Sistem a Alim entario

SISTEMA ALIMENTARIO S istem a A lim e n ta rio ___________________________ © Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria Edición: Pet

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SISTEMA ALIMENTARIO

S istem a A lim e n ta rio ___________________________ © Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria

Edición:

Peter Utting Aura Estela Martínez Rosa I. O’connor Lidia M. Serrano E. Realización y Diseño de Texto (Láser)

Ellen L. Banberger Ena Yolanda Rivera Diseño de Portada y Diagramación

Francisco Calero González

Derechos Reservados conforme la Ley. Edición del Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria.

INDICE Presentación

.............................................................................. 1

in tro d u c c ió n ................................................................................ 3 Peter Utting

CAPITULO I: LA ECONOMIA NICARAGÜENSE EN LA DIVISION INTERNACIONAL DEL TRABAJO: Las Raíces Históricas del Problema A lim e n ta rio ......................................................... 17 1.

Del Período Pre-colonial hasta la Formación del Estado N acional................................................................................19

2.

La Expansión Cafetalera ................................... ................................. 23

3.

El “Boom” Algodonero........................................................................... 26

4.

El Desarrollo Ganadero y Agroindustrial................................................30

CAPITULO II: EL PROBLEMA ALIMENTARIO HEREDADO POR LA REVOLUCION .......................................39 1.

La Inseguridad Alimentaria ...................................................

2.

El Problema A grario............................................................................... 46

41

3.

El Problema Urbano.......................................................

64

CAPITULO III: EL SISTEMA ALIMENTARIO EN LA ECONOMIA NACIONAL E INTERNACIO NAL ...............81 1.

Características Estructurales................................................................... 83

2.

El Encadenamiento de los Sub-sistemas..............................................85

3. 4.

La Generación del Empleo ................................................................... 93 Articulación con el Sector Externo..........................................................97

CAPITULO IV: LA PRODUCCION AGRO-ALIMENTARIA.. 107 1.

El Uso de la Tierra ................................................................................109

2.

El Control Social sobre la Producción..................................................115

3.

Ubicación Geográfica de la P roducción.............................................. 117

4.

El Sistema Tecnológico........................................................................130

5.

El Carácter Estacional de la Producción.............................................. 134

6.

El Comportamiento de la Producción..................................................138

CAPITULO V: LA TRANSFORMACION INDUSTRIAL .......... 147 1. 2. 3.

Composición de la Industria de Alimentos, Bebidas y Tabaco (ABT) ......................................................................149 Correlación de Fuerzas y Concentración ............................................154 Comportamiento de la Industria de ABT en el Período Revolucionario................................................................158

CAPITULO VI: EL SISTEMA COMERCIAL ................................ 166 1. 2.

El Destino y Rujo Geográfico de los Alimentos .................................. 169 Actividades de Acopio y Mayoreo de los Alim entos............................ 177

3. 4.

Actividades de Distribución..................................................................186 La Participación Popular en el Abastecimiento ..................................193

CAPITULO V il: CONSUMO Y EL GASTO ALIMENTARIO FAM ILIAR....................................................... 202 1.

Las Características de la Dieta ............................................................ 204

2. 3.

Tendencias del Consumo ................................................................... 209 Ingreso/Gasto y el Poder Adquisitivo ................................................. 214

4.

Déficit Alimentario: Consumo Real versus Consumo Recomendado ................................................................. 219

CAPITULO VIII: LAS NUEVAS TENSIONES QUE ENFRENTA EL SISTEMA ALIM ENTARIO ........................226 1. Redefinición del Problema Alimentario.................................................228 2.. Balance de Segundad Alimentario ...................................................... 250 3. Las Tensiones de la Estrategia Alimentaria .........................................253

BIBLIOGRAFIA

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P R ES EN TA C IO N El C entro de Investigaciones y Estudios de la R e fo rm a A g ra ria (C IE R A ) ha p re p a ra d o el c o m p e n d io "R e fo rm a A g ra ria en N ic a ra g u a 1979-1989", síntesis de los principales estudios e investigaciones realizadas durante los primeros diez años de transform ación y desarrollo agrario en Nicaragua. La edición y publicación de este trabajo constituye un homenaje al décimo aniversario de la Revolución Popular Sandinista y un testimonio del esfuerzo realizado por nuestro país para cambiar su propia historia. El presente libro "Sistema Alimentario", es parte de una serie de diez volúm enes que abarca las s ig u ie n te s te m á tic a s : E s tra te g ia y P o lític a s ; Economía Campesina; Movimiento Cooperativo en el Sector Agropecuario; Organización y Participación Popular en el Campo; Mujer y Transformación de la Vida Rural; Formación y Capacitación; ; Marco Jurídico; Cifras y Referencias Docum entales e Imágenes de la Reforma Agraria. En este tra b a jo se analiza la e s tru c tu ra y el fu n c io n a m ie n to d e l s is te m a a lim e n ta rio nicaragüense en los primeros cinco años del período revolucionario. Además se incluye una introducción en que se resumen los principales cambios ocurridos en la política y el sistema alimentario durante el período 1985-1989.

El libro consta de ocho capítulos: el capítulo I describe las raíces históricas del sistema alimentario. El capítulo II analiza la naturaleza del problema alimentario que tuvo que enfrentar la Revolución. El c a p ítu lo III p re se n ta una c a ra c te riz a c ió n del funcionam iento y de la estructura del sistem a a lim e n ta rio en el períod o re vo lu c io n a rio . Los capítulos IV, V, VI y Vil presentan una caracterización de las diferentes fases del sistema alimentario: la producción, el procesamiento industrial, el comercio y el consumo. Finalmente el capítulo VIII analiza las p rin cip a le s te n sio n e s que enfrenta el sistem a alimentario y presenta un balance de la situación de “Seguridad Alimentaria” a mediados de los años 80. El trabajo de investigación, compilación, edición, y publicación, es fruto del esfuerzo del colectivo de trabajadores del Ciera, a quienes brindamos un fraterno reconocimiento, tanto a los investigadores que ya no laboran en nuestra institución, como a aquellos compañeros que nos han acompañado en tod a la jornada de los prim eros diez años de Revolución.

IN TR O D U C C IO N * Este libro analiza la estructura y el funcionamiento del sistema alimentario nicaragüense en los primeros cinco años del período post-revolucionario. Está basado en un texto que se preparó en 1985 como resultado de un proyecto apoyado por el Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (U n r is d ). Dicho texto trató de profundizar, actualizar y sintetizar, en un solo tomo, los cinco informes sobre el sistema y la estrategia alimentaria que el Centro de investigación y Estudios de la Reforma Agraria (C iera ) había preparado en 1983 y 1984 en colaboración con el Programa Alimentario Nicaragüense (PAN) y la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA) (C ier a , 1984b,c,d,e,f). El texto incorporó también amplias secciones de un documento que fue el producto de otro proyec­ to con el U n r is d sobre el rol de Managua en el sistema alimen­ tario nacional (C ier a , 1984g.), Entre 1979 y 1985, se produjeron cambios profundos en la estructura de distribución de recursos y en las relaciones entre los agentes qué participan en la producción y el Intercambio de alimentos. Durante el primer quinquenio post-revolucionario se planteó como una de las metas principales en la estrategia de desarrollo, la necesidad de alcanzar en un plazo no muy lejano la seguridad alimentaria, tanto nacional como individual. Esta fue concebida en términos de la necesidad de lograr la autosuficien­ cia alimentaria, y asegurar que las grandes mayorías tengan la capacidad de acceder a una canasta de productos alimenticios, capaz de proporcionar los elementos necesarios para el pleno

Elaborada por Peter Utting, investigador dei Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria, (Ciera).

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desarrollo de las potencialidades biológicas de todos los in­ dividuos de la sociedad (Ciera,1983b: 13; Schejtman,1983). En los primeros años, el Estado intervino fuertemente en el sistema alimentario para regular o controlar directamente un conjunto de actividades que tienen que ver con la cadena alimentaria: la distribución de insumos y maquinaria para la producción agropecuaria, la producción, el acopio, el al­ macenamiento, el procesamiento industrial de alimentos y la distribución de productos alimenticios al consumidor final. En este libro tratamos de Identificar las características básicas del sistema alimentario. Iniciamos el texto, trazando las raíces históricas de este sistema. Describimos brevemente algunos aspectos del sistema alimentario pre-colonial y colonial, y luego analizamos más detalladamente el Impacto en el comportamien­ to del sistema alimentario, de las diferentes fases de desarrollo capitalista y los cambios ocurridos en la forma de inserción de la economía nicaragüense en el mercado internacional. En el segundo capítulo analizamos la naturaleza del problema alimentario que tuvo que enfrentar la Revolución. Esto se aborda desde el punto de vista del “problema agrario” y el “problema urbano” . Con el Capitulo III se inicia la caracterización del funcionamiento y de la estructura del sistema alimentario en el período post­ revolucionario. Además, se analiza la importancia del sistema alimentario en la economía nacional, las inter-relaciones que existen entre los diferentes sub-sistemas alimentarios, y la forma en que el sistema alimentario se vincula con el mercado inter­ nacional. El capítulo termina con un análisis del proceso de reinserción de la economía nicaragüense en el mercado mundial que se inicia a partir de julio de 1979. Los Capítulos IV, V, VI y Vil hacen una caracterización de las diferentes fases del sistema alimentario: la producción, el procesamiento industrial, el comercio y el consumo, respectiva­ mente.

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El Capitulo VIII analiza las principales tensiones que enfrenta el sistema alimentario durante el período 1979-1985 y se presenta un breve balance de la situación de “seguridad alimentaria” que existía en el país a mediados de los 80. El libro termina con un intento de identificar algunas de las principales restricciones y contradicciones que obstaculizan el esfuerzo de alcanzar la seguridad alimentaria en el futuro.

Cambios en el comportamiento del sistema alimentario y en la Política Alimentaria: 1985-1989 De hecho el primer quinquenio del período post-revolucionario se descompone en dos fases: el primero hasta finales de 1981 cuando el Estado destina muchos recursos no solamente a la reconstrucción sino también a programas destinados a satis­ facer las necesidades básicas y elevar el nivel de vida de la población en general. El segundo período, de 1982 a 1984, son años de guerra y crisis económica. En este período el Estado se “sobrecarga” tratando de soportar los crecientes costos de la defensa, un programa de Inversiones públicas muy ambicioso, así como amplios programas sociales. Desde ese entonces han surgido muchos cambios en el fun­ cionamiento del sistema alimentario y sobre todo en el rol que ejerce el Estado en el mismo. En el primer quinquenio se enfatizó la necesidad de priorizar la producción de alimentos básicos y de industrializar los recursos naturales para diversificar y agregar valor a las exportaciones tradicionales. En cambio, tanto el Plan Económico 1989 como las políticas económicas diseñadas en los primeros meses de este año han tenido el objetivo de priorizar y estimular mas bien la producción agroexportadora tradicional, fundamentalmente la carne y el café, así como recor­ tar el presupuesto destinado a los proyectos agroindustriales.

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A principios de la década, se habló de la necesidad no solamente de aumentar la producción de granos y otros alimentos básicos, sino también de garantizar el acceso de la población a los mismos mediante un sistema de acopio y distribución con­ trolado por el Estado, acompañado de un fuerte subsidio de parte del gobierno central. En los últimos años se ha planteado la necesidad de liberar el comercio y eliminar el subsidio. A continuación se hace un resumen somero de algunos de los principales cambios ocurridos en la política y el sistema alimentario en los últimos años. Estos empezaron a implementarse a mediados de los 80.

1985-1987: El F o rtale cim iento de la Alianza O brera-C am pesina En 1984 se introducen los primeros cambios en la política alimentaria: se reduce el subsidio de los granos básicos eliminando el diferencial entre el precio al productor y el precio al mayoreo y se establecen algunas prioridades en el abas­ tecimiento que favorecen al ejército y a las poblaciones en las zonas de guerra, mientras se reduce la cuota regional de produc­ tos para Managua. En 1985 se anuncian más reducciones en el subsidio alimentario; algunas restricciones en el programa de inversiones y en los proyectos agro-alimentarios; se levantan una serie de controles sobre el comercio de granos básicos en el interior del país; se hace una priorización mas estricta para orientar la distribución de productos básicos, y se reduce la cantidad y variedad de productos garantizados en la tarjeta y en la red territorial de distribución. El gobierno plantea la necesidad de priorizar al ejército y a los sectores productivos en el sistema de asignación de recursos, así como también de reducir la asignación de recursos a la población urbana de Managua y particularmente al sector Informal. El Plan de 1986 sigue la misma línea en cuanto a ios grupos o sectores priorizados. Sin embargo, se pone un énfasis especial

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en la priorlzación del campesinado y del campo sobre la ciudad. También se habla claramente de la necesidad de reducir el nivel de vida del sector informal urbano. Como decía el Presidente Ortega en ese entonces: Existe el compromiso de priorizar el campo sobre la ciudad, con el objetivo de estimular la producción agropecuaria, asegurar la base social rural y reducir la migración interna... La decisión de privilegiar a los asalariados sobre el sector informal, combinada con la prioridad para el campo, inevitablemente implica una reducción sensible del nivel de vida de la mitad de la población urbana, fuera del sector formal. (Ortega, 1986:12)

En ese mismo año se libera aún más el comercio de maíz y frijol levantando determinadas restricciones en las regiones del Pacífico. No obstante, se impone una serie de controles sobre el comercio inter-regional poniendo puestos de control o los llamados “tranques” en las carreteras troncales. También se anuncian aumentos considerables en los precios oficiales de los granos básicos con el próposito de estimular la producción campesina y mejorar los términos de intercambio campo/ciudad desde la perspectiva del productor agropecuario. Este nuevo enfoque coincide con un esfuerzo de parte del gobierno central y la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) de aumentar la oferta de bienes manufacturados o los llamados “productos campesinos” en el campo. Durante este período el Estado reduce su peso en la estructura de tenencia. El porcentaje de la superficie agropecuaria en manos del Area Propiedad del Pueblo (APP) se reduce del 20 por ciento en 1983 a 13 por ciento a finales de 1986. Al mismo tiempo se acelera el proceso de entrega de tierras a campesinos individuales. El área promedio de tierra entregada a campesinos individuales aumenta de 14 mil manzanas en 1983 y 1984 a 140 mil en 1985 y 1986. En estos años la UNAG interviene con mayor beligerancia en el proceso de toma de decisiones relacionado con la política agro-alimentaria. De hecho surge un cambio importante en la correlación de fuerzas sociales a nivel de las organizaciones de masas. En los primeros años de la Revolución son las masas

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urbanas y tos Comité de Defensa Sandinista (CDS) los que logran una influencia importante en la conformación del nuevo sistema alimentario. Desde mediados de los 80 es mas bien el campesinado organizado en la UNAG el sector mas influyente en este sentido. Durante estos años la participación del Estado en el acopio de alimentos básicos se reduce significativamente. Entre los ciclos 1983/1984 y 1986/1987 el acopio de frijol por parte déla Empresa Nacional de Alimentos Básicos (E nabas) se redujo en un 63 por ciento, lo mismo ocurrió con el maíz en un 25 por ciento, y con el arroz en un 31 por ciento. Entre 1982/1983 y 1986/1987 el acopio estatal del café se redujo en un 41 por ciento, mientras las plantas procesadoras de leche, en su mayoría de propiedad estatal, redujeron su acopio de leche en un 47 por ciento entre 1982 y 1986. En 1987 los térm inos de intercam bio internos siguieron ' beneficiando al campo. Además, surgieron modificaciones en la política estatal hacia el comercio de alimentos básicos. En los años anteriores el gobierno había mantenido la política de restringir el pequeño com ercio. De un número total de aproximadamente 130 mil comerciantes o empresas comer­ ciales, M icoin sólo había otorgado licencias a unos 40 mil. En 1987 el gobierno promueve la “formalización” del pequeño co­ mercio, adoptando la política de otorgar en ese año licencias a otros 40 mil comerciantes. (Cabrales, 1987) También se levantan los controles sobre el comercio inter-regional (los tranques). En ese año el área de siembra de productos de consumo interno aumenta considerablemente de 462 mil manzanas en 1985/1986 a 608 mil en 1987/1988, lo que viene a constituir una cifra récord. Esto se debe en parte a los avances en la derrota de la contra, que posibilitaron la recuperación de tierras para labores agropecuarias en las zonas de guerra. A lo largo de este período (1985-1987) la producción de granos aumenta, de 10 millones de quintales en 1984/1985,a 11.7 millones en 1987/88.

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P o r su p a rte , el á re a de s ie m b ra de p ro d u c to s de agroexportación -fundamentalmente algodón en la región del P acífico- se reduce en un 34 por ciento entre 1984/1985 y 1987/1988. Los grandes productores de café también reducen considerablemente sus áreas entre los ciclos 1984/1985 y 1986/1987. Algunos de los principales cambios en el funcionamiento del sistema alimentario y en la política alime ñaria en esta fase (1985-1987) se pueden resum ir de la siguiente manera (Utting,1988;1989): • Se hace el intento de canalizar mayores recursos al sector campesino, modificando de esta forma el sesgo estatal y CAS que había caracterizado a determ inados programas del gobierno. • En vez de regular o controlar todas los eslabones de la cadena comercial, el Estado interviene en los principales sitios de acumulación del capital comercial, es decir en actividades vinculadas con la importación y el comercio mayorista. • Se elimina un cierto “ sesgo urbano” que caracterizó a deter­ minados programas y políticas alimentarias (racionamiento, subsidios), así como la distribución de bienes manufac­ turados básicos. • Se hace el Intento (sin mucho éxito) de cambiar el balance acumulación/consumo a favor de este último, restringiendo el programa de inversiones públicas y la im portación de bienes de capital. • Se cambia la política general de elevar el nivel de vida de “las grandes mayorías” y se hace una priorización de deter­ minados grupos, como son el ejército, la clase obrera y el campesinado, y en menor grado a los empleados del aparato administrativo del Estado. • Se cambian las formas y el grado de participación de las diferentes organizaciones de masas en el sistema alimentario y en el proceso de diseño de políticas. Mientras, se reduce la

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NICARAGUA: EL COMPORTAMIENTO DEL SISTEMA ALIMENTARIO, 1984-1988 Indicador

1984

Producción Granos (mill.qq) Básicos 1/(a) 10.1 Inversiones Agropecuarias (Mill.C$ 80) 2,007 Inv.Agrop/PIB (a) (%) 9.0 Exportaciones Agropecuarias (b) (Mill.$US) 316 Importaciones alimentarias 2/ (mill.$) 94.5 Importaciones Insumos y maq. agríc.3/ (c) (Mill.$US) 71.0 Acopio de (mls.qq) Enabas 1/ (d) 4.8 Subsidio alimentario/ Gastos Gob. 4/ (e) 3.8 Consumo aparente per-cápita (f) Maíz (Ibs) 167 u Frijol 47.8 n Arroz 81.4 " Azúcar 104 M Aceite 22.7 Leche 5/ (glns) 5.6 Huevos 6/ (doc) 6.3 Res 7/ (Ibs) 29.1 Pollo 6/ 6.7

1985

1986

1987

1988

10.5

11.0

11.7

11.4

1,818 8.5

2,641 12.4

2,632 12.5

1,160 6.0

254

229

230

179

79.1

70.3

43.0

ND

64.4

46.9

42.3

ND

4.2

3.5

3.6

2.5

0.5

0.2

0.0

0.1

152 47.6 . 87.8 100 18.2 5.4 6.5 26.2 6.9

157 48.2 61.6 93.2 17.2 5.5 6.6 21.6 6.8

139 39.4 66.5 95.0 ND 5.4 6.1 16.2 7.7

ND ND ND ND ND ND ND ND ND

Fuentes: a) Midinra; b) MICE/MEIC; c) FAO, Anuario de Comercio; d) Enabas; e) Ministerio de Finanzas; f) Ciera 1/ 2/ 3/ 4/ 5/ 6/ 7/

Se refiere a maíz, frijol, arroz y sorgo en los ciclos 1984-85 al 88-89. Se refiere a bienes de consumo alimenticio; alimentos para animales y materias primas alimenticias utilizadas en la industria alimenticia. Se refiere a fertilizantes, insecticidas y tractores. El subsidio de granos básicos y leche como porcentaje de los gastos corrientes del gobierno. Se refiere a leche pasteurizada. No incluye la producción campesina. Incluye la matanza clandestina. *

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participación de los CDS y se fortalece la participación de la UNAG. En el cuadro en la página anterior, se presentan algunos indicadores sobre el comportamiento del sistema alimentario en esta fase.

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1988-1989: El Fortalecimiento de la Economía Mixta Las políticas de ajuste introducidas en 1988 marcan el inicio de una nueva fase en la evolución de la política alimentaria. Estas políticas han afectado significativamente el comportamiento del sistema alimentario, introduciendo una serie de estímulos a la producción agroexportadora, mientras la rentabilidad de la producción campesina de alimentos básicos y el poder ad­ quisitivo de la familia rural se reducen notablemente ante el aumento en los costos provocados por la devaluación del córdoba, la reducción en la demanda efectiva que resulta de la contracción de la masa monetaria, así como el deterioro de los términos de intercambio campo/ciudad desde el punto de vista del productor. En el plano productivo se prioriza la producción agroexpor­ tadora tradicional, sobre todo los rubros de café y ganado donde la generación neta de divisas es mayor. Se toman medidas drásticas para restringir el programa de inversiones públicas lo que provoca atrasos o la paralización de determinados proyec­ tos vinculados con la producción y el procesamiento de alimen­ tos. En 1988, la inversión agropecuaria como porcentaje del PIB, se reduce de 12.5 por ciento al 6.0 por ciento aunque la inversión agropecuaria mantiene su peso relativo en las inversiones to­ tales (el 52 por ciento). La devaluación masiva del córdoba viene a afectar el proceso de tecnificación del agro y particularmente determinados programas alimentarios como son el Plan Contingente de Granos Básicos que promovía la siembra de maíz bajo riego. Se encuentran'seriamente afectados algunos rubros que utilizan muchos insumos importados como, por ejemplo, el arroz de riego y la producción avícola y porcina. El aumento en los costos de las materias primas importadas, así como repuestos, ma­ quinaria y equipo, genera un impacto fuertemente recesivo en ia industria alimenticia.

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Hacia finales del año, parte de la cosecha de primera y la siembra de postrera se vieron seriamente afectados por el huracán “Juana” que ocasionó daños al sector agropecuario calculados en unos 132 millones de dólares y afectó seriamente a unas 40 mil familias campesinas (Wheelock, 1989). Como respuesta a esta, situación el gobierno flexibiliza su política monetaria y crediticia, lo que viene a alimentar el proceso hiperinflacionario. En 1988 la tasa de inflación (medida en términos del índice de precios al consumidor) sube de 1,300 por ciento aproximada­ mente, a 31,000 por ciento, alcanzando en el mes de diciembre el 127 por ciento. Esta situación afecta seriamente el poder adquisitivo de un amplio sector de la población urbana, par­ ticularmente el sector informal y los empleados públicos del aparato administrativo del Estado. Para compensar parcialmente el deterioro del salario real de este último grupo, se introduce a mediados del año el llamado paquete “AFA” que consiste en la entrega de 10 libras de arroz y frijol y cinco de azúcar en forma subsidiada a cerca de 200 mil personas. Al final del año se elimina la tarjeta de racionamiento mediante la cual la población urbana y una parte de la rural había obtenido una cantidad mínima de un número restringido de alimentos básicos así como el jabón de lavar ropa. En 1989 un conjunto de medidas permiten a la gran producción p riv a d a un m a yo r e sp a cio para p ro d u c ir y a cu m u la r (Núñez,1989:11). Se sigue incentivando y prlorizando la pro­ d u c c ió n a g ro e x p o rta d o ra , se c o n g e la el p ro c e s o de expropiación de tierras y se forman las Comisiones Nacionales de Producción como “ puntos de concertación” donde los productores privados pueden influir en la toma de decisiones sobre políticas económicas. En esta fase se toman medidas drásticas para corregir una serie de desequilibrios financieros y de la balanza comercial, así como la distorsión en los precios relativos, que generaron inflación, endeudamiento externo e ineficiencia en el uso de los recursos. Mientras se logra corregir los precios relativos en 1988 y reducir la tasa de inflación en los primeros meses de 1989, estas

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medidas, junto con el impacto del huracán Juana (octubre 1988), vienen a afectar negativamente, por lo menos en el corto plazo, la seguridad alimentaria tanto nacional como individual. En 1989 se restringen aún más las inversiones agropecuarias, las cuales se reducen en más de la mitad con respecto a 1988, quedando seriamente afectados determinados proyectos agroindustriales como el complejo azucarero Victoria de Julio y el proyecto de procesamiento de hortalizas Valle de Sébaco. En los primeros meses de 1989 la política de indexar las tasas de interés de acuerdo a la inflación (al índice de precios al productor) amenazó con generar una fuerte recesión en la producción agropecuaria. Pero para abril, el gobierno se vió obligado a modificar la política, así como a condonar a ios productores una parte significativa de su deuda. A pesar de que la producción agro-alimentaria y el consumo per cápita de alimentos han bajado en esta última fase, el gobierno sigue tomando medidas compensatorias para proteger a deter­ minados grupos vulnerables. En abril de 1989, por ejemplo, se implementa la medida de entregar a todos los niños en los colegios primarios públicos un vaso de leche diario, así como incluir en ei programa AFA a los ancianos jubilados por el Estado. También en 1989, se implementa el “ Plan Tierra” que pretende dar respuesta a las demandas de tierra de parte de los cam­ pesinos sin tierra, los desmovilizados y los compactados. Mediante '.a cesión de tierras del Estado, la reasignación de tierras cooperatVas, la colonización de nuevas tierras o la reactivación de fincas abandonadas durante la guerra, se pretende beneficiar a lo largo de 1989 a unas 11 mil familias con aproximadamente 125 mil manzanas. De lo anteriormente expuesto, resulta evidente que los cambios en la política económica y alimentaria, ocurridos desde 1985, han transformado la correlación de fuerzas entre el Estado y el sector privado/cooperativizado a favor de este último, sobre todo en lo que respecta al control de la tierra, el sistema comercial y la inversión. Además, han surgido algunos cambios

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significativos en la estructura de la demanda y los patrones de uso o consumo tanto de insumos y maquinaria agrícola como de alimentos de consumo popular. La estrategia de desarrollo ha tenido que reconocer que la posibilidad de forzar el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas en una economía subdesarrollada, dependiente y en guerra -p ro d ucie n do “a cualquier costo” (IHCA.1989) y destinando cuantiosos recursos a grandes proyectos de larga m aduración- tiene sus límites, y que este modelo termina enfrentado una serie de restricciones y/o generando deter­ minadas contradicciones como son la escasez de divisas, la ineficiencia y el desperdicio de recursos, así como la falta de incentivos materiales. Sin embargo, los cambios ocurridos en los últimos años no implican el abandono de las principales tranformaciones so­ ciales logradas en los primeros años de la Revolución. El APP, el movimiento cooperativo, y la Reforma Agraria siguen siendo ejes claves del proceso de desarrollo. Lo que la estrategia agroalimentaria ha tenido que reconocer es que el mundo rural es un mundo muy heterogéneo y que el proceso de desarrollo tiene que involucrar a todos los diferentes grupos sociales vinculados a la producción, incentivando no solamente al llamado sector reformado sino también al campesinado in­ dividual y al sector capitalista.

MAPA1

R EG IO N 1

II

III IV

D EP A R TA M EN TO ES TEL1 M A D R IZ N U E V A S E G O V IA LEO N C H IN A N D E G A M ANAGUA M ASAYA CARAZO GRANADA R IV A S

V

BOACO C H O N TALES N U E V A G U IN E A

VI

M A TA SA LP A J IN O T E G A Z E L A Y A N O R TE

ZE

1

Z E

II

ZELAYA SUR

Z E

III

R IO S A N J U A N

C A P ITU L O I LA E C O N O M IA N IC A R A G Ü EN S E EN LA DIVISION IN TER N A C IO N A L D EL TR A B A JO : Las Raíces Históricas del Problema Alimentario

1. Del Período Pre-Colonial hasta la Formación del Estado Nacional El sistema alimentario pre-colonial se basaba fundamentalmente en el cultivo del maíz y frijol, la caza y la pesca. También existían otros productos típicos del foco de desarrollo agrícola de Mesoamérica como son las cucurbitáceas y los chiles. Durante este período existía una amplia población indígena concentrada a la orilla de los lagos en el Pacífico Central y Sur (los cacicazgos de Nindlrí, Tipitapa, Masaya y Rivas). También existían aglomeraciones de indios en la Costa Atlántica, así como los Chorotegas en la región de Las Segovias. Los sistemas produc­ tivo s de estas poblaciones variaron significativam ente, predominando la caza y pesca a nivel de las tribus asociadas culturalmente con los Chibchas, en particular los Miskitos en el Atlántico; mientras los Chorotegas en el Norte y otras tribus del Pacífico eran fundamentalmente agricultores aunque ios sis­ temas utilizados nunca alcanzaron los niveles de sofisticación que caracterizaban a los Mayas en los países al norte de Nicaragua (CiERA,1984a:46-7). Con la colonización de los españoles, se introduce la ganadería y otros cultivos importantes como el millón, la caña y frutales etcétera. En un principio, la economía indígena se mantenía relativamente independiente pero este carácter bimodal se rompe paulatinamente cuando aumenta la demanda de alimen­ tos y fuerza de trabajo de la hacienda ganadera. Sin embargo, los cambios en las relaciones de producción y de intercambio no afectaron significativamente los patrones de producción y de consumo de la masa de la población. Lo que cambió durante esta época fue la relación tierra/hombre. En el siglo XVI, con la llegada de los españoles, se inicia un proceso de eliminación de la población indígena. La Conquista

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trajo masacres, epidemias, hambruna, el trabajo forzado en las minas y la exportación de indígenas como esclavos a Panamá y a los países andinos. Para el siglo XVIII la colonización española en Nicaragua casi había eliminado la población nativa. En un cuarto de siglo la población bajó de más de medio millón a 46 mil personas. Muchas tribus, entre ellas los Mlskitos, se destacaron por su grado de resistencia a la colonización (Jenkins,1986). El proceso de eliminación de la población indígena fue más fuerte en Nicaragua que en el resto del Istmo. Probablemente, ésto se debe a que los grupos indígenas nicaragüenses nunca alcanzaron los niveles de consolidación y desarrollo de la cultura mesoamericana de los Mayas, cuya civilización agrícola penetró a Guatemala, el Salvador y parte de Honduras. En Nicaragua, Costa Rica y Panamá y la otra parte de Honduras, la población indígena fue Caribe y Chibcha. Los Caribes y Chibcha no fueron culturas campesinas, sino cazadoras y atacaron y desalojaron los indígenas Nahualt en el Interior del país. Estos rasgos de la época colonialista tendrían consecuencias importantes para el futuro desarrollo del sistema alimentario. Son éstas las raíces de algunas de las características de la estructura agraria nicaragüense que la diferencian de las estruc­ turas típicas latinoamericanas, características que tienen que ver, por ejemplo, con la falta de mano de obra y la falta de un fuerte sector minifundista. Dado los bajos niveles de desarrollo de la agricultura indígena, la hacienda ganadera viene a convertirse en la forma productiva predominante en el siglo XIX. Tanto la ganadería como los granos básicos constituirían los ejes del sistema alimentario a lo largo de cuatro siglos. La mayor parte de la población vivía en una economía de subsistencia y el mercado interno era muy reducido; la masa de la población poseía o usufructuaba sus propias parcelas o bien se encontraba ligada a los latifundios ganaderos a través de formas de explotación serviles o semiserviles. Durante este

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período no se registran cambios significativos en los sistemas tecnológicos de la población indígena. Como nos señala un estudio del C ier a sobre la región de Las Segovias: Las prácticas de roza y quema que nos describen los viejos campesinos de la región no difieren en nada esencial de las que nos relatan los cronistas españoles. Claro está que con la llegada de éstos, el hacha de hierro y el machete reemplazaron al hacha de piedra, y facilitaron de esta forma, la operación del desmonte. La introducción del ganado aumentó la necesidad de proteger los cultivos, y el sistema se enriqueció de algunas especies importadas como el millón y la caña. Pero esos cambios no fueron-suficientes para trastocar la racionalidad profunda del sistema. (Ciera, 1984a:79)

Al inicio del período colonial, se nos presenta la imagen de un sistema alimentario relativamente independiente del mercado internacional. El acceso a mercados externos estaba parcial­ mente obstaculizado por los conflictos entre los grandes poderes colonialistas de España, Inglaterra y Francia. La inserción en el comercio internacional se centra en la venta de ganado en pie, metales preciosos, cacao, añil y maderas. Los ingresos provenientes de las exportaciones se destinaban fundamentalmente al consumo suntuario de los españoles y no a la importación de insumos, bienes de capital o de consumo básico que ocurrirá en el siglo posterior, es decir el grado de dependencia externa del sistema alimentario era mínimo. La producción y el consumo básico no dependían de la importación como sucede a partir de la Segunda Guerra Mundial. A diferencia del siglo XX, encontramos que los principales problemas alimentarios se manifestaron en las ciudades y no en el campo. Esto debido a la poca disponibilidad de caminos y medios de transporte y al hecho de que un amplio sector de la clase dominante se mantenía en el campo, en la casa hacienda y no en la ciudad. Desde el período colonial, se habían venido gestando al interior de la clase dominante nicaragüense dos fracciones oligárquicas. La primera fracción de la oligarquía tenía sus bases económicas en la hacienda ganadera y la plantación añilera en la región de Granada-Chontales y estaba ligada con el exterior a través del dominio de Guatemala e

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Inglaterra. Esta fracción disfrutó de un desarrollo más temprano que la otra. Como señala el historiador Radell: Ai aumentar la colonización durante el siglo XVII, Chontales se convirtió en la región ganadera más importante de Centroamérica. Fue entonces que el gobierno provincial empezó a pedirle a la Corona que regulase los reclamos de tierras. Como resultado, ésta instaló un registro per­ manente de tierras en Granada y estableció leyes con respecto a la ganadería. ...Algunas familias de comerciantes ricos de Granada pudieron entonces obtener vastas propiedades en Chontales reconocidas por títulos reales y aumentarlas por medio de la compra de pequeñas parcelas que estaban en manos de campistos. (Radell,1969:155-6)

La oligarquía granadina se convirtió en una clase de latifundistas ganaderos a través de su posición como comerciantes y dueños de plantaciones de añil. Por otro lado, la oligarquía leonesa tenía su base económ ica en la hacienda ganadera-granífera tradicional. Ei entrelazamiento del latifundio y el comercio inter­ nacional existía en León, pero fue menos pronunciado que el caso de Granada. Estas dos fra ccio n e s o lig á rq u ica s d esa rrollaron fo co s económicos bastante aislados uno del otro y conectados con el mundo exterior a través de la vía marítima del lago Nicaragua-Río San Juan-Puerto de San Juan del Norte en el caso de Granada y por los puertos del Realejo y Corinto en el caso de León. La existencia de dos grupos regionales y en conflicto, obstaculizó la centralización y el fortalecimiento del Estado nacional. El resultado fue un país que no tenía moneda propia, ni banco central, ni un aparato estatal capaz de dictar leyes para regular la actividad agropecuaria. Las luchas entre las oligarquías de León y Granada durante la primera mitad del siglo XIX crearon las condiciones para la intromisión de mercenarios filibusteros en Nicaragua dando origen a la guerra nacional y centroamericana antifiiibustera de 1853-1857 en contra de las pretensiones expansionistas de los Estados Unidos y el intento de Walker de anexar a Nicaragua. De esta guerra salió revitalizada la oligarquía granadina. Asimis­ mo, otro factor que favoreció a Granada fue el incremento del

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número de pasajeros por la ruta ístmica San Juan del NorteGranada-San Juan del Sur debido al descubrimiento del oro en California en 1849. Los ingresos que dejaban estos viajes for­ talecieron a la fracción granadina valorizando y mercantilizando la agricultura del departamento de Rivas a lo largo de la nueva carretera que conectó el lago de Nicaragua con el puerto de San Juan del Sur. A través del pacto oligárquico de 1856. la oligarquía de plantación añilera, cuya sede era la ciudad de Granada, logró establecer su hegemonía sobre la oligarquía de la hacienda ganadera-granífera con sede en la ciudad de León. El dominio de Granada fue insuperable durante treinta años (1857-1888) en los cuales el partido legitimista de Granada se turnó en la presidencia de la república, y ocupó consistentemente todos los altos cargos dentro del aparato del Estado. Fue Granada la que organizó la estructura jurídico-político-admnistratlva del Estado para que correspondiera a sus propios intereses. El Estado institucionalizaba mas bien un caudillismo local tanto en Granada como en León, dirigiendo la mayor participación en el botín público hacia los granadinos. Durante este período se “ satelizan” las antiguas zonas indígenas de Masaya-DirláDiriomo en torno al desarrollo del foco de Granada. Bajo la hegemonía granadina, se establece una vinculación primitiva con el resto del país. De León provenía maíz a Granada; Masaya surtía frijoles, arroz, y gran número de productos manufactu­ rados indígenas; y Granada dominaba en la Importación comer­ cial (Levy, 1965:245-6).

2.- La Expansión Cafetalera El esquema económico y político que había predominado desde la independencia, viene a cambiar radicalmente en la segunda mitad del siglo diecinueve con la inserción de la economía en el mercado mundial de café. El cultivo del café se inicia en la década de los 40 del siglo pasado. En 1867 ya existían 150

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haciendas cafetaleras en las Sierras de Managua. Sin embargo, no fue hasta los últimos quince años del mismo siglo, con el incremento de los precios en el mercado internacional, que se aumenta rápidamente la producción. Entre 1893 y 1909 el desar­ rollo del cultivo fue impulsado por el gobierno nacionalista del General Zelaya, apoyado por los cafetaleros liberales. Para principios del presente siglo, se convierte en el principal produc­ to de exportación. El desarrollo cafetalero viene a cambiar radicalmente la correlación de fuerzas a nivel de los grupos dominantes. Surge una nueva fracción liberal que se hace cargo del Estado. El proceso de debilitamiento de la fracción granadina se acelera a partir de 1880 cuando el descubrimiento de los colorantes sintéticos en Alemania eliminó virtualmente el mer­ cado internacional de añil. Con el desarrollo cafetalero, Managua se convirtió en el centro activo de la economía nacional. El nuevo Estado liberal creó una infraestructura económica para la salida de la producción cafetalera hacia los centros de ultramar con carreteras, líneas ferroviarias y telecomunicaciones. Estableció un sistema m onetario y financiero nacional y construyó beneficios mecanizados para procesar el café. Este Estado impulsor de los mestizos de Managua, también estimuló el desarrollo de la burocracia pública y el crecimiento de la población capitalina. Wheelock identifica cuatro efectos perturbadores que tuvo el desarrollo cafetalero en sus etapas iniciales. En primer lugar: ....este progreso aparente significo* la integración de (la economía nicaragüense) —entonces desenvolviéndose dentro de un regimen puramente mercantil atrasado — al sistema de dominación ejercido por las potencias imperialistas que desde principios de siglo habían incor­ porado a su esquema de dominación y expansión al territorio nicaragüense ... El desarrollo económico del país dependería desde entonces de las condiciones de cuotas, precios y oscilaciones deter­ minadas por los centros comerciales dominados por los países im­ perialistas. (Wheelock, 1975:15-16)

En segundo lugar, a lo largo de medio siglo, el café se convierte en el principal producto de exportación y el principal producto

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generador de riqueza local. En 1926 el café representa el 62 por ciento de las exportaciones totales y después de la “Gran Depresión” de los anos 30, las exportaciones aumentan rápidamente, al iniciarse la segunda guerra mundial. En tercer lugar, mientras en otros países de la región, tales como 3osta Rica, el desarrollo del rubro del café se basaba en el ssfuerzo de pequeños y medianos productores, en Nicaragua 5U desarrollo estaba basado mas bien en medianas y grandes jnldades de producción. El derrocamiento de Zelaya (1909) y la intervención de los Estados Unidos fortalecía a los latifundistas conservadores que rápidamente incorporaban al café dentro de sus fincas. Inclusive, la revalorización de la tierra, producto de los altos precios pagados por el café, conllevó a una expansión del latifundismo y a un proceso de colonización interna con la apertura de la frontera agrícola, particularmente en los depar­ tamentos de Matagalpa y Jinotega. Finalmente, el desarrollo del rubro produce cambios importan­ tes en la composición de clases y el fortalecimiento de relaciones capitalistas de producción. Durante este período se desarrolla el mercado de trabajo aunque prevalecían mecanismos amarradores y forzosos para asegurar la disponibilidad de trabajadores estacionales. La expansión del latifundio y el crecimiento del mercado de trabajo implicaba la disolución del campesino medio. Sin embargo, el proceso de proletarización enfrentaba serias limitaciones que conllevaban mas bien a la semi-proletarización de un amplio sector de la población rural, que reteniendo algún vínculo con la tierra, estaba obligado a vender su fuerza de trabajo durante los meses de corte para poder reproducirse. Paulatinamente, este sector se convertía en el principal grupo social en el agro. Debido a las nuevas formas de organización del proceso productivo en base por ejemplo, de la división de trabajo y el cálculo económico, la contratación de mano de obra y la acumulación de capital, la oligarquía tradicional empieza a con­ vertirse en burguesía agraria. Al mismo tiempo surge un fuerte grupo de comerciantes que se encargaban del mercadeo del

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producto y el suministro de insumos y materiales requeridos en la producción.

3. El “Boom” Algodonero La segunda fase de desarrollo capitalista en Nicaragua se inicia en los años 50. El inicio de la Guerra de Corea (1950-52) había cortado el flujo de algodón desde Asia a las Industrias textileras norteamericanas que buscaban nuevas regiones como fuentes de esta materia prima. De esta manera, las economías de América Central se insertan en el mercado internacional como exportadores deralgodón, consolidando su carácter de economí^s-'ágroexportadores de materias primas requeridas por laáindustrias de los Estados Unidos. Es la producción algodonera la que conforma definitivamente la economía nicaragüense como una economía capitalista dependiente cuyo modelo de acumulación reviste las características siguientes: concentración de los medios de producción (la tierra) .y proletarización sobretodo estacional, con un estrecho mercado interno y con una Incipiente industrialización; fenómenos que bloquearon el acceso a la tierra y el acceso al empleo a la mayor parte de la fuerza de trabajo. A través de este proceso, la economía nicaragüense se vuelve altamente dependiente del exterior tanto para la obtención de recursos tecnológicos como financieros. Los nuevos sistemas tecnológicos utilizados en el cultivo del algodón requerían gran­ des importaciones de semillas, agroquímicos, tractores e im­ plementos agrícolas así como otros bienes de capital para montar la nueva infraestructura procesadora y comercial vin­ culada con el producto. Es también a partir de los años 50 que Nicaragua se vuelve dependiente de financiamiento del capital internacional. Esto se ve claramente en la evolución de la deuda externa (pública y privada), el origen externo creciente de los fondos destinados a la Inversión bruta interna, el financiamiento del déficit fiscal y el

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origen de los recursos de los bancos comerciales. La deuda externa que no pasaba de dos millones de dólares en 1950 llegó a alcanzar 900 millones de dólares en 1977. En 1953, la fusión de intereses algodoneros y comerciales del occidente junto con industriales de Managua, da origen al Grupo Banic que se convierte en el grupo financiero más poderoso del país. Como soporte principal al grupo estaban el Chase Manhattan Bank, Morgan Guaranty Trust y Multibank and Trust Company, repre­ sentando intereses norteamericanos. Rápidamente el algodón se convierte en el principal cultivo de la economía. A lo largo de los años 50 el peso del algodón en las exportaciones nacionales pasa de 5 por ciento a 23 por ciento. De 1950 a 1955 el área cosechada aumenta de 24 mil a 124 mil manzanas, alcanzando a mediados de la década de los 60 más de 200 mil manzanas, superado únicamente por el maíz. Dentro del PIB agrícola, el algodón se convierte en el mayor generador de valor agregado, llegando a aportar en 1974 el 45 por ciento. El impacto social del auge algodonero sigue siendo objeto de debate. Según mucha de la literatura crítica, la expansión del cultivo tuvo un impacto fuerte sobre las relaciones de producción y la estructura de clases en el agro (Núñez,1980; Carrión y Wheelock,l980; FlDA, 1980). En particular, se señala el desplazamiento de la producción de granos básicos; el desplazamiento, proletarizaclón y urbanización del cam­ pesinado y la concentración de la tierra y de la producción algodonera en grandes fincas. El boom algodonero cambió por completo el perfil productivo y la estructura social de los departamentos de León y Chinandega y parte de Masaya ... durante los años 50 desató un proceso dramático de proletarización de la población campesina. Casas, cercos, árboles fueron arrasados para permitir la expansión del oro blanco y forzar a los campesinos a ofrecer su trabajo a salarios miserables y estacionarios. (FIDA,1980:12)

El desarrollo algodonero generó también tendencias migratorias de la población rural hacia las ciudades del Pacifico o hacia el interior del país. Este proceso de desplazamiento del cam­ pesinado se da en gran parte por el retiro de los derechos que

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tenían los campesinos sin tierra (colonos, medieros etcétera) para sembrar dentro de los límites de la hacienda ganadera. Muchos de estos ganaderos se convirtieron en algodoneros y expulsaron a los campesinos para aprovechar las tierras. Un estudio más reciente sobre el subsistema del algodón, presenta evidencia de que en determinados aspectos el impacto social anteriormente descrito era menos marcado o se diferen­ ciaba según el período bajo análisis. En base a un análisis de los datos censales de 1952,1963 y 1971 el estudio plantea, en primer lugar, que el crecimiento del rubro en la primera década, se dio principalmente por la vía de la incorporación de nuevas tierras o tierras ganaderas y en menor grado al desplazamiento de otros cultivos anuales a tierras marginales. En lo que se refiere a la estructura agraria que prevalece al inicio del boom, los datos de la encuesta agropecuaria: ...no permiten sustentar el dominio de una estructura tipo iatifundio/minifundio... El planteamiento central es señalar la heterogeneidad de la burguesía algodonera y la negación de una imagen falseada de la estructura productiva en la cual un grupo pequeño de grandes y modernos productores tenían el control directo sobre la producción. (Ciera/Inies, 1983:46)

En segundo lugar, plantea que la expansión del rubro entre 1952 y 1963 se da por el incremento en el área sembrada en todos los estratos y no por un proceso de concentración en la propiedad de la tierra. Es entre 1963 y 1971 que se hace notorio un proceso de concentración en que el estrato superior a las 500 manzanas aumenta su control de 53 por ciento a 60 por ciento del área, mientras los estratos menores de 20 manzanas registran una caída en sus áreas sembradas. Finalmente, el estudio demuestra que al iniciarse la expansión algodonera, la estructura ocupacional del Pacífico norte ya mostraba fuertes rasgos capitalistas, teniendo los asalariados un peso importante en la estructura social. El peso de este sector se mantiene bastante estable a lo largo de los 50 y los 60. De hecho, el principal cambio registrado en la estructura social se relaciona con una fuerte reducción en la categoría de

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empleadores, que dism inuyen su peso en la estructura ocupacional de 9.8 por ciento a 1.6 por ciento entre 1950 a 63. Como explicación, se plantea un posible debilitamiento de los sectores más bajos de la pequeña burguesía y su pasaje a trabajadores por cuenta propia. Gran parte de los excedentes generados por la actividad al­ g o d o n e ra fu e ro n a p ro p ia d o s a través de a ctivid a d e s procesadoras y comerciales concentradas en manos de 26 desmotadoras y 17 casas exportadoras. Estos estaban con­ trolados por el gran capital nacional e internacional asociados en gran parte en el grupo financiero Banic. En la esfera de comercialización predominaba el capital extranjero mientras el capital nacional tendía a funcionar como intermediario entre los productores y las casas exportadoras internacionales. Con la expansión de las exportaciones de algodón, se inicia un proceso de d¡versificación de los principales mercados extran­ jeros. En cuanto a la composición geográfica del comercio exterior encontramos una pérdida relativa de la importancia de los Estados Unidos tanto en las exportaciones como en las importaciones. En 1950, el 70 por ciento de las exportaciones se destinaban a los Estados Unidos, mientras en 1960 éstas habían bajado a 43 por ciento, representando sólo el 31 por ciento y 23 por ciento en 1970 y 78 respectivamente. Por el contrario, el resto de los mercados pasan a contribuir en mayor medida, destacándose Centroamérica, Europa Occidental, y determinados países Asiáticos tales como Taiwán y la República Popular de China que tenían desde fines de los años 70 una importancia creciente en las exportaciones de algodón. Finalmente, hay que notar que el algodón tuvo una relación estrecha con el consumó de la población, siendo la fuente de importantes materias primas utilizadas en la industria alimen­ ticia. Como veremos más adelante, no hay lugar para una imagen del algodón como producto dé exportación que solo ensanchaba el consumo suntuario de las ciases privilegiadas.

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4. El Desarrollo Ganadero y Agroindustrial La creciente apropiación de excedentes de parte de los grandes grupos financieros-comerciales, contribuye en Ips años 60 a una etapa de desarrollo de la industria procesadora de materias prim as agropecuarias. Paralelam ente al desarrollo de la producción agroexportadora nace fortalecido y bajo el amparo del capital comercial-bancario, el capital agroindustrial. La con­ trapartida del capital financiero (bancario-industrial) de los países sub-desarrollados se manifiesta en Nicaragua como una alianza, cuando no como la fusión, del capital comercial-bancario con el capital agroindustrial y que en Nicaragua se conoció como el "gran capital" controlado por Somoza y Pellas-Montealegres. La construcción y expansión de complejos azucareros, ar­ roceros, tabacaleros, mataderos y polos de ganadería intensiva, junto con el desarrollo de la industria de alimentos y bebidas (plantas lácteas, aceiteras, cervecerías, fabricación de gaseosas y alimentos para animales, molinos y avícolas) caracterizan el desarrollo del modelo somocista en sus últimas dos décadas de existencia. En los Cuadros 1.1 y 1.2 se ve claramente el ritmo de inserción de Nicaragua en la economía mundial a lo largo de este siglo y en particular con la expansión de las agroexportaclones en los años 60 y 70. Hoy en día, el grado de apertura es tal que el sector de comercio externo representa un volúmen de transacción del orden de los 1,500 millones de dólares, lo que equivale aproximadamente al 50 por ciento del PIB.

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CUADRO 1.1. EVOLUCION DEL COMERCIO EXTERIOR, 1900-1980 (miles de dólares) Año

Exportaciones

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980

2,847 4,545 10,787 8,344 9,494 34,322 62,871 178,623 450,442

Importaciones 2,578 2,856 13,864 8,172 7,053 24,701 71,712 198,748 887,211

Fuente: 1900-70 Memorias de Aduana: 1980 MICE CUADRO 1.2. EVOLUCION DE LAS PRINCIPALES AGROEXPORTACIONES, 1940-1980 (volúmen en miles de unidades; valor en millones de dólares) Año 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 *

Café Vol. Valor QQ $ 332.6 266.4 456.2 494.9 473.3 612.9 657.6 890.1 1000.0

Algodón Vol. Valor QQ $

2.1 23.9 nd 3.7 70.7 17.3 27.9 31.0 19.2 585.3 26.4 2673.3 32.1 1447.8 48.1 2832.1 165.7 427.0

0.2 nd 1.8 0.9 14.7 66.1 34.2 95.6 30.4

Carne Valor Vol. QQ $ * * *

* * *

11.5 97.9 206.7 537.6 476.9 450.5

0.6 3.0 6.7 26.6 27.0 58.6

Azúcar Vol. Valor TM $ * * ★ * 5.9 8.8 34.9 45.5 70.2 90.3 61.3

0.7 0.9 3.4 6.0 9.8 42.6 20.5

Volúmenes y valores insignificativos.

Fuente: “Prolegómeno para la Historia de Nicaragua”, P.Belli; Memorias de Aduana; MICE.

En estudios pasados (FIDA, 1980) la industria nicaragüense está retratada como débil, desarticulada y orientada fundamental­ mente hacia el exterior debido al modelo agroexportador y a la dom inación del Mercomún Centroamericano por parte de las transnacionales y los EE.UU. Es decir, la estructura raquítica industrial aparece como el resultado de un determinado modelo

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del d e sa rro llo agrícola. Investigaciones posteriores han demostrado que el sector industrial y su desarrollo es también una causa principal del desarrollo encaminado en el sector agropecuario. El desarrollo de la industria de alimentos, bebidas y tabaco tuvo un impacto enorme al Interior de la economía, determinando no solamente el rumbo del sector agropecuario, sino remodelando los hábitos de consumo de las masas de la población. Con el crecimiento de las ciudades se transformaron los hábitos de consumo de amplios sectores de la población con la integración en la dieta popular de productos alimenticios provenientes del se cto r industrial y del e xte rio r (azúcar, aceite, galletas, gaseosas, etcétera). Con este proceso de urbanización se amplía parcialmente el mercado interno, sin embargo, el grado de apertura de dicho mercado quedaba restringido dada la estructura del ingreso y riqueza. El ritm o de expansión del sector agroindustrial en el período 1960-1977 alcanzó 7.2 por ciento anual. En 1978 este sector representaba cerca del 58 por ciento de las actividades in­ dustriales y contribuía con casi el 25 por ciento de las expor­ taciones del país. En este período cabe destacar el desarrollo de la ganadería y la industria azucarera. Ambos tuvieron efectos muy importantes en el patrón de uso de la tierra, en la estructura de clases en el agro y en la composición de las exportaciones. El análisis del desarrollo histórico de la economía nicaragüense suele ubicar a la expansión ganadera para la exportación de carne vacuna como una etapa independiente de desarrollo. Consideramos que esta conceptualiziación es muy parcial. El desarrollo ganadero en Nicargua se ubica dentro de un proceso de desarrollo agro-industrial mucho más amplio en donde la matanza es solo un eslabón de una cadena relacionada con actividades procesadores de carne, leche y sus derivados. De esta manera hay una relación directa entre la expansión de la ganadería y numerosas industrias, como por ejemplo, la in­ dustria de alimentos para animales, de calzado y jabón que utilizan derivados de la ganadería mayor.

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La expansión de la ganadería en los años 60 y 70 provocó un aumento dramático en el área bajo pastos de 1.5 millones de manzanas a alrededor de 4 millones, ubicados fundamental­ mente en el interior del país. La revalorización de la actividad ganadera impulsó la formación de pastos y de extensiones más grandes por parte de los grandes ganaderos que orientaban sus actividades hacia el repasto. Este fenómeno se presentó prin­ cipalmente en el Interior del país donde tendían a aumentar considerablemente el área bajo fincas y el número de ganado pero disminuía el número de fincas. En Chontales, por ejemplo, se ha estimado que el área bajo fincas aumentó en un 56 por ciento entre 1963 y 1978 mientras el número de explotaciones bajó en un 48 por ciento. A través de este proceso, los grandes ganaderos aumentaron considerablemente su peso en la estructura agraria por el hecho de que incorporaron nuevas tierras y desalojaron a muchos pequeños productores que tradicionalmente cultivaban tierras de los grandes propietarios como arrendatarios o medieros. El censo agropecuario de 1971 reveló que sólo un 2 por ciento (1,500 ganaderos) controlaba 55 por ciento del área bajo pastos. En lo que se refiere al desarrollo azucarero, el área bajo caña se duplicó entre 1966-1975, alcanzando casi 50,000 manzanas, ubicadas en su casi totalidad en el Pacífico del país. Dicha expansión fue relativamente paulatina y no com pitió fuertemente con otros cultivos. En el pacifico sur incorporó tierras ganaderas mientras en el pacifico norte, incorporó fundamentalmente tie­ rras algodoneras. De 1960 a 1975 la tasa de crecim iento a nivel de la producción era de 6.9 por ciento anual, la más alta de todos los productos de agroexportación. A diferencia de los patrones de desarrollo de este rubro en otros países centroamericanos, en Nicaragua la producción de azúcar estaba relativamente concentrada en seis ingenios controlados por dos grupos oligopólicos (Dubois et.al.,1983). Como en el caso del cafó y el algodón, el desarrollo azucarero viene a contribuir a la consolidación del semiproletariado, como sector social predominante la PEA rural. Para finales de los años 70

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unos 15,000 trabajadores podían encontrar trabajo en la zafra durante 5-6 meses; sin embargo, los ingenios solo retenían aproximadamente la mitad de ellos en los otros meses del año. Para finales de la década de los 60, la carne de res y el azúcar se habían convertido en el tercer y cuarto producto de exportación respectivamente. Cabe señalar que la expansión de ios nuevos rubros de exportación durante este período, tales como la carne y el azúcar, mariscos, tabaco, etcétera, diversifica considerablemente la base exportadora de la economía. En comparación con otros países del Tercer Mundo esta base diversificada permitía a Nicaragua resistir con mayor facilidad las fluctuaciones del mercado internacional. El desarrollo agroindustrial durante este período cambia sig­ nificativamente el carácter social y tecnológico de actividades procesadoras de materias primas. El lento desarrollo del sector industrial hasta 1963 se refleja en el hecho de que unas 15,000 unidades artesanales producían más del 80 por ciento de la producción Industrial bruta (Carrión y Wheelock,1980). Ya por 1972 este esquema se había transformado en el período de una sola década. El 90 por ciento del valor agregado estaba siendo generado por un 6 por ciento de los establecim ientos in­ dustriales mientras la pequeña industria y el sector artesanal compuesto por el 94 por ciento de los establecimientos apor­ taban sólo el 10 por ciento del valor agregado (FIDA, 1980:31). El desarrollo del sector industrial vinculado con el procesa­ miento de materias primas se explica en términos de cuatro factores fundamentales; En primer lugar, se vinculaba con el proceso de acumulación generado a partir del boom algodonero. Los excedentes del desarrollo algodonero controlado por el grupo de Somoza y otros como el Grupo Banic se canalizaban en gran parte hacia el desarrollo de la industria agro-alimenticia. En segundo lugar, se relaciona con la naturaleza de los nuevos ejes de exportación que se expandieron durante las décadas de los 50 y 60, es decir el algodón, la carne y el azúcar. A diferencia

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de otros rubros tradicionales tales como el café o el banano, estos generaban múltiples productos y sub-productos des­ tinados al mercado interno. Además, del consumo directo de la carne de res y el azúcar, cabe mencionar la semilla de algodón para aceite vegetal, margarina, etcétera, la leche para leche pasteurizada y en polvo, cuero para fábricas de calzado, sub­ productos de los tres rubros destinados a la industria de alimen­ tos para animales, azúcar y melaza destinados a las industrias de bebidas alcohólicas y no-alcohólicas, etcétera. Asimismo, crece la industria artesanal procesando materias primas provenientes de estos rubros. En particular es notoria la proliferación de la pequeña industria de cuero y calzado, in­ cluyendo no solamente la fabricación de zapatos, sino también talabartería para abastecer la creciente demanda del sector ganadero, la fabricación de colchones aprovechando el sub­ producto del linter de algodón, confitería, bebidas, queso, etcétera. En tercer lugar, el desarrollo de la industria agro-alimenticia tiene que entenderse dentro del contexto del arranque del Mercado Común Centroamericano sobre todo en el período 1965-1970. Esto dio impulso a un proceso de industrialización sustitutiva apoyado por los Estados Unidos y agencias internacionales de desarrollo. Este efuerzo estaba financiado en gran parte con recursos externos. Entre 1960 a 69 la deuda pública crece de 22 millones de dólares a 138 millones, alcanzando la deuda externa en 1977,864 millones de dólares. De este modo, para finales de los 70, Nicaragua se había convertido en el segundo país más endeudado de América Latina en relación al PIB y el sexto a nivel mundial (Banco Mundial,1982). En cuarto lugar, este período coincide con la ampliación del mercado interno para bienes de consumo particularmente en las ciudades y sobretodo a nivel de un creciente sector de técnicos y profesional esFEn el campo, los patrones de demanda asumían un carácter mas bien estacional, aumentando considerable­ mente durante o inmediatamente después de las cosechas de agroexportación cuando el ingreso medio diario en el corte de

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algodón, por ejemplo, era de 50 a 100 por ciento superior al ingreso obtenido por día en actividades de pre-corte (Dubois et.al.,1983). Cabe señalar que ei proceso de ampliación del mercado interno enfrentó serias lim itaciones debido a la mala distribución det ingreso y la pobreza y sub-empleo generalizada, sobre todo en el campo. De esta manera, la desarticulación de la industria respecto ai mercado interno y los recursos naturales seguía siendo una característica básica de la economía nicaragüense. Como plantea FIDA: La promoción de la industrialización, originada por fuerzas del exterior y por los im p u ls o s in te g ra c io n is ta s del M ercado C om ún Centroamericano, apoyaba el desarrollo de las industrias químicas y de productos metálicos en Nicaragua. Estos fueron los nuevos ejes de conexión de Nicaragua con los mercados internacionales, pero no con expropio mercado. (FIDA,1983:30)

Es importante destacar el carácter nacional del capital que controlaba la industria agro-alimenticia. La inversión directa extranjera no ha jugado un papel central en la configuración de la economía nicaragüense, siendo la presencia del capital ex­ tranjero en inversiones directas históricamente muy bajo, proba­ blemente la más baja de América Latina y seguramente la más baja de América Central. En 1977 la inversión extranjera repre­ sentaba solo el 4.3 por ciento del PIB, mientras en Honduras alcanzó el 15.3 por ciento, 8 por ciento en Costa Rica, 5.5 por ciento en El Salvador y 4.4. por ciento en Guatemala. Nicaragua, a diferencia de Costa Rica y Honduras no tuvo un importante enclave bananero bajo control de empresas extranjeras y no cabe dentro de la imagen de la república bananera. De esta manera, la modalidad fundamental de dependencia económica de Nicaragua ha sido la presencia del capital extran­ jero en el financiamiento y en la comercialización externa. Este tip o de dependencia resultó particularm ente grave para Nicaragua porque la expansión del consumo popular señalada arriba, fue estrechamente ligada a un creciente endeudamiento al sector financiero internacional. Una parte importante del con­

Economía Nicaragüense en la División de Trabajo

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sumo alimentario de las masas fue peligrosamente atada a los vaivenes del mercado internacional. Aquí se encontró una de las debilidades fundamentales del modelo somocista. Por otro lado, debido a los bajos niveles de inversiones norteamericanas, la importancia de Nicaragua para los Estados Unidos no ha sido por cuestiones específicamente económicas. Mientras Nicaragua ha estado permanentemente en la mira del imperialismo norteamericano desde el siglo pa­ sado, en esto privó, fundamentalmente, cuestiones de tipo geopolíitico.

C A P ITU L O II EL PR O BLEM A A LIM EN TA R IO H ER ED A D O POR LA R EV O LU C IO N

1. La Inseguridad Alimentaria Utilizando la definición de Seguridad Alimentaria establecida por U nrisd/C epal (Schejtman,1983; U nrisd .1986), este concepto se define en términos de cinco variables: a)

suficiencia: la capacidad del sistema alimentario nacional de generar una oferta suficiente de alimentos que cubra las necesidades y la demanda de toda la población;

b) estabilidad: la capacidad del sistema de minimizar las fluc­ tuaciones cíiciicas y estacionales que afectan el acceso de la población a los alimentos; c)

autonomfa!auto-determinación: la capacidad del sistema de minimizar la vulnerabilidad que surge de la dependencia externa, producto, por ejemplo, de las fluctuaciones de precios en el mercado externo, o determinadas presiones ejercidas por el imperialismo;

d) sustentabilidad en el largo plazo: la capacidad del sistema de preservar y mejorar el sub-sistema ecológico; e)

equidad: la capacidad del sistema de asegurar el acceso de todos los diferentes grupos sociales a cantidades suficientes de alimentos para cubrir sus necesidades básicas.

Desde el punto de vista del objetivo de crear un sistema alimen­ tario capaz de alcanzar la seguridad alimentaria, el modelo somocista generaba un proceso de desarrollo contradictorio. El sistema alimentario somocista había probado ser altamente funcional para la rápida expansión de la agroexportación a partir de los años 50. Como vimos en el capítulo anterior, el sector agroexportador fue el eje motor de la economía que alcanza niveles de crecimiento muy altos y relativamente sostenidos durante las decadas de 1950 y 1960. Aún en el período 1960-77, cuando la economía ya sentía los efectos de la fluctuación de

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SISTEMA ALIMENTARIO

los precios de los productos de agro-exportación y experimen­ taba períodos de deterioro en los términos de intercambio, el ritm o de expansión anual promedio del PIB alcanzó el 6 por ciento. Como veremos más adelante, el llamado sector “agroexportador” era un sector clave, no solamente desde el punto de vista de la generación de empleo y divisas, sino también de materias primas requeridas para la industria nacional de fabricación de productos importantes en el consumo local. A nivel nacional el país disfrutaba de un grado de autosuficiencia alimentaria relativamente alto en el sentido de que la importación de alimentos fue de escaso monto. En 1978, por ejemplo, el valor de las importaciones alimentarias alcanzaban sólo el 8.3 por ciento del valor de las importaciones totales. La im portación de alimentos se centró principalmente en artículos de lujo para el consumo de grupos de más altos ingresos. En cierta manera el som ocism o aseguraba que hubiese produccción de granos y alimentos baratos para la población urbana y asalariada. Para ello implementó los proyectos de colonización en la frontera agrícola, a través de la cual podía asegurar la producción de granos y al mismo tiem po mediatizar la presión por la tierra que algunos sectores estaban ejerciendo. Por otro lado, Somoza, junto con un grupo reducido de grandes productores sembraban arroz, aprovechando la rentabilidad que proporcionaría este producto por toda la nueva tecnología de la “ Revolución Verde” . Sin embargo, en términos de los otros criterios de seguridad alimentaria ya mencionados, el sistema alimentario somocista era sumamente inseguro. La mayoría de la población no tenía el suficiente acceso a condiciones de empleo, tierra y otros medios de producción para evitar la pobreza y la desnutrición. Hasta 1979 aproximadamente el 50 por ciento de su población estaba en condiciones de grave pobreza, el consumo de alimentos de la mayoría de bajos ingresos ilegó a ser inferior casi en un tercio a los niveles recomendados internacional mente. Las tasas de

El Problema Alimentario Heredado por la Revolución

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mortalidad infantil (126 por mil nacidos vivos en 1966) y los índices de salud estaban entre los peores de América Latina. La ta sa de a n a lfa b e tis m o era la más a lta de lo s países centroamericanos. La mayor parte de la zona rural carecía de escuelas y sus viviendas eran totalmente insuficientes. A fines del período de Somoza, en las zonas rurales la mayoría de la población eran proletarios o semíproletarios. Una minoría tenía empleo a tiempo completo en las fincas medianas y gran­ des. La mayoría del campesinado no contaba con ninguna forma estable de tenencia de la tierra. La otra parte de sus exiguos medios de vida la ganaban como trabajadores estacionales a tiem po parcial en las fincas grandes y medianas y en las agroindustrias conexas. Se calcula que en 1978, el 68 por ciento de la población rural carecía completamente de tierra o la poseía en una medida insuficiente para poder reproducirse económicamente. Estas personas constituían la fuente de mano de obra abundante y barata que requerían los algodoneros y cafetaleros durante los períodos de cosecha. En las zonas urbanas, la mayoría encontraba empleo inestable en distintas actividades de servicios, en la construcción, en las industrias, en la agrolndustria y también en la agricultura. Una minoría gozaba de empleo estable en la industria y otras ac­ tividades. Existía una pequeña, pero influyente clase media de profesionales, comerciantes y funcionarlos del sector público y un grupo más pequeño que obtenía ingresos relativamente altos en la industria privada, en los servicios del gobierno y actividades similares. Los servicios sociales eran mínimos para la inmensa mayoría de la población. Se calcula que en 1977 sólo un 2 por ciento de las inversiones eran en infraestructura social. Se habían creado algunos servicios médicos, esenciales y afines para atender las necesidades de las capas urbanas y garantizar la disponibilidad de la mano de obra necesaria para el sector de las expor­ taciones. La distribución de los ingresos y la extrema lim itación

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SISTEMA ALIMENTARIO

GRAFICO 2.1

NIVELES DE INGESTA NUTRICIONAL POR ESTRATO DE INGRESO (I970)

C a lo ría * 4 ,0 0 0 -1 -

CALORIAS

3 ,0 0 0 --

N I V E L M IN IM O R E C O M E N D A D O 2 ,3 0 0 C A L O R IA S

2 ,0 0 0

1,000

O P ro ta in a *

120

- -

100

--

90V.

POBLACION

PROTEINAS

8 0 - ■

N I V E L M IN IM O R E C O M E N D A D O

60 - -

70 6m.

20 O

P O B L A C IO N

El Problema Alimentario Heredado por la Revolución

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de la capacidad industrial del país, mantuvieron en un njvel mínimo la ¿femanda alimentaria efectiva de los pobres. CUADRO 2.1 . DISTRIBUCION DEL INGRESO, 1977 Porcentaje de la Ppblacion 5 por ciento 15 por ciento 30 por ciento 50 por ciento 100 por ciento

Población (miles) 116.3 348.7 697.5 1,162.5 2,325.0

PIB (mill.$) 629 719 562 337 2,247

PIB Pér-cópita' 5,409 2,062 805 289 966

Fuente: Banco Central

Cabe señalar las grandes disparidades entre el producto por habitante rural y urbano, siendo el PIB por habitante urbano aproximadamente 40 por ciento superior al promedio nacional, mientras el PIB rural por habitante era la mitad del mismo o aproximadamente el tercio del urbano (U nicef , 1984). Los principales problemas nutricionales eran la desnutrición proteica, la hipovitaminosis “A", las anemias nutricionales, el bocio endémico y en menor grado la desnutrición calórica. En 1976 se calculaba que un 57 por ciento de la población rural padecía de d e ficien cia s ca ló rica s m ientras el grado de desnutrición a nivel de la población nacional infantil (menores de seis años) alcanzó en 1977 el 67.8 por ciento (AID, 1976), siendo esta cifra superior en el campo. A nivel rural existían determinados polos regionales de pobreza en aquellas zonas históricamente marginadas por el somocismo, sobre todo en el interior del país. En las zonas rurales de E stelí/M a tag a lp a/Jin o te g a y Nueva S egovia/M adriz, por ejemplo, se registraron índices de desnutrición de la población de 75 por ciento y 82 por ciento respectivamente (Incap ,1977). Como se puede apreciar en el siguiente gráfico el promedio de Ingesta calórica y proteica de la mitad de la población en 1970 estaba sustancialmente por debajo de los niveles mínimos recomendados.

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SISTEMA ALIMENTARIO

Las fases históricas de desarrollo económico anteriormente descritas, se concretizan en una serie de procesos de desarrollo regional que contribuyeron al problema de la inseguridad alimentaria. Estos procesos se caracterizaron por un patrón de uso y distribución de recursos a nivel de los diferentes grupos sociales, rubros productivos y regiones geográficas que fomen­ tan la dependencia externa, el deterioro ecológico y la desigual­ dad. Es conveniente abordar el análisis del problema alimentario nicaragüense desde la óptica del “problema agrario” y el “ problema urbano” . El primero tiene que ver con tres con­ diciones que caracterizan los procesos de desarrollo y sub­ desarrollo en el campo: determinados procesos regionales de d e s a rro llo irra c io n a l en cu an to al uso de recursos, la marginalización del campesinado, y la falta de apoyo a un sector de “medianos productores” que tienen un peso significativo en la e stru ctu ra agraria. El segundo tiene que ver con la hiperurbanización, el poco desarrollo de una base industrial y el crecimiento acelerado de un sector urbano parasitario.

2. El Problema Agrario Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria el modelo somocista generaba un proceso de desarrollo irracional, con­ cretado en tres procesos regionales caracterizados por el mal uso y la distribución desigual de recursos naturales, de capital y mano de obra a nivel de diferentes sectores sociales, rubros productivos y regiones geográficas. Estos son: a)

el proceso de agroindustrialización en la planicie del Pacífico;

b)

el proceso de expansión de la frontera agrícola en el interior y en la Costa Atlántica del país;

c)

el proceso de urbanización en el Pacífico Central.

El proceso de a groindustrialización dem uestra una sub­ utilización de los recursos naturales del Pacífico junto con un

El Problema Alimentario Heredado por la Revolución

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desarrollo infraestructura! desbalanceado. Los impulsores de este proceso, los empresarios agroexportadores, desarrollaron la caña, el algodón y el banano e incorporaron la tecnología de la revolución verde en arroz y sorgo dentro de una alianza estrecha con los latifundistas de la hacienda ganadera extensiva y bajo una dependencia profunda del mercado internacional. La expansión de los cultivos en el Pacífico se dio dentro de un régimen de ganadería extensiva que determinó que la región no lograra la explotación plena de su potencial agrícola. El problema de la escasez de la mano de obra y la poca presión sobre los recursos de tierra era la base firme de una alianza entre los empresarios agrarios y los ganaderos latifundistas. Las haciendas ganaderas actuaron como uha barrera en contra de la recam pesinización de los campesinos proletarizados dentro de la agricultura moderna. De hecho sin esta alianza y sin la presencia de la hacienda ganadera extensiva, el proyecto de expoliación y proletarlzacíón de la fuerza de trabajo hubiera resultado mucho más difícil. Estas haciendas con su régimen extensivo ocuparon no solam ente la zona a rticu la d o ra montañosa y seca que separa el Pacífico del Interior a lo largo del país; sino también las tierras fértiles y aptas para cultivos en la plancie del Pacífico. Este proceso dejó alrededor de 500 mil hectáreas de tierra de vocación amplia y amplia perenne con fácil acceso (en los departamentos del Pacifico) sub-utilizada, fundamentalmente bajo un régimen de pastos extensivos (ver Cuadro 2.2.) En io que se refiere a la región del Pacífico el grado de sub-utilización de los suelos representa aproximadamente la tercera parte del área total, mientras los municipios más problem áticos se ubican en los departamentos de Managua y Carazo, al sur de León y al nor-este de Chlnandega. El uso irracional del recurso tierra fue igualado por la sub­ utilización del recurso agua. En la macro-reglón del Pacífico existe un amplio potencial de aguas subterráneas y superficiales, sin embargo, apenas un 19 por ciento de las tierras aptas para

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SISTEMA ALIMENTARIO

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• En vez de un desarrollo dependiente de uso intensivo de capital, la producción que se concentra en la frontera agrícola depende fundamentalmente del trabajo vivo; • En vez de un despliegue desbalanceado de la infraestructura, se ve una clara deficiencia en el desarrollo de la infraestruc­ tura. De hecho, la falta de establecimiento de cercas en la ganadería extensiva ha significado un deterioro de las vegas de los ríos aptas para cultivos anuales pues el ganado tiende a concentrarse sobre ellas. La reubicación de la siembra de granos en las vegas de los ríos exigiría inversiones infraestructurales apreciables. Asimismo, la falta de infraestructura vial restringe la oferta tanto de productos lácteos como de cafó y granos. En estas zonas se enfrenta el problema del deterioro de la capacidad productiva por el desgaste de los recursos naturales, producto de la forma anárquica en que se ha venido ampliando el área productiva. El movimiento de la frontera agrícola se caracteriza por el despale indiscriminado, la erosión provocada por las lluvias, la fuga de material orgánico por las tolvaneras y el lavado de la capa vegetal y determinadas prácticas de cultivo. Desde una perspectiva técnica y a la vez económica, el estanca­ miento tecnológico es mucho más profundo que los bajos niveles de tecnificación en algunos rubros. Aunque existe una fuerte corriente de opinión técnica que cree que se puede romper el atraso tecnológico con el simple traspaso de la tecno­ logía tradicional a la moderna, la realidad es mucho más com­ ple ja. E xisten, de verdad, dos tip o s de estancam iento tecnológico: a)

El primero refleja un atraso en el desarrollo de un sistema tecnológico que sea adecuado para la producción cam­ pesina. Los atrasos se relacionan no solamente con las prácticas de cultivo; sino también con todas las fases de secado, almacenamiento y transporte de productos. La experimentación necesaria para una evolución satisfactoria

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SISTEMA ALIMENTARIO

dentro de la tecnología campesina es casi inexistente en Nicaragua. b)

El segundo tipo de estancamiento se relaciona con la poca incorporación de componentes de la tecnología moderna (insumos agroquímicos, maquinaria, equipo de riego, etc.) en los sistemas productivos.

En el Cuadro 2.3. se puede observar el primer estancamiento de que hablamos anteriormente en donde Nicaragua demuestra un atraso, particularm ente en maíz, frente a países com o El Salvador y Guatemala, lo que nos indica que existe un atraso en el desarrollo del paquete tecnológico para la producción cam­ pesina. CUADRO 2.3. RENDIMIENTOS EN NICARAGUA Y OTROS PAISES DEL MUNDO, 1979-81 (kilogramos por hectárea o animal) País

Maíz

Frijol

Arroz

Sorgo

Alg.

Caña

Café

Res

AMERICA LATINA Nicaragua 1047 Costa ñica 1786 Guatemala 1526 El Salvador 1840 Honduras 1202

576 498 953 850 518

3561 3123 2819 3727 1740

1560 1808 1997 1155 816

1973 63280 1452 53219 3736 74713 2064 82488 1961 33767

633 1279 661 978 588

174 209 162 149 144

Colombia México Perú Cuba

1401 1718 1727 1239

673 632 868 738

4350 3447 4463 3160

2219 3343 3204 1100

1651 86678 2718 66016 2019 121736 750 53331

700 507 671 422

183 185 127 165

OTROS Bulgaria España Italia EE.UU.

4320 4953 6890 6474

970 641 1609 1630

4339 6331 5606 5167

ND 4703 5009 3618

ND 1010 2942 66861 ND ND 1493 81668

ND 282 ND 1002

' 184 221 224 271

Fuente: FAO, Anuario FAO de Producción 1986, Vol. 40.

Sin un desarrollo dentro de la tecnología tradicional, el país estará condenando a gastar sus recursos naturales y su mano de obra escasa en tecnología tradicional no ajustada a las necesidades de un pueblo en transición.

El Problema Alimentario Heredado por la Revolución

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De igual manera, la producción ganadera descansa principal­ mente en pequeños y medianos productores con bajos niveles tecnológicos. Junto con la producción campesina de maíz y frijol, el rubro más afectado en términos de bajos rendimientos es la ganadería mayor. Históricamente, la ganadería mayor en su fase primaria, no ha sido objeto de un fuerte proceso inver­ sionista, debido a las características socio-económicas de los diferentes sectores ganaderos. Por un lado, la actividad estaba controlada por un sector latifun­ dista que aprovechaba las condiciones naturales del país: las amplias extensiones de tierra y condiciones agro-ecológicas generalmente favorables para dicha actividad, para poder ob­ tener un ingreso suficiente así como el prestigio social sin tener que preocuparse por los problemas de productividad o meterse d ire cta m e n te en las tarea s de p ro d u cció n . Aunque la revalorización de la actividad en los años 1960 y 1970 fortaleció el sector empresarial dedicado mayormente a la produccióon e sp e cia liza d a , el la tifu n d is m o co n tin u a b a sie n do una caracterfistica básica de la gran producción. Por otro lado, existía un amplio sector de pequeños y medianos ganaderos (con un 73 por ciento del hato, según censo de 1971) dedicados a la ganadería de doble propósito, donde las líneas productivas se centraban en la cría de terneros y la producción de leche. Los bajos niveles de productividad que caracterizaban este sector fueron producto de diversos mecanism os de explotación frente a los grandes latifundistas/repastadores y los intermediarios acopiadores de ganado en pie y leche, así como la marginación, relacionándose ésta con la falta de acceso a determinados recursos de tierra, crédito, asistencia técnica, infraestructura, etcétera. También incidía en esta problemática la ubicación irracional de una parte considerable de la actividad ganadera, localizada en zonas del pacífico, interior central y sur que padecen de con­ diciones de sequía por 3 ó 4 meses del año. Producto de estas condiciones son cuatro los problemas fundamentales que generan los bajos niveles de productividad, como son: bajos

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SISTEMA ALIMENTARIO

niveles de alimentación y nutrición, de calidad genética, de capacitación de los recursos humanos y de sanidad animal. A continuación se presentan una serie de indicadores que reflejan claramente los muy bajos niveles de productividad que caracterizan este rubro. CUADRO 2.4. INDICADORES DEL ATRASO TECNOLOGICO DE LA GANADERIA MAYOR Concepto 1. Destete efectivo 2. Meses de un novillo de 400 kgs. al destace 3. Mortalidad de terneros 4. Terneros por vida de una vaca 5. Litros por vaca lechera en ordeño 6. Unidades ganaderas/mz.de carga animal

Porcentaje o Cantidad 37-38% 36-42 12-16% 2-3 1.5-2.5 0.3-0.5

Fuente: Dirección General de Ganadería, Midinra.

Tanto en los granos como en la ganadería de doble propósito se da una doble restricción al expandir la producción. Por un lado, la transición de la tecnología de doble propósito a la ganadería especializada y de los granos tradicionales a los tecnificados, se dará a un ritm o obligatoriamente lento; por otro lado, la evolución dentro de las tecnologías tradicionales sería igualmente lenta por la escasez de técnicos y extensionistas. El tercer tipo de estancamiento tecnológico identificado hace referencia al enorme atraso que existe en los rubros de arroz y sorgo apesar de que estos se consideran como rubros mo­ dernos. El atraso de Nicaragua en la tecnología de la Revolución Verde se puede apreciar en el cuadro. Los rendimientos en Guatemala y Costa Rica son claramente superiores, mientras en Colombia, México y Perú, los rendimientos duplican los de Nicaragua. El arte de desarrollo tecnológico consiste en saber cómo enfrentar y com binar los distintos ritmos de avance en contra de cada tipo de atraso porque cada uno representa una restricción a la oferta ampliada.

El Problema Alimentarlo Heredado por la Revolución

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La existencia de una estructura agraria basada en ia represión y explotación del grueso del campesinado y su participación estacional en los cultivos de agroexportación, son bastante generalizados en los países del tercer mundo, en especial los de América Latina. Sin embargo, el caso nicaragüense presenta una serie de rasgos particulares convenientes de mencionar en relación al problema de la seguridad alimentaria. Las etapas de desarrollo anteriormente descritas, dieron lugar a una estructura social con determinadas características muy diferentes a las que predominan en la mayoría de los países centroamericanos y latinoamericanos en general. A partir de los cincuenta y hasta mediados de los setenta, la agricultura nicaragüense pasó por un proceso de rápido desarro llo co n un fu e rte im p a c to so b re la a g ric u ltu ra de agroexportación, la ganadería y la agricultura de mercado inter­ no. Se amplió notablemente la superficie agropecuaria en fincas, el área cultivada y los niveles de empleo. Los altos índices de crecim iento alcanzados durante el período som ocista se tradujeron en efectos diferenciados a nivel de la población rural, producto de un marcado proceso de diferenciación social en el cual se destaca la formación de un amplio sector semi-proletario, proletario y de medianos productores. Nos encontramos con un país con baja densidad de población, unos tres millones de habitantes (1983) para alrededor de 120 mil kilómetros cuadrados (ver Cuadro 2.5.) CUADRO 2.5. DENSIDAD DEMOGRAFICA EN AMERICA CENTRAL, 1983. Superficie Terrestre (000 has.)

País Nicaragua Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras

11,875 5,066 2,066 10,843 11,189

Pob. (000)

Ha. por persona

3,056 2,470 5,232 7,932 4,093

Fuente: Anuario FAO de producción, Vol. 38,1984. *

Ha. = hectárea

3.9 2.1 0.4 1.4 2.7

Pob. Agrie. (000) 1,199 816 2,597 4,203 2,512

Ha./ Pob. Agrie. 9.9 6.2 0.8 2.6 4.5

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SISTEMA ALIMENTARIO

Esto es más marcado en las regiones del Interior Central y el Atlántico y con menor intensidad en el Pacífico. Esto creó condiciones de menor presión sobre la tierra, a la par que dió margen para una amplia frontera agrícola que era importante todavía a fines los años setenta y sigue mostrando potenciales en los años 80, aunque la guerra ha frenado fuertemente la colonización de las áreas vírgenes de Nicaragua. La rápida apertura de la frontera agrícola a lo largo de este siglo, obedece fundamentalmente a olas migratorias desde el Pacífico. La primera ola surge con la expansión del cultivo del café sobre todo en los departamentos de Matagalpa y Jinotega. A finales de la década de los 30 y a principios de los 40 se produce una nueva ola migratoria de la población del Pacífico atraída por la actividad minera y la explotación de hule. Dice el C e r a : Esta población que llegó atraída por trabajos no agrícolas, fue convirtiéndose en agricultores, a medida que el negocio del hule fue decayendo y/o a medida que fue logrando reunir algún dinero para invertirlo en la agricultura. Así la población que llegó atraída por el trabajo en oro, se dedicó en parte a la agricultura cuando la posibilidad de extraer oro se agotó; otros combinaron y combinan aún el trabajo agrícola con el lavado de oro y otros más combinaron el trabajo asalariado en la mina con el cultivo de pequeñas extensiones. (CiERA,1981a:215)

La apertura de la frontera agrícola fue potenciada luego de la segunda guerra mundial por la creación de la red vial, (entre otras, la carretera Panamericana y al Rama) prácticamente Inex­ istente hasta entonces, que posibilitó la comunicación efectiva, tanto entre regiones com o al interior de las mismas. Esto posibilitó mayores niveles de comercialización de los productos agrícolas, junto con las mayores presiones por m ercantilizar la producción derivada del incremento notable de la urbanización en el Pacífico Central. En la década de los 50 comienzan a llegar las primeras olas de migrantes del Pacífico, desplazados por la expansión algodo­ nera. En la década de los 60 surge un nuevo auge de apertura de la frontera agrícola estimulada en parte por la reforma agraria somocista, decretada en 1963, que promueve a través del

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Instituto Agrario Nicaragüense (IAN), la titulación y colonización en las tierras vírgenes del interior del país. Esta reforma agraria fue producto tanto de las presiones sociales creadas a raíz del desalojo de campesinos por la expansión algodonera como por la influencia de la nueva política desarrollista norteamericana concreta en la Alianza para el Progreso. El auge ganadero de los años 60 y 70 acelera rápidamente la apertura de la frontera agrícola y la destrucción de los bosques debido a la necesidad de incorporar amplias extensiones con pastos bajo un régim en de ganadería extensiva. Con la expansión de este rubro, la mediana y gran ganadería se articula íntimamente con la producción campesina de granos básicos. Dice Coronel: El campesino botaba los árboles y el dueño de la finca o del terreno le daba la semilla o algunas otras cosas y al año siguiente hacía lo mismo y el campesino iba moviéndose hacia afuera, haciendo el trabajo de inversión intensiva que tenía que hacer el dueño de aquellas tierras. (Coronel, 1982)

Con la migración del campesinado se traslada a la frontera agrícola un sistema tecnológico tradicional y no-dependlente, utilizando pocos insumos importados. Con su acceso al capital restringido, era muy difícil para el campesino intensificar la producción. Se desarrollan sistemas extensivos que aprovechan la amplia disponibilidad del recurso tierra. Sin embargo, este sistema implica la rápida destrucción de los bosques, la que alcanza un área estimada en más de 100,000 manzanas por año. De esta manera se inicia un proceso de destrucción ecológica que ha venido desgastando los recursos de suelos y de agua a lo largo de casi medio siglo. El modelo extensivo del interior del país contrasta fuertemente con la vía intensiva que caracterizaba el modelo de desarrollo agrario en el Pacífico donde la producción de algodón, azúcar, arroz, y agroindustrial, utilizaba sistemas tecnológicos moder­ nos y altamente dependiente del exterior. En la frontera agrícola, el campesino medio y rico proporcionaba a la población urbana del Pacífico una serie de bienes salariales básicos como son el

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

maíz, el frijol y queso. El desarrollo de la ganadería en base al trabajo campesino expandió lentamente el mercado Interno y hubo una moderada introducción de insumos campesinos im­ portados por el somocismo. Es importante señalar que el proceso de apertura de la frontera agrícola no se relaciona únicamente con la llegada de un cre­ ciente número de migrantes sino que tenía además su propia dinámica interna. Esta tiene que ver en parte con la lógica de acumulación de los asentados. Después de haber vivido unos años en un sitio, muchas familias optaban por vender las mejoras sobre sus terrenos y salir hacia otro lugar en búsqueda de mejores condiciones y/o para conseguir dinero en efectivo. También incide la problemática ecológica que tiene dos aspec­ tos centrales. En primer lugar, el delicado equilibrio bosquefertilidad no resiste los cultivos anuales por mucho tiempo. Grandes extensiones de la frontera agrícola se caracterizan por suelos con una capa de humus delgada y dependiente fun­ damentalmente de los nutrientes orgánicos que se depositan en. ella, a partir de los árboles y demás crecimientos vegetales. El despale y el arado destruye este equilibrio. Ante los decrecientes niveles de fertilidad y rendimientos, muchos agricultores aban­ donan sus parcelas para reiniciar el proceso de despale y siembra en otro sitio (CiERA,1981a). Sin embargo, la decreciente fertilidad no es la única, ni a veces la principal condición que determina la necesidad de abandonar la parcela, sino la dificultad de controlar las malezas que crecen rápidamente después del despale. Dice un estudio del C ie r a : El primer año de siembra el control de la maleza es muy fácil. Se hace a mano o con un machete sin mayor dificultad. El segundo año de siembra, es un poco más difícil, y a partir del tercer o cuarto año, la deshierba se vuelve un problema insoluble. Es aquí y no generalmente en la fertilidad misma del suelo que debemos buscar la razón del cambio de parcela después de dos años. La familia campesina no puede disponer de suficiente fuerza de trabajo para limpiar su milpa a tiempo (antes de la siembra). (Ciera, 1984a:86)

Todo este proceso de apertura de la frontera es crucial para entender las peculiaridades de la estructura de clases en el agro

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nicaragüense. En la frontera agrícola, el campesinado fue capaz de establecerse en fincas de mayor extensión y de desligarse en términos apreciables de su status de semi o sub-proletario. Con este proceso de diferenciación, surge un importante núcleo de campesinos medios y ricos, de fincas denominadas m ultlfamiliares medianas, que constituye uno de los rasgos más notorios de la estrucutura agraria nicaragüense. Estas fincas medianas entre 35 y 250 hectáreas pertenecen a la llamada “burguesía chapiolla” que manejaba su finca como un pequeño latifundio, desarrollando su producción en base a la mano de obra de sus colonos, que recibían tierras para satisfacer su autoconsumo de granos a cambio de aportar su trabajo en el desarrollo tanto del café como de la ganadería. Sin embargo, las posibilidades de acumulación de este sector eran muy restrin­ gidas debido a la trilogía de: tierras malas, crédito escaso y precios bajos que enfrentaba el productor de la frontera agrícola. El somocismo marginaba a estos sectores, creando un impor­ tante espacio político que el FSLN logró aprovechar, articulando al campesino rico al movimiento revolucionario. Cabe aclarar que este modelo de desarrollo es bastante alejado del modelo de “banana republic” o repúblicas de café y banano, en la medida en que un segmento muy importante de la producción, el empleo y el área en fincas no se incorporaron en el típico esquema latifundio-m inifundio de muchos países latinoamericanos. Los países al norte del istmo (Guatemala y El S alvador) tienen unas estructuras agrarias m ucho más polarizadas que aquellas del sur (Nicaragua y Costa Rica). Mientras que los propietarios con más de 7 hectáreas de tierra en Nicaragua y Costa Rica representan el 34 por ciento y 33 por ciento de la PEA agropecuaria, en Guatemala y El Salvador representan sólo un 9 por ciento y 8 por ciento respectivamente. En Nicaragua el mediano productor que tiene entre 35 y 350 hectáreas es el que domina tanto la agroexportación como la producción de consumo interno. Por otro lado, en El Salvador y Guatemala son los campesinos pobres semiproietarizados herederos de la vieja civilización campesina Maya los que

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

dominan la producción para consumo interno dentro del com­ plejo latifundio-minifundio, donde los latifundistas con más de 350 hectáreas dominan la producción de agroexportación. En el Cuadro 2.6. se observa que los propietarios con 35-350 hectáreas Controlan más producción en Nicaragua que los pequeños empresarios agrícolas en Costa Rica, mientras que en Costa Rica las llamadas “fincas fam iliares” pequeñas (7-35 hectáreas) muestran más importancia en la estructura produc­ tiva que en Nicaragua. CUADRO 2.6. CENTROAMERICA: Distribución del área de cultivo de exportación y de consumo interno, según tipo de fincas, a mediados de ios años 60 (En porcentajes) País

Costa Rica Agro-export. Agro-domest. Nicaragua Agro-export. Agro-domest. El Salvador Agro-export. Agro-domest.

SubMulti Fam Multi FamFamiliarefamlliares Med. Grande Total 0-7 has. 7-35 35-350 350 +

14 16

27 36

33 39

26 9

100 100

3 25

13 29

56 39

28 7

100 100

12 70

21 14

27 6

40 10

100 100

Fuente: Cepal, FAO/OIT Tenencia de la tierra en Centroamérica. San José, 1976:58

Una de las anomalías aparentes en las estructras agrarias centroamericanas es que las sociedades más polarizadas como Guatemala y El Salvador muestran niveles más bajos de proletarización. El porcentaje de la PEA que es proletariado rural, es el doble en Costa Rica y en Nicaragua, que en Guatemala y El Salvador. El proceso de desarrollo de la década de los 50,60 y 70 generó fuertes presiones por la asalarización de la fuerza de trabajo por el incremento de la demanda de tierra. Con tanta tierra sin cultivar en la frontera agrícola, los hacendados en Costa Rica y Nicaragua se ven forzados a ejercer un mayor control

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sobre la mano de obra rural ofreciendo salarlos más altos de lo que pudieran ganar como sem i-proletarios. De hecho, los salarios agrícolas en Nicaragua crecieron más rápidamente que el PIB agrícola entre I950 y I970 y el diferencial de salarios para las cosechas de agroexportación era suficiente para atraer a numerosos cortadores de Honduras y El Salvador. Por otra parte, la política económica somoclsta golpea dura­ mente a la producción campesina. El campesinado tenía poco acceso a recursos financieros otorgados por los bancos y a servicios de apoyo a la producción. En la estructura crediticia solo tuvo una mínima participación, que alcanza en 1977 el 10 por ciento del crédito total otorgado por los bancos al sector agropecuario. Por lo tanto muchos campesinos no tenían ac­ ceso al crédito o tuvieron que depender de los préstamos “informales” de los terratenientes, comerciantes o prestamistas locales, todos cobrando altas tasas de interés o cobrando en especie. La política inversionista del somocismo canalizó el capital de inversión en un grupo reducido de rubros productivos y en la expansión de la infraestructura económica, fundamentalmente en las zonas donde predominaba las gran producción comer­ cial, generalmente en el Pacífico del país, incluyendo la periferia de los grandes lagos y extendiéndose hasta el Valle de Sébaco. En este proceso inversionista quedó marginado el campesinado y muchas zonas del interior y de la Costa Atlántica. Hasta la década de los 50, los principales proyectos de inversión se limitan fundamentalmente a obras infraestructurales (carre­ tera Panamericana y al Rama, puertos y aeropuertos), que tenían el propósito de sentar las bases para el despegue del. desarrollo capitalista a partir del boom algodonero que se inició en la misma decada. En 1963 se crea el Instituto de Fomento Nacional (Infoisiac) con el propósito de dinamizar las inversiones en determinados rubros intensivos en capital. Si bien se intensificó el nivel de capitalización de la agricultura nicaragüense en los años sesenta

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

y setenta (tractorización, com plejos arroceros, azucareros, ganadería intensiva en la cuenca de Managua, tabaco, banano, etcétera), no se increm entó sustancialm ente la tasa de acumulación en el agro. Junto a esto existía una vía extensiva en el uso de capital de inversión, con amplia utilización de tierra y mano de obra alrededor de los granos básicos tradicionales, ganadería extensiva, café tradicional en la región interior, avan­ zando sistemáticamente sobre la frontera agrícola hacia el Atlántico. Esta combinación estaba determinada por la “economía polí­ tica” del somocismo: concentrar sus divisas y préstamos en los sectores modernos y permitir, e incluso incitar, mediante el control del capital comercial, la expansión extensiva en el interior y la frontera agrícola. Esto se acompañaba del crecimiento sostenido de la infraestructura de caminos y otros servicios de apoyo. Por cierto las leyes de “reforma agraria” , colonización y otras sostenían este esquema. De la estructura social y productiva nacieron contradicciones profundas entre un campesinado desapropiado y pauperizado, y una producción capitalista necesitada de fuerza de trabajo barata, alimentos y paz social. Para enfrentar esta contradicción el modelo somocista recurrió en 1963, bajo la influencia de la Alianza para el Progreso, a promulgar una Ley de Reforma Agraria. Inm ediatam ente después se conform ó el Instituto Agrario Nicaragüense (IAN), institución que se encargaría de implementar la ley. A mediados de la década de los 70, ante la incapacidad del IAN de enfrentar las contradicciones sociales en el agro, se impulsa una nueva institución, el Instituto de Bienestar Campesino (Inbierno), que intentaba proveer servicios al campesino en las zonas cafetaleras, a través de programas de crédito y asistencia técnica. Al final del período somocista se habían entregado tierras a menos de cuatro mil campesinos (cerca del 3 por ciento del campesinado), se titularon cerca de 6,700, y el crédito rural llegó a atender al 17 por ciento de las familias campesinas.

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En cuanto a la organización, el somocismo reprimió el sur­ gimiento de un movimiento campesino fuerte, lim itándolo a expresiones clandestinas que se ligaron a la conspiración ar­ mada para derrocarlo. El movimiento cooperativo tam poco logró apoyo estatal y no se desarrolló. Al momento del triunfo de la R e v o lu c ió n e x is tía n c e rca de 20 c o o p e ra tiv a s agropecuarias con menos de 2000 socios. Así al finalizar la dictadura somocista, el problema campesino continuaba sin solución, demandando una respuesta radical a sus necesidades. En estas condiciones se proletarizó una amplia parte del cam­ pesinado. La existencia de este sector, junto con el sector de medianos productores, tiene importantes im plicaciones para el análisis del problema de la seguridad alimentaria en Nicaragua. Mientras el nivel de pobreza de la mayoría de la población se tradujo en altos índices de desnutrición, podemos afirmar que los procesos de proletarización y de consolidación de un sector de productores medianos servían para reducir en cierto grado los niveles de desigualdad que caracterizan muchas economías latinoamericanas donde predomina la estructura minifundista y el campesinado pobre (Baumeister y Neira,1985). Sin embargo, ambos procesos tenían fuertes límites para seguir incorporando amplios sectores del campesino pobre y medio. De hecho entre 1950 y 1980 el peso del proletariado agrícola en la PEA iba disminuyendo con la incorporación de tecnología moderna en el agro. La tendencia en la economía agroexportadora no es aumentar el peso del proletariado sino mas bien incrementar las masas del subproletariado que trabajan en con­ diciones miserables por cuenta propia o no encuentran trabajo estable. En los años 70, se calculaba que un 35 por ciento de la PEA rural eran semi-proletarios o mlnifundistas con menos de 7 hectáreas, que tuvieron que sobrevivir bajo un régimen de subsistencia, pobreza y em pleo inestable, m igrando en búsqueda de trabajo asalariado durante algunos meses del año. Son estas las características que definen la inseguridad alimen­ taria de la gran masa de la población nicaragüense. La dificultad de acceder a una canasta suficiente para prevenir la desnutrición

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

tiene que ver tanto con los bajos niveles de ingresos y de producción, como con la inestabilidad de los ingresos a lo largo del año o del ciclo agrícola, lo que se relaciona con el empleo inestable y el sub-empleo de amplios sectores tanto de la población rural como la urbana.

3. El problema urbano Nicaragua es el país con menor densidad de población de América Central y a la vez el más urbano. Como consecuencia del proceso de urbanización, casi la mitad de la población nicaragüense vive entre Ciudad Sandlno y Dinomo, en un pequeño elipsis de tierra entre los dos lagos (ver Mapa 2.2.) La inmensa mayoría del crecimiento urbano estaba centrado en la angosta faja de la planicie del pacífico de Nicaragua. Este proceso de sobre-urbanización en la región ManaguaMasaya restringe la ampliación de la producción alimentaria por concentrar un creciente porcentaje de la población en ac­ tividades terciarias informales. Más del 45 por ciento de la PEA de las ciudades encuentra empleo en este sector informal. En el Gráfico 2.2., se observa que este proceso ha dejado a solo un 39 por ciento de la PEA ocupada en la producción de bienes de consumo, lo que quiere decir que el abastecimiento de la población nacional, o sea más de 3 millones de personas, dependen del esfuerzo productivo de sólo un 12 por ciento de éstas. Entre 1950 y 1980 un fuerte ritm o de migración campo-ciudad ca m b ió d rá stica m e n te la d is trib u c ió n de la p o b la ció n nicaragüense. La población que se considera urbana subió de un 34 por ciento a un 53 por ciento. (En Nicaragua y los otros países de América Central se consideran poblaciones urbanas a las ciudades con más de 1,000 habitantes y servicios de luz eléctrica y agua). El crecim iento más fuerte se registra en Managua. En 1950, la capital representa un 10.3 por ciento de la población nacional subiendo a 15.3 por ciento en 1963, a 19.6

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M A PA 2 .2

O CE ANO

A T L A N T I C O

CONCENTRACION DE LA POBLACION EN MANAGUA, MANAGUA-MASAYA Y EL PACIFICO CENTRAL

R EG IO N P A C IF IC O C E N T R A L

1 ,7 6 5 ,1 1 7

R E G IO N M A N A G U A -M A S A Y A

! 1 ,2 6 0 ,7 7 2

6 0 .5 %

4 3 .2 %

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GRAFICO 2.2

8 SEGURIDADALIMENTARIA

POBLACION NICARAGÜENSE EMPLEADA EN LA P E A , LA PRODUCCION MATERIAL TOTAL Y LA PRODUCCION DE BIENES DE CONSUMO INTERNO 1982

100% Población Nacional

2,917.800

31.4 % Población Económicamente Activa (P. E.A.) 916,000

19.1% P.E.A. ProducciónMaterial Total 558,000

12.4% P.E.A. Producción de Bienes deConsumo 361,000

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por ciento en 1971 y a 28.1 en 1980. Nicaragua, al igual que el resto de las naciones del área centroamericana, tiene un núcleo poblacional básico que es rural debido al fuerte peso en la economía del modelo agroexportador. Sin embargo, en los últimos 30 años, la distribución espacial de la población ha sufrido importantes modificaciones. El crecim iento de las ciudades del Pacífico no estuvo acompañado por un crecimiento de pequeñas ciudades rurales cuya producción industrial artesana podría haber potenciado el desarrollo de la agricultura de consumo interno y del mercado interno en general. La población de lo que podríamos llamar pequeña ciudad rural disminuyó en relación a la población total y su ritmo de crecimiento descendió inclusive entre 1971-1980. Este p atró n de c re c im ie n to urbano está íntim am ente relacionado con el modelo de desarrollo del sistema alimentario en Nicaragua. Antes de 1950, el crecimiento alcanzado por las distintas actividades productivas era bien limitado. El algodón y la carne para la exportación no eran significativos y la actividad azucarera no tenía el desarrollo que alcanzara posteriormente. El producto exportable era el café. Es durante los años 50 que encontramos el auge del algodón y en los años 60 de la ganadería de exportación, del azúcar, del tabaco, y de la renovación del café bajo la influencia del proyecto industrial de Nicaragua en el Mercomún. La estructura agraria existente en esos años, producto del esquema oligárquico diseñado por los gobiernos del siglo pasado, determinó que ese importante incremento del área cultivada y en general de la superficie en fincas, significará la expulsión de parte del campesinado de sus tierras y su migración hacia las zonas de frontera agrícola o las ciudades. No fue el desarrollo agroexportador en sí mismo el responsable de la expulsión campesina y del deterioro de la producción de granos básicos. La causa fundamental corresponde a la forma en que se encontraba distribuida la tenencia de la tierra que permitía que una minoría oligárquica controlara buena parte de la superficie cultivable y la utilizara escasamente, y por otro lado

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SEGURIDAD AUMENTARIA

el hecho de que el poder político en manos de los terratenientes permitía que los campesinos fueran despojados de tierras tradicional mente trabajadas por ellos. Los dos focos de migración en Nicaragua han sido Managua/Masaya y la frontera agrícola. La población campesina expul­ sada de los departamentos de Estelí, Jinotega, Matagalpa, Boaco, y Chontales buscó su destino dentro de una situación netamente urbana o en áreas de las más rurales que existen en este hemisferio. Entre 1966-1971 un 37 por ciento de todos los migrantes de Nicaragua se dirigieron a Managua-Masaya, mientras que un 23 por ciento se trasladó a la frontera agrícola. Aunque el sector informal urbano (SIU) de Managua-Masaya muestra características muy similares al modo de producción campesino, no existe una migración campo-ciudad directa a Managua. Es decir, los campesinos no llegan directamente del interior a Managua-Masaya. La mayoría de inmigrantes a Managua-Masaya vienen del Pacífico en vez del interior. Los migrantes del área del Pacífico vienen en su gran mayoría no directamente del campo, sino de las ciudades ubicadas cerca de Managua. En este sentido los campesinos migran a las ciudades del campo en lo que podemos llamar Gran Managua antes de migrar al centro de la ciudad. Esto confirma la idea de una migración a Managua-Masaya por etapas que son crecien­ temente urbanas: del interior del país a las ciudades del Pacífico, de las ciudades del Pacífico a las áreas urbanizadas del Pacífico Central más cerca a Managua-Masaya y de allí directamente a Managua-Masaya. El área de Managua-Masaya es la salida final del gran embudo de migración humana en Nicaragua. Managua no fue solamente el lugar privilegiado en cuanto a condiciones urbanas y servicios sociales entre 1945 y el presente, sino que ha sido el lugar privilegiado con respecto al empleo. A lo largo del período su PEA creció a un ritmo dos veces más rápido que la del resto del país. El crecimiento en el SIU fue a su vez doble que la del sector formal. El deterioro del empleo productivo en Managua entre 1950 y 1978 fue compen­

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sado por un Incremento muy rápido tanto del empleo de tipo oficinista de las capas medias urbanas como del SiU de comer­ cio y servicios. Entre 1960 y 1972 los salarios promedios en el comercio, los servicios y el transporte subieron, mientras que los salarios en la industria quedaron estancados. En el quin­ quenio 1973-1978, sin embargo, los salarios promedios cayeron rápidamente particularmente en el comercio y el transporte. Esto contribuyó muy probablemente a crear una situación pre-insurreccional en Managua. Entre 1971 y 1972 las tasas de desempleo y subempieo en Managua se duplicaron (de Franco, 1979:52). El proceso de urbanización no fue motivado en lo fundamental por una industrialización de su economía. El motor del proceso fue la modernización de la agricultura que despobló el campo en torno a una vía de desarrollo capitalista basada en un modelo plantacionista y la importación de insqmos modernos. Nuestra hipótesis es que Nicaragua sufrió este proceso en una forma particularmente aguda. La ciudad de Managua aumentó de 400,000 a unos 800,000 en los ocho años después del terremoto en 1972. Este crecimiento vertiginoso después del terremoto no tuvo consecuencias similares a las del Plan Marshall en Europa que resultó en una nueva infraestructura industrial. En Managua, el sector de construcción fue el principal motor de desarrollo y el único sector de la economía en el que los salarios subieron a lo largo de los años 70. Paralelo a las obras de construcción se iba expandiendo un enorme sector informal. El SIU se compone de unidades productivas de tamaño familiar que no entran en los sistemas estadísticos y controles estatales cuya lógica fun­ damental es asegurar su reproducción simple. Aprovechando la crisis del terremoto, Somoza especuló con las tierras urbanas dejando el centro de la ciudad vacío y desolado, permitiendo una expansión en su periferia. Como resultado de esto la ciudad de Managua se fue convirtiendo en una enorme urbe con núcleos de población dispersa ocupando unas 17,125 hectáreas de superficie. Este crecimiento “espontáneo” de los

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

barrios marginales no implicaba erogaciones importantes en desarrollo de una infraestructura social y de servicios. Managua, luego del terremoto se convirtió en la ciudad más antidem ocrática - d ic h o esto en un sentido social, y no exclusivamente por el régimen político somocista— que pueda imaginarse: enormes distancias, sin aceras, sin transporte y obviamente, con poca salud y educación. Su único atractivo era que se vivía aún peor en el campo. No hay que olvidar que en la historia de las zonas rurales sustentadas por las actividades agrícolas se han asociado las form as más atrasadas y despóticas de organización de la sociedad. Sin embargo, es difícil concluir que el crecimiento de Managua tiene gran sentido progresista. Como veremos más adelante significó más bien el traslado de modos de producción desde el campo a la ciudad. Una vasta población flotante viaja diariamente a Managua y regresa por la noche a su ciudad de origen. El Mapa 2.3. indica que la población flotante diaria es de casi 60,000 personas. El Mapa 2.4. representa un primer intento de comprender el flujo de fuerza de trabajo y mercancías en la región de Managua/Masaya. Antes de analizar la estructura de clases de la ciudad y para comprender cómo Managua es un producto del modelo par­ ticular de dominación somocista y su papel en el sistema alimen­ tario nacional, es preciso evaluar el crecimiento de Managua en un enfoque comparativo con el resto de Centroamérlca. Como mencionamos anteriormente, Nicaragua es el país más urbano de América Central. La ciudad de Managua ha sido determinante en la urbanización del país. A pesar del hecho que las otras capitales centroamericanas fueron la cuna de sus respectivos países desde el período colonial y por tanto fueron concentraciones urbanas más significativas que Managua, esta sobresale del resto en cuanto a proporción de la población nacional bajo el somocismo. En 1980, Managua tiene más del 28 por ciento de la población en sus confines. Si su ritmo de crecimiento sigue su patrón histórico, el Ministerio de Vivienda

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72 SEGURIDADALIMENTARIA

M A P A 2 .4

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y Asentamientos Humanos (Minvah) estima que más de la mitad de los cinco millones de nicaragüenses residirá en Managua en el año 2000. CUADRO 2.7. POBLACION URBANA COMO PORCENTAJE DE LA POBLACION TOTAL EN CENTROAMERICA1950-1980 Países Guatemala Pob. Urbana Capital El Salvador Pob. Urbana Capital Honduras Pob. Urbana Capital Nicaragua Pob. Urbana Capital Costa Rica Pob. Urban Capital

1950

1960

1970

1980

11.2 10-2

15.5 13.4

16.1 13.5

36.5 11.7

13.0 8.7

17.7 10.2

20.5 9.5

44.1 9.2

6.8 5.3

11.5 7.1

20.2 10.2

38.8 13.4

15.2 10.3

23.1 15.3

31.0 20.8

53.8 28.1

17.7 17.7

24.4 18.4

27.0 19.2

45.7 22.4

Fuente: Anuario Estadístico de América Latina de la ONU, 1979. Cifras de 1980: Editorial América, Almanaque 1982.

De hecho, Managua es la capital que crece más rápidamente en toda América Latina entre 1950 y 1980, con la excepción de Georgetown, Guyana. Georgetown representa un caso de crecimiento urbano alrededor de los enclaves extranjeros. Managua por otro lado representa una hiperurbanización al­ rededor de un enclave nacional, el somocismo. La hiperurbanización es un problema que afecta a todos los países de América Central y de hecho del tercer mundo. Es de sobra conocido que la primera fase del desarrollo acelerado capitalista én la Inglaterra del siglo XIX tuvo como correlato un aumento de los ingresos y del consumo de la clase empresarial y de todos sus dependientes. Es decir el auge en la fuerza productiva de los trabajadores “permite emplear improductiva­

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

mente a una parte cada vez mayor de la clase obrera, y ante todo reproducir de esta manera, y en escala cada vez más masiva, a los antiguos esclavos familiares, bajo el nombre de clases domésticas” (Marx,1981). Con el desarrollo del modelo agroexportador centroamericano, se generan nuevos ingresos en la clase de los empresarios y su personal administrativo que maneja los sectores financieros y comerciales ligados a la agroexportación. Alrededor de la expansión de la fuerza productiva del obrero agrícola y la expansión de los sectores medios urbanos se desarrolla toda una clase de trabajadores domésticos que se mueven fun­ damentalmente en el sector terciario. El hecho de que la agroexportación es un sustituto del sector industrial en Centroamérica, marca los límites de desarrollo dentro la estructura presente y explica la debilidad de una clase obrera industrial en los cinco países. Son ciudades no de obreros, sino de los sectores medios y sus dependientes en la artesanía, el pequeño comercio, y el servicio doméstico. Las fuertes migraciones de las zonas rurales a las urbanas son un fenómeno universal. Sin embargo, los procesos de urbani­ zación ocurridos en los países desarrollados -s e a n éstos capitalistas o socialistas- no pueden equipararse con los también fuertes procesos de urbanización y migración que ocurren en los países subdesarrollados. En los países subdesarrollados - en particular en aquellos que han te n id o un escaso d e sa rro llo in d u stria l, com o los centroamericanos- la urbanización producida desde la Segun­ da Guerra Mundial hasta nuestros días, no resultó de una revolución industrial ni de una revolución agrícola como ocurrió en los países del capitalismo desarrollado y en los socialistas de Europa. Ello tiene su explicación: el modelo agroexportador frustró el tránsito de los países centroamericanos hacia un auténtico desarrollo económico. En la medida en que los recursos naturales se mantenían sub­ utilizados y los excedentes de las agroexportaciones no se

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reinvertían en actividades productivas, sino que eran sacados de nuestros países o dedicados al consumo improductivo, la industrialización no era sino un nuevo ciclo dei desarrollo depen­ diente. Como consecuencia del modelo de crecimiento agroexportador y dependiente, los contingentes campesinos llegados a las ciudades no se van a incorporar principalmente a ocupaciones industriales, sino que de manera creciente pasan a trabajar en las actividades de comercio y servicios, sin ni siquiera recibir un salario estable, laborando como trabajadores por cuenta propia como una alternativa ante la carencia de empleos asalariados estables, y remuneraciones adecuadas para sostener a sus familias. Lo que nos interesa aquí es avanzar una hipótesis para explicar la exagerada expansión de Managua con respecto al resto de las capitales centroamericanas. Sí el desarrollo urbano centroamericano se relaciona con la expansión de los sectores financieros, agroindustriales y comerciales conectados con la agroexportación, Nicaragua es el caso claro donde la expansión de esas actividades se encontraron concentradas en manos de una familia y sus allegados. Los Somozas no solamente tuvieron un control exagerado sobre la agroindustria, sino un control aún más significativo sobre la banca. A diferencia de Guatemala y El Salvador donde los grandes productores controlaron sus propios aparatos agroindustriales y lograron controlar su propio financiamiento a través de asociaciones como la Asociación Cafetalera de El Salvador y la Cooperativa Algodonera Salvadoreña, en Nicaragua se dió una escisión en la clase empresarial alrededor de la cual se enfrentaron agentes produc­ tores con otros agentes que controlaron las actividades no directamente productivas (Baumeister,1984). El control de los Somoza sobre el país se ejercía desde Managua. Un integrante del clan somocista beneficiaba el 40 por ciento del café nacional en las afueras de Managua. Todos los caminos construidos por los Somoza conducían a Managua. El botin de los servicios básicos de agua, electricidad, etcétera, se

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concentró en Managua donde los Somoza crearon un sistema corrupto de beneficios en la administración de la infraestructura urbana que eran parte esencial del modelo de dominación. Los beneficios relativos de los sectores medios y el sector informal urbano con respecto al obrero agrícola y al campesino, era un mecanismo crucial dentro de ese modelo. La dom inación somocista sobre las actividades urbanas asociadas con la exportación y su política de privilegiar a su sede, Managua, estuvo acompañada por un segundo factor que estimuló quizás aún más profundamente el crecimiento de la capital: la estructura particular del sector agropecuario. Nicaragua a diferencia de Costa Rica y Honduras no tuvo un importante enclave bananero bajo control de empresas extran­ jeras, no era una república bananera. A diferencia de Honduras y Guatemala, la inversión directa extranjera no jugó un papel central en la configuración de la econojnía nicaragüense. Quizás más importante para nuestro análisis, es saber que la estructura agraria nicaragüense no fue dominada por la gran hacienda y el c o m p le jo la tifu n d io -m in ifu n d io com o en El Salvador y Guatemala. Toda esta discusión referente a la estructura agraria demuestra la base objetiva para el crecimiento urbano más notable en Nicaragua. En la estructura agraria, el campesino queda proletarizado y expulsado hacia las ciudades. En vez de situar su desarrollo económico sobre el campesino pobre en el agro como es el caso en El Salvador y Guatemala, Nicaragua busca un programa de desarrollo más urbano por la vía de la importación de más capital financiero extranjero. De esta forma, Nicaragua demuestra una estructura de endeudamiento mucho más aguda que las de Guatemala y El Salvador. Honduras, igual que en el análisis de la estructura agraria, es un caso intermedio. El sistema alimentario tanto desde el punto de vista de la estruc­ tura agraria como desde el punto de vista de la hiperurbanización se revela mucho más dependiente y vulnerable en Nicaragua y en Costa Rica que en Guatemala y El Salvador.

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La diferencia entre Nicaragua y Costa n . ^ con respecto a su estructura agraria, su nivel de urbanización y su endeudamiento externo es mas bien de orden político que de estructura eco­ nómica. Los Somocistas que amasaron un control significativo sobre la estructura agroindustrial, financiera y comercial, utilizaron el aparato del Estado no solamente para discriminar en contra de la pequeña burguesía agrícola y dejarla más em­ pobrecida que su contrapartida en Costa Rica, sino que este control sobre la mayoría de los productores medianos y sobre el campesinado tuvo el impacto de inflar la población urbana de Managua aún más que la población de San José. Nuestra hipótesis es que el rol del campesinado pobre en el sistema alimentario nicaragüense es menos acentuado que en otros países centroamericanos y que una parte importante de esta población ha migrado a Managua a engrosar las filas del sector informal urbano. En 1980 este sector (incluyendo al sector de servicio doméstico) concentraba un 28.3 por ciento de la PEA nicaragüense; ningún otro país alcanza ni un 20 por ciento de su PEA en estas categorías. Nicaragua es el único país de la región en la cual el sector informal urbano y el servicio doméstico crecen notablemente como un porcentaje de la PEA urbana. En Costa Rica, Guatemala y El Salvador el SIU disminuyó su peso en la PEA entre 1950 y 1980. En el caso de Costa Rica, la asalarización (sector formal) de su población urbana y rural se debe a niveles muy altos de endeudamiento. En Guatemala y El Salvador la creciente asalarización de la población urbana tiene su base en un proceso de desarrollo industrial más intenso que en los otros países de la región, proceso montado en ia explotación de un vasto semiproletariado rural y niveles de represión rural inimaginables como fue señalado anteriormente. En el Salvador y Guatemala la asalarización se complementa con la pauperización y el desempleo especialmente en el sector rural. El SIU figura como la fuerza social principal en la ciudad de Managua con un 43 por ciento de la PEA ocupada en trabajo de cuenta propia, servicio doméstico o desempleo. ¿Cuáles son sus características?

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

Obviamente el SIU no se dedica principalmente a la producción agropecuaria y su producción es más mercantil que el modo de producción campesino. Sin embargo, comparte muchas de las características principales de la economía campesina. El SIU está constituido por unidades de carácter familiar que tienen como objeto principal el proyecto de asegurar su reproducción, unidades cuya actividad de consumo es inseparable de su actividad productiva o comerical. En el SIU la colectividad local o base territorial característica de la economía campesina está sustituida por una economía de tipo “ bazar” . Este tipo de economía tiene su base en las actividades inde­ pendientes de una gama de intermediarios y comerciantes de mercancías en un contexto supercom petitivo en que se relacionan a través de un volúmen increíble de compra-ventas no formalizadas. Esta economía de “ bazar" no está ligada solo a las actividades comerciales. Paralelo al continuum que corre desde el comerciante callejero al dueño de un establecimiento comercial grande, existe otro continuum entre el artesano y tipo “ bazar” y el administrador de una fábrica (Geertz,1963:28-29). El resultado es pobreza endém ica por causa de de la dominación del sector formal capitalista sobre el SIU (San­ tos, 1977:50). Loque queremos subrayar aquí para entender el funcionamiento del sistema alimentario es la existencia de un continuum en el SIU en que una parte del SIU esta más integrado en el sector formal y más dependiente de él y por lo tanto del exterior en términos de insumos importados indirectos, y otra parte del SIU funciona con más independencia del sector formal y del exterior. El sector informal urbano de Managua se podría caracterizar en térm inos muy m etafóricos com o una m ujer pobre, sin educación, y con trabajo e ingresos inestables. Ciertamente hay otras características importantes pero estos rasgos fundamen­ tales también empalman con el sistema alimentario. Según una encuesta de 650 familias de Managua en 1977 (de Franco, 1979), la mujer es sumamente sub-representada en el

El Problema Alimentario Heredado por la Revolución

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sector formal mientras que predomina en el SIU. La gran mayoría de los trabajadores en este sector son personas de entre 20 y 40 años. El SIU por otro lado muestra concentraciones de jóvenes y de personas maduras. Los ingresos en el sector informal fueron muy inferiores a los del sector formal en 1977. Estas diferencias se deben en el fondo a la inestabilidad de trabajo en el sector informal. Aunque una vivandera trabaja 14 horas al día, el empleo realmente remunerado puede ser de unas pocas horas dependiendo de la demanda de sus productos. Esta sub-utilización de mano de obra resulta en bajos ingresos. Dentro de la discriminación sufrida en el SIU son las mujeres las que reciben los salarios más bajos. Controlando por educación y edad, las mujeres ganaron 1.39 veces menos que los hombres en el sector formal y 2.56 veces menos en el SIU. De las familias con menos de 10 años en Managua el 42 por ciento de las mujeres tenían ingresos menores de C$99 semanal mientras solo un 3 por ciento de los hombres percibieron ingresos tan bajos (lbid.) La encuesta mostró que un 49 por ciento de las mujeres trabajaron más de 50 horas semanales, mientras que solo un 35 por ciento de los hombres trabajaron esta misma cantidad de tiempo. Además de sufrir discriminación salarial, las mujeres entran en el mercado de trabajo con menos educación. Casi el 40 por ciento de las mujeres que trabajaron en el SIU tenían menos de 3 años de educación formal, mientras que la misma cifra fue un 22 por ciento para los hombres. El SIU de Managua encuentra sus fundamentos en la explotación de la fuerza de trabajo femenina, este fenómeno marca profundamente el sistema alimentario nacional. La presencia de la mujer en el sector de preparación y venta de alimentos en Managua es tan abrumadora como es la presencia del hombre en la producción de granos básicos y otros alimentos en el campo. Lo que surge como característica clave del sistema alimentario nicaragüense es una fuerte diferenciación sexual

80

SEGURIDAD ALIMENTARIA

entre las trabajadoras en el sector de productos de consumo interno de alimentos, frente a los trabajadores en el sector formal industrial y el sector agroexportador en el agro.

C A P ITU L O III EL S IS TE M A A LIM EN TA R IO EN LA E C O N O M ÍA N A C IO N A L E IN TE R N A C IO N A L

1. Características Estructurales Hablar de la economía nicaragüense es hablar del sistema alimentario. La economía nicaragüense depende fundamental­ mente de la producción agropecuaria. Mientras el café, algodón, azúcar, bananos y ganadería generan la gran mayoría de las divisas líquidas de las cuales depende en gran parte la reproducción de la economía, estos rubros, junto con los granos básicos generan también la alimentación del pueblo. Sin embar­ go, el sistema alimentario se ubica al centro de la economía nacional, no solamente por la magnitud del producto agroalimentario destinado al consumo interno, al mercado externo y el empleo qúe genera el sector agropecuario; sino también por la diversidad de flujos intersectoriales que articulan las ac­ tividades de producción alim entaria con otros sectores económicos. Las actividades productivas, transformadoras y comerciales relacionadas con el sistema agro-alimentario aportan alrededor del 40 por ciento del PIB, generando casi el 60 por ciento del empleo nacional, sin tomar en cuenta el valor agregado y el empleo generado en determinadas actividades terciarias vin­ culadas con el funcionamiento del sistema. Además, las expor­ taciones de productos agro-alimentarios y sus principales derivados generan más del 80 por ciento de las divisas que entran al país (ver Cuadro 3.1.) Al interior de un sistema inter-relacionado de producción, inten­ tamos articular a continuación el conjunto de alimentos básicos, con el propósito de identificar las inter-relaciones importantes entre las distintas ramas de la actividad económica nacional. Un segundo aspecto del análisis identifica las principales ar­ ticulaciones materiales entre el sistema alimentario y el sector externo.

84

SEGURIDAD ALIMENTARIA

CUADRO 3.1. IMPORTANCIA DEL SISTEMA ALIMENTARIO EN LA ECONOMÍA NACIONAL Valor Agregado (1983) C$ miles % Sistema Alimentario* Economía Nacional

Empleo** (1982) Personas %

Divisas (1982) $ mili. %

13,796.8

40.2

502,087

58.3

353.7

86.7

34,301.6

100.0

861,860

100.0

407.7

100.0

Fuente: Miplan, MIND, INEC, MICE. * Abarca actividades productivas, transformadoras y comerciales vinculadas con el funcionamiento del sistema alimentario, sin incluir determinadas actividades relacionadas con el comercio informal de alimentos, la distribución de insumos agropecuarios y el comercio exterior de alimentos. ** Cifras aproximadas.

La naturaleza de esta red de articulaciones de la producción agro-alimentaria con la economía nacional e internacional trae importantes implicaciones para el diseño de una estrategia alimentaria. En lo que se relaciona con la problemática de la seguridad alimentaria y la satisfacción de necesidades básicas del pueblo, el análisis del encadenamiento de los sub-sistemas permite evaluar la importancia de los distintos rubros alimen­ tarios no solamente como generadores de alimentos básicos; sino también de materias primas requeridas en la producción de otros productos básicos. Este tipo de análisis también nos indica la importancia que el sistema alimentario tiene como deter­ minante de la capacidad de consumo de la población a través del empleo que genera en diversas actividades productivas y comerciales vinculadas con cada sub-sistema alimentario. Con respecto al sector externo, el análisis permite Identificar las grandes áreas de dependencia y vulnerabilidad en lo que se relaciona con el flujo de insumos, materias primas, alimentos y bienes de capital desde el exterior.

El Sistema Alimentario en la Economía

85

2. El Encadenamiento de los Sub-sistemas El análisis de los principales flujos materiales de productos alimentarios identifica dos tipos de cadenas productivas: una relativamente sencilla, y la otra mucho mas compleja. El grado de complejidad de las diferentes cadenas está reflejada en el Gráfico 3.1. En el análisis de los principales flujos materiales hacia otros sectores se destacan las siguientes características estructurales. a)

La poca articulación entre la producción agropecuaria y la industrial, a nivel de diversas cadenas agro-alimenticias. Se ha estimado que alrededor de la mitad de la producción agropecuaria llega al mercado nacional o internacional sin ningún o solo con un mínimo de procesamiento industrial; caso por ejemplo del frijol, arroz, las hortalizas y frutas, los productos de la ganadería menor y la pesca. De esta manera cualquier cambio en los niveles de producción de estos productos no repercute significativamente en otras ramas de la actividad productiva nacional.

b)

Existe otro grupo de cadenas productivas complejas y asociadas fundamentalmente con seis rubros agro-alimen­ tarlos que constituyen lo que se puede llamar el corazón del sistema de producción básica. Estos son el maíz, sorgo, trigo, algodón, la caña y ganadería mayor. De estos produc­ tos provienen no solamente un sinnúmero de alimentos básicos; sino también las materias primas requeridas para la producción de otros productos básicos de consumo popular y de los alimentos balanceados que son la base para la producción avícola y porcina y en menor grado de la producción lechera.

El Gráfico 3.2. resume esquemáticamente como estos seis rubros se ubican al centro del sistema nacional de producción básica, señalando cuales son los principales productos de con­ sumo popular que se derivan de éstos.

GRAFICO 3.1

88

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SEGURIDADALIMENTARIA

EL SISTEMA ALIMENTARIO! LOS PRINCIPALES FLUJOS MATERIALES

ALG O D O N —

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I TO R TA S I SECO Y SALAD O I : D E S G R A N E , S E C A D O , ALM ACENADO. S : L IM P IE Z A Y

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L E C H E P A S T E U R IZ A D A Y E N P O LV O

87

4 : A L M A C E N A M IE N T O -

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El Sistema Alimentario en la Economía

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88

SEGURIDAD ALIMENTARIA

En el Gráfico 3.3. se cuantifica el peso relativo de los productos y sub-productos provenientes de éstos rubros, en el consumo intermedio de materias primas agro-alimenticias de la industria manufacturera en su conjunto. Aquí se ve claramente como los productos y derivados de la ganadería mayor y la caña de azúcar predominan, aportando un 43.8 por ciento y 21.1 por ciento del valor total de las materias primas consumidas por la industria manufacturera en 1982, respectivamente. De hecho los seis sub-sistemas que hemos identificado como los sub-sistemas claves aportan un 86 por ciento del valor total de las materias primas consumidas por la industria (sin incluir el tabaco). Cabe señalar que esta cuantificación se hace en base a datos de Encuesta Anual de la Industria Manufacturera donde no salen reflejados los volúmenes de materias primas con­ sumidos por la pequeña industria. Debido a ésto, el peso de determinados productos como el maíz por ejemplo, está sub­ valuado. Dentro de este sistema de producción de alimentos básicos de consumo interno, es evidente que los llamados productos de “agroexportación” juegan un rol determinante, lo que cuestiona la validez de la supuesta dicotomía entre el llamado sector de “consumo interno” y el de “agroexportación” . Asimismo el algodón, la caña de azúcar y la ganadería mayor generan además de divisas, un sinnúmero de alimentos y materias primas utilizadas en la industria alimenticia y manufacturera, producien­ do bienes de consumo popular. Además generan las divisas requeridas para importar los insumos, materias primas, repues­ tos, materiales de empaque, bienes de capital imprescindibles para el funcionamiento de la base productiva y el comercio. De esta manera, el sector agroexportador sustituye el sector que produce bienes intermedios y de capital (Fitzgerald,1984:31). Además de proporcionar indirectamente una parte considerable de los medios de producción y de comercialización utilizados en el sistema alimentario, el sector agroexportador proveía, a través de la importación de bienes de consumo suntuarios, el incentivo que demanda el sector privado para producir. El rol del

El Sistema Alimentario en la Economía

89

GRAFICO 3.2 PRODUCTOS AGROPECUARIOS PARA LA GENERACION DE ALIMENTOS Y BIENES BASICOS DE CONSUMO POPULAR

DERIVADOS BASICOS

fuente

:

c ie r a

.

PRODUCTOS AGROPECUARIOS CLAVES

DERIVADOS BASICOS

G R A F IC O 3 .3

*

PARTICIPACION DE LOS D IF E R E N TE S SUBSISTEM AS EN E L CONSUMO INTERMEDIO DE M ATERIAS PRIMAS A G R O -A LIM E N TIC IA S EN L A INDUSTRIA M ANUFACTURERA1982 (M LS . DE CORDOBAS)

G a n a d e r ía

Menor 1. 2 %

3 6 ,8 1 6

*f Abarca todo* lo* productos, sub~productos y derivado* asociados con cada rubro señalado en el gráfico. ¿ « Abarca productos derivados de hortalizas.frutas.tubérculos.avena, cacao,e*pecl*s,lúpuIos,*tc. FUENTE; ENCUESTA ANUAL DE LA INDUSTRtA MANUFACTURERA 1982. in e c / m in d .

El Sistema Alimentario en la Economía

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sector agroexportador en este sentido, se ha reducido durante el período revolucionario con la priorización de las impor­ taciones de medios de producción, petróleo, bienes de capital para la inversión y bienes básicos de consumo popular. Esto ha impactado en el comportamiento del sector privado. En el Gráfico 3.4. se puede apreciar el peso de estos productos en la estructura general de gastos de la industria (formal) de alimentos y bebidas donde los gastos en materias primas en general representan el 54 por ciento del valor de los gastos totales en salarios, insumos, empaques, repuestos, servicios, gastos administrativos y materias primas. En este gráfico se puede observar que el componente de gastos altamente depen­ diente del exterior como son el empaque, insumos, repuestos y energía representa el 23 por ciento del total. Cabe señalar el peso que tiene el empaque en la estructura de gastos de determinadas sub-ramas industriales. En un grupo de 7 de las 14 sub-ramas que componen la industria de alimentos y bebidas los gastos en materiales de empaque representa el 20 por ciento del total. Por otro lado, el peso de los sueldos y salarios en los gastos totales de la industria de alimentos y bebidas es relativamente pequeño, representando ésto solo el 15 por ciento del total, lo que refleja el grado de capitalización de la industria formal. El análisis de la composición de gastos de cada sub-rama en términos del peso relativo de las materias primas, insumos (incluye empaque, energía, repuestos) y salarios revela la siguiente tipología del grado de articulación de cada sub-rama con: a) el sector primario; b) la industria manufacturera y el sector externo en lo que se relaciona con la categoría de in­ sumos; ye) la generación del empleo (salarios). En esta tipología se identifican cinco categorías de sub-ramas: i)

En primer lugar existe un grupo de cuatro sub-ramas (matanza de ganado; productos del mar; molinería; y alimentos para animales), altamente dependiente de

Servi. y Gts. Admin. 408,345.2

FUENTE'. Encuaata Anual déla Industria Manufacturara 1982. INEC/MIND.

92 SEGURIDADAUMENTARIA

GRAFICO 3.4

E s tru c tu ra de gastos de la in d u s tria de A lim entos y Bebidas 1982 CU U 3111-3134 ( V alores en Miles de Córdobas)

Ei Sistema Alimentario en la Economía

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materias primas de manera que éstos representan más del 60 por ciento de los gastos totales. ii)

Otro grupo integrado por las industrias de productos lácteos, aceites y grasas, bebidas espirituosas y alimentos diversos que incluye el procesamiento del café, también dependen fuertemente de materias primas, sin embargo asignan un porcentaje relativamente alto de sus gastos totales a la compra de insumos.

iii) La industria de fabricación de azúcar se ubica en una categoría aparte, teniendo altos gastos en materia prima y también fuerza de trabajo. iv) La cuarta categoría está integrada por las industrias de procesamiento de frutas y legumbres, panadería y galletas, y confitería que muestran un menor grado de articulación con el sector primario, asignando un alto porcentaje de sus gastos a la compra de insumos y fuerza de trabajo. v)

Finalmente, las industrias de fabricación de cerveza y gaseosas incurren en altos gastos en mano de obra, repre­ sentando éstos un 30 por ciento de los gastos totales, o sea el doble del promedio para la industria de alimentos y bebidas en su conjunto.

3. La Generación del Empleo Desde el punto de vista de la capacidad de consumo de la población, el sistema alimentario juega un rol determinante generando empleo en las actividades de producción y distribución de insumos, productos y servicios vinculados con la alimentación. El Cuadro 3.2. presenta una aproximación del empleo generado por los distintos sectores económicos vinculados con la producción, transformación y distribución de productos agroalimentarios. Es notorio que solo estas actividades generan casi el 60 por ciento del empleo nacional sin tomar en cuenta deter­

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

minadas actividades terciarias e informales vinculadas con la comercialización y transformación de alimentos. CUADRO 3.2. EMPLEO GENERADO POR EL SISTEMA AGRO-ALIMENTARIO DISTRIBUCIÓN DEL EMPLEO POR ACTIVIDAD, 1982 Actividad por Sector Pecuarios Producción Agroexportadora Producción Agrodoméstica Pesca Agroindustria Industria de Alim. y Bebid Comercio ai por Mayor y Menor i. Sub-Total ii. Empleo total i/ii

Empleo 145,128 138,464 118,037 4,197 12,735 24,265 59,262 502,088 861,060 58.3%

Fuente: MIDINRA, INEC, MIND * Incluye restaurantes y cafe.

En lo que se relaciona con los distintos sub-sistemas agroalimentarios, intentamos identificar en el Cuadro 3.3. cual es la importancia relativa de cada uno de éstos en la generación del empleo en las actividades productivas. Debido a la falta de datos fiables, varias de las cifras son de carácter meramente orientativas. Para determinadas actividades donde predomina el sector informal, resulta imposible llegar a una aproximación. El análisis de la distribución del empleo en distintas actividades productivas/comerciales nos permite identificar ias siguientes características estructurales: a)

La importancia de los sub-sistemas de la ganadería mayor y el algodón que aportan más de la mitad del empleo generado por todo el sistema alimentario.

b)

El empleo generado por el sistema alimentario está pola­ rizado entre actividades de producción primaria y activi­ dades informales vinculadas con .el procesamiento y comercio de alimentos (de este último sector no se dispone de cifras fiables), siendo el número de personas ocupadas

B Sistema Alimentario en ta Economía

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en actividades agro-industriales e industriales relativamente reducido. c)

En lo que se relaciona con la generación del empleo en actividades transformadoras de materias primas, son los sub-sistemas del maíz, trigo, ganadería mayor, caña y algodón los que se destacan por su importancia.

CUADRO 3.3. __________ DISTRIBUCION DEL EMPLEO POR SUB-SISTEMAS__________ SubSistema Maíz Frijol Arroz Trigo Hortalizas Caña Azúc. Algodón/ Aceite Café Ganado Mayor

Ganado Menor* Pescado Total

Producción AgroAgrie. Pecuaria industria Industria 60,357 26,856 10,893(3) 21,000(5) 14,000 135,995

58,935

15,934(S)

343,970

Total

74,357 1,500(1) 13,000(2) 26,856 (1) 10,893 (3) 256(M) 5,365(4) 5,621 1,145(6) 22,145 1,753(1) 4,238(B) 19,991 883(D) 1,610(T) 1,008(A) 137,669 173(C) 3,424(B*) 417(P) 62,776 143,2781,359(M*) 1,476(L) 325(T*)0,500(C*) 157,402 464(7) 1,500(A*) 500(AB) 18,512 348(P*) 80(M*) 150(E) 10,360 8,000(8) 2,360(9) 153,126 11,940 39,546 547,582

Fuente: Ciera en base a datos del Midinra, MIND y Micoin. * • Se incluye el sorgo en el sub-sistema de ganado menor dado que ésto utiliza fundamentalmente como alimentos para animales en la producción avícola y porcina. (1) Almacenamiento, desgrane, etcétera; (2) Tortilleras y otras procesadores de maíz; (3) Incluye trabajadores en actividades agro-industriales de trillaje; (4) Panaderías, fabricación de galletas y pastas; (5) Se estiman 12,000 productores de hortalizas y 9,000 empleados de Embanoc;(6) Fabricación de encurtidos y trabajadores de Ifrugalasa; (7) Fabricación de jabón y can­ delas; (8) Pescadores artesanales; (9) Empleados de la Empresa Inpesca. (M) molinos; (I) ingenios; (B) bebidas; (D) desmotadoras; (A) aceiteras; (T) textileras; (C) colchones; (B*) beneficios; (P) procesadores; (M*) mataderos; (L) empresas lácteas; (T*) tenerías; (C*) calzado; (S) sorgo; (A*) avícolas; (AB) alimentos balanceados; P*: porcinos; E: embutidoras.

96

SEGURIDAD ALIMENTARIA

d)

Con respecto a la agroindustria, estas actividades general­ mente son intensivas en capital, siendo las principales excepciones a esta regla, el desgrane de maíz y la matanza informal de ganado.

e)

Las actividades procesadoras de alimentos, bebidas y otros bienes derivados de materias primas agropecuarias se agrupan desde el punto de vista del tipo de empleo generado, ubicándose las principales fuentes de empleo en dos sectores: un sector de subsistencia y otro que es la pequeña industria. Agrupando estas actividades en categorías, tenemos que la primera se asocia fundamentalmente con el procesamiento del maíz (tortillas, tamales, rosquillas, etcétera), de azúcar (confiterías), y la preparación de determinadas bebidas (refrescos, atol, etcétera), actividades que generalmente constituyen una fuente de empleo secundario para la familia. Tanto estas actividades como el comercio informal con­ stituyen una especie de esponja que absorbe cualquier exceso de mano de obra que no encuentra empleo per­ manente en otros sectores. La pequeña industria asume un peso importante en la fabricación del pan, queso, encurtidos, salsas, cuero, cal­ zados y café molido. Esta generalmente está constituida por una empresa familiar que posiblemente contrata mano de obra en pequeña escala. Por otro lado, existe un reducido número de grandes empresas, intensivas en capital en las cuales está con­ centrada la fabricación de aceite, leche en polvo, leche pasteurizada, gaseosas, cervezas y roñes, embutidos, el procesamiento del café, tomates, productos del mar y la fabricación de jugos enlatados. A pesar de los volúmenes producidos por estas empresas su importancia en la generación del empleo es menos significativa.

f)

Cabe destacar la incidencia del empleo eventual y ei sub-empleo en las distintas actividades productivas y

El Sistema Alimentario en la Economía

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comerciales que conforman el sistema alimentario. Este fenóm eno afecta fundam entalmente a la producción agrícola y agroindustrial de caña y refinamiento del azúcar, café y algodón así como el procesamiento y comercio de hortalizas y queso.

4. Articulación con el Sector Externo El funcionamiento de la economía en general y del sistema agro-alimentario en particular depende en gran medida del sector externo. Como vimos en el Capítulo I esta dependencia vino desarrollándose aceleradamente a partir del auge al­ godonero de los años 50 cuando se consolidó el carácter bi-modal y agroexportador de la agricultura nicaragüense con la expansión de sistemas tecnológicos y actividades agroindustriales dependientes de insumos y bienes de capital impor­ tados y de los volúm enes de productos agropecuarios exportados, sobre todo el algodón, azúcar y la carne de res. En lo que se refiere a las importaciones requeridas para la reproducción del sistema alimentario, el Cuadro 3.4. demuestra que en 1982, fueron necesarios aproximadamente 310 millones de dólares para garantizar directamente la producción alimen­ ticia, sin incluir en esta cifra las divisas requeridas para la distribución y en particular el petróleo y equipos de transporte requeridos en actividades comerciales. Las exportaciones de algodón, café, carne y azúcar y de otros productos agro-alimen­ ticios permitieron generar alrededor de 350 millones de dólares de manera que el sistema alimentario opera con un mínimo saldo positivo de divisas a pesar de que el sector agropecuario es el principal generador de divisas. Las importaciones de bienes intermedios son las mas importan­ tes y representan alrededor del 40 por ciento de las necesidades (el petróleo suma más de la mitad de las mismas). Los insumos (fertilizantes, pesticidas y productos veterinarios) representan el 10 por ciento de las divisas totales requeridas, los que junto con

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SEGURIDAD ALIMENTARIA

CUADRO 3.4. NECESIDADES DE DIVISAS POR RUBROS Y SECTORES, 1982 (en miles de dólares) Granos, Caña, Trigo, Café Pecua­ Agrorios Indus. Hortalizas Alg. Semilla Fertiliz. Pesticidas Prod. Vet. Petróleo Ganado, Pollos, Huevos Aceite Neutro Insumos Varios Envases Import. a/ Intermed. Import. b/ Complem. Bienes de Capital* i. Import. Total ¡i.Export. Saldo (ii-i)

Industria Alim.(1)

Total

0 1,000 0 6,080 0

0 0 0 0 10,200

0 0 0 0 34,060

1,249 9,170 14,980 6,080 66,760

1,606 0 0 0

0 0 1,853 1,554

0 7,192 1,041 2,386

1,606 7,192 2,894 3,940

8,686

13,607

37,487

122,339

2,186

22,684

41,609

95,515

81,000

92,000

42,649 10,872 59,946 c/ 4,859 265,498**

36,291 160,096 79,912’*** g87

309,854 351,256

205,552

43,621 -159,109

41,402

1,249 2,974 2,240 0 7,150 0 0 0 0 13,613 29,036

0 5,196* 12,740 0 15,350 0 0 0 0 48,946 + 0 11,000

-37,790

-10,872

Fuente: Elaboración Ciera en base a datos del Midinra y MICE. 1. Industria de alimentos y bebidas. * Las importaciones de bienes de capital no pudieron ser suficientemente desglosadas. Los 11 millones de dólares señalados corresponden al sector agropecuario en su conjunto y los otros 81 millones al sector agroindustrial y la industria alimenticia. Por lo tanto el excedente de la categoría algodón, café, caña, así como el déficit de los otros rubros agropecuarios son mayores, mientras el excedente del sector agroindustrial y el déficit in­ dustrial serían menores. + Incluye determinados insumos no incluidos arriba. ** Exportaciones de algodón y café (1983). *** Exportaciones de azúcar/melaza (83), carne, productos lácteos, manteca y torta (82). a/ Importaciones de productos intermedios, b/ Importaciones de productos competitivos, c/ La exportación de la carne de res, proveniente de los mataderos industriales, se considera aquí como una exportación agroindustrial.

El Sistema Alimentario en la Economía

99

el petróleo representan aproximadamente el 80 por ciento del consumo intermedio importado. Estas importaciones son prácticamente insustituibles por la producción nacional. Las importaciones competitivas son en teoría las que podrían ser eliminadas por un aumento de la producción nacional aun­ que dicho aumento incrementará la demanda de divisas. Es decir, un total de 95 millones de dólares de los cuales 30 millones correspondieron a granos y hortalizas en 1982, 20 millones a leche, sebo y mantequilla (es decir sub-productos de la ganadería mayor), 7 millones en aceite vegetal y 34 millones a productos alimenticios finales variados (no necesariamente competitivos con productos locales). En conclusión, en 1982 casi 60 millones de dólares fueron necesarios para cubrir la demanda nacional de productos básicos y unos 30 millones más para abastecer el mercado de productos alimenticios in­ dustrializados. Finalmente, los requerimientos de bienes de capital, en parti­ cular de maquinaria, representan un 30 por ciento de las impor­ taciones y esta cantidad es también irreducible ya que en gran medida representa la renovación y el mantenimiento del parque existente. Puede por lo tanto afirmarse que dada la estructura económica global del país, la producción de alimentos depende en forma absoluta del sector externo, sea bajo forma de divisas, líneas de crédito, donaciones o de cualquier otra modalidad de intercambio. Cabe destacar que el sector más deficitario es la industria alimenticia. Aunque no se puede calcular con exactitud el tamaño del déficit (ver Cuadro 3.6.), podemos afirmar que éste tiene que superar los 100 millones de dólares. Esto refleja dos c a ra c te rís tic a s c e n tra le s de la in d u s tria a lim e n ta ria nicaragüense: por un lado, su orientación productiva hacia el mercado interno y por otro lado, su grado de dependencia en la importación de materias primas, insumos y bienes de capital. A lo largo del período post-revolucionario, la política de desa­ rrollo del gobierno ha resaltado la necesidad de expandir la base

100

SEGURIDAD ALIMENTARIA

agroindustrial como mecanismo para articular Ja economía y agregar valor a las materias primas nacionales. El desarrollo agroindustrial constituye además un mecanismo clave para enfrentar el problema estructural de la dependencia y para redefinir el patrón de inserción de la economía nicaragüense en la división internacional de trabajo. Es de esperar que las gran­ des inversiones agroindustriales que se están realizando actual­ mente en Nicaragüa permitirán al país exportar no solamente materias primas (café en grano, algodón en pacas, etcétera) sino también productos agro-alimenticios procesados, menos vul­ nerables ante el comportamiento de los precios internacionales. Al mismo tiempo, este esfuerzo inversionista permitirá al país sustituir una serie de importaciones. Para enfrentar en el corto plazo el problema de la dependencia, se ha ido reestructurando el comercio exterior. Vimos anterior­ mente que bajo el somocismo, la economía nicaragüense se a rtic u la b a al sistem a e co n ó m ico m undial m ediante la intermediación de algunas casas comerciales extranjeras o grandes comerciantes locales que compraban los productos de agroexportación y vendían los bienes Importados. De esta manera el comercio exterior estaba orientado a reproducir el sistema de dependencia estructural que ligaba la economía nicaragüense a los intereses de los países capitalistas In­ dustrializad o s y sus transnacionales. Como explica un documento del actual Ministerio de Comercio Exterior: Un comercio exterior sin objetivos nacionales ni populares que carecía de instrumentos, de acciones y de capacidad de gestión para enfrentar los efectos adversos provocados por la economía internacional. En efecto, las acciones ante los organismos internacionales, ante empresas extranjeras y ante otros países estaban determinadas por los intereses y lógica del imperialismo norteamericano. (MICE.1984)

Unas de las primeras medidas tomadas por el gobierno revolucionario en 1979 fue la nacionalización de las expor­ taciones tradicionales, una parte significativa de las Impor­ taciones y de la banca, lo que cambió radicalmente la lógica del comercio exterior. Esto ha asegurado la captación nacional del excedente, apoyando con ello el desarrollo de las fuerzas

El Sistema Alimentario en la Economía

101

productivas del país y garantizando el consumo básico. Ha permitido a la vez una racionalización de las importaciones según las prioridades nacionales y no de una minoría. Con respecto a las importaciones se ha establecido un sistema de asignación previa de divisas que permite orientar las impor­ taciones en función a las prioridades nacionales. En el Cuadro 3.5. se ve que esta política ha generado un cambio significativo en la composición de las importaciones, reflejado en una reducción de las im portaciones de bienes de consumo duraderos y suntuarios, y un aumento en las importaciones de bienes de capital industrial, de consumo básico e insumos agropecuarios. CUADRO 3.5. ESTRUCTURA DE LAS IMPORTACIONES DE NICARAGUA, 1977,1981 Y 1984 (Millones de dólares CIF) Indicador Consumo no Duradero Consumo Duradero Combustibles Agropecuarios: • Insumos - Capital Industrial: - Insumos - Capital Construcción Transporte Otros Total

1977

1981

110.6 70.8 103.0

195.8 47.2 197.3

107.0 49.1 145.8

40.1 21.9

55.7 29.7

59.1 28.4

212.3 117.6 32.0 53.3 0.3 761.9

262.5 120.7 33.9 50.3 6.3 999.4

229.1 145.4 21.7 40.1 1.0 826.2

1984

Fuente: MICE

En lo que se relaciona con los bienes de consumo no duradero en general y los alimentos en particular, la importación de éstos aumentó significativamente en los primeros dos años de la Revolución, pero bajó fuertemente a partir de 1982 debido a la escasez de divisas. En ei Cuadro 3.6. se observa que-el valor de las importaciones de un grupo de los principales alimentos básicos aumentó de 22 millones en 1978 a más de 130 millones en 1981, reduciéndose a la mitad en 1982. El mismo cuadro

102

SEGURIDAD ALIMENTARIA

muestra el cambio radical en la composición de las Importa­ ciones alimentarías con la eliminación de las importaciones de productos alimenticios suntuarios y la priorización de los alimentos básicos que en 1983 llegaron a representar el 90 por ciento del valor total de las importaciones alimentarias. CUADRO 3.6. IMPORTACIONES ALIMENTARIAS, 1978-1984 Concepto

1978

1.Alimentos Básicos $3.8 2.Total Alimentos 49.5 3.lmportaciones Totales 593.9 1/2% 1/3% 2/3%

48.1 4.0 8.3

1980 88.4 125.0 887.2 70.7 10.0 14.1

1981

1982

(millones de dólares) 131.5 64.8 84.1 155.8 999.4 775.5 (porcentaje) 84.4 77.1 13.2 8.4 15.6 10.8

1983

1984**

72.8 80.1

76.2 91.5

806.9

826.2

90.9 9.0 9.9

83.3 9.2 11.1

Fuente: MICE * **■

Incluye 19 productos alimenticios terminados o materias primas básicas utilizadas en la industria alimenticia. Cifras preliminares.

Se han mantenido los niveles de importación indispensables, seleccionando diferentes posibilidades de financiamiento, sea con crédito de suplidores, líneas de crédito, préstamos a largo plazo, otras formas de cooperación externa o recursos líquidos. Por medio de las empresas exportadores adscritas al MICE se realizan directamente el 88 por ciento de las exportaciones y el 15 por ciento de las importaciones, mientras las instituciones del Estado realizan aproximadamente el 65 por ciento de las mismas. Han surgido nuevas relaciones y formas de intercambio que establecen mecanismos de abastecimiento seguro en el mer­ cado internacional a fin de contrarrestar el deterioro de los términos de intercambio garantizándose así un ágil acceso a los alimentos, insumos y bienes de capital requeridos para el fun­ cionamiento del sistema alimentario.

El Sistema Alimentario en la Economía

103

Desde 1979 Nicaragua ha ido diversificando los mercados tanto de las importaciones como para las exportaciones. Los cambios más significativos se relacionan con las importaciones de manera que Estados Unidos ya no cumple et rol de abastecedor principal, habiendo sido reemplazado por países como México, Europa Occidental y el bloque socialista integrado en el CAME. En lo que se relaciona con las Importaciones y donaciones alimentarias, los países latinoamericanos, de Europa Occiden­ tal, Canadá y el CAME están reemplazando a los Estados Unidos como principal fuente. Por el lado de las exportaciones, se puede observar en el Cuadro 3.7. un aumento significativo en los mercados de Japón, los países de Europa Occidental y del CAME mientras la importancia de América Central y los Estados Unidos ha bajado sustancial mente. Aunque las importaciones procedentes de los países centroamericanos tuvieron un aumento sustancial en 1980 y 81, éstos se han contraído fuerte­ mente en los últimos años debido principalmente a la escasez de divisas, a las limitaciones de financiamiento y en alguna medida a las presiones ejercidas por el Gobierno de los Estados Unidos, ya sea directamente o a través de los organismos financieros internacionales. Lo sobresaliente de éste análisis del destino de las exportaciones y el origen de las importaciones es el grado de diversificación que caracteriza el comercio exterior. Estas cifras desmienten claram ente la imagen de Nicaragua presentada por la administración Reagan, de un país integrado plenamente en el bloque socialista. En este contexto, Nicaragua desarrolla una política diferente a la cubana. En el cuadro anterior se observa que los países del CAME compran solamente el 6 por ciento de las exportaciones nicaragüenses y suministran la cuarta parte de las importaciones que requiere el país. Sin embargo, en relación al funcionamiento del sistema alimentario, las impor­ taciones y la ayuda provenientes de los países socialistas es sumamente importante. La Unión Soviética se ha convertido en la principal fuente de determinados insumos, bienes de capital

104

SEGURIDAD AUMENTARIA

y de consumo claves, tales como urea, petróleo, tractores y trigo. CUADRO 3.7. NICARAGUA: DIVERSIFICACIÓN DE MERCADOS, 1974-77,1984 (porcentaje) Regiones Económicas América Central América Latina Brasil Colombia México Venezuela Otros Europa Occid. EEUU. Japón Canadá Países Soc. Otros Total Valor Total (mili US$)

Exportaciones 74-77* 84 22.8 2.1

9.6 1.8

Importaciones 74-77* 84

-

-

24.5 24.8 11.6 0.9 0.8 12.5 100.0

36.4 12.3 24.8 2.9 6.1 6.1 100.0

21.6 14.7 0.7 0.1 2.0 11.4 0.5 14.1 28.8 10.1 0.7 0.3 9.7 100.0

483.7

384.8

593.0

-

-

-

-

-

-

-

-

Comercio Total 74-77* 84

9.0 17.9 1.7 3.3 9.7 0.6 2.6 19.7 16.1 2.9 2.9 25.8 5.7 100.0

22.8 8.9 ND ND ND ND ND 19.7 28.2 9.8 0.8 9.0 9.0 100.0

9.2 12.7 ND ND ND ND ND 25.0 14.9 9.9 2.9 19.5 5.9 100.0

826.2

1076.7

1211.0

Fuente: MICE *

Promedio del período; Valor Nulo o Insignificante.

Para mejorar los términos de intercambio y facilitar el acceso a importaciones, se están impulsando nuevas modalidades de intercambio para adquirir en forma más segura importaciones a precios favorables. Esto se ha logrado a través de líneas de crédito y donaciones con países que apoyan el proceso nicaragüense. En 1983, las líneas de crédito llegaban a repre­ sentar el 19 por ciento del financiamiento de nuestras impor­ taciones, mientras que en 1980 solo alcanzaban el 9 por ciento. Las donaciones alimentarias recibidas de diversos países, proveen la totalidad de la oferta de algunos alimentos como trigo y la mayor parte de la leche, ambos se procesan en el país. Cabe señalar otra modalidad de intercambio que surgió en 1982 que es el trueque, lo que permite aliviar en cierta forma el problema

El Sistema Alimentario en la Economía

105

de la escasez de divisas líquidas. Esta y otras formas de inter­ cambio señaladas se consolidarán en el futuro. En lo que respecta a las exportaciones, se está tratando de bajar el grado de vulnerabilidad que proviene de las fluctuaciones de precios en el mercado internacional, promoviendo mecanismos de contrato fijo que establecen para determinados períodos los volúmenes a exportar, así como los precios de venta, los que deben basarse en los costos de producción de! producto expor­ tado. Con países como Argelia, Irán y Libia se ha logrado cierto éxito con esta forma de intercambio. También en el caso de productos como el banano se ha logrado establecer canales más directos con los distribuidores. El retiro de la Standard Fruit Company del comercio del banano, forzó a Nicaragua a buscar nuevos mercados dentro de los Estados Unidos. La experiencia mostró como es posible bajar el grado de dependencia de las transnacionales que controlan una gran parte del comercio internacional e inclusive competir efectivamente con ellas, logrando de esta manera vender a mejores precios. El caso del banano sigue siendo un ejemplo para los países en la periferia del sistema capitalista mundial, de las posibilidades reales que existen para redefinir las tradicionales relaciones comerciales. Con la imposición, por la administración Reagan, de un embargo total sobre el comercio entre los Estados Unidos y Nicaragua en Mayo de 1985, muchos pensaban que uno de los rubros que iba a caer seria el banano, dada la dependencia histórica y total sobre el mercado estadounidense. Sin embargo, en un período relativamente corto se habían abierto nuevas rutas comerciales con Europa Occidental y en particular Bélgica para sustituir el mercado norteamericano. Lo mismo ha ocurrido con las exportaciones de carne, muchas de las cuales se colocan ahora en el mercado canadiense. De hecho, se ha logrado suavizar considerablemente el impacto dañino del embargo dada la capacidad de encontrar nuevos mercados. En lo que se relaciona con los precios de los productos tradi­ cionales de exportación, se ha logrado mantenerlos por encima del promedio del mercado correspondiente, debido al volumen

106

SEGURIDAD ALIMENTARIA

que manejan las empresas exportadoras del Estado, su estra­ tegia de venta y el aprovechamiento de las vinculaciones institucionales con los países y empresas compradoras. Sin embargo, en algunos casos ha sido necesario vender a precios más bajos que los que se obtendrían en otros mercados, debido a la política de d¡versificación de mercados que tiene el propósito de mantener la seguridad de los flujos y la autonomía de las decisiones. Este es uno de los costos que implica la seguridad alimentaria y la independencia económica.

C A P ITU L O IV LA P R O D U C C IO N A G R O -A LIM EN TA R IA

1. El Uso de la Tierra Si bien es cierto que la economía que conformó el modelo somocista concentró los recursos del país en el llamado sector agroexportador, existía en cierta forma una base productiva de alimentos básicos relativamente diversificada. Como ya se ha analizado, algunas de los principales fuentes calóricas y pro­ teicas en la dieta nicaragüense se vinculan con el sector agroexportador: azúcar, aceite (de semilla de algodón), carne de res, leche; o tro s p ro d u cto s tales com o arroz y sorgo, se relacionaban con la nueva tecnología de la “ revolución verde” aprovechada por algunos grandes productores en los años 60 y 70; mientras existía una gran masa de campesinos producien­ do maíz y frijol, ciertos productos hortícolas y de ganadería mayor. En la década de los 7 0 creció la producción avícola y porcina tecnificada. Se calcula que el área de tierras adecuadas para cultivos y pastos es de alrededor de 11.4 millones de manzanas. Como se puede observar en el Cuadro 4.1. esta representa aproximada­ mente el 68 por ciento del área total disponible a nivel nacional, calculado en 16.8 millones de manzanas. Del área agropecuaria, se está utilizando en la actualidad aproximadamente 8 millones de manzanas, es decir el 70 por ciento. Estudios de suelos realizados en el pasado señalan que los usos efectivos del suelo conforman una estructura poco compatible con la estructura de su uso potencial. En 1977 se estimaba que un 63 por ciento de los suelos tenían un uso que no coincidía con su vocación. En el Gráfico 4.1. se puede observar que el aspecto más irracional identificado por el Dipsa en 1976, se relaciona con los casi 9 millones de manzanas sometidas a la explotación forestal, cuando el área racionalmente adaptada a esta actividad es de solo 2.5 millones de manzanas. Por otro

110

SISTEMA ALIMENTARIO

la d o , s o lo 7 m illo n e s de m anzanas e sta b a n sie n d o aprovechadas para usos agropecuarios mientras el area dis­ ponible superaba los 11 millones de manzanas, siendo el aspec­ to más alarmante de esta situación la sub-utilización de suelos aptos para cultivos. CUADRO 4.1. POTENCIALIDAD DEL USO DE LA TIERRA A NIVEL NACIONAL (Manzanas) Categorías

Tierra Tierras Adecuadas para Cultivos o Pastos Tierras Adecuadas para Bosques Total

Amplio Muy Amplio Perenne Limitado Limitado

Total

1434019 2680683 3429670 384050111384873 Forestal Restring. 2430098 2959701

5389799 16774672

Fuente: Midinra en base a datos de Dipsa, 1977.

Aceptam os la conclusión de que existen amplias áreas adecuadas para cultivos, están sub-utilizadas, pero no compar­ timos las observaciones hechas con respecto a los bosques. El anterior cálculo referente al área disponible para pastos está basado fundamentalmente en criterios relacionados con la calidad de los suelos. Pensamos que el criterio para determinar el área indicada de bosques debe ampliarse y considerar la relación entre el bosque y la agricultura en lo que se refiere a la disponibilidad de agua (superficial y subterránea), la erosión, la sedimentación, etcétera. Tomando en cuenta estos aspectos, es evidente que unos de los grandes problem as que afecta la a gricultura es la desforestación en las zonas montañosas del interior del país, producto fundamentalmente de la expansión de la ganadería extensiva articulada a la agricultura migratoria de subsistencia. En vez de promover la desforestación para incrementar el área para pastos, hace falta más bien intensificarlos pastos y renovar

G R A F I C O 4.1

La Produccción Agro-Alimentaria

CULTIVOS

ANUALES PERENNES

CULTIVOS

TOTAL

PASTOS

AGROPEC TOTAL

SUELOS

BOSQUES NO PROn

111

CULTIVOS

112

SISTEMA ALIMENTARIO

los bosques para facilitar la reproducción del sistema alimentario en el largo plazo. Para el ciclo 1983-1984, la superficie dedicada a la actividad productiva ocupaba 932.2 miles de manzanas para cultivos tanto de exportación como de consumo interno, así como 7.1 millones de manzanas en pastos. En el siguiente Gráfico 4.2. se observa que ei maíz ocupa un área sustancialmente mayor a cualquier otro cultivo, seguido por el algodón, frijol y café con áreas parecidas. El valor agregado agropecuario durante 1982 alcanzó la cifra de 5,830.1 millones de córdobas, o sea un 25 por ciento del Producto Interno Bruto. Es la rama agrícola la que aporta la mayor parte del valor agregado, teniendo la rama pecuaria un nivel inferior de participación. En to que se refiere a la partici­ pación relativa de los distintos cultivos en la estructura del valor agregado, son los principales productos de exportación de café y algodón, los que tienen mayor peso, siguiéndolos en impor­ tancia, ei arroz, maíz y caña de azúcar. En la rama pecuaria, la matanza vacuna supera los niveles de los demás productos, inclusive de productos agrícolas como el café y algodón (ver Gráfico 4.3.) Al analizar la utilización de las superficies en la actividad agrícola para diferentes categorías de productos en relación al valor agregado, se puede observar lo siguiente (ver Cuadro 4.2.): CUADRO 4.2. PARTICIPACION RELATIVA DE DISTINTOS GRUPOS DE CULTIVOS EN LA SUPERFICIE AGROPECUARIA Y EL VALOR AGREGADO, 1982 Categorías/ Producto Maíz-Frijol Sorgo-Arroz Café-Algodón-Caña Ajonjolí-Banano-Tabaco Hortalizas-Cítricos Fuente: O e r a

Superficie 45 14 38 3 1

Valor Agregado 19 14 54 5 7

USO DE L A SU PERFICIE AGROPECUARIA SEGUN RUBROS (

1983- 84 )

PASTOS

Millones MZ

4

300-

MAIZ 273.1

M A N

Z A N A S

250_

ALGODON

D E M I L E S

I6 5

ISO--------

I0 0 -

F R IJO L

-------I 4 5 . -------------------— — CAFE I28.1

SORGO 7I'6

|A3N9A

ARROZ 5 6.8

AJONJOLI

n 22

HORTALIZAS TABACO BANANOS CITRICOS 4.7

3.5

3.2

2.0

114

SISTEMA ALIMENTARIO

GRAFICO 4 .3

ESTRUCTURA DEL VALOR AGREGADO DEL SECTOR AGROPECUARIO I982/83 (MILLONES DE CORDOBAS) Total: Agropecuario 5,830.1

Millones de C$ 6 ,000+ 5.000-

-

4.000-

- Agrícola! 3,747.5

3.000-

-

2.000- -

Pecuario: 2,082.6

1,0 0 0 - -

Millones de C$

Millones de C$

1,000

Carne de Res : 9 8 0 . 4 —

900



1,000

■900 Cafe: 8 5 7 .7

800-

-800

Algodón: 780.1

700-

Leche: 6 7 0 .6

600

-6 0 0

500-

500

------Arroz: 4 4 4 .2 : Maíz: 410.5

400

•Caña de Azúcar: 401.0

Frijol: 308.1 Otros: 257.3

300

: = rr

■400 - 300

200

100

-7 0 0

Banano: 60.5

Huevos: 202.8 Porcino: 133.9 Pollo; 9 4 .9

-2 0 0 ■

100

O OTROS ! Incluye Hortalizas,Frutos,Musáceos,Tubérculos. FUENTE ’. Evaluación del Ciclo Agrícola, 1982-1983. DIVISION DE ESTADISTICAS DE MIDINRA.

La Produccción Agro-Alimentaria

115

a)

a pesar de que los granos básicos, maíz y frijol, hacen uso del 45 por ciento de la superficie agrícola, solamente son generadores del 19 por ciento del total del valor agregado de la producción agrícola;

b)

el sorgo y el arroz utilizan el 14 por ciento de la superficie y generan un porcentaje igual de valor agregado;

c)

los productos de exportación tradicional como café, algodón y caña, usan el 38 por ciento de superficie y son los mayores generadores de valor agregado (54 por ciento).

d)

los productos de exportación diversificados, como son: ajonjolí, banano y tabaco son generadores significativos de valor agregado (5 por ciento) a pesar de ocupar un bajo porcentaje de uso en la superficie (3 por ciento).

e)

para las hortalizas y cítricos, tenemos un uso limitado de la superficie que equivale únicamente al 1 por ciento, sin embargo son grandes generadores de valor agregado que equivale al 7 por ciento.

2. El Control Social sobre la Producción El control de la producción agro-alimentarla, se encuentra repar­ tido en forma relativamente parecida entre el sector privado, Integrado por productores empresariales y campesinos In­ dividuales y el sector reformado que comprende el APP y las cooperativas. De estos cuatro sub-sectores es el primero el que predomina, controlando aproximadamente el 45 por ciento de la producción agropecuaria y casi el 60 por ciento de la Industria de alimentos, bebidas y tabaco. En la producción agropecuaria son los gran­ des y medianos productores Individuales los que prevalecen en la producción algodonera, azucarera, arrocera, sorguera (in­ dustrial), pecuaria así como en la industria de alimentos, bebidas y tabaco.

116

SISTEMA ALIMENTARIO

Las oportunidades económicas presentadas por el auge agroexportador y la tecnología de la “ revolución verde” desde la década de los 50 y a través de las dos décadas posteriores, aceleraron el proceso de concentración de los recursos de tierra y finan­ cieros del país en manos de un sector empresarial, cambiando de esta forma el carácter latifundista de la gran producción agropecuaria. En el Cuadro 4.3. se puede observar el carácter heterogéneo de la estructura social del agro antes de la Revolución y en particular el peso importante del semiproletariado y del obrero estacional. CUADRO 4.3. LAS CLASES SOCIALES EN EL AGRO, 1978 Estrato Grandes Propietarios y Productores Medianos Propietarios y Productores Campesinos Medios Minifundistas y Semiproletarios Asalariados Estables Trabajadores Estacionales

> pM . (Miles de personas)

%

2.9

0.7

38.4 97.3

8.9 22.5

157.6

36.5

60.9

14.1

75.2

17.4

Fuente: C iera,1981 , “Las Ciases Sociales en ei Agro".

En los últimos cinco años la estructura agraria ha cambiado radicalmente con la conformación del sector reformado, inte­ grado por el APP y las cooperativas. Este sector controla hoy en día cerca del 40 por ciento de la superficie agropecuaria, mientras los estratos de grandes (arriba de 500 manzanas) y pequeños productores ( de 10 a 50 manzanas) individuales han bajado significativamente su peso en la estructura de tenencia debido a los procesos de confiscación, expropiación y cooperativización respectivamente. En lo que se relaciona con la producción alimentaria, la pequeña y mediana producción cooperath/izada e individual controla la

La Produccción Agro-Alimentaria

117

casi totalidad de la producción de maíz y frijol, la producción pecuaria y hortícola, mientras el APP tiene un peso significativo en la producción arrocera, azucarera, el desmote de algodón y en la industria de alimentos y bebidas, controlando alrededor de la tercera parte del valor agregado en estas actividades. CUADRO 4.4. ESTRUCTURA PORCENTUAL DEL VALOR AGREGADO POR ACTVIDAD Y FORMA DE PROPIEDAD 1981 Actividad Total Economía Total Primario Algodón Caña Azúcar Maíz Frijol Arroz Sorgo Pecuarios Total Secundario Ingenios, Trillo y Beneficios Desmotadoras lndust.Alim.Beb. y Tabaco 1/ Total Prod. Agro-alimentaria

Sector Privado Grande Medio Pequeño 27 28 50 53 0.5 0 3 37 12 27

14 16 17 12 3 0.6 17.4 12 19 15

77 16

4 48

54 40

SubTotal

APP

Total

57 74 78 69 93.5 94.6 68 86 80 58

43 26 22 31 6.5 5.4 32 14 20 42

100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

2 3

83 67

17 33

100 100

5

6

65

35

100

11

25

76

24

100

16 30 11 4 90 94 18.6 37 49 16

Fuente: Elaboración O era 1/

Industria de alimentos, bebidas y tabaco.

3. Ubicación Geográfica de la Producción El patrón de ubicación de la producción agro-alimentaria es producto de un conjunto de factores estructurales de índole socio-económico y agro-ecológico como son:

118

SISTEMA ALIMENTARIO

• el patrón de ubicación de suelos de distintas vocaciones, la concentración de los mejores suelos en las zonas del Pacífico y en manos de la burguesía agraria. • el patrón de ubicación de los recursos infraestructurales. • el p a tró n de d is trib u c ió n d e m o g rá fica , las te nden cias migratorias que históricamente han guardado una relación estrecha con la situación precaria de tenencia de la población campesina y la ubicación de las principales concentraciones urbanas.

En cuanto al con el análisis del uso potencial y actual de suelos hay que enfatizar el problema de la falta de datos e información actualizada. El último estudio de uso actual (Geomap/lNETER, 1983) de c o b e rtu ra naciona l se basa en gran parte en información de los años 70. En los años posteriores ha habido m uchos cam bios en el patrón de uso de la tierra y es por eso que el análisis de la confrontación entre uso actual y potencial planteado aquí es de carácter meramente indicativo.

A partir del análisis de la potencialidad de la tierra hecho por el Midinra se han identificado tres macroregiones: Pacífico, Central y Atlántico. El Mapa 4.1. señala cómo éstas se dividen a nivel del territorio nacional. CUADRO 4.5. POTENCIALIDAD DE LA TIERRA A NIVEL MACROREGIONAL (Manzanas) MacroRegión

Amplio

Pacífico Central Atlántico

762520 180746 487108 458640 289518 375675 671499 951711 797936 1423641 819838 740218 * 1548266 2144626 1958220 1320742 1843808

Amplio Limi­ Perenne tado

Muy Limit.

Forestal

Restrin­ gido

Fuente: Midinra en base a Dipsa, I977. * Según el estudio de Dipsa, 1.1 millones de manzanas de suelos de uso amplio se encuentran en la macroregión del Atlántico, sin embargo esta superficie no ha sido considerada por Midinra como de uso amplio, sino de uso amplio perennne debido a todas las limitaciones del trópico húmedo.

La Produccción Agro-Alimentaria

119

OCFANO A TL A N TIC O

MAPA 4.1 MACRO-REGIONES NATURALES

C O S T A R ICA

120

SISTEMA ALIMENTARIO

Conforme a este análisis los mejores suelos para cultivos inten­ sivos se concentran en la macroregión del Pacífico, así como en determinadas zonas de la macroregión Central. Por otro lado, el Pacífico dispone relativamente de pocas tierras aptas para cul­ tivos perennes, los cuales se concentran en la región Central y Atlántico, donde también se ubican las tierras de mayor vocación ganadera, como son los suelos de uso limitado y muy limitado (las categorías de uso potencial se definen en el anexo). En el Mapa 4.2. se identifican las áreas potenciales de uso amplio y uso perenne. Con el desarrollo del capitalismo agrario en Nicaragua las mejores tierras del país se iban concentrando en manos de productores empresariales que se dedicaban a los cultivos de algodón, caña de azúcar, arroz y sorgo, así como a la ganadería mayor. En el caso del algodón, por ejemplo, de las 335,986 manzanas sembradas en el ciclo 1977/1978 un 71 por ciento se concentraba en fincas de más de 100 manzanas, mientras en la caña de azúcar el censo agropecuario de 1971 revelaba que un 95 por ciento del área cultivada correspondía a fincas mayores de 50 manzanas. Este patrón de control social sobre la tierra y de distribución de la tierra según su potencial, explica no solamente la ubicación de estos rubros; sino que fue también un determinante clave de la ubicación de mucha de la producción de maíz y frijol, en manos del campesinado empujado por el capitalismo agrario hacia tierras marginales en la periferia de las extensiones agropecuarias capitalistas y latifundistas. De esta manera, la p ro d u c c ió n de maíz y frijo l se caracterizaba p or tres características marginantes: • producción ubicada en tierras y zonas climatológicas poco aptas para cultivos anuales. • producción realizada en forma itinerante sobretodo a lo largo de la frontera agrícola.

MAPA 4.2 UBICACION DE SUELOS DE USO AMPLIO Y AMPLIO PERENNE

(Mis. Mz.)

1

U¿ó AHI* u ó MACttORCOtON USO AMPLIO ARCA Vs ARCA % SS.I7 1 *0.7 * *.7S PACIFICO m .n

2

CMTfUU.

3

a t l a i / tico

KL PAI*

071.00

*

122

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• producción concentrada en zonas del interior, norte y de la frontera agrícola padeciendo de insuficientes servicios infraestructuraies y en zonas climatológicamente adversas. Son estas condiciones las que explican en gran medida las grandes variaciones mencionadas anteriormente en la relación superficie/valor agregado de las diferentes categorías de productos señalados en el Cuadro 4.2. Suele decirse en Nicaragua que el recurso tierra es abundante en relación a la población existente. Un análisis del patrón de distribución de la población y de la densidad demográfica por departamento muestra las siguientes características: • niveles relativamente altos de densidad poblacional existen no solamente en Managua sino en todos los departamentos de la zona del Pacífico Central (Managua, Masaya, Carazo y Granada). • los departamentos que integran la parte oriental del país y la frontera agrícola (Zelaya, Río San Juan, Chontales, Boaco y Jinotega) se caracterizan por la despoblación donde los niveles de densidad en el campo no superan 16 habitantes por kilómetro cuadrado (véase Cuadro 2.5.) Mientras la afirmación de que la relación tierra/hombre es alta­ mente positiva parece correcta cuando uno analiza los datos de densidad poblacional donde sólo se registran 11 habitantes rurales por kilómetro cuadrado, esta afirmación toma menor validez si se considera la relación entre población rural y la disponibilidad de suelos de vocación agrícola a nivel de las diferentes regiones del país. Mientras a nivel nacional se ha calculado que el área potencial de suelos agrícolas disponibles por habitante rural es alrededor de tres manzanas, en las regiones del Pacífico Central y Sur y del Interior Norte esta cifra baja considerablemente. Aunque no existen datos actualizados sobre el uso actual del suelo, intentamos estimar, en base a datos del estudio de suelos (D ipsa, 1977) y datos poblacionales de 1983, la cantidad de suelos agrícolas y agropecuarios disponibles actualmente y

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potencialmente por habitante rural en los diferentes depar­ tamentos del país. Conforme al análisis anterior de suelos, demográfico e in­ fraestructura, se identifican a nivel nacional, seis macroregiones, diferenciadas según los criterios de uso potencial y actual de los suelos, disponibilidad de recursos infraestructurales, y sus características demográficas. Estas son: a)

El Pacífico Central donde se destaca un alto grado de concentración y densidad demográfica; la existencia de amplios recursos infraestructurales; un alto porcentaje del área total compuesto por suelos de vocación agrícola (37 por ciento). Según las cifras de D ipsa este potencial agrícola estaba siendo sub-utilizado mientras el área dedicada a pastos excedía en un 143 por ciento el área potencial de vocación pecuaria. Es notorio la incidencia del deterioro ecológico sobretodo en lo que se relaciona con los procesos erosivos (Mapa 4.3.) y la contaminación del lago de Managua. En esta región el área agropecuaria disponible por habitante rural es de las más bajas de todo el país, sobretodo en los departamentos de Masaya y Carazo donde solo se dispone de una manzana de tierras agropecuarias por habitante.

b)

El Pacífico Norte y Sur donde la concentración demográfica es menor, existe mayor coherencia entre los patrones de uso actual y potencial de suelos y los niveles de desarrollo infraestructura! son reiativamemte altos. En el Mapa 4.2. del uso potencial del suelo se ve claramente la concentración de los suelos de uso amplio, aptos para un régimen de cultivos intensivos en la Región I. Según las cifras de Dipsa, existe un espacio para ir aumentando el número de man­ zanas de tierras de vocación agrícola por habitante.

c)

El Interior Norte, donde el área actual o potencial dedicada a cultivos es relativamente pequeña mientras la mayoría de los suelos son de vocación ganaderay forestal, sin embargo el área que está siendo dedicada a pastos excede sustan-

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cialmente el área potencial. Se observa en el Mapa 4.3. que un área amplia se caracteriza por procesos erosivos. Como en las otras regiones del interior y el Atlántico, los recursos infraestructurales en esta región son deficientes, sin embar­ go la densidad demográfica de Estelí, Madriz y Nueva Segovia es mayor que en otras regiones. El área de tierras agrícolas disponibles por habitante rural es la más baja de todas las regiones del país. d)

En el Interior Central y Sur un 75 por ciento de los suelos son aptos para cultivos y pastos. Sin embargo, según el estudio de suelos de 1977, solamente un 19 por ciento del área de los suelos aptos para cultivos estaba siendo utili­ zado para este propósito mientras por otro lado, el área que estaba siendo dedicada a pastos excedía sustancialmente al área potencial. Esta región padece de poca infraestruc­ tura, mientras la densidad poblacional es baja.

e)

La zona de Frontera Agrícola donde casi el 80 por ciento de los suelos son de vocación agrícola y ganadera; pero a diferencia de la región anterior el área que está siendo utilizada para pastos se aproxima al área potencial, sin embargo solo un 12 por ciento del área apta para cultivos estaba siendo aprovechada a mediados de los años 70. En esta región los niveles de densidad poblacional y la capa­ cidad infraestructura! están entre los más bajos de todas las regiones del país. En el Mapa 4.4. se ve claramente el patrón de apertura de la frontera agrícola con la expansión de la población rural en el interior central y sur del país.

f)

La Costa Atlántica donde solo un 11 por ciento de los suelos son considerados aptos para cultivos, siendo la mayoría de vocación ganadera, forestal o de uso restringido. Aunque los suelos aptos para cultivos no tienen un peso significativo a nivel regional en términos relativos, representan en términos absolutos un 17 por ciento del área total de suelos de uso amplio y amplio perenne a nivel nacional, sin embar-

126 SISTEMA ALIMENTARIO

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go de esta área de 673,500 manzanas sólo se estaba aprovechando en 1977, 34,000 manzanas, o sea el 5 por ciento. Como en la región anterior, los recursos infraestructurales son mínimos, mientras los niveles de densidad poblacional registrados son de los más bajos de todo el país. Por los factores anteriormente mencionados se vino confor­ mando un patrón de ubicación de la producción alimentaria en donde aquellos cultivos anuales vinculados con el sector agroexportador y la “ revolución verde” se concentraban en la macroregión del Pacífico mientras los departamentos del interior se dedicaban a la producción pecuaria, de café, maíz y frijol. Por otro lado, las Zonas Especiales 1, 2 y 3 spn las .que menos inciden en la producción de alimentos y son dependientes de la producción de otras regiones. A co ntin u ación se identifican las principales zonas de concentración de la producción de los principales productos agro-alimenticios. • Arroz y sorgo: La producción de arroz se encuentra general­ mente concentrada en pocos centros de producción, sin embargo estos están dispersos a nivel regional, ubicándose en las cuencas nortes de los lagos Cocibolca y Xolotlán en las regiones II, IV y V, así como en determinados valles de las Regiones I y VI como son los de Jalapa y Sébaco. También se registran producciones en las Zonas Especiales 2 y 3. La producción de sorgo se ubica fundamentalmente en los departamentos del Pacífico, concentrándose en el Pacífico Central. • Frijol: La producción de maíz se encuentra concentrada en las Regiones II, V y VI. Cabe señalar que el peso de la segunda región, así como la tercera, aumentará durante el presente ciclo (1984/1985) por la incidencia que tendrá el Plan Contin­ gente en la producción de maíz.

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La ubicación de la producción del frijol se concentra en los departamentos del interior, siendo las zonas de Estelí y Nueva Guinea las zonas frijoleras por excelencia. • Ganadería mayor: Los pastos se concentran a nivel de las Regiones V y VI y en la frontera agrícola. En lo que se refiere a la distribución del hato ganadero a nivel regional y departamental, con la excepción de la quinta y tercera región, cada región participa con alrededor del 15 por ciento del hato nacional. Sin embargo, la región de mayor peso es claramente la V que dispone de 35.7 por ciento del hato, mientras Managua solo tiene 5.8 por ciento del total del hato estimado en casi 2.3 millones de cabezas a principios de 1983. Las principales áreas productivas por orden de importancia son la zona de Nueva Guinea con casi el 20 por ciento del hato nacional, Estelí (13.8 por ciento), Matagalpa (11.9 por ciento), León (11.3 por ciento) y Chontales (9.7 por ciento). CUADRO 4.6. DISTRIBUCION REGIONAL DEL HATO GANADERO * (al 28 de Febrero de 1983) Región y Depto. Región I Región II Región III Región IV Región V Región VI La República

Número Cabezas 341,990 331,788 131,928 335,951 810,550 319,467 2,271,674

% 15.0 14.6 5.8 14.8 35.7 14.1 100.0

Fuente: INEC *

Cifras preliminares; no se incluyen ias Zonas Especiales 1,2 y 3.

Los datos de la matanza de carne de res señalan que los mataderos se ubican cerca de las zonas de concentración ganadera (Chontales, Estelí, y la Región IV) o en la capital. La producción de leche cruda se encuentra concentrada en ias regiones del in terior; V y VI, m ientras la pro du cció n especializada se centra en las Regiones III y IV.

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• Ganadería menor: Existe una alta concentración de la producción tecnificada de pollos y huevos en la Región IV. La producción tradicional se encuentra dispersa a nivel regional; pero no se dispone de datos que cuantifiquen esta producción. En lo que se relaciona con la producción porcina esta se encuentra concentrada, por un lado en las regiones del interior (Vy VI) donde existe la producción campesina que aporta hasta un 60 por ciento de la producción nacional y por otro lado la producción tecnificada de las Regiones II y III. La concentración de la producción avícola y porcina de granjas en la zona del Pacífico Central obedece a la cercanía de las plantas procesadoras de alimentos p'ara animales, y de Managua como el principal mercado.' • Algodón, caña y café: La producción de algodón y caña se encuentra co ncentrada en las regiones del P acífico sobretodo en la Región II (León y Chinandega). Las principales excepciones a esta regla se relacionan con determinadas áreas de algodón y caña ubicadas en Masaya y Zelaya Sur respectivamente. El cultivo del café se concentra en las zonas montañosas de los departamentos de Jinotega, Matagalpa y Carazo. • Hortalizas: La ubicación de la producción hortícola obedece fundamentalmente a tres criterios que son la cercanía de Managua como principal mercado, el grado de adecuación de los suelos, cruzándose éstos con otra variable que es la ubicación de comunidades campesinas. De esta manera, la producción de algunos productos hortícolas, tales como la papa, el repollo, zanahoria y remolacha se concentran en determinadas zonas altas de las Regiones I y VI, mientras la producción de tomates, cebolla y yuca se concentra en la zona del Pacífico Central alrededor o relativamente cerca a Managua.

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4. El Sistema Tecnológico La diversidad de los sistemas tecnológicos que caracterizan la producción alimentaria es producto de una serie de condiciones estructurales heredadas del pasado como son la concentración del ingreso y la riqueza, la forma de inserción de la economía nicaragüense en el mercado internacional y de penetración del capital extranjero en la economía nacional. Estas condiciones generaron una estructura tecnológica bastante polarizada en que la gran masa de los productores agropecuarios utilizaban métodos tradicionales, pocos intensivos en capital. Por otro lado, encontramos un grupo reducido de rubros productivos caracterizados por el uso de tecnologías modernas. Esta misma polarización tecnológica se reproduce a nivel de la industria procesadora de alimentos donde existe por un lado, un sector integrado por miles de pequeñas unidades que procesan harina y maíz o producen confites, encurtidos o queso, con instrumentos relativamente sencillos, y por otro lado un grupo de 100 empresas medianas y grandes mucho más intensivas en capital. En ei caso de este último sector, depende exclusiva­ mente de maquinaria y equipos extranjeros y de una tecnología generalmente vieja, incluyendo lo que se denomina tecnología “obsoleta” en las economías occidentales. En la etapa de la industrialización vemos que productos como el aceite y el azúcar cuentan con altos niveles tecnológicos conforme a su inserción en los subsistemas de agroexportación. Tam bién las in d u stria s lá cteas cuentan con sistem as tecnológicos intensivos en capital. Para definir la tecnología de la producción agrícola el M idinra ha identificado 4 niveles (M idinra, 1984:Volumen V): • T1 que corresponde a la tecnología más tradicional, carac­ terizada por la limpieza manual del terreno, el uso de semillas no mejoradas y la siembra al espeque en tierras de baja calidad y generalmente muy accidentadas.

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• T2 o tecnología intermedia, que también utiliza prácticas simples pero se caracteriza por el uso de tracción animal y de algunos insumos como fertilizantes, insecticidas y/o semi­ llas mejoradas. Generalmente se cultiva en tierras de mejor calidad. • T3 que corresponde a sistemas más tecnificados de secano, utilizando maquinarias, agroquímicos y semillas mejoradas en forma intensiva en tierras de alta calidad. • T4 donde se combinan las prácticas modernas mencionadas en el punto anterior con la tecnología del riego. En el Cuadro 4.7 se muestran los niveles tecnológicos que caracterizan a cada uno de los rubros agrícolas a principios de la década de los 80. CUADRO 4.7. ESTRUCTURA TECNOLOGICA DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS (porcentaje del área de siembra) Producto Maíz Frijol Ajonjolí Sorgo Plátano Yuca Café Cítricos Algodón Hortalizas Arroz Caña

Tradic. 80 65 98 42 63 12 58 -

15 11 5

Interinad. 10 31 2 26 '16 62 15 100 9 21 13 15

Tecnificada Secano Riego 8 32 13 26 27 -

91 -

6 3

2 4 8 -

63 70 77

Fuente: Midinra

Se observan claramente dos rasgos importantes del sistema tecnológico en el agro. En primer lugar, el grado en que pre­ domina la tecnología tradicional e intermedia, y en segundo lugar la polarización tecnológica a la cual se hizo referencia anteriormente.

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Los granos básicos, específicamente el maíz y frijol, son los que se mantuvieron sometidos a las técnicas más tradicionales. En cambio, se aplican a los cultivos de arroz y sorgo sistemas tecnológicos mucho más avanzados. A pesar del uso de estos tipos de sistemas tecnológicos no se han alcanzado los niveles de rendimiento generalmente asociados con la tecnología de la “ revolución verde” en otros países. Mientras se presenta esa realidad con los granos básicos, vemos que el algodón y la caña principalmente son cultivados con las más altas tecnologías como T3 y T4 por ser productos de exportación históricamente en manos del sector empresarial. En cuanto a las hortalizas (tomate, repollo, cebolla y papa), tiene mayor peso la tecnología tecnificada de secano y de riego, mientras en el plátano, yuca, etcétera, impera la tecnología tradicional. En lo que se relaciona con la ganadería mayor, esta se carac­ teriza por su carácter extensivo, predominando sistemas tecnológicos tradicionales e intermedios. Con respecto a la ganadería menor, la tecnología que caracteriza este rubro se encuentra polarizada entre la producción ubicada en granjas tecnif¡cadas y la producción casera. Históricamente esta estructura ha venido cambiando, sobre todo a partir de los años 50 cuando se detecta un claro proceso de evolución tecnológica de la T1 a la T4. Un estudio realizado por el Ciera sobre la historia agraria de la región de Las Segovias en el interior norte del país, describe el siguiente proceso (ClERAa, 1984:14-15): Así durante largos siglos, el ritmo de la agricultura de roza y quema había marcado la sociedad, basada sobre una organización de com­ unidades domésticas y de linaje; contribuyendo de esta forma a forjar las mentalidades, y a labrar un tipo particular de paisajes, con sus montañas y milpas diseminadas, con sus desmontes hechos con hacha y fuego. Más tarde, en épocas que difieren según lugares, la agricultura de tracción animal y arado de madera tomó el relevo de la roza y quema (sobre todo cuando aumenta la presión sobre la tierra y resulta im­ posible practicar la rotación cultivo/bosque). Esta agricultura se basaba

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133

en mecanismos de reproducción de la fertilidad de los suelos total­ mente distintos y asociaba forzosamente la agricultura y la ganadería en un solo sistema agrario. La propiedad individual del suelo poco a poco se legitimaba y la organización de la sociedad cambiaba tomando paulatinamente más independencia la familia nuclear. Se formaba un paisaje de “boscaje" o sea un conjunto de pequeñas parcelas separadas por cercas vivas de árboles. Paralelamente, una gran parte del espacio rural se había convertido en pastos extensivos, y se habían sembrado algunos parches de café. Ultimamente se daba un nuevo cambio en el modo de explotación de la naturaleza. Con el auge algodonero, aparecían en la región los primeros insumos agroquímicos. El centro de toma de decisiones que regulaba la posibilidad de reproducción del sistema agrario se había desplazado y ya no estaba al alcance de los habitantes de la región. Más que en los ciclos anteriores, el sistema agrario de Las Segovias, no era más que un sub-sistema de otro sistema mucho mas amplio, nacional e incluso mundial.

Este proceso de evolución tecnológica se ha acelerado en el período revolucionario, debido fundamentalmente a una serie de servicios y políticas estatales -e n tre ellos el montaje de una amplia red de distribuidoras de insumos e implementos agrícolas, principalmente a través de la empresa de Productos Agropecuarios (P r o a g r o ) - ; los programas de asistencia técnica del M id in r a y el Banco; la política crediticia que liega a cubrir el 100 por ciento de los costos de producción; y la política cambiaría que ha tenido el efecto de sobrevaluar la moneda nacional con respecto al dólar norteamericano y de esta manera mantener relativamente bajos los precios de venta de los in­ sumos y bienes de capital importados. Debido a estos servicios y políticas, se ha mejorado el acceso del campesinado a insumos agropecuarios, y se ha aumentado la importación de tractores y cosechadora, así como el área bajo riego. En el Cuadro 4.8. se presentan una serie de datos que demuestran estas tendencias.

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CUADRO 4.8. INDICADORES TECNOLOGICOS Indicador Consumo de Fertilizantes (kgs./ha.)1/ Diponibilidad de Tractores Area Bajo Riego (has.) Fuentes:

1/ 2/

1974-1976 27.8* 1,047** 63,882***2/

1984 55.7* 3,651** 83,000*

* FAO, Anuarios de Producción, de Fertilizantes (varios); ** Midinra, 1989:81; *** Lorio, 1988:7.

Se refiere al consumo de fertilizantes por hectárea de tierras de labranza y de cultivos permanentes. Datos de 1975.

Cabe señalar que el proceso de tecníficación del agro ha ex­ perimentado problemas muy serios desde el punto de vista del uso racional de los recursos. Las distorsiones en ios precios relativos derivadas de la política cambiaría, han generado problemas de contrabando y el desperdicio de determinados insumos. También, se ha aumentado considerablemente el par­ que de tractores sin contar con los recursos complementarlos como son por ejemplo, operadores calificados, mecánicos y talleres. En lo que se refiere a los sistemas de riego, hasta un 25 por ciento de la capacidad instalada estaba siendo sub-utilizada a mediados de los 80 (Lorio,1988:10).

5. El Carácter Estacional de la Producción Un conjunto de factores, en que destacan las condiciones tecnológicas, el régimen de lluvias y el carácter biológico de los cultivos, hace que la producción agropecuaria se caracterice por un marcado grado de estacional idad que varía significativa­ mente según el tipo de producto y la región. Con los granos básicos existe bastante similitud en los períodos de siembra, especialmente el maíz y el frijol, los que se rigen mayormente por los ciclos de lluvias. En los últimos años se ha

La Produccción Agro-Alimentaria

135

venido aumentando la producción de maíz de riego, que se siembra en enero y febrero. En determinadas regiones como la II, se da otra variante que es la siembra de maíz de “ postrerón”, sembrado en julio. Las principales épocas de siembra de los granos generalmente son la “ primera” (finales de mayo/principios de junio), la “ postrera” (septiembre), y en las zonas húmedas del interior del país el “apante” (alrededor de noviembre). En el caso del arroz se han logrado reducir las consecuencias negativas de la estacional idad, aprovechando los sistemas de riego para producir hasta un 82.6 por ciento de la producción. Por su parte la producción del sorgo se caracteriza por" una marcada estacional idad concentrándose la cosecha entre oc­ tubre y marzo. En el Cuadro 4.9. se puede observar el patrón de estacional ¡dad que caracteriza los cultivos de granos básicos, notándose el porcentaje de la producción que se cosecha en cada mes del ciclo agrícola. El análisis de la estacional idad de la producción de granos básicos indica que el período de mayor vulnerabilidad para la unidad campesina se da entre mayo y septiembre. Si hay sequía durante la siembra de primera (como sucedió en 1982 y 1985), el campesino tendrá que esperar hasta noviembre/diciembre para la siguiente cosecha. Esta vulnerabilidad tiene que ver con tres aspectos principales: la falta de producción directa, la falta de fuentes de empleo alternativo, después de haber terminado las cosechas de agroexportación; asi como la coincidencia de estas condiciones con el período de las lluvias cuando se em­ peora la salud y se dificulta el abastecimiento de muchas zonas rurales. Se observa en el cuadro que la salida de la cosecha de maíz se concentra entre noviembre y enero, de frijol entre diciembre y marzo, de arroz entre noviembre y febrero y de sorgo entre octubre y marzo.

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LISTA DE SIGLAS AERONICA AGROMAC AGROMEC ANN APP BAMER BANIC BCN BND CCN CIDCA CIERA CNES COIP COMMEMA

Líneas Aéreas Nicaragüenses Empresa Nacional de M aquinaria Agrícola de Reforma Agraria Agrom ecanización de Reforma Agraria Agencia Nueva Nicaragua Area Propiedad del Pueblo Banco de América Banco Nicaragüense

CONAL CORCOMA

Banco Central de Nicaragua Banco Nacional de Desarrollo Compartía Cervecera de Nicaragua Centro de Investigación y Docum entación de la Costa Atlántica Centro de Investigación y Estudios de la Reforma Agraria Consejo Nacional de Educación Superior Corporación Industrial del Pueblo Corporación Mundial de Mercados de Managua Com isión Nacional del Algodón Corparación Com ercial de Pueblo

CORFIN CORFOP

Corporación Financiera de Nicaragua Corporación Forestal del Pueblo

CRIES DAP

C oordinadora Flegional de Investigaciones Económicas y Sociales Departamento de Agitación y Propaganda del FSLN

DEP DGRA

Departamento de Educación Política del FSLN Dirección General de Reforma Agraria

DISPER ECODEPA EMPROSEN EMBANOC ENABAS ENABUS ENAL ENAMARA

Distribuidora de Productos Perecederos Empresa Com ercializadora de Productos Agropecuarios Empresa Nacional de Semillas Empresa Bananera de Occidente Empresa Nicaragüense de Abastecim iento Empresa Nacional de Buses

ENARA ENARROZ

Empresa Nicaragüense de Algodón Empresa Nacional de Mataderos de la Reforma Agraria Empresa Nacional Avícola de la Reforma Agraria Empresa Nacional de Arroz

ENAVES ENCAFE ENIA ENN

Empresa Nacional de Vestuario Empresa Nicaragüense del Café Empresa Nicaragüense de Insumos Agropecuarios Editorial Nueva Nicaragua

EPS ERA

Ejército Popular Sandinlsta Empresa de Reforma Agraria

FANATEX FED FINAPRI FIR

Fábrica Nacional de Textiles Fondo Especial de Desarrollo

FNI HERCASA

Fondo Nicaragüense de Inversiones Hércules de Centroamérica, S A

IAN IES

Instituto Agrario Nicaragüense Instituto de Estudios del Sandinismo

Financiera de Preinverslones Fondo Internacional para la Reconstrucción de Nicaragua

IHCA

Instituto Histórico Centroam ericano

INCAE INAA IMPESCA INAP

Instituto Centroam ericano de Adm inistración de Empresa Instituto Nicaragüense de Acueductos y A lcantarillados

INE INEC

Instituto Nicaragüense de Energía Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censos

INMINE INSSBI

Instituto Nicaragüense de Minas Instituto Nicaragüense de Seguridad Social y Bienestar

INBIERNO IRENA

Instituto de Bienestar Campesino

JGRN MED MEIC MICOIN

Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional M inisterio de Educación Superior M inisterio de Economía, Industria y Comercio M inisterio de Com ercio Interior

MICONS MIDINRA

M inisterio de la Construcción M inisterio de Desarrollo Agropecuario y Reforma Agraria

MIFIN

M inisterio de Finanza M inisterio de Industria

Instituto Nicaragüense de la Pesca Instituto Nicaragüense de Adm inistración ública

Instituto Nicaragüense de Recursos Naturales y del Ambiente

MIND MINSA MINT

M inisterio de Industria M inisterio del Interior

MINVAH MIPLAN

M inisterio de la Vivienda y Asentam iento Humanos M inisterio de Planificación

MITRAS

M inisterio del Trabajo M inisterio de Transportes

MITRAS PETRONIC PROAGRO PROLACSA SINAFORP SPP SNOTS SU MAGRO TECNOPLAN

Empresa Nicaragüense del Petróleo Empresa de Servicios Agrícolas Productos Lóeteos S.A. Sistema Nacional de Formación Profesional Secretaría de Planifición y Presupuesto Sistema Nacional de Ordenam iento del Trabajo y los Salarios Sumlnstros Agro-industriales de la Reforma Agraria Servicios de Programas Técnicos de Planificación

TELCOR TEXNICSA

Servicios Nacional de Telecom unicaciones Empresa de Textiles de Nicaragua

TC UCA

Tiendas Campesinas Universidad Centroam ericana

UNAN Partidos políticos

Universidad Nacional Autónom a de Nicaragua

UPE FSLN

Unidad de Producción Estatal Frente Sandinista de Liberación Nacional

MAP MDN MLC PON

Movim iento de Acción Popular Movim iento Democrático Nicaragüense Movim iento Liberal Constitución alista Partido Com unista de Nicaragua

PCD PON PU

Partido Conservador Demócrata Partido Conservador de Nicaragua Partido Liberal Independiente

PPSC

Partido Popular Social Cristiano

PSC PSN

Partido Social Cristiano Partido Socialista da Nicaragua

Céntralas Sindicales ATC Asociación da Trabajadoras del Campo CAUS CGTi

Central de Acción de U nificación Sindical Central General de Trabajadores Independientes

CST CTN CUS Sindicatos FETSALUD SCAAS

Central Sandinista de Trabajadores Central de Trabajadores Nicaragüenses Confederación de Unificación Sindical

STRUD STUCA ASTC

Federación de Trabajadores de la Salud Sindicato de Carpinteros, Albañiles, Armadores y Similares Sindicato de Trabajadores del Recinto Rubén Darío (Universidad Nacional) Sindicatos de Trabajadores de la Universidad Centroam ericana Asociación Sandlnista da Trabajadores dal la C ultura

Organizaciones Campesinas. UNAG Unión Nacional da A gricultores y Ganaderos Organizaciones corporativlstas y cooperativas ANDEN Asociación Nacional da Educadores da Nicaragua ANICS CONAPRO CAS CAD CCS CSM CT UNE

Asociación Nacional da Sociólogos Confederación Nacional de Profesionales de Nicaragua Cooperativa Agrícola Sandinista (de producción) Cooperativa de Autodefensa Cooperativa de Crédito y Servicio Cooperativa de Surco Muerto Colectivo de Trabajo Unión Nacional de Empleados (públicos)

UPN Unión de Periodistas da Nicaragua Organizaciones del sector privado CADIN COSEP

Cámara de Industria de Nicaragua Consejo Superior de la Empresa Privada

Federación de Ganaderos de Nicaragua FAGANIC Fundación Nicaragüense de Desarrollo FUNDE INDE Instituto Nicaragüense de Desarrollo UPANIC Unión de Productores Agropecuarios da Nicaragua Organizaciones estudiantiles ECR Estudiantes Cristianos Revolucionarlos JS Juventud Sandinista UNEN Unión Nacional da Estudiantes da Nicaragua Organizaciones de masas AMNLAE Asociación da Mujeres Nicaragüenses ‘Luisa Amanda Espinoza’ BE Brigadas Económicas Batallones Estudiantiles de la Producción BEP BP CDS CEP

Brigadas de la Producción Comités de Defensa Sandinista Colectvio de Educación Superior

PC

Centro Populares de C ultura

Organizaciones de Defensa BU Batallón de Lucha Irregular BR MPS

Batallón de Reserva M ilicias Populares Sandinista

SMR SMP BAO

Servicio M ilitar de Reserva Servicio M ilitar Patriótico Base de Apoyo Ope racional

LA REFORMA AGRARIA EN NICARAGUA 1979-1989

IN D IC E

VOL. I

Estrategia y Políticas

VOL. II

Sistem a Alimentario

VOL. III

Form ación y Capacitación

VOL. IV

Economía Cam pesina

VOL. V

Movimiento Cooperativo en el Sector Agropecuario

VOL. VI

Organización y Participación P opular en el Campo

VOL. VII

M ujer y Transform ación de la Vida R ural

VOL. VIII

M arco Jurídico de la R eform a A graria

VOL. IX

Cifras y Referencias D ocum entales

VOL. X

Imágenes de la Reforma A graria

PERSONAL DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES' ESTUDIOS DE LA REFORMA AGRARIA (CIERA) DIRECCION D irector General Orlando Núñez S. Sub-directora G loria Cardenal D. Secretaria Reyna Poveda PROCESAMIENTO Y ANALISIS ESTADISTICO D irector Marvin López A nalistas Roberto Munguía Marvin González Ervln Ramírez Byron Manzanares Carla Chiari Secretaria Candida Bravo ANALISIS Y SEGUIMIENTO DE POLITICAS D irectora Amanda Lorio Investigadores Oscar Neira Javier Pasquier Aura E. Martínez Antonio Ruiz Ma. Antonia Zelaya Jesús Eduardo Centeno Rosa Amelia Rodríguez ESTUDIOS GLOBALES D irectora Sonla Agurto Investigadores Angélica Fauné Peter Uttlng Enrique Alvarez Socorro Ampié Rosa 1.0 ’connor

Lidia Serrano Jaime AguHar ESTUDIOS SOBRE LA MUJER D irectora Ornara Sequeira Investigadores Alna Uüoa Zeneyda Bojorge Rosa Ma. Mendoza CAPACITACION D irector Rafael Guerrero C apacitadores M artina Meyrat Javier Matus Wllliam Gómez GuOlermo Cruz Irela Solórzano Juan Centeno Zulma Rivera Am ie Durán Donaldo Pérez Juan Morales Magaiy Cisneros M iuriel Rodríguez Azucena Rivas Secretarias Fátima Escobar Ruth Martínez BIBLIOTECA D irectora Ecüda Monge B ibliotecólogas Marlene López Leyla Ramírez Gusseplna Casalis Secretaria Delfina Rueda PUBLICACIONES D irectora EnaY. Rivera

D iseño y arm ado Francisco Calero Socorro Falcón ADMINISTRACION D irectora Elvira Fernández Personal y ContabilkJ Rosa EmHia Norori Guadalupe Collado María Blanco Ernesto Morales Apoyo Juana Miranda O linto Ruiz Pedro J. Membreño Juan Hernández Ma. Elena Martínez Juan Jiménez Ricardo Gutiérrez Mario Gutiérrez Femando Rodríguez Rosa Matus Maura Téllez

La edición del presente trabajo fue concluida en el mes de ju lio de 1989, con un tiraje de 3000 ejemplares.

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