Si de amores hablamos

Llega febrero y con esta época emergen las reminiscencias a Cupido y al Día del Amor y la Amistad. El agasajo a parejas, familia, allegados contagia p

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Los amores lunáticos
espacio para dos Lorenzo Silva Los amores lunáticos © Grupo Anaya, S. A., Madrid, 2002 Espacio Abierto Trabajo realizado por: Mónica Plaza Coordinad

Story Transcript

Llega febrero y con esta época emergen las reminiscencias a Cupido y al Día del Amor y la Amistad. El agasajo a parejas, familia, allegados contagia por doquier y los mercadeos hacen «su agosto». Aunque, muchos olvidan que el riesgo de amar es cotidiano y envuelven en costosos regalos demostraciones confusas de querer. Pero en medio de tanto jolgorio pasional, una piensa en las manifestaciones simples que se han perdido, en los ­detalles que no se regalan, en las cartas de amor que ya no se escriben. Con tanta premura, con tanta tecnología hemos olvidado el significado de una buena epístola. Ya nadie dedica «Fidelina, mi única, mi amada», como le decía el pianista Federico Chopin a Delfina Potocka; o el saludo de «Pablo, amor» de Alicia Urrutia, la amante de Neruda; o «Ángel mío», nominación de Ignacio Agramonte para Amalia Simoni. Pocos emplean una hora al día para emborronar cuartillas o se aventuran a rotular «Soberana y alta señora» como Don Quijote a Dulcinea; o subrayar «Mi Diego», tal cual hacía en su polémica relación con Rivera, la pintora Frida Khalo. Quién emplea en la actualidad cuatro hojas por ambos lados, como lo hizo Ludwing van Beethoven a su aún desconocido idilio: «Aunque sigo en la cama, mis pensamientos van hacia ti, mi Amada Inmortal, primero alegremente, después tristemente, esperando saber si el destino nos escuchará o no. Yo solo puedo vivir completamente contigo y si no, no quiero nada...». Quién salva las distancias, hoy día, como Carlos Marx cuando le escribía a Jenny von Westphalen: «En cuanto nos separa un espacio, me convenzo enseguida de que el tiempo es para mi amor como el sol y la lluvia para una planta: lo hace crecer». O quién fuera tan elocuente, bueno, ¿quién podría si no? como el propio Julio Cortázar para cortejar a Edith, la que se

nuestro credo transformaría en la «Maga» de su libro Rayuela: «No sé si se acuerda todavía del largo, flaco, feo y aburrido compañero que usted aceptó para pasear muchas veces por París, para ir a escuchar Bach a la Sala del Conservatorio, para ver un eclipse de luna en el parvis de Notre Dame, para botar al Sena un barquito de papel, para prestarle un pulóver verde (que todavía guarda su perfume, aunque los sentidos no lo perciban)». Pocos pensaron mejor sugerencia de segundas citas: «Me gustaría que siga siendo brusca, complicada, irónica, entusiasta, y que un día yo pueda prestarle otro pulóver». Ni siquiera se puede dejar de mencionar aquella ruta epistolar de Oscar Wilde y Lord Alfred Douglas en la que se consumaba su relación homosexual, un romance que no ­creyó en el escándalo de la época y siempre se profesaba «un imperecedero amor». Pero ahora pocos creen en cartas perfumadas, en el doblez saboreado por la saliva del pliegue, en las hojas ocres guardadas en algún baúl… Y en ocasiones todo se reduce a Facebook o Twitter, un breve correo electrónico y los 140 caracteres. Entonces llega febrero, y todavía se extrañan los finales: «tuyo hasta la muerte»; «su tan apegado»; «quiera Dios protegerle, perdonarle y bendecirle, siempre y aún más que siempre»; o mejor aún como se despidiera Napoleón Bonaparte de su querida Josefina: «espero dentro de poco tiempo estrujarla entre mis brazos y cubrirla con un millón de besos debajo del Ecuador». La Directora

Si de amores hablamos...

p.14

Transportación Enrique García Hernández

Secretaria de redacción Mairelys González Reyes

Editora Web Marta L. Cruz Sánchez Web master Maricela Facenda Pérez

Director artístico Alejandro Fernández Peña Diseño y realización Alejandro Fernández Peña Víctor Carralero Sánchez Fotógrafo Elio Mirand

Corrección Oday Enríquez Cabrera Redactores Jorge Sariol Perea Dainerys Mesa Padrón Neida Lis Falcón Costa

Jefa de redacción Miriam Ancízar Alpízar

BONIFICACIÓN

p.4

Por Jorge Sariol

de todo un poco p.8

¿quién le pone el cascabel al látigo?

poesía

lecturas

voces

Por Jorge Sariol

No olvides comprar...

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p.24

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Por Oday Enríquez Cabrera

ciencia, tecnología y sociedad deporte p.30 sudar la tinta p.32

p.26

p.28 p.9

p.10

p.11

p.12

Alabausimisanto, ¿todo eso proviene de la religión?

p.20 Imprenta: Federico Engels

e-mail: [email protected] http://www.editoraabril.cu

Casa Editora Abril. La Habana Vieja, La Habana, Cuba. CP 10200.

ALEJ&RO

Portada

febrero 2015

ISSN 0864-0572

e-mail: [email protected] http://www.almamater.cu

Telf.: 862 9875 / 866 5491 862 5031-39 ext. 122 Fax: 862 4330

Prado 553 esq. a Tte. Rey, La Habana Vieja, La Habana, Cuba. CP 10200.

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542 la voz de los universitarios

onificacion Pongamos de acuerdo a humanos y sus guarismos Por Jorge Sariol Ilustración: ALEJ&RO a bonificación, creación «a la cubana» dentro de la enseñanza superior, pretendió canalizar un principio no escrito que debió permanecer más en la realidad nacional: reconocer el esfuerzo pero premiar los resultados. Todos tenemos los mismos derechos; todo tenemos los mismos deberes. Aunque, no todos se esfuerzan igual, ni tienen los mismos resultados. La diferencia entre igualdad e igualitarismo suele ser sutil, si la coherencia no pauta las actuaciones de los individuos en determinados contextos. A juicio de muchos, la idea de bonificar dejó de equilibrar empeño y corolarios al abonar la calidad como meta. En el pasado mes de noviembre se dio a conocer la Resolución No. 129/2014 del Ministerio de Educación Superior1 que modificaba un documento anterior, en relación con la bonificación al índice académico de los estudiantes universitarios, y establecía como reforma más relevante la creación del Premio al Mérito Científico. ¿Nació de la voluntad de «cambiar, por cambiar nomás»? ¿Expresa el sentir de la mayoría estudiantil? ¿Recoge la nueva resolución todo

lo que debería o admite solo lo que conviene? El documento generó amplia polémica, aun cuando era esperado y llegaba además con el consenso de la FEU y de los organismos formadores: Ministerio de Educación Superior (MES), Ministerio de Educación (Mined), Ministerio de Salud Pública (Minsap) y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder). En el universo virtual llovieron las opiniones a favor y en contra. Alma Mater no pretende terciar en el debate. Procura ofrecer espacio para el análisis y la argumentación consciente. Para ello, a la oficina del viceministro primero del MES, Dr. José Ramón Saborido Loidi va la revista, como primera escala de la travesía, quizás más larga que el viaje de Marco Polo. Búsqueda y hallazgo

son, en este caso, el principio y el fin del trayecto. —¿Cómo se llegó a la decisión de reestructurar la idea de la bonificación? «La primera cuestión que pediría, es que se haga una lectura profunda de la nueva resolución, antes de cualquier análisis y debate. «El proceso de revisión fue madurado y responsable. Se manejaron diversas opiniones, algunas divergentes, sobre la validez o no; pero en el debate primó el criterio de que era improcedente tal y como estaba concebida la bonificación al índice académico. «En todos los análisis hubo, y lo sigue habiendo, la preocupación de que un cambio desestimulara al estudiante a esforzarse en exámenes de premio o en su participación en eventos científicos. En ambos aspectos, la ciencia

ESTUDIANTE (A) 5 X ESTUDIAR 3 X ROMPERSE LA CABEZA

tiene un peso enorme y forma parte esencial de la formación dentro de la enseñanza superior». —¿La bonificación sobre el índice académico es una práctica al uso ­internacional? «No existe en el mundo. En nuestra experiencia cubana, los exámenes de premio siempre estuvieron concebidos en el reglamento como forma de mejorar nota y de reconocer el esfuerzo por obtener mayores resultados docentes, de modo que su vigencia no termina. «Hay una realidad. Cualquier ­currículo de una carrera se organiza en función de las asignaturas, de la estructura académica y de determinados periodos, sean anuales, semestrales, o más pequeños. Pero siempre sobre la base curricular. Además, cada carrera tiene un sistema de evaluación bien de-

finido en el plan de estudio. De manera que cuando sacas el índice académico, estará en función de los resultados, a medida que el estudiante venza las disciplinas. En Cuba se trabaja mediante un sistema de evaluación que es sobre cinco puntos. Por lo tanto si estás estudiando un programa definido, la máxima puntuación será de cinco puntos. «Comenzaron a presentarse diversos problemas: entre carreras de una misma institución o entre iguales, de distintas universidades, porque de muchas maneras en el índice académico influían las diversas posibilidades de ofrecer eventos científicos o no, en determinados centros de la educación superior, en los cuales tiene que ver, incluso, el “fatalismo geográfico”. Se enviaban trabajos a encuentros científicos, firmados por varios estudiantes, y era imposible saber el desempeño de

cada quien. Algunos lo convirtieron en una maratón por lograr más puntos. «La idea que debía primar era la de lograr más calidad en la formación y no funcionaba así». —La preocupación de algunos gira sobre las restricciones que sufriría la posibilidad de subir nota y sobre la subjetividad del proceso. «Sobre lo primero: no se cierran las posibilidades ni se restringe ningún tipo de evento. «La nueva resolución prevé que, excepcionalmente, a propuesta del decano en acuerdo con la FEU, se eleve al rector la consulta de que la participación en un evento de la propia universidad cuente para el índice de premio. Siempre va a ser una prerrogativa de cada centro y el documento lo detalla. En otros países existen formas de estimular

1. Gaceta Oficial No. 57 Ordinaria de 9 de diciembre de 2014

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542 la voz de los universitarios

EXCELENTE CARRERA!!! 5 X ESTUDIAR 3 X ROMPERSE LA CABEZA

el esfuerzo de los estudiantes, pero no basadas en la bonificación. El Premio al Mérito Científico lleva un proceso en el cual el estudiante está involucrado por su participación directa y por ser parte de la conformación del expediente, con todo el derecho a revisar sus registros. En el proceso participan varias personas y representaciones, que incluyen al decano y la FEU. Hay poco margen a la subjetividad. «La competencia no será entre universidades, ni entre carreras o posibilidades circunstanciales. Es del estudiante consigo mismo. En mi opinión, es mucho más justo ahora, más con la integración de las universidades; como estaba concebido automáticamente era un acumulado que crecía por la bonificación. La mayoría de estos beneficios resultó de un esfuerzo loable. Pero que sea por encima de los cinco puntos es una distorsión que no tiene sentido.

«Reitero que es un proceso en el cual intervienen personas e instituciones con trabajo desde la base, con una nueva figura que es el profesor principal del año académico y de donde surgen propuestas. Se terminará con título de oro, y adicionalmente con el Premio al Mérito Científico. Eso dirá mucho del graduado. Agreguemos a esto otros ­reconocimientos que pueden obtenerse en festivales de aficionados al arte y en juegos deportivos. «La nueva resolución incluye las posibilidades que tendrán ante sí quienes obtengan tales avales. Eso es otro punto a considerar. Están reglamentadas de modo claro». —Otra de las preocupaciones, que ya venía de antes incluso, es con la inserción laboral y el reconocimiento de los méritos por los organismos empleadores. ¿Cómo ve esta problemática a partir de la nueva forma de bonificar?

«Es complejo. A partir del momento de iniciación del joven graduado en el mundo laboral va a competir por una plaza con documentos que lo acreditan —no solo como graduado en su carrera, sino además con alto índice académico, título de oro y un Premio al Mérito Científico— nadie podrá ­desconocerlo, nadie deberá desconocerlo. «Un organismo empleador que no tenga en cuenta estos aspectos, expresión del perfil capacidades y posibilidades del individuo, comete un gran error. «Es posible que ocurra, pero el estudiante que tenga su expediente pleno de reconocimientos como los mencionados en la resolución, tendrá una herramienta para argumentar y convencer. «En una sociedad que está actualizándose, estas cuestiones tendrán un peso mucho mayor y no podrán obviarse».

« Sies» y « noes»

de una controversia inicial —No sé cuál era el problema con las bonificaciones en puntos por exámenes de premios… cuando las cosas funcionan de una manera… es mejor de dejarlas así.

—Completamente de acuerdo, pues he visto índices académicos de más de 6 puntos. Ni Einstein podría superar tal barbaridad.

—He conocido a los «genios», que se merecen las bonificaciones de más de 5 puntos, muchos de ellos incluso se gradúan como estudiantes integrales.

—¿Tú conociste a un genio? ¿Qué aporte hizo en algún campo de la ciencia? ¿Se trata de ser genio o de tener buena preparación? ¿Se trata de ser genio o de dedicarle tiempo al estudio?

—Encuentro injusta esta medida. Cursé la carrera entre el año 1992 y el 1997. A todas las dificultades económicas que sufrió mi familia y que me motivaron a trabajar con un cuentapropista a la par de mis estudios, se unió la enfermedad de mi padre; por lo cual durante dos años mi índice académico se resintió. Pasado lo peor, logré «levantar» mis resultados docentes con exámenes de premio. Mi historia puede ser la de muchos. —Las bonificaciones tenían su rol, pues servían de motivación y además distinguían al estudiante bueno del mediocre. De la nueva forma los reconocimientos se prestan más para apreciaciones subjetivas y fuente segura de resentimiento, acompañadas de malas interpretaciones. —No estoy de acuerdo con esta resolución, no creo justo permitir que un 5 sea lo mismo que un 5,6. Yo aún no llego al 5, solo tengo 4,9 pero ahora mismo no tengo ganas de estudiar para superar la nota esa. —Como el Programa de Televisión «Iguales, pero diferentes», el que se lo ganó, se lo ganó, como si tiene 8 de promedio, aquí todos los que han pasado por la universidad conocen bien su sistema de evaluación y no regalan nada. Así que honor a quien honor merece. —Para qué sirven estos méritos acumulados durante la etapa estudiantil, si eso no trasciende en la vida laboral. A los empleadores no les interesa si vienes con 5 o con 3, de hecho yo lo he vivido. * Las opiniones aquí expuestas, son algunas de las que circularon en varios sitios digitales. En aras de acortar espacio, han sido editadas solo con el afán de sintetizar, no de tergiversar. Corregimos, eso sí, la ortografía. Achacamos los varios disparates aparecidos al mal hábito de escribir con la prisa que obliga el ciberespacio.

—¡Qué bien, ya era hora de poner un coto en Cuba a esos promedios de 6, 7 y tantos puntos con los que muchos ­graduados salieron de las Universidades en los últimos tiempos. En mi época un promedio de 4.36 era respetable. —Me parece correcta la decisión, nunca me gustaron los promedios súper altos, esos de 7 u 8 puntos, porque, sobre todo, tiene que ver mucho con el tipo de carrera… —Dudo que en Medicina se tenga tiempo para abarcar el universo de conocimientos que, como mínimo, un graduado debe tener. En mi modesta opinión conozco alumnos de 7 puntos que no pueden tratar una crisis de asma y alumnos de cuatro que son jefes de Guardia de Medicina Interna, así que la mejor nota la da la vida. Lo demás es vanidad personal. —Yo terminé Tele (CPE) con 4,75, solo por docencia. No fui Título de oro porque el año anterior, el Título de oro del CPE, había hecho «muchísimas cosas». Esta cubana lo vio sufriendo con pruebas finales en las que yo, modestamente, cogía mi 5, «happy». Entonces ¿cuál es el engaño? Si le quitamos a ese muchacho el «extra» ¿en cuánto se quedaba? Vi incluso ingenieros con 3 y «piquito» de promedio y que por el «extra» se montaban en 4. Para mí eso era una burla con los que aprendieron con más calidad durante su carrera. —Me parece muy bien esta idea, pues los puntos por encima del 5 ¿de qué valen en realidad? ¿En qué emplea esos puntos el estudiante? ¿En decirlo en su currículum? Ahora, si eso lo ­convierten en créditos que pueden utilizarse para futuras maestrías, diplomados, etc. me parece muchísimo mejor.

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542 la voz de los universitarios

de todo un poco Por Miriam Ancízar Alpízar Foto: Archivo

Suspiros ¿Quién no ha soñado alguna vez con un amor de esos «de película»?, ¿Quién no pensó en cruzar el Puente de los Suspiros en medio del más sentido beso de amor? Claro que muchos, o casi todos, bueeno, ¿Por qué no? Todos. Una pareja de ­enamorados surca los canales de Venecia en góndola. Poco a poco llegan a un puente barroco y, dejando aflorar su amor, se besan bajo el Puente de los Suspiros... la imagen típica. Sin embargo, no siempre fueron de amor. Por este famoso puente pasaban los prisioneros desde los calabozos del Palacio Ducal, en una orilla del río, hasta el edificio de las nuevas celdas, en el otro extremo, a donde iban después de ser condenados. Sí, suspiraban, pero porque era la última vez que verían la ciudad. En esa época no existía la reducción de condena por buena conducta. Los prisioneros solo salían de las cárceles, como decimos los cubanos, «con los pies por delante». Varios son los puentes que sellarían para siempre, con broche de oro, la relación amorosa de una pareja; también aquí, en América los hay de esta categoría romántica. En el distrito de Barranco, en Perú se

encuentra uno bajo el cual actualmente no corre el agua; pero dice la tradición que solo hay que pasar sus casi 31 metros sin respirar y pedir un deseo, este será concedido. Igual existe un puente de los Suspiros en Cambridge y otro en Oxford (Reino Unido)… Ah, y uno en Colombia, sobre el río Bogotá. En fin, que no faltan los suspiros, pero menos los amores y… no, en Cuba no tenemos ninguno. ¡Por eso suspiramos en todas partes!, porque amamos a lo grande, así como hacemos todo, ¿que no lo cree? Dese una vuelta por el malecón y sentirá que los suspiros opacan el sonido de las olas. Seguro que ya lo hizo… ¿o no?

na amiga mía se casó recientemente. El afortunado fue otro amigo. Ese día los vi alegres, felices, enamorados… incluso, como dijera mi amiga Yanet: «lo dieron todo» en la pista de baile. Allí estábamos familiares, socios, el piquete multidisciplinar más «volao» que hay sobre esta tierra y los representantes del barrio más distinguido que hay en esta capital, después del Mambí en Guanabacoa: Alturas de La Lisa. Comimos, bebimos pero para nada sufrimos. ¿Y por qué habría que sufrir?, preguntarán algunos. Porque las bodas, por si no lo sabían, llevan una alta dosis de penurias que pasa desapercibida para la mayoría, nunca para los novios. ¿Recuerdan la frase: «¡¡¡TINTA!!!», y salía de pronto Eutelia: «Aquí, aquí hay tinta», para, segundos después, desparramarla por el suelo? Pues bien, aquí pasa algo parecido. Igual que en aquella boda legendaria, continúan los obstáculos en las bodas de hoy. Son, si hacemos un símil con los videojuegos —mis amigos más cercanos sabrán por qué—, como niveles que debes superar para evadir el GAME OVER, que te llevará a ser soltero por toda la vida. Enumeraré a continuación los retos más comunes. Buscar notario/a: Según mi amigo Tato, son solo 25 CUP o 50 si deseas que la ceremonia t­ ranscurra fuera del Palacio. Primero debes encontrar al desocupado/a y luego aguantar que en tu cara, después de darle las gracias, te digan la inteligente frase: «Las gracias van por ustedes», en clara alusión a los 10 CUC que cuesta este servicio, por fuera, obviamente.

Por: Rodolfo Romero Reyes Ilustración: Yaimel

Alquiler de trajes: Deben combinar entre sí, ser modernos y nunca de mal gusto. Ojo, hay que cuidarlos bien porque hay que devolverlos sin un rasguño. Compra de anillos: Ojalá sean novios de los que prefieren la plata, de lo contrario, el precio estará por los cielos. ¡Ah!, y nada de sorpresas, hay que probárselos primero, no vaya a ser que luego queden grandes y se pierdan en algún lavabo. Alquiler del salón: Buscas y buscas pero no encuentras el adecuado. Todos son caros. Quizás aparezca alguno barato pero en el que te obli-

gan a utilizar su buffet, con lo cual el precio sube como la espuma. Para que tengan una idea: casarse en el 1830 (restaurante de la capital) cuesta aproximadamente 1 830 (CUC). Fotos o videos: Tortura similar a las fotos y videos de las fiestas de 15 de las muchachas, por tanto, no necesita mayor explicación. Buffet: Traten de resolverlo con algún servicio estatal o de lo contrario… probablemente quien paga sufra ese día de una severa indigestión. Otra cosa, los novios deben encomendar su distribución a alguien de la familia, sino será desfalcado por los gastronómicos del lugar.

«Pacotilla» complementaria: Lacitos, bombones para las mesas, invitaciones a color, etc. etc. etc. Pobres los que piensen que se trata solo de un menudito. Organización de las mesas: Este es el verdadero dolor de cabeza. Hay que completarlas y el orden es por prioridad familiar. Los solteros o solteras, todos en la misma para que se conozcan y se empaten. Si hay antiguas parejas entre los invitados, bien lejos, para evitar ­disgustos y así… son miles las posibles situaciones. Claro, que ahora existen cuentapropistas que te organizan el paso por cada uno de estos retos u obstáculos por el módico precio de mil y pico de CUC. Ellos lo que desean es que triunfe el amor y por eso se anuncian en las notarías e incluso, por conseguir y resolverte cosas, pueden hasta buscarte pareja en caso de que aún no la tengas y decidas casarte. Mi consejo es bien sabio y ­sencillo, y con él concluyo mi comentario. Como dijera Itsván, aquel personaje que nadie olvida del muñequito de Elpidio Valdés: «No se case nunca compay; no se case».

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¿quién le pone el cascabel al látigo?

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la voz de los universitarios

Las bodas

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Charles Bukowski (Andernach, 1920 - San Pedro, California, 1994) Escritor estadounidense. En la línea del anticonformismo californiano de la generación beat y utilizando un lenguaje agresivo y una temática marginal, a menudo obscena o violenta, elaboró una obra singular, entre cuyos títulos destacan El cartero (1971), Escritos de un viejo indecente (1969), Ordinaria locura (1976) y Música de cañerías (1983).

poesía Ilustración: Carralero

A LA PUTA QUE SE LLEVÓ MIS POEMAS Algunos dicen que debemos eliminar del poema los remordimientos personales, permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero ¡POR DIOS! ¡Doce poemas perdidos y no tengo copias! ¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores! ¡Es intolerable! ¿Tratas de joderme como a los demás? ¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero? Usualmente lo sacan de los dormitorios y de los pantalones borrachos y enfermos en el rincón. La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de 50, pero no mis poemas.

la voz de los universitarios

No soy Shakespeare pero puede ser que algún día ya no escriba más, abstractos o de los otros. Siempre habrá dinero y putas y borrachos hasta que caiga la última bomba, pero como dijo Dios, cruzándose de piernas: veo que he creado muchos poetas

pero

no

mucha

poesía.

lecturas

Noelia Noelia desemboca en las mañanas Jovellar abajo, camino a la Secundaria. Noelia y sus formas escondidas bajo el uniforme, sus senos alborotan el blanco de la blusa, y las piernas, ágiles, hermosas, resumen el conjunto que se aleja, seguido por mis ojos, hasta confundirse con el mal llamado anfiteatro del Parque Maceo. Noelia responde apenas mi saludo tímido, mis gestos equívocos para resaltar mi presencia: espera diaria en el balcón, asedio perpetuo, mirada buscándola en la distancia, adivinándola, eludiendo deberes y compromisos para lograr un encuentro casual y fortuito. Noelia y sus ojos penetran los míos, adivinan intenciones, descubren el deseo oculto por las risibles alusiones al tiempo, a los acontecimientos banales. Toda ella se ofrece en esa tarde de brisa y gaviotas, con un olor marino que todo lo invade, toma la iniciativa, establece el hilo de la complicidad, asiente, suplica, deja hacer. Mis manos aprietan el cuerpo de Noelia, hacen verdad mis presentimientos, corroboran la dureza de su carne que ahora tiembla, compartiendo mi abrazo, llenando las horas de silencio interrumpidas solo por el eco de nuestra respiración. Ya ella es algo más que una aparición matinal, un fantasma que cruza la avenida, una línea en el espacio. Su cercanía desvanece el temor, la incertidumbre, sustituyéndolos por el calor, la sensación de agradable carnalidad que borra lo estéril de cualquier momento anterior a este. Noelia desnuda, rodeada de misterio, recorre mi cuerpo, sin hablar, urge mi presencia una y otra vez, implora hasta quedar con los ojos fijos en el techo y unas briznas de su cabello rozándole la mejilla. Noelia me esquiva enarbolando falsas excusas, desaparece durante días, semanas, meses, para luego reaparecer con cuentos inverosímiles de remotas labores y desgracias familiares. Noelia junto a mí, en el mismo lugar del primer encuentro, la última noche (que pasé contigo, inevitable asociación). Las manos sin rumbo fijo, la expresión distante, las palabras escasas, extrañamiento que se resume y disuelve en su propia razón: «Me caso con Alberto. No lo quiero, pero es muy bueno conmigo. Mami lo quiere mucho…». Noelia, su cuerpo sin secretos se desvanece, elimina toda esperanza de regreso, sin adiós, me deja su ausencia, su recuerdo en una noche habitada por gentes sin rostro. Me reencuentro con Noelia una tarde en el Malecón. Gruesa y afable, pasea tres niños inquietos, sin Alberto. El pelo corto, recogido por un pañuelo, la gordura disimulada bajo el vestido, las piernas sembradas de várices, y espejuelos oscuros ocultan unos ojos pequeños y achinados. Noelia sonriendo con tristeza, me dice: «Así es la vida…», pero ya no la oigo, no la veo, no existe. Simplemente, no la conozco. Vuelvo la cabeza, hasta encontrar la calle Jovellar y Marina. Detenida en la esquina, junto a los cristales de Amado Buick, esperando que pase un camión gigantesco, está Noelia, la de siempre, con su uniforme amarillo y blanco, el pelo suelto, las piernas juntas, rematando en unas zapatillas diminutas, con dragones bordados.

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Jesús Vega (La Habana, 1954). Narrador, poeta y crítico de cine. «Wunderbar» forma parte de un libro de cuentos que obtuvo mención en el Premio David 1993, convocado por la UNEAC.

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La historia que no me enseñaron voces Por Ana Laura Olivera González Ilustración: Yaimel

ediqué 14 años a conocer a los héroes que, por su pensamiento y acción, nos legaron la Cuba de hoy. Enseñanza inacabada porque, si bien ninguno de mis profesores volverá a enunciar el asunto para mí en una pizarra de su clase, todavía me faltan sucesos por aprender en la evolución constante de esa materia. Celia, María, Margarita, Marisol, Mongui, Bartolo, Raquel, Antero, Alien inculcaron, en todo ese tiempo, huellas de los procesos históricos por los cuales atravesó la Isla: desde la constancia del primer nativo hasta los eventos más cercanos a mi contemporaneidad. Menciono a los maestros de carne y hueso, de libretas de planificación sobre la mesa, ojos cansados por las muchas horas frente a libros amarillentos y voces alteradas cuando vivían los sucesos que me contaban. A veces quisiera olvidar los discursos en las teleclases con educadores lejanos. Sin embargo, las lecciones ­aprehendidas en las escuelas primaria, secundaria, preuniversitaria y de la enseñanza superior rebasaron la instrucción media que reciben los estudiantes cubanos en los planes de estudio. La participación en concursos me armó de una parte de la historia desconocida para mis compañeros de aula.

Ahí supe que después de la Protesta de Baraguá (15 marzo de 1878) protagonizada por Antonio Maceo con su trillada «intransigencia revolucionaria», una parte del centro del país —a ambos lados de la Trocha Júcaro a Morón— siguió en pie de lucha hasta el 15 de abril de 1879, cuando su líder Ramón Leocadio Bonachea firmó el acta mediante la cual abandonaba las armas sin acogerse a ningún pacto, hecho signado como Protesta de Jarao. No obstante, incluso para quienes llegamos a la historia con un poco más de profundidad, pasamos por alto pasajes imprescindibles de nuestra herencia patriótica, a veces por falta de

tiempo, otras de motivación y la mayoría porque no iba a prueba. Buena parte de los jóvenes cubanos desconocen que Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa, escrita en julio de 1608, fue la primera obra de la literatura de nuestro país; que el tramo ferroviario de La Habana a Bejucal, fue el primero de Iberoamérica y séptimo en el mundo, inaugurado el 19 de noviembre de 1837, once años antes de que España tuviera el suyo. Nosotros comenzamos la familiarización con la historia como asignatura desde los primeros años de vida y concluimos en el nivel universitario. Pero en el aula no se puede enseñar todo.

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542 ¿Cómo pueden lograr los profesores que los estudiantes se queden con hambre de conocimientos? La solución puede tornarse compleja. No podemos conformarnos con la falta de motivación del profesor. Si hacemos esto, en unos años, olvidaremos hechos tan importantes como el aporte de los cubanos a la independencia de las Trece Colonias de Norteamérica —hoy Estados Unidos—; documentos de interés testimonial como la carta publicada por un periódico neoyorquino días antes de la explosión del acorazado Maine en el puerto habanero, escrita por el embajador español en Washington, Enrique Dupuy de Lome, y

que acrecentó la tensión entre Estados Unidos y España en el año 1898; o la convicción del testamento político de los hermanos Sergio y Luis Saíz Montes de Oca — ­ asesinados con apenas 17 y 18 años—, donde reza: «Tenemos la firme creencia del cometido generacional nuestro, ya que el destino nos obliga a cumplir, cueste lo que cueste, la gran revolución que Cuba espera desde hace siglos». Las nuevas generaciones necesitamos nuestras raíces hincadas en la memoria histórica para recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos. Identificarnos como cubanos depende de la voluntad de asumirlo con la con-

ciencia de las vivencias personales de quienes nos antecedieron. Decía Miguel de Unamuno: «La memoria es la base de la personalidad individual, así como la tradición es la base de la personalidad colectiva de un pueblo. Vivimos en y por el recuerdo, y nuestra vida espiritual no es en el fondo sino el esfuerzo que hacemos para que nuestros recuerdos se perpetúen y se vuelvan esperanza, para que nuestro pasado se vuelva futuro». Conocer la Cuba de ayer, incluso la que no nos enseñaron, nos lleva la vida porque en los cuatro minutos que usted usó para leer estas líneas la historia acontece a su alrededor.

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Si de amores

hablamos... Por Dainerys Mesa Padrón Ilustración: Carralero

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¿Has tenido alguna relación íntima con personal docente de tu Universidad? ¿Cómo te manifiestas ante estas uniones? ¿Conoces las disposiciones legales al respecto? Alma Mater propone opiniones, preocupaciones y realidades de los estudiantes sobre el tema. elaciones amorosas entre estudiantes y profesores. Se mencionan y: o vienen los gritos, o nos aplasta el silencio. Claro, depende de las circunstancias. Cuando las enmarcamos en el contexto universitario trascienden sin alarmas, pues, como alegan estudiantes y trabajadores encuestados por Alma Mater, las partes implicadas son adultas. Además, según informó el Departamento Jurídico del Ministerio de Educación Superior (MES), el organismo no establece ninguna prohibición al respecto. Una redacción ambigua en su Reglamento Ramal de la Disciplina del Trabajo como: «todo trabajador que preste sus servicios en la actividad educacional, científica y técnica tiene las prohibiciones comunes siguientes: sostener relaciones de confianza excesiva con los estudiantes o trabajadores del centro docente que pueda dar lugar a extralimitaciones verbales

o corporales, o que afecten las relaciones estudiante–profesor»1 podría despertar ruido en la interpretación. Sin embargo, otra norma explicita esta «confianza excesiva» y aclara las conclusiones cuando dispone: «se consideran infracciones de la disciplina laboral de suma gravedad las siguientes: acosar sexualmente o tener relaciones sexuales con cualquier educando que pertenezca al centro de Educación donde labora el trabajador con abuso de autoridad».2 Como explican estas líneas, una pareja de docente y educando, siempre y cuando no atente contra la moral y el prestigio de alguno de ellos, no es penable ni debe despertar críticas ni censuras. Tales hechos se apoyan en uno de los presupuestos imprescindibles para una salud sexual plena, el «derecho a la libertad sexual», que como describe Natividad Guerrero en una investigación realizada en el 2008 por el Centro de Estudios sobre la Juventud: 3«garantiza la posibilidad de que las personas se expre-

DE PASIONES Y PREJUICIOS En los encuentros «cara a cara» emergen puntos de vista coincidentes. Muchos escolares asumieron estos dúos amorosos como cualquier otra experiencia; aunque vale destacar que se cohibían al responder, y solicitaron que en las citas solo usáramos su nombre. Carlos, por ejemplo, ve el ­acercamiento de un catedrático y un escolar en esta etapa como algo natural; si bien no desestima un talón de Aquiles: «el posible favoritismo de la o el profe por el o la estudiante». Ernesto, por su parte, declara que «asumiría una relación con una profesora como con una compañera de clases, pues se trata de dos personas atraídas, con ansias de estar juntas».

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Jessica, en tanto, no considera estos vínculos éticos, ni profesionales. «Si ocultan su amor y lo manifiestan fuera del centro, está bien, al final son dos seres como otros y en el corazón no manda nadie... —comenta—. Pero no deben hacerlo público en el trabajo de él o ella, y donde el otro o la otra recibe sus clases. El profesor simboliza el respeto...». Precisamente de respeto se trata. A la individualidad, a la diferencia y a la intimidad. El exhibicionismo es impúdico en cualquier caso. La pasión se vive y disfruta entre paredes, y tanto derecho a hacerlo tienen los que se aman, como deber de no participar de estas expresiones quienes se mantienen al margen. Tan reprochable sería una conducta erótica excesiva en lugares públicos (con marcado énfasis en el ámbito universitario), entre un maestro y su discípula, como entre dos alumnos. Ya al interior de cada quien, en una encuesta aplicada a treinta muchachos y muchachas de la Colina, los jóvenes aprovecharon el anonimato y enriquecieron sus respuestas. No todos indicaron estar a favor de la afectividad entre instructores y colegiales. Aparecieron marcas de no aceptación, de no manifestación al respecto, y ningún interés por opinar. Abiertamente declararon prejuicios y temores sobre tales prácticas.

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sen sexualmente de manera voluntaria, sin dañar a terceros, ni a quienes no quieran interactuar en este sentido. No se legitima el abuso sexual, como tampoco la explotación». En el caso de la FEU, como expresa Ángel Varona Díaz, miembro del Secretariado Nacional, el reglamento de la organización no incluye ninguna norma al respecto, y sus dirigentes asumen este tema como uno de los menos debatidos en las brigadas. Explica Ángel que cualquier estudiante posee el derecho a expresarse en contra de una asociación semejante, «cuando esta mella el desempeño del maestro y su integridad como ente supremo de la enseñanza. Asimismo, los líderes estudiantiles asumen el deber de respaldar a quien denuncie un acto de hostigamiento de índole sexual».

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Aunque solo uno de los encuestados marcó haber vivido lazos de esta clase, casi todos los demás opinaron que vínculos de otra índole, como los de estudiante con estudiante, resultan más prósperos y duraderos. Si bien algunos no manifiestan peligros en una unión así, la mayoría juzga como riesgos: «la falta de límites entre el espacio profesional y el personal; los efectos negativos sobre el alumno tras la ruptura; las posibles amenazas posteriores respecto a evaluaciones y la disminución de respeto por el docente...». Sustentaron sus respuestas, además, en «las diferencias de edad, de intereses, de madurez...», argumentos todos permeados de subjetividad ante la elección y proyección de futuro de cada cual. Con el pasar de los años coexisten más matrimonios o parejas establecidas sobre la construcción de una familia y una base de afecto lo suficientemente sólida como para trascender el tiempo en que una parte enseñaba, y la otra aprendía. En un encuentro con Jorge Valdés, responsable del Departamento Jurídico del MES, además de las regulaciones institucionales, conocimos ejemplos de estos casos. Resaltó que los amores entre los profesores y las alumnas des-

tacan por encima de los de las féminas y sus educandos. De igual forma, Valdés enfatizó en las medidas oportunas para no afectar el proceso educativo. Se resumen en la no participación del maestro en la confección de los exámenes y en la aplicación de estos por otros colegas. Estas acciones despejan las miradas del favoritismo, y evitan las malas conductas, o erradas interpretaciones. Constituyen prioridad para los implicados y los directivos de los centros educativos en este nivel. DE AMORES Y DEMONIOS En el sondeo realizado por la revista surgió uno de los puntos más oscuros asociados al tema: el acoso sexual. Del mencionado intercambio con personal del Departamento Jurídico del MES obtuvimos información sobre varios acontecimientos que, desde los años ochenta, ocurrieron en la enseñanza superior en Cuba; el último de ellos registrado y condenado el pasado curso.

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17 La comunidad universitaria, en su totalidad, debe diferenciar cuando se le presenta en su vida, o cercano a ella, un caso de relación consensuada y uno de asedio, pues a pesar de que ambos giren alrededor del mismo eje, se proyectan por rectas bien distintas, opuestas en su aprobación y condena.

1. Reglamento Ramal de la Disciplina del Trabajo en la Educación Superior, Capítulo II: «De las obligaciones y prohibiciones comunes a todos los trabajadores de la Educación Superior», Artículo 4. 2. Reglamento Ramal de la Disciplina del Trabajo en la Educación Superior, Capítulo III: «De las infracciones de la disciplina laboral de carácter grave», Artículo 6. 3. «Salud Sexual y reproductiva en adolescentes y jóvenes. Una mirada desde lo social». Natividad Guerrero Borrego. Revista Estudio. CESJ. Número especial, 2008.

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No obstante, algunos sucesos lamentables quedan en las sombras debido a la falta de pruebas y al temor de las víctimas para hacerlos públicos. Explica Jorge Valdés, asesor jurídico del MES que las y los estudiantes deben entender que no se resume a evaluar la palabra de un profesor contra la de un alumno. El Ministerio, la dirección de la escuela, así como la FEU, realizan una investigación minuciosa para sacar a la luz la verdad. Y cuando se comprueba, a los docentes implicados se les aplican las medidas correspondientes, sin miramientos. Así como sucede con los vínculos reconocidos, muy pocos de los hechos comprenden a profesoras con estudiantes varones, aunque al Ministerio han llegado «rumores» de determinadas situaciones de coacción por parte de maestras. Al parecer, los muchachos no se atreven a denunciar el abuso, influenciados quizás por los prejuicios asociados a la masculinidad. Pero una vez encendida la alarma, la institución procede a averiguar, pues toma en cuenta cualquier llamado de atención.

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fotogalería

Fotos: Elio Mirand

...TODAVÍA UNA CANCIÓN DE AMOR

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Alabau-

simisanto,

¿todo eso proviene de la religión?

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Por Yurina Piñeiro ilustración: Carralero

Diversas expresiones religiosas forman parte de la identidad de los jóvenes cubanos y, como componente sociocultural activo, nutren muchas áreas, dentro de ellas el lenguaje.

i algo extraño, curioso o alarmante le sucede al pinareño, la expresión «alabao» aflora en primera instancia; para el centro del país, las locuciones mutan, aunque en objetivos similares. «Ave María», «sea», «Dios Mío», «si Dios quiere», «asere», «ñampiarse», «chivo que rompe tambor con su pellejo paga», «fula», «un palo no hace monte», entre otras frases más o menos conocidas, muestran una idiosincrasia reflejo de la diversidad socioreligiosa presente en lenguaje de muchos jóvenes en el país. Disímiles vertientes de credos nutren la cultura cubana que, como la de cualquier nación —y así lo recalca el reverendo Raúl Suárez, director del centro macroecuménico Dr. Martin Luther King Junior—, se explica integralmente al tener en cuenta el papel de la religión, o más bien del conjunto de estas formas intervinientes, entre las institucionalmente organizadas y aquellas que el pueblo produce de forma espontánea. En este sentido, la utilización de terminologías religiosas resulta familiar, no solo entre practicantes, sino que traspasa las fronteras de las creencias, la edad y el nivel educacional. Su uso es tan habitual en el léxico común, que a veces conviven sin que los interlocutores conozcan su origen y significado. Un palo sí hace monte Un primer acercamiento al tema lo brinda Ofelia Pérez, máster en Ciencias de las Religiones, para quien el fenómeno deviene «una manera de exteriorizarse la religión en el pueblo, asociada a la vida cotidiana y a la inmediatez, con un carácter predominantemente utilitario: donde pido, me encomiendo y agradezco porque necesito resolver situaciones.

Por tanto, emerge bajo formas sincréticas, espontáneas y asistemáticas. Hoy día resulta habitual que una persona participe en una misa católica y horas después se consulte con el babalao». En un contexto actual favorable a la coexistencia de distintos cultos, comprende un hecho interesante el empleo de vocablos de procedencia espiritual en el lenguaje cotidiano del joven. Como enfatiza, Suárez, el hecho está presente en la simple nominación de objetos, lugares y nombres propios, así como en dicharachos, proverbios y piropos habituales en el argot popular. Hoy día es frecuente ver en televisión a un pelotero presignándose o a un conductor despidiendo hasta la próxima emisión «si Dios quiere». Más allá de ello, el habla común resulta de mayor enjundia, pues en la cotidianidad concurren otras expresiones vinculadas a la religión, en tanto algunas de ellas adquieren nuevos significados y connotaciones, que evidencian la interrelación entre esta y la sociedad. DEL «USIMI SANTO» AL «ALABAO» Aunque existen estudios sobre el tema y algunas propuestas de diccionarios, constituye tarea difícil conocer a plenitud todos los vocablos del habla popular provenientes de las religiones. Algunos expertos enuncian ejemplos. Natalia Bolívar, investigadora y practicante de la Regla de Osha y de Palo Monte, afirma que en la cotidianidad se conocen voces abakuá como «asere», «ñampiarse» y «chivo que rompe tambor con su pellejo paga». Asimismo explica que «fula», «mayimbe», «un palo no hace monte», «cambiar de palo pa´ rumba», y otros, provienen de vertientes de la religión del Palo. Sin lugar a dudas en el lenguaje diario emergen palabras de origen o ascendencia bantú: «chicherekú/

chichirikú», «murumba/burumba», «nganga/ganga», «talanquera», «timba», «yaya», «taita», «yute» (...) En tanto, están presentes otros términos abakuá: «ñáñara», «ñanga», «ecobio», «monina». Igualmente hallan espacio con asiduidad dentro del argot popular algunos vocablos y dichos relacionados con los credos de origen afro, y cuya procedencia desconocen muchos de los interlocutores: «clavo saca clavo o se quedan los dos dentro»; «hay muchas formas de sacar al cimarrón del monte»; «quien da comida a perro ajeno, pierde la comida y pierde al perro»; «el mal que haces vuelve a ti»; «el pez grande se come al chico»; «hoy es hoy, mañana será mañana»; «cuando suena el río, algo trae»; «la avaricia rompe el saco» y «no van lejos los de alante, si los de atrás corren bien». Desde otra perspectiva, Bárbaro Marrero, máster en Teología, comenta de la existencia de términos con un gran valor cristiano, en el lenguaje cotidiano. «Escuchamos dichos y frases que se encuentran en la Biblia, por ejemplo: “todo tiene su tiempo”, “el hombre propone y Dios dispone”, “de la abundancia del corazón habla la boca”, entre otras frases que encuentran equivalente en proverbios bíblicos» Otras de las expresiones que mantienen nexo con la religión — cristiana— y que hayan cobertura en el empleo popular para explicar situaciones sociales de diversa índole, son: «Al César, lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios«; «el beso de Judas»; «lavarse las manos como Poncio Pilato»; «Quien tiene padrino se bautiza, quien no, se queda judío»; «está hecho/a una magdalena»; «ese es el pan nuestro de cada día»; «mejor es que digan: aquí huyó, que aquí

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murió»; y «y pa´ adivino Dios y pa´ sabio Salomón». Encuesta realizada a más de cien jóvenes arrojó igualmente que resultan comunes, siempre en dependencia de las regiones de procedencia: «¡Ay Dios mío!»; «si Dios quiere»; «Ave María»; «te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena»; «te echaron bilongo»; «hazte un despojo»; «vete al babalao»; «se formó un bembé»; «estoy osogbo»; «estoy iré»; «ashé pa ti»; «dime ecobio»; «asere qué bolá», entre otras. Con menor frecuencia, dentro de estos recursos lingüísticos coexisten los populares piropos: «Mami, eres una diosa»; «niña, estás como tú quieres y no como Dios manda»; «que Dios te bendiga y malos ojos no te vean»; «Oye, si San Lázaro te ve, bota las muletas y se manda a correr». SER SANTO O HACERSE EL SANTO Dentro del empleo frecuente, por parte de jóvenes, de estas frases de origen sociorreligioso, la polisemia, como fenómeno lingüístico, hace lo suyo. Hoy día no se sabe si un ángel es un ser divino o una persona que siempre nos ayuda; por «bilongo» se conoce a una práctica de hechicería al estilo africano, pero también nomina un tipo de alfiler. En este misma línea, «fula» no solo es un término del Palo Monte que significa pólvora, también designa al dinero extranjero, sobretodo el dólar americano, y el mal carácter de una persona. En tanto, la frase «no hay santo que ruegue si Dios no quiere» refiere a la supremacía de Dios sobre las demás divinidades, y en la coti-

dianidad, al poder de los superiores. En la misma cuerda «cambiar de Palo pa´ rumba» denomina tanto al cambio de la religión del Palo Monte por otra creencia, como a la conducta variable de una persona. El fenómeno es bien complejo. Cierta vez un pastor predicó en su iglesia sobre la santidad, y concluyó que el único requisito para ser santo era creer, verdaderamente, en el sacrificio de Jesucristo en la cruz, pues esta fe generaría en la persona cambios que lo harían diferente a los demás. Tiempo después, en otra prédica, el pastor lanzó una pregunta a la congregación: «Bueno, ¿cuántos de ustedes son santos?», a lo que un joven recién iniciado en la fe respondió: «Pastor, ¿no son santos los de la iglesia católica y los batiblancos de la religión afro? ¿A quién le creo?». De manera que, cohabita un término con múltiples acepciones (significados) en dependencia de cada credo, a la vez que extrapola a la sociedad expresiones tan diferentes como: «mi santo, ¿podrías decirme la hora?»; «ese hombre es un santo», «de santo no tienes ni un pelo» y «se le subió el santo». Frente a este proceso de nuevos significados, Luis Pérez, máster en Filología plantea que «es muy peligroso hablar de empobrecimiento del lenguaje, mejor decir que son realizaciones idiomáticas adecuadas a determinadas etapas. Desde una perspectiva generacional los usos varían y no por ello vamos a hablar de decadencia lexical». Desde una mirada sociológica, Ofelia Pérez, plantea que la presencia de estos términos y sus recientes usos en la cotidianidad del joven cubano constituyen un fenómeno general. «Todos somos parte de esa construcción so-

cial, como receptores y como garantes a mantener tradiciones. El proceso forma parte de un enriquecimiento cultural: dichas frases de origen religioso conforman el lenguaje popular y lo han conseguido porque, justamente, representan un sentido, y la gente las recepcionan y trasmiten. Cuando pierdan esa utilidad y valor dejarán de existir y serán sustituidas por otras frases». ¿Identidad, creencia, comunicación o moda? ¿Una sola, o todas a la vez? Hoy, en pleno siglo XXI, aventurarse a dar conclusiones sería bien engorroso. Aunque, para muchos estudiosos, todo apunta a la perdurabilidad de las terminologías religiosas en el habla popular. No por gusto, la UNESCO le da miles de años de antigüedad al patrimonio oral de Ifá y a la imprenta de la Biblia. En este mejunje de costumbres, tradiciones y fe, el joven cubano es un ser peculiar. Bajo esta diversidad, la mayoría «profesa a su manera». La vida cotidiana los hace partícipes, conscientes o no, de dogmas espontáneos imperantes en la sociedad. Algunos dicen «no creer en nadie», pero exclaman «¡ay Dios mío!». Otros son cristianos, pero llaman «asere» al hermano y le desean «ashé». Están aquellos que van a misa, se confiesan con el padre y después «consultan al babalao». Y no faltan tampoco los que aconsejan «hacerse despojos», en tanto se presignan y llaman a Dios, aunque no crean en Él.

Nota: Este trabajo forma parte de un conjunto de reportajes de la Tesis para la producción Alabao. Terminologías religiosas en el habla popular en jóvenes.

Origen/SIGNIFICADO

Fula

Dinero convertible/ Estado negativo de algo o alguien

Término que significa pólvora en la religión del Palo

Rompimiento

Lanzamiento del pitcher en el beisbol

Término que se refiere a un ritual en la Regla de Osha

Asere

Saludo o expresión coloquial entre compañeros

Término abakuá que significa saludo

Un palo no hace monte

Expresión que refleja la incapacidad de una persona ante determinado problema cuando no tiene aliados

Refrán palero

Refrán que expresa la ventaja de quienes tienen algo con respecto a los que no tienen nada

Refrán santero

En la tierra de los ciegos el que tiene un ojo es rey

Amén

Amén de que así sea…

Expresión bíblica que significa «así sea»

Hallar gracia

Caerle en gracia a alguien

Expresión bíblica Génesis 39: 4 y Ester 5: 2

Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

Dime con quién andas y te diré quién eres

Proverbio bíblico 1 Corintios 15: 33

El que siembra escasamente, también segará escasamente (…)

Uno recoge lo que siembra

Proverbio bíblico 2 Corintios 9: 6

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USO POPULAR

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Algunas terminologías utilizadas en el lenguaje popular

TERMINOLOGÍA RELIGIOSA O EQUIVALENTE

Feria Internacional del libro

No olvides comprar... Alma Mater propone algunos títulos presentados en esta edición de la Feria que no deben faltar en tu librero. Por Damepa ELOGIO DEL CADÁVER El mayor crítico literario inglés, Samuel Johnson, tropieza con un cadáver tatuado durante el tórrido verano londinense de 1780. El hallazgo desencadenará una vertiginosa inquisición literaria, que llevará a Johnson, siempre acompañado por su admirador y biógrafo, James Boswell, a rastrear el origen del curioso tatuaje. Este consiste en la transcripción de un plagio realizado por Shakespeare sobre un original de Cervantes, el célebre pasaje del «Cardenio» en El Quijote. El escritor chileno Cristián Barros ha plasmado una fábula delirante sobre los temas permanentes de la creación literaria: la búsqueda de la originalidad, el amor a través de sus fantasmas y el asfixiante peso de la historia sobre el genio artístico. JULIO CORTÁZAR: LA BIOGRAFÍA La obra narrativa de Julio Cortázar revolucionó las concepciones literarias, especialmente a partir de la publicación de la novela Rayuela en 1963. La intensa vida del escritor argentino así como su labor creadora, marcada siempre por la búsqueda de nuevos horizontes y la renovación estética, nos es develada desde la perspectiva rigurosa y audaz de su biógrafo Mario Goloboff. El niño inteligente, enfermizo y sagaz lector; el joven rebelde, amante del jazz y del boxeo; el hombre interesante capaz de encantar a las mujeres; el autor, de genio lúdico, que se negaba a repetir cualquier camino trillado; aquel que se fue a París buscando un camino y desde allí va transformándose en un intelectual comprometido con las revoluciones de América Latina; así como las polémi-

cas literarias y políticas de la época, son solo algunos rasgos de la existencia de Cortázar que, seguramente, seducirán a los más exigentes lectores. PLATA QUEMADA Novela ganadora del premio Planeta en 1997, cuya versión cinematográfica obtuvo el premio Goya (España, 2000) al mejor largometraje extranjero de habla hispana, está basada en un hecho real. Su autor reconstruye con preciosismo los detalles en torno a un caso de la crónica policial ocurrido en 1965 en Argentina y Uruguay. Luego de un acuerdo con un grupo de políticos y policías, una banda de maleantes asalta un banco en Buenos Aires e inmediatamente deciden traicionar a sus socios institucionales y huir con todo el dinero rumbo a Montevideo. Ricardo Piglia (Buenos Aires, 1940). Crítico, ensayista y profesor académico, además de narrador ha escrito ensayos sobre Arlt, Borges, y otros autores. AL CRUZAR LAS FRONTERAS Sobre la migración, la manera en que incide en las vidas de las personas y en los países emisoresy receptores versa este libro. Su autor, el investigador cubano Antonio Aja Díaz realiza un acucioso examen sobre esta práctica al abordar aspectos tales como sus causas e implicaciones económicas, políticas, demográficas y sociales. No menos interesante resulta el análisis que propone sobre el comportamiento de la migración en América Latina, la presencia de los latinos

o hispanos en Estados Unidos y la sinuosa cuestión de las relaciones migratorias entre Cuba y el vecino del norte. CAMBIANDO LA MENTALIDAD El profesor Calviño, con su peculiar estilo de comunicación en el que se mezclan el saber y el placer, la certeza y la duda, siempre con autenticidad, transparencia y compromiso, ha dictado conferencias que algunos denominan magistrales, otros terapéuticas; la mayoría inteligentes, agradables y siempre útiles, en los más disímiles centros de trabajo y otras organizaciones. Este libro nos trae una versión escrita de un ciclo de conferencias organizados por Gecyt, dedicado a construir una mirada reflexiva, operativa, cuestionadora y propositiva de las práticas de dirección. CÓMO CUIDAR EN CASA AL ANCIANO DEPENDIENTE El cuidado del anciano ­dependiente en casa es, sin dudas, una tarea difícil que requiere de mucho amor, comprensión y conocimientos básicos indispensables, para enfrentar la responsabilidad de velar por la salud y calidad de vida del anciano y, a la vez, colaborar con la salud del propio cuidador, quien se convierte en un valioso sujeto activo también para el beneficio de su familia y de la sociedad. Su autor, Félix Ernesto Martínez Cepero (La Habana, 1965), es graduado de Licenciatura en Enfermería (1991) en la facultad de Ciencias Médicas Finlay-Albarán. CUENTOS DE ONELIO JORGE CARDOSO A más de cien años del nacimiento, su obra mantiene el rango patrimonial que se le ha reconocido por casi la mitad de ese tiempo… No hay falsedad ni esquematismo en calificarlo como el mejor exponente del cuento cultural, aunque no fue este el único tema de sus piezas narrativas… Cuen-

tos realistas, de prosapia humilde y un efecto simbólico nada superfluo, de algunas constantes desarrolladas con inteligencia y con fervor: la esperanza, la mujer, los niños, componen la obra de Onelio. Indudable maestro de la narración breve. DICCIONARIO DE TÉRMINOS DE ESCRITURA DUDOSA ¿Cuándo se escribe aya, halla, haya? ¿Significa lo mismo fucilar que fusilar? ¿Acaso puede descalificarse a quien escriba zenit por cenit? Cualquiera de estas dudas y muchas más que a veces urgen al escribir, tiene su correspondiente aclaración en este diccionario. EL VAMPIRO Quince cuentos de autores clásicos que muestran formas diversas de ver a los vampiros, seres fantásticos que tienen presencia en la literatura desde tiempos remotos. De la mano de estas atractivas criaturas, esta recopilación de Maykel Reyes constituye un paseo excitante por el mundo del suspenso y del terror. AGENDA DE LA REPúBLICA Si usted es un entusiasta de la Historia, seguramente habrá leído algunos de estos artículos en la sección dominical de Lectura del periódico Juventud Rebelde bajo la firma de Ciro Bianchi. En esta edición le ofrecemos 40 crónicas que, con el habitual desenfado y la agudeza investigativa del autor, constituyen una radiografía de la etapa republicana en Cuba desde sus preámbulos con la instauración del Gobierno autonómico hasta los momentos exactos del triunfo revolucionario, 61 años después. Tiempos convulsos, apasionantes y definitorios en nuestra historia.

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n nuestro país ha existido siempre la preocupación por fomentar, desde edades tempranas, el hábito y placer de la lectura. Desde su primera edición en 1982 (celebrada en el Museo de Bellas Artes), la Feria Internacional del Libro, realizada en la capital cubana y llevada luego a cada una de las provincias del país, ha sido una de las principales promotoras de la lectura de forma masiva. También acontecen presentaciones de títulos recientes en el ya habitual «Sábado del Libro». Por su parte, el Festival del Libro y la lectura (FULL), es una alternativa, creada por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) para llevar la literatura a los estudiantes y jóvenes. Todo esto lleva a la conclusión positiva de que, en efecto, existe una labor institucional competente, que vela por la divulgación literaria. Según el estudio Consumo cultural y adolescencia en Cuba. Reflexiones a partir de una Encuesta Nacional, del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, existe entre los adolescentes y jóvenes cubanos un arraigado gusto por la lectura. Los gráficos consultados muestran que cerca de un 80% de ellos prefiere esta práctica cultural y de los espacios habituales para realizarla. De acuerdo con los resultados, el grupo de adolescentes y jóvenes de entre 13 y 18 años: «… se destaca por sus altos niveles de lectura, tanto periódicos y revistas (63,8%), como de libros (64,9%)…».1 Pero… ¿Es esta la «verdad verdadera»? Encuestas del Centro de Estudios sobre la Juventud (CESJ), de los años 1985-1990 y más actuales, 2009, apuntan que ni las

nuevas generaciones «de antes» ni las «de ahora» contemplaban al hábito de leer como uno de sus pasatiempos. Un artículo sobre consumo cultural, de Elcida Álvarez Carril corrobora la afirmación: «…otras actividades que se realizan con frecuencia en la cotidianidad son: estudiar, hacer tareas, oír música, hacer ejercicios y, en última opción, leer…».2 «La juventud de ahora no lee…» ha sido la respuesta de muchos a mi interrogante. Pero… ¿Por qué no lee la juventud «de ahora»? Unos y otros culpan a las nuevas tecnologías, la falta de condiciones en las bibliotecas públicas, la mala promoción y gestión cultural, la desatención en el núcleo familiar… Aunque muchos jóvenes gozan de esta forma sana de emplear su tiempo, para otros despierta poco o ningún interés. Hay quienes la asocian con el aburrimiento, las tareas escolares exclusivamente, e incluso la perciben como algo obsoleto, «cheo». Leer no está de moda. Es una actividad desestimada por un por ciento alto de la sociedad. Este por ciento es el que va a la Feria del Libro a comer en los restaurantes, a montar caballos y aparatos de circo o a comprar libros, sí… que nunca leerán. Y qué decir de las bibliotecas, entidades fundamentales en la creación e incentivación de la lectura como hábito. Cual logro de la Revolución, fueron creadas en todo el país, para potenciar esta práctica necesaria. Pero… ¿Son hoy las bibliotecas escolares y públicas ese arsenal efectivo de conocimientos que motiva a los distintos públicos? Salvo reconocidas excepciones, son pocas las instituciones de este tipo que ofrecen programas alentadores para despertar el amor por la literatura. Si bien es cierto que durante una época la falta de recursos impidió la

reedición de ejemplares, o el mantenimiento adecuado de las instalaciones, y con ello muchas debieron cerrar sus puertas; también lo es que el descuido y la despreocupación por la preservación de los volúmenes hicieron mella en estos lugares. ¿Cuántas veces no hemos sido testigos de «limpiezas» en almacenes escolares y bibliotecas, que desechan títulos aún en buen estado, que son luego recogidos por los famosos «libreros» y vendidos al turismo? Pero en este desapego por la lectura, la culpa no puede recaer solo en las instancias estatales. La familia juega un papel fundamental en la creación y fomento de las prácticas culturales. Muchos son los padres que se desvelan en busca de textos apropiados para sus hijos, pero también son otros los que no tienen el tiempo para sentarse y leer una historia antes de dormir. Esta tradición «de película» resulta indispensable para la formación de hábitos de lectura. Una sociedad que lee es una sociedad culta, capaz de tomar decisiones, de crear un futuro mejor. Esa sociedad capaz son los jóvenes de hoy, los mismos que deben incorporar y hacer de los libros una opción placentera, para poder crecer, como dijera el Maestro. El gusto por leer debe pervivir en quienes, dichosos, lo disfrutan. Pero, sobre todo, debe ser revelado a quienes aún lo desconocen.

1. Colectivo de autores: Consumo cultural y adolescencia en Cuba. Reflexiones a partir de una Encuesta Nacional, Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello P. 22 2. Álvarez Carril, Elcida: «Consumo cultural en la adolescencia», en Revista Juventud, CESJ, enero-junio, 2009, pp. 50-59.

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ciencia, tecnología y sociedad Por Jorge Sariol Fotos: Archivo EDUNIV es el acrónimo de la red académica de datos de la educación superior cubana. La acepción más al uso la define como un «repositorio». Al teclear http://www.reduniv.edu.cu, desde cualquier computadora de una universidad cubana, puede uno encontrar un patrimonio imprescindible para la enseñanza, tal es su encargo principal: gestionar y poner al alcance un enorme y oportuno caudal de sapiencia. Pero es una gran desconocida entre los estudiantes. Al preguntar uno recibe de los pocos que la emplean todo tipo de impugnación: «No está todo lo que debiera», «Mucha lentitud para acceder», «Igual lo que busco lo encuentro en Internet» «¿Pá qué una red aparte? que pongan Internet abierto». Sin embargo, REDUNIV no pretende sustituir. La pertinencia es su mejor credencial. El Dr. Jorge Luis López Presmanes, profesor titular, dirige el proyecto que pretende ir más lejos cada vez. «Intenta ser —afirma— una red de inteligencia distribuida. En tanto red de avanzada, hemos descentralizado las acciones, porque no debemos ocuparnos de cuestiones que le competen a cada centro adscrito, a los cuales, en cambio, les damos servicios básicos de su propia red: navegación, correo, mensajería

REDUNIV Un mundo al alcance de un click

Un mundo al alcance de un click

instantánea, aplicaciones académicas, sistema de gestión docente y de investigaciones y sistema contable, entre otros». El nodo central, ubicado en la sede del Ministerio de Educación Superior F y 23, Vedado, La Habana, enlaza 26 redes, 35 000 estaciones de trabajo, 1100 servidores de datos, 500 administradores de redes y cinco enlaces externos con otras enlaces nacionales. «En las estrategias de trabajo, gestionamosel acceso desde la Universidad de Guantánamo a una tesis realizada, por ejemplo, en la “Marta Abreu”, de Villa Clara» asegura el Dr. Presmanes. «Claro, no todo es tan idílico. Hay quienes no ponen el resultado de sus investigaciones, aduciendo razones diversas. «Nuestra tarea es enlazar todas las redes de cada centro y sus propios servicios, en dependencia de los usuarios. Coordinamos el enrutamiento y el transporte de datos; gestionamos los dominios y también la seguridad, por si recibimos ataques o nos escanean los puertos».

REDUNIV alberga en sus servidores una biblioteca digital interna con 15 mil títulos; un repositorio de 250 películas consideradas clásicas por la filmografía mundial; una compilación de música clásica y de valor patrimonial y 300 documentales y videos educativos. Hospeda además una pinacoteca digital con 500 imágenes de pinturas clásicas. «Cuando “renacimos” en el 2005 —recuerda— Presmanes comenzamos el enlace a revistas on-line con prestigio internacional, que hoy llegan a 40 mil, un servicio que paga el Ministerio de Educación Superior (MES). Poseemos poseemos también acceso a cerca de cinco millones de tesis doctorales. «A los que se quejan de la lentitud del acceso, y sin ánimos de imputar a otros, informamos que la velocidad depende de la calidad del servicio que ofrecen en la base. Y sabemos que hay muchas roturas de equipos que demoran en ponerse de alta».

.Conectividad: Transporte de datos sobre IPV4 e IPV6, incluyendo multidifusión y elementos de calidad de servicio (QoS); Sistemas de Nombre de Dominio (DNS), gestión de incidencias de red y servicio de sincronización horaria de equipos. .Creación de redes privadas: Circuitos virtuales y circuitos ópticos. .Seguridad: Gestión de incidentes de seguridad. .Sistemas de control de calidad del correo electrónico: Servicio unificado de filtrado antispam, Listas de reputación. .Identidad digital: Federación de identidades, registro de identificadores, certificados de seguridad digitales, servidor de claves de criptografía de clave pública.

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.Colaboración: Repositorios colaborativos (intercambio de información entre los grupos que colaboran), listas de distribución de correos, organización y coordinación de grupos de trabajo y proyectos de investigación/ desarrollo. .Almacenamiento: Repositorio de réplicas de contenidos (distribuciones de software libre, documentación e información de acceso libre, etc.) y portal de contenidos multimedia. .Empleo de videos de alta calidad: Acceso bajo demanda y difusión de videos y videoconferencias. .Servicios especializados para proyectos: Mallas computacionales (grids), telepresencia, teleinmersión, etc. .Difusión y formación: Creación de boletines y revistas especializadas. .Organización de eventos y talleres especializados, impartición de cursos de formación especializados, etc. .Asesoramiento especializado: Apoyo técnico a instituciones afiliadas.

1. Aquí es posible encontrar el texto «La tarea científica de hacer pública la ciencia», una compilación de trabajos sobre ciencia, publicados en Alma Mater, entre 2009 y 2012. 2. http://redcuba.mes.edu.cu: Acceso a repositorios de software libre/Actualizaciones de antivirus populares/Biblioteca digital/portal de software libre del Nodo Central/Materiales multimedia.

la voz de los universitarios

REDUNIV cobija igualmente a la Editorial Universitaria Digital1 que además de ofrecer un vasto librero virtual, ha comenzado a gestionar softwares para el manejo de textos, incluso de forma interactiva, en lectores de e-book. «La tarea diaria nuestra —advierte— el Dr. Presmanes es mantener activo esos enlaces troncales para interconectar a las redes adscritas, brindarles salida a otras de corte académico y a Internet. Nuestra política, además de dar visibilidad interna entre ellas, ofrece recursos académicos, informáticos e investigativos, así como la contratación de servicios, de forma centralizada, para optimizar costos: acceso centralizado a bases de datos, contratación de opciones de mantenimiento de equipos informáticos y de enlaces con el proveedor. «La posibilidad real de transitar el camino a llegar a ser un red de avanzada existe mediante el ­ desarrollo gradual de cuanta acción sea posible. No todos exigen el mismo nivel de prestaciones de la red. «De los muchos propósitos hacia los cuales nos enfocamos en estos momentos, dos tienen importancia destacada: uno es estar a la altura de la integración de las universidades. El otro, es el de desarrollar, con mayores pretensiones, la Red Cuba,2 que ya está on-line y destinada a ocupar un lugar significativo en la gestión del conocimiento».

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542

Paradigma de red de avanzada aceptada por REDUNIV

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542 la voz de los universitarios

deporte

Los puños que escribieron la historia

Por Amaury M. Valdivia Fotos: Internet icen los que siguieron su carrera, que verlo sobre el ring era como asistir al ballet. A la vuelta de tantas décadas, en páginas de viejas publicaciones Kid Chocolate todavía danza sobre el encerado; «maravillando cada vez que ciñe los guantes», como dijera por entonces un cronista. Su estilo agresivo y grácil desconcertaba a los contrarios, y lo convirtió prácticamente en invencible. Mucho tiempo después, en una división completamente diferente y bajo principios deportivos que nada tenían que ver con los vividos por el “Kid”, Teófilo Stevenson eslabonó una de las carreras más espectaculares que recogen los anales del pugilismo mundial. Armado con su rapidez y pegada temible, el “Caballero del ring” pareció mantenerse siempre un paso más allá de sus contrincantes, que durante la década de 1970 y buena parte de los ochentas lo tuvieron como un obstáculo insalvable de cara al título amateur de los pesos completos. «Chocolate» y Stevenson representan momentos decisivos de nuestra historia en el mundo de las doce cuerdas, mas no son los únicos que se han distinguido. Otros nombres también se abren paso entre las más exclusivas selecciones, como

confirmación de la calibre de los fajadores criollos, más allá de coyunturas o cambios en las reglas y métodos de entrenamiento. Alma Mater comparte con sus lectores algunos de esos «imprescindibles», que al margen del tiempo transcurrido siguen marcando época. Son solo los hitos más importantes de toda una tradición cuyas últimas páginas todavía están por escribirse.

Eligio Sardiñas «Kid Chocolate» (La Habana, 1910-1988) Si usted gana 126 combates y solo pierde diez, si además lo hace propinando 51 nocaos y conquistando nada más y nada menos que el título mundial en dos divisiones profesionales, tiene el derecho a proclamar “el boxeo soy yo”. Y eso fue lo que hizo “Kid Chocolate” en sus diez años de gloria. Antes del muchacho del Cerro boxear había sido poco más que aguantar a pie firme las embestidas del contrario y tratar de encajarle algún buen golpe con que inclinar el fiel de la balanza. El “Kid” lo cambió todo con su rapidez de piernas y resistencia, que lo hacía llegar casi “intacto” al epílogo de sus combates. “Yo, que con mi dinero repartí alegrías, me siento millonario y duermo a pierna suelta”, afirmaría en una ocasión, ante el comentario de un admirador que confundía sus carencias materiales con pobreza de espíritu. “Quién te diga que Chocolate vive en la miseria, dile que es mentira. Que aun sin un centavo, Chocolate sigue siendo rico”.

Félix Savón (Guantánamo, 1967) Reno, la versión a pequeña escala de Las Vegas, fue el escenario donde se produjo el “relevo” generacional del pugilismo cubano. Era 1986 y en esa ciudad estadounidense se ponía a prueba la vitalidad de la armada antillana tras su ausencia a los olímpicos de Los Ángeles, dos años antes. Y fue Savón el encargado de abrir la nueva era. Peleando también en la penúltima división su palmarés crecería en los años siguientes con otros cinco títulos mundiales (1989, 1991, 1993, 1995 y 1997) y tres ascensos a lo más alto del podio en citas olímpicas (Barcelona, Atlanta y Sidney). Nadie se atreve a aventurar si hubiera podido ganar la olimpiada de Seúl –a la que Cuba no asistió en solidaridad con Corea del Norte– pero lo cierto es que por entonces el hombre de San Vicente se apuntaba como el aspirante más serio a llevarse la corona.

Alcides Sagarra (Santiago de Cuba, 1936) Mencionarlo es hablar también de 30 campeones olímpicos y 48 mundiales que formó o ayudó a formar durante las cuatro décadas que estuvo al frente de la escuela cubana de la disciplina. No por gusto la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo) lo seleccionó como Mejor Entrenador del Siglo XX y se le considera como el principal creador del estilo que hoy distingue al pugilismo cubano dentro y fuera de la Isla. Su verdadera vocación se definió tras una exitosa carrera como boxeador amateur, en la que archivó 87 victorias y una decena de derrotas. Mas Sagarra no había nacido para brillar sobre el encerado sino junto a él, y así se pondría de manifiesto casi desde su misma incorporación al equipo técnico de la preselección nacional. De él afirmaba en 2008 el doctor Pedro Luis Díaz, integrante durante muchos años de su cuerpo de dirección: «Alcides no solo enseña el boxeo. Educa a los boxeadores para la vida. Los prepara para que sean eternos triunfadores».

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la voz de los universitarios

Teófilo Stevenson (Puerto Padre, 1952; La Habana, 2012) De no haber conocido a Andrei Chervonenko, tal vez «Pirolo» nunca hubiera llegado a ser el gran boxeador que fue. Pero el destino no lo quiso así, y desde el día que el entrenador soviético lo puso bajo su tutela –allá por 1969– el novel púgil pasó a ser poco menos que invencible. De ahí en más su historia parece escrita para el celuloide: campeón en las olimpiadas de Munich, Montreal y Moscú, titular del mundo en 1974, 1978 y 1986, posible protagonista junto a Muhammad Ali de la que hubiera la gran pelea del siglo... Stevenson ocupa en justo derecho unos de los primeros puestos en cualquier listado que pretenda agrupar a las grandes figuras del cuadrilátero.

Alma Mater / febrero 2015 / No. 542 la voz de los universitarios

sudar lasudar tinta laPortinta Yuris Nórido

Texto y foto:Foto: YurisArchivo Nórido

Novelas inconclusas Descubrí ayer una carpeta traspapelada en la computadora de mi trabajo. Una carpeta de 2004, con algunos de mis artículos de aquellos años, cuando estaba recién graduado. Me leí como si leyera a otro. Voy a confesarles: me gustó. De acuerdo, había cierta inocencia en muchos de mis artículos de entonces, la candidez del muchacho que apenas ha visto mundo. Pero también había más frescura, más ganas de jugar con el periodismo, más riesgo. Ya se sabe, con los años casi todos nos volvemos conservadores, en casi todos los sentidos. Dichosos los que mantienen la pujanza de la juventud aunque peinen canas. Hay algunos escritos que ahora mismo no volvería a publicar, me parecen francamente heterodoxos. Es más, me pregunto cómo mis editores del periódico Trabajadores me los publicaron. Leí, por ejemplo, una crónica de casi cincuenta líneas, formada por una sola oración, de principio a fin. Casi me dio vértigo. Está visto, mi director en esos años, mi querido Canela, decidió dejarme experimentar. Mis lectores habituales saben que ya estoy mucho más apegado a la convención.

Revisando estaba cuando, dentro de la carpeta, encontré otra titulada «Varios». Y ahí fue la sorpresa mayor, encontré muchos, más de treinta documentos de Word con textos que ya había olvidado por completo: novelas y cuentos inconclusos, algunos abandonados en el tercer párrafo; otros bastante adelantados. Más de cuatro versiones de una misma historia. Un cuento casi terminado. Apuntes para posibles narraciones. Proyectos de libros. Estuve buena parte de la tarde leyendo, asombrado por mi extraordinaria capacidad para olvidar. ¿Cómo es posible que hubiera pasado por alto todo esto? ¿En qué momento decidí que no tenía sentido? ¿Por qué me cansé? Entre las historias encontré el germen de las dos novelas por entrega que publiqué en esta revista. Por lo menos concluí algo. Si algún día necesito mostrar credenciales como escritor de ficción, podré decir: entre 2010 y 2011 publiqué dos folletines en la revista Alma Mater, a la manera antigua, un capítulo en cada número, mes tras mes. Algunos amigos me han sugerido que reúna esas historias en

un libro, pero la verdad es que fueron concebidas para ser leídas en una revista. Y además, me asusta el trabajo de edición que tendría que asumir. El caso es que un día, no me queda claro cuándo, decidí que no tenía madera de escritor. Pensé, resignado, que debía dedicarme solamente al periodismo. Y desde entonces toda mi capacidad de fabulación la he vertido en crónicas para columnas de numerosos medios, incluida esta, que es mi preferida, la más querida entre todas. Pero leyendo mis cuentos de antaño me he quedado con deseos de seguir leyéndome. Las historias me han atrapado y eso significa que se ha cumplido una de las condiciones elementales para un narrador: que le gusten sus propias narraciones. Soy una persona con los pies en la tierra: les aseguro que esos textos no son nada del otro mundo, nunca van a marcar hitos en la literatura nacional. Pero supongo que si a mí me divirtieron, pueden divertir también a otras personas. Y de eso se trata, en buena medida, la literatura. Prometido: volveré a las andadas.

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