazón, han robado el orden y la verdad de la biblia, y les han enseñado aquellas cosas que la carne quiere y desea (por eso son ladrones y salteadores). ¿Qué hará Dios con respecto a su hijo? ¿Podrá hablar de herencias y de ser coheredero con Cristo cuando toda su mente está enfocada únicamente en las concupiscencias de la carne y sobre las preocupaciones de este mundo? ¿No les parece que el Espíritu Santo se opondrá? ¿No les parece que de una y otra forma, y en repetidas veces pondrá obstáculo para que el elegido no se equivoque y se pierda de camino? ¿Pero qué prevalecerá? Siempre prevalecerá la carne, siempre quedará las enseñanzas con que los pastores ladrones les han arrebatado de la verdad, del camino. Siempre dominará su carne, su deseo. Y cuando alguien le hable del pacto, y del camino del pacto de Abraham para que el creyente entre en el reposo de

Dios, les parecerá algo muy fantástico, algo muy lejano, como una utopía de este mundo; y es justamente ese discernimiento de la verdad lo que han robado los “ladrones y salteadores”. Y Dios, les hablará de forma cada día más difícil de entender, de una forma más y más difusa; se encontrarán con personas, con hechos, palabras de niños, que les hablará pero están tan enfrascados en sus carnes y en su pensamiento de fe, que nada les puede convencer; les fortalece y los convence solamente una voz que esté de acuerdo con “su pensamiento de fe” acerca de Dios y de Jesús. Por eso, la medición de las cosas es diferente entre Dios y los hombres. ¿Y para qué Dios se esforzará en darle algo que el hombre no quiere, ni siente necesitar? Entonces toda oposición que Dios les ponga para que los creyentes no se pierdan, es más bien una tentación del diablo, es una prueba de fe al cual tienen que vencer. Les caen el cielo, les vienen el hambre, la sequía, les viene las plagas y enfermedades, les vienen las espadas y el sitio, les vienen el cautiverio; pero de nada se dan cuenta. ¡Y pasa el tiempo! Sí, este es el gran trabajo que hacen hoy los ladrones de corazones y pensamientos, y los

salteadores del camino y de la verdad. ¡Y qué gran trabajo han hecho! Muchos de ustedes anduvieron en ese camino del “pensamiento de su fe” o que es lo mismo, lo que yo pienso, y quiero pensar, y deseo de Dios y creer que es Jesús. Y lo más importante: ¡sólo me importa lo que Dios me responda en lo que quiero! ¿Cómo estas personas sabrán que sí son herederos y coherederos con Cristo? Verán que lo único que analizan es si consiguieron sus pensamientos, sus deseos, sus sueños, sus anhelos. Nada, ni nadie les puede detener en ese camino. Por eso, como el profeta Juan el Bautista, es una voz que clama en el desierto. La influencia que han tenido de los ladrones y salteadores es tan grave. Pero sé que Dios hace también sus juicios, muchos ladrones y salteadores hoy son colgados de una soga y tirados en el mar. Pues de la manera en que engañaron y robaron los corazones, así deben pagar con creces. Si en la biblia dice: “Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas”. (Éxodo 22:1) Imagínense ¿cómo pagará las ovejas que estos “ladrones y salteadores” han robado al Señor Jesús?

Pero gracias a Dios que de tiempo en tiempo, siempre muestra los grandes juicios que lanza a estos “ladrones y salteadores” de las almas de los creyentes. Volvamos a nuestro tema: ¿Cuál es el concepto de padecimiento que tienen estos creyentes que creen según “su pensamiento de fe”? Por eso, es tan difícil de medir las cosas. Porque “el pensamiento de su fe” no está cimentado en la biblia. Y hay que saber que sus pensamientos NUNCA SON SANTOS NI SANOS, porque la corrupción de la carne está impregnada en todo su ser. Y hasta que no se limpien en la correcta doctrina, jamás permanecerán en la Sana Doctrina. LA MEDIDA DE DIOS PARA LA HERENCIA Ven que el creyente, porque está tan enfrascado en sus pensamientos y en su vida, en sus niveles y sistemas de valores; que en realidad nunca tiene relación con la herencia de Dios, ni les interesan, sino más bien tienen relación con las medidas y pensamientos de los hombres. Entonces, ¿cuál es la medida para saber que sí estoy participando de los padecimientos como herederos y coheredero con Cristo? El primer paso del padecimiento es abrazar el pacto de Abraham y adentrarse en el desierto del

discipulado. Y realmente esto es un “suicidio” para muchos, porque mientras la carne dice “quiero más, quiero más”, el Señor te da “el pan de cada día”, y “no sólo de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. Es una desesperación tremenda, es una muerte en vida que arranca la piel, que trabaja la mente del creyente, y le da ahogo… porque siente que está perdiendo un precioso tiempo, está dejando las oportunidades, que está pasando los tiempos de su juventud, y es blanco de muchas burlas y críticas. Por eso, muchos creyentes no desean el pacto de Abraham, ¿esperar veinticinco años por un hijo? ¿Qué Dios simplemente te prometa que tu descendencia será como las estrellas del cielo en multitud? ¿Puede un hombre vivir simplemente de “serás bendito de Jehová”? Por eso es tan difícil, porque es difícil de entender que no existe otra forma de hacer las cosas, que no existe otra forma de ser heredero y coheredero con Cristo. En cambio, los creyentes desean un INTERMEDIO, claro que desea las bendiciones del pacto, algo dice en su corazón que hay que creerlo, pero no quiere esperar tanto, ni renunciar a nada del mundo.

Así, no les cabe en su mente las cosas ABSOLUTAS, NO QUIEREN ACEPTAR EL ¡NO! Y nuevamente su mente, las enseñanzas de los ladrones y salteadores trabajan en el corazón: alcanza de cualquier forma y glorifica a Dios. Di que todo provino de Dios, y es para la gloria de Dios, haz ofrendas… buenas obras… haz ministerios… Realmente debe existir muchísima disciplina y sobre todo de un TEMOR DE JEHOVÁ REVERENTE para saber que no existe otra forma, que otra forma es la carne, que otra forma es pecado… NO ES FÁCIL DE RECIBIRLO, y seguro que el Pensamiento de Fe se rebelará. Cualquier otra forma de alcanzar, o decir que es un padecimiento en Cristo; en realidad no tiene ningún valor para Dios. O sea, todo es desechado porque no está ni se ha obtenido dentro del camino del pacto, ni de los tiempos del pacto. Por eso, tienen que saber que el padecimiento al cual hemos de participar en Cristo Jesús para alcanzar a ser herederos y coherederos con Cristo es bien específico. Para ustedes puedan ubicarse en el tema; uno debe vivir en el pacto de Abraham, tiene que abrazar fervientemente y hacer todas las cosas en ese camino primero.

Luego, tiene una marca muy especial: “Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.” Miren como dice: “por causa de ti somos muertos…” Y aquí existe mucha diferencia, mientras que los creyentes quienes viven según su pensamiento de fe recibe muchas oposiciones, eso les surge porque están desobedeciendo a Dios, porque iban tras perseguir sus deseos del corazón. En cambio, el padecimiento que Dios dice que hemos de pasar para ser heredero y coheredero, es porque caminamos en la senda que Dios nos ha puesto. ¿Y en qué campos hemos de padecer? Dice hoy: en tribulación, en angustia, en persecución, en hambre, en desnudez, en peligro, en espada. ¿Y cuáles son los requerimientos para soportar cada etapa? Tienes que hacer uso de la base del discipulado primeramente, porque serás exigido: •

En la seguridad de tu salvación.



En tu identidad como hijo de Dios.



¿Quién contra nosotros? Muchos te serán contrario, y eso vendrá de personas tan cercanas como lejanas, y especialmente vendrán de los ladrones y salteadores.



¿Quién eres para que Dios te dé las cosas?



¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Y muchos que parecen mucho más “santos y de larga tradición” en sus “pensamientos de fe” te harán contra.



Si ellos no están, ¿por qué tú estás? Y te condenarán.

Y en todos estos tienes que ser más que vencedores. Todo el conjunto de acciones, de vida, y de obra tiene importancia; y se mide en su conjunto: desde el comienzo hasta el final. Hoy es común encontrar a hombres quienes desean aplicar la fe y esperan una respuesta de Dios por una situación instantánea, sin considerar el antes, las condiciones, ni el después. Por eso, las respuestas salen torcidas, y la razón de fe que dicen, no es más que un mezquino pensamiento de su fe.

¿Por qué todo esto sin siquiera hablar a profundidad acerca de herederos y coherederos? Porque hoy las bases en que los hombres piensan, las supuestas verdades en que están son muy inexactas, frágiles; y quieren criticar y se ofenden: “apliqué lo que dijo el pastor pero no he recibido”. Es la razón de por qué hay que poner las bases y los cimientos bien claros, la regla debe medir la misma longitud y centrarse en un pedazo de la misma o en un trozo cortado y decir que “está en Dios” y se merece una herencia. CONCLUSIÓN Es una vida, es un proceso completo. Decir: “yo creo en el pacto” no implica que viva en el pacto y haga todas las cosas según los términos y exigencias del pacto. Tampoco el conocimiento es suficiente, porque se ha de vivir en toda la amplitud de la Palabra según las exigencias del pacto. Un ejemplo: Creer y desear la fe de Abraham quien fue fiel y creyó en Jehová para ofrecer su hijo en holocausto en Moriah es una cosa, es como una instantánea; pero tener la fe y la capacidad de igualar en obra teniendo la misma fe de Abraham es algo totalmente diferente.

Es por eso, que “tener fe” y “tener obras que muestran tu fe” son cosas diferentes. Por eso dice en Santiago: “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras, muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. (Santiago 2:18-24) Estar apto para recibir la herencia de Dios y ser coheredero con Cristo implica unas obras completas de fe. Por eso, hoy les he hablado de por qué hay que distinguir las cosas, cuáles son las condicionantes que resultan en ser heredero o no. Y por qué la fe que muchos alegan, no tiene ninguna incidencia en la escala de valoración de nuestro Dios. Jesús dijo: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”. (San Juan 6:27)

El próximo miércoles veremos la segunda parte de este sermón. Que Dios les bendiga.

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