Actitudes y conocimientos ante el VIH/SIDA de estudiantes de enfermería de la Universidad del Bío – Bío, Chillán, 2010.
Tesis presentada como parte de los requisitos para optar al grado de Licenciado en Enfermería.
FERNANDO ANDRÉS LÓPEZ SEPÚLVEDA VALDIVIA – CHILE 2010
Actitudes y conocimientos ante el VIH/SIDA de estudiantes de enfermería de la Universidad del Bío – Bío, Chillán, 2010.
Tesis presentada como parte de los requisitos para optar al grado de Licenciado en Enfermería.
FERNANDO ANDRÉS LÓPEZ SEPÚLVEDA VALDIVIA – CHILE 2010
Profesor Patrocinante: Nombre: María Julia Calvo Gíl Profesión: Enfermera y Matrona. Grado: Licenciada en educación, Magíster en Bioética, Magíster en Filosofía © Instituto: Enfermería. Facultad: Medicina. Firma: Profesores Informantes: Nombre: Ana Luisa Cisterna Muñoz. Profesión: Enfermera Grado: Diplomada y Magíster en Gerontología, Magíster en Modelado del Conocimiento para Entornos Virtuales Educativos, Doctorado en geriatría © Instituto: Enfermería. Facultad: Medicina Firma: Nombre: Sonia Garnica T. Profesión: Enfermera. Grado: Licenciada en Enfermería. Instituto: Enfermería. Facultad: Medicina. Firma:
INDICE:
CAPÌTULO
PÀGINA
1. INTRODUCCIÓN
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2. MARCO TEÒRICO
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3. OBJETIVOS
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4. MATERIAL Y MÉTODO
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5. RESULTADOS
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6. DISCUSIÓN
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7. CONCLUSIONES
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8. BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS
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RESUMEN.
El 2007, se registraron 2,7 millones de casos de VIH y 2 millones de fallecimientos relacionados con el SIDA. Consecuentemente el impacto de la enfermedad para individuos, familia y sociedad lo sitúa como problema prioritario de salud pública mundial. Adicionalmente, la demanda de cuidados en diferentes fases de la enfermedad requiere de un equipo sanitario en el que Enfermería cumple un rol fundamental. Para identificar las actitudes y conocimientos de estudiantes de cuarto y quinto año de la Escuela de Enfermería de la Universidad del Bío - Bío sede Chillán ante el VIH/SIDA, se realizó un estudio cuantitativo, descriptivo de corte transversal. La actitud se evaluó mediante la Escala de Actitud ante el SIDA para Enfermería (Tomás-Sábado 1999), en tanto el conocimiento con un cuestionario semiestructurado de 7 preguntas, construido y piloteado para la investigación, basado en la entrevista semiestructurada usada en la investigación “Conocimientos y actitudes sobre VIH/SIDA de estudiantes de Enfermería de las Universidades de La Frontera y Austral de Chile. Temuco - Valdivia. Chile, 2004” (Rivas, et al, 2004), referido a aspectos conceptuales y procedimentales. El análisis cualitativo de las actitudes, en términos generales arrojo resultados positivos, pero un análisis pormenorizado de cada ítem de la EASE reflejo actitudes negativas y prejuiciosas, en cuanto a los conocimientos se observa un déficit en la formación académica de los estudiantes con respecto a los derechos de los pacientes. Estos resultados indican una relación en cuanto al grado de conocimiento de la enfermedad y las actitudes reconocidas, planteando la necesidad de reestructurar las mallas curriculares y reforzar algunas materias relacionadas con la bioética y el SIDA.
SUMMARY
In 2007 there were 2.7 million HIV cases and 2 million deaths related to AIDS. Consequently, the impact of the disease for individuals, families and society places it as a priority public health problem worldwide. Additionally, demand for care at different stages of the disease requires a medical team in which nursing plays a fundamental role. To identify the attitudes and skills of fourth and fifth years of the School of Nursing at the Universidad del Bío - Bío based Chillán to HIV / AIDS, we conducted a quantitative study, cross sectional. Attitude was assessed using the Attitude Scale for Nursing AIDS (Tomás-Sábado 1999), while knowledge with a semistructured questionnaire of 7 questions, built and piloted for research, based on semi-structured interviews used in research " Knowledge and attitudes about HIV / AIDS of nursing students from the University of La Frontera and Austral de Chile. Temuco Valdivia. Chile, 2004 "(Rivas, et al, 2004), based on conceptual and procedural aspects. The qualitative analysis of attitudes generally yields positive results, but a detailed analysis of each item on the EASE reflect negative attitudes and prejudices, in terms of knowledge there is a deficit in the academic training of students with regard to patients' rights. These results indicate a relationship in the degree of knowledge of the disease and attitudes recognized, raising the need to restructure the curricula and strengthen some issues related to bioethics and AIDS.
1. INTRODUCCIÓN.
Realizando una revisión de la historia de la humanidad, ninguna enfermedad ha tenido la repercusión a nivel sanitario y social como la ha tenido y mantenido el VIH-SIDA. Si bien desde su descubrimiento en la década del 80, el manejo a través de campañas de prevención de transmisión y tratamientos han experimentado un avance significativo, continúa siendo alarmante la cantidad de infectados que se registra anualmente a nivel mundial, condición que mantiene y da la connotación al VIH-SIDA actualmente de “pandemia o la plaga del siglo XX”. En 20 años de evolución de la enfermedad y con los avances en intervenciones, tratamientos y prevención implementadas y dirigidas para su control, se ha producido en la sociedad un cambio en la manera de enfrentar el VIH-SIDA como enfermedad y ante quienes la padecen. Lo que directamente incluye a los equipos de salud y por supuesto a los estudiantes de enfermería.
Las escuelas de enfermería sientan sus bases en una educación holística, que integra los valores humanos al cuidado y satisface los principios bioéticos establecidos. El pregrado realiza lo posible para que sus egresados logren un control frente a las situaciones de salud más complicadas desde el punto de vista social, inculcando día a día el cuidar humanizado de esta profesión. Pero estas bases no pueden dejar de lado la naturaleza humana, cada individuo o estudiante podrá reaccionar de diferentes maneras ante las situaciones que vivirá al enfrentarse al mundo laboral sanitario.
Es por esto que la atención de pacientes con VIH conlleva reacciones en los estudiantes y profesionales de enfermería y que de manifiesto creo deben ser analizadas, investigadas, descubiertas. Son actitudes que se pueden presentar en cualquier momento y su origen debe tener un factor común, centrado en el conocimiento sobre la enfermedad, el acceso a la información es lo que provoca nuestras acciones y reacciones, solo el saber nos lleva a actuar de determinada manera. Por ello creo necesario hacer una conexión entre las actitudes de los estudiantes de enfermería y sus conocimientos acerca de la infección por VIH.
Además, existen estudios de esta naturaleza, la mayoría realizados en España y con datos que llaman a modificar las mallas curriculares de la enfermería, pero acá en nuestra realidad sólo existe un estudio en esta área. Por ello necesitamos seguir averiguando de qué manera podemos lograr que los profesionales de enfermería egresen cada vez mejor
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preparados, no tanto en lo técnico y teórico-fisiopatológico, sino que en la calidad humana y respeto por los valores. Para esto se propone un estudio cuantitativo, descriptivo de corte transversal. La actitud se evaluará mediante la Escala de Actitud ante el SIDA para Enfermería (TomásSábado, 1999), en tanto el conocimiento con un cuestionario estructurado de 10 preguntas, construido y piloteado para la investigación, referido a aspectos conceptuales y procedimentales. Para el análisis se propone una fase exploratoria para evaluar comportamiento de variables y establecer la pertinencia de uso de medidas de frecuencia, de tendencia y test de hipótesis conforme el tipo de variable. Se pretende aportar evidencia que apoye el mejoramiento de la formación en esta área para los cuidados de enfermería aumentando la calidad de atención.
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2. MARCO TEORICO.
1. VIH Y SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA.
El 5 de Junio de 1981 la publicación del “Reporte semanal de morbilidad y mortalidad” (mejor conocido por sus siglas en inglés MMWR: Morbidity and Mortality weekly report.) del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC: Centers for Disease Control and Prevention), de Atlanta Estados Unidos, denunciaba cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii, en hombres jóvenes, de Los Ángeles, California. Todos fueron descritos como homosexuales y dos de ellos ya habían fallecido a esa fecha (Avilan, 2007). Luego de esto, en 1983, el doctor Luc Montagnier y un equipo de científicos describieron e identificaron el virus VIH como el causante de lo sucedido en 1981.
“Los virus son seres tan elementales que son incapaces de reproducirse en la materia inanimada. No pueden multiplicarse, reproduciendo su ADN, más que tomando de otros lo que ellos no tienen, a saber; la maquinaria de una célula compleja. Por ello solo pueden reproducirse a condición de alojarse en una célula viva” (Daudel y Montagnier, 2003). Es así como el virus de la inmunodeficiencia humana ataca directamente el sistema inmune de los humanos, tomando vida de aquello que nos otorga protección y dejando el cuerpo humano expuesto a diversas infecciones. Por lo tanto el gran problema que causa esta enfermedad radica en el debilitamiento inmunitario, de esta forma se agravan aquellas infecciones que en la normalidad inmunitaria serían solucionadas con tratamientos simples y de bajo costo. El problema que plantea el virus del SIDA es que este puede atacar e infectar sobretodo a las células de nuestro sistema inmunitario, cuyo papel consiste precisamente en luchar contra los virus y otros intrusos (Daudel y Montagnier, 2003).
El VIH pertenece a una familia de virus que fueron previamente conocidos por causar daño a los animales y se denominaron retrovirus por su manera particular de duplicarse. Los diferentes retrovirus se identifican por los efectos que producen: cuando ocasionan tumores son llamados oncovirus; a los que desencadenan procesos inflamatorios y enfermedades degenerativas crónicas se les conoce como lentivirus, como el VIH 1 y 2 (Arias, Estrada, Gómez, Lattuadad y Soria, 2003). Este virus tiene tres principales vías de contagio, la vía sexual; a través de las secreciones genitales del hombre (líquido preeyaculatorio y semen) y de la mujer (secreción vaginal y sangrado menstrual). La vía sanguínea; cuando entra sangre infectada por cualquier parte del cuerpo, ya sea por una herida o a través de una aguja de jeringa. Y la vía perinatal, que sucede cuando la madre infectada contagia al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.
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Según el documento “Información Básica sobre el VIH/SIDA” (MINSAL, b) la infección por VIH consta de cuatro etapas, la primera de Transmisión, es decir cuando el virus se adquiere a través de una de las 3 vías mencionadas anteriormente, la segunda es el Período de ventana; el tiempo desde que una persona adquiere el VIH, hasta que pueda detectarse a través del examen de sangre (3 meses en Chile). En este período no existen anticuerpos contra el VIH suficientes para ser detectados por la técnica. La tercera es la etapa en la que el paciente vive con el virus y no presenta síntomas; quien vive con el virus puede no tener síntomas durante muchos años, esta fase es también conocida como “latencia clínica”, dura un promedio de 7 a 10 años antes de avanzar y presentar signos de enfermedad, dependiendo básicamente del equilibrio entre la carga viral y la cantidad de linfocitos (Arias, et al 2003). Y la cuarta etapa es el SIDA como tal, Etapa en que aparecen signos y síntomas de enfermedades como consecuencia del debilitamiento del sistema inmunológico por el VIH. Esta fase puede ser prevenida y revertida a través de la asistencia a controles de salud periódicos, el autocuidado de la salud y el uso de medicamentos. (MINSAL, b).
El SIDA es una sigla (Síndrome de inmunodeficiencia humana adquirido) que alude a un síndrome o conjunto de enfermedades, entre las que pueden señalarse: infecciones "oportunistas" que afectan principalmente a los pulmones, aparato digestivo, cerebro y piel, tumores de la piel y ganglios, enfermedades del sistema nervioso central y un compromiso del estado general del organismo. (MINSAL, b). Generalmente inicia con síntomas vagos como fiebre, pérdida de peso inexplicable, fatiga, debilidad, diarrea, agregándose infecciones como Candidiasis repetitivas, Herpes recurrente, Neuropatías (adormecimiento, pérdida de fuerza), y Púrpura (Arias, et al 2003). El inicio de esta sintomatología marca el comienzo hacia el síndrome como tal, que puede ser retardado a través del autocuidado y el uso de terapia antiretroviral. El Síndrome se plantea concretamente cuando el individuo comienza a presentar las llamadas infecciones oportunistas, ya sea por otros virus (Herpesvirus, Citomegalovirus), por hongos (Cándida, Coccidiodes imitis Histoplasma, Criptococo), parásitos (Toxoplasma, Criptosporidium, etc), por citar los más frecuentes. En esta etapa aparecen también tumores poco frecuentes, como el sarcoma de Kaposi, tumores de los ganglios linfáticos (llamados Linfomas) y suelen dañarse estructuras como el cerebro (demencia asociada al SIDA), el corazón (Cardiomiopatía), los nervios periféricos, y afectarse aún más el estado general (Arias, et al 2003).
A raíz de esta evolución nos damos cuenta de lo complicado que resulta este virus, directamente él no es el causante de la muerte de estos pacientes, sino que son otras infecciones recurrentes y oportunistas las que determinan el fallecimiento a causa de un deterioro del organismo.
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2. ¿QUÉ DICEN LOS NÚMEROS?
De esta forma comienza un desastre exponencial en salud, que hoy en día es considerada una pandemia en descontrol y que genera gastos millonarios en todos los gobiernos del mundo. Desde 2001 el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y el Paludismo ha aprobado un total de US$10.800 millones para más de 550 donaciones en 136 países; de este monto, ya se han desembolsado US$5.500 millones. Más del 60% de estos recursos se destina a la lucha contra el VIH/SIDA. En los últimos cinco años, el Banco Mundial ha comprometido US$1.900 millones en donaciones, préstamos y créditos para programas de lucha contra el VIH/SIDA en todo el mundo (FMI, 2008). Sin ir más lejos Chile gastó aproximadamente $15,000 millones por concepto de VIH/SIDA durante el año 2000. La mayor parte de este gasto es gubernamental y proviene del aporte fiscal que se asigna al Ministerio de Salud. (Daigre, Olivares, Pezoa y Trujillo, 2002).
El “Octavo informe sobre la epidemia mundial de SIDA” la califica como un problema de magnitudes sin precedentes, causante de 25 millones de muertes en todo el mundo desde su aparición y que ha generado profundos cambios demográficos en los países más afectados (ONUSIDA, a., 2008). Este informe es emitido bajo el alero de ONUSIDA (Programa conjunto de las naciones unidas sobre el VIH/SIDA) y arroja una visión sobre la situación actual de esta epidemia;
“En 2007, se registraron 2,7 millones de nuevos casos de infección por el VIH y 2 millones de fallecimientos relacionados con el SIDA. √ A medida que aumentó el acceso al tratamiento en los últimos diez años, disminuyó el número anual de fallecimientos por SIDA. √ África subsahariana continúa siendo la región más afectada por el VIH y, en 2007, le correspondieron el 67% de todas las personas que viven con el VIH y el 72% de los fallecimientos a causa del SIDA. √ Sin embargo, algunos de los aumentos más preocupantes en el número de nuevas infecciones se registran en países muy poblados de otras regiones, como Indonesia, la Federación de Rusia y diversos países de ingresos altos. √ Se estima que, en todo el mundo, 33 millones de personas vivían con el VIH en 2007. √ Las mujeres representan la mitad de las personas que viven con el VIH en todo el mundo, y más del 60% de las infecciones por el VIH en África subsahariana. √ Durante los últimos 10 años, la proporción de mujeres entre personas que viven con el VIH ha permanecido estable a nivel mundial, pero ha crecido en muchas regiones. √ Los jóvenes entre 15 y 24 años representan el 45% estimado de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo.” (ONUSIDA, a., 2008) √
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¿Qué sucede en América Latina?, según el 9º informe “Situación de la epidemia de SIDA” (ONUSIDA, b., 2009), en esta región la cifra estimada de personas viviendo con VIH es de 2 millones y en 2001 este número era de 1.6 millones. También se detalla que en 2008 77.000 personas fallecieron producto de este síndrome y hubo 170.000 nuevas infecciones. A pesar de estos números, el análisis de este informe indica que la región se caracteriza por una epidemia de bajo nivel, concentrada y con tendencia estable. Sin embargo las debilidades se siguen centrando en elementos tan básicos como la prevención, según un análisis reciente, la falta de atención suficiente a los derechos humanos y a la salud sexual y las medidas de prevención así como la vigilancia y evaluación deficientes han entorpecido las medidas de prevención (Cáceres y Mendoza, 2009) en esta región.
En Chile el primer caso de SIDA se notificó en 1984 y según el último informe emitido por el departamento de epidemiología del MINSAL, entre 1984 y 2005 se han notificado 15.894 casos de VIH o SIDA en nuestro país y entre 1990 y 2004 se produjeron 4.893 defunciones por SIDA, correspondiendo el 88% de ellas a hombres. Además la tasa de notificación de SIDA mostró un aumento sostenido entre 1984 y 1991; a partir de esos años las tasas se estabilizaron entre 2,5 y 3,2 casos por cien mil habitantes. En el 2004 y 2005 se observa una leve disminución (MINSAL, a).
Las regiones de Tarapacá y Metropolitana muestran las tasas acumuladas más altas en el período tanto en VIH como en SIDA: destaca el hecho que las regiones del norte son las que tienen las tasas más altas, con excepción de la Región de Atacama, que tiene las tasas más bajas de todo el país. Al sur de la VI Región se observan tasas más bajas (MINSAL, a).
El análisis de los casos acumulados en el período 1986-2005, muestra que en todos los quinquenios el número de casos de hombres supera al de mujeres, tanto en SIDA como en VIH. Al analizar en conjunto los casos de VIH y SIDA, se observa que las tasas más altas se dan entre los 20 y 49 años (MINSAL, a).
En la distribución de los casos de VIH-SIDA según nivel de escolaridad se aprecia que los porcentajes de educación media y superior, son más altos que los observados en la población general y en Chile, la principal vía de exposición al virus es la sexual (95% de las personas con vía de exposición conocida), siendo la vía homosexual la más declarada, en alrededor de un 20% de los casos se desconoce la vía de exposición (MINSAL, a).
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3. EL PACIENTE.
Mucho más allá de la epidemiología y el mundo de los virus, nos encontramos con aquel punto central y humano del cual muchas veces nos alejamos: el paciente infectado y su vivencia diaria, su forma de lidiar con la sociedad, con su familia y amigos y su gran fortaleza para continuar luchando. La infección por VIH avanzada conlleva una alta carga sintomática con una elevada prevalencia de trastornos de la esfera psicológica y deterioro de la calidad de vida. Las nuevas estrategias de tratamiento antirretroviral inducen una mejoría global a los pacientes, pero hace necesario un abordaje de los trastornos psicológicos (Martín, Cano, Pérez de Ayala, Aguayo, Cuesta, Rodríguez y Pujol de la Llave, 2002). Esto plantea la necesidad de reformular los aspectos abordados típicamente por los equipos de salud, invita a los profesionales a dar una mirada mucho más amplia, que sea capaz de observar aquellos aspectos psicológicos que están dañando mentalmente al paciente. El profesional de la salud debe ser capaz de visualizar al paciente y su familia por medio de un prisma que amplíe el campo de atención, de manera tal de lograr reconocer que no solo es la enfermedad el eje central, pudiendo ver la realidad de un proceso tan dificultoso y extenso, que abarca diferentes repercusiones.
Por un lado, se encuentra uno de los momentos más difíciles; el diagnóstico, “el que produce gran impacto emocional y pensamientos tales como rechazo, deterioro y muerte (Cánoves, 2001)”. Es esta la puerta de entrada a lo que será un proceso totalmente desgarrador, el paciente se encuentra en una situación de incertidumbre total, la muerte es el sinónimo a cada una de las palabras de lo que se le está comunicando al momento de confirmar el diagnóstico. Cánoves (2001) comenta que socialmente el VIH es asociado al dolor, al deterioro, al rechazo social y a la muerte, de ahí que el diagnóstico en si, pueda desencadenar desbordamiento emocional, e inclusive ideación suicida. Es por ello que a nivel nacional y por ley (19.779), está establecido que este examen (de diagnóstico) debe ser voluntario, confidencial y acompañado de consejería (MINSAL, b). Esta consejería, se realiza previo a la realización y posteriormente a esto, cuya finalidad es precisamente disminuir la ansiedad del paciente, aclarando todas las dudas que se tengan al respecto.
Según Cánoves (2001) otros momentos que deben ser reconocidos y analizados son la hospitalización, el cumplimiento de los tratamientos, las reacciones adversas al tratamiento y los problemas sexuales; derivados de la necesidad de relaciones sexuales y reproducción. Ser hospitalizado, es propiamente una situación estresante y si la causa se debe a repercusiones de esta patología, podemos decir que el estrés se dispara a niveles que solo el individuo es capaz de experimentar y sentir, quedando al profesional solo espacio para el acompañamiento, entendimiento y apoyo. En cuanto al cumplimiento de los tratamientos, se plantea un desafío para los equipos de salud y para el mismo individuo, ya que generalmente y producto de su estado de ánimo, hay días en que simplemente el paciente no va a querer seguir su tratamiento, ya sea porque no le encuentra sentido, porque conoce o asume que su destino es morir, influenciado por la sociedad que continua pensando que esta es una enfermedad sinónimo de
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muerte. Con respecto a las reacciones adversas al tratamiento se debe mencionar la Lipodistrofia, síndrome que se da con frecuencia entre los pacientes con VIH, aparece como efecto secundario de los fármacos antiretrovirales y se caracteriza por alteraciones metabólicas y por una redistribución de la grasa corporal. (García, 2004, citado en Teva, et al, 2005). Claramente una modificación corporal que conlleva implicancias emocionales, se trata de una situación tal que modifica a la persona socialmente, limitando sus relaciones y generando diversos miedos.
En nuestro país la Ley 19.779 resguarda los derechos de las personas, dando así algunas de las directrices por las que se debe guiar el personal sanitario. Esta se encarga de legislar en torno a la prevención, diagnóstico y control del VIH/SIDA, así como la asistencia y el libre e igualitario ejercicio de sus derechos por parte de las personas que viven con VIH, impidiendo las discriminaciones de cualquier índole. Es por ello que la prevención y la atención de las personas viviendo con VIH/SIDA se ha desarrollado resguardando el cumplimiento de los siguientes Principios Éticos: Derecho a la vida, Respeto por la dignidad de las personas, Derecho a la decisión en conciencia libre e informada, Respeto a los valores y creencias de las personas, Derecho a la privacidad y confidencialidad, No discriminación, Solidaridad, Derecho a acceder a técnicas y recursos disponibles y científicamente (MINSAL, b).
Dos de las situaciones más documentadas en estos pacientes son la ansiedad y depresión, las cuales afectan áreas del comportamiento y del proceso de enfermedad, siendo sensibles a la terapia cognitiva (Beck, 1976, citado en Cánoves, 2001). El sujeto ansioso vive en un estado de hipervigilancia: Sobrevalora los estímulos físicos y percibe amenazas continuas, lo que le incapacita para desarrollar estrategias; Centra su atención en estímulos percibidos como enfermedad, haciendo abstracción de los atenuantes; Asume, erróneamente, su incapacidad de control e incrementa la demanda de ayuda a los profesionales. Cánoves (2001) afirma que la consecuencia de esta reacción no solamente no es operativa, sino incapacitante para el desarrollo de estrategias en el manejo de la situación. Por otro lado los depresivos perciben indefensión frente a la amenaza. Los pacientes deprimidos, pueden llegar a ser hostiles a sus allegados por su actitud defensiva, recibiendo poco refuerzo de su entorno. Niegan la información necesaria para el desarrollo de estrategias. Tienden a rehuir la información que necesitan poseer para el desarrollo de estrategias de afrontamiento. Este patrón de respuesta, correlaciona con la idea negativa que muestran estos pacientes de sí mismos y de su futuro (Cánoves, 2001)
En una investigación realizada en México titulada “Evaluación de la depresión, ansiedad e ira en pacientes con VIH/SIDA” bajo el alero de el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, se concluyó que los mayores niveles de ansiedad se presentan en los grupos que presentan una carga viral media y en los grupos que no presentan lipodistrofia, además los mayores niveles de ira se encontraron en los grupos sintomáticos (Teva, Bermúdez, Hernández y Buela, 2005). Esto refleja algo totalmente relevante; aquellos
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pacientes que sean atendidos por el personal de salud y que presenten ya los síntomas asociados al SIDA serán aquellos en los cuales mayoritariamente deberemos estar preparados para entregar apoyo psicosocial y comprender sus sentimientos de ansiedad y estados depresivos. Este mismo estudio refleja que los varones con VIH/SIDA presentan los mayores niveles de depresión entre los niveles leves, moderados y graves, en tanto que en las mujeres esto disminuye (Teva, et al, 2005), dato que resalta, puesto que mundialmente los niveles de depresión se observan en mayor medida en el género femenino.
Otra de las situaciones que se ha alojado en la vida de los pacientes VIH y que nació junto a esta enfermedad, es el estigma y la discriminación. Según la real academia española la palabra estigma significa “Lesión orgánica o trastorno funcional que indica enfermedad constitucional y hereditaria (RAE, a., 2010)” o “Marca impuesta con hierro candente, bien como pena infamante, bien como signo de esclavitud (RAE, 2010)”, pero recordemos que este estigma del que hablamos nace desde la sociedad, es un estigma social, es decir una marca puesta desde la sociedad a las personas que padecen VIH. Por otro lado discriminación, desde la RAE (b., 2010), es la acción de “seleccionar excluyendo”, “Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos diversos”, en este caso por motivos de una marca impuesta por la sociedad, es la gente la que excluye a los pacientes VIH, seleccionándolos, por presentar una enfermedad.
El estigma y la discriminación relacionados con el VIH continúan manifestándose en todos los países y regiones del mundo, creando obstáculos importantes que impiden prevenir nuevas infecciones, aliviar el impacto de la enfermedad y proporcionar asistencia, tratamiento y apoyo adecuados. El estigma constituye la raíz de los actos discriminatorios al inducir a las personas a realizar acciones u omisiones que dañan o niegan servicios o derechos a los demás. La discriminación puede describirse como la «puesta en escena» del estigma. Al mismo tiempo, la discriminación fomenta y refuerza el estigma. Por consiguiente, los actos estigmatizadores y discriminatorios vulneran el derecho humano fundamental a la ausencia de discriminación. Además de constituir en sí misma una violación de los derechos humanos, la discriminación contra las personas que viven con el VIH, o que se cree que están infectadas por el VIH, conduce a la violación de otros derechos humanos, como los derechos a la salud, dignidad, intimidad, igualdad ante la ley y ausencia de castigo o trato inhumano y degradante. (ONUSIDA, c., 2005).
“El hombre es un ser completo y para poder cuidarlo bien hay que tomar en cuenta a las personas importantes de su vida junto con sus problemas físicos, sociales, económicos y espirituales (Aponte, 2005)”. Una expresión que deja de manifiesto la necesidad impetuosa de tomar en cuenta al paciente y su familia dentro de varias esferas, para así lograr otorgar un cuidado óptimo, es por ello que todos debemos tener en cuenta la real evolución y sucesos que acompañan al paciente con VIH, estar conscientes de las posibilidades que se barajan cuando lo observamos nervioso, triste, asustado, irritable, apático, etc.
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4. ESTUDIANTES Y PROFESIONALES DE ENFERMERÍA EN LA ATENCIÓN DE PACIENTES CON VIH: ACTITUD Y CONOCIMIENTO.
Dado que los enfermeros son uno de los profesionales de la salud que se encuentran más directamente implicados en la atención a pacientes con VIH/SIDA, es responsabilidad de los centros docentes actualizar continuamente los programas de formación, debiendo realzar el enfoque bioético para así conseguir profesionales capaces de otorgar una mirada más completa a las situaciones vividas por los pacientes, capaces de satisfacer las necesidades del humanismo que tantas veces se ve opacada por el manejo terapéutico tan científico y poco psicosocial.
A propósito de la relación del personal de Enfermería y auxiliares con los pacientes VIH+/SIDA, y que en gran parte influye en el estrés de dicho personal, es el miedo a contagiarse (Merino, 2002). Según Rosse (1985, citado en Merino, 2002), el temor del personal sanitario a contraer el SIDA se relaciona con mayores grados de ansiedad y concluye que es necesario incrementar la disponibilidad de información a dicho personal. Estos datos apuntan al conocimiento, a la necesidad de reforzar el acceso a la información y de esta manera subsanar situaciones vividas por el personal sanitario. Con esto se plantea que aquel personal que presenta mayores miedos de contagio al trabajar con pacientes con VIH, viene dado por la falta de conocimientos, lo cual es totalmente valedero. Si como profesionales conocemos las vías de contagio y a su vez contamos con las medidas de prevención intrahospitalarias, se debiera realizar un trabajo objetivo, con tranquilidad y sin miedos.
A este miedo de contagio se deben agregar otras problemáticas, nacidas desde la naturaleza de cada individuo, desde los valores personales y humanos con los que cuenta dicho personal. En todo el proceso de la actividad sanitaria relacionada con pacientes VIH (+), el equipo interdisciplinario se está enfrentando constantemente a problemas que en numerosas ocasiones constituyen verdaderos dilemas, entre ellos, dilemas éticos de la comunicación del diagnóstico al paciente y sus familiares y dilemas éticos en la toma de decisiones con respecto a los recursos necesarios para estas personas (Gamba, Hernández, Bayarre y Rojo 2007). En los Hospitales Esperança y Militar de Angola, se pudo observar que el desconocimiento, por parte de algunos profesionales de la salud, de las herramientas necesarias para solucionar los dilemas éticos que se presentan en la práctica clínico asistencial, puede hacer que se potencialice el sufrimiento de los pacientes con VIH. En varias ocasiones se observó, por ejemplo, que se ingresa a pacientes sin ofrecerle información ni a él ni a su familia sobre su diagnóstico. (Gamba, et al, 2007)
En un estudio realizado en “Escola Universitària d'Infermeria Gimbernat. Sant Cugat del Vallès. Barcelona” donde el principal objetivo fue conocer la actitud ante el SIDA que presentan los estudiantes de una escuela de enfermería se obtuvieron resultados que
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necesariamente nos hacen reflexionar acerca de aquello que está faltando enseñar a los alumnos. En primer lugar, podemos destacar el hecho de que entre un 20 y un 25% de los estudiantes no tengan claro que debe guardarse el secreto profesional cuando hablamos de un portador del VIH. Así mismo, aproximadamente el 28% también opinan que un enfermo con SIDA debe ser identificado como tal, Por otro lado, también llama la atención que un 20% de los alumnos de primer y tercer curso opinen que, como medida de precaución, debería evitarse el contacto con los portadores del VIH y enfermos de SIDA, a la vez que casi un 40% del total de alumnos no tienen claro que en las actividades cotidianas no existe riesgo de contagio. (Tomás - Sábado y Aradilla, 2003)
En otro estudio realizado en estudiantes de enfermería de Barcelona, España, con un total de 80 estudiantes, divididos en dos grupos; el primero de ellos, formado por 39 estudiantes, constituía el grupo de intervención, donde se llevó a cabo una experiencia pedagógica. El segundo grupo, de 41 sujetos, constituyó el grupo control. Todos los estudiantes respondieron a la Escala de Actitud ante el Sida para Enfermería (EASE) antes y después de la intervención. El objetivo de este trabajo fue comprobar si una intervención pedagógica fundamentada en una metodología activa, que incluye el trabajo cooperativo y el fomento de la discusión, era capaz de modificar en sentido positivo la actitud de los estudiantes ante el VIH/SIDA (Fernández, L., Fernández, P. y Tomás-Sábado, 2006). ¿Cuál fue el resultado?; se produjo un aumento positivo de la actitud ante el Sida estadísticamente significativo en el grupo de intervención, después de haber pasado por el período de formación. Por el contrario, en el grupo control, no se observaron diferencias significativas entre las dos medidas (Fernández, et al, 2006)
A la luz de estas observaciones muchos autores han concluido de forma unánime que la solución se centra en los cambios a nivel de la educación en pregrado; es mucho más fácil modificar ciertas actitudes en los estudiantes que en los profesionales que tienen mayormente inserto en su rutina ciertas actitudes. Además es ésta la real manera de asegurar los derechos de todo paciente y evitar la trasgresión de los principio bioéticos. Por lo tanto, es evidente que se pueden modificar de manera precoz las actitudes de los estudiantes, integrando nuevos temas o programas de preparación en temáticas relacionadas con la bioética, puesto que los prepara para enfrentarse ante las situaciones hospitalarias, que muchas veces pueden conllevar una carga emocional y un real conflicto de valores, produciendo así juicios éticos no propios de la labor de enfermería ni menos de los sistemas sanitarios.
En nuestra realidad nacional existe un estudio de similares características, realizado con estudiantes de enfermería de la Universidad Austral de Chile (Valdivia) y de la Universidad de la Frontera (Temuco) titulado “Conocimientos y actitudes sobre VIH/SIDA de estudiantes de Enfermería de las Universidades de La Frontera y Austral de Chile. Temuco Valdivia. Chile, 2004”. La investigación arrojó hallazgos centrados eminentemente en el aspecto físico-biológico, reflejando vacíos de conocimientos en Salud Mental, déficit en atención integral y manejo de redes de apoyo (Rivas, E., Rivas, A., Barría y Sepúlveda, 2004).
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Concluyendo así que las enfermeras/os deben actualizar y reflexionar, por principio, en forma permanente para generar una educación abierta, dinámica, plural, autogestiva, crítica, competente y creativa, que capacite al futuro profesional para incursionar de forma eficiente en el escenario que la práctica global está demandando (Rivas, et al, 2004).
De esta manera nos damos cuenta que estas dificultades también se presentan en nuestros estudiantes y urge la integración de contenidos de salud mental y bioética en los planes curriculares de nuestras escuelas de enfermería, no basta con tener un ramo asociado a la ética en salud, siendo necesario integrar esto en todo momento, ya sea en el campo clínico, en la presentación de pacientes o exámenes.
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3. OBJETIVO.
1. GENERAL:
Aportar evidencia que apoye el mejoramiento de la formación de profesionales de enfermería en lo referido a cuidados biopsicosociales de pacientes con VIH-SIDA.
2. ESPECÍFICOS:
Identificar las actitudes y conocimientos de estudiantes de cuarto y quinto año de la Escuela de Enfermería de la Universidad del Bío - Bío (UBB) sede Chillán ante el VIH/SIDA.
Analizar los datos obtenidos y comprobar si existe algún tipo de relación entre las actitudes y los conocimientos en relación a pacientes con VIH/SIDA.
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4. METODOLOGÍA.
Para identificar las actitudes y conocimientos de estudiantes de Enfermería ante el VIH/SIDA, se realizó un estudio cuantitativo con determinación de frecuencias, con un diseño observacional, descriptivo y de corte transversal. En esta investigación se incluyeron los alumnos que se encontraban cursando cuarto y quinto año en la Escuela de Enfermería de la Universidad del Bío - Bío sede Chillán 2010. De un total de 100 alumnos correspondientes a estos cursos, la muestra total comprendió un total de 60 alumnos. Es conveniente aclarar que se integraron los estudiantes que estaban cursando la asignatura teórico-práctica de estos niveles, no así aquellos que por diversos motivos estaban en este nivel pero cursando solo asignaturas complementarias. Se ha seleccionado estos niveles para asegurar un grado de conocimiento teórico sobre VIH/SIDA, ya que según la malla curricular de esta escuela a ese nivel ya se han abordado contenidos sobre esta temática.
La actitud se evaluó mediante la Escala de Actitud ante el SIDA para Enfermería (EASE, Anexo 1) creada por Tomás-Sábado, J. en el año 1999. La EASE fue validada y publicada en la revista “Enfermería Clínica de España”. Además en el año 2003 fue usada en la investigación “Actitud ante el SIDA en estudiantes de enfermería. ¿Cuál es el papel de la formación académica?” realizada por Tomás - Sábado, J. y Aradilla, A.
La EASE es una escala autoaplicada, tipo Likert de 21 ítems con cinco opciones de respuesta cada uno de ellos. Estas opciones van desde el total acuerdo al total desacuerdo con el reactivo propuesto. La puntuación asignada a cada ítem, en función de su direccionalidad es de 5 a 1 (5 para el total acuerdo y 1 para el total desacuerdo) para los ítems Nº 3, 5, 7, 8, 11, 14, 15 y 21; y de 1 a 5 (1 para el total acuerdo y 5 para el total desacuerdo) para los ítems Nº 1, 2, 4, 6, 9, 10, 12, 13, 16, 17, 18, 19 y 20. Los dos extremos de puntuación de la escala están constituidos por una puntuación máxima de 105, que indica las actitudes más positivas; y una puntuación mínima de 21, que indica las actitudes más negativas y prejuiciosas.
En tanto el conocimiento se evaluó mediante un “Cuestionario de 7 preguntas abiertas” (Anexo 2), construido en base a la entrevista semiestructurada usada en la investigación “Conocimientos y actitudes sobre VIH/SIDA de estudiantes de Enfermería de las Universidades de La Frontera y Austral de Chile. Temuco - Valdivia. Chile, 2004” (Rivas, et al, 2004). La entrevista se compuso de 7 preguntas abiertas: Qué es el VIH/SIDA, formas de contagio, prácticas de alto riesgo, medidas de prevención, quiénes están expuestos al contagio, causas de negación al examen de detección y propuestas de prevención.
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Ambos instrumentos fueron piloteados con 20 alumnos (10 de cuarto año y 10 de quinto año) que no comprenden la muestra total, para asegurar la validez y comprensión de ambas herramientas, además se obtuvo consentimiento informado (Anexo 3) para la participación y uso de datos, en tanto la aplicación de los instrumentos se realizó en dependencias de la Universidad del Bío - Bío, aprovechando infraestructura, privacidad y comodidad. La tabulación y procesamiento de datos se realizó usando el software Microsoft Office Excel 2003. La presente investigación se llevó a cabo en la ciudad de Chillán, durante el período Agosto – Octubre de 2010.
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5. RESULTADOS.
De un total de 54 alumnos matriculados en cuarto año y 46 en quinto año, respondieron al instrumento un total de 35 (N) y 25 (N) alumnos respectivamente. La edad promedio de la muestra total es 23.3 años y la distribución por sexo correspondió en un 20% al sexo masculino y un 80% al sexo femenino (Tabla 1).
Tabla 1: Distribución por sexo. Cuarto año. Sexo Masculino: 9 (25.8%) Femenino: 26 (74.3%)
Quinto año. Masculino: 3 (12%) Femenino: 22 (88%)
Total. Masculino: 12 (20%) Femenino: 48 (80%)
Actitud.
En la tabla 2 se puede observar las puntuaciones alcanzadas por la muestra total y por cada curso en la Escala de actitud ante el SIDA para enfermería, con un promedio de 84.14 puntos para el total de la muestra. Este puntaje indica la presencia de actitudes más positivas que negativas ante el SIDA, pero los resultados obtenidos en cada ítem de la escala merecen un mayor análisis, los cuales podemos observar en las tablas siguientes. Además en la tabla 2 también se puede observar el puntaje promedio obtenido por cada curso, siendo cuarto año quien obtuvo mayor puntaje con una media de 84.88 puntos, no observándose diferencias mayormente significativas.
Tabla 2: Resumen resultados EASE*, media para cada curso y muestra total. Curso. N Media. Cuarto 35 84,88 Quinto 25 83,41 Total. 60 84,14 EASE: Escala de actitud ante el SIDA para enfermería.
La tabla 3, 4 y 5 permite observar porcentualmente la actitud de los estudiantes para cada enunciado de la escala, ya sea por cursos separados (Tabla 3 y 4) o para la muestra total (Tabla 5), con el fin de realizar un análisis detallado a cada ítem o enunciado de la escala.
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Tabla 3: Porcentaje de respuestas directas a cada una de las opciones de los enunciados de la EASE, para cuarto año (n = 35) Totalmente de De Posición En Totalmente Enunciado.* acuerdo. Acuerdo. neutra. Desacuerdo. desacuerdo. 2,9% 5,7% 91,4% 1 2,9% 20% 17,1% 60% 2 68,5% 11,4% 2,9% 14.3% 2,9% 3 14.3% 22,9% 22,9% 22,9% 17,1% 4 77,1% 14.3% 5,7% 2,9% 5 5,7% 94,3% 6 57,1% 17,1% 11,4% 8,6% 5,7% 7 57,1% 20% 2,9% 8,6% 11,4% 8 2,9% 8,6% 5,7% 31,4% 51,4% 9 14.3% 20% 31,4% 34,3% 10 91,4% 2,9% 5,7% 11 11,4% 31,4% 17,1% 17,1% 22,9% 12 14.3% 20% 31,4% 22,9% 11,4% 13 11,4% 11,4% 51,4% 25,7% 14 25,7% 37,1% 25,7% 5,7% 5,7% 15 2,9% 48,6% 48,6% 16 2,9% 5,7% 8,6% 31,4% 51,4% 17 2,9% 2,9% 11,4% 82,9% 18 17,1% 82,9% 19 17,1% 2,9% 25,7% 54,3% 20 37,1% 37,1% 8,9% 5,7% 11,4% 21 EASE: Escala de actitud ante el SIDA para enfermería. * El detalle de cada enunciado se puede verificar en Anexo 1.
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Tabla 4: Porcentaje de respuestas directas a cada una de las opciones de los enunciados de la EASE, para quinto año. (n = 25) Totalmente de De Posición En Totalmente Enunciado.* acuerdo. Acuerdo. neutra. Desacuerdo. desacuerdo. 4% 8% 88% 1 12% 12% 76% 2 88% 4% 8% 3 12% 12% 32% 24% 20% 4 68% 4% 12% 8% 8% 5 44% 56% 6 52% 24% 8% 4% 12% 7 48% 24% 28% 8 8% 8% 20% 16% 48% 9 28% 16% 8% 28% 20% 10 76% 20% 4% 11 8% 16% 12% 44% 20% 12 16% 4% 28% 24% 28% 13 8% 16% 16% 60% 14 24% 28% 12% 16% 20% 15 8% 4% 36% 52% 16 4% 4% 8% 36% 52% 17 28% 72% 18 4% 36% 60% 19 8% 4% 4% 32% 52% 20 40% 20% 16% 8% 16% 21 EASE: Escala de actitud ante el SIDA para enfermería. * El detalle de cada enunciado se puede verificar en Anexo 1
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Tabla 5: Porcentaje de respuestas directas a cada una de las opciones de los enunciados de la EASE, para el total de la muestra. (n = 60) Totalmente de De Posición En Totalmente Enunciado.* acuerdo. Acuerdo. neutra. Desacuerdo. desacuerdo. 1.7% 1.7% 6.7% 90% 1 1.7% 16.7% 15% 66.7% 2 76.7% 8.3% 1.7% 11.7% 1.7% 3 13.3% 18.3% 26.7% 23.3% 18.3% 4 73.3% 10% 8.3% 3.3% 5% 5 21.7% 78.3% 6 55% 20% 10% 6.7% 8.3% 7 53.3% 21.7% 1.7% 16.7% 6.7% 8 5% 8.3% 11.7% 25% 50% 9 11.7% 15% 15% 30% 28.3% 10 85% 10% 3.3% 1.7% 11 10% 25% 15% 28.3% 21.7% 12 15% 13.3% 30% 23.3% 18.3% 13 10% 13.3% 36.7% 40% 14 25% 33.3% 20% 10% 11.7% 15 5% 1.7% 43.3% 50% 16 3.3% 5% 6.7% 33.3% 51.7% 17 1.7% 1.7% 18.3% 78.3% 18 1.7% 25% 73.3% 19 13.3% 1.7% 3.3% 28.3% 53.3% 20 38.3% 30% 11.7% 6.7% 13.3% 21 EASE: Escala de actitud ante el SIDA para enfermería. * El detalle de cada enunciado se puede verificar en Anexo 1
Conocimiento.
¿Qué es el VIH/SIDA?, La muestra total de alumnos, en un 30.6% (Tabla 6, Pregunta 1) entrega como definición “Enfermedad Inmunológica”, ahora bien, es relevante la diferencia observada en la respuestas de cada curso. Por un lado un 35% de estudiantes de 4° año la define como enfermedad inmunológica (Tabla 6, Pregunta 1) , en cambio quinto año entrega sus respuestas en base a las siglas: Virus de inmunodeficiencia humana y Síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida, con un 30.8% y 24% (Tabla 6, Pregunta 1) respectivamente.
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Indique formas de contagio de VIH, Con respecto a esta pregunta no hay mayores diferencias respecto a cada curso, la muestra total entrega como principales respuestas la “Vía sexual” y “Sanguínea”, con un 33.3% y un 24.2% respectivamente (Tabla 6, Pregunta 2).
¿Qué prácticas son de alto riesgo para contagio con VIH?, La muestra total considero como prácticas de alto riesgo mayoritariamente el no uso del preservativo (19%) y la mantención de múltiples parejas (16.1%). En tanto quinto año le atribuyó el mayor porcentaje (19%) a las punciones venosas en comparación de cuarto año que mantuvo la constante de la muestra total; Mantener múltiples parejas un 18.8%, No usar preservativo un 18.8% y No usar guantes en punción venosa con un 12.9%. (Tabla 6, Pregunta 3)
¿Qué medidas de prevención existen?, Con respecto a esta pregunta la muestra total de estudiantes enunció mayoritariamente como medidas de prevención el uso de preservativo, los guantes de procedimiento y pareja única (35.9% - 22.4% - 16% respectivamente). En contraste la educación solo fue considerada en un 2.6%. (Tabla 6, Pregunta 4)
¿Quiénes están expuestos al contagio?, Las categorías que alcanzaron mayor respuesta fueron: Quienes mantienen actividad sexual riesgosa (14.3%), Homosexuales (14.3%), Profesionales de la salud (13.5%) y Todos (13.5%), esto para la muestra total. (Tabla 6, Pregunta 5)
¿Por qué las personas se niegan a realizarse el examen de detección?, El total de alumnos relacionó mayoritariamente esta actitud con el miedo a la discriminación alcanzando un 38.7%, siguiendo la Vergüenza y el Miedo a la enfermedad y sus complicaciones, con un 20% y un 13.2% respectivamente (Tabla 6, Pregunta 6).
¿Qué nuevas medidas de prevención propone?, En esta pregunta el total de alumnos considera mayormente (28.9%) la Educación sexual a temprana edad como una nueva medida de prevención. (Tabla 6, Pregunta 7)
En la tabla 6 se muestra el porcentaje de respuestas alcanzado para cada pregunta, por cada curso y muestra total.
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Tabla 6: Distribución porcentual de respuestas por cada curso y para muestra total. Cuarto Pregunta. Respuesta. año. 35% 1. ¿Qué es el VIH/SIDA? Enfermedad inmunológica. Virus de inmunodeficiencia humana. 20% Enfermedad infectocontagiosa. 18.3% Síndrome de inmunodeficiencia humana 16.7% adquirida. Enfermedad de transmisión sexual. 10% 2. Indique formas (vías) de contagio de VIH.
3. ¿Qué prácticas son de alto riesgo para contagio con VIH?
4. ¿Qué medidas de prevención existen?
Quinto año. 19.2% 30.8% 11.5% 24%
Total. 30.6% 23.5% 16.5% 18.8%
11.5%
10.6%
Sexual. Sanguínea. Madre-hijo. Compartir agujas. Contacto con fluidos corporales de alto riesgo. Contacto directo con sangre de paciente VIH (+) Hacerse tatuajes en lugares no autorizados. Accidente cortopunzante con aguja de paciente VIH (+)
32.1% 23.4% 16.1% 13.1%
36.7% 26.3% 16.3% 0
33.3% 24.2% 16.1% 9.7%
5.8%
20.4%
9.7%
4.4% 2.9%
0 0
3.2% 2.2%
2.1%
0
1.6%
Mantener múltiples parejas. No usar preservativo. No usar guantes en punción venosa. Contacto con fluidos corporales de alto riesgo. Reutilización de agujas y/o jeringas. Uso de drogas endovenosas. Punción venosa. Transfusiones de sangre. Relaciones sexuales. Homosexualidad. Promiscuidad.
18.8% 18.8% 12.9%
7.1% 16.7% 2.38%
16.1% 19% 10.2%
10% 10% 7.9% 7.9% 5% 4% 3% 2%
4.8% 11.9% 9.5% 19% 4.8% 0 0 9.5%
8.8% 10.9% 8.8% 11.6% 5.1% 2.9% 2.2% 4.4%
Preservativo. Guantes de procedimiento. Mantener pareja única. Abstinencia. Antiparras. Lavado de manos.
31.8% 24.3% 16.8% 12.1% 7.5% 3.7%
44.9% 18.4% 14.3% 10.2% 0 0
35.9% 22.4% 16% 11.5% 5.1% 2.6%
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Doble guante de procedimiento. Educación. Realización del examen de detección de VIH. Medidas de protección universales.
1.9% 1.9% 0 0
0 4.1% 2.5% 6.1%
1.3% 2.6% 0.7% 1.9%
5. ¿Quiénes están expuestos Quienes mantienen actividad sexual riesgosa. al contagio? Homosexuales. Personas sexualmente activas. Quienes mantienen múltiples parejas. Profesionales de la salud. Hijos de madres VIH (+) Prostitutas. Personas promiscuas. Todos. Drogadictos.
22.2% 16% 14.8% 9.9% 9.9% 7.4% 6.2% 4.9% 4.9% 3.7%
0 11.1% 2.2% 6.7% 20% 4.5% 6.7% 13.3% 28.9% 6.7%
14.3% 14.3% 10.3% 8.7% 13.5% 6.3% 6.3% 7.9% 13.5% 4.9%
6. ¿Por qué las personas se niegan a realizarse el examen de detección?
Miedo a la discriminación. Vergüenza. Desinformación. Miedo al resultado. Miedo a la enfermedad y sus complicaciones.
43.3% 22.4% 13.4% 13.4% 7.5%
30% 15% 7.5% 22.5% 23%
38.7% 20% 11.2% 17% 13.2%
7. ¿Qué nuevas medidas de prevención propone?
Educación sexual a temprana edad. Aumentar el acceso a preservativos. Aumentar campañas de TV sobre SIDA usando imágenes fuertes. Educación. Vacuna. Examen anual y obligatorio para todas las personas mayores de 18 años.
37% 22.2%
16.7% 27.8%
28.9% 24.4%
22.2% 18.5% 0
0 38.9% 11.1%
13.3% 26.8% 4.4%
0
5.6%
2.2%
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6. DISCUSIÓN.
Actitud.
La puntuación promedio obtenida, en la Escala para la actitud ante el SIDA para enfermería (ESASE), por el total de estudiantes y por cada curso es una puntuación que representa la presencia de actitudes más positivas que negativas, pero aún así también está cercana a las posiciones o actitudes neutras, por lo cual es necesario referir que no nos encontramos frente a resultados óptimos. En cuanto al puntaje promedio de cada curso no se observan diferencias mayormente significativas. Por otro lado, un análisis pormenorizado de cada ítem nos entrega una visión más detallada de las actitudes.
Los alumnos de enfermería de cuarto y quinto año de la UBB opinan, mayormente, que “Deberían crearse hospitales específicos para enfermos de SIDA y portadores”, que los “Pacientes VIH (+) debe ser identificados como tal” y que “Los enfermos de SIDA deben ser aislados del resto de enfermos”. Estos resultados no otorgan igualdad de derechos a los pacientes, sino más bien lo que hacen es indicar una separación selectiva, discriminar de acuerdo a patología, tanto a nivel de establecimiento como de identificación. A esto podemos agregar que un porcentaje significativo (Tabla 5, Enunciado 7) de este grupo de estudiantes no tiene claro temas relacionados con respecto a la confidencialidad y secreto profesional respecto al diagnóstico, lo cual también se refleja en el porcentaje (30%, Tabla 5, Enunciado 21) de estudiantes que opina que la prueba del SIDA no debe ser voluntaria ni anónima. A la luz de estos datos, si bien se refleja una falta de actitudes positivas, el trasfondo delimita una falta de conocimientos bioéticos y una carencia curricular que los docentes de enfermería deben tomar en cuenta y corregir.
¿Pueden las personas seropositivas tener descendencia? ¿Cuál es el porcentaje de riesgo de transmisión vertical?, el enunciado número 15 en referencia a lo anterior, refleja que la opción que mayormente (Tabla 5, Pregunta 15) acomoda a los estudiantes ante esta situación es la neutralidad, una opción que representa poca claridad con respecto a la temática. Esto podría estar motivado por una falta de conocimientos respecto a temas tales como las probabilidades que hoy en día existen de que un bebé de madre seropositiva (+) sea contagiado, quizás si hubiese claridad al respecto, la respuesta sería más definida. Aún así, lo evaluado sigue siendo la actitud frente a las situaciones y por ende, continuando con lo ya mencionado, seguimos denotando una falta de responsabilidad con los derechos de cada individuo, en esta ocasión, ante los derechos sexuales y reproductivos de cada persona, una
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necesidad de cada humano y que la enfermería debe velar por su cumplimiento, siendo ésta la profesión de los cuidados y las necesidades humanas.
Un hecho importante es que estos resultados no están alejados de otras realidades, como se observa en la investigación realizada en Barcelona por Tomás - Sábado y Aradilla, en 2003, donde expresa “Estos datos deberían hacernos reflexionar sobre el tipo de educación que están recibiendo nuestros estudiantes y sobre la necesidad de promover estrategias docentes que consigan una aproximación más humana en el cuidado de estos enfermos.”
Conocimiento.
Los resultados obtenidos respecto a conocimientos sobre la enfermedad, en general no reflejan un mayor déficit, pero lo relevante es la diferencia de importancia que se le otorga a algunas respuestas, mostrando así algunas falencias específicas. Además hay preguntas específicas en las que se aprecian diferencias importantes de un curso a otro.
Una de las grandes actividades del rol de enfermería es la educación, aspecto que reflejado en estos resultados no tiene una mayor relevancia. La educación como medida de prevención para el contagio de SIDA obtuvo un muy bajo porcentaje de elección, otorgándose mayor importancia al uso del preservativo y guantes de procedimiento. En contraste, la educación sexual es la respuesta más enunciada por los alumnos al momento de solicitar nuevas medidas de prevención. Esta contradicción puede estar basada en la poca confianza que tienen los estudiantes respecto a la educación como método de prevención actual, es por ello que al momento de indicar una nueva medida de prevención le devuelven la importancia a esta herramienta, pero indicando que debe ser enfocada a edades más tempranas. También en necesario relacionar y decir que la educación como herramienta de prevención debe ser manejada por el profesional de enfermería, no darle importancia implica poco manejo de esta misma como elemento propio de la profesión.
Los conocimientos relacionados con respecto a las formas de contagio de VIH se ajustan totalmente a la literatura teórica existente, atribuyéndose los mayores porcentajes a la vía sexual, sanguínea y madre – hijo. Un porcentaje muy menor de alumnos de cuarto año cree que el contacto directo con sangre de pacientes VIH (+) es una forma de contagio y si bien es un número muy menor, no deja de ser preocupante esta creencia. Otro elemento relevante son las categorías identificadas por cada curso con respecto a las formas de contagio de VIH: cuarto año reconoce 8 categorías (Sexual, Sanguínea, Madre-hijo, Compartir agujas, Contacto con fluidos corporales de alto riesgo, Contacto directo con sangre de paciente VIH (+), Hacerse tatuajes en lugares no autorizados, Accidente cortopunzante con aguja de paciente VIH positivo, Tabla 5, Pregunta 2) mientras que quinto año solo reconoce 4 categorías (Sexual., Sanguínea, Madre-hijo, Compartir agujas, Contacto con fluidos corporales de alto
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riesgo, Tabla 5, Pregunta 2). Lo que se observa es que quinto año logra agrupar las vías de contagio, mientras que cuarto año no logra hacer esta diferenciación, enunciando las vías de forma coloquial, sin una especificidad teórica.
Con respecto a las prácticas de alto riesgo para contagio con VIH, el no uso del preservativo fue la respuesta más referida por el total de alumnos. Llama la atención que cuarto año refirió mayormente 3 prácticas: Mantener múltiples parejas, No usar preservativo y No usar guantes en punción venosa, a diferencia de quinto año, quienes refirieron mayoritariamente con un 19% a la punción venosa como una práctica de alto riesgo y en contraparte no reconocen mayormente como una práctica de alto riesgo mantener múltiples parejas. La importancia dada por quinto año a la punción venosa, se puede deber a que en el período de obtención de datos de esta investigación ellos se encuentran cursando sus internados, pasando más tiempo de su malla curricular dentro de establecimientos de salud, a diferencia de cuarto año, quienes aún mantenían solo clases teóricas. Esto mantiene directa relación con la pregunta referida a quiénes están expuestos al contagio, donde la muestra total escogió a los profesionales de salud en segundo lugar, de acuerdo a porcentajes. Esta relación que se hace con respecto a los profesionales de salud como grupo de riesgo y el uso de guantes como medida de protección, no es nueva, y puede ser explicada desde un punto de vista totalmente técnico, donde el aumento de procedimientos invasivos en la práctica hospitalaria crea aún mayor desconfianza al momento de atender a pacientes con SIDA. Y referimos que no es nueva, porque Rivas et al, en la investigación titulada “Conocimientos y actitudes sobre VIH/SIDA de estudiantes de Enfermería de las Universidades de La Frontera y Austral de Chile. Temuco - Valdivia. Chile, 2004”. Refiere “no puede negarse que las características de la enfermedad generan creencias, miedos y temores sobre el contagio, temor al que no está ajeno el trabajador de salud”.
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7. CONCLUSIONES.
La presente investigación ha entregado resultados concretos para motivar cambios específicos en algunas asignaturas de la formación enfermera y/o la integración o reforzamiento de algunas materias relacionadas con la bioética y el SIDA. A pesar de que a rasgos generales los instrumentos para evaluar actitud y conocimiento ante el SIDA han arrojado resultados positivos, se debe seguir buscando la optimización y mejoramiento. El análisis detallado de cada aspecto evaluado confirma una falta de conocimientos en algunos aspectos del SIDA, lo cual se relaciona con el déficit encontrado con respecto a derechos del paciente al evaluar las actitudes.
Por lo tanto, se deben analizar las posibilidades de reestructurar algunas asignaturas, reforzar algunos conocimientos e integrar a la práctica asistencial de manera más activa los aspectos bioéticos de la salud. De la misma manera son los propios docentes, profesionales de enfermería finalmente, los que deben buscar las vías adecuadas de enseñanza efectiva para estas temáticas, teniendo por consecuente fin la aplicación correcta de un juicio enfermero basado en el conocimiento, guiado por las pautas éticas acordadas mundialmente y que aleje a los estudiantes de subjetivismos y prejuicios.
Con respecto a la modificación de actitudes en base al reforzamiento de conocimientos, podemos concluir mencionando la investigación denominada “Modificación de actitudes ante el Sida en estudiantes de enfermería. Resultados de una experiencia pedagógica” (Fernández, et al, 2006) realizada con estudiantes de enfermería de Barcelona, España. El objetivo de este trabajo fue comprobar si una intervención pedagógica fundamentada en una metodología activa, que incluye el trabajo cooperativo y el fomento de la discusión, era capaz de modificar en sentido positivo la actitud de los estudiantes ante el VIH/SIDA ¿Cuál fue el resultado?; se produjo un aumento positivo de la actitud ante el SIDA estadísticamente significativo en el grupo de intervención, después de haber pasado por el período de formación.
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9. FMI, (2008, agosto). El papel del FMI en la lucha contra el VIH/SIDA. Extraído el 13 de Mayo de 2010 desde http://www.imf.org/external/np/exr/facts/spa/hivaidss.htm
10. Gamba, M., Hernández, E., Bayarre, H. y Rojo, N. (2007) Problemas éticos y psicológicos de la atención a personas viviendo con VIH, 10-11
11. Martín, I., Cano, R., Perez de Ayala, P., Aguayo, M., Cuesta, F., Rodríguez, P. y Pujol de la Llave, E. (2002). Calidad de vida, aspectos psicológicos y sociales en pacientes con infección VIH avanzada, 1
12. Merino, A. (2002). Actitudes y Conocimientos de profesionales de Enfermería sobre el paciente VIH+/SIDA, 5.
13. MINSAL, a., (n.d.) Evolución del vih-sida chile, 1986-2005, 1-13. Extraído el 14 de Mayo de 2010 desde epi.minsal.cl/epi/html/bolets/.../VIH-SIDA/Pais_8605VihSida.pdf
14. MINSAL, b., (n.d.) Información básica sobre el VIH/SIDA. Extraído el 22 de Mayo de 2010 desde http://www.redsalud.gov.cl/temas_salud/problemas/vih.html
15. ONUSIDA, a., (2008). Octavo Informe sobre la epidemia mundial de sida, 31-32-33. Extraído el 13 de Mayo de 2010 desde http://www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/GlobalReport/2008/
16. ONUSIDA, b., (2009). Situación de la epidemia de SIDA 2009. Extraído el 13 de Mayo desde http://www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/EpiUpdate/EpiUpdArchive/200 9/default.asp
17. ONUSIDA, c., (2005). Violaciones de los derechos humanos, estigma y discriminación relacionados con el VIH: Estudios de caso de intervenciones exitosas, 1. Extraído el 13 de Mayo de 2010 desde http://www.unaids.org/es/PolicyAndPractice/HumanRights/default.asp
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18. RAE, a., 2010. Estigma. Extraído el 17 de Mayo de 2010 desde http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=estigma
19. RAE, b., 2010. Discriminar. Extraído el 17 de Mayo de 2010 desde http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=discriminar
20. Rivas, E., Rivas, A., Barría, R. y Sepúlveda, C. (2004). Conocimientos y actitudes sobre VIH/SIDA de estudiantes de Enfermería de las Universidades de La Frontera y Austral de Chile. Temuco - Valdivia. Chile, 2004, 10
21. Teva, I., Bermúdez, M., Hernández J. y Buela, G. (2005). Evaluación de la depresión, ansiedad e ira en pasientes con vih/sida, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Distrito Federal, México, 28, 42-45
22. Tomás - Sábado, J. y Aradilla, A., (2003). Actitud ante el sida en estudiantes de enfermería. ¿Cuál es el papel de la formación académica?, 5-6
23. Tomás-Sábado, J. (1999). Actitud de enfermería ante el SIDA; construcción de una escala de Likert. Enferm Clínica 1999; 9(6): 233-237.
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9. ANEXOS.
1. ANEXO
PRIMER CUESTIONARIO: EASE (Escala de Actitud ante el SIDA para Enfermería) En cada uno de los siguientes enunciados marque con una X la opción que lo representa: Curso:
4º
5º
Sexo:
F
M
Edad:
TA: Totalmente de Acuerdo. A: de Acuerdo. ?: Posición neutra. D: en Desacuerdo. TD: Totalmente en Desacuerdo. 1. El SIDA no afecta a las parejas heterosexuales:
2. Los fetos contagiados con el virus del SIDA deberían abortarse:
3. No existe ningún peligro en el hecho de que los portadores del virus del SIDA utilicen restaurantes y bares públicos:
4. No debe permitirse que las mujeres seropositivas queden embarazadas:
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5. El SIDA es un problema de todos:
6. La atención continuada a un enfermo de SIDA es sinónimo de contagio:
7. El portador del virus del SIDA tiene derecho a que se guarde el secreto médico de su diagnóstico:
8. En las actividades cotidianas no hay ningún riesgo de transmisión del virus del SIDA:
9. Los enfermos de SIDA deben ser aislados del resto de enfermos:
10. El paciente VIH positivo debe ser identificado como tal:
11. Ser portador del virus del SIDA no debe ser obstáculo para acceder a la educación y el empleo:
12. Deberían crearse hospitales específicos para enfermos de SIDA y portadores:
13. El SIDA es la mayor plaga de nuestro tiempo:
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14. El enfermo de SIDA debe ser considerado una víctima del sistema social:
15. El ser portador del virus del SIDA no debería ser impedimento para poder adoptar un niño:
16. En el hospital, un portador del virus del SIDA no debería compartir habitación con una persona no infectada:
17. No me resultaría agradable trabajar con un compañero portador del virus del SIDA:
18. Los niños portadores del virus del SIDA deberían acudir a clases especiales:
19. Como medida de precaución, debemos evitar contacto con los enfermos de SIDA y portadores:
20. Siempre que toquemos a un enfermo de SIDA debemos utilizar guantes:
21. La prueba del SIDA debe ser voluntaria y anónima:
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2. ANEXO SEGUNDO CUESTIONARIO Responda a cada pregunta de manera BREVE, a modo de “lluvia de ideas” y usando solo el espacio predeterminado, con letra legible. 1. ¿Qué es el VIH/SIDA?
2. Indique formas de contagio de VIH.
3. ¿Qué prácticas son de alto riesgo para contagio con VIH?
4. ¿Qué medidas de prevención existen?
5. ¿Quiénes están expuestos al contagio?
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6. ¿Por qué las personas se niegan a realizarse el examen de detección?
7. ¿Qué nuevas medidas de prevención propone?
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3. ANEXO
CONSENTIMIENTO INFORMADO Soy Tesista de enfermería, perteneciente a la Universidad Austral de Chile y estoy desarrollando un estudio denominado “Actitudes y conocimientos ante el VIH/SIDA de estudiantes de enfermería de la Universidad del Bío – Bío, Chillán, 2010” como parte de los requisitos para la obtención del grado de Licenciado en Enfermería. Su participación consiste en contestar 2 cuestionarios autoaplicados, el primero consta de 21 preguntas usado para evaluar actitudes y el segundo se compone de 8 preguntas orientado a evaluar conocimientos. Su participación es voluntaria. Su participación como informante es voluntaria y no remunerada, puede omitir las preguntas que estime y retirarse en cualquier momento. La información que entrega a través de este cuestionario es de carácter anónimo y confidencial, los datos serán usados sólo con fines de la investigación y sus datos personales no serán publicados en los resultados. En caso de tener alguna duda respecto a la investigación o querer conocer los resultados puede comunicarse con el tesista al mail:
[email protected] o al teléfono celular: 93240898.
YO__________________________________________________________________, tomo conocimiento de lo antes descrito y voluntariamente doy mi consentimiento para participar en el estudio de Fernando López Sepúlveda denominado “Actitudes y conocimientos ante el VIH/SIDA de estudiantes de enfermería de la Universidad del Bío – Bío, Chillán, 2010”
YO__________________________________________________________________, tomo conocimiento de lo antes descrito y NO quiero participar en el estudio de Fernando López Sepúlveda denominado “Actitudes y conocimientos ante el VIH/SIDA de estudiantes de enfermería de la Universidad del Bío – Bío, Chillán, 2010”
Fernando Andrés López Sepúlveda Investigador
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