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Solemnidad de la Epifanía del Señor 6 de Enero de 2012
Monición: Muy queridos hermanos, con la alegría que se aprecia en el ambiente, con la felicidad visible de los niños, os damos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía en la fiesta de la Manifestación de Dios: que es lo que significa Epifanía. La presencia de los Reyes Magos en el Portal de Belén es la presentación del Niño Dios a los pueblos gentiles, a los no judíos. Pero, es, como puede verse, es también el día de los niños, el día de las ilusiones. Y ese contenido infantil de la celebración es muy bueno. Ya sabéis que el mismo Cristo nos dijo que si no somos como niños no entraremos en el Reino de los cielos. Iniciemos, pues, nuestra celebración con esa alegría y felicidad como sólo los niños saben demostrar.
Primera Lectura: Lectura del libro de Isaías (60,1-6) ¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora: Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, viene a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre tilos los tesoros del mar, y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.
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Salmo responsorial (Salmo
71):
R- Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes: para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.-
Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R -
Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones, que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan. R.-
El librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.-
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Segunda Lectura: Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios (3, 2-3a 5-6) Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado a favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y participes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio. Palabra de Dios.
Aleluya: “Hemos visto su estrella, y venimos a adorarlo”
Evangelio: +Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (2, 1-12) Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: "Y tú. Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; Pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”. Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles: Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que había visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas, lo adoraron: después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino Palabra del Señor.
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Reflexión:
“¿Qué estrella seguimos?”
Dios para todos los hombres. Hoy celebramos la Epifanía. Recordamos la manifestación del Señor a todos los hombres con el relato de los Magos de Oriente que nos narra el Evangelio. Aquellos hombres, que seguían la estrella, simbolizan la sed de felicidad de todos aquellos que todavía no conocen a Jesús. La Epifanía, además de ser un recuerdo, es sobre todo un misterio actual, que viene a sacudir la conciencia de los cristianos dormidos. Para la Iglesia la Epifanía constituye un reto misional: o trabaja generosa e inteligentemente para manifestar a Cristo al mundo, o traiciona su misión. La tarea esencial e ineludible de la Iglesia es trabajar para llevar a Cristo a todos aquellos que no lo conocen. La llegada de los magos, que no pertenecen al pueblo elegido, nos revela la vocación universal de la fe. Todos los pueblos son llamados a reconocer al Señor para vivir conforme a su mensaje y alcanzar la salvación. Por otra parte, nos recuerda que la fe cristiana no está ligada a ninguna cultura en exclusiva, hay diversidad de carismas, diversidad de dones, diversidad de manifestaciones culturales. Esta diversidad enriquece la vida misma de la Iglesia Ponerse en camino. La descripción que hace el Evangelio de la llegada de los magos a Jerusalén y luego a Belén, la reacción de Herodes y la actuación de los doctores de la ley, encierra una carga impresionante de enseñanza. Unos hombres extranjeros siguen el camino indicado por la estrella, para adorar al recién nacido Rey de los judíos. El rey Herodes ante el temor de que surja un rey "mayor" que él se deja llevar por la envidia y reacciona cruelmente. Los conocedores de las Escrituras en Jerusalén quedan indiferentes ante aquella luz del cielo, que anuncia el acontecimiento esperado por siglos. Ante este relato tan cargado de significado, nos queda reflexionar seriamente: ¿Somos como aquella Jerusalén, "conocedora de las Escrituras", pero incapaces de reconocer, y menos de seguir, el camino de la Luz de Cristo? O ¿somos como los magos de oriente, en búsqueda siempre de la verdad y dispuestos a ponerse en camino hacia Jesús, Rey y Señor de la historia? - ¿Qué estrella seguimos? ¿La del despilfarro?, cuyo resplandor puede producir la ceguera de la vista, del corazón y de la cartera ¿La estrella de la suerte de la lotería?, que crea una vana ilusión ¿La estrella del ansia de vacaciones?, que pasan enseguida ¿La estrella del regalo fácil?, con el cual derrochamos la paga extraordinaria, ¿La estrella del reposo?, para recuperar las fuerzas físicas, que enseguida se vuelven a perder ¿Por qué no seguir la estrella de Belén?, se encuentra muy cerca de ti, en tu corazón. Esta estrella te guiará a Jesús, ya no necesitarás más estrellas, porque a partir de entonces el iluminará tu vida y la de tu gente.
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Oración de los fieles: Hoy celebramos el día en el que todos los pueblos reconocen a Cristo como Dios y le adoran, viniendo a Él y ofreciéndole todos sus dones, esa promesa representada en los pastores y los Magos de Oriente tiene aún una parte por cumplir pues muchos son los que no reconocen a Jesús como el Mesías, por eso hoy repetimos: R.- Señor, que todos los pueblos te adoren. – Te pedimos por la Iglesia depositaria de la Salvación para que sea más fiel a Dios y a su Palabra y así se convierta en luz y camino para que todos los hombres reconozcan a Jesucristo como su Salvador. (OREMOS) – Te pedimos por todos los reyes y gobernantes de la tierra para que depositen todos sus dones a los pies de Dios para que los bendiga y los reparta entre todos y así gocemos de verdadero desarrollo y paz y justicia. (OREMOS) – Por los enfermos, los que sufren, los que están solos para que también ellos acudan a los pies del niño Jesús a ofrecerle lo poco que tienen y a recoger el amor y la paz que reina en aquella cueva de Belén. (OREMOS) – Por todos los niños que hoy han recibido la visita de los Reyes para que se esfuercen en este año que comenzamos por ser mejores y conocer más la Palabra que nos viene del Padre. (OREMOS) - Por todos los no reconocen a Cristo como Mesías, y por aquellos que se han separado de Dios para que el Señor suscite en ellos y en la Iglesia lazos de unión para que crezca la llama de la fe y encuentren el camino a la Casa del Padre. (OREMOS) – Por nosotros, nuestros amigos y familiares, para que Dios nos bendiga y nos colme de su gracia en este año que comienza y así nuestra labor redunde en alabanza suya. (OREMOS) Se pueden añadir algunas intenciones libres. Padre como aquellos Magos ponemos a los pies del niño nuestras necesidades y nuestras vidas, ayúdanos con tu gracia a vivir en sintonía perfecta con el mensaje de Amor que tu Hijo nos trajo. Te lo pedimos por Él que fue adorado por los Magos y ahora junto a Ti vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
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Ofrendas: -CINCO VELAS. Jesús, tú quieres ser la luz de las naciones. Haz que los cinco continentes puedan conocer tu mensaje y tu estrella. -PAN: Señor, éste es el pan que nos sirva de alimento. Tómalo tú y transfórmalo en pan del cielo. -VINO: Señor, este vino significa la alegría de vivir en amistad. Tómalo y transfórmalo en el vino de tu eucaristía.
Oración para Comunión:
después
de
la
Gracias, Señor, por quedarte en mí y junto a cada uno de nosotros hecho alimento, para ayudarnos a recorrer el camino. Gracias por las llamadas que continuamente nos haces a seguirte, a testimoniar con nuestra vida el Evangelio, a ser cepas que den buenos y abundantes frutos. Gracias por insistir en las llamadas, pese a que nuestras respuestas casi siempre son negativas, tibias, faltas de coraje y decisión. No te canses Señor. Ayúdanos con la fuerza de esta comunión a dejarnos transformar, a dejarnos podar y entrecavar, para que seamos cepas renovadas, que cada cosecha dan mejores frutos. Amén.
Despedida: Dejemos guiarnos por la estrella de la fe para que podamos encontrar siempre al Señor, como hicieron los magos de Oriente. Que el Señor nos conceda contemplar un día, cara a cara, la hermosura infinita de su gloria, como rezado en la oración colecta, y que la luz del Evangelio nos disponga y nos guíe siempre para poder contemplar con fe pura y con amor sincero el misterio del que participamos. Que nuestros mejores regalos no sean oro, incienso y mirra, como ofrecieron los reyes magos, y que representaban a Jesucristo mismo, sino que sea una vida sencilla, agradable a Dios. Podéis ir en paz. V- Demos gracias a Dios
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Fraternidad Franciscana de la Cruz San Miguel de Serrezuela y Cabezas del Villar en Ávila y Torrelodones en Madrid